1
‘Raza’, ‘Etnia’, ‘Nación’ en Mariátegui: cuestiones abiertas Aníbal Quijano en Roland Forgues Forgues (editor), José Carlos Mariát egui y Europa. La otra cara del descubrimiento , Amauta, Lima, 1992. La formación formación del mundo colonial colonial del capitalismo, capitalismo, dió lugar a una estructura estructura de poder poder cuyos cuyos elementos elementos cruciales cruciales fueron, fueron, sobre sobre todo en su combinación, combinación, una noedad noedad !istórica. "e un lado, la articulación articulación de diersas diersas relaciones relaciones de e#plotación e#plotación y de traba$o % esclaitud, esclaitud, seridumbre, seridumbre, reciprocidad, reciprocidad, salariado, pe&ue'a producción producción mercant mercantil il % en torno torno del capital capital y de su mercad mercado. o. "el "el otro otro lado, lado, la produc producció ción n de nueas nueas identidade identidadess !istóri !istóricas, cas, indio, negro, blanco y mestio, impuestas despu*s como las categor+as bsicas de las relaciones de dominación
2
y como fundamento de una cultura de racismo y etnicismo (1). "e ese modo, modo, el proceso proceso de constitució constitución n de tal estructura estructura de poder poder mundial no consistió consistió solamente solamente en el establecimiento de relaciones sociales materiales nueas. -mplicó tambi*n y en el mismo moimiento, la formación de nueas relaciones sociales intersub$etias. Ambas dimensiones del moimiento !istórico, en sus correspondencias y en sus contradicciones, fueron el fundamento de un nueo tipo de poder colonial y, a largo plao, de una nuea sociedad y de una nuea cultura. l racismo y el etnicismo fueron inicialmente producidos en Am*rica y reproducidos despu*s en el resto del mundo coloniado, como fundamentos de la especificidad especificidad de las relaciones de poder entre uropa y las poblaciones del resto del mundo. "esde !ace /00 a'os, no !an de$ado de ser los componentes bsicos de las relaciones de poder en todo el mundo. #tinguido el colonialismo como sistema pol+tico formal, el poder social est an constitu+do sobre la base de criterios origin ados en la relación colonial. n otros t*rminos, la colonialidad no !a de$ado de ser el carcter central del poder social actual. odas las otras determinaciones y criterios de clasificación social de la población del mundo y su ubicación en las relaciones de poder, desde entonces actan en interrelación con el racismo y el etnicismo,
2
y como fundamento de una cultura de racismo y etnicismo (1). "e ese modo, modo, el proceso proceso de constitució constitución n de tal estructura estructura de poder poder mundial no consistió consistió solamente solamente en el establecimiento de relaciones sociales materiales nueas. -mplicó tambi*n y en el mismo moimiento, la formación de nueas relaciones sociales intersub$etias. Ambas dimensiones del moimiento !istórico, en sus correspondencias y en sus contradicciones, fueron el fundamento de un nueo tipo de poder colonial y, a largo plao, de una nuea sociedad y de una nuea cultura. l racismo y el etnicismo fueron inicialmente producidos en Am*rica y reproducidos despu*s en el resto del mundo coloniado, como fundamentos de la especificidad especificidad de las relaciones de poder entre uropa y las poblaciones del resto del mundo. "esde !ace /00 a'os, no !an de$ado de ser los componentes bsicos de las relaciones de poder en todo el mundo. #tinguido el colonialismo como sistema pol+tico formal, el poder social est an constitu+do sobre la base de criterios origin ados en la relación colonial. n otros t*rminos, la colonialidad no !a de$ado de ser el carcter central del poder social actual. odas las otras determinaciones y criterios de clasificación social de la población del mundo y su ubicación en las relaciones de poder, desde entonces actan en interrelación con el racismo y el etnicismo,
especialmente, aun&ue no sólo, entre europeos y no%europeos (2).
!A" RA#$E" %E !A" N&E'A" #%EN(#%A%E" )#"(*R#$A"+ La producción de a&uellas nueas identidades !istóricas no podr+a ser e#plicada por la naturalea de las relaciones de producción &ue fueron establecidas en Am*rica, ni por las actiidades concretas &ue fueron cumplidas por las gentes &ue fueron inolucradas en las nueas identidades. l !ec!o es &ue *stas se mantuieron cuando sus portadores cambiaron o fueron forados a cambiar de roles y actiidades concretos y mudaron las formas de traba$o y de e#plotación. 3 eso se'ala &ue las diferencias de identidad no depend+an, ni eran el resultado, de la naturalea concreta de las actiidades, ni de los roles sociales espec+ficos. espec+ficos. ampoco ampoco se trata solamente de las diferencias de !ec!o &ue se confrontaron entre los con&uistadores y los encidos (por e$emplo, color de la piel, forma y color del cabello, de los o$os4 o estimentas, instrumentos, ideas y prcticas sociales). sas diferencias !abr+an podido traducirse seguramente, en los t*rminos actuales, en etnicidades y etnicismos4 etnicismos4 pero no necesariam necesariamente ente combinad combinados os con racismo. racismo. "espu*s "espu*s de todo, la dominación dominación colonial !a
producido en todas partes identidades codificadas como *tnicas, originadas en la inposición del dominio de unos grupos sobre otros y en la distribución del poder entre ellos. La e#plicación es otra. 5on la formación de Am*rica se establece una categor+a mental nuea, la idea de raa . "esde el inicio de la con&uista, los encedores inician una discusión !istóricamente fundamental para las posteriores relaciones entre las gentes de este mundo, y en especial entre europeos y no%europeos, sobre si los abor+genes de Am*rica tienen alma o no4 en definitia si tienen o no naturalea !umana. La pronta conclusión decretada desde el 6apado fue &ue son !umanos. 6ero desde entonces, en las relaciones intersub$etias y en las prcticas sociales del poder, &uedó formada, de una parte, la idea de &ue los no%europeos tienen una estructura biológica no solamente diferente de la de los europeos4 sino, sobre todo, perteneciente a un tipo o a un niel inferior. "e otra parte, la idea de &ue las diferencias culturales estn asociadas a tales desigualdades biológicas y &ue no son, por lo tanto, producto de la !istoria de las relaciones entre las gentes y de *stas con el resto del unierso. stas ideas !an configurado profunda y duraderamente todo un comple$o cultural, una matri de ideas, de imgenes, de alores, de actitudes, de prcticas sociales, &ue no cesa de estar implicado en las relaciones entre las gentes, inclusie cuando las relaciones
-
pol+ticas coloniales ya !an sido canceladas. se comple$o es lo &ue conocemos como racismo. 5omo los encedores fueron ad&uiriendo durante la 5olonia la identidad de europeos y blancos, las otras identidades fueron asociadas tambi*n ante todo al color de la piel, negros, indios y mestios. 6ero en esas nueas identidades &uedó fi$ada, igualmente, la idea de su desigualdad, conretamente inferioridad, cultural, si se &uiere *tnica (). sa es la idea &ue comanda y preside, desde el momento inicial de la con&uista, el establecimiento de los roles sociales, inclusie de actiidades, asignados a los no%europeos en Am*rica. 3 es desde a&u+ &ue se transporta y se reproduce como modo espec+fico de las relaciones coloniales entre europeos y no europeos, primero en Asia y Africa, y ms tarde e#tendida a todas las relaciones entre europeos y no%europeos. l colonialismo es un modo de poder de larga antiguedad. n todas partes !a producido etnias y nacionalidades. 3 el etnicismo !a sido, probablemente, un elemento frecuente del colonialismo en todas las *pocas. n algunos casos fu* lleado al e#tremo, se encostró en las relaciones de castas y originó segregaciones brutales, como la de los intocables en la -ndia o la de los bura7umin en el 8apón. 6ero en esos casos la 1
.% An no es intil insistir, en el estado actual del debate, en &ue ninguna de esas identidades y categor+as !istóricas e#ist+a en el mundo antes de 192. :on la
.
discriminación se funda no en distinciones biológicas, sino en la aloriación social y cultural de las actiidades de cada grupo. n la -ndia antigua, tal aloriación parece asociada a las ideas de lo puro y de lo impuro dentro del respectio unierso cultural (). l racismo no parece, pues, !aber e#istido antes de Am*rica y menos, en consecuencia, la peculiar combinación de racismo y etnicismo &ue se desarrolló desde entonces !asta conertirse en un componente central del poder en todo el mundo, la colonialidad, sobre todo entre l o europeo y lo no%europeo. La prolongada duración del mundo colonial del capitalismo, enraió profunda y perdurablemente la idea de las distinciones biológicas y su categor+a resultante, raa, no solamente entre los europeos, sino igualmente entre los coloniados. :obre esa base, la superioridad racial de los europeos fu* admitida como natural entre todos los integrantes del poder. 6or&ue el poder se elaboró tambi*n como una coloniación del imaginario, los dominados no siempre pudieron defenderse con *#ito de ser lleados a mirarse con el o$o del dominador. Respecto de la e#periencia colonial americana, lo &ue !oy suele conocerse con los t*rminos de etnicidad y etnicismo, separado de sus connotaciones estrictamente racistas, probablemente no se registra sino muy pasada la marca de nacimiento de Am*rica y la base misma de la colonialidad del actual poder global.
/
iolencia cotidiana de la con&uista, acompa'ando, en ciertos casos, al asombro del descubrimiento de &ue los indios !ab+an iido en mundos socioculturales desarrollados, inclusie ms sofisticados &ue los &ue !abitaban las pobres y rsticas estepas castellanas anteriores a la con&uista americana. 3 no se trataba solamente de colosales imperios como el inca o el ateca, sino de los comple$os uniersos intersub$etios de sus !abitantes. :in duda fueron principalmente los intelectuales entre los con&uistadores los &ue primero admiten esos rasgos !istóricos de los encidos. Los frailes en primer lugar, &ue se interesan por esa sub$etiidad, la testimonian, la debaten, aun&ue sin de$ar de reprimirla. As+, por muc!o &ue su ideolog+a católica de la 5ontrarreforma le muea a condenar como diabólicas las creencias de los sacerdotes atecas, Fray ;ernardino de :a!agn no lograr siempre ocultar su admiratio asombro por el asto, denso, comple$o y encendido unierso religioso, intelectual, mental, &ue los sacerdotes atecas an desplegando ante *l. l fraile sospec!a, pero no puede, o no &uiere &uis, impedir &ue a tra*s de *l los sacerdotes est*n trasmitiendo para muc!os siglos despu*s el mensa$e de una e#traordinaria cultura. Aila, por su parte, perseguir y reprimir sin tregua ese unierso, como reconocimiento impl+cito de &ue enfrentaba no solamente el desaf+o mayor para la dominación colonial, sino tambi*n la fuente central de la resistencia cultural por
0
encima del tiempo (-). 3 desde temprano, los propios intelectuales de las raas encidas (
o de$a su prisión original, &ue todo el tiempo mienta la diferencia de naturalea entre encedores y encidos, la superioridad biológico?estructural de los primeros y en general de los europeos sobre todos los no europeos, inclu+dos los mestios . 6ero a admitiendo imgenes, inclusie certidumbres, de &ue las diferencias entre europeos y no%europeos son !istóricas, culturales, no de naturalea. Las ideas &ue se cobi$an ba$o las categor+as actuales de etnia, etnicidad !an terminado inadiendo y !abitan a!ora la categor+a de raa (.). "esde entonces ambas imgenes nunca !an de$ado de andar entrelaadas para dirimir la desigualdad de europeos y no%europeos en el poder y !an producido de ese modo lo &ue en nuestros t*rminos de !oy llamamos racismo y etnicismo. 2
. sa distinción entre colonialismo y colonialidad y una discusión ms detenida de estas cuestiones, puede encontrarse en mi te#to sobre 5olonialidad y
n las reas britanoamericanas, el proceso es bien distinto. 5uando los ingleses llegan a >orte Am*rica a comienos del siglo @=--, lo &ue encuentran son naciones entre las poblaciones abor+genes de ese territorio. 3 durante la mayor parte del per+odo colonial establecieron con ellas relaciones inter%naciones, aun&ue no del mismo niel &ue entre las europeas comerciaron con las naciones indias4 !icieron pactos con ellas4 y las !icieron sus aliadas en las guerras inter%europeas (ingleses, franceses y !olandeses) por la !egemon+a en esos territorios. l e#terminio masio de esas poblaciones es posterior a la -ndependencia o Reolución Americana . :in embargo, cuando los negros son incorporados a la nuea sociedad colonial, el tratamiento es bien distinto. s la idea de raa lo &ue all+ cuenta. 3 el racismo ad&uiere all+ una e#trema irulencia. s curioso a ese respecto, notable en erdad, &ue cuando los ingleses colonian Africa ms tarde, lo &ue all+ encuentran son tribus. Lo notable de eso es &ue en esos territorios africanos !abitaban sociedades y organiaciones pol+ticas muc!o ms comple$as y desarrolladas &ue entre los abor+genes de Am*rica del >orte en el siglo @=--. sa nuea categor+a repercutir enseguida sobre las relaciones con los indios norteamericanos. n el siglo @-@, en efecto, los nueos americanos del >orte, no tardarn en llamar tambi*n tribus a las sociedades abor+genes &ue no Bodernidad?Racionalidad. n 6RC ->"-<>A, D 29, Lima 1991.
1
fueron totalmente e#terminadas. La idea de raa terminó reemplaando a la idea de naciones, tambi*n para el trato de los dominantes con los indios, ya no sólo con los negros. "esde entonces, racismo y etnicismo forman , en stados Cnidos, una ideolog+a ms e#pl+cita &ue en las reas latinas de Am*rica y una prctica
11
frecuentemente ms iolenta (/). Los franceses, por su parte, acu'aron el t*rmino etnia, durante su dominación colonial sobre Africa, para dar cuenta de las especificidades y diferencias culturales entre los pueblos africanos 0. Aun&ue el t*rmino indica un esfuero de separar las cuestiones culturales de la cuestión racial, est de todos modos originado ine&u+ocamente en la perspectia cognitia asociada a la colonialidad del poder. n apariencia sire para marcar las diferencias !istórico% culturales entre los no%europeos. 6ero termina siriendo, ante todo, para marcar la desigualdad, la inferioridad, cultural de a&uellos con los europeos.
34%ER 5 $&!(&RA EN AMER#$A !A(#NA+ 6or&u* los iberos son lleados a polemiar tanto tiempo si los indios son bestias o !umanos E. 6or&u* los colonos britanoamericanos al comieno encuentran naciones entre los indios de Am*rica del >orte y reencuentran despu*s la idea de raa para los negros y para los indios E. 6or&u* los franceses acu'an el calificatio de etnias para los pueblos no%europeos E. 6or&u*, finalmente, todos ellos terminan admitiendo, separadas o en sus curiosas
. >o de otro modo puede entenderse la pol*mica entre teólogos y $uristas espa'oles, sobre la naturalea de los indios de Am*rica respecto de los !umanos4
12
combinaciones, la idea de raa y la de etnia, para mane$ar las relaciones entre europeos y no%europeos E. sas preguntas re&uieren an inestigaciones muy e#tensas antes de ser contestadas. 6ero en el caso de los iberos con&uistadores de la futura Am*rica, no parece arbitrario sugerir, en primer t*rmino, &ue se trata de un !ec!o en la cultura de los futuros coloniadores. n segundo lugar, &ue ese !ec!o cultural est ligado originalmente a la e#periencia e ideolog+a religiosas. ercero, &ue la !istoria de Am*rica se'ala, una e ms, la cultura como una de las caras de todo poder, de todo fundamento del poder. Lo &ue diferencia a los iberos de los britanos, en su encuentro con los abor+genes de Am*rica, es &ue cuando los primeros llegan a&u+ un siglo antes &ue los otros, estn apenas saliendo de una larga guerra contra los musulmanes y de la con&uista de las sociedades arbigas del :ur de la 6en+nsula -b*rica (). sa guerra, en su etapa final se procesa ya $unto con las disputas religiosas y pol+ticas &ue en uropa llean a la Reforma y a la 5ontrarreforma. La combinación de ese conflicto intracristiano con el &ue los enfrenta a los musulmanes, probablemente es una de los factores decisios &ue conducen a la e#asperación de la ideolog+a religiosa entre los iberos. "e ese modo, al t*rmino de la guerra con los musulmanes, a&uellos estn listos para ser carne de la caldeada y fero ideolog+a de la sobre si tienen o no alma4 y si, por lo tanto, pueden ser tratados como bestias o tienen &ue ser tratados como gentes, aun&ue por supuesto dominadas. 5uando se
1
5ontrarreforma y de la -n&uisición, una forma y un momento de resistencia a la modernidad?racionalidad emergente. n su libro, la idea del pagano llega a Am*rica deformada !asta no caber, ya no sólo en el reino de los cielos, sino ni si&uiera en el terrestre reino de lo !umano. l encuentro con un pagano tan desconocido y tan distinto como los abor+genes de las islas del 5aribe, semidesnudos o desnudos en el calor del trópico, !abituados a ba'arse arias eces por d+a, e#acerba ese ncleo ideológico !asta el punto de negar a los encidos, ya catalogados como indios, no tan sólo derec!o al reino de los cielos, sino !asta un modesto lugar entre los pecadores 1 Los britanos, en cambio, un siglo despu*s, proceden, precisamente, de la Reforma, elemento clae del matrimonio del poder con la modernidad?racionalidad. 6or eso, es en su libro (la ;iblia de :an 8aime) &ue encuentran los t*rminos apropiados a la relación con otros pueblos, naciones. As+, entre iberos y britanos la categoriación de las gentes de pueblos diferentes no procede, al comieno, de los mismos criterios, por&ue proienen de culturas diferentes. 3 esas diferencias tienen sus principales ra+ces en las diersas ideolog+as religiosas. Fue, no obstante, la comn e#periencia de la coloniación, de la e#plotación y de la dominación, de una parte4 y de otra parte, la formación de la categor+a uropa como centro del mundo del formalia esa idea en la categor+a raa y en el racismo resultante, no se refiere ante todo a las diferencias fenot+picas entre las gentes, color de piel, o$os, cabello,
1
capitalismo colonial, lo &ue ir lleando a ambos grupos de coloniadores % esto es, ya como iberoamericanos y britanoamericanos % a un cauce ideológico comn respecto de las relaciones de poder entre europeos y no%europeos. l proceso de formación del mundo colonial es el conte#to !istórico dentro del cual se a constituyendo y definiendo uropa como categor+a !istórica particular y distinta y como centro !egemónico de ese mundo. s parte del mismo proceso la elaboración de la nuea racionalidad &ue funda la modernidad y se asocia con ella. 6or eso, los europeos y sus descendientes en las colonias tienen el papel central en esa elaboración. Cna de las implicaciones de todo ello, es &ue el nueo modo de producir conocimiento, su perspectia central y sus categor+as espec+ficas, no podr+an ser elaborados independientemente de las e#periencias, ideas, imgenes y prcticas sociales implicadas en la colonialidad del poder. La racionalidad?modernidad euroc*ntrica se establece, por eso, negando a los pueblos coloniados todo lugar y todo papel &ue no sean el de sometimiento, en la producción y desarrollo de la racionalidad. G, como Hegel dir+a, e#presamente (Lecciones de Filosof+a de la Historia), refiri*ndose nada menos &ue a B*#ico y 6er precolombinos, &ue toda apro#imación del sp+ritu implicaba necesariamente la destrucción de las culturas abor+genes de America. etc., etc. 6or&ue eso es real, pero banal. >o tiene relación con las facultades !umanas, inteligencia, etc., etc. La idea de raa se refiere a &ue esas diferencias son
1-
l sp+ritu, pues, resulta un e#clusio priilegio europeo. 6ero, como a!ora puede erse, no !ay nada de sorprendente en eso se trata, desde el comieno y en sus fundamentos, del sp+ritu de la colonialidad. sa ersión peculiar de la racionalidad?modernidad es, en la propia uropa, un producto de la imposición !egemónica del centro y norte europeos sobre el Bediterrneo, y de la derrota de las opciones riales en los propios pa+ses dominantes.
1.
ocurren en la cultura, en las relaciones intersub$etias &ue forman la otra cara del poder, el otro fundamento del poder4 y son igualmente originados y fundados en esa misma dimensión de la e#istencia social. Iue estn, sin duda, todo el tiempo asociados a, e implicados en, las relaciones sociales materiales, ante todo en las formas de e#plotación o relaciones de producción4 &ue se modulan y se condicionan rec+procamente con estas relaciones4 pero no son sus consecuencias, deriaciones, refle$os o superestructuras. 3 no se identifican, ni se fundan, ni se agotan, en ellas (12). Hay un !ec!o en la cultura de Am*rica toda y en la de Am*rica Latina en particular, &ue implica a todo el mundo de !oy en su globalidad y &ue precisa ser reconocido, puesto en cuestión, debatido y eacuado la colonialidad del poder. se es el primer paso en dirección de la democratiación de la sociedad y del estado4 de la reconstitución epistemológica de la modernidad4 de la bs&ueda de una racionalidad alternatia. RAJA, >-A 3 >A5-G>. n la ictoria final de esa ersión euroc*ntrica de la racionalidad?modernidad, el estado%nación fu* el agente central y decisio. La derrota de las opciones riales en la propia uropa no !ubiera ocurrido sin *l. 6or&ue este entre los miembros de una misma especie. La discusión entre los con&uistadores iberos fu* ms le$os estaba en cuestión la misma pertenencia de los indios a la
1/
fenómeno, en su realidad y en su mistificación, est ligado siempre a un proceso de coloniación y de desintegración de unas sociedades y unas culturas por otras. La formación del mundo colonial del capitalismo se caracterió, entre otras cosas, por un doble moimiento de coloniación. n uropa implicó la derrota de unas culturas en faor de otras, cuyos portadores tomaron el control del proceso de formación de los estados%nación. n el resto del mundo, i mplicó la coloniación de sociedades y culturas en faor de a&uellos estados%nación. Ambos fenómenos ocurrieron en el mismo proceso, en el mismo moimiento !istórico. "e otro modo, el carcter del mundo colonial americano, ibero o britano, no !ubiera sido el mismo. -nclusie, dif+cilmente !abr+a sido practicable la coloniación perdurable de las sociedades no%europeas, y para comenar, en Am*rica (1). 6robablemente eso e#plica por&u* la cuestión nacional emerge primero en el mundo colonial americano, en el curso del siglo @=---, por&ue la luc!a contra la dominación pol+tica de uropa, al comieno no se plantea solamente como ruptura y corte de esa dominación, sino tambi*n como descoloniación, esto es, como democratiación de la propia sociedad &ue pugna por la independencia frente al imperio. especie !umana. Gtras ariantes de la idea de raa se refieren a la relación entre las diferencias fenot+picas y culturales entre los miembros de la especie !umana.
10
La independencia de las colonias britanoamericanas es el primer momento de ese proceso. "e all+ su nombre de Reolución Americana. :in embargo, la e#periencia ms radical ocurre y no por casualidad, en Hait+. All+, es la población esclaa y negra, la base misma de la dominación colonial antillana, la &ue destruye $unto con el colonialismo, la propia colonialidad del poder entre blancos y negros y la sociedad esclaista como tal. res fenómenos en el mismo moimiento de la !istoria. Aun&ue destru+do ms tarde por la interención neocolonial de los stados Cnidos, el de Hait+ es el primer momento mundial en &ue se $untan la independencia nacional, la descoloniación del poder social y la reolución social. n el mundo colonial iberoamericano, en cambio, la nica reolución con real potencial descoloniador, pac Amaru, es derrotada. 6or eso la -ndependencia de las colonias iberoamericanas no e&uialió a, no produ$o, un proceso de descoloniación, esto es, de nacionaliación de la sociedad y del estado4 ni un proceso de reolución de las relaciones materiales de e#plotación. n uropa, por su lado, la cuestión nacional, como problema de democratiación de las relaciones de poder, se plantea en el marco del primer proceso radical de reolución social, durante la Reolución Francesa. n ambas partes 6ero ninguna ariante !a de$ado de otorgar a los europeos la posición primada en esa !istoria.
1
del mundo del colonialismo capitalista, la cuestión nacional en ese per+odo sólo tiene sentido real cuando emerge como problema de nacionaliación de la sociedad, el cual consiste en todas partes en un proceso de democratiación ms o menos profunda, ms o menos radical, de la sociedad y de su estado. Lo paradó$ico, desde esta perspectia, es &ue despu*s de la mancipación, la cuestión del estado%nación en Am*rica Latina % esto es, la Am*rica postcolonial % no se pantea realmente en el mismo sentido inicial. "errotados los moimientos sociales descoloniadores desde fines del siglo @=---, el estado%nación es establecido precisamente por los &ue !eredan los priilegios del poder colonial. s decir, como imposición de sus intereses sobre los de todos los dems sectores y, en primer t*rmino, los de indios y negros. n consecuencia, como una mistificación. "e ese modo, el estado%nación en Am*rica Latina no !a de$ado de ser % salo parcialmente en algunos pa+ses %e#presión pol+tica de la colonialidad de la sociedad. 3 no !a de$ado de ser agente de la !egemon+a del eurocentrismo en la cultura latinoamericana. sa peculiar !istoria del problema de la nación y del estado%nación en la Am*rica Latina postcolonial, no podr+a ser e#plicada sino por el predominio, en realidad el pleno dominio, del eurocentrismo entre las etnias?clases
2
dominantes y en los grupos intelectuales desde fines del siglo @=--- y &ue se !ace particularmente irulento durante el siglo @-@. s sólo durante el siglo @@, desde los comienos de la reolución me#icana, &ue el eurocentrismo !a sido puesto en cuestión y gradual y parcialmente a siendo puesto en crisis. La mirada eurocentrista de la realidad social de Am*rica Latina, lleó a los intentos de construir estados% nación segn la e#periencia europea, como !omogeniación *tnica o cultural de una población encerrada en las fronteras de un estado. so planteó inmediatamente el as+ llamado problema ind+gena y aun&ue innominado el problema negro. ;a$o su influencia, se !an lleado a cabo genocidios masios de indios (as+ como en CC), en Argentina, Cruguay y 5!ile. G se !a intentado llear a indios y negros a optar por la modernidad euroc*ntrica por la fuera, no obstante la densidad de sus propias orientaciones culturales, diferenciables sin duda an despu*s de /00 a'os. G se recurre a elar, inclusie a negar, la colonialidad de las relaciones, el racismo, el etnicismo y sus combinaciones. La nación &ue se sigue intentando inentar de ese modo, es una idea &ue en uropa casi llegó a ser posible en ciertos casos (Francia, por e$emplo), por&ue la destrucción de una culturas y etnias en faor de otras, pudo realiarse
.% =*ase acerca de estas cuestiones, de Louis "umont HGBG H-RAR5H-5C:. Le systeme de castes et ses implications.
21
sin producir una colonialidad perdurable del poder, por&ue no interen+a en esos procesos el factor raa (como dir+a
22
Baritegui) (1). l estado%nación pudo llegar a ser inclusie, despu*s de las reoluciones sociales de toda una centuria, un instrumento de democratiación relatia de la sociedad. n Am*rica Latina, en cambio, esa misma +a es imposible si es pensada realmente con autenticidad, mientras no sea erradicada la colonialidad del poder4 o perfectamente transitable si ba$o ese memebrete se trata, como todo parece indicar !asta a!ora, de perpetuar ese poder. 6or esas raones es indispensable abrir a!ora, de nueo, el debate de esas cuestiones. Baritegui puede ofrecer un punto de partida. 5C:-G>: A;-RA:. Cna de las intrigas no resueltas en el debate mariateguiano es su peculiar empleo de las categor+as raa y etnia, de una parte4 y, de la otra, el cordón umbilical &ue liga su noción de raa con sus ideas sobre la cuestión nacional. 5omo es sabido, *l recusó con rotundidad la pertinencia de la categor+a etnia para debatir la problemtica de los indios en Am*rica Latina La t*sis de &ue el problema ind+gena es un problema *tnico no merece si&uiera ser
2
discutida, llega a decir (6unto de =ista Antimperialista. n adelante lo citar* como 6=A). n cambio, no !ace reparo alguno a la categor+a raa, es cierto, pero !ay &ue admitir &ue sobre *sta sus ideas no estn libres de ambiguedad. s temprano an para de$ar estas cuestiones resueltas. sto es, se re&uieren ms estudios espec+ficos acerca de las fuentes intelectuales de 85B en estos asuntos y sobre el moimiento de su propia refle#ión. 6or eso, a&u+ se trata apenas de sugerir ciertas pistas. n primer lugar, antes de 190 la categor+a de etnia an estaba !aciendo su ingreso en la problemtica antropológica, por medio de los franceses, y sobre todo respecto de las poblaciones africanas coloniadas. 6robablemente en la atmósfera intelectual europea de entreguerras, el olor colonialista de la categor+a era muy intenso, puesto &ue era entonces ms patente &ue !oy &ue el t*rmino ser+a para marcar las desigualdades, en t*rminos de inferioridad?superioridad, no tanto las diferencias, culturales, entre coloniados y coloniadores, entre europeos o blancos y africanos o negros. n todo caso, sin duda muc!o ms &ue a!ora. n esa atmósfera intelectual, Baritegui no pod+a de$ar de sentirse le$os de los atractios del concepto de etnia. /
. Fray ;ernardino de :a!agun Historia uea spa'a. Badrid, Aliana ditorial 19KK. 2 ols. "e Francisco de Aila "ioses y
2
n cambio, la idea de raa, no era e#actamente recusada, pero !ab+a llegado a ser en algunos medios intelectuales y pol+ticos europeos de entonces, suficientemente e&u+oca como para admitir, si no una e&uialencia, s+ una ecindad o un parentesco con la idea de ciiliación. sas son, seguramente, las ersiones &ue recoge 85B durante su estad+a europea, sobre todo en el debate del materialismo !istórico centroeuropeo, ya bsicamente incorporado al dominio del eurocentrismo (1-). 6or lo dems, aun&ue el t*rmino estaba en pleno auge en el debate europeo de ese per+odo, an no !ab+a sido apropiado, lo &ue ocurrir+a muy poco despu*s de la muerte de Baritegui, como bandera ideológica de las corrientes pol+ticas ms perersas, como el naismo. n efecto, es en esa l+nea &ue se apoya en 6areto, no obstante la perspectia autoritaria y $erar&uiante de ese autor, contra la idea de la inferioridad racial biológica o natural, en la discusión del problema racial en Am*rica Latina (l 6roblema de las Raas en Am*rica Latina. n adelante lo citar* como 6R). 6ero admite la posible inferioridad !istórica de las raas ind+genas Las raas ind+genas se encuentran en la Am*rica Latina, en un estado clamoroso de atraso y de ingnorancia, por la seridumbre &ue pesa sobre ellas, desde la con&uista espa'ola (6R). Apela a la autoridad de ;u$arin para el mismo propósito lo &ue nos interesa saber es si e#iste una diferencia entre el Hombres de Huaroc!iri. raducciMn de 8ose Baria Arguedas. Lima 19.
2-
niel de cultura de los blancos y de los negros en general. 5iertamente esa diferencia e#iste. Actualmente los blancos son superiores a los otros. 6ero &u* prueba eso E. 6rueba &ue actualmente las raas !an cambiado de lugar. 3 eso contradice la teor+a de las raas (6R). "e otro lado, en referencia a la situación c!ina de ese momento (1929), no titubea en decir &ue la colaboración (de los traba$adores c!inos en la luc!a antimperialista. AI) con la burgues+a c!ina, y an de muc!os elementos feudales, se e#plica por raones de ra a, de ciiliación nacional, &ue entre nosotros no e#isten (6=A). Raa parece ser, pues, en Baritegui una categor+a &ue se refiere simultneamente a las caracter+sticas biológicas y a la !istoria ciiliacional particulares de un grupo !umano . n esos t*rminos puede !ablar de la raa blanca y de las raas ind+genas (6R). n la primera de esas dimensiones del concepto, no admite la idea de inferioridad?superioridad racial. n la segunda, s+. "e !ec!o, en todos los te#tos est impl+cita la admisión de la idea de la raa blanca como la ms aanada. sta es sinónimo de europea, obiamente, ya &ue siempre est colocada en singular. Llega a frasear &ue !ay una ciiliación blanca n el agro feudaliado, la ciiliación blanca no !a creado focos de ida urbana ..(6R).
. La separación y distinción formal entre raa y etnia ingresa muc!o ms tarde, probablemente ya en el siglo @-@. Algunos estudiosos afirman &ue no !ay
2.
n cambio, e#istir+an arias raas ind+genas. :e'ala, e#pl+citamente 6ueblos como el &uec!ua y el ateca, &ue !ab+an llegado a un grado aanado de organiación social, retrogradaron, ba$o el regimen colonial, a la condición de dispersas tribus agr+colas (6R). sa parece ser, &uis, la idea central mariateguiana acerca de la cuestión racial. Raa ser+a una categor+a bsicamente bidimensional. Bienta al mismo tiempo las caracter+sticas f+sicas y el estado de desarrollo ciiliatorio . 3 aun&ue no !ay ninguna indicación acerca de las relaciones entre ambas dimensiones de la categor+a, la ltima de ellas es, ante todo, inculada a las relaciones de producción. 6or eso es &ue puede sostener claramente Llamamos problema ind+gena a la e#plotación feudal de los natios en la gran propiedad agraria. G, en el mismo sentido l problema ind+gena se identifica con el problema de la tierra (6R). mpero la primera dimensión, f+sica o biológica, de la categor+a no carece de importancia. As+, Baritegui afirma, de una parte, &ue la e#plotación de las raas ind+genas permite al imperialismo una mano de obra barata La raa tiene, ante todo, esta importancia en la cuestión del imperialismo, afirma. 3 a'ade en seguida 6ero tiene tambi*n otro rol, &ue impide asimilar el problema de la luc!a por la independencia nacional en los pa+ses de la registro del uso de los tNrminos etnico y etnicidad sino despuNs de la --a.
2/
Am*rica con fuerte porcenta$e de población ind+gena, al mismo problema en el Asia o el Africa. se rol es la diferencia de color los elementos feudales o burgueses, en nuestros pa+ses, sienten por los indios, como por los negros y mulatos, el mismo desprecio &ue los imperial istas blancos. 3 poco ms adelante ntre el se'or o el burgu*s criollo y sus peones de color, no !ay nada en comn (6R). s muc!o menos seguro lo &ue puede ser inferido acerca de su idea de etnia. A eces pareciera !acerla e#actamente e&uialente a lo &ue suele entenderse por raa en su acepción estrictamente biológica. 6ero eso no es ine&u+oco. "ice, por e$emplo, &ue La raa india no fue encida en la guerra de la con&uista, por una raa superior *tnica o cualitatiamente4 pero s+ fue encida por su t*cnica, &ue estaba muy por encima de la t*cnica de los abor+genes (6R). ampoco en la cuestión de raa se puede estar seguro completamente. 6or e$emplo, es arriesgado decir con certea &u* est realmente implicado en el factor raa, t*rminos usados ms de una e en sus te#tos la influencia del factor raa se acusa eidentemente insignificante al lado de la influencia del factor econom+a, dice en un momento, para oponerse a la idea de una superioridad racial del indio y de su presunta misión racial en el siglo @-@ y es dudoso &ue Bariategui !aya inentado el termino Ntnico, &ue usa % como se sabe % antes de 190. 6arece ser &ue fueron los estudiosos franceses
20
renacimiento americano4 y para defender la necesidad de los productos mentales y materiales del capitalismo europeo para un stado socialista. Raa a&u+ parece reducirse, de nueo, a sólo uno de sus elementos, el biológico. "e todos modos, con su reconocida perspicacia, Bariategui logró dos obseraciones cruciales. Cna, &ue el problema ind+gena no podr+a ser resuelto sin la li&uidación del gamonalismo y de la seridumbre. Gtra, &ue las relaciones de poder entre blancos, indios, negros y mestios, no consist+an solamente en las relaciones de e#plotación, ni se originaban en ellas, sino &ue implicaban tambi*n fenómenos de otro carcter y de otro origen, como la idea de raa. se es el sentido necesario de su comparación de las relaciones entre dominantes y dominadores en 5!ina o en el 6er, acerca de la cuestión nacional. LG: 6RG;LBA: ;A:-5G:. :in embargo, a pesar del esfuero mariateguiano a&uellas categor+as no !an de$ado de secretar sus ineitables implicaciones. 6rimero, la disolución de una realidad !eterog*nea y diersa en un discurso !omogeniador. :egundo, el blo&ueo a percibir y poner en cuestión, e#pl+citamente, el !ec!o cultural &ue est implicado en la base misma del poder en Am*rica Latina el comple$o raa%racismo%etnia%etnicismo. sos problemas !acen dif+cil el debate en sus colonias africanas, &uienes acu'an la categor+a de etnia para elaborar las diferencias culturales dentro de una misma raa, la negra. A diferencia de la
2
actual de la colonialidad del poder. n un sentido muy preciso, la nación en Am*rica Latina implicar+a o una radical redefinición de la categor+a, sacarla de su matri euroc*ntrica, aun&ue eso no parece iable actualmente. G una destrucción prcticamente total de la diersidad *tnica o !istórico%cultural, para producir una nuea etnicidad global o una nica nacionaldad, en los t*rminos euroc*ntricos. so leanta algunos problemas bsicos. 1) despu*s de /00 a'os esa !omogeniacón !istórico%cultural no !a ocurrido, no solamente por la resistencia cultural de los dominados, sino en la misma medida por la colonialidad (etnicista?racista) de la perspectia y de la prctica social de los dominadores. As+ se !ace isible, &ue la producción, reproducción o cambio de identidades !istóricas no son el resultado del comportamiento de un agente !istórico aislado, sino parte de la !istoria de las relaciones de poder. La identidad no es un atributo inmanente a los pueblos, grupos o indiiduos. s siempre un modo y un momento de las relaciones entre esas categor+as. 2) >ada sugiere &ue los actuales dominadores, sus asociados en las capas intermedias o an los propios dominados est*n actualmemnte preparados para, o encaminndose !acia, el abandono del comple$o cultural dominación ib*rica &ue en Am*rica disolió las identidades originales en las dudosas identidades coloniales de indios y de negros, el colonialismo ingl*s o
raa%racismo%etnia%etnicismo. ;a$o la crisis cultural en curso, es isible una suerte de re%legitimación e#pl+cta de la domnación racial. n todo caso, un cambio cultural de esa magnitud !istórica no ocurrir+a sin un conflicto de astas proporciones y consecuencias, &ue subirtiera las relaciones intersub$etias del poder y produ$era una mutación de identidades. ) no !ay ninguna raón &ue asegure &ue la descoloniación del poder llear+a necesariamente a la formación de una nación, en lugar del establecimiento de nueas identidades, si se &uiere, nacionales4 ni, por consecuencia, a afirmar los actuales estados%nación4 o a la formación de un estado%nación en lugar de uno plurnacional4 o, por&u* no, de nueos estados%nación4 o candidatos a ello, disputando, ineitablemente con iolencia, espacios de dominación. n primer t*rmino, por&ue la descoloniación del poder social implicar+a el reconocimiento de las diferencias !istóricas, culturales, *tnicas, entre los arios componentes de la población &ue !abita el espacio de los actuales estados%nación. :egundo, por&ue por deba$o de las identidades coloniales es ineitable encontrar identidades !istóricas espec+ficas, diersas, sobre todo entre los indios (por e$emplo, aymaras, guaran+es, mayas, tara!umaras, franc*s en el Africa, no logró % en realidad, no se propuso % lo mismo, sino en una medida limitada a sus necesidades de dominación. ra, por eso, indispensable
1
etc.)4 pero &uis tambi*n, en cierta medida, entre los negros, aun&ue en ese caso !a ocurrido, probablemente, una etnificación relatiamente ms !omog*nea, o &ue tiende en esa dirección, dados el desenraiamiento cultural tan prolongado, y una tan continuada y larga presión !omogeniante de los dominadores. s necesario recordar &ue el problema ind+gena se planteó, precisamente, para discutir y resoler en t*rminos raciales la cuestión nacional. Los liberales argentinos y los c!ilenos se decidieron por el e#terminio de la raa india para tener una población nacionalmente !omog*nea. 6or&ue es obio &ue no se trataba de una !omogeniación cultural, si se tiene en cuenta &ue la migración de eslaos, $ud+os y latinos se promo+a a pesar de sus rec+procas diferencas culturales o *tnicas, por ser todos ellos de raa blanca. sos son e#actamente los mismos problemas &ue se plantearon tambi*n en el spero debate norteamericano durante la con&uista de los territorios me#icanos y tambi*n estuieron implicados en la guerra ciil &ue siguió a esa con&uista. Las categor+as &ue estn en la base de la colonialidad del poder, !an sido mantenidas y reproducidas por los dominadores, precisamente $unto con la del estado%nación. >o osbtante, los sectores urbanos de los grupos dominados e intermediarios, no !an cesado de !acer esfueros para empu$ar la realiación de esa misma idea de introducir una categor+a ad%!oc, etnia, para elaborar esas diferencias. sa categor+a no era, originalmente, menos derogatia &ue la de raa. 6or&ue,
2
estado%nación, sin duda como un modo de lograr alguna democratiación del poder. >o por casualidad, tales esfueros no !an sido e#itosos, o lo !an sido muy parcialmente. 3 an as+, sólo ba$o condiciones reolucionarias. l actual espe$o me#icano es, en este sentido, ms &ue ilustratio. A la !ora de la globaliación del poder mundial, todos esos problemas uelen al primer plano del debate. se nueo debate ya est asediado de riesgos. "e una parte, una re%coloniación de los pueblos en los t*rminos de esa nuea globalidad y de sus controladores. "e otro lado, la producción y reproducción de identidades generadas, precisamente, en a&uel conte#to de poder, y en consecuencia, como !ace /00 a'os, sobre la base de categor+as de ese nueo carcter colonial. odo ello apunta a la necesidad de abrir de nueo estas cuestiones, sacar a lu los or+genes y el carcter de las categor+as &ue an dominan el pensamiento de los pueblos originados en la iolencia de la dominación colonial y, por eso, con problemas de identidad. n tales cuestiones parecen residir, an, las claes de Am*rica Latina.
naturalmente, para entonces los europeos no eran etnias, sino naciones. :on los otros, africanos, asiticos o americanos, &ue son etnias. Lo son, inclusie
actualmente, !abitando los mismos pa+ses &ue las naciones europeas o de ese origen, en los CC o en la propia uropa. 3 en esa perspectia, no !ay duda de
&ue actualmente ocurre un actio proceso de etnificación entre las poblaciones migrantes de Africa, Asia o Am*rica Latina &ue !abitan en uropa o en CC.
-
.
Hay una producción de etnias nueas, en ese sentido. 6or e$emplo, los migrantes latinoamericanos no son etnias en sus pa+ses de origen. :on cubanos,
/
me#icanos, peruanos, saladore'os, etc. 6ero en stados Cnidos son !ispanics o latinamericans respecto de los Oasp dominantes, como lo son los natie
0
americans o los african americans, los neOyoricans, c!icanos, etc.
1
P
. A eso debe su e#plicación, sin duda, la igencia de toda un rea de los estudios y de la ctedra en las uniersidades de los stados Cnidos race and et!nicity.
2
K
.% l t*rmino nació y e#iste impregnado de colonialidad. n rigor es un preciso signo de etnicismo, puesto &ue a ningn antropólogo se le ocurrir+a llamar
etnia a los franceses o a los alemanes. llos son, obiamente, una nación.
-
9
. La noción de recon&uista es puramente m+tica. -mplica la idea de la e#istencia de la categor+a !istórica spa'a antes del siglo =--- d.c., lo &ue obiamente
.
carece de todo sentido. Lo &ue los rabes ocupan y dominan son poblaciones postromnicas. 3 durante oc!o siglos en ese espacio se configura una sociedad
/
comple$a, rica, productia, culta, &ue durante un momento se yergue como el centro del mundo del Bediterrneo de entonces. sa sociedad es la &ue derrotan y
0
con&uistan los se'ores del >orte de la 6en+nsula. llos son dominadores de sociedades se'oriales, rurales, ms bien atrasadas, poco sofisticadas culturalmente,
poco poco prod product uctia ias. s. 6ero 6ero en la la permane permanente nte guerra guerra con con los los rabes rabes musu musulm lmane aness se !an !ec! !ec!o o guerr guerrero eross fuert fuertes es y diestr diestros, os, capace capacess de de dar origen origen no muc! muc!o o desp despu*s u*s a
-
una innoación notable en la tecnolog+a militar de su tiempo, los famosos tercios espa'oles. lla ser decisia en la disputa !egemónica en el resto de uropa y
-1
!ar, por un momento, de los se'ores castellanos, ya enri&uecidos con Am*rica, los due'os de esa !egemon+a. 6ero su atraso cultural puede medirse tambi*n,
-2
probablemente, por el !ec!o de &ue no fueron capaces de dar a sus fabulosos recursos coloniales y a su poder militar, otro destino &ue perseguir, a escala europea
-
esta e, la para entonces ya obsoleta gloria del se'or+o. 5ondenaron a spa'a y pronto a sus e#%colonias, a un largo subdesarrollo.
-
--
10
.% La figura de limpiea de sangre, establecida en la 6enQnsula -bNrica en la guerra contra musulmanes y $udQos, es probablemente el antecedente ms
-.
prM#imo de la idea &ue durante la con&uista de las sociedades aborQgenes de AmNrica se codifica como raa, asQ como de la limpiea Ntnica practicada despuNs
-/
en la Alemania >ai y a!ora en la guerra en la e#%3ugoeslaia. La limpiea de sangre es una figura &ue se origina en la luc!a religiosa, implica curiosamente
-0
&ue las ideas y prcticas religiosas, la cultura, se trasmiten por la sangre. n la idea de raa posterior a la coloniaciMn de los aborQgenes americanos, esa es
-
e#actamente la idea4 esto es, &ue es por deerminaciones raciales &ue los indios, negros y mestios tienen cultura inferior o incapacidad de acceder a las
.
culturas superiores. 6ues eso es, en primer tNrmino, en lo &ue raa consiste la asociaciMn entre biologQa y cultura.
.1
.2
11
. :obre estas cuestiones 5olonialidad y Racionalidad?modernidad, ya citado. 3 Bodernidad, -dentidad y Ctop+a en Am*rica Latina, Lima, :ociedad y
.
6ol+tica, diciones, 19KK.
.
.-
12
.% so es otro modo de decir &ue el poder es un fenómeno multidimensional, una asta familia de categor+as, &ue se constituye en la articulación !istórica de
..
distintas dimensiones de la e#periencia !umana como e#istencia social4 &ue de ese modo, y en esa medida, constituye una totalidad estructurada, presidida por una
./
lógica central o !egemónica, pero todo el tiempo disputada y contradic!a por otras lógicas, diersas entre s+4 subalternas s+, secundarias tambi*n, e !istóricamente
.0
!eterog*neas. >o es un edificio en &ue cada piso es engendrado en y por el anterior.
.
/
1
.% Los estudios acerca de las interdependencias entre los procesos de coloniación de unas sociedades y culturas y la formación de naciones%estados en otras,
/1
no son an muy numerosos, pero la cuestión !a sido aludida ya ms de una e. 6or e$emplo, -mmanuel Sallerstein H BG"R> SGRL" :3:B.
/2
Academic 6ress, 19P. >eO 3or7, C:A. =ol. -.
/
/
1
.% :in duda, una muy eficiente demostración de la actuación del factor raa en la formación de la nacion francesa antes de la :egunda
/-
la actual resistencia de una gran parte de los ciudadanos franceses, a considerar igualmente franceses, esto es, miembros de la nación francesa a los nacidos en
/.
Francia &ue no sean blancos, como ocurre con los !i$os de los migrantes norafricanos. l debate actual sobre esa cuestion ilustra claramente como opera en el
//
mundo de !oy el comple$o cultural racismo?etnicismo.
/0
/
1/
.% n los debates de la socialdemocracia europea acerca de la cuestión nacional y colonial, durante la 6rimera
0
los mas influyentes teóricos y l+deres mostraron una posición racista y etnicista, no obstante su oposición al colonialismo. Taust7y, por e$emplo. Gtros defendieron
01
el colonialismo europeo como faorable a los coloniados. ;ernstein, entre otros. Gtros eran abiertamente colonialistas y racistas, como Hildebrand. Gtras
02
corrientes sosten+an la necesidad de terminar con el colonialismo, pero no precisamente para de$ar a los coloniados libres de optar sus modos de e#istencia, sino
0
para !acer ms lugar a pol+ticas donde la cuestión nacional fuera resuelta en t*rminos europeos. =er a ese respecto Horace "ais >ationalism and :ocialism.