VENCIENDO GIGANTES También vimos allí gigantes, y éramos nosotros, a nuestro parecer, como langosta; y así
“
les parecíamos a ellos.” Números 13:33
Hay momentos en la vida de todo todo ser humano en los cuales nos tenemos que que enfrentar a retos que en ocasiones desafían incluso nuestra manera manera de pensar, retos que de una u otra manera alteran el ritmo normal de nuestra vida, y que exigen de nosotros el máximo esfuerzo, que exigen de nosotros la más grande disposición. Retos que cuando decidimos enfrentar, nos ponen ante diversas circunstancias, que en ocasiones se convierten en esos gigantes que se interpones en nuestro camino a la búsqueda de nuestros sueños. Cuando debo enfrentar esos gigantes en mi vida siempre recuerdo a Caleb y a Josué en el libro de números; cuando son son enviados junto a 10 hombres hombres mas para espiar la tierra de Canaán; ellos tenían una misión delante de sus ojos: debían ir y espiar la tierra que Dios les había prometido, pero antes de recibir lo que tenían por promesa y que de seguro recibirían; debían conquistar esa tierra; sin lugar a dudas Dios iría con ellos en ese camino, pero ellos deberían antes creer y hacer hacer lo que Dios Dios les pidiera que que hiciesen, no no importando que a primera vista todo pareciera estar en contra, no importando que todo apuntara a que ellos perderían la batalla; solo algo podía hacer que pudiesen llegar a la conquista y era que simplemente creyeran y actuaran conforme a lo que Dios les dijese. Hay algo que me impacta y es el hecho de que cuando estos hombres llegaron de la misión que les había sido encomendada, en su mayoría se encontraban angustiados, con temor de conquistar, con miedo de los gigantes que habían visto en aquella tierra y con los cuales tenían que enfrentarse para poder obtener su promesa. Como jóvenes en muchas ocasiones nos enfrentamos a distintos retos, que pueden llegar a convertirse en esos gigantes que muchas veces nos hacen dudar de eso que en algún momento Dios nos prometió, nos hacen dudar de nuestros sueños, de nuestros ideales, y de todas aquellas cosas que de algún modo hemos hemos anhelado para nuestra vida; y ahora lo vemos nublado casi invisible e imposible de alcanzar. Y así como estos espías cuando fueron a mirar la tierra de Canaán, vieron su fruto, su riqueza y en fin todo lo que Dios les había prometido, y aun teniéndolo teniéndolo frente, viéndolo con sus ojos dijeron: “…..no podemos subir subir contra aquel pueblo, porque es más fuerte que nosotros”; de la misma manera como estos hombres aun viendo todo lo que Dios les había prometido y desfallecieron al ver esos gigantes, hay momentos de nuestro caminar en el cual queremos desfallecer, momentos en los cuales esos gigantes se convierten en “imposibles” para nosotros.
Hay una carga en este tiempo en mi corazón y es la necesidad que tiene este mundo de que se levanten jóvenes como Caleb; jóvenes atrevidos, jóvenes que sepan y que sean consientes que su misión en este mundo comienza desde ya, que no sean de ese grupo que se rinden ante el primer obstáculo que encuentran en el camino hacia sus sueños, jóvenes consientes que deben levantarse por construir una nueva generación; una generación influenciada por lo sobrenatural, una generación de Calebs, que sepan pararse ante los que creen todo perdido y declarar como lo hizo Caleb “…subamos luego, y tomemos posesión de ella; porque mas podremos nosotros que ellos”. Generación de conquistadores, de vencedores de gigantes que sepan cual es su lugar en el terreno espiritual, jóvenes como David que a pesar que todo el pueblo temía, supo que en el nombre de su Dios podría lograr lo que ni aun el ejercito de su nación creía posible, jóvenes que se paren y le puedan decir a su gigante como dijo David: “……..Tú vienes á mí con espada y lanza y escudo; mas yo vengo á ti en el nombre de Jehová
de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, que tú has provocado”.
Hay algo que quiero que aprendas en esta oportunidad y es que a pesar de que en momentos veamos todas las cosas perdidas, de que a pesar de que no veamos una salida clara y de que a pesar que todo parezca estar en contra y nuestros sueños se pierdan entre grandes y fortificadas murallas, sepas algo y es que si sabes hacer su voluntad todo, absolutamente todo lo podrás lograr.
Durante el transcurso de mi vida e estudio acerca de los grandes vencedores de gigantes, buscando puntos claves o características especiales que los haya hecho vencedores, y solo hay algo que he podido ver en estos hombres y que ha impactado mi corazón, y es que todos sabían rendirse a la voluntad de Dios, sabían hacer su voluntad.
En mi vida he tenido que pasar por caminos en los cuales he encontrado diferentes obstáculos y gigantes, que en momentos, han producido en mi el deseo de renunciar a todo, y vivir una vida simplista con la cual quizás todo este aparentemente bien pero donde nada sobrenatural pasara. Recuerda que eso que no te deja acercarte a Dios, eso que no deja que se cumplan tus sueños, eso que ha hecho que te sientas frustrado y que muchas veces pierdas las esperanzas, esos son tus gigantes, eso es a lo cual tú te debes levantar como hijo de Dios y derribarlo, pero no sin antes recordar que las batallas en las que quieras la victoria se ganan a su manera, es a la manera de Dios que lo debes hacer, rompiendo con esquemas mentales y dejándote llevar por su vos, así hayan cosas que no te parezca lógicas… Hazlo porque eso se llama “rendición total”. Y por ultimo cuando triunfes debes recordarte que no fue por tus fuerzas que lo lograste, sino que es por su santo espíritu, que te has convertido en un vencedor de gigantes.
ESCRITO POR: WILMER ALEXANDER CAMACHO /
[email protected] BOGOTA - COLOMBIA