INDICE
INDICE…………………………………………………………………………..1 INTRODUCCION……………………………………………………………….2 RESEÑA ECONOMICA DE COSTA RICA…………………………………..3 RESEÑA ECONOMICA DE COSTA RICA…………………………………..4 ECONOMIA AGRICOLA………………………………………………………5 DESEMPEÑO ECONOMICO RECIENTE……………………………………6 COSTA RICA Y EL LIBRE COMERCIO…………………………………….7 PRINCIPAL SUPUESTO………………………………………………………..8 SECTOR EXTERNO…………………………………………………………….9 SECTOR FISCAL……………………………………………………………….10 ECONOMIA……………………………………………………………………...11 ECONOMIA………………………………………………………………………12 CONCLUCION…………………………………………………………………...13 BIBLIOGRAFIA………………………………………………………………….14
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Introducción Aunque Costa Rica no ha sufrido crisis económicas desde principios de los años ochenta, presenta elementos institucionales y estructurales que han sido señalados en la literatura internacional como desencadenantes o como áreas de gran vulnerabilidad ante los efectos de crisis. Entre ellos destacan:
El régimen de fijación vigente desde hace dos décadas bajo la modalidad de mini devaluaciones. El importante grado de apertura comercial. La creciente integración financiera La frágil situación de las finanzas del sector público y Los riesgos para el sector financiero de un alto nivel de dolarización.
El objetivo de esta investigación fue identificar las principales áreas de vulnerabilidad de la economía costarricense y proponer, con esa base, un instrumento de detección anticipada de crisis cambiarias. El estudio se centró en la prevención de ese tipo particular de crisis por la dificultad práctica de elaborar un sistema que contemple toda la diversidad de elementos que podrían desencadenar o agravar una crisis económica y en la premisa de que, bajo un régimen de tipo de cambio controlado, los efectos primarios de una crisis tienden a reflejarse de manera adversa precisamente en las reservas, la tasa de interés o el tipo de cambio, según sea el grado de compromiso del Banco Central con el régimen cambiario y el éxito de su respuesta de política. Esos cambios serían los detonantes de situaciones más complejas, cuya magnitud final dependería del grado de fragilidad de las áreas inicialmente más vulnerables, como podrían ser el sector público y el financiero, y de la difusión y retroalimentación de los efectos en la economía. El sistema de alerta de crisis desarrollado siguió la línea de los modelos de elección discreta. Debido ha la no ocurrencia de situaciones de este tipo en las últimas dos décadas, se definió como “evento crítico” el surgimiento de presiones extraordinarias sobre el mercado cambiario reflejadas en caídas de reservas, aumentos de las tasas de interés o de la pauta de ajuste del tipo de cambio excesivos, con base en un Índice de Presión del Mercado Cambiario (IPMC). Mediante el empleo de un modelo probit se identificaron las variables que elevan la probabilidad de ocurrencia de un evento crítico, definido como una presión muy superior al promedio histórico, en un horizonte de doce meses. Los determinantes fueron: la razón M2/reservas internacionales netas, la apreciación cambiaria real, el precio del petróleo y el diferencial de tasas de interés con el exterior. Con base en esos resultados se concluye que debe vigilarse la evolución de los elementos detonantes de presiones cambiarias críticas, procurar disciplina monetaria y evitar rezagos en el ajuste cambiario. Sin embargo, también se estima importante tomar medidas de carácter más estructural e institucional, como son: combatir el desbalance financiero crónico del sector público de manera más integral y permanente, mejorar la supervisión bancaria y propiciar una mejor internalización y cobertura de los riesgos cambiarios, y evaluar la conveniencia de mantener el sistema monetario y cambiario vigente
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Reseña Económica de Costa Rica Rasgos sobresalientes de la economía costarricense Costa Rica es una típica economía pequeña y abierta. El territorio es de 51.000 kilómetros cuadrados, la población de 4.2 millones de habitantes y su Producto Interno Bruto es de US$ 17.500 millones; además, las exportaciones e importaciones de bienes y servicios representan alrededor del 100% del PIB y abrió su cuenta de capitales desde principios de los años noventa. Las tasas de crecimiento económico han sido moderadas y variables pero positivas desde mediados de los años ochentas y han tenido una tendencia al descenso en los años recientes: la variación media ha bajado de 5.5% en los años noventa a 2.8% en el lapso 2000 a 2003. Desde el punto de vista de la estabilidad interna, principal objetivo de la Autoridad Monetaria, destaca el proceso de desaceleración de la inflación iniciado desde 1995, año en que la tasa alcanzó el 22,5% hasta ubicarse en alrededor del 10%, nivel que parece ser el piso inflacionario de la economía. En esa desaceleración confluyó una mezcla de factores: i) una menor inflación de los principales socios comerciales, ll) una mayor inserción de economía costarricense en los mercados internacionales, que favoreció una importante entrada de capitales privados principalmente en forma de inversión extranjera directa y de endeudamiento público, lo que alivió las presiones en el mercado de liquidez interno, y sobre las tasas de interés y permitió una acumulación de reservas monetarias internacionales netas a pesar del déficit persistente de cuenta corriente, y iii) una política monetaria que fue generando cada vez más credibilidad, propiciando una mayor convergencia entre las expectativas de los agentes económicos y las metas de la Autoridad Monetaria, componente fundamental del fenómeno inflacionario. El elevado grado de apertura derivado del proceso de ajuste estructural y de modernización económica que se ha venido implementando desde mediados de la década de los ochenta, es un factor que expone a la economía a los choques externos tanto de naturaleza comercial como financiera. A pesar de ello, la apertura comercial ha ido acompañada de una importante diversificación de las exportaciones entre las que destacan los ingresos por turismo y otros servicios y los bienes de alta tecnología9. Por su parte, las importaciones están relativamente concentradas en las compras de materias primas y de bienes de capital, con un peso relativo cada vez más importante de las compras de las zonas francas y la Industria Electrónica de Alta Tecnología (IEAT). Las zonas francas, y en particular la industria tecnológica, han provocado incrementos en extremo importantes en las ventas y compras externas y tenido efecto significativo sobre la inversión y el producto, aunque sin haberse vinculado de manera significativa con el resto del aparato productivo nacional. Por su parte, el déficit en la cuenta corriente de la balanza de pagos registró en la década de los noventas una razón media con respecto al PIB de poco más del 4%, que contrasta con saldos que exceden el 5% en los últimos años. A pesar del persistente saldo negativo, se ha logrado una acumulación importante de reservas monetarias internacionales que han fluctuado entre 3.5 y 4 meses de importaciones (sin regímenes especiales) entre 1999 y 2003. En el financiamiento del desbalance ha venido aumentando la participación de los flujos de inversión extranjera directa, en contraste con el predominio de los recursos vía préstamos de la década de los ochenta. A pesar de los descensos registrados luego de los altos niveles de 1996 a 1998, la inversión directa financia entre 3
el 60% y el 70% del desequilibrio. Esa expansión se ha originado principalmente en el establecimiento gradual desde 1997 de empresas foráneas de relevancia mundial. Como complemento de las medidas tendentes a lograr una mayor apertura comercial y la desregulación económica, a inicios de la década pasada se dieron cambios importantes hacia la liberalización financiera. Desde principios de 1992 se tomaron medidas tendentes a la apertura formal de la cuenta de capitales de la balanza de pagos y se eliminó la centralización de las divisas en el Banco Central permitiendo la participación de agentes autorizados por el Banco en la comercialización de divisas. Sin embargo, bajo el régimen de minidevaluaciones existente desde principios de los años ochentas, existe un elevado control de las operaciones cambiarias por parte del Banco Central. Tanto el hecho de que las operaciones cambiarias del sector privado sean predominantemente superavitarias como las disposiciones reglamentarias en materia cambiaria, obligan a la Autoridad Monetaria a absorber al cierre de cada día los excesos o cubrir los faltantes de divisas con los consecuentes efectos sobre los medios de pago y las reservas monetarias internacionales. En contraste, las transacciones cambiarias del sector público, predominantemente deficitarias, son atendidas por el Banco Central. En cuanto al sector financiero, éste se caracteriza por una estructura oligopólica, poco integrada a los mercados financieros internacionales y con marcada fragmentación debido a la presencia de una gran diversidad de instituciones financieras, las cuales se rigen bajo distintos marcos institucionales y legales. Paralelamente, coexiste un sistema financiero informal o no regulado, que desempeña alguna labor de intermediación financiera, y en el que sobresale la banca offshore, empresas de arrendamiento y factores. El mercado financiero es dominado por entidades bancarias de propiedad estatal, no obstante el rápido crecimiento de la banca comercial privada12 y se aprecia una creciente participación de capital extranjero en las instituciones bancarias. Los márgenes de intermediación con que operan los bancos son elevados en comparación con los estándares internacionales, como reflejo de la reducida competencia internacional e incluso nacional, dado el liderazgo que impone en la industria el peso de la banca estatal. Resalta además la notable expansión de operaciones financieras, tanto activas como pasivas, en moneda extranjera. Esa importante sustitución monetaria (más del 50% del total de las operaciones del sistema bancario) imprime una importante vulnerabilidad al sector ante ajustes cambiarios de alguna magnitud, en especial por la proporción de créditos en moneda extranjera otorgados a agentes no generadores de divisas. En el mercado bursátil, por su parte, más del 90% del volumen transado corresponde a títulos públicos, con una elevada concentración de operaciones en el corto plazo y un muy bajo porcentaje de transacciones accionarias. Ello se une a las características de negociación en el mercado cambiario, donde se realizan transacciones únicamente de contado, con un número relativamente importante de intermediarios pero con un grado de competencia reducido puesto que el volumen de negociación de divisas está concentrada en unos pocos agentes autorizados. Finalmente, en cuanto al sector público, los resultados financieros muestran déficits persistentes relativamente Elevados, financiados tanto con fuentes internas como externas, originando un crecimiento importante de la deuda nominal del Gobierno; la razón deuda a PIB ha venido en aumento en los últimos años, y ronda en la actualidad el 50%. Además, el Banco Central de Costa Rica genera anualmente un déficit de naturaleza cuasifiscal en su origen del orden del 1.5% del producto. Las características estructurales de los gastos e ingresos del gobierno impiden a las autoridades ejecutar políticas anticíclicas. Por el lado de los ingresos, destaca la concentración de la recaudación en impuestos indirectos y la existencia de sistemas de administración tributaria poco eficientes que propician la evasión; además, la evolución de los ingresos fiscales 4
es procíclica con respecto a la actividad económica. A ello se une la inflexibilidad del gasto en la mayoría de los renglones y el peso de los intereses sobre la deuda pública, principalmente la interna. Los esfuerzos realizados en los últimos años para afrontar la elevada deuda interna han puesto énfasis en medidas financieras tendentes a disminuir el costo en el corto plazo y trasladarlo al mediano y largo plazo, incluida la “dolarización” parcial de los pasivos gubernamentales con residentes y no residentes. Pero, aun cuando el gobierno ha colocado deuda soberana neta en el exterior por US$ 1.750 millones desde 1998, las razones de deuda pública externa con respecto al producto y a las reservas siguen siendo relativamente bajas. La deuda pública externa alcanza en la actualidad algo menos del 40% de la deuda total del sector público.
Economía Agrícola En 1950 Costa Rica tenía un poco más de ochocientos mil habitantes. Apenas la mitad de la población tenía acceso a agua potable, menos del diez por ciento estaba afiliado al Seguro Social, dos quintas partes de las casas tenían servicio eléctrico, ninguna tenía televisión, y la esperanza de vida al nacer era de casi 56 años.5 En algún momento en 1957 nació el “niño millón”. La economía era básicamente agrícola, sector que aportaba un 41 por ciento a la producción nacional, un 55 por ciento al empleo y prácticamente el total del ingresos por divisas de exportación. En efecto, en 1950 las exportaciones de bienes fueron 55 millones dólares del año y la mayoría correspondía a dos productos agropecuarios: el banano y el café, que aportaban 31 y 18 millones de dólares, respectivamente. La industria era aún incipiente; más que nada lo que había eran fábricas, que a pesar de que contribuían con un 13 por ciento al valor de la producción del país y empleaban un poco más de una décima parte de la fuerza laboral, estaban orientadas al mercado interno. El destino principal de las exportaciones era los Estados Unidos, cuya economía a la postre crecía aceleradamente, 6 con relativa estabilidad de precios. Durante la primera mitad de la década Costa Rica exportó más de lo que importó. El sector privado costarricense empleaba un 93,9 por ciento de la fuerza laboral ( vs. 6,1 por ciento el sector público). Con pequeñas fluctuaciones de un año a otro, el índice de precios se mantuvo muy estable, pues durante toda la década los precios crecieron sólo un 24 por ciento –es decir, alrededor de un 2 por ciento anual. El tipo de cambio era de 5,64 colones por dólar durante todo el período. La “estabilidad” del tipo de cambio oficial se mantenía por la operación de una serie de medidas que, al amparo de la Ley de Control de las Transacciones Internacionales, de 1950, operaban, como fueron los tipos de cambio múltiples, los recargos cambiarios y el monopolio estatal en la compra de divisas. La economía nacional mostraba gran dinamismo en ese entonces: durante la década creció a una tasa real superior al 6 por ciento anual. En la segunda mitad de la década de los cincuenta la situación de balanza comercial se revirtió debido a deterioro en los términos de intercambio7 y comenzó a gestarse el déficit que pasó a ser el estado modal de relación con el resto del mundo; comenzaron a manifestarse desequilibrios entre la oferta y la demanda de divisas al tipo oficial. En el año 1961, y para atender problemas de pérdidas de reservas monetarias internacionales, se dio una devaluación al 6,65 colones por dólar. En 1959 se dictó la Ley de Protección y Desarrollo Industrial, que constituye la primera señal de cambio en la política comercial, a favor de un desarrollo “hacia adentro”.
Desempeño Económico Reciente Durante el período 1988-2005 la economía del país se desempeñó dentro del sistema de estímulos que ofrecerían las reglas fundamentales adoptadas algunos años atrás. En realidad convivían dos modelos económicos, el de sustitución de importaciones y el de promoción de las exportaciones. Esta sección analiza el comportamiento de la economía en las principales áreas durante ese 5
Período. El Anexo 1.1.A presenta un listado de las principales reformas económicas y sociales adoptadas en el país en el período bajo estudio23 y el Anexo 1.2.A, titulado Costa Rica: Principales Indicadores Macroeconómicos 1988-2005 muestra los valores que tomó un grupo de variables seleccionadas.
Inflación y devaluación Prácticamente en todos los años analizados la inflación superó el 10 por ciento. El tipo de cambio colón por dólar se depreció de conformidad con la regla de la paridad del poder de compra. La inflación anual promedió 15,1 por ciento, mientras que la tasa de devaluación fue del 12,1 por ciento, lo cual es compatible con una inflación promedio en Estados Unidos de 3 por ciento. Lo anterior permite inferir que la política cambiaria fue razonablemente “neutra”; es decir, no favoreció ni a exportadores, ni a importadores netos. Un elemento que ha tomado importancia en el mercado financiero nacional es una tendencia a la “dolarización” de las carteras de los bancos, explicada en parte porque la tasa de interés para préstamos en dólares es más baja que la tasa para operaciones en colones ajustada por devaluación. Sin embargo, en el tanto los deudores no sean generadores de la divisa, eso expone a los intermediarios a un riesgo cambiario alto y de naturaleza sistémica. SUSTITUCIÓN DE IMPORTACIONES: ETAPAS CON EL PASO DEL TIEMPO Leve recuperación: 1975 – 1980: Creación de CODESA, el Estado ingresa a la producción de bienes: Cementos del Pacífico, Cementos del Valle, Central Azucarera del Tempisque, Aluminios Nacionales. CONTEXTO ECONÓMICO: LA GLOBALIZACIÓN. Internacionalización del Capital Internacionalización de la Mercancía Reducción del Estado Fijación de la Fuerza Políticas de exportación, comercio e industrialización Eficiencia del Sistema Bancario Expansión de la producción agrícola Mejoramiento del sector público y control del gasto Exportaciones industrialización y comercio Reformas sector financiero Mejoramiento sector público Política de fijación de precios agrícolas Programa de ajuste del sector público: liquidación de CODESA, empleo público, modernización del sistema de pensiones, eficiencia tributaria. Programa sectorial de inversiones: desregulación de la inversión, propiedad intelectual, mejorar el clima para los negocios, desarrollo sector privado y recursos humanos. 6
AJUSTES Y SECTORES PRODUCTIVOS Pérdida de dinamismo de la producción de granos básicos Fomento de la producción agrícola de productos no tradicionales Reconversión de las actividades industriales, alianzas estratégicas y venta de empresas familiares (Gallito Industrial COSTA RICA Y EL LIBRE COMERCIO Participación en el ALCA Costa Rica se inserta en la tendencia de crear bloques económicos regionales. En 1994 suscribe el “Pacto para el Desarrollo y la Prosperidad de las Américas. Implica la integración económica y el libre comercio. Se busca participar de un mercado de libre circulación de bienes, servicios e inversiones de 700 millones de consumidores
La economía costarricense y su evolución Pronóstico para el año que comienza Se dice que el oficio del economista consiste en pasar la mitad del tiempo haciendo pronósticos y la otra mitad explicando porque ellos no se cumplieron. Pero lo cierto es que los pronósticos de variables sociales en general y económicas en particular es un ejercicio harto arriesgado aunque claramente necesario para la toma de decisiones de los diversos agentes económicos. Habiendo tomado tantas previsiones como es posible (fundamentalmente una recolección exhaustiva y un análisis profundo de la información), este mes en el cometario económico presentamos el pronóstico de las principales variables macroeconómicas de Costa Rica para el año 2003. Se hace la advertencia de que al igual que cualquier otro pronóstico este se basa en supuestos que de no cumplirse podrían variar los resultados efectivos. El principal supuesto es el optimismo moderado
Varios acontecimientos internacionales podrían afectar seriamente el desempeño económico de un país pequeño e integrado al resto del mundo como Costa Rica. Posiblemente el más importante sería el comienzo de un conflicto bélico entre Estados Unidos e Irak, el cual tendría varias consecuencias negativas para la economía costarricense, a saber: 1 Los precios del petróleo se dispararían: a corto plazo esto significa un aumento de costos para las empresas que reducirían su producción, así como el efecto directo que tendrían las familias en el consumo de combustibles para sus automotores. Posteriormente, el encarecimiento de costos afectaría principalmente la inflación. 2 Estados Unidos, principal socio comercial de Costa Rica, reasignaría recursos disminuyendo la demanda por “productos-postre” como café y banano actividades que ya de por sí se encuentran deprimidas así como 7
también de piña, sandía, yuca, etc. (importantes exportaciones costarricenses), que aunque se presentan ahora un desempeño dinámico no soportaría un embate de tal magnitud. 3 Se generarían expectativas que reducirían la inversión extranjera directa y la compra de deuda pública. El efecto de la primera sería que a mediano plazo se cerrarían todavía más las oportunidades de crecimiento del país. La menor demanda por deuda pública en los mercados internacionales obligaría al gobierno a crear un incentivo mediante la elevación de la tasa de interés lo que dificultaría el desempeño de la hacienda pública. Sin embargo, el panorama que se expondrá no es tan sombrío. Se asumirá que tal conflicto no ocurrirá debido a que la medida no goza de apoyo generalizado en el seno de las Naciones Unidas y la nación del norte necesita una legitimación mayor de la que tiene (y que posiblemente no conseguirá) para decidirse por una ofensiva militar. Asimismo, se supondrá que las economías de Argentina, Brasil y Venezuela no sufrirán conflictos políticos o económicos que tengan efectos serios sobre Costa Rica. Entretanto, en el acontecer interno, tampoco se espera que conflictos ocurridos recientemente con grupos de trabajadores del sector público (sindicalistas del Instituto Costarricense de Electricidad y educadores, principalmente) degeneren en situaciones de inestabilidad mayor. Por otra parte, el Plan de Contingencia Fiscal aprobado en el ocaso del año anterior será la única variable de importancia al considerar la evolución económica este año. La solución de más largo plazo que deberá gestarse este año tendrá efectos más allá del 2003. Con estas suposiciones en mente, entramos en materia.
La actividad real tendrá un desempeño modesto El Banco Central estima que el PIB creció, en términos reales, un 2.8% en 2002 y crecerá un 2.2% en 2003. El estimado del 2002 luce excesivamente optimista a juzgar por los datos del IMAE. Tradicionalmente, el promedio de la tasa de crecimiento de la tendencia-ciclo de este indicador ha sido una muy buena aproximación del crecimiento del PIB. Con datos a noviembre, esta tasa es de un 2.5%. Para que en diciembre llegara a un 2.8%, la tasa de crecimiento del IMAE en diciembre tendría que ser de 4%. Si bien, el IMAE ha mostrado un repunte importante en octubre y noviembre, parece difícil que en medio de la situación (tanto internacional como actual) que la aceleración pueda seguir a ese ritmo. Seguramente, el crecimiento de 2002 será revisado hacia la baja cuando se obtengan más datos (efectivos, o sea no estimados). Dado que el cálculo del crecimiento de 2002 repercute en el pronóstico de este año, hay razón para pensar que el 2.2% para 2003 debe verse como un máximo aun en el caso de que haya optimismo con respecto a la ocurrencia de eventos internacionales con repercusión económica. Así, el PIB crecería alrededor de un 2%, lo que implica un estancamiento del PIB por habitante. Esto significa que las empresas, en términos generales, no deberían esperar incrementos importantes en la demanda, aunque obviamente puede diferencias importantes si se trata de una empresa exportadora o una que atienda al mercado laboral, de la industria, de la propia empresa, etc.; por lo que cada cual debe evaluar el sector específico en el que está operando para afinar los cálculos de la demanda que puede esperar este año. El efecto negativo del Plan de Contingencia Fiscal sobre la absorción interna quizá no sea tan fuerte como algunos esperan ya que, si bien por un lado mediante el cobro de impuestos las familias tendrán menos ingresos para gastar, por otro lado presumiblemente el Gobierno usará esos recursos para pagar deuda interna que finalmente podría ir a parar a manos de las familias (a menos que se le compre deuda a las instituciones autónomas y estas no gasten los fondos sino que los mantengan en valores financieros).
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Sector externo: más dinamismo que el esperado por el BCCR Existen indicios de que las ventas al exterior seguirán creciendo a un ritmo levemente creciente. El Banco Central, sin embargo, no es muy optimista a este respecto. Para 2002 estimó un crecimiento de las exportaciones de 3.5%, cuando en realidad aumentaron un 4.6%. Para el año 2003 pronostica un 4.2%, lo que también parece corto a juzgar por la evolución que ha venido teniendo la variable y tomando en cuenta, eso sí, que la situación internacional no empeore en los próximos meses. Capitales.com apuesta, por tanto, a un crecimiento de las exportaciones del 7% al menos, lo que significa que las empresas que venden su producción en el exterior tendrán una mejor situación este año que las que sólo se dedican a satisfacer mercados locales. Las importaciones, que superaron los $7,000 millones anuales ya desde septiembre, fueron estimadas en 6,997 millones por el Central (casi $200 millones menos del resultado efectivo). Su crecimiento fue de 9.5% a pesar de que el Programa Monetario de 2002 había predicho originalmente una caída de 9.7%. Este año tampoco es verosímil que se cumpla su vaticinio (una caída de 4.6%). Si bien, no se espera una situación grave en los mercados petroleros, lo cierto es que probablemente haya algunos aumentos de precios y siendo la demanda tan inelástica (es tan necesario que no puede dejar de comprarse aunque sea a precios altos, sobre todo en el corto plazo donde no hay margen para cambiarse a tecnologías más económicas) esto se va a traducir en un monto de compra mayor. Por otra parte, si las exportaciones son más dinámicas que lo que espera la institución, también lo será su demanda de insumos importados. Finalmente, si se espera que la situación económica de este año sea similar a la del anterior y si a pesar de que el año pasado no hubo mucho dinamismo la importación de bienes de consumo duradero (principalmente automóviles) aumentó un 12.7%, no hay razón para pensar que este año sea diferente. Todo esto hace suponer que las importaciones podrían crecer alrededor de 8%. De esta manera, el déficit comercial puede andar en el orden de los $2,100 millones, que serían financiados a través de ingresos de capital, entre los que se incluyen los $250 millones netos que entrarán por colocación de deuda externa ($450 millones colocados en total menos los $200 millones que se tendrán que pagar por vencimiento de deuda) y una inversión extranjera directa similar a la del año anterior excluyendo hechos atípicos como los $230 millones de la inversión de la compañía Heineken (o sea poco menos de $450 millones). Esto significa que las reservas monetarias internacionales, tal y como lo asegura el Banco Central, se mantendrán estables este año.
Sector fiscal: un año de “socarse la faja” “Si no está roto ¿para qué romperlo?”, reza el adagio. No hay razones para pensar que el pronóstico fiscal para 2003 deba ser diferente del incluido en el Programa Monetario. Las finanzas del Gobierno Central se mejorarán gracias al paliativo del Plan de Contingencia Fiscal, con lo que su déficit pasará de un 4.3% (dato preliminar para 2002) a un 3.1% del PIB en 2003. Asimismo, las fuertes medidas de ahorro impuestas a las instituciones autónomas deberían lograr que el superávit del Sector Público No Financiero suba un punto porcentual del PIB (al pasar de 0.3% a 1.3%). Finalmente, el déficit del Banco Central sólo podrá caer una décima de punto porcentual debido a que la institución tiene por delante un duro año para luchar contra la inflación, a la que si bien podrá hacerle frente con una arma que el anterior presidente ejecutivo había enviado al baúl de los recuerdos (el encaje mínimo legal) no podrá abandonar por completo las operaciones de mercado abierto. En suma, el sector público logrará reducir su déficit anual de un 5.4% del PIB a un 3.1%, lo que claramente perfila un año de austeridad en relación ejercicios fiscales anteriores.
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Macro precios En 2002 la inflación cerró por debajo del 10% y el Banco Central está comprometido con una meta similar este año. Doblar el encaje mínimo legal (pasará de 5% a 10%) es una medida que facilitará esa labor sin ejercer presión sobre el déficit de la institución. Si el Banco Central ha venido logrando la meta inflacionaria aun sin el uso del instrumento, este año muy posiblemente la inflación también será menor al 10% a menos por supuesto que ocurra algo grave con los precios del petróleo. El encaje mínimo legal tenderá a aumentar el margen de intermediación financiera al acrecentar los costos de los bancos comerciales; sin embargo el menor uso de las operaciones de mercado abierto restará presión en la captación de recursos por lo que el mayor margen se reflejará más en una menor tasa pasiva que en una mayor tasa activa. Incluso podría suceder que los efectos se contrarrestaran completamente con respecto a la tasa activa y que esta no variara debido a la política monetaria interna. Por otra parte, asumiendo que las tasas internacionales están en un piso y que pudieren subir algo en los próximos meses, esto sí tendría una influencia alcista tanto en tasas pasivas como en las activas. Puesto que no se esperan cambios importantes ni en la inflación interna ni en la externa, el tipo de cambio real se mantendría estable con una depreciación del colón con respecto al dólar similar a la del año anterior (ligeramente abajo del 11%). Sin embargo, el Banco Central podría dar un ligero empujoncito a los exportadores para no ensanchar el déficit comercial, por lo que la devaluación finalmente podría quedar alrededor del 11.5%.
Economía Artículo principal: Economía de Costa Rica
La planta de microprocesadores de Intel en Costa Rica es responsable por 20% de las exportaciones nacionales y 4,9% del PIB del país.
El Cráter del Volcán Poás es uno de los destinos favoritos de los turistas extranjeros. Costa Rica ha sufrido una fuerte evolución en su economía, pasando de ser un país eminentemente agrícola a una economía de servicios.
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El turismo es la industria que más positivamente viene contribuyendo al Producto Interno del país. Aprovechando su ambiente pacífico, el alto nivel educativo de sus habitantes y adecuadas políticas de atracción de empresas, el país se inició a mediados de los 90 en la producción de materiales y productos tecnológicos y de micro tecnología. De esta manera, desde el año 1997 y con la entrada de la fábrica de microprocesadores Intel, el país ha contado con una fuente adicional de ingresos. Costa Rica es el país preferido por muchas multinacionales para situar sus centrales de servicios dentro de la región, destacando Procter & Gamble, CocaCola, Intel, HP, Sykes y, Dole. En 2006 la planta de microprocesadores de Intel fue responsable por el 20% del total de las exportaciones y produjo un 4,9% del PIB del país. 9 10 Continúan siendo importantes los ingresos por exportaciones de Costa Rica que proceden de productos agrícolas tradicionales, como lo son el banano, el café, el azúcar , el cacao y la piña. Destaca la producción de café costarricense de alta calidad y su exportación al mercado estadounidense en donde es muy apreciado. 11 12 13 Sin embargo los ingresos provenientes de la exportación de productos no tradicionales -como las flores y los mini vegetales- han superado en gran medida a los anteriores y el sector de servicios ha crecido fuertemente en los últimos años, generando más de 10 mil empleos. El ecoturismo es extremadamente popular entre los turistas extranjeros que visitan la amplia cantidad de parques nacionales y áreas protegidas que existen por todo el país. Costa Rica fue uno de los pioneros en ecoturismo y es reconocido como uno de los pocos destinos internacionales con verdaderas opciones de turismo ecológico. 14 En la clasificación del Índice de Competitividad en Viajes y Turismo de 2008, Costa Rica alcanzó el lugar 44, siendo el primer clasificado entre países de América Latina. 15 Las ventajas competitivas para desarrollar emprendimientos turísticos son en el área de recursos humanos, culturales y naturales, en la cual Costa Rica se clasifica en el lugar 24 a nivel mundial, y clasifica en el sétimo lugar cuando se considera solo el factor recursos naturales. Con ingresos de US$ 1.900 millones al año, la industria turística, Costa Rica destaca como el destino más visitado de América Central, con un total de 1,9 millones de turistas extranjeros en 2007. 16 Con 460 visitantes por cada mil habitantes, Costa Rica tienen uno de los índices más altos de turistas per cápita de la Cuenca del Caribe. La mayoría de los visitantes extranjeros proviene de los Estados Unidos y Canadá (46%), y de países de la Unión Europea (16%),17 lo que le permite recibir en media aproximadamente US$1000 por visitante, valor por visita entre los más altos de América Latina. En 2005 el turismo contribuyó con un 8,1% del PIB del país, y represento un 13,3% de los empleos directos e indirectos. 17 Desde inicios de los años 2000, el turismo genera para el país más ingreso de divisas que la exportación de banano o café juntos. 18
CONCLUSION
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La pacífica y democrática Costa Rica, representa a uno de los países en vías de desarrollo más prósperos. Debido a su increíble biodiversidad, actualmente es el centro de atención internacional. Históricamente, Costa Rica ha evitado los conflictos armados que han envuelto a las naciones vecinas. El desarrollo de un estado moderno de bienestar social, ha dado como resultado, altos indicadores de salud, buenos estándares de vida, y elevados niveles de alfabetización en el país. La economía costarricense está creciendo fuertemente este año, aunque todavía no hay razones para creer que la variación superará la que estimó el Banco Central en enero (5%). Costa Rica paso a ser un país libre y fue evolucionando con el paso del tiempo se convirtió en un estado productor con la creación de varias empresas que le brindaban un ingreso significativo, también se convirtió en un país exportador de granos básicos y otros, pero lo que mejor explotaron con la exportación fueron el café y el banano. El producto inicia una etapa de aceptación en el mercado internacional y para el año de 1884 hay 35 fincas extendidas en unos 4.000 acres, con 570.000 cepas que producen cerca de 420.000 racimos.
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