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PROFR. ALFREDO CAMPOS ALUMNA BRENDA JANETH LOPEZ JIMENEZ BREVE HISTORIA DE LA ECLESIOLOGIA
La Edad Patrística
Los Padres de los tres primeros siglos Sólo en la medida que surgen los problemas se organizan las respuestas y se comienza a hacer teología, la cual se vive. San Clemente Romano: Carta a los Corintios (+101) • Acla Aclara ra dos dos punt puntos impo import rtan anttes: es: a) La La Igle Iglessia mis misterio erio de paz paz y unid unidad ad.. La Igle Iglessia como misterio de comunión que se expresa en la paz y concordia por tener un sólo Dios y a Cristo nuestro Señor, un sólo y único Espíritu, y una vocación: la unidad; b) La jerarquía y el primado romano. Habla del carácter sagrado de los pastores de la Iglesia. San Ignacio de Antioquía (+107 ) • Se def defin ine e a sí mism mismo o como como “un “un ho hombre mbre dis dispu pues esto to sie siemp mpre re a la uni unida dad” d” (Ph (Phil il 8,1 8,1)), expresión que revela el sentido profundo de su eclesiología. Para él, como para Clemente, la Iglesia es esencialmente un misterio de unidad (de a)ga/ph) donde lo visible y lo invisible se unen en la Iglesia como Cristo mismo. Además subraya la unión indisoluble, en el seno de esta Iglesia de Cristo, entre lo visible y lo invisible, lo corporal y lo espiritual. La Iglesia Iglesia es una con Cristo; y cada iglesia local expresa expresa esa unión en su unión con el obispo (sine nihil episcopo). San Ireneo de Lyon (+202) • Se le le deno denomi mina na el el fund fundad ador or de de la teo teolo logí gía a cris cristi tian ana a de Occ Occid iden ente te.. En el el libr libro o 3ro. 3ro. de de Adversus Haereses, Ireneo desarrolla a fondo dos conceptos: • Reca Re capi pitu tula laci ción ón.. Volv Volver er a pon poner er tod todas as las las cos cosas as baj bajo o la cab cabez eza a de Cris Cristo to,, dond donde e la Iglesia es el instrumento de esa recapitulación y también la plenitud de esa recapitulación. • Trad Tradic ició ión, n, sig signi nifi fica cand ndo o sobr sobre e todo todo la suc suces esió ión n apos apostó tóli lica ca.. Para Para él la fuen fuente te y norm norma a de la fe es la doctrina transmitida por los apóstoles y conservada en vigor en la Iglesia. La sucesi sucesión ón no interru interrumpi mpida da de obispo obispos, s, que remonta remonta hasta hasta los Apósto Apóstoles les,, garant garantiza iza la verdad de su doctrina. Ireneo se limita a demostrar esta sucesión en la Iglesia de Roma, “la más grande, la más gloriosa, la más antigua por todos conocida y fundada por los gloriosos apóstoles Pedro y Pablo. Ireneo demuestra que la serie de Obispos de esta iglesia remonta a los apóstoles y que por tanto su doctrina es apostólica.
La edad de oro de la patrística griega: siglos IV y V
La teología de los Padres es básicamente cristológica. Su idea fundamental es que Cristo ha asumido a todo el hombre. En la humanidad de Cristo hay un aspecto colectivo; Cristo ha asumido la humanidad de todos (San Hilario), y lo ha hecho por la Encarnación. La Encarnación es Salvación pues con ella empieza la redención. “Al Hijo que tendrás le pondrás por nombre Jesús (salvador)”. Dios hace un regalo al mundo al asumir la humanidad de todos en su Hijo. Hay en ella una presencia de todos: la Encarnación es salvación. He aquí su valor soteriológico: el Hijo de Dios se ha hecho hombre, para que todos los hombres puedan hacerse hijos de Dios. La Salvación implica divinización: (hacerse dioses). Todo arranca del Dios–Trinidad y del descenso de esa Trinidad a la humanidad por la Encarnación del Verbo. Ya desde su Encarnación, y a título mismo de esa encarnación, Cristo, que nos llevaba a todos en Él, nos ha divinizado y unido al Padre, y de algún modo nos ha constituido ya en Iglesia. La Iglesia es la plenitud del Misterio de Cristo: El misterio de la Iglesia es la continuación del Misterio de Cristo. Cristo no se quiere dar a la humanidad sino por la Iglesia. Dios quiere que todos se salven y lleguen al conocimiento de la verdad, es decir, Dios quiere que todos sean de la Iglesia. El Misterio de Cristo incluye la Iglesia mediante la cual, por el Espíritu Santo, Cristo se forma en nosotros. El principio directo de esta
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PROFR. ALFREDO CAMPOS ALUMNA BRENDA JANETH LOPEZ JIMENEZ comunicación de vida que el Padre nos otorga en y por su Hijo Jesucristo, y que constituye fund fundam amen enta talm lmen ente te a la Igle Iglesi sia, a, es el Espí Espíri ritu tu Sant Santo o grac gracia iass al cual cual Dios Dios se hace hace comunicable. El Espíritu Santo nos hace miembros de la Iglesia. Se debe al Espíritu Santo que Cristo se halla hecho hombre como nosotros y que en nosotros se graben sus reflejos. Los Padres no desarrollaron el aspecto jurídico de la Iglesia. Escribieron lo que pensaban, y su pensamiento se centró en la unión del hombre con Cristo. En este terreno son más testigos que teólogos, son testigos de lo que Cristo les da.
La doctrina eclesiológica de San Agustín y su influencia en la teología posterior
sentid ido o plen pleno, o, es un punt punto o de refe refere renc ncia ia en la teol teolog ogía ía,, San Agustí Agustín, n, en sent especialmente en su eclesiología. Es el primero en ofrecer un gran esquema sistemático. No hace un tratado aparte de eclesiología sino que estudia las realidades de la Iglesia en todos los escritos. Para él la Iglesia es el misterio que vive lo que Dios ha querido hacer para unirnos a Él. Durante sus controversias con los pelagianos su punto de partida se va haciendo sistemático: sitúa el misterio de la Iglesia en la perspectiva de los dos adanes, el viejo Adán (AT) y el nuevo (NT) que es Cristo, subrayando la Humanidad del segundo ya que en Él está la nueva humanidad redimida que es la Iglesia. Los puntos principales de su reflexión eclesiológica son: 1. El Cristo Total, Cabeza y Cuerpo: Cuerpo: Cristo quiere irse añadiendo miembros miembros en el tiempo a través de la Iglesia. Tenemos de algún modo a todo el Cristo entero, en la plenitud de la Iglesia; es decir, la cabeza y el cuerpo, en la plenitud de un hombre completo, cuyos miembros miembros somos cada uno de nosotros. nosotros. Cristo y la Iglesia reunidos constituyen constituyen “una sola cosa, una sola alma, una sola persona, un solo hombre, un solo justo, un solo Cristo, un solo Hijo de Dios”. Así pues, el Cristo total no es el Salvador sólo, sino la cabeza y el cuerpo. Él es nosotros, y nosotros somos Él. Esa identidad mística entre Cristo y su Iglesia es tan esencial al Cristianismo que se convierte en un verdadero principio exegético. La idea subyacente es la identificación mística de Cristo y los suyos. Cabeza y Cuerpo está unidos por la caridad, el amor. El artífice de esa unión vital es el Espíritu Santo, de aquí que Agustín formule el papel desempeñado por el Espíritu en la Iglesia: “Lo que es el alma para el cuerpo del hombre, es el Espíritu Santo para el Cuerpo de Cristo, es decir, la Iglesia”. 2. Estructura sacramental de la Iglesia: El Cristo total no es sólo un misterio invisible, sino que tiene un plano visible institucional que se hace presente a través de una estructura sacramental cuyo centro es la Eucaristía. Para formar un cuerpo con Cristo se necesita del cuerpo sacramental de Cristo. Por la Eucaristía formamos el Cuerpo de Cristo que es la Iglesia. Para San Agustín como para San Pablo, comulgar con el Cuerpo de Cristo y comulgar con la vida de su cuerpo eclesial es un mismo misterio. A partir del bautismo y por el bautismo bautismo somos agregados al Cuerpo de Cristo y nos convertimos convertimos en miembros de la Igles Iglesia. ia. Po Porr el baut bautis ismo mo recib recibimo imoss una una ma marc rca a imbo imborra rrable ble,, la de nues nuestr tro o Rey. Rey. La estructura de la Iglesia no es igualitaria, como lo prueba la importancia que reviste a sus ojos el sacramento del orden, que une a Cristo de otra manera, hace que en la persona que lo reciba actúe Cristo. Las acciones jerárquicas son acciones de Cristo. Él actúa por medio de los sacramentos para hacer que el hombre llegue al encuentro con Él. 3. Ecclesia, communio sanctorum: Modo de aludir al misterio de la Iglesia. Para Agustín la Iglesia se empieza a construir en la historia como Ciudad de Dios, a partir de los dos adanes, en una comunión y sociedad última que es la de los Santos, comunión de ángeles y hombres reunidos por el Espíritu; aunque, todavía está la Iglesia que peregrina. Esta “aquí”, pero le falta todavía para ser “celeste”. En rigor, todos los miembros de la Iglesia
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PROFR. ALFREDO CAMPOS ALUMNA BRENDA JANETH LOPEZ JIMENEZ peregrinante son los mismos de la Iglesia celestial; no son dos Iglesias diferentes, sino dos momentos cualitativos de una misma realidad. Algunos lo entendieron mal y pensaron que la verdadera Iglesia estaba en el cielo y que ésta sería una pasajera; afirmaban que la verdadera Iglesia era la formada espiritualmente por aquellos que se sienten llamados. Hay una única Iglesia, la comunión de los santos, con dos etapas: la Iglesia peregrinante y la celestial (in caelo fundata, in terra peregrinans). La Comunión de los Santos tiene tres características: • Mixt Mixta: a: aco acoge ge a pec pecad ador ores es y san santo toss y entr entre e los los peca pecado dore ress los los que que está están n en pec pecad ado, o, perteneciendo a ellos por el carácter de los sacramentos. • Communio sacram rament entorum: Es una famili ilia, ciud iudad donde participa ipamos de los los sacramentos. • Comm Co mmun unio io hier hierar arch chic ica a: Fren Frentte a los dona donati tisstas tas. Se está está en la Igle Iglessia mien mientr tras as se se esté en comunión con los l os obispos. 4. Unitas catholica: Es la que está en unidad universal, por toda la tierra (es lo opuesto a secta), en contraposición a la discusión con los donatistas y otros que se creían salvados al ponerse aparte. La Iglesia Católica es la verdadera porque al ser mixta, acoge en su seno a todos los hombres que quieren salvarse. Resumiendo se puede decir que para Agustín la Iglesia es: el Cristo total al que se accede por una estructura sacramental visible, para llegar a la comunión de los santos. En la fase peregrinante es mixta, es communio sacramentorum y communio hierarchica.
Edades medieval y moderna La teología escolástica, en especial Santo Tomás
La eclesiología de la Edad Media vivirá de la herencia de los Padres, y sobre todo de San Agustín. En los autores sobresale Santo Tomás que recurre a San Agustín para construir sus Sumas. No escribió un tratado exclusivamente sobre la Iglesia, porque la Iglesia está presente en todos sus tratados. La Iglesia, su misterio, penetra todo. Es de gran significación la comprobación de que los primeros tratados “separados” de la Iglesia son contemporáneos de las primeras impugnaciones expresas de un mundo tan unificado como el de aquella época. Santo Tomás (1224-1274) • Su vis visió ión n de la la Igl Igles esia ia se se ve en en todo todo su su proc proces eso o de la la econ econom omía ía de de la sal salva vaci ción ón.. La revelación de Dios se ha hecho con el objeto de que la criatura racional entre en comunión con Él, en una comunión divinizante, divinizante, hecha a través de Cristo, Cristo, Verbo Encarnado, Encarnado, y de los medios que Él ha dejado: fides y sacramenta fidei. • Dibuja dos niveles conectados: a) comunión de vida con Cristo a la que estamos llamados; b) institución en la que confesamos la fe y recibimos los sacramentos. • Porr los Po los sac sacrame rament ntos os ent entra ramo moss en comu comuni nión ón con con Dio Dioss. Una Una vez vez que que ent entremo remoss en comunión con Él, los sacramentos desaparecerán, por su carácter transitorio. La Iglesia es el medio de salvación, es RES et SACRAMENTUM a la vez. El SACRAMENTUM es el medio para llegar a la RES. • Los puntos principales princi pales de su reflexión refle xión eclesiológi eclesi ológica ca son: 1. La Iglesia como misterio de comunión con Dios: Cristológicamente caracterizada se da y se realiza en Cristo. Es una reunión, congregatio fidelium, fieles a Cristo. No se puede interpretar como mera asamblea con intereses políticos. Todos los justos de la historia están de alguna manera en el misterio de la Iglesia. Manejando el sistema de exitus (salida), y reditus (vuelta) coloca a la Iglesia del lado del reditus: la gracia que Dios
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PROFR. ALFREDO CAMPOS ALUMNA BRENDA JANETH LOPEZ JIMENEZ dispensa a través de ella, por el Espíritu Santo, a los hombres, hace que éstos vuelvan a Él. (III, q.8). 2. Naturaleza sacramental de la Iglesia peregrinante: Va en consonancia con la idea anterior. Pertenece a la Iglesia en su etapa peregrinante, histórica. Para San Buenaventura el fundamento último de la visibilidad y sacramentalidad de la Iglesia es su conformidad con la Cabeza. Si Cristo es el “gran sacramento de salvación”, ¿cómo la Iglesia, que es su cuerpo, no habría de ser un misterio sacramental? La Iglesia no es sólo el don de Dios (derramamiento de la gracia capital de Cristo), sino también el conjunto de medios (los sacramentos) que nos comunican esa gracia y nos ayudan a vivir de ella. En la Iglesia peregrinante la comunión de gracia se forma en la historia a partir de la Humanidad de Cristo: acta et passa Christi in carne, actos, hechos y padecer de Cristo en su carne. Del costado de Cristo manaron los sacramentos: Sangre y Agua, por los cuales se constituye la Iglesia. La Comunión de los Santos como la institución eclesial forman parte de la Iglesia que es una realidad compleja (LG 8) orgánicamente estructurada, donde lo visible se ordena a lo invisible. 3. Respecto a la Eucaristía: Es cumbre de los sacramentos y centro de la realización de la Iglesia. Es la RES de los sacramentos porque contiene el Bien Común espiritual (III, q.66, a.3, ad.1). 4. Constitución jerárquica de la Iglesia: “Los Apóstoles y sus sucesores son vicarios de Dios para el gobierno de la Iglesia, constituida por la fe y los sacramentos de la fe, así tampoco les está permitido trasmitir otra fe ni instituir otros sacramentos” (III, q.64, a.2, ad.3). El carácter es participación en el sacerdocio. • Su eclesio esiolo log gía no es un sist istem ema a cerrado, ha evo evolucion ionado en su mis misma lín línea ea,, desarrollando temas como: a) el episcopado como plenitud del sacramento del orden; b) las iglesias particulares donde está la Iglesia universal. La teología moderna Loss prime Lo primero ross trat tratad ados os de ec ecle lesi siol olog ogía ía apar aparec ecen en en el siglo siglo XIV, XIV, en me medi dio o del del conflic conflicto to entre entre Felipe Felipe IV el hermos hermoso o y Bonifac Bonifacio io VIII, VIII, ocasio ocasionan nando do reducc reduccion ionism ismos. os. El primero, de Jacobo de Viterbo (+1308), lleva el título De regimine christiano; muy pronto le siguen los de Juan de París, Gil de Roma, Occam, etc. Estas obras son defensa de la autoridad católica frente al rey más que un tratado sobre la Iglesia. En el siglo XV aparece una nueva temática: Los movimientos antijerárquicos, es decir, actitudes que cuestionaban la Jerarquía (democratismo eclesiológico de Marsilio de Padua), El Conciliarismo y el Espiritualismo de Hus y Wycleff (la Iglesia verdadera no es la jerarquía, sino todos los que se sienten salvados espiritualmente). Ante estos movimientos nace uno en defensa de la Jerarquía, del cual se caracterizará la Summa de Ecclesia de Juan de Torquemada. Será el conflicto, abierto por Lutero, el que más inducirá a la elaboración de un tratado de eclesiología. Lutero va a elaborar una eclesiología revolucionaria partiendo de una mala interpretación de San Agustín, separando la dimensión visible e invisible y afirmando que la verdadera Iglesia es la invisible. Los protestantes reformadores negarán lo que es visible en la Iglesia y frente a ello, los católicos publicarán obras apologéticas antipro antiprotes testan tantes tes y antiga antigalica licanas nas (siglo (siglo XVI). XVI). Su represe representa ntante nte es el cardena cardenall Robert Roberto o Belarmino con su obra Controversia de Concilii, en la cual defiende las verdades negadas: poder pontificio y naturaleza de la Iglesia visible. Llama también la atención el Catecismo de Trento (San Pío V) que no se focaliza tanto en lo apologético y es de gran importancia su eclesiología asentada en Santo Tomás y los Padres.
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PROFR. ALFREDO CAMPOS ALUMNA BRENDA JANETH LOPEZ JIMENEZ Siglo XIX: • Nacen en Eur Europa los los llam lamados Estados Modern ernos (fruto de la Ilu Ilustración ión y el raci racion onal alis ismo mo)) que que pret preten ende den n domi domina narr la soci socied edad ad.. En este este co cont ntext exto, o, la Igles Iglesia ia se autodefinirá como una “sociedad perfecta”, es decir, una sociedad que tiene todos los medios para conseguir sus fines. Junto a ese problema aparece el protestantismo liberal que negará que la Iglesia sea fundada por Cristo. Aparece entonces la defensa de la Iglesia como sociedad jerárquica. Por su lado los Modernistas desarrollarán sus ideas en el seno de la Iglesia sosteniendo las tesis del protestantismo liberal junto a la suya: Cristo no ha fundado o constituido un reino de Dios en la tierra. Se destacan así los tratados de TF. Las formas modernas de este problema en los siglos XIX y XX serán las del llamado Regalismo. • A mediados de este sigl iglo se cae en la cuent enta de los exc excesos del racion ionalis lismo hegeliano en el seno de la sociedad alemana. La reacción producida se denominó «el romanticismo filosófico», el cual afirma que el hombre se explica por la vida, no por la razón, subrayando sobretodo lo sentimental. Su representante más importante es Johan Adam Möhler, profesor de la Universidad Católica de Tubinga. Es uno de los Padres de la Eclesiología actual. Muy pronto se orientaron en su mismo sentido los llamados teólogos de «la Escuela Romana»: Franzelin y Claudio Passagglia, Perroni, Schrader y también Matías Joseph Sheeben y el Cardenal Newman. Todos tenían en común el hecho de dar una una prio priori rida dad d defi defini niti tiva va al aspe aspect cto o míst místic ico o y vita vitall de la Igle Iglesi sia a por por enci encima ma de las las estructuras y de la institución, aunque no en detrimento de las mismas. • El más más des desta taca cado do es es Möhl Möhler er que que des descu cubr brió ió la la gran gran esc escol olás ásti tica ca de de los los medi mediev eval ales es y Santo Tomás. Sus obras: • La Unid Unida ad de la Igl Igles esia ia:: Es un es estudi tudio o de la ec ecles lesiolo iologí gía a en los los padr padres es de de los los tres tres primeros siglos. La Iglesia tiene su principio activo en el Espíritu Santo, es Una. La conciencia histórica de la Iglesia es la Tradición que va expresando lo que es. Destaca la acción del Espíritu Santo. • La Simb Simból ólic ica. a. Pres Presen entta má máss equ equilib ilibra rada dame ment nte e los los plant lantea eami mien ento toss cris cristo toló lógi giccos y pneumatológicos. La Iglesia en Möhler acaba siendo el Cuerpo de Cristo animado por el Espíritu Santo a través de la estructura Jerárquica; es la continuación de la Encarnación de Cristo, es, en fin de cuentas, la Encarnación permanente de Jesucristo; por ello se le denomina en el NT “el Cuerpo de Cristo” a los fieles de la Iglesia. • Este Este mo modo do de habl hablar ar de Möhl Möhler er lo lo aco acoge ge Leó León n XII XIIII en en la la Sat Satis is Co Cogn gnit itum um y Pío Pío XII XII en en la la Mystici corporis, y el CV II en la LG. Sheeben y Newman influirán en el CV II. El fruto más decantado es la Constitución Dogmática Lumen gentium. Trascendencia de la espiritualidad laical en la actual renovación eclesiológica En el CV II se expresó la íntima conciencia espiritual de la Iglesia; esta expresión surge en primer lugar de la vida, y sólo en un segundo lugar, de las ideas. Varios fenómenos pastorales surgieron en el siglo XX promoviendo la espiritualidad laical, el que los lai laicos cos asuman asuman su respon responsab sabilid ilidad ad como como bautiz bautizado ados: s: Movimi Movimient ento o Litúrg Litúrgico ico,, Acción Acción Católica, Opus Dei, etc. Todos se inspiran en la llamada universal a la santidad que tiene todo bautizado (LG cap. V). Eclesiología del Concilio Vaticano II: COMUNIÓN Y MISIÓN . Comunión y misión Una Iglesia así constituida, que arroje los signos de la fe, será capaz de atraer con mayor ma yor facili facilida dad d a quien quienes es nunca nunca han han pert perten enec ecido ido a ella ella e, incl inclus uso, o, a aque aquello lloss que, que, engañados por los ídolos del mundo, la han abandonado. Del mismo modo, facilitará el diálogo con los miembros de las Iglesias particulares y de otras comunidades cristianas
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PROFR. ALFREDO CAMPOS ALUMNA BRENDA JANETH LOPEZ JIMENEZ que no están en plena comunión con la Iglesia católica, así como el diálogo con las otras religiones y con los nuevos areópagos. La comunión es un signo eficaz de evangelización: «Como tú, Padre, en mí y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado» (Jn 17,21). En esta comunión, vertical y horizontal, está el fundamento de la fecundidad de la misión[1]. La comunión es, de por sí, misionera, pues mediante ella la Iglesia se presen presenta ta y actúa actúa como como sacrame sacramento nto visibl visible e de unidad unidad salvífi salvífica[ ca[2], 2], es decir, decir, «signo «signo e instrumento de la unión íntima con Dios y de la unidad de todo el género humano»[3]. Los resultados de la Nueva Evangelización dependen, en gran medida, del nuevo ardor de la caridad y de la comunión. En este sentido, como el año 1992 nos lo recordaron los obispos de América Latina reunidos en Santo Domingo, la Nueva Evangelización de nuestro nuestro Continente Continente requiere la conversión conversión permanente permanente de la Iglesia a las enseñanzas enseñanzas del Concilio. Este desafío atañe a todos: en la conciencia y en la praxis, personal y comunitaria, en las relaciones entre los fieles y con los pastores, en las estructuras eclesiales y en el quehacer ecuménico, a fin de que se haga presente, cada vez con mayor claridad, la Iglesia como principio de unidad y amor[4]. Porque «el amor es y sigue siendo la fuerza de la misión, y es también el único criterio según el cual todo debe hacerse y no hacerse, cambiarse y no cambiarse»[5]. Esta fuerza evangelizadora de la comunión eclesial tiende, por su misma naturaleza, a la construcción de toda la humanidad según la comunión de Dios Amor [6]. Desde esta perspectiva se puede entender las exhortaciones de Pablo a las comunidades de Filipos y de Éfeso: «siendo todos del mismo sentir, con un mismo amor, un mismo espíritu, unos mismos sentimientos [...] buscando cada cual no su propio interés sino el de los demás. Tened entre vosotros los mismos sentimientos de Cristo" (Flp 2,2-5); «poniendo empeño en conservar la unidad del Espíritu con el vínculo de la paz. Un solo Cuerpo y un solo Espíritu» (Ef 4,3-4). Ahora bien, ¿cuál es el camino para esta comunión intra-eclesial? En primer lugar, la unidad en la pluralidad, como hemos visto que lo presenta la eclesiología de comunión. Por ello, sin pretender que la Iglesia sea una democracia, ni querer renunciar al principio de constitución jerárquica instaurado por su Divino Fundador, y dejando siempre la última palabra a la obediencia, gracias a la cual hemos sido redimidos y por la cual existe la Iglesia: Iglesia: En las inevitables inevitables situaciones situaciones de conflicto conflicto ocasional ocasional que puedan puedan surgir, surgir, la actitud, tanto de los que presiden en la caridad, como de todos sus miembros, no ha de ser aplastar aplastar al que discrepa [...] [...] ni conseguir conseguir la paz a costa de las personas personas [...] ni primar el modelo jefe-subalternos. Sino que la única alternativa evangélicamente válida, según Jesús, es el amor al hermano y el servicio liberador y desinteresado [7]. Para ello se requiere promover, en el seno mismo de la Iglesia, la mutua estima, el respeto y la concordia, reconociendo las legítimas diversidades, para abrir, con fecundidad cada vez mayor, el diálogo entre todos los miembros del pueblo de Dios, tanto los pastores como los demás fieles, pues, como nos lo recuerda la Gaudium et Spes: «Los lazos de unión de los fieles son muchos más fuertes que los motivos de división entre ellos. Haya unidad en lo necesario, libertad en lo dudoso, caridad en todo»[8]. Este diálogo, movido por la caridad, debe comprender también a aquellas Iglesias particulares particulares y comunidades comunidades cristianas cristianas que aún no están en plena comunión comunión con la Iglesia católica. Porque, como nos lo ha recordado Juan Pablo II en la Encíclica Ut unum sint, la unidad de los cristianos es, en primer lugar, para la gloria del Padre[9]. Por ella pidió Jesús
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PROFR. ALFREDO CAMPOS ALUMNA BRENDA JANETH LOPEZ JIMENEZ al entrar voluntariamente en su pasión: por sus discípulos y todos los que creerían en Él, para que todos sean una cosa sola, una comunión viviente[10]. La comunión de los cristianos es la manifestación de la gracia por medio de la cual Dios los hace partícipes de su propia comunión trinitaria, de su vida eterna. La oración de Jesús, por la unidad de los cristianos, es la oración dirigida al Padre para que se cumpla su diseño eterno de salvación. Las divisiones entre los cristianos están en abierta contradicción con la Verdad que se empe em peña ñan n en difun difundir dir y, por por ello ello,, hier hieren en grav graveme ement nte e su misió misión. n. Lo Loss result resultad ados os de la evangelización están íntimamente ligados al testimonio de la unidad de la Iglesia[11]. El ecumenismo, por tanto, no es sólo una cuestión interna de las comunidades cristianas, sino que está relacionado al amor que Dios ha donado, en Jesús, a toda la humanidad. Obstaculizar este amor es una ofensa a El y a su diseño de reunir a todos en Cristo[12]. Consci Conscient entes es de esta esta volunt voluntad ad de Dios, Dios, los cristi cristiano anoss podrán podrán encont encontrar rar en la eclesiología de comunión, como de hecho ya lo están haciendo, importantes elementos que favorezcan sus esfuerzos por la unidad. Desde la formulación del principio de la hierarchia veritatum, así como desde las grandes iniciativas de oración común y trabajo coordinado coordinado permanente, permanente, incluidos incluidos los aspectos aspectos de orden temporal, el acercamiento acercamiento hacia la unidad ha dado grandes pasos. Quedan, no obstante, muchos por darse, de los cuales dependen, en gran medida, los frutos de la Nueva Evangelización. Finalmente, la Iglesia Comunión no sólo abraza en su seno a todos los creyentes, sino que prolonga su comunión, con Dios y con los hermanos, hasta abrazar a la humanidad entera. Lo hace, en primer lugar, testimoniando, de palabra y de obra, la buena nueva de Jesucristo, que no vino al mundo a ser servido sino a servir y dar su vida por el rescate de todos (Mc 10,45). También, imprimiendo en la sociedad el espíritu evangélico, mediante la liturgia liturgia y el servicio gratuito a los pobres y necesitados necesitados,, así como haciendo haciendo presentes los valores del hombre y defendiéndolos donde haga falta. En este sentido, la misión de los laicos, revalorizada en la eclesiología de comunión, desempeña desempeña una función función muy importante, importante, pues son ellos quienes, quienes, en primer lugar, «están llamados a actuar en las realidades temporales y en el campo de sus capacidades para la construcción de una sociedad impregnada de los valores evangélicos»[13]. Corresponde a ellos llevar el mensaje del Evangelio a todos los ambientes de la sociedad, incluso el político. Para ello se requieren fieles debidamente debidamente formados, formados, que sean capaces de mantener mantener un diálogo con el mundo y la cultura de hoy. A la vez, cristianos con fe adulta y probada, pues la Iglesia sabe que, en su peregrinar terreno, ha sufrido y continuará sufriendo oposiciones oposiciones y persecucio persecuciones[14 nes[14]. ]. Es en estas ocasiones ocasiones cuando está llamada llamada a brindar el más sublime y gratuito servicio que pueda dar a la humanidad: humanidad: vencer el mal con el bien, testimoniando así la verdad crucial del Evangelio, realizada en Jesucristo: el amor al enemigo (Mt 5,44; Lc 29,34). Buscando al hombre a través del Hijo, Dios quiere inducirlo a abandonar los caminos del mal, en los que tiende a adentrarse cada vez más [...] Derrotar el mal: esto es la Redención. Ella se realiza en el sacrificio de Cristo, gracias al cual el hombre rescata la deuda del pecado y es reconciliado con Dios[15]. Derrotar el mal, no con la fuerza física o el poder político, sino con el bien, con la fuerza del perdón, asumiendo las consecuencias consecuencias de los pecados ajenos, como Jesús en la Cruz, cargando con el mal de los demás. Esta es la misión del Siervo de Dios anunciada por Isaías, cumplida en Jesucristo y que se prolonga en la Iglesia; «eran nuestras dolencias las que él llevaba [...] con sus cardenales hemos sido curados [...] Fue oprimido, y él se
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PROFR. ALFREDO CAMPOS ALUMNA BRENDA JANETH LOPEZ JIMENEZ humilló y no abrió la boca. Como un cordero al degüello era llevado [...] indefenso se entregó a la muerte» (Is 53,4-12). A esta misión se refiere Jesucristo cuando dice a sus discípulos que ellos son la sal de la tierra, la luz del mundo, la levadura que fermenta la masa (Mt 6,13-16). Las tres figuras usadas por Cristo (sal, luz y levadura) realizan su servicio deshaciéndose, consumiéndose, desapareciendo; es decir, a costa de su propia vida[16]. «Si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda él solo; pero si muere, da mucho fruto» (Jn 12,24). Sobre esta misión, de dar la propia vida, san Pablo dirá: «completo en mi carne lo que falta a las tribulaciones tribulaciones de Cristo, en favor de su Cuerpo que es la Iglesia» (Col 1,24); y el mart ma rtiri irio o de Este Esteba ban n será será la prim primer era a mues muestr tra: a: «Señ «Señor or,, no les teng tengas as en cuent cuenta a este este pecado» (Hch 7,60). http://vaticanoii.blogcindario.com/2010/02/00046-eclesiologia-del-concilio-vaticano-ii-ixcomunion-y-mision.html
LA ECLESIOLOGÍA EN LA REFORMA Y EN LA CONTRARREFORMA.
Hay una serie de autores previos a la reforma protestante que estaban ya de alguna forma pidiendo cambios en la Iglesia. El renacimiento trajo una visión nueva de las cosas, en contin continuida uidad d pero pero con una ruptur ruptura a respec respecto to al paradig paradigma ma anterio anterior. r. Alguno Algunoss de estos estos autores son: Marsilio de Padua, Guillermo de Ockam, Wyclef o Hus. Marsilio de Padua hablaba de soberanía popular que residía en el pueblo, y que había sido delegado a los gobernantes. El pueblo debería continuar detentando el poder de hacer las normas. Estas teorías las quiso aplicar a la Iglesia, y así toda la autoridad de la Iglesia residir residiría ía en el conjunt conjunto o de los cristi cristiano anos, s, que estaba estaban n represe representa ntados dos por los padres padres conciliares. El Papa sería el representante del ejecutivo, con una autoridad delegada por el concilio, -única autoridad-, junto con la Sagrada Escritura. La intención histórica de este escritor era dar autonomía y fortalecer al rey de Francia frente al poder del papado, indicando que el poder de la Iglesia debía ser espiritual pero no temporal, por eso diseña y justifica una organización política para la iglesia con más reparto de poder. Guiller Guillermo mo de Ockam Ockam aplica aplica su filosof filosofía ía nomina nominalis lista ta a la eclesio eclesiolog logía. ía. No importa importará rá la totalidad, la estructura sino que el individuo tiene que estar en el centro. Por eso la Iglesia y el papado deben estar al servicio de los hombres, y no dictando tantas leyes. Su opos oposic ición ión al jurid juridic icis ismo mo crec crecien iente te de la Igles Iglesia ia es nota notable ble.. Lute Lutero ro lo co cons nside idera raba ba su maestro. Wyclef era favorable a una reforma eclesial pero en un orden más ético. Hablaba de aumentar la pobreza en los ministros. Los predestinados son los justos, los pobres, los verdaderamente salvados. Los ministros auténticos serán los de vida ejemplar, los demás no son auténticos; y los sacramentos que realicen serán menos ejemplares, volviendo a una especie de donatismo. La Iglesia es algo invisible, un cuerpo místico, y es la Iglesia de los predestinados, de los que sólo Dios sabe quienes le pertenecen. En el fondo está haci haciend endo o de la Igles Iglesia ia una una co comun munió ión n espi espirit ritua uall ante antess que que una una estr estruc uctu tura ra extern externa, a, seguramente por el peso excesivo de un juridicismo creciente. J. Hus, de Chequia, traslada las ideas de Wyclef a su país, escribiendo un tratado sobre la Iglesia. De nuevo la Iglesia lo es de los predestinados, las personas en pobreza son los jus justo tos. s. Fue Fue co cond ndena enado do inic inicia iand ndo o un mo movim vimie ient nto, o, los los Husi Husita tas, s, ac actu tuan ando do co cont ntra ra el emperador y el Papa. Hoy Hus es un símbolo de la resistencia Checa contra los Alemanes. Los husitas fueron sofocados y él condenado, pero los aires de reforma y de cambio estaban ya en el ambiente de Europa. El contexto inmediato anterior a Lutero era el conciliarismo como teoría, junto con la realidad histórica del debilitamiento del Papa por causa del Cisma de Occidente. La Iglesia
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PROFR. ALFREDO CAMPOS ALUMNA BRENDA JANETH LOPEZ JIMENEZ llegó a disponer de tres Papas distintos, todos considerados legítimos y verdaderos, lo cual debilitó la institución. El único que podía ser garante de si un Papa era herético no podía ser ser otro otro papa papa,, sino sino el Co Conc ncil ilio io,, co conv nvirt irtién iéndo dose se así así en má máss impo import rtan ante te,, al me meno noss en prestigio el Concilio y no el Papado. En el Concilio de Constanza se quiso resolver el problema del Cisma de Occidente, era el año 1418. Se condenó a Wyclef y Hus, renovando la tesis de la Iglesia como depositaria de la autoridad de Cristo. El representante de toda la Iglesia será el Concilio y el Papa. El Papa debe someterse al Concilio, quedando la obligación de convocar cada cierto tiempo un concilio. Sin embargo, la realidad histórica hizo que con el tiempo continuara la tensión. En Basilea se convocó un nuevo Concilio, pero sus disposiciones disposiciones no fueron aceptadas por el Papa, que convocó a su vez el Concilio de Florencia, en el 1438. La tensión entre conciliarismo y Papado se resolvió en el V Concilio de Letrán en el año 1516, interpretando la asamblea que lo dicho en Basilea y en Constanza se debía entender de un modo menos extremo. De alguna forma el Papa salía mejor parado que el conciliarismo, sin obligatoriedad para convocar Concilios, pero sin conf co nfia ianz nza a en los los mism mismos os.. Cuán Cuándo do se prod produz uzca ca la refo reform rma a prot protes esta tant nte, e, los los Pa Papa pass demuestran demuestran reparos para convocar un nuevo Concilio, por miedo a que se les vaya de las manos. No vamos a entrar en la teología y profundidad de los grandes reformadores, sin más nos acercamos a algunas figuras y sus intentos, de todas, la más interesante es Martín Lutero, que que abor aborda da la ec ecles lesiol iolog ogía ía co como mo un refer referen ente te esenc esencial ial de su teolo teologí gía. a. Lleg Llega a a éste éste convencimiento desde el ensalzamiento de la Escritura, por encima de la comunidad cristiana. La Iglesia cobra otro papel ante la Tradición, la Escritura o el Magisterio. En esa búsqueda y retorno a las raíces Evangélicas, el juridicismo y el clericalismo lo considera desviación del verdadero sentido de la Iglesia, donde lo único importante es la fe en Cristo y la Palabra leída e interpretada libremente. Su punto de partida es la justificación como idea de salvación. La salvación no viene para Lutero por los méritos de los hombres, sino por el mérito de Dios mismo. La Iglesia no puede salvar, lo hace Cristo mismo. Su antropología es pesimista, el hombre derrotado y corrompido por el pecado original es incapaz de alcanzar por sí mismo la salvación, sólo Cristo puede hacerlo. La Iglesia es para Lutero comunión de fe, rechaza la jerarquía, afirmando que es invisible. Se opone a lo institucional y externo de la misma. Sobre la autenticidad de los hombres creyentes, sólo es Dios el que conoce, por eso la comunión de los santos es la comunión de aquellos elegidos por Dios. La destrucción de la jerarquía en la Iglesia se cont co ntra rarre rrest sta a co con n la afirm afirmac ació ión n de que que todo todoss los los creye creyent ntes es son son sace sacerd rdot otes es en Cris Cristo to sacerdote. Sigue a San Pablo negando el sacerdocio ministerial y jerárquico. Los pastores deben estar al servicio de la comunidad, pero son expresión de la comunidad, no una jerarquía en un escalafón. Políticamente continúa las tesis de Marsilio de Padua, la Iglesia es poder espiritual y no debe tener jurisdicción sobre la sociedad, por lo que, si la Iglesia es una institución de la sociedad, debe estar sometida al monarca. Es la frase "cuius regio, eius religio", según sea el Rey será la religión. Los únicos rasgos de visibilidad de la Iglesia deben ser la predicación y los sacramentos. Acepta sólo el bautismo y la Eucaristía, y rechaza los demás sacramentos, incluido el sacramento del orden. Al dejar de tener significado sacramental el orden sacerdotal, pasan los pastores a tener un sentido funcional, importa que alguien haga ese servicio de atención a los fieles, pero como uno más, no desde el celibato, ni con carisma de gobierno, simplemente preside la predicación y los gestos del bautismo y fracción del pan.
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PROFR. ALFREDO CAMPOS ALUMNA BRENDA JANETH LOPEZ JIMENEZ En general los autores reformados fueron en una línea parecida, rechazo a la Iglesia como realidad visible y jurídica, rechazo a los mediadores entre Dios y los hombres (santos, sacerdotes, o jerarquía). Lectura e interpretación libre de la Palabra de Dios. Es verdad que Calvino o Zwinglio tienen matices y pensamientos muy distintos a Lutero y entre sí, pero no vamos a estudiarlos ahora por falta de espacio. Lo que que sí ent entramo ramoss es en la res respues puestta de los los ca cattólic ólicos os,, la contr ontrar arre refo form rma a y su pensamiento, que estuvo seguramente condicionada por la suspicacia de los Papas ante el conciliarismo. Por eso, la Contrarreforma Católica llegó tarde y sin la posibilidad de unificar y reconc reconcilia iliarr a los cristian cristianos. os. También También es cierto cierto que los problem problemas as polític políticos os entre entre el Empe Empera rado dor, r, fiel fiel al ca cato tolic licis ismo mo,, y los los prín prínci cipe pess alema alemane nes, s, part partid idar ario ioss de la refor reforma ma,, impidieron que el deseo de unificación, con el que en principio se convocó el Concilio de Trento, fuera posible. El Concilio llegó tarde, y hay que verlo en el contexto de la época. El interés que nos ocupa, además de las disensiones sobre cuestiones de sacramentos o la doctrina de la justificación, es su concepción eclesial. Los problemas eclesiológicos se centraron en tres cuestiones que no se acabaron de resolver del todo: la relación Papa y Obispos, la de éstos y los sacerdotes, y finalmente la relación jerárquica entre Escritura, Magisterio y Tradición. Tendremos que esperar al Vaticano II, para situar mejor estas cuestiones, no desde la lucha por el poder, sino en la colaboración, corresponsabilidad y comunión de la Iglesia. En Trento interesaba mucho lo jurídico, el Obispo tenía potestad de orden jurídica, ¿de dónde le venía? Para unos del Papa, que sería un obispo superior a los demás, para otros de la ordenación misma, por lo que la potestad de los obispos era mayor. En el fondo un eco de la polémica del pasado, concilio o papado, pero que fue arrastrada hasta el Concilio Vaticano I en el siglo XIX y la afirmación de la infalibilidad Papal, que el Concilio Vaticano II volvió a equilibrar. La segunda polémica eclesial estaba dada por la relación presbíteros y episcopados. Su solución fue parcial, se dijo que la jerarquía era una institución divina, originada desde un sacramento, pero tampoco resolvió la superioridad de la ordenación episcopal sobre los presbíteros o sacerdotes. Hoy responderíamos que es una superioridad jurídica, pero no sacramental. La potestad jurisdiccional es distinta al grado conferido en la ordenación. Sólo habría dos grados, y los obispos y sacerdotes coinciden en el mismo. Pero en aquel momento no lo resuelven. La tercera polémica eclesial era el papel del Magisterio y de la Tradición en la Iglesia, que fue explicado, con sus matices pertinentes, en el capítulo dedicado a la revelación, y que hoy actualizamos desde el documento Dei Verbum del Vaticano II Desp Despué uéss de Tren Trento to y los los int intento entoss de co cont ntra rarr rref efor orma ma surg surgen en impo import rtan ante tess grup grupos os transformadores de la Iglesia. En España especialmente aparece la reforma del Carmelo, llevada a cabo por Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz, cumbres de la literatura mística universal. Otra de las reformas que nos interesa es la aparición de la Compañía de Jesús, los Jesuitas, como grupo especialmente comprometido con el Papa, al que ofrecen un cuarto voto de obediencia, en una confrontación abierta ante los protestantes. Serán el braz brazo o del del ca cato tolic licis ismo mo en Euro Europa pa dura durant nte e vario varioss sigl siglos os,, prom promov overá erán n la educ educac ació ión, n, la evan evange geliz lizac ació ión n y la inde indepen pende denc ncia ia de la Igles Iglesia ia frent frente e al pode poderr abso absolut lutis ista ta de los los monarcas. monarcas. De hecho, las persecuciones persecuciones a la Iglesia por parte de los Estados Absolutistas Absolutistas,, se hicieron en la Compañía de Jesús preferentemente. En los siglos siguientes surgió con fuerza el episcopalismo, XVII y XVIII. Se trata de un movimiento que quería resaltar la jerarquía episcopal como instancia de poder en la Iglesia, al mismo nivel que el Papa. Es un nuevo intento de conciliarismo pero sin concilio.
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PROFR. ALFREDO CAMPOS ALUMNA BRENDA JANETH LOPEZ JIMENEZ El epis episco copa palis lismo mo trat tratab aba a de anula anularr el prima primado do del del Pa Papa pa frent frente e al Co Coleg legio io Epis Episco copa pal, l, normalmente con una intención de someter a la Iglesia y a los Obispos a las directrices de los Monarcas. Donde más cuajaron estas doctrinas fue en Francia, fraguando en otros países países europeo europeos, s, Españ España a o Portug Portugal. al. El más signifi significat cativo ivo fue el lla llamad mado o galica galicanis nismo mo francés, un obispo no es igual que el Papa, pero todos los obispos sí son iguales que el Papa, decían los Galos. LA ECLESIOLOGÍA EN EL SIGLO XIX. Tras la reforma, y la aparición de la pluralidad religiosa en Europa, la teología y el pens pensam amie ient nto o filo filosó sófi fico co se vio vio aboc abocad ado o a la raci racion onal aliz izac ació ión, n, cuyo cuyo expo expone nent nte e má máss impo import rtan ante te fue fue el mo movim vimien iento to Ilus Ilustr trad ado, o, co con n toda todass sus sus varia variant ntes es Euro Europe peas as.. Co Con n la Revolu Revolució ción n France Francesa sa (1789) (1789) y el conflic conflicto to polític político o y social, social, burgues burguesía ía contra contra Antigu Antiguo o Régi Ré gime men, n, se inic inicia ia una una pers persec ecuc ució ión n de lo rel relig igios ioso o má máss viru virule lent nto o que que en oc ocas asio iones nes anteriores. anteriores. La Iglesia quedó demasiado demasiado vinculada al Antiguo Antiguo Régimen en su jerarquía, sin comprender los cambios que se estaban produciendo. La llegada del siglo XIX se atisba con una cierta desconfianza a lo que suene a fe. La tolerancia llega a la eclesiología desde la razón, y como lucha contra la superstición, lo cual supone algo positivo, siempre que no sea llevado al extremo. La Iglesia, demasiado vinculada con la aristocracia o el poder, se opone a las pretensiones de burgueses y liberales. liberales. Las desamortizac desamortizaciones iones lo privan de bienes, bienes, y la supresión supresión de órdenes religiosas religiosas lo dejan a merced de equilibrios diplomáticos irresolubles. El racionalismo francés dio fruto a un espíritu laicista, separador de los religiosos de la esfera estatal, cultural y pública. La iglesia iglesia se situó a la defensiva, defensiva, sin argumentos y sin brillantes defensores defensores.. No comprendía los cambios, que en ocasiones fueron violentos. El interés preferente estaba más en conservar los Estados Pontificios que en formar un laicado adulto y formado. Sin embargo, el siglo XIX está marcado también por la abundancia de nuevas órdenes religiosas en la Iglesia, Iglesia, empeñadas en la evangelización, evangelización, tanto en los países recién colonizados, colonizados, como en Amér Améric ica a o Euro Europa pa.. Nuevo Nuevoss grup grupos os dest destin inad ados os prefe prefere rent nteme ement nte e a los los má máss pobr pobres es y necesitados iluminan una Iglesia confundida por los tiempos y poco actualizada. Es indicativo indicativo de todo esto que estamos estamos diciendo el famoso famoso documento documento "Syllabus", "Syllabus", escrito en 1864 por el Papa Pío IX donde condena muchos elementos de la sociedad moderna: racionalism racionalismo, o, panteísmo, panteísmo, naturalismo, naturalismo, indiferentis indiferentismo, mo, liberalismo, liberalismo,... ... La idea de Iglesia Iglesia sigue siendo de sociedad perfecta, enfrentada con los Estados, y con un deseo en la base de la restauración Católica, quizás mirando más al pasado que al futuro. Lo cierto es que la eclesiología del siglo XIX está marcada por ésta pérdida de poder e influencia social. La búsqueda de la renovación, necesaria en la Iglesia, se centró en la figura del Papa, su autoridad se perfilaba como la restauración de la Iglesia frente al epis episco copa palis lismo mo.. La teolo teología gía de la époc época a busc busca, a, por por influ influen enci cia a del del roma romant ntic icis ismo mo,, la recu recupe pera raci ción ón de los los sent sentim imie ient ntos os haci hacia a la fe, fe, en co cont ntra rast ste e co con n la razó razón. n. Mohl Mohler er,, perteneciente a la Universidad de Tubinga, nos indica la necesidad de recuperar la Iglesia como algo interior, la comunidad es de fe, de corazones, eso se estructura externamente, pero es algo interior. Es el momento de aparición de teologías liberales y psicologicistas. Es interesante también la teología del Cardenal Newman sobre la iglesia, especialmente el laicado, que lo concibe como parte activa en la fe, la comunidad de fe. Sin desbancar a la jerarquía, jerarquía, tiene un papel importante importante que hacer. Ya se está elaborando toda una teoría en torno al "sensus fidei", el sentido de la fe de los fieles, cuya consulta es necesaria, dicen Newman y Mohler. En el Concilio Vaticano I de 1869 se habló de la Iglesia , y se aprobó la Constitución "Pastor Aeternus". En este escrito se quería abordar estudios sobre la iglesia, el primado
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PROFR. ALFREDO CAMPOS ALUMNA BRENDA JANETH LOPEZ JIMENEZ del Papa, la relación fe y razón, y la Iglesia y el Estado; pero la realidad histórica de la guer guerra ra de unifi unifica caci ción ón ital italian iana, a, y el fina finall de los los Esta Estado doss Po Pont ntifi ifici cios os,, deter determi mina naro ron n la interrupción de la Asamblea "sine die" y el sentimiento de la comunidad eclesial de que el Papa Pa pa esta estaba ba enca encarc rcela elado do,, recl recluid uido o y pres preso o en la ciud ciudad ad de Ro Roma ma,, en los los pala palaci cios os Vaticanos. Esta situación se daría por concluida en 1929 con la firma de los Pactos de Letrán y el reconocimiento del Estado de Ciudad del Vaticano, tal y como hoy está. Volvemos al Concilio Vaticano I. Quedaron aprobadas algunas cuestiones, las relativas a la jurisdicció jurisdicción n del Papa, condenando a los que negaban negaban esa autoridad del Pontífice sobre la Iglesia universal, extendida además, sobre todos y cada uno de los pastores y los fieles, y rela relativ tiva a a toda todass las las cues cuesti tion ones es de fe y co cost stum umbr bres es.. Ta Tamb mbién ién afirm afirma a el Co Conc ncili ilio o la infalib infalibilid ilidad ad del Papa, Papa, claram clarament ente e sepult sepultand ando o el episco episcopali palismo smo y el galica galicanis nismo. mo. Esta Esta doctrina tuvo su polémica, y fue aprobada no sin conflicto y tensión. Afirmar que el Papa estaba por encima de los obispos, y que no necesitaba de su confirmación posterior, ni auto autori riza zaci ción ón para para las las afirm afirmac acio iones nes dogm dogmát átic icas as,, doct doctrin rinal ales es y de co cost stum umbr bres es,, fue fue contestado duramente por algunos sectores del episcopado. La infalibilidad se limitó a cuestiones relativas a fe y costumbres, y sólo en aquellos supuestos que el Papa así lo declarara expresamente, "esto es dogma de fe". En la práctica nunca ha empleado el Papa esta autoridad autoridad "ex cátedra", cátedra", ni siquiera en el dogma de la Asunción, a mediados del siglo XX, donde contó con la opinión de los obispos. 1
EL MISTERIO DE LA IGLESIA INTRODUCCION Cuestiones metodológicas Teniendo como presupuesto que la Iglesia tiene unos rasgos que le hacen parecerse a la Trinidad Trinidad debido a su carácter creatural, creatural, se quiere ahora entender entender lo que Pablo VI llamaba la “esencia íntima” de íntima” de la Iglesia. Para esto se emplearán: las Fuentes (SE y Tradición), la analogía de la fe, y la analogía de las cosas creadas. El tema en la Constitución Lumen gentium Se trata en el capítulo I, nn. 6-8, tras delinear los temas sobre el Padre (LG 2), el Hijo (LG 3), el Espíritu Santo (LG4), y el Reino de Dios (LG 5), y en el capítulo II: • LG 6: explica aquellas metáforas e imágenes de la Iglesia que han servido a los cristianos desde el origen; • LG 7: se dedica sólo a la imagen de la Iglesia como Cuerpo de Cristo; • LG 8: la Iglesia teniendo una naturaleza misteriosa por su unión con Cristo se encuentra también en la tierra, es decir, su misterio se hace patente, aunque entre sombras; • LG 9: el Pueblo mesiánico. En el capítulo I el concilio se pregunta sobre lo que es la Iglesia in recto. recto. En el capítulo II se pregunta por la Iglesia in obliquo, obliquo, es decir, la Iglesia de la tierra. En las primeras imágenes se pone de relieve la unidad. unidad. En las imágenes del capítulo II se pone de relieve la pluralidad. pluralidad. LA IGLESIA, NUEVO PUEBLO DE DIOS Las imágenes simbólicas con las que se ilustra el misterio de la Iglesia en la Escritura (LG 6) Las presenta en cuatro grupos: Vida de los los past pastor ores es. Juan Juan co comp mpar ara a a la Igles Iglesia ia co con n el reba rebaño ño (gru (grupo po), ), grey grey • Vida (personas) y aprisco o redil (lugar). Cristo es la puerta del aprisco, el Buen Pastor, el que da la vida por sus ovejas, el que reúne a todas las ovejas en un solo rebaño bajo un solo pastor. “Aunque son pastores quienes gobiernan las ovejas, es Cristo
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PROFR. ALFREDO CAMPOS ALUMNA BRENDA JANETH LOPEZ JIMENEZ mismo el que sin cesar las guía y alimenta”. La Iglesia es el lugar de la comunión al que se entra por Cristo. Vida agríco agrícola la. San Pablo Pablo afirma: afirma: “vosot “vosotros ros sois sois agricu agricultu ltura ra de Dios” Dios” (1Cor (1Cor 3,9). 3,9). • Vida También habla de las parábolas de la siembra, del grano de mostaza, de la cizaña y el trigo. Todas ponen de relieve que la Iglesia crece y se encamina a su plenitud. plenitud . Mateo señala la parábola de la viña y Juan la de la vid y los sarmientos, en la quiere expresar que en Cristo se da la comunión y que vivimos en la medida en que estemos unidos a El, el tronco. Es una interpretación de la conexión con el Misterio de Cristo. Edificación. Como casa, familia, familia, templo. templo. Apoc 21: La Iglesia Iglesia es identificada identificada con la • Edificación ciudad santa que desciende del cielo engalanada como una novia para su esposo. A los de Corinto les dice San Pablo: “vosotros sois edificación de Dios”, pero es sobre todo en Ef 2,19 donde se encuentra el mayor desarrollo de esta idea: “Así pues, ya no sois extraños ni forasteros, sino conciudadanos de los santos y familiares de Dios, edificados sobre el cimiento de los apóstoles y profetas, siendo la piedra angular Cristo mismo, en quien toda edificación bien trabada se eleva hasta formar un templo santo en el Señor...”. En 1Pe 2,5 la Iglesia es un edificio espiritual hecho de piedras vivas, donde se ejerce un sacerdocio Santo y se celebran sacrificios espirituales. Sois conciudadanos de los santos y familia de Dios. De esta manera nos encontramos muy cerca de la idea de pueblo de Dios. Vida de fami familia lia. Apoc Apoc 21 tamb tambié ién n se refier refiere e a la Igles Iglesia ia co como mo novia novia,, espo esposa sa • Vida inmaculada inmaculada del cordero cordero inmaculado, inmaculado, la Jerusalén Jerusalén celestial que desciende desciende del cielo. San Pablo también la llama la “Jerusalén de arriba”. En Ef 15,22-23 San Pablo alude a la Iglesia como Esposa, imagen que subraya una peculiar unión de amor entre Cristo y la Iglesia.
La Iglesia, Nuevo Pueblo de Dios
Es “nuevo” no tanto por su diferencia de los demás pueblos, sino porque Cristo vive en él. No es una concepción socio–política. Terminología En el griego del NT se reserva para designar al pueblo de Dios la palabra laos, laos, y ethné para designar a los otros pueblos. Otro término empleado con frecuencia es ekklesía, ekklesía, compuesta por las voces ek (con) y klesis (vocación), que se traduce al latín como con– vocatio o convocación, es decir, la vocación de muchos. La realidad del Nuevo Pueblo de Dios en los testimonios del NT Textos principales: 15,13-14: con ocasión del Concilio de Jerusalén se especifica “cómo Dios ya al • Hch 15,13-14: principio intervino para procurarse entre los gentiles un pueblo para su nombre”; 9,24-26: cita a Oseas: “somos hijos del Dios vivo”; • Rom 9,24-26: 6,16-18: “somos templo de Dios vivo”; • 2Cor 6,16-18: 2,14: dimensión cristológica del pueblo de Dios; la purificación de un pueblo • Tito 2,14: que es merecido y rescatado por el amor de Cristo; 2,9-10: “Vosotros sois linaje escogido. Los que antes erais no pueblo, ahora sois • 1Pe 2,9-10: pueblo de Dios”. Consideración de conjunto del Nuevo Pueblo de Dios en el NT. término o ekklesía está está en co cons nson onan anci cia a co con n el qahal qahal Yhwh Yhwh del AT (asamblea • El términ convocada para dar gloria, culto a Dios). Hay y gran grandes des dife diferen renci cias as:: los los auto autores res que que trad traduj ujero eron n el qahal, qahal, lo hici hicier eron on por por • Ha ekklesía, ekklesía, pero es notorio que al llegar al NT se observe una connotación distinta que radica en la comunión permanente y definitiva de los hombres con Dios aquí en la tierra, una asamblea reunida permanentemente para dar gloria a Dios; Dios ; allí donde esté el pueblo de Dios estará la Iglesia de Dios, la única Iglesia, en la que está siempre el Señor. Todas as las las epís epísto tola lass de San San Pa Pabl blo o ates atesti tigu guan an la tesi tesiss de que que la Igle Iglesi sia a tien tiene e • Tod conciencia de ser pueblo de Dios, aunque la palabra pueblo no aparece en sus escritos con excesiva frecuencia (casi nunca utiliza el término laos, laos, sino ekklesía). ekklesía).
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PROFR. ALFREDO CAMPOS ALUMNA BRENDA JANETH LOPEZ JIMENEZ • Se habla de apertura ante la intención judaizante de los israelitas convertidos: la obra de Cristo es espiritual y no carnal, ya no se es pueblo de Dios por la circuncisión sino por la fe. fe . • Quienes viven de la fe, y sólo ellos, son los verdaderos hijos de Abraham (Gal 3,7), son el nuevo pueblo, la verdadera descendencia en la que Cristo está siempre presente, la Iglesia de Dios. espíritu. El contenido del nuevo pueblo de • Este pueblo lo forma no la carne sino el espíritu. Dios es la Iglesia. • San Pablo no dice que el nuevo pueblo de Dios exista sólo en el ámbito de lo invisible; aparece visiblemente en el ámbito de la historia como realidad obrada por el Espíritu y llena de Él. Él . • La Iglesia es en San Pablo, el nuevo Pueblo de Dios con quien Él ha constituido una alianza definitiva. definitiva. Aquí es donde se contrasta la aceptación de Cristo por quienes han creído en Él con aquellos que le han rechazado, en concreto, los judíos. La Doctrina de la constitución Lumen gentium Se encuentra en el capítulo II: De Populo Dei, Dei, dividido en dos partes:
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PROFR. ALFREDO CAMPOS ALUMNA BRENDA JANETH LOPEZ JIMENEZ • Primera parte: números 9-12 n 9. Pueblo mesiánico (gobernar); nn 10-11. Pueblo sacerdotal (santificar); n. 12. Pueblo profético (predicar). • Segunda parte: números 13-17 n 13. Enlace: “unidad católica” y unidad en la variedad; n 14. Compuesta de diversos tipos de personas según su proximidad a Cristo; n 15. Otros cristianos; n 16. No cristianos; n 17. Misión universal de la Iglesia LG 9 habla de la Nueva Alianza instituida por Cristo según un grupo de creyentes judíos y gentiles. Menciona su jefe, su ley y su fin. Es un pueblo mesiánico que es unidad, germen de salvación. Ahora el qahal Yhwh es el nuevo Pueblo de Dios. Tiene una estructura social que la manifiesta al mundo, una comunión de vida, caridad y verdad. Por la obra de Cristo en el Espíritu Santo tiene la plenitud de aquella comunión con Dios que le fue prometida a Israel. LA IGLESIA, CUERPO MISTICO DE CRISTO Introducción La pregunta por cuestión de la Iglesia como “Cuerpo Místico” de Cristo, refiriéndose a su propia naturaleza, surge a raíz de la aparición del Señor a San Pablo camino de Damasco (“Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?” Hch 9,1-18; 22,4-16; 26,12-18): Dios pone de manifiesto que quien persigue a sus discípulos le persigue a Él. En adelante toda la predicación paulina sobre lo que significa ser apóstol versará sobre este hecho. Se dan aquí dos intuiciones muy importantes: • Jesús vive, ha resucitado, pues se ha manifestado vivo y San Pablo es testigo de este hecho. Jesús ús vive vive en los cris cristi tian anos os,, son son una una misma misma co cosa sa,, por por tant tanto o perse persegu guirl irlos os es • Jes perseguir a Cristo. 1Cor 12,27: 12,27: “Vosotros sois el Cuerpo de Cristo”. Es lo que San Pablo ha experimentado y reflexionado personalmente y ahora presenta por medio de esta imagen. LG 7 desarrolla la imagen de “Cuerpo de Cristo” (ya Pío XII había desarrollado esta misma imagen en la Mystici Corporis). Corporis). Ambas realidades son inseparables: la Iglesia es pueblo de Dios porque es Cuerpo de Cristo. LG remite a las cartas de San Pablo (Rom, 1Cor y las epístolas de la cautividad). Doctrina de San Pablo en 1 Corintios y Romanos 1Cor 6,12-19 “¿No sabéis que vuestros cuerpos son miembros de Cristo?” San Pablo combate una falsa concepción de la libertad cristiana, buscando dar razón teológica de por qué los cristianos deben huir de la fornicación: los cristianos son Cuerpo de Cristo y por eso la fornic fornicaci ación ón es incomp incompati atible ble con su ser cristi cristiano ano.. “C “Cuer uerpo po”” en San San Pa Pabl blo o sign signifi ifica ca “persona” . La unión que hay entre Cristo y cada miembro se muestra con una metáfora (la unión sexual: los dos serán una sola carne) citando al Génesis; esta unión de los cristianos con Cristo, no es una unión biológica o carnal, sino espiritual (el que se une con Cristo es un Espíritu con Él). Cada cristiano se une a Cristo, formando un pneuma espiritual. 1Cor 10,14-22 “El cáliz que bendecimos es la comunión de la Sangre de Cristo” El cáliz y el pan que bendecimos y del que participamos, nos hace ser Cuerpo de Cristo, Cristo, por eso los cristianos no deben participar en sacrificios idolátricos. La unión con Cristo es la unión de los cristianos entre sí, en un cuerpo, el Cuerpo de Cristo, este Cuerpo es la Iglesia. El Cuerpo de Cristo dado en la Eucaristía es la causa de la unión de los cristianos en el Cuerpo Místico. 1Cor 12,12-30 y Rom 12,3-8 1Cor desarrolla el concepto Cuerpo de Cristo a partir de los dones del Espíritu. “El Cuerpo de Cristo es uno sólo, aunque tiene muchos miembros”. “Sois el Cuerpo de Cristo y cada uno sus miembros” (se intenta discurrir el papel de los carismas en la Iglesia). La Iglesia no es “como un cuerpo”, sino que “es un Cuerpo”, pero no es un “cuerpo
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PROFR. ALFREDO CAMPOS ALUMNA BRENDA JANETH LOPEZ JIMENEZ humano”, sino que es “como un cuerpo humano” . Hay una unidad entre Cristo y los cristianos, es el Espíritu el que causa tal unidad. Por el bautismo formamos un solo Cuerpo, el de Cristo. No solamente formamos un cuerpo con Cristo, sino que formamos el Cuerpo de Cristo: “vosotros sois sois Cuerpo de Cristo”, no sólo por el bautismo bautismo sino también por la Eucaristía. Los dones del Espíritu Santo hacen que esa misteriosa unidad que forman los cristianos sea unidad en Cristo. Rom 12 está estrechamente relacionado con el texto anterior. Usa la imagen del cuerpo para hacer intuitiva la unidad de los cristianos: los que somos muchos, somos un solo cuerpo en Cristo. Significa que el Cuerpo que forman los cristianos está caracterizado por vivir en el campo de acción de Cristo; estar totalmente configurado por Él. Síntesis • Los cristianos son como un cuerpo (el Cuerpo de Cristo). • Los cristianos son Cuerpo en Cristo. • La realidad del Cuerpo que formamos es pneumática, espiritual. • Ese cuerpo es de Cristo (es el mismo cuerpo glorioso de Cristo). • Ese cuerpo es de modo explícito la Iglesia local, y de modo implícito la Iglesia universal. Doctrina de las cartas a los Efesios y a los Colosenses: Cristo, Cabeza de la Iglesia; la Iglesia, Cuerpo de Cristo No se trata de unos textos concretos, sino del movimiento general de las cartas. El tema general que tratan es el Misterio de Cristo al cual Pablo le llama “el Misterio Escondido”. Ef 1,9-10. Pablo tiene como misión predicar el Misterio de Cristo, el Evangelio, para el cual ha sido constituido. El Misterio de Cristo es el misterio de la Voluntad del Padre, según el benévolo designio que en Cristo se propuso de antemano para realizarlo en la plenitud plenitud de los tiempos; el Misterio de Cristo es el misterio misterio de su capitalidad: capitalidad: que Cristo sea cabeza de todo, también de la Iglesia. La cabeza comunica su plenitud al cuerpo; cuerpo y cabeza llenan de toda gracia al resto de la creación. Col 1,18ss. Cristo es la cabeza del Cuerpo de la Iglesia. Dios tuvo a bien hacer residir en Él toda la plenitud, de tal manera que se puede considerar que: Cristo es la cabeza de la Iglesia y la Iglesia es el Cuerpo del que Cristo es cabeza. cabeza . Col 2,9. En Cristo reside la plenitud de Dios, corporalmente, por tanto, también en la Iglesia que es Cuerpo de Cristo. El Cuerpo de Cristo está en crecimiento a partir de la plenitud plenitud de Cristo en el momento de la redención redención hasta la plenitud plenitud definitiva del cuerpo (cabeza y miembros) al final de los tiempos cuando Cristo sea todo en todos. Cabeza: Cristo es el Señor de la Iglesia (Ef 5,22-23) por ser su Humanidad • Cristo, Cabeza: la primera criatura glorificada, también por sus méritos. Cristo es el principio vital de la plenitud del cuerpo (Ef 1,18; 4,10). • La Iglesia, Cuerpo de Cristo: Por ser Cristo la cabeza de su cuerpo, es Él el que incorpora a los creyentes a su cuerpo mediante los Sacramentos. Sacramentos . La Iglesia es también cuerpo de los miembros de Cristo, manifestación y presencia visible de Cristo Cristo en la historia de los hombres; de la misma manera que en Palestina Cristo tení tenía a un cuer cuerpo po físic físico o numér numéric icam ament ente e uno, uno, ahor ahora a tiene tiene un cuer cuerpo po ec ecles lesia ial: l: corporalmente Cristo está en la Iglesia, visiblemente. Este cuerpo no sólo tiene una naturaleza corporal, corporal, sino también espiritual, espiritual, es pneumatológico; pneumatológico; todo lo que es la Iglesia es causado por la donación del Espíritu Santo, es el Espíritu el que causa la unidad de la Iglesia. . “Esforzaos en conservar la unidad del Espíritu con el vínculo de la paz. Un solo Cuerpo y un solo Espíritu”. La Iglesia, Esposa de Cristo A la imagen de la Iglesia−Cuerpo de Cristo está íntimamente unida la imagen de la Iglesia−esposa de Cristo. Por su palabra de vida y el bautismo Cristo se adquirió la Iglesia como esposa pura y sin mancha (Ef 5,27). La Iglesia es la expresión plenificada y
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PROFR. ALFREDO CAMPOS ALUMNA BRENDA JANETH LOPEZ JIMENEZ plenificadora del Cuerpo individual de Cristo. Los dos forman el Cristo total, pero no llegan a confundirse, pues la Iglesia está unida a Cristo pero subordinada a Él. Ef 5,21ss presenta un contexto inmediato: el momento del matrimonio cristiano, cuya imagen toma del AT. El hombre es signo de Cristo, la mujer signo de la Iglesia, el hombre es la cabeza a la cual la esposa es sumisa. La actitud de la Iglesia–esposa es de entrega, amor y sumisión a su esposo Cristo. La relación entre ambos es de amor: Cristo amó a la Iglesia y se entregó por ella. Visto desde Cristo es un amor creador, redentor, visto desde la Iglesia es una amor sumiso pero activo. Los dos son una sola carne, un solo cuerpo, como el esposo y la esposa. Cristo al amar a la Iglesia se ama a sí, a su Cuerpo. El amor y la unión esponsal es signo del amor y la unión de Cristo y la Iglesia . 2 Corintios afirmará que los desposorios definitivos entre Cristo y la Iglesia se darán en la Parusía. La Doctrina de la Constitución Lumen gentium LG 7 espe especi cifi fica ca que que Cris Cristo to Hijo Hijo de Dios Dios,, a trav través és de su enca encarn rnac ació ión, n, muer muerte te y resurrección venció a la muerte y redimió a los hombres convirtiéndolos en unos seres nuevos, constituyendo así místicamente en su Cuerpo a todos sus hermanos. De aquí en adelante la LG expone la doctrina del Cuerpo Místico de Cristo: • Somos miembros del Cuerpo Místico, formado por los que comemos el Cuerpo Eucarístico de Cristo. • Los miembros del cuerpo humano forman un solo cuerpo, así los cristianos en la Iglesia forman un solo cuerpo. • Cristo es la cabeza de este Cuerpo, de la Iglesia. • Todos los miembros tienen que transformarse en Él hasta que Cristo se forme en ellos (Gal 4,19), por eso somos integrados en los misterios de su vida. • Es el mismo Espíritu el que según su riqueza y las necesidades de los ministerios, distribuye sus diversos dones para el bien de la Iglesia, entre ellos, la gracia de los apóstoles. Así, da unidad, vida y movimiento a todo el cuerpo. La doctrina del Cuerpo Místico partiendo de Cristo cabeza tiene como consecuencias: • La configuración de los miembros con la cabeza (Ef 5). Estamos donde Cristo está; tenemos el mismo destino porque estamos unidos a Él. • Crecimiento del cuerpo hacia la cabeza. • Participación del Espíritu que es uno, uno en la cabeza y en los miembros. LA IGLESIA, PUEBLO DE DIOS Y CUERPO DE CRISTO
La mutua coherencia y unión entre las nociones de Pueblo de Dios y Cuerpo de Cristo Modo en que la noción Cuerpo de Cristo ayuda a profundizar en el misterio de la Iglesia Destaca Destaca la unión indisoluble entre Cristo y la Iglesia. Iglesia . Cristo entra en el concepto de la Iglesia. De modo analógico podemos decir que esta unión es tan indisoluble como la hipostática. Destaca la unión vital entre Cristo y la Iglesia, Iglesia , de tal manera que la Iglesia existe como un misterio de comunión con Cristo. Cristo. La vida del cuerpo es la comunicada comunicada por la cabeza, cabeza, de tal modo que la vida espiritual se define como CRISTIFICACIÓN. Está aquí todo el tema de la gracia capital, capital, la humanidad de Cristo tiene la plenitud de la gracia y –como cabeza – la da a sus sus herm herman anos os (S.T (S.Th h III. III. q.8) q.8).. La Igle Iglesi sia a co como mo perm perman anen enci cia a de Cris Cristo to (Encarnación permanente, decía Mühler). Todo en la Iglesia está en conexión con Cristo: El ser de la Iglesia se comprende a la luz del ser de Cristo. Apunta al carácter carácter mistérico o sobrenatural de la Iglesia: Iglesia : misterio sobrenatural y espiritual, no espiritualista. Se refiere aquí a la comunión interior (que tiene, a su vez, una expresión visible) Esta imagen nos habla de una relación entre los sacramentos y la comunidad de gracia. La Iglesia tiene una estructura sacramental, sacramental , visible e invisible, material y ν
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PROFR. ALFREDO CAMPOS ALUMNA BRENDA JANETH LOPEZ JIMENEZ espiritual, de tal manera que dentro de los sacramentos hay uno que, según Santo Tomás, es el que hace a la Iglesia: la Eucaristía. Hay una implicación de los servicios o ministerios que se dan en la Iglesia y que la presentan como un organismo. Cada miembro tiene una vida individual, pero la Iglesia se concibe como un organismo, como implicación mútua de los miembros. En este cuerpo el principio vital o de unidad es el Espíritu Santo (es como el alma). Es una analogía. Dios no entra en composición con la criatura. El Espíritu Santo es principium unitatis Ecclesiae. La fórmula eclesiológica en la que se unen ambas nociones Insuficiencias de la noción Cuerpo de Cristo que se resuelven con la noción Pueblo de Dios: Dios: • No indica por sí misma el carácter gratuito de la pertenencia a la Iglesia. A un cuerpo no se pertenece por voluntad propia, sino que se nace parte de ese cuerpo. Al considerar a la Iglesia como un cuerpo es difícil hablar de vocación, de la llamada libre y gratuita de Dios y de la respuesta libre del hombre. Los miembros de un cuerpo, según la analogía, no “eligen” formar parte del cuerpo. • Porque resuelve la eclesiología en la cristología, no deja clara la distinción entre Cristo y la Iglesia; hay una diferencia radical entre la criatura y el Creador. • Porque habla de la Iglesia como presencia de Cristo glorioso en el mundo, no mues muestr tra a las etap etapas as de la Igles Iglesia ia (sac (sacram rament ental– al–per peregr egrin inan ante te y glor glorifi ifica cada da–– consumada) • Los miembros del cuerpo aparecen situados cada uno con su función específica — entendiéndose así la diferencia de los ministerios de sus miembros— pero por eso no deja claro la igualdad que existe entre todos los cristianos, es decir, la común condición de ser cristiano. Insuficiencias de la noción Pueblo de Dios que se resuelven con la noción Cuerpo de Cristo: Cristo: • Por sí mismo no indica la novedad radical que supone la Iglesia, novedad que radica en la incorporaci incorporación ón de los cristianos cristianos en Cristo. Cristo. San Agustín: Agustín: “Cristo más la Iglesia no es más que Cristo sólo”. • Tiende a construir la eclesiología en expectativa: el Pueblo de Dios peregrina y sigue peregrinando, poniendo así el énfasis en el “todavía no” del “ya, pero todavía no”. • Comporta el riesgo de interpretar la noción de Iglesia sólo desde sus dimensiones sociológicas y políticas. Como Como resulta resultado do de estas estas insufi insuficie cienci ncias, as, se han intent intentado ado alguna algunass fórmula fórmulass de síntesis de ambas nociones: • M. Schmaus: “La Iglesia es el Pueblo de Dios del NT, fundado por Jesucristo y estructurado jerárquicamente, que existe como Cuerpo Místico de Cristo”. • J. Ratzinger: “La Iglesia es el Pueblo de Dios que tiene su consistencia como Cuerpo de Cristo”. Síntesis: “La Iglesia es el nuevo Pueblo de Dios, es decir, aquel que existe como Cuerpo de Cristo”. La noción Cuerpo de Cristo mira la relación de la Iglesia con Dios–Hijo, la noción Pueblo de Dios mira la relación de la Iglesia con Dios–Padre, y la noción Templo del Espíritu Santo mira a la relación de la Iglesia con Dios–Espíritu Santo. LA IGLESIA, MISTERIO DE COMUNION Determinación Determinación ulterior de la esencia de la Iglesia Las cosas se definen por su perfección. La perfección de la Iglesia se dará más allá de la historia; sólo al contemplarla en ese “más allá” aparecerá el misterio profundo que se esconde en su germen. En el capítulo VII de la LG se trata la dimensión escatológica de la Iglesia; en el número 48 se afirma que la perfección de la Iglesia está al final. Para poder determinar la esencia de la Iglesia hay que tener en cuenta lo siguiente: ν
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PROFR. ALFREDO CAMPOS ALUMNA BRENDA JANETH LOPEZ JIMENEZ (“ ut • Jn 17,21: el mismo Cristo eleva al Padre la oración por la unidad de la Iglesia (“ut omnes unum sint, sicut tu, Pater, in me et ego in te, ut et ipsi in nobis sint ”). sint ”). • 1Jn 1,3: donde aparece la esencia de la Iglesia como la comunión de los hombres en el amor del Padre. quem) a • Santo Tomás: la Iglesia es la unión de los hombres con Dios–Padre ( ad quem) través de la obra de Cristo ( per quem) quem) en el amor del Espíritu Santo (in ( in quo). quo). Por tanto, de lo antes dicho se puede afirmar, como señala San Agustín Agustín en De Trinitate, Trinitate, que no hay mayor unidad posible entre los hombres que la que se da en la Iglesia. Las perfecciones claves de la Iglesia que servirán para determinar su esencia serán las siguientes: comunión, relación con el Padre, relación con el Hijo, relación con el Espíritu Santo, unión entre los hombres.
La esencia íntima de la Iglesia La Iglesia es el misterio de la comunión de los hombres con Dios y entre sí por el Hijo en el Espíritu Santo . • Es la comunión humana del agápe divino. • Haciéndonos Cuerpo de Cristo llegamos a la comunión con Dios y los hombres. • Esto es posible por el Espíritu que mora en nosotros. Apoyos escriturísticos: • Jn 17,21: “para que todos sean uno, como tú, Padre, en mí y yo en ti”. • 1 Jn 1,2-3: “la Vida eterna que estaba con el Padre se nos manifestó… para que tamb tambié ién n voso vosotro tross esté estéis is en co comu munió nión n co con n noso nosotr tros os.. Y noso nosotr tros os esta estamo moss en comunión con el Padre y con su Hijo, Jesucristo”. Exposición sistemática de esa esencia íntima Este misterio de comunión se cumple de modo distinto en cada una de las fases f ases o etapas de la Iglesia: Comunión de los hombres con Dios y entre sí Comunión, communio, communio, es el misterio de la Iglesia, es esa unidad misteriosa de los hombres con Dios y entre sí. No es posible que las personas que están profundamente unidas a Dios estén separadas entre sí. A pesar de la unidad, se mantiene la identidad propia de cada persona, de cada hombre; además, Dios sigue siendo distinto de los hombres. La comunión no es sólo una conciencia psicológica o un sentimiento, sino que implica unas relaciones ontológicas entre las personas; lo primario en esa realidad ontológica son las relaciones que constituyen a las Personas Trinitarias. Esa comunión se da primero con Dios, derivadamente se da de los hombres entre sí; ésta comunión se realiza por las misiones divinas. Comunión por el Hijo (función de Cristo en esa comunión) Lo exacto es decir “por Cristo” para indicar que es a través del Hijo de Dios hecho hombre como llegamos a la comunión (no sólo por el hecho de la Encarnación, sino también por los méritos de Cristo). • En Cristo habita la plenitud de la divinidad corporalmente; Dios quiso que fuera así para divinizar a los hombres sin que dejasen de ser hombres. • Santo Tomás (II-II, q.8): Cristo actúa o es Cabeza de la Iglesia de cuatro formas: excelencia: es el primogénito de entre todas las criaturas; • por razón de su excelencia: semejanza: Cristo Cristo quiso quiso compar compartir tir nuestr nuestra a natura naturalez leza a para para que • por razón de semejanza: nosotros pudiéramos tomar la suya; plenitud: la Iglesia Iglesia es plenificada, plenificada, llenada llenada de todos los dones, por • por razón de su plenitud: la Cabeza; influjo: Cristo derramó en su Iglesia Iglesia su poder y eficacia; de Cristo • por razón de su influjo: Cabeza deriva toda la luz en la que los creyentes creyentes son iluminados y toda la gracia con la que son santificados.
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PROFR. ALFREDO CAMPOS ALUMNA BRENDA JANETH LOPEZ JIMENEZ • La gracia capital de Cristo es causa eficiente de la Iglesia (sin Cristo, la Cabeza, no existiría el cuerpo), es causa formal de la Iglesia (hace que exista la Iglesia como Cuerpo de Cristo) y es causa ejemplar de ejemplar de la Iglesia (hace que el Cuerpo crezca a imagen de su Cabeza). El Cuerpo de Cristo es una “comunión de verdad, de amor y de vida” (LG 9). Estos bienes están en la Cabeza y de ahí pasan a los miembros.
Comunión en el Espíritu Santo (don del Padre y del Hijo y principio de unidad en la Iglesia) La gracia capital de Cristo nos llega por el don del Espíritu Santo. El Espíritu Santo Santo es lo que vivifica, une y mueve a todo el Cuerpo. Participamos todos de un mismo Espíritu. Santo Tomás: “credo “credo in Spiritum Sanctum sanctificantem Ecclesia”, Ecclesia ”, “credo in Spiritum Sanctum unientem Ecclesia”. Ecclesia”. Esta consideración lleva a ver a la Iglesia como una obra del Espíritu Santo, la Iglesia es “obra apropiada al Espíritu Santo”. La Iglesia es obra del Espíritu Santo; Él realiza la obra de hacernos uno con Cristo; por su acción acción nos eleva a la unidad unidad que el mismo Espíritu Santo es en la Trinidad; se nos da el participar en esa Comunión. • El Espíritu Santo es la última y principal perfección del Cuerpo Místico. • El Espíritu Santo (que es Espíritu del Padre y del Hijo) es el que hace de la Iglesia una Comunión, una participación de la misma vida intratrinitaria. LA IGLESIA UNIVERSAL EN EL TIEMPO (LOS “ESTADOS DE LA IGLESIA”) Hay dos grandes preocupaciones: 1) mostrar que Cristo es el mismo en el AT y en el NT; 2) mostrar que la Iglesia es una en su fase terrena y en su fase celestial. La Iglesia en al AT y el NT Los dos testamentos están unidos en Cristo. Dios. • Esto es fácil de mostrar desde la noción de Pueblo de Dios. • Santo Tomás: “los justos del AT son miembros de nuestra Iglesia”. • Han cambiado los tiempos pero la fe es la misma (fe en el Mesías que había de venir, fe en el Cristo que ha venido). Los tres estados en que se da ahora el misterio de la Iglesia Doctrina del Magisterio eclesiástico LG 48: la Iglesia sólo alcanzará su plena perfección en la gloria celeste. LG 49: hasta que vuelva Cristo, una parte de sus discípulos peregrina en la tierra ( peregrinación), peregrinación), otros están en el Purgatorio ( purificación) purificación) y otros están en el Cielo (glorificación); glorificación); todos estamos unidos en la caridad fraterna; todos los que son de Cristo tienen su Espíritu y en Él se unen entre sí. • Desde el CV II hay un cambio de terminología: de Iglesia “triunfante” “celestial”; de Iglesia “militante” “peregrinante”. Conclusión: identificar el estado de los que están ahora en el Cielo con el estado estado • No se puede identificar de los que allí estarán después de la Parusía, pues aún faltan la resurrección de los cuerpos, el juicio universal, la restauración de todas las cosas, etc. • Las tres fases actuales están expectantes de la venida escatológica del Señor. La Iglesia que se purifica En el Purgatorio también está la Iglesia; participa de algunas condiciones tanto de la “Ecclesia in terris” como de la “Ecclesia in patria”. La Iglesia purgante se sitúa más bien en el lugar de las personas que en el de las estructuras. Consideración Consideración dinámica del binomio “Ecclesia in terris”–“Ecclesia in patria” • Santo Tomás: tanto en una como en la otra, Cristo es la Cabeza. amba am bass etap etapas as se real realiz iza a la esen esenci cia a ínti íntima ma de la Igle Iglesi sia, a, real realiz izán ándo dose se • En perfectamente en la Iglesia celeste. • La fase terrena tiene una tendencia escatológica hacia la Iglesia del Cielo. • En ambas se da el gozar de Dios y la posesión de los bienes escatológicos.
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Estatuto de la “Ecclesia in patria” Sant Santo o To Tomá máss desi design gna a la “Eccl “Eccles esia ia in patr patria” ia” co como mo la Igles Iglesia ia triun triunfa fant nte e del del Ciel Cielo, o, expresión expresión que recoge recoge LG. El Catecismo Catecismo Romano, Romano, al igual que Santo Tomás, Tomás, incluye incluye en esta etapa de la Iglesia a los ángeles. Características de la “Ecclesia in patria”: • Perfecta realización de la comunión de la vida en Cristo. Lo que cambia en esta Iglesia es el modo en que se encuentra unida: mientras la unión de la Iglesia peregrinante se basa en la fe y en los sacramentos de la fe, en la Iglesia celeste no hay sacramentos, ya que su estructura es la que pasa de la visión a la gloria. Allí está la RES sin necesidad de los sacramentos (Ap 21,9ss): la unión se da por la caridad. • Mientras continúe la historia, esta Iglesia no estará totalmente realizada, tiene la gloria, la de Cristo, pero no le está totalmente dada, ya que ésta se realizará plenamente con la resurrección y el juicio final. Sobre esto hay que precisar: • la Iglesia “in patria” tiene la plenitud escatológica pero sólo en el aspecto de primicia; es perfecta pero no definitivamente perfecta (“el que tenga oídos que oiga”); • los Santos del Cielo, sin tener propiamente la virtud de la esperanza, “esperan” la gloria definitiva en la comunión con todos. Estatuto de la “Ecclesia in terris” Tomás de Aquino denomina la “Ecclesia in terris” como la Iglesia militante en estado de gracia, en estado de camino. El término más frecuente que utiliza Trento es “la Iglesia militante”; CV II habla de “la Iglesia peregrinante”. Características de la “Ecclesia in terris” (LG 48): • Carácter peregrinante, que comporta imperfección y expectativa escatológica. • Siendo ya comunión con Cristo, es comunión incoativa; la plenitud de algún modo ya está pero aún no se ha sido manifestada del todo. • Está en un régimen de fe (no de gloria), por lo que tiene su nota más característica en la unión de los fieles o congregatio congregatio fidelium fidelium (reunión de los que tienen fe), unión que en el cielo será la congregatio comprehendium. comprehendium. Congregatio fidelium es una fórmula que el Aquinate utiliza mucho para referirse a la “Ecclesia in terris”. militante: esto es así porque para esta Iglesia llegar a su plenitud hace falta la • Es militante: correspondencia del hombre a Dios, y no sólo la gracia que le viene dada por Dios. Dice el concilio de Trento: “por el amor de Dios manifestado en Cristo hemos de corresponder agradando al Señor en todo”. • La “Ecclesia in terris” vive su tensión escatológica en la lucha y la vigilancia contínua, pues nos aguarda un tribunal en el que está Cristo. San Pablo pone esto muy de relieve: “vigilad porque no sabéis el día ni la hora”. • Por esta tendencia a la consumación escatológica la Iglesia es la única Iglesia, es Una sola, dada por la comunión de los hombres entre sí con Dios en el Espíritu Santo. A esta Iglesia se accede por unas estructuras que le son necesarias en su fase terrena, que aunque tengan carácter provisional en el tiempo, pertenecen a la esencia de la Iglesia por voluntad de Cristo. En estas estructuras se encuentran eminentemente los sacramentos. “Communio sanctorum” Es nombre adecuado para describir y explicitar, a modo de resumen, los estados de la Igles Iglesia ia.. Tren Trento to explic explica a que que la cláu cláusu sula la communio communio sanctorum sanctorum es co como mo una una cier cierta ta interpretación de la Iglesia en su aspecto de santidad. • Pablo VI: “Iglesia quiere decir comunión de los santos”.
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PROFR. ALFREDO CAMPOS ALUMNA BRENDA JANETH LOPEZ JIMENEZ • Juan Pablo II: “El tipo de unión de la Iglesia, que es su esencia, es la comunión de los santos, realidad en la que aparece la communio del nuevo Pueblo de Dios en todo su sentido”. Qué significa aquí “communio” Se identifica en su esencia con la Iglesia: comunión con Dios, con Cristo y entre sí. Como consecuencia de la unión con Dios y con Cristo se da la dimensión antropológica– teológica de la Iglesia: el “entre sí”. Dentro de esta dimensión antropológica–teológica — el “entre “entre sí”— hay una doble doble particip participaci ación ón e incorp incorpora oració ción n de los cristi cristiano anoss en la caridad: caridad: se expresa expresa la acción acción de Dios sobre la humanidad (el palo vertical de la Cruz), y la consecuencia de esa acción sobre la humanidad salvada (el palo horizontal). Por lo tanto, in recto, recto, la communio se refiere a la segunda parte de la definición de la Iglesia, al “entre sí”. fuentes): “En la comunión comunión de los santos la • Karol Wojtyla (en La renovación en sus fuentes): persona se hace don perfecto a los demás realizándose al mismo tiempo a sí misma”. Qué debe entenderse aquí por la palabra “sanctorum” Santo Tomás afirma, al igual que el Catecismo Romano y el Catecismo de la Iglesia Cató Ca tólic lica, a, que que se pued puede e hace hacerr una una dobl doble e inte interp rpret retac ació ión: n: toma tomarr el “san “sanct ctor orum um”” por por genitivo masculino (en sentido subjetivo) o por genitivo neutro (en sentido objetivo). El sentido objetivo objetivo (genitivo neutro) neutro) es el primero y el que más ha sido expresado expresado por la Iglesia, significando las cosas santas, santas, que son fundamentalmente los sacramentos. communio, por tanto, conviene a todos los sacramentos —pero sobre todo a la • La communio, Eucaristía—, pues es por los sacramentos que los fieles más se unen entre sí y con la Trinidad. La communio sanctorum significa en este sentido la comunión de los que participan de las cosas sagradas (sacramentos). • Esta communio se dice con más propiedad de aquellos que pertenecen a la “Ecclesia in terris”, ya que en el Cielo no hay sacramentos. En la “Ecclesia in terris” la communio se da en virtud de los sacramentos, en la “Ecclesia in patria” ésta tiene lugar por la caridad. Respecto al sentido subjetivo (genitivo masculino) de la palabra “sanctorum” declaró León XIII: la communio sanctorum es la mutua comunicación de ayuda, expiaciones, oraciones y beneficios en los fieles, ya estén en el Cielo o en la tierra, donde todo se une a una cabeza: Cristo, por la caridad. Las relaciones que se dan en el seno de esta comunión Relaciones en el seno de la Iglesia que peregrina . Se vuelve a hablar aquí del aspecto aspecto subjetivo. Los Santos Padres pusieron muy de relieve relieve estas relaciones, relaciones, de las que deriva el hecho de que nos intercambiemos intercambiemos los bienes de la salvación salvación a través de nuestra propia vocación y los dones del Espíritu Santo. Mystici corporis corporis:: «tod «todo o lo buen bueno o y jus justo que que ca cada da uno uno real realiz iza a (orac oracio ione nes, s, • Mystici sacrificios, etc.) redunda, por la communio sanctorum, sanctorum, en beneficio de todos». Los que están en estado de gracia pueden dar y colaborar; los que están en estado de peca pecado do se encu encuen entr tran an en la posi posici ción ón de reci recibi bir. r. No obst obstan ante te,, incl inclus uso o los los pecadores pueden colaborar colaborar cuando realizan con sinceridad sinceridad actos buenos. buenos. Relaciones entre la Iglesia terrena y la Iglesia purgante . En el Purgatorio las almas no pueden merecer en sentido estricto, pero pueden recibir el auxilio de los santos y de aquellos que aún están en la tierra. Permanece aún teológicamente abierta la cuestión acerca de si pueden o no las almas del Purgatorio interceder en favor de los fieles de la Iglesia terrena. Relaciones entre la Iglesia terrena y la Iglesia celestial . Los santos del Cielo llevan adelante la misión de la Iglesia terrena, formando parte de ésta, por medio de su intercesión y su rezo. He ahí la razón eclesiológica de la intercesión de los santos. La función que tienen los santos del Cielo respecto a nosotros es doble: a) ser modelos, b) ser intercesores. Esto se ve especialmente en la Liturgia, en la cual celebramos en unión con la Iglesia del Cielo. ν
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PROFR. ALFREDO CAMPOS ALUMNA BRENDA JANETH LOPEZ JIMENEZ • LG 49: al celebrar el sacrificio eucarístico es cuando mejor nos unimos con la Iglesia celeste. Síntesis Los dos aspectos se exigen mutuamente, no se excluyen. Algunos teólogos utilizan la fórmula: “María es tipo de la Iglesia por ser su Madre”, o también ven en la maternidad de María la causa de ser Ella tipo y figura (Juan Pablo II). El CV II apunta a una conclusión parecida: María es la Madre del Cristo total —Madre de la Cabeza y del Cuerpo—; en su condición de Madre de la Iglesia es tipo de la Iglesia Madre. Esto no quiere decir que la tipología de la Virgen se agote en el aspecto de la maternidad, ya que esta tipología se realiza también en todas las demás perfecciones. El ser de María en su doble dimensión de receptora de la salvación y co–sujeto de la Redención (Corredentora) es lo que integra su condición de arquetipo: María es tipo de la Iglesia por todo lo que Ella es y por todo lo que es la Iglesia. En el seno de la Comunión de los Santos, María, por ser la Madre del Verbo encarnado, tiene la prioridad eficiente de ser engendradora y Madre de la Iglesia antes de ésta tener su existencia en el mundo. Al mismo tiempo, por ser la primera de los redimidos, es prefiguración arquetípica de ese destino de la Iglesia. LG 65: “Mientras “Mientras que la Iglesia en la Beatísima Virgen ya llegó a la perfección, por la que se presenta sin mancha ni arruga (cf. Ef 5,27), los fieles, en cambio, aún se esfuerzan en crecer en la santidad santidad venciendo el pecado; y por eso levantan sus ojos hacia María, que brilla ante toda la comunidad de los elegidos, como modelo de virtudes. virtudes . La Iglesia, reflexionando piadosamente sobre ella y contemplándola en la luz del Verbo hecho homb hombre, re, lle llena na de vener venerac ació ión n entra entra má máss prof profun unda damen mente te en el sumo sumo mist misteri erio o de la Encarnació Encarnación n y se asemeja asemeja más y más a su Esposo. Esposo. Porque María, que habiendo habiendo entrado íntimamente en la historia de la Salvación, en cierta manera en sí une y refleja las más grandes exigencias de la fe, mientras es predicada y honrada atrae a los creyentes hacia su Hijo y su sacrificio hacia el amor del Padre. La Iglesia, a su vez, buscando la gloria de Cristo, se hace más semejante a su excelso tipo, progresando continuamente en la fe, la esperanza y la caridad, buscando y bendiciendo en todas las cosas la divina voluntad . Por lo cual, también en su obra apostólica, con razón, la Iglesia mira hacia aquella que engendró a Cristo, concebido por el Espíritu Santo y nacido de la Virgen, precisamente para que por la Iglesia nazca y crezca también en los corazones de los fieles. La Virgen en su vida fue ejemplo de aquel afecto materno, con el que es necesario estén animados todo todoss los los que que en la misi misión ón apos apostó tólic lica a de la Igles Iglesia ia co coop oper eran an para para regen regenera erarr a los los hombres”. San Clemente Romano: Carta a los Corintios (+101) • Aclara dos puntos importantes: a) la Iglesia como misterio de comunión que se expresa expresa en la paz y concordia concordia por tener un solo Dios y a Cristo nuestro nuestro Señor, un sólo y único Espíritu, y una vocación: la unidad; b) el carácter sagrado de los pastores de la Iglesia. unidad : • La Iglesia, misterio de paz y unidad: • Así como en su mente no cabe separar a Cristo de Dios Padre, tampoco es posible separar a Cristo de su Iglesia, Cuerpo suyo y prolongación viviente sobre la tierra. Ecclesia, pero sí un documento de primer orden de • No es un tratado dogmático De Ecclesia, la vida de la Iglesia en la generación cristiana post–apostólica y la conciencia que de su propio ser y constitución tenía en las postrimerías del siglo I. • La Iglesia peregrina, recibe de Cristo su propio viático y provisión de viaje, y a El atiende y con El se contenta. Los bienes de la tierra le sobran absolutamente. • La Iglesia es una universal fraternidad, un número contado de elegidos de Dios. • Aplica al nuevo pueblo de Dios el pasaje de Dt 32,8ss. Los cristianos son esa porción santa sobre la tierra, obligados por ende, a cumplir toda obra de santidad y a huir de toda obra de pecado (XXX,1).
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PROFR. ALFREDO CAMPOS ALUMNA BRENDA JANETH LOPEZ JIMENEZ • La Iglesia es la congregación de los santos (XXX,8). Ellos son los llamados por voluntad de Dios en Cristo Jesús, a quien Dios omnipotente justifica por la fe. • La Iglesia es el rebaño de Dios (LIX,4). • La Iglesia que es universal,... y el número de los elegidos están esparcidos por el mundo entero; es también Una por la unidad de fe, de espíritu y llamamiento divino (XLVI,5-6). romano: • La jerarquía. El primado romano: Iglesia ia ca cató tólic lica a y una, una, es ademá además, s, y por por insti institu tuci ción ón y co cons nstit tituc ució ión n divi divina na,, • La Igles jerárquica; éste es el punto esencial de la epístola. jerarq rquí uía, a, la vari varied edad ad y subo subord rdin inac ació ión n de miem miembr bros os y func funcio ione ness es tan tan • La jera necesaria en la Iglesia como en un ejército, y San Clemente se siente orgulloso de evocar la disciplina de las legiones del Imperio, dominadoras del orbe de la tierra. ley anti antigu gua a —arg —argum ument enta a San San Cle Cleme ment nte— e— todo todo esta estaba ba perf perfec ecta tame ment nte e • En la ley orden ordenad ado o y jer jerar arqu quiz izad ado: o: Ha Habí bía a un Sace Sacerd rdot ote, e, al que que co comp mpetí etían an func funcio ione ness propia propias; s; había había sacerd sacerdote otess ordina ordinario rioss que ocupab ocupaban an su propio propio puest puesto; o; había había levitas, con sus peculiares servicios o ministerios; había, en fin, hombres laicos — del pueblo— sometidos a ordenaciones laicales (XL,2). Mas pasaron de la ley anti antigu gua a a la real realid idad ad,, hist histór óric ica a y viva viva junt juntam amen ente te,, de una una nuev nueva a ley. ley. San San Clemente establece un pasaje de valor incalculable, la institución apostólica, y en último término divina, de la jerarquía de la Iglesia. La cadena áurea que liga a los creyentes creyentes con Dios pasa de anillo en anillo de los Obispos Obispos a los apóstoles, apóstoles, de los apóstoles a Jesucristo y de Jesucristo al Padre. • Los apóstoles —dice San Clemente— nos han traído la noticia jubilosa del reino de Dios de parte de Jesucristo: Jesucristo fue enviado envi ado por el Padre, he allí un principio de orden de eutaxia de jerarquía. Los apóstoles, en cumplimiento de su misión organizan jerárquicamente la Iglesia (XLII,3-4). San Ignacio de Antioquía (+107) • Se define a sí mismo como “un hombre dispuesto siempre a la unidad” (Phil 8,1), expresión que revela el sentido profundo de su eclesiología. Para él, como para Clemente, la Iglesia es esencialmente un misterio de unidad, de a(ga/pe donde lo visible visible y lo invisible invisible se unen en la Iglesia Iglesia como Cristo mismo. Subraya además la unión indisoluble, en el seno de esta Iglesia de Cristo entre lo visible y lo invisible, lo corporal y lo espiritual. La Iglesia es una con Cristo; y cada iglesia local expresa esa unión en su unión con el obispo (sine ( sine nihil episcopo). episcopo). Obispo : • El misterio de la unidad visible de la Iglesia. El Obispo: • Los textos de las cartas ignacianas atestiguan con absoluta diafanidad y con insistencia que cada iglesia: Antioquía, Esmirna, Efeso, Trales, Filadelfia; tienen a su cabeza cabeza un episkop episkopoj, oj, “intend “intendent ente”, e”, “inspe “inspecto ctor”, r”, autori autoridad dad suprem suprema a en la comu co muni nida dad, d, que que se agre agrega ga com omo o depe depend ndie ient nte e y subor ubordi dina nado do suyo, uyo, un pres presbu bute tepio pion, n, un co coleg legio io de “anc “ancia iano nos” s”,, que que le asis asiste te co como mo una una espe especi cie e de “senado”, y un tercer cuerpo de diakonoi o “ministros”. La gran novedad de San Ignacio es la precisión terminológica. • Ignacio es el primero en usar la expresión “Iglesia Católica” para significar a los fieles colectivamente. cartas de Ignacio Ignacio se desprende desprende una imagen clara de la dignidad jerárquica jerárquica • De las cartas y del prestigio otorgado al obispo en medio de su rebaño. El Obispo es el responsable de todos los fieles. El Obispo es el Sumo Sacerdote y el dispensador de los misterios de Dios. Al frente de cada comunidad de fieles hay un solo obispo; el conjunto de los presbíteros es como un senado. La existencia de una neta jerarquía en el año 107 implica que es de institución divina: ya del Señor por sí mismo, ya del Señor por medio de sus apóstoles. • San Ignacio explica ampliamente las funciones de los tres grados de la jerarquía. Del obispo, dice que tiene el lugar de Dios, y todos han de someterse a él como al
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PROFR. ALFREDO CAMPOS ALUMNA BRENDA JANETH LOPEZ JIMENEZ Señor. El obispo puede actuar a se, se , sin los sacerdotes; y, por el contrario, todo lo que se haga en su territorio ha de hacerse con su beneplácito: bautizar, casar, celebrar celebrar la Eucaristía, Eucaristía, etc. El Obispo tiene especialmente especialmente la misión de rechazar rechazar a los herejes, de poner paz, de cuidar de todos (viudas, esclavos, esposos, etc.) tanto espiritual como materialmente. Los presbíteros son el senado del obispo: han de estar unidos a él, ayudarle ayudarle en sus funciones, funciones, animarle, etc. Los diáconos, diáconos, inferiores a los sacerdotes, son como ministros o ayudantes, Los restantes fieles han de estar unidos por la fe y unidos a la jerarquía, especialmente al obispo. Pedro: • Primado de Pedro: • Se ve claramente una autoridad especial y una preeminencia efectiva de la Iglesia de Roma. • La Carta a los Romanos es una muestra patente de la superioridad de Roma sobre las restantes comunidades. A éstas escribe en el tono de un igual o un relativo superior (era como el primado de Oriente, sucesor de S. Pedro); por esto, se permite darles consejos. A Roma, por el contrario, escribe con sumisión, no da consejos, y dice ser un esclavo, un condenado. Recuerda que Roma está fundada sobre Pedro y Pablo. caridad. Esto no • Explica que la Iglesia de Roma está puesta a la cabeza de la caridad. quiere decir que sea la más generosa, sino que está al frente de toda la Iglesia y preside toda la vida cristiana (ágape). También dice que esta Iglesia preside en la capital del territorio de los romanos; evidentemente no se preside a sí misma, sino a las restantes comunidades cristianas. Además, les ruega que mientras que la Iglesia antioquena está sin obispo, Cristo y ellos hagan de obispo. Llamaba a la Iglesia el lugar del sacrificio, haciendo alusión a la eucaristía. invisible : • El misterio de la unidad invisible. El Obispo invisible: • El Obispo “visible” es sólo el sacramento, un representante del obispo “invisible”. “Es evidente la necesidad de considerar al obispo como al Señor mismo” (Ef mismo” (Ef VI,2; cf. Magn III,2; Rm IX,1; Ef V,3). De ahí la imposibilidad de estar unido a este último sin mantenerse en comunión con el primero. El propio Espíritu Santo garantiza la autoridad del Obispo (Flp, Prol y VII,2) San Ireneo de Lyon (+202) • Se le denomina el fundador de la teología cristiana de Occidente. En el libro 3ro. de Advers Adversus us Hae Haeres reses es, Ireneo desarrolla a fondo los conceptos de “recapitulación” y “tradición”. hombres : • La Iglesia, recapitulación “in Christo” de todos los hombres: • Cristo, recapitulación de todos los hombres: su teología parte de la intuición de San Pablo sobre la restauración del hombre y del universo según el designio primitivo de Dios. Iglesia,, culmin culminaci ación ón e instru instrument mento o de esta esta recapi recapitul tulaci ación. ón. Afir Afirma ma que que la • La Iglesia realidad más profunda es Cristo, y la Iglesia su Cuerpo, puesto que Cristo es su cabeza hay una recapitulación y la Iglesia es instrumento de ella. La Iglesia está compuesta por hombres, no sólo por almas; es la plenitud de la recapitulación. La Iglesia la define como la “recapitulación “ recapitulación en obra” . La recapitulación tienen como único objeto objeto introducirnos introducirnos en la vida misma del Dios Trino. Tal es el misterio que se realiza cada vez que un hombre recibe el Espíritu de Dios por el bautismo. tradición: • La tradición: • Para él la fuente y norma de la fe es la doctrina transmitida por los apóstoles y conservada en vigor en la Iglesia. La sucesión no interrumpida de obispos, que remonta hasta los Apóstoles, garantiza la verdad de su doctrina. Ireneo se limita a demostrar está sucesión en la Iglesia de Roma “la más grande, la más glorioso, la más antigua por todos conocida y fundada por los gloriosos apóstoles Pedro y
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PROFR. ALFREDO CAMPOS ALUMNA BRENDA JANETH LOPEZ JIMENEZ Pablo. Ireneo demuestra que la serie de Obispos de esta iglesia remonta a los apóstoles y que por tanto su doctrina es apostólica. 2 NOTAS DE LA IGLESIA
La Iglesia, al reflexionar sobre sí mismo, descubre cuatro notas que la definen y que forman parte de la profesión de fe: Creo en la Iglesia, que es Una, Santa, Católica y Apostólica.
La Iglesia es Una
La Iglesia es Una debido a su origen. "El modelo y principio supremo de este misterio es la unidad de un solo Dios Padre e Hijo en el Espíritu Santo, en la Trinidad de personas". La Iglesia es Una debido a su fundador. "Pues el mismo Hijo encarnado por su cruz reconcilió a todos los hombres con Dios, restituyendo la unidad de todos en un solo pueblo y en un solo cuerpo" La Iglesia es Una debido a su "alma": "El Espíritu Santo que habita en los creyentes y llena y gobierna a toda la Iglesia, realiza esa admirable comunión de fieles y une a todos en Cristo tan íntimamente que es el Principio de la unidad de la Iglesia". Por tanto, pertenece a la esencia misma de la Iglesia ser una. (CIC, 813) La Iglesia es Una. Cristo no fundó muchas, sino UNA Iglesia, dijo que quería formar un solo rebaño bajo la guía de un solo pastor (Cfr.Jn. 10) La única Iglesia de Cristo, Nuestro Salvador, después de su resurrección, la entregó a Pedr Pe dro o para para que que la past pastor orea eara ra.. Le enca encarg rgó ó a él y a los los demá demáss Após Apósto tole less que que la extendieran la gobernaran. Esta Iglesia, constituida y ordenada en este mundo como una sociedad, subsiste en la Iglesia católica, gobernada por el sucesor de Pedro y por los obispos en comunión con él. La unidad de la Iglesia consiste en una unidad en la fe, en la caridad y en la liturgia, bajo el gobierno de los apóstoles y sus sucesores. Algo que aparece expresado en los Hechos de los Apóstoles: "Eran constantes en escuchar la enseñanza de los apóstoles y en la comunidad de vida, en el partir el pan y en las oraciones" (Hch 2,42) En este sentido, el Concilio Vaticano II ha hablado del triple vínculo de la unidad: La profesión de fe, los sacramentos y el gobierno y comunión eclesial. Esta unidad no debe ser confundida con uniformidad, ya que la Iglesia no podría unir a hombres de todos los pueblos, razas y culturas, con muy diferentes mentalidades y costumbres, si no se diera en su seno una diversidad que enriquece la unidad.
Sin embargo, esta diversidad tiene unas fronteras que, si se traspasan anulan la unidad. Así Así apare pareccen los los cis cisma mass y las las here herejí jías as.. Cuand uando o se romp rompe e la co comu muni nión ón vita vital, l, especialment especialmente e en la comunión en el culto, estamos hablando de un cisma. cisma. Si la ruptura se produce en el ámbito de la unidad de la fe, que a su vez provoca una separación en el culto, nos encontramos ante una herejía. Las separaciones y escisiones sufridas por la Iglesia a través de la historia, se han debido a disensiones disensiones en el ámbito de la fe, que se han profundizado profundizado al incidir incidir también factores no religiosos (tensiones nacionales, políticas, culturales, etc.) y disposiciones personales (espíritu (espíritu de contradicció contradicción, n, rivalidad, rivalidad, orgullo...) orgullo...) sin embargo, tras estas escisiones escisiones había también un sincero afán de mantener la autenticidad del mensaje cristiano, por lo que el camino hacia la unidad se debe realizar mediante el esfuerzo común por entender rectamente el Evangelio. 2
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PROFR. ALFREDO CAMPOS ALUMNA BRENDA JANETH LOPEZ JIMENEZ Las dos separaciones más importantes se produjeron en 1054, al escindirse la Iglesia Orient Oriental al y Occide Occidenta ntall tras tras un largo largo períod período o de disens disension iones es y enfrent enfrentamie amiento ntos, s, y la ruptura que la Reforma introdujo en la Iglesia Occidental, y que a su vez originaría nuevas rupturas. Estamos buscando la unidad Así como notamos la diversidad de comunidades cristianas, también constatamos que la mayor parte de lo que somos y de lo que anunciamos es lo mismo. Más son los aspectos que nos unen que los puntos diversos. Y la Iglesia busca la unidad, porque siempre le han dolido las divisiones por ser contrarias al pensamiento del fundador. Un esfuerzo muy notable por encontrar la unidad de los cristianos comenzó con el Concilio Vaticano II. La Iglesia quiere la unidad, la busca y se revisa a sí misma para quitar quitar todo lo que por culpa humana impide llegar a esa unidad. En las denominacion denominaciones es no católicas también se ha emprendido esta búsqueda. Los cristianos de las diferentes Iglesias y comunidades eclesiales, sienten la necesidad de la unidad que Jesús expresa en su oración al Padre. "Que sean todos uno, como tu, Padre, estás conmigo y yo contigo que también ellos estén con nosotros, para que el mundo crea que tu me enviaste". Este movimiento por la unidad de todas las Iglesias se llam llama a "ECU "ECUME MENI NISM SMO" O",, antes antes a los no ca cató tólic licos os los los solía solíamo moss llam llamar ar prot protes esta tant ntes es,, calvi ca lvini nist stas as,, angl anglic ican anos os.. .... .. Ho Hoy y ya se ha hech hecho o co comú mún n lla llama marl rlos os me mejo jorr "herm "herman anos os separados", porque en verdad son hermanos nuestros y están separados de nuestra fe católica. El deseo de volver a encontrar la unidad de todos los cristianos es un don de Cristo y un llamamiento del Espíritu Santo. Para responder adecuadamente a este llamamiento se exige: Una renovación permanente de la Iglesia en una fidelidad mayor a su vocación. Esta renovación es el alma del movimiento hacia la unidad. La conversión del corazón para llevar una vida más pura según el Evangelio. Porque la infidelidad de los miembros al don de Cristo, es la causa de las divisiones. La oración en común, porque esta conversión del corazón y santidad de vida, junto con las oraciones privadas y públicas por la unidad de los cristianos, deben considerarse como co mo el alma alma de todo todo el mo movi vimi mien ento to ec ecum umén énic ico, o, y pued pueden en llam llamar arse se co con n razó razón n ecumenismo espiritual. El fraterno conocimiento recíproco. La formación ecuménica de los fieles y especialmente de los sacerdotes. El diálogo entre los teólogos y los encuentros entre los cristianos de diferentes Iglesias y comunidades. La colaboración entre cristianos en los diferentes campos de servicio a los hombres. Es muy difícil lograr en un futuro próximo la unidad de todos los cristianos, tener una sola Iglesia, porque las divisiones han perdurado siglos. Pero la tarea no es imposible. Si somos de veras cristianos que deseamos permanecer fieles al Evangelio, debemos poner de nuestra parte lo que podamos, poner toda la esperanza "en la oración de Cristo por la Iglesia, en el amor del Padre para con nosotros, y en el poder del Espíritu Santo."
La Iglesia es Santa
La Iglesia es Santa, porque Cristo "la amó y dio su vida por ella". Esto lo hizo para consagrarla. En Ella dejó el Señor todo el tesoro de su santidad adquirido por su muerte y resurrección y así la Iglesia es dispensadora de santidad y santifica a todos sus
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PROFR. ALFREDO CAMPOS ALUMNA BRENDA JANETH LOPEZ JIMENEZ miembros desde el bautismo hasta la última despedida, luchando siempre por purificarla del pecado Esta Esta propi propieda edad d de la Igles Iglesia ia parec parece e co cont ntra radec decir ir la expe experi rienc encia ia co conc ncret reta, a, que que nos nos manifiesta una comunidad con deficiencias en las actuaciones de sus miembros, y en sus propias acciones comunitarias. Sin embargo, podemos afirmar su santidad desde el misterio de su ser. Cuando la Sagrada Escritura habla de santidad, está haciendo mención a algo que es propiedad y pertenece a Dios, Di os, al solo Santo. Por tanto, la santidad no expresa en e n la Biblia una actitud ética primordialmente, sino una apropiación por parte de Dios que santifica una realidad profana. De ahí que podamos afirmar que la Iglesia es santa porque: Es de Dios y para Dios. Él la elige y crea un pueblo santo, al que es incondicionalmente fiel y no abandona a los poderes de la muerte y de la contingencia del mundo (Mt 16,18) Jes Jesuc ucris risto to,, el Hijo Hijo am amad ado o de Dios, Dios, se entre entregó gó por por la Igles Iglesia ia para para hace hacerla rla sant santa a e inmaculada (Cfr. Ef 5,27), uniéndose con ella de forma indisoluble (Cfr. Mt 28,20) El Espíritu Santo, prometido por Jesucristo (Jn 14,26; 16,7-9), está presente en ella, actuando con poder y haciéndola depositaria de los bienes de la salvación que debe transmitir; la verdad de la fe, los sacramentos de la nueva vida, los ministerios. Sin embargo, al acoger a hombres y mujeres pecadores, la propia Iglesia es pecadora, necesitando convertirse al Evangelio para manifestar con su vida lo que es su ser mas profundo. El Apóstol Pablo nos recuerda a los cristianos que, por el Bautismo, hemos nacido a una nueva vida que transforma nuestro modo de obrar y que hace de nuestra existencia cotidiana un servicio a Dios. Esta conversión de actitudes, valores y comportamientos no es fruto de un empeño personal, sino efecto del Espíritu Santo que actúa en nosotros nosotros si somos capaces de dejarnos transformar por Él. Por todo lo anterior, podemos concluir que la Iglesia es Santa en su ser más profundo, pero pecadora y en constante conversión en su visibilización en el mundo. Al canonizar a ciertos fieles, es decir, al proclamar solemnemente que esos fieles han practicado heroicamente las virtudes y han vivido en la fidelidad a la gracia de Dios, la Igles Iglesia ia reco recono noce ce el pode poderr del del Espír Espírit itu u de Sant Santid idad ad,, que que está está en ella ella,, y sost sostien iene e la esperanza de los fieles proponiendo a los santos como modelos e intercesores. Los santo antoss y las las sant antas han han sido ido siemp iemprre fuen fuente te y orig origen en de la reno renova vacción ión en las las circunstancias más difíciles de la historia de la Iglesia. En efecto, "La santidad de la Iglesia es el secreto manantial y la medida infalible de su laboriosidad apostólica y de su ímpetu misionero" (CIC, 828) La Iglesia en la Santísima Virgen llegó ya a la perfección, sin mancha ni arrugo. En cambio, los fieles cristianos se esfuerzan todavía en vencer el pecado para crecer en la santidad. Por eso dirigen sus ojos a María. En ella, la Iglesia es ya enteramente santa.
La Iglesia es Católica
Porque la salvación que Cristo nos trajo se dirige a todos los hombres sin excepción. Es Universal. Por esto la Iglesia es Católica. A partir de la Ascensión del Señor, se rompieron las fronteras de Israel para "ir por todo el mundo y anunciar el Evangelio a todas las gentes" Y en orden histórico los apóstoles serían los testigos de Jesús en Jerusalén en Judea y Samaria y hasta las regiones más lejanas de la tierra" (Hch 1,8)
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PROFR. ALFREDO CAMPOS ALUMNA BRENDA JANETH LOPEZ JIMENEZ La palabra "Católico" no se encuentra en el Nuevo Testamento. Será Ignacio de Antioquia quien, hacia el año 110, aplique por vez primera este calificativo a la Iglesia (Carta a los de Esmirna 8,2). Originalmente significaba "la que expresa todo", "la plenitud de la fe", pero con el tiempo ha pasado también a denominar su extensión por todo el mundo. Consec Consecuen uentem temente ente,, al recono reconocer cerse se la Iglesi Iglesia a como como católic católica, a, dice dice de sí misma misma que predica la Fe en su integridad a todo hombre, cualquiera que sea su raza, nación o clase social. La catolicidad de la Iglesia se realiza de forma concreta por: a) La misión que ha recibido del Señor para anunciar la Buena Noticia a todos los hombres (Mc 16,15; Mt 28, 19-20); esta tarea la realiza enriqueciendo las diversas culturas, llevándolas a su plena humanización, al tiempo que ella misma se enriquece con las riquezas de todos. b) Su enraizamiento en un pueblo, localidad o ambiente, donde hace presente la plenitud de la Iglesia de Jesús que es al mismo tiempo Iglesia Universal, extendida por todo el mundo. c) La abundancia de grupos que realizan la existencia cristiana de un modo diferente, ya sea como religiosos, laicos, célibes, casados o clérigos. La catolicidad de la Iglesia es un don de Dios, pero al mismo tiempo es una labor permanente, no exenta de tensiones y dificultades, debido a la diversidad de culturas, costumbres, formas de vida y vocaciones. El Concilio Vaticano II en la Lumen Gentium 13 dice: "Todos los hombres están invitados al nuevo Pueblo de Dios. Por eso este pueblo, uno y único, ha de extenderse por todo el mundo a través de todos los siglos, para que así cumpla el designio de Dios, que en el principio principio creó una única naturaleza naturaleza humana y decidió decidió reunir a sus hijos dispersos...Es dispersos...Este te carácter de universalidad, que distingue al pueblo de Dios, es un don del mismo Señor. Gracias a este carácter, la Iglesia Católica tiende siempre y eficazmente a reunir a la humanidad entera con todos sus valores bajo Cristo como Cabeza, en la unidad de su Espíritu"
La Iglesia es Apostólica
Apóstol quiere decir enviado. Los cuatro evangelios señalan que Dios, el Padre, ha enviado a Jesús, su hijo como Salvador del mundo. A su vez, Jesucristo confió a los apóstoles la misión que había recibido del Padre, encargándoles predicar en su lugar el Evangelio a todos los pueblos, con el poder del Espíritu Santo, hasta la consumación del undo: "Se me ha dado plena autoridad autoridad en el cielo y en la tierra, Id y haced discípulos discípulos de todas las naciones, bautizadlos y consagrárselos al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo, y enseñadles a guardar todo lo que os he mandado, mirad que yo estoy con vosotros cada día hasta el fin del mundo" ( Mt 28, 18-20; Mc 16, 15-20; Lc. 24, 47-48; Hch 1,8). Su función apostólica intransferible, consistió precisamente en ser: Testigos inmediatos de la Resurrección del Señor Fundamentos de la Iglesia Hoy como ayer y siempre, el Espíritu Santo mantiene a la Iglesia en comunión con los Apóstoles y, gracias a esta comunión, en comunión con el Padre y con su Hijo Jesucristo. El Espíritu Santo es el principio de la comunión de todos los miembros de la Iglesia en la fe y en el testimonio de vida de los Apóstoles. En este sentido toda la Iglesia es apostólica, manteniéndose en ella la vitalidad del Evangelio. Al servicio de la apostolicidad de todos los miembros de la Iglesia está la sucesión apostólica de los Obispos que garantiza en cada momento que esta Iglesia nuestra es la
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PROFR. ALFREDO CAMPOS ALUMNA BRENDA JANETH LOPEZ JIMENEZ Iglesia misma de los apóstoles. La verdadera Iglesia de Jesucristo está allí donde los creyentes son fieles a la fe de los apóstoles, al mismo tiempo que se adhieren a la sucesión apostólica de los obispos. En el Nuevo Testamento hay indicios claros de cómo la misión apostólica, en los tiempos inmediatamen inmediatamente te posteriores posteriores a los Apóstoles, Apóstoles, se transmitió a otros discípulos. discípulos. En efecto: efecto: Los Apóstoles no sólo tuvieron en vida diversos colaboradores en su ministerio, sino que: Confiaron a algunos el encargo de continuar, llevar a término y consolidar la obra que ellos habían comenzado. Establecieron colaboradores al frente de las comunidades cristianas y les encomendaron que proveyesen para que otros hombres probados se hiciesen cargo, mas tarde, del ministerio apostólico. La misión de los apóstoles se ha transmitido hasta nuestros días a través de los obispos y del Papa, sucesor del apóstol Pedro. Los obispos son sucesores de los Apóstoles no en lo que a éstos les fue propio y exclusivo: ser testigos de Cristo Resucitado y ser fundamentos de la Iglesia. Los obispos suceden a los Apóstoles en su función f unción de Pastores de la Iglesia; a través de ellos se manifiesta y se conserva en el mundo entero la Tradición Apostólica. No es necesario que cada obispo, en particular, sea sucesor de un determinado Apóstol. Para garantizar la sucesión apostólica, basta con que el Colegio (o conjunto) de los obispos suceda al Colegio (o conjunto) de los Apóstoles. Cada obispo, como miembro de todo el Colegio Episcopal, ocupa un puesto en la sucesión apostólica. Esto es lo que quiere decir el hecho de que, para ordenar a un presbítero como obispo, está establecido que le ordenen, por lo menos, tres obispos, como señal de que se admite al candidato en el Colegio de los obispos. Desde los orígenes de la Iglesia hasta hoy, y así sucederá hasta siempre, la Fe y la misió misión n de los los Após Apósto toles les se han han ma mant nten enid ido o ínte íntegr gras as y vivas vivas me media diant nte e la suce sucesi sión ón apostólica de los obispos, asistida por el Espíritu Santo. Un antiguo texto de la Tradición de la Iglesia resume esta realidad diciendo: "Los apóstoles salieron al orbe entero a predicar la misma doctrina de la misma fe a todas las naciones. En cada ciudad fundaron Iglesias, que vinieron a ser como retoños o semillas de la fe y de la doctrina para las demás iglesias de entonces y ahora. Por eso, nuestras Iglesias deben ser consideradas como brotes de las Iglesias apostólicas. Aún siendo tantas Iglesias, no forman más que una sola". Tertuliano, siglo III ¿Por qué decimos que la Iglesia es Romana? Un hecho histórico vino a poner esta nota en la Iglesia de Cristo: San Pedro, el primero entre los Apóstoles, fue a Roma y ahí murió. En los Evangelios aparece San Pedro con un lugar muy importante entre sus compañeros apóstoles, esta primacía es confirmada por Cristo resucitado. En los Hechos es quien tiene la dirección principal de la Iglesia naciente. Así se le consideró como signo de ser la Iglesia de Cristo el estar en comunión con Pedro. San Pablo mismo que tiene una parte tan importante en la propagación del cristianismo primitivo, confiesa que después de su conversión fue a estar unos 15 días con Pedro, no fuera a suceder que su mensaje no estuviera de acuerdo con él. Este puesto puesto importante de Pedro en toda la Iglesia lo sigue teniendo teniendo el sucesor sucesor de Él en Roma, porque ahí murió en el año 67 dando su vida por Cristo como testimonio final de su amor al Maestro. Conocemos los nombres de todos los sucesores de Pedro hasta el
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PROFR. ALFREDO CAMPOS ALUMNA BRENDA JANETH LOPEZ JIMENEZ presente. Hoy también los cristianos conservamos la comunión con la Iglesia de Roma. Por eso decimos que la Iglesia es Romana. "FUERA DE LA IGLESIA NO HAY SALVACIÓN" ¿Cómo entender esta afirmación tantas veces repetida por los Padres de la Iglesia? Formulada de modo positivo significa que toda salvación viene de Cristo-Cabeza por la Iglesia que es su cuerpo: El Concilio Vaticano II Sínodo "basado en la sagrada Escritura y en la Tradición, enseña que esta Iglesia peregrina es necesaria para la salvación. Cristo, en efecto, es el Único Mediador y Camino de Salvación que se nos hace presente en su Cuerpo, en la Iglesia. Él, al inculcar con palabras bien explícitas, la necesidad de la fe y del Bautismo, confirmó al mismo tiempo la necesidad de la Iglesia, en la que entran los hombres por el Bautismo como por una puerta. Por eso, no podrían salvarse los que, sabiendo que Dios fundó por medio de Jesucristo la Iglesia católica como necesaria para la salvación, sin embargo, no hubiesen querido entrar o perseverar en ella". (Conc. Vat. II Lumen Gentium 14) Esta afirmación no se refiere a los que, sin culpa suya, no conocen a Cristo y a su Iglesia: "Los que sin culpa suya no conocen el Evangelio de Cristo y su Iglesia, pero buscan a Dios con sincero corazón e intentan en su vida, con la ayuda de la gracia, hacer la voluntad de Dios, conocida a través de lo que les dice su conciencia, pueden conseguir la la 3 salvación eterna" (L.G. 16)
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