Salmo de Salomón 17. Cántico para el Rey. 1 Señor, Tú eres nuestro rey por siempre jamás; en Ti, oh Dios, se gloriará nuestra alma. 2 ¿Cuánto se extiende la vida del hombre sobre la tierra? Mientras dura, en ella pone su esperanza. 3 Pero nosotros esperamos en Dios nuestro salvador, porque el poder de nuestro Dios es eterno y
misericordioso; su reinado y sus sentencias se mantienen siempre sobre los pueblos. 4 Tú, Señor, escogiste a David como rey sobre Israel; Tú le hiciste juramento sobre su posteridad, de que nunca dejaría de existir ante a nte Ti su casa real. 5 Por nuestras transgresiones se alzaron contra nosotros los pecadores; aquellos a quienes nada prometiste nos asaltaron y expulsaron, nos despojaron por la fuerza y no glorificaron tu honroso Nombre. 6 Dispusieron su casa real con fausto cual corresponde c orresponde a su excelencia, dejaron desierto el trono de David con la soberbia de cambiarlo. 7 Pero Tú, oh Dios, los derribas y borras su posteridad p osteridad de la tierra, suscitando contra ellos a uno de nuestra raza. 8 Según sus pecados los retribuyes, oh Dios, se encuentran con lo que sus obras merecen. 9 Dios no se apiadó de ellos; buscó su descendencia y no dejó ni uno solo. 10 Justo es el Señor en las sentencias que dicta sobre la tierra. 11 Desierta de habitantes ha dejado el impío nuestra tierra; hicieron desaparecer al joven, al anciano, a los niños. 12 En el calor de su ira los envió hasta Occidente, a los magnates de la tierra los entregó para mofa y escarnio, y no los perdonó. 13 El enemigo obró orgullosamente en su barbarie, pues su corazón es ajeno a nuestro Dios. 14 Cuanto hizo en Jerusalén, lo hizo como los gentiles en las ciudades de sus dominios. 15 Pero los herederos de la alianza dominaron sobre ellos, en medio de la mezcolanza de gentiles; no había entre ellos en Jerusalén quien practicara la misericordia y la verdad. 16 Los rehuyeron quienes aman la comunidad de los santos, como gorriones volaron de sus nidos. 17 Erraron por los desiertos para proteger sus almas del mal; preciosa era a los ojos de los refugiados una vida libre de su contacto. 18 A toda la tierra alcanzó su dispersión por obra de los impíos, porque rehusó el cielo derramar la lluvia sobre la tierra. 19 Se habían detenido las fuentes que siempre si empre fluyen desde las simas de las altas montañas, porque no había entre ellos quien practicara la justicia y la equidad. i nfidelidad y el 20 Desde el prócer al villano, todos viven en pecado, el rey en impiedades, el juez en la infidelidad pueblo en la iniquidad. 21 Míralo, Señor, y suscítales un rey, rey, un hijo de David, en el momento que tú elijas, oh Dios, para que reine en Israel tu siervo. 22 Rodéale de fuerza, para quebrantar a los príncipes injustos, para purificar a Jerusalén de los gentiles que la pisotean, destruyéndola, 23 para expulsar con tu justa sabiduría a los pecadores de tu heredad, para quebrar el orgullo del pecador como vaso de alfarero, 24 para machacar con vara de hierro todo su ser, para aniquilar a las naciones impías con la palabra de su boca, 25 para que ante su amenaza huyan los gentiles de su presencia y para dejar convictos a los pecadores con el testimonio de sus corazones. 26 Reunirá (el Rey) un pueblo santo al que conducirá con justicia; gobernará las tribus del pueblo santificado por el Señor su Dios. 27 No permitirá en adelante que la injusticia se asiente entre ellos, ni que habite al lí hombre alguno que cometa maldad, pues sabrá que todos son hijos de Dios. 28 Los dividirá en sus tribus sobre la tierra; el emigrante y el extranjero no habitará más entre ellos; 29 juzgará a los pueblos y a las naciones con justa sabiduría. (Pausa.) 30 Obligará a los pueblos gentiles a servir bajo su yugo; glorificará al Señor a la vista de toda la tierra, y purificará a Jerusalén con su santificación, santificación, como al principio, 31 para que vengan las gentes desde los confines de la tierra a contemplar su gloria, trayendo como dones a sus hijos, privados de su fuerza, para contemplar la gloria del Señor, Señor, con la que Dios la adornó. 32 Él será sobre ellos un Rey justo, instruido por Dios; no existe injusticia durante su reinado sobre ellos, porque todos son santos santos y su Rey es el ungido del Señor Señor..
33 No confiará en caballos, jinetes ni arcos; ni atesorará oro y plata para la guerra, ni el día
de la batalla
acrecentará sus esperanzas la multitud de sus guerreros. 34 El Señor es su Rey. Su esperanza es la del fuerte que espera en Dios. Se apiadará de todas las naciones que vivan ante Él con religioso temor. 35 Golpeará la tierra continuamente con la palabra de su boca, pero bendecirá al pueblo del Señor con sabiduría y gozo. 36 El Rey mismo estará limpio de pecado para gobernar un gran pueblo, para dejar convictos a los príncipes y eliminar a los pecadores con la fuerza de su palabra. 37 No se debilitará durante toda su vida, apoyado en su Dios, porque el Señor lo ha hecho poderoso por el espíritu santo, lleno de sabias decisiones, acompañadas de fuerza y justicia. 38 La bendición del Señor está sobre él en la fuerza, no sentirá debilidad. 39 Su esperanza está puesta en el Señor, ¿quién podrá contra él? 40 Es fuerte en sus actos y poderoso en su fidelidad a Dios, apacentando el rebaño del Señor con justicia y fidelidad. No le permitirá a ninguno flaquear mientras es apacentado. 41 Conducirá a todos en la rectitud, y no habrá en ellos orgullo para oprimir a los demás. 42 Tal es la majestad del Rey de Israel, la que dispuso Dios suscitar sobre la casa de Israel para corregirla. 43 Sus palabras son más acrisoladas que el oro apreciadísimo; en las asambleas juzgará las tribus del pueblo santificado; sus palabras son como palabras de santos en un pueblo santificado. 44 Felices los que nazcan en aquellos días, para contemplar la felicidad de Israel cuando Dios congregue sus tribus. 45 Apresure Dios sobre Israel su misericordia, líbrenos de la inmundicia de enemigos impuros. 46 El Señor es nuestro Rey para siempre jamás.
Los Salmos de Salomón,
se trata de un libro extra-canónico que según la opinión de algunos especialistas se incluyó en algunos ejemplares de la Septuaginta. Habría sido escrito hacia el año 60 a. C. Se compone de 18 salmos con tono apocalíptico donde resalta el tema del Rey Mesías venidero y la restauración del reino de Israel. La idea de un reino mesiánico político impuesto por la violencia y las armas encontró aceptación en dos sectas judías muy importantes: los zelotes, y de una forma más moderada, los esenios. En el evangelio de Juan hay un episodio donde se deja traslucir semejante expectativa popular de un reino mesiánico terreno en la reacción entusiasta de la multitud ante el signo de la multiplicación de los panes y en el intento de arrebatar a Jesús para proclamarlo rey: 6:14 Aquellos hombres entonces, viendo la señal que Jesús había hecho, dijeron: Este verdaderamente es el profeta que había de venir al mundo. 6:15 Pero entendiendo Jesús que iban a venir para apoderarse de él y hacerle rey, volvió a retirarse al monte él solo.