RESEÑA BIBLIOGRÁFICA Montaner i Martorell, Josep María (2002 ); “Las formas del siglo XX”; Editorial Gustavo Gili; Barcelona, España. Arq. Luis Guardado Sánchez Introducción Josep María Montaner i Martorell (Barcelona, 1954) es doctor arquitecto y catedrático de Composición Arquitectónica de la Escuela de Arquitectura de Barcelona, escuela de la que ha sido subdirector de cultura (2002-2005). Actualmente dirige el Master Laboratorio de la Vivienda del siglo XXI, que se imparte en la Escuela de Arquitectura de Barcelona. Este libro es el cierre de la trilogía que componen “Después del Movimiento Moderno” (1993) y “La modernidad superada” (1997), y es la vez, la base de su actual línea de investigación, basado en una nueva teoría relacional de las formas en el arte, la arquitectura y el urbanismo Resumen expositivo Para Montaner, la forma es estructura esencial e interna, construcción del espacio y de la materia, y por tanto, considerada el motivo central, el concepto clave, del arte y la arquitectura. Las formas, a pesar de los intentos de los Modernos por negar cualquier carga semiótica en sus formas vanguardistas, siempre transmiten valores éticos, remiten a los marcos culturales, comparten criterios sociales y siempre se refieren a significados. El argumento del texto pretende demostrar, desde un punto de vista holístico, que detrás de cada uno de los conceptos formales básicos existe una visión del mundo, una concepción del tiempo y una idea definida de sujeto. Cada capítulo no solo remite a las obras sino también a las teorías filosóficas y científicas que le dieron origen. Toda la complejidad de la arquitectura y del arte del siglo XX es aglutinada en torno a doce conceptos esenciales que permiten relacionar entre sí las obras de arquitectura, artes plásticas, literatura, cine, fotografía y moda. Los doce conceptos que se desarrollan, con algunos ejemplos de creadores y teóricos que relaciona, son: Organismos, Organismos, incluyendo el organicismo (Gaudí, Wright, Steiner, los metabolistas japoneses, Juan O’Gorman y la escuela de Graz) y el surrealismo (Magritte, Breton, Duchamp, Kiesler, Coop Himmelbau, Gehry y Buñuel); Máquinas, con la abstracción (Kandinsky, Mondrian, Stravinsky, Rietveld, Eisenman) y el racionalismo (Le Corbusier, Mies van der Rohe, Schindler, Neutra, Archigram); Realismos, Realismos, subdividido en realismo humanista (Smithson, Aalto, Siza, Nathan Rogers) y en cultura pop (Venturi, Warhol, Lichtenstein, Jencks, Isozaki);
Estructuras, distinguiendo la crítica radical (Dadá, Habermas, Pollock), la crítica tipológica (Kahn, Jung, Rossi, de Chirico) y el minimalismo (Malevich, Barragán, Ando); y Dispersiones, con fragmentos (Bracque, Picasso, Hollein, Stirling, Tschumi; Koolhas), caos (Klee, Liebeskind, Hejduk, los fractales, los pliegues, Hadid) y energías (Boullé, Turner, Monet, Taut, Chareau, Nouvel, Ito). Cada uno de estos conceptos es tratado como “mecanismo creativo” y como “mundo formal”, relacionados entre sí, aunque diferentes, al referirse uno a procesos y otro a las obras creadas, elementos materiales e inmateriales de la cultura occidental. Comentario crítico La propuesta de Montaner es atractiva desde el punto de vista holístico, enfatizando la liga que existe entre todos los campos del quehacer creativo. Sin embargo, la temática es tan extensa que el desarrollo de cada capítulo es, en algunos casos, apenas sugerido, y requiere, por supuesto, de una formación artística por arriba del promedio para estar familiarizado con apenas la mitad de los nombres que invoca. La clasificación, como mencionamos anteriormente es novedosa, pero no deja claro si dentro de cada capítulo los dos o tres componentes se excluyen entre sí. Conclusión El libro es interesante, de lectura ágil, y las imágenes, tratadas en blanco, negro y azul cumplen de excelente manera su papel de complemento, sin distraer o entrar en conflicto con el texto. Provoca a la reflexión, y a la búsqueda de las fuentes originales, ampliando la comprensión de la historia del arte y la arquitectura del siglo XX.