Teoría Te oría y técnica del psicoanálisis de niños – Arminda Aberastury V. La entrevista inicial con los padres Cuando los padres deciden consultarnos sobre el problema o enfermedad de un hijo les pido una entrevista, advirtiéndoles que el hijo no debe estar presente pero sí informado de la consulta. Sugerimos la conveniencia de verlos a ambos. En algunos casos especiales, un familiar, amigo o institutriz han venido en representación de los padres. Cualquiera de estas posibles situaciones es reveladora del funcionamiento del grupo familiar. Cuando la entrevista es con ambos a mbos padres, cuidaremos de no mostrar preferencias aunque inevitablemente se producir con uno de ellos. !a entrevista no debe parecerse a un interrogatorio. "a# que tender a aliviarles la angustia # la culpa que la enfermedad o conflicto de un hijo despiertan # para eso debemos asumir desde el primer momento el papel de terapéuticas del hijo # hacernos cargo del problema o del síntoma. !os datos que nos dan los padres pueden ser ine$actos, deformados o mu# superficiales. %urante la entrevista olvidan parte de lo que sabían debido a la angustia que ésta les provoca. Es necesario que esta entrevista sea dirigía # limitada de acuerdo con un plan previo. !a entrevista que hemos acordado es para que nos hablen del hijo # de su relación con el. &o consideraremos conveniente finalizar la entrevista sin haber logrado los siguientes datos bsicos'
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Motivo de consu consulta lta El escollo inicial ms difícil para los padres es hablar de lo que no anda bien # con el hijo. !a resistencia a hacerlo no es consciente( ésta #a la han vencido cuando decidieron consultarnos. )ara a#udarlos, ha# que tratar de disminuir el monto de angustia inicial. Se lograr al hacernos cargo de la enfermedad o conflicto. %eben sentir que todo lo que recuerden sobre el motivo de consulta es importante para nosotros # en lo posible registraremos minuciosamente las fechas de iniciación, desarrollo, agravación o mejoría del síntoma. Con frecuencia ocurren olvidos totales o parciales de hechos importantes. !a comparación de los datos obtenidos durante durante el anlisis del ni*o con los suministrados por los padres en la entrevista inicial, es de suma importancia para valorar las relaciones con el hijo.
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Hist oria del niñ Historia niño o +e interesa saber la respuesta emocional en especial de la madre- ante el anuncio anunc io del embarazo. Si fue deseado o accidental. Si hubo rechazo abierto con deseo de abortar e intentos realizados. Si lo aceptaron con alegría. !es pregunto luego cómo evolucionaron sus sentimientos. Es un hecho comprobado que el rechazo emocional de la madre, #a sea al se$o de su hijo como a la idea de tenerlo deja huellas profundas en el psiquismo de éste. )or ejemplo, el ni*o que nace con la misión de unir una pareja en trance de separarse, lleva el sello de este e ste esfuerzo. El fracaso determinar en él una gran desconfianza en sí mismo # en su capacidad para realizarse en la vida. !a respuesta que brinda la madre a cómo sobrellevó su embarazo nos indica cul fue la iniciación de la vida del hijo. unque en realidad muchos ni*os no son deseados por sus padres, la respuesta que obtenemos en la ma#oría de los casos es que fueron deseados, # si aceptan el rechazo lo atribu#en al otro cón#uge. Similares dificultades se presentan cuando interrogamos sobre el embarazo # el parto. /nterrogaremos sobre el ritmo de alimentación, no solo la can tidad de horas que dejaban libres entre mamada # mamada sino también cunto tiempo succionaba de cada pecho. Es de suma importancia en el desarrollo posterior del ni*o la forma en que se establece
la primera relación postnatal. Se a#uda a elaborar el trauma del nacimiento. 0no de los elementos primordiales a tal fin es facilitarle al bebé un suficiente contacto físico con su madre luego de nacer. Este contacto debería apro$imarse lo ms posible a la situación intrauterina # establecerse cuanto antes. )ara el ni*o porque empieza a recuperar en parte lo que ha perdido # sin una e$cesiva demora que, al aumentar su frustración # desamparo, incrementa sus tendencias destructivas dificultndose su relación con la madre. )ara la madre, porque el nacimiento del hijo es un desprendimiento que le repite su propia pérdida de la madre. %ar es para ella una renovación constante de lo que ella misma recibió cuando hija( por esto cuanto ms da, ms se enriquece su vínculo con la madre interna. !a indicación de llevar al bebé lejos de la madre para que ésta descanse es totalmente errónea porque ni uno ni otro descansan bien al estar frustrados en esa necesidad tan intensa. 1tra finalidad de establecer una lactancia a ritmo regular # no librada a la necesidad por el ni*o es la a#uda que le ofrecemos así al bebé para dominar la ansiedad. Con la alimentación a horario se le ofrece estabilidad en el suministro, estabilidad que surge del hecho de que el objeto sea el mismo, en condiciones semejantes, si es posible siempre en el mismo cuarto, en la misma silla # postura # con iguales intervalos. 2recuentemente, cuando el ni*o llora se alarma # su primera reacción es darle alimento( suele desesperarse si no lo acepta pero es com3n que un bebé llore porque est reviviendo una mala e$periencia que le produce una alucinación # que baste la voz afectuosa de la madre, una mirada sonriente, el contacto físico, que lo meza o le cante, para contrarrestar con una e$periencia actual placentera la mala imago intensa que produjo la alucinación. Es probable que un ni*o que est reviviendo una mala e$periencia con el pecho, sienta como un peligro esta nueva oferta de alimento, lo rechace o lo tome con temor. Si se le obliga # él no puede defenderse, lo ingiere, reforzando así la imago terrorífica. )or eso es de gran utilidad para comprender la relación madre4hijo interrogarla sobre la forma en que solía calmarlo cuando lloraba # como reaccionaba cuando pretendía alimentarlo # él rechazaba el alimento. Estos detalles de la relación con el hijo, que a menudo no conseguimos de la madre, van surgiendo poco a poco del material del ni*o cuando éste se analiza. &o todo lo que él espera del mundo es alimento # tampoco es todo lo que una madre puede darle. Cuando preguntamos a las madres cuntas horas después del parto vieron a su hijo # lo pusieron al pecho, suelen asombrarse # no recordarlo. Emociones tan intensas generalmente estn totalmente reprimidas por conflictos. !a e$periencia muestra qu e cuanto mejor ha sido esa primera relación, ms fcil # detalladamente la recuerdan. Si la madre no ha podido alimentar a su hijo o lo ha hecho mu# poco tiempo conviene preguntar en detalle la forma en que le dio la mamadera' si lo sostenía en íntimo contacto con su cuerpo o si se la daba acostado en su cuna, cunto tardaba el bebé en alimentarse. Siguiendo con la historia preguntaremos cómo aceptó el bebé el cambio de alimentos del pecho a la mamadera, de la leche a otros alimentos, de líquidos a sólidos. Sabremos así sobre el ni*o, la madre # las posibilidades de ambos para desprenderse de los viejos objetos. El pasaje del pecho a otra fuente de gratificación oral e$ige un trabajo de elaboración psicológica, que +elanie 5lein descubrió similar al esfuerzo al cual se ve sometido el adulto cuando elabora el duelo de un ser amado. !a forma en que el ni*o acepta esta pérdida ser la pauta de conducta de cómo en su vida posterior se enfrentar con las pérdidas sucesivas que le e$igirn la adaptación a la realidad. Es importante investigar la fecha del destete # sus condiciones. !as relaciones de dependencia e independencia entre madre e hijo se reflejan también en el interjuego que se inicia cuando un bebé comienza a sentir necesidad de moverse por sí mismo # lo e$presa. !a madre puede ver o no esta necesidad # frustrarla o satisfacerla. Cuando el ni*o pronuncia la primera palabra tiene la e$periencia de que ésta lo conecta con el mundo # es un modo de hacerse comprender. El interrogatorio sobre
iniciación # desarrollo del lenguaje es de suma importancia para valorar el grado de adaptación del ni*o a la realidad # el vínculo que se ha establecido entre él # sus padres. El retraso en el lenguaje o inhibición en su desarrollo son índices de una seria dificultad en la adaptación al mundo. Es frecuente que los padres no recuerden la edad en que el ni*o pronunció la primera palabra o el momento en que se presentaron los trastornos. En este periodo de la vida la figura del padre cobra una gran importancia # su ausencia real o psicológica puede trabar gravemente el desarrollo del ni*o aunque la madre lo comprenda bien # lo satisfaga. )ocas son las veces en que el desarrollo del caminar ocurre normalmente. El andador es, por ejemplo, un sustituto de la madre que es mejor que la inmovilidad, pero no remplazar nunca los buenos brazos de la madre que lo a#udan a caminar # se le ofrecen como una continuación de sí mismo para iniciar e$periencias en el mundo, llevndolo a él placenteramente # sin apuros. El ni*o que puede así identificarse con la marcha de la madre incorpora en su #o la habilidad para caminar. Su desarrollo se har por un crecimiento gradual de posibilidades por medio de las que busque comer, dormir, hablar # caminar como sus padres. %e acuerdo a lo que el ni*o en su fantasía inconsciente esté recibiendo de ellos, la ense*anza se incorporar como logro del #o o entrar a formar parte de un super#ó censurador que lo trabar, o lo har caerse # lastimarse cuando quiera caminar # no se sienta permitido ampliamente. Cuando interrogamos sobre este punto, las respuestas de la madre esclarecen mucho sobre su capacidad de desprenderse bien del hijo. )ara el ni*o la marcha tiene el significado de la deja caminar a su ni*o sin apurarlo ni trabarlo de modo que el desprendimiento sea apacible # gozoso, ofreciéndolo así una pauta de conducta que lo guiar en sus pasos en el mundo. En la segunda mitad del primer a*o se intensifican en el ni*o tendencias e$pulsivas que se manifiestan en su cuerpo # en su mente. !a pro#ección # la e$pulsión son la forma de aliviar tensiones # si estos mecanismos se traban, las carga emocionales se acumulan produciendo síntomas. 0no de los ms frecuentes en ese periodo de la vida es el insomnio. Este # muchos otros se inclu#en en los cuadros patológicos habituales del ni*o durante el periodo de la dentición. En caso de haber trastornos de sue*o, preguntamos cul es la conducta con el ni*o # cules son los sentimientos que despierta en los padres el síntoma. Es importante la descripción del cuarto donde duerme el bebé, si est solo o si necesita la presencia de alguien o alguna condición especial para conciliar el sue*o. El uso del chupete como hbito destinado a conciliar el sue*o es uno de los factores que favorecen el insomnio. !os padres suelen decir que el bebé no duerme si se lo quitan. En nuestra e$periencia, encontramos que la dificultad no era del bebé sino de los padres, que postergan la decisión o crean situaciones que dificultan solucionar el problema. El destete significa mucho ms que dar al ni*o un nuevo alimento' es la elaboración de una pérdida definitiva # depende de los padres el que se realice con menos dolor. Cuando sabemos a qué edad # en qué forma se realizó el control de esfínteres, se amplía nuestro conocimiento sobre la madre. Si el aprendizaje adems de ser precoz es severo, es vivido como un ataque de la madre a su interior, como retaliación a sus fantasías que en ese periodo estn centradas en la pareja parental en coito # tendr como consecuencia una inhibición es estas fantasías con trastornos en el desarrollo de las funciones del #o. Cuando interrogamos sobre enfermedades, operaciones o traumas, consignamos en la historia no solo la gravedad sino también la reacción emocional de los padres. En situaciones e$tremas, se producen olvidos. !as complicaciones que se presentan en las enfermedades comunes de la infancia son de por si un índice de neurosis # es importante registrarlas en la historia. Cuando preguntamos a los padres sobre la se$ualidad del hijo suelen asombrarse por la pregunta, pero generalmente nos informan con facilidad sobre este punto, salvo cuando niegan cualquier actividad se$ual del hijo. Es este momento del interrogatorio el que nos
depara las ma#ores sorpresas, no solo sobre los conc eptos del adulto con respecto a la se$ualidad del ni*o sino sobre la forma de responder a sus preguntas. En los grupos de orientación tenemos muchos ejemplos de las graves dificultades que encuentran los padres para contestar la verdad. !a actitud consiente e inconsciente de los padres frente a la vida se$ual de sus hijos tiene una influencia decisiva en la aceptación o rechazo que el ni*o tendr de sus necesidades instintivas. "a# padre que por un mal conocimiento de lo que significa la libertad se$ual favorecen o impulsan a sus hijos a dichas actividades, o las comentan abiertamente como gracias o pruebas de precocidad. "a# otros que creen que e$hibirse desnudos o favorecer actividades como el ba*o junto con ellos o hermanos es favorable para el desarrollo. +elanie 5lein pudo descubrir que detrs de toda actividad l3dica ha# fantasías de masturbación. En cuanto a esta actividad los padres se sorprenden # generalmente no encuentran respuesta a nuestra pregunta sobre cules son los juegos predilectos del hijo. 2reud descubrió que el juego es la repetición de situaciones traumticas con el fin d e elaborarlas # que al hacer activamente lo que ha sufrido pasivamente, el ni*o consigue adaptarse a la realidad( por eso valoramos como índice grave de neurosis la inhibición para jugar. 0n ni*o que no juega no elabora situaciones difíciles de la vida diaria # canaliza en síntomas o inhibiciones. Cuando preguntamos a las madres a qué edad los han enviado al jardín de infantes # cules fueron los motivos que las decidieron a hacerlo vemos que en la ma#or parte de los casos no se debió a una necesidad o deseo del ni*o sino a dificultades de la madre. "e observado que los ni*os que van desde mu# peque*os al jardín de infantes inician la escolaridad en peores condiciones que los que van a los 6 o 7 a*os. !a permanencia en el hogar, la participación en la actividad diaria, el disponer de un espacio adecuado para jugar libremente son las condiciones que favorecen el desarrollo del ni*o hasta los 6 o 7 a*os. !as actividades en las plazas, en su casa, en la de amigos, satisfacen suficientemente la necesidad de contacto con otros ni*os. El ingreso a la escuela significa para él no solo desprenderse de la madre sino afrontar el aprendizaje que en sus comienzos le despierta ansiedades similares a las que se observan en adultos con angustia de e$amen. Se ha comprobado que las inhibiciones de aprendizaje escolar # dificultades para ir a la escuela tienen sus raíces en los primeros a*os # que un ni*o que no ha jugado bien tampoco aprende bien. Es importante interrogar sobre la edad en que un ni*o ingresó a la escuela # la facilidad o dificultad en el aprendizaje de lectura # escritura, así como si le causaba placer, rechazo o si mostraba ansiedad o preocupación e$agerada para cumplir con sus deberes. •
El día de vida !a reconstrucción de un día de vida del ni*o debe hacerse mediante preguntas concretas que nos orienten sobre e$periencias bsicas de dependencia e independencia, libertado o coacción, inestabilidad o estabilidad de las normas educativas, del dar # recibir. Sabremos así si las e$igencias son adecuadas o no a la edad, si ha# precocidad o retraso en el desarrollo, las formas de castigo # premio, su capacidad # fuente de goce, sus reacciones frente a prohibiciones. Esto nos permitir una visión completa de la vida familiar. !a descripción de los domingos, días de fiesta # aniversarios nos ilustra sobre el tipo # grado de la neurosis familiar, lo que nos permite estimar mejor la del ni*o # orientarnos en el diagnóstico # pronostico del caso. Cuando interrogamos sobre el día de vida, debemos preguntar quién lo despierta # a qué hora. Si se visten solos # desde cundo. 1 quién los viste # por qué. Es 3til conocer
este primer momento del día para valorar la dependencia o independencia, # la actitud de los padres frente a la precocidad o retraso en su aprendizaje. •
Relaciones familiares &os limitaremos a consignar la edad, la ubicación dentro de la constelación familiar, a saber si los padres viven o no, profesión o trabajo que realizan, horas que estn fuera de la casa, condiciones generales de vida, sociabilidad de ellos # de sus hijos. 0na vez terminada esta entrevista, si los padres han decidido hacer solamente un diagnóstico, se les comunicar el día # la hora de la entrevista con el ni*o así como su duración. Si en cambio aceptan un tratamiento se le darn las indicaciones generales en las que éste se llevar a cabo.
VI. El consultorio, el material de ue!o, el ca"n individual# problemas técnicos $ue sur!en de su maneo diario El aspecto del consultorio debe ser por sí mismo la regla fundamental. !a técnica de juego no e$ige mucho espacio. !a habitación donde se psicoanaliza a un ni*o debe tener paredes lavables # conviene que el piso esté recubierto de linóleum o fle$iplast. %ebe disponerse de una plancha de amianto que se adapte a la mesa o al piso. Es óptimo si se dispone de un cuarto de ba*o comunicado con el de trabajo, de uso e$clusivo del paciente. !a puerta que comunica el ba*o con el consultorio no se cerrar. !as puertas del consultorio que den al e$terior se cerrarn desde dentro. "a# que mantener en lo posible un clima de apacible aislamiento. !a mesa # las sillas sern cómodas # simples, fuertes para resistir el desgaste. Ser 3til un peque*o # cómodo divn en el que el ni*o pueda recostarse # hablar. En la primera sesión, los juguetes # objetos q ue hemos destinado al ni*o se colocarn sobre una mesa, de modo que la entrar tenga una visión de lo que le ofrecemos para comunicarse con nosotros. E$iste un material estndar' cubos, plastilina, lpiz, papel, lpices de colores, gomas, goma de pegar, mu*ecos, tijeras, autos, tacitas, platitos, cubiertos, etc. %urante la primera entrevista pregunto a los padres con qué suele jugar el ni*o en su casa # siempre que sea posible lo inclu#o en el material de su cajón individual o en el cajón para el diagnóstico. Cuando observamos un ni*o para diagnóstico le ofrecemos un material de juego que guardamos en un cajón destinado a este fin. !o abrimos solo cuando recibimos un ni*o que viene para una hora de observación. !a primera acción que realiza el ni*o # el tiempo que transcurre hasta que la inicia, nos ense*an sobre su actitud frente al mundo. 8 el grado de inhibición de juego que manifieste es un índice de la gravedad de su neurosis. !a primera sesión es de una trascendencia mu# especial porque en ella el ni*o muestra cul es su fantasía inconsciente de enfermedad # de curación, # cómo acepta o rechaza nuestro papel de terapeuta. El cajón individual cobra progresivamente enorme importancia. Con frecuencia un ni*o quiere llevar a su casa algo del material del cajón( esto debe ser evitado. Si de acuerdo al curso del anlisis se considera mu# 3til, puede permitírsele # se*alndole por qué lo permitimos. 9ambién es frecuente que el ni*o traiga alg3n juguete u objeto de su casa, con lo que suele querer mostrarnos algo de la vida familiar de ese momento. !os ni*os que reaccionan así vuelven vivir en un gran desamparo # satisfacen de ese modo su anhelo de transformar el consultorio en su hogar.
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%ebemos diferenciar los juguetes de los materiales que, co mo el agua, deben estar siempre a su disposición. Su uso debe ser controlado por el analista. )apel, lpices de colores, lpices, plastilina son los materiales con los que preferentemente se comunica un ni*o entre : # ;< a*os. %eterminados elementos que se ofrecen al ni*o para facilitar la comunicación preverbal son bsicos # deben ser renovados siempre que sean 3tiles para e$presar algo. l finalizar la hora guardamos los juguetes en su cajón con su a#uda o sin ella- # le se*alaremos' Ese material le pertenece. El cajón quedar cerrado con llave. &adie tendr acceso a él en su ausencia # el terapeuta lo abrir antes de iniciar la sesión siguiente. 9odo lo acontecido durante la sesión ser mantenido en una reserva absoluta por nuestra parte. El horario semanal convenido. >ue todo cambio o entrevista con familiares se discutir con él # luego se comunicar a los padres. +uchas conductas como la relacionada con la comida durante la sesión # otras en las que el ni*o busca el contacto físico con el terapeuta suelen tener el significado de destruir el tratamiento, de transformar el anlisis en una situación familiar o social, con lo que atacan el vínculo con el terapeuta # niegan el estar enfermos. Es frecuente también que en alg3n momento del anlisis el ni*o busque un íntimo contacto con el terapeuta # sea conveniente actuar del mismo modo que cuando nos agrede, interpretando su conducta, poniendo límites. &uestra intervención limitadora est indicada siempre que veamos en peligro la integridad física del ni*o, de nosotros o del consultorio. )ara analizar a un ni*o, un analista debe tener una serie de conocimientos que no le e$ige el analizar adultos. )ara ser analista de ni*os es necesario conocer # jugar suficientemente bien un n3mero amplio de juegos ajedrez, dama, canasta, ta4te4ti, etc.-. %eben conocerse los personajes # las historietas ms leídas por los ni*os, lo que implica el conocimiento # el manejo de las revistas infantiles ms conocidas, recordar con detalles los cuentos infantiles #a clsicos # haber refle$ionado sobre su significado. Conservar un suficiente placer por el juego # tener a3n una agilidad que le permita afrontar sin demasiado esfuerzo el ejercicio que e$ige muchas veces la hora de un ni*o en anlisis. !o que no se puede admitir como norma en un analista de ni*os es que piense que puede analizar a un ni*o sentado en una silla como en el caso del adulto. +uchas veces la angustia ante la no comprensión de la actividad l3dica hace que el analista se limite a jugar # eso es solo entrar en el juego pero no es asumir el papel de terapeuta. Si se considera técnicamente necesario ofrecer a cada ni*o un cajón que sea solo de él, es porque necesita para curarse la total posesión, sin interferencias, de algo que para él llegar a significar lo que fue su primitiva relación con la madre. 9ampoco debe disponerse del material del ni*o para ning3n otro. veces un ni*o no quiere irse una vez terminada la sesión. Conviene cerrar el cajón individual, despedirse de él # pedir a la persona que lo acompa*ó que entre a buscarlo. Cuando vamos a interrumpir el anlisis es conveniente recordarle al ni*o con bastante anticipación # estar atentos a las reacciones que aparecen frente a la inminencia de la separación. Sabremos así muchos detalles sobre su forma d e desprenderse de los objetos. Cuando un ni*o termina el anlisis también conviene recordarle con anticipación la fecha acordada para la 3ltima sesión. &o ha# que suponer que lo sabe o que se lo dijeron los padres. %ebemos tratarlo con él, # su decisión deber ser luego comunicada # consultada con los padres. !as clusulas del tratamiento en su parte formal e$terna las hemos concertado con ellos, pero en lo profundo es con el paciente mismo que hemos aceptado
el pacto analítico. )ara decidir el final de un anlisis tenemos que valorar el grado en que éste es un é$ito. )odemos considerarlo terminado si han desaparecido los síntomas, si se han ampliado sus intereses, si tiene ma#or capacidad de goce duradero # si ha equilibrado la dependencia e independencia con su medio ambiente. Suponer que un anlisis es un seguro de salud mental # física para toda la vida es una utopía o un enga*o. !as tensiones # maltratos que llegan a un ni*o desde el mundo e$terior pueden superar lo que su #o es capaz de elaborar sin enfermar # eso puede suceder aunque el anlisis ha#a sido un é$ito. 0n anlisis en la infancia lo capacitar para desarrollarse mejor # uno de los grandes beneficios que e$perimentar ser el incremento de su capacidad de juego # de aprender con goce # fcilmente( así como enfrentar los problemas con ma#or eficacia. Cuando un ni*o nos pide que juguemos, el analista antes de realizar la acción, debe saber el papel que le toca jugar. Es indudable que para analizar un ni*o no basta un frio conocimiento de la técnica # la teoría. Es necesario tener algo del placer que siente el ni*o al jugar, mantener algo de la ingenuidad, fantasía # capacidad de asombro que son inherentes a la infancia. En cuanto al problema de los honorarios en el anlisis de ni*os, el ni*o sabe que los padres o sustitutos pagan sus cosas # el tratamiento est incluido en este concepto de su vida. Es conveniente que el ni*o sepa que las sesiones se abonan en los primeros días del mes. Es mejor que, si sus conocimientos se lo permiten, haga él mismo el clculo de las horas. En lo posible debe ser él quien entregue el dinero al terapeuta. En la medida en que se hace responsable en otros planos, reclama aquí también el derecho a una ma#or independencia.
VII. La primera %ora de ue!o, su si!ni&icado Cuando 2reud analizó a un ni*o de 7 a*os dejó los cimientos para la técnica del psicoanlisis de ni*os. +s tarde, descubrió que si un ni*o juega es porque necesita elaborar situaciones traumticas. !os problemas fundamentales de un ni*o se e$presan en este lenguaje preverbal. Encontré que #a durante la primera sesión aparecía la fantasía inconsciente de enfermedad o de curación. +e propuse entonces investigar si el material del ni*o durante el tratamiento confirmaba lo que había mostrado en esa primer hora # llegué a la conclusión de que así era en todos los casos, corroborando la idea inicial de que el ni*o sabe que est enfermo # comprende # acepta el tratamiento. Con la técnica del juego, comprobé que el ni*o nos comunica desde la primera hora cul es su fantasía inconsciente sobre la enfermedad o conflicto por el cual es traído al tratamiento # en la ma#or parte de los cosas, su fantasía inconsciente de curación. Si surgen inmediatamente es debido a la presión del temor a que repitamos la conducta negativa de los objetos originarios que le provocaron la enfermedad o el conflicto. ?unto a ese temor, evidencia el deseo de que no seamos como ellos # asumamos un nuevo papel en el que le demos lo que necesita para su mejoría. Este proceso es vivido por él como un nuevo nacimiento( la separación inicial de los padres # la entrada al consultorio suelen acompa*arse de las ansiedades que e$perimentó al nacer. El temor de repetir su relación con el objeto originario es lo que nos transforma en alguien a quien # de quien desconfía. El objeto originario cargado de frustración # miedo pro#ectado en el terapeuta, transforma a éste en alguien temido por el ni*o # de quien espera que adopte la misma conducta negativa de sus padres # lo ataque. Este objeto originario en sus aspectos amados en cuanto lo ha satisfecho en sus necesidadesconfiere al terapeuta los atributos necesarios para curarlo. Esta do ble fuente de la transferencia debe ser interpretada desde el primer momento, pero como los dos aspectos estn siempre presentes, la interpretación de su significado debe hacerse también en las
sucesivas sesiones. Es fundamental que asumamos el papel de terapeutas porque esto# a#uda al ni*o a ubicarse como paciente # a ir haciendo consciente lo que ha mostrado como fantasía inconsciente. 8a frente a los padres habremos aclarado nuestro papel de terapeutas d el ni*o # no de ellos. El cajón individual que le ofrecemos al iniciar el tratamiento se constitu#e desde el primer momento en el símbolo del secreto profesional. !a inhibición para jugar es un índice de neurosis grave # se tiene mu# en cuenta para el diagnóstico # pronostico. !a universalidad de las figuras del hada # la bruja o del bueno # el malo en los cuentos infantiles se e$plica por el doble aspecto del objeto originario. !a no dificultad de separase de la madre frecuente en ni*os autistas- es índice de serios trastornos afectivos. !a aparición temprana de mecanismos obsesivos es índice de empobrecimiento del #o # se muestra frecuentemente en casos en los que le control de esfínteres fue temprano.