NORMAL EXPLOITATION, NORMAL RESISTANCE James C. Scott
LA HISTORIA NO ESCRITA DE LA RESISTENCIA Suele tomarse en cuenta sólo la insurrección a gran escala, esas veces en las que los campesinos lograron posicionarse como una amenaza al orden. Fuera de esos momentos —que son pocos—, no han aparecido como actores históricos. Lo que sea que la revolución l ogre, casi siempre termina por crear un aparato estatal o más coercitivo y hegemónico, que excluye a la población campesina como ningún otro antes. Así, los campesinos suelen ser aquellos que han ayudado a llegar al poder a grupos cuyos planes terminan siendo muy diferentes a los que ellos creían estar defendiendo uwu Formas cotidianas de resistencia son acciones habituales de lucha entre los campesinos y aquellos que los explotan: arrastrar los pies, disimular, fal sa conformidad, hurto, ignorancia fingida, calumnias, sabotaje, incendios provocados, etc. Estas formas de lucha de clase tienen ciertos elementos en común: no requieren coordinación o planificación (o muy poca), suelen representar una forma de autoayuda individual y suelen evitar cualquier tipo de confrontación simbólica directa con la autoridad o las normas de la elite. Los campesinos hacen “entre las revueltas” es defender sus intereses de la mejor o forma que pueden.
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No hay que romantizar las “armas de los débiles, pues suelen no hacer más que
afectar marginalmente las formas de explotación que enfrentan —no por eso son “triviales, pues de todas formas tienen el potencial de tener efectos reales—. Por otro lado, los campesinos no tienen el monopolio de estas armas, pues se puede observar en oficiales y landlords (¿terratenientes?) para resistir las políticas estatales que no les aventajan.
Aquí pone el ejemplo de la Francia posrevolucionaria: desde el año V al VII, muchos conscriptos estaban volviendo a sus casas para vivir tranquilos, otros ni siquiera habían salido de ellas. En el año VII sol ían autoinfringirse cortes de dedo s, dejando ver la fuerza de lo que se podría llamar un movimiento de complicidad colectiva que involucraba a la familia, las parroquias, autoridades locales y cantones completos. Así, a pesar de tener un imperio con gran cantidad de policía, no fue suficiente. La gente común, en este sentido, tuvo un rol importante en destruir el régimen más espantoso de Francia. Aquí pone un segundo ejemplo respeto al rol de la deserción silenciosa y sin declarar en el colapso de la armada y economía confederada en el curso de la guerra civil gringa. Un aproximado de 250.000 de tipos elegibles desertaron o rehuyeron la conscripción. No querían pelear una guerra que beneficiaría a quien es estaban excluidos legalmente del servicio. Muchos terminaron desertando y yéndose a sus casas. Se podría decir que la Confederación fue disuelta por una avalancha de pequeños actos de insubordinación, llevada a cabo por una extraña coalición de esclavos y yeomen —organización sin nombre, organización ni liderazgo. Tercer ejemplo : evasión de impuestos. La recolección oficial del diezmo islámico en los campos de arroz en Sedaka es sólo una pequeña fracción de lo que se debe legalmente. Esto gracias a una red de complicidad y tergiversación que aniquila su
Commented [RC1]: Voy a avisar todos los ejemplos con
negrita, porque el loco da muchos ejemplos para mostrar su punto, así se los pueden saltar si quieren jeje
impacto. No sorprende que una gran parte de los recibos de impuestos de los
Commented [RC2]: Lo traduje al castellano, porque no
estados del tercer mundo sean colectados en la forma de recaudaciones a
estoy segura de haber entendido bien el párrafo uwu
importaciones y exportaciones. Este patrón es a no pequeña escala un tributo a la capacidad de resistencia a los impuestos de sus sujetos. Incluso una lectura casual del “desarrollo”
de los campos rurales da paso a una rica cosecha de estrategias
gubernamentales y programas llevados a la extinción por la resistencia pasiva de los campesinos.
En algunas ocasiones, esta resistencia se ha vuelto activa, incluso violenta. Pero es más común que tome la forma de sabotaje sutil, evasión y engaño. da el ejemplo de Malasia, donde, a pesar de los esfuerzos del gobierno colonial, los campesinos seguían cultivando y vendiendo caucho. Se hicieron leyes y restricciones respecto al uso de la tierra desde 1922 hasta 1928 que no lograron mucho por la resistencia, que podría demostrar ser mucho más eficaz que una revolución más grande (¿va a decir esto todo el rato? Porque si es así, renuncio). Los tipos de resistencia se pueden comprender más fácilmente a través del contraste, existiendo, entonces, la resistencia cotidiana y la abiertamente desafiante (esta última sería central en los estudios). La primera es un proceso tranquilo y fragmentado por el cual los campesinos okupas infringen las tierras estatales y plantaciones. La segunda, es una invasión pública que desafía las relaciones de propiedad. En términos de uso y ocupación, el proceso fragmentado de ocupación puede conseguir más que una invasión desafiante, aunque no se desafíe la distribución de derechos de propiedad. o Otro ejemplo habla de la oposición entre la deserción militar que incapacita a una armada y los motines al eliminar o reemplazar oficiales. Las deserciones logran algo que quizás los motines no, pues, aunque se basan en la ausencia antes que en una confrontación institucional, la deserción masiva de compromiso es en un sentido más radical en sus implicaciones a la armada como institución que un motón.
Ambos tipos de resistencia pretenden mitigar o negar declaraciones de clases superiores o potenciarlas cara a cara con estas clases. Estas declaraciones generalmente tienen que ver con el nexo material de lucha de clases —la apropiación de la tierra, trabajo, im puestos, etc. Donde la resistencia cotidiana se separa de modo sorprendente de otras, es en su negación de las metas públicas y simbólicas. Son el contraste directo a la organización y
sistematización institucional. La resistencia cotidiana es directamente proporcional a la conformidad simbólica con la que es enmascarada y esto es un elemento clave para no recibir una respuesta o represión tan rápidamente como una directa. También hay que entender que este tipo de lucha se da especialmente en las clases más subordinadas, donde la resistencia cotidiana se vuelve su única opción. Sin embargo, aunque nunca hace una contestación a las definiciones formales de poder y jerarquía, es igual de penetrante que la otra resistencia. o
Según Scott, la esclavitud americana es un ejemplo bacán de la resistencia cotidiana. Nunca pusieron en cuestión el sistema de esclavitud como tal, pero lograron mucho más que los pocos eventos armados.
Esta resistencia se basa en parte por las formas de labor controladas y por la creencia de que existe posibilidad de una severa represalia. De esta forma, el anonimato se vuelve algo central, pues dificulta la aplicación de sanciones. o
Pone un ejemplo que es contrario al no-trabajo: trabajar a destajo. Esto generalmente se usa por trabajadores a quienes les pagan por hora o por día y tiene que ver con la industria
Commented [RC3]: Creo que este es un muy buen
ejemplo
textil. Aquí, hacían muchas, muchas prendas, pero les hacían malas terminaciones (también sale shortweighting of finished clothes, pero no supe cómo traducirlo), y el robo de material.
El amigo Scott también dice que la resistencia no es necesariamente dirigida a la fuente inmediata de apropiación. Como la idea es satisfacer necesidades de una forma relativamente segura, pueden seguir la línea más fácil. Dice que pueden terminar explotando pequeños espacios disponibles que son quizás menos peligrosos y más accesibles perdón por este párrafo raro, pero no lo entendí mucho uwu Lo importante es que cada técnica de resistencia se adapta a las características del campesinado, pues la clase baja es diversa. Por otro lado, sus actos individuales de resistencia suelen ser reforzados por una cultura popular de resistencia. Sabiendo que existe una subcultura que apaña y que se sabe que existe conocimiento de que el peligro se reduce cuando está toda la comunidad involucrada, se puede hablar de un movimiento social (aunque sin organización formal, sin l íder, manifestaciones, nombre, blablablá). El estado puede responder de todas formas a estas manifestaciones, de forma m ás o o menos agresiva. Se podría decir que los campesinos han cambiado las opciones políticas disponibles por el estado, porque su presencia política se ha dado en forma de presión. No hay titulares ni suelen haber confrontaciones dramáticas. Es raro que quieran llamar individualmente la atención, porque ponen en riesgo su seguridad. Además, es muy extraño que los oficiales quieran publicitar esta insubordinación. Al hacerlo, admiten que sus políticas son impopulares y expondrían lo débil de su autoridad en el campo.
Por qué no se ha escrito del tema: la historia y las ciencias sociales no han tenido las
herramientas para hablar del tema, porque no hay un registro escrito que pueda ayudar a tipificar a los campesinos. Se ha escrito de ellos como normalmente pasivos con explosiones súbitas y violentas de ira. Sin embargo, es necesario entender que la pasividad no implica sumisión ciega y que estas explosiones de ira no están exentas de racionalidad. Ellas suelen ser un signo de que las formas comunes de lucha de clase están fallando o han llegado a un punto crítico. RESISTENCIA COMO PENSAMIENTO Y SÍMBOLO La resistencia cotidiana es más que un conjunto de acciones individuales. Aquí, el loco quiere hablar de la conciencia de estos sujetos, el significado que le dan a sus actos. Los símbolos, normas y formas ideológicas que mueven su accionar. Aunque no
tengan un conocimiento completo de la situación, tienen intenciones, valores y resoluciones que condicionan su accionar.
Los actos de resistencia y los pensamientos sobre ella están en constante diálogo. Las intenciones y la conciencia no están unidas de la misma forma en que se une el mundo material al comportamiento. Es posible que los actores conciban una forma de actuar que es impráctica o im posible. Para Scott, el problema con el marxismo es que asume la pasividad de los grupos subordinados, llevando esto a la aceptación del orden social o incluso a una complicidad activa (lo que Marx llama mistificación o fal sa conciencia). Así, se creería que la elite no sólo domina los medios de producción, sino que los medios simbólicos de producción también. o o
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Según Gramsci, la elite controla los sectores ideológicos de la sociedad —cultura, religión, educación y media—, por lo que puede crear consentimiento para sus reglas. Crean un clima simbólico que previene a las clases subordinadas de pensar libremente. Para Gramsci, el proletariado está más esclavizado al nivel de las ideas que al nivel del comportamiento. La interpretación que Scott propone es que la quietud campesina se explica por las relaciones de fuerza en el campo y no por sus valores y creencias. La paz agraria puede ser también ser la paz de la represión (recordada o anticipada) más que la paz del consenso o complicidad el estudio de la subcultura o de un grupo
subordinado y su relación con los valores de la elite dominante debe ayudar a conseguir respuestas. Según este amigo el cinismo y las burlas son una muestra de la desmitificación de las relaciones. Hay que hacer referencia a la cultura de la experiencia campesina —sus comentarios “fuera del escenario” (offstage), conversaciones, proverbios,
canciones folclóricas, historia, leyendas, bromas, lenguaje, ritual y religión. A través de ello se puede saber en qué grado están de acuerdo con el orden social de la elite. LA EXPERIENCIA Y CONCIENCIA DE AGENTES HUMANOS Hay que tomar un enfoque fenomenológico en el estudio. Crítica al neomarxismo: en sus versiones más estructuralistas, se asume que se puede inferir la naturaleza de las relaciones de clase en cualquier país de tercer mundo no socialista — los modos dominantes de producción, la inserción en el mundo de la economía, el modelo de apropiación del excedente. Para Scott, esto es muy reduccionista, porque elimina la acción humana, volviéndolos mecanismos y marionetas. Lo económico define mucho, pero no todo.
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Hay que entender cómo los modos de producción afectan la naturaleza de las relaciones de clase mediadas por la experiencia humana y la interpretación de la misma. Hay que repensar, además, la noción de clase en sí misma, pues no abarca
el espacio completo de las acciones sociales. Más allá del campesino, hay parentesco, un barrio, vínculos rituales, etnicidad, comunidad l ingüística, religión y región como foco de lealtad. La idea de clase sirve para algunas situaciones, pero no para todas. la realidad desordenada de las múltiples identidades continuará siendo la experiencia por la cual las relaciones sociales son conducidas.
No se pueden reducir las identidades a los m odos de producción. El concepto de clase debe encontrarse inmerso en una historia particular de relaciones históricas. Es la relación que tiene con la experiencia lo que le da poder y significado. Cuando estas experiencias se comparten, los símbolos que encarnan las relaciones de clase pueden t ener un gran poder evocativo. Así, se puede entender cómo las quejas individuales se vuelven quejas colectivas y cómo estas últimas pueden tomar el carácter de un mito de clase, siempre anclado a las experiencias locales.
Si es que hay una rebelión repentina, el camino siempre ha estado simbólicamente listo.
Sólo el conocimiento de la cultura, de los entendimientos compartidos, de los actores y sus observadores o confederados pueden decir qué clase “guiño” hay. Incluso se debe permitir
posibles malentendidos. Una cosa es saber que los terratenientes han conseguido han subido las rentas para los arrozales, pero otra muy distinta es qué significa esto para los afectados. El loco dice que no hay una transcripción verbal completa de la experiencia de la o conciencia y que ésta se limita por los intereses analíticos y empíricos del transcriptor —en este caso, las relaciones de clase— y por límites prácticos del tiempo y espacio. También dice que no hay que reemplazar las explicaciones de las personas con las de uno por saber más respecto a qué cosas pueden influir en lo que dicen. Eso es todo amekes, bai