Reseña:
J u egos de sueñ o y otr ot r os r odeos -Jean Pierre Sarrazac
Jonathan Mendoza Cód. 840974 El texto aquí reseñado apareció publicado en el año 2004 con el título original Jeux de
rêves et autres détours. Algunas partes del libro aparecieron previamente en diversas publicaciones: Étude théatrales, La Licorne, Cahiers RITM, Encyclopoedia Universalis, entre otras. En el año 2011 la editorial mexicana Paso de gato lo publicó con el titulo
Juegos de sueño y otros rodeos: Alternativas a la fabula en la dramaturgia, traducido al español por Víctor Viviescas. Jean Pierre Sarrazac nació en 1946 en Francia; es dramaturgo, teórico, director y profesor universitario interesado desde los 70 por el drama y su estudio crítico y teórico. El texto de Sarrazac aparece dividido en nueve capítulos antecedidos por un corto prólogo. Esta división puede redividirse de acuerdo a cuatro ejes temáticos fundamentales: el rodeo como forma dramática alternativa a la concepción aristotélica y hegeliana de la mimesis, crisis de la fábula, el forastero como sujeto épico y por último la incidencia de Strindberg y el expresionismo alemán en tres dramaturgos contemporáneos. Si el arte clásico se define, dice Sarrazac, en el alejamiento del aquí y ahora, por el contrario, el arte modernista establece su lugar de acción en el presente inmediato y su compleja red de relaciones. En este contexto el rodeo aparece como la forma dramática que radica en lo que Sarrazac denomina súper o supra realismo, «un realismo en busca no de realidad sino de verdad» (Sarrazac, pág. 22) una búsqueda heurística que logra ampliar el concepto de realismo al iluminar tiempos y espacios inéditos de la vida. Sarrazac busca dotar esta herramienta de potencial poético y político. Poético en tanto proporciona medios de acerca miento a la forma dramática definida en alejar acercando-acercar alejando. Político en tanto se fija en la relación de las obras con su realidad inmediata. Sarrazac propone dos tipos de rodeo: La parábola y el juego de sueño. En el primero el
rodeo consiste en «dirigirse de un lado a un lado» (Sarrazac, pág. 21) y corresponde con el método formal de Kafka y Brecht. Recordemos que K busca acercarse al castillo y de
cualquier forma, cada esquina así como cada circunstancia lo aleja un poco más de él. «En tanto que el relato de imágenes sigue su camino en una dirección, algo distinto es aludido y puesto en la pura complejidad, casi en la abstracción más completa» (Sarrazac, pág. 21) En el juego de sueño, implementado por Strindberg en Camino de Damasco y Sueño, el
rodeo consiste en la mezcla, en apariencia arbitraria, de elementos a la manera de los sueños. A pesar de que en este punto se pueda atisbar una posible teoría de géneros a partir del rodeo, Sarrazac descubre que las características de éste dificultan el desarrollo de aquel. Las características aparecen así: 1. La dificultad del reconocimiento inmediato por parte del espectador/lector. 2. La multiplicidad de rodeos a lo largo de la dramaturgia del siglo XX. 3. Los rodeos inter-géneros (una obra, como la que Sarrazac cita de Pirandello, que sin ser trágica da un rodeo por lo trágico, con el fin de crear tensiones) 4. La singularidad propia de cada obra 5. Los rodeos son inmensurables, por lo que algunos quedarán innombrados e innombrables. A pesar de las dificultades planteadas, Sarrazac se apoya en una genericidad autoral basada en la hipótesis del reconocimiento de las obras de autor por parte de los espectadores y de otros dramaturgos. La crisis de la fábula que Sarrazac constata en el teatro moderno se da a partir del hecho de que «de la época naturalista a nuestro tiempo presente, el sistema de hechos se deshace» (Sarrazac, pág. 31) Asi pues, en la búsqueda de la nueva función de la fábula, Sarrazac llega a dos formulas que le parecen un atajo: 1. El drama ya no se representa, lo que se representa es un retorno al drama. 2. El drama en la vida sustituye al drama de la vida. La primera formula es constatada en el drama de Pirandello, que evoca el drama objeto a través de su comentario, en un proceso que podríamos llamar de autotelismo ficcional de la obra dramática. El drama de la vida se opone a los limites aristotélicos que proponen una inversión de fortuna del héroe, ya que la vida ordinaria que quiere llevarse al drama está ausente de peripecias no se busca poner en escena un momento en la vida del héroe, sino la experiencia toda de la vida de un hombre. En este drama, la falta trágica de los personajes no está aunada a un acto, dado que incluso ésta categoría de acción entra en crisis en tanto a su concepción hegeliana, sino más bien a un sentimiento de desgracia o culpabilidad por estar en el
mundo.
El drama de la vida tiene dos testigos que Sarrazac asocia, respectivamente, con Brecht y Artaud: el político y el íntimo. El primero alude al drama como proceso (judicial) en el que el teatro exige una reparación de orden social. El segundo es visto como la fábula que se hace pasión como el de Jesucristo, lo que desemboca en lo que Sarrazac denomina el
stationendrama. Un drama presentado en cuadros que reúnen la vida/pasión de un personaje que establece una relación de combate con el mundo en el que se encuentra inscrito. Partiendo del sujeto épico anunciado por Peter Szondi, Sarrazac presenta al lector la figura del forastero como el personaje «significativo, sintomático de la crisis de la forma dramática» (Sarrazac, pág. 49)Este forastero es testigo del drama, así como su causa, ya que es con su arrivo al espacio dramático que las acciones de desencadenan así como las tensiones se hacen manifiestas. Este forastero es llevado a la impersonalidad por Strindberg en Camino de Damasco mediante el personaje llamado Desconocido que es, ya no un hombre, sino el hombre, lo que conlleva una identificación por parte del espectador e igualmente del dramaturgo que pone en escena aquello que de su vida exige ser visto con nueva luz, con la luz del teatro. Las características que Sarrazac constata, pasan a autores dramáticos contemporáneos, de la escritura de Strindberg y el expresionismo alemán son: 1. El drama en estaciones (Pasión) 2. El juego de sueño 3. La agonía dramática (La vida vista desde el momento de la muerte) 4. El combate inter-sujetos. (Drama de corredor que propicia los encuentros plenos de conflicto) 5. El humano es reducido a un estatuto infrahumano o de cosa en tanto que la ciudad es personificada. Estas formas dramáticas son retomadas por dramaturgos como Koltes, Kroetz Y Bond, en lo que Sarrazac intuye, es la búsqueda de la subjetividad «en el corazón mismo del teatro épico» (Sarrazac, pág. 149). Además de ser este retorno una paso del gestus brechtiano, de orden social (gestos y manifestaciones de la colectividad), al
raptus: «impulsión violenta y súbita que puede conducir a un sujeto delirante a cometer un acto grave» (Sarrazac, pág. 149) claramente situado en el orden de lo subjetivo. Esta cercanía a lo subjetivo está en contraposición de epización del drama, lo que lo convierte en una alternativa a la crisis del drama.
El texto entero de Sarrazac es concebido como una respuesta a la crisis del drama, reconocido en la crisis de la fábula así como en la epizacion que amenaza a la forma dramática de desintegración en los elementos épicos. El rodeo es la respuesta, y éste está relacionado con lo que Sarrazac llama la rapsodización del drama: un drama en el que no existe género que se mantenga (teatro, novela, ensayo, cuento etc.) de forma única. No hay sino formas imbricadas, choques, colisiones entre formas heterogéneas. Si buscamos dar cuenta de las búsquedas formales y de contenido por parte de Michel Vinaver, ateniéndonos al orden de la fragmentación de la acción y del personaje en su obra, es claro que Sarrazac entra a iluminar la obra del dramaturgo arriba mencionado. Veamos esto: «No reduzcamos lo “fragmentario” a lo “fragmentado”. El fragmento no es un simple juego de fragmentación — o de segmentación — de la forma dramática y, por consecuencia, de la fábula, sino más bien, en lo que concierne a la cadena de lo simbólico, en lo que acabo de llamar drama de la vida » (Sarrazac, pág. 33) Esto, con el fin de mostrar la pertinencia del texto de Sarrazac para el estudio de los dramaturgos franceses que nos ocupan: Minyana y Lagarce además del ya mentado Vinaver, quienes mantienen vivas las cuestiones dramáticas que Sarrazac alude en su texto: nuevos tratamientos del diálogo, la fabula y la acción en el quehacer dramático, la autonomía etc. Pensándolos y rehaciéndolos en su escritura.
Bibliografía Sarrazac, J. P. (2011). Juegos de sueño y otros rodeos-Alternativas a la fábula. México D.F.: Conaculta.
(4.6) Ensayo que logra sintetizar y agregar una lectura personal. Bien.