SUBUNIDAD 1-1 De la epidemiología psiquiátrica a la edidemiologia en salud mental: el sufrimiento psíquico como categoría clave. Augsburger. La clasificación de los problemas de salud mental: de la enfermedad mental al sufrimiento psíquico. Una clasificación de enfermedades se define como un sistema de categorías a las cuales se asignan entidades mórbidas de acuerdo con criterios preestablecidos. El “trastorno mental” entendido como un síndrome o patrón comportamental o psicológico de significación clínica que aparece asociado a un malestar, a una discapacidad o a un riesgo aumentado de morir, sufrir dolor, discapacidad o pérdida. La positividad con la que operan los criterios médicos para designar una enfermedad no siempre es posible en otros campos. El modelo médico de la enfermedad se basó en los modelos explicativos de causalidad etiológica. Berlinguer propone tener en cuenta la parte subjetiva de la enfermedad. Considerar al sufrimiento psíquico como categoría separada de la enfermedad. Burin introduce malestar como una noción intermedia, entre lo subjetivo y objetivo, externa e interna a la vez. El malestar es analizado en términos de conflicto y descrito como una situación contradictoria. Como un hecho social. Freud utiliza el término sufrimiento para describir las situaciones que conspiran para que los hombres alcancen la felicidad. El sufrimiento amenaza a los hombres desde su propio cuerpo, desde el mundo exterior, desde las fuerzas de la naturaleza. Las condiciones concretas, en que se generan los padecimientos le otorgan un carácter procesual e histórico que no queda expresado en clasificaciones mórbidas y cuya utilización conduce a una patologización de la situaciones cotidianas. El sufrimiento permite incorporar la dimensión subjetiva del padecimiento. Hacia una mayor comprensión de los problemas actuales en el campo de la salud mental. El caso de Rosario (Argentina). (FAMILIA-TRABAJO-EDUCACIÓN como instituciones) Las transformaciones sociales y la impronta con que marcan las nuevas modalidades de conformación de la subjetividad, son una vía para aprehender las perspectivas actuales y futuras que atañen a la salud mental a su conversación y a su deterioro. La familia, la escuela y el trabajo son instituciones fundantes de la subjetividad y productoras de relaciones sociales. Estos tres están en crisis actualmente. La familia como institución. La familia ofrece un ámbito de contención y sostén social. La pertenencia familiar otorga al individuo una historia. Las formas tradicionales tienden a alterarse describiendo situaciones de ausencia de padres, esto contribuye a fragilizar los lazos sociales que se establecen en su interior. La incertidumbre en el espacio de trabajo. El trabajo como actividad propiamente humana, cumple una función central en las posibilidades de producción y de reproche social. El valor que el trabajo conlleva no es solo el que resulta de su posibilidad de ganar dinero, también como trama subjetiva que desplaza sobre sí, como objeto, y sobre otros sujetos, un caudal de componentes libidanales, que de lo contrario resuelven su destino contribuyendo
a la formación de síntomas neuróticos. La constitución de la identidad y la construcción de significados sobre la existencia singular y social, están dados por medio del trabajo. La última década ha estado marcado nuestro país por una transformación del mercado del trabajo. Como consecuencia, una proporción, cada vez más grande, de la población queda excluida de los beneficios y postergaciones en la distribución de la riqueza. En los centros de atención psicológica o psiquiátrica de Buenos Aires se observa a la depresión como el motivo más común de consulta, y se vincula con la falta de fuente de trabajo como principal fuente de la misma. La exclusión es un proceso que involucra a la sociedad de manera global y al conjunto de transformaciones que la atraviesan. La crisis de la institución educativa y los problemas de la infancia. La escuela como un agente privilegiado de sociabilización. El proceso de sociabilización como un momento de la relación que el hombre mantiene con la realidad que le es externa. Pueden distinguirse dos momentos: uno de sociabilización primaria y uno de sociabilización secundaria. La primaria abarca los primeros años de vida, queda en manos de la familia, la secundaria transcurre en la institución educacional. Las funciones de la escuela son instruir y educar. La primera se relaciona con el desarrollo y la adquisición de conocimientos e información. La segunda es la transmisión de valores y actitudes vinculadas a la formación integral de los individuos en tanto sujetos sociales dotados de identidad y autonomía. El fracaso escolar constituye hoy un indicador de la crisis, e la medida que hace evidente la ineficacia de la institución. Produce diversas consecuencias: 1° el déficit resultante en la competencia cognitiva, tanto en el pensar como en el hacer, 2° deterioro de la inserción social individual, que empobrece las perspectivas de sus inserciones futuras, 3° ese deterioro repercute en el desarrollo de los grupos de pertenencia al reproducir las diferencias sociales de sus familias de origen. Deconstruyendo el objeto de la epidemiología en salud mental. El proceso de construcción diagnóstica se ordena alrededor de la tarea de conjunción y diferenciación de signos clínicos con la posibilidad de encuadrarlo en una clasificación preestablecida. La elaboración del diagnóstico se incluye dentro de una comprensión “objetiva” de las ciencias, a partir de la ubicación de la medicina y de las ciencias de la salud en el seno de las ciencias naturales. La lógica dicotómica enfermo-no enfermo encuentra falencias para posibilitar una descripción adecuada de los fenómenos de salud en el ámbito poblacional, no posibilita la comprensión de las diversas etapas del fenómeno. Desde el surgimiento de la medicina mental y la psiquiatría las formas de elaboración del diagnóstico y los modelos taxonómicos establecidos son traspasados en bloque al ámbito de la epidemiología. Renunciando a la elaboración de un concepto propio sobre los procesos de salud-enfermedad mental la epidemiología en salud mental se impone límites, renuncia a su independencia en la producción de nuevos conocimientos, al incremento de su capacidad comprensiva y explicativa sobre los problemas de salud mental de los grupos humanos. Reflexión: el reconocimiento de que el objeto de la epidemiología se trata de un objeto que debe ser lógicamente construido y no apenas extraído del conjunto
de fenómenos empíricos. El reconocimiento de que los problemas de saludenfermedad mental presentan un carácter subjetivo que no pueda ser eludido ni suprimido para su estudio. El reconocimiento de su condición de objeto social e históricamente determinado, sujeto por tanto a las transformaciones de las designaciones y significaciones culturalmente construidas. Las clasificaciones son producto resultante de la forma en que agrupamos los fenómenos que nos circundan y reflejan el entendimiento de sus semejanzas y de sus diferencias. La distinción entre la epidemiología psiquiatría y una nueva epidemiología.
Ley 26.657 Derecho a la Protección de la Salud Mental. Disposiciones complementarias. Artículo 1°: tiene el objeto de asegurar el derecho a la protección de la salud mental de todas las personas, y el pleno goce de los derechos humanos de aquellas con padecimiento mental que se encuentran en el territorio nacional, sin prejuicios de las regulaciones más beneficiosas que para la protección de estos derechos puedan establecer las provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Modelos de atención de los padecimientos: de exclusiones teóricas y articulaciones prácticas. Menéndez. Desde una perspectiva antropológica se habla de modelos de atención, y se hace referencia a las actividades de tipo biomédico, y a todas aquellas que tienen que ver con la atención de los padecimientos en términos intencionales, que buscan prevenir, dar tratamiento, controlar aliviar y/o curar. Las diversas formas de atención que operan en una sociedad tienen que ver con las condiciones religiosas, étnicas, económico/políticas, técnicas y científicas. Lo que domina en las sociedades actuales es el pluralismo médico, varias formas de atención no solo para diferentes problemas, sino un mismo problema de salud. En las sociedades latinoamericanas, sobre todo en las capitalistas, se estarían incrementando las medicinas alternativas. En las sociedades occidentales aparece la acupuntura y la digitopuntura. Los conjuntos sociales como eje de la atención de los padecimientos. Procesos sociales, económicos y culturales posibilitan el desarrollo de diferentes formas de atención a partir de las necesidades y posibilidades de los diferentes conjuntos sociales. Si partimos de comportamientos de los sujetos y grupos respecto de sus padeceres que operan en diferentes contextos latinoamericanos, nos encontramos con que utilizarían las siguientes formas de atención: A) De tipo biomédica: se expresan a través de instituciones oficiales y privadas. B) De tipo “popular” y “tradicional” expresadas a través de curadores especializados como hueseros, culebreros, brujos, curanderos, espiritualistas, yerberos, shamanes, etc. C) Alternativas, paralelas o new age: sanadores, bioenergéticos, religiones curativas de tipo comunitario, etc. D) Otras tradiciones médicas académicas: medicina ayurvedica. E) Autoayuda: organizadas y orientadas por las personas que padecen o co/padecen algún tipo de problema. Las actividades impulsadas por sujetos y grupos sociales generan la articulación entre las distintas formas de atención a través de sus usos y superando la supuesta o real diferencia o incompatibilidad que puede existir entre las mismas. Tiende a generarse una visión estigmatizada y excluyente de por lo menos algunas formas de atención, colocando el eje de la eficacia, de la eficiencia y de la legitimidad sobre el propio quehacer y no sobre el conjunto de las formas de atención. Los sujetos y grupos sociales constituyen el agente que reconstituye y
organiza una parte de estas formas de atención en actividades de “autoatención”. La “Autoatención” constituye el principal núcleo de las diferentes formas de atención, la mayoría de las cuales no puede funcionar completamente si no se articula con el proceso de autoatención. Un análisis integral de las formas de atención que operan en un contexto determinado supondría obtener el perfil epidemiológico de los padecimientos dominantes y sus formas de atención en una comunidad determinda. Este tipo de aproximación epidemiológica posibilitaría observar cuales son las formas de atención más usadas y las que tienen mayor eficacia para abatir, controlar, o disminuir determinados daños en términos reales o imaginario. Biomedicina: algunos rasgos y limitaciones. La biomedicina se caracteriza por su constante aunque intermitente modificación y cambio y no por su inmovilidad. Asumir la existencia de procesos de cambio que afectan a las instituciones y profesiones, incluido el sector salud y respecto de los cuales se generan modificaciones. En los 80 y en los 90 reaparecen críticas, denunciando la ineficacia de la biomedicina puesta de relieve en el retorno de la morbimortalidad por tuberculosis broncopulmonar, cólera o dengue, en la imposibilidad de curar las enfermedades crónicas, el incremento constante de la desnutrición, etc. Estas críticas están disminuyendo. Se observa una expansión de la biomedicina, se caracteriza por un proceso de continuidad/discontinuidad, donde la continuidad está dada por el constante proceso de expansión basado en la investigación biomédica, en la producción farmacológica y en la medicalización de padeceres, de comportamientos y la discontinuidad surgidas al interior y fuera de la propia biomedicina, así como las actividades y representaciones impulsadas por las otras formas de atención y por las prácticas de los diferentes conjuntos sociales. Esta expansión se da en dos niveles: a través de las actividades profesionales, y el proceso de medicalización es decir convertir en enfermedad toda una serie de episodios vitales que son parte de los comportamientos de la vida cotidiana de los sujetos, y que pasan a ser explicados y tratados como enfermedades, cuando previamente sólo eran aconteceres ciudadanos. Modelo Médico Hegemónico se refiere a la medicina alopática, en términos de una construcción metodológica manejada en un alto nivel de abstracción. Las características de este modelo es el biologismo, asociabilidad, eficacia pragmática, orientación curativa, relación médico/paciente asimétrica y subordinada, exclusión del saber del paciente, profesionalización formalizada, identificación ideológica con la racionalidad científica, la salud/enfermedad como mercancía, tendencia a la medicalización de los problemas, tendencia al a escisión entre teoría y práctica. El biologicismo inherente a la ideología médica es uno de los principales factores de exclusión funcional de los procesos y factores históricos, sociales y culturales respecto del proceso de salud/enfermedad y de las formas de atención consideradas por la biomedicina como formas culturales, y en consecuencia excluidas o por lo menos subalternizadas. Si bien el personal médico puede asumir la importancia de factores como la extrema pobreza en el desarrollo, y mantenimiento de problemas de salud, a nivel teórico e institucional su manejo de estos aspectos es limitado. Lo que se desarrolla en los hechos es una tendencia a reducir cada vez más el tiempo de la relación médico/paciente y especialmente el tiempo dado a la palabra del paciente. La relación médico-paciente se caracteriza en el primer nivel de atención pero también en las especializaciones por la duración cada vez menor de la consulta, se reduce la palabra del paciente y la del propio médico. En la mayoría de las instituciones ya no se realizan historias clínicas en el primer nivel de
atención o han sido reducidas a enumerar alguno de los datos económicos/demográficos y algunas características del tratamiento. Actualmente la posibilidad de establecer diagnósticos y tratamientos se depositan por pruebas objetivas. La inclusión de la dimensión histórica posibilitaría observar los beneficios de la prescripción de determinados fármacos para el abatimiento o control de determinados padecimientos y los afectos negativos. La aplicación de esta dimensión posibilitaría observar la gran cantidad de éxitos farmacológicos generados desde la biomedicina, pero también la cantidad de usos incorrectos que la población aprendió directa o indirectamente de la intervención médica. Los aspectos más dejados de lado por la biomedicina se vinculan con los que corresponden al campo cultural. El equilibrio del equipo de salud y/o el desarrollo social más que actuar sobre las condiciones culturales opera a través de acciones médicas o de estimulación económica. El criterio decisivo refiere a la racionalidad científica/técnica. Estas características del MMH tienden a establecer una relación de hegemonía/subalteridad de la biomedicina respecto de las otras formas de atención no biomédicas, de tal manera que tienden a excluirlas, ignorarlas, estigmatizarlas. La autoatención es la forma de atención a la enfermedad más frecuentemente utilizada por la población, es parte de la mayoría de los usos de las otras formas de atención. Autoatención como proceso estructural. La autoatención es una actividad nuclear y sintetizadora, constante aunque intermitente desarrollada a partir de los propios sujetos y grupos en forma autónoma o teniendo como referencia secundaria o decisiva a las otras formas de atención. Las representaciones y prácticas que la población utiliza a nivel de sujeto y grupo social para diagnosticar, explicar, atender, controlar, vigilar, aliviar, aguantar, curar, solucionar o prevenir los procesos que afectan su salud en términos reales o imaginarios, sin la intervención de curadores profesionales, implica decidir la autoprescripción y el uso de un tratamiento en forma de autónoma. Puede ser pensada en dos nivles: amplio y restringido. El primero refiere a las formas de autoatención que se requieren para asegurar la reproducción biosocial de los sujetos y grupos a nivel microgrupos y especialmente del grupo doméstico. Son utilizadas a partir de los objetivos y normas establecidos por la propia cultura del grupo. La definición restringida refiere a las representaciones y prácticas aplicadas intencionalmente al proceso. La autoatención se puede confundir o identificar por la biomedicina con la automedicación. La automedicación es parte de la autoatención. Otro término que se utiliza como equivalente a “autocuidado”. Se suelen entender las acciones desarrolladas para prevenir el desarrollo de ciertos padecimientos y para favorecer ciertos aspectos de salud positiva. El uso de este concepto por el sector salud es individualista y se diferencia del de autoatención curo carácter es básicamente grupal y autocuidado constituye una variante del de autoconciencia. La biomedicina desarrolla sus críticas y oposiciones respecto de la autoatención en términos de automedicación. El personal de salud considera que la automedicación es negativa y resulta de la falta de educación o de la ignorancia, y tiende a identificarla como el comportamiento de los estratos sociales más bajos. La biomedicina ha desarrollado una relación contradictoria y escotomizante respecto del proceso de autoatención, por una parte cuestiona en términos de automedicación, mientras impulsa constantemente actividades de autocuidado y de otras formas de autoatención.
La autoatención es la primera actividad que el microgrupo realiza respecto de los padeceres detectados. El sujeto y su grupo pueden consultar uno o más curadores y servicios, pero siempre a partir del núcleo de autoatención. De allí que la autoatención no debe ser pensada como un acto que los sujetos y grupos desarollan aislada y autónomamente, sino como un proceso transaccional entre éstos y las diferentes formas de atención que operan como sus referentes. La mayoría de las formas de atención, permanece ignorante de una carrera del enfermo que articula diferentes formas y hasta sistemas de atención con el objetivo de hallar una solución de problemas. La biomedicina como generadora de autoatención La biomedicina constituya una de las principales fuentes de las actividades de autoconciencia. La propia biomedicina para determinadas enfermedades crónicas ha impulsado las acciones autónomas de los pacientes. Por un lado la cuestionan y por el otro la impulsan. Se señala que el paciente no completa la totalidad del tratamiento, ya que por decisión propia lo interrumpe frecuentemente cuando él decide que ya ha sido eficaz. Se define al “paciente bien educado” como aquel que no cumple la prescripción debido por una parte a la cantidad de información técnica que posee y por otra a que su modificación del tratamiento obedece a la experiencia de su propio cuerpo con el tratamiento recetado. No cuestiona el “poder del médico” ni la eficacia de la biomedicina, le interesa mejorar su salud, se caracteriza or su saber y no por su ignorancia. Derechos humanos y derecho a la salud en América Latina: la doble faz de una idea potente. Stolkiner. Introducción. El ejercicio pleno de los derechos humanos es una idea-fuerza que puede sostener prácticas antagónicas con el proceso de objetivación universal inherente a la fase actual del capitalismo, que se manifiesta también en el campo de la salud. Luces y sombras de un objeto paradójico: los derechos humanos. Los derechos humanos son un producto de una determinada configuración histórica en el que se reflejan las condiciones de poder en que se gestaron: el campo de representaciones de la modernidad occidental. La noción tiene un origen ligado al capitalismo y un doble eje: la libertad y la dignidad humana. Libertad como autonomía del sujeto con respecto a la comunidad y al estado se fundamenta el pensamiento del liberalismo. Libertad concebida desde dos concepciones una a partir de los derechos del hombre y otra percibida sobre la base de la independencia de los gobernadores que tienen un origen histórico diferente y conllevan una heterogeneidad. La dignidad humana tiene una doble vía: la esencialista, que se fundamenta en un concepto universal de lo humano y la que, cuestionando la idea de universalidad, plantea la diversidad de concepciones de la dignidad humana y, a la vez, reivindica los derechos humanos como una praxis y una idea fuerza que puede entenderse de manera emancipadora y cosmopolita. Existe, un debate en la bioética actual que considera prescindible al concepto de dignidad humana y lo subsume a la autonomía de los individuos. Campos sostiene que dado todas las culturas tienen un concepto de dignidad humana y que todas son incompletas y problemáticas en esta concepción, considera necesaria una construcción transcultural. La tensión entre la tendencia a la “objetivación” y la tendencia a la “subjetivación”. La tendencia a la objetivación condice con la forma mercantil. En la extrema mercantilización de nuestra época todo lo que tiene sentido para la vida humana, e inclusive los seres humanos o sus
órganos, pueden adquirir “situación mercantil” o sea, ser colocado en el lugar de “cosa”. El debate sobre el derecho a la salud. El reconocimiento del derecho a la salud basado en una concepción compleja del proceso de salud-enfermedad-cuidado, requiere de una política de integridad de derechos, también incluye el derecho a la no medicalización de la vida. La medicalización es inmanente a la mercantilización de la salud y una faceta de la biopolítica. Algunas de las propuestas actuales de reforma en salud proponen la universalización de las prestaciones médicas básicas, sin cuestionar el modelo y el paradigma implícito. El escenario de derechos y salud en América Latina. Los principios de la Declaración Universal de los Derechos Humanos integraron el discurso político del bloque capitalista durante la organización bipolar de la posguerra. Este impuso una doble moral con respecto a ellos. El Terror de Estado no es cualquier forma de violencia política, es la anulación del derecho en el espacio mismo que debiera garantizarlo, y es una forma extrema de disciplinamiento social, cuyo paradigma es el campo de concentración y la desaparición forzada de personas, dispositivos destinados a operar sobre toda la sociedad. Como respuesta surgieron movimientos cuyos objetivos eran denunciar las acciones del Estado terrorista y concitar la solidaridad internacional con las víctimas, posteriormente, se abocaron a reclamar memoria y justifica. Frente al daño y la exclusión producidos por las políticas neoliberales, se gestaron movimientos sociales diversos. La aplicación de los postulados del “Consenso de Washington” se acompañó con reformas de los sistemas de salud y seguridad social. El objetivo la de mercantilización extrema de la salud requirió de un borramiento de la idea de derechos sociales, y por derivación, de derechos humanos. En América Latina coextisten gobiernos innovadores con fuerte anclaje popular y que reconocen derechos de sectores largamente excluidos, con otros económicamente heterodoxos o neokeynesianos y otro más que mantienen políticas ortodoxas y alineamientos con los Estados Unidos. La medina social latinoamericana, como praxis, establece una articulación profunda con las praxis de derechos humanos emancipatorias. Teórico N° IV. “El concepto de salud de la OMS”. Stolkiner. OMS (Organización Mundial de la Salud) definición de salud: “Salud es el estado de completo bienestar físico, psíquico y social y no sólo la ausencia de enfermedad”. Esta definición fue creada en la conciencia de que se necesitaría un ámbito supranacional, por encima de las naciones, de negociación e intercambio entre los países del mundo (Naciones Unidas). La OMS forma parte de una cantidad de cuerpos que van a seguir el amparo de la ONU y su objetivo desde su fundación fue crear un espacio en que los distintos países que constituían las Naciones Unidas pudieran concertar acciones maconmunadas para mejorar la salud de la población mundial; ponerse de acuerdo en estrategias comunes. El objetivo era que los países ricos colaboren con los países pobres. Es a su vez una constructora de discursos y propuestas y el discurso no es una definición teórica si no una política. Después de la segunda guerra aparece una nueva guerra y distribución de la hegemonía, una parte del mundo dominada por una nueva forma de organización social, que era el socialismo, un Europa devastada, con fuerte posibilidad de que este frágil equilibrio que se había instaurado, capitalismo y socialismo, se desequilibrara desde adentro
Nuevo objetivo: reconstruir nuevamente Alemania. Si se vuelve a la definición de salud de la OMS, y sacando la palabra “completo”, queda “salud es estado de bienestar”, el mismo nombre que recibía el modelo de estado los países europeos. Tenemos que pensar bienestar y sentirse bien como una perspectiva intrasubjetiva, pero en el diccionario aparece como una condición. Desde el campo del pensamiento crítico en medicina social, se va a cuestionar que se plantee que la salud es un estado. Desde el psicoanálisis se critica a homologar salud con completo bienestar. Bienestar es subjetivo. La satisfacción es absoluta y no existe y de existir sería terrible. Desde el lugar de los estudios de salud del trabajador: sentirse bien es una situación deteriorante no es un indicador de salud. A veces el malestar es un indicador de salud. (Ejemplo: trabajadores con máquinas y con audición mutilada). La forma de definir salud por la OMS es una definición política, nace en la posguerra y está directamente ligada a plantear la salud y es progresiva, no como ausencia de enfermedad, sino como presencia. Esta denifición implica la necesidad de definir el campo de las problemáticas en salud desde la lógica de más de una disciplina: porque está diciendo desde lo físico, psíquico y lo social. “Complejidad”: porque si uno recorta el problema y se ocupa de lo suyo, es mucho más sencillo porque recorta disciplinariamente. Para abordar la complejidad se necesita una articulación que va más allá de la disciplina. Conceptualizando la Salud Mental en las prácticas: consideraciones desde el pensamiento de la medicina social/salud colectiva latinoamericanas. Stolkiner. Raíces: pensamiento y acción. La medicina social y la salud colectiva en América Latina. La corriente médico social/salud colectiva amalgama muchos autores y postulados de Europa, Estados Unidos y de los discursos sobre la salud de la OMS/OPS. Su sentido inicial refería a la relación entre la enfermedad y los “problemas sociales”, y la responsabilidad del Estado en relación a ello, marcando el carácter político. A diferencia de la Salud Pública que construye la población a partir de la suma de características de individuos, la Medicina Social considera a la población y a las instituciones sociales como totalidades cuyas características trascienden las de los individuos que las componen. Define los problemas y desarrolla sus investigaciones a través de unidades de análisis sociales e individuales, pero con un encuadre teórico-metodológico colectivo. Durante los 90, con el advenimiento de las reformas neoliberales, esta corriente de pensamiento se centró en su análisis crítico y en la generación de propuestas que revirtieran el proceso de mercantilización de la salud y la profundización de la inequidad. Si algo caracteriza a la producción del pensamiento médico-social/salud colectiva latinoamericanos es la confluencia entre densidad teórica y eficacia pragmática, la articulación entre producción académica rigurosa, práctica política y herramientas de gestión. De la salud como estado al proceso de salud-enfermedad-cuidado. En su creación, durante la posguerra, la Organización Mundial de la Salud definió la salud como “Estado de completo bienestar físico, psíquico y social, y no solo ausencia de enfermedad”, enunciado de principios políticos destinado a ligar la salud a la responsabilidad de los Estados que debían promover su desarrollo. Este modelo comienza a ser cuestionado en la década del 60 ante la “crisis de la medicina” por el avance tecnológico en la lucha contra las enfermedades y el estancamiento simultáneo de sus beneficios posibles en las poblaciones. A nivel de
la Salud Pública se la llama “triple crisis del modelo”: de costo, de eficacia y accesibilidad. El pensamiento médico-social/salud comenzó a poner en el centro de la conceptualización el proceso de producción-reproducción social como matriz del fénomeno. “Reproducción de la conciencia y la conducta” se reemplazó por “subjetividad”. Los diversos modos de respuesta social a la enfermedad fueron incorporados como parte inherente al proceso mismo. La salud como valor social, el enfoque de derechos. El pensamiento médico-social/salud colectiva en sus prácticas, sostuvo permanente la defensa de la salud como área que debía preservarse de su sometimiento a las leyes de mercado, analizando las formas en que el proceso de mercantilización antagonizaba con la vigencia de derechos sociales universales durante la implementación de las políticas fundadas en el pensamiento neoclásico. El discurso de los Derechos Humanos no es unívoco. La Declaración Universal de los Derechos Humanos en la posguerra se produjo en un mundo bipolar donde antagonizaban dos modelos de organización social y se convirtió en uno de los recursos discursivos del bloque capitalista occidental en sus accionar político y militar. En la misma raíz de conceptualización de Derechos Humanos subyacen concepciones contradictorias, por ejemplo una concepción “universal” abstracta de lo humano. Un debate inclusivo sobre los derechos humanos debería sostenerse en diálogos necesarios entre distintas culturas a fin de no transformar sus enunciados a una “universalización” cultural occidental dominante. En el pensamiento médico social/salud colectiva el reconocimiento del derecho a la salud se basa en una concepción compleja del proceso de salud-enfermedad-cuidado y requiere de una política de integridad de derechos, en la que se fundamentan sistemas de acceso universal. La salud como acto vital en la era del bipoder: neobiologismo y medicalización de la vida versus “conceptualización integral”. La medicalización, como creación de la biopolítica en el campo de la Salud, es la tendencia creciente a subordinar el discurso y la normatividad médico científico o disciplinaria todas las esferas de la vida. Este hecho se refuerza por el proceso de mercantilización. La construcción social de los problemas de salud está siendo remplazada por la construcción coorporativa de la enfermedad, lo que algunos autores denominan creación de enfermedades. El pensamiento médico social/salud colectiva pone en escena la vida y la subjetividad en el sentido social y singular (distinto al DSM V). El campo de la salud mental en este escenario. Las políticas en Salud Mental, nacidas en la posguerra en el marco de los Estados de bienestar, generaron formas de atención ambulatoria y comunitaria como alternativa o modernización del modelo asilar-manicomial que fueron tomadas como referencia en América Latina. También los postulados de la OMS/OPS. Los procesos de transformación de la atención en Salud Mental tienen como escenario las particularidades de los procesos de democratización y las reformas de los sistemas de salud. Los dispositivos de las reformas en Salud Mental son diferentes por haber surgido en diversidad de contextos. La corriente médico-social colectiva en América Latina ha llevado a que movimientos y organizaciones que tienen como idea fuerza los derechos humanos se constituyen en nuevos actores del campo.
Esquema y proceso de la conceptualización de la enfermedad. Vasco U. Existen dos corrientes en el campo de la medicina social: una implícitamente acepta el concepto de salud el de enfermedad, en cuanto a definición básica y conjunto de diagnósticos y que ha venido trabajando por el lado de ampliar o modificar la explicación de la enfermedad, apoyándose en los factores sociales y su influencia determinante en la conformación de los perfiles de morbilidad a nivel de grupos sociales definidos básicamente por su inserción en el modo de producción. La otra ha venido cuestionando tanto el concepto de salud tradicional, como el concepto de enfermedad resultante de aquel y las implicaciones que ambos tienen en la explicación de la enfermedad y en la práctica médica concepción causal y del tratamiento de las enfermedades de acuerdo a dicha explicación. La vigencia del concepto de salud. El concepto de salud de la OMS no cae en desuso, aun siendo muy criticado, porque resulta teleológico en la medida en que participa tanto de la concepción de origen definido, como de la final. El concepto teleológico de salud como base de la explicación unicausal y externa de la enfermedad. La idea de la enfermedad, como pérdida del estado original, propio del hombre. El concepto de salud, la fisiología y la patología. La fisiología no es el estudio de una condición preestablecida y estática sino que ha sido el producto de la comprensión del organismo en sus manifestaciones concretas como expresión de entidades más o menos precisas y conocidas. Se modifica permanentemente el concepto del o fisiológico, en la medida en que se avanza en la comprensión de la vida y de la enfermedad. La unicausalidad externa como explicación vigente de la enfermedad. En el fondo los pacientes no acuden a los médicos por no saber o por saber diferente, sino precisamente de alguna manera comparten una explicación común, la unicausalidad externa. Los pacientes piensan que los culpables de le enfermedad son ellos, por ser malas/os, y los médicos piensan que el culpable es el microorganismo o una noxa, en los dos un culpable. El desarrollo de la medicina se concreta en la curación y reparación. El problema de clasificación y el diagnóstico. En la actualidad se ha hecho pedazos la clasificación de las enfermedades, en la medida en que dentro de cada diagnóstico, se han ido estableciendo variantes de tal especificidad que llegan a constituirse en enfermedades aparte. Los modelos explicativos propiamente como tales. Se demostró que ningún microorganismos u otra noxa, son suficientes para explicar la aparición de una enfermedad y mucho menos si lo que se pretende es establecer las razones por las que aparece en determinado sitio, época o grupo étnico, geográfico o socioeconómico. Esta insuficiencia ha obligado al establecimiento de categorías tales como causalidad proximal, inmediata y causalidad distal o mediata, esta última reconoce la imposibilidad de explicaciones unicausales, dando paso a la teoría de la multicausalidad, como modelo explicativo alternativo: Apertura gradual. 1° triada: agente-huesped-medio ambiente (sector socioenómico).
ambiente.
2°triada:
agente-huesped-medio
El problema es trabajar con alternativas de explicación que trabajen dos direcciones. Una la definición más comprensiva de lo que para unos es estilo de
vida y para otros inserción o pertenencia de clase; y la otra la forma determinada por factores individuales y sociales. Se encuentra una progresiva incapacidad explicativa de los modelos epidemiológicos clásicos y una progresiva apertura, inicialmente hacia una multicausalidad en abstracto y posteriormente, hacia la aceptación de otras causas y con ellas, de otros discursos.
Estructuras sistemas y procesos. La evolución del concepto de causa, como algo activo y determinante en sí mismo, hacia el concepto de factor de riesgo como un elemento pasivo, el cual adquiere connotación causal en su articulación con los otros factores en una estructura determinada. Discursos emergentes y conceptos críticos. EL proceso de enfermar, no es solo el resultado de una agresión, patógena, sino también el resultado de un tipo de respuesta, en la que el organismo no es un receptor pasivo sino un agente activo en el proceso de la enfermedad. La enfermedad como una relación bidireccional y no unilateral. Ya no es atribuible a la enfermedad la patogeneidad como única causa. Los perfiles de morbilidad. La enfermedad como parte de la vida reivindica el derecho de los limitados y apunta hacia un financiamiento colectivo para la atención de las concreciones individuales del proceso de vivir y enfermar. La responsabilidad sobre la prevención y la curación de vivir y enfermar. La responsabilidad sobre la prevención y la curación no recaen en un individuo, el médico, sino que deben ser asumidas por equipos de diferentes disciplinas y diferente complejidad por diferentes sectores de la sociedad y por la comunidad misma, o por la organización social en su conjunto.
SUBUNIDAD 1-2 Medicalización de la vida, sufrimiento subjetivo y prácticas en salud mental. Stolkiner. El proceso de medicalización y la hegemonía descursiva. (Mujeres pobres superaban el “quebranto” (por ejemplo cuando los hijos se van de casa, cuando los hombres pierden el trabajo) llorando) Las estudiantes de psicología estudiaban esto y creían que era angustia lo hacían a partir de una hegemonía discursiva: “conjunto complejo de las diversas normas e imposiciones que operan contra lo aleatorio, indican los temas aceptables e indisociablemente, las maneras tolerables de tratarlos e instituyen la jerarquía de las legitimidades” La “mercantilización de la salud”: dos grandes fuerzas corporativas globales son actores mundiales de este proceso: las aseguradoras que forman parte de la acumulación financiera de capitales sociales y las industrias de aparatología y la farmacología médica. Las aseguradoras aumentan su ganancia en la medida en que el uso disminuya, por son propugnadoras de “prácticas masivas preventivas”. La naturaleza de las industrias de aparatología y farmacología requiere que el consumo aumente. La expansión de este mercado se acompaña de un discurso neobiologista que se construye ideologizando los avances de la biología, la farmacología y la genética y opera reduciendo la complejidad del proceso saludenfermedad-cuidado. Se suma la utilización del concepto epidemiológico de riesgo para finalizar en “la creación de enfermedades”. Esta involucra a los centros de
investigación, cuya dependencia de la financiación suele determinar que le elección de problemas y la búsqueda de productos sea determinada por sectores privados, estatales con los cuales los privados tienen la capacidad de influencia. Así aumenta la mercantilización. Como contraparte aparecen las “enfermedades huérfanas” que pese a su gravedad y cronicidad son de baja prevalencia, no resultan rentables para las industrias y quedan fuera de la cobertura de los seguros. La medicación implica la expansión del diagnóstico y tratamiento médico de situaciones previamente no consideradas problemas de salud. La biomedicalización supone la internalización de la necesidad de autocontrol y vigilancia por parte de los individuos mismos, no requiriendo necesariamente la intervención médica. No se trata, solamente, de definir procesos mórbidos, sino de estar alerta a riesgos e indicios que puedan derivar en una patología. Existe actualmente una tensión entre la tendencia hegemónica a la objetivación y la tendencia a la subjetivación, la última sostenida por actores que mantienen una ampliación de derechos. En el núcleo de esta discusión se encuentra la fetichización propio de lo mercantil: hacer aparecer como relaciones entre las cosas lo que son relaciones entre personas. El discurso medicalizante es habilitador del proceso por el cual todos los aspectos relevantes para la vida, adquieren condición mercantil, o sea de “cosa”. Medicalización, subjetividad y sufrimiento subjetivo, y algunas reflexiones sobre el psicoanálisis. Se naturalizó la idea de individuo y se modificó la configuración identitaria del “yo” que adquirió dimensión inflacionaria en las relaciones sociales occidentales modernas. La medicina moderna ha sido un dispositivo de construcción disciplinr del individuo y lo ha incluido en su propia construcción al reconocerlo como su objeto. En él se fundan sus prácticas. El constructo sujeto de la modernidad se vio conmovido lo que se manifestó en corrientes del pensamiento que desarticulaban su “naturalidad” supuesta como el psicoanálisis o el marxismo. El sujeto es un proceso de composición y recomposición continua de deseos y actos cognoscitivos que constituyen la potencia de la reapropiación de la vida. Es aquello que resulta del encuentro cuerpo a cuerpo con los dispositivos en los cuales ha sido puesto en juego. Sujeto y subjetividad adquieren condición de proceso o devenir constante. “Las rarezas o exotismos en cuanto a la visión de la vida o del as apariencias físicas, costumbres o formas de pensar y actuar del otro, no deberían ser causas o motivos de internación o maltrato. Deberían poder incluirse como formas alternativas; diferentes, pero no enfermas”. La emergencia del sufrimiento psíquico no conduce directamente a la enfermedad. Una crítica que se le hace a la ley es que define sus sujetos como “personas con padecimiento mental” y no como enfermos. La objetivación es un determinante fundamental en todas las formas de producción de sufrimiento psíquico de la época y es un componente de las prácticas de salud. En la perspectiva del pensamiento médico social/salud colectiva, se señala la relevancia de su otra dimensión: la del cuidado que implica una “relación intercesora con el mundo subjetivo del usuario y el modo en que se construye sus necesidades en salud”. Requiere prácticas en salud integrales que incorporen la dimensión subjetiva, histórica y social tanto en el abordaje de poblaciones como de sujetos singulares. Se desplazan de la “ontología de la enfermedad” al sujeto, produciendo una “Clínica ampliada” y que requieren de nuevos modos de gestión de trabajo en salud: horizontalización y articulación entre especialización e
interdisciplinareidad. Se trata de prácticas en las cuales el componente de objetivación inherente a toda intervención disciplinar queda subordinado al reconocimiento del otro como sujeto con capacidad de innovación y como sujetos de derecho. Si la objetivación se concreta por un triple movimiento: individualizar el proceso de salud-enfermedad-cuidado, reducir el padecimiento psíquico a la psicopatología y ontologizar el cuadro psicopatológico es una práctica que tiene potenciales subjetivantes y se plantea la subjetividad como uno de sus nudos teóricos centrales. El que clínica psicoanalítica fue una práctica desarrollada bajo el modo del “ejercicio profesional liberal” generó fenómenos aparienciales. Por ejemplo la confusión entre sujeto e individuo. Quienes desarrollan la práctica psicoanalítica son personas que ejecutan el discurso hegemónico. Otro efecto aparencial es el creer que el consultorio privado no es un ámbito “institucional”. Las formas de transitar la adolescencia hoy, y la salud/salud mental: actores y escenarios. Stolkiner. La complejidad del proceso de salud-enfermedad-cuidado. La salud es un fenómeno complejo que debe ser comprendido como un proceso y no como un estado. En ese proceso interactúan y devienen corporeidades y subjetividades configuradas en la trama social. Los dispositivos sociales configuran los cuerpos y es difícil pensar una salud humana donde lo biológico pueda ser comprendido sin considerar las formas en que se gestiona la vida en general. Por eso es mejor considerarlo como proceso de salud-enfermedad-cuidado.
El método de abordaje de problema. Las dimensiones de análisis implicarían una articulación entre lo económico, lo institucional y la vida cotidiana en la configuración del proceso saludenfermedad-cuidado. Le economía refiere a la forma o al modo de producción, desarrollo, intercambio y acumulación y a la moneda equivalente general. La dimensión institucional refiere a la forma particular que adquieren determinadas relaciones sociales en circunstancias históricas particulares. La vida cotidiana es la forma en que se particulariza lo genérico social, constituida por los procesos comunes de producción y reproducción de las vidas singulares. La vida implica un determinado ordenamiento del tiempo y el espacio, de los objetos y las relaciones que se resuelve singularmente con la materia de lo genérico. Los niveles de análisis consiste en diferenciar un nivel macro, meso y uno de los procesos básicos en el cual se centra el estudio. Es indispensable atender las formas de producción de discursos y de sentido que forman parte de la producción de subjetividad. Los adolescentes de hoy: ¿actores o analizadores?. Los adolescentes comparten con los niños el lugar de excepción en materia de derechos y las institucionales específicas en su vinculación con la tutela del estado. (Winners y losers como una posición en una sociedad pensada como un espacio de competencia). Lo económico no solo determina a quienes quedan en situación de carencia, sino que estructura la forma de pensarse y pensar a los otros y a la relación con otros. Si el modelo de competencia mercantil se propone como
modelo societal y se exacerba hasta su máxima forma imaginaria, entonces no hay espacio para la solidaridad y el lazo. Lo económico entra afectando a los jóvenes de manera directa en la condición de vida de amplios sectores de la población y en la construcción de la idea de éxito que si es inherente al modelo de sujeto en el cual se sostuvo la transformación de la sociedad que se produjo a partir de la crisis de los 70 en adelante. La lógica de mercado avanza sobre los adolescentes instituyéndolos como consumidores, proponiendo modelos de cuerpo, de placer centrado en los objetos, de satisfacción rápida e inmediata. La “ecología de lo social” hace que toda modificación aparentemente parcial tenga efectos inesperados sobre aspectos que no estaban contenidos en sus objetivos. Todas las transformaciones sociales tienen dos facetas: una de cambio y una de fragilización y degradación. Los niños y los adolescentes son analizadores privilegiados de las instituciones. Sus actos develan y ponen en el discurso social aspectos naturalizados o invisibilizados. Al entrar una generación nueva en escena, entra una nueva mirada. La adolescencia es un derecho. Subjetividades de época y prácticas en salud mental. Stolkiner. Se intenta analizar y comprender la modificación de las dinámicas de dos actores fundamentales del sector salud: trabajadores y usuarios pobres en el contexto de la reforma sectorial y de las transformaciones económicas sociales. La concepción de sujeto es inconciliable con una determinación estructural y absoluta y con la dualidad individuo-sociedad. Definimos sujeto como un “ser común y potente que se forma en el proceso histórico. Ser común, porque está compuesto de las necesidades comunes de la producción y de la reproducción de la vida. Ser potente porque rompe estas necesidades para determinar innovación, para producir lo nuevo y el excedente de vida. El sujeto es un proceso de composición y recomposición continua de deseos y actos cognoscitivos que constituyen la potencia de la reapropiación de la vida. Incorpora las dimensiones de producción de la subjetividad de la vida. Supuestos, representaciones y sujetos. En los 90 el modelo de vida configurado implicaba la ubicación de los sujetos en “redes de seguridad”: concurrencia al mercado de trabajo, apoyo al Estado como proveedor de consumos colectivos y acciones comunitarias informales- “Sociedad de integración” en la que, pagando el costo de regimentación y rigidez posicional, cada sujeto sabía cuál era su hogar. Aquellos que no podían integrarse de manera “normal” y efectiva tenían un lugar asignado también. Existe un antagonismo central que atraviesa todas las formas institucionales. Tendencia a la objetivación y la subjetivación. La lógica de mercado tiende a la objetivación ya que en sus casos extremos, los transforma a ellos mismo en mercancía o porque naturaliza o legitima que la optimización de la ganancia puede consumir vidas. Porque lo “mercantil” postularía una sociabilidad mínima centrada en el intercambio entre equivalentes y del cual se excluiría todo significado sustancial a las acciones individuales y colectivas. En la “vieja sociedad” la representación de “progreso social” y del ascenso individual organizaba las estrategias familiares y las transmisiones y vínculos intergeneracionales dándole un sentido lineal a la temporalidad subjetiva. Constituía un marco de razón para la postergación de satisfacciones inmediates en pro de logros futuros, propios o colectivos. En contraste la sociedad actual destruye los supuestos o representaciones de progreso y seguridad, fragmenta identidades al tomar inestables y transitorias las inserciones en el mundo del trabajo y pulveriza cualquier fantasía de previsión de futuro.
SUBUNIDAD 1-3 Importancia de la articulación interdisciplinaria para el desarrollo de metodologías transdiciplinarias. Elichiry. El enfoque multidisciplinario es aquel caracterizado por una yuxtaposición de áreas del conocimiento. Actualmente se tiende a la super-especialización, dentro de cada disciplina se forman áreas cada vez más especializadas. Existe una tendencia a no articular lo teórico y lo práctico. La aproximación interdisciplinaria surge ante la demanda social, de una concepción constructiva de la realidad. Se basa en la complejidad y unidad de la realidad por un lado, y en la división del trabajo científico necesario para la evolución de la ciencia, por otro. Incluye intercambio disciplinario mutuo y transformación. Es fundamental mantener la identidad de cada disciplina. Prerrequisitos para la interdisciplinar: trabajo en equipo: formación de actitudes cooperativas en el grupo, intencionalidad: la relación entre disciplinas debe ser provocada, flexibilidad: debe existir una apertura en cuanto a búsqueda de modelos, método de trabajo, etc con reconocimiento de divergencias y disponibilidad para el diálogo, cooperación: cooperación continua entre las disciplinas para lograr cohesión del equipo, reciprocidad: por la interacción entre las disciplinas. Lleva al intercambio de métodos, conceptualizaciones, códigos lingüísticos, técinas, resultados, etc. El sistema funciona si cada disciplina desempeña su función individualmente pero no independientemente. La transdisciplinareidad es una aproximación metodológica que compatibiliza la unidad y diversidad de la ciencia. Supone un sistema total que integra las distintas disciplinas a través de un marco conceptual común. Otro riesgo que se asume además de la especialización absoluta es la generalización excesiva y la falta de profundidad respecto a las disciplinas. Dialéctica de la integración en la investigación interdisciplinaria. García. “Investigación interdisciplinaria de sistemas complejos” es una sola entidad. Apelar a otras disciplinas para investigar un tema no lo hace “inter”, puede ser multidisciplinaria. No todo sistema por complicado que sea es complejo. El sistema complejo es un sistema compuesto por elementos que naturalmente permanecen al dominio de distintas disciplinas. Los componente que pertenecen al dominio de distintas disciplinas pero interactúan entre sí de tal manera que ninguno de ellos es definible de manera independiente sino en función del contexto dentro del cuál están metidos y en interacción con los otros componentes. Un sistema es un conjunto que tiene cierta coherencia, con componentes que interactúan. Tiene un funcionamiento como una unidad, que recibe una influencia hacia adentro y que tiene influencias hacia afuera, pero que funciona como unidad. Se distinguen tres cosas en un sistema: los componentes, la función que cumple cada componente y el funcionamiento del sistema como una totalidad. Lo propio es la estructura y sus propiedades estructurales. Todo estudio implica un recorte de la realidad de más de una manera. “Las condiciones de contorno” implica como interactúa esta parte que estamos estudiando con el resto. El funcionamiento total no es la suma de partes. No existen datos puros. Todo dato registrado es una abstraccion que hacemos dentro de un continuo bastante disperso y la hacemos a partir de una concepción ideológica. Un equipo interdisciplinario no puede funcionar con personas que tienen concepciones totalmente distintas. Los problemas para formar equipos interdisciplinarios son: la selección del tipo de información con el cual se va a comenzar sus primeros registros y procesamientos de datos, y el otro problema es
ponerse de acuerdo sobre cuáles son las preguntas básicas a las que uno quiere contestar. El trabajo interdisciplinario no excluye el trabajo de especialistas. La integración es un proceso que procede a lo largo de muchas etapas y que supone diferenciaciones previas. La primera comprensión epistemológica que necesitan los miembros del equipo es ser consciente que los observables son ya construcciones, interpretaciones de datos. El dato puro no existe. Todo sistema abierto se autoorganiza para mantener un equilibrio con los flujos que se alternan más allá de ciertos umbrales, el sistema se reorganiza: entra en desorganización y luego vuelve a reorganizarse. Estudiar un sistema complejo, supone ir definiendo el sistema de estudio en pasos sucesivos, que requieren diferenciaciones e integraciones donde hay momentos de estudio estrictamente disciplinarios, momentos de estudio de integración de las totalidades que se van haciendo cada vez más ricas. Se debe tener una base de comprensión común de base epistemológica e ideológica. Desde el punto de vista del análisis de sistemas complejos, el estudio de políticas alternativas supone cada propuesta tomarla como una perturbación intensa en ese sistema que está estabilizado. Los análisis sistémicos basados en modelos de flujo no son aplicables porque las propiedades estructurales de un sistema no se pueden reducir a flujos. Un sistema suficientemente complejo no es matematizable, es parcialmente matematizable. La realidad la construimos nosotros. Lo que llamamos realidad cuando tomamos una parte, hacemos un recorte lo tomamos como objeto de conocimiento, no es la totalidad de la realidad que está delante nuestro, es una abstracción que se hace, una construcción que llamamos realidad. “De interdisciplina a indisciplinas” Stolkiner. En nuestra opinión, la interdisciplinariedad y las distintas vertientes que apuntan a lo transdisciplinario son emergentes de un momento en el cual los paradigmas positivistas de las ciencias se fisuran, pero las alternativas aparecen en forma marginal, fragmentaria, utópica (como toda prefiguración). Cuestionar nuestro modelo de Ciencia es cuestionar nuestro modelo de vida. La ciencia se equivoca, por lo menos, tantas veces como el saber común. Solemos titular el “fetichismo de las disciplinas” el carácter “natural” con que se nos aparecen. Toda ciencia es una construcción social y humana. Hay que ser capaz de cuestionar la existencia misma de la disciplinas tal cual aparecen. Cuestionar no significa negar. La interdisciplina nace de la incontrolable indisciplina de los problemas que se nos presentan actualmente. De la dificultad de encasillarlos. Los problemas no se presentan como objetos, sino como demandas complejas y difusas que dan lugar prácticas sociales inervadas con cuerpos conceptuales diversas. Se sostiene la necesidad de ser indisciplinado frente a las disciplinas. Solo se puede desarrollar la ciencia con una actividad irreverente ante la Ciencia). La irreverencia no es el rechazo o la negación, es el no reverenciar.
Interdisciplina y salud mental. Stolkiner. La interdisciplina nace de la incontrolable disciplina de los problemas que se nos presentan actualmente. De la dificultad de encasillarlos. Los problemas no se presentan como objetos, sino como demandas complejas y difusas que dan lugar a
practicas sociales inervadas de contradicciones imbricadas con cuerpos conceptuales diversos. Indicaba la existencia de un movimiento que iba de la ciencia poseedora de un objeto y un método, a los campos conceptuales articulados en prácticas sociales alrededor de situaciones problemáticas. Este movimiento alude a la interdisciplina. En su base está la transformación de las formas de representar el pensamiento científico y su relación con las prácticas que puede comprenderse en el contexto científico de las transformaciones y las crisis de un largo periodo. En ese mismo contexto se produjeron cambios en las formas de representarse la salud y la enfermedad, lo “mental” y el bordaje de sus patologías. En la década el 80 se había evidenciad que los problemas de padecimiento subjetivo no eran abordables desde un campo disciplinario específico. La propuesta de la interdisciplina encontraba resistencia en los profesionales de la salud. Mientras el abordaje interdisciplinario requiere de un contexto donde la tendencia se la integración, la década del 90 se caracterizó por la desagregación y fragmentación institucional. La interdisciplina requiere de un trabajo sostenido y constante de “cooperación recurrente”. La resistencia teórica de los profesionales del campo de la salud mental ante lo interdisciplinario cedió para ser reemplazada por una mayor aceptación al discurso, acompañan de una baja capacidad de concretarlo en hechos. En el contexto macro de la mundialización existe, en relación la salud mental, un tensionamiento de antagonismos. En un extremo se renueva un biologismo duro que tiende a encontrar en lo genético y orgánico la raíz de todo padecimiento subjetivo como causa fundamental. La atención se centra en la terapéutica individual y la prescripción psicofarmacológica. Por otro lado desde lo teórico y desde las prácticas cotidianas se toma insostenible pensar en una comprensión y abordaje unidimensional de los problemas. El primer polo del antagonismo representa actores poderosos que van desde la industria farmacológica hasta corporaciones profesionales. El segundo se liga a la inorgánica resistencia de lo social y se manifiesta en algunas propuestas de reformas de los sistemas enunciados por organismos insitucionales (OMS). De que hablamos cuando hablamos de interdisciplina: Hablar de interdisciplina significa situarse en un paradigma post-positivista. Reconocer una contraseña que agrupa a quienes adhieren a una epistemología que no homologa el objeto del conocimiento al objeto real, que reconoce la historicidad, no supone relaciones lineales de causalidad y antepone la comprensión de la complejidad a la búsqueda de prácticas de las partículas aisladas. Es un posicionamiento, no una teoría unívoca. Los espacios posibles de articulación interdisciplinaria. En el debate sobre lo interdisciplinario se superponen dos tipos de practicas: la de la investigación interdisciplinaria y la de la configuración de equipos interdisciplinarios asistenciales. La diferencia es de énfasis en cuanto al producto. En la investigación el énfasis es la producción de conocimiento, en los equipos asistenciales está en la acción. No se pueden separar totalmente la investigación de sus efectos en las prácticas. Las universidades tienden a organizarse disciplinariamente. La investigación interdisciplinaria requiere de un particular esfuerzo metódico de articulación: entre cuerpos teóricos, entre niveles de análisis y entre dimensiones temporales. Interdisciplina o interpráctica profesional.
En los equipos interdisciplinarios de los servicios y programas de salud, la composición de los miembros se desliza desde los campos de las disciplinas a los de las incumbencias y perfiles profesionales. Uno de los pasos para sistematizar los conocimientos producidos en las prácticas es incorporar herramientas de investigación. Buena parte del propósito de la investigación en Sistemas y Servicios de Salud es realizar un enlace entre los investigadores académicos y los actores del sector salud, fructífero para ambas partes. En el espacio hospitalario y de atención de mayor complejidad lo esperable sería pasar de la “interconsulta” a la integración de acciones de salud mental en los servicios. Los problemas surgen de existir en todos los grupos humanos cuestiones relativas al poder. En los equipos de salud lo interdisciplinario se manifiesta cuando la distribución de funciones y la importancia relativa de cada saber se define en relación al problema y no por el peso o tradición de cada profesión. Suelen ser equipos con coordinaciones flexibles.