Teoría Etnológica II Sofía Carrión Suza 27/04/2015
Benedict, Ruth (1971). “La integración de la cultura”. En E l hombre hombre y la cultura cultur a. Buenos Aires: Centro Editor de América Latina (Pp.: 47 – 47 – 56). 56).
El presente texto trata acerca de la diversidad de las culturas y del por qué es importante tener en cuenta las configuraciones de éstas, no tanto como una suma de sus partes, sino tomando al todo como lo principal. Así en primer lugar se explica el motivo del gran número de culturas que hay. En segundo, hace una crítica al funcionalismo y propone su propio método de estudio de las culturas. Y por último explica las razones por las que una sociedad compleja puede ser entendida a través de una simple. En relación a la diversidad de culturas, menciona que podría ser interminable la documentación de éstas, ya que una conducta no se duplica en otras regiones y que establece las normas, están van a ir variando de un lugar a otro. Aquí da ejemplos de las distintas pautas que se toman ante la muerte, que pueden verse muy distintas en algunos casos específicos dependiendo de su ubicación. Pero la conducta cultural no debe ser entendida como algo local sino que también está integrada, ya que tiene unos propósitos característicos, por los que las categorías heterogéneas de ésta son congruentes. Es así como se evidencia el valor que tiene para la autora el ver el todo antes que las partes, ya que para ella, el todo es un ordenamiento único e interrelaciones que producen una nueva entidad, por lo que en un estudio sobre cultura no se debe dejar nunca de lado su relación con la totalidad. De esta manera la autora moldea la manera en que ella llegaría a estudiar la conducta de una sociedad, de tal modo que elegiría los rasgos utilizables, descartando los que no lo sean. Hay que tener en cuenta que su integración no puede ser mística, por lo que debe definirse por los patrones de reglas inconscientes de selección que están desarrolladas dentro de la culturas, las cuales son adquisiciones de la conducta integrada y tienen una gran variedad de posibles configuraciones.
En este punto pasa a la crítica, que en primer lugar se centra en los autores clásicos de la antropología, por su falta de datos de campo y luego pasa a los estudios etnológicos comparativos, que ignoran el carácter integrativo de la cultura, tomando trozos de conducta indiscriminadamente, dando como resultado una figura ni del presente ni del pasado. Por último pasa al funcional estructuralismo con Malinowski, en el que ve una generalización en los rasgos de los Trobriand, en lugar de reconocer su configuración como uno entre muchos más. Y esta justamente es una de las principales críticas, puesto que siempre se ha creído en una sola conducta cultural primitiva, siendo que hay más de una. Por último revisa otras ramas que estudian la conducta que respalden su idea de primero el todo antes que las partes, para lo cual hace referencia a la psicología de la Gestaldt, que dice que el conjunto determina sus partes, no sólo su relación sino su naturaleza misma. Luego de esta propuesta, pasa a revisar la idea de Spengler, en relación a las configuraciones culturales como si fueran un organismo vivo, dando así dos ideas de destino: la apolínea (clásica) y la fáustica (moderna), las cuales son interpretaciones opuestas de la existencia. Justamente de aquí surge la inquietud de que las civilizaciones occidentales aún no han sido completamente entendidas, por lo que propone que el estudio de los pueblos primitivos, pueden hacer claros los hechos sociales que son desconcertantes o inaccesibles, como en el caso de las sociedades modernas, es como una especie de rodeo que da luces del estudio del pensamiento y la conducta por medio de grupos simples, que a diferencia de los modernos, sí puedan ser totalmente entendidos, puesto que las configuraciones culturales son igualmente coactivas y significativas tanto en sociedades elevados como en las simples, pero estas últimas son más accesibles, puesto que no son cercanas e intrincadas.
