de los Estados Mayores,47 que comprende la redacción de las órdenes y de las instrucciones, la gestión de los medios de transporte, el servicio de campamentos y acantonamientos.48 La parte esencial es, para él, la ciencia de las marchas, con una rama próxima a la estrategia, cuando el ejército se pone en movimiento, y otra cercana a la táctica, con el paso del orden de marcha al orden de batalla. El capítulo que consagra a esta cuestión es intitulado: “la logística o arte práctico de mover los ejércitos”. No concibe de ninguna manera la logística como la parte del arte de la guerra relativa a los aprovisionamientos.49 El contenido de la logística restará incierto hasta comienzos del siglo XX: en 1875, el general Lewal de�ne la logística como la táctica de la inteligencia,50 ya que el arte del aprovisionamiento de las tropas había sido bautizado por él como pronoética, neologismo que no le sobrevivirá. En 1894, el coronel Henry lo opone a la táctica de combate: “La táctica de la marcha y del estacionamiento, o logística, comprende la táctica de la seguridad y las tácticas de los ejércitos, que comprenden las reglas de formación y del empleo especial de la infantería, caballería, artillería, ingenieros y de los convoyes” .51 Al año siguiente, el Teniente Coronel Grouard hace de la logística “la ciencia especial de los o�ciales del Estado Mayor, dicho de otra manera, la parte material del arte de la guerra, lo que permite realizar las concepciones de la estrategia”, la que puede ser considerada como ya sea como una rama aparte, ya sea como “un capitulo particular de la estrategia misma” .52 Pero ninguna de
Kriegskunst del Archiduque Carlos; el Traité théorique et pratique des opérations secondaires de la guerre del Coronel Lallemand (1824, traducción holandesa 1825, alemana 1826); el Traité de tactique (1832) del Marqués de Ternay; Über die Militärökonomie im Frieden und Krieg (1820-1823) del Conde Cancrin, intendente general de los ejércitos rusos. 47 Nos hace falta una historia de la organización de los estados mayores. Los generales siempre han estado rodeados de ayudantes de campo y de consejeros, pero el verdadero primer estado mayor pareciera haber aparecido recién en el siglo XVII. Gustavo Adolfo de Suecia parece ser el primero en dotarse de uno. Fue imitado por el electorado de Brandemburgo, en donde la función de primer quartier-maitre (Contramaestre) general aparece en 1655. Por la misma época, Francia se dota de un embrión de estado mayor, alrededor de los ayudantes de campo y de los sargentos generales de batalla, pero las atribuciones de estos últimos nunca serán determinadas. Luis XIV crea los mayores generales en 1672. Bajo la revolución, el decreto del 21 de febrero de 1792 crea un jefe del estado mayor general por ejército y, bajo el Imperio, la función de mayor general del ejército es con�ada a Berthier, quien organiza un estado mayor e�caz, pero que no es más que una cadena de transmisión de las órdenes del Emperador (cf. Georges Merlier, “L’état-major de la Grande Armée. Quelques aspects”, Revue internationale d’histoire militaire, n°30, 1970). Será necesario esperar las reformas prusianas para que se implemente el primer gran estado mayor permanente. Los primeros tratados sobre el servicio de estado mayor aparecen en 1800: général Grimoard, Traité sur le service d’étatmajor général des armées, 1809 (terminado en 1778) ; général Paul Thiebault, Manuel des adjudants-généraux et des adjoints, 1802, traducción alemana, española (bajo orden de Godoy), inglesa ; del mismo autor, Manuel général du service des états-majors généraux et divisionnaires dans les armées, 1813. 48 Henri-Antoine Jomini, Précis de l’art de la guerre, ch. VI, article 41, pp. 273-274. 49 En el Précis, el artículo sobre las tiendas y la subsistencia es incluido en el título de la estrategia y no en aquel de la logística. 50 Général Lewal, Études de guerre. Tactique de mobilisation. Tactique de combat, Paris, Librairie militaire Dumaine, 1875, p. 33. 51 Colonel R. Henry, L’Esprit de la guerre moderne d’après les grands capitaines et les philosophes, Paris-Nancy, BergerLevrault, 1894, p. 517. 52 Antoine Grouard, Stratégie, p. 20
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y la preparación del material y del personal.63 Encontramos una prolongación en España, especialmente con Pascual Diez de Rivera y Casares, quien enuncia “los principios particulares de la Orgánica que resultan nada menos que de las leyes de Aristóteles y de Kant”, ¡combinadas con los principios de los �lósofos positivistas desde Comte y de las teorías de los pioneros de la organización industrial!.64 Esta rama de la ciencia militar era ciertamente necesaria. Ella, sin embargo, nunca ha logrado imponerse al punto de ver reconocida su autonomía. Más que su carácter austero, sino árido, y menos noble que la estrategia, es necesario probablemente incriminar las razones ligadas a las relaciones entre las armas al interior de la institución militar: el equilibrio entre ellas resultaba más bien de arbitrajes burocráticos o corporativistas que de reglas positivas soñadas por Lewal.
SECCION II : EL DESMEMBRAMIENTO DE LA ESTRATEGIA EN EL SIGLO XX 55. La elevación de la estrategia Esta dualidad estrategia-táctica fue cuestionada por el crecimiento continuo de los efectivos: los ejércitos del Antiguo Régimen se contaba en decenas de miles de hombres; a partir del siglo XIX éstos se cuentan en centenas de miles, haciendo necesario la multiplicación de los niveles de mando… Napoleón ya había experimentado esta di�cultad hacia el �n de su reinado, en momentos en que tuvo que constituir, durante la campaña de Alemania de 1813, ejércitos con�ados a mariscales incapaces de conducirlos (Ney, Oudinot, Macdonald): ya no le era posible dirigir personalmente una decena de cuerpos, mientras que sólo alineaba una media docena durante sus primeras campañas. En 1870, los dieciséis cuerpos del ejército alemán son reunidos en tres ejércitos, mientras que los siete cuerpos franceses iníciales mantienen su independencia. Aun en los años 1880, el Coronel Blume puede escribir que “el cuerpo de ejército es la unidad estratégica de la guerra actual” .65 Desde el �n del decenio siguiente, el Coronel Foch toma acto de que “el ejército como el cuerpo de ejército son hoy en día unidades subordinadas. No hay que crear, hacer de ello un arte, simplemente ejecutar: es necesario subir aún más alto y estudiar el funcionamiento de un grupo de ejércitos” .66 La fórmula se generaliza durante la Primera Guerra Mundial: el ejército francés contaba cinco ejércitos en la movilización, dos se agregaron antes de �n de año en 1914 y también es necesario
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Giovanni Sechi, Elementi di arte militare marittima, vol. I, Livourne, Tipografía de Raffaello Giusti, 1903, p. 77. Pascual Diez de Rivera y Casares, Orgánica naval, Madrid, Luz y Vida, 1934, pp. 22-23. Blume, Stratégie, p. 74. Foch, Des principes de la guerre, p. 107. COLECCIÓN ACADEMIA DE GUERRA DEL EJÉRCITO DE CHILE |
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