Tema 7. Las lenguas de España. Formación y evolución. Sus variedades dialectales I. Introducción. Conceptos generales En su Curso de lingüística general (1911) II. Época prerromana y latín hispánico La historia de nuestra península antes de la conquista romana encierra multitud de problemas que van desde la escasez y poca calidad de las fuentes hasta el aspecto mítico que a menudo distorsiona los textos y crónicas conservados. Los materiales más abundantes son crónicas de autores griegos y romanos, así como inscripciones en monedas y bronces cuya lengua a menudo se ignora, para comprender la evolución lingüística de la Península. Tenemos una visión general de los pueblos que habitaban la península en los primeros tiempos históricos: A ambos lados del pirineo. Pueblos con un idioma común, quizá antecedente del vasco actual Costa de levante: cultura íbera, pueblo de probablee origen norteafricano (¿?) Baja Andalucía y sur de Portugal: Civilización Tartesia o turdetana, con influencias de pueblos del oriente mediterráneo (Tirsenos o etruscos), cuyo rastro se observa en la toponimia, análoga a la de Etruria y resto de Italia (Tarraco, Subur, río Arnus). Por otro lado, en las costas meridionales, la influencia de la lengua fenicia también puede observarse como lengua de sustrato, fundamentalmente en los topónimos: Gádir > Gades (rom.) > Qadis (ár.) > Cádiz; Abdera > Adra Mientras, el centro y Oeste peninsular recibieron inmigraciones de pueblos procedentes de Europa central, preceltas o protoceltas, que llegaron a Portugal y Andalucia Occidental. Uno de estos pueblos, los ligures –norte Italia- dejaron algunas huellas de su lengua en la toponimia. sufijos tanto ligures como ilirios:ej. *boro-; *-ona. En cuanto a los topónimos de presunto origen celta, destacan los afijos briga (‘fortaleza’) o sego / segi (‘Victoria’). Como consecuencia de la conquista romana, hubo en Hispania una radical transformación de todos los órdenes de la vida: técnica agrícola e industrial, vestidos costumbres, organización civil jurídica y militar. La romanización más intensa y temprana fue la de la Bética, cuya cultura superior a la del resto de regiones facilitaba la asimilación de usos nuevos. En este contexto, pueden distinguirse algunas características distintivas para el latín hispánico: Reducción de 10 vocales a 7. Se pasa a distinguir las vocales por su timbre y no por la cantidad. Monopotongación de ae>e y de oe>e. Pérdida de la -m final; confusión b/v; simplificación pt>tt, nct>nt, mn>nnm y gr>r. Cambio del sistema casual al preposicional. Eliminación de las formas simples de la voz pasiva y la forma simple del futuro = cantabo > cantare habeo. Ausencia del hipérbaton en la estructura sintáctica. Cambios de flexión nominal y abandono del genitivo, acusativo, etc. por las estructuras preposicionales. Durante la época visigoda, la influencia lingüística es escasa. En la morfología del castellano, por ejemplo se observan restos del sufijo -ing>-engo ("abolengo"); en el
léxico palabras como "albergue", "espuela", de origen germánico; así como los topónimos (Villatoro
IV. El castellano V. El catalán VI. El gallego VII. El Vasco Numerosas teorías han intentado explicar el origen y génesis de la lengua vasca o euskera, aunque la única probada la relaciona con el antiguo aquitano hablado en la región inmediatamente al norte del País Vasco, del cual sólo se conservan breves inscripciones fúnebres. Desechadas las teorías míticas, como el tubalismo, que entronca al vasco con la famosa torre de Babel, y otras de difícil comprobación, como las teorías iberistas de W. Von Humboldt y Unamuno, en las décadas finales del siglo XX tomó cuerpo la hipótesis de que el euskera era el único superviviente de una familia, quizá más extendida, de lenguas preindoeuropeas, de origen sería caucásico, que fueron barridas con la llegada de los invasores indoeuropeos a partir del siglo XIII a. C.. A partir del siglo XXI, ha habido una explosión de posibles orígenes y relaciones lingüísticas. Las que más difusión han tenido han sido la caucásica y la bereber, aunque algunos lingüistas lo han relacionado con las lenguas fino-ugrias como el finlandés y el húngaro. En cualquier caso, la mayoría de las hipótesis sobre su origen han venido reafirmar que el euskera actual procede de un tiempo anterior a la expansión de las lenguas indoeuropeas, así como que el único parentesco demostrado relaciona el euskera con el antiguo idioma aquitano (Luchaire, 1877; Michelena y Gorrochategui.) VII.1. Situación actual y carcaterísticas El euskera se habla en los siete territorios de Euskal Herria, pero sufre la presión de otras dos lenguas de amplia difusión como son el español y el francés. En Álava hasta dos tercios de la población es monolingüe castellanoparlante, y en Bizkaia/ Vizcaya los monolingües castellanoparlantes son un 64,9%. En la Comunidad Autónoma Vasca y en una parte de Navarra junto a la red de ikastolas se ha desarrollado también la escuela pública del modelo D (de enseñanza en euskera). En lo que se refiere a los medios de comunicación, estos últimos años se han dado importantes pasos, creándose medios impresos y audiovisuales que emiten en euskera, aunque solamente un diario se edita íntegramente en euskera, Berria, y además su predecesor Euskaldunon Egunkaria, fue clausurado por la Audiencia Nacional. Según Enrique Aramburu, los rasgos más característicos de la lengua vasca serían: Lengua aglutinante, posee flexión nominal dependiente de la función sintáctica Presenta un sistema verbal muy complejo con inclusión de las personas y los números de los sujetos y complementos directo e indirecto en la flexión. que tiene una sintaxis relativamente sencilla. El acento de intensidad no distingue significados; esto quiere decir que las palabras no tienen un acento que caiga siempre en la misma sílaba. El vasco ha presentado una gran diversificación dialectal. Según la clasificación más aceptada, se distinguen ocho dialectos (además de numerosos subdialectos): el vizcaíno, el guipuzcoano, el alto-navarro septentrional, el alto-navarro meridional (todos ellos en
territorio español); y el labortano , el bajo-navarro occidental y el bajo-navarro oriental (todos ellos en territorio francés). La diversificación dialectal del vasco se debe esencialmente a dos razones: por una parte, el escaso uso culto y escrito de la lengua, que no ha funcionado, pues, como instrumento de unidad; por otra, a la división política del País, que no ha constituido nunca un Estado, lo cual le ha imposibilitado existir como lengua oficial y le ha hecho limitarse a ser variedad familiar frente al castellano y el francés. El euskera batua no pretende suplantar a las variedades habladas, sino hacer posible una comunicación más eficaz entre sus hablantes, particularmente en los registros formales de la lengua. Concebido como una forma de compromiso entre los dialectos, su diseño ha partido esencialmente del guipuzcoano oriental y del labortano. VIII. Conclusiones. Bibliografía Alvar,M: Manual de dialectología hispánica. El español de España, 1996, Madrid, ed. Ariel García Gondar, F.; Leis Carlés, A. Lingüística Románica, 1999 (1977) 2ª ed. Madrid, UNED Entwistle, W. J.: Las lenguas de España… 1995, Madrid, ed. Istmo Lapesa, R.: Historia de la Lengua Española, 2001 [1981], 9ªed. Madrid, ed. Gredos Quilis, A.: Introducción a la historia de la lengua española, 2003, Madrid, UNED Tagliavini, C. M: Orígenes de la lenguas neolatinas, 1997 1ª ed. esp. 2ª reimp.