INDICE AUTORES 1- Tecayehuatzin de Huexotzinco 2- Sor Juana Inés de la Cruz 3- José Emilio Pacheco 4- Tenochtitlan 5- Nezahualpilli 6- Anónimo de Chalco, Cantares mexicanos 7- Manuel Acuña 8- Manuel Gutiérrez Nájera 9- Aquiauhtzin 10Nezahualcóyotl POEMAS 1- Ante un cadáver 2- De una reflexión cuerda con que mitiga el dolor de una pasión 3- José Emilio Pacheco 4- De Tenochtitlan 5- Netzahualpilli 6- Del manuscrito de 1528, ed. Mengin 7- La vida pasa... 8- Flores nuevas 9- Aquiauhtzin
10111213-
Para Entonces Canto de primavera Estoy triste En el interior del cielo
¿POR QUE? Me llamo mucho la atención esos poemas tienen mucho de qué hablar que demostrar cada uno tiene una forma de pensar de escribir por eso los escogí, hablando sobre los autores ellos no solo son poetas sino contribuyen a algo mas no solo se enfocan en algo más que por escribir poemas que tengan que rimar,
MEXCO PREHISPANICO ANTOLOGIA Nombre: Islas Sánchez Yoatzn Ileana Nombre del profesor: Daniel Briseño
Tecayehuatzin de Huexotzinco
Nació en la segunda mitad del siglo XV y murió según parece a principios del XVI. Ocupó el rango de gobernante de Huexotzinco. Como poeta y pensador se destacó entre los que se empeñaron en percibir el más hondo significado de flor y canto, el arte y el símbolo. Se le atribuye el haber convocado hacia finales del siglo XV, la reunión de sabios y Poetas de Huexotzinco, Cuyo propósito era el de buscar los diferentes puntos de vista de los participantes acerca del significado de la poesía. El Huexotzinco Codex o Huejotzingo códice es un niño de ocho hojas del documento en amatl, un pre-europeo papel hecho en Mesoamérica. Huexotzinco Sólo uno de sus poemas sobrevive: 'icuic Nezahualpilli yc tlamato Huexotzinco "(" canción de Nezahualpilli Durante la guerra con Huexotzinco '). Y los reyes de Chalco fueron exiliados a Huexotzinco los regentes fueron restaurados por Tizoc en 1486, quien instaló nuevo Chalco pagado Nezahualcóyotl reclutó el ejército asistencia del rey de Huexotzinco, y la mexica ganó el apoyo de un disidente tepaneca ciudad aunque la mixteca gobernante atonal recibido militar asistencia del nahua estados de Tlaxcala y Huexotzinco, por ahora los enemigos de los aztecas. Escudos, ballesteros, más jinetes, soldados armados con arcabuces es, por último, nativos pueblos de Tlaxcala, tliliuhquitepec, y Huexotzinco. y Tecayehuatzin de Huexotzinco, constituyen la mayor muestra de precolombinas obras y filosóficas letras conservadas en la moderna era. Azcapotzalco, encabezada por Tezozómoc, conquistó Texcoco y Nezahualcóyotl tuvo que huir al exilio en Huexotzinco, volver a estar en Tenochtitlan en 1422. Aztec tributo registros de la Mendoza códice, matrícula de tributos, y la matrícula de Huexotzinco (1560), junto con colonial.
Sor Juana Inés de la Cruz Juana Inés de Asbaje y Ramírez de Santillana, más conocida como Sor Juana Inés de la Cruz (San Miguel Nepantla, 12 de noviembre de 1651-Ciudad de México, 17 de abril de 1695), fue una religiosa y escritora novohispana del Barroco en el Siglo de Oro. Cultivó la lírica, el auto sacramental y el teatro, así como la prosa. Por la importancia de su obra, recibió los sobrenombres de «el Fénix de América», «la Décima Musa» o «la Décima Musa mexicana». A muy temprana edad aprendió a leer y a escribir. Perteneció a la corte de Antonio de Toledo y Salazar, marqués de Mancera y 25° virrey novohispano. En 1667 ingresó a la vida religiosa a fin de consagrarse por completo a la literatura. Sus más importantes mecenas fueron el marqués de la Laguna, 28º virrey de la Nueva España, y su esposa Luisa Manrique de Lara, quienes publicaron sus obras en la España peninsular. Murió a causa de una epidemia el 17 de abril de 1695. Sor Juana Inés de la Cruz ocupó, junto a Juan Ruiz de Alarcón y a Carlos de Sigüenza y Góngora, un destacado lugar en la literatura novohispana.1 En el campo de la lírica, su trabajo se adscribe a los lineamientos del barroco español en su etapa tardía. La producción lírica de Sor Juana, que supone la mitad de su obra, es un crisol donde convergen la cultura de una Nueva España en apogeo, el culteranismo de Góngora y la obra conceptista de Quevedo y Calderón. La obra dramática de Sor Juana va de lo religioso a lo profano. Sus obras más destacables en este género son Amor es más laberinto, Los empeños de una casa y una serie de autos sacramentales concebidos para representarse en la corte.
José Emilio Pacheco (México, 1939) Poeta, narrador, ensayista y traductor mexicano, cuya cultura literaria y sensibilidad poética lo convirtieron en uno de los miembros más destacados de la llamada Generación del Medio Siglo. Estudió derecho y letras en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y allí comenzó a colaborar con la revista Medio Siglo. Más tarde formó parte de la dirección del suplemento Ramas Nuevas de la revista Estaciones, junto a otro reconocido autor mexicano, Carlos Monsiváis, y de la redacción de la Revista de la UNAM. Fue asimismo jefe de redacción del suplemento México en la Cultura, en colaboración con Fernando Benítez. La poesía de Pacheco se caracteriza por una depuración extrema. Sus versos carecen de ornamentos inútiles y están escritos con un lenguaje cotidiano que los Hace engañosamente sencillos. La conciencia de lo efímero es uno de sus temas centrales, pero su poesía es a menudo irónica, llena de notas de humor negro y parodia, y muestra una continua experimentación en el plano formal. Para Pacheco, el poeta es el crítico de su tiempo y un metafísico preocupado por el sentido de la historia. Cree en el carácter popular de la escritura, que carece de autor específico y pertenece a todos. Su producción poética alterna así lo trascendente y lo inmediato, siempre con un estilo muy personal. Ello se aprecia en Los elementos de la noche (1963), El reposo del fuego (1966), No me preguntes cómo pasa el tiempo (1964) y Los trabajos del mar (1983). Respecto a sus traducciones, que incluyen poemas de diversas lenguas, el autor prefirió llamarlas "aproximaciones", por estar convencido de la intraducibilidad del género. En el terreno de la narrativa corta, escribió libros como El principio del placer (1972), donde demostró su dominio del relato breve e hiperbreve. Sus dos novelas son ejemplo de sabiduría narrativa: la primera, Morirás lejos (1967), es un audaz experimento que juega con diversos planos narrativos; la segunda, Las batallas en el desierto (1981), es una evocadora y agridulce historia de amor imposible, llena de nostalgia. Sus artículos y ensayos son numerosos y casi todos versan sobre literatura, aunque también abordan asuntos políticos y sociales. Entre los galardones que han distinguido su obra se cuentan los premios Magda Donato (1967), Xavier Villaurrutia (1973), Nacional de Lingüística y Literatura de México (1992), Octavio Paz (2003), Pablo Neruda (2004), García Lorca (2005), Reina Sofía de Poesía Iberoamericana y Cervantes (recibidos ambos en 2009).
Tenochtitlan México-Tenochtitlan (en náhuatl, Mēxíhco-Tenochtítlan) fue la capital del imperio Mexica.1 La fundación de la ciudad es un hecho cuya historia se mezcla con la leyenda. La mayoría de las fuentes cita como fecha de fundación de la ciudad el 18 de julio de 1325, de acuerdo con la información proporcionada por los mexicas y que se encuentra registrada en varios documentos. La leyenda de la fundación señala que México-Tenochtitlan fue poblada por un grupo de tribus nahuas migrantes desde Aztlán, lugar cuya ubicación precisa se desconoce. Tras merodear por las inmediaciones del lago de Texcoco, los futuros mexicas se asentaron en diversos puntos de la cuenca de México que estaban sujetos al señorío de Azcapotzalco. La migración concluyó cuando fundaron su ciudad en un islote cercano a la ribera occidental del lago. Las excavaciones arqueológicas apuntan a que el islote de México estuvo habitado desde antes del siglo XIV y que la fundación de Tenochtitlan pudo ser posterior a la de México-Tlatelolco, su "gemela" del norte. México-Tenochtitlan se convirtió en un altépetl independiente tras el establecimiento de una alianza con Texcoco y Tlacopan que derrotó a Azcapotzalco. La capital de los mexicanos se convirtió en una de las mayores ciudades de su época en todo el mundo y fue la cabeza de un poderoso Estado que dominó una gran parte de Mesoamérica. El florecimiento de la ciudad se realizó a costa del tributo pagado por los pueblos sometidos a su poder. Por ello, cuando los españoles llegaron a Mesoamérica, numerosas naciones indígenas se aliaron con ellos con el objetivo de poner fin a la dominación tenochca. Cuauhtémoc —último tlatoani de México-Tenochtitlan— encabezó la resistencia de la ciudad, que cayó el 13 de agosto de 1521 a manos de los españoles y sus aliados indígenas, todos bajo el mando de Hernán Cortés.
Nezahualpilli Nezahualpilli (1464-1515) fue rey de Texcoco al suceder a su padre Nezahualcóyotl en 1473. Fue electo por la nobleza de la ciudad como el más apto de los hijos del viejo rey. Como su padre, fue un poeta, fue considerado un rey justo y se ganó la reputación de ser un buen gobernante. Abolió la pena capital para un cierto número de crímenes y luchó denodadamente por mantener la independencia política de Texcoco durante el incremento de la centralización del poder Mexica de Tenochtitlan. Se dice que tuvo alrededor de 144 hijos. Fue coronado un año después de la muerte de su padre. Su reinado es el mayor florecimiento económico, social y cultural. Entre los hechos más sobresalientes de este rey destacan la derogación de la pena de muerte de los esclavos y soldados adúlteros, además ayudó a tapar el ojo de agua de Acuelcuexatl, después de la inundación de la Ciudad de México. Engrandeció el templo mayor edificado por su padre y realizó grandes conquistas junto con los reyes de Tenochtitlán. Tuvo fama de gran forjador de cantos y de sabiduría en relación a las cosas divinas. Decía que la embriaguez desfigura los rostros, que la guerra acaba con todo, que es destrucción irremediable de jades y plumas de quetzal. Allí el hombre se cubre de gloria, pero mueren los amigos. Nezahualpilli tuvo muchos problemas con Moctezuma II, tlatoani de Tenochtitlán. En especial en lo referente a los avistamientos de los extraños hombres en las costas del imperio Azteca, lo cual confirmaba la destrucción que había predicho el padre de Nezahualpilli. Existen sospechas de que el propio Moctezuma II haya asesinado a Nezahualpilli para que no interfiriera en la llegada de esos hombres (españoles). Murió en 1515, después de gobernar durante cuarenta y cuatro años; su cuerpo fue incinerado y puestas sus cenizas en un arca de oro, en el templo de Huitzilopochtli, en Texcoco. Nezahualpilli fue sucedido en el trono de Texcoco por uno de sus hijos, Cacamatzin. Por desgracia sólo uno de sus poemas sobrevive y es llamado Icuic Nezahualpilli yc tlamato huexotzinco ("canción de Nezahualpilli durante la guerra con huexotzinco").
Anónimo de Chalco, Cantares mexicanos Visión de los vencidos. Relaciones indígenas de la Conquista Es una crónica del antropólogo e historiador mexicano Miguel León-Portilla, basada en escritos indígenas que narran los hechos durante la conquista de México. Es, probablemente, la obra más conocida de León-Portilla. Visión de los vencidos es un intento por recopilar algunos de los principales escritos indígenas de los primeros años después de la caída de Tenochtitlan. La idea es presentar un panorama amplio del modo en que los mesoamericanos vivieron la Conquista de México. Bajo esa premisa, León-Portilla acude a varias fuentes escritas en náhuatl, algunas de ellas traducidas al español por Ángel María Garibay K.; entre los más importantes documentos que son antologados por León-Portilla se encuentran el Códice Florentino, los Anales de Tlatelolco y los Cantares Mexicanos Con Visión de los vencidos Miguel León-Portilla rompe con la historia conocida, ya que hasta el momento los textos universalmente difundidos sobre la conquista eran los que escribieron los españoles, principalmente frailes misioneros, que llegaron y que vivieron en ese tiempo, y que en su afán por imponer la religión católica intentaron destruir la historia escrita de Mesoamérica. En el libro se incluyen episodios de Texcoco, Chalco, Tezozómoc, Teotihuacán y la mismísima Tenochtitlan. El libro consta de varios apartados, que abarcan el período comprendido entre el primer avistamiento de los españoles por parte de los mesoamericanos, en las costas del Golfo de México (1519), y la derrota final de los tenochcas en 1521. La primera edición fue publicada en 1959, en la vigésima novena edición publicada en 2007, se anexaron dos capítulos nuevos: "Lo que siguió", el cual reúne testimonios originalmente escritos en idioma náhuatl, así como una carta dirigida al rey Felipe II de España, firmada por varios nobles mexicas, en la cual se dan a conocer los agravios a los cuales era sometido el pueblo indígena. El otro capítulo añadido corresponde a la letra de un canto náhuatl y es titulado bajo el nombre de "Tlaxcaltecáyotl", el documento original fue encontrado en la colección preservada en La Biblioteca.1 En 1969 la obra fue editada en Cuba por la Casa de las Américas. En 1981, la Secretaría de Educación Pública conjuntamente con la Universidad Nacional Autónoma de México realizaron su propia edición. Por otra parte, en 1985 fue publicada la primera edición en España.
Manuel Acuña Manuel Acuña (Saltillo, Coahuila, 27 de agosto de 1849 - Ciudad de México, 6 de diciembre de 1873) fue un poeta mexicano que se desarrolló en el estilizado ambiente romántico del intelectualismo mexicano de la época. Como estudiante universitario abordó varias ramas de la ciencia, como filosofía y matemáticas, además de varios idiomas, como el francés y el latín. Comenzó la carrera de medicina, aunque todo terminó con su vida a los 24 años. Durante sus años de participación en tertulias literarias conoció a Ignacio Manuel Altamirano, Agustín F. Cuenca y Juan de Dios Peza. Con este último mantuvo un fuerte vínculo amistoso, motivo por el cual Peza fue uno de los oradores principales el día del sepelio de Acuña. Su carrera literaria fue breve, aunque fructífera. Comenzó en 1869, con una elegía a la muerte de Eduardo Alzúa amigo suyo. Ese mismo año, al lado de un grupo de intelectuales, fundó la Sociedad Literaria Nezahualcóyotl en uno de los patios del ex convento de San Jerónimo, que le sirvió para dar sus primeros pasos como poeta. Varios de sus trabajos de esta época se encuentran en el suplemento del periódico La Iberia. Es una leyenda que su enamoramiento de Rosario de la Peña fue la presumible causa de su infortunado suicidio, mediante envenenamiento con cianuro de potasio. En opinión de algunos críticos, Rosario fue solamente una razón adicional a sus problemas de pobreza extrema. Acerca de Rosario de la Peña se sabe que también fue pretendida por José Martí y Manuel M. Flores. Con todo, recientemente se ha dejado claro que aunque el enamoramiento por De la Peña pudo tener lugar, la realidad era que Acuña sostenía una relación menos idealizada con una poetisa que a la postre se convirtió en una intelectual famosa: Laura Méndez de Cuenca. Murió en su habitación de la Escuela de Medicina el 6 de diciembre de1873. Uno de sus poemas más célebres es el "Nocturno", dedicado a Rosario de la Peña, su trabajo más representativo. El acalitense Jesús F. Contreras realizó una escultura a Manuel Acuña, la cual fue expuesta en el pabellón Mexicano de la Exposición Universal de París en el año 1900, junto con su obra Malgre-Tout; por esos trabajos mereció la banda de la Legión de Honor. La obra dedicada al poeta, fabricado en mármol de Carrara, se encuentra en la plaza Acuña de Saltillo.
Manuel Gutiérrez Nájera Manuel Gutiérrez Nájera (Ciudad de México, 22 de diciembre de 1859 - ibídem, 3 de febrero de 1895) fue un escritor, poeta y periodista mexicano, trabajó como observador cronista. Debido a que trabajó en distintos periódicos, utilizó múltiples seudónimos, no obstante, entre sus contertulios y el público, el que más arraigado quedó fue: El Duque Job. Iniciador del modernismo en México. Perteneció a una familia de clase media. Escritor y periodista toda su vida, inició su carrera a los trece años. Escribió poesía, impresiones de teatro, crítica literaria y social, notas de viajes y relatos breves para niños. El único libro que vio publicado el duque en vida, fue una antología de cuentos a la que llamó: Cuentos Frágiles (1883); fue uno de los fundadores de la Revista Azul, órgano de difusión del modernismo en México. Gran parte de su obra apareció en diversos periódicos mexicanos bajo multitud de seudónimos: El Cura de Jalatlaco, El Duque Job, Puck, Junius, Recamier, Mr. Can-Can, Nemo, Omega, etc. Se escudaba en esa diversidad para publicar distintas versiones de un mismo trabajo, cambiando la firma y jugando a adaptar el estilo del texto a cada seudónimo. Escribió poesía romántica y amorosa. Gustó de lo afrancesado y de lo clásico, como era habitual en los intelectuales mexicanos y la alta sociedad de su tiempo. Nunca salió de México y en pocas ocasiones de su ciudad natal, pero sus influencias son europeas: Musset, Gautier,Baudelaire, Flaubert, Leopardi.1 Siempre anheló unir el espíritu francés y las formas españolas.
Aquiauhtzin Los datos más antiguos que se tienen de Ayapango prehispánico datan de 1430, fecha probable del nacimiento de Aquiauhtzin Cuauhquiyahuacatzintli, noble de Ayanpanco, que fue autor del canto llamado; “La Enemiga” que se hizo famoso por haberse interpretado ante el palacio de Axayácatl, quien lo adoptó como propio y lo dejó como herencia a sus descendientes. Dicho canto es erótico y constituye un documento único dentro de su género. Por otra parte, Aquiauhtzin asistió al diálogo de “la flor y el canto” en algún huerto cercano al palacio del señor Tecayehuatzin, de Huexotzinco en el que éste invitó a los diversos poetas a que dieran su propia interpretación acerca de lo que era el arte y la poesía. Tecayehuatzin se preguntó desde el principio si la flor y canto sería realmente lo único verdadero en la tierra. Le respondieron Ayocuan, de Tecamachalco, preguntando a su vez sobre el origen de las flores y cantos; Aquiauhtzin, señor de Ayapanco, quién tomó la palabra y con insistencia afirmó que flores y cantos son una invocación al dador de la vida y que éste se hace presente a través de la inspiración del arte y la poesía; Cuahtencoztli, poeta de Huexotzingo, expresa sus dudas acerca de la verdad que puedan tener el hombre y sus cantos; también participaron Motenehuatzin, Xayacamach, Tlapalteuccitzin y Ayocuan de Tecamachalco.
Aquiauhtzin ¿Dónde vives, mi dios dador de vida? Muchas veces te busco: Por ti soy un doliente cantor. Yo te doy deleite. Blancas perfumadas flores, llueven aquí Sólo blancas flores olientes En la primaveral casa, en la casa de matices. Yo te doy deleite.
Poema de la conquista Del manuscrito de 1528, ed. Mengin Con suerte lamentosa nos vimos angustiados. En los caminos yacen dardos rotos: los cabellos están esparcidos. Destechadas están las casas, enrojecidos tienen sus muros. Gusanos pululan por calles y plazas, y están las paredes manchadas de sesos. Rojas están las aguas, cual si las hubieran teñido, y si las bebíamos, eran agua de salitre. Golpeábamos los muros de adobe en nuestra ansiedad y nos quedaba por herencia una red de agujeros. En los escudos estuvo nuestro resguardo, pero los escudos no detienen la desolación. Hemos comido panes de colorín hemos masticado grama salitrosa, pedazos de adobe, lagartijas, ratones y tierra hecha polvo y aun los gusanos...
Sor Juana Inés de la Cruz DE UNA REFLEXIÓN CUERDA CON QUE MITIGA EL DOLOR DE UNA PASIÓN Con el dolor de la mortal herida, de un agravio de amor me lamentaba, y por ver si la muerte se llegaba procuraba que fuese más crecida. Toda en el mal el alma divertida, pena por pena su dolor sumaba, y en cada circunstancia ponderaba que sobraban mil muertes a una vida. Y cuando, al golpe de uno y otro tiro rendido el corazón, daba penoso señas de dar el último suspiro, no sé con qué destino prodigioso volví a mi acuerdo y dije: ¿qué me admiro? ¿Quién en amor ha sido más dichoso?
José Emilio Pacheco En las paredes de esta cueva pinto el venado para adueñarme de su carne, para ser él, para que su fuerza y su ligereza sean mías y me vuelva el primero entre los cazadores de la tribu. En este santuario divinizo las fuerzas que no comprendo. Invento a Dios, a semejanza del Gran Padre que anhelo ser, con poder absoluto sobre la tribu. En este ladrillo trazo las letras inicial es El alfabeto con que me apropio del mundo al simbolizarlo. La T es la torre y desde allí gobierno y vigilo. La M es el mar desconocido y temible.
Gracias a ti, alfabeto hecho por mi mano, habrá un solo Dios: el mío. Y no tolerará otras deidades. Una sola verdad: la mía. Y quien se oponga a ella recibirá su castigo. Habrá jerarquías, memoria, ley: mi ley: la ley del más fuerte para que dure siempre mi poder sobre el mundo.
De Tenochtitlan La vida póstuma Áurea mariposa ya libando está: la flor que se ha abierto es mi corazón, oh amigos míos, es una flor fragante, ya la esparzo en lluvia.
Netzahualpilli Ya sus cascabeles está agitando el dios, aquel por quien todo vive. Acaba de conocer a Nonoalco y a Ahuilizzapan, y a Atlacochtempan y Atlixco. Es el rey Netzahualpilli.
Anónimo de Chalco, Cantares mexicanos La vida pasa...
¡Oh flores que portamos, oh cantos que llevamos, nos vamos al Reino del Misterio! ¡Al menos por un día estemos juntos, amigos míos! ¡Debemos dejar nuestros cantos: y con todo la tierra seguirá permanente! Amigos míos, gocemos: gocemos, amigos!
Anónimo de Huejotzingo Cantares mexicanos Flores nuevas ¡Llegaron las flores! ¡A revestirse de ellas, oh príncipes, a adquirir su riqueza! Fugaces en extremo nos muestran su rostro, fugaces reverberan. Sólo en tiempo de verdor llegan a ser perfectas. ¡Las amarillas flores de mil pétalos! ¡Llegaron las flores junto a la montaña!
Manuel Acuña
ANTE UN CADÁVER ¡Y bien! Aquí estás ya..., sobre la plancha donde el gran horizonte de la ciencia la extensión de sus límites ensancha. Aquí, donde la rígida experiencia viene a dictar las leyes superiores a que está sometida la existencia. Aquí, donde derrama sus fulgores ese astro a cuya luz desaparece la distinción de esclavos y señores. Aquí, donde la fábula enmudece y la voz de los hechos se levanta y la superstición se desvanece. Aquí, donde la ciencia se adelanta a leer la solución de ese problema que solo al anunciarse nos espanta. Ella, que tiene la razón por lema, y que en tus labios escuchar ansía la augusta voz de la verdad suprema. Aquí está ya... tras de la lucha impía en que romper al cabo conseguiste la cárcel que al dolor te retenía. La luz de tus pupilas ya no existe, tu máquina vital descansa inerte y a cumplir con su objeto se resiste. ¡Miseria y nada más!, dirán al verte los que creen que el imperio de la vida acaba donde empieza el de la muerte.
Y suponiendo tu misión cumplida se acercarán a ti, y en su mirada te mandarán la eterna despedida. ¡Pero no!..., tu misión no está acabada, que ni es la nada el punto en que nacemos, ni el punto en que morimos es la nada. Círculo es la existencia, y mal hacemos cuando al querer medirla le asignamos la cuna y el sepulcro por extremos. La madre es solo el molde en que tomamos nuestra forma, la forma pasajera con que la ingrata vida atravesamos. Pero ni es esa forma la primera que nuestro ser reviste, ni tampoco será su última forma cuando muera. Tú sin aliento ya, dentro de poco volverás a la tierra y a su seno que es de la vida universal el foco. Y allí, a la vida, en apariencia ajeno, el poder de la lluvia y del verano fecundará de gérmenes tu cieno. Y al ascender de la raíz al grano, irás del vergel a ser testigo en el laboratorio soberano. Tal vez para volver cambiado en trigo al triste hogar, donde la triste esposa, sin encontrar un pan sueña contigo. En tanto que las grietas de tu fosa verán alzarse de su fondo abierto la larva convertida en mariposa,
que en los ensayos de su vuelo incierto irá al lecho infeliz de tus amores a llevarle tus ósculos de muerto. Y en medio de esos cambios interiores tu cráneo, lleno de una nueva vida, en vez de pensamientos dará flores, en cuyo cáliz brillará escondida la lágrima tal vez con que tu amada acompañó el adiós de tu partida. La tumba es el final de la jornada, porque en la tumba es donde queda muerta la llama en nuestro espíritu encerrada. Pero en esa mansión a cuya puerta se extingue nuestro aliento, hay otro aliento que de nuevo a la vida nos despierta. Allí acaban la fuerza y el talento, allí acaban los goces y los males allí acaban la fe y el sentimiento. Allí acaban los lazos terrenales, y mezclados el sabio y el idiota se hunden en la región de los iguales. Pero allí donde el ánimo se agota y perece la máquina, allí mismo el ser que muere es otro ser que brota. El poderoso y fecundante abismo del antiguo organismo se apodera y forma y hace de él otro organismo. Abandona a la historia justiciera un nombre sin cuidarse, indiferente, de que ese nombre se eternice o muera. Él recoge la masa únicamente,
y cambiando las formas y el objeto se encarga de que viva eternamente. La tumba sólo guarda un esqueleto más la vida en su bóveda mortuoria prosigue alimentándose en secreto. Que al fin de esta existencia transitoria a la que tanto nuestro afán se adhiere, la materia, inmortal como la gloria, cambia de formas; pero nunca muere.
Manuel Gutiérrez Nájera Para Entonces Quiero morir cuando decline el día, en alta mar y con la cara al cielo, donde parezca sueño la agonía, y el alma, un ave que remonta el vuelo. No escuchar los últimos instantes, ya con el cielo y con el mar a solas, más voces ni plegarias sollozantes que el majestuoso tumbo de las olas. Morir cuando la luz, triste, retira sus áureas redes de la onda verde, y ser como ese sol que lento expira: algo muy luminoso que se pierde. Morir, y joven: antes que destruya el tiempo aleve la gentil corona; cuando la vida dice aún: soy tuya, aunque sepamos bien que nos traiciona.
Nezahualcóyotl Canto de primavera En la casa de las pinturas comienza a cantar, ensaya el canto, derrama flores, alegra el canto. Resuena el canto, los cascabeles se hacen oír, a ellos responden nuestras sonajas floridas. Derrama flores, alegra el canto. Sobre las flores canta el hermoso faisán, su canto despliega en el interior de las aguas. A él responden variados pájaros rojos. El hermoso pájaro rojo bellamente canta. Libro de pinturas es tu corazón has venido a cantar, haces resonar tus tambores, tú eres el cantor. En el interior de la casa de la primavera alegras a las gentes. Tú sólo repartes flores que embriagan flores preciosas. Tú eres el cantor. En el interior de la casa de la primavera, alegras a las gentes.
Estoy triste Estoy triste, me aflijo, yo, el señor Nezahualcóyotl. Con flores y con cantos recuerdo a los príncipes, a los que se fueron, a Tezozomoctzin, a Quaquauhtzin. En verdad viven allá en donde de algún modo se existe. ¡Ojalá pudiera yo seguir a los príncipes, llevarles nuestras flores! ¡Si pudiera yo hacer míos los hermosos cantos de Tezozomoctzin! Jamás perecerá tu nombre, ¡oh mi señor, tú, Tezozomoctzin! Así, echando de menos tus cantos, me he venido a afligir, sólo he venido a quedar triste, yo a mí mismo me desgarro. He venido a estar triste, me aflijo. Ya no estás aquí, ya no, en la región donde de algún modo se existe, nos dejaste sin provisión en la tierra, por esto, a mí mismo me desgarro.
En el interior del cielo Sólo allá en el interior del cielo tú inventas tu palabra, dador de la vida. ¿Qué determinarás? ¿Tendrás fastidio aquí? ¿Ocultarás tu fama y tu gloria en la tierra? ¿Qué determinarás? Nadie puede ser amigo del dador de la vida. Amigos, águilas, tigres, ¿a dónde en verdad iremos? Mal hacemos las cosas, oh amigo. Por ello no así te aflijas, eso nos enferma, nos causa la muerte. Esforzáos, todos tendremos que ir a la región del misterio.
Leyenda de los 5 soles
Cuentan los nahuas que en el principio de los tiempos Ometecuhtli, Señor de la Dualidad Divina, creó a Tonacacihuatl y a Tonacatecuhtli, Señora y Señor de Nuestra Carne, para que poblaran la tierra. Ellos tuvieron 4 hijos: los dioses Tezcatlipoca Rojo, Negro, Blanco y Azul.
Los dioses Tezcatlipocas pronto decidieron acometer una obra digna de su grandeza, una obra por la cual fueran amados y venerados. Se reunieron entonces alrededor de la fogata encendida por Tezcatlipoca Azul y comenzaron a crear todo cuanto existe en el mundo. Su primera creación fue el hombre: lo llamaron Huehuecoyotl y le dieron una mujer para que lo acompañara. Los dioses les ordenaron reproducirse, y crearon para ellos los animales, los lagos, las montañas, los mares y los ríos. Pero los dioses se percataron entonces de que la tierra permanecía a oscuras, y la vida no podía prosperar en ella. Tezcatlipoca Blanco, también llamado Quetzalcoátl, convirtió la hoguera alrededor de la que trabajaban en un pequeño y benigno sol. Pero su hermano Tezcatlipoca Negro despreció su obra, y se convirtió él mismo en un sol tan grande y potente que marchitaba y destruía todo lo que alumbraba. Quetzalcóatl, enojado, derribó a su hermano sol del cielo de un bastonazo. Tezcatlipoca Negro cayó al fondo de un lago, del que emergió convertido en un jaguar al que seguía todo un ejército de jaguares. Tezcatlipoca Negro y sus jaguares devoraron a los Tzoculiceque, los gigantes que habitaban sobre la tierra por aquella época. Para los nahuas, este sol fue el Sol de la Tierra, o Tlaltipactonantiuh.
Tras la caída del sol negro, fue el mismo Quetzalcoátl quien se convirtió en el astro rey. Quetzalcoátl fue un sol más benigno, bajo el cual la agricultura prosperaba y los hombres eran felices. Pero un día, el jaguar-Tezcatlipoca negro trepó hasta los cielos y consiguió derribar a su hermano Blanco. Se desató entonces un terrible vendaval que sembraba la destrucción a su paso. El viento fue tan fuerte que los seres humanos comenzaron a caminar encorvados, y pronto se convirtieron en monos. Este sol fue llamado por los nahuas Sol del Viento, o Ehecatonatiuh.
Rabinal Achí El Rabinal Achí es una obra literaria representativa de la cultura maya prehispánica descubierta en Guatemala. Fue declarada Obra Maestra de la tradición Oral e Intangible de la Humanidad, en 2005 por la Unesco, siendo inscrita en 2008 en la Lista representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. El nombre original en maya del Rabinal Achí es Xajooj Tun, que significa Danza del Tun (tambor). Es un drama dinástico de los Maya Kek’ que data del siglo XV, y un ejemplo raro de las tradiciones prehispánicas. En él se mezclan mitos del origen del pueblo Q'eqchi' y las relaciones político-sociales del pueblo de Rabinal, Baja Verapaz, Guatemala, que son expresados por medio de máscaras, danza, teatro y música. Este drama sobrevivió en la clandestinidad desde 1625 hasta1856, hasta que el sacerdote francés Charles Étienne Brasseur de Bourbourg lo tradujo, según la narración en Achí de Bartolo Sis. Los personajes principales son dos príncipes: el Rabinal Achí y el K’iche Achí. Otros personajes son: El Rey de Rabinaleb’, Job’Toj, y sus sirvientes: Achij Mun e Ixoq Mun, quienes representan al hombre y la mujer. La madre con plumas verdes es Uchuch Q’uq’, y trece águilas y trece jaguares, que representa a los guerreros de la fortaleza de Kajyub’. El K’iche’ Achí es capturado y llevado a juicio por haber intentado secuestrar a niños de Rabinaleb’, un delito muy grave en la ley maya. El K'iche' Achi, con sus tropas, destruyó cuatro poblaciones Rabinaleb' y obligó a sus habitantes a pagar tributos. Después de batallar días enteros, el rey k'iche' es capturado y llevado al palacio de Job'Toj, para ser juzgado. Al cautivo se le permite ir a despedirse de su pueblo. Antes de su ejecución, se le concede bailar al ritmo del Tun con la princesa de Rabinal y disfrutar de bebidas reales. Hoy, 500 años después, los Rabinaleb' creen que los espíritus de los guerreros muertos en esa batalla, que habitan en los montes circundantes, están presentes también en la danza. Desde la colonización, en el siglo XVI, el Rabinal Achí ha sido representado durante la fiesta de Rabinal el 25 de enero el día de San Pablo. El festival es coordinado por los miembros de las cofradías, hermandades locales responsables de dirigir a la comunidad. Al tomar parte de la obra, los vivos entran en contacto con los muertos (los rajawales), los antepasados que se representan con máscaras. Para los Achís del Rabinal moderno, el recordar a sus ancestros no es sólo el perpetuar la herencia ancestral. Es también una visión al futuro, el día en que ellos se reunirán con sus antepasados.