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I. OBJETIVIDAD
PUNTO DE VI§TA DE ctAsE EN rAs CTENCTAS SOC|AIES, por lUlichel Lowy
"Sólo la verdad es revolücionaria.,,
A¡trcuro Gn,trrsci
¿Es posible Ia objetividad en las ciencias sociares? ¿se trata una objetividád der mismo que ra cre las ciencras lpo naturates,
tal como Io afirman r; pÁiri"ii";iñ_J;
Ia gl-r-ryi+ sociai ecesariam enle,1'.o,,p,qolr.ii Ju,,, es de cir, Iigad punto de
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E:'T preguntas se encuentran en el centro del debate metodológico en la sociología, Ia historia, lu ecn¡6¡1iu polí_
:':?.'i"::T*"tÍ?,,:,_il:K1#"1"::, ra epistemorogía marxismo .; ¿'#ffig#:ff; otu-cién r*"{';;;:.enter¿...1*' o.obrema (uun cuando necesario reconocer io, ou. H;, 5. ro, autores mandstas sólo nos r"r
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"Entiendo qor fisica sociar Ia ciencia que.tiene por estudio de 'ros r.r¿..r*;.r"il1" objeto .lrriaerados con .el ismo espíritu que Ios i.ni*.rros astronómicos, físicos, rcos fisiorógicos, quí_ es decir, sujetos rables, cuvo aá.uÉ¡r,rrü" naturares invailü;; "-l."yo lrol;,r, de sus invesriÍrcronss.,, ,,1i, admirar ;dd;;:X" iendo esencialm."o ." .uor, sirnpres suíetos de observaáiórr, ..o_o en .r"ü:.r:::r*r:[;:r"l i"-i?ri." sociar considera ada fenómáo bajo ;ñ"oúL punro de vista erementar de su ,","I*,f r1i;#;;:, ;,2:;1;:;:,:'Ü:H,:Ltiil:1,::i:: science et res IO
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I. EL POSITIVISMO cenrrat de
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II
les. Así pus, tal disposición coresponde exclusivamcnte la filosofía positivista, cualquiera que sea el objeto al que se aplique y, por lo tanto, también respecto de'los males políticos." Este pasaje, verdadera joya del naturalismo positivista, es uno de los raros momentos en los que el discurso sociológico burgués se manifiesta en toda su pureza, por decirlo así, en estado salvaje. Permite corhprende mejor el verdadero sentido distinguir, de la palabra "positivo" empleada por Comte mejor dicho oponer su doctrina las peligrosas teorías negatiuas, cúticas, destructivas, disolventes, subversivas, en pocas palabras, reuolucionarias, de la filosofía de Ia ilustracidn, de la revolución francesa del socialismo.'
Más que Comte, Durkheim será el verdadero guía del pensamiento de la sociología positivista moderna. Su naturalismo sociológico es de origen comtiano, tal como lo reconoce explícitamente en Las reglas del método sociológico: "La primera regla la más fundamental es el considerar los hechos sociales como cosas t...]. Comte, es verdad, proclamó que los fenómenos sociales son hechos naturales sometidos leyes naturales. Con ello reconoció implícitamente su carácter de cosas, pues no hay más que cosas en la naturaleza," Durkheim recurre muchas veces los modelos naturalistas puru "explicar" Ios fenómenos sociales, modelos cuyo cometido ideológico es siempre conservador. Por ejemplo, según Durkheim la sociedad es, como el animal, "un sistema de órganos diferentes, cada uno de los cuales cumple una funlbid., t. IV, p. 100. Cf. A. Comte, Díscours sur I'csprit posítif (Díscurso sobr¿ cl csplritu positiuo, Madrid, Rev. de Occidente, 1934), 10/lB, p. 73. Durkheim, Zas riglcs dc la méthodc socíologiquc (Las rcglas dcl
método sociol.ógico. Jorro, Madrid, 1912). P. U. F., París, 1956. pp. 15-19.
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ción- especial".. Ciertos órganos sociales tienen ,,una situación si se quiere, privilegi ada"; situaciórr, *g,ir, ér, absolutamente natuiar, funiionar -e ineviauut.: ,,E[a se debe la natu raleza der. paper q*e desempeña no arguna causa extraña sus funcionés." Ése privilegio es pues un fenórneno
particular
absolutamente normar que se encuentra
en tod,o organismo vivo: "Es así como en ár animal Ia preemine.tcia der sistema nervioso sobre los demás sistemas se reduce al derecho, varga Ia expresión, de recibir una arimentación má-
escogida "obras de pmg su parte antes que ros demás.,, En otras de Durkheim, ,,organicis1a,,
se confund..r Iu analogía er modero ocial-darwinista.d:- Iu "superviveicia d."los más aptos,, en ,,la fuchl por Ia vida": "pu^es, si nada obstacuriza indebidamente los .o.np.iidores que .. airputanni favorece las tareas, es inevitable que las realicen únicamente aquellos que son los S9 dil;; 1ás aptgs para.cada tipo de actividad ,r" siempre hay suficiente pr.u contentar ros J. hombresi Que hay algunos cuyos deseos superan siempre las faculrades. Es verdad, pero se trata de casos e*c.pciánales, puede decirse que mórbidos' (¡Sic!) Normalmente, el homtr. .n.rentra cidad al realizar su naturaleza; sus necesidades están la felien re_ Iación con sus medios. Es así.q,r.- en er organismo .uáu- o.gurro solamente reclama una cantiáad de arinientos en proporción su dignidad." del carácter 1l igual-que comte, Durkheim era fundamentalmente reaccionario de su naturaris-" Io proclama con un orgullo un tanto ingenuo er ,".iáiági.o, de Las reglas del métido: "Nuestro méiodo no el prefacio ,i."i, ada de revolucionario. (¡Er.lo-menos que se pt¿sfl, fu.r, decir!, M. Lowy. E, un sentido, incluso es esencialmente conser_ Id', La diakíon du traraír sociar. p.u.F., parís, 1960. pp. r57-r58. lbid., pp. 369-370.
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vadorr-ya que considera los hechos sociales como cosas cuya naturaleza, por flexible maleable que sea, no es sin embargo
modificable a voluntad.,, El discurso durkheimiano, ya lo hemos visto, pasa con toda naturalidad de la ley de la selva las leyes naturales de Ia sociedad, de &tas los organismos vivos. Este sorprendente vagabundeo de la evolución está fundado en una metodológica esencial: la homogeneidod episte^presuposición $mológíca de los diferenies dominios y, cn .orrri.r.ncia, áe las ciencias que los toman por objeto. presuposición que funda esta exigencia central decisiva de todas las corrientes positivistas: "Que el sociólogo adopte la disposición mental ae físrcos, quím,cos fisiólogos, cuando abordan una región ,y de todavía inexplorada su campo científico.,,, puede el investigador en ciencias sociales adoptar lcómo la disposición mental del químico si el objeto de su estudiá, la sociedad, es también objeto de un combate político encarnizudo, donde se enfrentan concepciones del mundo radicalmente opuestas? La respuesta de Durkheim es de una ingenuidad anonadante, impregnada de una "buena voluntadl, positivista: "Así entendida, la sociología no será ni individualistu, ni comunista, ni socialista, en el sentido que vulgarmente se da estas palabras. Por principío, ignorarti ,ro, lrorías las c-uales no podría reconocer varor científico, ya quc tienden directamente, no expresar los hechos, sino ..for*arlos.,, En otras palabras: el sociólogo debe ,,ignorar,, los conflictos ideológicos, "acallar las pasiones los pr.¡ui.ior,, ,rd,escartar sistemáticamente todas las prenociones,'.1o Durkheim, como buen positivista, cree que los ,,prejuicios,, Id., Les riglcs... Prefacio, p. VIII. lb;d., p. XIV. 10 lb;d., pp. 140, 144, Sl. Subrayado dé M. Lowy. 1+
las "prenoci:nT,, pueden ,,descartadosr,, como se des. arta un par de Ientes oscurosser rende que esas "prenocio:..." para ver más claro. No com1., a..ir, las-ideoiogías) son, omo el estrabismo er aurtorrir.n;";;r. integrante de ra constitutivo a.r p,rrío de vistá.
illi1:,;,.J.rro
Et mismo
voruntadri;:i'^::?"i:i..1:"r::.r,:.,,ffijff"3r:¡.:Xf
manera basran para acarar los,,p..;u.iJr,t'i.;'-r.;;:'j".., contrarrevolucionarios en su .uro)
EI positivismo j. ninguna manera es un fenómeno propio el siglo o1^-fr'uuii corrientes
manifiestamente neo¡it, ositivistas ejercen una infiuencia decisivr, ,i ,ro hegemónica, las ciencias sociales universitarias, ,,oficiales,, nstitucionarizadar, pu.ti.rrur*.n,. ..u#rni.as, en los Estados unidos. videntemente sus fá.mas han cambiado: conductismo funionalismo han reemprazado.a Ia viej" -.ttsica de Auguste omte, el modelo ciberné,ti.o. ,urlirryJ'u.n,ajosamente al rganismo biorógico de Durkheim. p;;á er principio fundaental sigue siendo el mismo: George e. irnaberg, autor de manuar de sociorogía mod..r,"'*ufrpreciado en Ios stados unidos, no ,u.ilu en escribir irectamente extraídas del Discursoestas Iíneas que parecen "considerando la socior";á *;" ;;" de ¡itosofía positiaa: diaremos el comportamiénto social ;."cia naturar, estuhu*uio con er mismo spíritu objetivo ion-er que, un biórogo estudia un nido de bejas' una coronia de ,.ili amiento de un organismo vivo.,, "r,.]:,, ".t"rü".i¿n er funcio-
11 G'-A' Lungberg, c. schrag, o..,Larse n, socíorog,,7, Nueva york, 954, p' 5; cf. 1"t"uigl B. B;;;"",,,l.,t.oduttIJ'to the Behaviourat ciences',, Thc Beha";i"itl;;;rr, .!oday, ñ;;;; ygrk, 1963, p. 3: EI fin científico es estabrec.i-g.n.ruriru.iáo.i';;ü;. er comportamiento I5
Es preciso agregar que la tesis positivista según Ia cual Ia objetividad tendría por condición la separación entre juicios de hecho juicios de valor, la eliminación voluntaria de las "prenociones", ha influenciado en la sociología mucho más allá de los límites de Ia corriente positivista en sentido estricto. En especial Max Weber, que difícilmente puede ser considerado como un positivista, subrayaba la especificidad de las "ciencias de la cultura" en relación las ciencias naturales; sin embargo creía que Ia social podía debía ser "sin presuposición" "no valorativa" (Wertfrei). Según Weber, los conceptos de las ciencias sociales no deben ser "espadas para atacar adversarios", sino solamente "rejas de arado para surcar el inmenso campo del pensamiento contemplativo", porque "cada vez que un hombre de ciencia hace intervenir su propio juicio de valor, ya no hay comprensión integral de los hechos".12 Sin embargo, en ciertos escritos metodológicos
Weber reconoce gu€, en Io que se refiere a las ciencias sociales, los valores del observador desempeñan cierto papel en la selección del objeto de Ia investigación científica, la determide la problemática de las cuestiones plantear. Pero subraya que las respuestas aportadas, la investigación misma, trabajo empírico del sabio, deben estar libres de toda valohumano, sostenidas por evidencias empíricas reunidas de manera impersonal objetiva. t...]. El fin último.es comprender, explicar prever el comportamiento humano en el mismo sentido en que los científicos comprenden, explican prevén el comportamiento de fuerzas físicas de factores biológicos o, lo que está rnás próximo nosotros, el comportamiento de bienes precios en el mercado económico." Ver también este respecto la obra de I. L(or, Det Positítismus in der Soziologie, Akademie Verlag. Berlin. 1968. 12 Max Weber, Lc sauant ct la politique, 10/18, París, 1959, páginas 80-82. 16
rización,
sus resultados deben ser aceptables para todos.ls ¡como si la elección de las preguntar r,á impusiera en gran parte las respuestas mismas Lucien Goldma¡rn subray" i..rtadamente el carácter contradictorio de la posición de weber, medio camino entre el desconocimiento del determinismo socjal del pensamiento sociológico llue caract .riza los posi_ tivistas, su ace,otación integral poi los man,istas: .,Los elementos escogidos determinan de antemano, desde luego, el resultado del estudio. siendo los valores t. .] los de tal .rul clase social, lo que una perspectiva eliminará como no esencial puede ser, por lo contrario, ffiuy en otra. [. .]. En este punto el pensamiento de webei resultá insostenib-1e.,, ,n El error fundamental del positivismo es pues la incomprensión de la especificidad metodológica de,las ciencias sociales en relación las ciencias naturales, especificidad cuyas causas principales son:
EI carácter histórico de los fenómenos sociales, transitorios, perecederos, susceptibles de ser transfr-rmados por ia acción de los hombres.
La identidad parcial entre el
conocimierrto.
'.' el objeto del
El hecho de que en los problemas sociales están en juego las miras antagónicas dc las diferentes clases sociales. Las implicaciones poiítico-ideológicas ,r{e lá teoría so13 Id., "Die Objetivitát sozialwissenschaftlicher und sozialpolitischer Erkenntnis", Gesammelte Aulsátre zuÍ wisscnschafti,ehre, Tubingen,
J.C.B. Mohr, 1922, pp. 170-184.
t4 L. Goldman, scienc¿s humaincs ct phitosophi¿, Gonthier, parís, 1966, p. 43. El análisis de Goldmann sobre el problema de la objetividac nos parece uno de los más interesántes dentro de todr la literatura marxista contemporánea. 1?
cial: el conocimiento de Ia verdad puede tener consecuencias directas sobre la lucha de Estas razones (estrechamente ligadas entre sí) hacen que el método de las ciencias sociales se-distinga del método de las 'ciencias naturales, no solamente al nivel de los modelos teóricos técnicas de investigación procedimientos de análisis, sino también sobre todo al nivel áe Ia relación con las clases '¡sociales. Las visiones del mundo, las ,,ideologí*,, (en el sentido ampho de sistemas coherentes de ideas varores) de Ias clases sociates, modelan de manera decisiva (directa indirecta, .o:r:iente inconsciente) las ciencias sociales, planteando -o así el proble3u q. su objetividad en térmirro, .o-pletamente d.stintos de las ciencias de Ia natur aleza. realidad social, como toda realidad, es infinita. Toda crencia implica una elección, en las ciencias históricas esta elección no es producto del azar, sino que está íntimamente lgada una perspectiva global determinida. Las visiones del mundo de las clases sociales condicionan entonces no sólo la última etapa de Ia investigación científica social, Ia interpretación de los hechos, la formulación de teorías, sino Ia elección misn^a del objeto de estudio, la definición de lo que es esencial de lo que es accesorio, Ias preguntas que se plantean la realidad; en pocas palabras, condicionan la prábtemótica de Bffi i\1t.t1{
la ir^ vestigación.
la pregunta que constantemente prantea \ _ Y, ejempl_o: 'Durkheim en La diuisión del trabajo sociar: ¿cuáles son los factores que obstaculizan la libre competencia de los individuos en la lucha por la vida?, lejos de ser "inocente", lleva la huella de Ia visión del mundo social-darwinista de Ia burguesía en Ia época del capitalismo competitivo. Independienteáente de la "respuesta" propuesta por Durkheim, .it, "pregunta,,
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orienta su teoría sociológica en cierta dirección confiriéndole
un carácter necesariamente,,tendencioso,r. Ahora bien, es verdad que la distinción entre ciencias naturales ciencias sociales no debe ser absolutizada:
histórica relatiua. Histórica porque, durante todo un periodo, también las ciencias de Ia naturaleza fueron er terieno de un combate ideológico. Del siglo xv al xrx, Ias crases dominantes cléricofeudales resistieron las ciencias de Ia naturale za, que constituían un desafío su sistema ideológico. Duranie siglos, la astronomía fue el campo de una lucha de clases .rr.*rrirada, ideológica incluso veces política, los hombres de ciencia frecuentemente fueron víctimas de la represión de los aparatos de Estado (Giordano Bruno, Galileo, etc. Gracias'úrri."mente a la liquidación del modo de producción feudal Ia desaparición (o "modernización" de su ideología, las cien,,neutro,, cias naturales se volvieron progresivamente un desde el punto de vista ideológico. Sin embargo, incluso en el siglo XH, la relación epistemológica entre Iá ciencia astro. nómica las clases sociales no era del mismo tipo que la que se encuentra en las ciencias sociales. Volveremos a Jto. Relativa, porque el grado de "compromiso ideológico,, no es el mismo en todas Ias ciencias sociales (ni de i,neutralidad ideológica" en todas las ciencias naturales), porque, por otra parte, en el interior de una misma ciencia ciertos problemas son más "sensibles" que otros: Ia historia de Ia Revolución Francesa evidentemente despierta más antagonismos de clase que la de las guerras del peloponeso. En conclusión: los positivistas insisten mucho en Ia heterogeneidad de los juicios de hecho los juicios de valor, en Ia necesidad lógica de su separación. Subrayan, con razón por otra parte, que nunca se puede deducir un juicio valorativo 19
'*
de un juicio fáctico. según ra cérebre expresión de poincaré: Ias premisas en indicativo no tienen ionclusión tógica en intperativo. weber señala con ironía que nunca se podrá démostrar científicamente la justeza el irror del sermón de Ia Montaña. Eso no r. p,r.áe discutir; pero ro que orvidan tanto weber como los poiitivistas; es Ia relación iiuersa entre la ciencia lo normativo:,los valores que orientan, inÍIuencian condicionan los juicios de hecho. Relación qr. po, su parte no es lógica sino sociológica: es el punto d; ,ito d,e crase (q:t implica elemento* rr91*"tivosf er que en go; define el campo de uisibilidad de íno tuoría social, loparte que ella ttve" Io que no ve, sus *aciertos" sus ,,desaciertos,,, su luz ), su ceguera, su miopía su hipermitropía.
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DE MANNr{ErM
Bajo el impacto del marxismo, mito positivista de una ciencia social asexuada, como los ángeles de la teo-neutra logía medieval, fue severamente combatido. El "problema de la determinación social der conocimiento ya no podía .ser tan fácilmente ignorado. una nueva tentativa para resolver problema, distinta del positivismo tanto .orr,á del rnarxisrño,el fue realizada por un tránsfuga dei marxismo, Karr Mannheim, en su brillante obra ldeoiogía uto.pía 1929) esta obra formó una nueva rama de Ia ciencia'sociar universitaria: Ia sociología del conocimiento. igual que ios marxistas, Mannheim reconoce que ra posición social del sabio, del observador, determin ,u'-prrr_ pectíua, es decir, la manera de.contempíu. ,,, ^objeto, Io que percibe en ese objeto, cómo Io interpreta. Esta'p..ri..tirru es entonces función de ra concepción der mundo' (wettans_ 20
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chauung) de las diferentes clases grupos sociales en conflicto en el seno de la sociedad. Estas diversas visiones particulares no descubren más que un aspecto del objeto, más que una parte de la realidad social: son necesariamente unilaterales fragmentarias. Según Mannheim, esto implica la posibilidad de una "integración de los diferentes puntos de vista mutuamente complementarios en un todo comprensivo", es decir, la posibiüdad de una "síntesis de las perspectivas". Evidentemente, la pregunta central es ¿qtién va a hacer esta síntesis? ¿Cuál es la clase el grupo sc ¡ial que puecle servir de base esta "mediación dinámica" de los puntos de vista antagónicos? Según Mannheim, existe ur grupo !lue, en raz6n de sus características específicas, es capaz fle llevar cabo esta deücada tarea, de alcanzar así un conocimiento comrleto objetivo de la realidad: "La inteiigbnc-a sin ligas" (freischwebende Intelligenz)', que se encuentra sobre todo en las universidades instituciones de enseñanza tuperior. Ahora bien, los intelectuales que creen carecer de "lig*" (y qr. no se han adherido ninguna de las dos principales clases en conflicto: la burguesía el proletariado), ino están precisamente ligados Ia clase de la cual son originarios en su mayoría, gue es la más próxima de su situación social, es decir, la pequeña burguesía? ¿Puede su "síntesis dinámica" ser otra cosa que un lusto medio ecléctico entre las grandes concepciones del mundo en conflicto, justo medio estructurai)su capa mente homólogo a la posición "internediaria" social?
El tipo de "síntesis" que el mismo Mannhe::n nos presenta
constituye una respuesta rnuy esclarecedora estas preguntas: en su libro Libertad, poder planificación democrática, predica una "tercera via", un sistema de reformas pacíficas sistema gracias graduales fundado en la "planificación
2t
al cu¿'l "la sociedad capitarista contemporánea puede todavía er equilibrada" por .orrcesión suficient. a. ,.*i.io. ¡ir" ejoras sociares las crases irrferio.es, para que estas
úrimas también se interesen que er orden sociar sea mante-en ido" No hay necesidad ae insisti. .., er carácter muy poco "dinámico,, de tal ,,mediación,,.
III.
EL DEBATE EN EL SENO DEL MARXISMO
según Mannheim, er marxismo nunca se ha apricado sí ismo Ios procedimientos de,,deserr-*."ramientó ideorágico,, empleddos contra sus adversarios, ,rrrü'^ir"'r*rll;. el oblema de Ia determinación ,o.iur'd;-;; propia posición; tal autodesenmascaramiento,, mostraría ituye, en su caridad de ideoros-,a aá que er manrismo consun punto tan "partidario,, como a. Ias |r}.t"riado, ideologír, a. h, á._¿, ff,"J:?
iffi
c<,fia
En reáridad, contraria*.rrt:-1 lo que también en otro contexto Arthuser), pretende Mannheim Ia perspectiva de cras.e que orienta su Marx nunca ocurtó pensamiento. No soraente "desenmascaró" er caráct r, ;;r;;;; de Ia obra de sus adversarios (economía porítica. crásica' ,r,rrgar), sino que, ambién procramó er carácter proretario de su propio punto de vis.a. En una de sus primeras obras económicas, escribía ya: "-1sí como los econo*irt* son los ,.f..r.rrtantes científicos de Ia crasg burguesa, Ios sociaristas los comunistas son os teó"icos de.ra cra^Je práretu.i". /" .i.rr.ia r...j producida por el movimiento hisrórico que se asocia ¿i ;;;;[r" Mannheim, Idéologie utopíc (Idcoloqla utoph, Ed. Aguilar, Madrid), Marcel fti"ifr" e?, ct París, 1956, p. ZiS.
22
conocimiento de causa, ha dejado de ser doctrinaria se ha vuelto revolucionaria." 1' ¿Se irata de una obra de juventud (lS+7 de una posición de Marx "antes de su madurez"? En realidad, etr el posfacio la segunda edición de El Capital Marx va reafircrítica mar explícitamente el carácter "comprometido" de la economía política su inserción en un punto de vista de clase: "En la medida en que esta crítica representa a una clase, no puede representar más que la clase cuya misión histórica es el desquiciamiento del modo de producción capitalista la abolición final de las clases: el proletariado." 1? En consecuencia, el método de Marx no es "neutro", "positivo" naturalista; este método, que él intitula dialéctica racional, es "un escándalo una abominación para la burguesía sus portavoces doctrinarios porque, en la comprensión positiva de las cosas existentes, incluye al mismo tiempo la inteligencia de su negación, de su necesaria decadencia, t. .] es esencialmente cútica revolucionaria"." En pocas palabras: Marx consideraba su ciencia como revolucionaria proletaria y, como tal, opuesta (y superior) la ciencia conservadora burguesa de los economistas clásicos. La "ruptura" entre Marx sus predecesores es para él
16 C. Manc, Misire de la phílosophic (Misería dc la fílosoffa, Editora Nacional, México, 1961). Ed. sociales, 1948, p. 100; cf. también F. Engels: "El comunismo, en la medida en que una teoría, es la expresión teórica de la posición del proletariado en la lucha de clases [. .]" i'Di" Kommunisten und Karl Heinzen", Man<, Engels, Werke, Dietz Verlag, Berlín, t. 4, p, 322. tl- Id., Das Kapítat (Et capital, Fondo de cultura Económica, México, lg72), Werkc,23,Dietz Verlag, Berlín, 1968, p.22; cf. también el "Manifiesto'inaugural de la Asociación Internacional de los Trabaja' dores", donde Manc oPone "la economía política de "la economía política de la clase media". 18 lb;d., p. 28. El subrayado es nuestro.
la clase obrera"
23
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crase
en er seno de Ia historia de Ia ciencia
,, Prt. punto de vista el cérebre *"in, quien en su ,I1,o sobre r* una socitdSg fundada r;:,::rffi§uo.:,:: subrayaba: "En ., lu Iucha d. .,::: ci en cia socia
r,i*pu*L i' r,
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iende' de una manera otra, r; Tfj.l "rri_ Ia escravirud ras que er mancismo "ruru.iuau, mien_ ontra esa esclavitud." le dá;;;'irnr.gue'a ,,pedir impracabre ;#, 1s.j,r" ui"r.i..r.iu ru.,á"á" escr avi tu 5:':fi
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der, asocia, íntima ;';;;;-trbrrmente, en la fuoría *rr*orr.r,'oot La tesis der ."rá.t., -f,roretario der marxismo también ostenida por Rosu es lu*..íiu.go en su porémica contra Bernsen t, -,;;; s';;;,. J.,lTl, ofr ,?J"XTfl iá 3:
tTl"l,!:,I 5)illi;
': Lenin, "Quiénes son los .¡ "i ;fi ,,;, 1,.: 1*: ñr' ;;,;:,, ":ilf ",^ *:1,, ir? 8,,, ;i 24
u?ru.,
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tein "como Ia verdadera sociedad ienen intereses, aspiraciones,
se compone de crases que concepciones diametrarmente puestas, una- cienciá generar es, un liberarism" .ur-,.".ro, irr;;;;T Ias cuesriones socia. omento una ilusión, una una .oJ-ubstracta ".Lf son por el ukács' Korsch crulr.i, p:.. utopí.;j;;;-;; por es, ae.gi., "iiáuao corriente *r: mpropiameSre Ia que ,,¿;íiljrsmo r,u teórico,,, pero ue en realidad constituve, con orriente diaréctica reuorurionor;o Lenin Trots.ry, Ia gran .,* a.i-*uoismo portación de.Lukács es particularmente moderno La
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H:Ti'i;::',1:,:r.i.",.""i:*:;;tnT:tr"*njji#f::"
ciencia empírica de Ia d,el punte d,e uista "L* obrera,srs,iroracionalmente intereses históricos obf:ír::.'responde
La relacii: .pir,emológica-
enrre el mancismo y, el ,prole_ ariado será en cambio nI.gada, u"i, j* rgrras .difeñntes, gualmente marcada; ;;".r raro-'j.ilo.itivismo, por los ortavoces del revisionismo de ,,la o.toal*ia,, en el seno de lo.'i'i.r*uno,
il"J|d:ternacionult
enemigos,,
B..r,rt.i,
Bernstein .f*.. Ia^separación,rigurosa, hermética absouta entre "ros hlchos" varorrs,,, .rr*. Ia cien:ia ;;;r pura Io comte) lu.*orJ, pu.u (a Io Éant). una d" Ias crítcas que dirige Marx .r^ p...iru#;, 'nuo., confundido ambas, Io cual explica juicio rX ,,rendencioso,, ;l .;;;.rer de sus obras e.onómi.*, ,u l,,i¡"pirr*,:;;, ,,a priori,,. egún Bernstein ra ciencia' ncima de los confriátor a.-.i*o, ..orr¿rrii., debe estar Dor
j' .iÍ{:#'
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í:,: ;:i, !",(,!,i ,T,3 n1,,,;, ;,r,
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tidaria, übre de presuposiciones; en Pocas palabras, debe ser positiua: "Mi manera de pensar más bien me habría predispuesto la filosofía a la sociología positivistas", confiesa en un ensayo autobiográfico." En principio, Kautsky era el defensor del "marxismo ortodcxo" contra Bernptein. En realidad, su posición acerca del prrblema de la objetividad (entre otros) no estaba tan alejada d.e la de Bernstein: según é1, es preciso distinguir cuidadosamente entre el "ideal socialista" "el estudio científico de las leyes de la evolución del organismo social". Tal como 1o revela su terminología, la biología evolucionista de Darwin era Para Kautsky el modelo de Ia ciencia man
u.n aspecto de Ia visión der mundo que constituye er punto de perspectiva '^'^t soctal, perspec,iva 9ue condiciona (en diie^.,.* ,.];; ompr ej u, .,en.,a sociar. En su :.:,,,, f"': gran riJlimg
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or un proceso de automistifi.".ió;t Jl ?TlT: "rJ :í erspectiva Ia der desajuste p.ot.tiiado. ó.'uui ,esuria entre su ,nu--ir¡*_* utüzgc¡fu-extrema de Ia- ciencia, áir..ru.rrente soirtida las necesidades poríti.*ia."rógicas
á.?iu.o*acia, insrruentalizaci,n ejemplo más crási.o ::yo más impresionante Ia cérebre u;ítoril- iii"
ri.riar'2"o"*lrr'¡rt, de ra ues,s, reedicion..,tgri*alf,"r*'"orregidas,, ión de los cambior ;;-rí*a. de i; ñ¿.;, der en funpartido, uyas numerosas
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ri::",: ".,
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se
Este aspecto.del statinis-mo 22 Angel, E. Bernsteín et léaolution du socialisme allemand, Didier, es muy .l]..*,.*o, conocido, no huy París, 1961, p. 194. 23 Kautsky, Dic Matcrialistischc Gcschichtsauff assung, 1927, t. 2, ü:Ti[*ióT,, insistir .;;i:".i];i;;;;f. que ra página 631. 21 Id., Ethiquc ct conccption matérialistc de I'histoira, citado por ting.n :,1f; :T:i!,il T,. Goldman en Rcchcrchcs dialcctiquas, Gallimard, p. 284. ue se desprende der áu.¿.t..'a. ru f;;;; i. uirtu: punto de
i.;;,",li,fi
:ffi"Ulf m1;;
26
27
vista de la burocracia, que sin embargo debe presentarse como el del proletariado. Pero lo más interesante al nivel epistemológico es que la instrumentalización de la ciencia nc haya perdonado las ciencias de la naturaleza, que fueron sometidas lln proceso de el periodo 1948-1953. "ideologízaci6n", sobre todo De manera esquemática, brutal tajante, se oPuso ciencia proletari^ ciencia burguesa, en el estudio de la naturaleza en general,y de la biología en particular. Se intentó (en vano) demostrar Ia superioridad de la ciencia soviética, de la biología pretendidamente "proletaria" de Lyssenko, sobre Ia ciencia occidental, representada nor la biología "reaccionana burguesa" de Mendel-Wassermag; esto no solamente en la URSS, sino en todo el movimiento comunista mundial. En Francia, La Nouaelle Critiqu,e, revista de los intelectrrales det PCF, organizí en 1950 un gran coloquio consagrado al terna "ciencia burguesa ciencia proletariz", publicó una serie de artículos en honor de Lyssenko, de los cuales el más notorio sabroso es el artículo de Francis Cohen. Lyssenko había escrito en lzuestia del 15 de diciembre de 1949 que ios descubrimientos de los biólogos soviéticos sólo habían sidtl posibles gracias "la enseñanza de Stalin sobre las transformaciones cuantitativas graduales ocultas, invisibles, que conducen una rápida modificación cualitativa fundamental". Francis proletario" ese texto del ilustre Cohen analiza desde el punto de vista de la epistemología stalinistal de las ciencias: 'oEsta cita requiere algunos comentarios. Enl elaboración¡ primer rimer lugar nos muestra el proceso mismo de elaboración base, de la ciencia proletaria: el hecho experimental en la base,l leni'i marxista teoría po. ayudada luego la interpretación, la Hirtoriai nista, aquí muy precisamente por el capítulo IV de 2B
del Pc (b)." 'u se ve pues umma theorogic¿ starinista, cómo ra Historia det pc (b), se convierte no soramente en atriz de toda ciencia política, Ia §no también en Ia fuente del l,greso de las cie,ciasnaturares. DirigiJnaor. quienes po_ rían osar Dorer en duda Ia pertinJ; de escritos de talin en *io.i 6n ar; ;;a bioró-qi.r; ;; er prttexto de que trataría de "argumento a. iutáidad,,, .u1. cohen roclama con indig.ruJiór,
"Para por Ias razone.s que Desanti ha ", .:*:nista, aquí, starin es Ia más arta ,uio.iaua undo' t' Esto acrara singurarm.r*. 'lu científica del curistión de los argumentos á. urto.iáual. pÁe. .r, á.,au una airrmacién echa en tales circunstancias, es poner en dud-,, contra Io vidente, Ia eficacia, Ia .*u.ritua,^ ru unidad, cter starinismo. asinrilar un sabio pror.t*i-o. comprometido en ra construc_ ión del comunismo, L.liq br;il; uirtudo, pn i,ado de "" eoría directriz, irresponsable.,, ru EI extraordinario artícuro de Francis cohen, maraviloso sp6cimen de Ia.concepción a.i-*r.rclo, tsrmina con apóstrofe xpuesto
siguiente, que eufóricamen,. uorru tod¿ distinción ciencia naturar: "Ya no puede haber .ñá, .o*promiso ideorógico en ma_
pisj,gTológica entre idlorogía porítica
28 F. cohen,-"Mender, Lyssenko et Ie r6re de ia scien ce,,. La Írrouoer¿ ritique, Ne 13. f.br.ro áil'9;ó;'p. ql .E1 ""friito tv, redactado por i.; principios ¿'.1-.,o,",iaris¡no dialóctico
iTl'i;#:{i:il:JJ;iüi,T;:'tá. 26
lbíd', p. 62.. Desan-ti, miembro del pcF La Nouaeile cr;i;qlr,"k: r, ai.i.-ir'. en esa época, había a" 1g4g, un artícuro ntitulado "starin, sabio a" ,,La cien;;;;; subtíturos: ia stalinista, ciencia "'""á'tip-o,,', .]"r,"i" a,, ,,La ciencia stari"ni";r;;r; ista, ciencia risurosa". r' J.r*rrso "'""r;i;;di. able emi.,enie h"-t;"ü"ii1"".ia,á" D;;;;It,*riu,"*utico muy respe_ scrito en
scrito "con ra ayuda
casión, presidida
d. ,rnu
agreguemos
que su artícuro fue
"o-irián ;;il;';;eciarmente por víctoi i;;;;; i-,i.1it-"*á.r comité para esta bentrat,,.
teria de ciencia que en materia de lucha sindical de lucha por la paz. El combate de la clase obrera se realiza así en los laboratorios, en todos los terrenos la vía de la victoria es mostrada por los países de la clase obrera en el poder, su Partido bolchevique José Stalin, el guía de los trabajadores
tiempo" (p. 70.) Critique La Nouuelle de En un informe de la conferencia s-:bre "Ciencia burguesa ciencia proletaia", la redacción Ce la revista expücita algunas de las PresuPosiciones de esta burda sociologizaciín de las ciencias de la naturaleza: es "una ideología históricamente relativa"; -la ciencia práctica burguesa" lu "práctica proletaria" se en-((la "definen dos ciencias fundamentales contradictonas: frentan Ii ciencia burguesa la ciencia proletaria". ¿Se trata de las ciencias sociales, de la economía política, -le la historia? No, aunque Parezca imposible se trata de la biología: "Los descubrimientos michurinianos, los trabajos de Ly'* senko, son muestras de tal ciencia socialista. Situarse en sus nosiciones, haciendo suyos sus criterios, es la condición de la óU¡.tiuiaad en la discusión cientifíca, en la discusión sobre el detalle científico." 27 En cierto sentido, se trata de un positiuismo de signo inuertido. Al igual que el positivismo, no se reconoce ninguna distinción metoaotO§i.a fundamental entre ciencias sociales ciencias naturales. Mientras que el positivismo quiere "naturalizar" las ciencias históricas, el stalinismo-lyssenkismo intenta "ideologizar" las ciencias de la naturaleza. Así desemboca en cl absurdo de una biología "proletaria" crea los fundamentos
er más grande hornbre de ciencia de nuestro
:*,iú .§
zr "La science, idéologie historiquement relative", La Nouttelle Critíquc, Ne 15, abril de 1950, P. 46. 30
,i:,:t
química, de una física
de una astronomía ,,prole-
El problema de Ia objetividad es resuerto por Ia procra_ mación canónica. dogmática de ra i"i;rilfií; "rrre" *J, del Guía de los puebros Grande de cieñcia de Nuestro T.Tp9, guíá der pensami.*oa. Ios histo.iudor.r, economirr*,, biórogos genétistas, sorución que p..r*iu .ri_ entemente Ia dobre u.rit";u de ra 1i*p1i.rdad de ra coherencia. Louis Althusse: t?*? parte activa en er gran festivar de Ia ciencia proleraria de los años de 1950. principio de los años de 1960, después de ra muerte d. stuli.r, del XX congreso de Ia confesión, parte de Ios soviéticos, de ra impostura de Lyssenko, ,. i.u, matiz6: escribe verdadero "shock". sinceramente- arrepentido que recibió un d; il;..uao, juventud, er busca del camino á. lu verdad objetiva, Althusser será presa de un santo horror ante er concepto de "cier¡cia proletaria"r -al que va anatem atizar, no solamente en Ia esfera de las ciencias de Ia naturareza (ro cual estaría plenamente justificado), sino en todas ras ciencias, incruido el marxismo: "En nuestra memoria filosófica, €se tiempo permanece como el tiempo de Ios interectuares armados .1'qr; ;iuidían el mundo (artes, Iiteraturas, filosofías ciencias), utilizando un solo corte:-er despiadado corte de las crases. íi.*po uya caricatura puede resumirse en una frase: bandera en el vacío: "ciencia burguesa,,, ,,.i..,.L izad,a
,Xij.rl,,?.*."
Oro-
"Algunos dirigentes, para defender, contra el furor de Ios ."tu.-q-"^* burgueses, un marxismo .nior.o aventurado en Ia "biología" de Lyssenko, habían vuelto Ianzar Ia üeja fórmula izquierdista que había sido anteriormente Ia consigna
3l
de Bogdanov
todo. t.
del Proletkult. Una vez proclamada, lo dominó
.] se nos hacía tratar la ciencia, cuya rúbrica cubría
las obras mismas de Man<, como una ideología cualquie ra.,, ,, La posición que Althusser va asumir es el r.u.*o simé-
trico del lyssenkismo, cornpartiendo con él el mismo error capital: el desconocimiento de la diferencia (relativa, p€ro
esencial) entre historia natura\eza, entre ciencia histórica ciencia natural, diferencia que oiplica por qué no pueden existir u:i? genética "p,:,-^.!¡1xiu", ni rrna historia "po, ir,cima de las clases" "no partidaria" de Ia Revolución Rusa. De igual manera, la aceptación del "espíritu rdel partido,, stalinista, ayer, el rechazo de la ciencia proletaria (.r, el campo de las ciencias históricas), ahora, están fundados en el mismo "desacierto": la confusión entre el punto de vista del proletariado su pobre caricatura burocr áiica, adorados juntos ayer, quemados juntos hoy. En consecuencia, en ciertos aspectos Althusser va sit¡rarse en una posición próxima al positiuismo. Por otra parte, no oculta su admiración por A. Comte, "el único espíritu interesante" que la filosofía francesa produjo "en los ciento treinta años que siguieron la revolución de lT}g',.r" Por lo contrario, critica severamente el "izquierdismo teórico" de Lukács Korsch por haber proclamado que el man. lG; cf. también Lénine et ta phítoto jhi, (icnin ta filosofía, Ed. Era. México, D.F,), p. 13: la filoiofía franc.sa,,no púede ser saload¿. frente su propia historia mái que por algunos grandes.espí. ritus con los que se ha encarnizado, como cornte DurkheIm. ..,,.
32
trina de tr{arx en reración directa con Ia crase -áp"ri.ión -de expresión brera' De esa fecha data Iu f.*lr" entre ,ciencia bur-quesa' '.i:.il proreraria', en que triu'faba una terpretaciólr idearisti voruntarista der manrismo como xpresión producto excrusivo de la De paso ,.iiui.*or qr. ;;rr#a.',nl pñti.q proletaria.,, s0 ,1,1.0..,ación bastante rbitraria de Ias tesis. der joven Lukacs, para quien er marisriro no es Ia expresión ,tirecta,, -.r ',,f,.oducto excrusivo,, le ia práctica- práretariu, ,iro er punto á. visa que corresonde racionalmente los intereses objetivos proretarios: Ia conciencia de clase atritruida,,. Althusser critica iguarmente sus discípuros talianos porque "deflnen como Gramsci -q;;ir.#JJ históricas o. odo conocimiento acerca d. 11 objeto histórico,,. por Io conrario, para él la.ciencia
(sociar ropia, independiente s)parada ;;;;."0 tiene una historia de Ia hístoria :ocitl polí_ ica, es decir, que no ás ufe.tacia por ru tu.rru de crases no orma parte dei "bro-que histárico". r..i, qr. .rra en oposición no sólo con Gramscij er izquierdista t.o.ilo incorregibre, sino ambién con el l-enin ortoioxr¡ y, científico d,e ,4lrlaterialismo empiriocriticismo., Althusser menudo se dice eguidor) que escribió.!d.1._q,r. "La diaréctica materialista de Marx Engels comprencre ciertamente er rerativismo, Dero no se educe é1, es decir, reconoce Ia rerativid; ;;;d";."r*r"rro, onocimientos, no en er sentido de ;;ñión de Ia verdad objetiva, sino en er sentido de Ia condi.io]nuria"d históri., os Iímites de Ia aproximación de nuestros conorimientos sta verdad.,, ,,
-t*,"rr$'jX:t'rT¡."'ra lcer Et capital, sigto XXr Editores, s. A., Mé31 Lenin. Materiarismo cm¡tiriocrístícistno, en_ob¡d. comprctas, bid'' t' XIV,'p. t++ ¡ii.v-,á¡iá" otra ed. a. Ed. Grijarboi. "rp,
33
La.i*esistible propensión..d;-fllhuss¡r
manüiesta también en su insistencia
el positivisSg Lavoisier, subrava
rob..i. r,.t.loli;# qor_
Ia
Irfflil}fi:iP:va.ndo 11iti¡ud, "ryJu sus descubrimü' 'ou,,,l:!*:!:
#:*,)::r:",:"tot"r1ru "!r.r..t¡ñ;'**:il:iü#i i;F&f.iü':,;ffi.1_ l[::::,::,:,i!::,,::,"roi ;,:,,:.&-; gr, i; il;:ffi":}i.,rff,'j-
mejor dicho q¡L¡ru ta idcntidad
*o,"r3:.:-l:",.1.: {.M;;:';;;;;os
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:il'i]*"1T::::i:i::;:{,;:iti""::':r.Ji: onc:er' En consecuencia, il Aü,J á;".ri,."1',#l1i,jl
que Durkheim itfíTij$l#á.:i::::":1':":i i"ill,t1H;i';r:,f 3.:::] {-ñ;ü;..:];:":T::": el exterior,, ¿. ¡" "r. dejadÁ ,ien
intereses pueden ser
que inr yr-r"r,n"rolü.{Tt**o" el mundo, cuando se trata de
¡nu.;¡nrjtl_t -.niól ili** 1", puñares en .r ,o,ido" en un salón-de bill¿r bi,rar honesto. ,uo*,i tu*¡.;' supone 3;n'::k"{":::{L[.1,* que la ciencia del mismo Marx no .r,"i" l"m*.il'T or.ringuno de esos interese; .,exteriores,, .o*o "i"r,tiri.^i ¡ur¡renro oe entrar
¡ou.r, .,irquierdista teórico" que todavíá no rr"¡1"- a. ro ffiIüñli#: ['*:*{:ll*iifuti,üJ'i}':T pl.n" durez..,!r {cucroacn como el.grito ex3lg-do
lenrriw,r".r.
"l."rr"á"'t
-.-
;:f:l*":f*;§:'X'i,",r:::;:';§fiil,*ll';:l'jt .""*::*:#: r.1lgu.,* í111.,.",, i#il:":il ffi:fi Tga,^"-?_.t:;irG{d;;HIil:,1,"[H:il: l:,T"T:.:*1,"*,r.i.,rr,,.",,.i.,.1,, con Ia ideología ¡sLv¡w§r4 burguesa ideología: Ias -- 'vLv¡vs¡a; ¡as ciencias uurguesa crenc¡as de Ia de ta la sociedart sociedad conomía cliásica. ti.---- ,111 d:,la. ¡láci^- D--^-^_ _. nn tienen economla no Pero en ninr ffiTrilrt*:iT#",;:{#i,:;:,!ix:,§*!:;,:,
parece acercarse a, prob,ema
.nltill*lipi,fii,:.ti,ll#tt*#,;":,ffi
r-P+lntilan los grandes combates p"rr'1"* al#rii..jli":11* mar^is11 et pr;teturiadr, rarJ Desgraciadamer entre Marx su. p..d."eráJ;"j;; ,:'-:::':1 ¡a esc§ton el contexto en quc sc encuentra fenómeno pu.amerite este intele¡rrar éñrÁrñÉ^-.:o,*o:r, oárraf., -" "-^-"j.1-"di;.p.Liá,.ja.ll";y:;:".T::,lT "S:T:,:,::,:-T:::: 'o-
fr.á.'f.;;;1":r'; ::!::4 1,-*."i" ,,."^i#ramente lT;;,bh ¡,"..o.11?^rlj.;n",:t[1"::;J;,iffi:'Ji,:il,,1" distingue
9.
metodológicÁente €ntre cienries ,. ,- -^..._^li]o t? y. ciencias de Ia historia, ro cual le Ie ne",,,ir. permite comparar.o";,1;;;;;; -jli"ó'hJ,l
i: A,.,h-r:.f
Pa¡a l¿¿t.El ca?i¿at, ib;.!.,
;.i
p. ts4.
;yi.:ii,rnr,"T[:rtr"*r;iti',';"*,,$^mz:"x t;:r»H z+
il".*:*,13T::_::-:-l;
l"*::TilT::['s'i.,*, .J';il"Tfff,I];.í,i:.:ffi: aséptica, serena,
que no ,.r^;1T -?.::."*", nuevo. terreno, Ias expcriencias ,,'::o"fi"as metodol6oicas ,,^,," llij| n"." "que a.ia. hace más o,,"
",
t.
Althurser, pa¡a lec¡ El n:l"*T;
-ui,"."i:r?ff$':'ff c'pital' íóld', pp. 165'166. El rubrayado
*;*,Fil?i:i:rria'#:;?!;,"r.r;ri!2y"i]!x:;,r#i; páAlthurscr,
ui:, ¿i i"p¡tat, ib t., p. 200.
35
práctica de las ciencias que han logrado su autonomía", es decir, de las ciencias exactas de las.ciencias de Ia naturalez.a. Lo cual nos lleva la resbaladiza pendiente del neopositivismo. Althusser tiene raz6n al subrayar la especificidad de la práctica científica, su autonomía en relación la estructura social, las condiciones*Ijffi. Su error está en absohúizar esa autonomía transformándola en una in4e:pgnt!ruig, urla seperación, una ruptura casi total. Para é1, tt hiitoria de la ciencia económica, como historia de la química, está martad" por un descubrimiento genial que instaura la "ruptura epistemológica" entre ciencia e ideología, sin ninguna relación con una clase social su punto de vista. Althuser no parece *sospechar que el lazo entre Marx el proletariado revolucionario no es de la misma naturaleza que el que existía entre Lavoisier Ia burguesía revolucionaria de 1789 No porque ésta hizo guillotinar al ilustre sabio, sino porque el descubrimiento del oxígeno no tenía ninguna relación epistemológica con las iuchas, aspiraciones intereses del tercer Estado.
En conclusión:
1.
Las tesis de Althusser están en contradicción explícita con Man<, quien proclarnaba que su crítica de la economía política representaba el punto de vista del proletariado, así como con Lenin, cuando subraya el carácter "de clase" de toda ciencia social. 2. Althusser sólo reconoce dos posibilidades: ciencia social como práctica independiente en relación las luchas sociales, liberada de todo compromiso de clase (tesis que defiende ciencia social como expresión inmediata exclusiua del -la proletariado (tesis injustamente atribuida los "izquierdistas teóricos"
). Olvida una tercera variante, la única correcta en nuestra
36
opinión: la ciencia histórica se sitúa necesariamente desde el *r punto de vista de una clase, pero es relativamente autónoma en su esfera de actividad propia. 3. conao reacción contra el zhdano-lyssenkismo de los años de 1950, Althusser lanza al foso del "izquierdismo" al bebé marxista, con el agua sucia stalinista, para situarse en un campo teórico minado por el positivismo. Probablemente una "soci"lggll_dg¡ _alt-hu»f .i_e!!§glo,, descubriría detrás de sus tñla resistencia (;"i ;;¡i;"sible ,. de ciertas capas de intelectuales del PCI' contra su sumisión los cambiantes imperativos políticos del partido, por el reconocimiento de la independencia de la dignidad del trabajo científico. Sin embargo, incapaces de dlstinguir la perspectiva histórica del proletariado de su caricatt::a burocrática stalinista, transfornan su deseo de emancipación respecto del aparato del partido en teoría de la liberación de la ciencia man
tV.
CONCLUSIÓN: EL PUNTO DE VISTA DEL PROLETARIADO
si se admite Ia tesis del marxismo revolucionario
según la cual toda ciencia social es, conscientemente no, directa indirectamente, una ciencia "comprometida", o¡ienrada, "tendenciosa", "partidaria", ligada la concepción del mundo, al punto de uista de una clase social, es preciso encontrar una ¡l salida para evitar la via rnuerta del relativismo. Para el relativismo ccnsecuente no existe verdad objetiva: hay muchas verdades, la del proletariado, la de la burguesía, la de los conservadores, la de los revolucionarios, cada una de elia: igualmente verdadera falsa. Se cae así en la célebre nocher 37
rulativista do.nde.to$o3_los {3t-9:j9:¡ga"} se termina por negar la posibitidad dé un-é&ióañriÉñio oíÉtivo. roi .¡á*plo: no habría una historia vcrdadera objetiva de Ia Revolución Francesa, sino diferentes historiás que todas vienen ser lo mismo: historia contrarrevolucionaria, historia überar, historia jacobina, historia socialista . La de Joseph de Maistre, q.¡€ explica 1789 por el castigo divino de los- franceses culprbles de pecados abominables, sería tan buena (o tan mala) c,,mo la de Jaurés, que inte¡preta los acontecimientos en tÁrminos de lucha de Clases. Dado qu: tal posición agnóstica es estéril manifiestamente absurda, es forzoso reconocer que cíertás puntos de uista son relatiuamente mtis uerdad,eros que otros, para ser más precisos, que ciertas perspectivas permiten ,r"'ipro*i mación relativamente mayor la. verdad objetiva. Aho." bi.r,, ¿cuál es Ia visión del mundo epistemológicamente privilegi ada, lráJ .1 punto de vista más favorable para el conocimiento de lo real? La primera respuesta posible correcta, aunque -respuesta insuficiente- es la siguiente: en .uáu periodo rri.í¿ri.", .l punto de vista de la clase revolucionaria es superior al de'lJ clases conservadoras, porque es el único ,^pi, de reconocer de proclamar el proceso de cambio social: la u"ri"*r" revolucionaria hasta el siglo xvrr, el proletariado "p"rti, del xnr. En efecto, solamente desde- el -punto de vista der proleta_ riado, en tanto que clase revoluciónaria, se vuelve uisibte la iistoricidad del capitalismo de sus leyes económicas. como lo subrayó Rosa Luxemburgo-: "Ijnica precisa*.rr,. po.qu. ivfarx consideraba Ia economía capitalista en prim., Lrga, e, tanto que socialist?r cs decir, desde er punto di vista hisiórico,
pudo descifrar sus jeroglíficos. .,, s? para los economistas ueses las leyes capitilistas .,naturales,, burroducción en geneiar, d. son las leyes de Ia ,u.,ro que tar. por contrario, er Letoao á. l; r¿"* r;*drraao a.ominación q"1 li !uts,":.íu"- capta cada forma ,,1 sitorio", histórico, p.r..üero, porque se d;i;"yecto revotucionario. (No *l"rrlTflo_rt¿dára es por en eI 0,,,,o 'ü'*rff ue er historicismo sea áistin.ió;;;roáorogi.a capitar an< Ia economía política en*e burguesa).
di[l#,;ti.^*:H-
l{}ü ql,i:,:[,ff
*:ff *.:::
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oz rurul^#.u::i,,:":ll{i:";iüü:,?#;:,;Í:r:I!i!fi"lJ;
razón que las instituciones uperadas, arcaicas; mientrasdei feuda-rlsiro eran históricas, que esta misma burguesía bstina en presentar las se institucioires d;i;;.n capitarisra como aturales eternas. ,,Así, ha habido histo \uy", agrega irónicamente yi..: H:rJ:r;:rl: abía percibido denu".i"ao orio der sistema feudart ii,: er .u.á.t.-. histórico transi_ .r pr"üüriado es ,^pu, de ercibir de denunciar ia -histori.ftu-J-á.1 sisrema burgués. esumiendo Ia tesis ;".; mayoría de los utores marxistas que han"a.¡*rra-" exaT*:d:ii p*ur.*a
i; !;;11;
iciones de posib,iiad
práteraria,,,
de las cona. r"'.rpe.io.idadr.jir,.*orógica ,. ;;;. entonces clnctuir con de Ia Adam
fi.#: d: L¡c ra crase .rI: colocada corocada objeivamente H:ffT[T|,J"'::*T:*T:::^ en situacián ,.uofu,:*"': obje]1 intereses cuyos
individuales j.:?fi.ol..iiuo, ^^_ ,l_olanlr ociedad, escapan Ia ::l#'j':[:::r':'::::];+;üi;:I': ::::"ij u..;ñ;;";;r"iH:: ".,;nnirto,.,
t? R.
;:?ü:::rri,i:
3B
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intervienen en Ia aprehensión cognoscitiva de Ia realidad social;
al contrario, sus intereses permiten una percepción más aguda de, Ios procesos de desarroilo, de los sütomas de descornposición del viejo orden de los signos precursores del nuevo orden, cuyo advenimiento ..p..ri. .l con esto no afirmamos de ninguna manera que .rtá via lleve Ia rrerclad
absoluta; únicamente pretendernos que las mencionadas posi_ ciones son un r-nejor punto de partid" ,n" mejor perspeótiva en Ia búsqueda de Ia verdad objetiva, ciertamente relativa p-ero óptimamlnte integral, óptimamente completa en relación al nivel dado de desarroilo dér saber humano.i, rt Esta tesis, que afirm la supericridad general del punto de vista de toda clase revolucionária, ,ro, pur.ce parcialmente correctar pero piantea un cierto número de ciificultacies. se r, sabe que en el pasado Ia clase conservadora tenía veces intuiciones parciales más "verdaderas,, más ,,realistas,, que la clase ascendente: ¿cómo negar, por ejemplo, Ia verdad relativa del contrarrevolucionariá inglés Burká en su crítica del carácter abstracto, ahistórico de Ia ideología "ibitrario burguesa revolucionaria cie los "derechos naturaies,,? Por esta raz6n Mannheim aboga por Ia ,,síntesis de Ias perspectivas" de las diferentes clases, leniendo cada una su verdad reiativa parcial. schaff, en Ia medida en que habla de las clases revolucionarias en gener al, no del práletariado en particular, se ve obligado hacer concesiorr.. Mannheim aceptar, con reservas, la tesis de Ia "multiplicación de las ,, ''perspectivas" para "obtener una visión del ob¡.to más completa, más global".t' r,o cual, en nuestra opinión, se acerca
38 A. schaff Hírtoirc ct oérité (Historia oerdad, col. Teoría Praxiq Ed. Grijalbo, México, D. F.), Ed. Anthropos, parís, lg7l, páeínas 193-194, 326. 3e lb;d., p. 314. +0
peligrosamente al eclecticismo no resuelve nada: ¿cuál es el criterio que permitiría rearizar tal "síntesis,,?
La tesis defendida_ por schaff subestima la especificid,ad ¡. del punto de uista protitario en relación al de las clase, ;;;;t lucionarias ddt pasado (esencialmente Ia burguesía ascen_ dente
1' La burguesía revolucionaria tenía intereses particulares que defender, diferentes clel interés general de Ias *ur", fopulares: luchaba la vez contra el féudalismo por Ia instauración de una nueva dominación de clase; Io' .ral implicaba el ocuitamiento ide«rlógico (consciente ,ro) de sus verdaderos fines del verdadero sentido del proceso hlstóri,:o. Por Io contrario, el proletariaáo, clase universal :uyo inter& coincide con cl de la gran mayoría cuyo fin es uúoü.i¿r., de toda dominación de craser Do está obligado ocultar el contenido histórico de su lucha; en consecueicia es Ia primera clase revolucionaria cuya ideología riene la posibi,id,ar{ áir¡.tiuu de ser transparente. Entonces, de ninguna manera es casual qr.¿ el proletariado contrario de Ia burguesía revorucioiraria-' asigne -al como objetivo ., revolución, abiertamente no l" á.t rrJ' a. pretendidos "derechos naturares'., pretendidos,,principios .g.sino eternos de la Libertad Ia Justicia", Ia rcalizaciin de .us intereses de cla¡e. una comparación entre el Manifiesto comu- *, nista Ia Declaración de los derechos del hombre, Je 1789, es altamente instructiva al respecto. 2. La burguesía pudo lregar al poder sin una cornprensión clara del proceso histórico, sin una conciencia pi..i.u de los acontecimientos, llevada por la "astucia de rá26n,'del desarrollo económico-social. El conocimiento científico del movimiento de Iiberación no era de qringuna manera una condición de su victoria, Ia automistificación ideológica caractenzó +t
en general su comportamiento en tanto que clase revolucionaria. Por lo contrario, el proletariado no puede tomar el poder transfonnar la sociedad más que por un acto deliberado consciente. El conocimiento objetivo de la realidad, de
'i:i*.i re4]t
la estructura social, de la coyuntura política, es en consecuencia una condición gecesaria de su práctica revolucionaria; corresponde, pues, su interés de clase. El socialismo será científico no será.to En consecuencia, la superioridad epistemológica de Ia pers.pectiva proletaria no es solamente la de las clases revolucionarias en general, sino que tiene un carácter particular, cualitativamente diferente de las otras clases, específico del proletariado en tanto que última clase reuolucionaria en tanto que clase cuya revolución inaugura el "reino de la libertad", es decir, el dominio consciente racional de los hombres sobre su vida social. En este sentido la ciencia proletaria es una forma de transición hacia la ciencia comunlsta, la ciencia de Ia sociedad sin clases, que podrá alcanzar un grado mucho mayor de objetividad, ya que el conocimiento de Ia sociedad dejará de ser el territorio de una lucha política social. Las limitaciones que existen en el punto de vista del proletariado, en el marxismo, sólo se harán visibles en ese momento; todas las tentativas emprendidas para "superarlo'l antes de ese periodo, antes del advenimiento de la sociedad comunista mundial, sólo podrán desembocar en recaídas, en vueltas atrás, hacia el punto de vista de otras clases más limitadas que el proletariado. En este sentido, efectivamente el marxismo es Cl horízonte científico de nuestra época (Sartre dixit
10 Ver este respecto: Lukács, Gcschíchtc und Klass¿nbcwusstscín (Historia conscícncíd dc clasc, ?.d. Grijalbo, México, D. F.), Luch. terhand, 1968; pp. 243-246, 399. 42
¿Es preciso deducir de ello que es imposiblc el error para cualquiera que se sitúe en Ia perspectiva proletaria? El principio epistemológico según el cual el punto de vista del proletariado es el que ofrece la mejor posibitidad objetiua á. un conocimiento de la verdad, de ninguna manera significa que basta situarse en ese punto de vista para conocer la verdád. una.gran montaña permite una mejor vista del paisaje que una pequeña colina, pero un miope encaramado en Ia cima de Ia montaña no verá mucho. Por otra parte, el punto de vista de las otras clases, incluso inferior, no sólo produce mentiras, contraverdades errores. En pocas palabras: existe una autonomía relatiua de Ia ciencia social, una continuidad relativa en el interior de la his- *'
toria de esa ciencia (Marx continúa, critica
supera
una lógica interna de la investigación científiáa, una especificidad de la ciencia en tanto que práctica que tiende hacia el descubrimiento de Ia verdad. Esta "autonomia" el sentido etimológico griego: "gobernada por sus propias leyes"- es relativa pero real. Ella es la que explica no sóhmente los errores que han podido cometer los pensadores man
+3
1,
infalibilidad "a priori" de toda ciencia situada en la perspectiva proletaria, el error absoluto necesario de toda
investigación fundada sobre otro punto de vista, es en realidad dogmática reduccionista, porque ignora la autonomía relativa de la producción científica respecto de las clases sociales. En conclusión: el punto de vista del proletariado no es una garantía suficiente del conocimiento de la verdad objetiva, pero es el que ofrece la mayor posibilidad de acceso esa verdad. ello se debe que la verdad es para ei proletariado un medio de lucha, un arrna indispensable para la revolución. Las clases dominantes, la burguesía (y también los burócratas, en otro contexto), tienen necesidad de mentir para mantener su poder. El proletariado revolucionario nece-
2. RETEER Et CAPITAL, por Cqrher¡ne Collioi.Thbláne
sita la verdad.
-"No puede tratarse aquí de petrificar una oposición simple entre- método (histórico)-dialéctico método estructural. Toda de l-- exégesis de Marx por parte de Althusser debe al *ls*o tiempo esforzarse por asimilar sus reiultados poritivos."
Ar.rnrp Sc¡¡uror
Para leer El capital: así se titula Ia obra maestra de Althusser, en la actualidad referente teórico innegable de numerosos estudios marxistas; particularmente los t, abajos de Bettelheim sobre las sociedades transición, los trabajos de Poulantzas sobre las superestructuras políticas.
Alfred schmidt, Gcschichtc uid struktur. Fragcn ein¿r mdrxístkchc¡ Hístorik, carl Hansen verlag, lg7l, pp. ls:16. Fcte filósofo
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