Teol Teolog ogía ía de la Liberación Monografía
Au to r: Past or L ic . Guid Gu id o Rus s Vac c arezza
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Introducción Siendo la Teología la ciencia que estudia "las cosas de Dios" y la palabra “Liberación” que es lo más preciado para el hombre: la libertad, parecería que las
dos palabras juntas significarían algo bello, sumamente bueno y deseable, pero que con el tiempo la realidad de esta expresión es muy diferente. Vemos como estas expresiones juntas tienen un significado que no acercan para nada a las personas a Dios. Por el contrario, reemplazan a Dios por el hombre y sus necesidades, preocupándose más de lo temporal que de lo eterno. En el desarrollo de este tema nos hemos dado cuenta, como la influencia del marxismo en la iglesia, cualquiera esta sea, ha contaminado las doctrinas que fueron
establecidas
por
el
mismo
Jesús,
dándoles
una
connotación
completamente diferente, especialmente dirigidas a lo social y no a lo espiritual. Vemos como esta contaminación ha desviado incluso la predicación del evangelio, llevando un mensaje de libertad frente a la opresión de la pobreza del abuso y de la exclusión. Siendo estos temas muy importantes frente a la redención del hombre por el sacrificio de Jesucristo. Debemos prestar mucha atención frente a lo que nosotros mismos, al interior de nuestras propias iglesias, estamos enseñando y realizar evaluaciones respecto a la doctrina que enseñamos, y si han sido contaminadas por el marxismo, convirtiéndonos convirtiéndonos en activistas políticos sin proponérnoslo. proponérnoslo.
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CONTENIDO I.-
Origen de la Teología de la Liberación
II.-
El Concilio Vaticano II y la Teología de la Liberación
III.- El Lenguaje IV.- Un Nuevo Escenario V.-
Teología de la Liberación
VI.- La “Teología de la Liberación ” frente a la doctrina social de la Iglesia VII.- Conclusión BIBLIOGRAFÍA
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I.- Origen de la Teología de la liberación. l iberación. La “Teología de la Liberación ” tuvo su origen en Europa. Desde 1917 Walter Rauschembusch, teólogo alemán con fuerte influencia marxista, lanzó las ideas iniciales en su libro "Una Teología para el Evangelio Social" . Después otros teólogos principalmente protestantes, alemanes y holandeses, desarrollaron la " Teolo Teolo gía de la Esperanza" Esperanza" . Al final de la II Guerra Mundial, las iglesias católicas casi en toda Europa se mantenían conservadoras, la diferencia la provocó la iglesia católica de Holanda comenzando a hacer experimentos con la " democracia eclesiástica" eclesiástica" llegando al concilio VaticanoII con proposiciones reformistas muchas de las cuales fueron inaceptables y rechazadas. Luego de realizado el Concilio Vaticano II, aparece el controvertido "Catecismo Holandés" que ponía como discutibles asuntos tales como el
celibato sacerdotal o la infalibilidad del Papa, entre otras cosas. La ola del liberalismo en la década de los sesentas trajo como consecuencia una dolorosa deserción de sacerdotes y religiosos y una dramática reducción de vocaciones sacerdotales. En el mes de mayo de 1985 Juan Pablo II visitó por 5 días a Holanda provocando muchos problemas, poniendo de manifiesto no solo la intolerancia protestante sino las dificultades internas de una Iglesia Católica profundamente dividida en dos bandos: conservadores y progresistas. América Latina es la fuente de la iniciación de la teología de la liberación, es donde adquirió verdadera fuerza, debido principalmente a misioneros venidos desde Holanda y España y no podemos dejar fuera al sacerdote peruano Gustavo Gutiérrez y a sus seguidores Clodovis y Leonardo Boff, sacerdotes brasileños. Las principales obras de los hermanos Boff son " Eclesionesis, las las comu nidades de base reinventan la Iglesia" y "Teología de lo Político" . Leonardo fue
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condenado al silencio en mayo de 1985 por el Vaticano, prohibiéndole toda enseñanza sea oral o escrita. Otro sacerdote radicalizado fue Hugo Assman, que no solamente abandonó el sacerdocio; sino que se hizo protestante y en la república de San Salvador el sacerdote jesuita español Jon Sobrino. La "Iglesia Popular" es lo que se desprende de la Teología de la Liberación, y es en Nicaragua en donde es más activa y condenada extensamente por la conferencia episcopal de América Central en el libro titulado "Juan Pablo II en Améri Am éri c a Cent r al; bal anc e de u na v is it a" .
Al leer las conclusiones a las que llegaron las conferencias episcopales de Medellín, Colombia, en 1968 y de Puebla, México, en 1979, fueron fuertemente influenciadas por los teólogos de la liberación acerca de la "opción por los pobres y jóv enes" enes" , dando así un fuerte impulso a sus seguidores.
A Medellín se le considera como la fuente de este movimiento (Vicente Mariano en su libro "Continuidad y Evolución del Magisterio en torno al comunismo, socialismo y marxismo ”). Muchos estaban esperanzados que la conferencia de Puebla fuera más allá de Medellín, pero Juan Pablo II, conocedor y víctima del marxismo, se encargó de poner las cosas en su sitio cuando en su discurso dijo:
"sois
sacerdotes y religiosos, no sois dirigentes sociales, líderes políticos o funcio narios del poder temporal".
La iglesia y su opción por los pobres fueron matizadas con la palabra "preferencial" , cosa que decepcionó a los teólogos de la liberación ya que la "opción preferencial" ya no es exclusiva ni excluyente.
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II.- El Concilio Vaticano II y la Teología de la Liberación El Concilio Vaticano II constituye un punto de inflexión en la historia de la Iglesia católica. Juan XXIII impulsa a la iglesia a una nueva realidad moderna que los papas que le precedieron continuaron impulsando. En esta continuidad fueron el Papa Pablo VI como Juan Pablo II (papa desde 1978) no sólo promovieron los objetivos trazados por el Papa Juan XXIII sino que además una de sus líneas de pensamiento eran entablar relaciones y cercanía con las demás confesiones, que también los Papas que le sucedieron promovieron el diálogo así como la cooperación inter-confesional. En 1967, Pablo VI prosiguió la senda de adaptación de la Iglesia a las nuevas realidades del mundo moderno abierta por Juan XXIII mediante la publicación de una encíclica en defensa de los derechos humanos y de los más pobres. Un año más tarde publicó “Humanas vitae” , otra encíclica sobre los valores de la vida humana. Juan Pablo II continuó en una línea marcada por la defensa de los valores tradicionales cristianos, aun cuando muchos de éstos difícilmente responden a las tendencias marcadas por la vida contemporánea. En ese contexto hay que entender su absoluto rechazo al materialismo, al que considera una «cultura de la muerte», y su apuesta por una «nueva cultura» basada en el respeto a la vida y el amor por los más pobres. El 11 de Octubre de 1962, fue inaugurado el Concilio Vaticano II, encargado de renovar la Iglesia Católica. El mismo, había sido propiciado por Ángelo O. Roncalli quien se había convertido en el Papa Juan XXIII en 1958. Desde el comienzo, el Concilio mostró un alto interés en cambiar algunos aspectos importantes de las ceremonias religiosas. Además de sentar las bases para una mayor participación de la Iglesia en los problemas del mundo, se 6
propuso reemplazar el latín en la celebración de la misa por los idiomas nacionales. Otro de los cambios importantes en el Concilio, fue la presencia de obispos de todo el mundo, sobre todo, de obispos del llamado “tercer mundo”. La Iglesia Católica, hasta ese momento, tenía una presencia europea predominante en su cúpula organizativa y la incorporación de estos últimos, también significó un profundo cambio. Juan XXIII fallece durante la celebración del Concilio, siendo reemplazado por Paulo VI. De todas formas, el Concilio siguió hasta 1965 y marcó una gran transformación en la Iglesia, no sólo en los aspectos religiosos (que operan en el nivel ideológico o de las mentalidades) sino también en el aspecto social y político, en especial en América Latina, donde encontró un profundo eco. En Latinoamérica, el Concilio significó para los creyentes un profundo cambio, ya que permitió el contacto de las órdenes religiosas con las necesidades sociales que requería el pueblo. La renovación, también proponía una mayor independencia del accionar de los evangelizadores. Un profundo debate interno se sucedió luego de las diferentes formas de interpretar la realidad y actuar en ella, que se dio en toda la Iglesia. En muchos casos, los integrantes de las Iglesias de cada país se identificaron con los movimientos de liberación. “La teología de la liberación”, una idea que se venía discutiendo desde
mucho tiempo, tomo forma luego de la Conferencia de Medellín de 1968, donde se reunió el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM). Desde un mensaje de Juan XXIII, en 1962, donde expresaba que: “frente a los países subdesarrollados, la Iglesia se presenta tal como es y quiere ser: como la Iglesia de todos, particularmente, la Iglesia de los Pobres”,
había surgido la idea de una Iglesia que se acerque a las necesidades de los pobres.
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En un contexto donde las dictaduras que gobernaban la región dejaban una escasa o nula representatividad política y una enorme injusticia social. La idea de “Iglesia de los pobres” fue interpretada por algunos sacerdotes de tal manera que
dio origen a la “teología de la liberación ” y como un claro compromiso político y social destinado a transformar el mundo. De esta forma, el compromiso social hizo que los sacerdotes llamados “tercermundistas”, en los que predominaba una evangelización cargada de alto
contenido social, se acercaran a los movimientos de liberación que utilizaban la lucha armada. No toda la Iglesia tuvo esta postura, hubo en la época una notable reacción conservadora, que se plasmó en 1972, con la nueva conducción del CELAM. A su vez, la encíclica “Populorum Progressio” Progressio ” de Paulo VI, criticaba el sistema capitalista y denunciaba la situación de injusticia que se daba en el Tercer Mundo. Esta encíclica, aumentó aún más las posturas a favor de la “teología “teología de la liberación” liberación ” . Muchos sacerdotes, que abrazaron estas ideas, fueron perseguidos y
asesinados por defender estas prédicas evangélicas y llevarlas a la práctica. Los Obispos que asistieron a la Segunda Conferencia de Obispos Latinoamericanos, realizada en Medellín, inspirados por las reformas del Concilio Vaticano II, examinaron el papel social de la Iglesia en sus países. Tras muchas discusiones, los obispos publicaron un documento, en el cual una de las cosas que realizaron fue el de denunciar la opresión sistemática de los pobres, criticaron la explotación del Tercer Mundo por las naciones industrializadas y exigieron reformas políticas y sociales. No se detuvieron ahí: los obispos declararon que la Iglesia de Latinoamérica contenía una misión distinta a la de la Iglesia de Europa (que en realidad era una Iglesia distinta) y le otorgaban una función política activa. Esta aplicación práctica de la fe, se conoció como Teología de la Liberación , una de las ramas más importantes dentro de la Iglesia católica moderna y una influencia política importante en América Central y del Sur.
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III.- El Lenguaje Debemos tener cuidado al realizar el estudio de este tema, y con el significado que se quiere dar a las palabras, ya que nos daremos cuenta que, al usar términos cristianos, se expresan conceptos enteramente distintos y hasta contradictorios. contradictorios . Detrás de todo esto existe una estrategia que debemos discernir para no vernos envuelto inocentemente en ideologías equivocadas, como lo es la marxista. La palabra "liberación" es un buen ejemplo que se usa como sinónimo de "salvación" cambiándole y distorsionando el concepto. La salvación del hombre
ya no es como se enseña en las iglesias, que es el triunfo de Cristo para la entrada a la vida eterna del hombre, sino la liberación de la clase oprimida al vencer a los opresores, o sea, los ricos. Al hablar de "Cristo Liberador" ya no están hablando de nada trascendente, sino de Jesús como un caudillo temporal, algo así como un Simón Bolívar con pelo largo. Consecuentemente la palabra tan importante " Redención" Redención " , pierde su significado espiritual para ser un hecho socio-político; un
proceso político al que la filosofía marxista proporciona las líneas esenciales. La fe se transforma en "praxis" (práctica), acción "redentora" en el proceso de la liberación 1. El pecado adquiere un significado sólo en consonancia con las ideas de este mundo. Pecado es todo lo que frena o se opone al proceso de liberación o contribuye a oprimir a cualquiera (especialmente lo que tiene que ver con la cultura capitalista occidental, los gobiernos, etc.) Salvación significaría la construcción de una nueva sociedad, mediante la revolución si es preciso, ya que las cosas deben ser tomadas en sus propias manos. Para que la liberación sea auténtica y completa debe ser realizada por el
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LA TEOLOGÍA DE LA LIBERACIÓN. LIBERACIÓN. R.P. PEDRO HERRASTI, S.M.
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propio pueblo oprimido. Los pobres son el pueblo escogido de Dios. Es a ellos a quien Dios busca.
IV.- Un Nuevo Escenario Las ideas del comunismo no son nuevas. La obra de Marx y Lenin, así como la revolución de 1917 lo atestiguan. Lo que sí que debemos considerar nuevo y que debemos estar muy atentos es el fenómeno de la teología de la liberación, es el hecho de que las ideas marxistas se hayan infiltrado en un sector de la teología cristiana. En pocas palabras es que se haya mezclado un pensamiento supuestamente cristiano con ideologías marxistas. Tal vez sea un pensamiento simple, pero es la realidad en pocas palabras. Esta es la clave en gran parte del pensamiento y la acción moderna de la iglesia actual, tanto en el sector católico-romano como en el del protestante. La iglesia se ve involucrada directa o indirectamente en el clamor de la liberación, que se hace sentir, especialmente en lo político, lleno de implicaciones revolucionarias. Al decir revolucionarias es porque pretende derribar el verdadero Evangelio de Jesucristo. Y revolucionarias también porque detrás está la intención de derrocar a las autoridades y los gobiernos establecidos. El Consejo Mundial de Iglesias ha influido en la teología de la liberación y ha sido a la vez parte esencial de su desarrollo. La evolución ha sido tal que la Asamblea de Uppsala (1968) se enfrentó con la siguiente cuestión: “¿Debe
entenderse la salvación en el sentido tradicional – como las iglesias siempre lo han creído -, o debe entenderse como salvación en un sentido económico, político social?” El Consejo se inclinó por este último sentido. Como las decisiones de la
Asamblea revelan, el evangelio de Jesucristo se ha convertido en el evangelio secular de hacer un mundo mejor 2. En Bangkok (1972-73) La Comisión de Misiones y Evangelización ignoró y negó totalmente la auténtica obra misionera. Se desecha la obra misionera, al 2
La Teología de la Liberación” Van Dam pág. 7 -8
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presentar el mensaje de amor y salvación de Jesucristo, como el único salvador y se orienta a los asambleístas hacia la forma de establecer “un diálogo con los miembros de religiones vivas” y hacia la manera de lograr la salvación “mediante la confrontación política”.
Esto nos da una visión hacia donde está caminando la iglesia y la contaminación de esta en la “Teología de la Liberación”. El ambiente en América latina constituye un marco ideal para el desarrollo de esta teología. Encontramos en ella, que no hay religiones que maticen la situación, sólo encontramos, al menos de nombre: cristiana – católica romana. Y se da con mucha facilidad el privilegio de las minorías que gobiernan y las grandes masas que se debaten en la pobreza, el analfabetismo y carecen de tierras y propiedades. Frente a este escenario de problemas graves sociales y políticos es como el caldo de cultivo para esta teología de la liberación. Un Sacerdote católico peruano, Gustavo Gutiérrez, publicó en 1971 la doctrina central de movimiento. Establecía que la Iglesia debía ayudar a los pobres y no imponerse sobre ellos. Además, proponía un accionar cristiano acorde a las enseñanzas de Jesús y no conforme a los requerimientos de los poderosos. Así fue que estas ideas inspiraron la fundación de la “Iglesia de los pobres”, combinaba la enseñanza religiosa con la participación en movimientos
sociales y políticos destinados a cambiar la realidad. Los principales exponentes aparte de Gutiérrez son: Leonardo Boff, de Brasil, y Juan Luis Segundo del Uruguay. Estos liberacionistas recibieron el aliento de los obispos latinoamericanos, especialmente en las resoluciones adoptadas en la conferencia de Medellín, Colombia. También están aquellos que dentro de la iglesia católica se han opuesto a su uso de las ideas marxistas, su apoyo a movimientos revolucionarios, y sus críticas a la tradicional instituciones de la iglesia. Dos miembros de la dirigencia sandinista de Nicaragua, pertenecía al clero católico. Las autoridades del Vaticano censuraron a Boff en 1985, pero en un documento de 1986 apoya una forma moderada de la teología de la liberación. 11
Gustavo Gutiérrez toma todos los documentos documentos del Concilio Vaticano II y los analiza en profundidad, pero los analiza desde la óptica marxista. Tal como lo expresa en su libro, que se muestra de acuerdo con la afirmación de Sartre que dice: “El marxismo, como marco formal de todo pensamiento filosófico de hoy, no es sup erable erable 3”.
Podríamos decir que este Sacerdote genera un nuevo escenario, dándole a la iglesia una nueva tarea, esto que la misión de la iglesia consiste en propagar el evangelio de Jesucristo Jesucrist o no es necesaria, porque la salvación es universal. universal . Todo el mundo es salvo y toda criatura es templo de Dios, la iglesia no debe, en consecuencia, apoyar la expansión del evangelio en ese sentido, sino que debe dar ejemplo liberando a los hombres que están oprimidos, a fin de que ellos busquen y obtengan su liberación. Agrega que la iglesia debe comprometerse de una manera concreta y esto es que: “la iglesia debe politizar al evangelizador” 4
V.- Teología de la Liberación Los que realizan o están interesados en fomentar esta idea de lo que se ha denominado “Teología de la Liberación” , lo hacen de una supuesta posición
cristiana, pero con fuertes matices marxistas. Como ya lo hemos expresado uno de su exponente más fuertes en Latino América es el Sacerdote Gutiérrez, que ha sido de base para la aplicación de esta teología a lo largo de toda América, quien ha hecho un análisis teológico de las doctrinas cristianas (católica-romanas), con una fuerte influencia marxista. De esta manera los que propenden a esta ideología toman pasajes bíblicos relacionados con las expresiones “opresión”, “liberación” para darle esta connotación y tintes de cristiano. Del Antiguo Testamento hacen fuerte énfasis en la liberación del pueblo de Israel, pueblo elegido por Dios, de la opresión faraónica en el libro de Éxodo. Es cierto que Dios liberó a Israel de una esclavitud política, pero no fue liberado para un fin político, sino para que una vez libres y sin 3
R. Garaudy, Perspectivas del hombre. Fontanella, Barcelona 1970, 122 – La teología de la Liberación G. Gutiérrez pág. 32 4 Van Dam, teología de la Liberación pág. 13
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impedimento político, se unieran más a Dios, para servirle y de esta manera merecer la tierra prometida. En fin los que hablan de esta teología, hacen como vemos una nueva lectura de la Biblia, de la Palabra de Dios, y lo hacen a nuestro entender sin un temor de Dios, y plantean una nueva “religión del pueblo” o de la “iglesia del pueblo”, del todo popular. Debemo s entonces establecer lo que señala esta
teología: 1.- la redención redención obrada por Jesucristo pierde su fin principal que es la salvación de las almas y pasa a ser una salvación meramente terrenal: la liberación de los pobres, oprimidos, política y económicamente. 2.- El Evangelio pierde su carácter espiritual y sobrenatural para convertirse en algo puramente mundano. La iglesia católica ha tomado una posición al menos en algunos aspectos, sin negarla por completo lo ha hecho saber en su documento: “Instrucciones sobre algunos aspectos de la Teología de la Liberación” dice: “La teología de la liberación prop one una interpretación interpretación nueva al al co ntenido d e la fe y del verdadero cristianismo. Se aparta gravemente de la fe y de la iglesia; aún más, constituye consti tuye la negación práctica de la misma” .
No podemos dejar de reconocer la fuerte influencia del marxismo en la iglesia, y en esto nos referimos tanto a la católica romana como algunas de las iglesias protestantes, como ya lo hemos mencionado. Evidentemente el ateísmo de Marx no es compatible con ninguna teología, pero los teólogos de la liberación toman como bandera de batalla la lucha de clases planteadas por el marxismo para lograr sus fines. Para ellos la doctrina social de la iglesia es tan solo “refor mista y no revolucionaria”, y por lo tanto la desechan y la consideran obsoleta, e ineficaz. Lo
único que es válido es la lucha de clases.
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El marxismo plantea que únicamente el que participa en la lucha, toma partido por la liberación del oprimido y cumple su misión histórica. “La lucha es una necesidad objetiva” . Si no se participa en esta lucha es ser cómplice de la
opresión. Su pensamiento es clarísimo: "Forjar una sociedad justa, pasa necesariamente por la participación constante y activa en la lucha de clases que se opera ante ante nuestros ojos" (Gustavo Gutiérrez, "teología de la liberación"
pág.355). "La neutralidad es imposible" (pág.355). Clovis Boff, por su parte en "Teología de lo político", (pág.410), afirma: "La teología es objetivamente parcial y clasista." Gustavo Gutiérrez dentro de sus planteamientos es la intervención de la teología como un elemento transformador del mundo y por sobre todo la acción del hombre en la historia. “La experiencia de peso en la “praxis” social, son fundamentales; las que hay no tienen todavía ni el tiempo ni la densidad requerida. En este sentido, lo que está ocurriendo en América Latina – y – y no sól o en Cuba y Chile – Chile – puede puede ser, está siendo ya, un laborator io ”5.
La teología de la liberación es una nueva manera de hacer teología, es lo que dicen los que apoyan a la esta teología. Como reflexión crítica de la historia en cuanto a su práctica, es una teología liberadora, “una teología de la transformación liberadora de la historia de la humanidad y, por ende, también, de la porción de ella, que confiesa abiertamente a Cristo. Una
teología que no se limita a pensar el mundo, sino que busca situarse como un momento un proceso a través del cual el mundo es transformado: abriéndose – abriéndose – en la protesta ante la dignidad humana pisoteada, en la lucha contra el despojo de la inmensa mayoría de los hombres, en el amor que libera, en la constr ucción de una nueva sociedad, sociedad, justa y fraternal – el – el don del reino de Dios”6.
Producto de la intervención y la fuerte influencia de esta teología, obviamente se producen consecuencias, consideradas inadmisibles en la 5 6
Teología de la liberación Gustavo Gutiérrez Teología y liberación pág. 32 Ídem Teología: Reflexión Crítica
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sociedad y en la iglesia. En este punto me parece de sumo interés incorporar, tal como son planteadas en el documento de la “Verdad Católica” , citado en la
bibliografía: 1. La teología de la liberación pervierte, anula, el mensaje y la misión
que Dios ha confiado a la Iglesia: la salvación para la vida eterna de la humanidad. l a Misa se s e convierte convier te en una cel celebración ebración de un 2. La Liturgia de la pueblo en lucha, fomentando el odio y la desunión. 3. Toma como base no el hecho de las diversas clases sociales, con
sus desigualdades e injusticias, sino la teoría de la lucha de clases como ley fundamental. luc ha de clases: laicos contra 4. Introduce en la Iglesia la lucha sacerdotes; sacerdotes contra superiores y obispos; confrontación y desobediencia contra el Papa. 5. La historia de la salvación operada por Dios en la humanidad, se
reduce a la liberación de toda opresión, aún a costa de la supresión del opresor. De ahí el apoyo a las guerrillas y al terrorismo. D ios consistiría consis tiría en la liberación humana que se 6. El Reino de Dios realiza dentro de la historia y produciría la redención del hombre por la lucha de clases; Juan Pablo I nos advirtió que el Reino de Dios no puede ser confundido con "el reino del hombre". 7. Se llega a identificar a Dios con la historia.
virt udes teologales toman otros significados: La fe sería serí a 8. Las virtudes "fidelidad a la historia"; la esperanza vendría a ser "la confianza en el futuro" y la caridad es la "opción por los pobres". De esta manera, se priva a estas virtudes de su carácter teologal (su relación directa con Dios) y se 15
convierten en supuestas virtudes meramente humanas. Es la herejía del "horizontalismo". 9. Si la caridad se identifica con una radical "opción por los pobres",
exige automáticamente la lucha de clases y por tanto ya no se puede amar a todo hombre sin importar su clase social ni se puede uno acercar a un rico por el camino del diálogo, de la persuasión en la paz. Los ricos son enemigos de clase a los cuales hay que destruir. El precepto universal del amor solo existirá al fin en la "nueva humanidad", la que surgirá de la "revolución triunfante". 10. Consecuencia lógica de esta manera de pensar es la puesta en
acción de la lucha de clases por medio de guerrillas y terrorismo, azote de muchos países latinoamericanos, que han costado tantas vidas inútilmente. Igles ia se le considera simplemente como una realidad real idad 11. A la Iglesia histórica, resultado de fuerzas socioeconómicas, sin carácter sobrenatural. 12. La verdadera
iglesia, según ellos, es la "Iglesia de los
Pobres", en un sentido nota solo preferente sino excluyente. Es una Iglesia
de clase, en oposición con la institución que conocemos. 13. La Eucaristía, por lo tanto, deja de tener sentido y de hecho la
relegan a un segundo plano y la pervierten ideologizándola. ¿Cómo pueden participar en la Misa clases opuestas y enemigas? Ya no es la actualización del sacrificio redentor de Cristo, presencia real y donación, sino la celebración de un pueblo en lucha. definic ión del concilio conc ilio VaticanoII V aticanoII de la l a Iglesia como c omo 14. La bella definición "pueblo de Dios", se convierte en "Iglesia del pueblo" a secas, considerando al pueblo, obviamente, como la clase oprimida a la cual hay que concientizar e instruir para lanzarlos a la lucha libertadora.
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ac uerdo con esta concepción co ncepción de "Ig "Iglesia lesia de dell pueblo", 15. De acuerdo se critica y ataca a la verdadera Iglesia no para corregir posibles abusos, sino atacando su misma estructura sacramental y jerárquica, tal como la fundó Nuestro Señor Jesucristo. Tanto la jerarquía como el magisterio son colocados con la clase opresora y dominante a la que hay que combatir. Llegan a decir que es el pueblo la fuente de los ministerios sagrados y que puede nombrar a sus ministros por elección popular, según las necesidades de la misión revolucionaria. ¡Nada menos que un sindicato más! 16. Dan a la muerte de Jesucristo una interpretación exclusivamente
política, viéndola como el resultado de la lucha liberadora de Jesús contra la clase opresora. Pierde así la redención, su valor salvífico sobrenatural. sí mbolos se interpretan inter pretan de d e una manera diferente. difere nte. Por 17. Los símbolos ejemplo, mientras San Pablo ve en el Éxodo la figura del bautismo que libera del pecado, los teólogos liberacionistas lo interpretan como un símbolo de la liberación política. 18. Los Sacramentos son "celebraciones del pueblo que lucha por su
liberación". Se indoctrina al pueblo en este sentido por medio de homilías, cambios en la liturgia, etc., para que tomen conciencia de clase y se les anima a la lucha contra la "clase dominante". Curiosamente, así la Iglesia viene a ser, según ellos, respecto a los pobres, lo que el partido comunista pretendió ser para los proletarios. 19. La escatología, el fin de los tiempos, es sustituida por el futuro de
una sociedad sin "clases" como meta de la liberación en la que se habrá hecho verdad el amor cristiano, la fraternidad universal.
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Recientemente, Clodovis Boff ha hecho una crítica radical a la Teología de la Liberación, acusándola de haber hecho una nefasta inversión epistemológica en el principio de la teología, poniendo la opción por los pobres en lugar de la fe apostólica transmitida por la Iglesia 7; poniendo al pobre en el lugar de Dios (ib., 1004); una “teología segunda”, la del pobre, categorial, en lugar de la “teología primera”, la de la fe, trascendental ( ibidem); el principio segundo (el pobre como
comienzo, como óptica de la teología), en lugar del principio primero, el principio formal o teórico (que sólo puede ser Dios, nunca el pobre) (ib.1005-1006); poniendo finalmente el régimen de la urgencia, referido al pobre y su liberación, por sobre el de la excelencia, que se refiere a Dios, lo que la hizo caer en un “urgentismo histórico” (ib. 1008). Como fundamento de esta inversión, Clodovis
Boff ve una rendición de la Teología de la Liberación ante la modernidad que, en el giro antropológico, puso al ser humano en el lugar de Dios; el matiz propio de la Teología de la Liberación es haber puesto al pobre en el lugar del ser humano (ib. 1008-1009) 8. El fundamento que toma esta teología al menos en América Latina surge de un continente que se confiesa cristiano y en el cual millones viven en la miseria. Esta es la pista que apresaron y no dejaron escapar algunos de los teólogos latinoamericanos.
Creer implica, en su núcleo, efectuar la obra de
Cristo. Y esta obra se ilumina en el compromiso con el pobre. Se requiere comprometerse con el pobre para entender. No se acepta una teología analfabeta, pero tampoco la que esquiva el compromiso.
VI.- "La Teología de la Liberación" Frente a la Doctrina Social de la Iglesia En la teología de la liberación, aunque no sea su preocupación central, toca también varios aspectos de la doctrina doctrina Social de la Iglesia. Entre ellos cabe destacar los siguientes: 7
Clodovis Boff, “Teologia da Libertação e volta ao fundamento”, Revista Eclesiástica Brasileira 67, 2007, 1001 -1022 (fasc.
268, outubro), 1002. 8
Clodovis Boff, “Teologia da Libertação e volta ao fundamento”, Revista Ecle siástica Brasileira 67, 2007
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1. Critica la tendencia de la doctrina social a propugnar una armonía social como si ésa fuera la única manera de universalizar la fraternidad cristiana. Considera que esto equivale a cerrar los ojos a las relaciones conflictivas que caracterizan la humanidad y muy en especial a "la" lucha de clases, que divide "la humanidad en opresores y oprimidos., en propietarios de los bienes de producción y despojados del fruto de su trabajo, en clases sociales antagónicas". (Gutiérrez, página 70). 2. Si bien sería poco científico científic o negar negar la existencia existenc ia de clases sociales, es un burdo reduccionismo creer que ellas se forman exclusiva o principalmente en base a la propiedad, como tiende a argüir Gutiérrez. Las clases sociales se forman en torno a las distintas formas de poder en una sociedad. La escasez relativa de cada forma de poder en una sociedad específica (tierra, agua, transporte, capital, tecnología, conocimientos, . . .) determina la importancia relativa del grupo o clase que la posee. 3. ¿Y los medios? La exagerada tendencia de la teología católica de interpretar las relaciones sociales como si fueran idénticas a las interpersonales, hace difícil que el cristiano reconcilie la lucha social y sus instrumentos de fuerza y coacción con una ética del amor. La solución a este problema está en que la lucha social lo que interesa no es tanto convencer al adversario, como cambiarle su comportamiento. Como vemos es aquí en dónde comienza a cobrar más fuerza esta teología, dado que el tema de los conflictos sociales tal vez no se ha enfrentado de la manera correcta, y en esta deficiencia se camufla el marxismo para traer, aparentemente la solución a esta falencia de la ayuda social directa efectiva, no dándose cuenta que, en realidad lo está dirigiendo a levantarse contra todo y todos, no importando cómo se haga, sino el fin.
VII.- Conclusión Desde que se gestó la idea de mejorar la forma de llegar a los necesitados y acercar la iglesia al pueblo, pensamientos de Juan XXIII, anunciando de esta 19
manera una nueva etapa para la iglesia, claro está que al mirar retrospectivamente y el resultado de hoy vemos que no se está realizando como se había planeado. Lo que sí ha logrado es poner a la iglesia al servicio del hombre, como un servir al hombre desde los pobres. Esta por así llamarlo es de los pobres con los pobres. En medio de este conflicto, del dolor de la pobreza, de las escaseces. La teología de la liberación comienza a tomar forma y se fortalece en las formas de servicio y pastorales antiguas e inadecuadas que presentan grietas, y que definitivamente no van con los tiempos. Es esta idea que se forma y toma cuerpo cuando ve la necesidad de la viuda, el marginado, el huérfano, a la gente explotada, es en este momento en que la idea no sólo se fortalece, sino que se levanta contra la “burguesía”, en esa
búsqueda de la igualdad y la justicia. Se hace necesario que la libertad, que es tan obvia, la iglesia debe involucrarse y e sta “Teología” es la manera y la guía para hacerlo y de esta manera “hacer la obra que Dios pide”
Esta tarea que se aborda sin dudarlo, a la luz de la Palabra con una hermenéutica acomodada, es la solución para los tiempos en que la diferencia de clases se hace cada vez más abismante. Esto por cierto traerá gozo al corazón de aquellos que se involucren. En definitiva, la manipulación escondida que realiza el marxismo al interior de la iglesia en su doctrina, en los pensamientos de ayuda al necesitado y la “lucha de clases” que se necesita, la ha contaminado desde sus raíces, no
dándole tiempo a reaccionar, sólo ve que realmente el seguir esta idea se ve que trae solución a los conflictos que por el camino que ha trazado la iglesia por cientos de año no se había logrado. Se empieza a ver una iglesia efectiva.
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No creo que esta sea la solución, y retomando el comentario del Papa Juan Pablo II en que dijo: " sois sacerdotes y religiosos, no sois dirigentes sociales, sociales, líderes políticos o funcionarios del poder temporal". Creo que el llamado de
atención a quienes estamos en el ministerio, llamados por Dios, para pastorear, estas palabras deben cobrar fuerza en nuestro corazón. Si bien nuestro corazón se puede doler y muchas veces enojar por las diferencias y carencias que vemos, nuestra tarea no es “tomar las armas”, sino ayudar, acompañar y en la medida de
nuestras capacidades suplir para esas necesidades. Dios nos guarde de contaminarnos con ideas que manipulan y acomodan la Palabra de Dios.
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BIBLIOGRAFÍA ➢
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