SISTEMA LINFÁTICO INTRODUCCIÓN La capacidad del organismo para evitar enfermedades se llama resistencia, y la falta de ésta o la vulnerabilidad se denomina susceptibilidad. La resistencia a los trastornos es de dos tipos, inespecífica y específica. La primera primera comprende mecanismos de defensa que brindan protección inmediata y general contra la invasión por una amplia gama de microorganismos patógenos, como bacterias, virus y parásitos, productores de enfermedades. La primera línea de defensa en la resistencia inespecífica corresponde a las barreras física y química que constituyen la piel y mucosas. La resistencia específica o inmunidad surge más lentamente e incluye la activación de células linfocitarias específicas, que combaten microbios patógenos o sustancias extrañas particulares. El sistema corporal que se encarga de la inmunidad es el linfático (Tortora G.J., Grabowski S.R. 2006). El sistema linfático es de una red corporal de vasos linfáticos que comunican diversos órganos y tejidos, y la medula ósea roja, la cual contiene células madre que originan los linfocitos (Moore K.L., Arthur F.D. 2005). El sistema linfático empieza a formarse hacia el final de la quinta semana de vida embrionaria. Los vasos linfáticos se desarrollan a partir de los sacos linfáticos que surgen de las venas en desarrollo, las cuales derivan de mesodermo. A partir de los sacos linfáticos se originan plexos capilares y vasos linfáticos de todo el cuerpo, todos los sacos linfáticos experimentan la invasión de células mesenquimatosas y se convierten en ganglios linfáticos. El bazo se desarrolla a partir de células mesenquimatosas, entre capas del mesenterio dorsal del estomago. El timo se origina en una protuberancia de la tercera bolsa faríngea. FUNCIONES DEL SISTEMA LINFÁTICO El sistema linfático desempeña tres funciones principales:
1.
Drenaje del líquido intersticial. Los vasos linfáticos drenan el líquido intersticial excesivo de los espacios de los tejidos, con mantenimiento del equilibrio osmolar.
2. Transporte de lípidos alimentarios. Los vasos linfáticos transportan los lípidos y vitaminas lipososlubles (A, D, E y K) que se absorben del tubo digestivo, que finalmente pasan a la sangre. 3. Contribuye de manera principal a formar y activar el sistema inmunitario. El tejido linfático inicia respuestas muy específicas dirigidas contra microbios o células anormales linfático (Tortora G.J., Grabowski S.R. 2006). . Cuando la presión sanguínea aumenta dentro de los vasos capilares, el plasma sanguíneo tiende a difundirse a través de las paredes de los capilares, debido a la gran presión que se ejerce sobre estas paredes. Durante este proceso se pierde gran cantidad de nutrientes y biomoléculas que son transportados por medio de la sangre, creando con esto una descompensación en la homeostasis; es en este instante en donde toma una importancia radical el sistema linfático, ya que se encarga de recolectar todo el plasma perdido durante la presión sanguínea y hacer que retorne a los vasos sanguíneos manteniendo, de esta forma, la homeostasis corporal. TEJIDOS Y ÓRGANOS LINFÁTICOS. El sistema linfático se constituye por linfa, vasos linfáticos, tejidos linfáticos, órganos linfáticos primarios y secundarios y médula ósea roja (fig. 1), (Latarjet M., Alfredo D.L. 2006) Los órganos y tejidos del sistema linfático, distribuidos ampliamente en rodo el cuerpo, se clasifican con base a sus funciones. Los órganos linfáticos primarios constituyen el ambiente idóneo para la división de las células madre y su maduración que darán origen a las células B y T, o sea, los linfocitos que se encargan de las respuesta inmunitarias. Dichos órganos son la médula ósea roja, que se encuentra en los huesos planos y en las epífisis de los huesos largos de adultos y el Timo. Las células madre pluripotenciales de la médula ósea roja son el origen de las células B maduras y las células pre-T, de las cuales esta ultimas migran al timo y maduran en él. Los órganos y tejidos linfáticos secundarios, donde tiene lugar gran parte de las respuestas inmunitarias, comprenden
los ganglios y folículos linfáticos y el Bazo. Se considera que el timo, los ganglios y el bazo son órganos por que los rodea una capsula de tejido conectivo, mietras que los folículos no lo son por carecer de ella (Tortora G.J., Grabowski S.R. 2006).
Figura1. Componentes principales del sistema linfático. LINFA La linfa es el líquido que fluye por los vasos linfáticos, se produce tras el exceso de líquido que sale de los capilares sanguíneos al espacio intersticial o intercelular, siendo recogida por los capilares linfáticos que drenan a vasos linfáticos más gruesos hasta converger en conductos que se vacían en las venas subclavias. Algunos componentes del plasma sanguíneo se filtran irrestrictamente a través de la pared de los capilares hacia los tejidos y forman el líquido intersticial. Sin embargo el volumen de líquido filtrado de los capilares es mayor que el devuelto a ellos por reabsorción, por lo que el exceso de líquido filtrado drena en los vasos linfáticos y se convierte en linfa. COMPOSICIÓN DE LA LINFA Su composición es similar a la del plasma sanguíneo y contiene elementos como: y
y
Proteínas plasmáticas. Ácidos grasos de cadena larga (absorbidos del contenido intestinal).
y
Fibrinógeno.
y
Células hemáticas.
y
Células cancerosas.
y
Gérmenes.
y
Restos celulares y metabólicos.
La linfa se constituye por lípidos que fueron absorbidos en el intestino en el proceso de la digestión y son transportarlos a la sangre, dirigidos al hígado para la continuación de su metabolismo. (Tortora G.J., Grabowski S.R. 2006; Leeson C.R. Paparo A.A. 1987). La linfa es parecida a la sangre, pero con la diferencia de que las únicas células que contiene son los glóbulos blancos, como los macrófagos, linfocitos y granulocitos, responsables de la defensa y reacción frente a los microorganismos y que se añaden a la linfa procedentes de los ganglios linfáticos y por migración de los capilares sanguíneos, sin contener glóbulos rojos ni plaquetas, es pobre en proteínas y rico en lípidos. La linfa es más abundante que la sangre. La linfa puede contener microorganismos que al pasar por el filtro de los ganglios linfáticos son eliminados. Los linfocitos, con ayuda de los macrófagos, reconocen células extrañas, microbios, toxinas y células cancerosas, y responden en dos formas básicas. Los Linfocitos T destruyen a los invasores causando su rotura o con la liberación de sustancias citotóxicas (que producen la muerte celular), mientras que los Linfocitos B se diferencian por activación de los linfocitos T a células plasmáticas secretoras de anticuerpos (Ac), los cuales son proteínas que reconocen sitios específicos de sustancias o cuerpos extraños, los antígenos (Ag), que se combinan en la reacción antígeno-anticuerpo (Ag Ac) y las inactivan o destruyen mediante diferentes mecanismos (Roitt I.M., Delves P.J. 2001). La linfa recorre el sistema linfático gracias a las contracciones de los músculos, del movimiento de los pulmones en la respiración, de la pulsación de las arterias cercanas y del movimiento de las extremidades. Si un vaso sufre una obstrucción, el líquido se acumula en la zona afectada, produciéndose una hinchazón denominada edema.
FUNCIONES DE LA LINFA. Las tres funciones que realiza la linfa son: y
Recolectar y devolver el líquido intersticial a la sangre.
y
Defender el cuerpo contra los organismos patógenos.
y
Absorber los nutrientes del aparato digestivo y trasladarlos junto con oxígeno a los lugares donde no hay vasos capilares.
VASOS LINFÁTICOS Los vasos linfáticos principian como capilares linfáticos, los cuales son conductos cerrados en un extremo, se localizan en los espacios intercelulares, justo en el punto donde los capilares sanguíneos convergen y forman vénulas y venas. Los vasos linfáticos más grandes son similares a las venas en su estructura, con paredes más delgadas y con más válvulas. A intervalos variables en dichos vasos hay estructuras de tejido linfático, los ganglios linfáticos. En la piel, los vasos mencionados están en el tejido subcutáneo y generalmente acompañan a las venas, mientras que en las vísceras suelen seguir el trayecto de las arterias y formar plexos (redes) alrededor de ellas. En el intestino delgado, existen capilares linfáticos especializados, los vasos quilíferos, por los que circulan los lípidos alimentarios a la linfa y, en última instancia, a la sangre. Dichas sustancias hacen que la linfa que drena del intestino delgado, denominada quilo, sea de color blanco cremoso. En el resto del cuerpo, la linfa es un líquido transparente de color amarillo pálido.
GANGLIOS LINFÁTICOS Son estructuras nodulares dispuestas a lo largo de los vasos linfáticos en todo el cuerpo que forman agrupaciones en forma de racimos abundantes en ciertas áreas del cuerpo. Los ganglios linfáticos son más numerosos en las partes menos periféricas del organismo. Su presencia se pone de manifiesto fácilmente en partes accesibles al
examen físico directo en zonas como axilas, ingle, cuello, cara, huecos supraclaviculares y huecos poplíteos, también se concentran en abdomen y mediastino (fig 2).
Figura 2. Sistema linfático. Distribución de los ganglios o nodos linfáticos más importantes del cuerpo humano
FUNCIÓN DE LOS GANGLIOS LINFÁTICOS Los conductos linfáticos y los nódulos linfoideos se disponen muchas veces rodeando a los grandes troncos arteriales y venosos aorta, vena cava, vasos ilíacos, subclavios, axilares, etc. Actúan como filtros, al poseer una estructura interna de tejido conectivo fino, en forma de red, relleno de linfocitos que recogen y destruyen bacterias y virus, por lo que los nodos linfáticos también forman parte del sistema inmunitario. La linfa le llega a través de vasos aferentes, vacían la linfa, se filtra dentro del nodo y se forma la respuesta inmunitaria humoral o celular al entrar en contacto con los componentes activos inmunitarios. Una vez filtrada la linfa, ésta sale por el vaso linfático eferente, propaga la respuesta inmunitaria y llega a la sangre. La linfangitis y la linfadenitis representan la inflamación de los vasos y ganglios linfáticos, respectivamente. Estos trastornos suceden cuando se afecta el sistema linfático durante la diseminación (metástasis) de células cancerosas. El linfedema o cumulo de líquido intersticial ocurre cuando no se drena la linfa de una región corporal. Por ejemplo, si se extirpan por vía quirúrgica los vasos linfáticos cancerosos (Moore K.L., Arthur F.D. 2005).
TIMO Es una glándula que consta de dos lóbulos y se localiza en el mediastino, detrás del esternón. En los lactantes, el timo es de gran tamañocon masa de unos 70 g, después de la pubertad inicia el reemplazo del tejido timico con tejido adiposo y conectivo. Cuando la persona alcanza la madurez, la glándula se ha atrofiado considerablemente, mientras que en la edad avanzada pesa apenas unos 3 g.
Ejerce una clara influencia
sobre el desarrollo y maduración del sistema linfático y en la respuesta inmunitaria defensiva de nuestro organismo. También puede influir en el desarrollo de las glándulas sexuales. FUNCIONES DEL TIMO. El timo es un órgano linfoide primario en el cual tiene lugar la diferenciación de los linfocitos T (linfocitos pre-T) que salieron de la médula ósea; ingresan en el timo y van colonizando diferentes zonas del mismo, al tiempo que maduran y se diferencian. La primera área colonizada es la corteza superficial. De ésta pasan a la corteza profunda y finalmente a la médula del timo. A lo largo de este recorrido, los linfocitos pre-T adquieren los receptores antigénicos específicos y aprenden a no atacar a los antígenos propios del individuo (autoantígenos), convirtiéndose en linfocitos T maduros. También puede considerarse como un órgano del sistema endocrino y por tanto una glándula endocrina, ya que secreta hormonas y otros factores solubles, que además de controlar la producción y maduración de los linfocitos T en el timo, regulan la actividad y las interacciones de las células T en los tejidos periféricos. Se conocen tres polipéptidos, con características hormonales, secretados de este órgano, que son la timolina, la timopoyetina y el timosín. BAZO Es el mayor de los órganos linfáticos, es intraperitoneal, se sitúa en la parte izquierda de la cavidad abdominal, detrás del estómago y debajo del diafragma, unido a él por
ligamento frenoesplénico. El bazo está sujeto por bandas fibrosas unidas al peritoneo (la membrana que reviste la cavidad abdominal). Se relaciona posteriormente con la y la 11° costilla izquierda (Leeson C.R., Leeson T.S., Paparo A.A.
9°, 10°
1987)
FUNCIONES INMUNITARIAS. El bazo consta de la pulpa blanca, tejido linfático sumamente importante en la inmunidad tanto humoral como celular. Los antígenos son filtrados desde la sangre circulante y se transportan a los centros germinales del órgano, donde se sintetizan inmunoglobulinas. Además, el bazo es fundamental para la producción de opsoninas por los linfocitos, que cobran importancia en la fagocitosis de microorganismos. Junto con el timo y la médula ósea, cumplen la función de madurar a los linfocitos (Roitt I.M., Delves P.J. 200 1). FUNCIONES HEMÁTICAS. La pulpa roja del bazo se encarga de tres funciones. 1.
Hematopoyesis: durante la gestación, el bazo se caracteriza por ser un importante productor de glóbulos rojos en el feto. Sin embargo, en los adultos esta función desaparece reactivándose únicamente en los trastornos mieloproliferativos que merman la capacidad de la médula ósea para producir una cantidad suficiente (M. Henry, Michael 2005).
2. Destrucción de plaquetas y glóbulos rojos viejos, anómalos o que se encuentran en mal estado, que efectúan los macrófagos. A pesar de que la función del bazo en el ser humano no consiste en el almacenamiento de eritrocitos, es un lugar clave para el depósito de hierro y contiene en su interior una parte considerable de las plaquetas y macrófagos disponibles para pasar al torrente sanguíneo en el momento que sea necesario. 3. Almacenamiento de plaquetas, que puede ser hasta un tercio del total. FOLÍCULOS LINFÁTICOS
Son concentraciones ovales de tejido linfático constituidas por un gran conjunto de linfocitos que no están rodeados por una cápsula, debido a que se encuentran dispersos en la lamina propia (tejido conectivo) de la mucosa que reviste los aparatos digestivo, urinario, reproductivo y respiratorio, los folículos linfáticos también se denominan tejido linfoide relacionado a mucosas (TLRM). Muchos ganglios linfáticos son pequeños y están aislados, pero otros forman grandes agregados en partes específicas del cuerpo. Entre éstos se incluyen las amígdalas en la región faríngea y las placas de Peyer en el íleon y en el apéndice intestinal. Su función principal radica en la respuesta inmunitaria contra cuerpos extraños inhalados o ingeridos.
PATOLOGÍAS DEL SISTEMA LINFÁTICO Las manifestaciones más comunes de enfermedad del sistema linfático son: y
La presencia de adenopatías (hinchazón de los ganglios)
y
La aparición de una forma de edema conocido como
y
Edema linfodinámico Aumento de carga linfática por trastornos circulatorios
linfedema
(cardiacos, renal, pre menstrual, traumatismo, quemaduras.) y
Edema linfostático o linfedema: Es el aumento de proteína y líquido intersticial; fallo linfático.
y
Lipidema: Síndrome de piernas grasosas (tobillo, piernas y cadera).
y
Mixedema: Acumulación de mucopolisacáridos y proteínas en el espacio intersticial, alteraciones glandulares tiroides (cara, nuca, dorso de las manos y de los pies).
y
La linfangitis por una herida punzante en el sistema linfático.
y
Cáncer: El cáncer del sistema linfático se llama linfoma.
Líneas inmunológicas de defensa El sistema inmunitario protege los organismos de las infecciones con varias líneas de defensa de especificidad creciente. Las más simples son las barreras físicas, que evitan que patógenos como bacterias y virus entren en el organismo. Si un patógeno penetra estas barreras, el sistema inmunitario innato ofrece una respuesta inmediata, pero no específica. El sistema inmunitario innato existe en todas las plantas y animales. Sin embargo, si los agentes patógenos evaden la respuesta innata, los vertebrados poseen una tercera capa de protección, que es el sistema inmunitario adaptativo. Aquí el sistema inmunitario adapta su respuesta durante la infección para mejorar el reconocimiento del agente patógeno. La información sobre esta respuesta mejorada se conserva aún después de que el agente patógeno es eliminado, bajo la forma de memoria inmunológica, y permite que el sistema inmune adaptativo desencadene ataques más rápidos y más fuertes si en el futuro el sistema inmune detecta este tipo de patógeno. Cuadro 1. Características del sistema inmunitario Características del sistema inmunitario Sistema inmune innato Sistema inmune adaptativo Respuesta específica contra patógenos y La respuesta no es específica. antígenos. La exposición conduce a la respuesta máxima Demora entre la exposición y la respuesta inmediata. máxima. Inmunidad mediada por células y Inmunidad mediada por células y componentes humorales. componentes humorales. La exposición conduce a la memoria Sin memoria inmunológica. inmunológica. Presente en casi todas las formas de vida. Presente sólo en vertebrados mandibulados.
Tanto la inmunidad innata como la adaptativa dependen de la habilidad del sistema inmunitario para distinguir entre las moléculas propias y las que no lo son. En inmunología, las moléculas propias son aquellos componentes de un organismo que el sistema inmunitario distingue de las substancias extrañas. Al contrario, las moléculas que no son parte del organismo, son reconocidas como moléculas extrañas. Un tipo de
moléculas extrañas son los llamados antígenos, son substancias que se enlazan a receptores inmunes específicos y desencadenan una respuesta inmune.
Inmunidad innata Los microorganismos o toxinas que consigan entrar en un organismo se encontrarán con las células y los mecanismos del sistema inmunitario innato. La respuesta innata suele desencadenarse
cuando
los
microbios
son
identificados
por
receptores
de
reconocimiento de patrones, que reconocen componentes que están presentes en amplios grupos de microorganismos, o cuando las células dañadas, lesionadas o estresadas envían señales de alarma, muchas de las cuales (pero no todas) son reconocidas por los mismos receptores que reconocen los patógenos. Los gérmenes que logren penetrar en un organismo se encontrarán con las células y los mecanismos del sistema inmune innato. Las defensas del sistema inmune innato no son específicas, lo cual significa que estos sistemas reconocen y responden a los patógenos en una forma genérica. Este sistema no confiere una inmunidad duradera contra el patógeno. El sistema inmune innato es el sistema dominante de protección en la gran mayoría de los organismos.
Inmunidad adaptativa o adquirida El sistema inmune adaptativo evolucionó en los vertebrados primitivos y permite una respuesta inmunitaria mayor, así como el establecimiento de la denominada "memoria inmunológica", donde cada patógeno es "recordado" por un antígeno característico y propio de ese patógeno en particular. La respuesta inmune adaptativa es específica de los anticuerpos y requiere el reconocimiento de antígenos que no son propios durante un proceso llamado "presentación de los antígenos". La especificidad del antígeno permite la generación de respuestas que se adaptan a patógenos específicos o a las células infectadas por patógenos. La habilidad de montar estas respuestas específicas se mantiene en el organismo gracias a las células de memoria. Si un patógeno infecta a un
organismo más de una vez, estas células de memoria desencadenan una respuesta específica para ese patógeno que han reconocido, con el fin de eliminarlo rápidamente. Linfocitos Las células del sistema inmune adaptativo son una clase especial de leucocitos, llamados linfocitos. Las células B y las células T son las clases principales de linfocitos y derivan de células madre hematopoyéticas pluripotenciales de la médula ósea. Las células B están involucradas en la respuesta inmune humoral, mientras que las células T lo están en la respuesta inmunitaria mediada por células. Las células B y T contienen moléculas receptoras que reconocen objetivos o blancos específicos. Las células T reconocen un objetivo no-propio, como un patógeno, sólo después de que los antígenos (pequeños fragmentos del patógeno) han sido procesados y presentados en combinación con un receptor propio, una molécula del llamado complejo mayor de histocompatibilidad (CMH). Hay dos subtipos principales de células T: la célula T asesina y la célula T colaboradora o ayudante. Las células T asesinas solo reconocen antígenos acoplados a moléculas del CMH de clase I, mientras que las células T colaboradoras sólo reconocen antígenos acoplados a moléculas del CMH de clase II. Estos dos mecanismos de presentación de antígenos reflejan los diferentes cometidos de los dos tipos de células T. Un tercer subtipo menor lo forman las células T (células T gamma/delta), que reconocen antígenos intactos que no están acoplados a receptores CMH. Por el contrario, el receptor específico de antígeno de las células B es un molécula de anticuerpo en la superficie de la célula B, y reconoce patógenos completos sin la necesidad de que los antígenos sean procesados previamente. Cada linaje de células B expresa en su superficie un anticuerpo diferente, de forma que el conjunto completo de receptores de antígenos de las células B de un organismo, representa todos los anticuerpos que ese organismo es capaz de fabricar. Memoria inmunológica
Cuando las células B y T son activadas y comienzan a replicarse, algunos de sus descendientes se convertirán en células de memoria con un largo periodo de vida. A lo largo de la vida de un animal, estas células recordarán cada patógeno específico que se hayan encontrado y pueden desencadenar una fuerte respuesta si detectan de nuevo a ese patógeno concreto. Esto es "adaptativo" porque ocurre durante el tiempo de vida de un individuo como una adaptación a una infección por ese patógeno y prepara al sistema inmunitario para futuros desafíos. La memoria inmunológica puede ser pasiva y de corta duración o activa y de larga duración.
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