RESUMEN DEL LIBRO
EL HOMBRE MÁS RICO DE BABILONIA -
George S. Clason
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Capítulo 1: El Hombre que Deseaba Oro. Bansir, fabricante de carros de Babilonia y Kobi, músico y mejor amigo de Bansir, reflexionan sobre sus vidas: de jóvenes asistieron con los sacerdotes para aprender su sabiduría, trabajaron duro durante muchas horas al día durante muchos años y gastaban su dinero en placeres; ahora, viejos, siguen trabajando duro, tienen sus familias, y apenas pueden sobrevivir. Concluyen que lo más importante son los ingresos, una renta que continuamente llene sus bolsas: una fuente de la riqueza. Deciden buscar el consejo de Arkad, viejo amigo y hombre más rico de Babilonia. Capítulo 2: El Hombre más Rico de Babilonia. Arkad relata su historia, su vida como esclavo, su arduo trabajo, pero con la visión y el deseo de llegar a tener fortuna. Hasta que un día Algamish, prestamista, le dio un consejo: “…una parte de todo lo que ganaba me tenía que pertenecer” : Pagas a todo el mundo, menos a ti. Trabajas para los otros.
Cada moneda de oro que ahorras es un esclavo que trabaja para ti. Una parte de lo que tú ganas es tuyo y lo puedes conservar. No debe ser menos de una décima parte, SEA CUAL SEA LA CANTIDAD QUE TÚ GANES. Primero págate a ti mismo. Quien pide consejo sobre sus ahorros a alguien que no es entendido en la materia habrá de pagar con sus economías…
Las tres reglas de la gestión de la riqueza: Conseguir y conservar el dinero, pedir el consejo de hombres competentes y hacer que los beneficios trabajen para ti (viviendo con lo necesario, postergando los placeres, invertir con prudencia). La oportunidad…no pierde el tiempo con los que nos están preparados.
Cuando me impongo un trabajo lo hago (voluntad, determinación). Capítulo 3: Las Siete Maneras de Llenar una Bolsa Vacía. El rey Sargón le pide a Arkad que le enseñe a los hombres de Babilonia a hacerse ricos:
1) Empezad a llenar vuestra bolsa. Guarda la décima parte (10%) de todos tus ingresos, sin tocarlos. 2) Controlad vuestros gastos. Los gastos siempre crecen en proporción a nuestros ingresos a menos que hagamos algo para evitarlo. No confundamos los gastos necesarios con nuestros deseos. Estudiar nuestros hábitos de vida para darnos cuenta que muchos de nuestras necesidades “básicas” pueden ser disminuidas o eliminadas. Controlar los gastos en función de metas bien definidas. Hacer un presupuesto que no supere el 90% de los ingresos. 3) Haced que vuestro oro fructifique. La riqueza de un hombre nos está en las monedas de oro que lleva en una bolsa, sino que en el arroyo que fluye continuamente y la va alimentando. Hacer producir cada moneda…
4) Proteged vuestros tesoros de cualquier pérdida. No dejarse arrastrar por el deseo romántico de hacer fortuna rápidamente. Antes de invertir el dinero ahorrado, conocer los peligros que pueden presentarse; es mejor hacer caso a los expertos para hacer que su dinero produzca. No hacer inversiones dudosas. 5) Haced que vuestra propiedad sea una inversión rentable. Si una parte del 90% puede convertirse en una inversión rentable “sin perjudicarle”…sus tesoros crecerán con mayor rapidez: un techo que lo proteja a usted y a los suyos. Después de pagar su propia casa, “el coste de su vida se reducirá mucho”.
6) Aseguraos unos ingresos para el futuro. El hombre debe prever ingresos adecuados para su vejez. Acumulen bienes para cuando sean viejos…de manera sensata y mediata. [Arkad prevé los
seguros de vida para los tiempos actuales]. 7) Aumentad vuestra habilidad para adquirir bienes. El deseo (fuerte, específico, pequeño) precede a la realización.
A medida que un hombre se perfecciona en su oficio, su remuneración aumenta. Cuantos más conocimientos adquiramos, más dinero ganaremos. El hombre que se respeta a sí mismo debe: pagar sus deudas lo más rápidamente posible, no comprar cosas que no pueda pagar; cubrir las necesidades de su familia; tener un testamento; ser compasivo y ayudar a los enfermos o desafortunados. Cultivar las facultades intelectuales, estudiar e instruirse, actuar respetándose a sí mismo. Capítulo 4. La Diosa de la Fortuna. La suerte espera y llega al hombre que aprovecha la oportunidad. Todos los hombres tienen la manía de dejar las cosas para más tarde (“contemporizar”).
Para atraer la suerte es preciso aprovechar de inmediato las ocasiones que se presentan. La suerte a menudo se presenta en forma de una oportunidad. La acción te conducirá hacia el éxito que deseas. Capítulo 5. Las Cinco Leyes del Oro. I. II. III. IV. V.
El oro acude fácilmente, en cantidades siempre más importantes, al hombre que reserva no menos de una décima parte de sus ganancias para crear un bien en previsión de su futuro y del de su familia. El oro trabaja con diligencia y de forma rentable para el poseedor sabio que le encuentra un uso provechoso, multiplicándose incluso como los rebaños en los campos. El oro permanece bajo la protección del poseedor prudente que lo invierte según los consejos de los hombres sabios. El oro escapa al hombre que invierte sin fin alguno en empresas que no le son familiares o que no son aprobadas por aquellos que conocen la forma de utilizar el oro. El oro huye del hombre que lo fuerza en ganancias imposibles, que sigue el seductor consejo de defraudadores y estafadores o que se fía de su propia inexperiencia y de sus románticas intenciones de inversión.
Capítulo 6. El Prestamista de Oro de Babilonia. Rodan, fabricante de lanzas, visita a Maton (prestamista y mercader de joyas y telas exóticas) para pedirle consejo para invertir 50 monedas de oro. Si quieres ayudar a un amigo, hazlo de forma que luego no recaigan sobre ti sus responsabilidades.
Pedir una garantía…” lo más seguro es prestar dinero a aquéllos cuyas posesiones tienen más valor que el oro que desean que les preste”.
El oro es la mercancía del prestamista…si se presta con imprudencia es difícil recuperarlo. Intenta asociarte con hombres hábiles y emprender negocios cuyo éxito esté asegurado para que tu tesoro salga ganando y esté en lugar seguro. “Vale más prevenir que curar” . Capítulo 7. Las Murallas de Babilonia. Relato de cómo las murallas de Babilonia habían repelido un ataque poderoso. Ilustra las necesidades del hombre y su deseo de estar protegido. “No podemos permitirnos vivir sin estar protegidos de manera adecuada”.
Capítulo 8. El Tratante de Camellos de Babilonia. Dabasir (tratante de camellos) le cobra las monedas que le había prestado al joven Tarkad. Éste aún no las ha podido conseguir y acusa a la mala suerte. Dabasir le cuenta su historia a modo de ejemplo. La mala suerte persigue a los hombres que piensan más en pedir que en dejar. Si un hombre tiene alma de esclavo, ¿no se convertirá en uno, sin importar su cuna? El alma de un hombre libre mira la vida como una serie de problemas por resolver, y los resuelve, el alma de un esclavo gimotea. Cuando se está determinado se encuentran los medios. Capítulo 9. Las Tablillas de Barro de Babilonia. Describe cómo Dabasir implementó un plan para salir de todas sus deudas: 1/10 parte de sus ingresos para ahorrarla totalmente. 2/10 partes para pagarle a sus acreedores de manera equitativa, poco a poco. 7/10 partes para cubrir sus necesidades básicas, aunque fuera difícil. Capítulo 10. El Babilonio Más Favorecido por la Suerte. Sharru Nada narra su historia a Hadan Gula.
“…el trabajo es el mejor amigo que he conocido. Me ha dado todas las cosas buenas que tengo…es mejor que lo trates como a un amigo, hacer que te quiera. No te preocupes si es duro…no te inquietes si él [amo] no aprecia tu
trabajo. Recuerda que el trabajo bien hecho hace bien a quien lo realiza, lo convierte en un hombre mejor”. “No es bueno para ningún hombre estar sin trabajar”. “Decide qué es lo que quieres conseguir y el trabajo te ayudará a conseguirlo”.
Capítulo 11. Resumen Histórico de Babilonia.
*FIN*
