The Thirty nine steps Los treinta y nueve pasos Richard Hannay volvió a casa sobre las tres de esa noche con su infeliz vida. Había vuelto a Bretaña hacía tres meses y estaba muy aburrido, el tiempo era malo, la gente era antipática,… Él había dejado atrás Escocia cuando tenía tenía sólo seis años. años. Había estado viviendo en África u gastándolos trabajando para hacer dinero, no mucho, pero el suficiente para él. Durante mucho tiempo, Hannay había estado deseando volver a Bretaña para terminar el resto de sus días allí, pero ese sueño terminó a la primera semana en ver el “panorama” y ahora estaba allí con treinta y siete años, sano, con dinero para pasar “buenos ratos” y aburrido deseando la muerte… Esa noche, Hannay había ido fuera a cenar y leyó el diario después de esto. El diario decía que en el sud-este de Europa estaba lleno de problemas y se hablaba de Karolides, el primer ministro Griego, que decía ser un hombre honesto, pero tenía demasiados enemigos en Europa. En Bretaña, todo el mundo le respetaba e incluso en los diarios se hablaba de que él era el único hombre que podía evitar una guerra. Entonces, Hannay pensó que si encontrara un trabajo en el Sud-este de Europa, no se aborrecería tanto como en Londres… entonces, mientras volvía a casa, se decidió por darle una última oportunidad a Londres, si en un día no pasaba nada interesante, él cojería el siguiente barco hacia África. Cuando Hannay estaba abriendo la puerta de su casa, un hombre le apareció y le preguntó que si podía hablar con él. Hannay lo reconoció, ese hombre vivía en ese mismo edificio. Cuando entraron, tomó gran interés en que Hannay cerrase la puerta de la casa con llave y se le veía tenso. Ese hombre le dijo a Hannay que estaba en peligro, y le contó que en ese momento estaba muerto. Hannay lo tomó como un loco y éste se lo explicó bien. El hombre se llamaba Franklin P. Schudder, era americano, había estado algunos años en el sud-este de Europa y por por accidente descubrió descubrió un grupo de gente que querían poner a Europa en guerra, para obtener un mundo “diferente” después de esta o simplemente dinero. El plan era hacer que Rusia y Alemania entraran en guerra contra los demás países. Y para que nada ni nadie les detuviese, querían asesinar al primer ministro Griego, según su plan, el día 15 de Junio, aprovechando que venía a dar un discurso y las defensas estarían bajas. Ese hombre le pedía ayuda ya que ni la policía ni ninguna otra autoridad podía ayudarle, debido a que el asesino sería cauto y aparentemente invisible… Ese hombre estaba siendo perseguido y por eso había hecho una ruta muy rara y larga para llegar a Londres, creyendo que estaba a salvo hasta que descubrió que era perseguido de nuevo y entonces decidió simular su muerte. Había conseguido un cadáver, no era difícil en esa ciudad, y lo había vestido con su ropa dejándolo en su casa y simulando que era él. Por la mañana lo encontrarían, pero ahora necesitaba cobijo y había pensado en el señor Hannay. Hannay aceptó la proposición, aún desconfiando y el americano se disfrazó en el lavabo quedando así irreconocible. Parecía un soldado. Hannay dijo que tenía un militar en su casa llamado capitán Digby y explicó a todo el mundo que preguntó que era un importante capitan en el ejercito, pero ahora necesitaba descansar ya que había trabajado muy duro. La simulación de asesinato había salido bien, todo el mundo creía que el hombre muerto era el americano. Durante los dos primeros días de estancia en casa de Hannay, el americano estaba muy calmado, más tarde, se fue alterando y una noche le dijo a Hannay más cosas sobre su misión, pero Hannay no estaba muy atento ya que aborrecía los temas políticos y sólo escuchó que Karolides Karolides solo estaba en peligro peligro en Londres y algo de un grupo llamado llamado Black Stone y de dos de sus miembros…
La siguiente noche, Hannay había salido y al volver se extrañó de encontrar la luz de su despacho, donde dormía su huésped, encendida y que faltase éste, entonces lo halló muerto, con un cuchillo clavado en su corazón. Hannay se puso enfermo al ver a su amigo tendido de esa forma en el suelo y pensó que hacer. Lo cubrió con una manta, bebió whisky y pensó… Capítulo 2: Ahora sabía que la historia de ese hombre era cierta, bloqueó las ventanas y las puertas Ahora que sus enemigos habían encontrado a ese hombre, creerían que Hannay tendría algo que ver con este embrollo y lo perseguirían a él también…No tenía cuartada, si llamaba a la policía le detendrían por asesino, ya que no podía demostrar quien era ese hombre…Entonces decidió que tenía que desaparecer. Dos grupos de gente le estarían persiguiendo, la policía y eso que aquel hombre había llamado Black stone (Piedra oscura). ¿Donde iría? O a Escocia o a Alemania, Escocia era un lugar que él veneraba ya que había pasado su infancia allí, y él sabía alemán, a parte de que seguro que en Alemania les sería difícil encontrarle… sin embargo, se decantó por la idea de volver a sus orígenes, Escocia. Para salir del edificio sin ser visto, durmió y se levantó a las cuatro de la mañana y esperó al chico de la leche. El lechero llegó a las seis y veinte y le propuso un trato de cambio de ropa y le dio dinero para compensarle diciendo que todo era para una pauesta. Hannay salió del edificio con la ropa del lechero y no levantó sospechas, cruzó la calle y dejó la ropa del lechero en un muro. Hannay se fue hacia la estación de trenes corriendo y se subió al primer tren que vio dirección Esocia, no tuvo tiempo para comprar un tiquete. Capítulo 3: Hacía un buen día. Se compró unos bocatas y observó el paisaje, las montañas, los campos,… En el diario leyó que tal iba el tema de sud-este de Europa. En el diarío percibió como si se hablara n código ya que el uso de nombres subliminales y repeticiones excesivas de nombres hacían sospechar… Hannay era un amante de los códigos. Sin embargo, no consiguió descodificarlos. Se durmió. Despertó justo al momento de coger otro tren y se dio cuenta que un hombre le observaba, pero era debido a su aspecto,… A las cinco, el tren estaba lleno y él sólo. Un chico de diez años cogió el billete de Hannay y Hannay salió del tren y de la estación por una calle blanca que atravesaba el campo. Era una noche de primavera, y se sentía feliz a través de esa carretera. Hannay se sentía cansado y vio una casa y se presentó en ella. La mujer que vivía en ella era muy amigable y le dejó dormir en esa casa, a parte de darle una excelente cena. El marido de la mujer vino después y estuvieron hablando de bacas, ovejas y mercados. A las seis de la mañana, Hannay ya estaba desayunando y poniéndose en marcha hacía la siguiente estación de trenes. Entonces, decidió ir hacia el este, ya que si lo seguía la policía por un cargo de asesinato, estos pensarían que querría huir por el oeste cogiendo un barco. Después de un rato caminando por un camino, encontró la línea de tren y después una estación, la cual era perfecta porqué sólo tenía una línea y estaba rodeada de “campos” (páramos). Compró un tiquete de tren y cogió el primero que pasó. En el tren sólo había un granjero dormido con su perro y tenía un diario en sus manos. Hannay cogió el diario sin que éste se diese cuenta y miró a ver si decían algo de él. En el diario solo se decía que se había detenido al lechero y que éste había sido soltado al anochecer, que el verdadero asesino había huido hacia el norte. El tren se paró en la estación donde Hannay se bajó el día anterior y reconoció al hombre que pelaba patatas que vio el día anterior hablando con otros tres hombres uno de los cuales tomaba notas. Supuso que serían de la policía local… Cuando el tren se alejó de aquella estación, el
granjero se despertó y preguntó que donde estaba… estaba borracho. No dejaba de decir que esto era porque había dejado de beber, que ahora ya no bebía whisky, que lo había dejado y que ahora ya sólo bebía bebidas normales, brandy… se durmió de nuevo. Hannay había planeado cómo huir en la estación, pero el tren se paró cuando pasaba por encima de un río y pensó de saltar en él. Sin embargo, el perro del granjero lo vio y ladró con lo cual el granjero se despertó y empezó a gritar, ya que pensaba que Hannay se quería suicidar. Hannay saltó y el granjero se acercó a la ventana, el perro hizo que éste se cayera y el resto de pasajeros fueron en su ayuda, algunos siendo mordidos por el perro… gracias a éste lío, Hannay fue olvidado por el resto de pasajeros y el tren continuó su trayecto después de ésta pausa. Ahora, la preocupación eran los hombres que le seguían, ya que si éstos lo atrapaban, sería hombre muerto. De repente, un avión apareció en el cielo y Hannay sabía que le buscaban. Hannay pensó que el campo abierto no era el mejor sitio para esconderse sabiendo que tenían aviones y vió unos bosques lejanos. A las seis de la tarde dejó atrás los campos y entró en un bosque. Entonces se encontró con una especie de refugio y encontró a un hombre joven de recepcionista que para desagrado suyo, había tenido que seguir con el oficio familiar en vez de ser lo que él quería ser verdaderamente, escritor. Entonces, Hannay le dijo que él había estado en un viaje de negocios en África y allí descubrió un grupo de ladrones internacionales, estos le llevaron a Londres donde mataron a su mejor amigo. También describió un ataque en medio del desierto y otro a un barco. A cambio de esta historia, el joven escritor le dijo que se podría quedar y que quería que le siguiera contando sus historias, para poder relatarlas. El joven le dio una habitación, y Hannay intentó descifrar el código de la libreta oscura del hombre que se había estado alojando en su casa, recordó que nombró una tal Julia Czechenyi, la cual era la llave de Karolides y usó ese nombre para descifrar el código. El joven recepcionista subió a decirle a Hannay que habían venido dos hombres a buscarle y que él les había dicho que ya había marchado de ese hotel. Hannay le dio a su amigo una carta para que se la diera a ellos diciéndoles que estaba en la habitación de Hannay. Una vez, los dos hombres marcharon, Hannay le dice a su amigo que vaya a la policía y les describa los dos hombres que había visto y les diga que tienen relación con el asesinato de Londres, que seguramente volverían a su hotel mañana y que le dijera a la policía que estuvieran pronto a la mañana siguiente en su hotel. A las ocho de la mañana siguiente, Hannay vio tres policías entrar en el hotel y más tarde dos hombres se acercaban también hacia este. Hannay escapó de su habitación por la ventana y robó el coche de los dos hombres. Capítulo 4: Conducía muy rápido, haciendo puncionar el motor al 100%. Estaba nervioso y no podía dejar de pensar en las notas del señor Schuder, todo lo que él le había contado eran mentiras, Schuder nunca había estado en el sur-este de Europa,… La historia que se relataba en la libreta negra de Schuder no estaba completa y el día 15 no iba a ser especial solo porque un asesino quisiera matar al primer ministro griego… Tenía dudas referentes a cosas de esa libreta como lo eran las palabras “thirty nine steps” (treinta y nueve pasos), las cuales aparecían cuatro o cinco veces… Cierto que Schuder había escrito treinta y nueve pasos, Hannay lo había contado. La primera cosa que él había leído era que la guerra era inminente, todo estaba planeado y inevitablemente, Karolides iba a ser asesinado. La segunda cosa era que Bretaña no estaba preparada para una guerra, Alemania intentaría otra vez hacer una guerra y en cuanto se rompa el tratado de paz, sus submarinos, cerrarán Bretaña al exterior por mar. Hannay pensó en enviar una carta la primer ministro Británico, pero nadie le creería, necesitaba un apoyo, una credibilidad. Hannay seguía conduciendo y un policía le
indicó que parara, pero Hannay pensó que le había reconocido y aceleró más, y dejó la villa atrás muy pronto. Hannay cambió de carretera tan pronto como pudo para evitar ser descubierto y estaba pensando en cómo deshacerse del coche, para evitar ser encontrado con facilidad. Escuchó una avioneta en el cielo y corrió más deprisa para evitar ser visto, de repente vio un coche delante suyo y no podía parar, Hannay saltó agarrándose a una rama de un árbol y el coche descendió hasta meterse dentro de un río. Una mano ayudó a Hannay a descender del árbol. Era un hombre joven, el cual estaba muy alarmado y le sabía muy mal lo ocurrido con el coche… Sin embargo, Hannay dijo que no pasaba nada, que mejor el coche que su vida. Le dijo que venía de Australia y a esto, el hombre le dijo que era el hombre que él necesitaba y los dos montaron en su coche y fueron hacia la casa del hombre joven. El hombre le dio a Hannay comida y alojamiento. Hannay le dijo a ese hombre que se llamaba Twidson. El hombre le pidió que si podría hacer un meeting hablando de Australia durante cuarenta minutos, ese hombre era un político, y había invitado al primer ministro australiano pero este estaba enfermo. Ese hombre se llamaba Harry Andrews. El meeting iba sobre la guerra con Alemania, se defendía la idea de que si Bretaña dejaba de fabricar barcos de guerra, Alemania haría lo mismo… etc. Hannay vio que Harry Andrews era un mal hablador, Hannay reconocía que él no era perfecto, pero sí que era mejor que él. Cuando terminó el meeting, Harry le dijo a Hannay que tenía que quedarse unos días en su casa. Después de una perfecta cena, se sentaron a hablar delante del fuego y Hannay decidió contarle la verdad de quien era en realidad… Hannay le contó todo. Harry le escribió una carta a su tío explicándole lo que iba a pasar el día 15, su tío era un político muy importante, aunque éste creía que no le iba a escuchar. En la carta escribió que si un hombre llamado Twidson iba a verlo, sería para ayudarle y como código usaría las palabras “Black Stone” y silbaría la canción “Annie Lauie” para probar quien era. Harry le explicó a Hannay dónde vivía su tío. Hannay le pidió un mapa y unas ropas viejas a su nuevo amigo y éste también le dio una vieja bicicleta. Capítulo 5: Solo eran las siete de la mañana, solo había un signo de civilización y era el humo de una casa entre el bosque… El sonido de los pájaros reinaba. De repente se escuchó el sonido de un avión en el cielo y Hannay estaba en una mala posición, no tenía lugar para huir. Hannay vio a uno de los dos hombres viéndole muy cuidadosamente. Entonces volvieron a ascender y desaparecieron. Le habían detectado, habían visto su bicicleta y debían de suponer que huiría a través de carretera… Encontró un lago cien metros más allá de la carretera y tiró la bicicleta dentro. Hannay escaló una montaña pequeña, estaba descubierta, se veía el cielo, pero para él era una cárcel. No había sitio para huir, Hannay empezó a ir hacia el norte y alistó un coche en la carretera y en el valle una línea de hombres que le seguían. Entonces encontró un hombre que reparaba carreteras (roadman). Éste le explicó que hoy recibiría la visita de un inspector (inspector que vigila que haga su trabajo) y que estaba demasiao cansado para seguir, ya que la noche anterior había asistido a la boda de su hija y había tomado algunas copas de más… Hannay le propuso un cambio y éste aceptó. Hannay se vistió con las ropas de aquel hombre y se puso manos a la obra y el hombre se fue a dormir a su casa. Un hombre bajito con un coche le preguntó a Hannay que si era Alexander Turnbull y éste respondió que sí. El inspector le dijo que no se olvidase de un trozo de carretera que había un kilómetro más allá y marchó. Pasaron varios coches después de este pero solo se paró uno, y de él bajaron dos hombres, los cuáles eran los mismos que habían estado en el hotel. Lo interrogaron, se metieron con “su” trabajo y se fueron. Diez minutos volvieron a pasar, vigilándolo, pero ahora si que ya no volvieron. Entonces pensó en
que podía hacer… El señor Turnbull seguiría durmiendo y él no se quiería quedar arreglando carreteras para siempre… Después de las cinco de la tarde, un hombre que iba en un coche descapotable paro cerca de Hannay y éste le reconoció. Era Marmaduke Jopley, y no le caía bien, era una persona interesada, solo se relacionaba con gente con dinero o con buenas casas. Fue corriendo hacia su coche y le dijo que era Hannay, que como no le dejara el coche, habría otro asesinato. Éste se lo dejó. Hannay le dijo que fuese un buen chico y marcharon los dos en el mismo coche. Los hombres no reconocieron a Hannay, todo y que se cruzaron. Ya lejos, Hannay paró el coche y le dijo que ahora ya podía ir a avisar a la policía, y Hannay se fue corriendo hacia el campo. Hannay se dio cuenta de que quizás en su nueva vida no era un asesino, pero sí que tenía una cierta tendencia a robar coches caros… Capítulo 6: Hannay pasó la noche en las montañas. Hacía frío y lo único que tenía eran unas galletas, la libreta negra, su reloj, el tabaco,… todo estaba con el señor Turnbull. Hannay miró hacia debajo de la montaña y vio a muchos hombres solo a muy pocos cientos de metros de él buscándole. Entonces Hannay subió más la montaña y se escondió. Llegó a ver esos hombres muy cerca de él y estuvo escondido durante veinte minutos. Decidió correr, ya que esos hombres conocían mejor esas tierras y así los despistaría ya que si no, tarde o temprano acabarían por encontrarle. Entonces vió el humo de una casa y se metió en el jardín de ésta y desde allí entró a la casa. Entró en una sala y se dio cuenta de que no estaba sólo, había un hombre ya mayor con él. Ese hombre le dijo que estaba en un buen lío y le dijo que le acompañara, que notaba que estaba en problemas. Le señaló una habitación y le escondió allí dentro. Hannay no sabía porque, pero se sentía incómodo. Hannay escuchó al hombre abrir la puerta y hablar con alguien y más tarde el hombre le fue a buscar y le dijo: “estás de suerte, Richard Hannay…” y Hannay reconoció a éste con la descripciónque su amigo americano le había dado aquella noche en que le contó todo lo que ahora sabía. Ahora el hombre estaba acompañad de más hombres y todos con pistolas… Hannay dijo que no era Hannay, que él era “Ainslie”, pero no le creyeron. Hannay intentó proseguir su mentira diciéndoles que era un ladrón, que no había tenido suerte desde que dejó su barco en Edinburg… y que si querían saber toda la verdad, debían darle comida. Mientras Hannay comía, el hombre mayor le dijo algo en alemán, pero éste hizo ver que no le entendía. Cuando acabó de comer, les contó que él era un marinero y que dejó su barco en Edimburgo para hacer un viaje por toda escocia. Sin embargo no le creían del todo y el hombre mayor le dijo que lo tendría que probar. El hombre mayor le pidió a un tercer secuaz que apareció en la sala el coche y éste lo fue a buscar, después le dijo a uno de sus secuaces llamado “Kart” que pusiera a ese hombre en la habitación de atrás antes de que él regresara. Hannay tenía dos horas antes de que se pasaran por esa casa los hombres que habían estado hablando con él cuando había simulado ser un hombre que repara carreteras (roadman). Hannay estaba en la sala y encontró cerillas, encendió una para ver más y encontró una caja con explosivos dentro. Ahora podía “volar” la puerta, pero… ¿Que cantidad usar? … pero le daba igual, porque dentro de dos o tres horas, estaría muerto igual… así que puso un cartucho y lo prendió. Voló el muro. Estuvo inconsciente durante cinco segundos y luego se levantó y huyó por el muro. Una vez fuera, saltó al jardín, lo cruzó y vio que no había salida o que le atraparían, ya que en su estado no podía ir muy lejos. Entonces vio una torre y la escaló para esconderse en ella, le dolía mucho la cabeza, y el humo le había puesto enfermizo. Desde la torre, Hannay podía ver todo, el campo y la casa. En el campo había gente buscándole. También vio unos árboles en la cumbre del monte. Se esperó hasta la noche y fue hacia
allí, ya que a esas horas no le podrían ver los aviones. Hiendo hacia allí muy espacio, para no levantar sospechas, vio un hilo de 16cm aproximadamente y no lo tocó por miedo a que fuese una trampa. Cien metros más adelante encontró otro pero tamoco lo tocó. Diez minutos más tarde después de estos encuentros, su cabeza estaba remojándose en el arroyo y él bebía agua. Capítulo 7 Se quedó en la cima de un monte, pero no estaba del todo contento, ya que estaba enfermo, el humo de la explosión no le había hecho ningún bien. Entonces decidió volver a por sus cosas a casa del señor Turnbull y después de esto ir a ver a Walter Bullivant, el gobernador, confiando en que éste crea su historia. Viajó durante la noche, con la luna llena y con el cielo despejado de estrellas. Ahora necesitaba un lugar para pasar el día y encontró una casa, llamó a la puerta y le abrió una mujer y le dijo que había tenido una mala caída. Ella le creyó al verle su mala cara y le hizo pasar dentro. La mujer le dio Whisky y leche y ella le dio una chaqueta y un gorro de su marido y Hannay pasó la noche debajo de una roca, ya que empezó a llover. A la mañana siguiente, Hannay llamaba a la puerta de la casa de Turnbull y éste le abrió la puerta. Y este, que al principio no le reconoció, pero después le hizo pasar y le dijo que no hacía muy buena cara y también le pidió sus gafas. Hannay pensó que seguramente tenía malaria, que a veces le volvía ya que en África había tenido y lo de el humo, la explosión, la lluvia,… no había ayudado mucho… El senyor Turnbull lo puso en su cama. Lo cuidó durante diez días hasta que su fiebre ya había marchado y sus defensas estaban ya mejor. Era ya el día doce y tenía que marchar. Turnbull no hacía preguntas, pero ya se imaginaba que Hannay era el hombre buscado por asesinato. Turnbull le devolvió sus pertenencias y le dijo que contara que estaba todo su dinero. Hannay le pagó toda la comida y la estancia, casi obligando a Turnbull a aceptarlo. Hannay recorrió en un día la distancia de veinte kilómetros que había hasta la estación en un día. Fue un largo recorrido de trenes, tuvo que cambiar de trenes dos o tres veces, Hannay durmió en el tren. Hannay bajó en la estación de Artinswell, al este de Londres. Hannay estaba cerca del río y empezó a silbar “Annie Laurie”. Un pescador se acercó a la orilla silbando la misma melodía, sonriendo a Hannay. El pescador le dijo a Hannay que mirara un gran pescado que estaba rondando por ese río y Hannay le dijo qu no podía verlo pero volvió a mirar y lo reconoció entre las algas y dijo: ¡Es verdad, se parece a una piedra negra! Entonces el pescador le preguntó que si era Twidson y éste le dijo que no, pero rectificó y dijo que sí, que con todos sus líos se había olvidado el nombre… El pescador le dijo que esperara cinco minutos y que entonces entrara en la puerta de atrás. El pescador se fue caminando sólo. Cuando Hannay entró, se encontró con un sirviente y éste lo llevó a una habitación, donde había ropa limpia y le señaló dónde estaba el lavabo. Se arregló y fue hacia el comedor, donde el señor Walter le esperaba. Hannay le dijo que él no era un asesino, y que si él lo deseaba, él se iría por la misma puerta por donde había venido. Walter le dijo que primero cenaran y luego ya hablarían. Era una cena excelente, un perfecto vino, una perfecta comida,… después de la cena, Hannay le explicó toda su historia. Walter le creyó, y le dijo que la policía no le seguía, que había recibido una carta el día 31 de Schuder explicando muchas cosas, ese día, Schuder ya había muerto, pero la carta tenía la fecha de expedición del día 23, así que era suya. Después de esta explicación, estudiaron la libreta negra y tardaron una hora en empezar a descifrarla. Hannay le enseñó cómo hacerlo. Una vez descifrada la “anotación”, el señor Walter, no acababa de entenderlo todo. Karolides había sido asesinado esa tarda a las siete.
Capítulo 8 Hannay fue a desayunar y encontró al señor Walter absorto, mirando el código. Walter pidió a Royer, el primer ministro francés, un día antes. Cuando estaban desayunando, el señor Walter continuó explicando sus planes a Hannay. Sus planes eran esperar a Royer con Whittaker, el señor Arthur Drew y el General Winstanley (el primer ministro del mar, el Señor de Ulloa no podría venir porqué estaba enfermo…) Entonces, Wittakerle daría los papeles al primer ministro frances y éste dejaría el país y volvería a Francia. El señor Walters estaba nervioso por el asesino de Karolides. Walter preguntó a Richard que si querría ser su conductor para ése día. Éste le dijo que sí. Richard sería libre ese día, la policía ya no le buscaba, Richard decidió que pasaría la noche en un hotel. Alunas personas le vieron por la calle y le llamaron asesino y se puso muy nervioso. Un policía apareció en la escena para ver que pasaba y Hannay pegó a un hombre que le había insultado y empezó una pelea general hasta que la policía lo paró todo. Hannay corrió hasta llegar a casa del señor Walter pero al llegar allí, el señor Walter estaba en una reunión y no pudo atenderle. Hannay le dijo al sirviente que abría la puerta que decir en caso de que preguntasen por él y así lo hizo, ya que en pocos minutos sonó el timbre y preguntaban por Hannay, a lo que el sirviente decía que en esa casa no había entrado nadie. A los pocos minutos, la cabeza de la armada Británica entró en el hall. El señor de Alloa abandonó el meeting y cruzó la mirada con Hannay. Ése hombre le sonaba a Hannay, pero no sabía bien bien de qué. Hannay tenía la sensación de que algo iba mal y cogió el teléfono y llamó a la casa del Señor de Alloa. Cuando se puso el sirviente del señor, Hannay le preguntó `pr el señor de Alloa y el sirviente le dijo que estaba enfermo en cama y que no se encontraba con capacidades de salir de la cama. Hannay empezó a temblar y fue corriendo hacia el meeting. Entro en el meeting y anunció que el hombre que había estado con ellos cinco minutos antes, no era el señor de Alloa… Capítulo 9: El señor Walter abandonó la sala y volvió al cabo de diez minutos muy enfadado diciendo que el señor de Alloa no había salido de casa y que estaba tan enfadado que se había levantado de su cama. Entonces empieza una disputa sobre si era o no era realmente el señor de Alloa entre los asistentes del meeting. Entonces, se ponen de acuerdo en que si aquella noche no asiste, el personaje que habría asistido sería un farsante. Habían los siguientes problemas, ¿el espía habría memorizado todas las páginas del acta?, el espía había escuchado los planes de la armada francesa,… Si lo detenían, podían pararle, ya que un espía dice las cosas a la cara y no por carta. Entonces, Hannay pidió la libreta negra de Scuder y buscó un sitio donde ponía “thirty nine steps” (treinta y nueve pasos). Y dijo que mañana era el momento en que este dejaba el país, por un sitio que la marea sube a las 10:17. Y así fueron hacia las oficinas de la marina para ver las mareas… En una sala enorme llena de mapas y libros, encontraron unas tablas de mareas y allí vieron que la marea subía a las 10:17 en más de cincuenta sitios. Necesitaban más información. Hannay se preguntaba por qué eran tan importantes esos treinta y nueve pasos… Ho había ningún barco que saliera a esa hora y no tenían muchas pistas, así que Hannay se apuntó sus “pistas” en un papel: 1. Un lugar donde hay varios caminos que van al mar, uno de éstos tiene treinta y nueve pasos. 2. La marea sube a las 10:17p.m. Un lugar donde solo es posible para un barco salir de la costa con marea alta. 3. Probablemente no es Harbour, pero es un lugar abierto con playa y acantilados. 4. Un barco probablemente pequeño, probablemente un barco pesquero o un yate.
5. Algún sitio en la costa este, entre cromer y Dover. Entonces Hannay dijo que lo que tenían que hacer es encontrar un sitio desde donde haya treinta y nueve pasos hasta la playa, está en la costa este, la marea sube a las 10:17 de mañana a la noche. Entonces preguntó que si alguien sabía de alguien que conociese bien esa cosa. Wittaker fue a buscar un hombre del sur de Londres que conocía muy bien la costa este y lo trajo a la reunión. A este hombre le preguntaron si sabía de algún lugar que cumpliera esas características. Y dijo que conocía muchos, pero de sitios que fuesen públicos, no privados (tipo hoteles,…), puso como ejemplo Kent, tenía acantilados con grandes casas en la cima,… algunas casas tienen escaleras (steps, que también pueden significar pasos,..) para bajar a la playa. ¿Cómo saber cuando la marea está en su punto máximo? A esto que el pescador responde que iba a pescar allí y que la marea subía al máximo diez minutos después del “BRADGATE” (no sé traducirlo…). Hannay y MacGillivray a las tres y media ya estaban conduciendo. Capítulo 10 Era una mañana azul de Junio y Hannay estaba fuera del hotel en Bradgate mirando el mar. MacGillivray estaba contando escaleras. Los seis grupos de escaleras ya estaban contados y sólo había uno que cumplía lo de treinta y nueve escalones (steps). Entonces fue a la casa a la que pertenecían esos escalones con la ayuda de seis policías más traídos de Londres. Lo que sabía de esa casa era que era de un viejo que vivía sólo llamado Appleton. Ese hombre estaba en esa casa en esos momentos. MacGillivray fue por la puerta de detrás de la casa haciendose pasar por un vendedor de máquinas de coser, y le abrió la puerta una sirvienta. Hannay vio a un hombre a través de un telescopio en la cima del acantilado leyendo el periódico, pero le pareció que vigilaba más el barco militar. Supuso que ése hombre era el mismo que le había capturado en la casa aquel día, pero también podía ser un hombre cualquiera en esa casa, hay muchos hombres mayores que leen el diario. Hannay estaba en el hotel después de comer y vio un yate. Había posibilidades de que no se hubiesen equivocado. MacGillivray tenía un barco y se fueron los dos a pescar por la tarde. Pescaron muchos peces y sobre las 4 fueron a ver el yate, era un barco rápido y su nombre era “Ariadne” (Ariadna, en español…). Hannay le preguntó a un marinero que estaba limpiando la cubierta y era inglés. Entablaron una conversación sobre el tiempo (clima). El hombre dejó de hablar y volvió al trabajo mientras apareció un hombre con uniforme caminando por la cubierta. El hombre de uniforme era una persona amable y preguntó, con un muy buen inglés, por la pesca a Hannay y McGillivary. Hannay estaba seguro de que él no era inglés. Hannay se sintió un poco más (confident) después de aquel encuentro. Pero cuando Hannay y McGillivray estaban volviendo hacia Bradgate, Hannay no estaba seguro. ¿Por qué no habían cambiado sus planes sus enemigos? Bien que no sabían de la existencia de la libreta negra de Schuder, pero ¿por qué seguían con el mismo plan si sabían que podrían encontrarles, que seguir con el mismo plan era peligroso para ellos? Hannay lo veía como un riesgo estúpido. Hannay decidió gastar una hora o dos vigilando la casa Trafalgar, y encontró un buen sitio desde el cual vigilarla. Desde allí veía el jardín y vio a dos hombres jugando al tenis. Uno era el hombre anciano, y otro era un hombre joven y gordo. Jugaban bien, parecían dos hombres de negocios resolviendo sus negocios en un fin de semana. Hannay no veía nada extraño. Los dos hombres pararon para tomar un trago y Hannay se sintió estúpido. Esas personas eran personas normales, como si estuviesen allí solo para despistar, eran actores. Un tercer hombre apareció en bicicleta, habló con los dos hombres y los tres entraron en la casa. ¿Cómo era posible, si no sabían que Hannay les estaba espiando, que hubiesen personas disimulando vivir en
aquella casa perfectamente normal como una familia inglesa? … Hannay decidió que tenía que seguir con el plan. La única solución que vio, fue que tenía que ir a la casa y arrestar a esos tres hombres, pero ¿Cómo hacer eso? ¿Y si eran personas normales?... Entonces recordó las palabras de un viejo amigo suyo de África. Su amigo le dijo que la mejor forma de hacer ver que tú no has hecho nada, es hacer ver que todo va perfectamente, a parte de haberte ido a un lugar en el que sea difícil reconocerte. Su amigo había robado un (coat) negro y se escondió en una iglesia. Como el policía sólo le había visto disparar contra unas luces de un pub y no se lo imaginaba allí, cuando entró en la iglesia, no le reconoció. Su amigo le dijo bien claro que “ sí te quieres distinguir, has de pensar que eres quien quieres ser ”. Hannay pensó que aquellos hombres estarían jugando al mismo juego. A las ocho, Hannay fue a ver a McGillivray y pensaron donde se situarían los otros policías. Después de eso, Hannay se fue a pasear porla costa, desde allí se veía la luz del “Ariadne”, del barco militar y de otros barcos. Hannay no podía creer que esos tres hombres fueran malos, entonces Hannay caminó alrededor de la casa Trafalgar sobre las nueve y media y se escuchaban los ruidos de platos y cubiertos de la cena. Hannay llamó al timbre y un sirviente le abrió la puerta y Hannay preguntó por Mr. Appleton. Hannay entró en la casa y pensó en ir directo y sorprender a los hombres que cenaban para reconocerlos, pero vio cuadros y fotos en las paredes de la entrada que sólo se podían ver en las casas inglesas de niños ingleses… El sirviente llevó a Hannay hasta el comedor y le dijo a un hombre quien era. Educadamente, el hombre le dijo que si le deseaba ver, y Hannay le respondió que creía que ya se habían visto antes, que creía que él ya sabía porqué estaba allí. Todos se sorprendieron. El hombre dijo que no recordaba las caras muy bien, que le tandría de explicar porqué estaba allí, porqué él no sabía nada. Hannay dijo que había venido a arrestar a los tres. El hombre anciano, sorprendido, gritó que porqué les arrestaba y Hannay dijo que por el asesinato de Franklin Schudder en Londres el 23 de Mayo. Ninguno de los hombres sabía quien era ese hombre, pero recordarin haber leído algo en el diario. Hubo silencio, pero el señor gordo lo rompió calmando a sus amigos diciendo la cuartada que tenían todos. Respondieron a Hannay que ayudarían encantados si es que podían. La luz estaba muy baja. Hannay la encendió y en efecto vio más claramente a esos tres hombres, pero no podía demostrar que eran los hombres que lo habían apresado. El hombre obeso preguntó que si los iba a apresar o ya los consideraba limpios después de exponer sus cuartadas. Hannay no se decidía y le invitaron a jugar a cartas en otra sala, mientras se decidía. En esa sala había una ventana abierta. Hannay jugó muy mal, normalmente en las cartas era bueno, pero esa vez no. Hannay reconoció un gesto en uno de los hombres y los reconoció a los tres al instante. El hombre delgado era el asesino, el hombre gordo era el espía que se había hecho pasar por el primer señor del mar (The first sea Lord) y el anciano era el hombre que le había apresado. De repente, el hombre anciano le dijo al hombre delgado que recordara que tenía que coger un tren. Hannay dijo que no. El hombre delgado respondió que ya tenía su dirección, que si quería algo que lo fuese a buscar, pero que ahora necesitaba ir a Londres. Hannay sentía que se encontraban en un buen lío, silbó su silbido, las luces se apagaron y le ataron a la silla. Hannay escuchó que alguien en alemán decía “¡el barco, el barco!”. Hannay vio a dos policías en la hierba cerca de la casa. El hombre delgado saltó por la ventana y se fue a través de la hierba sin que nadie lo pudiese atrapar. Hannay estaba pegándose con el hombre gordo cuando entraron más policías en la sala, pero el hombre delgado ya estaba en el final de las escaleras. De repente, se escuchó una explosión y se derrumbaron las escaleras y el hombre viejo miró a Hannay con unos ojos locos de “alegría” diciéndole que la piedra oscura (Black Stone) había ganado, que el hombre ya estaba a salvo. Hannay vió que aquel hombre no era sólo un espía, sinó que tenía un
increíble amor hacía su país. La policía apresó al hombre anciano y Hannay le dijo que no habían ganado, que habían puesto policías en el “Ariadne” una hora antes. Siete semanas después de aquel suceso, como todo el mundo sabe, empezó la guerra. Hannay se unió al ejercito la primera semana. Sin embargo, había hecho un buen trabajo, pensaba Hannay antes de ponerse el uniforme. Resumido y traducido al español por Jacob Uribe, para toda aquella gente que esté obligada a leérselo en inglés, ya sea por el colegio, una academia,… Escrito sin ánimo de lucro. Ayudar a la gente es y podría ser gratis ;) Escrito sin ánimo de lucro de la novela original de John Buchan Otro favor a la humanidad de “ hand_69 productions” hand-69.wikispaces.com