Una conexión con la física cuantica - Fuente: Kabaleb EL PRINCIPIO DE COMPLEMENTARIEDAD Una de las piedras angulares de la física cuántica es el Principio de Complementariedad enunciado por el físico N. Bohr. Los físicos observaron al experimentar con electrones que en ocasiones se comportaban como partículas materiales y en otras como ondas de luz. De ello se deduce que nada en el mundo es sólo blanco o negro; que a nivel subatómico, la materia no existe con certeza en un lugar definido, sino que muestra una tendencia a existir. Nunca se puede predecir con seguridad un acontecimiento atómico, sólo se puede predecir la probabilidad de que ocurra. Esto fue lo que llevó a Bohr a escribir: "las partículas aisladas de materia son abstracciones; la única manera en que podemos definir y observar sus propiedades es a través de la interacción que establecen con otros sistemas". Como dice Gerber (2): "La dualidad ondaípartícula de las partículas subatómicas como el electrón refleja la relación energíaímateria de Einstein, gracias a la cual sabemos que energía y materia son intercambiables y que la una puede convertirse en la otra". En efecto, materia o partícula es sinónimo de anécdota, que es en lo que se transforma la luz contenida en los programas angélicos cuando somos incapaces de asimilarla en su estado puro. En dicho caso, estamos creando una interferencia al espíritu, le transmitimos (de forma inconsciente) a nuestro Ego Superior que necesitamos una señal, una vivencia palpable, para comprender sus designios; o sea que necesita - No obstante, al haber alcanzado ya el punto de inflexión, es decir el último "sótano" del proceso involutivo (de Kether a Malkuth), es decir del abismo material, hemos de hacer un esfuerzo para iniciar el camino evolutivo (de Malkuth a Kether). Y una de las formas de conseguirlo es dejar de necesitar la materialización de la luz para comprenderla, o sea su cristalización en partículas materiales, que no son más que el reflejo densificado de las partículas que existen en el mundo del Pensamiento y en el mundo del Deseo. (2) "La Curación Energética" Richard Gerber. mos poner la mano en el fuego para comprobar que quema. Aunque también es cierto que si hiciéramos el trabajo por dentro, el mundo físico no existiría, pero éste no va a durar eternamente,ya que ha sido formado como vía sustitutoria ante nuestra incapacidad para tomar conciencia de las cosas internamente. Por otro lado, el hecho de que una partícula no represente nada en sí misma si no es por la interacción que ejerce con otras partículas también es aplicable al ser humano. En efecto, éste tampoco es nada de forma aislada, sino que encuentra su significado a través de la relación que establece con otros seres humanos. El Principio de Complementariedad puede ser aplicado asimismo a la astrología: ante un aspecto (relación entre planetas) determinado, no se puede predecir con exactitud cómo va a reaccionar el individuo, sólo se puede avanzar una probabilidad de que actúe en una determinada dirección. Por ejemplo si en un tema astral Neptuno está en la Casa I opuesto a Venus en VII y ambos cuadrando con Júpiter, podríamos deducir, entre otras cosas, que el interesado puede sentirse inclinado a engañar a su pareja. Es una probabilidad que puede darse si la persona vive este aspecto a nivel partícula, o sea en la realidad física. Pero también tiene la opción de vivirlo a nivel onda, cultivando las esencias superiores de Venus y Neptuno, intentando ahondar, ir más allá, a nivel intelectual o espiritual sobre el significado del amor, de la vida en común, de la pareja. De esa forma, lograría una poderosa alquimia interior, lograría alcanzar ese "más allá" que buscaba en su relación, pero en su propio interior, sin necesidad de vivir una aventura amorosa con una tercera persona, que le complicaría la vida a otros niveles. Dice la Ley de Complementariedad que el electrón se comporta como una partícula si se emplea con él un sistema de medición de partículas, y como onda si lo que se busca es el efecto onda, todo depende en última instancia del investigador. El que utilicemos las esencias angélicas por arriba o por abajo también depende del observador, o sea de nosotros. Dice a este propósito Michael Talbot (3) : "Percibir el fotón (o cuanto de luz) como partícula o como onda es como
cambiar el canal del televisor, el mando a distancia está en nuestros pensamientos; los rasgos que definen cualquier partícula cuántica sólo son borrosos potenciales en espera de que nosotros tomemos las decisiones necesarias para que ellos advengan a su plena existencia". Lo mismo puede decirse de los programas angélicos.