DAVID A. BRADING, Or Orbe be indian indiano; o; De la monar monarquí quía a católi católica ca a la repúb repúblic lica a criolla, 1492-1867, Fondo de la Cultura Económica, México, 2003, 776 páginas.
La obra obra del del hist histor oria iado dorr brit britán ánic icoo Davi Davidd Brad Bradin ingg abor aborda da la conq conqui uist staa y colonización de América, más precisamente en la zona de mesoamérica; desde la lucha de Colón por conseguir los recursos para su empresa, hasta las revoluciones que lograron independizar al nuevo continente de las fuerzas colonizadoras europeas. A través de las tres partes y los veintinueve capítulos que componen esta monumental obra, el autor presentará a los más diversos e importantes personajes de la conquista (tanto armada, como espiritual e ideológica) y no dejará que ningún tipo de público pueda evitar inmiscuirse en la apasionante aventura que significó el descubrimiento de América. El libro cuenta con un breve prólogo desde el cual se puede notar la postura que el autor tiene sobre el tema: no obstante lo difícil de ser objetivo respecto a la temática, Brading logra salir airoso gracias a limitarse a narrar los sucesos y a saber ubicarse en el tiempo y la piel de los protagonistas. La primera parte del ensayo es: CONQUISTA E IMPERIO y el autor incursiona sobre los protagonistas del descubrimiento y el papel que cada uno cumplió en la conquista de los pueblos americanos, hasta llegar a conformarse el Imperio de las Indias. Desde su primer capítulo, capítulo, titulado titulado Un Mundo Nuevo , el lector será partícipe de los padecimientos que Cristóbal Colón (1451-1506) deberá afrontar para que la Corona españ española ola financ financie ie su traves travesía. ía. La puj pujan anza za del navega navegante nte,, su conven convencim cimie iento nto,, su fanatismo religioso y la idealización permanente de absolutamente todo, junto al fervor patriótico patriótico imperante en España (debido a la reciente expulsión expulsión de los musulmanes de su territorio), harán zarpar al genovés a su travesía. La obra continúa con Conquistadores y Cronistas , un capítulo donde el autor narra las vicisitudes de dos conquistadores: Hernán Cortés (1485-1547) y Bernal Díaz de Castillo (1495?-1583?); y los relatos de dos cronistas: Gonzalo Fernández de Oviedo y Valdés (1478-1557), y López de Gómara (1511-1566). Brading da cuenta de la sorpresa de Cortés y su séquito al ver el palacio de Moctezuma, el asedio de la capital azteca, la detención del monarca en su propio palacio y el nombramiento de Nueva España a las vastas tierras conquistadas; muestra a un Oviedo contradictorio con respecto a los
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derechos y al trato dado a los indígenas, a la vez que deja ver las críticas de Bernal Díaz hacia Gómara por su relato novelesco y triunfalista sobre la conquista. En el capítulo tres, bajo el título de El Profeta Desarmado, el lector conocerá a quien devino en paradigma de la defensa de los derechos indígenas. El fraile Bartolomé de las Casas (1484-1566) es acaso el hombre que logró poner en tela de juicio los derechos que la corona española decía tener sobre el Nuevo Mundo y sus habitantes. Autor de un célebre escrito1 (entre otras obras), no dudó en calificar lisa y llanamente de ladrones y asesinos a los conquistadores mientras que logró, a través de sus informes, promulgar las Nuevas Leyes, pilares de la equidad y la igualdad en América. Las Casas, junto al humanista Juan Ginés de Sepúlveda (1490-1573), son los personajes centrales del cuarto capítulo de la obra: El Gran Debate. Como ya se ha visto, el fraile fue un acérrimo defensor de los indios y a la vez un feroz crítico de la forma en que se llevó a cabo la conquista; por su parte, Sepúlveda justificó los saqueos y masacres ocasionadas por los conquistadores al afirmar que los indígenas eran “esclavos por naturaleza”. En este capítulo, el autor muestra los argumentos de cada uno para imponer sus convicciones. Las personas de Francisco de Vitoria (1486?-1546), un dominico alineado al ideal de Las Casas, y del humanista Palacios Rubios (1450-1524), con quien se identificaba Sepúlveda, también son ejes de este episodio. 2 El Milenio Franciscano ,
tal es el título del quinto capítulo, muestra la figura del
fraile y cronista Toribio de Benavente (1500?-1569), conocido por su nombre náhuatl de Motolinía. Este fue uno de los primeros 12 frailes que llegaron a México en 1524 y tuvo discrepancias con Las Casas: si bien aceptó la reducción de la población indígena, negó que ésta fuera obra de los españoles, sino de los excesos y las crueldades de los ritos aztecas. Jerónimo de Mendieta (1525-1604), aunque discípulo de Motolinía, se identificó más con Las Casa que con su maestro, definiendo a los indios como “niños crecidos” aptos para la cristianización. Pero el más grande sabio franciscano que rescata Brading en este episodio fue Bernardino de Sahagún (1499?-1590); autor de una enorme recensión bilingüe (español/náhuatl) titulada Códice florentino , presidió el nacimiento de la literatura náhuatl interrogando a los señores indios y a la nobleza, y basó gran parte de sus obras en el progreso de la conquista espiritual en México. El Procónsul es
el siguiente capítulo y está centrado en el estadista Francisco de
Toledo (1515-1582). Hombre ambicioso y enérgico, lo que distinguió los 12 años 1
Bartolomé de las Casas, Brevísima relación de la destrucción de las Indias. (1542) Palacios Rubios fue quien aportó y adaptó el “requerimiento” que utilizarían los españoles durante la conquista. 2
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(1569-1581) en que Toledo gobernó Perú, fue la aplicación de medidas fundamentales para reordenar política y socialmente la región. Si bien otorgó ciertos derechos a los indios, no dudó en sofocar violentamente cualquier insurrección que obstaculizara su ideal de imponer un Estado absolutista en el Perú. 3 El mayor logro del gobierno toledano (a nivel económico) fue el resurgimiento de la industria minera al modernizar las formas de extracción y procesamiento de los metales. Aunque se esforzó por transformar al Perú en las más rica posesión de la Corona española, en sus últimos años fue ignorado e incluso denostado por Felipe II (1554-1598). La obra continúa con las andanzas de Guaman Poma de Ayala: El Peregrino de los Andes.
Este narrador indio, semiculto e hispanizado, era nieto de un monarca Inca y
dedicó su vida a descubrir la virtud y los valores naturales de la vida y la sociedad indígena. Huelga decir que se basó para esto en las doctrinas de Las Casas (Brading hace saber que Guaman Poma debe figurar en la historia como su principal discípulo) y se caracterizó no solo por sus célebres dibujos donde denunciaba los excesos de los conquistadores sobre los indígenas, sino también por el sarcasmo y la ironía con que narraba los sucesos y describía a los españoles. 4 El capítulo llamado Triunfos de los Jesuitas , presenta las características de esta orden católica 5 a la vez que marca las diferencias de ésta respecto de otras órdenes (léase franciscanos, dominicos, agustinos, etc.). El autor introduce también la figura de Alonso de Sandoval (1576-1651) y relata la tarea que el jesuita ejerció para ayudar a los infortunados esclavos africanos que llegaban a América; una vez más, Brading compara la tarea de Sandoval con la realizada por Las Casas. Otro protagonista del capítulo es Antonio Ruiz de Montoya (1585-1652), encargado de la evangelización de los indígenas del Paraguay y cuya tarea fue una de las más significativas por llegar a realizar casi al pie de la letra los principios y métodos de conversión pacífica enunciados por Las Casas. Cabe destacar que los jesuitas consiguieron la autorización Real de excluir a otros españoles del territorio de su misión. En Historia y Mitos Imperiales, Brading narra las interpretaciones de distintos personajes (mitógrafos algunos, historiadores otros) sobre el origen de los indígenas y la 3
Llegó a ordenar la devolución de tierras a ciertos grupos indígenas, pero a la vez hizo asesinar y descuartizar a Túpac Amaru, último pretendiente del trono inca. 4 Autor de Nueva corónica y buen gobierno (1614?), la obra consta de 1190 páginas y 496 ilustraciones y por todo el texto corre una preocupación casi obsesiva por la explotación sexual de las indias por los españoles. Realizó una pintura satírica donde mostraba a Pedro de Candia tratando de comer oro. 5 Uno de los propósitos principales de los jesuitas fue convertir y bautizar a los africanos recién llegados, para “asegurar su salvación eterna”.
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historia de las conquistas. Así, el lector conocerá la visión del jesuita José de Acosta (1540-1600), quien arguyó la probabilidad (siempre basándose en la lógica) de que los primeros hombres del Nuevo Mundo hubiesen llegado por tierra desde el Asia nororiental. Por su parte, el dominico Gregorio García (1554-1627) se propuso demostrar que los indios tenían su origen en sucesivas oleadas de colonos llegados de Asia, Europa y del norte de África. 6 El capítulo incluye también las personas de Antonio de Herrera y Tordesillas (1549-1626), nombrado “historiógrafo cronista mayor de las Indias” cuya tarea consistió en demostrar la preocupación de los Reyes Católicos por el bienestar de sus súbditos indios 7; y de Antonio de Solís y Rivadeneyra (1610-1686), poeta y dramaturgo que desplegó su talento literario para celebrar las hazañas de Cortés.8 El décimo capítulo de la obra se titula La Monarquía Católica y los juristas Juan de Solórzano Pereira (1575-1655) y Antonio de León Pinelo (1595-1660) serán los 9
encargados de publicar una colección sistemática de las leyes existentes en América. Brading hace saber que en realidad la obra de los juristas fue una colección de decretos más que un código legal. A su vez se puede notar que Solórzano rescata lo mejor de cada protagonista de la conquista para justificar la autoridad Real sobre “El Reino de las Indias”.10 Aunque se lo consideró heredero de Toledo, llegó a figurar dentro del patriotismo criollo como gran defensor de los derechos políticos de los españoles de América. La primera parte de la gran obra de Brading termina con la presentación de Juan
de Palafox y Mendoza (1600-1659): Un Prelado Tridentino ; tal es el título del onceavo capítulo. Este obispo, visitador y virrey provisional, en contraposición a Solórzano, criticó duramente al sistema colonial español imperante en México mientras que trató de ganarse a la elite criolla. Consideraba fundamental la jerarquización en todos los aspectos de la vida, cuestión que lo llevó a confrontar fuertemente con los jesuitas.
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Desafió los intereses de todo el aparato colonial y definió a la Nueva España como 6
Zárate y Sarmiento de Gamboa habían citado el Timeo de Platón como prueba de la existencia de la Atlántida, sugiriendo que los indios eran los descendientes de sus habitantes; García (ecléctico nato) aceptó como verídico este relato. 7 Antonio de Herrera y Tordesillas, Historia general de los hechos de los castellanos en las islas y tierra firme del mar océano (1601) 8 Antonio de Solís y Rivadeneyra, Historia de la conquista de México (1684) 9 Antonio de León Pinelo, Recopilación de leyes de los reynos de las Indias (1681) 10 Solórzano justifica tanto a Las Casas como a su antagonista Sepúlveda. 11 Estos eran los terratenientes más ricos entre las comunidades religiosas y sus encarnizados enfrentamientos con Palafox harían que el prelado tuviera que renunciar humillado a su cargo en Puebla.
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provincia integral de la Iglesia Tridentina, y reino en ultramar de la monarquía católica universal. La segunda parte del libro se llama: PEREGRINOS EN SU PROPIA TIERRA y Brading muestra a quienes forjaron el patriotismo criollo a través de constantes reclamos y luchas contra el colonialismo español; a la vez que hicieron valer los derechos tanto indígenas como de los descendientes de los conquistadores nacidos en el Nuevo Mundo. En su capítulo XII el autor presenta a Garcilaso de la Vega (1501-1536), Un Humanista Inca,
quien decepcionado por la indiferencia Real hacia su persona en
España, logró su ansiado reconocimiento al convertirse en un gran literato reivindicador de la cultura Inca. Cabe mencionar que fue influyente y partícipe de la desaprobación que sufrió Toledo por parte de la Corona, mientras que entre sus escritos se destaca La Florida del Inca
(1605).
La obra continúa con la presentación del equivalente mexicano del Inca Garcilaso: Fernando de Alva Ixtlilxóchitl (1568-1648); si bien este personaje de nombre casi impronunciable indaga en la historia antigua de México, el autor repara más en la figura del principal cronista de su generación: el fray Juan de Torquemada (1557-1624); ambos trataron de rescatar el buen nombre de los indios contra el maltrato y el desprecio; a la vez que celebraron a los conquistadores tanto militares como espirituales. El capítulo XIV está dedicado a Los Patriotas Criollos . En él Brading muestra a quienes comenzaron a rebelarse contra la corona; los criollos descendientes de los conquistadores que vieron relegados sus derechos a los cargos públicos y que exigían, si no perpetuar, al menos una renovación más de todas las encomiendas existentes.
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Se
destacó el fraile Buenaventura de Salinas y Córdova (1592-1653), quien condenó las reformas toledanas y se notó la influencia de Guamán Poma debido al estudio del pasado indígena peruano. En Los Anales de Ofir el autor se adentra en la religión, donde “los milagros y los espíritus eran parte de la experiencia cotidiana”; a principios del siglo XVII Lima fue morada de santos. Así se verá nacer a la santa de mayor importancia que surgió durante el período: Santa Rosa de Lima, reconocida no solo como patrona del Perú, sino de toda América. 12
Durante el decenio de 1590 se revela el surgimiento de una identidad criolla derivada de la angustia, la nostalgia y el resentimiento. La corona hacía prevalecer los derechos de los llegados de España, quienes se enriquecían rápidamente en detrimento de los criollos.
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Continuando con los santos y las beatificaciones, Brading dedica un capítulo entero a la imagen de Nuestra Señora de Guadalupe: El Fénix Mexicano . En él relata el origen milagroso de la imagen de la Virgen María venerada en la ermita de Guadalupe, mientras presenta a diferentes escritores que relataron el culto y la devoción que suscitó. 13 El Paraíso Occidental es
un capítulo donde se conocerá a los más ilustres
personajes de la literatura. Entre ellos se menciona a Carlos de Sigüenza y Góngora (1645-1700), cuyo estilo latinizado de la poesía remite a su pariente lejano español: Luis de Góngora. El autor alude también a Sor Juana Inés de la Cruz (1648-1695); elogiada tanto por su cultura como por su poesía, fue considerada como la última gran figura del ciclo de la literatura española dominada por Góngora y calderón de la Barca. Sor Juana sería con el tiempo fuente de orgullo para todos los patriotas. Al llegar a Eclipse Peruano, aparece el rector y matemático Pedro de Peralta y Barnuevo (1664-1743) lamentándose de la decadencia del Perú. Decía que Potosí había sido “la antonomasia de la riqueza y la hipérbole de la opulencia” y ante el declinar de las minas era necesario más que nunca el mantenimiento de la mita india. Por su parte Bartolomé Arzans de Orsúa y Vela (1676-1736) escribió para condolerse de la ciudad más que para elogiarla: consideraba que Dios había sentenciado a Potosí por sus pecados.14 El ocaso económico de Perú fue acompañado por una andanada de denigraciones por parte de historiadores y filósofos europeos. Sobre ello trata el capítulo XIX: Historia y Filosofía . De la mano del científico francés Charles-Marie de la Condamine
(1701-1774), el Nuevo Mundo fue víctima (una vez más) de constantes deshonras y desprestigios. Antonio de Ulloa (1716-1795) y Cornelius de Pauw (1739-1799) también contribuyeron a la humillación de los indígenas desde sendos escritos. 15 El relato mas objetivo sobre la conquista y colonización estuvo a cargo del historiador y filósofo británico William Robertson; mientras que el abate francés Guillermo Thomas Reynal
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Se destacan: Miguel Sánchez, Imagen de la Virgen maría, Madre de Dios de Guadalupe, milagrosamente aparecida en la ciudad de México (1648, publicación que inauguró una nueva época en la historia religiosa de Nueva España). Carlos de Sigüenza y Góngora, Primavera indiana (1662). 14 Escribió Arzans: “la grandeza de sus riquezas (por Potosí) siempre fueron motivo de las ofensas de Dios y por esto causa de sus calamidades” 15 Afirma Brading que había una continuidad entre los humanistas españoles del siglo XVI (con Oviedo y Sepúlveda a la cabeza) y los filósofos franceses del siglo XVIII.
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hizo una sentida denuncia sobre las atrocidades que los españoles cometieron en el Nuevo Mundo. 16 Desde América no se hicieron esperar las respuestas ante el ataque de los filósofos al nuevo continente. Los Patriotas Jesuitas fueron los encargados de contrarrestar las embestidas de “una moderna secta de filósofos antiamericanos”, tal es la descripción que hace el jesuita ecuatoriano Juan de Velasco. Entre otros, Brading hace foco sobre la figura del jesuita mexicano Francisco Javier Clavijero (1731-1787) quien escribió su obra “para servir del mejor modo posible a mi patria, para restituir a su esplendor la verdad ofuscada por una turba increíble de escritores modernos”. 17 Con este capítulo (el vigésimo de la obra), Brading concluye la segunda parte del ensayo y se inmiscuye en la RECONQUISTA Y REVOLUCIÓN, tal es el título de la tercera y última parte de este completo escrito. A lo largo de este fragmento, el autor aborda a los personajes y los hechos que desencadenaron las sucesivas revoluciones (sobre todo la mexicana) que harían de América un continente independiente de la Corona española. El Nuevo Estado
narra la llegada del visitador José de Gálvez a México en 1767
con órdenes (entre otras) de expulsar a los jesuitas del territorio de la monarquía española, de esta manera nace la insurrección. Comienza una serie de motines y levantamientos encabezados por terratenientes, mineros y la milicia criolla que son brutalmente reprimidos por Gálvez y sus tropas.18 Nuevas medidas fiscales para recaudar más impuestos harán que el cacique José Gabriel Condorcanki Túpac Amaru encabece una de las más grandes rebeliones campesinas, la cual terminará con la ejecución pública del cacique (previa ejecución de su familia) en la gran plaza de Cuzco. La iglesia Erastiana
relata el asalto de los Borbones contra la iglesia y el
sometimiento de ésta al Estado. Entre otras medidas se destaca la orden Real de que todas las propiedades de la Iglesia en la Nueva España fuesen vendidas y los fondos depositados en las arcas de la Corona (1804); el personaje central del capítulo es el jurista Gaspar Melchor de Jovellanos (1743-1811). 16
William Robertson, The History of America (1777). Reynal, A Phylosophical and PoliticalHhistory of the Settlements and trade of the Europeans in the East and West Indies. (1770, 1774, 1781) Respecto a éste, Brading cuenta que “al ponerse a narrar los hechos de la conquista, Reynal sintió que los ojos se le llenaban de lágrimas”. 17 Francisco Javier Clavijero, Historia Antigua de México (1780-1781). 18 Un documento anónimo del Archivo de Indias profetizaba: “Gálvez ha destruido más que edificado… su mano destructora va a preparar la mayor revolución en el Imperio Americano”.
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La obra continúa con la persona de Alexander von Humboldt (1769-1859), Un Viajero Científico
y los relatos que éste hizo sobre sus viajes y travesías por los océanos
como así también una detallada descripción de las sociedades americanas de la época. En la Gran Rebelión , Brading presenta a diferentes exponentes de las gestas revolucionarias, entre ellos se destaca Juan Pablo Viscardo y Guzmán (1748-1798) como el hombre que llama a sus compatriotas criollos a rebelarse contra la Corona española para alcanzar la libertad. Hace mención también al primer europeo que pidió abiertamente la independencia de la América española: el clérigo francés Dominique de Pradt (1759-1837).19 La independencia va tomando forma y en Liberales y Patriotas se muestra la insurgencia mexicana con, entre otros, el cura párroco Miguel Hidalgo y Costilla (17531811) “el generalísimo de América” a la cabeza. En los escritos de José María Morelos y Pavón (1765-1815) se reflejaban los principios de las fuerzas rebeldes. 20 Ya culminando su tarea, Brading le dedica el capítulo El Criollo Insurgente al fray Servando Teresa de Mier (1763-1827), quien en un discurso sugirió la autonomía espiritual de México 21; y continúa con las campañas libertadoras de Simón Bolívar (1783-1830), a quien considera: Un Héroe Americano. Presenta a Domingo Faustino Sarmiento (1811-1888) titulando el capítulo con una alusión a la obra más clásica del sanjuanino: Civilización y Barbarie ; aunque comparte protagonismo con Carlos María Bustamante (1774-1848), revisionista de la revolución mexicana. La obra culmina con el capítulo: El Leviatán Mexicano; en la persona y los escritos de José María Luis Mora (1749-1850), a través de quien Brading define el pensamiento del liberalismo mexicano. La información que el autor brinda sobre los protagonistas, los datos completos sobre todos y cada uno de ellos, junto con las imágenes que acompañan a los capítulos (ya sean mediante dibujos o daguerrotipos) permiten un mejor acercamiento y familiarización con los personajes. Al marcar los años de nacimiento y muerte de cada
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Juan Pablo Viscardo y Guzmán, Carta dirigida a los Españoles americanos por uno de sus compatriotas (1797?). Dominique de Pradt, Las tres edades de las colonias (1801-1802). 20 Cuatro principios fundamentales: “había que expulsar de América a todos los europeos; toda propiedad debía ser de americanos; obedecer en todo a Nuestra Señora de Guadalupe y los sacerdotes debían actuar como lugartenientes de Dios”. 21 Para unir al criollaje contra España, Mier junto con Carlos María de Bustamante propagaron el mito de una nación mexicana que ya existía antes de la conquista, y que después de 300 años de esclavitud estaba a punto de recuperar su libertad.
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uno, permite acompañar la cronología y situar al lector más cómodamente, mientras detalla claramente las ideologías imperantes en cada época. Aunque sigue una correlación con los capítulos, cada episodio es una aventura en sí misma que puede leerse sin un orden preestablecido. A la vez el autor separa los capítulos por partes, con lo que logra no solo una suerte de novela histórica en cada uno, sino que además las últimas partes de cada episodio hacen las veces del epílogo que el escritor obvió en su obra. Las notas al pie de página le otorgan mas fluidez a un texto ya de por sí ameno y fluido . Interesante asociación entre los personajes, desde Colón hasta José María Luis Mora, Brading no pierde nunca el hilo de la historia. Si bien se pueden detectar algunos errores sintácticos , se puede deducir que son producto de la traducción e impresión más que del autor, cuya narrativa se destaca por su lucidez y precisión. La obra incluye a la vez un extenso detalle de la bibliografía utilizada por Brading y un completo índice analítico que permite ubicar fácilmente a cualquier protagonista de la epopeya. El público amante de la literatura en general y los de la historia americana en particular, saldrán satisfechos y complacidos luego de pasear por las páginas de Orbe Indiano.
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