FACULTAD DE MEDICINA VETERINARIA Y ZOOTECNIA
III JORNADA SOBRE HERBOLARIA MEDICINAL EN VETERINARIA Parte 2 CURSO DE ETNOBOTÁNICA PARA VETERINARIOS Por: M. en C. Abigail Aguilar Contreras y M. en C. Miguel Angel Martínez Alfaro 1991
DIVISION DE EDUCACION CONTINUA DEPARTAMENTO DE FISIOLOGIA y FARMACOLOGÍA VETERINARIA
UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO DR. JOSÉ SARUKHAN Rector DR. SALVADOR MALO ALVAREZ Secretario General DR. TOMAS GARZA Secretario Administrativo DR. ROBERTO CASTAÑON ROMO Secretario de Servicios Académicos LIC. DAVID PANTOJA MORAN Secretario Auxiliar MTRO. MARIO MELGAR ADALID Abogado General FACULTAD DE MEDICINA VETERINARIA Y ZOOTECNIA DR. LEOPOLDO PAASCH MARTÍNEZ Director DR. FRANCISCO TRIGO TAVERA Secretario General DR. JOSÉ MIGUEL DOPORTO DÍAZ Jefe de la División de Educación Continua
III JORNADA
SOBRE HERBOLARIA MEDICINAL EN VETERINARIA Del 29 de abril al 4 de mayo de 1991. Coordinado por:
MVZ. GERARDO LÓPEZ BUENDÍA Editado por: DIVISIÓN DE EDUCACIÓN CONTINUA, FMVZ-UNAM.
III JORNADA SOBRE HERBOLARIA MEDICINAL EN VETERINARIA
PARTE 2
CURSO DE ETNOBOTÁNICA PARA VETERINARIOS
Por M. en C. Abigail Aguilar Contreras y M. en C. Miguel Angel Martínez Alfaro
1991
OBJETIVO GENERAL
Al finalizar el curso el asistente estará capacitado para realizar trabajo de tipo etnobotánico a nivel de campo con una orientación veterinaria.
PROLOGO
El presente material sirve de apoyo al Curso Básico de Etnobotánica para Veterinarios que se lleva a cabo dentro de Las actividades de la III Jornada sobre Herbolaria Medicinal en Veterinaria. Está constituido por un conjunto de artículos Selectos que pretenden complementar los temas vistos, Durante el curso, así como por una bibliografía recomendada. Esperamos que sean de gran utilidad para el lector.
PROGRAMA DEL CURSO Lunes 29 de abril de 1991. - Concepto de Etnobotánica. - Aspectos Históricos de la Etnobotánica Martes 30 de abril de 1991. - La experiencia etnobotánica mexicana Miércoles 1 de mayo de 1991. -Relación Hombre-Planta-Animal en México Contemporáneo. (Aspectos antropológicos y etnobotánicos médicos). - Aspectos básicos botánicos y taxonómicos de familias De plantas medicinales de México. - Técnicas de recolección, secado y montaje para Herbario. - Práctica General de un montaje de ejemplar para Herbario. (En el Laboratorio 2318 del Depto. De Fisiología y Farmacología de la FMVZ). Jueves 2 de mayo de 1991. Trabajo de campo: Investigación etnobotánica en el Mercado de Sonora. Material necesario: º Lunch
º Bolsa de Mercado º Libreta de campo º Etiquetas blancas con hilo º Lápiz
Viernes 3 de mayo de 1991. - Sistematización de la información etnobotánica y Elaboración de miniherbario. (En el Laboratorio 2318 del Depto. De Fisiología y Farmacología de la FMVZ). Material necesario: º Cuaderno profesional blanco de 100 hojas, forma Francesa con espiral. º Tijeras º Cinta adhesiva o diurex º Lápiz º Goma º Resistol blanco ((50) º Plantas medicinales
CONTENIDO El concepto de Etnobotánica. Efraím Hernández Xolocotzii. Etnobotánica: Un panorama general. Miguel Angel Martínez Alfaro. Sistematización de la información Tradicional Mexicana. Abigail Aguilar Contreras.
sobre
Medicina
El susto y el recurso herbolario. Abigail Aguilar C. Y Juan Raúl Camacho. Los Consejos Municipales de Salud en el Programa IMSS-COPLAMAR. Lic. José Anastasio Gutiérrez Gutiérrez. El papel de la Herbolaria en la Medicina Tradicional Mexicana. Abigail Aguilar Contreras. Posible metodología a seguir en el estudio de las plantas medicinales mexicanas. Miguel Angel Martínez Alfaro. Las Tesis de Licenciatura sobre plantas medicinales en la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia, UNAM. Luz del Consuelo Lozano Nathal.
Aproximación histórica al uso de las plantas medicinales en veterinaria a través de la tradición oral. Gerardo López Buendía. Experiencias en el estudio etnobotánico y la herbolaria medicinal en veterinaria de la región de Misantla, Veracruz. Jorge A. Hernández y López y Abigail Aguilar. Experiencias en el estudio etnobotánico y la herbolaria medicinal en veterinaria en la región de Mecapalapa, Pantepec, Puebla. María Edith López Villafranco y Abigail Aguilar. Medicina popular, animales de traspatio y et nosología en México. Arturo Argueta. An introduction to ethnoveterinary y Research and development. Constance McCorkle.
UNIVERSIDAD NACIONAL AUTONOMA DE MÉXICO FACULTAD DE MEDICINA VETERINARIA Y ZOOTECNIA DIVISIÓN DE ESTUDIOS DE POSGRADOS DIVISIÓN DE EDUCACIÓN CONTINUA ASOCIACIÓN DE ZOOLÓGICOS: CRIADEROS Y ACUARIOS DE LA REPUBLICA MEXICANA
RECTOR
DR. JOSÉ SARUKHAN KERMES
SECRETARIO GENERAL
DR. SALVADOR MALO ALVAREZ
SECRETARIO ADMINISTRATIVO
DR. TOMAS GARZA HERNÁNDEZ
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LIC. DAVID PANTOJA MORAN
DIRECTOR DE LA FACULTAD DE MEDICINA VETERINARIA Y ZOOTECNIA
DR. LEOPOLDO H. PAASCH MARTINEZ
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DR. FRANCISCO J. TRIGO TAVERA
JEFE DE LA DIVISIÓN DE ESTUDIOS DE POSGRADO
DR. ISIDRO CASTRO MENDOZA
JEFE DE LA DIVISIÓN DE EDUCACIÓN CONTINUA
DR. JOSÉ M. DOPORTO DÍAZ
1 Hernández X., E. 1979. El concepto de Etnobotánica. En: Barrera, A. (Ed. La Etnobotánica: tres puntos de vista y una perspectiva. INIREB. México, pag. 13-18
EL CONCEPTO DE ETNOBOTÁNICA* Efraím Hernández-Xolocotzi** Colegio de Postgraduados, ENA. Chapingo, Méx.
INTRODUCCIÓN La etnobotánica es el campo científico que estudia las interrelaciones que se establecen entre el hombre y las plantas, a través del tiempo y en diferentes ambientes. En México este fenómeno se inicia a partir de la invasión de su territorio por poblaciones humanas asiáticas con conocimientos anteriores de recolecta y de caza adquiridos en otros ámbitos; acusa un periodo largo de relaciones primarias de recolecta y de cacería; inicia los procesos conducentes a la utilización de los recursos por medio de la agricultura y a la domesticación de numerosas especies de plantas y algunas especies animales; culmina en una etapa agrícola y urbanista al momento de la conquista española; acusa fuertes impactos de infiltración cultural durante el periodo colonia; y desemboca en el cuadro actual en el cual intervienen, la persistencia de utilizaciones tradicionales de los recursos, el inicio y expansión de la llamada “revolución verde”, la ampliación de las infraestructuras necesarias para configurar una unidad socio-económica nacional, el impulso a las actividades industriales, y la formación de centros urbanos con alta concentración de poblaciones humanas. Los elementos de las interrelaciones hombre-planta, motivo de estudio de la etnobotánica, están determinados por dos factores: A) el medio (las condiciones ecológicas) y b) por la cultura. Al estudiar dichos factores a través de la dimensión tiempo, se puede apreciar, que éstos cambian cuanti y cualitativamente: el medio por modificaciones en los componentes de dicho ambiente y por la acción del hombre y la cultura por la acumulación, y a veces por la pérdida, del conocimiento humano. *Trabajo presentado en el Simposio de Etnobotánica organizado por el Departamento de Etnología Social (INAH-SEP) y el Departamento de Biología de la Facultad de Ciencias (UNAM) en la ciudad de México, D.F., del 25 al 27 de noviembre de 1976. ** Profesor-investigador, Rama de Botánica.
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II. FACTOR AMBIENTE El estudio del factor medio en sí conduce al entendimiento de que éste está caracterizado por: la Geología (estudio de la secuencia formativa de la tierra; los procesos dinámicos de modificaciones terrestres y marinas; las resultantes de dichos procesos); la Geografía (estudio de la configuración actual de la capa terrestre y el fondo marino; las relaciones actuales entre tierra y Agua; las relaciones latitudinales: los escurrimientos superficiales): la Climatología (el estudio de la dinámica en tiempo y espacio de los movimientos atmosféricos; las tendencias de los fenómenos térmicos, precipitaciones, evaporación en tiempo y espacio: el estudio de las tendencias cíclicas y causas de dichos fenómenos) la Pedología (el estudio de la génesis de los suelos y su relación con los materiales primarios disponibles, con el clima prevalente, con los micro y macroorganismos a través del tiempo; el estudio de las características del suelo y su relación con procesos de utilización). Estos factores fiscos del medio tienen relación y son afectados por los factores bióticos constituidos por flora y fauna. La importancia de la flora reside en su capacidad de utilizar la energía solar para producir materiales orgánicos, de intervenir en los procesos de formación del suelo, y de participar en el ciclo hidro1ógico de las superficies terrestres. La fauna participa en las múltiples cadenas trópicas de consumo, juega un papel variable en la reproducción y distribución de propágalos vegetativos, y junto con las plantas constituyen los degradadores microorgánicos importantes en los ciclos de energía, de materiales y de minerales en los ecosistemas.
III. FACTOR CULTURAL El factor cultural se origina y se define por las características funcionales que el hombre, como organismo altamente organizado, ha heredado y desarrollado a n grado: A) locomoción bípeda y amplia habilidad manua1; b) coordinación cerebral conducente a la capacidad de memoria y de conjugación de las experiencias registradas; c) alta capacidad de intercomunicación incluyendo el uso de especialmente vocales, representación pictográfica intercomunicación, por ende, limitada a espacios estrechos o sin la presencia de los intercomunican tez, limitada a simultaneidad límites temporales;
gestos, sonidos y simbólica, la necesidad de de tiempo o sin
d) largo período de aprendizaje; dado por las modificaciones óseas resultantes del hábito bípedo lo cual obliga el desprendimiento de la cría antes de su pleno desarrollo morfológico y funcional, esto redunda en un período de varios años de relación íntima madre-cría, período duran te el cual ocurren los procesos básicos
3 de aculturación; en la actualidad este proceso continúa en las instituciones educativas; e) alta capacidad de organización social; aparentemente basada en la característica fisiológica de Homo de poder efectuar el contacto sexual en cualquier época reduciendo los efectos del período de celo durante los cuales afloran actividades fuertemente disruptivas de la organización social, y las ventajas básicas psico1ógicas de las actividades conjuntas y las ventajas de las actividades de grupo en los procesos de supervivencia y de producción.
IV. RESULTANTES DE LA INTERACCION HOMBRE-AMBIENTE EN LA DIMENSION TIEMPO Se establece que la interrelación hombre-planta se inicia desde el momento en que los factores establecen contacto; también se establece que dichas interrelaciones cambian en calidad y en cantidad; se amplían y se pueden reducir a través del tiempo. Para facilidad de exposición, subdividimos estas interrelaciones en torno a los dos polos fundamentales el hombre y el ambiente. A. Resultados de la Dimensión Cultural. Sugerimos que la dimensión cultural se refleja y puede estudiarse en torno a los siguientes fenómenos: 1. Generación y acumulación de conocimientos -desde las fases en que predominaron los sistemas empíricos, hasta el presente en el cual se considera que la ciencia y su metodología constituyen el Organum o el proceso más poderoso al alcance del hombre para la adquisición de nuevos conocimientos. 2. Implementos, su invención y su mejoramiento -la conciencia del hombre para explorar formas de resolver problemas fiscos, aunado a su capacidad manual y el desarrollo de dicha capacidad, se refleja en implementos; las características de dichos implementos a través del tiempo muestran cada vez mayores habilidades, el uso de técnicas más refinadas, el uso de nuevos materiales, una mayor abstracción en diseño y ejecución; los implementos también reflejan cambios en la capacidad del hombre de modificar su ambiente. 3. Amplitud y profundidad en la capacidad de manipulación del ambiente un bosquejo de esta fase de desarrollo cultural nos conlleva a los siguientes aspectos: a) recolecta y caza y sus repercusiones sobre las poblaciones y la genética de las especies; b) nuevas técnicas en los procesos de transformación de las materias primas disponibles lo cual amplía la gama de productos posibles de consumo humano; c) procesos de degradación y de mejoramiento de los recursos. 4. Definición del proceso agrícola y la domesticación de plantas y animales.
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5. Desarrollo del urbanismo. 6. Desarrollo del proceso industrial. 7. Definición y ampliación del proceso educativo formal. 8. Ampliación de los procesos de organización socioeconómica. 9. Ampliación y restricciones territoriales. 10. Relaciones imperialistas y colonialistas. B. Resultados de la Dimensión Ambiente. Enfocando nuestra atención al polo ambiente. se pueden sugerir los siguientes aspectos: 1. Cambios en las dimensiones territoriales. 2. Intensidad en la utilización de los componentes bióticos. 3. Intensidad en el uso de los recursos en general. 4. Calidad y cantidad de las repercusiones en el uso de los recursos. 5. Extensión socio-económica en el uso del ambiente territorial propio del grupo humano bajo estudio y del ambiente extraterritorial. El estudio conjugado de las interrelaciones hombre-planta a través de la dimensión tiempo, nos indica que el campo etnobotánico involucra c1aramente procesos dialécticos. por lo que la metodología por aplicarse debe corresponder a dicha característica de los procesos en estudio.
V. INTERROGANTES ETNOBOTANICAS Para ejemplificar el marco de referencia aquí propuesto para los estudios etnobotánicos, sugerimos que las siguientes interrogantes quedarían dentro del campo científico de la etnobotánica. ¿Cómo acumula el hombre conocimiento del ambiente? ¿Cómo transmite dichos conocimientos? ¿Cómo genera tecnología para utilizar los recursos?
5 ¿Cómo preacondiciona plantas y animales para su domesticación ¿Cómo selecciona bajo domesticación a las especies domesticadas? ¿Cómo genera los conocimientos de las interrelaciones ambiente y producción de las especies domesticadas? ¿Qué relaciones se generan entre los procesos de preparación de alimentos y la amplitud e intensidad en el uso de los recursos? ¿Qué interrelaciones se generan entre recursos alimenticios utilizados y las características del hombre e lo individual y en su organización socio-económica?
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¿Cuáles son los efectos de la infiltración cultural sobre la relación hombre-planta? ¿Cuáles son las relaciones etnobotánicas a nivel de uso tradicional de los recursos con la ciencia de la genética; con los estudios de mejoramiento agronómico; con los trabajos de mejoramiento genético de las especies domesticadas? ¿Cuál es el impacto de la ciencia y la tecnología científica, sobre la relación hombre-planta? ¿Cuál es el impacto de la revolución industrial? ¿Cuál es el impacto del fenómeno de macrópolis sobre la relación hombre-planta? ¿Cuáles pueden ser las relaciones hombre-planta en el futuro?
VI. CONSIDERACIONES GENERALES De este bosquejo deben estar claras las siguientes consideraciones: Primero. la etnobotánica centra su atención en la relación hombre-planta. Segundo. E1 establecimiento de otros polos de interés dentro del marco general planteado. define el campo parcial o total de otras disciplinas científicas tales como la Sociología, la Psicología, la Antropología, la Ecología, la Historia. Tercero. El desarrollo de la etnobotánica dependerá de sus propias investigaciones y de la riqueza de las interrelaciones que se establezcan con otras disciplinas científicas. Cuarto. México. en la actualidad. es una de las regiones más favorables para los estudios etnobotánicos por los procesos pre-históricos e históricos registrados y por la persistencia de conocimientos empíricos sobre la relación hombre-planta en diferentes periodos de la dimensión tiempo. Quinto. Con relación a la interrogante sobre la utilización de los conocimientos etnobotánicos, considero que la función primordial de la ciencia es la de generar conocimientos. Dichos conocimientos se convierten en un instrumento para modificar el ambiente. La pregunta, por lo consiguiente se convierte en ¿quién, cómo y para quién se usará dicho conocimiento. Esta es una pregunta cuya respuesta dependerá del medio socioeconómico, de los procesos de aculturación de nuestra población en general y de nuestros profesionales en particular y cuya respuesta compete a los campos de la Filosofía, de la Economía, de la Política de la Socio1ogía y de las instituciones de planeación y de ejecución de nuestros esquemas gubernamentales.
7 Martínez A., M.A. 1978. ETNOBOTÁNICA: Un panorama general. IMEPLAM. Rev. Medicina Tradicional. (4):49-54.
En los últimos años se viene escuchando en diferentes círculos académicos y de divulgación un término llamado ETNOBOTÁNICA. Por otra parte, la literatura en Ciencias Sociales y Naturales también nos presenta cada vez con mayor frecuencia estudios etnobotánicos. En el presente artículo trataremos de mostrar algo sobre el origen y el actual auge de este campo de la ciencia. Lo primero que debemos analizar es si la etnobotánica es ya una ciencia autónoma o no, o si es preferible por el momento hablar de un campo de la ciencia o una ciencia multidisciplinaria. Según los estudios sobre filosofía de la ciencia es autónoma cuando ha logrado contar con una metodología y teoría propias; así aceptamos lo anterior y revisamos los trabajos etnobotánicos se puede ver que la teoría y el método seguidos pertenecen a
8 otras ciencias. El desarrollo logrado por esta disciplina nos muestra que aún no tiene un método y teoría propios, es decir, es una mezcla de ciencias naturales y sociales: botánica, sistemática, ecología vegetal, fitogeografía, agronomía, genética, etnología, etnografía, antropología social, etnohistoria, historia, arqueología y lingüística. Por el momento se puede observar que la etnobotánica es el resultado de la síntesis de varias disciplinas; lo anterior, es un proceso que normalmente ocurre dentro del desarrollo de las ciencias, es decir, la conjugación y la individualización de la ciencia forman parte dela dinámica a que están sujetos los conocimientos y al papel social y económico que estos representan.
¿Por qué la ciencia tiende a la síntesis en determinados momentos históricos? La respuesta a esta pregunta tienen entre otras causas a las siguientes: La síntesis del conocimiento es obligada cuando un investigador se topa con diferentes complejos que son a los que el etnobotánico se enfrenta. El desarrollo que tienen las ciencias en sus aspectos teóricos o metodológicos tienen que ver con el objeto de estudio y con la utilidad que puede derivarse de crear nuevas áreas de estudio, utilidad académica y/o económico-política (uso de la ciencia para la liberación o manipulación.
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La tendencia de algunas ciencias a tomar un enfoque humanista, el cual lleva a integrar diversos tipos de conocimiento. Cuando las ciencias tienden a analizar problemas teóricos por un lado, y por otro buscan soluciones a problemas concretos, se sugiere una conjugación para operar ambos niveles. En el caso de la etnobotánica, la cual no es deslindada muy claramente de la botánica económica, se presenta tal situación; algunos etnobotánicos se dedican a estudios en sociedades no industriales y su enfoque es teórico; por otra parte, hay etnobotánicos cuyo interés es resolver problemas de desarrollo regional, ecológicos y del manejo de recursos vegetales. En el caso que nos ocupa, fueron los botánicos quienes se interesaron en estudiar el papel de las plantas dentro de los procesos de evolución cultural y biológica, por otro lado, en sus orígenes la etnobotánica tenía un principio utilitario, tal es el caso de los cursos de Agustín Pyrame D’Candolle sobre botánica Humana y Botánica Aplicada en 1819. En 1876, T. Rochebrune imparte un curso de Botánica Etnográfica; curso con una orientación menos práctica. En 1883 Alphonse P.D’Candolle se inicia como Profesor de cursos de botánica Aplicada y Botánica Humana. En 1888 aparece el famoso trabajo de Alphonse titulado: “Origen de las plantas cultivadas”. En el prefacio de este libro se recomienda que el botánico debe preocuparse más en el estudio y origen de las plantas cultivadas, que debe tomar más en cuenta los problemas históricos y geográficos que resultan de estudiar las plantas de n contexto cultural. Los tres autores citados al igual que los investigadores posteriores en el estudio de la relación entre el hombre y las plantas, les interesan dos aspectos importantes: a) En estudios de evolución cultural interesa saber los diferentes usos que da el hombre a las plantas según su desarrollo cultural, b) desde el punto de vista biológico se pretende conocer los procesos de evolución bajo selección natural y domesticación de las plantas cultivadas. Es así como aparece la etnobotánica como una nueva especialidad de la botánica en el siglo XIX. Por 1895, en los E. U. A. (Universidad de Pennsylvania), el Dr. John W. Harshberger que era un médico-botánico acuña el término “ETNOBOTÁNICA”, para un curso sobre el uso que le daban a las plantas las “culturas primitivas indígenas” de los Estados Unidos, dicho curso se presentaba con un enfoque muldisciplinario; también aquí se contemplaban aspectos utilitarios, pues junto con el curso se forma un laboratorio y un jardín etnobotánico, en ambos se tuvieron grandes colecciones etnobotánicas. En 1939, R.E. Schultes considera que la etnobotánica es la rama de la botánica que se encarga de estudiar los usos de las plantas por los pueblos “primitivos”, nótese el unto de vista etnocentrista de este autor, pues para él la etnobotánica ayuda a rescatar el
10 conocimiento empírico de varios grupos humanos a favor del hombre blanco, éste se beneficia con el uso empírico de las plantas que le dan otros grupos étnicos, usos que pueden complementar a los que les da el hombre occidental de países altamente industrializados, esta postura llevó a Schultes y Oakes, profesores de botánica económica; ambos autores y luego Anderson consideran a la etnobotánica como una botánica no económica. Es así como la etnobotánica norteamericana, principalmente, enfoca su estudio a aspectos utilitarios. Con relación a la Unión Soviética, aquí destaca la labor de Nicolai I. Vavilov, quien consideró a la etnobotánica como una disciplina de las ciencias botánicas que apoya en forma definitiva a la agronomía y en especial a los estudios sobre el origen de las plantas cultivadas. Para Vavilov y sus colaboradores, la etnobotánica dilucida muchos problemas taxonómicos, genéticos, fitogeográficos y sobre todo, sus aspectos históricos y sociales. El profesor Vavilov crea a raíz de esta orientación etnobotánica el Instituto de Botánica Aplicada en Leningrado, uno de los centros más importantes en estudios etnobotánicos vinculados a la agronomía; para algunos botánicos soviéticos la etnobotánica debe relacionarse con la botánica económica y en ello coinciden algunos de sus colegas estadounidenses y franceses, pues los estudios llamados etnobotánicos sobre uso múltiple de las plantas, flora medicinal u otras plantas útiles, son muy comunes en Rusia y otras naciones del este de Europa. El tercer caso que se considera en este artículo es Francia; aquí la etnobotánica tienen sus antecedentes en los cursos de los D’Candolle y Rochebrune, posteriormente A.G. Haudricourt, en 1943, al realizar un estudio con L’Hédin: “L’homme et les plantes cultivées”, utiliza por vez primera para este estudio el término etnobotánica y la consideran dentro de la etnobiología; al asumir esta postura ellos están de acuerdo con E.F. Castetter, geógrafo estadounidense quien en 1943-44 indica que la etnobiología tienen dos grandes campos de estudio: la etnobotánica y la etnozoología; para que este autor la etnobiología no esta muy obligada a ser una disciplina aplicativa o programática. Volviendo a Haudricourt, se le puede considerar el pilar más importante para el gran desarrollo que viene teniendo en Francia esta disciplina; para él y otros etnobotánicos franceses la etnobotánica no debe tener un enfoque etnocentrista, puede o no ser utilitaria y finalmente es el eslabón más fuerte que se puede establecer entre las ciencias sociales y las naturales, por medio de ella podemos observar cómo el hombre se relaciona con las plantas dentro de un contexto cultural, es decir, siempre se deberá analizar la trilogía: plantashombre- cultura en forma global y no aislada como se tiende a considerar la etnobotánica por algunos de sus estudiosos que reducen estros trabajos a simples enlistados sobre usos de plantas, principalmente entre grupos étnicos o clases sociales marginadas; en sociedades con un alto nivel tecnológico en este último punto prácticamente la etnobotánica no se ha enfocado en esa orientación. Haudricourt, siendo agrónomo, fue convirtiéndose en etnógrafo, etnólogo y lingüista para poder entender mejor el origen y la evolución de las plantas cultivadas, que es una de las líneas de investigación etnobotánica más comunes en Francia. Otros botánicos
11 más comunes en franceses pasaron igual experiencia: Friedberg, J. Vidal, J. Barrau, R. Porteses, por citar algunos de los más conocidos en nuestro medio.
Magia en Chucuito (cultura aymara en el Departamento de puño, Perú)
En el caso de Francia hay incluso un Laboratorio de Etnobotánica en el Museo de Historia Natural de Paris y en la actualidad hay muchos estudiantes de etnología y antropología social interesados en este campo. Por lo que respecta a las líneas de investigación más socorridas están las relacionadas con el origen de la agricultura y de las plantas cultivadas, la de taxonomías populares, la de plantas medicinales y sobre uso múltiple de floras útiles. La etnobotánica francesa tiende a orientarse hacia fines no utilitarios, pues estos no son tan populares en la actualidad. Aproximadamente hace unos 15 años que en Francia se presentó un viraje de esta disciplina: se llega a aceptar, en términos generales, que la etnobotánica debe orientarse más hacia la etnología, que explique la importancia cultural e histórica de las plantas, que el etnobotánico sea un científico crítico principalmente en políticas sobre uso de recursos naturales, recursos que deben ser aprovechados por grandes sectores de la sociedad y contemplando que los usos estén en armonía con un buen manejo del ecosistema (ambiente) y con la cultura; finalmente, sugieren los franceses que la etnobotánica la hagan botánicos del país donde se hace el estudio; en el caso de las
12 minorías étnicas que la hagan los nativos de esa etnia. En estos puntos insiste mucho Barau al hacer una guía de estudios etnobotánicos para el suroeste asiático y parte de Oceanía (Melanesia). La poca literatura que hay sobre estos estudios en otras partes del mundo no me permite presentar orientaciones y líneas de investigación con algún detalle, sin embargo, en el caso de la India, Indonesia, Filipinas, Japón, la etnobotánica se ha centrado en estudios sobre el origen de la agricultura; en la India o China, en el origen de plantas cultivadas y sobre floras médicas. La situación en África es muy similar, sobresaliendo los estudios en Nigeria, Tanzania y Gahna donde hay influencia académica inglesa y en Madagascar, Gabón y Senegal donde la influencia es francesa. En lo concerniente a América Latina hay grupos de estudios etnobotánicos, en Brasil donde se inicia, Perú, Colombia y México: en estos países las líneas de investigación giran en torno a estudios sobre el origen y evolución bajo domesticación de plantas cultivadas, plantas medicinales y estudios etnolingûísticos sobre taxonomías populares. Finalmente, con relación a los estudios etnobotánicos en plantas medicinales y/o medicina tradicional, cabe citar a la distinguida etnobotánica francesa C.B. Friedeberg, cuya opinión es muy autorizada en tal línea de estudios etnobotánicos. Este tipo de trabajos según la autora, deben contemplar los siguientes puntos: Ha sido difícil circunscribir el campo de estudios de la medicina tradicional; no hay parámetros para decir dónde empieza y dónde termina. Se deben hacer estudios profundos de tipo psicológico y médico sobre el concepto de enfermedad, pues aún en la cultura occidental es difícil detectarlo. Junto con el estudio etnobotánico y botánico de las plantas medicinales es menester hacer estudios históricos, ecológicos y etnológicos que nos permita entender mejor el papel de las plantas medicinales dentro del contexto cultural y biológico. Solamente el estudio global será suficiente para explicar el papel cultural de las plantas medicinales. 4) Tomar información muy precisa sobre cómo funciona el cuerpo humano a dos niveles: A) en su totalidad y B) cómo influye una parte sobre la otra. 5) Estudiar las ideas dualistas de equilibrio biológico y cultural, por ejemplo, plantas frías y calientes, de arriba y abajo, etc. ¿Cómo se encuentra esa percepción de equilibrio? Quién, cuándo y cómo se sabe o se dice que una persona está enferma. Recordar que a veces la comunidad es la que dice de alguien está enfermo. Analizar el papel social del curandero.
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Si se acepta que en muchas culturas el cuerpo es considerado como una fuerza productiva, ver qué ideas tienen sobre cómo reproducir esa fuerza, también ver la idea de reproducción ligada a la noción del cuerpo como fuerza productiva. Estudiar las diferencias entre la sociedad donde hay una comunidad responsable que coopera a cualquier intento de salud individual y de grupo, contrastando con las comunidades donde la envidia, la brujería u otras causas hacen que no existan deseos de mantenerse sanos. Intentar estudiar lo sistemas de representación de las enfermedades, los cuales el curandero conoce y manipula; estudiar el papel de la imaginación y lo imaginario en el concepto de enfermedad. Ver si se establece la dominancia de un individuo o grupo sobre otros. Estudiar las ideas que se tienen sobre un principio vital. Analizar el papel de las plantas medicinales como plantas rituales.
BIBLIOGRAFíA ETNOBOTÁNICA BASICA 1. Ames, O. Economic Annuals and Human Cultures. 2. Botanical Museum of Harvard University, Cambridge, Mass. 1939. (Especialmente Caps. I y VIII). 3. Barrau, J. L’Ethnobotanique au carrefour des Sciences Naturelles et des Sciences Humanines. Bulletin de la Societé Botanique de France. Ser. V. Vol. 118 (3-4): 237247., 1971. 4. An Ethnobotanical guide for Antropological Research in Malaya-Oceania. UNESCO: Sciences Cooperation Office for South-East Asia. Multigraphiées, Bangkok-Djakarta. 5. Coonklin, H.C. the relation of Hanunoo Culture to the Plant world. Thesis (ph.D.) dactyl., University of Columbia, New York., 1954. 6. Ethnobotanical problems in the comparative study of Folk taxonomy. Proceedings of Pacific Science Congress of the Pacific Science Association, 4 Bot, 299-301, Bangkok. 1957,. 7. Harshberger, J.W. The purpose of ethnobotany. American Antiquarian 17 (2): 73-81. 1895. 8. Haudricourt, A.G.: Hedin. L’Home et les plantes cultivées. Gallimard, Paris. 1943. 9. Jones, V.H. The nature and status of ethnobotany. Chonica Botanica 6 (10): 219-221. 1941. 10. Porteres, R.L. L’Ethnobotanique: place, objet, methode, philosopie. J. Agr. Trop. Bot. Appl. 8(4-5): 102-109. 1961.
14 11. Course de Ethno-botanique Generales. (1969-1970) 2 Vols. Faculté des Lettres, Institut D’Ethnologie et Museum National D’Histoire Naturelle: Laboratoire D’Ethnobotanique et d’Ethnozoologie, Paris (roneotypé). 12. Schultes, .E. La etnobotánica, su alcance y su objeto. Caldasis 1(3): 7:12. 1941. 13. Vavilov, N.I. The origin, variation, inmunity, and breeding of cultivated plants. Chronica Botanica Co. Waltham, Mass. 1952.
15 Aguilar, A. 1990. Sistematización de la información sobre Medicina Tradicional Mexicana. Memorias IV Coloquio de Medicina Tradicional Mexicana. ENEPZARAGOZA. UNAM. Págs. 77-88
SISTEMATIZACION DE LA INFORMACION SOBRE MEDICINA TRADICIONAL MEXICANA Abigail Aguilar Contreras
El hombre por su naturaleza siempre trata de agrupar, ordenar, clasificar para después enlazar, coordinar, vincular y finalmente integrar una serie de datos, información o conocimientos sobre un tema u objeto específico de su interés. En este sentido observamos que, a través de la historia se clasifica y se vuelve a clasificar u ordenar desde muy diversos criterios la naturaleza, los seres vivos y las cosas entre otros. cambiando los criterios según se vaya avanzando en el conocimiento del objeto de estudio. En esta ocasión y a diferencia de las otras oportunidades donde se nos ha invitado a hablar solamente, de flora medicinal, hoy trataremos de reflexionar sobre el tema de la Medicina Tradicional Mexicana como un saber en integración, desde el punto de vista de la sistematización de la información del conocimiento que se tiene de ella. Debo aclarar que esta ponencia esta abierta a la discusión y a las aportaciones de todos, ya que nosotros solamente trabajamos con una parte de este saber y solo apuntaremos lo que hemos observado por nuestra experiencia y lo que hemos percibido de los giros que ha tomado el estudio de este apasionante tema. Reseñando un poco diríamos que hace treinta años el estudio de la Medicina Tradicional Mexicana era materia exclusiva de los antropólogos que ahondaban en lo que es el primero de los elementos básicos de esta cultura médica, los conceptos de salud y enfermedad que tienen los diferentes grupos humanos. A partir de los años setentas se comienzan a integrar grupos multidisciplinarios para. abordar cl estudio de esta medicina, cono lo. fue el Instituto Mexicano para. el estudio de las Plantas Medicinales (IMEPLAN), pero haciendo énfasis en la investigación de uno. de sus elementos el recurso herbolario; siendo los años ochentas donde vislumbramos los primeros intentos por indagar sobre otros elementos de este saber médico tradicional. de esa inquietud resultan las encuestas nacionales del IMSS-COPLAMAR (1984) sobre recursos humanos de la .Medicina Tradicional recursos herbolarios y nosologías tradicionales; así como los primeros encuentros de médicos tradicionales (curanderos. hueseros, parteras) organizados por el Instituto Nacional Indigenista y el Instituto Mexicano del Seguro Social. Por lo tanto, consideramos que será en esta década de los noventas cuando verdaderamente se vinculen todos los elementos y los protagonistas de esta cultura médica popular para un mejor conocimiento, análisis, entendimiento e integración de la misma a la cultura médica nacional. La información que se tiene sobre dicho conocimiento médico ancestral y actual, lo podemos sistematizar a partir de los elementos básicos que lo forman, a saber:
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1.- CONCEPTOS DE SALUD Y ENFERMEDAD. Estos conceptos pueden agruparse por lo que piensa cada grupo étnico del país. Por ejemplo ¿Cuál es el concepto de salud y enfermedad de los otomíes en general? o se puede agrupar como ¿Cuál es el concepto de salud y enfermedad de los otomíes de Hidalgo? o del Edo. de México?; ¿Existen coincidencias o hay diferencias? De otra manera, el arreglo sería las concepciones de grupos étnicos que tengan la misma familia lingüística Igualmente puede pensarse en otro ordenamiento de estos conceptos de salud enfermedad según la percepción del, grupo mestizo rural o urbano.
2.-RECURSOS HUMANOS PARA LA. SALUD QUE EJERZAN LA MEDICINA TRADICIONAL POPULAR. El ordenamiento de los recursos humanos para la salud que practiquen la medicina tradicional mexicana popular puede ser por especialidad de práctica terapéutica díganse curanderos, hierberos, hueseros, pulsadores, entre otros. De igual manera se pueden agrupar por grupo étnico ya sea indígena o mestizo y tipo de vida rural o urbana. por ejemplo los mara' kames que son los médicos de los huicholes; las parteras que pueden ser indígenas o mestizas .y vivir en las zonas rurales o urbanas. Otro ordenamiento puede ser por edad, sexo o tipo de padecimientos o enfermedades que curen en determinada región natural o política, un ejemplo son los embalsamadores y los rezanderos que curan principalmente el susto en el estado de Veracruz. Cabe mencionar dentro de los recursos humanos a las amas de casa, conocer cuantas enfermedades o padecimientos curan, los medicamentos herbolarios o animales que utilizan, en suma el grado de manejo de la salud y la enfermedad en el ámbito familiar o domestico donde ellas se mueven. Por otro lado, tenemos a los promotores de salud de las asociaciones civiles y de instituciones de salud que en algunos casos son curanderos o personas interesadas en curar, en parte, con métodos de la medicina tradicional popular. Finalmente observamos a los médicos veterinarios tradicionales que son aquellas personas cuya práctica terapéutica es para animales utilizando plantas, minerales u otros elementos de su entorno natural para curar o. aliviar enfermedades propias de los animales.
3.- CONCEPCIONES DEL CUERPO HUMANO O ANIMAL La información sobre las concepciones del cuerpo humano o animal, se puede ordenar según el pensamiento de los diversos especialistas de la medicina tradicional mexicana, comenzando por la esquematización de los órganos del cuerpo humano o de los animales, es decir, los órganos que conciben los terapeutas; el arreglo también se puede hacer según el pensamiento anatómico que tenga cada grupo étnico.
17 A su vez, esta clasificación de órganos se puede reagrupar por las funciones que desempeñan cada uno desde el punto de vista del médico tradicional o del grupo étnico. Un ejemplo muy comentado es el de la Concepción del corazón de los grupos étnicos de los Altos de Chiapas, localizándolo en el lugar donde ,nosotros observamos el estómago. Por último, hablamos en términos de etnoanatomía o etnofisiología, podemos registrar por orden alfabético o por lenguas las diversas denominaciones que recibe un órgano o una función fisiológica; de igual forma se puede escribir un repertorio de todos aquellos órganos y funciones del cuerpo humano o. de1 cuerpo de los animales concebidos por la Medicina Tradicional Mexicana, los cuales son desconocidos por la Medicina Académica.
4.- ENFERMEDADES, PADECIMIENTQS Y ALTERACIONES QUE ATIENDE LA MEDICINA TRADICIONAL MEXICANA Las enfermedades pueden ser naturales u orgánicas o aquellas que han denominado enfermedades culturales o síndromes dc filiación cultura o enfermedades sobrenaturales. La información correspondiente a cada una de las en enfermedades se puede ordenar por origen del padecimiento, causas que producen la enfermedad, signos y síntomas de dichos padecimientos y preceptos y remedios para cl tratamiento de las enfermedades; todo esto vendría a ser la etiología, dignosis y terapéutica vista y practicada por el médico tradicional popular. Las enfermedades tanto naturales como culturales se - pueden arreglar por orden alfabético de denominaciones populares o por su calidad fría o caliente. En el caso de las enfermedades naturales u orgánicas se ordenan generalmente por aparatos y sistemas del cuerpo humano, previa interpretación del terapeuta tradicional. Por otro lado, el arte tradicional de curar atiende los problemas que se presentan por picaduras o mordeduras de animales ponzoñosos, traumatismos y alteraciones del cuerpo provocadas por la acción fototóxica de plantas. Los problemas psicológicos o .psiquiátricos y los de alcoholismo merecen un rubro aparte cuya información todavía no se tiene muy aclarada, por lo tanto se necesita indagar más sobre esto para poder dar parámetros de clasificación u ordenamiento.
5.-PACIENTES QUE RECURREN A LA MEDICINA TRADICIONAL Los Pacientes pueden ser animales tradicionales ó humanos y animales irracionales; los primeros son hombres, mujeres y niños, los segundos son animales silvestres o animales domésticos. La Medicina Tradicional puede atender enfermedades presentes en cada uno de estos pacientes pudiendo ordenarlas según sexo y edad de los enfermos, es decir enfermedades que sólo padecen los hombres o las mujeres o los niños; así también en el caso de los animales, aunque aquí se puede ordenar según la especie o la familia zoológica a la cual pertenezcan, como es el caso de enfermedades exclusivas de los equinos u otros. Extrapolándonos, observamos .en el trabajo de campo que las plantas en algunas ocasiones son un tipo de pacientes “sui generis” al ser dañadas por el hombre con
18 enfermedades como “el mal de ojo” o un “mal puesto”; en estas situaciones se recurre al médico tradicional para curar a las plantas de esos padecimientos.
6.- MEDICAMENTOS UTILIZADOS POR LOS PRACTICANTES DE LA MEDICINA TRADICIONAL POPULAR. Los medicamentos pueden agruparse según su origen, así tenemos los remedios vegetales, animales, minerales, de origen fúngico, de aguas, la mezcla de diversas plantas,.la combinación de plantas, animales y. medicamentos de patente, la combinación de plantas y minerales, la combinación de plantas y medicamentos de patente o la combinación de animales y medicamentos de patente. Respecto a los recursos herbolarios y animales podemos ordenarlos por familias botánicas o zoológicas, según sea el caso, que curen determinados padecimientos, de igual manera el ordenamiento puede ser por géneros y especies utilizadas en la terapéutica de alguna enfermedad. De igual forma se pueden agrupar las especies que se usen solamente para enfermedades de mujeres, niños, hombres o en enfermedades de animales, padecimientos psiquiátricos o para atender enfermedades culturales. Otro arreglo sería el agrupar los recursos herbolario o animal por aparatos y . sistemas del cuerpo humano según el tipo de enfermedad que alivien. Por otro lado, el ordenamiento se puede dar por familias, géneros y especies de las cuales se ocupe un órgano o parte específica de ellas, viendo si las enfermedades coinciden o no; por ejemplo el látex de las Euforbiáceas o de las Apocináceas se utiliza principalmente para quitar granos; en el caso del recurso animal, la sangre de varias especies animales generalmente se procura para la aliviar la tuberculosis. Así podemos pensar en tallos, hojas, raíces, frutos. semillas y flores, entre otros; en animales sería pensar fanéros, ácido úrico, huesos; etc. Existen más ideas sobre como agrupar la información sobre recursos herbolarios y animales estos son por el tipo de calidad es decir, si las plantas o los animales medicinales son calientes, fríos, cordinales o aguañosos; por olores, por sabores o por sus componentes químicos. Finalmente un ordenamiento de estos recursos pueden ser por zonas eco1ógicas, si son silvestres, cultivados o domesticados o comprados en el mercado o tianguis; por su lugar de origen, si son nativos o introducidos.
7. -ADQUISICION DE LOS MEDICAMENTOS DE LA MEDICINA TRADICIONAL POPULAR La adquisición de los medicamentos, la podemos ordenar, según la vía de obtención, es decir, si es por recolección o compra directa. En el caso de los recursos herbolario, animal y mineral si es recolección directa, el orden puede ser por el sitio en donde habitan o se encuentran como lo es por zonas ecológicas, arroyos, cerros, caminos, huertos familiares (para plantas) o traspatio (para animales) si es por compra directa se puede agrupar..por clase de mercado o tianguis, indígena o mestizo, rural o urbano, tiendas naturistas, por intercambio de recursos o trueque.
19 La adquisición del recurso herbolario por compra, también se puede ordenar por parte de la planta que se vende y usa (raíces, tallos, hojas, flores, frutos, semillas y cortezas), así como por .todo lo que se específica en el punto seis de este trabajo. Un subapartado en este punto es el tiempo de recolectores que pueden ser los propios médicos tradicionales, las amas de casa, los herbolarios, los comerciantes y los revendedores; todos ellos merecen estudios de “casos de vida”.
8.- CURACIONES Y PREPARACIONES DE MEDICAMENTOS EN LA MEDICINA TRADICIONAL POPULAR La información sobre curaciones y preparaciones de medicamentos se pueden agrupar por tipo de práctica curativa como son las limpias, sobadas, masajes, barridas, rameadas, hidroterapia, baños de temascal, cantos, frotaciones, buches, soplidos, dietas, rituales para curar como la “costumbre” de los otomíes, chupar y tirar el mal; infusiones, cocimientos, pomadas, aguas, pelotillas , maceraciones, remojado, estrujado, y últimamente microdosis. La vía de administración de los medicamentos herbolarios, animales o minerales se puede ordenar en local o tópico, inyectable, oral, .rectal, vaginal, inhalado.
9. -FUENTES DE INFORMACION DE LA MEDICINA TRADICIONAL. Las podemos agrupar primeramente por trabajos de campo directo en las comunidades con grupos étnicos, en zonas mestizas rurales o urbanas, la línea de investigación en este caso puede ser de tipo antropológico médico, etnobotánico, sociológico, agronómico, psicológico, médico lingüístico y veterinario. Dentro de esta fuente de información que es el trabajo de campo, se encuentran las investigaciones de los mercados o tianguis. En segundo lugar tenemos las fuentes bibliográficas que pueden ser libros, artículos, tesis. reportes de viajeros, reportes de servicios sociales, periódicos. archivos históricos, archivos parroquiales, crónicas resúmenes y memorias de congresos, coloquios, encuentros y foros. Todas estas fuentes de las disciplinas mencionadas en el párrafo anterior y también del área de fitoquímica, farmacología, ecología, historia y floras generales. Cabe mencionar en este punto como fuentes de información bibliográfica los trabajos finales del seminario de Antropología Médica de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México, los reportes correspondientes al curso de Etnobotánica Medicinal de la Escuela Nacional de homeopatía del Instituto Politécnico Nacional, las investigaciones sobre el tema de los cursos de Etnobotánica de la Facultad de Ciencias de la UNAM, y de la Escuela Nacional de Estudios Profesionales Iztacala de la UNAM, los trabajos del curso de Botánica Económica de la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas del IPN, los reportes de los cursos de Plantas Medicinales de la Universidad Autónoma de Chapingo, los textos del seminario de Medicina. Tradicional de la Escuela Nacional de Estudios Profesionales Zaragoza, los documentos de los promotores culturales de la Dirección General de Culturas populares y el Instituto Nacional Indigenista, las investigaciones generales en la maestría de Antropología Médica de la Escuela Nacional de
20 Antropología e Historia, así como los reportes técnicos sobre el tema de diversas instituciones de salud entre ellas el Instituto Nacional de la Nutrición, Secretaría de Salud, Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado e Instituto Mexicano del Seguro Social y otros Centros de Investigación y Universidades del país, que estudian algún elemento de los que conforman la Medicina Tradicional Popular Mexicana. En tercer lugar se encuentra la información depositada en encuestas sobre plantas medicinales, terapeutas tradicionales, enfermedades culturales o nosologías tradicionales, animales medicinales, entre otros. Estas encuestas son tanto a nivel regional como nacional. En cuarto lugar tenemos como fuente de información sobre Medicina Tradicional, la investigación de herbarios especializados en flora medicinal, flora general o en los herbarios itinerantes o miniherbarios de los cursos de divulgación científica del Instituto Nacional del Seguro Social y de la Dirección General de Extensión Académica de la UNAM o. de las Asociaciones Civiles del Movimiento de Salud Popular. Finalmente quiero resaltar que los organizadores de estos Coloquios, ya tradicionales de la Escuela Nacional de Estudios Profesionales de Zaragoza, han ordenado muy bien el objeto de estudio, recordemos que el. primer Coloquio se llamó “Medicina Tradicional” ¿Un Saber en Extinción? observando que esta medicina era vigente, por lo tanto el II Coloquio fue “Medicina Tradicional, Un Saber en Recuperación”, comprobando la existencia de bastantes trabajos de investigación encaminados por esta línea, por consiguiente el III Coloquio fue la “Medicina Tradicional Mexicana, Un Saber en Discusión” y .este IV Coloquio por 1ógica se le categoriza u ordena como la “Medicina Tradicional Mexicana, Un Saber en Integración lo cual se está notando que es un hecho, prueba de ello es el I Congreso Nacional de Médicos Indígenas llevando a cabo en diciembre pasado en Oaxtepec, Morelos por el Instituto Nacional Indigenista y la Dirección General de Culturas Populares, donde los médicos tradicionales son los protagonistas y su sabiduría la compartieron e intercambiaron vinculándose entre ellos mismos y a este mundo académico de Congresos, donde las experiencias son las que abren los caminos para la. integración.
Literatura consultada 14. Aguilar C., A. y J.R. Camacho. 1984. El uso popular de las plantas medicinales mexicanas y su distribución por aparatos y sistemas. Memorias de las Jornadas Científicas de las Unidades de Investigación del Valle de México. Publicaciones del Instituto Mexicano del Seguro Social. 15. Aguilar C., A. y J.R, Camacho. 1984. Los recursos terapéuticos de la Medicina Tradicional. La Herbolaria como recurso básico. (Estadísticas Nacionales). En: Medicina Tradicional y Herbolaria. Materiales para su estudio. Publicaciones del Instituto Mexicano del Seguro Social. 16. Varios autores. 1987. Memorias del I Coloquio “Medicina Tradicional” ¿Un saber en extinción?. Publicaciones de la Escuela Nacional de Estudios profesionales Zaragoza, UNAM.
21 17. Varios autores. 1988. Memorias del II Coloquio “Medicina Tradicional, Un saber en Recuperación”. Publicaciones de la Escuela Nacional de Estudios Profesionales Zaragoza, UNAM. 18. Varios autores. 1989. Memorias del III Coloquio “Medicina Tradicional, Un saber en Discusión”. Publicaciones de la Escuela Nacional de Estudios Profesionales Zaragoza, UNAM.
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EL SUSTO Y EL RECURSO HERBOLARIO M. en C. Abigail Aguilar Contreras 1 Biol. Juan Raúl Camacho Pulido2
La presencia de la medicina tradicional a lo largo del territorio nacional es un hecho evidente; su práctica en muchas ocasiones representa las acciones primarias de atención a la salud, así como el único saber médico que atiendo los padecimientos propios de cada grupo humano. El conocimiento médico tradicional tiene sus propias concepciones respecto de la etiología, el diagnóstico, las formas y los recursos curativos, así como de las medidas de prevención de las enfermedades, encontrando dentro de éstas los padecimientos o conjunto de signos y síntomas que conforman lo que se ha llamado “síndromes culturales”, “enfermedades tradicionales” o “enfermedades populares”, que no tienen interpretación dentro de la medicina occidental ortodoxa. Dentro de las enfermedades tradicionales de más incidencia en la población tenemos la denominada susto, padecimiento que afecta tanto a niños como a hombres y mujeres de diferente edad. Para algunos grupos étnicos, el susto representa la pérdida del alma o la pérdida de la sombra, según sea su cosmo-visión; para otros dicha enfermedad se debe al hecho de recibir una fuerte impresión repentinamente. En ambos casos, los síntomas más frecuentes son un estado de tensión, notándose desgano, depresión, falta de apetito, dolor de estómago y agitación durante el sueño; otras manifestaciones de la enfermedad, menos comunes, son espasmos, rechinido de dientes y/o ojos entreabiertos cuando se duerme. El susto es un padecimiento que se observa en toda América Latina, con sus respectivas variantes y modalidades según el grupo humano en el que se presente. Esta constante presencia hace del susto un objeto de estudio para muchos investigadores, lo cual se concretiza en trabajos que lo abordan bajo diferentes puntos de vista; así, encontramos estudios que se pueden agrupar en varias categorías: Investigaciones Que son descripciones etnográficas del padecimiento, es decir, trabajos de campo realizados en determinada comunidad cuya población tiene una concepción particular sobre el susto; en dichos estudios se describe la enfermedad y se explican los componentes que el grupo étnico de referencia proporciona sobre la etiología, el diagnóstico, las medidas preventivas y los métodos curativos. Trabajos de tipo bibliográfico, etnográfico de la enfermedad, en los que a través de fuentes escritas se reconocen las constantes generales de la sintomatología y las variaciones regionales de dicho padecimiento por diferentes grupos humanos. Estudios que identifican el medio sociocultural como un factor causante de la enfermedad. A partir de las investigaciones etnográficas se ha particularizado en cómo
23 influye el medio sociocultural para que un cierto miembro de la comunidad sea más susceptible a enfermearse de susto. Investigaciones de tipo histórico sobre la enfermedad; en este aspecto se han estudiado documentos del siglo XVI, en los cuales se menciona el padecimiento haciendo referencia a la pérdida del alma o de la sombra. Estudios que explican el susto desde una perspectiva biológica, es decir, aquellos que investigan las causas orgánicas del padecimiento dándole una mayor importancia a este aspecto. Así, tenemos que en los últimos años se relaciona el padecimiento del susto con las parasitosis y los estados de tensión y los cuadros diarreicos. Por otra parte, tenemos otros trabajos que exclusivamente mencionan estados de tensión como causantes de hipoglucemia, que se ha llegado a relacionar con el susto.
En todas estas investigaciones se ha dejado a un lado lo referente al recurso herbolario utilizado en el tratamiento médico tradicional al que se recurrió para aliviar el susto; esto es: no se mencionan cuáles fueron las plantas medicinales usadas como medicamento. En los casos donde se hace eferencia a las plantas, éstas sólo son citadas por sus nombres comunes o locales, sin abordar lo referente a la colecta de dichas plantas, lo que da como resultado el que no se conozca con exactitud a qué especie botánica corresponden o cuál es el recurso herbolario con el que se dispone para el tratamiento del susto. En un intento por cubrir esta deficiencia, se ha recurrido a investigar fuentes bibliográficas relacionadas con la herbolaria mexicana y a consultar la información contenida en las plantas medicinales depositadas en el herbario3 IMSS.
Sorprendente es ver que son reportadas 124 plantas medicinales diferentes para el tratamiento del susto; estas plantas por lo general presentan las siguientes características. Los tallos. hojas o flores son frecuentemente aromáticos; el olor puede ser agradable o desagradable. Esta característica se debe a la presencia en las plantas de los aceites esenciales o terpenos cuya acción es tranquilizante y relajante. Las flores son de colores claros y/o vistosos; éstos representan simbologías propias de la cultura de la población en donde se dé la enfermedad. Los tallos en algunas ocasiones son espinosos, existiendo la creencia de que las espinas alejan al agente que provoca el susto. Respecto a la práctica curativa, la mayoría de las plantas. se usan externamente a manera de limpias, barridas, rameadas, baños, masajes sahumerios o rociados; la minoría se administra por vía oral o rectal.
24 En el caso de la vía de administración oral, las preparaciones de las plantas pueden ser infusiones, cocimientos o maceraciones; en el caso de la aplicación interna por vía rectal se hace por medio de supositorios elaborados con diferentes plantas aromáticas, popularmente llamadas “pelotillas” De las 124 plantas antes señaladas se determinó que 12 de ellas son las que con mayor frecuencia se mencionan en la práctica médica tradicional para la curación del susto (ver Cuadro I) en diversas regiones del país, cultural y ecológicamente diferentes. De lo anterior se desprende que las plantas del Cuadro I, están presentes de manera constante en las prácticas terapéuticas para curar el susto, ya sea que alguna de ellas forme parte de los ramos utilizados en las limpias, ,en las mezclas usadas en la preparación de las infusiones o en la elaboración de las “pelotillas”. Asimismo las referidas doce plantas sirven para el tratamiento de otro tipo de padecimientos, destacándose su acción en el aparato digestivo y el sistema nervioso, lo cual podría apoyar los estudios que explican el susto desde una perspectiva biológica. Cabe señalar que es importante tomar en cuenta el contexto cultural en el cual se presenta la enfermedad del susto, pues se ha constatado que la utilización de las plantas, aunque cumple una importante función en la terapéutica del padecimiento, va acompañada de una manera Interdependiente de ceremonia, el que varía según el grupo humano y la región donde se produzca el síndrome.
25 CUADRO I
ESPECIES DE PLANTAS MENCIONADA MAS FRECUENTEMENTE PARA EL TRATAMIENTO DEL SUSTO NOMBRE POPULAR Pericón
FAMILIA NOMBRE CIENTIFICO Tagetes lucida cav.
Estafiate
COMPOSITAE Artemisia ludoviclana Nútt. Susbs. Mexicana (Willd) Keck
Toronjil
LABIATE Agastache mexicana Epling
(Kunth)
Lint.
AROMA Agradable
OTROS USOS MEDICINALES Estómago
No Agradable
Parásitos
Agradable
Nervios
&
Epazote
CHENOPODIACEAE Teloxys ambrosioides (L).Weber
No Agradable
Parásitos
Poleo, Maltazin
LABIATE Satureja brownei (Sw) Brig.
Agradable
Parásitos
Coralillo
PHYTOLACCACEAE Rivina humilis L.
Inodora
Circulación
Huele de noche
SOLANACEAE Cestrum nocturmun Schiecht.
Agradable
Reumas
Aguacate
LAURACEAE Persea americana Mill.
Agradable
Parásitos
Mirto
LABIATAE Salvia microphylia HBK
Agradable
Insomnio, Nervios
Romero
LABATIAE Rosmarinus officinalis L.
Agradable
Estómago, Tos
Pirul
ANACARDIACEAE Schinus molle presi.
Agradable
Circulación, Ceremonial
Ruda
RUTACEAE Ruta chalepensis L.
No Agradable
Detenciones Menstruales
Sauco
CAPRIFOLIACEAE Sambucus mexicana Presi.
Agradable
Tos
Cempoalxóchitl
COMPOSITAE Tagetes erecta L.
Agradable
Estómago
Zacapal
CONVOLVULACEAE Cuscuta xalapensis Schiecht
Inodora
Parásitos
Albahaca
LABIATAE Ocinum basilicum L. Ocinum micranthum Wllld. Ocinum sellol Benth
Agradable
Estómago, Ceremonial
26 Si bien el síndrome del susto no ha sido totalmente entendido, hay diferentes opiniones en torno a este padecimiento, lo cual confirma que el susto forma parte de las enfermedades que aquejan continuamente a las comunidades rurales. La aceptación de este hecho por parte del médico de la UMR le ayudará a entender mejor la cultura médica de las comunidades a observar los casos de susto con el más absoluto respeto a la manera de pensar del paciente y a saber reconocer sus manifestaciones generales.
BIBLIOGRAFíA 19. O’Nell. C. Y H. Selby. “Sex differences in the Incidence of susto in two zapotec pueblos: 20. An analysis of the relations ships sex role expectations and a folk illness”. Ethnology 1968; 7:95-105. 21. Rubel. A. “El susto en Hispanoamérica”. 22. América Indígena, 1967; Vol. XXVII No. 1:69.89. 23. Ysunza. A. “Estudio bioantropológico del tratamiento del susto”. En C. Viesca (ed.) Estudios sobre etnobotánica y antropología médica. IMEPLAM. 1976; Vol. 1:59.73. 24. 1 Herbario IMSS Museografía Médica Subjefatura de Investigación del IMSS. Unidad de Congresos del Centro Médico Nacional. 25. 2 Oficina de Normas y Saneamiento del Medio. Programa Nacional de Solidaridad Social IMSS-COPLAMAR. 26. 3 Herbario. Colección de Plantas secas ordenadas alfabética o fitogenéticamente.
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LOS CONSEJOS MUNICIPALES DE SALUD EN EL PROGRAMA IMSS-COPLAMAR Lic. José Atanasio Gutiérrez Gutiérrez
Dentro de los organismos de concertación que el Programa IMSS-COPLAMAR, tiene en su ámbito de operación, los Consejos Municipales de Salud juegan en el nivel local un papel preponderante. Se trata de cuerpos colegiados, que encabeza el presidente municipal y que tienen la función básica de hacer el seguimiento de las actividades del Programa IMSSCOPLAMAR en cada municipio.
Dentro del Programa IMSS-COPLAMAR, los consejos municipales tienen un historial reciente, por lo que refiere a la actual administración. Efectivamente, su constitución y las bases jurídicas de su operación se discutieron y aprobaron en el seno del Comité de Operación, en 1984; con posterioridad, estos organismos se han venido formando a nivel nacional hasta integrar un grupo importante de 454 consejos ubicados en 19 entidades federativas.
La formación de los consejos municipales de salud se inscribe dentro de la estrategia del Gobierno Federal -que propone descentralizar la vida nacional-, y su fundamento jurídico se encuentra en las recientes reformas al artículo 115 constitucional, que en última instancia no pretenden otra cosa sino devolver al municipio las funciones y la capacidad de decisión que le fueron asignadas por la Constitución de 1917.
Con ello se busca delegar responsabilidades a la autoridad municipal no sólo en cuanto a la necesidad de conocer los problemas surgidos en su jurisdicción, sino, y sobre todo, de auspiciar una toma de decisiones autónoma, como corresponda a la primera instancia de solución a dichos problemas; por la naturaleza de éstos, resulta obvio que su tratamiento y solución no puede ni debe transferirse. El municipio libre, conforme al espíritu y la letra del Constituyente, es el abocado natural a subsanar la gama de dificultades que se presentan en toda administración municipal.
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OBJETIVOS GENERALES Entre otros, el Consejo Municipal de Salud tiene asignados los siguientes objetivos:
1) Orientar a la población sobre los servicios que proporcionan las unidades médicas del Programa IMSS-COPLAMAR.
2) Captar y analizar los problemas que la comunidad encuentra en la prestación de los servicios, con el propósito de promover s solución.
3) Conseguir, por su conducto, la participación de las dependencias oficiales y de las organizaciones representadas en este cuerpo colegiado, a efecto de brindar conjuntamente el apoyo necesario a los Comités de Salud para que éstos a su vez dispongan de mayores recursos de cualquier tipo para cumplir cabalmente sus funciones.
Oficina de Programas Intra y Extra institucionales.
29 Aguilar, A. 1987. El papel de la herbolaria en la Medicina Tradicional . Memorias del II Coloquio de la Medicina Tradicional. ENEP-ZARAGOZA, UNAM. pags. 157-168 CONFERENCIA
EL PAPEL DE LA HERBOLARIA EN LA MEDICINA TRADICIONAL Abigail Aguilar Contreras.
Realmente el papel de la herbolaria dentro de la Medicina Tradicional mexicana es muy amplio, ustedes lo saben bien, porque son gente que ha trabajado este tema referente a una parte de la Medicina Tradicional, las plantas medicinales, de gran importancia dentro de la práctica terapéutica de las culturas médicas de México. Como sabemos, la población mexicana recurre principalmente a ésta Medicina Popular para resolver sus problemas de salud. Digo Popular, porque el concepto de Medicina Tradicional causa muchos conflictos en su definición. Nosotros aquí en éste Coloquio consideramos “Medicina Tradicional” a la cultura médica popular, es decir, a la cultura médica de los grupos humanos que se conserva por medio de la tradición oral y de la práctica misma., pero si ustedes le dicen a los médicos del Hospital General, de Salubridad o a los del Instituto Mexicano del Seguro Social (I.M.S.S.), que ellos no ejercen la Medicina tradicional, se van a sorprender y les dirán, nosotros sí estamos ejerciendo la medicina tradicional, porque para ellos la medicina tradicional es la medicina galénica, la que les han enseñado en las aulas universitarias; por eso es que prefiero hablar de Medicina Popular. La población mexicana recurre a ésta medicina y dentro de ella encontramos que uno de los elementos más importantes es la herbolaria, el recurso vegetal, el recurso herbolario, precisamente por la facilidad. con que se encuentra, con que se puede desarrollar su estudio y con que se pueden cultivar las plantas medicinales. En los últimos años se han suscitado muchas inquietudes, tanto de medios Institucionales, como de académicos y de salud, por saber un poco más sobre ésta práctica terapéutica, sobre ésta medicina popular, sobre ésta herbolaria. Para conocer los recursos herbolarios con que contamos en México, debemos diseñar algunos caminos o rutas para encontrar y descubrir, qué tanto hay de cierto sobre éste recurso terapéutico vegetal. Hemos pensado que se pueden tomar 5 rutas para entender y conocer este medio natural que son las plantas medicinales. La primera ruta, algunos de ustedes saben y la conocen, es el trabajo etnobotánico, es decir, el trabajo que se realiza en el campo, con la gente, con los terapeutas tradicionales, con las amas de casa que en cierta forma son las primeras médicas, que curan a la familia, al hijo, al esposo, al sobrino, al nieto, etc. Entonces una primera ruta para este acercamiento, es el trabajo etnobotánico, trabajo con el cual estamos muy familiarizados y
30 consideramos que es el más importante; es ver la realidad de toda la problemática de salud vista a través del estudio de las plantas medicinales, pero este tipo de trabajos es costoso, es salir al campo, llevar una camioneta si es que se tiene, si no, trasladarse en autobús, llevar todos los materiales para colectar plantas, en fin, una serie de cosas que no vislumbramos cuando consideramos que el estudio de las plantas medicinales y el colectar las plantas es algo fácil y que no necesitamos medios económicos para realizarlo. Entonces este primer punto es un camino muy importante, es el que se debe seguir, pero debemos tomar en cuenta que pueden existir problemas económicos para llevarlo a cabo. El segundo camino es el bibliográfico, éste lo tenemos al alcance en varias fuentes que nos hablan de la Flora Medicinal; algunas de estas obras abarcan desde el siglo XVI hasta nuestros días. Este puede ser también otro acercamiento al conocimiento de la Flora Medicinal Mexicana. El tercer camino es el trabajo de mercado, es decir, lo mismo que hacemos en el campo, un trabajo etnobotánico, pero ahora con los herbolarios, con la gente que vende, que comercia las plantas medicinales, éste es otro camino que también nos puede dar una aproximación, un conocimiento de la flora medicinal y sobre todo nos da el recorrido que hacen ciertas plantas que yo llamaría “estrellas” de la medicina popular y que se venden y utilizan en el norte, sur, este y oeste de la República Mexicana. La cuarta ruta sería a través de las encuestas, éstas las utilizan todas las Secretarías de Estado, las instituciones de salud y también los medios académicos. Estas encuestas sobre plantas medicinales se han dado a través de la historia de nuestro país; para empezar vemos nada menos que a Fray Bernardino de Sahagún y sus informantes, que tienen una cierta encuesta para obtener los datos sobre las enfermedad y la flora medicinal de los antiguos mexicanos; después tenemos las encuestas realizada.. por los hombres que llegaron aquí con esa misión y que vieron las relaciones de varias partes de la Nueva España, las relaciones geográficas y que nos hablan del recurso herbolario con que se contaba. últimamente el I.M.S.S. ha realizado también una encuesta de esta naturaleza sobre flora medicinal de México. En quinto lugar podemos hablar de una fuente que no ha sido suficientemente explotada por los estudiosos de la medicina popular ni por los propios botánicos, el Herbario como fuente de información sobre éstas prácticas médicas tradicionales y sobre todo, obviamente, por el recurso herbolario, es en el trabajo de herbario donde nosotros hemos incidido y donde .hemos realizado un trabajo que ha dado como resultado una aproximación de un cuadro básico de plantas medicinales, de la misma manera que la medicina institucional tiene un cuadro básico de medicamentos de patente. Estas son las 5 rutas que considero importantes para acercarnos hacia la flora medicinal de México y conocerla. Para ilustrar más esto, quiero auxiliarme de material fotográfico para platicarles algo de estas rutas, aplicadas a las actividades de la Institución en la que he trabajado, el I.M.S.S. Aquí tenemos un ejemplo del trabajo de campo que se realiza en las comunidades.
31 Para trabajar comunidades hay que tomar en cuenta que éstas pueden. tener diferentes características. Podemos elegir aquellos grupos étnicos definidos, que tienen una cultura médica definida y un pensamiento médico propio de la cosmovisión de la gente de esa comunidad; o podemos escoger aquella comunidad mestiza, alejada de los medios de comunicación, de carreteras o ¿Por qué no decirlo?, de toda esta publicidad contaminante que nos meten cada día por la televisión y por la radio. Desde que se llega a la comunidad y se establece la relación con las autoridades civiles del lugar y se solicita permiso para trabajar, comienza la relación humana. Mucho se ha dicho que el trabajo etnobotánico es subjetivo, en buena parte así es, ya que debe existir con la comunidad cierto rapor. Esta relación se establece para obtener la información elemental, nombre de las plantas medicinales que utilizan, enfermedades de recolección para obtener la parte medicinal, parte de la planta que se utiliza, enfermedades para las que se utilizan, vía de administración, contraindicaciones, en fin, una serie de datos importante para saber el uso de cada planta. Observamos que en el trabajo de campo uno puede ir con el curandero a colectar la planta, de preferencia no se debe hacer solo porque puede causar muchos errores dentro de la propia investigación, porque la gente del campo es la que sabe el trabajo, es la que realmente nos va a dar su acervo herbolario y nosotros vamos a aprender de ellos. Esto es el primer camino, la parte etnobotánica. El segundo camino vemos que es la ruta bibliográfica que también nos acerca a la flora medicinal. La ilustración anterior nos mostró el libro clásico de Plantas Medicinales de Maximino Martínez, en donde él recaba información bibliográfica hasta 1933, sobre plantas medicinales mencionadas en la primera parte de su libro, es una buena recopilación bibliográfica. Aquí tenemos los catálogos del IMEPLAN. que hicieron también en base bibliográfica sobre las plantas medicinales de México y sus usos; se tomó en cuenta información del siglo XVI hasta 1976 no muy abundante en fuentes de consulta, pero sí se consideraron las obras básicas. La tercera ruta es la de los mercados, estos mercados tan hermosos que encontramos en nuestro México y que ya tienen integrados además de herbolaria, animales medicinales y otros objetos que se utilizan para determinadas enfermedades. Como ustedes observan, en este puesto de plantas medicinales de Morelia existe también un gran sincretismo entre lo que es la medicina popular y los aspectos religiosos. Vemos aquí otra manera de tener las plantas medicinales en los mercados, en manojitos atados que se conservan secos y pueden en cualquier momento ser colectados; en fin, todo esto dentro del camino para conocer la flora medicinal por medio de los mercados. Hay de mercados a mercados y de vendedores a vendedores, aquí encontramos en Ciudad Obregón, Sonora, a un vendedor de una sola planta medicinal que combinaba la venta con algo más atractivo para el público, llevaba con él una víbora de cascabel para atraer más gente que le comprara sus plantas. Esto hace pensar a mucha gente del medio académico, que la medicina popular y las plantas medicinales es charlatanería, es algo no válido porque los académicos no se han adentrado y de hecho son muy pocos los que se adentran, en éste tema, por esa razón no comprenden que existe otro tipo de gente que puede en un momento
32 dado, apoyarse en otros elementos para vender sus plantas, pero que tal vez efectivamente esa persona tiene un conocimiento ancestral sobre el uso de sus plantas medicinales. En los mercados encontramos la flora medicinal de las diferentes zonas y tipos de vegetación de México; vemos otro mercado, también de Sonora, en el que se observan muchos cactos medicinales, por ejemplo un cereus utilizado para curar heridas y para que crezca el cabello, así por medio de los mercados, también podemos establecer nuestro mapa de tipos de vegetación y ver cual es la flora medicinal de las zonas áridas, de la selva, en fin de todo el territorio nacional. El cuarto camino son las encuestas, que encontramos desde el siglo XVI con los informantes de Sahagún en su Historia general de las cosas de la Nueva España y de las relaciones geográficas de la Nueva España, en donde existen cuestionarios especiales sobre la flora medicinal de la Nueva España. En lo referente a este tipo de encuestas, les platicaré un poco de la experiencia, que aproximadamente desde hace 5 años, se ha tenido en el I.M.S.S. a partir de un programa de interrelación entre la medicina tradicional y las actividades del médico del I.M.S.S. Coplamar, que se llevó a cabo como programa piloto en el Estado de Chiapas; se escogió éste debido a que tiene diversidad en cuanto a tipos de vegetación y además a que es pluriétnico (pluricultural), tenemos grupos tzotziles y tzeltales que se encuentran en los altos de Chiapas y que tienen su propia cultura médica. Este programa se realizó en las 350 unidades médicas rurales de Chiapas. Primeramente se estableció el contacto entre el médico institucional y el médico popular especialista de la región (curandero, huesero, pulsador, etc.). Esta relación se llevó a cabo después de muchos días de trabajo con los jóvenes médicos egresados de la Universidad, del Instituto Politécnico Nacional (I.P.N.), y de otras escuelas profesionales; haciendo una verdadera campaña para sensibilizar al médico institucional de lo que es la cultura médica tradicional de cada comunidad, en lo que va a consistir su Servicio Social. Este trabajo previo se hizo debido a que en las aulas nunca se les habla de la existencia de otras culturas médicas, tan válidas como la que ellos estudian; incluso hay muchos que no aceptan éste tipo de prácticas médicas con plantas y animales para curar enfermedades considerándolas no válidas. Esta sensibilización se hizo para que al llegar a su comunidad el médico institucional tomara en cuenta que no nada más él sabe curar, que no llegue con una actitud prepotente en el sentido de que él es el único que cura. porque arriba de él está toda una cultura médica ancestral que practican el curandero, el pulsador, el huesero. etc. Finalmente. se estableció el contacto entre Medicina Institucional y Medicina Popular. en éstas Unidades Médicas Rurales que en muchos casos de difícil acceso y con grandes problemas de traslado. En la comunidad se requiere hablar con la gente, ver si quieren participar, si están dispuestos, si no se van a sentir agredidos. para finalmente hacer la asamblea. Vemos aquí a los jóvenes médicos que participaron en la primera ocasión que se llevó a cabo el programa. El éxito del programa fue tal que se establecieron encuentros de terapeutas tradicionales con jóvenes médicos alópatas tradicionales. Vemos aquí la mesa de trabajo de
33 las parteras que se realizó en Zinacantán; está la Médico de la Clínica Rural de San Juan Chamula con algunas parteras que quisieron participar y como se observa, hay representantes de varios grupos étnicos, lo que requirió el empleo de intérpretes. En las reuniones presentaban sus plantas e intercambiaban información entre ellos, por ejemplo, como curan con determinadas plantas e identificar si es la misma o no, o como curan con la misma planta otras enfermedades. De aquí se hicieron algunos documentos por parte del I.M.S.S., folletos ilustrados respecto a la colecta de plantas medicinales, como colectarlas, como hacer semilleros, como hacer pequeños huertos de las plantas medicinales que ellos consideraban importantes, etc., y se establecieron algunos huertos en sus comunidades. Algunas personas, médicos institucionales, curanderos, parteras, hueseros. decidieron hacer jardines de plantas medicinales y los establecieron junto a las Unidades Médicas Rurales, por ejemplo, en Candelaria, Chi., se colocaron pequeñas cajas de madera y ahí los curanderos y la gente de la comunidad colocaron las plantas que se consideraban importantes como recurso herbolario, para que en cualquier momento se dispusiera de ellas, no nadamás el curandero,. sino toda la comunidad podía colectar sus plantas cuando las necesitara. Además se colocaban los nombres de las plantas y los nombres de las enfermedades para las que se utilizan y así encontramos que existen enfermedades muy propias de las culturas de ellos y que en algunos casos no tienen traducción al castellano. Dado el éxito del programa de interrelación en Chiapas, se extendió a nivel nacional. ya que se consideró importante conocer el estado actual de la medicina popular en México y para ello se trabajaron 3 encuestas a nivel de todo el país. La primera encuesta sobre terapeutas tradicionales, sobre recurso humano para la salud, incluía: nombre del practicante de la medicina popular, edad, sexo, grupo étnico de pertenencia, lenguas que habla, tipo de especialidad o práctica y lugar de residencia. Aquí se encontró que existen especialistas para determinadas enfermedades, por ejemplo, susto, tronar las anginas, etc. En el Estado de Puebla, que fue donde yo participé más cercanamente, encontramos las diferentes denominaciones que se les da a los practicantes de la medicina popular, refiriéndonos únicamente a un estado y a los lugares donde hay Clínica Rural del I.M.S.S., ya que esta encuesta sólo se aplicó en estos sitios: adivino, brujo, curandero, huesero, pañero, curandero farmacia, curandero inyectador, etc. La gente denomina a los diferentes terapeutas según su especialidad o práctica, así por ejemplo, el curandero inyectador además de usar plantas medicinales, pone inyecciones. Igualmente dentro de las parteras encontramos que hay desde comadrona, facultativa. matrona, partera con diploma (las adiestradas por el Sector Salud), partera huesera, etc. Como se ve. son gente con. una gran trayectoria dentro de la medicina de su comunidad, hasta partera pildorera (que receta anticonceptivos). Esta información nos permitió encontrar los siguientes datos estadísticos referentes a los Recursos Humanos de atención a la Salud en Puebla, los institucionales comparados con los tradicionales (curanderos, hueseros, hierberos, parteras, etc.). Tenemos 210 médicos pasantes encargados de la Clínica, que son la gente que atiende directamente la salud de la comunidad, además de 210 restantes auxiliares de área médica, que son las personas con capacitación en primeros auxilios y otras 11 que son los Médicos Asesores de los médicos de las Clínicas Rurales. Son 210 médicos institucionales contra 1136 médicos tradicionales y eso que solamente es una encuesta en donde hay Clínica Rural, así que imagínense si hay
34 más comunidades en donde no hay Clínicas Rurales, se darán cuenta quien atiende la salud de es te país. La segunda encuesta fue sobre las enfermedades o nosologías que se tienen en la comunidad y que causan más problemas de mortandad o morbilidad. Encontramos enfermedades no detectadas ni por la medicina alopática, ni por la homeopática, ni por cualquier otro tipo de medicina y son problemas que se presentan en la comunidad. Enfermedades que causan muerte o enfermedades que no causan muerte, pero que tienen una gran incidencia en los grupos humanos de nuestro México en esta encuesta observamos que estos padecimientos conocidos por la medicina tradicional tienen denominaciones como aljorrra, calor de cuerpo, algodoncillo, constipación, chincual, chujay, derrame de bilis, dolor de costado, flotado, entapiadura, tos ahogadora, transpurgados y vergüenza, que realmente no sabemos que sea, pero que gracias a esto se tiene el registro de su existencia y ahora se necesita que jóvenes médicos egresados de estas aulas universitarias, se involucren en las culturas médicas de las comunidades y hagan una buena investigación sobre qué son estos tipos de padecimientos, si corresponden o no a lo que puede ser una determinada sintomatología de enfermedades conocidas por la medicina alopática, homeopática u otra medicina, o si son sólo enfermedades concebidas dentro de un determinado grupo humano. A este tipo de trabajo e investigaciones es al que yo invito a la gente joven, a la gente de medicina, para que lo vaya tomando en cuenta para hacer investigaciones, respecto a este tipo de enfermedades. La tercera encuesta fue sobre las plantas medicinales, el recurso herbolario dentro de las comunidades. Se pidió la lista de las 10 principales plantas medicinales de cada comunidad y que son utilizadas por la gente. La encuesta registraba el nombre popular de la planta, el uso medicinal, la parte utilizada, la preparación, la vía de administración, si es silvestres, cultivada u obtenida en el mercado. Esta encuesta se mandó a las 3500 Unidades Médicas Rurales del país y la gran mayoría contestó. Encontramos como plantas super estrellas, todas aquellas plantas introducidas por los españoles, curiosamente las plantas cultivadas como la yerbabuena, la ruda, la santamaría y algunas mexicanas como el epazote y los toronjiles, que son de México y se mencionan desde los herbarios medicinales de Martín de la Cruz Badiano como plantas medicinales. Se recabaron 6165 nombres populares o denominaciones de plantas, quitando sinonimias, tenemos 1918 denominaciones populares no repetidas. Esta encuesta hubiera estado formidable si se obtuviera el aval de colecta, es decir la planta medicinal, pero quedó truncado el siguiente paso que era la colecta de las plantas, debido a otros motivos principalmente cambios políticos, cambios en las direcciones y no se pudo continuar con la colecta. Es una: buena aproximación, pero desgraciadamente sólo son nombres populares de plantas. No sabemos si muchas de esas sean la misma planta con diferente nombre popular, o sean diferentes plantas con el mismo nombre popular. Este fue el cuarto camino para acercarnos a la flora medicinal de México.
El quinto camino es la revisión de Herbario, es decir, todo lo que nos puede dar de información la colección de plantas secas, que representa la información de primera mano, de trabajos de tipo etnobotánico, de trabajos de campo de primera mano. En las etiquetas de herbario se refleja esto. El investigador va y trabaja con la gente, con los terapeutas delas
35 comunidades, colecta las plantas, identifica la planta para después montarla e integrarla a las gavetas que conforman la colección y convertirse así en materiales de herbario con etiquetas que resumen la información. el nombre popular, el nombre científico, la familia, el uso medicinal, la localidad donde crece, fecha de colecta, en fin una serie de datos valiosísimos. Estos ejemplares y su información pueden servir de guía para delimitar o continuar estudios fitoquímicos y farmacológicos, es decir. pueden ayudar grandemente para modificar o mantener modelos experimentales. Como en el caso de la ilustración donde se ve que se pueden hacer extractos de las plantas y trabajarlas a nivel de animales íntegros o animales crónicos. En este caso un conejo se hace diabético para utilizarlo en experimentos con plantas que tienen efecto hipoglucemiante.
Así, a través del herbario y a través de esa información se pueden sugerir o delimitar investigaciones a nivel experimental, como es el caso del guarumbo que ha trabajado la Unidad de Medicina Tradicional y Desarrollo de Medicamentos; esta planta se utilizó para la diabetes. Todos estos trabajos pueden registrarse en documentos o artículos muy especializados y que pueden .ser utilizados por otros investigadores y por otras sociedades académicas de diferentes partes del mundo. También a partir de un herbario podemos, en ésta quinta ruta. saber cuál es la flora medicinal de México. La revisión que hicimos fue sobre el herbario de Plantas Medicinales del I.M.S.S., encontrando muchas plantas que se utilizan en toda la República Mexicana para la misma enfermedad. Cuando se hizo con el Biol. Juan Raúl Camacho éste trabajo, encontramos que podíamos establecer un cuadro básico de plantas medicinales y coincidentemente al tiempo de su realización, se vino la crisis de medicamentos en el I.M.S.S. y se le pidió al herbario que decidiera sobre qué plantas podrían ser utilizadas en problemas de aparato digestivo y en problemas de aparato respiratorio. El cuadro básico de plantas medicinales según el herbario I.M.S.S., para afecciones de la piel y traumatismo, está constituido en primer lugar por las árnicas, las hierbas del golpe, las malvas, la planta que investiga la maestra Marina Villegas Bryophyllum pinnatum, solo que aquí con el otro nombre Kalanchoê pinnata, que también se utiliza para afecciones de la piel, la famosa zábila, las yerbas del cáncer, en fin una serie de plan tas que se utilizan en muchas partes de la República para los mismos padecimientos.
Este, .cuadro también se organizó tomando como eje los aparatos y sistemas del cuerpo humano. Las plantas para aparato urinario y para aparato reproductor femenino; en urinario encontramos las colas de caballo, la gobernadora, el maíz (pelo de elote) y la doradilla; en el reproductor, el zoapatle, la ruda, la hierba dulce, en fin, plantas que son utilizadas por mucha gente en toda la República Mexicana. Para el digestivo, que era la prioridad, encontramos en primer lugar a la guayaba, Psidium guajava-y después al epazote, la manzanilla, el estafiate, el aguacate, el tianquizpepetla, la yerbabuena y el chaparro amargoso.
36 En ese momento de crisis se dispuso que para el aparato digestivo se utilizará la guayaba, para aparato respiratorio la bugambilia, el sauco y el gordolobo como plantas principales. En este momento se decidió y hubo la coyuntura política para realizar una investigación clínica en todas las Clínicas Rurales de México y en el D.F. y es así como a partir de la información de herbario se produjeron los medicamentos herbolarios que se enviaron a todas las Unidades Médicas Rurales y a los Centros del D.F., llevándose un seguimiento de pacientes atendidos con estos medicamentos. Su presentación fue en bolsitas de plástico con etiquetas del I.M.S.S, tal y como lo usa la gente, la hoja directamente triturada. Se observó que el alivio es lento, pero tiene menos efectos secundarios que las medicinas que se utilizan para estos problemas. En lo referente a los cuadros básicos, una de las primeras publicaciones en donde se escribió, fue en éste Manual “Programa de Capacitación para el Médico de Campo”, donde se habló sobre la medicina tradicional y el recurso herbolario.
Últimamente en el X Congreso de Botánica en Guadalajara, Jal., hubo una exposición sobre Medicina Popular y es la primera vez en donde colocamos los cuadros básicos del I.M.S.S., con sus respectivos ejemplares de herbario. Aquí tenemos todo lo que se utiliza para aparato respiratorio, aparato digestivo, afecciones de la piel y traumatismos y aparato reproductor femenino, o sea las principales plantas que la gente utiliza para estos fines. En éste quinto punto que es la información de herbario, es como nosotros podemos conocer más sobre la flora medicinal de México, y ver que es un recurso herbolario importante dentro de la práctica terapéutica de todas esta culturas médicas que se encuentran en nuestro país, principalmente en las zonas rurales. Pero lo que consideramos importante también para conocer la herbolarias de México, es hacer inventarios básicos. Hay gente que se involucra en éste tema, no necesariamente botánicos o médicos, sino simplemente por su inquietud sobre el tema puede llevarlos a hacer este tipo de inventarios y auxiliados de alguien que sepa, por ejemplo un botánico que identifique sus plantas, se puede lograr un gran apoyo hacia el conocimiento de ese recurso; aquí tenemos un buen ejemplo, el inventario básico que la Bióloga González hizo sobre las plantas medicinales de Durango, ella trabaja en el CIIDIR, Dgo., del Instituto Politécnico Nacional y que une su trabajo de campo con el trabajo bibliográfico que existe sobre ésta información en el Estado de Durango.
Esta es la exposición “El que con hierbas anda...” de: X Congreso de Botánica y precisamente con eso quiero terminar esta exposición, porque ustedes que están aquí en este auditorio, interesados en todo lo que es la medicina popular y sus recursos, creo importante que reflexionemos un poco porque el meterse al tema no es nada fácil, sino que implica otras cosas, sociales sobre todo y que son importantes para el mejoramiento de la salud en nuestro país. También pensemos que si no lo hacemos nosotros, ya lo está haciendo gente de otros países, aquí vemos, un articulo alemán sobre nuestra árnica, en donde se ve que están trabajando Heterotheca inuloides porque le han visto mejores posibilidades, fitoquímicas y médicas que al árnica europea que es árnica montana, entonces reflexionado un poco, pues sino lo hacemos nosotros, es peligroso porque nos pueden devolver, cómo en
37 el caso concreto de esta árnica, nos la pueden devolver después envuelta en celofán y con un gran trabajo experimental atrás y decirnos cómprala porque es la maravilla y la panacea. O como la Euphorbia hirta, otra planta a la que hasta una monografía le hicieron. Finalmente es cosa de pensar y reflexionar y de ver que si se le entra se le debe entrar, pero en serio y trabajar mucho.
Esto creemos los que queremos que la medicina popular y la medicina que se estudia en Universidades y Tecnológicos se den la mano, porque todas están trabajando por resolver los problemas de salud. Con esta imagen termino esto que preparé para ustedes en este día, en donde la medicina tradicional, dice el título de este artículo, salvó la vida. de un científico.
38 Martínez, A., M.A. 1976. Posible metodología a seguir en el estudio de la plantas medicinales mexicanas. EN: Viesca, C. (Ed. ).Estudios sobre Etnobotánica y Antropología Médica. IMEPLAM. Vol. 1 :75-83
POSIBLE METODOLOG IA A SEGUIR EN EL ESTUDIO DE LAS PLANTAS MEDICINALES MEXICANAS Miguel Angel Martínez Alfaro
INTRODUCCIÓN En este apartado se consideran tres puntos: 1) Popularidad de estos estudios en otras regiones del mundo; 2) El caso de México y 3) Necesidad de un enfoque interdisciplinario en este tipo de trabajos. Con relación del primer punto, se viene observando que a pesar de los procesos de modernización (vía industrialización y/o urbanización) persisten numerosos vínculos entre el hombre y las plantas silvestres; uno de éstos vínculos es el que comprende el uso de plantas medicinales; aún en países desarrollados existe y va en aumento el interés por la medicina vegetal y es muy amplia la bibliografía sobre la materia. En algunos países europeos (Francia, Rusia, Inglaterra) o en los Estados Unidos de América hay mucha literatura sobre medicina vegetal que va dirigida a los aficionados a la botánica, a los deportistas (excursionistas, alpinistas, cazadores y pescadores), a grupos de scouts, a las agrupaciones civiles o militares que llevan cursos de sobrevivencia en condiciones difíciles de campo. Obviamente esta literatura es de tipo divulgativo y por ende no especializada, más en ella se encuentran datos interesantes sobre etnobotánica, botánica económica, distribución y taxonomía, usos e información histórica, datos fitoquímicos o historia de la extracción, aislamiento o síntesis de algún compuesto importante en la industria farmacéutica. La información para elaborar esos manuales es tomada de revistas especializadas, de entrevistas con famosos científicos que tratan de popularizar. y hacer más entendibles los últimos avances de la ciencia a grandes sectores del público.
Por otra parte, esta información también ha sido y es utilizada por los estudiosos en plantas medicinales pues se recaba información sobre la utilización de plantas medicinales en determinado país o región, estos datos sirven para la elaboración de manuales especializados en taxonomía, distribución e historia de estas plantas. Un ejemplo de estos manuales son los elaborados por el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA). Es importante indicar que la popularidad de la medicina vegetal en los países industrializados está relacionada a dos situaciones culturales. muy interesantes: a) mantenimiento y reafirmación de elementos culturales propios de zonas rurales o de épocas pasadas, b) curiosidad por ensayar formas de curación seguidas por culturas “exóticas y
39 primitivas” (visión etnocentrista) Con relación al primer punto existen los. estudios de Shanin (1972) y Blom (1969), sobre supervivencia y reafirmación de elementos culturales entre ciertos grupos étnicos de Europa (rusos y noruegos).
Cuando se asume una posición etnocentrista existe la idea entre algunos botánicos de que la popularidad de las plantas medicinales viene decreciendo aún en los pueblos primitivos, Schultes, por ejemplo, dice: “Uno de los primeros aspectos de las culturas primitivas que desaparecen bajo el impacto de la civilización es el conocimiento y uso de plantas medicinales; nuestro principal problema es rescatar esos conocimientos antes de que lleguen a enterrarse con la cultura que les dio origen...” (Schultes, 1963). El interés en el estudio de plantas medicinales en los países :desarrollados se manifiesta en la gran cantidad de revistas especializadas: Phytochemistry , Weeds, World Crops, Economic Botany, Photosynthetics, Military Medieine, Planta Medical Journal de Agriculture Tropical et Botanique Applicable, Medical Promotion, Chemistry and Industry, etcétera: Por instituciones oficiales o privadas: Museo de Historia Natural de Paris (Laboratorio de Etnobotánica), Hamdand National Foundation, Instituto Nacional de Prevención contra el Cáncer, las Academinas de Ciencias de la Unión Soviética (Laboratorios de Botánica Aplicada). En estas instituciones se enfocan las investigaciones desde un punto de vista interdisciplinario, en donde agrónomos, botánicos, antropólogos, médicos, químicos, historiadores cumplen un importante papel para un mejor estudio de plantas medicinales. Hay también cursos sobre botánica o etnobotánica, donde el estudio de plantas medicinales o psicotrópicas forma parte importante del temario. Por ejemplo, el curso del doctor Schultes en Harvard “Plants and Human Affairs”, el curso del doctor Baker en Berkeley “Plants and Civilization”, el curso del doctor Heizer en Bloominton “Ethnobotany”, el del doctor Barrau “Ethnobotanique”.
Con relación a la importancia industrial de estas plantas (Gosselin, 1962), indica que el mercado de las industrias farmacéuticas en los EUA se mantiene en gran parte por las medicinas y drogas de origen vegetal. Krochmal (1968) indica que el uso de medicinas y drogas naturales ha ido en aumento y nuevos usos medicinales de productos vegetales se siguen descubriendo, en su obra “Drug Trade News”. (p. 334) indica “aunque hay muchos productos sintéticos, las plantas contienen materiales tan específicos y complejos que han desafiado a la síntesis química; lo anterior nos impulsa a seguir exploraciones etnobotánicas dirigidas a la búsqueda de plantas medicinales”.
En lo concerniente a nuestro país, México ha contribuido en los últimos años al desarrollo de importantes industrias farmacéuticas, eso se debe a que plantas como: Rivea corimbosa, Lophophora williamsii, Dioscorea composita, D. floribunda, hongos de los géneros Panaeolus, Psilocybe, Conocybe, Licoperdum; son fuentes de materias primas en la elaboración de varios e importantes medicamentos o drogas. Estas plantas son solamente las que mayor atención han recibido, sin embargo, existe una rica flora medicinal entre los numerosos grupos étnicos de México o en las zonas rurales, flora que se ha estudiado esporádicamente. Por otra parte, en México se encuentra muy arraigada la tendencia a
40 mantener vigentes ciertos patrones culturales indígenas o folk, sea por esnobismo, sea por convicción, es común encontrar en habitantes de zonas urbanas el curarse con plantas.
México es considerado por varios botánicos y antropólogos como un laboratorio ideal para este tipo de estudios. A pesar de tan favorable situación es hasta muy recientemente que se está creando la infraestructura para hacer estudios actualizados y sistemáticos, por ejemplo, desde el punto de vista fitoquímico existen importantes grupos de trabajo, destacando los grupos de los doctores X. Domínguez (Monterrey), Giral y Romo (UNAM), Fabela (IPN). Desde el punto de vista médico (neuroquímico) está el grupo de investigación que comanda el doctor Díaz (UNAM) que viene trabajando con Salvia divinorum y el hongo Licoperdum mixtecorum. En el aspecto histórico es bien conocida la labor de los miembros de la Sociedad Mexicana de Historia de la Medicina o de la Sociedad Mexicana de Historia de las Ciencias, en estas sociedades se han hecho estudios que son obligados en su consulta cuando se trabaja en el campo de las plantas medicinales.; entre algunos de los socios que me vienen sus nombres a la memoria están: doctor Izquierdo, doctor Somolinos, doctor Del Pozo, doctor Beltrán, M. en C. Martín del Campo, doctor López Austin, doctor de Gortari, doctor Ochoterena, doctor Ruiz Oronoz, doctor Hernández Corzo, etcétera.
Recientemente ha sido creado el Instituto Mexicano para el Estudio de las Plantas Medicinales (IMEPLAM), el (cual contempla realizar estudios en forma interdisciplinaria. Por el panorama presentado vemos que el estudio de las plantas medicinales es un campo de investigación conjugativa, por lo que es necesario enfocarlo desde un punto de vista interdisciplinario. Dicho enfoque es común en el actual desarrollo de la ciencia, la conjugación permite profundizar en problemas de teoría y método lo cual lleva a la elaboración de nuevos paradigmas (dialéctica de la ciencia). Así pues, nos encontramos ante uno de los primeros problemas a vencer en un. campo que implica la síntesis de disciplinas disímbolas: el método que se deberá seguir. A continuación presento la posible metodología a seguir en México, para ello me baso en los siguientes campos: botánico, agronómico, histórico, antropológico y químico.
M ETODOLOGÍA Independientemente del campo que se parta, un primer paso será la búsqueda y recopilación de los antecedentes bibliográficos.
Botánico 1. Recabar información sobre floras locales y regionales, pues algunas traen datos sobre usos de las plantas.
41 2. Reunir datos sobre la introducción de plantas medicinales sean cultivadas o no y ver causas de su introducción (exploraciones, conquistas, guerras, etcétera). 3. Actualizar la taxonomía de las familias con más representantes (Compositas, Cactaceae). 4. Iniciar la exploración y colectas de ejemplares botánicos por .grupos étnicos, por zonas ecológicas y por regiones más exploradas (botánicamente, tomando datos en libreta sobre las condiciones del medio físico, fotografías de la planta colectada en su medio natural y en ejemplar de herbario. Se utilizarán etiquetas de colecta con la siguiente información: día y lugar de colecta, colector(es), partes usadas de la planta, uso medicinal (enfermedades que cura), historia de su uso, distribución geográfica, nicho(s) ecológico(s) en que se encuentra, efectos fisiológicos, substancias existentes, métodos de preparación, dosis y administración, métodos de preservación, ceremonias donde se utiliza la planta, mitos en donde se menciona, tabúes, datos de farmacognosia y farmacología. Esta misma información se utilizará en las etiquetas de herbario. 5. Comparar las taxonomías populares o folk con las que sigue el taxónomo. 6. Formar hortoriums de plantas medicinales, estos datos serían parte de un jardín botánico.
AGRONÓMICO 1. Estudio de los hábitos indeseables al crecimiento de la planta o producción de semilla, buscando su eliminación o disminución. 2. Estudios de propagación y mantenimiento. de semilla, para lo cual hacer estudios y experimentación fisiológica con relación a: requerimientos nutritivos de las semillas para una rápida germinación, relación existente entre los nutrientes de un .suelo y la producción de sustancias químicas. Al empezar a cultivar una planta se debe poner un número de introducción al campo experimental, número de semillas utilizadas en cada experimento, describir el tipo de experimento seguido, datos sobre el medio físico de las zonas donde está sembrada la planta (campos experimentales, jardines botánicos, laboratorios, invernaderos). 3. Con base en la literatura y experimentación ecofisiológica, ensayar las condiciones ecológicas óptimas para mantener y mejorar la producción de semillas o partes vegetativas, buscando aumentar la producción de compuestos químicos importantes. Este proceso deberá durar por lo menos cinco años. 4. Si desde el punto de vista agronómico y químico se ve prometedora una planta, deberán determinarse áreas dc adaptación, requerimientos culturales: densidad de población, fertilizantes, tipos de suelo, pesticidas, plaguicidas. 5. Se pasará después al inicio de los primeros trabajos de fitomejoramiento, en esta fase se aumentarán las áreas de experimentación y cultivo. 6. Evaluación análisis y discusión de los mismos, definición de una planta sobre la cual se hace un programa que indique los objetivos y procedimientos de mejoramiento a seguir. 7. Iniciar un banco de plasma germinal de semillas, raíces, rizomas u otras partes de la planta que sean utilizadas por el fitomejorador.
42 8. Análisis del posible mercado y comercialización de una planta que ha logrado domesticarse.
Histórico 1)
Revisar en archivos parroquiales, archivos particulares, archivos de ayuntamientos, archivos nacionales o estatales, en códices, relatos de cronistas o viajeros u otras fuentes escritas el uso y distribución de plantas medicinales. Buscando la interpretación y definición de las condiciones culturales y ecológicas en que se menciona una planta. 2) Siguiendo el método comparativo hacer estudios sobre la evolución cultural de los grupos étnicos de México, cuando menos los más importantes, enfatizando los cambios que han sufrido sus prácticas curativas, ver si mantienen las mismas ideas sobre el origen de las enfermedades y prácticas religiosas o mágicas a través de las diferentes fases históricas. Comparar con grupos étnicos desaparecidos. 3) Echando mano de los métodos de historia oral y de psicohistoria comparar en la época .actual los puntos citados en el numero anterior. 4) Investigar el impacto de la medicina indígena sobre la que traían los conquistadores y viceversa (interpretar estos procesos de transculturación dentro del mayor marco cultural posible). 5) Hacer monografías sobre la historia de los herbarios en México; actualizar biografías de los principales colectores. Hacer estudios etnohistóricos prioritariamente en grupos étnicos que están ampliamente distribuidos para ver si hay variantes importantes en tiempo y espacio en lo que se refiere a medicina tradicional, obviamente que se seguirán los métodos históricos de fuentes impresas, comparativo como lo ve el etnógrafo y de historia oral, con este método se deberá buscar el tipo de encuesta que permita tener entrevistas estructuradas mas o menos uniformes.
Antropológico Utilizando fundamentalmente los métodos comparativo, etnológico, de ecología cultural y el de áreas culturales de Steward (algunos antropólogos lo ven como concepto), recabar información sobre: 1) Importancia de las plantas en la etnomedicina y en las prácticas mágicoreligiosas, relacionando su importancia con otros aspectos de la cultura (enfoque holístico). 2) Estudiar las ideas que tienen sobre el concepto de enfermedad, origen, síntomas y su tratamiento. 3) Mitos y leyendas sobre las plantas medicinales. 4) Tabúes por edad, sexo y ocupación. 5) Estudios de los sistemas de clasificación popular (folk), tratando de encontrar semejanzas con los sistemas taxonómicos del botánico (estudios de etnociencia).
43 6) Ideas que tienen sobre el papel que juega el “sexo” de una planta en la curación de ciertas enfermedades. 7) Ideas que tienen sobre el concepto de salud. 8) Influencia de la medicina indígena en la medicina occidental, sobre todo en lo concerniente a métodos terapéuticos, en donde las plantas jueguen un papel importante. 9) La información de los puntos 1 al 9 deberán recabarse por grupos étnicos o en las principales zonas rurales, luego se comparará con el impacto que tiene la medicina tradicional en las zonas urbanas; ver si hay medicinas tradicionales típicas de las urbes. 10) Visitar a vendedores de plantas medicinales en los mercados o en locales donde se vendan plantas medicinales, para comparar la información sobre plantas utilizadas en zonas rurales o indígenas. Colectar materiales para herbario. 11) Visitar y hacer entrevistas aunadas a observación participante de centros espiritualistas, prácticas de curanderismo y brujerías, enfatizando las formas en que se utilizan las plantas, ver plantas que curan o que acarrean enfermedades.
Químico 1) Hacer estudios fitoquímicos y farmacológicos que revelen la importancia de una planta en la obtención de sustancias útiles a la medicina, siguiendo métodos como la cromatografía de gases, o los procedimientos de Wall, Kiang, Douglas, Webb, Abish, Reichtein, Euler, etcétera. 2) En las investigaciones fitoquímicas buscar material del mismo lote de siembra o de una misma localidad, analizando las diferentes partes de la planta. 3) Iniciar estudios químicos sobre .el papel que, juega una sustancia de interés médico en el metabolismo de la planta. 4) Elaborar tablas de sustancias químicas por familias y géneros, con índices de nombres de compuestos, índices de fórmulas moleculares, índices de pesos moleculares (espectómetro) y atlas de estructuras químicas. 5) Complementar la investigación fitoquímica con estudios biomédicos sobre la actividad biológica de materiales aislados con potencial farmacológico. Este esbozo de metodología busca las bases mínimas que debe realizar un equipo interdisciplinario interesado en el estudio de plantas medicinales y desde luego está sujeto a modificaciones.
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NOTA BIBLIOGRAFICA 1. Para la literatura sobre prácticas religiosas y mágicas, ver: América Indígena, Current Anthropology, Americano Anthropologist, Ethnology y monografías del INI. 2. Para literatura fitoquímica ver: Lloydia, Journal of Pharmacological Sciences, Pharmacological, Phytochemistry. 3. Para literatura histórica ver: Ethnological Studies, Hispano American Historical Review, Iberoamericana, Cuadernos de Cultura Nahuatl, Bulletin of the History of Medicine. 4. Para literatura. botánica ver: Economic Bota Rhodora, Brittonia, Bulletin of Torrey Botanical Club, Boletín de la Sociedad Mexicana de Botánica, Anales del Instituto de Biología y Anales de la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas 5. Para literatura agronómica: World Crops, Tropical Agriculture, literatura sobre introducción de cultivares y exploración etnobotánica de la FAO (Roma), folletos de la Crops Research Division (Agriculture Research Service, USDA). 6. Las revistas citadas son las más fáciles de conseguir y presentan la información sobre México, sobre método y teoría, sobre materiales necesarios en este tipo de investigaciones. Está dirigida a aquellos no especializados en la materia.
45 Lozano N., L.C. 1988. Las Tesis de Licenciatura sobre plantas medicinales en la Facu1tad de Medicina Veterinaria y Zootecnia, UNAM (1916-1987) Memorias de la I Jornada sobre Herbolaria Medicinal en Veterinaria. Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia. UNAM. págs. 23-32
LAS TESIS DE LICENCIATURA SOBRE PLANTAS MEDICINALES EN LA FACULTAD DE MEDICINA VETERINARIA Y ZOOTECNIA, UNAM (1916-1987). MVZ. Luz C. Lozano Nathal*
El presente trabajo consiste en la revisión directa de las tesis de licenciatura de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia sobre plantas medicinales en el período comprendido entre 1916 y 1987. El objetivo que se persiguió fue tratar de establecer un parámetro que reflejara en el tiempo el interés, en nuestra institución educativa, sobre la herbolaria medicinal aplicada a la veterinaria. Se seleccionaron los trabajos que utilizan directamente a la planta, ya sea en infusión o en diferentes tipos de extractos, descartando a las que utilizan derivados vegetales de presentación comercial. Se tomaron en cuenta, además, aquellos trabajos que recopilan información sobre el tema. El número total de títulos en la sección de tesis de la Biblioteca de la FMVZ es aproximadamente de 5,700 para el lapso mencionado (1), de las cuales sólo 24 abordan la herbolaria medicinal. De ellas, 13 estudian el efecto de una planta específica, 2 el efecto de combinación de plantas, 3 realizan estudios comparativos de una planta con productos comerciales, 3 comparan el efecto de varias plantas con productos comerciales y 3 contienen recopilación de información. Se calcula que existen en el país alrededor de 3,000 especies de plantas a las que se atribuye efectos curativos. Muchas de ellas son utilizadas para el tratamiento de enfermedades en varias especies de animales domésticos, tanto a nivel de pequeñas explotaciones como de traspatio. Su uso suele darse por traspolación del efecto observado en humanos y/o por prácticas generacionales establecidas que dan preferencia a este recurso ante los productos medicinales llamados de patente por motivos culturales y económicos. El 0.4% que en relación al total representan las tesis seleccionadas muestra claramente que este tipo de estudios ha sido poco atendido en la medicina veterinaria, tomando en cuenta su uso extensivo en las zonas rurales, por lo que se sugiere sea promovida la investigación de aquellas plantas que puedan ser de utilidad terapéutica en la veterinaria. Se presenta a continuación la relación de tesis haciendo una breve reseña de aquellas que no serán tema a tratar en esta Jornada. Se hace la invitación para que se realice la consulta directa de cada uno de los títulos que se mencionan. *Departamento de Fisiología y Farmacología, FMVZ. UNAM. Agradezco al Sr. Fernando Gómez Pedroza, encargado de la sección de tesis de la Biblioteca de la FMVZ, el apoyo brindado para la realización de este trabajo. (1) Comunicación Personal. Maestro José Fco. Ponce Sánchez. Jefe de Servicio al Público, Biblioteca de la FMVZ. UNAM.
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TRABAJOS ELABORADOS SOBRE UNA PLANTA ESPECIFICA. Montanoa tomentosa. ZOAPATLE. 1932. APLICACIONES TOCOLOGICO-VETERINARIAS DE LA Montanoa, tomentosa. AUTOR: Juárez Medina Augusto. Se estudió la acción general del zoapatle y su acción sobre los aparatos digestivo, respiratorio, circulatorio y en útero. Se aplicó solución al 1% de extracto acuoso por vía oral en dosis de 0.20 g. en perros y 1 g. en bovinos; por vía subcutánea. 0.2 g. en perros y 0.10 en bovinos; por vía endovenosa. 0.29 en perros y 0.05 en bovinos. El diagnóstico fue sintomatológico con los siguientes resultados: la acción general en ambas especies se tradujo en decaimiento; postración. somnolencia y aumento de temperatura. Digestivo: regugitación frecuente en bovinos y a veces diarrea; acción vomitiva en perros. Respiratorio: disminución inicial de la. frecuencia respiratoria seguida de aumento con inspiración profunda y espiración corta y brusca. Circulatorio: aumento en el número de pulsaciones con tendencia a la recuperación a las dos horas; supone aumento de la presión arterial. además congestión de mucosas. Utero: acción ecbólica (oxitócica) disminuye el calibre vascular de la matriz por posible acción indirecta del zoapatle como hemostático al producir contracción en las fibras lisas. Se recomienda su uso en tocología veterinaria en casos de: retención de fetos muertos o de placenta, partos prolongados por inercia uterina y casos de metritis para ayudar a la expulsión de los líquidos patológicos. Establece dosis y vías convenientes para cada uno de estos casos. 1977. REGISTROS FISIOLOGICOS DE LOS EFECTOS DE Montanoa tomentosa (ZOAPATLE) SOBRE LA ACTIVIDAD UTERINA EN CONEJAS NUEVA ZELANDA. AUTOR: Ferrer Arrieta Jaime. Se ensayo en 20 úteros de conejas sensibilizadas previamente al sacrificio con dietilestilbestrol (5 mg). Los úteros se colocaron en cámaras de órganos aislados, los testigos se trataron con oxitocina y los experimentales con 0.5 ml de infusión de zoapatle; la actividad uterina se registro en fisiógrafo. El zoapatle presento una actividad menor en un 58.1% que la oxitocina. En ocasiones, en igualdad de circunstancias presento poca o ninguna acción. 1977. ESTUDIO TOXICOLOGICO DE LA ADMINISTRACION ORAL DE UN EXTRACTO ACUOSO DE ZOAPATLE (Montanoa tomentosa) EN RATA Y PERRA. AUTOR: Southam Leonore. Se utilizaron 90 ratas hembras de 8 semanas de edad y 6 perras callejeras acondicionadas a laboratorio. Se administro diariamente durante 14 semanas una dosis de 5 ml/kg en ratas y 12 ml/kg en perras, de infusión de 100 g. de zoapatle en 100 ml de agua. Se muestreó para hematología al finalizar el tratamiento y se hizo necropsia para la observación de lesiones macroscópicas. Se tomaron muestras de corazón. pulmón. hígado. glándulas adrenales, tiroides, riñón, ovario, útero y cerebro para histopatología. Resultados: no hubo cambios de comportamiento durante el tratamiento ni lesiones macro o microscópicas en excepción de infiltración leucocitaria peribronquial y perivascular ligera
47 en el 100% de ratas, quizás relacionada con la técnica de sondeo. El extracto acuoso carece relativamente de toxicidad. 1985. INDUCCION ARTIFICIAL AL DESOVE EMPLEANDO EXTRACTOS DE ZOAPATLE (Montanoa tomentosa) EN ALGUNAS VARIEDADES DE CARPAS (Cyprinus lineo, Cyprinus comunis y Ctnopharygon idellus). AUTOR: Fernández Ortuño José Luis. Se trató de estimular la contracción de la musculatura lisa del ovario en carpas y determinar la dosis óptima para inducir el desove. Se utilizaron 54 hembras tratadas con extracto hipofisiario, se dividieron en lotes y se les aplicó dosis de 0.5, 1.0 y 2.0 ml del extracto (10 g. de hoja seca en 100 ml de agua bidestilada en ebullición con filtrado y remoción de cationes). Al lote testigo, se le aplicó oxitocina. En las hembras tratadas con zoapatle el conteo del número de huevecillos expulsados resultó muy inferior al lote testigo, supone que las dosis aplicadas no fueron suficientemente efectivas. Phytolaca octandra. AMOLE, JABONERA, MAZORQUILLA. 1934. ESTUDIO SOBRE LAS PROPIEDADES LARVICIDAS DE LA Phytolaca octandra Linn. AUTOR: Morales José Héctor. Se trataron siete caballos con posible gastroilosis con la administración por vía oral de 400 a 500 g. de jugo de la raíz cbp, 1 litro de agua y/o píldoras del alcaloide fitolacina de 0.10 a 1.0 g. y/o extracto alcohólico de la raíz. El diagnóstico clínico estuvo basado en le “Teoría del teclado” de Roger y por la observación de la expulsión de larvas en el excremento. El autor recomienda usar fitolacina en todos los casos en los que se diagnostique gastrofilosis. La forma más adecuada y económica de utilización es de 300 g. de polvo de raíz de fitolaca en 2 litros de agua, mitad en la mañana y mitad en la tarde. Para el alcaloide puro la dosis masiva es de 2.5 g. en polvo. En extracto alcohólico se administra en dosis de 100 cc hasta completar 400 cc en el mismo día. Procurar obtener extractos de raíz fresca por la acción inconstante de la raíz vieja. A los dos o tres días de medicar el enfermo empieza a arrojar las larvas muertas. Dioscorea composita. BARBASCO. 1970. ESTUDIO EN RATONAS GESTANTES DEL PODER ABORTIGENO DE Dioscorea compositae (BARBASCO) FERMENTADA. AUTOR: Troncoso Altamirano Humberto. Se investigó la acción de saponinas del barbasco en relación con la gestación. Se sustituyó el barbasco molido en proporción de 15, 30 y 45% en el alimento comercial para ratonas gestantes al primero y segundo parto. Se administraron 50 g. de barbasco molido en 1 litro de agua de bebida para ratones macho. Se midió peso corporal hasta el aborto o el parto y se sangraron para determinar hemoglobina y recuento de eritrocitos. En machos y hembras se muestreó para observar posibles lesiones macro y microscópicas en bazo, hígado, cerebro y pulmón. La planta afecta según la dosis, a hembras, machos produciendo efectos tóxicos o la muerte. Produce degeneración parenquimatosa del hígado y el riñón, así
48 como necrosis subsecuente. La disminución del hematocrito y niveles de hemoglobina que siguen a la administración de la planta pueden influir en la presentación de abortos. Schinus molle PIRUL. 1977. APORTACION AL ESTUDIO DE LOS EFECTOS TERAPEUTICOS DE Schinus molle EN PERROS. AUTOR: Arteaga Alfaro Raúl. Se ensaya el efecto irritante en tejido subcutáneo y muscular y la actividad terapéutica de la gomorresina en córneas de perros con albugos y nefeliones. Se obtuvo el aceite esencial por destilación por arrastre de vapor de agua, tanto de las hojas como del fruto, se aplicó diluido 1:9 en aceite de sésamo por vía intramuscular en miembro posterior. Se aplicó gomorresina obtenida de la savia bruta de troncos de árboles jóvenes en cantidad de l0 m1 junto con cloramfenicol al 0.5% (0.3 ml) por instilación ocular. Se tomaron muestras para histopatología con resultados negativos para el tratamiento de albugos y nefeliones. En tejido subcutáneo y muscular produjo solamente ligera inflamación. Arnica montana. ARNICA 1977. EVALUACION DE LOS EFECTOS VASOCONSTRICTORES DEL Arnica montana EN CANIDOS. AUTOR: Lara Días Ma. del Socorro. Se aplicó dilución a la sexta de árnica por vía oral en aplicación Unica en 30 perros. Se hicieron pruebas de coagulación y sangrado y medición de constantes fisiológicas en diferentes tiempos en un lapso de 30 minutos a 24 horas. El tiempo de coagulación no se vio afectado y disminuyó el tiempo de sangrado en las dosis más altas no se originaron efectos tóxicos o reacciones secundarias. Se recomienda su uso para hemorragias de etiología variada por auxiliar en la detención del sangrado. Erythrina americana. COLORIN, PATOL. 1978. ESTUDIO DE LOS EFECTOS TERAPEUTICOS DEL ALCALOIDE DE LAS HOJAS DE Erythrina americana EN CANIDOS. AUTOR: Maksabedian de la Roquette Jorge. Se trató de establecer la dosis letal y la dosis mínima adecuada para producir efecto, tiempo y duración del efecto y tipos de efectos neurológicos en perros que presentaron córea. Se intentó corroborar si la infusión acuosa de hojas verdes produce efectos. Se aplicaron por vía oral 5 m1 de la infusión de 100 g. de hoja en agua destilada, a diferentes tiempos de ebullición (20, 30, 40, 50 y 60 minutos) a 25 perros: 10 sanos, 5 con moquillo, 5 con secuelas post-moquillo y 5 con epilepsia. Posteriormente se hicieron pruebas de sensibilidad, motilidad (ataxia, vértigos) y reflejos. Los efectos fueron similares al curare por poseer un alcaloide con estructura parecida a la D-tubocurarina algunos individuos presentaron tetanización o semiparálisis. Las infusiones de 30 y 40 minutos de ebullición indujeron hipersensibilidad y por tanto disminución de tremores; con la infusión llevada a 60 minutos de ebullición murieron dos individuos. El tiempo en que se presentaron los
49 cambios fue de 30 segundos como mínimo y 90 minutos como máximo. El tiempo mínimo de duración de los cambios fue de 9 segundos y el máximo de 180 minutos. Heliopsis longipes. CHILCUAN. 1983. EFECTO INSECTICIDA in vitro DE LA RAIZ DEL CHILCUAN (Heliopsis longipes) SOBRE LAS LARVAS DE LA MOSCA Oestrus ovis. AUTOR: Del Castillo Rodríguez Rita Arcelia. 1983. Determinación DE LA DOSIS LETAL 50% DEL EXTRACTO ALCOHOLICO DE LA RAIZ DEL CHILCUAN (Eliopsis longipes) EN DOS CEPAS DE RATAS. AUTOR: Martínez Martínez Adriana. Talauma mexicana. YOLOXOCHITL, FLOR DE CORAZON. 1983. VALORACION DE LOS EFECTOS FARMACOLOGICOS DE LA Talauma mexicana (YOLOXOCHITL) SOBRE LA PRESION ARTERIAL Y EL TRAZADO ELECTROCARDIOGRAFICO DEL PERRO. AUTOR: Durán Vázquez Adalberto. 1985. VALORACION DE LOS EFECTOS FARMACOLOGICOS DE LA INFUSION DE PETALOS DE YOLOXOCHITL (Talauma mexicana) SOBRE LA PRESION ARTERIAL Y EL TRAZADO ELECTROCARDIOGRAFICO DEL PERRO. AUTOR: Lozano Nathal Luz Consuelo. ESTUDIOS SOBRE COMBINACION DE PLANTAS. 1980. ADMINISTRACION DE UNA COMPOSICION TONICA DE PLANTAS MEDICINALES NEKARICHI EN EL PIE DE CRIA PORCINO Y SU EFECTO EN LECHONES DEL NACIMIENTO AL DESTETE. AUTOR: Ruiz Calvillo René. Describe al Nekarichi como una composición tónica de la disolución de componentes extraídos de varias plantas (árbol de alcanfor, rábano, rosa, camelia, cerezo silvestre. árbol de maple, nuez y consuelda, entre otras) en vinagre de madera refinado. Este compuesto se absorbe en un carbón blando y amorfo en forma de sólido para obtener la mezcla en forma de polvo. Se administró este polvo a 40 cerdas híbridas a 20 días del parto, divididas en lotes de la siguiente manera: a) Nekarichi en 1% de la ración alimenticia (3 g.); b) 1.5% (45 g.), c) 2% (60 g.), d) lote testigo. En ningún lote se administraron medicamentos. Los resultados muestran que la presentación de diarreas en lechones del nacimiento al destete fue de: a) 43%, b) 20%, c) 19% y de 75% en el lote testigo, El aumento de peso fue mayor en los lotes tratados, siendo la ganancia más alta con la aplicación de 1% y 1.5% de Nekarichi. Se comprueba que esta composición tónica no produce ningún trastorno físico y recomienda las dosis de 1.5% y 1% en las raciones alimenticias comúnmente utilizadas en la producción porcina en México.
50 Persea gratissima. AGUACATE. Arnica montana, ARNICA. 1986. EVALUACION DE UN LINIMENTO DE LA HERBOLARIA TRADICIONAL MEXICANA EN LA PREVENCION Y EL TRATAMIENTO DE MIOSITIS TENDINOSA EN EL HOMBRE. AUTOR: López Mejía Griselda. Se evalúa si el remedio previene o alivia casos de tendinitis, miositis, artritis y desgarres musculares en atletas que desarrollan ejercicio diario, para la posible traspolación de su uso en especies cuya función zootécnica radica en el aparato locomotor. Se dividieron 30 atletas en dos lotes: al testigo se le aplicaron de 10 a 15 ml de alcohol al 96% con colorante artificial imitando el color de la infusión, al experimental se le aplicó la misma cantidad de infusión de 3 huesos de aguacate molido (200 g. aproximadamente) y árnica (200 g) en dos litros de alcohol al 96%. La aplicación se hizo antes y después del entrenamiento en algunas articulaciones, tendones, ligamentos y músculos adyacentes. Se evaluó la respuesta al dolor espontáneo dolor a la presión y espasmo muscular. Los resultados muestran que el linimento ejerce sus efectos analgésicos sólo con uso prolongado y constante, lo que lo limita para el uso veterinario. ESTUDIOS SOBRE UNA PLANTA ESPECIFICA Y SU COMPARACION CON MEDICAMENTOS DE PATENTE. Aloe vera. ZABILA. 1986. EVALUACION DEL EFECTO CICATRIZANTE DE LA ZABILA. ESTUDIO. COMPARATIVO. AUTOR: Gutiérrez Rosas Jorge. Allium sativum. AJO. 1987. EVALUACION COMPARATIVA DEL EFECTO NEMATODICIDA DEL AJO (Allium sativum) Y DEL TARTRATO DE AMONIO Y POTASIO EN TILAPIA (Tylapia mossambica). AUTOR: Mojica Sánchez María Antonieta. Desmodium plicatums. ESCOBILLA. 1987. EVALUACION DEL EFECTO CICATRIZANTE DE LA ESCOBILLA (Desmodium plicatums). ESTUDIO COMPARATIVO CON LA NITROFURAZONA Y EL SULFOXIDO DE DIMETILO. AUTOR: Godoy Martínez Héctor. A 75 ratas divididas en 5 lotes se les realizó incisión dorsal e inoculación de Staphylococcus aureus patógeno. A las 72 horas se aplicó ungüento de escobilla (300 g. en 300 ml de agua), nitrofurazona y sulfóxido de dimetilo respectivamente a cada lote. por vía cutánea 3 veces al día durante 7 días. Se valoró el efecto por el método de fuerza de tensión de herida, análisis bacteriológico y estudio histopatológico. Las lesiones microscópicas de los lotes del ungüento y del sulfóxido de dimetilo se presentaron en mayor cantidad que en los otros. El lote que presento mayor resistencia a la presión en la prueba de tensión de herida fue el de infusión. La nitrofurazona presentó los más pobres resultados en todas las pruebas.
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ESTUDIOS DE COMBINACION DE PLANTAS Y COMPARACION CON MEDICINA DE PATENTE. Buganvilla spectabilis. BUGAMBILIA. Verbascum thapsus, TEJOCOTE. Eucaliptus globulus. EUCALIPTO. Cinamomum zularicum, CANELA; Citrus limonum. LIMON. 1986. EVALUACION COMPARATIVA DE UN REMEDIO DE LA MEDICINA TRADICIONAL PARA EL TRATAMIENTO DE LA TRAQUEOBRONQUITIS EN PERROS. AUTOR: Vázquez Manríquez Leticia. Aloe vera, ZABILA; Mimosa teviniflora, TEPEZCOHUITE. 1987. COMPARACION DE LOS EFECTOS CICATRIZANTES DE LOS CAMPOS ELECTRICOS, EL TEPEZCOHUITE (Mimosa teviniflora), LA ZABILA (Aloe vera) Y LA NITROFURAZONA EN QUEMADURAS DE TERCER GRADO. AUTOR: Ruíz Mejorada Alfonso. 1987. DETERMINACION DE LA DENSIDAD DE COLAGENA EN TEJIDO CICATRIZAL ELECTROESTIMULADO EN RATAS. AUTOR: Arteaga Ruíz Diana. ESTUDIOS CON RECOPILACION DE INFORMACION. 1980 CONTRIBUCION AL USO MEDICINAL DE ALGUNAS PLANTAS MEDICINALES EN MEDICINA VETERINARIA. AUTOR: Tappan Merino Carlos. A partir de información de plantas medicinales para uso humano se pretende realizar un manual para uso veterinario. Aunque se respalda en varias fuentes, su contenido es muy similar al presentado en las Monografías sobre plantas medicinales publicadas por Imeplam. 1982. PENSAMIENTO MAGICO-RELIGIOSO DE UN GRUPO NAHUA DEL ESTADO DE GUERRERO CON RESPECTO AL ORIGEN Y TRATAMIENTO DE LAS ENFERMEDADES DE SUS ANIMALES. AUTOR: Esquivel Mendoza Gustavo. El trabajo refleja siete años de actividad en varias comunidades del Municipio de Chilapa. Gro.. La recopilación de datos, se efectuó con base en un cuestionario. Se logra reunir información del uso de 81 plantas usadas para diferentes enfermedades. Ejemplos: el chilillo para el control de corucos en aves, diente de león para piroplasmosis, cempazúchil para el timpanismo, nopal para erisipela y cólera porcino, zábila para viruela aviar, etc. además menciona algunas enfermedades que en la región se curan dentro de un contexto mágico-religioso como el mal de ojo en los animales. Aclara que algunos tratamientos no deben tomarse como ciertos y para otros brinda explicaciones tentativas del acierto en su uso. Puntualiza que el concepto en cuanto a la causa de las enfermedades descansa en una
52 base evidentemente religiosa y en el conocimiento generacional acerca del uso de las plantas. Este trabajo es único en cuanto a la recopilación directa de información en una zona rural. 1985. LA COMERCIALIZACION EN LA EPOCA PREHISPANICA EN MEXICO. ESTUDIO RECAPITULATIVO. AUTOR: Zúñiga Dávalos Héctor Armando. Realiza una descripción y análisis de aspectos históricos, sociales y económicos en la época prehispánica. Contiene un apartado sobre plantas. en donde además de citar a las especies domesticadas para uso alimenticio, reporta 148 plantas medicinales de la época (sólo 58 clasificadas). La bibliografía que apoya el trabajo en general es valiosa y extensa.
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TESIS DE LICENCIATURA SOBRE PLANTAS MEDICINALES EN LA FACULTAD DE MEDICINA VETERINARIA Y ZOOTECNIA (1916-1987).
ESTUDIOS SOBRE UNA PLANTA ESPECIFICA 13
EFECTO DE PLANTAS
COMBINACION
DE 2
ESTUDIO COMPARATIVO DE UNA 3 SOLA PLANTA CON PRODUCTOS COMERCIALES
COMBINACION DE VARIAS PLANTAS Y COMPARACION CON PRODUCTOSCOMERCIALES
RECOPILACIÓN DE INFORMACION
TOTAL DE TESIS EXISTENTES EN EL PERIODO MENCIONADO: 5,700
3
3
TOTAL 24
PORCENTAJE DE TESIS SOBRE PLANTAS MEDICINALES: 0.4%
54 López B., G. 1986. Aproximación histórica al uso de plantas medicinales en veterinaria, a través de la tradición oral. Memorias de la I Jornada sobre Herbolaria Medicinal en Veterinaria. Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la UNAM. Págs. 8-11 la. Parte:
APROXIMACION HISTORICA AL USO DE LAS PLANTAS MEDICINALES EN VETERINARIA A TRAVES DE LA TRADICION ORAL MVZ Gerardo López Buendía
El objetivo de esta breve participación es el de sensibilizar a los asistentes ante el hecho de que existe una gran práctica en el uso de las plantas medicinales para tratar las enfermedades de los animales. Esta práctica, que ha sido llevada a cabo durante muchos años por el pueblo mexicano, no ha sido debidamente considerada y tengo la impresión de que ha sido vista si no con desprecio por lo menos con indiferencia por el médico veterinario. De hecho, resulta fácil apreciar como la mayoría de los médicos veterinarios tienen una imagen ingenua con respecto a las plantas medicinales pensando que resultan inofensivas menospreciando todos esos “remedios caseros” que la gente suele emplear antes de llamar al médico veterinario. Por otro lado, resulta interesante encontrar entre los mismos médicos veterinarios la creencia de que el uso de las plantas medicinales y algunos otros recursos de la medicina tradicional en los animales, son prácticas exclusivas del medio rural particularmente entre las comunidades campesinas y los grupos indígenas o étnicos. Quizás la práctica de este tipo de medicina sea mayor entre estos grupos humanos, pero de ninguna manera debe pensarse que no afecta también a los animales que habitan en las ciudades o sus periferias. Para poder ilustrar esto, realizamos una pequeña encuesta en la Ciudad de México. Las fuentes consultadas fueron principalmente médicos veterinarios que confluyen a la Facultad de Medicina Veterinaria de la UNAM. Ciudad Universitaria, así como también algunos estudiantes de esta misma facultad y cuya área de trabajo se circunscribe a la Ciudad de México y sus periferias, también se consultaron hierberos o vendedores de plantas medicinales de los mercados de la Ciudad de México, principalmente a los del mercado de Sonora, así como algunas otras personas entre las que podemos considerar clientes encargados de establos o caballerangos y animaleros en general. No se trata de una encuesta profunda. ni siquiera sistemática, sino de una encuesta simple, un poco superficial, que nos permitiera obtener una primera impresión de la situación del uso de las plantas medicinales en el tratamiento de los animales. Los resultados fueron agrupados en tres grandes grupos de acuerdo a la fuente consultada, omitiendo el nombre de los informantes y las especificaciones concretas de
55 cada planta, para centrar la atención simplemente en la gran variedad de usos y lo prolífico que puede ser este campo. El primer grupo lo constituyen las experiencias aportadas por los médicos veterinarios y estudiantes de veterinaria, en este grupo encontramos: -Eucalipto: Las hojas en forma de infusión sirven para el tratamiento de la sarna en los gatos, con las “semillas” grandes del eucalipto se forma un collar que se le pone a los gatos para evitar que se le suban las pulgas. -Ajenjo: El té de ajenjo se utiliza para atonias ruminales u obstrucciones intestinales. -Cabellos de Elote: A manera de té se utilizan como diurético en bovinos. -La hierba “Cola de Caballo”: Se utiliza para limpiar riñones e hígado, se prepara en forma de té, es diurético y esta indicado para problemas renales sobre todo del tipo de cálculos. -La Celidonia: Se prepara un té que se deja reposar, se filtra y se utiliza como colirio, esta indicada en los casos de derrames o conjuntivitis. -Té de Diente de león: Para el tratamiento de cálculos renales en rumiantes. -Fenogreco: Las hojas secas se mezclan con vinagre tratando de formar una masa, la cual se utiliza para ayudar a madurar los abscesos. -Gordolobo: Para el dolor de encías, problemas respiratorios sobre todo en garganta. -Cuerda de Ixtle: Se amarra al rededor del cuello de los papilomas y después de unos días se caen. -Nopal: Se utiliza para problemas respiratorios, asma. inflamación de la garganta. Se coloca pomada rubefaciente sobre la superficie donde se localice el problema, se asa un nopal y se abre por la mitad, se coloca sobre la zona, se cubre con una venda y se deja durante uno o dos días, se puede cambiar y volver a ponerlo cuantas veces sea necesario hasta que mejore el animal. -Té de tilo o ti1a: Se ha usado para perros que son muy nerviosos o que se asustan con el sonido de los cohetes (fuegos artificiales) o de los relámpagos. -Zenpasuchil: Hervido en agua sirve para la diarrea de los perros. -Tapacola: Se prepara un té y se da como agua de bebida, resulta de utilidad para las diarreas mecánicas de los perros. -Závila: Para inflamaciones en los caballos y heridas en los perros. -Pirul: Se coloca un pedazo del palo de piral en la boca de las vacas para el tratamiento del tiranismo gaseoso. -Hediondilla: Para el tratamiento de las diarreas en guajolotes. -La “Lengua de Vaca”: Para el tratamiento del tipanismo en los conejos. -El compuesto de 1 puño de árnica, 1 puño de palo de encino y 1 puño de romero, todo esto en un galón de alcohol, se usa de manera tópica directa o en forma de cataplasmas para tratar los golpes en las patas de los caballos. Este compuesto se ha usado durante muchos años en los caballos del ejército. El segundo grupo lo integran las experiencias compartidas por los hierberos, aquí podemos encontrar:
56 -Té de palo azul: Para el catarro de los pollos, cuando las aves están decaídas y para 1a enfermedad en las que el ave tiene una pata hacia adelante y una pata hacia atrás. -Té de Curatrillo: Se dan de 2 a 4 litros de este té por vía oral en los casos en que la vaca no arroja la placenta. -Las Habas de San Ignacio: Se muelen y sirven como purga para cualquier animal. -La hierba gatera o valeriana: Se utiliza para tranquilizar a los gatos o para educarlos a que hagan sus necesidades en un sólo sitio. Se pone un poco de valeriana en donde queremos que defequen los gatos. -Arnica: Ya sea a manera de infusión o directamente sobre las heridas expuestas para secarla en el ganado y en los caballos. -Helecho Macho: Se usa para desparasitar a los animales. Dentro del tercer grupo pusimos todas las demás aportaciones hechas por encargados de animales, clientes encontradas en libros, etc. En este grupo se encuentra: -Ajo: mezclado con leche para desparasitar perros. -Epazote: Para desparasitar cachorros de perros y cerdos. -Collar de Limones: Para problemas respiratorios en perros, tos de las perreras. Garrotillo, ganglios inflamados, sobre todo en la región de la garganta, etc. El jugo de limón también se utiliza para el tratamiento de las diarreas en perros, enteritis, úlceras e inflamación intestinal. -Cebolla: La película más fina se usa para detener 1as hemorragias. -Té de manzanilla: Se usa tanto para las diarreas en perros y gatos como en forma de colirio para el lavado de los ojos. -Raíz de Jalapa: Sirve para desparasitar cualquier animal, se da en forma de té durante cuatro días continuos. -Malva: se utiliza la raíz en forma de infusión para el tratamiento de sarna en los cerdos, también se ha utilizado para lavados intravaginales en los casos de metritis o vaginitis en cerdas. -Té de Arnica: Como antiinflamatorio y diurético en caballos. -Ajo: 2 o 3 dientes de ajo tomados o untados en los casos en que picadura de animales ponzoñosos. -Plátano: El fruto se puede utilizar para estimular la cicatrización de heridas profundas en el ganado bovino. La cáscara, se ha utilizado para sacar las garrapatas de las orejas de las cabras. -Eucalipto: Se ponen a hervir las hojas y se usa a manera de emanaciones para el tratamiento de problemas respiratorios, cerrando bien el cuarto donde este el animal o la caballeriza en el caso de los caballos. -Belladona: En forma de infusión para el tratamiento de artritis y problemas cardiacos. -Yerbabuena: En forma de té para malestar estomacal en los perros. -Aguacate: La cáscara y el hueso molido en el alimento se ha usado desde hace mucho tiempo para promover el aumento de peso en las cerdas. Se le han reconocido también propiedades cicatrizantes.
57 Quisiera recordar que no ha sido mi intención el presentar un repertorio terapéutico de plantas medicinales para uso en animales, ni el de hacer un estudio exhaustivo, simplemente quisiera hacer hincapié en la gran cantidad de aplicaciones que se les dan a las plantas medicinales y a su uso tan difundido, incluso aquí en la Ciudad de México. Aclarando que todo este conocimiento y mucho más, se ha preservado por la tradición oral entre la gente del pueblo y que más que un obstáculo para la práctica de la medicina veterinaria constituye un legado histórico, una herencia de un conocimiento que puede remontarse a varios cientos de años atrás, si no es que miles, y que constituye una gran riqueza cultural, la cual estamos obligados no sólo a preservar sino también a enriquecer para un mejor ejercicio de nuestra práctica medica. Ha sido pues mi intención hacer una invitación al estudio y conocimiento de esta práctica que con el tiempo nos traerá muy agradables sorpresas y un mayor enriquecimiento espiritual como nación.
58 Hernández, J. y A. Aguilar. 1989. Experiencias en el estudio etnobotánico y la herbolaria medicinal en veterinaria de la región de Misantla, Veracruz. Memorias de la II Jornada sobre Herbolaria. Medicinal en Veterinaria. Fac. Medicina Veterinaria y Zootecnia de la UNAM. págs. 20-26
EXPERIENCIAS EN EL ESTUDIO ETNOBOTANICO Y LA HERBOLARIA MEDICINAL EN VETERINARIA DE LA REGION DE MISANTLA, VERACRUZ. Jorge A. Hernández y López* Abigail Aguilar Contreras**
INTRODUCCION Este es un artículo que se desprende colateralmente del trabajo de campo, realizado durante cuatro anos en el municipio de Misantla, Veracruz con la finalidad de llevar a cabo 1a tesis de licenciatura en Biología, misma que se presentó en 1988 y cuyo título fue “Estudio sobre herbolaria y Medicina Tradicional del municipio de Misantla, Veracruz”. El objetivo fue investigar y conocer la medicina tradicional popular que se nutre b1sicaaente del recurso herbolario.
ANTECEDENTES El único trabajo realizado en el municipio y que enfoca plantas y animales domésticos desde el punto de vista veterinario, es el escrito por Salazar (1983) “Plantas tóxicas para el ganado bovino en el municipio de Misantla, Veracruz”. ASPECTOS FISICOS. Misantla municipio y cabecera municipal del mismo nombre, situado en el centro del Estado. presenta una extensión de 538 km2 , y su población es de 63,175 habitantes; tomando como referencia la cabecera municipal, Misantla se localiza a los 19º56’ de latitud norte y 96º51’ de longitud oeste, su altura sobre el nivel del mar es de 410 metros. En materia de ortografía al Oeste se encuentra la Sierra Madre Oriental, mientras que al Sur se presenta la Cordillera Neovolcánica; en cuanto a su Geología, este municipio se encuentra ubicado en el límite sur de la Cuenca Sedimentaria de Tampico-Misantla, y cerca de las estribaciones de 1a Sierra de Chiconquiaco; referente a su Hidrología el principal río que recorre el municipio es el Río Misant1a o Palmas; mientras que e1 clima es semicálido húmedo con lluvias todo el año; en cuanto a la vegetación se encuentran Bosques Caducifolios en las estribaciones de la Sierra de Chiconquiaco, mientras que para el resto del municipio se encuentran Selvas Altas Subperennifolias con tres tipos de asociaciones primarias:
*CONACYT **Herbario IMSS-M. Subjefatura de Investigación del IMSS.
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Selvas de Lauraceas, Selvas de Pseudolmedia oxyphyllaria y Selvas de Brosimun alicastrum.
En cuanto a la fauna silvestre aún se encuentran aunque de manera escasa los siguientes animales; dentro de los mamíferos: armadillo (Dasypus novemcinctus) comadreja (Mustela frenata) conejo (Sylvilagus floridanus), coyote (Canis latrans) tejón (Nasua narica) tlacuache (Didelphis virginiana) vampiro (murciélago) (Desmodus rotundus) zorra (Urocyon cineroargenteus) zorrillo (Spilogale sp)
Dentro de las aves: aura: (Cathartes aura) calandria (Icterus sp) cardenal (Rinchomeda cardenalis) clarín (Myadestes unicolor) cojolite (Penelope purpurascens) cotorra (Aratinga canicularis) chachalaca (Ortalis vetula) chuparrosa (Amazilia sp) garza chapulinera (Bubulcus ibis) gavilán (Harpagus bidentatus) lechuza (Tytu alba) martín pescador (Ceryle alcyon) paloma (Columba fasciata) papán (Psilorhinus morio) pijul (Crotophaga sulcirostris) primavera (Turdus assimilis) quebranta hueso (Polyborus plancus) tapacamino (Chordeiles minor) tecolote (Glaucidium sp) torcasa (Zenaida macroura) tortolita (Scardafella inca) zopilote (Coragyps atratus)
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Dentro de los reptiles: coralillo (Micruroides elegans) masacuate (Boa constrictor) nauyaque (Botrops sp).
ASPECTOS SOCIOECONOMICOS Respecto al ámbito poblacional y lingüístico se encuentra que Misantla lingüísticamente hablando pertenece al grupo totonaco de Xalapa-Misantla, solo que éste se encuentra incorporado a la población mestiza por lo tanto, el idioma dominante es el español “no existen monolingües totonacos”; en cuanto a los servicios médicos veterinarios éstos se concentran en la cabecera municipal y consisten en cuatro médicos veterinarios y seis farmacias. Referente a la Agricultura, Fruticultura y Ganadería se encuentran dentro de las dos primeras, cultivos de frijol (Phaseolus vulgaris), caña de azúcar (Saccharum officinarum), tabaco (Nicotiana tabacum) y café (Coffea arabica) entre otros; en lo que a ganadería se refiere, destaca el ganado bovino, equi no, caprino, agregándose una gran producción de aves de granja y de corral.
METODOLOGIA Consistió en la selección del área de estudio por sus características botánicas y poblacionales, para después conocer sus condiciones físicas y socioeconómicas, se continuó con la investigación bibliográfica de las mismas condiciones; ya en el campo se localizó a los especialistas en medicina tradicional e investigó entre la población misma sobre el conocimiento y uso del recurso herbolario; los datos que se tomaron para la planta fueron: localidad, fecha, nombre común de la planta, uso medicinal, parte utilizada, posología y calidad de ésta; los datos que se anotaron para la enfermedad fueron: nombre del padecimiento, causas, síntomas, tratamiento y calidad. El material una vez prensado se secaba provisionalmente en el horno de una panadería para ser depositado en la ciudad de México en el herbario IMSS-M de la subjefatura del IMSS; posteriormente se llevó a cabo la identificación botánica del material recolectado, así como la revisión bibliográfica respecto a la fitoquímica de las plantas identificadas.
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RESULTADOS Para una mejor comprensión de éstos, se enfocaron en tres aspectos fundamentales:
A) Enfermedades de los animales domésticos. -Rabia en los perros (Canis familiaris).- Enfermedad virulenta que se transmite de los animales al hombre, caracterizada por fenómenos de excitación, de parálisis y de muerte. Se trata de contrarrestar esta enfermedad dándoles de comer a los animales afectados carne de zopilote (Coragyps atratus). -Sarna en los perros (Canis familiaris).- Enfermedad contagiosa producida por el acaro de 1a sarna o arador Demodex canix), en este caso pueden aplicarse baños con el cocimiento de un árbol llamado quina y además se les aplica de forma local azufre mezclado con manteca de cerdo. -Viruela en gallinas (Gallus gal1us).- Se trata de una enfermedad virulenta contagiosa y epidémica, caracterizada por erupciones en la piel; para este padecimiento puede ni yectarse a la gallina leche de vaca y además se les da a tomar el cocimiento de hojas de chaca (Bursera simaruba) o aplicárseles manteca de cerdo mezclada con limón (Citrus aurantiifolia). -Fiebre en las gallinas (Gallus gallus).- En caso de que estas aves padezcan fiebre, se les da a comer pedazos de zábila (Aloe barbadensis); aunque también puede dárseles a comer pastillas de terramicina. -Yerba en las vacas (Bos taurus).- la yerba se refiere a una enfermedad que ataca a las vacas y caballos, provocada porque los animales al pastar comen por accidente telaraña que expulsan las tarántulas y se les empieza a podrir el chipo, o si se les pega en el casco les ocurre lo mismo; entonces se les unta limón (Citrus aurantiifolia) con cal sobre la parte afectada. -Quemaduras en los animales.- Para este accidente se les unta el fruto del morcho sobre la parte afectada. -Ubre hinchada de las vacas (Bos taurus).- Cuando las vacas acaban de parir y se les hincha la ubre, puede aplicárseles el calostro del mismo animal sobre la ubre o untarles de manera local pomada de la tía. -Garrotillo de los perros (Canis familiaris).- Se refiere a una tos reseca y ronca que afecta estos animales, la cual se combate colocándoles en el cuello un collar de olotes (Zea mays) con limones asados (Citrus aurantiifolia). -Fiebre.- Ya sea de cerdos, caballos y vacas se les da de comer hojas de chaca (Bursera simaruba) puestas previamente en cocimiento para colocarles emplastos de esta planta sobre el estómago. -Lombrices en los perros (Canis familiaris).- La gente de campo ha observado que los perros comen zacate (Cynodon dactylon) generalmente por las mañanas y después ya no ingieren alimento todo el día. Por tal motivo estas personas piensan que los perros se purgan. -Problemas en las vacas (Bos taurus) para arrojar la placenta.- En caso de este problema puede dárseles a las vacas el cocimiento de pastle (Tillandsia usneoides) con abundante sal.
62 -Matadas en animales.- Llagas que afectan generalmente al ganado equino cuando no se les protege el lomo en forma adecuada al ser utilizados para labores de monta o carga: el tratamiento a seguir es lavarles localmente con el cocimiento de las hojas de jobo (Spondias mombin). -Moyocul.- Larva de una mosca que se desarrolla bajo la piel de los animales a los cuales les producen una especie de absceso; para extraer dicha larva se coloca en la abertura donde se observa ésta, una gota de látex de la planta llamada huevo de gato (Tabernaemontana donell-smithii). -Parásitos.- Término que se refiere a las lombrices, tenias, etc. que se presentan en el ganado caballar o vacuno, debido a que toman agua estancada, y por lo cual debe dárseles el cocimiento de la guásima (Guazuma ulmifolia). -Queresas.- Larva de una mosca que afecta al ganado vacuno principalmente; las causas son porque la mosca oviposita en la piel de los animales donde existen heridas, por lo cual se procede a espolvorear en la parte afectada las hojas molidas de berenjena (Solanum verbascifolium). -Torzón.- Enfermedad que afecta el intestino de los caballos (Equus equus) los síntomas son dolor y el animal puede morir; algunas de las prácticas utilizadas para combatir este padecimiento es darle al caballo el cocimiento de café simple (Coffea arabica); antiguamente en la botica San José (no veterinaria) vendían un medicamento contra el torzón, preparado a base de pimienta (Pimenta dioica).
B) Animales causantes de enfermedades al hombre: - Zancudo (Anopheles).-mosco que trasmite el paludismo. -Nauyaque (Botrops sp).- Víbora venenosa cuya mordedura es mortal. -Perro (Canis familiaris) .-Puede trasmitir la rabia y la sarna. -Quemadas por animales.- Se les llama así al efecto que producen en los niños el vaho que despiden los animales cuando acaban de parir. -Piojos (Pediculus humanus).- Parásitos en la cabeza de las personas. -Amibas (Entamoeba hystolitica).- Parásitos intestinales. -Lombrices (Ascaris sp).- Parásitos intestinales.
C) Animales medicinales. -Chuparrosa (Amazilia sp).- Para problemas del corazón se cose crudo el corazón de esta ave. -Zorrillo (Spilogale sp).- Para enfermedades de la piel como son: granos, llagas y manchas, se come la carne de este animal, aunque de igual manera se toma el líquido del cocimiento del mismo. -Coyote (Canis latrans).- Para las reumas se unta el cebo del coyote es decir. la grasa de este animal sobre las articulaciones: también para combatir la fiebre de malta puede comerse la carne del mismo. -Zopilote (Coragyps atratus).- Para los tuberculosos el zopilote hervido y sin sal se come mientras sea necesario.
63 -Víbora de cascabel (Crotalus sp).- La carne de este reptil se come para combatir las reumas, aunque la carne puesta en aguardiente o alcohol ingerible también es utilizado tomando una copita al día. -Golondrina (Hirundo rustica).-Es utilizada la carne de esta ave para problemas del lenguaje en los niños (no pueden hablar) comiendo solamente una de estas aves.
CONCLUSIONES. a) Existen pocos trabajos respecto al uso medicinal de las plantas para aliviar enfermedades de animales. b) Se observa que también existen animales medicinales pero estos no han sido tomados en cuenta en la mayoría de los trabajos de Medicina Tradicional Popular. c) Para el tratamiento de las enfermedades de los animales domésticos emplean indistintamente Medicina a1ópata y plantas medicinales. d) Los médicos veterinarios que ejercen en el municipio son nativos de la región, por lo cual ellos llevan implícito de manera conciente o inconsciente el bagaje cultural de la zona a la cual prestan sus servicios. e) Es necesario realizar un mayor número de investigaciones Etnozoológicas que nos lleven a conocer la Medicina Tradicional Popular enfocada a los animales y su relación con las plantas.
BIBLIOGRAFIA 7. Hernandez L., J.A. 1988. Estudio sobre Herbolaria y Medicina Tradicional del Municipio de Misantla, Veracruz. Tesis Profesional, Facultad de Ciencias, UNAM: México, D.F. 382 pp. 8. Salazar A., G. 1983. Plantas tóxicas para el ganado bovino en el Municipio de Misantla, Veracruz. Tesis Profesional, Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia. Universidad Veracruzana. Veracruz, Ver. México. 150 pp.
64 López V., E. y A. Aguilar. 1989. Experiencias en el estudio etnobotánico y la herbolaria medicinal en Veterinaria en la región de Mecapalapa, Pantepec, Puebla. Memorias de a l II Jornada sobre Herbolaria Medicinal en Veterinaria. Fac. Medicina Veterinaria y Zootecnia de la UNAM. págs. 27-39
EXPERIENCIAS EN EL ESTUDIO ETNOBOTANICO Y LA HERBOLARIA MEDICINAL EN VETERINARIA EN LA REGION DE NECAPALAPA, PANTEPEC, PUEBLA Ma. Edith López Villafranco* Abigail Aguilar Contreras**
INTRODUCCION En la actualidad los estudios que se han generado a saber sobre etnobotánica (relación planta-hombre) son pocos. pero aun más escasos los etnozoológicos (relación animal-hombre). Este trabajo trata de dar un panorama general del conocimiento que tienen los grupos indígenas y mestizos de la población de Mecapalapa acerca del uso que dan a 1os animales y las relaciones de estos con las plantas. Dicho estudio se formuló a partir del trabajo de tesis el cual es una contribución etnobotánica en plantas medicina1es utilizadas por los grupos étnicos de Mecapalapa, Pantepec. Pue. La población esta localizada al norte de1 Estado de Puebla en las estribaciones de la Sierra Norte de Puebla. entre los para1elos 20º32 de latitud Norte y a los 97º51 de longitud Oeste. Alcanzando alturas hasta de 580 msnm. El clima reportado es del tipo caliente húmedo. Teniendo una selva alta subperennifolia como vegetación representante del área de estudio, se encuentran dentro de este tipo de vegetación un gran número de milpas. cañaverales, acahua1es, potreros y otros. La fauna existente en la comunidad de Mecapa1apa, esta integrada por mamíferos pequeños entre 1os cuales se tienen: armadillo (Dasypus novemcintus), tejón (Nasua narica), mapache (Procyon sp.), coyote (Canis latrans), tuza real (Cunicu1us paca). Aves. búho (Strix sp.), gaviota (Larus sp.), cojolite (Penelope purpurascens). Reptiles, tortugas (Terrapene sp.), 1agartijas (Sceloporus sp.), víbora de cascabel (Crotalus sp.). Así como, una gran variedad de anfibios, peces, crustáceos e insectos.
*Depto. Ciencias Biológicas. F.E.S. Cuautit1an-U.N.A.M. ** Herbario IMSS-M. Subjefatura de Investigación del I.M.S.S.
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Se cuenta además con animales domésticos como son: gatos (Felis catus), perro (Canis familiaris), patos (Anas sp.), gallinas (Gallus gallus), conos (Meleagris gallopavo), cerdo (Sus scrofa), caballos (Equus equus), burros (Equus asinus), mulas (E. x E. asinus), son empleados en algunos casos como animales de compañía, también como apoyo al trabajo, transporte, aumento de su economía, alimentación, medicinales y ceremoniales. Mecapalapa actualmente esta habitada por indígenas y mestizos siendo los primeros habitantes los totonacos, seguidos por ol s grupos nahuas, otomíes y tepehuas. A finales del siglo pasado comenzaron a residir grupos mestizos.
METODO - Primeramente se seleccionó el área de estudio y se procedió a hacer un panorama general de la región a nivel bibliográfico. - Se realizaron visitas de uno a tres días con la finalidad de presentarse ante las autoridades y pob1ación en general. - Ya instalada en la comunidad se procedió a relacionarse con los habitantes e indagar sobre los encargados de resolver los problemas de salud en 1a comunidad. - La información etnobotánica y etnozoológica que aquí se presenta se obtuvo mediante una serie de entrevistas abiertas que se formularon a los médicos tradicionales y población en general. - La colecta de ejemp1ares botánicos se realizó conjuntamente con los habitantes, dichas colectas se obtuvieron entre otros de: Milpas, huertos fami1iares, potreros y monte. - Tanto de las plantas, animales y otros elementos usados en la terapéutica tradiciona1 se obtuvo la información de su uso. toxicidad, nombre popu1ar, parte usada, preparación, vía de administración; en relación a las plantas si son silvestres o cultivadas, calidad y forma de co1ecta. - Las plantas colectadas fueron secadas y fumigadas para después continuar con el trabajo de gabinete, esto es: identificación, montaje. etiquetado, registro e integración del material al herbario. En este caso los ejemplares se encuentran integrados en herbario del IMSS-M y en el herbario de 1a E.N.E.P. Iztacala.
RESULTADOS En general la medicina tradicional popular tiene gran importancia para la comunidad de Mecapalapa, pues aunque en la actualidad existen los servicios de la medicina alópata, se tiene que el uso de sus recursos naturales con fines terapéuticos es muy frecuente, así como las consultas con terapeutas tradicionales como lo son: Curanderos, hueseros, parteras, entre otros. Los resultados obtenidos respecto a la información etnozoo1ógica se presentan a manera de tablas.
66 I.- Plantas uti1izadas para aliviar enfermedades de los animales. II.- Plantas nocivas y tóxicas para los animales. III.- Animales y sus derivados utilizados en la terapéutica tradicional de Mecapalapa, Pue. IV.- Animales que causan malestares. V.- Animales relacionados con mitos y ceremonias. VI.- Plantas que llevan nombre de animales. En el caso de p1antas utilizadas para aliviar 1as enfermedades de la población se encontró que están representando la flora medicinal, 158 especies, 149 géneros y 67 fami1ias. Se considera que si el estudio hubiera sido enfocado a la investigación de la flora medicinal empleada en los animales se encontrarían las mismas especies para determinada enfermedad de éstos, así como una p1anta llega a curar más de un padecimiento y a varios anima1es como se observa en la tab1a I. Es importante señalar que existen también plantas nocivas y tóxicas para los animales como lo observamos en la tabla II. Los animales pueden ser utt1izados totalmente o bien algunos órganos de ellos, así tenemos, su pie1, grasa, sangre, corazón, entre otros (ver tabla III). La información también nos seña1a los animales que causan malestares, observando en algunos casos que varios animales pueden causar una misma afección como lo vemos en la tabla IV. Es de importancia mencionar también aquellos animales relacionados con mitos y ceremonias, ya que por ejemplo el soñar con determinado animal puede ser señal de contraer una enfermedad información proporcionada en la tabla V. Los habitantes tienen un gran sentido de observación, esto a dado como resultado que ciertos órganos de las plantas los comparen con algún órgano u animal dando un nombre a la planta, por ejemplo: a la de murciélago (Passif1ora coriacea), co1a de alacrán (Heliotropium angiospermum), lengua de ciervo (Microgramma nitida), mano de león (Celosia argentea). También se presentan aquellas plantas que se denominan con relación a alimentos de animales o bien por curar determinado padecimiento, entre el1as tenemos: hierba de la rabia (Stae1ia scabra), comida de puerco (Acmella repens), plátano de ardilla (Syngonium podophyllum). Las relacionadas con olores de animales, tal es el caso de la hierba del zorrillo (Petiveria alliacea), epazote de zorri11o (Teloxys graveolens).
CONCLUSIONES. Los habitantes conocen y dan gran importancia a sus recursos, no solo utilizan las plantas para aliviar sus malestares, sino también los emplean para curar sus animales ya que éstos son de importancia en la comunidad pues son empleados para la alimentación, apoyo en el trabajo, como ceremoniales, medicinales y otros.
67 Se ha observado que cada día la medicina alópata es inalcanzable sobre todo para la comunidad indígena es por esto que el estudio de animales y plantas utilizadas en la medicina tradiciona1 popular es importante como fuente médica, pues son un pilar para curar y prevenir las enfermedades tanto de los habitantes como de sus anima1es. La influencia e interrelación de varios grupos humanos en la población como son totonacos, tepehuas y mestizos ha permitido tener un amplio conocimiento de sus recursos naturales intercambiando información acerca del uso medicinal de las plantas. Por lo anterior se considera que la región de Mecapalapa es una zona con condiciones apropiadas para este tipo de trabajos.
BIBLIOGRAFIA 9. López V. Ma. E. 1988. Contribución Etnobotánica en Plantas medicinales Utilizadas por dos Grupos Étnicos de Mecapalapa, Municipio de Pantepec, Puebla. Tesis E.N.E.P. Iztacala (U.N.A.M.) México, D.F.
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PLANTAS UTILIZADAS PARA ALIVIAR ENFERMEDADES DE LOS ANIMALES
NOMBRE POPULAR Y CIENTIFICO DEL ANIMAL Burro Equus axinas
NOMBRE POPULAR Y CIENTIFICO DE LA PLANTA
FAMILIA
ENFERMEDAD
PARTE USADA
PREPARACION
VIA DE ADMÓN.
L. RANUNCULACEAE
Muermo
Hojas
Machacadas con alcohol
Local (inhalado)
Caballo Equus equus
Cebollina Allium sp.
LILIACEAE
Muermo
Bulbo
Machacadas alcohol
Mulas E. x E. Asirus
Dormilona grande Mimosa albida Humb. & Bompl.
LEGUMINOSAE
Vista nublada
Raíz
Cocción
Local (gotas)
Gallinas Gallus gallus
Romero Rosmerinus officinalis L.
LABIATAE
Poner huevos
Ramas
S/P
Oral
Hierba de la rabia Staelia scabra (presi.) Standley
RUBIACEAE
Rabia
Ramas
Resiregada con agua
Oral
Barba de chivo Clematis dioica
con
Local (inhalado)
Guajolotes “conos” Meleagris Gallo pavo Perros Canis familiaris
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Plantas nocivas y toxicas para los animales
NOMBRE POPULAR CIENTIFICO DE LA PLANTA
FAMILIA
PARTE TOXICA
Cornezuelo Willd. Acacia cornigera LEGUMINOSAE (L.)
Ramas
Las espinas provocan heridas en el hocico de las reses
Ortiga Cnidosculus multilobus (Pax.) I.M. Johnst
EUPHORBIACEAE
Planta
Urticante
Palo de leche S/I
S/I
Látex
Se emplea para matar a los peces
Venenillo Asclepias curassavica
ASCLEPIADACEAE
Látex
Provoca quemaduras, látex es cáustico
Y
Planta
TOXICIDAD
el
Si los animales llegan a comer la planta se hinchan
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ANIMALES Y SUS DERIVADOS UTILIZADOS EN LA TERAPEUTICA TRADICIONAL DE MECAPALA, PUE. NOMBRE POPULAR Y CIENTÍFICO DEL ANIMAL
ENFERMEDAD
PARTE USADA
PREPARACION
VIA DE ADMINISTRACION
Borrego
Torceduras
Lana
S/P Con látex de chalama
Local (vilma)
Caracol
Jiotes
Baba
S/P
Local (frotada)
Caracol de río
Tos ahogadora
Organismo
Hervido
Oral
Cerdo Sus scrofa
Etico
El agua en la S/P cual se baña el cerdo
Roña
Manteca
Mezclado con Local blanco de zinc y (frotada) azufre
Torceduras
Cebo
Untado a hojas Local de tabaco (vilma)
Corazón
S/P Con jerez
Oral
Ovis aries
Externa ((baños)
Colibrí chupa mirto Amazilia sp.
o Corazón
Enjambre Apis melifica
Bilis
Miel
S/P Cocción con
Oral
Fertilidad
Miel
Cocción con Romero y laurel
Oral
Heridas
Miel
S/P
Oral
Espanto
Huevo
S/P
Local (untada)
Mal aire
Huevo
S/P
Externa (limpia)
Gallina Gallus gallus
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Grillo
Para que los Clara del huevo niños caminen
S/P
Mal de orín
Cocción con Local borreguillo y (untada quelite de puerco curvas)
Organismo
Externa (limpia)
Gusano mecapal
de Mal de boca
S/I
S/I
Oral
Gusano tabardillo
del Mal de boca
S/I
S/I
Oral
S/I
S/I
S/I
en
las
Iguana Iguana iguana Rhinolopha
Para los ojos
Mosca sinclina
Evitar vómito
Vaca negra Bos taurus
Mal dormir
Lugar donde durmió la vaca
S/P
Externa (el niño debe revolcarse en el lugar donde durmió la vaca)
Parásitos
Leche
S/P Con látex de papaya Hervida con semillas de calabaza
S/I
el Nido
Leche
Hervido agua
con Oral
Oral
Sarampión
Leche
Hervida con ruda
Oral
Venado Odocoileus virginianus
Corazón Reumatismo
Sangre Piel
S/P S/P
Oral Local (plantillas)
Víbora Crotalus sp.
Para crezca cabello Rabia
S/P
Local (Untada)
S/I
S/I
Zopilote Coragyps stratus
que Grasa el S/I
72
ANIMALES QUE CAUSAN MALESTARES
NOMBRE POPULAR Y CIENTÍFICO DEL ANIMAL Caballo
AFECCIÓN
SÍNTOMAS CAUSAS
Y
Espanto
Nauyaca Botrops Alroscasper Perro
Canis familiaris
Si los niños o adultos llegan a caer del caballo, se pueden espanta y perder la sombra. Los síntomas que llegan a presentar son: los niños lloran mucho, se ponen amarillos, no comen, tienen la mirada fija, se sobre saltan, la defecación es de color verde.
Adiantum princeps T. Moore Agastache mexicana (HBK) Lint. & Epling. Artemisia ludoviciana subso. Mexicana (Willd.) Keck. Bauhinia divaricata L. Citrus aurantilifolia (Christm.) Swingle. Cuscuta jalapensis Schlechi. Diphysa robinioides Benth. Phyllantus carolinensis Walt. Tageles erecta L. T. lucida Cav. Teloxys ambrosioides (L.) Weber
(A) Hojas Planta Ramas
Se presenta al tener contacto con el gusano llamado carga basura. Hay inflamación en la zona afectada, ardor, se observa un color rojo alrededor del piquete.
Leucaena leucocephala (Lam.) De Wit. Sechium edule (Jacq.) Swartz.
(A) Hojas Ramas
El enfermo no come, adelgaza, la garganta se fuerza como si expulsara flemas, hay vómito que en los niños huele a choquía, a algunas personas les da anemia y paludismo, si se espantan se hinchan y se desprende la piel en algunos sitios. Causado por haber visto nacer algún animal o tener asco a la sangre.
Mucuna argyrophylia Stand. Piper auritum HBK. P. umbellatum L.
Serpiente Dryadophis melanolonus veraecrusis Toro Bos taurus Víbora Crotaus sp.
Gato
Felis catus Perro Canis familiaris Puerco Sus scrofa
(A) PARTE USADA (B) PREPARACIÓN (C) VIADE
administración
Equus equus
Carga basura
RECURSO HERBOLARIO
Piquete de carga Basura
Quemado
(B) Cocción Macerados ( C ) Externo (baños) Local (frotada) Oral
(B) Masticadas S/P (C) Local frotada o puesta en el piquete) (A) Hojas Ramas Savila (B) S/P (C) Oral
73 Hormiga tepeua
Piquete de Hormiga
S/I
S/I
Lombrices
Parásitos Intestinales
Dolor de estómago, la persona suda cuando defeca y puja, no se tienen ganas de comer. Se llegan a presentar porque no se lavan bien los alimentos. Los niños las presentan porque comen tierra.
Carica papaya L. Cucurbita pepo L. Mucuna pruriens (L.) Persea americana Mill Portulaca oleracea L.
Se presenta como una pequeña papula, se siente ardor y se observa un color rojo alrededor del piquete.
Stermadenia smithii (Rose)
Síntomas parecidos a los del paludismo dolor en los huesos, ganas de vomitar, algunas personas presentan ronchitas, es causado por el piquete de zancudo.
Citrus aurantiifolia (Christm). Swingle
Hay escalofrío, dolor de cabeza, calentura, a medio día se comienza con frío. Estos síntomas se pueden presentar diariamente o cada tres días, pero a la misma hora. Es causado por el piquete de zancudo.
Hamelia patens Jacq.
Hay dolor y presenta hinchazón, la piel se pone rojiza, hay sudor intenso y puede dar fiebre cuando no se atiende rápido.
Asclepias sp. Boubardia ternifolia (Cav.) Schiecht.
Ascaris
Moyocuil
Larva de un insecto Moscos o Zancudos
Piquete de Moyocouil
Dengue
Paludismo
Víbora Crotalus sp.
Mordedura de Víbora
S/I
(A) Fruto Hojas Látex Semillas (B) S/P ( C ) Oral
donell
(A)Látex (B)S/P ( C )Local (gotas (A) Fruto (B) S/P ( C ) Oral
(A) Hojas (B) Cocción (C) Oral
(A) Hojas Látex (B) Cocción S/P ( C ) Oral Local (lavados)
74
ANIMALES RELACIONADOS CON MITOS Y CEREMONIAS
NOMBRE POPULAR Y NOMBRE CIENTÍFICO
MITOS Y CEREMONIAS
COYOTE Canis latrans
Cuando aúllan los coyotes por las noches, al día siguiente cambiará el tiempo (si el día fue lluvioso, al día siguiente saldrá el sol y viceversa).
GALLINAS Gallus gallus
Cuando cacarean las gallinas por las noches, al día siguiente cambiará el tiempo.
HORMIGAS
El soñar una persona con hormigas, se predice que contraerá una enfermedad.
PUERCO Sus scrofa
Son animales empleados como ofrendas alimenticias en las diferentes ceremonias religiosas y ritos.
CONO Meleagris gallopavo GALLINAS Gallus gallus
75 Argueta., A. 1988. Medicina popular, animales de traspatio y etnozoología en México. Memorias de la J Jornada sobre Herbolaria Medicinal en Medicina Veterinaria. Fac. Medicina Veterinaria y Zootecnia. UNAM.
MEDICINA POPULAR, ANIMALES DE TRASPATIO Y ETNOZOOLOGIA EN MEXICO. Biol. Arturo Argueta Villamar.*
Me parece un gran acierto y quiero dejar constancia de ello al inicio de esta plática, el que la Coordinación de Educación Continua de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la UNAM, abra este espacio a la reflexión sobre las posibilidades y potencialidades de las plantas medicinales en la terapéutica animal. Estimo como altamente positivo el que se propicie el trabajo interdisciplinario; creo también que desde la perspectiva que aquí exploraremos se puede vislumbrar una gran relación entre dos disciplinas que no siempre se les maneja juntas, aunque debería hacerse así, y me refiero a la Etnobotánica ya la Etnozoología; y finalmente, me parece una tarea muy grata, a la vez que un gran compromiso, el venir a hablarles a ustedes de una joven disciplina a la que se le ha denominado Etnoveterinaria.
ALGUNAS REFERENCIAS HISTORIAS.
Los animales actuales del traspatio mexicano son básicamente las especies introducidas e impuestas por los colonizadores españoles hacia el siglo XVI, después de ello, un lento proceso de acriollamiento y apropiación se ha sucedido en estos casi 500 años transcurridos. Dicho proceso no estuvo exento de problemas y dificultades, pero hoy forma parte y, sin duda alguna, de una cultura campesina, de matriz mesoamericana, en la que el, manejo de la agricultura y los animales, la caza y la recolección, la pesca lacustre o de ríos y otras actividades productivas, posibilitan la subsistencia de amplios sectores rurales del país.
En el escenario previo a la introducción de tales especies, hay sobre todo un amplio consumo de carne proveniente de una gran cantidad de especies silvestres, de las que no hablaremos aquí. Por datos arqueo1ógicos y etnográficos se tiene la certeza de la domesticación prehispánica del guajolote, los perros y el pato. En náhuatl los guajolotes eran conocidos genéricamente como totolin, reservándose el término huexó1otl para los
76 machos. Sahagún consigna los nombres de los perros originarios de México de la siguiente manera: chichi, itzquintli, xochiocóyotl, telamin y tlalchichi. Habla también algunos animales bajo un proceso de semidomesticación tales como abejas y avispas para la obtención de miel y cera. Hab1a, sobre todo en tierras tropicales, una gran cantidad de animales en cautiverio que servían directamente para la alimentación, tales como jaba1íes, venados, monos e iguanas. Finalmente estaban las especies que se tenían como mascotas, tales como el tejon, el mapache, algunas boas y numerosas aves canoras y de ornato.
* Centro Antropo1ógico de Documentación para América Latina. Agradezco a la MVZ. Luz Lozano Nathal y a la Biol. Catarina Illsey, el apoyo prestado en la consecución de artículos y materiales sobre el tema.
77 Sin que olvidemos la importancia que Mesoamérica tiene como Centro de origen de plantas cultivadas en el mundo, cabe advertir que pocos trabajos hay sobre zooarqueología y etnografía de la alimentación animal. Un párrafo de Sahagún llama la atención poderosamente, cuando se dedica a describir al vendedor de carne: “El que trata de carnes, tiene ganado, caza y cría, y vende así carne de todo género, de gallina, de venados, de conejos o liebres, de ánsares, de patos, de pájaros, de codornices, y la carne de águila, y de bestias fieras, y la carne del animalejo que trae sus hijos en una bolsa...” (Casillas y Vargas, 1984). Frente a lo poco que sabemos sobre domesticación, semi-domesticación, crianza en cautiverio, posibilitación de procesos de reproducción y alimentación en áreas silvestres, etc., de la fauna nativa, al parecer sabemos mucho más sobre la introducción de especies provenientes del viejo mundo. pero, hacia 1922, Don Manuel Gamio, a quien se le considera padre fundador de la antropología mexicana, hablaba del asunto de la siguiente manera: ninguna o muy escasa atención se ha puesto en investigar la influencia que ejercieron los animales domésticos europeos en la civilización de los pueblos aborígenes de México y en las bruscas innovaciones culturales que quizá se produjeron con tal motivo. (Y agregaba) Tenemos en México extensas crónicas inmediatamente posthispánicas, códices pre y posthispánicos, innumerables petroglifos y (cito textual) muchas tribus en estado primitivo que actualmente experimentan la influencia de la introducción del animal doméstico en sus costumbres. de igual manera que la experimentaron los prehispánicos. Ese vasto material sólo exige algún estudio para suministrarnos datos de alto interés etnológico. ¿Cuándo lo estudiaremos? (Gamio, 1922). Por lo menos desde la perspectiva michoacana y particularmente en el área P’ur hépecha. el fenómeno se dió de la siguiente manera. Hacia febrero de 1521, se dice que llegó el primer caballo conducido por un explorador de Cortés y unos meses después, casi al final del año, un grupo de españoles llegan a Tzintzuntzan, capital del Señorío P’urhé, en el intercambio inicial de regalos los españoles les dan plumas de Quetzal (que habían conseguido con los Mexica) y los P’urhé les regalan 5 venados. Al despedirse y hacer el intercambio de despedida los P’urhé les regalan mantas, xicales y cótaras de cuero de venado, tigre y otros; los españoles le regalan al Cazonci Tangaxoán II, 10 puercos y un perro. Una vez que se marcharon, la Relación de Michoacan, documento fechado en 1541, narra que ocurrió lo siguiente: a...y como viese el Cazonci aquellos puercos dijo: ¿Qué cosas son estos? ¿Son ratones que trae esta gente? y tomoló por agüero y mandólos matar y al perro, y arrastrándolos y echáronlos por los herbazales...” (Relación, 1977). No obstante lo anterior. y dominio militar mediante, se tiene la certeza de que el primer animal doméstico que los españoles llevaron a Michoacán fue el puerco. Tan temprano como 1525 se reportan las primeras piaras en Pátzcuaro y Huaniqieo en 1530. Las vacas ya las había hasta en Pamatácuaro, al extremo de la Sierra. hacia 1532. Por cierto, el caballo llegó exactamente al mismo tiempo que la prohibición a los indios de montarlo. Se señala que el burro llegó a México en 1531 y en Pátzcuaro lo encontramos mucho después, en 1560. El gato y la cabra. también por esas fechas, pero en el altiplano michoacano, la cabra fue golondrina que no hizo verano. Igual pasó con los
78 conejos, los patos y los gansos. El gusano de seda fue impuesto hacia 1570, pero tampoco tuvo éxito por la vía de la apropiación (Argueta, 1988). Varios antropólogos que estudiaron el área, señalan la gran acogida que tuvo la gallina en los corrales P’urhé. Recuérdese que tal proceso tuvo lugar bajo la vertiente obligatoria, pues el tributo de los cabeza de familia indígenas se constitu1a de 12 gallinas de castilla, 6 gallinas de monte (o de la tierra, como se les llama en los documentos coloniales) y un guajolote (Brand, 1946). Otro antropólogo. George M. Foster, que estudió el proceso de lo que denominó Cultura de conquista y que de manera sucinta consistió en reconocer los elementos culturales que pasaron de los españoles a los indígenas en América, señala que los métodos de crianza y los conocimientos asociados, son los mismos que en España, que pasaron como “un todo complejo”, pero empobrecido. Cita por ejemplo, que en España se da la trashumancia del ganado lanar y vacuno, se mueven también a las abejas y a los cerdos (estos por cierto en busca de los encinares, pues son alimentados con bellotas), que no se hace el afeite de las grupas de los caballos. Que no existe la Fiesta del Toro tomo en San Marcos, o la del Puerco como en San Antón, pero si se hace la bendición de los animales y, agrega, persisten supersticiones tales como la creencia de que el mal de ajo puede afectar al ganado en pie (Foster, 1962). Estimo que el proceso no es como lo señala el Dr. Foster, pues se trata de pasos adaptativos, donde algunos elementos se desechan y otros se retornan, muchos se readaptan y otros en fin, se inventan. Uno de los que estimo más rico y amplio es precisamente el de los recursos terapéuticos herbolarios para el tratamiento de los padecimientos de los animales del traspatio, pero no es lo único. Vamos pues a referirnos ahora a algunos estudios de caso.
ANIMALES DE TRASPATIO EN MEXICO. Uno de ellos, que me parece constituye un caso poco frecuente aquí en la Facultad de Veterinaria, es el estudio de Esquivel (1982). Se trata de un trabajo realizado con base en la experiencia de 7 años en una región que abarcó los municipios de Zitlala, Apaxtla, Chilapa y otros del Distrito de Alvarez, Guerrero. Se ocupa de la medicina para animales domésticos: gallinas, guajolotes, cabras, borregos, cerdos, ganado vacuno y equino. Detectó la presencia de un arsenal de más de 80 plantas medicinales utilizadas para alrededor de 50 padecimientos, que van desde las heridas, quebraduras y parasitosis hasta el mal de ojo. Agrega una buena discusión de los tratamientos que a su juicio algunos son adecuados, otros inservibles y otros insuficientes. Un trabajo importante también es el debido a los Promotores Culturales Bilingües Rosa Eangel y José Luis Felipe Ortiz de la Dirección General de Culturas Populares. SEP. Fue llevado a cabo en dos comunidades P’urhé llamadas Caltzontzin y Pamatácuaro. En el se presenta información sobre 30 enfermedades o padecimientos en vacas, caballos, puercos, borregos, burros y aves. Así como sobre 38 plantas y 7 materiales curativos. Señalan que hoy en día la medicina de plantas y los procedimientos curativos locales se combinan con la medicina de patente. La gente distingue entre las enfermedades que pueden curarse en la comunidad y las que necesitan veterinario, pero el primer momento es
79 siempre el de la medicina casera. En muchos tratamientos se usan las plantas que también se usan en la gente, pero en dosis mayores. En otros casos las plantas que algunos animales se comen para curarse solos son después adoptadas en la curación de las personas, pues se sabe que muchos padecimientos son comunes: heridas. Golpes, picaduras de víbora e incluso mal de ojo, aires y otras (Rangel y Ortiz. 1985). Para corroborar lo señalado por Gamio, el caso Chinanteco señalado por Bernard Bevan (1987), quien estuvo en el área entre 1934 y 1936, nos muestra que había pavos y pollo, pocos cerdos y abejas para miel y cera. Aparte de esto, la ausencia y el pastoreo de ovejas, vacas y cabras fue evidente. Entre los Tarahumara y los Huicholes, Zinng y Bennet (1978) y Zinng (1982). encontraron patrones de trashumancia en el pastoreo de vacas y ovejas. Mucho más aún, un delicado equilibrio entre cantidad de animales, cantidad de estiércol, fertilización, cosecha y subsistencia. “En los dos últimos siglos, los animales se integraron tan inextricablemente con la agricultura, que uno se pregunta cómo se las arreglaron los indios sin ellos, antes de que legaran los españoles. Los animales domésticos aportan el ajuste ecológico más particular de la cultura tarahumara (...) Mientras que el caballo permitió a los indios de las llanuras un dominio superior de su peculiar medio ambiente, de una manera diferente, la vaca dio a los tarahumaras su dominio de la alta sierra”. Entre los huicholes, Zinn encontró vacas, ovejas y abejas. Las primeras son de alta importancia económica y las segundas son criadas y trasquiladas por las mujeres. Son rebaños de las mujeres. Dado que la cría es trashumante, como decíamos antes, los hombres dedican buena parte del tiempo a cuidarlos y a menos que sea un rebaño muy numeroso, de más de 50 cabezas, todo Huichol conoce perfectamente a cada uno de sus animales, al punto incluso de “... reconocer las huellas de cada una de sus pisadas. Por lo tanto, es muy riesgoso robarle animales a un Huichol, pues se les seguirá el rastro hasta la casa del ladrón”. Finalmente, el caso entre los Tzotziles de San Juan Chamula, estudiado por Pozas (1977) tiene particularidades interesantes. El cuidado y atención de los animales es una actividad de las mujeres. Aquí, el carnero era el animal más importante y, al igual que las vacas entre los Tarahumaras, estaba implicado el ciclo de fertilización y agricultura. Al parecer no se daba la atención a los partos, pero sí se practicaba la castración en junio y la trasquila en enero y junio. Algo que me pareció desracable, aunque supongo que han cambiado las cosas desde entonces, es el que no era frecuente el sacrificio de los carneros y la mayoría morían de vejez o enfermedad. Cuando esto ocurría se les quitaba la piel y se tiraba la carne y en muchas ocasiones ni la piel se quitaba por considerarlo un sacrilegio.
80
ETNOZOOLOGIA Y ETNOVETERINARIA Como es sabido, gracias a los trabajos de Porteres (1971), Pujol (1971), Martínez (1976) y otros, la Etnobotánica es algo así como una disciplina que cumplirá 100 años allá por 1995, pues fue enunciada por el botánico Harshberger un poco antes de terminar el siglo. La Etnozoología fue acuñada y conceptual izada por Henderson y Harrington hacia 1914. al hacer sus estudios sobre las relaciones entre los Tewa y los animales. Más cercana a nuestros abuelos. La Etnobiología fue gestada como disciplina de síntesis hacia 1936 y me parece que se comenzó a hablar de Etnoveterinaria a mediados de la década pasada. Desde la perspectiva de Roland Porteres (1971), los campos de interés de la Etnozoología pueden ser los siguientes: 1. Aspectos metafísicos, mitología y creencias; 2. Aspectos psicológicos; 3. Sistemas clasificatorios; 4. Utilización de los animales; 5. Origen de los animales domésticos. Como es claro, tales estudios no pueden sino hacerse de manera interdisciplinaria y por supuesto transdisciplinaria, en contacto permanente con los pastores, ganaderos, etc. Las disciplinas y estudios que este autor recomienda utilizar son la etnología, lingüística, botánica, zoología y otras. En México quizá el campo etnozoológico más estudiado hasta ahora ha sido el de las relaciones entre los animales silvestres y las culturas prehispánicas, y sobre todo en los temas de la utilización y el conocimiento taxonómico de los mismos. No voy a ocuparme ahora de ellos, pero una larga lista de participantes que van desde Seller al maestro Rafael Martín del Campo, el más prolífico de todos, han dejado una amplia cantidad de trabajos sobre el tema. De la década pasada a la fecha han proliferado los estudios sobre las taxonomías de los animales en diversos pueblos indígenas de México. Aquí también las fuentes están creciendo todos los días. Recomendaría a todos los interesados la lectura del excelente artículo de Donald Brand (1962), quien revisó los estudios sobre la Etnozoología en México el año 1938, y que lleva de la mano al lector por los diferentes grupos zoo1ógicos, estudiosos del tema y aportaciones realizadas. Quisiera agregar que la Etnozoología ha sido conocida en algunos medios académicos y de aficionados, como el estudio de los animales que aparecen en la heráldica, en los tapices e incluso en las pinturas clásicas. Esto por supuesto que forma parte pero no es todo el campo a explorar. Sobre todo teniendo en cuenta la riqueza. y diversidad que en México existe tanto en lo natural como en lo cultural, es de suma importancia dedicar esfuerzos a estudios de índole más profunda (Ver Demish, Beyer, Honig y otros). En lo que concierne a la Etnoveterinaria, me parece que hay sorpresas considerables. Se le considera una nueva rama de la Etnobiología, algunos la han denominado también Etnozootecnia y otros le han dado el giro de Antropología veterinaria, haciendo el símil a Antropología médica. Por mi parte no creo que deba ser rama de la Etnobiología sino de la Etnozoología, pero sobre esto no abundaremos ahora (Mc Corkle, 1986).
81
Un veterinario, Albert Sollod (1981), ha señalado la gran importancia de que veterinarios y antropólogos trabajen conjuntamente estos temas, en ocasiones con arqueólogos, lingüistas y otros. Entre las disciplinas de la veterinaria que estima muy importantes son la epidemiología, inmunología, parasitología, patología y fisio1ogía. Entre las disciplinas que un Etnoveterinario requeriría de un biólogo estarían la botánica, la zoología, la entomología, la etología y la ecología. Pero también son importantes las contribuciones de especialistas en manejo de ganado, en agua, en planificación y extensión, las de sociólogos rurales, economistas y economistas agrícolas y expertos en comunicación rural, entre otros. Sin pretender una definición inamovible, Mc Corkle (1986) ofrece una que puede ser útil: “Etnoveterinaria se constituiría por una investigación y desarrollo sistemáticos, que toman como su asunto principa1 y punto de partida a los conocimientos y creencias populares (teorías, taxonomías, definiciones, diagnosis, etc.), prácticas, tecnologías y recursos, organización social y todo lo concerniente a cualesquier aspecto (s) de la salud animal. entre las especies cultivadas o manejadas por los seres humanos”. Ella subraya en su definición sistemáticos, popular (o folk) y salud animal, pues los considera tres ejes fundamentales de la nueva disciplina. Considera que el fin último es la salud de los animales y todo lo que afecta negativa o positivamente, directa o indirectamente a los animales. Información sobre los aspectos que debe conocer un Etnoveterinario puede encontrarse en las Etnografías de diversos pueblos, diarios de viajeros o misioneros, autoridades coloniales y otros oficiales, escritos de antropología médica, tratados de arqueología, estudios de campo de medicina veterinaria. Aquí debemos recordar lo que ya señala Don Manuel Gamio para el caso. Por supuesto, un investigador de una nueva disciplina tiene que partir de la idea de que tiene que construir su universo de trabajo, es decir, mucha de la información ahí esta, pero no en la manera en que él la va a construir, y cuidado, no hay que desesperarse, pues la información está a cuentagotas, subordinada al tópico principal, en otros casos es meramente anecdótica, poco sistematizada y parece no tener utilidad. Debe recordarse que la búsqueda de escritos só1o es una primera parte del trabajo global, que debe tener una fuerte dosis de trabajo en campo, directamente con los pastores y dueños de animales. La autora citada señala que los primeros estudios que ya se pueden incluir en Etnoveterinaria, se hicieron a mediados de los 70 y tenían como principal tópico las creencias y prácticas de la veterinaria popular. De ese punto de partida a la fecha, comenta que los campos y las ideas se han diversificado muy ampliamente hacia la productividad, hacia los programas internacionales de desarrollo y extensión, hacia el manejo de la salud animal, etc.
82
De la suma de estudios realizados de entonces a ahora, ya se tiene una panorámica de los campos abordados. que me parece importante darles a conocer también pues nos ubica dentro de 6 grandes temáticas de desarrollo: 1.Etnobotánica veterinaria o taxonomías populares de los animales cultivados o manejados. 2.Farmacología etnoveterinaria. 3.Técnicas de manipulación en la Etnoveterinaria. 4 Medicina, magia y religión en la Etnoveterinaria. 5.Extensionismo y Etnoveterinaria y 6.Salud animal, y producción de rebaños. Veamos brevemente en que consiste cada uno de ellos, cabe agregar que la perspectiva y los ejemplos rebasan el ámbito nacional y que se habla de casos en Africa, Sudamérica y Europa. Un punto básico y que en muchos casos se convierte en punto de partida son las taxonomías: cómo se llaman y cuantas clases de enfermedades hay, cuántos tipos de veterinarios populares existen y cual es la relación entre estas taxonomías y las que maneja un veterinario, con el objetivo de establecer una tabla de equivalencias. Un ejemplo precioso de Taxonomía popular relativo al conocimiento de cada uno de los animales de un rebaño, es el que nos ofrece Ochoa (1981) quien trabajó con los llameros de la puna en Perú. Un llamero puede reconocer hasta 300 de sus animales con nombre propio, los rebaños no rebasan los 500, pero se estima que el sistema empleado (que se basa en color, manchas, sexo, edad y calidad de la fibra), tiene capacidad para hasta 20,000 nombres descriptivos. En el segundo tema, los estudios se han hecho sobre las plantas medicinales y otros materiales utilizados por la gente para enfermedades, heridas, fracturas, combatir la infertilidad, propiciar el apetito y la producción de leche, etc. Estos estudios van desde los de tipo folk, que acumulan listados de plantas utilizadas, hasta los de alta tecnología que incluyen pruebas sofisticadas de laboratorio. Muchos de ellos son descriptivos e identifican perfectamente las dosis, la manera de aplicación e incluso reportes de eficacia. Como dato de importancia quiero decirles que la autora cita dos trabajos, uno del 76 en el este de Africa que recopi1ó información para 53 plantas, y otro de Nigeria del 80, que reporta 92. Deberíamos decirle a Esquivel que el está ahí con sus 80 plantas de la montaña guerrerense de México. Y agregar, por supuesto, muchos de los estudios vistos en este curso. El tercer campo se distingue del anterior porque aquí se incluyen preponderantemente los procedimientos de naturaleza mecánica, aunque por supuesto en la realidad ambos siempre van juntos. pues mientras se sutura una herida se hacen rezos para la pronta recuperación del animal. Aquí se han incluido por conveniencia los procedimientos populares de vacunación y las artes curativas tales como reacomodo de huesos, cirugía, tratamiento de heridas, castración, escisión de tumores, ciertas amputaciones, manipulaciones quiroprácticas e incluso, como en el caso chino, la
83 acupuntura en animales, o bien las técnicas obstétricas tales como episiotomías, cesáreas y embriotomías. El cuarto punto ha recibido gran atención pues son elementos un tanto cuanto “exóticos” a la formación del veterinario, comenta Mc Corkle que el tema sirve también para que el antropólogo capture la curiosidad del veterinario. Como es sabido, los elementos sobrenaturales y mágico-religiosos forman parte de la cosmovisión de los pobladores del mundo rural. Estos elementos se imbrican siempre en dos puntos que interesan al Etnoveterinario: En la etiología de las enfermedades y en los factores que alteran la fertilidad y la productividad de los rebaños. Es recomendable una gran actitud de respeto y comprensión hacia lo que está en juego cuando los campesinos hablen de mal aire, susto y mal de ojo en sus animales, porque de nuestra actitud depende que se cierre o prosiga la comunicación. Y no se trata de condescendencia o paternalismo hacia el subdesarrollo o la ignorancia. En tal punto estamos frente a centenas de años y sistemas coherentes de ideas, de las que mucho podemos aprender. Brisebarrá (1985) trabajando hacia 1978-80 con los pastores franceses de borregos, pastores del primer mundo, encontró la presencia de lo que ella denominó “Santos de la veterinaria” que protegen, curan y multiplican los rebaños. En relación al quinto punto, es obvio que el Etnoveterinario ya no se contenta con el extensionismo usual de las instituciones encargadas de tales áreas. Ahora se están proponiendo y haciendo varios proyectos, sobre todo en Africa y Súdame rica, donde el objetivo es formar a los para-veterinarios, veterinarios descalzos o bien promotores de la salud animal. Se detectan y reclutan a las personas que se han dedicado a tales tareas y estén interesadas en acrecentar sus actividades. Ello significa también romper nuestra arrogancia profesional y entrenar personal no académico. Para llevar a cabo proyectos de tal estilo, además de lo anterior debe contemplarse una dura tarea de selección, entrenamiento, supervisión, motivación y remuneración, logística, reportes, promición, etc. Finalmente, tales elementos desembocan y se aplican en el último punto, referente a la producción, pero no sólo en términos de maximización, pues deben evaluarse muchos factores sociales y económicos involucrados en ello. Ahí los trabajos han sido desde la investigación holística sobre potenciales de producción hasta políticas de producción regional, donde la producción animal deviene en renglón sustancial. Aquí la autora señala la importancia de la producción para satisfacer necesidades internas, así como de fuera de los marcos locales y regionales. Mc Corkle señala que la Etnoveterinaria está en su infancia o quizá en su primera adolescencia. Como tal, muchos de los trabajos que se han hecho en esta adolescente disciplina son de corte descriptivo y muchas veces no centrada o relacionada con los elementos básicos de la nutrición y la producción animal. Errores explicables de la prejuventud. Habría muchas recomendaciones de las cuales hablar, pero estimo que me he extendido mucho y quisiera dejar aquí esto para poder contarles un cuento. Había una vez un país que tenía especies únicas en el mundo, cuyos antiguos pobladores las conocían de mucho tiempo atrás, platicaban con ellas y ellas les daban
84 alimentos, fibras y alegría. Un día, los nuevos pobladores decidieron que tales animales no servían para nada y les compraron a grandes costos, robustos animales a sus vecinos de oeste, con los cuales se resolverían todos los problemas de alimentación y fibras para los vestidos. Varios meses después, los robustos animales se fueron poniendo flacos y sus miradas eran cada vez más pálidas. Se reunieron los nuevos pobladores y decidieron que el problema estaba estaba en los alimentos que comían los otros robustos animales. Los del país, no servían. El asunto se resolvería si se traían los pastos a los que estaban acostumbrados. Se trajeron los pastos y los técnicos para sembrar los pastos. Algunos de los robustos animales comenzaron a dejar de caminar, buscaban la sombrita pues los pastos crecían un tanto marchitos o duros, sin la frescura de su lugar de origen. La nueva reunión de los nuevos acordó que el problema de los pastos era que no tenían agua suficiente, por lo que habría que traer la tubería y los motores para armar los sistemas de riego con los que se atendían a los pastos allá, donde sí crecían bonito. Y por supuesto más técnicos para que armen y organicen los sistemas de riego. El final del cuento todavía no me lo acaban de platicar. Se dice que algunos piensan que el problema es el agua, que la de aquí no sirve y habrá que traerla en avión, abrir un canal o poner un ducto. Otros creen que el problema son los antiguos pobladores (y sus antiguos animales, que solamente contemplan con aire solemne todo lo que está pasando) y por lo tanto, con el pretexto de los problemas surgidos, habría que traer a más técnicos de aquel país y repoblar éste.
REFERENCIAS
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AN INTRODUCTION TO ETHNOVETERINARY RESEARCH AND DEVELOPMENT CONSTANCE M. McCORKLE Departament of Rural Socilogy University of Missouri-Columbia Columbia, MO 65211
ABSTRACT One of the newest directions in ethnobiology, ethnoveterinary research and development (ERD) is no more than a decade old. As this label suggests, ERD constitutes the systematic investigation and application of folk veterinary knowledge, theory, and practice. Common topics in the field include: veterinary ethnosemantics and ethnotaxonomy; ethnoveterinary pharmacology, manipulative techniques, and magicoreligious operations; appropriate methods of veterinary extension; and folk management of animal health in the context of the livestock production system as a whole, and its relation to larger ecological, socio-organizational, economic, ideological, and political structures. As “veterinary anthropology”, this latter approach characterizes the core of both present and future ERD. Largely stimulated by international livestock development concems, anthropologists and veterinarians have joined forces to tackle the real-world complexities of ethnoveterinary system from a holistic but comparative and production-system-specific perspective which gives equal attention to emic and ethic analyses of animal health-care problems and their solutions. With the integrated knowledge this interdisciplinary endeavor yields, developers can more readily design and implement socioculturally acceptable and ecologically and economically sound interventions to improve animal health and productivity and with it, the well-being of human groups whose livelihood depends in whole or in part upon animal husbandry.
INTRODUCTION Ethnoveterinary research and development (hereinafter ERD) constitutes such a “new direction” in ethnobiology that as yet there is not even consensus con a label for the field. “Ethnozootechnics” has been suggested as one possibility (Schillhorn van Veen, pers. Com). Sollod and Knight (1983) and Sollod et al (1984) have coined the epithet “veterinary anthropology”. And here O opt for the more generic rubric that forms the title of this review. If labeling this domain of study is somewhat problematic defining it is even more so. Its boundaries are diffuse, shading off at the edges into a variety of different disciplines and subdisciplines in both the hard and the “soft” sciences, and in both “pure” and applied research. If ERD cannot be easily bounded disciplinarily, neither can it be expediently defined-as sometimes done for other “fuzzy” fields-as “whatever an ethnoveterinarian does. No such creature exists!
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However, as Sollod et al.’s (1984) label indicates, the principal actors in ERD are veterinarians and anthropologists, working both singly and jointly. The latter are almost exclusively sociocultural anthropologists, although occasionally a folklorist, linguist or
89 even an archaeologist may investigate a topic directly or tangentially related to animal health. Among veterinarians, a number of fields are represented: epidemiology, immunology, parasitology, pathology, pharmacology (or pharmacognasy) and physiology. There is also room in ERD for contributions from: many of the biological sciences, e.g. botany, ecology, ethology, entomology, zoology; certainly from specialists in animal husbandry, range science and water management; and at the level of veterinary policy, planning and extension, from rural sociologists, economists, economists, agricultural economists, communications experts and others. Give this range-both actual and potential-of researchers and their research orientations, a strict definition of ERD is difficult and perhaps not even desirable. However, a very broad definition can be offered: ERD constitutes systematic research and development which takes as its principal subject or its major departure point folk knowledge and beliefs (theories, taxonomies, definitions, diagnoses, etc.) practices, technology and resources, social organization and so forth pertaining to any aspect(s) of animal health among species raised or managed by human beings. In this definition I have opted for the term “folk” (or in Francophone writings, “populaire” rather than, e.g., “traditional” or “indigenous” merely in the interest of historical precision. The latter two terms frequently appear in ERD titles, but a people’s veterinary beliefs and practices are not always entirely or demonstrably traditional or indigenous. Instead, they may represent a melange which incorporates elements from other ethnic groups and/or from modern veterinary science. In the latter regard, folk systems may have absorbed these elements (albeit often imperfectly) through word-of-mouth diffusion, by contact with commercial livestock operations, or from veterinary extension services. In fact, as extension efforts intensify, folk veterinary medicine around the world tends to become ever more syncretic. Leaving aside this minor terminological point, as for “aspect(s) of animal health”, these naturally incorporate all features of livestock production systems which can impactwhether positively or negatively, directly or indirectly-upon the physical condition of the animals being managed. At the broadest level, this includes all husbandry techniques involving: feeding, watering, range and pasture management; manipulation of breeding, reproduction and herd composition and dynamics; housing and supervision; prevention, control, curing of disease and, relatedly, sanitation in all management operations; and harvesting of animals products. From an emic perspective, supernatural husbandry techniques-like reproductive, protective, or propitiatory rites and magical cures for animalsmust also be included in this list. Ultimately, too, the larger ecological, economic, political, sociostructural and ideological contexts of the animal production system itself are implied in ERD in its fullest formulation-at which point it in truth becomes “veterinary anthropology”. Having dealt at least provisionally with labeling and defining ERD, the next step is to identify the corpus of work falling within its purview. Here, the definitional qualifiers “principal”, “major”, and especially “systematic” come into play. Desultory references to folk veterinary beliefs and practices or related husbandry techniques can be found scattered throughout many works. These include: ethnographies2 of peoples whose livelihood depends upon animals; accounts by travelers, missionaries, former colonial authorities or
90 other officers (e.g., de St. Croix 1972); writings in medical anthropology; 3 archaecological treatises;4 field-based studies in veterinary medicine and range management;5 and still others.6 Naturally, all such sources of information should be consulted by the ERD researcher in preparation for work among a given ethnic group or con a specific animal health issue. However, they do not fit any definition of ERD per se. Either their treatment of matters ethnoveterinary is asystematic, anecdotal, and very much subordinate to a different principal topic (the most common case); or their database falls wide of the “folk” mark. Just the opposite is true of the works reviewed here. As a first effort at drawing together ERD worldwide, the following introductory review is perforce 7 noncomprehensive. Nevertheless, the studies referenced and discussed below do constitute the bulk of the literature to date, and they accurately represent the variety of thrusts in the field. McCORKLE DISCUSSION ERD background; development, and goals.-With one qualification, studies which take folk veterinary beliefs and practices as a primary topic of scientific investigation first began to appear in the mid-1970s. In veterinary medicine this statement is qualified by the longstanding study and use in veterinary pharmacology and pharmacotherapy of herbal remedies for animals (e.g. Bairacli-Levi 1984; Schillhorn van Veen, pers. Com). In anthropology, however, it seems to be unqualified-despite and established interest in the study of domesticated animals from a number of perspectives (Shanklin 1985b). Between the mid-70’2 and now, ERD can indeed be said to have burgeoned. Predictably, it is difficult to arrive at many generalizations about the field overall. Researchers come from a variety of countries and disciplines; their research issues, emic/ethic emphases, and theoretical approaches (where these exist) vary accordingly; their geographic areas of investigation girdle the globe; the species involved can include any animal domesticate or semi-domesticate; and, of course, the field itself is still in a phase of rapid growth and change. Where this decade of diversity acquires coherent focus, definition and purpose, however, is in the arena of international livestock development and extension. Here, ethnoveterinary research has as its explicit, overarching goal the enhancement of livestock productivity through improved management of animal health, as informed by an understanding of folk veterinary medicine and related husbandry techniques. Largely with the impetus from development projects like the Small Ruminant Collaborative Research Support Program (SR-CRSP) and the Niger Range and Livestock Project, as of the 1980’s a handful of “core” works and workers in ERD have emerged. This core of ethnoveterinary endeavor is characterized by its holistic, systems analysis, and therefore interdisciplinary orientation. That is, it recognizes the importance and interconnectedness o the physical, cultural, social, economic, political and historical matrices in which animals and their owners are embedded. It therefore seeks to integrate
91 findings from correspondingly appropriate but disparate disciplines in the biological and social sciences (after Sollod et al. 1984:285-286). Additionally but not distinctively, core ERD emphasizes the need for firsthand field research among stockowners themselves, under real-world husbandry conditions, in order to arrive at it draws heavily upon anthropological method and theory, combining these with the technical skills and knowledge of animal scientists. It is, fact, “veterinary anthropology”. This core thrust in ERD has come to the fore only in the last five years, and it clearly charts the course of the field’s future growth. As noted earlier, to date it has almost exclusively involved veterinarians and sociocultural anthropologists. And mainly due to present policy priorities in international development, it has sofar concentrated upon herd animals (cattle, sheep, goats, alpaca, llama) in Africa and, to a lesser extent, Latin America. In contrast, the first half of the field’s formation displays a greater diversity in researchers, species and geographic locales, although many of the research topics are the same. The “diverse” studies continue to increase8 in quantity and quality, and much of the data they produce are immediately relevant to core ERD concerns. But again, they are differentiated by their more delimited and disciplinary specific research goals and approaches. In this respect, the holistic, systemic and ultimately practical thrust of core ERD has lent fresh meaning to the congeries of studies in the field as a whole, placing them into a more unified heuristic framework. The following discussion is organized by general topical areas which have been addressed in any part of ERD to date. Throughout, the relevance of each area to development and extension is highlighted. The topical categories themselves are not discrete; they merely serve as an organizational device. Many studies in fact span a variety of categories. Due to their holistic orientation, this is particularly true of core works. In such cases, studies are often cited and/or discussed in several sections. Veterinary ethnosemantics9 and ethnotaxonomy. I begin with this area because it forms the backbone of almost any endeavor in ERD. The importance of even the most basic semantic and taxonomic researches for determining and analyzing indigenous veterinary and husbandry concepts and how these guide behavior, for identifying different types of native veterinary practitioners, and for communicating with stockowners and extending new health-care information and techniques to them is recognized by virtually every core work. The major theme in such research has been the relationship between folk and scientific taxonomies-especially in the domain of livestock diseases, where an in depth, empirical appreciation of he shape, scope and accuracy of a people’s etiological, anatomical, physicological, diagnostic, curative and epidemiological knowledge is essential before developers can even begin to evaluate what, how, and if native veterinary attention to trying to sort out and “match up” folk disease identifications and/or taxa with their scientific equivalents (Ba 1982a, Grandin 1985, Ibrahim 1984, Ohta 1984, Maliki 1981, McCorkle 1982a, 1983b, Sollod 1983, Sollod et al. 1984, Wolfgang 1983, and Wolfgang and Sollod 1986; possibly also *Cabrol 1984 and *Noirtin 1975).
92 Predictably, this is not an easy task. Medical science classes diseases according to the etiological information afforded by sophisticated laboratory analysis. In contrast, at lest pending practical necropsy, folk disease distinctions typically rely con the recognition of morbid signs, more rarely con epidemiology, sometimes con sorcery, or con any combination of these. Moreover, as Ohta (1984) points out, when pathogenic explanations for disease are lacking, it is often difficult to distinguish “disease names” from “terms of symptom” since both may reference morbid signs. Further complicating this picture is the fact that, as among the Twareg of Niger (Wolfgang and Sollod 1986), the same morbid condition may have several appellations depending upon the species afflicted. The result is that a single folk disease category-like q’icha’diarrhea’ among the sheep and camelids of the Quechua of Peru (McCorkle 1982a), wilsere’bush disease’ among the cattle of the FulBe of Upper Volta/Burkina Faso (Wolfgang 1983), or azania’too much blood’ among Twareg camels (Wolfgang and Sollod 1986)-often glosses a wide array of etiologically distinct ailments. Conversely, folk classifications may also assign the scientifically “same” disease to different categories con different occasions, based con varying configurations of the clinical, epidemiological and supernatural information available to the native diagnostician and con the species involved. Nevertheless, it is clear from these and other studies that pastoral peoples posses a rich store of knowledge about many livestock diseases. To take but one example, Schwabe and Kuojok (1981) describe the extensive appreciation of cattle diseases (and of bovine anatomy and physiology) held by traditional Dinka healers and stockowners. This lore derives from practical experience-eg., personal observations of clinical signs, sacrificial dissections and specific instances and modes of contagion-coupled with a “rational empirical process” (Schwabe and Kuojok 1981:237) which integrates these and other sources of information. Still, as nearly all researches of ethnoveterinary epistemology have remarked, some of the resulting folk surmises, explanations and curative or preventive actions are “incorrect in manor or minor parts” (Schwabe and Kuojok 1981:237). Simple semantic and taxonomic investigations can help to pinpoint where stockowners could most benefit from increased etiological and epidemiological information, more astute diagnoses, and new treatment, prevention and control options. For the same reason, research into other semantic domains of the animal production system (Anderson 1978, Ba 1982, Flores-Ochoa 1978, Maliki 1981, McCorkle 1983b, Meneses T. in progress) is valuable insofar as many husbandry practices impact upon the occurrence and spread of livestock diseases. Finally, all such research is critical for effective communication between stockowners and development/extension workers. As so many authors have pointed out, the labors of both groups would be eased if they can learn to comprehend and utilize each other’s veterinary concepts, techniques and vocabulary. Ethnoveterinary pharmacology.-This is the investigation of a people’s use of plants and other materials in preventing and treating animal diseases, wounds, fractures, in encouraging fertility, appetite, productivity, and so forth. Most core studies make at least mention of this very basic aspect of veterinary care, and some go into considerable detail (Ba 1982:55, 87 ff.; Maliki 1981:47 ff.). Works whose specific focus is the ethnoveterinary pharmacopoeia can range from the folkloristic to the “high tech”. Many have an essentially descriptive aim-ie, identification of the materials, their appellation, categorization,
93 acquisition, preparation, indication, administration (including both natural and supernatural operations) and reported efficacy. Such works may take a purely ethnographic approach. An example is Brisebarre’s (1984a) study of the therapeutic use of bouquets hung in the sheepfolds of Cevennes, along with her examination of more empirical curative applications of plant and other materials to Cevenol ovines (Brisebarre 1978). Alternatively, descriptive studies may have a more strictly pharmacological end in view, as in Nwude and Ibrahim’s (1980) detailing of 92 plant species employed in traditional veterinary medicine in Nigeria for every type of domestic livestock (possibly also *Gourlet 1979). Likewise for Chavunduka’s (1976) identification of 53 plant species of ethnoveterinary medicinal importance in southern and eastern Africa, along with their uses, preparation and administration. For veterinary pharmacologists screening of local plants in order to establish their real utility if any, optimal dosages, and effective frequency of application (eg. Ibrahim et al. 1984, *MourierBallon 1983). While research of this sort can add useful new drugs to the modern veterinary pharmacopoeia, its ERD importance lies in improved folk pharmacoteraphy which is culturally appropriate, economically feasible and consistently available. At this level, its relevance to development and extension is evident. An example is provided by the SRCRSP/Peru. Building upon existing ethnoveterinary pharmacological knowledge, the project has worked with one peasant community in the central highlands to test the efficacy of a wild tobacco as a botanical for ovine ectoparasites (Bazalar and Arevalo, in progress). As per the longstanding and widespread use of nicotine-based parasiticides in both folk and modern veterinary medicine /Schillhorn van Veen, pers. Com). Initial trials have proved successful; and work is now being done to establish the minimum effective compound and to secure supply of the plant (Fernandez 1985). The project also plans to test these tobacco ompounds in combination with tarwi (Lupinus mutabilis) water. Tarwi is a bitteer, alkaloidladen legume which is edible only after prolonged steeping. The trials Bustinza Ch. (1985) performed con this indigenous cultigen’s use in southern Peru as a folk cure for ectoparasites of alpaca have already demonstrated its efficacy. Working in conjunction with SR-CRSP social scientists, project veterinarians are conducting similar trials con other plant materials in the ethnopharmacopoeia which are employed to combat ovine endoparasitism (Arevalo and Bazalar, a, b, in progress). Throughout, emphasis is placed con compounds and applications which can be readily prepared and comprehended within the peasant community itself.
Ethnoveterinary manipulative techniques.-This topic is distinguished form pharmacoteraphy above and magico-religious procedures below by its primarily mechanical nature-although no such distinctions may be drawn emically. Of course, all these approaches may be used conjointly-as when a stockowner surgically cleans and then sutures a wound, poultices it, and offers up a prayer for the animal’s speedy recovery. For convenience, here I lump vaccination and other prophylactic measures with the healing arts-bonesseting, sugery, wound treatment, chiropractic-like manipulations and, at least in China (Metalie 1984), acupunture. As before, ERD’s concern is to identify and
94 describe, discover the emic rationale for, and evaluate the appropriateness and effectiveness of such manipulations. Ethnoveterinary prophlaxes may be of an essentially empirical, managerial sort, e.g.: smudge fires to drive away disease-bearing pests; manual removal of ticks; avoidance of infested pastures and unclean water, quarantine of contagious individuals; mineral feedings; protection from extremes of weather; and general sanitation measures like cleaning, disinfecting or rotating animal quarters. They may also include various magicoreligious performances, taboo observances and so forth (see below). But a more classic example of ethnoprophylaxis is traditional vaccination. For instance, some FullBe vaccinate their cattle against rinderpest by inserting a bit of lung from an infected animal into a incision n the nose, leaving the material in place until the wound festers; others inject a solution in which the lung tissue has been soaked (Wolfgang 1983:58). Fulani (Ba 1982:75) and WoDaBe (Maliki 1981:60) follow similar procedures for bovine pneumonias. Upon completion of the vaccination process, WoDaaBe also excise the rotting flesh and cauterize the wound. As a healing art, cauterization appears to be a routine and multi-purpose technique among all Sahelian pastoralists. For example, BullBe treat livestock sprains with a series of tiny burns in the sprained area-much like the “pinfiring” performed on Western racehorses with leg problems, to increase blood flow to the injured part (Wolfgang 1983:57). FullBe, Fulani, Twareg, and WoDaaBe, whether rightly or wrongly, all use branding in treating a galaxy of ills. Across the three ethnic groups, these ills include, e.g.: anthrax, typanosomiasis, rickettsiosis, epilepsy, edemata, botulism, scabies, bloat, diarrheas, toothaches, fevers, blows to the body, digestive and hoof ailments, muscle pains, sprains and lizard bites. Venesection or bleeding is another popular healing art in African veterinary practice. All of the foregoing authors plus Evans-Pritchard (1969), Ohta (1984), Schwabe and Kuojok (1981), Wolfgang and Sollod (1986) and others note its use. Bonesseting and wound-treatment skills are found in folk veterinary toolkits worldwide-as are, too, effective surgical and obstetric techniques. These latter run the gamut from relatively simple operations (such as marking, castration, excision or tumors, certain amputations) through a variety of obstetric procedures (e.g., episiotomy, Caesarean section, embryotomy) to complex cosmetic sugery like horn training (Schwabe 1984). Magic, religion and ethnoveterinary medicine.- This topic has received considerable attention in ERD for a variety of reasons. Admittedly, it is precisely the sort of exotica which anthropologists dote on, and it readily captures the veterinarian’s curiosity as well. More importantly, however, magico-religious beliefs and practices appear to form a part of folk veterinary systems everywhere; and in many, emic distinctions between natural and supernatural matters in animal health are blurry.10 If for no other reason than its pervasiveness, the supernatural must be acknowledged in any ERD study aspiring to a holistic, systems-analysis approach. As an overarching ideological construct, the supernatural can impinge upon every facet of livestock production.11 However, from an examination of the literature, magic and religion seem to figure most prominently in two areas pertaining to animal health: in the supernatural promotion of livestock fertility and
95 productivity;12 and more significantly, in ethnoetiology-which in turn informs folk diagnosis, treatment and prevention of animal disease and accident. Maliki (1981:65 ff) presents one of the most thorough-going descriptions of a people’s supernatural pastoral repertoire. Writing con the WoDaaBe of Niger, he discusses: fertility, protective and curative rites for animals; hexes, curses and broken taboos which can bring con livestock disease and accident; divination procedures for predicting herd misfortunes; “good and bad luck” days for performing veterinary and other management operations; and more. McCorkle’s (1983b) treatment of these same phenomena for the Peruvian Quechua is equally detailed. However, in addition to describing these Amerind’s panoply of supernatural explanations for animal ills, she seeks to analyze them ethically. The Quechua etiological category of “evil winds” is illustrative. Indeed, “winds” are common etiologies in a number of folk veterinary systems, including FullBe, Fulani, Twareg and WoDaBe. This comes as little surprise since certain livestock diseases in fact can be transmitted aerially (e.g., anthrax, foot and mouth disease, rinderpest) and/or promoted by environmental stresses (e.g., a variety of respiratory aliments). Among the Quechua, however, ethnodiagnosis of attack by an evil wind may or may not correspond with any plausible scientific clinical igns. Nonetheless, it can often lead to appropriate prophylactic or treatment measures-e.g., keeping animals away from the haunts of evil winds cum toxic plants, or surgically removing tumors. Whether ethically translatable or not, as already noted, magico-religious belief and practice figure in folk veterinary systems worldwide, in both developing and developed milieux. To illustrate, Wolfgang (1983) mentions FullBe magical techniques for controlling, avoiding, or curing certain cattle diseases and ethnoetiological agents such as genies. Ibrahim (1984) comments con “spirits” and “the unseen” as explanations among Nigerian Fulani for livestock diseases with unknown (microscopic) causes and neurological signs. Chavunduka (1976:8) notes Manyika tribal beliefs in ancestor spirits and “evil dreams” as origins of disease. “Evil beings” plague Turkana livestock (Ohta 1984). Recurrent themes in Kimball’s (forthcoming) observations on Brunei Malay ethnoveterinary practice are magio-mechanical techniques to ward off disease-causing hantu spirits, and Islamic prayers such as the “neutralizing harm verse” to forestall various kinds of livestock problems. For Irish stockowners, Shanklin (1985) describes evil-eye theories of animal ills, and their associate ritual and behavioral precautions. Brisebarre (1978, 1984b) and others (cited in Brisebarre 1985b) document a pantheon of French “veterinary saints” to whom provincials still turn to bless, protect, cure and multiply their livestock. And Brisebarre (1985c) analyzes the principles of sympathetic magic behind French stockowners therapeutic use of bouquets. Finally, many of the foregoing and other studies (e.g., Schwabe and Kuojok 1981) further indicate what social types of individuals (priests and shamans, sorcerers, herbalists, smiths, heads of household or individuals (priests and shamans, sorcerers, herbalists, smiths, heads of household or lineage, wives, etc.) are traditionally responsible for the various supernatural-as well as naturalisticoperations related to animal well-being. For development and extension, the importance of understanding supernatural aspects of folk veterinary systems is threefold. The most obvious consideration is a diplomatic one. If ERD personnel ignore, belittle, or worse still, unwittingly outrage
96 indigenous ideology, their work is not likely to meet with much success. A second consideration is that sometimes magico-religious practice and idiom in fact embody practical veterinary and management acumen. Treatments like feedings of saint-blessed salt (Bisebarre 1984b) are potentially effective for some maladies; and seemingly outre ethnoetiologies like “evil winds” (McCorkle 1982a) can nevertheless dictate appropriate curative or preventive action. Developers must therefore be careful about dismissing “superstitions” out-of-hand. Third, extension efforts can directly build upon an under standing of the supernatural in folk veterinary systems. Useful management techniques can be reinforced with added information as to how genies, spirits, evil winds/dreams/eyes or what-have-you accomplish their nefarious aims; and new skills can be introduced in a cultural idiom which makes sense to stockowners or at least does not threaten ideological, and related sociostructural, integration. Ethnoveterinary extension.- With regard to social structure-and as Halpin (1981), McCorkle (1982a), Schwabe and Kuojok (1981), and others have pointed out-one of the most logical choices for recruiting an training effective veterinary extension personnel is local healers who have traditionally dealt with animal (or human) health problems. These specialists or semi-specialists typically share the same language and culture as their clientele; already enjoy their confidence and esteem (albeit to varying degrees); occupy a recognized role in the ethnomedical system; and often control a wide range of empirical medical skills and knowledge. Identifying these individuals, their established domains of practice, their real expertise, and their potential as veterinary extension workers is yet another important task in ERD. Along the lines proposed for use of traditional healers in human health care in many developing countries (e.g., Dunlop 1975), Schwabe and Kuojok (1981) emphasize that, with some training and organization, such individuals could provide effective and relatively cheap grassroots delivery of basic health services to livestock, and possibly even to humans. Halpin (1981) advises that these “barefoot vets” can be drawn from among stockowners as well as healers. He further notes that a trained coterie of camp level veterinary extensionists could be particularly effective in nomadic areas, where other types of delivery are so problematic for so many reasons (cf. Imperato 1974). In developing nations, these “paravets” could additionally function as a unique component in a “badly needed disease intelligence system” (Schwabe and Kuojok 1981:237) and as accurate interpreters of stockowners’ primary veterinary “troubles, constraints, fears and aspirations” (Halpin 1981:5). As these authors point out, such information would in turn permit more rational design, performance and evaluation of livestock disease control programs. Grandin (1985), Halpin (1981), Loutan (1984), D. Sandford (1981), S. Sandford (1983), Schwabe (1980), and Schwabe and Kuojok (1981) all offer suggestions and observations con how selection, training, supervision, motivation and remuneration, logistics, supplying, reporting and accounting procedures, and etc. of paravets can or has been organized vis-a-vis: multilinguistic realities; complex national government and local social structures-including household, camp, village-chief, interethnic and movement patterns.
97 Summarizing the lessons learned from the Niger Range and Livestock Project’s pilot paravet program, Loutan (1984) provides a particularly thorough and insightful case study which addresses a majority or these issues. Animal health and livestock production systems research.- All for the foregoing considerations and topics are implied in this final category, which embodies the core of current ERD. Works in this vein may naturally differ in their topical emphasis and scope, often depending upon the author’s disciplinary training and subdisciplinary interests. They may highlight veterinary, management, or socioeconomic and sociocultural aspects of the animal health and production-system issues examined. They can also vary in their primary, immediate goals of research: throrough-going description, disciplinary theory building and validation, policy planning, advocacy of a given research design, or investigation of a specific animal-health question. However, all studies in this group share two defining features: an explicit recognition of the holistic, systemic complexity of the phenomena under study; and an ultimate commitment to making research results useful for livestock development and extension. Among the first works in this group to reach print is Maliki’s (1981) report con WoDaaBe cattle herders in central Niger. The range of topics he treats is indicative of these studies’ holistic outlook. To illustrate as briefly as possible, he details: herd composition in race, sex, age, reproductive and productive state, and personal names for cattle, plus additional categorizations for sheep and camels; every aspect of basic animal management such as pasturing/mineral-feeding/watering patterns and selection/breeding/fertility/gestation/abortion/calving/milkin; WoDaaBe description and classification of plants according to their palatability and nutritive value for the different animal species and at different stages of plant growth, plus their veterinary medicinal and other uses; similarly for identification of livestock diseases and other health problems-their ethnoetiology, the clinical signs herders recognize, the specific cures and controls they seek to apply; herd movements during the eight emic seasons of the pastoral year and their impact upon the social groupings and activities of families, camps and clan; relatedly, harvesting, consumption and distribution of all pastoral products, magical beliefs, songs, proverbs, origin myths and etc. pertaining to herds; and still more-all with precise transcriptions of the hundreds of lexemes in the WoDaaBe herding vocabulary. Ba’s (1982) treatise con the “veterinary arts” among Sahelian Fulani (Peul) follows a similar format, but with a tighter focus con veterinary and related management practices, and a more limited discussion of social, economic and cultural correlates of Fulani animal husbandry. Both studies are essentially descriptive. McCorkle (1983b) covers largely the same topics as Maliki-plus others such as the social organization of labor for herding (1982b), and management issues in sheltering shearing, docking, castration and predator control (1983a)-for Quechua Indians of Peru. However, she has a theoretical as well as a descriptive aim: to correct neofunctionalist analyses of agropastoral subsistence systems. Using a New World data base to refine and validate the cross-cultural applicability of a “dialectic” model of preindustrial agropastoralism in Europe, she demonstrates how Andean herding and cropping stand in a simultaneously complementary and competitive relationship to each other. In the process, she outlines how veterinary care, in particular, is constrained by the
98 low productivity and multiple competing demands of paleotechnic agriculture. Under their present “meat and potatoes” production system, this leaves Andean peasants short of land, labor, capital, technology and technical information for significantly increased attention to herd health problems-certainly insofar as intensive, costly, “tech-fix” solutions derived from Western commercial practice are concerned. For livestock development and extension, McCorkle further discusses some of the systemic potentials and problems posed by ecological, sociostructural, and sociopolitical factors relating to, eg. communal land tenure and pasture/field usufruct rules, traditional reciprocal labor patterns and centuriesold ethnic dominical mechanisms. The ultimate implication for livestock development is that only a global, systems analysis which acknowledges the dialectical tensions between preindustrial cropping and herding can forestall the error of “robbing Peter to pay Paul”i.e., of upping pastoral production at the expense of agriculture, or vice versa. The paramount concern of Wolfgang’s (1983) work among the FulBe of westcentral Upper Volta is to arrive at specific recommendations for veterinary extension and policy planning. To this end, she focuses her research con three major areas: (I) FulBe classifications, etiologies and treatments (both folk and Western) for cattle diseases, plus herders’ own assessment of the socioeconomic impact of different diseases; (2) the current structure and functioning of animal health-care delivery services in the region; and (3) a survey of the country’s major veterinary diagnostic laboratory facilities. Additional topics of investigation include certain non-disease-related health problems of cattle and (especially in Sollod et al. 1984) women’s role in maintaining herd well being. Findings from all these areas inform Wolfgang’s final recommendations for veterinary extension and policy in Upper Volta (now Burkina Faso). A sampling of these recommendations is of interest because they reflect needs common to many developing countries. One is an immediate improvement in epidemiological information, so that planners can concentrate scarce resources con the most prevalent, economically damaging livestock diseases. Another is educational outreach to correct folk misunderstandings about and consequent misuses of expensive Western drugs. A closely related concern is to remove communication, and even simple translation, barriers between stockowners and extension agents-a problem which, theoretically at least, could be resolved by incorporating some herdsmen into the livestock service, as has been done in other parts of Africa. Finally, Wolfgang notes a need for modest improvements in regional laboratory diagnostic facilities, and in other technological and infrastructural aspects of health care delivery. Throughout, however, she emphasizes that including stockraisers themselves-both women and men-as substantive participants in the extension process should greatly enhance diagnostic, delivery, and treatment effectiveness and costefficiency. Sollod et al.’s (1984) aim is somewhat more didactic and programmatic than that of the foregoing studies. These authors seek, first, to define and codify the exciting new trend in ERD which tackles animal health and production system research through “veterinary anthropology”. Then, drawing upon the fieldwork of Sollod and Knight (1983) (a veterinarian and an anthropologist) among herding groups lf central Niger, plus Wolfgang’s investigations (which were in part supervised by Sollod), they demonstrate how this fusion
99 of perspectives and methodologies can greatly enrich analyses of patterns, problems, and control options in livestock health. Sollod and Knight’s Niger research is particularly instructive. There, the interdisciplinary team was able to relate epidemiological profiles of livestock diseases-their incidence, prevalence, seasonality and geographic distribution-directly to differing systems of animal production (Twareg versus WoDaaBe) and to specific husbandry practices within these systems which promote or discourage expression of a given aliment. These practices, in turn, were linked to concrete ecological, cultural, commercial and subsistence parameters of Twareg and WoDaaBe life. For example, it was found that stress related pneumonia and protein-caloric inanition were severe problems among WoDaaBe, but not Twareg, sheep. This finding was related to the seasonal timing of ovine births. The Twareg control breeding through penile sheath ligation of rams, thus ensuring that ewes do not give birth towards the end of the dry season, when forage is scarce and nutrition poor. In contrast, the WoDaaBe-who considers them selves to be cattle herdersexpend little effort of any sort con their sheep. The only “control” they exercise con breeding is sales of rams in response to market demands for mutton, especially at the time of the annual Id festival. Depending con whether this moveable feast falls before or after the first breeding season, WoDaaBe ewes and their lambs suffer or thrive accordingly (after Sollod et al. 1984:291). The veterinary anthropology which these authors espouse highlights the dynamic interplay of endogenous and exogenous determinants of disease-the latter defined as factors external to etiological agents or their hosts. The contextualized, culture-specific information which this comparative stance yields is critical for the design of successful development and extension programs because “It makes possible the use of nonmedical approaches to animal health which include marketing and management interventions, and allows the use of a simplified package of veterinary commodities for each production system” (Sollod et al. 1984:292). It has long been recognized, and repeatedly demonstrated, that changes in management alone are sufficient to control many livestock diseases. Yet as Schillhorn van Veen (1984:306-308) has observed, despite the fact that such interventions can be highly beneficial at relatively low cost and risk, management is rarely defined for indigenous stock operations. The interdisciplinary, holistic and production-systems approach of veterinary anthropology works to fill this definitional and empirical lacuna. Finally, by virtue of its holistic, production-systems orientation, Shanklin’s (1985a) work among farmer-stockowners of northern Ireland also falls in this last group of studies. The ethnoveterinary portion of her monograph is designed to test a single hypothesis: “that it different types of animals are kept in a given environment, susceptibility to disease will be a factor in the decision to keep a specific type of animal and selective breeding will be largely determined by this consideration” (Shanklin 1985a:215). To this end, she marshals comparative data con bovine as versus ovine production with regard to: stabling, pasturing, seasonal supplemental feeding, both folk and scientific veterinary knowledge and care, breeding practices, land and labor requirements, economic value and market outlets, government regulation and historical shifts in these and other production parameters. Her larger aim is to review theoretical debates in ecological anthropology
100 relating to the adaptive value of traditional and non-traditional elements in the animal production system, and to identify ecological constraints to indefinitely upping livestock production.
CONCLUSIONS ERD is still in its infancy-or perhaps with the appearance of conceptually and disciplinarily more integrative papers like Schillhorn van Veen (1981, 1984), Sollod et al. (1984), and the present review-its early adolescence. As is to be expected of a young area of research, many ERD works are still focused con the descriptive level; and across the field as whole, there is a healthy diversity of topics and approaches. Again, where this diversity finds a unifying form and function, however, is in international livestock development. Here, ERD is of critical importance because without improvements in animal health (and nutrition), rarely can any improvements in livestock productivity be achieved. In response to this need, a contemporary core of development-oriented ethnoveterinary research has emerged. Within this core, a number of shared themes, methodologies, and perceived needs for future research can be distinguished. First and most salient, of course, is an emphasis con the “etno” in ERD. As recognized for other development sectors (cf. Brokensha et al. 1980), a thoroughgoing understanding of and respect for folk veterinary knowledge, concepts, practice and practitioners is a must. While clearly not all elements of ethnoveterinary (and their associated management, sociostructural, and etc.) systems are accurate or effective, their ensemble represents a rich resource for developers seeking to enhance, their ensemble represents a rich resource for developers seeking to enhance animal health and productivity in ways which are readily comprehensible and culturally acceptable to the client audience and which are ecologically and socioeconomically sound. In other words, existing folk practice and belief should always be the starting point for veterinary research, development and extension-as, indeed, they were in the evolution of Western veterinary medicine. Second, as we have just seen, there is an invigorating move in ERD towards analyzing veterinary development issues within a holistic but comparative and productionsystems-specific framework. Production systems or subsystems may be defined by culture area, ethnic group, agroeconomic sectors (e.g. cropping versus herding, sale versus subsistence), intraethnic household characteristics, species or ther parameters like ecozone. This new dynamic in ERD has brought with it an explicit recognition that the constellation of endogenous and exogenous variables impinging upon animal well being ultimately lies beyond the ken of any one technical or social science. Ideally, research into the complex, real-world coordinates of livestock health should therefore be carried out by concerted interdisciplinary action. Veterinarians and anthropologists have together risen to this challenge; and there is both room and need for collaboration with other disciplines, as well. Such research naturally calls for in-depth field-based studies rather than just laboratory analyses “divorced from the realities of pastoralism” “(Sollod et al. 1984:285). In this regard, the usefulness of time-tested methods of anthropological fieldwork is undisputed in
101 ERD. Likewise for the ethnographic expertise and the emic, bottom-up perspective of anthropology. In the findings and hypotheses of animal health and production systems research to date, some consensus con development and extension strategies is also emerging. To wit, that educational, managerial, marketing, and other such interventions may often prove more appropriate, economical, and effective than modern drug therapy, eg., as applied in mass vaccination and treatment schemes. In the rush to implement costly topdown, “tech-fix” programs which offer immediate short-term benefits, developers, policy planners and stockowners alike may lose sight of longer-term drawbacks to such solutions in third-world countries. These drawbacks can include: ecological degradation and depletion, as from overgrazing; relatedly, escalating social and political tensions over delivery lines dueto an unstable economy and/or government, or to infrastructural inadequacies; political and financial machinations within the livestock service; loss of genetic tolerance to disease in stock, and increasing drug resistance in vectors and etiological agents; and more. (For an interesting case study of some of these problems, see Lawrence et al. 1980). There is also agreementin in core ERD con the wisdom of employ in local healers and stockowners themselves as extension agents or assistants, although equally it is recognized that their use is not problem-free and requires careful selection and organization. As for future research needs, there is a clear consensus con the vital necessity of everywhere acquiring more, and more accurate, epidemiological data-data wich must be collected, compared and analyzed in both emic and ethic terms. This very basic sort of information is obviously imperative if valid correlations are to be drawn between pat terns of livestock disease and the physical and human ecologies which animals and their keepers inhabit. It is also imperative for meaningful communication between stockowners and ERD personnel. Beyond the need for improved epidemiological information, I would like to add several other areas which I perceive as requiring more attention. One is the formal, ethnoscientific study of folk classifications for livestock diseases/etiologies/cures, typos of pastures and rangelands, species and races of animals, and so forth. To the best of my knowledge, ERD investigations of ethnobiological categories have so far been carried out largely by individuals inexpert in the rigorous procedures of formal linguistic analysis. Yet such analyses, we know, can reveal not only the underlying logic of folk conceptual systems, but sometimes also crucial biological and sociological facts and interrelation ships overlooked by Western science. This untapped source of a problem may prove comparable or superior to that of established science. In others, the two perspectives may diverge but may both embody important insights which can be synthesized. In either case, it is desirable to transcend the conventional science/indigenous, active/passive dichotomy to allow greater indigenous participation in determining development goals and means (after Howe’s 1980:342). Formal ethnosemantics analysis has an obvious role to play in this discovery process. Another area which has received surprisingly little attention is the many parallels between human and animal ethnomedical systems. The vast literature con human traditional
102 medicine /see, eg., Harrison and Cosminsky 1976) rarely mentions any link between the two. Yet the ethnoveterinary literature contains repeated hints that they are not always highly differentiated. Ineed, as Schwabe and Kuojok (1981) and Schawabe (1978) observe, knowledge derived from folk veterinary experience may be analogy inform human ethnomedical concepts and practice. Moreover, Homo sapiens and their domestic animals share many ills; and livestock often serve as hosts, reservoirs, vectors and agents of human disease (c f. Schawabe 1969). As these authors point out, the links-both folk and scientific, direct-between human and animal medicine suggest the possibility of mounting coordinated programs of health care. This is a particularly attractive development and extension potential for remote, nomadic, poor, or otherwise ill-serviced regions. Finally, I suggest that it is time at least to begin substantively integrating and theoretically synthesizing ERD findings to date. An overview of the literature reveals many commonalities-and even some startling identities-in folk veterinary beliefs and practices cross-culturally. Unfortunately, there is not space in this review to launch a discussion of these congruencies in ethnoveterinary systems worldwide need to be catalogued, systematically compared with their correlates in human ethnomedicine and Western veterinary science, and explained. In arriving at larger explanatory models of ethnoveterinary phenomena, the relatively more advanced field of medical anthropology holds forth some pertinent analytic frameworks. As noted above, folk medical theory and practice for animals is both emically and ethically related to that for humans. Consequently, general research topics and anthropology concerns see, eg., Colson and Selby 1974, Foster and Gallatin Anderson 1978 (McElroy and Townsend 1979). Again there is neither the space, nor perhaps the need, to detail these touchpoints here. Suffice it to reiterate that “veterinary anthropology” can profit from much of the analytic groundwork already laid in its sister field of medical anthropology. Likewise for programs of veterinary extension vis-a-vis social science models of cultural change and development, theories of innovation and modernization, the FSR&E literature (farming systems research and extension), and communications theory. As ERD begins to compile and integrate its holistic knowledge of folk veterinary medicine in a production-systems context and to apply itself to hands-on extension, perspectives derived from these cognate areas of research can do much to insure that its insights into the realworld complexity of ethnoveterinary systems are appropriately and effectively utilized. These analytic and synthetic tasks now facing ERD offer an even newer direction for this “new direction in ethnobiology”.
ACKNOWLEDGEMENTS Preparation of this review was supported by the Title XII Small Ruminant Collaborative Support Research Program under Grant No. AID/DSAN/XII-G-0049 through the Sr-CRSP’s Rural Sociology Project; additional support was provided by the University of Missouri, Columbia. The Sr-CRSP also funded the author’s ethnoveterinary researches in Peru in 1980 and 1985-86. I am grateful to Drs. Jere Gilles, Tjaart Schillhorn van Veen,
103 and Albert Sollod for their comments on early drafts of the paper. In particular, the alter two-both veterinary scientists who have worked extensively in the field-provided balance between technical and social science perspectives on ERD and its evolution, plus added references for Review. I would also like acknowledge the many researchers worldwide who so graciously responded with their letters and reports to my call for contributions in the Anthropology Newsletter, the ODI’s Pastoral Development Network, the Lettre of the Society d’Ethnozootechninie, and other periodicals. Finally, thanks are due the Journal of Ethnobiology for providing the stimulus to this Review, which has brought many ERD workers into contact for the first time.
NOTES 1
Although it avoids the academically hienous mixing of Lating and Greek roots, “ethnozootechnics” is perhaps a too-narrow term. It could be taken to imply the study of folk veterinary knowledge and technique to the exclusion of larger considerations (ideological, socio-organizations, economic, etc.) which also influence the management of animal health. “Veterinary) anthropology”, while linguistically inelegant, obviates this problem. As “the study of man from a veterinary viewpoint”, in focuses attention upon the importance of animal health and productivity for human well-being rather than as decontextualized ends in and of themselves. Moreover, it precisely captures the core of inquiry at the forefront of contemporary ERD (see text). And, it forms a nice analogy to “medical anthropology”, since ERD in many ways parallels for anthropologists like myself who work in this area. Still, a slightly less disciplinary-specific label might be more indicative of the field in its broadest definition and antecedent forms-and hence, too, more politic. So despite its Latin-Greek mix, here I employ the overarching “ethnoveterinary” (McCorkle 1982a) to reference the field as a whole.
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This is most likely where the agroeconomic base or, better still, the animal production system itself forms one of the foci of research. To give but a few yet representative ethnographic examples, in an extensive study of Saami ethnoecology, Anderson (1978) details both past and present systems of reindeer management, their sociostructural correlates and physiographic setting and touches upon Rangifer nutrition and health. Evans-Pritchards’ (1937, 1969) classic investigations among the Nuer document many health-related aspects of their cattle husbandry, although unfortunately he mentions little of Nuer veterinary medicine per se. And works like those by Flores-Ochoa (1979) and West (1981) con alpaca herders in Peru, Bernus (1981) and Nicolaisen (1963) con the Twareg, Okaiyeto (1980) and Stenning (1959) con the Fulani, DysonHudson and McCabe (1985) con the Turkana, and many others offer occasional observations con the typos and occurrence of animal diseases, health-related management practices, contact points between folk and modern veterinary science, and so forth.
104 A patch work of ethnoveterinary information is also tucked away in the field notes and “heads” of ethnological and archaeological researches. This is illustrated in personal communications from: Lynn Hirschkind, for a variety of animal domesticates in Ecuador, Frank Hole, con reproductive, ethnoetiological, ethnodiagnostic, and other aspects of sheep and goat husbandry among the Lur of the Zagros mountains of Iran; Joel Knipers, for folk theories of equine health in eastern Indonesia; and David Lonergan, con the veterinary beliefs and practices of shepherds in central Sardinia. 3
Snippets of ethnoveterinary lore may appear in works that touch upon witchcraft, ritual, and religion as these realte to health and healing (e.g., Buxton 1973 and Richards 1927, cited in Schwabe and Kuojok 1981; *Jalby 1974) or in addenda to discussions of human ethnomedical system (e.g., the appendix to Hockings 1980).
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For example, researches in a variety of disciplines have sought to reconstruct elements of veterinary knowledge and technique among ancient peoples (e.g., Bodson 1984, Roquet 1984, Schwabe et al. 1982, Schwabe 1978, 1984). Also, recent archaezoological work provides some insights into disease patterns (e.g., Wheeler 1984) and stresses (e.g., Pollard and Drew 1975) among early animal domesticates.
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Such studies may allude to folk beliefs or, more typically, disease-related husbandry practices, e.g.: in veterinary medicine, Fazil and Hoffmann 1981; Higgins 1983; Reed et al. 1974; Schillhorn van Veen 1981, 1984; Schneider 1977; Sollod 1981; and in range science, Glazier 1982.
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The extensive historiography of Western veterinary medicine and its practitioners documents much of the discipline’s folk underpinnings (e.g., Smithcors 1957, and many others). And specialized works con a given animal domesticate (e.g., Law 1980) sometimes mention ethnoveterinary techniques and theories applied to that species.
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An exhaustive review was the initial ideal, but this was thwarted by a number of factors. For one, the limited number of researchers whom I have been able to identify as working specifically in ERD is flung round the world-most notably in the U.S., Europe, and Africa. Moreover, we appear to have been only partially aware of one another’s’ work, especially when we step outside our primary geographic area(s) of research. There as yet exists no formal network, or even an informal community, of ERD-ers. Nor is there any recognized group of journals, in USAID and other project technical reports, in theses and dissertations from third-as well as first-and second-world countries-and of course, all in a variety of languages. Sifting through the literature that is available presents yet another basic problem. Because, as noted earlier, there is no one label for the field, from titles alone it is often impossible to distinguish between works with and without an ethnoveterinary orientation. Of course, titles which contrapose “veterinary” with
105 “anthropology”, “ethno”, “traditional”, “indigenous”, “popular”, or “folk” pose no problem. But more amorphous appellations like “Epidemiology of Animal Disease X in Place X” or “Herding Among the X People” may or may not have an “ethno” and a veterinary component, respectively. Each such work must be carefully examined for its perspective and content. 8
Among the earliest and most sustained of such efforts are those of French researches investigating the folk veterinary medicine, both past and present, of France (e.g., Societe d’Ethnozootechnie 1984). Brisebarre (1985b has compiled a through-going annotated bibliography of 57 works dealing in part or in whole with this topic. It is not feasible to reproduce all these listings in the space available here. In any case, many offer only piecemeal ethnoveterinary observations; and only a few of the remainder were available for firsthand examination. Nevertheless, based con their titles and annotations, a number of these publications are clearly revelant to sections of the discussion. In such instances, these studies are cited with an asterisk. Finally, Brisebarre (1985a) has also produced a companion, but unannotated, bibliography listing63 theses in veterinary medicine produced in France between 1970 and 1984 which deal with pastoral research in Africa.
9
“Ethnosemantics” is employed here in a simple, non-technical sense. I do not mean to reference the formal linguistic discipline known variously as ethnosemantics, ethnoscience, or componential analysis. See concluding remarks.
10
For contemporary Nilotic cattle-culture peoples, Schwabe (1984:140) remarks that” the practices of animal husbandry, religion and healing are thoroughly mixed. “Maliki (1981:54) notes that “there is a thin line between” pharmaceutical and magical veterinary treatments among WoDaaBe. McCorkle (1982a:7) writes that Quechua villagers make little or no distinction between natural and supernatural ills and cures.
11
For concrete examples of ideology-based impacts upon other management activities like culling, slaughter, marketing, restocking, pasturing, breeding, docking, and predator control, see McCorkle 1983a, b.
12
Detailed descriptions and symbolic analyses of livestock “fertility rites” are fairly abundant in the anthropological literature. However, insofar as these accounts fail to link such rites to any larger issues in animal health and husbandry, I do not reference them here.
106
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