RESUMEN GENERAL POR CAPÍTULOS DEL LIBRO DE LUCAS Lc 1:1-4 INTRODUCCIÓN Existían ya muchos relatos (v. 1) de Jesús. Lucas examinó cuidadosa y esmeradamente todos los informes disponibles y entrevistó a todos los testigos oculares y a los primeros compañeros de Jesús que pudo encontrar para redactar un informe ordenado basado en los hechos. Teófilo (v. 3), a quien van dirigidos (o están dedicados) este Evangelio, era quizá un funcionario romano de alto rango, como indica el título “excelentísimo”. Su nombre significa “amante de Dios”. No se sabe quién era. Quizá fuera uno de los convertidos de Lucas en Filipos o Antioquía. También puede ser que, como solía hacer la persona a quien se dedicaba un libro, pagara el costo de publicación de los dos libros de Lucas, produciendo ejemplares para muchas iglesias. Lc 1:5-80 EL NACIMIENTO DE JUAN EL BAUTISTA Lucas es el único Evangelio que relata la historia del nacimiento de Juan el Bautista, y solo Mateo y Lucas hablan del nacimiento y la niñez de Jesús. Lucas cuenta la historia con más detalles que Mateo, y cada uno narra incidentes distintos. Lc 1:5-25 EL ANUNCIO DE ZACARÍAS El hecho en el que convergía la profecía del Antiguo Testamento estaba cerca: la venida del Mesías. Isaías nos dice que la voz de uno que proclama en el desierto prepararía el camino del Señor (Isaías 40:3), y Malaquías, en el último libro del Antiguo Testamento, profetiza: “Yo envío mi mensajero, el cual preparará el camino delante de mí” (Malaquías 3:1). Era una antigua costumbre en el Cercano Oriente enviar a algún representante real por delante para preparar la visita de un rey. Ahora un ángel notifica a Zacarías, el santo y anciano sacerdote, que su hijo, aún por nacer de su esposa estéril, Elisabet, es aquel de quien hablaban las profecías (v. 17). Jesús confirmó el hecho de que Juan el Bautista era el cumplimiento de las profecías del Antiguo Testamento sobre el mensajero que prepararía al pueblo, trayéndolo al arrepentimiento, antes de la venida del Señor (Mateo 11:10). Y él también nos dice que Juan es el Elías que había de venir (Mateo 11:14), refiriéndose a la profecía de Malaquías según la cual el profeta dijo que reaparecía antes del día del Señor. La gente recordaba esta profecía y le preguntaron a Juan si él era Elías. Él respondió que no, pero se entiende que ministraba en el espíritu y el poder de Elías el profeta. Lc 1: 26-38 EL ANUNCIO A MARÍA A este acontecimiento también se le denomina la Anunciación. El Mesías tenía que nacer en la familia de David. Habían transcurrido mil años desde los tiempos de David y existían miles de hogares de ascendencia davídica. Dios, al escoger a la familia a través de la cual su Hijo iba a venir al mundo, pasó por alto a aquellas que gobernaban en los alrededores de Jerusalén y en cambio visitó a una mujer sencilla, de un hogar humilde, en una desconocida aldea de las distintas colinas de Galilea. ¡Qué mujer tan especial debió ser aquella para que Dios la escogiese de esta manera para
impartir y moldear la naturaleza humana de su Hijo! ¡Y cómo debió de conmoverse su corazón al oír el mensaje angelical de que ella iba a ser la madre del Rey divino de todos los siglos!
Lc 1:39-56 MARÍA VISITA A ELISABET María y Elisabet eran parientes (1:36). No se nos dice en qué pueblo se encontraba la casa de esta última, excepto que estaba en la región montañosa de Judea (v. 39). Puesto era de la tribu de Leví (1.5), el sitio muy bien podían ser Hebrón, que era una ciudad levítica. El cántico de acción de gracias de María (vv. 46-55), también llamando Magnificat, es parecido al de Ana cuando el nacimiento de Samuel (1 S 2:1-10). Sin duda, en sus meditaciones y reflexiones, María daba expresión a estos pensamientos una vez tras otra hasta que llegaron a tomar una preciosa forma poética que aquí aparece como su liturgia personal. Estuvo con Elisabet más de tres meses (v.56), hasta el tiempo del nacimiento de Juan (v. 36), y después regresó a Nazaret. Lc 1:57-80 EL NACIMIENTO DE JUAN EL BAUTISTA El nombre dado al niño y la profecía de su padre llenaron aquellos campos de expectación. Lc 2:1-38 NACIMIENTO DE JESÚS Lo relatado en los dos primeros capítulos de Lucas se omite en los otros Evangelios, excepto por la afirmación hecha en Mateo 1:25 – 2:1 de que Jesús nació en Belén y en Mateo 2:22-23 de que la familia regresó luego a Galilea. Lc 2:1-5 EL CENSO DE CIRENIO Este fue un censo del Imperio Romano. Los archivos históricos de Roma sitúan al censo de Cirenio en el año 7 d.C., entre diez y trece años después del nacimiento de Jesús. Durante mucho tiempo, esta discrepancia histórica fue problemática para los estudiantes de la Biblia. Sin embargo, en los últimos años se han encontrado papiros antiguos que demuestran que Cirenio fue gobernador de Siria dos veces. Lucas dice expresamente que este era el primer censo. También se descubrió que se obligó a la gente a que fuera a la tierra de sus antepasados para censarse. De este modo, los descubrimientos arqueológicos siguen confirmando una por una y en detalles la exactitud histórica de las afirmaciones bíblicas. Lc 2:6-7 NACE EN UN ESTABLO La palabra traducida mesón podría significar un lugar de alojamiento público o un aposento para invitados construido en una casa privada. Se piensa que era esto último, quizá la casa de su parentela davídica, donde más tarde recibirían la visita de los sabios del oriente (Mateo 2:11). El viaje de ciento sesenta kilómetros desde Nazaret, a pie o en burro, debió ser largo y duro para una mujer encinta. Con el aposento para invitados lleno de otras
personas que llegaron antes, José y María tuvieron que quedarse, al menos por un tiempo, en el establo. El momento sagrado llegó y la cuna del Hijo de Dios fue un pesebre. Lucas no lo dice, pero no sería extraño que, después que los pastores contaran su historia a todos los que querían escuchar, se les abriese a José y María lo mejor de la casa. Lc 2:8-20 LOS ÁNGELES Y LOS PASTORES Según la tradición, el campo de los pastores, donde los coros angélicos cantaron aleluyas al nuevo Rey de la tierra, se encuentra unos kilómetros al este de la antigua aldea de Belén. Lc 2:21-38 CIRCUNCISIÓN Y PRESENTACIÓN DE JESÚS El hecho de que José y María ofrecieran dos pichones de paloma en vez de un cordero y un pichón es un indicio de que no eran ricos. La ley levítica obligaba a la mujer, después nacimiento de un hijo, a purificarse durante cuarenta días antes de ir al templo para ofrecer el sacrificio de su purificación. Y esa ley establecía que la mujer debía ofrecer un cordero y una tórtola, pero si no tenía con qué comprarlos, podía sacrificar un par de tórtolas o dos pichones de paloma (Levítico 12:2-8). Lc 2:39 REGRESO A NAZARET Aquí Lucas pasa directamente de la presentación de Jesús en el templo al regreso a Nazaret, omitiendo los acontecimientos que se registran en Mateo 2:1-21: la visita de los magos, la huida a Egipto, la matanza de los niños de Belén y el regreso desde Egipto. Lc 2:40 INFANCIA DE JESÚS La Biblia habla poco sobre la niñez de Jesús: al principio hace referencia a unos meses pasados como bebé en Belén, luego a un año o dos en Egipto y más tarde a su infancia en Nazaret. El único hecho que se menciona de todo el período comprendido entre la vuelva a Nazaret y el comienzo de su ministerio público, casi treinta años después, es el episodio en el templo cuando Jesús tenía doce años, el cual indica que Cristo fue un niño extraordinariamente precoz. La poca información adicional que tenemos la encontramos en otros lugares de los Evangelios. Jesús era el mayor en una familia de siete hijos. Vivían de los ingresos de un carpintero, los cuales suplían las necesidades de la familia y, sin duda, suponían una renta familiar, aprendiera a asumir responsabilidades desde temprano. Sería muy bueno contar con algunos detalles de su vida hogareña: de cómo el Hijo de Dios, mientras crecía, se enfrentaba cada día a las molestias que suelen producirse en tales situaciones. Más tarde comenzaron a circular historias sobre milagros y otras proezas, a veces un tanto ridículas, que al parecer Jesús realizó en su niñez. Si estas hubieran sido verdad, Lucas y los otros autores de los Evangelios podrían haberlas comprobado y usado para apoyar las declaraciones de que él era el Hijo de Dios. Sin embargo, la misma sencillez y poca frecuencia con la que los Evangelios hablan de la niñez de Jesús dan credibilidad al resto de lo que está escrito en los mismos. También indican que había poco en su vida
que apuntase hacia su futuro como Salvador del mundo. La gente de Nazaret lo rechazó porque le veía como a un niño que creció entre ellos y con ellos (Lucas 4:16-30) Lc 2:41-50 VISITA DE JESÚS A JERUSALÉN A LOS DOCE AÑOS DE EDAD Jesús tenía doce años. Se piensa que este fue su primer viaje a Jerusalén. Estaba tan interesado y completamente absorto en lo que decían los maestros de la ley que no fue capaz de echar de menos a sus padres después de tres días sin verlos. Y estos fueron incapaces de advertir su ausencia del grupo en el que viajaban durante un día entero, hasta que se detuvieron para pasar la noche. Debía tratarse de una compañía bastante grande, la cual se extendía durante un buen trecho del camino. Los padres estaban seguros de que su independiente hijo se encontraría en algún lugar de la caravana, y que era más que capaz de cuidarse hasta el atardecer. Además, en esa época los amigos y vecinos eran prácticamente parte de la familia y ellos le mantendrían vigilado. Conocimiento que Jesús tenía del Antiguo Testamento (v. 47). En esos tiempos el Antiguo Testamento constituía la Palabra escrita de Dios. Jesús la amaba. Los grandes teólogos del templo se quedaron asombrados al ver lo familiarizado que estaba con ella. Jesús vivía conforme a la Palabra de Dios y más adelante la utilizó para resistir al tentador (Mateo 4:4,7,10). Fue a la cruz para cumplir el Antiguo Testamento (Mateo 26:54) y lo citó en la agonía de su muerte (Mateo 27:46). A los escritos del Antiguo Testamento se les añadieron otros, el Nuevo Testamento, que gira en torno a la vida de Jesús. Si Jesús amaba lo que tenía de nuestra Biblia, nosotros debemos amar mil veces más lo que ahora tenemos: ambos Testamentos. En los negocios de mi Padre (v. 49). Esta afirmación dejó un tanto perpleja a la madre de Jesús. Sin duda, todavía no le había dicho cómo fue su nacimiento. Se refirió a José como su padre (v. 48), y quizá la respuesta del joven aludiendo que Dios era su «Padre» le hizo ver que Jesús conocía su secreto. Lc 2:51-52 DIECIOCHO AÑOS DE SILENCIO ¡Cómo nos gustaría saber algo sobre la vida de Jesús entre los doce y los treinta años de edad! Pero Dios, en su sabiduría, puso un verlo sobre ello. Lc 3:1-20 PREDICACIÓN DE JUAN EL BAUSTISTA La predicción de Juan el Bautista se relata en los cuatro Evangelios (Mateo 3:1-12; Marcos 1:1-8; Juan 1:6-8; Lucas 3:19-28), pero el informe de Lucas es el más completo. La historia de la niñez y juventud de Juan se resume en una frase (1:80). Vivió en la soledad de la salvaje y desértica región al oeste del Mar Muerto. Desde su infancia supo que el mayor acontecimiento de la historia iba a reproducirse y que él nació para ser el heraldo de su llegada. Sabedor de que iba a ser el Elías profetizado (1:17; Mateo 11:14; 17:10-13; Malaquías 4:5), si bien no era Elías en persona (Juan 1:21), copió tal vez a
propósito las costumbres y la vestimenta del profeta. Su alimento eran langosta y miel silvestre (Mateo 3:4). Las langostas se comían desde las épocas más antiguas. Se asaban o secaban al sol. El llamado de Juan le llegó cuando tenía treinta años. La voz de este extraño, robusto y audaz ermitaño del desierto conmovió a toda la nación cuando clamaba en las orillas del Jordán que había llegado el Libertador profetizado. El énfasis de su clamor era el arrepentimiento. Su predicación era enormemente popular y fructífera. Hubo conmoción en toda la tierra con tan solo sus palabras, ya que no hizo milagros (Juan 10:41). Grandes multitudes acudían a él para que las bautizaran (Mateo 3:5), e incluso a Herodes le gustaba escucharle (Marcos 6:20). Josefo dice que Juan ejercía una gran influencia en la gente, la cual parecía estar dispuestas a hacer cualquier cosa que sugiriese. Exigía que se bautizaran los que profesaban el arrepentimiento, lo cual era un anuncio de la ceremonia cristiana del bautismo. En el punto culminante de su popularidad, Juan bautizó a Jesús y le proclamó el Mesías. Entonces, una vez cumplida su misión, desapareció del escenario. Despertó a la nación y la presento al Hijo del Dios. Su labor estaba hecha. No obstante, siguió predicando y bautizando durante algunos meses, dirigiéndose hacia el norte, a Enón (Juan 3:23; véase mapa en la p. 534). Aproximadamente un año después de bautizar a Jesús, Herodes encarceló a Juan para satisfacer el capricho de una mujer malvada (Mateo 14:1-5). Esto ocurrió al concluir la primera parte del ministerio de Jesús de Judea (Mateo 4:12; Juan 3:22; 4:35). No se nombra el lugar de su encarcelamiento: se piensa que fue Marqueronte, al oeste del Mar Muerto, o Tiberias, en la orilla occidental del Mar de Galilea. Herodes tenía residencias en ambos sitios (véase p. 516). A Juan le decapitaron alrededor del tiempo de la segunda Pascua (Mateo 14:12-13; Juan 6:4). Nos preguntamos por qué dudó Juan el Bautista (Mateo 11:3). Estuvo muy seguro y confiado de que Jesús era el Hijo de Dios y el va tras las paredes de un calabozo, se hallaba confundido: Jesús no hacía popular de un reino mesiánico político. Hasta los doce tardaron en comprender de qué se trataba el reino. (Véase Mateo 10). Asumiendo que Juan comenzara su ministerio poco antes de bautizar a Jesús, el mismo habría durado alrededor de un año y medio de predicación pública, un año y cuatro meses en prisión, y después se cierra el telón. Este es el resumen de la vida de un hombre que anunció al Salvador del mundo y de quien Jesús dijo que no había nacido ningún otro mayor (Mateo 11:11). Lc 3:21-22 BAUTISMO DE JESÚS Lc 3:23-28 GENEALOGÍA DE JESÚS
Lc 4:1-13 CUARENTA DÍAS DE TENTACIÓN Los tres relatos de Mateo, Marcos y Lucas afirman que fue Satanás el que tentó a Jesús. El ministerio galileo: Lucas 4:14 a 9 :51 Lucas dedica mucho menos espacio al ministerio galileo que Mateo y Marcos. Lc 4:14-15 JESÚS PRINCIPIA SU MINISTERIO GALILEO Lucas; al igual que Mateo y Marcos, pasa por alto completamente los acontecimientos entre la tentación de Jesús y el comienzo de su ministerio en Galilea, los cuales se relatan en Juan 1:19 – 4:54. Lc 4:16-30 RECHAZO EN NAZARET Este parece que fue el primer regreso de Jesús a Nazaret desde su bautismo, ocurrido más de un año antes. Hasta donde sabemos, pasó el tiempo intermedio en el desierto, en Caná, en Capernaum y en Judea (Juan 2:1,12; 4:46). La gente se maravillaba de su personalidad amable, cautivadora y evidentemente poderosa cuando hablaba. Estaban fascinados. Casi no podían creer que aquel era el niño al que vieron crecer. Incluso en esa pequeña ciudad, la vida de Jesús transcurrió muy silenciosa, y era de una familia tan humilde que la gente en la sinagoga apenas lo reconoció (v.22). La intención de su referencia a Elías y Eliseo era mostrar que Dios los envió a gentiles y no a israelitas: una insinuación de lo que sucedería con su propia misión. Esto, además de los milagros que realizó en ciudades distintas a la suya, ofendió tanto al provincialismo de miras estrechas de los habitantes de Nazaret que se enfurecieron e intentaron matarle. Lc 4:31-37 SANIDAD DE UN HOMBRE POSEÍDO Lc 4:38-39 JESÚS SANA A LA SUEGRA DE PEDRO Lc 4:40-41 SANA A MUCHOS ENFERMOS Lc 4:42 JESÚS ORA EN UN LUGAR DESIERTO Lc 4:43-44 VIAJE A TRAVÉS DE GALILEA Lc 5:1-11 LLAMAMIENTO DE PEDRO, JACOBO Y JUAN Lc 5:12-16 SANIDAD DE UN LEPROSO Lc 5:17-26 SANIDAD DE UN PARALÍTICO Lc 5:27-32 LLAMAMIENTO DE LEVÍ (MATEO) Lc 5:33-39 LA PREGUNTA SOBRE EL AYUNO Lc 6:1-11 RECOGER ESPIGAS Y SANAR EN EL DÍA DE REPOSO Lc 6:12-19 LA ELECCIÓN DE LOS DOCE Jesús iba a confiar los resultados de la labor de su vida a estos hombres. Sabía, por supuesto, que los guiaría, dirigiría y ayudaría desde el cielo y a
través de su Espíritu. No obstante, había que considerar los talentos y rasgos naturales que tenían. Y antes de hacer su elección final, Jesús pasó toda la noche orando a Dios. Tras dos años de instrucción, Jesús envió a los doce para que fueran sus testigos hasta los últimos rincones de la tierra. El Nuevo Testamento solo relata una parte de la labor de ellos: en Palestina; Asia Menor, Grecia y Roma. Talvez los doce se pusieron de acuerdo entre sí para marchar en direcciones distintas. O quizá a cada uno le guiaron hacia el lugar que creían mejor. Alrededor del año 62 d.C., Pablo dijo que el evangelio se había predicado en toda la creación debajo del cielo (Colosenses 1:23). De esta manera, en treinta años, la historia de Cristo se proclamó por todo por todo el mundo entonces conocido. Varias tradiciones, y no todas igual de fiables, sostienen que la mayoría de los doce sellaron su testimonio de Cristo con el martirio. En resumen, dejando de lado al traidor del grupo, la elección e instrucción de los doce fue todo un éxito por parte de Jesús. Lc 6:20-49 SERMÓN DEL MONTE Por lo general, este sermón se considera una versión abreviada del mismo que se registra en Mateo 5-7. Los dos escritos son algo diferentes. No podemos saber si se trata de dos informes distintos del mismo sermón o esencialmente del mismo discurso pronunciado en diferentes ocasiones. Jesús enseñaba sin cesar y es posible que repitiera estas palabras, de varias maneras, cientos de veces. Tal vez sea una recopilación de sus dichos más representativos: una especie de resumen de sus principales enseñanzas. Su belleza literaria, además de su enseñanza sin parangón, es insuperable. Lc 6:27-38 LA REGLA DE ORO Esta es una especie de condensación de los capítulos cinco y siete de Mateo. Algunas enseñanzas de Jesús, como: «Amarás a tu prójimo como a ti mismo», «amen a sus enemigos», «traten a los demás tal y como quieren que ellos los traten a ustedes», ya se encontraban en el Antiguo Testamento y fueron siempre la base para una vida santa. Por ejemplo: «No te vengarás, ni guardarás rencor a los hijos de tu pueblo, sino amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo Jehová» (Levítico 19:18). Aun así, parecen tan por encima de nuestra naturaleza humana egoísta que tenemos el hábito de excusarnos y ni siquiera intentar vivir conforme a ellas, diciéndonos que Jesús estaba consciente de que nos fijada unos ideales imposibles. Sin embargo, Jesús vivió conforme a dichos ideales y enseño de manera inequívoca que debíamos guarda nuestros corazones libres de resentimiento, sin importar el mal que nos hagan otros. Y no solamente eso, sino que debemos procurar el bien de quienes intentan hacernos daño. ¿Es posible? Sí, lo es. Es posible, en cierta medida, amar a los que nos odian, con la misericordiosa ayuda de Dios y una estricta autodisciplina.