ECONOMIA ANTROPOLOGIA ANTROPOLOGIA ECONOMICA
Actividad 1 PRESENTADO POR: BALMER MOSQUERA PALACIOS GRUPO: 105011_14
TUTORA DEL CURSO: Dra MARIA CONSTAN!A MARULANDA
UNI"ERSIDAD NACIONAL ABIERTA # A DISTANCIA UNAD ESCUELA DE CIENCIAS ADMINISTRATI"AS$ CONTABLES$ CONTABLES$ ECONOMICAS # DE NEGOCIOS QUIBDO %MAR!O 15 DE &01'
¿Qué es Antropología Económica? Sí, lo sé cada vez publico menos. Como no soy capaz de encontrar un hueco para escribir expresamente para aquí, he decidido que voy a "reciclar" un par de cosas que he hecho para alguna asignatura, y de paso no dejar esto demasiado abandonado. sí que lo siguiente que colgaré ser! un breve monogr!ico acerca del concepto de "escasez" en la antropología econ#mica. Como son varias p!ginas, haré dos entregas. $oy, la primera, breve introducci#n a la ntropología %con#mica. &a antropología econ#mica es una rama o subdisciplina dentro de la antropología social y cultural. unque no se puede indicar una echa exacta de nacimiento, ya que temas econ#micos eran tratados ya en monograías desde siempre ' aunque de orma dispersa y poco sistem!tica como recuerda Contreras ()*+) *-)/ - , algunos autores y autoras se0alan el surgimiento de esta subdisciplina en el a0o )*12, cuando $ers3ovits publica su obra %conomic nthropology (Comas 45argemir, )**+ )6/. Como recuerda 7odelier, no hay que olvidar también que adem!s de ser una subdisciplina dentro de la antropología social, la antropología econ#mica es una 8subdisciplina ronteriza9 ()*:;<)6)/ de la economía y por lo tanto ambas mantienen una relaci#n de intercambio de ideas, conceptos, método, lugares de estudio, etc. unque como recuerdan =olina y >alenzuela (2?<+/ 8las contribuciones de la antropología econ#mica han pasado desapercibidas para la economía en tanto que disciplina 9. &os propios términos que componen el nombre de la subdisciplina pueden darnos una pista de su deinici#n en este caso, la primera palabra aporta un método, una manera de acceder al conocimiento, esta es, la etnograía o el método etnogr!ico. @lattner a0adiría también a esta deinici#n los lugares ()**)<):/, haciendo reerencia a la cl!sica costumbre de los antrop#logos de estudiar unas sociedades determinadas !cilmente abarcables en el espacio. @or su parte, el término economía nos dice la clase de actividades de las que se va a ocupar, esto es, la economía. %ectivamente esto nos lleva a la obligaci#n de deinir ambos conceptos economía y antropología. Siendo este un trabajo para la carrera de antropología, creo que debo dejar de lado (no tanto por obvio sino por extenso y complicado/ la deinici#n de antropología y del método etnogr!ico, que podemos dar m!s o menos por sentado. Sin embargo se hace necesario ahondar en el término 8econ#mica9 porque de él depende qué estudia concretamente esta subdisciplina que nos ocupa. @ara deinir lo que la antropología ha entendido como econ#mico, debemos ampliar nuestra visi#n de lo que consideramos 8econ#mico9 evitando pensar que es solo aquello relacionado con el dinero y con la economía de mercado, tal como nuestra experiencia vivencial nos puede hacer sentir o pensar. @ara la antropología, lo econ#mico son aquellas actividades que satisacen las necesidades materiales de las personas. @or lo tanto, el objeto de estudio ser!n las dierentes ormas de producci#n, distribuci#n y consumo de bienes y servicios en las distintas sociedades, exista dinero o no en cualquiera de sus expresiones posibles, haya economía de mercado o economía de intercambio o, incluso, si el intercambio no existe en ninguna de sus maniestaciones. Susana Aarotz3y (2;<2)/, delimita de la siguiente manera lo que para ella debería ser la orma de entender lo econ#mico para la antropología @or una parte, creo que un primer paso necesario consiste en el rechazo del concepto de un nivel econ#mico separado o de una regi#n acotada de relaciones o actividades sociales econ#micas. @or otra, creo Btil restringir el alcance de lo 8econ#mico9 a las relaciones sociales que participan en la producci#n de vida material, a través de la
interacci#n organizada de los seres humanos y la naturaleza. @or Bltimo, desearía proponer la idea de que en las poblaciones humanas, las relaciones materiales no pueden separarse te#ricamente de sus expresiones culturales que a su vez, son producidas y toman cuerpo materialmente9 &a primera parte de su deinici#n se reiere a un término acu0ado en antropología econ#mica por arl @olanyi, y no es otro que el de la incrustaci#n de la economía en la sociedad. %sto es, que lejos de existir como un ente propio o una instituci#n dierenciada dentro de las sociedades, la economía se articula a través de y a la vez inluye a muchos otras instituciones sociales como puede ser el parentesco, la religi#n, la política, etc. @or lo tanto, no puede ser estudiado como un !mbito separado que posea un comportamiento propio y aislado, sino que solo puede ser comprendida en relaci#n con el resto de la estructura social necesitamos una mirada holística, que abarque el conjunto total del grupo o sociedad estudiada. Dohannan y 4alton dan un claro ejemplo de incrustaci#n cuando hablan del 3ula y otras ormas econ#micas de redistribuci#n, donde lo m!s importante no es el propio intercambio de bienes materiales, sino el hecho social del intercambio que reuerza, crea y mantiene relaciones personales, de parentesco y sociales. E para explicar esto, dicen 8Ao es posible entender cabalmente el movimiento de los bienes materiales en transacciones recíprocas y redistributivas uera del contexto de las situaciones sociales de las que orman parte integral9 ()**1<;)+/ &a economía, por tanto, puede deinirse -siguiendo a @olanyi y otros autores- como una actividad institucionalizada, aunque no por ello aislada de otras instituciones sociales, que en consecuencia implica una organizaci#n y determinadas condiciones sociales para que pueda desarrollarse. %s una maniestaci#n propia de cada sociedad, lo que hace de ella una orma de cultura. F, recorriendo el camino a la inversa, cada cultura o sociedad orece una respuesta particular a la cuesti#n de c#mo satisacer las necesidades b!sicas. %stas dierentes respuestas depender!n de mBltiples actores (medioambientales, de recursos, desarrollo tecnol#gico, etc/ y la orma concreta en que se materializa sería la economía de cada grupo social. 4esde que la subdisciplina surgi# hace cincuenta a0os, la relaci#n con la antropología social ha sido muy intensa. $asta tal punto que Comas 45argemir ()**+ 22/ airma que ha contribuido de orma muy importante a reormar la antropología social. E es que, siguiendo a 4olors, el concepto de expansi#n del sistema capitalista ha derivado mas tarde en el de globalizaci#n, es decir, de ser meramente capitalista -y por lo tanto un concepto simplemente econ#mico-, ha pasado a ser cultural, global. %n este sentido, la articulaci#n y la mutua inluencia de lo local y lo global en el sistema mundial ha tomado mucha importancia en los Bltimos tiempos en mBltiples campos de la investigaci#n social, y bien es cierto que la antropología econ#mica lleva ya a0os inmersa en el estudio de estas din!micas, por lo que tiene mucho que aportar a los estudios mas generales. Ftro dato a destacar segBn 4olors es la gran inluencia y relaci#n que tiene la antropología econ#mica con la antropología ecol#gica y la antropología política. @ara terminar este breve acercamiento, voy a intentar una conclusi#n que haga a la vez introducci#n de lo que sigue a continuaci#n. %n los p!rraos anteriores he intentado hacer una deinici#n de lo que en antropología se ha venido entendiendo por 8economía9. unque los rasgos anteriores puedan darse como m!s o menos aceptados, ha existido ' y existe en cierta medida- un debate acerca de esta deinici#n, y parte precisamente del concepto central que ocupa este breve ensayo la escasez. @ara los ormalistas la consecuci#n y distribuci#n de bienes sigue siendo la deinici#n b!sica de economía, pero
su comportamiento, segBn Girth por ejemplo, se debe siempre a la l#gica de la escasez esta es universal y explica cualquier maniestaci#n econ#mica. Sin embargo, para los sustantivistas, esta airmaci#n es v!lida solo en un contexto de economía de mercado, mientras lo que deine realmente cualquier economía es la interacci#n entre el medio y el ser humano para conseguir recursos, donde también se incluye la tecnología necesaria para ello, los modos de distribuci#n, consumo, etc. (Aarotz3y, 2;< );-)?, Comas 45argemir, )**+< 6;-61, =olina, 2;<+-*/.
¿cómo se articula la Antropología y la Economía?
Son leyes de uncionamiento y, a la vez, leyes de transormaci#n, de evoluci#n y, precisamente por esto, la oposici#n entre sincronía y diacronía podr! superarse, lo que no han conseguido hasta el momento el uncionalismo ni el estructuralismo. S#lo la teoría y el método que permitan pensar y analizar la orma, las unciones, la jerarquía y el modo de articulaci#n, las condiciones de la aparici#n y transormaci#n de las relaciones sociales, podr! superar radicalmente las impotencias del uncionalismo y el estructuralismo, y poner in al estado etéreo y de impotencia que padecen las ciencias del hombre. dierencia del marxismo que se utiliza habitualmente y que cae en seguida en el materialismo vulgar, airmarnos que =arx, distinguiendo entre inraestructura y superestructura y suponiendo que la l#gica prounda y el movimiento general de las sociedades y de la historia dependían, en Bltima instancia, de las transormaciones de la inraestructura, no ha hecho m!s que evidenciar por primera vez una jerarquía de distinciones uncionales, sin prejuzgar de ninguna manera sobre la naturaleza de los elementos que se encargan de estas unciones (parentesco, religi#n, política, etc./ ni sobre el nBmero de unciones que pueden encarnarse en un solo elemento. Se comprende, pues, la raz#n de que un paso te#rico de este tipo, libre de todo prejuicio, pueda ser instrumento tanto de revoluciones te#ricas como de revoluciones sociales. E terminaremos tal como habíamos empezado, con una cita de %ngels muy poco conocida por los marxistas que desprecian la antropología y por los antrop#logos que desprecian a %ngels. @ara llevar hasta el inal la crítica de la economía burguesa no basta con conocer la orma capitalista de producci#n, de inter - cambio y de distribuci#n. &as ormas que la han precedido, o que existen todavía en países menos evolucionados, deberían es tudiarse también, por lo menos en sus rasgos esenciales, y servir de puntos de comparaci#n. nti-4Hhring ()+::/.7odelier, =aurice. ntropología y economía. =adrid, %S< D - %ditorial nagrama, )*:?. @roIuest ebrary. Jeb. ; =arch 2):.Copyright K )*:?. D - %ditorial nagrama. ll rights reserved.
¿Cuáles son los principales paradigmas en la Antropología Económica? cabaremos aquí, en el umbral de lo que podría ser la teoría marxista de la religi#n y de la pr!ctica simb#lica, la demostraci#n de las posibilidades te#ricas que orecería la aplicaci#n sistem!tica del método que proponemos para explorar las relaciones entre economía, sociedad e historia, para evidenciar y reconstruir los undamentos, las ormas y los canales de la causalidad, de la determinaci#n en Bltima instancia que ejercieron o que ejercen, a través de los sistemas de pautas que engendran y que condicionan su reproducci#n, los diversos modos de producci#n que se han desarrollado o se desarrollan
en la historia. $emos llegado a un lugar en que las oposiciones y las distinciones entre antropología e historia quedan abolidas, a un lugar en que ya no es posible encerrar sobre sí mismo, constituir un dominio aut#nomo, etichizado, econ#micos +; el an!lisis de las relaciones y de los sistemas. %n la perspectiva marxista, en la que nos situamos, lo que comBnmente se entiende por antropología econ#mica, sea LormalistaM o LsubstantivistaM, no tiene en consecuencia cabida. &a tarea de descubrir y reconstruir mediante el pensamiento los modos de producci#n que se han desarrollado o se desarrollan en la historia es m!s y una cosa distinta que constituir una antropología econ#mica o cualquier disciplina que pueda recibir un nombre de pila parecido. %sta tarea impone el replanteamiento general +1 del campo de problemas te#ricos que presenta el conocimiento de las sociedades y de su historia, es decir, los problemas de descubrir las leyes, no de Lla $istoriaM en general, lo cual es un concepto que no corresponde a ningBn objeto, sino de las diversas ormaciones econ#micas y sociales que el historiador, el antrop#logo, el soci#logo o el economista analizan. %stas leyes existen y no hacen m!s que maniestar las propiedades estructurales intencionales de las relaciones sociales y su propia jerarquía y articulaci#n sobre la base de los concretos modos de producci#n. @recisamente porque estas leyes expresan las condiciones objetivas de la reproducci#n y, en consecuencia, de la no-reproducci#n de estos modos de producci#n y de su articulaci#n con las instancias ?;, &a obra de Cl. = %N&&SSFOP , nthropologie économique des 7ouro de CQte d5Nvoire, =outon, )*?;, es un ejemplo de estas tentativas que dejan de lado el an!lisis en proundidad de las relaciones de parentesco, de las representaciones y de las pr!cticas religiosas. +1. %ste replanteamiento s#lo podr! llevarse a cabo procediendo, paso a paso, a la construcci#n de nuevas cuestiones a partir de los resultados obtenidos en cada etapa. partir, por ejemplo, de nuestro an!lisis de las relaciones de parentesco y de las relaciones políticas en el seno de las bandas mbuti, se plantea la cuesti#n de descubrir en qué condiciones se constituyen grupos de parentesco de contornos cerrados y se procede al intercambio de mujeres regulares y orientados, como en el caso de los sistemas de mitades, de secciones o de subsecciones de los aborígenes australianos, que también son cazadores-recolectores como los mbuti. %n qué condiciones aparecen sociedades verdaderamente segmentarias y en las que, en vez de la discontinuidad de las generaciones y la luidez de las relaciones sociales, características de los mbuti o de los bosquimanos, aparecen grupos cerrados en si mismos y basados en la continuidad de las generaciones y la permanencia de las relaciones sociales. @odemos se0alar que, sí en lugar de un intercambio irregular de mujeres entre por lo menos ; bandas de contornos no cerrados, hubiera un intercambio regular entre cuatro grupos intercambiantes de contornos cerrados, entonces se engendraría un sistema de parentesco de tipo aranda. %l método para un replanteamiento general de los problemas de la antropología s#lo puede ser un método de construcci#n de matrices de transormaci#n.
DND&NF7RGNS apuntesdeantropologia.blogspot.com2);antropolog.html http<bibliotecavirtual.unad.edu.co<2::libunadspreader.actionT ppgU66VdocN4U)1:?*:)VtmU);+??6::2:6::