“Taller de Gráfica Popular Mexicana” Trabajo de investigación
INSTITUTO TECNOLÓGICO LATINOAMERICANO Investigación: “Taller de gráfica popular mexicana” Alumno investigador: Edgar Horacio Olvera García Profesor: Mto. Ramiro Pérez Pérez Segundo Cuatrimestre Grupo único Lic. En Diseño Gráfico 2
A todos los artistas Mexicanos comprometidos con las causas sociales y que siguen en píe de lucha.
PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
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En los años 30s, México vivía una etapa de transición, no tenía mucho que la revolución había derrocado al porfiriato y después de varios “experimentos”, el presidente Lázaro Cárdenas llegó y trajo consigo nuevas ideas y sobre todo un enorme crecimiento cultural. Los muralistas pusieron en alto el nombre de México, pero muy debajo existía otro movimiento, un puñado de artistas comprometidos con las causas sociales y que rescataban un estilo puramente mexicano de hacer arte. Se hacían llamar “Taller de Gráfica Popular Mexicana” y por primera vez llevaron el arte a las masas. ¿Qué influencia dejaron estos artistas?, ¿Sigue viva la idea de llevar el arte a las causas sociales?.
OBJETIVO DE LA INVESTIGACIÓN
- Determinar la importancia que tuvo la creación y difusión de trabajos del Taller de Gráfica Popular Mexicana en la sociedad actual.
HIPÓTESIS
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La influencia del trabajo del TGP se mantiene actualmente en los carteles de las organizaciones y luchas sociales.
JUSTIFICACIÓN
El Taller de Gráfica Popular Mexicana fue un movimiento artístico de origen completamente mexicano, nacido del LEAR (Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios) y creado en un ambiente de solidaridad con movilizaciones sociales nacionales e internacionales, de levantamientos obreros y corrientes artísticas revolucionarias en el país. Lograron representar la época perfectamente en sus grabados y demás obras. De la mano de artistas importantes como Leopoldo Méndez, y con la influencia de personajes históricos como José Guadalupe Posadas, el TGP logró formar una identidad gráfica mexicana y exploró distintas ramas como el cartel, el grabado, el linóleo, etcétera. Cambiaron totalmente el concepto del arte que vive de si mismo y lo llevaron a las masas. Cumplieron el objetivo de llevar el arte a las masas y el tema de sus trabajos fueron siempre político, social y de denuncia. Fue factor clave en el apoyo a sindicatos y organizaciones populares de finales de los años 30s. Con el paso del tiempo desapareció el Taller, y son muy pocos los artistas que mantienen vigente esta tradición. Los sindicatos dejaron la lucha, los artistas tomaron nuevos aires y el TGP quedó aislado en un mundo moderno.
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PREGUNTAS CENTRALES
-¿ Qué es un Taller? - ¿Qué es el Taller de Gráfica Popular Mexicana? - ¿Qué factores sociales y culturales influyeron para la creación del Taller de Gráfica Popular Mexicana? - ¿Quiénes formaban parte del Taller de Gráfica Popular Mexicana? -¿Cómo se difundió y que contenido tenía el trabajo del Taller de Gráfica Popular Mexicana? - Actualmente, ¿Qué influencia tiene el TGP en el arte mexicano?
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MARCO TEÓRICO
BREVE HISTORIA DEL TALLER DE GRÁFICA POPULAR MEXICANA. El TGP fue un movimiento artístico que nace a finales de 1933, iniciativa de un gripo de artistas miembros del Partido Comunista Mexicano, a la par de la LEAR (Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios) organización que reuniría a lo mas selecto de los creadores mexicano de todas las artes. En enero de 1935, David Alfaro Siqueiros propuso que la Liga abriera un Taller-Escuela de Artes Plásticas (TEAP). El TEAP era multidisciplinario, dos años después se decidió separar a los grabadores, a lo que se llamo Taller Editorial de Gráfica Popular, el cual empezó a trabajar en abril de 1937. Alma Lilia Roura, periodista mexicana, hace una excelente recopilación sobre la historia del TGP, la cual comparto a continuación: “Era mediados de 1937, el tercer año de Lázaro Cárdenas en el gobierno, cuando menos de una docena de jóvenes entusiastas discutían sobre trabajo artístico y compromiso político en un local de una calle de prostitutas. Con dos prensas de mano y un viejo litógrafo dispuesto a compartir experiencias, hablaban de un colectivo de trabajo con una inscripción de 15 pesos. Menos de un año después, el flamante Taller de Gráfica Popular (TGP) estrenaba estatutos, logotipos, una vieja pero útil prensa litográfica y un nuevo local en Belisario Domínguez, con tres cuartos: uno para imprimir, otro para grabar y el tercero para vender y hacer asambleas. De este humilde origen saldría una producción gráfica que dio al grabado mexicano una fisonomía propia y reconocida en el mundo. Pero la generación espontánea no existe. Muchos de los miembros del TGP habían participado en la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios, la LEAR, surgida a raíz de la campaña presidencial de Cárdenas. Por medio del trabajo en equipo, los miembros de la LEAR, muchos de ellos miembros del Partido Comunista, organizaron congresos, mesas redondas, conferencias ilustradas, obras de teatro, conciertos y talleres para obreros. En la Sección de Artes Plásticas, los pintores, escultores y grabadores publicaron Frente a frente, revista de 7 propaganda; elaboraron carteles, volantes, murales transportables y otros en escuelas y mercados, así como enormes telones de papel (hasta
15 x 20 m) para las asambleas de organizaciones populares y sindicatos, que implicaban a veces sesiones ininterrumpidas de 20 horas de trabajo para el grupo responsable de tenerlos a tiempo. La LEAR fue un espléndido espacio de aprendizaje y una valiosísima posibilidad de dar al arte un nuevo sentido por su contacto con las masas. Sin embargo, este espacio de compromiso cultural, sin duda el mejor de su tiempo en México, se diluyó hacia principios de 1937 por el burocratismo de muchos miembros que, de manera oportunista, se integraron sólo para obtener un trabajo pagado por el gobierno. En contraposición a tal postura los fundadores de TPG sí mantuvieron su militancia revolucionaria por medio del arte. El primer cartel realizado en el Taller de Gráfica Popular fue para felicitar a la Confederación de Trabajadores de México; a éste siguieron otros en apoyo a la República española y contra el franquismo, con figuras caricaturizadas del generalísimo. Durante la expropiación petrolera llevada a cabo por Cárdenas (1938), hubo una generosa producción de carteles, llamando al pueblo a colaborar y criticando a los Estados Unidos mediante la emblemática figura del Tío Sam. Conforme la producción se incrementaba, los artistas fueron depurando sus formas, integrándolas cada vez con mayor eficacia y sin perder la creatividad. En esta década de los treinta, todo México se sacudía con la política; por todos lados vibraba la necesidad de hacer cumplir las promesas que la Revolución había dejado pendientes y que Cárdenas se proponía concretar. Las organizaciones de masas apostaban, una vez más, a que su voz fuera escuchada. Pero el país no sólo miraba hacia adentro, sino que compartía la preocupación por una confrontación mundial que se veía venir irremediablemente. Numerosas agrupaciones de artistas y escritores democráticos y de izquierda en diversas partes del mundo, unieron esfuerzos para enfrentar al nazifascismo haciendo del arte un arma más. En México, primero la LEAR y después el TGP, se unieron a la consigna de frente único establecida por la Unión Soviética, con lo que se dispusieron a combatir al imperialismo, al nazismo y a la guerra. Las obras del Taller abordaron esta doble vertiente que trataba, tanto temas nacionales como internacionales. Otro encargo temprano, por ejemplo, fue precisamente una serie de carteles para Liga Pro Cultura Alemana, organización del exilio alemán que combatía al nazismo de su país. Los 18 carteles de esta serie son un magnífico ejemplo del tipo de trabajo que se proponía esta organización, 8 y que mantuvo hasta principios de los años cincuenta, la representación
realista en carteles, volantes, hojas volante, calaveras e ilustraciones, es decir, todo aquello que tuviera posibilidad de llegar a un público amplio. Los carteles realizados en blanco y negro se pegaban en las calles de ciudades como México o Guadalajara donde, a pesar de su pequeño formato competían por su calidad en forma ventajosa con los de los espectáculos como peleas de box y corridas de toros. El tema era siempre político, social o de denuncia, apoyando a los sindicatos y a organizaciones populares, agrarias o de obreros y maestros, gremios que la mayoría de las veces, tenían una escasísima capacidad de pago. El alma del TGP era llevar el arte a las masas, por lo que, a fin de cumplir con los encargos, se optó por el moderno linóleo – de fácil reproducción y menos caro que el zinc o la madera– material que supieron explotar al máximo; un miembro recuerda que con 10 pesos de linóleo podían hacer hasta ocho grabados. La forma de trabajo consistía en investigar el tema a fin de contar con los elementos esenciales. Después se hacía una propuesta colectiva o individual que se discutía en grupo y, por último, se realizaba el grabado. Parece sencillo, pero muchas veces se tenía el tiempo encima, a lo que debe agregarse que en el grabadohaypoca posibilidad de corregir y la mano debe ser firme y decidida. Aún así, el gran oficio de Leopoldo Méndez (director y cabeza del taller desde su fundación hasta 1952), Luis Arenal, Pablo O’Higgins, José Chávez Morado, Alfredo Zalce, Ángel Bracho, Francisco Dosamantes, Everardo Ramírez, Alberto Beltrán, Mariana Yampolski, y muchos otros que pasaron temporalmente por el TGP, evidencia la excelente calidad que alcanzaron, a pesar de que la producción en el taller no implicaba ganancias; había que mantener las máquinas, las gubias y buriles, y pagar el alquiler de los sucesivos locales. Si se hacían obras individuales, cada quien costeaba los gastos de los materiales y de la impresión, y a veces, no faltaba alguien a quien había que prestarle para el camión. Si la obra estaba en función de un asunto concreto y se proponía llegar a amplias capas de la población, el lenguaje estético elegido era el del realismo para que las figuras y objetos representados fueran fácilmente identificables. Al referirse a esta forma de expresión Leopoldo Méndez expuso más de una vez que el gran maestro del TGP fue José Guadalupe Posada, ya que las formas plásticas de este precursor de la modernidad en México, de enorme simplicidad expresiva, siempre estuvieron entretejidas con las aspiraciones, alegrías y temores de las clases populares, vocación con la que se identificaban plenamente los miembros del taller. La llegada de artistas españoles exiliados introdujo algunas novedades en el viejo lenguaje soviético y alemán, que aunque enriquecieron el trabajo de los grabadores del taller no los apartó del desarrollo de un
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estilo propio y reconocible. Cuando estalló la Segunda Guerra Mundial en el otoño de 1939, el taller realizó varias series de carteles pro soviéticos, tanto en la capital como en provincia. Mientras duró el conflicto, alternaron la temática bélica –soldados, botas, bayonetas, pueblos masacrados, la amenaza de la bomba– con problemas mexicanos como el alza de precios, críticas al gobierno, etc., y al final de la conflagración, se hicieron carteles exaltando la victoria. A muy poco de su inicio, la labor desarrollada en el creativo espacio del TGP atrajo a artistas extranjeros, hombre y mujeres como el boliviano Roberto Berdecio o el ecuatoriano Galo Galecio. Entre los estadounidenses destacaron Elizabeth Catlett y, sobre todo, Pablo O’Higgins, quien adoptaría a México como su patria. Mención especial merece Hannes Meyer, arquitecto de origen suizo y maestro de la Bauhaus quien al integrase al taller en 1942 dio un fructífero impulso a la editorialLa Estampa Mexicana, encargada de publicar varios álbumes y libros del TGP que han perdurado, a diferencia de los carteles y volantes que muchas veces se perdieron. Los intercambios establecidos con estos visitantes también tuvieron eco fuera de México. En Los Ángeles, por ejemplo, Gloria y Jules Heller crearon el Graphic Arts Workshop, que funcionó de manera semejante a su contraparte mexicana. A través de estos contactos con otros países, además de exposiciones en México, la obra del TGP fue presentada en varias muestras en el extranjero, donde obtuvo amplio reconocimiento. Después de la de Posada, la gráfica realista del TGP fue la que consolidó una imagen del grabado mexicano, tanto en el país como fuera de sus fronteras, por su fuerza expresiva y el carácter pasional de su propaganda política y social.” 1
¿QUÉ ES UN TALLER? El Taller es un emprendimiento de tipo Informacional, que pretende convertirse en una alternativa para el ya desgastado emprendimiento industrial el propósito es dignificar el trabajo y sobre todo al SER que hay detrás de él. En el Taller se trabaja por proyectos. Cada uno de ellos es gestionado por los diferentes equipos del Taller. Un equipo es un grupo de aprendices, liderado por su respectivo Oficial. Un paquete de proyectos esta a cargo de su correspondiente Maestro. Los ingresos netos generados por cada proyecto, son distribuidos equitativamente entre los integrantes y de acuerdo al rol que se desempeñe. 10 1 Fuente: http://www.mexicodesconocido.com.mx/el-taller-de-grafica-popular1.html
Las definiciones de “Taller” pueden variar, pero los objetivos por lo general son los mismos. Otra definición más amplia de Taller sería: Un Taller es un modelo de organización y gestión del trabajo, alternativo a los modelos industriales. Es una forma de emprendimiento que difiere de aquellos cuyo propósito es constituir una “empresa-fabrica” o una “fundación-fabrica” en la que para cumplir con su objeto, contratan personal y tienen una relación de empleador-empleado, en la que no se busca el desarrollo de las personas, sino, su explotación a cambio de una remuneración que nunca será justa, ni acorde con el valioso trabajo hecho por el colaborador. Además, la relación de poder, lleva a que el empleador pueda prescindir en cualquier momento y -muchas veces sin justa causa- de los servicios del empleado. Hay una relación de dependencia, de temor ante la perdida de esa única fuente de ingresos, que lleva a las personas, -en no pocos casos- a comprometer incluso su dignidad y sus convicciones. En este modelo industrial de emprendimiento, la relación entre el empleador y el empleado está mediada por un contrato y no por la coincidencia de unos valores y principios. Lo único que interesa es la rentabilidad económica, por encima de la rentabilidad social, por eso, cuando hay que reducir costos, lo primero que se reducen son los mal llamados “recursos humanos”. En un Taller en cambio, la relación es entre iguales. La única diferencia esta dada por el conocimiento y la experiencia que es justamente reconocida. El propósito del Taller es facilitar el desarrollo afectivo, intelectual y práctico de sus miembros. Los ingresos dependen del rol que desempeñe el integrante al interior del Taller; es decir, son diferentes las ganancias de un aprendiz, un oficial y un maestro; pero a diferencia del modelo industrial, pasar de un nivel a otro no depende del capricho de un jefe, sino, del progreso demostrado, del merito; en otras palabras, aprehendes y durante el proceso de formación, empiezas a facturar. Entre más aprehendas, entre más conocimiento produzcas y compartas, más ganas, mayor ingreso obtienes. Quien hace parte de un Taller no tiene miedo a ser despedido, pues al igual que su ingreso, su retiro es voluntario. Aunque puede darse en cualquier momento, el ideal es que se produzca cuando se ha hecho Maestro, esté listo para emanciparse y constituir su propio Taller. Los miembros de un Taller no están ligados a éste por un contrato. No hay ninguna cláusula que determine su relación. Ésta, más bien se fundamenta sobre la coincidencia en unos valores y principios. Son éstos los que fortalecen la relación, no un frío contrato deshumanizante que no permite la construcción de confianza. El valor más importante de esta 11 relación es la pasión, la misma que nos permite dedicarnos a lo que
realmente nos gusta, trabajar con el conocimiento relevante y necesario para la sociedad, por eso en un Taller se prima la rentabilidad social, ocupando su justo lugar la rentabilidad económica, la cual depende de los proyectos llevados a cabo por el Taller.2
FUNDADORES DEL TALLER DE GRÁFICA POPULAR LEOPOLDO MÉNDEZ Leopoldo Méndez nace en la ciudad de México el 30 de junio de 1902, de padre zapatero y madre campesina, los cuales murieron dejándolo huérfano a muy temprana edad. Fue el menor de ocho hermanos. Siguiendo sus impulsos naturales, en 1917 ingresa en la Academia de San Carlos, donde recibe enseñanzas de maestros como Saturnino Herrán y Germán Gedovius. Sin embargo, tres años después pasa a la Escuela de Pintura al Aire Libre que organizara el maestro Alfredo Ramos Martínez en Chimalistac, al sur de la ciudad. Pese a seguir estas escuelas, a decir de Manuel Maples Arce, su amigo de juventud, Leopoldo Méndez, fue más bien autodidacta: “…su cultura se enriqueció con lecturas, con la observación de los grandes maestros y con la aplicación de su fino sentido crítico”. Sus intereses no se restringieron a la plástica sino a todo el ámbito cultural, por lo que junto con Manuel Maples Arce, Germán Cueto, Arqueles Vela, Fermín Revueltas, Ramón Alva del Canal, Germán List Arzubide y otros, integra el grupo de los Estridentistas y colabora en la revista Irradiador, al tiempo que hace ilustraciones para diversas revistas y periódicos, trabajos que le permitían ganarse la vida. Más tarde reflexionará acerca de estos años: “El estridentismo no logró trascender dentro de la cultura mexicana, al menos como movimiento. La nuestra era una posición de protesta en contra de lo que considerábamos académico y convencional en el arte.” De 1925 a 1927 se traslada al estado de Veracruz, gracias a la convocatoria de Manuel Maples Arce, y colabora en las revistas Horizontes y Norte. Durante este periodo se integra a la lucha social y milita activamente en organizaciones de izquierda. Realiza sus primeros carteles de carácter político y publica el periódico 30-30 al lado de Fermín Revueltas y otros. En el año de 1929 participa como maestro en las Misiones Culturales de la Secretaría de Educación Pública en Jalisco y en el Estado de México. Colabora en las revistas El Sembrador y El Maestro Rural. Ambas publicaciones estaban destinadas a los campesinos y servían de apoyo 2 Definición del psicólogo Andrés Granada:
http://andresgranada.wordpress.com/2010/05/03/%C2%BFque-es-un-taller/
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al profesor rural que completaba las enseñanzas, lo cual hacía que el trabajo gráfico aunado a los textos fuera fundamental. Este trabajo lo lleva a realizar recorridos por la provincia que hacen que se relacione directamente con el arte popular, que lo apasiona y empieza a coleccionarlo. Para 1930 viaja a Los Ángeles, California, donde expone su obra junto con Carlos Mérida. A su regreso, Narciso Bassols, siendo secretario de Educación, lo nombra jefe de la Sección de Dibujo del Departamento de Bellas Artes, en 1932. En 1933, junto con varios artistas, funda la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios (LEAR), lo que dará pie a la realización de numerosos trabajos colectivos con sus miembros, a través de su órgano Frente a Frente. Es en estos años en que la obra de Méndez cobra su carácter primordialmente militante, el cual se expresa en las siguientes palabras del maestro: Un arte que vive del factor burgués no puede servir sino a esta clase, y todos los intentos individuales con sus valores parciales están condenados a fracasar. Todo arte realmente importante en México sólo puede venir por el camino de la mayor identificación del artista con los intereses de la mayoría nacional. Esta identificación exige actividades concretas y definidas de la producción plástica basadas en una observación directa de la dinámica de la lucha popular y en una justa apreciación de todos los valores autóctonos e internacionales que sean apreciables. Este compromiso de Méndez con su pueblo y su tiempo encuentra un contexto propicio con la llegada de Cárdenas a la presidencia del país. Maples Arce describe el momento: Con la llegada al poder del general Cárdenas se intensificaron las reivindicaciones de la Revolución Mexicana, se hicieron respetar las instituciones nacionales, se recuperó la riqueza petrolera, nacieron estilos renovadores por todas partes y se creó un ambiente propicio a la crítica de los vicios y debilidades de la vida nacional, y nuevas formas de exaltación de la misma. Méndez sintió esa honda vibración y con apretada dialéctica, imaginación realista y excelentes facultades artísticas expuso la injusticia de que era víctima el pueblo mexicano, su dolor y sus posibilidades de regeneración. Al separarse de la LEAR, descontento con la poca actividad emprendida por el grupo, en abril de 1937 Méndez funda con Pablo O’Higgins, Alfredo Zalce, Luis Arenal, Ignacio Aguirre, Isidoro Ocampo, Everardo Ramírez, Raúl Anguiano, Jesús Escobedo y Ángel Bracho el Taller de Gráfica Popular (TGP), bajo los siguientes principios:
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El Taller de Gráfica Popular es un centro de trabajo colectivo para la producción funcional y el estudio de las diferentes ramas del grabado y la pintura. El Taller de Gráfica Popular realiza un esfuerzo constante para que su producción beneficie los intereses progresistas y democráticos del pueblo mexicano, principalmente en su lucha contra la reacción fascista. Considerando que la finalidad social de la obra plástica es inseparable de su buena calidad artística, el Taller de Gráfica Popular lucha por desarrollar las capacidades técnicas individuales de sus miembros. El Taller de Gráfica Popular prestará cooperación profesional a otros talleres o instituciones culturales, a las organizaciones de trabajadores y populares, y a todos los movimientos e instituciones progresistas en general. El Taller de Gráfica Popular defenderá los intereses profesionales de los artistas. La labor del TGP cobra importancia fundamental durante los años de la Segunda Guerra Mundial, en los que emprende una férrea lucha ideológica contra el régimen hitleriano y sus aliados, pero sin dejar su posición crítica respecto del sistema de producción capitalista y el imperialismo yanqui. A partir de entonces el artista participará en todas las producciones, muestras y exposiciones realizadas por el taller: La contribución de Méndez a la vida y el desarrollo del taller fue capital. En todas sus actividades tomó una parte preponderante y responsable con sus dibujos y grabados, sus indicaciones y críticas pertinentes sobre las obras de sus compañeros, y sus relaciones con los sindicatos obreros, los editores y las galerías de arte. En 1939 recibe la beca Guggenheim, se traslada a Nueva York y recorre el país vecino; sobre todo le interesa convivir con los sectores más populares y grupos de trabajadores. Más tarde, en 1945, realiza una exposición individual en el Instituto de Arte de Chicago y al siguiente año cumple funciones para el Instituto Nacional de Bellas Artes. Los cargos públicos nunca le pesaron al maestro Méndez y desde sus años en las misiones culturales se vinculó de diversas formas al estado nacional sin ningún cargo de conciencia: Desde aquel entonces he trabajado para el Estado mexicano con verdadero interés en todo lo que he considerado útil, de progreso social, económico y político que éste ha realizado, así como lo he criticado en todo lo que me ha parecido negativo y contradictorio. Soy, por tanto, un producto
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de lo que es mi país y su gobierno… En 1946 recibe el Primer Premio Nacional de Grabado y durante la Feria del Libro de la ciudad de México, su trabajo como ilustrador de la obra de Juan de la Cabada, Incidentes melódicos del mundo irracional también es reconocido con el primer premio. Sus ilustraciones sobresalen: …por su verba, por la habilidad con que están manejados los instrumentos y el ritmo que el grabador imprime a gubias y velos. Nos da una visión, por momentos primitiva intemporal de aquella naturaleza grandeza de leyenda. La tipografía y el grabado se combinan felizmente en el ajuste de la composición, que lleva la alianza de texto e ilustración con suma fineza. Ese mismo año abandona el Partido Comunista Mexicano para integrar junto con José Revueltas y otras personalidades de la izquierda mexicana el Grupo Insurgente “José Carlos Mariátegui”, y colabora con su publicación oficial, el periódico El Insurgente. Al año siguiente, como representante de ese grupo, participa en las mesas redondas convocadas por Vicente Lombardo Toledano que llevaron por título “Objetivo y táctica del proletariado y del sector revolucionario de México en la actual etapa de la evolución histórica del país”, o como se les llamó en ese entonces “Mesa redonda de los marxistas mexicanos”, en las que participaron personalidades como Narciso Bassols, Víctor Manuel Villaseñor, Hernán Laborde, David Alfaro Siqueiros, entre otros. Ese mismo año realiza el fresco La maternidad y la asistencia social, en colaboración con Pablo O’Higgins, en la Clínica No. 1 del IMSS. También hace una serie de grabados para la película Río Escondido, del realizador Emilio Fernández, y establece una relación con el cine mexicano que lo hará participar en otras cintas como Pueblerina (1948), Un día en la vida (1949), El rebozo de Soledad (1949), Memorias de un mexicano (1950), La rebelión de los colgados (1953), La rosa blanca (1959), y otras; sobre todo dejará sentir su reconocida influencia en el trabajo del fotógrafo Gabriel Figueroa. En 1952 Méndez recibe el Premio Internacional de la Paz, como miembro del TGP. Para 1959, después de abandonar el TGP junto con Pablo O’Higgins, Adolfo Mexiac, Mariana Yampolsky, Alberto Beltrán e Iker Larrauri, por desacuerdos ideológicos fundamentalmente, organiza al lado de Manuel 15 Álvarez Bravo, Rafael Carrillo, Mariana Yampolsky y otros artistas e intelectuales el Fondo Editorial de la Plástica Mexicana, en torno a la
publicación del libro La pintura mural de la Revolución Mexicana. En una entrevista que le realizara Elena Poniatowska cuenta cómo se dieron las cosas: Me propuse hacer un librito para conmemorar el cincuentenario de la Revolución Mexicana y salió un librote como tú lo conoces. Don Manuel Álvarez Bravo lo bautizó el “mastodonte”, o La pintura mural de la Revolución Mexicana. Me pareció que era necesario dar a conocer en el año de 1960 lo que la Revolución Mexicana había hecho en favor de la cultura. El señor presidente de la República, licenciado Adolfo López Mateos, llegó a saber de la idea, y para mi satisfacción la acogió con entusiasmo, y por esta razón nos reunimos para planear la obra, Manuel Álvarez Bravo, Carlos Pellicer, el licenciado Ricardo Zevada, Rafael Carrillo y yo. A esta obra le seguirían Los maestros europeos de la Galería de San Carlos de México, y en 1963 José Guadalupe Posada, ilustrador de la vida mexicana, obra trascendental para el maestro: Sin duda el libro al que Méndez dedicó mayor atención y cuidado fue al tercero, José Guadalupe Posada, ilustrador de la vida mexicana. Para él, Posada siempre fue el mejor de sus maestros y ejemplo a seguir; esta obra es la culminación de los múltiples homenajes que le hizo. Cuenta su hijo, Pablo Méndez, que su padre pasó meses enteros en la Hemeroteca Nacional dedicado a la selección de imágenes, además de revisar las mejores colecciones privadas. El resultado es fantástico: cinco mil ejemplares impresos en Milán, Italia, con el mejor papel e impresión de su tiempo, encuadernados en piel y con una carpeta de cinco impresiones de las planchas originales… En 1960, a pesar de que ya no pertenecía al grupo, grabados suyos aparecen en el álbum 450 años de lucha. Homenaje al pueblo mexicano, im-portante colección realizada por el TGP y editada en los Talleres Gráficos de la Nación, que hace un recuento gráfico de los más importantes sucesos en la historia del país. En 1962, el Museo Nacional de Arte Moderno exhibe una muestra retrospectiva de su obra. En agosto de ese año, sus amigos y el Instituto Nacional de Bellas Artes se reunieron en la sala Manuel M. Ponce para rendirle homenaje: Entonces pudo darse cuenta cuánto lo querían, no sólo sus amigos sino cualquiera que por una razón u otra tuviera la oportunidad de tratarlo… Al dar las gracias, Leopoldo dijo que apenas ahora, a los 60 años, sentía que había aprendido un poco acerca del arte y de la pintura, que apenas 16 empezaba a penetrar en él, que ojalá y le fueran dados otros 60 años para ser verdaderamente útil.
En 1968 es miembro fundador de la Academia de Artes de México; al año siguiente, el 8 de febrero de 1969, víctima de hepatitis, muere el artista en la ciudad de México, dejando preparada su quinta colaboración para el Fondo Editorial de la Plástica, el libro Lo eterno y lo efímero del arte popular mexicano, en el que pretendía rendir homenaje a esos artistas desconocidos, surgidos del pueblo llano, los artesanos, a los que tanto debía su obra y estética. Numerosos testimonios de amigos, críticos y colegas reconocen en Leopoldo Méndez el valor y la trascendencia de su obra dentro del panorama artístico nacional. Hombre sencillo, poseedor de una humildad proverbial, siempre huyó de los reconocimientos banales, anteponiendo la labor colectiva a la individualista, el “nosotros” al “yo”. Maples Arce nos deja su entrañable retrato: Leopoldo Méndez fue siempre un compañero agradable; era de condición apacible, sin afectación ni asperidad, y franco sin caer en la rudeza: mostraba un equilibrio natural en todas partes. Una gracia ingenua lo acercaba a lo popular. Él mismo no dejó de ser siempre hombre del pueblo, y su sentido del arte tendía hacia una concepción vital. Veía en él una forma de expresión de ideas políticas, morales y estéticas, a la vez que una forma de acción. No es de extrañar, pues, que su vida fuese enteramente consagrada a tan profunda vocación.3
PABLO O’HIGGINS Pintor mexicano de origen estadounidense. Estudió en la Academia de Artes de Rusia y después viajó a México, donde rápidamente quedó cautivado por su herencia artística. En México colaboró con Diego Rivera en los murales de la Secretaría de Educación Pública y de la Escuela de Agricultura de Chapingo. Junto a este pintor y a Clemente Orozco, Juan O'Gorman y Rufino Tamayo, formó parte de la generación de los grandes muralistas. Entre sus murales destacan La lucha obrera, obra que realizó junto con Leopoldo Méndez y Alfredo Zalce en los talleres del rotativo La Nación. Para el Museo Nacional de Antropología realizó Boda indígena, Paisaje Tarahumara y Dios del fuego. Notable impulsor del desarrollo artístico del país, Pablo O'Higgins creó la Sección de Artes Plásticas de la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios, fue uno de los fundadores del Taller de Gráfica Popular y colaboró en el monográfico dedicado al grabador y caricaturista mexicano José Guadalupe Posada. En 1961 el gobierno 17 3 Artículo: ”Leopoldo Méndez” por Enrique Martínez Pérez de la Revista Trabajadores.
mexicano le otorgó la nacionalidad con carácter honorífico. En 1970 obtuvo el Premio Elías Sourasky.4 «Resulta reconfortante la aparición del recuerdo vivo de Pablo O’Higgins en el desolador panorama de nuestra modernidad a ultranza, cuando los valores máximos son los de la Bolsa de Valores; la ley mas respetada, la de la oferta y la demanda; y la libertad mas venerada, la del libre mercado. La figura luminosa de Pablo O’Higgins es la de una generación que vivió la amenaza del fascismo sobre el mundo la desesperada batalla de la España republicana; el gran sueño socialista en la quinta parte del mundo; el sinarquismo en México y la guerra fría con el macartismo norteamericano. Fue la generación de nuestros maestros, de la que nos sentíamos parte humana y fraternal porque nos unían ideales que no se limitaban a las teorías estéticas y las búsquedas formales. Fue ese espíritu humanista, creo yo, el que inquietó a Pablo en las imágenes que le llegaron a su tierra y lo trajeron a México. Da la clave exacta de esto, Francisco Reyes Palma cuando define ese impacto como el presentimiento de ser “la noción de un gran arte”. Lo que fue la búsqueda para revivir y renovar un arte monumental del pasado, movido por la necesidad de una tribuna publica, fue el conducto a esa manifestación que llego a ser, en su momento, “La Escuela Mexicana de Pintura”, principalmente representada por el muralismo.5
El muralismo Mexicano. ARTE AL SERVICIO DE LA NACIÓN: Se considera que el movimiento artístico del muralismo mexicano ha jugado un papel central en la construcción de la historia y la identidad nacional en el periodo posrevolucionario; las obras de este movimiento expresan el ideal de nación, emanado del movimiento armado que inició en 1910. En este trabajo pretendo mostrar en qué consistió ese papel, así como señalar las continuidades temáticas de los muralistas mexicanos, lo que permitirá destacar los elementos de lo que debía ser, desde el Estado, la nación mexicana en construcción. Es necesario resaltar que las expresiones murales del arte mexicano son entendidas en este trabajo como objetos culturales, que al ser vistas 4 Fuente: http://www.biografiasyvidas.com/biografia/o/o_higgins_pablo.htm 5 Artículo: Pablo O’higgins: Hombre del siglo XX de Fanny Rabel, Revista Memoria
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como texto, permiten develar el discurso de los representantes de las instituciones de poder, en torno a lo que debía ser la nación. El arte mural, al tratar de convertirse en un arte didáctico, mostró a las masas una faceta del pasado de El muralismo surgió para construir una visión legitimadora del Estado revolucionario y para construir una identidad homogénea de lo mexicano la nación, así como el presente y las perspectivas del México Revolucionario, por lo que fue utilizado por el Estado para ilustrar visualmente a los grupos populares y tratar de encarnar en los sujetos la idea de nación que en él se concebía. Si bien para los historiadores es difícil señalar el momento preciso del inicio de esta manifestación artística y cultural hasta convertirse en un movimiento, se puede afirmar que su origen es posterior a la Revolución, hacia el año de 1922, cuando se iniciaron los trabajos en los muros de la Escuela Nacional Preparatoria. Este movimiento se integró por una elite cultural heterogénea; entre sus principales exponentes destacan Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros y José Clemente Orozco. Al finalizar la confrontación armada y con la llegada de Álvaro Obregón a la presidencia (1920-1924), los historiadores reconocen que se inició la etapa de reconstrucción nacional. José Vasconcelos, nombrado Secretario de Educación, se planteó como una necesidad urgente unificar la identidad de la heterogénea sociedad mexicana y definir ideológicamente al Estado emanado de la Revolución, interés que se prolongó toda la década de los años veinte. Vasconcelos, utilizando a la educación como motor del progreso, impulsó un programa de renovación social en toda la nación, en particular de las masas populares, rurales y urbanas, en el que el arte ocupaba un lugar central, iniciándose la búsqueda de un acercamiento del pueblo a las distintas expresiones artísticas. Al ser necesario hacer del arte algo público para transmitir la ideología del Estado revolucionario, Vasconcelos promovió la realización de murales en espacios abiertos para que todos pudieran acceder a ellos, lo que garantizaría que el discurso de los representantes del poder pudiese llegar a las masas, logrando el avance del proceso revolucionario. Por todo ello, el muralismo se convirtió en el arte oficial del Estado mexicano durante las primeras décadas posteriores a la Revolución, a través del cual sería posible renovar todos los ámbitos sociales e impulsar la cultura; así pues, desde la Secretaría de Educación se financió a un amplio número de artistas e intelectuales para que cumplieran con la “función de ideólogos y educadores”. Desde esta perspectiva, el arte mural implicó un programa didáctico, filosófico e histórico. A pesar de la heterogeneidad de quienes formaron parte del muralismo, este movimiento artístico se caracterizó por su antiacademicismo, por la libertad y experimentación en el uso de
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materiales y técnicas de trabajo. Cada uno de sus exponentes expresó desde su posición social los hechos y personajes históricos de México: el pasado indígena, la Conquista, la Colonia, la Independencia y la liberación de la nación, las reformas sociales decimonónicas, la dictadura porfirista, la explotación, la etapa revolucionaria, el proceso democratizador, la cultura popular y la relación entre las clases, el elogio al trabajo, a la educación, a la ciencia y la tecnología. Estos fueron los principales elementos temáticos del arte mural. Además, al igual que el Estado en ciernes, se puede decir que el arte mural fue centralista, pues a pesar de presentarse expresiones en ciudades fuera de la capital mexicana, se ubicó principalmente en aquellas que, en sus propios estados o regiones jugaban un rol central, como Guadalajara. Sumado a esto, los muralistas mexicanos, en general, tomaron a Tenochtitlán y a la Ciudad México como lo mexicano, como lo “pasado en toda la nación”, reproduciendo así la retórica estatal. Es importante insistir que el muralismo surgió para construir una visión legitimadora del Estado revolucionario y para construir una identidad homogénea de lo mexicano. El Estado recurrió al arte monumental, con “temas útiles al pueblo” para justificar el nuevo régimen y convencer a la población de su postura ante la realidad, uniformando la visión de la historia y de los acontecimientos políticos, que explicara y justificara el orden establecido con la Revolución, en donde los muralistas asumían su obra como una “acción patriótica y civilizadora”, después de años de violenta confrontación armada. Por sus elementos formales y más allá del contenido discursivo e ideológico, los muralistas mexicanos no se olvidaron de la estética, fueron respetuosos de la perspectiva, de los volúmenes y de los planos; de igual manera buscaron que sus obras armonizaran con la arquitectura, adaptando las composiciones al espacio donde eran plasmadas. Los muralistas mexicanos construyeron un discurso cargado de elementos expresivos, por lo que buscaron crear “una iconografía” con antecedentes en la literatura mexicana de finales del siglo XIX y principios del XX. Al incluir “complicadas alegorías” y motivos del arte popular, el muralismo logró tocar la sensibilidad de las mayorías, echando mano de las manifestaciones artísticas comunes a la población, contribuyendo a formar imágenes de lo mexicano y de la Revolución.
En el discurso muralista destaca el juego constante de representaciones simultáneas del:
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• Campesino, obrero y militar • Pintor, escultor y arquitecto • Artista, ingeniero y científico • Obrero, pedagogo y científico Y mostraban al obrero como la síntesis de todas estas trinidades. A su vez, la iconografía muralistas se basó en dos columnas: a) el diálogo entre pintores, que “consolidó la significación de las imágenes” y b) “el uso de tópicos liberales”, la educación, el progreso, la industrialización, la disputa con la Iglesia por las conciencias, lo que fue empleado por Estado revolucionario, sumándole, a veces, los valores socialistas y los republicanos.6
METODOLOGÍA
6 “El muralismo mexicano, el arte al servicio de la nación” La Gaceta, UDG. 28 de Julio del 2008.
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A continuación se explicará a detalle la metodología empleada: - PLANTEAR TEMA En un principio se optó por hablar del arte mexicano, sin embargo, hablar de arte mexicano resulta abarcar muchísimas ramas, épocas, tendencias, etcétera. Por tanto, se determinó que se hablaría del arte post-revolucionario, y en específico del Taller de Gráfica Popular Mexicana. ¿Porqué hablar del TGP?, fácil, en él encontramos distintas ramas artísticas, se desarrolla en una época de desarrollo y crecimiento cultural en México, etapa post-revolucionaria, y además tuvo una difusión enorme. Así logramos englobar un periodo artístico muy importante en un solo tema. - DETERMINAR OBJETIVO DE LA INVESTIGACIÓN Con el tema definido, era necesario determinar un objetivo a investigar, de todo lo que se podía abordar sobre el TGP, me pareció interesante conocer la influencia que habían dejado todos estos artistas en el México actual, saber si aun, con condiciones distintas a los años de apogeo del TGP, se mantenía vigente el TGP. -GENERAR HIPÓTESIS Para continuar el trabajo, después de determinar un objetivo y estableciendo una relación entre los elementos del tema a investigar, se estableció una posible solución. -JUSTIFICACIÓN Una investigación necesita una razón de ser, en este paso se recopilo información suficiente para señalar y justificar el porqué de este trabajo de investigación. - GENERAR PREGUNTAS CLAVE Como método auxiliar para tener una guía en nuestra investigación, se realizaron preguntas clave, preguntas que, funcionarán como columna vertebral de nuestra investigación. - MARCO TEÓRICO Con las preguntas clave, se inició la recopilación de información. Se tomaron fuentes (Revistas, gacetas, publicaciones, páginas web, etc.) para definir conceptos claves del tema a investigar y poder continuar con esta.
22 - ANÁLISIS
Para esta parte de la metodología de investigación, se utilizó la herramienta de cuestionario, se aplicaron 15 pruebas con 10 preguntas cada una donde se abordaron puntos clave del tema a investigar, posteriormente se hicieron gráficas de los resultados y un análisis individual de cada una de ellas. - CONCLUSIÓN Por último, con los datos obtenidos y el análisis de pruebas. Se sacó una conclusión en base al objetivo antes planteado y la hipótesis anteriormente generada. Así mismo, se añadió la bibliografía y algunos datos anexos que sirvieron de apoyo para la investigación.
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ANÁLISIS GRÁFICAS Se utilizó para la investigación la herramienta del cuestionario. Un cuestionario de 10 preguntas aplicado a 10 personas y se dieron los resultados, mostrados en las siguientes gráficas: Gráfica 1. ¿Conoce el trabajo de algún grabador mexicano? 12 10 8 6
Si No Muy Poco
4 2 0
Podemos observar en la gráfica 1 que el trabajo de los grabadores mexicanos que tuvo su auge a inicios del sigo XX y continuó hasta 1940 es muy poco conocido entre los encuestados, posiblemente su poca difusión ha permitido que estos artistas permanezcan desconocidos para la mayoría.
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Gráfica 2. ¿Conoces al Taller de Gráfica Popular Mexicana? 14 12 10
Si
8
No
6
Tengo una idea
4 2 0
El TGP es desconocido en la mayoría de los encuestados según lo muestra la gráfica 2, considero importante retomar y difundir su trabajo, siendo una parte importante de la historia del arte en México. Gráfica 3. ¿Ubica a alguno de estos personajes?
José Guadalupe Posadas Pablo O'Higgins Leopoldo Mendez Alfredo Zalce Ninguno
0
2
4
6
8
10
12
De los 4 artistas que se hizo mención, en la gráfica 3, José Guadalupe Posadas resulta ser el más conocido, sin embargo, el 50% de los encuestados no reconocen a ninguno de los cuatro artistas. Esto, repito, 25 debido a la poca difusión que existe de los trabajos de estos importantes artistas mexicanos.
Gráfica 4. ¿Considera importante llevar el arte a las causas sociales?
Si Un poco No Totalmente en desacuerdo
0
2
4
6
8
10
12
14
16
La mayoría de los encuestados consideran importante llevar el arte a las causas sociales, como lo muestra la gráfica 4.
Gráfica 5. Conoce la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios?
Si No Muy poco
0
2
4
6
8
10
12
14
La Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios, uno de los movimientos artísticos más importantes del país es muy poco conocido entre los encuestados, como podemos observar en la gráfica 5. A pesar de que el trabajo de los muralistas, parte esencial en ese movimiento, es muy difundido.
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Gráfica 6. ¿Le gusta el trabajo que realizan los moneros en los periódicos?
Si No Muy Poco
0
2
4
6
8
10
12
En la gráfica 6 se muestra que el trabajo de los moneros en los periódicos, el cual conserva características e influencias del TGP, causa un poco de empatía entre los encuestados.
Gráfica 7. ¿Ha visto algún cartel de la Revolución Mexicana?
Si No Muy pocos
0
2
4
6
8
10
12
Los carteles representativos de la Revolución Mexicana, en su mayoría, son conocidos entre los encuestados. Como lo muestra la gráfica 7. 27
Gráfica 8. ¿Conoce el trabajo de los muralistas mexicanos?
Si No Muy Poco
0
1
2
3
4
5
6
7
8
9
Como podemos observar en la gráfica 8, el trabajo de los muralistas mexicanos (Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros, José Clemente Orozco, etc.) a pesar de ser muy difundido es poco conocido entre los encuestados. O quizá poco identificado entre ellos.
Gráfica 9. ¿Le agradan los carteles utilizados en movilizaciones sociales (Marchas)?
Si No No he visto
0
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
A la mayoría de los encuestados no les agradan los carteles utilizados en las movilizaciones sociales. Se muestra el resultado en la gráfica 9.
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Gráfica 10. ¿Cree que exista un estilo artístico con características puramente mexicano?
Si No No conozco
0
2
4
6
8
10
12
14
16
18
20
El arte mexicano, como lo demuestra la gráfica, tiene un estilo único y reconocible entre los encuestados.
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CONCLUSIÓN
A lo largo del tiempo, las corrientes culturales se han adaptado a la época en la que se desarrollando, a los factores socio-culturales que viven el entorno donde crecen. En lo particular, México ha tenido muchísimas corrientes en distintas épocas. El Taller de Gráfica Popular Mexicana fue una de ellas, desarrollado en tiempo de Cardenismo y prosperidad para el país, muchos artistas, aun con el espíritu revolucionario de 1910, deciden crear un taller en el cual los artistas más reconocidos, en especial del grabado, pudieran llevar su arte a las masas, pudieran mostrar solidaridad con acontecimientos internacionales y, de alguna forma, “politizar” un poco el arte. Hacerlo de la gente. Fueron un sin fin de trabajos los que realizó el Taller de Gráfica Popular Mexicana, fundado por un grabador y un muralista, el portafolio de trabajo que manejaban era demasiado amplio. Pero todo esto se desarrolló en los años treinta, en épocas de guerras, de triunfos, de apogeos comunistas en Europa y de inicios de un imperio en América,. ¿Qué pasa ahora con el TGP?, los trabajos siguen vigentes, el espíritu revolucionario que estos transmiten también. Sin embargo, a través de los años se ha ido disminuyendo la difusión de estas obras, exponiéndose en un solo lugar, subastándose catálogos por la web, e incluso eliminando estas obras. La poca difusión ha provocado que pocas personas identifiquen las obras de artistas que, en su momento, llevaron su arte mucho más allá de nuestras fronteras, internacionalizando la lucha, informando a México lo que ocurrían en otros países. Resulta preocupante que los mismos sindicatos que se vieron apoyados y favorecidos con el TGP, hoy en día no tengan una base artística en sus movimientos, que no recuerden ni un poco de lo mucho que grandes artistas como A. Zalce aportaron a los movimientos sociales. El TGP no debe morir, ese movimiento cien por ciento mexicano debe seguir presente en todas aquellas personas que, sabiendo las condiciones en donde viven y eligiendo el noble oficio de artista, utilicen su arte para apoyar a su país. Porque el TGP es eso: “La solidaridad del artista mexicano ante las injusticias que aquejan a su pueblo”.
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BIBLIOGRAFÍA
- EL TALLER DE GRAFICA POPULAR, Humberto Musacchio, F.C.E., 2008 - Revista Trabajadores. (UOM) - Revista Memoría Edición: Muralistas - La Gaceta, UDG Edición del 28 de Julio del 2008 Páginas WEB citadas: - http://www.mexicodesconocido.com.mx/el-taller-degrafica-popular1.html - http://andresgranada.wordpress.com/2010/05/03/%C2%B Fque-es-un-taller/ - http://www.biografiasyvidas.com/biografia/o/o_higgins_pa blo.htm
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ÍNDICE
Portada ………. 2 Dedicatoria ………. 3 Planteamiento del problema ………. 4 Objetivo de la investigación ………. 4 Hipótesis ………. 5 Justificación ………. 5 Preguntas centrales ………. 6 Marco teórico ………. 7 Metodología ………. 20 Análisis ………. 22 Conclusión ………. 28
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Bibliografía ………. 29 Anexos ………. 31
ANEXOS
En el anexo incluyo un breve portafolio de trabajo del TGP, con el fin de entender el trabajo que estos artistas realizaban y la época en que se desarrollo.
Así mismo, incluyo las muestras originales del cuestionario que se aplicó como herramienta para el trabajo de investigación. 33
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