03. DECA Biblia

CURSO ONLINE

para la obtención de de la Declaración Eclesiástica de Competencia Académica (D.E.C.A.) para el profesorado de Educación Infantil y Primaria.

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MÓDULO 1. Religión y cultura (6 ECTS)

Biblia

Asignatura 3. 3 ECTS

Facultad de Teología de Granada

DECA Infantil y Primaria

Módulo 1: Religión y cultura

Biblia

BIBLIA Í NDICE 1 Introducción ...................................................................................................................... 3 2 La Biblia como literatura ................................................................................................... 3 2.1 Los libros de la Biblia ................................................................................................. 3 2.2 Estructura de la Biblia ................................................................................................ 4 2.3 Texto original y traducciones...................................................................................... 5 3 Geografía bíblica ............................................................................................................... 6 3.1 El Creciente Fértil. ..................................................................................................... 6 3.2 Palestina. .................................................................................................................... 7 4 Historia bíblica .................................................................................................................. 9 4.1 4.2 4.3 4.4 4.5 4.6 4.7 4.8 4.9

Introducción ............................................................................................................... 9 Los orígenes de Israel. ................................................................................................ 9 La época de los jueces (hacia 1200-1030). ................................................................ 10 La monarquía unida (hacia 1030-931). .................................................................... 11 Los dos reinos (931 hasta 722 y 586). ...................................................................... 11 El exilio (586-538). .................................................................................................. 12 El período persa (538-333). ...................................................................................... 13 Época griega (332-63). ............................................................................................. 13 Época romana (63 a. C.-135 d.C.). .......................................................................... 14

5 La redacción de la Biblia ................................................................................................. 14 5.1 Tradiciones y redacción ............................................................................................ 14 5.2 El proceso redaccional .............................................................................................. 15 6 Partes de la Biblia ............................................................................................................ 16 6.1 6.2 6.3 6.4 6.5 6.6

Pentateuco ................................................................................................................ 16 Historia Deuteronomista .......................................................................................... 17 Profetas..................................................................................................................... 18 Sapienciales .............................................................................................................. 18 Evangelios ................................................................................................................ 19 Cartas. ...................................................................................................................... 23

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7 Géneros literarios ............................................................................................................ 23 7.1 Los géneros literarios en la Biblia ............................................................................. 23 7.2 Lectura de los géneros literarios ............................................................................... 24 8 El canon de la Biblia........................................................................................................ 25 8.1 La formación del canon ............................................................................................ 25 8.2 Libros canónicos frente a libros apócrifos ................................................................. 27 8.3 Los apócrifos hoy...................................................................................................... 27 9 Verdad e inerrancia de la Biblia ....................................................................................... 28 1 0 La interpretación de la Biblia .......................................................................................... 29 10.1 Exégesis .................................................................................................................... 29 10.2 Hermenéutica ........................................................................................................... 31 1 1 Bibliografía ...................................................................................................................... 32

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1 I NTRODUCCIÓN La Biblia es un conjunto de setenta y cuatro libros, elaborado en un período histórico de más de mil años como expresión de una experiencia religiosa determinada en el tiempo y en el espacio: la del antiguo pueblo de Israel y la de las primitivas comunidades cristianas. En este sentido la Biblia es testimonio de la búsqueda de sentido de la vida y de la historia. Es por tanto patrimonio de la humanidad. Pero leer (y comprender) la Biblia exige acercar dos mundos: el bíblico y el actual. Y este acercamiento debe hacerse en dos pasos. Uno será acercarse al mundo bíblico, a lo que el texto quiso decir, en qué ambiente y con qué intención. El segundo paso será traer la Biblia al hoy tratando de que ilumine la realidad actual (socioeconómica, política, personal,...). Todo el estudio de la Biblia está marcado por el deseo de una mejor comprensión de su mensaje, que es, en definitiva, para el creyente la palabra de Dios dicha al hombre, y palabra de salvación, esperanza, alegría, paz y libertad. Finalmente queremos resaltar la importancia de saber mucha teología y mucha pedagogía, siempre en términos relativos, para una adecuada integración de estas cuestiones. En saber elegir qué es lo fundamental está la clave de que el material de estudio resulte significativo.

2 L A B IBLIA COMO LITERATURA 2.1 L OS

LIBROS DE LA

B IBLIA

La Biblia, editada y publicada normalmente como un único libro, es desde el mismo momento en que se abre un compendio de libros de distinta extensión, de distintos géneros literarios, de distinto origen geográfico e histórico, de distintos autores… La propia palabra biblia es el plural de biblion, que en griego significa libro y que toma su nombre de la ciudad de Byblos, denominación griega de la ciudad fenicia de Geval, habitada en torno al 8800 a. C. Comprender la Biblia como una “biblioteca” permite desde el primer momento tener claro que los diferentes libros van a exigir una lectura propia, que en ocasiones puede ser parecida entre unos libros y otros y que en otras ocasiones será completamente distinta. Los evangelios de Mateo y Lucas tendrán muchos elementos en común, pero entre el libro de los Jueces y el Eclesiastés las diferencias son enormes en casi todos los aspectos. Sin embargo, no Edición 2016


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se puede perder de vista que todos los libros de la Biblia comparten el hecho de ser testimonio de la experiencia religiosa que tuvo el pueblo de Israel y los primeros cristianos.

2.2 E STRUCTURA DE

LA

B IBLIA

La Biblia está dividida en dos grandes bloques: Antiguo Testamento y Nuevo Testamento. Este segundo, sin embargo, no pertenece a la Biblia judía o hebrea, que es la matriz de la Biblia cristiana, no sólo en cuanto a libros, sino también en cuanto a la comprensión de que Dios actúa en la historia y transmite su palabra a los hombres. La Biblia hebrea se divide en tres grupos de libros: •

Torah, Ley o Pentateuco, formado por los cinco primeros libros: Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio.

•

Nebiim o Profetas, formado por los profetas anteriores: Josué, Jueces, Samuel y Reyes; y los profetas posteriores: Isaías, Jeremías, Ezequiel y los Doce profetas menores, Oseas, Joel, Amos, Abdías, Jonás, Miqueas, Nahún, Habacuc, Sofonías, Ageo, Zacarías y Malaquías.

•

Ketubim o Escritos, que es una especie de cajón de sastre donde están los libros de las Crónicas, Salmos, Proverbios, Rut, Cantar de los Cantares, Job, Eclesiastés, Lamentaciones, Ester, Daniel, Esdras y Nehemías.

Al traducir la Biblia al griego se incluyó otra clasificación (p. ej.: sapienciales), otra denominación a algunos libros (1,2 Sam y 1,2 Re se convirtieron en 1,2,3,4 Re) y se añadieron los libros de Tobías, Judit, Sabiduría, Eclesiástico, Baruc, Carta de Jeremías, Macabeos y las secciones griegas de Ester y Daniel. Esta versión es conocida como de los Setenta (LXX; la tradición cuenta que la traducción fue hecha por 70 sabios que sin ningún contacto entre sí, coincidieron perfectamente en el resultado, signo de que el Espíritu de Dios los inspiraba). Por tanto, antes de Cristo, existían ya dos versiones del A.T.: la original en lengua hebrea (también conocido como texto masorético – T.M.) y la traducción griega (para los judíos de habla griega), denominada Biblia de los LXX, Setenta o Septuaginta. El N. T. fue escrito en su totalidad en griego koiné, es decir griego vulgar con influencias arameas, hebreas y de otros idiomas. Es sin duda más homogéneo en cuanto a temática y géneros literarios que el A.T. Podemos dividirlo en varios grupos bastante bien delimitados:

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•

Sinópticos: Mateo, Marcos y Lucas-Hechos.

•

Evangelio y Cartas de Juan.

•

Cartas de Pablo: a los Tesalonicenses, Corintios, Gálatas, Romanos, Filipenses, Colosenses, Efesios y Filemón.

•

Cartas Pastorales: Timoteo y Tito.

•

Cartas Católicas: Santiago, Judas, Pedro y Hebreos.

•

Apocalipsis.

Cuando en el siglo XVI tiene lugar la reforma protestante se adoptaron como libros de la Biblia aquellos que forman parten de la Biblia judía en hebreo, por lo que se excluyen los textos escritos en griego.

2.3 T EXTO

ORIGINAL Y TRADUCCIONES

Las personas más cercanas al mundo de los estudios literarios comprenderán fácilmente que el texto original de la Biblia, tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento es en realidad una edición crítica. La expresión “edición crítica” hace referencia al hecho de que no existen unos textos originales de los que exista la certeza de su autenticidad y de lo que el propio texto dice. No existen ejemplares completos de la Biblia original e incluso cuando encontramos copias antiguas de algunos de los libros siempre hay que contrastar esa copia con otras puesto que fácilmente difieren unas de otras. El material del que estaban hechos los libros, a menudo pergaminos y papiros, sufría deterioros y roturas que suponían la pérdida de algunas partes. La copia manual introducía errores y cambios. Aunque hay documentos que contienen partes extensas del Antiguo y del Nuevo Testamento existen también miles de fragmentos de textos concretos. Todo esto obliga a los estudiosos del texto bíblico a un trabajo de reconstrucción de lo que puede denominarse como texto “original”. Ese texto que entre los distintos autores tiene mayores opciones de verosimilitud es a lo que se denomina edición crítica. Es a partir de ella de donde se realizan las traducciones a los distintos idiomas y es en general ampliamente admitida como texto “original” de la Biblia, aunque está abierta a modificaciones parciales como demuestra el hecho de que la edición crítica del Nuevo Testamento de Nestle y Aland vaya por su 28ª edición. Las traducciones más documentadas parten de los textos críticos mientras que aquellas adaptadas para algunos destinatarios parten de traducciones ya realizadas a cada idioma. Sin embargo las diferencias no están sólo entre las traducciones dirigidas a unos u Edición 2016


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otros. Existen distintas traducciones que se presentan como texto para usar en la teología, en la predicación, en la catequesis… El motivo de estás diferentes traducciones hay que buscarlo en los criterios establecidos en la traducción. Es posible hacer traducciones más literales (se mantiene por ejemplo la palabra talento como medida de cierta cantidad de plata), en otras se intenta acercar el mundo bíblico al mundo actual (en ese caso se puede evitar la palabra talento y usar un equivalente más expresivo 43 kilos; no hay unanimidad tampoco en los kilos que correspondían a un talento). En otros casos, si se está traduciendo una poesía o una canción el traductor puede optar por crear un texto con cierto tono poético aunque para ello no pueda ajustarse a la literalidad del original. Finalmente en otros casos, hay que renunciar a traducir juegos de palabras que funcionan en un idioma y no en otro o a palabras o signos de escritura exclusivos del original como la letra “yod” hebrea. Si bien la división de la Biblia en libros se remonta al origen, la subdivisión en capítulos y versículos es posterior. En la Edad Media se divide en capítulos y en la Edad Moderna se añaden los versículos. Estas divisiones se quisieron hacer de forma precisa pero es común encontrar que a veces un texto se extiende más allá de la división de capítulos y versículos y por eso hay que prescindir de ellos en el estudio de tales textos.

3 G EOGRAFÍA BÍBLICA El país de la Biblia, en sentido amplio, situado en el corazón del Oriente Medio, está configurado por una serie de mares, desiertos y terrenos fértiles. Este hecho no deja de tener importancia porque el pueblo de Israel y después la Iglesia recibirán cierta huella de la realidad física en la que desarrollen su historia. Dos ámbitos debemos distinguir al tratar la geografía de la Biblia: el Creciente Fértil y Palestina.

3.1 E L C RECIENTE F ÉRTIL . Según el libro del Génesis, Abrahán no era originario de Palestina, sino que procedía del valle del Éufrates, en el actual Iraq. Si seguimos en un mapa el recorrido que hizo Abrahán desde el comienzo vemos un itinerario circular que, partiendo de Mesopotamia llega hasta el Nilo. Este arco geográfico ha sido designado como Creciente Fértil y en él se enmarcan las regiones entre los ríos Tigris y Éufrates, pasando por los terrenos más o menos llanos de las planicies de Palestina, hasta la desembocadura del Nilo en el norte de Egipto. Creciente, Edición 2016


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porque forma el dibujo de una media luna invertida. Fértil, porque abarca sustancialmente las regiones más fértiles del Oriente Medio. De norte a sur tiene unos 380 km. mientras que de este a oeste tiene 2000 km. La importancia del Creciente Fértil viene dada por su localización geográfica como puente entre Europa, Asia y África. Por ello su control militar era una garantía para los diversos imperios que en la antigüedad quisieron extenderse por la zona.

3.2 PALESTINA . Más concretamente el “territorio histórico” de Israel es Palestina (deriva de philistim, filisteos), también llamada Canaán en tiempos más remotos. Se extiende entre el Mediterráneo y la región de Transjordania con una longitud Norte - Sur de 240 kilómetros y una anchura Este - Oeste que varía desde 50 kilómetros al norte hasta 80 kilómetros al sur. En total, 22.000 km2; poco más o menos como Badajoz.

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De este a oeste, las regiones de Palestina, que pueden asimilarse a franjas de terreno paralelas al mar, son Transjordania, la depresión del Jordán, la zona central y la llanura costera. •

Transjordania

está

formada por una serie de mesetas, separadas entre sí por enormes cañones o gargantas, por los que circulan ríos. •

La

depresión

del

Jordán se forma a los pies del Hermón (2.840 m) en el Norte; se abre en el lago de Genesaret, o mar de Galilea, ya a unos 200 metros bajo el nivel del mar, y continúa por el valle del Jordán, hasta desembocar en el Mar Muerto, a 400 metros bajo el nivel del mar. •

La zona central de

Palestina, la más importante por los acontecimientos que en ella tuvieron lugar durante toda la historia bíblica, se inicia, por el norte con la región de Galilea, que fue el territorio habitual del ministerio de Jesús. Sigue hacia abajo Samaría y el sur se sitúa el territorio de Judá, donde se encuentra Jerusalén a 800 m. (el evangelio de Lucas dará gran importancia a la subida de Jesús a Jerusalén). Por debajo de Judá se sitúa el desierto del Negueb. • La zona costera está formada, de este a oeste, por la Sefela y Filistea más al sur (los filisteos serán enemigos históricos de los israelitas). La situación geográfica de Palestina la hará lugar de tránsito de caravanas comerciales y lugar estratégico entre las potencias de la antigüedad: Egipto, Asiría y Babilonia, lo que marcará su historia.

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4 H ISTORIA BÍBLICA 4.1 I NTRODUCCIÓN Entre los autores las discusiones sobre cuestiones históricas son interminables. Prácticamente en ningún punto el acuerdo es unánime, pero ello no imposibilita una imagen más o menos fiable de la historia bíblica. La que proponemos aquí no puede calificarse como la mejor, pero está suficientemente contrastada y cubre las pretensiones de un acercamiento a la Escritura. El conocimiento de los principales personajes y acontecimientos de la historia bíblica tiene como fuente ineludible aunque no única la Biblia. La historia de Israel testimoniada por los libros del Antiguo Testamento y la de Jesús y la Iglesia que aparece en el Nuevo Testamento no se puede entender como documentación histórica en sentido moderno. Podremos tener una idea más o menos suficiente de la historia pero nunca podremos prescindir del carácter fundamentalmente confesional de los libros bíblicos, o dicho de otro modo, obtenemos de la Biblia numerosos datos históricos pero no podemos olvidar que es en primer lugar un texto religioso. Por esto, es conveniente distinguir, aunque después en la práctica sea en muchos casos imposible, entre la historia como realmente sucedió y la historia tal y como la cuentan Antiguo y Nuevo Testamento. El tema de reconstruir la historia bíblica, sobre todo la del A.T., es delicado. Hay períodos de los que sabemos mucho y otros que desconocemos casi por completo. Una distinción importante y que tiene que estar clara en lo que respecta al A.T. es la de períodos «preexílico», «exílico» y «postexílico». El punto de referencia son los 48 años del exilio a mediados del siglo VI que cambiaron por completo el curso de la historia de Israel, su cultura y su teología. Respeto al N.T., indudablemente más conocido, el centro lo forman el comienzo de los años 30, marco en el que se sitúa todo el ministerio de Jesús.

4.2 L OS

ORÍGENES DE I SRAEL .

La Biblia ofrece gran cantidad de datos sobre ésta época, especialmente en los libros del Génesis, Éxodo, Números, Deuteronomio, Josué y Jueces. Sin embargo estos libros están escritos más en perspectiva teológica que histórica. Israel tiene su origen en las emigraciones arameas que hacia el siglo XVIII descienden del Norte para establecerse en Palestina. El Génesis nos habla de Abrahán. En Edición 2016


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esta época no se puede hablar todavía de un pueblo, sino de grupos seminómadas de pastores. Algunos de ellos fueron asentándose cuando empezaron a practicar la agricultura, aunque a causa de períodos de hambre muchos bajaron hasta las tierras más ricas del Nilo. En este grupo se enmarca la historia de Jacob y sus hijos. Si las cosas fueron bien en un comienzo, al cabo de los años los faraones obligaron a los extranjeros a trabajos forzados para sus construcciones. En este momento de opresión surge un personaje fundamental que será el encargado de dirigir al pueblo: Moisés. La historia parece hablar de un éxodo-expulsión, en el que es Egipto quien expulsa a los extranjeros, y un éxodo-huida, en el que son distintos familias semitas las que huyen de Egipto como respuesta al sistema de vasallaje impuesto sobre las distintas ciudades (Moisés se insertaría en este grupo). Después de la marcha por el desierto, con el acontecimiento central del Sinaí, el pueblo llega a la tierra prometida donde se asienta. Esta presentación esquemática necesita algunas matizaciones. La afirmación de que todos los israelitas proceden de Abrahán carece de fundamento histórico, y es un recurso usado para expresar la unidad de las tribus. Por otro lado, no todos los antepasados de Israel vinieron de Egipto. Algunos se hallaban ya instalados en Galilea y Transjordania. El asentamiento en Palestina de los grupos procedentes de Egipto se produjo más bien de forma pacífica, estableciéndose en territorios desocupados o estableciendo alianzas con los habitantes cananeos. Aunque pudieron darse conflictos locales, no se trató de una gran campaña militar.

4.3 L A ÉPOCA DE

LOS JUECES ( HACIA

1200-1030).

Tres rasgos caracterizan este período. En primer lugar encontramos la falta de cohesión política entre las tribus. En segundo lugar, un cambio en la forma de vida de los grupos que vinieron de Egipto, que abandonan el nomadismo y se sedentarizan, con los cambios que ello supuso a nivel económico, social y religioso. Y en tercer lugar, la amenaza continua de los pueblos vecinos unas veces a través del saqueo, otras veces imponiendo tributos y otras por dominio e invasión militar, como será el caso de los filisteos. Esta amenaza continua provocará una conciencia de unidad frente al enemigo común. Es común en esta época que al frente de las tribus se encuentren los jueces, que más allá de impartir justicia, ejercían como líderes carismáticos. Su importancia a veces se

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circunscribía a una tribu y en otras alcanzaba a varias de ellas. En el espacio de pocos años surgirá la monarquía.

4.4 L A MONARQUÍA UNIDA ( HACIA 1030-931). Una mayor conciencia de que las tribus estaban vinculadas unas con otras y la existencia de un enemigo común, los filisteos, creo el caldo de cultivo para la aparición de la monarquía. Sin embargo, los comienzos de la monarquía fueron difíciles. Muchas personas consideran un atentado contra Dios tener un rey humano. A pesar de todo Saúl es elegido rey para librar al pueblo de la amenaza filistea. La preocupación por que David no le usurpe el trono, hará que Saúl descuide el gobierno del pueblo, y morirá a manos de un reforzado pueblo filisteo. David será quien le suceda, en un principio sólo en el sur y después también en el norte (la cohesión de las tribus era todavía muy superficial). Con todo, la amenaza filistea provocó la unificación. Para gobernar a las tribus, David elegirá una ciudad que no pertenece ni a las tribus del norte ni a las del sur: Jerusalén. Su obra posterior será la conquista de las ciudades cananeas del territorio de Israel y una política expansionista hacia los pueblos vecinos, necesaria para el mantenimiento económico de las estructuras de poder de la monarquía, sobre todo de un ejército permanente. La sucesión de David estará marcada por las intrigas y la sangre de sus hijos. Le sucederá Salomón, que se dedicará no a expansionar el país sino a protegerlo, a construir grandes edificios y a promover el comercio. Estos enormes proyectos necesitaban de mano de obra y dinero en abundancia, lo que provocará una precariedad cada vez mayor en la gente del pueblo. Serán las tribus del norte las que se rebelen ante esta situación, aunque Salomón acabe por controlarlas. A la muerte de Salomón, la situación no habrá cambiado. Las tribus del norte plantean sus reivindicaciones a Roboán, rey del sur, que no las acepta, lo que provocará la división del pueblo: Reino del norte, Israel, y Reino del sur, Judá.

4.5 L OS

DOS REINOS

(931

HASTA

722

Y

586).

El reino del Sur comenzará bajo el reinado de Roboán y será sus descendientes los que le sucedan en el trono, mientras que en el reino del Norte estará al frente Jeroboam pero los reyes que le sigan serán fruto del acuerdo de las tribus. El devenir de los reinos está marcado por la situación política en toda la zona. Egipto empieza a decaer como potencia y Edición 2016


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Asiria empieza a crecer como potencia hegemónica. El siglo IX va a ver a la ciudad de Samaría convertida en capital del Norte. Son años de poco esplendor, marcados por continuos conflictos internos y externos, en los que muchas decisiones serán percibidas como injustas y desleales con Dios, por ello el movimiento profético de denuncia tendrá especial importancia. Su máximo exponente será el profeta Elías. La suerte de los dos reinos no corre paralela. La historia de la monarquía de Israel estuvo marcada por continuos asesinatos y luchas por el trono y va a desaparecer el 722 bajo la mano de Asiria. La deportación de los habitantes de Samaría y la introducción de población extranjera va a dar origen al sincretismo samaritano. El reino de Judá por su parte durará hasta el 586. Durante el siglo IX fue el hermano pobre respecto del reino del Norte pero en el siglo VIII fue recuperando importancia. La conciencia de que la dinastía davídica era la que poseía el derecho a la monarquía, junto con el respaldo de la religión oficial dio estabilidad al sur. La información sobre este período la tenemos preferentemente en los libros de los Reyes, que son esenciales para comprender este período a pesar de su visión eminentemente teológica. Mientras el rey Ozías reinaba en Judá tiene lugar la caída de Samaría. En esta época va a aparecer el profeta Isaías que criticará duramente las visiones estratégicas de pactos con las potencias dominantes de los alrededores. Para Isaías Dios tiene planes para Israel. Los profetas Miqueas o Jeremías mantendrán su actividad marcados por las alianzas geoestratégicas de los grandes imperios en las que el reino de Judá quiere participar.

4.6 E L EXILIO (586-538). Los judíos tratarán de rebelarse al finales del siglo VII contra la potencia militar de Babilonia, lo que llevará a una primera deportación el 597 y a una segunda en el 586 que va precedida por la destrucción de Jerusalén por Nabucodonosor. Comenzará la época más triste, sólo comparable a la remota esclavitud en Egipto. El pueblo quedó dividido entre los que quedaron en Palestina, campesinos pobres, los que habían huido a Egipto y el importante grupo de la élite cultural y religiosa que había sido deportada a Babilonia. Los exiliados tuvieron que sufrir el desconcierto de estar instalados en Babilonia sin horizonte temporal que pudiera determinar el fin de aquella situación. El profeta Jeremías los instará a que se instalen, pero Ezequiel será el profeta que los conecte con la Jerusalén perdida, Edición 2016


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insistiendo en la identidad como pueblo y dibujando un horizonte de esperanza. Por otro lado, surgirá la idea, alimentada en la segunda parte del libro de Isaías (Deutero-Isaías) que el pueblo tiene la misión de ser testigo ante las naciones del verdadero Dios. En esta época surgirá la idea de Israel como pueblo escogido con una misión universalista. La estancia en Babilonia y el periodo posterior fue una época de gran creatividad literaria y teológica. Los que quedaron en Palestina fueron testigos de la situación desoladora en la que había quedado el reino de Judá, Jerusalén y el templo. Los sentimientos de desolación iban acompañados de los deseos de sobrevivir y eso los llevó a redactar la versión deuteronomista de la historia. La situación en la que se encontraban los hizo ser muy críticos con la monarquía.

4.7 E L PERÍODO

PERSA

(538-333).

El destierro acaba cuando Ciro, rey de Persia, conquista Babilonia y permite la vuelta de los cautivos, en un movimiento, que incluyó a otros pueblos, de congraciarse con las élites de cada nación. En el caso de Israel, además, con el incentivo de ser frontera con Egipto, sempiterno enemigo del Oriente Medio. Un grupo de judíos pondrá rumbo a Jerusalén y el grupo de los que ya instalados en sus territorios que decide permanecer será el origen de la diáspora judía. A la vuelta los repatriados encuentran que el país se halla desolado. Bajo la dominación persa el pueblo va cobrando vida de nuevo y el año 515 se termina de reconstruir el templo. Desde entonces hasta que aparezca en el horizonte Alejandro Magno en el 332, tenemos conocimiento de las reformas de Nehemías (social) y Esdras (religiosa). Con todo, el encuentro de los que permanecieron en Palestina, principalmente pobres y clase media baja, y los que vuelven, clase dirigente y económicamente pudiente, supuso la cristalización de una situación en la que ambos grupos van a ser protagonistas de una paz relativa con enormes injusticias y desigualdades.

4.8 É POCA GRIEGA (332-63). De este período poco sabemos del siglo III y bastante del siglo II gracias al historiador judío Flavio Josefo y a los libros de los Macabeos. Los sucesores de Alejandro Magno, tolomeos en Egipto y seleucidas en Siria, lucharán entre sí por el control de Palestina. En el siglo II bajo el gobierno seleúcida se producirá la rebelión macabea frente a la política helenízante de Antioco IV Epifanes que el Edición 2016


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año 167 y después de enormes abusos introducirá en el templo de Jerusalén la estatua de Zeus. Aunque en esta presentación el motivo de la revuelta es religioso, algunos textos señalan motivos económicos e intereses personales como la causa desencadenante. La revuelta macabea significó una lucha entre los judíos más tradicionalistas y los helenizantes, que si en un principio fue religiosa, al poco degeneró en política. Las luchas y tensiones provocarán la actuación de Roma, que el 63 a.C. anexionará Palestina a la provincia de Siria.

4.9 É POCA ROMANA (63 A . C.-135 D .C.). En esta época incluimos los años desde el 63 a.C., con la toma de Jerusalén por Pompeyo hasta la dispersión definitiva de los judíos, el año 135 d.C. Es la época de Jesús y del Nuevo Testamento. Este período, desde el punto de vista de la vida interna de los judíos, se caracteriza por la existencia de grupos ideológicos enfrentados, y con ansias de protagonismo políticoreligioso; principalmente, fariseos, saduceos y esenios, y por enfrentamientos internos entre la población, que aprovecharon principalmente los romanos para afianzar su dominio en Palestina, por medio principalmente de los Herodianos, a partir sobre todo de Herodes el Grande. Fecha importante por lo que supondrá de cambio será, además de los años del ministerio de Jesús, el año 70, con la destrucción del Templo de Jerusalén. Ya en esta época se habrán dado los primeros enfrentamientos entre judíos y cristianos. Hacia el año 100 se cerrará la Biblia con los últimos escritos cristianos.

5

L A REDACCIÓN DE LA B IBLIA

5.1 T RADICIONES

Y REDACCIÓN

Lejos queda ya el tiempo en el que la Biblia se consideraba un libro homogéneo, escrito por un número muy limitado de autores, ajeno a errores y fallos y redactado conscientemente como libro sagrado. El estudio protestante de la Biblia al que luego se unieron los especialistas católicos ha dejado un reguero de resultados que convierten el proceso de redacción del texto bíblico, en el mejor de los casos, en una aventura apasionante de recorrer y, tal vez en el peor, en una tarea imposible de alcanzar. Sin embargo, mucho se

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puede decir del proceso de redacción de la Biblia y de sedimentación de este proceso en los distintos libros bíblicos. El texto recogido en la Biblia tiene, en su mayor parte (las cartas del Nuevo Testamento quedan generalmente al margen), una matriz oral. Historias, leyes, refranes, canciones, genealogías, parábolas, mitos… fueron contados de unos a otros de forma oral y en distintos contextos antes de ponerse por escrito. La historia del acontecimiento fundante del pueblo de Israel, el éxodo, fue objeto de narraciones orales que se mantenían generación tras generación y que en ese proceso sufrió, como todo contenido transmitido de forma oral, cambios, ampliaciones, silencios, errores, relecturas… Sólo en momentos posteriores surgirá la necesidad de poner por escrito aquello que formaba parte del ambiente religioso y cultural del pueblo. Dos de los más importantes motivos que llevan a poner por escrito lo que tiene un comienzo oral van relacionados con la necesidad de no perder la propia historia y tradición, por un lado, y con el deseo de transmitir a otros grupos y otras generaciones lo que conforma la propia identidad, por otro lado. Se escribirán las historias, en parte mitologizadas a través de siglos de tradición oral, de los Patriarcas; se redactarán las historias que cuentan los acontecimientos fundamentales en la historia del pueblo, con especial atención en el éxodo, la monarquía y el exilio; se releerán primero y reinterpretarán después acontecimientos del pasado que permiten entender la situación actual del pueblo; se consignarán por escrito las preguntas por la existencia humana y por el origen de los pueblos, de la cultura, de las tradiciones hasta llegar al pueblo que nacerá con Abrahán. Además, hay también otros muchos motivos para redactar el texto bíblico: establecer las acciones de determinados ritos, llevar cuenta de cuestiones políticas y económicas, crear un corpus legal…

5.2 E L PROCESO

REDACCIONAL

Los primeros textos escritos de lo que será la Biblia no muestran en principio voluntad de convertirse en un texto sagrado. Tras cientos de años de tradición oral, tras el éxodo y la significación que toma la figura de Moisés comienzan a ponerse por escrito ciertos documentos que constituyen un código de conducta moral y religioso para el pueblo. Se enmarca aquí el Decálogo y una colección más o menos amplia de leyes. También se redactan algunas leyendas de los jueces así como proverbios, fábulas y algunas canciones.

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Los primeros pasos de la monarquía van a traer consigo una mayor actividad redaccional. Se elaboran crónicas más o menos históricas sobre David, Salomón y los profetas Elías y Eliseo. Además de compilan otros corpus más amplios de leyes. Al final del reinado de Salomón y principios de la etapa de monarquía dividida, en el reino del Sur se va a redactar la llamada narración Jahvista (citada con la sigla J) que está en la base de los cuatro primeros libros de la Biblia, esto es, Génesis, Éxodo, Levítico y Deuteronomio. El nombre de tradición Jahvista se debe al uso de la palabra Yahvé para nombrar a Dios. Esta tradición ofrece la imagen de un Dios cercano y una teología popular, sin grandes elaboraciones. En el reino del Norte se fue componiendo una tradición propia la Elohísta (citada con la sigla E) y que recibe su nombre por nombrar a Dios con la palabra Elohim. La importancia de los grandes profetas del Norte tendrá influencia en la redacción Elohísta, que tiene una componente social y crítica fuerte. Todavía encontramos dos narraciones más la Sacerdotal (citada como P – derivada del inglés priest) y la Deuteronomista. La importancia de cada una de las tradiciones mencionadas es innegable, pero su importancia a la hora de comprender los procesos redaccionales del Antiguo y del Nuevo Testamento no es menor. La Biblia acabó redactada a través de un proceso histórico en el que muchas narraciones orales fueron quedando por escrito, muchos textos escritos fueron modificados, ampliados, divididos y muchos acabaron formando conjuntos más o menos fijos, muchos textos acabaron formando libros y muchos libros formaron colecciones. El resultado final, irreconstruible en detalle, forma la Biblia. Cuando nos referimos al Nuevo Testamento y puesto que su periodo de redacción fue sustancialmente menor que el del Antiguo Testamento la redacción es más sencilla pero no exenta ni mucho menos de dificultades. Todo este proceso permite resolver una de las grandes cuestiones de la teología bíblica y que durante mucho tiempo fue incuestionable: la Biblia no es dictado de Dios. Dios inspiró a los autores y esto pertenece a la fe judía y a la fe cristiana, pero esto no significa que quede exenta de los devenires históricos de un proceso redaccional teñido por la fragmentación de todo lo que es humano.

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PARTES DE LA B IBLIA

6.1 P ENTATEUCO

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Etimológicamente significa “cinco libros”. A primera vista constituye un conjunto bastante armónico que abarca desde la creación del mundo (Gn 1) a la muerte de Moisés (Dt 34). A grandes rasgos cuenta los orígenes de Israel, desde sus remotos antecedentes patriarcales hasta que se convierte en un pueblo numeroso que recibe de Dios los grandes dones de la libertad, la alianza y la ley, y está a las puertas de la tierra prometida. Se trata de una obra básicamente narrativa aunque también contiene amplias secciones legales. En cuanto a su formación, hoy nadie defiende que el Pentateuco fuera escrito por Moisés, pero saber cómo se formó es una tarea cercana a lo imposible. Los temas teológicos centrales del Pentateuco son la promesa de una tierra y una descendencia, de la cual Dios iba a hacer su pueblo y con el cual establecería una Alianza. Esta promesa de Dios tiene su cumplimiento en la liberación de Egipto y toma forma por la donación que Dios hace al pueblo de la Ley. Muchos de los pasajes del Pentateuco son muy conocidos. Adán y Eva, Caín y Abel, Noé y el diluvio, la torre de Babel… se sitúan en los primeros once capítulos del Génesis. En el resto del libro se encuentran las historias de Abrahán, Isaac, Jacob y sus hijos. La esclavitud en Egipto y la historia de Moisés se desarrolla en el libro del Éxodo. Los diez mandamientos también forman parte del Pentateuco y aparecen en distintas versiones en el Éxodo y en el Deuteronomio.

6.2 H ISTORIA D EUTERONOMISTA La historia deuteronomista es la obra histórica más importante del Antiguo Testamento, y abarca desde el siglo XIII hasta el año 586. Recibe su nombre de haberse inspirado en los principios teológicos del Deuteronomio: el castigo que sufre el pueblo, a lo largo de su historia pero especialmente en el destierro, es la respuesta de Dios a la infidelidad, representada sobre todo en la idolatría. La salvación de Dios está pidiendo una actitud humana de conversión. Determinar la formación de esta obra es también una tarea compleja, pero puede defenderse la autoría de un sólo personaje a cuya obra añadieron diversos elementos autores sucesivos. Forman parte de la historia deuteronomista los libros del Deuteronomio, Josué, Jueces, Primero y Segundo de Samuel y Primero y Segundo de Reyes, aunque en un momento dado el Deuteronomio pasó como último libro del Pentateuco y se desgajó de la historia deuteronomista. Edición 2016


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Según José Luis Sicre habría que hablar de dos finalidades en esta obra. En una primera edición es una llamada a la conversión con notas de propaganda política. La segunda edición pone el foco en el pecado del pueblo que provoca el castigo de Dios.

6.3 P ROFETAS La obra profètica es otra gran sección literaria de la Biblia. En líneas generales podemos dividir el profetismo en Israel según el esquema “preexilio” (profetas como Amós, Oseas, Isaías,...), “exilio” (Jeremías, Ezequiel, Deutero-Isaías,...) y “postexilio” (Ageo, Zacarías, Jonás,...). El marco cronológico de la actividad profètica podemos situarlo entre los siglos VIII, con la aparición de profetas que dejan su obra por escrito, y III, en el cual desaparece de escena la profecía. La teología profética recoge una triple problemática. Social: los profetas denunciarán la opresión a la que está sometida el pueblo, la corrupción de la clase dirigentes, las desigualdades entre ricos y pobres, el uso interesado de la justicia y tratarán temas como el comercio, el latifundismo, el salario, la esclavitud, el lujo,... Política: debido a lo agitado de la situación histórica nacional e internacionalmente, los profetas predicarán la neutralidad frente a las grandes potencias, pero también un sometimiento fruto de la intuición y prudencia políticas, o apoyaran determinados intentos de restauración independentistas. Religiosa: que tiene un doble aspecto; el de la idolatría, con el culto a otros dioses y el más grave de la falsa idea de Dios, que permite acallar la conciencia por medio de un culto totalmente ajeno a la vida. Como característica fundamental de todos los profetas puede señalarse una profunda visión de la realidad con los ojos de Dios. Toda esta visión de los profetas exige poner en cuestión la imagen del profeta como una persona que adelanta el futuro. Lo que los profetas hablan del futuro es el resultado de expresar la esperanza en que Dios actúe o de sacar consecuencias de las decisiones que toma el pueblo y sus dirigentes.

6.4 S APIENCIALES Situamos dentro de la categoría “sapienciales” una serie de libros surgidos de la reflexión intelectual sobre muy diferentes aspectos de la realidad. Nacen de una reflexión filosófico-teológica de gran sentido común y enriquecida por la llamada sabiduría popular, Edición 2016


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centrándose en temas en ocasiones muy concretos como la amistad, la educación de los hijos, el uso del dinero,... y en ocasiones enormemente teóricos como el problema del mal, el sentido de la existencia y la actividad humana, la creación,... La literatura sapiencial puede dividirse en tres períodos: Fase de optimismo sin grandes pretensiones filosóficas más centrada en temas como la prudencia, el trabajo, el orgullo,... (Eclesiástico, Proverbios,...) Fase crítica en la que se ponen en cuestión los resultados de la etapa anterior y se analizan los temas más graves de la existencia. En esta época se dará una gran evolución en la imagen de Dios que dejará de considerarse como un “explícalotodo” o “tapaagujeros”, para ser un Dios en el que se tiene fe cuando el hombre se plantea las grandes preguntas por el sentido (Job y Eclesiastés). Fase final: en ella se da una gran influencia de la cultura griega que buscará conciliar judaísmo y helenismo con nuevas categorías filosóficas (alma-cuerpo), se hará una relectura profunda de la historia que será considerada como lugar de aprendizaje, y se personificará la sabiduría hablando de ella como de una persona que llama, busca, enamora, y no como conjunto de conocimientos. (Sabiduría). Incluidos dentro de los libros sapienciales, se hallan los libros poéticos de los Salmos y el Cantar de los cantares. El primero es una recopilación de canciones-poemas de uso litúrgico, mientras que el segundo es una colección de poemas de amor.

6.5 E VANGELIOS Entramos al tratar los evangelios en el N.T., afortunadamente, más conocido. De ellos lo primero que hay que señalar es que están originados y configurados por el acontecimiento de Jesucristo. La literatura del N.T. es estrictamente cristiana. Hay que tener en cuenta a hablar de los evangelios que éstos son reflexión hecha por las primitivas comunidades y no narración histórica. Esto supone considerar que la problemática de los destinatarios, la figura del autor y la intencionalidad de éste son elementos que determinan la narración. Son más teología que historia aunque no puede decirse que sean pura invención literaria. Las fechas de composición son alrededor del año 70 para Marcos, 8090 para Mateo y Lucas y 90-100 para Juan.

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En los evangelios se suele distinguir debido a la diferencia de estilo, cronología, geografía y material escrito entre Mateo, Marcos y Lucas (al que algunos añaden Hechos porque forman una sola obra), y Juan; sin embargo los cuatro pueden integrarse bajo el esquema: vida y ministerio de Jesús, pasión y resurrección. Un hecho importante que hay que tener en cuenta en lo que se refiere a la formación de los evangelios es que se escribieron de atrás a adelante, es decir, que lo primero que reflexionó la comunidad fue la muerte y resurrección de Jesús, después vendrá el recuerdo de su vida, su nacimiento según Mateo y Lucas y finalmente su existencia junto a Dios antes de la encarnación en Juan.

6.5.1

Marcos

El evangelio de Marcos se escribió alrededor del año 70, por lo tanto, unos 40 años después de la muerte de Jesús. Las comunidades cristianas, que habían ido propagándose desde Jerusalén y Palestina, habían llegado ya a Roma y el grupo de cristianos allí ya era conocido. El emperador Nerón desató una persecución contra los cristianos, a los que incluso culpó del incendio de la ciudad, que el mismo llevó a cabo. En este ambiente de hostilidad lo cristianos viven perseguidos y atemorizados. Marcos escribe su evangelio teniendo en cuenta que debe servir para confortar, animar y fortalecer a los cristianos de Roma. Está escrito en griego koiné (es decir, el griego más popular) con frases sencillas y yuxtapuestas. Marcos escribe un evangelio en el que Jesús es protagonista de muchos eventos pero no tanto la persona que pronuncia elaborados discursos. Dibujar bien las escenas y es fácil imaginarse los acontecimientos. Marcos comienza narrando el bautismo de Jesús y acaba con un somero anuncio de la resurrección. Es llamativo en su evangelio que Jesús mande a callar a todos aquellos que lo confiesan como mesías. Marcos presenta a Jesús como mesías pero todos los que le rodean han de hacer el ejercicio de cambiar su concepto de mesías político por el de mesías que acaba muriendo en la cruz. Por ello el Jesús de Marcos impone silencio. También los cristianos perseguidos de Roma deben hacer el esfuerzo de descubrir que Jesús es el mesías pero no como rey triunfante sino como enviado que es perseguido y crucificado. En ese Jesús perseguido pueden hallar los cristianos de Roma consuelo y edificación.

6.5.2

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Mateo


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El evangelio de Mateo se escribió en torno a los años 80 y 90 y probablemente usó el de Marcos como documentación además de otros escritos. Difícilmente el autor puede ser el publicano Leví al que Jesús llamó de la mesa de los impuestos y es más probable que fuera un escriba, y por tanto buen conocedor de la ley, judeocristiano. Los destinatarios de la obra son los miembros de una comunidad judeocristiana, es decir de judíos convertidos al cristianismo, pero abierta a los no judíos. Frente a los judíos esta comunidad necesita entroncar con la tradición judía y presentar a Jesús como el culmen de la ley y los profetas, es decir, Jesús es el mesías prometido por Dios. El autor conoce bien el antiguo testamento y luego cita profusamente. Además menciona costumbres y usos judíos, que no se detiene a explicar porque los destinatarios ya los conocen. Es el evangelista que más usa el tema del “Reino” y Jesús es presentado como el que restablece el reinado de Dios en medio de su pueblo, a través de sus palabras y sus acciones. Es común en el evangelio que Moisés, los profetas y la Ley aparezcan como parte del plan de Dios que encuentra en Jesús su cumplimiento. Mateo alterna en un total de cinco bloques narraciones sobre lo que Jesús hace y discursos que presentan al Reino en sus distintas facetas: exigencias, extensión, la esencia del Reino, la comunidad y la llegada definitiva del Reino. El evangelio de Mateo se completa con una parte narrativa inicial sobre el nacimiento de Jesús y una parte final sobre la pasión y resurrección.

6.5.3

Lucas

El evangelio de Lucas se escribe, como el de Mateo, en torno al 80 – 90 y también hace uso del evangelio de Marcos y generalmente se ha atribuido a un médico llamado Lucas que viajó con Pablo en algunos de sus viajes por el Mediterráneo. Sus destinatarios son cristianos de origen griego, también denominados gentiles. No tiene el interés de Mateo en mostrar a Jesús como cumplimiento del Antiguo Testamento, puesto que aquellos a los que va dirigido el evangelio no conocen las escrituras judías. Además, el evangelio es la primera parte de una doble obra que incluye también el libro de los Hechos de los Apóstoles. El evangelio de Lucas dibuja a un Jesús cercano y muy humano. Jesús muestra amor y compasión por la gente del pueblo. Esta actitud supuso un terremoto en las convenciones sociales y religiosas de la época puesto que ponía en cuestión las mismas leyes judías. Jesús

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tiene un comportamiento humano y escandaloso con los pobres, los enfermos y las mujeres, todos ellos de grupos sociales considerados inferiores. La obra de Lucas, Evangelio y Hechos, forman un puente que conectan a Juan el Bautista, representante de la Antigua Alianza del Antiguo Testamento, con Pablo y las nuevas comunidades que forman la Iglesia. El evangelio se estructura como un gran camino que parte de Galilea, que sube a Jerusalén y que concluye en Jerusalén. Un prólogo y varios relatos de la infancia de Jesús abren el evangelio. Lo concluye los acontecimientos primeros después de la resurrección.

6.5.4

Juan

El evangelio de Juan se suele situar entre los años 90-100 y es notablemente distinto a los otros tres. Tradicionalmente se ha considerado que el apóstol Juan había sido el autor de este evangelio, pero actualmente es más común encontrar opiniones que hablan de varias etapas en la conformación del evangelio, añadiendo a una comunidad cristiana y a un escritor y compilador final a la lista de los que colaboraron para redactar el evangelio de Juan. Los destinatarios del evangelio tampoco son un tema consensuado y es fácil encontrar opiniones que hablan de comunidades de judeocristianos que vivían fuera de Palestina, con una matriz social y cultural griega. También se señala como destinatarios a comunidades que tenían contacto con el gnosticismo y con otras herejías cristológicas. Hay cierto acuerdo en que eran cristianos que habían formado una primera comunidad pero a los que había que sostener en la fe. El evangelio de Juan está escrito con un vocabulario sencillo pero a partir del cual se construyen grandes discursos de una complejidad notable. Es frecuente encontrar palabras y expresiones muy propias del judaísmo. El Jesús que aparece en el evangelio de Juan no es autor de grande milagros pero sí es protagonista de escenas de alto contenido dramático como el encuentro con la samaritana o la curación de ciego de nacimiento. Es notable también el uso de la simbología cristológica: agua, luz, vida, verdad… El prólogo apunta ya a una cristología más desarrollada. La estructura del evangelio, siguiendo a Brown, sería la de un prólogo, una gran parte denominada Libro de los signos que muestran a Jesús como el enviado de Dios, una segunda gran parte llamada Libro de la gloria, donde se narra pasión, muerte y resurrección y finalmente una conclusión y un epílogo donde se apunta a la misión de la Iglesia. Edición 2016


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6.6 C ARTAS . A diferencia de los evangelios las cartas se atienen normalmente a unos cuantos puntos controvertidos de las comunidades y a unas exhortaciones a la fe y a la práctica cristiana, aunque suponen una predicación previa de Jesús y el anuncio de que Jesús murió y resucitó. Las cartas permiten conocer hasta cierto punto las primeras comunidades cristianas, con sus características y problemáticas concretas y suponen cierta relación de esas comunidades con los primeros testigos de la fe, es decir, si Pablo escribe a los filipenses es porque existe una vinculación entre el apóstol y la comunidad. Esto permite hablar de un interés apostólico y misionero en la elaboración de las cartas y no una simple elaboración intelectual: lo que importa es la vida de las comunidades no un desarrollo doctrinal impecable. Su elaboración se desarrolla entre los años 50 con las primeras cartas de Pablo y hasta final del siglo I con las cartas de Juan y segunda de Pedro. Un ejemplo puede servir para contemplar la diferencia en cuanto modo de escribir entre evangelios y cartas: frente a una comunidad dividida los evangelistas pondrán en boca de Jesús: “todos vosotros sois hermanos”; mientras que Pablo se dirigirá a la comunidad preguntando retóricamente “¿ésta Cristo dividido?”

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G ÉNEROS LITERARIOS

7.1 L OS

GÉNEROS LITERARIOS EN LA

B IBLIA

Abrir un periódico puede ser el mejor ejercicio para comprender los géneros literarios. Todo el mundo sabe que cada noticia hay que leerla a su manera. No son lo mismo las páginas de información política que las deportivas, ni el chiste de Mingote que los anuncios por palabra. Cada autor según la materia que trata utiliza un género literario distinto, un modo de escribir distinto. Y de acuerdo con él, valoramos sus afirmaciones. No leemos con la misma seriedad las declaraciones de cualquier político local que las del secretario general de la ONU. Nosotros mismos cuando escribimos usamos un estilo diferente si es una carta comercial o personal. Este detalle es importantísimo para valorar el texto bíblico. No se puede leer de la misma forma un texto poético que la lista de los funcionarios de Salomón, aunque catalogar todos los géneros literarios de la Biblia sea una labor difícil. Nos encontramos con discursos de Edición 2016


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despedida, políticos o de acusación, oraciones de acción de gracias o de intercesión, documentos como contratos o listas genealógicas, narraciones poéticas como mitos, cuentos, leyendas o parábolas, narraciones históricas y confesiones de fe entre otros muchos. Si asumiéramos que todo lo que dice en la Biblia responde al género literario de la crónica periodística, las consecuencias serían lógicas a la vez que problemáticas. Si Josué, por ejemplo, consigue que el sol se detenga es porque éste gira en torno a la tierra. Afirmar lo contrario supondría atentar contra la verdad de la Escritura. Pero si este texto fue polémico, lo es mucho más el texto de la creación en seis días. Esta manera de interpretar la Biblia está a la base de muchas posturas fundamentalistas: todo es tal y como lo expresa la literalidad de la Palabra de Dios. El problema vendrá cuando aparezcan afirmaciones erróneas, calificadas como tal desde la misma Escritura: Marcos comienza atribuyendo al profeta Isaías una cita del profeta Malaquías (Mc 1, 2), o cuando nos encontremos con textos que no tienen disculpa ninguna: “mataré a un hombre por herirme, a un joven por golpearme” (Gn 4, 23). Esta forma de leer la Biblia no es de ningún modo aceptable. La Biblia como Palabra de Dios encuentra su fundamento en la obra de Dios en la historia, pero como texto escrito es obra realizada por escritores humanos con todo el empeño de la producción literaria humana: memoria, imaginación, recursos estilísticos, conceptos, pero también fallos de memoria, equivocaciones y errores. En la iniciativa de poner por escrito unos acontecimientos que son vistos como obra de Dios hemos podido hablar de inspiración y a partir de ella, podemos hablar de verdad de la Escritura. Pero la verdad bíblica es una verdad creyente, salvífica, una verdad que sirve para comprender al hombre y para que éste se realice según el plan de Dios.

7.2 L ECTURA DE

LOS GÉNEROS LITERARIOS

A veces es sencillo determinar el género literario de un texto, sea o no sea bíblico. Determinadas fórmulas más o menos estandarizadas nos permiten identificar la forma que tiene un texto. “Querido…”, “reciba un afectuoso saludo”… indican a las claras que nos encontramos con una carta. Una esquela, las instrucciones de cualquier aparato o una poesía son fácilmente identificables como tales y eso permite al lector enfrentarse al texto con una predisposición y unas herramientas de comprensión particulares. Nadie espera la simbología de una poesía a la hora de describir cómo funciona un horno. Edición 2016


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Cuando nos enfrentamos a textos bíblicos pueden aplicarse los mismos criterios. Es necesario indagar en el género literario al que cada texto pertenece para captar el verdadero mensaje del texto. El uso de fórmulas o estructuras determinadas permite muchas veces reconocer la forma literaria de un texto, pero ello no es siempre posible. Comenzar un texto con los términos “amén, amén” es, desde los estudios de Joachim Jeremias, muestra de que el evangelista está usando una expresión muy propia de Jesús. Cuando nos enfrentamos con la poesía del Cantar de los Cantares todo lector sabe que las expresiones usadas deben entenderse de manera “poética”. Algo similar ocurre cuando nos enfrentamos a corpus de leyes o conjuntos de refranes. El texto bíblico en estos casos no presenta dificultad ninguna. Casos distintos son aquellos en los que los textos no sabemos, desde nuestro contexto contemporáneo, adscribir a un género literario concreto o que poseen varios o que tienen elementos que pueden inducir a confusión. Nos encontramos entonces con verdaderos problemas de comprensión de la Biblia que muchas veces acaban con incomprensión de lado del lector y con falta de significación de lado del texto bíblico. Textos como los dos relatos de la creación del libro del Génesis e incluso los primeros 11 capítulos de este mismo libro, muchas narraciones de milagros a lo largo de toda la Biblia o muchos relatos que intentan expresar experiencias religiosas difícilmente expresables con palabras provocan confusión en muchos casos por el desconocimiento del género literario que usan y por los recursos estilísticos y redaccionales que hacen aparición. Frente a estos textos cabría tener siempre cierta prevención: si lo que se narra es generalmente imposible, la actitud que debe tener el lector es la de preguntar, ¿qué mensaje quiere transmitir el texto? Por lo general esa narración de algo extraordinario está enfocada más a transmitir un mensaje que a ser una crónica periodística, con pretensiones de fidelidad absoluta a los acontecimientos. Con esta prevención es posible acercarse a muchos relatos bíblicos que en un principio podrían provocar rechazo a una mentalidad contemporánea que sabe de la regularidad de las leyes de la naturaleza. Querer indagar en el mensaje de esos textos supondrá muchas veces un esfuerzo a menudo bajo la forma de lectura y estudio, pero el resultado es una visión más clara del significado y valor de los textos y, a menudo, una comprensión más aquilatada de la fe.

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E L CANON DE LA B IBLIA

8.1 L A FORMACIÓN

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DEL CANON


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¿Por qué el Quijote no está dentro de la Biblia? ¿Por qué no están dentro las obras de san Agustín? ¿Por qué no están los escritos de Ignacio de Antioquía (principios del siglo II)? Entendemos canon como la lista de libros que la Iglesia considera como libros sagrados. Este tema del canon busca responder a la pregunta de qué libros pertenecen a la Escritura y por qué esos sí y otros no; es decir, ¿qué criterios se siguen para considerar ciertos libros como Palabra de Dios y por tanto normativos en relación a la fe y la praxis de la Iglesia? Fue el concilio de Trento (siglo XVI) quien dejó establecido cuál era la lista de libros que habían de considerarse Palabra de Dios; son los que forman hoy el Antiguo y el Nuevo Testamento. En un primer momento los libros tanto del A.T. como del N.T. fueron escritos sin pretensión de ser libros con validez universal y carácter sagrado, sino más bien para responder desde la fe a diferentes situaciones históricas del pueblo de Israel primero y de la Iglesia después. Sin embargo la historia dio como resultado que unos libros se consideraran dentro del canon de los libros sagrados por medio de un proceso dinámico, en el que el creyente ve la presencia del Espíritu Santo; con otras palabras, Dios no habló directamente a nadie para concretarle qué libros debían tenerse como inspirados. La formación del canon es un acontecimiento eclesial. El punto de partida para el nacimiento del canon son Cristo y la predicación apostólica. Todo el Antiguo Testamento, herencia judía que recibe la Iglesia, es contemplado como anuncio de Cristo, y los escritos del Nuevo Testamento pertenecen a él porque predican a Cristo y contienen la predicación apostólica. Según esto el Quijote no tiene esto lugar. Otro criterio en orden a la pertenencia al canon es el de la apostolicidad: serán canónicos los escritos que hayan surgido en el contexto apostólico; es decir, en el de la Iglesia de los orígenes. San Agustín también se queda fuera. Un último criterio que podemos dar y quizás el más determinante es el de la recepción de la Iglesia: los libros del A.T. y N.T. fueron considerados canónicos porque en ellos la Iglesia reconoció su experiencia de Dios. En la Iglesia apostólica surgieron no pocos escritos con clara vinculación apostólica, sin embargo, el uso que la Iglesia fue haciendo de esos libros fue admitiendo unos y olvidando otros. La segunda carta de Pedro (3,15-16) recomienda ya a finales del siglo I que junto a las lecturas del A.T. se lean en las asambleas las Edición 2016


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cartas de Pablo, de las cuales, sabemos que corrían diversas colecciones en las distintas comunidades. Pronto, también, se dio un lugar destacado a los evangelios, pero fue el uso que a lo largo de la historia la Iglesia le dio (y ¿por qué no? también el azar) lo que configuró el canon de los libros sagrados. Lo sentimos también por Ignacio de Antioquía.

8.2 L IBROS

CANÓNICOS FRENTE A LIBROS APÓCRIFOS

Frente a unos libros que las primeras comunidades consideraron reflejo de su experiencia y su vida de fe, aparecieron desde muy temprano otros textos con mayor o menor valor que no se consideraron como poseedores del mismo valor. Son los llamados textos apócrifos. Los textos apócrifos forman un corpus de escritos que, con distinto valor literario y teológico, hablan del pueblo de Israel si hablamos de apócrifos del Antiguo Testamento y de Jesús y las primeras comunidades cristianas si hablamos de apócrifos del Nuevo Testamento. Centrados en los apócrifos del Nuevo Testamento es frecuente encontrar textos que responden a la fe de la Iglesia pero que por distintas circunstancias no pasaron a considerar textos canónicos. Por otro lado hay textos apócrifos que tienen una intención claramente apologética. En este caso defenderán, generalmente de forma narrativa, determinados postulados más o menos acordes con la fe, pero que en ciertas ocasiones vendrán lastrados por su tono exagerado o incluso fantasioso. En algunos casos no tendrán reparo en defender como ciertos contenidos de fe más que dudosos y en otros presentarán versiones distintas de textos considerados como canónicos. Sin embargo, muchos textos apócrifos son la fuente de tradiciones que han arraigado en la vida de la Iglesia. Los nombres de Joaquín y Ana como los de los padres de María provienen del apócrifo Protoevangelio de Santiago y aparecen también en el Evangelio de la natividad de María. En el Evangelio armenio de la infancia aparecen que los magos eran tres hermanos reyes y que se nombran como Melkon (rey de los persas), Baltasar (rey de los indios) y Gaspar (rey de los árabes). Por otro lado, la aparición de los textos apócrifos muestra el dinamismo inicial de la fe, que a menudo tiene que enfrentar cierta confusión en los postulados de fe y la oposición de personas ajenas a la fe cristiana e incluso de cristianos que defienden ideas distintas.

8.3 L OS APÓCRIFOS

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HOY


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Hablar de los apócrifos que fueron escritos hace miles de años nos conecta con un fenómeno que se da hoy en día y que Junkal Guevara denomina como los apócrifos postmodernos. Dentro de esta categoría se incluyen todos esos escritos que en fechas relativamente recientes se han publicado narrando la vida de Jesús y de los comienzos del cristianismo. En la actualidad, las propuestas religiosas de las diferentes confesiones no provocan el interés que otras propuestas menos estructuradas. El cristianismo con su fe relativamente bien articulada y con una propuesta moral más o menos definida se encuentra con propuestas religiosas o espirituales que toman elementos de distintas fuentes y que se acomodan a lo que el ser humano siente necesitar. En este sentido, se quiere recuperar la figura de Jesús más como un maestro de espiritualidad que como el Cristo de la fe de la Iglesia. El Jesús histórico que intentan reconstruir las nuevas novelas históricas convive con energías, espíritus, magos,… En una palabra, lo religioso está más vivo que nunca, aunque ello no signifique que sean las iglesias las que tengan la oferta más apetecible para los consumidores. En este contexto surgen los nuevos apócrifos como novelas de ficción presentadas con base histórica y que buscan desentrañar el misterio que aun para el hombre de hoy día presenta Jesús de Nazareth. Pero además, estas novelas se presentan con pretensión de veracidad, es decir, buscan desvelar una verdad sobre Jesús que las iglesias se han empeñado en mantener oculta, normalmente por motivos espurios. Podríamos nombrar cientos de novelas que hoy cabe denominarlas apócrifos anónimos pero la más conocida y la que más repercusión ha tenido ha sido El código da Vinci, de Dan Brown. Como los apócrifos antiguos, los postmodernos de hoy en día deben llamar la atención no tanto en la veracidad de la historia que cuentan sino en que responden a una determinadas claves sociales y culturales de hoy en día, al interés que sigue despertando la figura de Jesús y todo aquello que le rodea y a la necesidad del ser humano de trascendencia, es decir, de misterios y de la búsqueda de respuestas, que hoy sigue más viva que nunca. Por último, como lo fueron los apócrifos de todos los tiempos, los apócrifos postmodernos son una oportunidad de formar y encontrar al otro.

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V ERDAD E INERRANCIA DE LA B IBLIA Se conoce como inerrancia la creencia cristiana en que la Biblia es verdad y no

contiene error. Sin embargo las palabras verdad y error son usadas aquí de una forma precisa. Edición 2016


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Decir que la Biblia es verdad no es decir que todas y cada una de las narraciones, de los textos, de las palabras sean verdad como correspondencia del texto con la realidad más objetiva. La Biblia no puede caer bajo el adjetivo de verdadera si usamos un concepto periodístico de verdad en la que todo lo escrito es reflejo fiel de los acontecimientos históricos. En ese sentido la Biblia no es completamente verdad. No lo es en sus expresiones, ni en sus descripciones de distintos acontecimientos, ni como explicación y respuesta de interrogantes. Pero la Biblia sí es verdad en cuanto que es consignación por escrito de la experiencia religiosa del pueblo de Israel y de la Iglesia. En ese sentido la Biblia es absolutamente verdad. Es testimonio de la fe de un pueblo y con recursos estilísticos y géneros literarios concretos es, para los cristianos, revelación de Dios. No hay error alguno en identificar a Dios con el Dios de Jesús. No hay error en nombrar a Jesús como el mesías de Dios. No hay error alguno en creer que Dios resucitó a Jesús. Son afirmaciones de fe y sólo en este marco cabe entender el concepto de inerrancia bíblica.

1 0 L A INTERPRETACIÓN DE LA B IBLIA 10.1 E XÉGESIS Toda persona que se acerca al texto bíblico, en realidad a cualquier texto, intenta, con los medios culturales, científicos, psicológicos… que posee, leer y entender lo que dicho texto dice. Tiene que tener en cuenta, por ejemplo, el género literario del texto o el contexto en el que fue escrito y a quiénes fue dirigido. Sin embargo para desentrañar todas las circunstancias que dieron origen a cada texto bíblico, lo que el autor quiso decir, lo que expresan determinados símbolos… o en una palabra para conocer en profundidad un texto los estudiosos de la Biblia llevan a cabo un trabajo denominado “exegético”. La importancia de este trabajo radica en que permite que la Iglesia o cualquier persona conozcan y comprendan los textos bíblicos, en unos casos con mayor profundidad y en otros de forma más superficial pero siempre del modo más veraz posible. Se conoce como exégesis todo el proceso que busca conocer lo que el texto bíblico quiso decir a sus destinatarios. En ese proceso se estudian las circunstancias del autor y de sus destinatarios, cómo se formó el texto, qué fuentes usó el autor, qué añadió personalmente a eso que recibió, qué matices quiso dar el autor con la utilización de tal o cual palabra, qué datos ofrecidos por la arqueología, paleografía, etc., pueden ser útiles...

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El proceso es complejo pero podría estructurarse del siguiente modo: I.

Fase preparatoria del texto.

El primer paso es la fijación del texto original por medio de llamada crítica textual (el primer versículo del evangelio de Marcos es según algunas traducciones: Comienzo del evangelio de Jesucristo, el Hijo de Dios, mientras que en otras aparece Comienzo del Evangelio de Jesús, el Cristo, el Hijo de Dios. De una u otra traducción depende cómo se relea después la estructura del evangelio de Marcos). En todo el trabajo es fundamental la utilización de los textos originales, es decir, sin traducir. El segundo paso es la estructuración interna del texto y su delimitación (¿Cuántas peticiones se hacen en el Padre nuestro? ¿Por qué comienza donde lo hace y no un versículo antes?). A esto seguirá el análisis del contexto donde tenemos el texto (¿Quiere decir algo que Mt presente la expulsión de los mercaderes del templo al final de su evangelio y Juan lo haga al principio?). II.

Lectura sincrónica del texto.

Se analiza el texto en sí mismo, sin tener en cuenta su historia o posibles influjos de otros textos o libros. En este momento se hace un análisis morfo - semántico (se estudia que una palabra usada de una forma concreta quiere decir algo concreto; por ejemplo: Jesús extiende su mano para curar a la suegra de Pedro. Al no decirse si es la mano derecha o izquierda tenemos que suponer que es la derecha, que es la mano por antonomasia y símbolo de poder), un análisis sintáctico (Cristo resucitó o Cristo ha sido resucitado: en un caso la acción es de Jesús y en el otro es de Dios ¿quiere esto decir algo?, por lo general sí) y un análisis estilístico (el uso de la expresión oráculo del Señor en textos de AT quiere dar una mayor autoridad al texto), III.

Lectura diacrónica del texto.

Consiste en introducir al texto en su historia. Consta de una crítica literaria (¿Mateo y Lucas utilizan en su evangelio material de Marcos?), un análisis de los géneros literarios usados (¿es igual el anuncio de que Cristo ha resucitado que el que recibe el padre del hijo pródigo de que su hijo ha vuelto?), análisis de tradiciones (Marcos señala que el que ayuda a llevar la cruz a Jesús es Simón, el padre de Alejandro y Rufo; los otros evangelios no dicen nada sobre de quienes era padre. ¿Hay alguna razón? Alejandro y Rufo son miembros de la comunidad de Roma y existe una tradición que los señala como hijos de Simón; el evangelio Edición 2016


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Biblia

de Marcos está escrito para los cristianos perseguidos de Roma) y un análisis de composición (¿está escrito todo el libro de Isaías de una vez? Algunos autores defienden más de 7 etapas sólo para los primeros 35 capítulos). IV.

Interpretación histórica.

A partir de los datos que nos ofrece el texto y de los que podemos conocer por otras disciplinas se trata de alcanzar la autenticidad histórica que el texto tiene de fondo (¿la parábola del hijo pródigo tiene detrás un caso real? ¿Y la narración de la última cena?).

10.2 H ERMENÉUTICA Si la exégesis trata de ir al texto en su origen, la hermenéutica trata de traer el texto al presente, para que pueda entablar un diálogo con el hombre de hoy. El método hermenéutico es menos sistemático que él exegético porque el hoy del hombre está en continua evolución. A pesar de todo sí existen ciertos principios hermenéuticos. Señalamos sólo cuatro de clara aplicación práctica. I.

Hay que respetar primeramente el mensaje y no la forma. El estudio

exegético es en esta tarea de gran valor. Si el profeta Natán acusa a David de asesinato, lo que se está condenando es el hecho de matar a alguien y no hace falta para esa condena que el asesino se llame David. Este ejemplo que parece tan burdo puede ser sustituido por otro equivalente: si Dios acusa a Israel de un culto vacío, lo que Dios está denunciando es la separación entre culto y vida, ya se llame el acusado Israel o Iglesia. II.

Hay que mantener la tensión que propone el texto, es decir, no hablar lo que

quiero defender y silenciar lo que me molesta, pues con la Biblia en la mano y pocos escrúpulos se puede justificar todo (véanse si no últimos versículos del Salmo 137). Si tratamos, por ejemplo, de aplicar en la Iglesia que la primacía del papa es continuación de la primacía de Pedro en la primitiva comunidad, también hay que decir, que en aquella primera Iglesia toda autoridad venía definida por el servicio. III.

Respetar el texto como palabra de salvación, es decir, no utilizarlo como arma

arrojadiza. El texto debe en primer lugar interpelar al que lo lee, debe cuestionar la propia vida. No es apropiada la expresión aquella de: qué bien le vendría esto a uno que yo me sé.

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IV.


Biblia

El último criterio de comprensión es Jesucristo. Él es la plenitud de la

revelación de Dios. Toda interpretación tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento que nos acerque a él, a su evangelio y a su misión en pro de los hombres tendrá cabida. Si no es así la interpretación del texto puede darse con toda tranquilidad por nula. Por tanto, nadie podrá con la Biblia en la mano defender la discriminación, la injusticia, la opresión y ni cualquier otra situación que destruya a la persona y rebaje su dignidad.

1 1 B IBLIOGRAFÍA ARTOLA, A.M., Biblia y Palabra de Dios, Verbo Divino, Estella, 1989. KONINGS, J., La Biblia, su historia y su lectura, Una introducción, Verbo Divino, Estella, 1995. MARGUERAT, D. (Ed.) Introducción al Nuevo Testamento. Su historia, su escritura, su teología, Desclée de Brouwer, Bilbao, 2008 SANCHEZ CARO, J.M., La Biblia en su entorno, Verbo Divino, Estella, 1989. SEGALLA, G., Panoramas del Nuevo Testamento, Verbo Divino, Estella, 1980. SICRE, J. L., Introducción al Antiguo Testamento, Verbo Divino, Estella, 1993.

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03. DECA Biblia

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