Diseño Gráfico / FADU / 2016 Historia 1 / Catedra Macchi Compliado de resumenes de internet 1er parcial.Descripción completa
Descripción: Diseño Gráfico / FADU / 2016 Historia 1 / Catedra Macchi Compliado de resumenes de internet 1er parcial.
Descripción: PARCIAL 1 PSICOPATOLOGIA
Apuntes Administrativo, 1er parcial
examen de tecnicas de simulacion
Resumen primer parcial geografia economica facultad de ciencias economicas catedra liberaliDescripción completa
Descripción: 1 PARCIAL
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RESUMEN PRIMER PRIMER PARCIAL PARCIAL PSICOPATOLOGÍA BERCHERIÈ – “LOS FUNDAMENTOS FUNDAMENTOS DE LA CLÍNICA” Lo que era la clínica psiquiátrica, buscaba la descripción formal por medio de la observación de las perturbaciones psicopatológicas. Algunos problemas volvieron sospechosa a esta clínica, la cual durante mucho tiempo obstaculizó el desarrollo de mentalidades diferentes. Para que un nuevo marco conceptual sea establecido, es necesaria la acumulación de conceptos nuevos. El desarrollo de la práctica y tería psicanalítica constituye el comienzo de una nueva era. in embargo, el psicoan!lisis est! le"os a#n de poder abarcar el inmenso campo que dominaba la clínica cl!sica. $ue indispensable adquirir una !isi"n #e la clínica en su tiempo y espacio. En el espaci$ su movimiento est! animado por controversias de escuelas, especialmente $rancia % Alemania. En el tie%p, la clínica tiene una historia marcada por rupturas, mutaciones. &omo m'todo consciente de sí mismo y sistem!tico apareció en una fecha precisa y con un autor particular( Pinel.
CAP&' ( PINEL e encuentra en Pinel un espíritu claro y sint'tico, muy dotado para la observación y dinamismo. e vincula con en grupo de ideólogos que representa a $rancia, compartiendo con ellos los principios metodológicos. )erederos de la tra#ici"n n%inalista, consideraban como base la )ser!aci"n e%pírica de los fenómenos. fenómenos . A esos fenómenos, el sabio debe agruparlos y clasificarlos seg#n sus analogías y diferencias* evitando introducir su sub"etividad. Las cate*rías obtenidas recibir!n un nombre, que le dar!n e+istencia en la ciencia. na disciplina en particular sirve de guía a esta investigación+ La ,istria natural -particularmente la obra de ufón/, por eso en la obra de Pinel se encontrar! el m'todo llamado -,ist"ric. en la consideración de la locura. 0e las ideas de &omte, van a llegar a la conclusión de que no se conocer! "am!s verdaderamente lo real -tal como 0ios/, sino que se puede conocer suficientemente lo que se presenta en lo real, como para tener de 'l un conocimiento pragm!ticamente eficaz. Pinel recomienda formarse mediante el estudio de la ,istria natural y las
%ate%áticas, porque una observación simplemente empírica sigue siendo intuitiva* se debe pasar al len*ua/e para adquirir estructura. Así, se ira constituyendo un sa)er$ cada vez m!s preciso pero siempre limitado al campo de los fenómenos.
1
La psiquiatría seguir! con un retraso de medio siglo la evolución de la medicina( Pinel fue de aquellos que constituyeron la clínica m'dica como observación y an!lisis sistem!tico de los 0en"%ens percepti)les de la enfermedad* resultado de ello es su ns*ra0ía. Allí Allí aisló a las grandes g randes clases sint%áticas. Apro+imadamente 12 a3os m!s tarde, ichat plantear! el principio de base del %1t# anát%2clínic( “la lesión local explica el cuadro clínico”. 0e la misma manera, veremos a $alret y su descendencia, conmocionar la clínica de Pinel y de
Esquirol. in embargo, sobre este fundamento pudo realizarse la 4revolución5 de la segunda mitad del siglo 676. Pinel considera la alienaci"n %ental como una en0er%e#a# r*ánica, una perturbación de las funciones intelectuales, es decir, de las funciones superiores del sistema nervioso. Por eso las ubica en la clase de las neurosis “sin inflamación, ni lesión de estructura, y sin fiebre”. in embargo, tanto para la alienación mental como para las otras neurosis, cita numerosas causas lesionales. La alienación mental forma parte de las neurosis cerebrales, las cuales son de dos tipos( abolición de la función 3a0eccines c%atsas4$ perturbación de la función
3!esanias4& Estas #ltimas comprenden la alienación mental, la locura propiamente dicha y algunas tras -en0er%e#a#es %entales. que no hacen del su"eto un alienado en sentido estricto( 8
La ,ipcn#ría+ interpretación permanente e inquieta de las sensaciones viscerales.
8
El sna%)ulis%+ es una locura limitada al período del sue3o. 7ncluye la pesadilla.
8
La ,i#r0)ia+ es decir, la rabia, la cual termina clasificando dentro de las vesanias, a causa de trastornos psíquicos e+citados y depresivos que constata co nstata en la misma.
Es necesario precisar que la alienación mental no forma una clase en la nosografía, se vuelve a encontrar simplemente las 9 especies que constituyen en las vesanias. Ella no es entonces m!s que una categoría. Las representacines %"r)i#as en Pinel se reparten de la siguiente manera( 8
La %anía propiamente dicha, en la que el delirio concierne a todos los ob"etos, estando lesionadas muchas de las 0uncines #el enten#i%ient -percepción, memoria, "uicio, afectividad, imaginación, etc./. se acompa3a de una !i!a a*itaci"n. e distingue una subvariedad, que es la 4manía sin delirio5 o la 4manía razonante5 en las que las funciones del entendimiento est!n intactas.
8
La %elanclía$ en la que el delirio est! limitado a un ob"eto. Las facultades mentales permanecen intactas y el comportamiento es coherente. El estado afectivo puede ser triste o alegre y e+altado.
8
La #e%encia, o abolición del pensamiento -entendido como el "uicio/. Es la inc,erencia en la manifestación de las facultades mentales, desorden y movilidad, e+istencia 4autom!tica5, destrucción de la función de síntesis.
8
El i#itis%, es la supresión m!s o menos completa de la actividad mental, quedando el su"eto reducido a una e5istencia !e*etati!a, con restos espor!dicos de actividad psíquica. Puede ser cong'nita o adquirida.
:
)ay que subrayar el error que esto constituiría para lo que son nuestras entidades actuales. Esto es pura%ente
sint%átic& La nosología de Pinel apunta a crear grandes clases fenom'nicas, de comportamientos. ;osotros pensamos con categorías diferentes, siendo s iendo los peque3os signos los que importan y definen d efinen el fenómeno. Luego va a comenzar un traba"o de separación de las locuras sintom!ticas y de las idiop!ticas que continuar! a trav's de otros autores. Pinel es partidario de una concepción %aterialista psic20isil*ista( la mente es una manifestación del funcionamiento del cerebro y las relaciones de lo físico y de lo moral en el hombre le parecen fundamentales y permanentes. La lcura, se concibe entonces como un desarreglo de las facultades cerebrales y propondr! para ella algunas causas. Las causas no son específicas para los diferentes tipos de locura, e+ceptuando quiz! el idiotismo cong'nito(
'4 Causas 0ísicas, que pueden ser( 2 6irecta%ente cere)rales, como un golpe violento sufrido en la cabeza. 2 Si%páticas, que alcanzan el cerebro como consecuencia de sus lazos con otros órganos del cuerpo, como puede ser una hemorragia. Con estas causas se relacionan las fisiológicas, como el parto, la edad crítica d e las mujeres, y la ebriedad.
74 La ,erencia$ la cual tiene un lugar destacado. 84 Las causas %rales$ que considera las m!s numerosas( 2 Las pasines intensas y fuertemente contrariadas o prolongadas. 2 Ls e5cess de todo tipo, irregularidad en las costumbres y como de vida vicioso. Estas causas son una rúbrica de las causas simpáticas.
Pinel, e+trae la idea de )ipócrates, de que la en0er%e#a# es esencialmente una reacci"n salu#a)le #el
r*anis%, contra la acción de causas que perturban su equilibrio* cuya terminación natural es la cura. El m'dico debe abstenerse de toda intervención que fuera a perturbar el desarrollo del ciclo natural de la enfermedad -es el
-%1t# e5pectante. de )ipócrates/* cuando el organismo haya desarrollado su reacción sobrevendr! crisis, por la cual la enfermedad finalizar!, pro la eliminación de la materia mórbida. En algunos casos, se podr! hacer el uso de %e#ica%ents. La base ser!n las in#icacines terap1uticas limitados y cuidadosamente regladas, en base de la observación del caso individual. En la alienaci"n %ental, la mente alterada puede ser nuevamente conducida a la razón con ayuda de la
instituci"n curati!a. Los contenidos de la mente dependen de las percepciones y de las sensaciones, y modificando 'stas se modifica todo el estado mental. El %e#i a%)iente del alienado "ugar! entonces un papel capital para la cura. Es necesario aislarlo en una institución para retirarlo de sus percepciones habituales y para <
controlar sus condiciones de vida. Allí ser!n sometidos a una #isciplina se!era y paternal, con demostración de cuidado y firmeza. Es necesario conseguir el respeto y la confianza del alienado, por lo cual no se debe utilizar la violencia, ni las cadenas como antes. En ciertos casos se montar!n estrata*e%as -representaciones que realizan el delirio del enfermo/. =ambi'n se necesita la e+istencia de un personal numeroso y bien entrenado, adem!s de espacio que permita aislar las diferentes variedades de alienados. El asilo debe ser al modo del pan"ptic, apuntando a la reforma de las costumbres. En cuanto a la anat%ía patl"*ica de la alienación mental, Pinel rechaza las teorías que dan cuenta de la locura por un da3o material en el cerebro. us autopsias no le demostraron nada constante* si e+istían lesiones podían no tener nada que ver con la locura. 0e acuerdo a esa idea, se proporciona la esperanza de una cura)ili#a# de la locura, apelando que la mente sólo est! afectada en su funcionamiento. &asos especiales son la demencia y el idiotismo, donde el su"eto parece inaccesible a percepciones e+teriores.
CAP '7 ( 9RAEPELIN En 1>>< aparece el C%pen#i #e psiquiatría de ?raepelin. En los primeros momentos, su clasificación sigue siendo de las cl!sicas. 0istingue(
'4 Esta#s #epresi!s+ melancolía simple y delirante. 74 Esta#s crepusculares+ de sue3o patológico -hipnosis, sonambulismo/, hist'ricos y epil'pticos, estupor y '+tasis, y demencia aguda.
patl"*icas #e acnteci%ients reales. na mancha en sus ropas, un agu"ero en su bota, no puede ser banal, sino que deviene un hecho sorprendente. El delirio se alimentar! mucho con los diarios y los anuncios. El enfermo recibe las noticias a trav's de esto, o de otras personas. Las ilusines sensriales son mucho m!s raras. ólo se encontrar!n aisladamente ilusines au#iti!as, en general, una palabra #nica o una frase corta. )ay un trastorno específico que "uega un rol importante( las ilusines #e la
%e%ria. A trav's de ellas, el enfermo #es0i*ura e5periencias #el pasa#. 0e repente, una multitud de peque3as cosas le parecen luminosas, plenas de significación, mientras que antes no le habrían prestado atención. u memoria se agudiza, seg#n 'l, de manera desmesurada. El car!cter com#n de todos los enfermos es la inque)ranta)ili#a#. &ada aparente coincidencia sólo puede hacerse a partir de tal o cual convicción que se instaló un día como inquebrantable. ;o es raro ver aparecer una multitud de que"as hipocondríacas, e+presando el enfermo nerviosismo, debilidad en la digestión. El ,u%r del enfermo est! estrechamente ligado al contenido de su delirio. Por otra parte, las acti!i#a#es y el
c%prta%ient pueden parecer casi inalterados. 0e todas maneras la cn#ucta parece impenetrable. ;o realiza :>
"am!s nada positivo, gasta m!s de lo que sus medios le permiten, se preocupa de cuestiones ociosas, no se queda en ning#n lado mucho tiempo porque supone complots, cambia de traba"o constantemente. Iuchos son capaces de guardar sus luchas y deseos, al punto tal que solamente un iniciado puede darse cuenta de su estado patológico, ya que no resulta evidente. A pesar de esto, se registra una actitu# %isterisa, actos incongruentes. El enfermo formar! una re# #e 0uer
,ere#itaria debe "ugar un rol importante. Adem!s pueden verse como causas la soledad, decepciones, etc. la edad de inicio es entre los :@892 a3os. El #eliri #e querulancia representa una forma particular de los delirios sistematizados. )ay aquí una convicción de un per"uicio real y la necesidad imperiosa de pelear hasta el fin. ;o son capaces de reconocer sus errores y de evaluar la situación. Lo que caracteriza al querulante es su incapacidad de comprender la verdadera "usticia y el acento que pone a sus propios intereses* adem!s se consideran honestos y traba"adores, por eso suelen reclamar increíbles sumas de indemnización por da3os sufridos. El punto de partida est! constituido por el #esarrll #e
una cncepci"n err"nea que arranca en el momento en que tiene lugar el "uicio, que es siempre insuficiente. &ada vez que e+pone algo, invoca numerosos testigos, pero inventados. on tan receptivos a los chismorreos de sus enemigos como inaccesibles a los argumentos m!s contundentes. La
inteli*encia y %e%ria est!n al comienzo intactas. La imposibilidad que encuentra para valer su derecho, conforta al enfermo en su convicción. Pasado un tiempo, los la<s se%il"*ics que e+isten en el interior del delirio comienzan a desmoronarse. e encuentra una irascibilidad superior a la media. 7ncapacidad para refle+ionar. Fodeos inesperados se repiten frecuentemente. El enfermo gusta mucho de llevar consigo e+tractos de sus declaraciones. Est! en un estado de gran tensión. :C
0espu's de un cierto tiempo se instala un #e)ilita%ient psíquic& Los discursos devienen cada vez m!s pobres, monótonos e incoherentes. ;o espera m!s respuesta pero contin#a. 0eviene ap!tico, indiferente. )a perdido la fuerza para defenderse. El #ia*n"stic de este delirio presenta dificultades al comienzo. Para el diagnóstico es importante ante todo la constatación de un sistema de ideas delirantes, la incapacidad de aprender de la e+periencia, la e+tensión de ideas de persecución. Probablemente hay una pre#ispsici"n %"r)i#a ,ere#itaria. &onstató muchas veces la e+istencia de
alc,lis% en ls pa#res. e inicia la enfermedad entre <@89@ a3os. El tratamiento tiene como fin sustraerlos de su entorno por largo tiempo. La estadía en el asilo puede modificar las cosas. Los enfermos soportan mal una estadía muy larga.
a0ecti!i#a#. )ay in#i0erencia, embotamiento, ya no e+perimentan ni una verdadera alegría ni una verdadera tristeza* no e+presan anhelos ni penas. e vuelven cada día m!s insensi)les a ls %als trats crprales(
soportan posiciones incómodas, pinchaduras, sin el menor sufrimiento aparente. ólo la alimentación parece conservar para ellos cierto atractivo, por eso es normal que cuando vayan a visitarlo, ni vean a la visita, sino que se tiren sobre su cartera y coman desaforadamente alguna cosa que encuentran.
Trastrns #e la !lunta# )ay trastornos del c%prta%ient y las accines, en relación con los desordenes de la afectividad. )ay una
#is%inuci"n #e ls i%pulss !luntaris, el cual parece ser el desorden fundamental. Los enfermos han perdido todo deseo de ocuparse o de tener actividades. Pueden aparecer algunos i%pulss a actuar, que en algunos casos, llegan hasta una intensa agitación maníaca* pero 'stos no apuntan a la realización de verdaderos ob"etivos, sino a la e+teriorización desordenada de una tensión interna. e pueden desarrollar comportamientos aberrantes de manera muy violenta y r!pida, a partir del momento en que los impulsos se provocan. -Esto se encuentra en la fase de estupor de la 0P/. Est!n dominados por la )strucci"n #e la !lunta#, cada impulso causado se encuentra aniquilado por una fuerza contraria. Aparece el ne*ati!is%. En este estado es normal que retengan el e+cremento, se queden con los o"os cerrados, eviten las conversaciones. Las influencias e+ternas nada pueden hacer sobre ello, solo impulsos internos pueden quebrantarla. Así es como se instalan toda clase de esteretipias
*estuales y actitudes que caracterizan el cuadro de la catatonia* m!s tarde !er)i*eracines y finalmente %anieris%. En la 0P es muy frecuente la instalación de un aut%atis% #e c%an#, relacionado con la alteración en la voluntad. Los enfermos son dóciles en forma general, sobre todo durante la dementificación avanzada, de modo que llegan a constituir una masa que se somete al empleo del tiempo del asilo, son influenciables. e observan estados de catalepsia y a menudo ecolalia y ecopra+ia. La capaci#a# #e tra)a/ est! alterada. Es necesario estimularlos. Algunos sin embargo son capaces de tomar con mucha meticulosidad una profesión, pero enseguida rechazan si se les proponen nuevas tareas.
Trastrns s%átics e resaltan los ataques. En la mayoría de los casos se trata de síncpes o de cn!ulsines epil1pticas que son aisladas en algunos y m!s frecuentes en otros. Estos ataques son m!s frecuentes en las mu"eres. En la mayoría,
cala%)res y cn!ulsines habían aparecido ya en la infancia. e observan tambi'n par!lisis de tipo hist'rico, afonías, contracturas localizadas, embotamientos s#bitos, etc. hay movimientos anormales incesantes de tipo coreicos -ata+ia atetósica/.
<>
Los re0le/s "ste2ten#inss son e+agerados. Las pupilas est!n dilatadas, en particular en los estados de agitación. )ay un #esr#en )ul)ar. e encuentra tambi'n en algunos casos, trastornos vaso8motores, cianosis, edemas circunscriptos, etc. la secreción salivar parece aumentar. La actividad cardiaca est! sometida a grandes variaciones. La temperatura del cuerpo suele ser ba"a. &on mucha frecuencia hay un aumento difuso del volumen de la tiroides* tambi'n una espesura mi+edematosa de la piel, en particular de la cara. El sueK est! profundamente trastornado, incluso mientras est!n calmos.
CAP : 6ia*n"stic #i0erencial 6EMENCIA PRECO Mrientación, comprensión, memoria quedan
PARLISIS GENERAL Pueden aparecer toda clase de signos catatónicos y la
preservados durante mucho tiempo, mientras que el
declinación del espíritu es m!s r!pida. Los desórdenes
embotamiento y la debilidad del "uicio aparecen m!s
se manifiestan en la comprensión, orientación,
temprano. 7nstalación de un manierismo persistente.
memoria, y atención. na disartria, acompa3ada de trastornos de los refle"os pupilares y de la coordinación de los movimientos, est! del lado de la PG.
6EMENCIA PRECO Presencia de negativismo y de estereotipia, se
AMENTIA La atención y la orientación est!n mucho m!s
muestran m!s bizarros y lun!ticos. El automatismo
comprometidas. on incapaces de resolver problemas
de comando est! mucho menos desarrollado. ;o dan
intelectuales que impliquen secuencias lógicas,
ninguna respuesta, o dan una aberrante* mientras que constantemente pierden el hilo conductor de sus pueden dar una narración coherente. )ay una falta de pensamientos y se dispersan. Pero pueden constatar bien participación afectiva, comprenden pero participan
ante una pregunta #nica. )ay una variabilidad en el
bizarramente. ;o se destacan estados de
humor que se modifica sin razón. Pueden seguir lo que
agotamiento.
pasa a su alrededor aunque no comprendan. )ay un estado de agotamiento
CATATNICOS ;egativismo. E+istencia de respuestas aberrantes a
EPILPTICOS Feticencia ansiosa. Las percepciones y la orientación
preguntas simples. El humor no es tan impulsivo. e
est!n m!s perturbadas. El humor es ansioso o eufórico.
dedican a actos e+travagantes y asociados a
e ve m!s a menudo cometer actos de violencia o fuga,
estereotipias.
INICIO 6E 6EMENCIA PRECO 7nstalación precoz de alucinaciones y de ideas
'ER ACCESO 6EPRESIFO 6E LOCURA M6 En las depresiones circulares nunca faltan la ansiedad y
delirantes debe siempre. El humor es independiente del
una profunda tristeza. Las visitas pueden ocasionar
contenido de sus representaciones delirantes, no
e+plosiones pasionales y casi siempre e"ercen un efecto
participa, no saluda, pero es capaz de tirarse sobre todo
desfavorable. Feticencia ansiosa e inhibición.
lo que le llevan. ;egativismo. =oda tentativa de
E+istencia de un humor alegre, de una atención activa
movilización física topa con una resistencia c'rea. Esta
en medio de un desorden del pensamiento, así como un
resistencia puede formarse repentinamente en
comportamiento bien adaptado, debería distinguirse de
automatismos de comando. e mueve con rapidez. Las
la euforia o la indiferencia del catatónico, cuyas
perturbaciones de la && y las percepciones son m!s
acciones son totalmente desordenadas. La resistencia
profundas, y la memoria y la atención est!n mucho m!s surge desde el momento en que aparece una amenaza, afectadas. Las manifestaciones de la serie catatónica
los miembros que han sido desplazados no vuelven
est!n mucho menos acentuadas. Es así como el
"am!s a su posición anterior. i uno se apro+ima de
negativismo aparente termina por ceder y se limita al
modo amenazante, gritaran. e mueven con lentitud.
mutismo, a un rechazo a responder, a comer.
on menos l#cidos. En el curso de los estados de
Parado"almente, el discurso de los catatónicos est!
e+citación maníaca grave, se encuentra un desorden
mucho m!s a menudo desprovisto de sentido. e
considerable de las percepciones, del pensamiento y la
apegan a ciertas e+presiones, rozando la verbigeración.
orientación. &onservan un mínimo de coherencia.
Asonancias e+tra3as entre ciertas sílabas. La atención
Percibe de manera ine+acta pero cualquier cosa puede
se vuelca muy poco hacia el e+terior, aunque sus
despertar su inter's. El humor es e+altado, alegre o
posibilidades de aprehensión est'n conservadas. En la
col'rico. u imperiosa necesidad de acción tiene una
catatonia el humor es tonto o indiferente. Las
significación* busca en todos lados ocasión para
gesticulaciones no tienen ning#n ob"etivo y se dan en
agitarse. Percepción, pensamiento, orientación mas
un espacio restringido. Los gestos muestran un
afectadas.
marcado manierismo así como actos impulsivos. Afectos, comportamiento, lengua"e m!s alterados.
6EMENCIA PRECO ;umerosas formaciones delirantes, que pueden
PARANOIA Las ideas delirantes se desarrollan de manera muy
confundirse con paranoia. Estos estados evolucionan
progresiva, en el curso de los a3os. e encuentran en
hacia una debilidad de espíritu sin formaciones
:do plano. e presenta al delirio como una e+plicación
delirantes claramente marcadas, o bien hacia una
y una interpretación mórbidas de acontecimientos 92
confusión. e desarrollan a menudo en pocos meses,
reales. )ay co8e+istencia de pensamientos patológicos
paralelamente a un humor triste8ansioso por la
y de pensamientos sanos. El n#cleo del delirio queda
instalación de ilusiones sensoriales. =odo esto se
siempre igual. &onserva un aspecto de su"eto sano,
encuentra en primer plano. Las ideas delirantes
aunque tenga un peque3o deterioro de facultades
desaparecen o son reemplazadas por otras.
mentales. Dam!s presenta signos de catatonia y
&omportamiento e+terior y facultades mentales
conserva el orden de sus actos y pensamientos.
r!pidamente alteradas. Ianifestaciones de estereotipia
Evoluciona siempre de manera uniforme.
y manierismos, incluso desordenes totales del lengua"e, llegando a neologismos. ariaciones del estado mórbido sin motivos.
KRAEPELIN – “PARAFRENIA + CAP, XIII” La mitad de las parafrenias muestran mezclas de #eliris #e persecuci"n y #e e5altaci"n que se desarrollan lenta pero continuamente. Esta enfermedad de Iagnan, probablemente no sea una entidad clínica, deberíamos incluir muchos casos con marcados %anieris%s y nel*is%s y que r!pidamente terminan en #e)ilita%ient %ental$ entre las formas paranoides de la demencia precoz sin vacilación. e distinguen distintas formas
Para0renia siste%ática &aracterizada por el desarrollo e+tremadamente insidioso de un #eliri #e persecuci"n cntinua%ente
pr*resi!, al cual se agregan despu's ideas de e+altación, sin deterioro de la personalidad. El comienzo de la enfermedad consiste en un ca%)i en la cn#ucta que se realiza lentamente. e vuelve gradualmente silencioso, se repliega sobre sí mismo, mantiene conversaciones bizarras, es llamativo, imprevisible, caprichoso, aparece una gran sensibilidad e irritabilidad. e torna e+cesivamente violento, muestra odio y antipatía hacia las personas de su entorno. Las ideas de celos son frecuentes. En cuanto al #eliri #e persecuci"n, el paciente nota que es ob"eto de la atención general. 0ecía una paciente( “en todas partes eo indirectas, insinuaciones, mil cosas $ue no puedo describir”. Gradualmente, la persecución
se torna cada vez m!s evidente, ya no puede encontrar descanso. La gente traba"a en su contra, intentan deshonrarlos, avergonzarlos, seducirlos, llevan a cabo asuntos secretos. e siente inseguro, espiado, hay una conspiración continua.
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•
Alucinacines+ especialmente auditivas. Escucha silbidos, notas falsas, ruidos, comentarios.
Las de otros sentidos "uegan un papel m!s peque3o. El paciente es 4enga3ado con visiones5. La comida tiene un sabor abominable, la casa est! llena de olores raros, tienen sensaciones de tironeos genitales. •
I#eas #e in0luencia+ el'ctricas, magn'ticas, hipnóticas. Puede estar conectado con disestesias
corporales, contracciones. Iuchos afirman influencias sobre la voluntad. Feciben sugestiones. La gente quiere apoderarse de sus pensamientos. •
E5altaci"n+ cuando el delirio de persecución contin#a por a3os, el paciente produce ideas
e+altadas. Al principio pueden mantenerse dentro de ciertos límites. Es muy com#n que reclamen dinero* grandes sumas deberían llegarles, se les ha de"ado una gran herencia. Aparentemente, deducen su conocimiento de las alucinaciones auditivas. En otro grupo de casos, se trata de relaciones eróticas con personas de elevada posición. Mbservan que son saludados por caballeros, algunos se dirigen a 'l como el príncipe, etc. en un peque3o n#mero de casos, estas ideas e+altadas adquieren un contenido religioso. Es un enviado de 0ios, dice palabras de autoridad divina. $recuentemente, estas ideas y las de persecución llegan a tener cierta relación. na perturbación emocional profunda que dura un muy largo tiempo engendra la tendencia a huir de la ine+orable realidad a un mundo de ilusiones placenteras, proceso que significa un cierto debilitamiento de la capacidad psíquica de resistencia. Las ideas e+altadas no aparecen hasta que el paciente ha llegado a prepararse para la lucha sin esperanza contra los poderes hostiles. •
Percepci"n+ nunca est! perturbada. Est!n l#cidos respecto a su medio y a su situación. La
comprensión de la enfermedad est! ausente, aunque parece e+istir un cierto sentimiento mórbido. Al final, la deliberación sana es invariablemente superada por las influencias mórbidas, y el paciente permanece sordo al razonamiento. •
Dalss recuer#s+ la memoria y la retención no muestran en general ning#n desorden, pero se
observan falsos recuerdos delirantes. 7nforman que ya en la "uventud fueron perseguidos, que sus e+periencias ya se hicieron p#blicas, etc. e+periencias delirantes tipo “*acimos dos emperadores el mismo día, cosa difícil no+”, a menudo prueban ser falsos recuerdos. •
u%r+ es al principio ansioso, deprimido, incluso desesperado, pero luego se torna m!s
forzado, hostil, amenazante. &uando las ideas e+altadas aparecen m!s claramente, los pacientes se vuelven m!s auto8conscientes, altaneros, despectivos, evitan relacionarse. 0e vez en cuando pueden ser agradables y accesibles. En sus afirmaciones son h!biles y listos, hacen un relato coherente y razonable. •
Acti!i#a#es+ est!n influenciadas por sus delirios. Iuchos pueden continuar viviendo sin
desórdenes severos, pero al mismo tiempo, su conducta entera muestra muy pronto el cambio mórbido profundo. e encierran en sí mismos y se tornan tristes y taciturnos, caen en toda clase de disputas. Iantienen soliloquios, hacen ruido de noche, son insultantes. Iuchos se defienden contra las voces, se 9:
tapan los oídos o gritan fuerte para taparlas. A menudo se producen ataques repentinos de ansiedad. &ambian frecuentemente de lugar de traba"o y de residencia. •
Aut#e0ensa+ cuando la tensión interna aumenta, los pacientes se ven desamparados y
abandonados a la persecución, y emprenden su autodefensa. Piden cuentas a las personas que los ofendieron, tratan de escapar, insultan. e vuelven perseguidores8perseguidos. Algunos realizan intentos de suicidio para escapar de sus perseguidores. •
Capaci#a# #e tra)a/+ pueden conservarla bastante bien durante mucho tiempo. in embargo,
por la tensión y e+citación internas y continuas, la capacidad para realizar un traba"o fructífero y regular se ve afectada. El cambio frecuente del traba"o por las ideas de persecución tambi'n opera desfavorablemente. •
Curs *eneral #e la en0er%e#a#+ es muy lento, pero progresa bastante continuamente. Est!n
a veces m!s e+citados y ansiosos, y luego de vuelta m!s tranquilos* pero escasamente se trata de la desaparición real de los fenómenos mórbidos. 0espu's de d'cadas, se produce un cambio notorio en la totalidad de la conducta psíquica( debido a sus acciones bizarras o peligrosas deben ser internados en una institución, y sufren por ello. e tornan m!s absurdos y e+traordinarios, se sienten preocupados. La forma de e+presión se torna caprichosa, especialmente en estados de e+citación. A pesar de todo esto, permanecen en general l#cidos acerca de tiempo y espacio, y de su situación* tambi'n racionales en su comportamiento. on capaces de ocuparse de su alrededor, incluso pueden ser amables hacia los e+tra3os que no tienen relación con sus delirios. Parecen interesados, alegres y vivaces. •
6esenlace #e la en0er%e#a#+ es una declinación psíquica con delirios persistentes y tambi'n
alucinaciones sin desorden de volición autónomos, y sin embotamiento emocional. ;o parece haber recuperación, sin embargo, puede ser posible que casos aislados se recuperen. ;o se alcanzan grados elevados de demencia. ;o se produce una real desintegración de la personalidad psíquica. Los afectados son hombres en el 2R, que sólo alcanzan el desarrollo en los a3os m!s maduros. ;o parece que este presente una tara hereditaria severa. La enfermedad es engendrada por causas internas. •
6eli%itaci"n+ es sobre todo la conservación permanente de la personalidad psíquica lo que ha
llevado a separar el grupo aquí descripto de las formas paranoides de la 0P. Esta enfermedad despu's de algunos a3os progresa, aunque muy lentamente y casi nunca lleva a un estado terminal inalterado. En contra, se separan los casos de 0P que tienen un curso muy lento, y que los desórdenes no son raros en los #ltimos períodos de la enfermedad. Es muy difícil decidir al comienzo de la enfermedad si se trata de una 0P o de una parafrenia sistem!tica. La evidencia para la #ltima consiste en la muy tardía aparición de alucinaciones notorias, a pesar de un delirio de persecución ya por muchos a3os. Adem!s hay ausencia de desórdenes de la volición autónomos, conservación del sentido y de la racionalidad en el comportamiento y la acción, coincidiendo con delirios que ya est!n avanzados. e debe diferenciar tambi'n de otros 9<
ataques paranoides. 0e las formas alcohólicas se las distingue por su desarrollo insidioso y curso progresivo, mientras que en las anteriores nos conectamos con una forma de desorden mental aguda, y con el desarrollo de una declinación psíquica marcada. En los ataques alcohólicos las alucinaciones est!n en el primer plano del cuadro clínico desde el principio, en la parafrenia aparecen despu's de a3os. El estado de humor en los bebedores es m!s alegre o indiferente, mucho menos irritable y tenso. Los fenómenos de debilidad psíquica, insensatez de los delirios, incoherencia de la conversación, aparece mucho antes y m!s marcado en nuestros enfermos. En la sífilis, los ataques paranoides tambi'n asumen formas llamativas m!s r!pido que en la parafrenia, igualmente las alucinaciones dominan el cuadro. Los delirios no son tan sistematizados, el humor es m!s cambiante. Los pacientes son m!s accesibles. u estado est! su"eto a fluctuaciones abruptas. Los síntomas de debilidad psíquica en las formas sifilíticas se vuelven notables m!s pronto, así como desórdenes corporales y reacción de Hassermann en la sangre. i se considera el delirio presenil de per"uicio, deber! recordarse el car!cter indefinido e indistinto de los delirios* 'stos no est!n mentalmente elaborados. Los delirios de la parafrenia toman forma lentamente, pero luego persisten con gran estabilidad. •
Trata%ient+ usualmente sufren mucho en reclusión, lo cual los amarga y los provee de nuevo
alimento para sus delirios. 0eben ser cuidados lo m!s libremente posible. e intentar! promover la relación de los pacientes con el mundo e+terior mediante cartas o personalmente. En el trato personal, necesitan una gran paciencia, serenidad y prudencia.
Para0renia e5pansi!a &aracterizada por el desarrollo de una %e*al%anía e5u)erante, con humor predominantemente e+altado y e+citación leve. En la mitad de los casos, la esencia de la megalomanía es erótica. En una segunda serie de casos, las ideas religiosas de e+altación ocupan el 1er plano. Dunto con esto, aparecen toda clase de ideas e+altadas. Por sobre todas las cosas reclaman grandes cantidades de dinero. Mtros casos permanecen siempre "óvenes, dudan acerca de si sus padres son los verdaderos, son de alto lina"e, son hombre y mu"er al mismo tiempo.
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Alucinacines+ aparecen casi siempre bastante pronto. =ienen numerosas visiones, m!s bien parecidas a sue3os. Los contenidos de pensamiento eróticos y religiosos se te"en a partir de im!genes visionarias que son descriptas por los pacientes como sucesos reales, en parte como invenciones.
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I#eas #e persecuci"n+ de la mano de la megalomanía. ;o adquieren una posición de dominio. Los pacientes deben sufrir "uicios, deben ser oprimidos* el peligro amenaza. e los maltrata, se ríen de ellos, se los envenena. 99
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Dalss recuer#s+ durante este desarrollo la percepción, orientación, memoria y retención no est!n esencialmente perturbados. in embargo ocurren falsos recuerdos. Iuchos afirman que ya habían sabido de antemano que ellos irían a la institución, como se veían las cosas ahí, saludan a los pacientes como vie"os amigos.
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u%r+ es auto8conciente, alegre, a menudo no forzado e irresponsable. =ienen inclinación a las bromas y a los chistes, se intercalan momentos en los que est!n irritables, son pretenciosos. En su conducta parecen razonables, agradables, pero caen f!cilmente en e+citación intensa si las personas se ocupan de ellos durante un tiempo largo. Entonces declaman, profetizan, insultan.
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Acti!i#a#es+ est!n a menudo ba"o el dominio de sus delirios. =ratan de acercarse al ob"eto de su amor, escriben cartas, responden avisos. Aparte de tales desvíos, pueden parecer discretos y ocuparse razonablemente. A menudo despliegan un comportamiento meloso.
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Curs psterir+ el cuadro mórbido sólo cambia lentamente. Los pacientes se mantienen en general razonables y l#cidos, pero adhieren firmemente a sus delirios, los cuales se tornan algo m!s absurdos y m!s incoherentes. on locuaces, verborr!gicos, distraídos, y al mismo tiempo vivaces, accesibles. Iuestran humor cambiante. uperficialidad de emociones. ;o parece establecerse demencia profunda, al menos, ninguna desintegración de la personalidad psíquica. En su mayoría las afectadas son mu"eres, entre los <28@2 a3os. ;o se encuentra ninguna tara hereditaria severa.
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6eli%itaci"n+ se distingue de la demencia precoz por el da3o leve a la personalidad psíquica, a pesar de la e+istencia continua de los fenómenos mórbidos, adem!s, por ausencia de todo desorden volitivo autónomo. Las alucinaciones auditivas y las influencias corporales van en un :do plano, detr!s de las alucinaciones visuales, las interpretaciones y los falsos recuerdos. Esto es importante para separarla de la parafrenia sistematizada, a lo que adem!s se le agrega el desarrollo m!s r!pido de la enfermedad y el humor permanentemente e+altado. Por largo tiempo se consideró maníacos a muchos de estos pacientes. u humor alegre y sus estallidos de e+citación son iguales. in embargo aquí se trata solamente de ataques #nicos. Adem!s, despu's de un tiempo es inequívoco el desarrollo de un estado de debilidad psíquica con continuación de los delirios. La e+citación es a menudo muy leve, puede incluso estar ausente, de modo que los pacientes despliegan una alegría irracional y un comportamiento confiado, sin de"arse concertar por sus delirios. El predominio del se+o femenino marcaría diferencias con la locura maníaco8depresiva. Pero tal vez est' mas apro+imada la idea de un componente hist'rico. La frecuencia de e+periencias visionarias, el comportamiento auto8conciente, la ingenuidad, la tendencia a hacerse notar, recuerdan mucho a los hist'ricos. Pero, por el lento desarrollo de la enfermedad en edad avanzada, y la evolución del deterioro psíquico, no podría tratarse de un desorden psíquico hist'rico. 9@
Para0renia cn0a)ulatria e distingue por el papel dominante de los 0alss recuer#s. El comienzo parece ser un ca%)i en la cn#ucta. e tornan callados, reservados, irritables, se aíslan y luego salen con una narración de e+periencias e+traordinarias. e sienten abandonados, perseguidos, robados. Iuchos escuchan voces. A veces la persecución se remonta a la ni3ez.
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Me*al%anía+ desciende de una familia real, es el hi"o de un príncipe. E+ponen con la m!s profunda convicción un enorme n#mero de historias e+traordinarias, ba"o la forma de e+periencias personales. 7nforman cada palabra. Las a menudo repetidas descripciones se fi"an en la mente del paciente de tal modo que las repiten casi con las mismas palabras. Producen continuamente nuevos agregados. La manera en que e+traen conclusiones da cuenta del f!cil desplazamiento de su poder de imaginación. Es llamativa la parte que los pacientes atribuyen a sí mismos en sus falsos recuerdos. Aunque decían que iban a ser asesinados, no tomaban las m!s mínimas medidas de fuga. El contenido no est! limitado siempre a los delirios de persecución y e+altación, sino que est! conectado tambi'n con e+periencias personales remotas y sucesos cotidianos. Adem!s e+isten otros delirios, como por e"emplo, darle veneno, estar rodeado de asesinos.
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Cnciencia+ a pesar de todos sus delirios, permanece sin perturbación. Est!n tranquilos, dan información clara y coherente, se comportan razonablemente. Est!n l#cidos acerca de su medio y de su situación, sin embargo lo que sucede a su alrededor a menudo les parece misterioso.
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u%r+ a pesar de las ideas de persecución es por lo general alegre, e+altado. =emporariamente ansioso e irritable. in muy accesibles, locuaces, incoherentes, hacen "uegos tontos de palabras. 7nventan detalles nuevos, defienden sus ideas con vigor.
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Curs #e la en0er%e#a#+ parece ser progresivo. El crecimiento de los falsos recuerdos sólo constituye un período de la enfermedad relativamente corto, aun cuando las invenciones delirantes son retenidas por un tiempo considerable. En un a3o pueden convertirse en evasivos, los delirios se tornan m!s absurdos, el humor se vuelve irritable, malhumorado, indiferente. e refiere al desarrollo de un deterioro psíquico. Ambos se+os se representan en partes iguales, desde los :2 a los @2 a3os.
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6eli%itaci"n+ el comienzo relativamente temprano y la involución psíquica indicarían una relación con la 0P. in embargo, hay ausencia de influencia corporal y desordenes volitivos, a menos que el hacer muecas y conductas rígidamente rechazantes deban considerarse como tales.
Para0renia 0antástica e trata de un crecimiento florido de #eliris alta%ente e5trar#inaris, desconectados y cambiantes. La 9
enfermedad parece comenzar con malhumor. e vuelve debilitado, apocado, deprimido, silencioso, y a veces piensa en el suicidio.
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I#eas #e persecuci"n+ aparecen gradualmente en la superficie. ;ota que se lo mira, llevan conversaciones maliciosas, se los acosa.
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Alucinacines au#iti!as+ escucha susurros, calumnias malvadas, voces de espíritus. La gente lo persigue. Personas invisibles est!n en la habitación y hablan, desde las almohadas sale la voz del diablo.
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Alucinacines !isuales( "uegan un peque3o papel. en la luz de la corriente el'ctrica, !ngeles.
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6isestesias e in0luencia+ la cenestesia y los delirios de influencia personal ocupan un lugar muy grande. e que"an de dolores y disestesias, se los tortura, se los flagela. En casos aislados, estas sensaciones adquieren formas prodigiosas, quiebran sus huesos, arrancan su hígado. Algo llamativo es que el paciente siente y ve otras personas deslizarse dentro de su cuerpo. =odo su cuerpo est! lleno de personas que no son ellos mismos. A veces las perturbaciones son de naturaleza marcadamente se+ual.
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Dalss recuer#s+ los delirios revisten la forma de falsos recuerdos. A veces, se relacionan con cada idea surgida por casualidad, el paciente e+perimentó cada suceso de la historia. e trata siempre de ideas del momento, repentinas, variadas y cambiantes. Algunas son retenidas por un tiempo, pero la mayoría son reemplazada por creaciones nuevas e igualmente transitorias. 0urante los delirios descriptos pueden ser sensatos, l#cidos, razonables en su comportamiento, sin embargo confunden de un modo alucinatorio lo que los rodea y a las personas,
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u%r+ est! algo e+altado o indiferente, pero a veces algo triste forzado, e inclinado a la violencia. E+ponen sus delirios con fluidez, de un modo confuso y vago, son capaces de dar información acerca de cuestiones remotas claramente. u conducta est! algo afectada y se observan muecas. El habla est! salpicada por giros e+presivos bizarros, pero especialmente por neologismos. on frecuentes los "uegos de palabras, las rimas absurdas y los chistes. Pueden hacerse entender perfectamente. &on el tiempo, las e+presiones de los pacientes se tornan m!s confusas e incone+as. Los neologismos y los raros giros e+presivos prevalecen, el comportamiento se torna bizarro. Las emociones llegan a ser m!s embotadas, con r!pidos estallidos de violencia y de estados e+citación transitoria. Iuchos siguen siendo capaces de traba"ar, otros est!n limitados a discursos verborr!gicos. Predomina el se+o masculino entre los <2892 a3os.
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6eli%itaci"n+ aquí el da3o a la volición por el proceso mórbido queda en un :do plano, si no tenemos en cuenta un manierismo y los desordenes del habla. En general la actividad mental se conserva. Pueden parecer en su conversación confusos pero al mismo tiempo ser vivaces y accesibles.
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Trata%ient+ debe apuntarse al cuidado oportuno de los pacientes, quienes casi siempre necesitan de la vida institucional y la conservación de su capacidad psíquica a trav's de una ocupación adecuada. 9B
MAZZUCA – “TICA( PSICOPATOLOGÍA Y PSICOANÁLISIS” El t'rmino psicpatl*ía tiene un campo de pertinencia( la cuestión de lo normal y lo patológico, la salud y la enfermedad. Estas cuatro nociones conservan un carácter 1tic. )oy son frecuentes las ocasiones en que el avance científico plantea nuevos problemas 'ticos. La definición misma del campo de la psicopatología se establece por criterios morales, se puede destacar el e"emplo de la homose+ualidad. Los diversos modos de aborda"e son aplicables tambi'n a todas las categorías psicopatológicas, ya que por lo menos desde la perspectiva del psicoan!lisis, las neurosis y psicosis son eleccines su)/eti!as, al igual que la homose+ualidad. e puede decir que el neur"tic prefiere enfermar en lugar de decidir. En cuanto a porqu' una forma de neurosis u otra, no se trata de una decisión deliberada ni &&, lo que problematiza el hecho de denominarla 4elección sub"etiva5. Nue la decicisón sea 7&& e ignorada por el su"eto, no lo hace menos responsable de ella. n psicoan!lisis consiste en hacerse responsable del 7&&, esta es la posición 'tica necesaria para la e+periencia. Lacan tiene en cuenta esto tambi'n para la psicsis. i bien el modo de goce es un componente esencial en todas las categorías psicopatológicas, este ocupa un lugar preponderante en la perversión. &omo la 'tica y el derecho apuntan a regular los modos de gozar, en el caso de las perversiones es donde resulta m!s evidente.
La ,isteria y la neursis )sesi!a son abordadas por $reud como formas de neurosis, y se definen esencialmente por la modalidad de sus síntomas y de los mecanismos de formación del mismo. Esto difiere de la concepción psiqui!trica que las consideraba como enfermedades de origen org!nico pero, al delimitarlas como neurosis y definirlas por sus síntomas, mantiene la dimensión de la patología, es decir, las sigue presentando como enfermedades. Lacan es opuesto a $reud en este punto* las distintas categorías son abordadas por el como estructuras sub"etivas, modos de constitución del su"eto que se caracterizan por sus posiciones en relación con el deseo, con el goce. Estas estructuras no implican necesariamente que se haya desencadenado una neurosis. Mtro movimiento se produ"o en el psicoan!lisis en cuanto a la nci"n #e sínt%a. El síntoma era inicialmente el índice de una patología, un trastorno. A medida que se desarrollaba la obra de $reud, fue e+plicando la formación del síntoma a partir del mecanismo de la represión como un retorno -deformado/ y una satisfacción -sustitutiva/ de las representaciones y de los impulsos reprimidos. Así el síntoma asume en el psicoan!lisis una función diferente que en la psiquiatría porque constituye una herramienta para la cura, permitiendo recuperar los elementos 7&& disociados por represión. Este movimiento en torno al síntoma, alcanza su punto m!+imo con Lacan, quien asume la función eminenete de la realización del su"eto. El concepto de síntoma se apro+ima al de sublimación al ser entendido como una forma de invención singular de cada su"eto.
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El caso paradigm!tico es el de los llamados trastrns #epresi!s, que se tratan con psicof!rmacos para suprimirlos. La depresión es un síntoma pero no constituye por sí un retorno de lo reprimido. )ay que diferenciar los síntomas psiconeuróticos de los síntomas actuales que son un efecto directo de ciertas formas de vida. Iuchos psicólogos y psiqui!tras consideran vicioso recurrir re currir a medicamentos, algunos lo han asumido. Algo que resulta esencial en el terapeuta, es que suspensa los "uicios de valor y ciertos ideales. in embargo esa
neutrali#a# no e+iste, ya que siempre la acción terap'utica se sostiene en principios 'ticos. En este sentido, no hay terapeuta indiferente.
L nr%al y l patl"*ic En un traba"o de &anguilhem hay un intento de clasificación de las terías #e la en0er%e#a#. 0istribuye las concepciones en dos vertientes( una #iná%ica -heredada de la medicina griega, entendiendo la enfermedad como la ruptura de un equilibrio/ y otra ntl"*ica -heredada de la cultura egipcia, donde enfermar est! referido al efecto de sustancias da3inas e+tra3as al cuerpo, la curación se relaciona con la e+pulsión/.
La #i!ersi#a# #e las 1ticas e debe a Lacan el propósito de destacar la #i%ensi"n 1tica de la obra freudiana. Lacan se3ala como ideas moralizantes, por e"emplo, la noción de genitalidad, de un amor genital. Antes del intento de $reud por definir el concepto del principi #el placer, había sido formulado como el principio de un sistema 'tico que conocemos como 'tica hedonista -las que ubican el placer como meta/. 0e allí que podamos considerar a la obra freudiana como el intento de traducir en t'rminos científicos el sistema moral de la 1tica ,e#nista. Pero esto el en 1er $reud, ya que el :do se ve obligado a plantear la teoría de un m!s all! del principio del placer* lo que significa que la 'tica que guía la pr!ctica de los psicoanalistas no es hedonista. Esta se muestra insuficiente para regular la e+periencia psicoanalítica. $reud no hubiera podido construir su primera teoría del aparato psíquico si no hubieran pree+istido las 'ticas hedonistas. 7gualmente, su obra no va en el mismo sentido que estas 'ticas, sino en sentido inverso, de allí el m!s all! del principio del placer. En “El malestar en la cultura” podemos ver cómo aunque creamos en el propósito del )ienestar y la 0elici#a#$ sabemos que es alcanzable solo por momentos. El 1ero que denunció la falsa identidad entre el bien y el bienestar en las 'ticas de bienes fue ?ant. l disocia estas dos nociones. La conducta moral tiene como referencia el deber, y 'ste es independiente de la sensibilidad, por lo tanto nada tiene que ver ni con el sentirse bien ni con el malestar. El siste%a #e 1tica Hantiana es un sistema formal que no hace referencia a ning#n ob"eto en particular. Lo que queda como principio m!+imo es lo que llama el -i%perati! cate*"ric.$ el cual tendría como fórmula( 4obra 9C
de tal modo que la m!+ima de tu voluntad pueda valer simult!neamente como principio de una legislación universal5. En esta trayectoria se va a inscribir la fórmula freudiana de la meta de la cura psicoanalítica, el 4suprimir las represiones5. El su"eto debe ubicar el deseo en el lugar del imperativo categórico. &orrelativamente, Lacan define que el origen de la culpa radica en que el su"eto ha cedido su deseo. A su vez, la 'tica del psicoan!lisis se diferencia sistema Jantiano, para lo cual es necesario mencionar otras : 'ticas( el siste%a #e Sa#e y la 1tica utilitarista. La obra de ade puede ser considerada como una refle+ión sobre la conducta moral* Lacan afirma que es necesario considerar simult!neamente 'ste con el sistema Jantiano. ugiere leer a ?ant con la clave del sistema de ade( la perversión del goce es la verdad oculta en el severo sistema Jantiano del deber. &on ade se ubica el goce en el lugar del imperativo, convertir el goce en un deber. Pero gozar es un mal, podríamos decirle, 'tica del mal. El gozador est! al servicio de un ser supremo en maldad. 0e aquí que Lacan defina que el perverso se identifica con el instrumento instrumento del goce del Mtro. En contraposición con el psicoan!lisis 31tica #el #ese4 el sistema sadiano 31tica #el *ce4& Por otra parte, la 'tica utilitarista -heredera de hedonismo/ es la predominante en nuestra cultura, ubicando como principio m!+imo la cuestión del bienestar, pero a escala social( de la mayoría. Es una 'tica que sostiene una
r*ani
La 1tica #el psicanálisis El primer Lacan propone centrar la atención en Edipo, pero en la segunda de las tragedias, E#ip en Clna, la cual se desarrolla entre el momento de enceguecimiento de Edipo y el de su muerto. El acto en que Edipo se arranca los o"os puede describirse tambi'n como la renuncia de 'l a todos los bienes, y entra en la zona en la que va a buscar su deseo. La dignidad y el orgullo de Edipo, dice Lacan, muestran que frente a una aparente renuncia, en realidad no ha renunciado a nada de lo que realmente importa, que es la libertad de preservar en ese deseo que es el suyo, el deseo de saber. Mtro e"emplo es el de Antígona. $reud tiene sus propias fórmulas. na de ellas es la del a#!eni%ient CC #e l ICC como meta del an!lisis. El deseo debe asumirse &&. Mtra, es en relación con el ob"etivo de la cura y con la 'tica, que es anular las
represines. e trata de levantar "ustamente las represiones que apartaron el deseo de la vía de la acción. La renuncia pulsional y la inhibición consecuente de la represión es una cosa distinta de la decisión && del su"eto, $reud dice( despu's de levantada la represión, algunos impulsos son satisfechos y sirven de fuente a la acción mientras que otros, son rechazados por entrar en conflicto con los principios morales. @2
La %eta #e la cura psicanalítica incluye la singularidad del su"eto y no hace referencia a ning#n tipo ideal. La dirección de la cura no progresa hacia el cumplimiento del ideal del yo. )ay algunos pseudo ideales adoptados en el transcurso del movimiento psicoanalítico. no es el del ideal de armonía del amor genital. &ada su"eto debe inventar una solución singular a partir de su síntoma. El camino pasa por la asunción de la castración, y hay que nombrar otro ideal( el de la autonomía. La cura se define contra los efectos de inercia y de repetición del 7&&. El 7&& es lo que permite restituir el sentido a ciertas conductas del su"eto que, sin el curso de esta hipótesis, aparecerían como irracionales. ;o se trata de la recuperación de un sentido, porque el 7&& es sin8sentido. Lacan afirma que la 1tica #el psicanálisis es una 'tica del bien decir. Los dichos del 7&& se inscriben en una serie infinita y un an!lisis apunta a encontrar la ley de esos dichos para que se pueda operar, articulando así el decir y el acto.
tica y psicpatl*ía e refiere a la 'tica de las diferentes estructuras clínicas, se usa el t'rmino patl*ía #e la 1tica& En la per!ersi"n$ dado el lugar preponderante que asume el goce, el perverso transgredí las normas de la moral com#n. in embargo lo 'tico no est! menos presente en la neurosis que representa la posición inversa. El
neur"tic rechaza el goce, sobre todo por su negativa de ponerse al servicio del goce del Mtro. El peligro ante el cual surge la angustia como se3al de alarma, iniciando así la represión, es proveniente de la e+igencia pulsional, la cual busca su satisfacción. 0e este modo el neurótico se caracteriza por sus inhibiciones y problemas en la acción. Esta cobardía moral se modula de distintas formas, seg#n la variedad neurótica. Es m!s marcada en el obsesivo en el que se sostiene en la severidad del superyó que paradó"icamente seme"a una sub"etividad hipermoral. La sub"etividad hist'rica asume una forma de lazo social decisiva en la transmisión del desel. En ambos caos se trata de eludir la realización del deseo y la acción. El goce termina por encontrar su satisfacción en el mismo síntoma neurótico, por lo cual el su"eto se aferra a su sufrimiento. En el per!ers, el deseo se presenta como voluntad de goce, e+periencia que el su"eto busca activamente, y sobre todo, orientado a la producción del goce en el Mtro. Así choca frecuentemente con las normas de la moral y del derecho, involucrando incluso situaciones delictivas. La sub"etividad psic"tica se caracteriza por el rechazo de la represión y por la negativa a admitir un significante amo. En t'rminos de Lacan, por el rechazo del nombre del padre. e ubica asi fuera de la legalidad, declarando a
@1
los psicóticos no responsables, porque no son responsables de sus actos y por ende tampoco del e"ercicio de sus derechos. Los %!i%ients ,%se5uales, ya desde $reud, denunciaron al psicoan!lisis como hostil y adverso a sus propósitos. ste nunca admitió la determinación org!nica de la homose+ualidad. in embargo, puede considerarse que aportó en la fle+ibilización de las normas se+uales y en la moderación de la condena, en especial al se3alar el car!cter perverso de la se+ualidad humana en todas sus formas. Esto est! en relación con la cultura. Lacan se3ala la fuerte incidencia en las formas modernas de neurosis del debilitamiento de la función paterna. &onsidera así el surgimiento del psicoan!lisis como una reacción a esa transformación cultural. Adem!s, propone un psicoan!lisis %ás allá #el E#ip. &onsidera que la impronta edípica constituye un freno para la e+periencia analítica, -tambi'n reconocido por $reud como la roca de la castración/( la envidia del pene en la mu"er y el rechazo de la pasividad en el hombre. En cualquier caso, tanto en el ) como en la I, el se+o femenino es el Mtro se+o. El órgano f!lico, no conduce al ) a la I, sino m!s bien lo separa de ella.
FREUD+ “PUNTUALIZACIONES PSICOANALÍTICAS SOBRE UN CASO DE PARANOIA $CASO SCHREBER%” Cas Sc,re)er '??: 2 Primera enfermedad. Estado de )ipocondría. '??; 2 e recupera. &onvive con su mu"er y no pueden tener hi"os. '?8 2 -Dunio/ e lo nombra presidente del tribunal. −
En el intervalo, tiene algunos sue3os de que la antigua enfermedad reaparece.
−
Estado de 0uermevela( 4Lo lindo que es ser una mu"er sometida al acoplamiento.5
-Mctubre/ Asume el cargo. A fines de octubre surge la segunda enfermedad.
Sínt%as #e la se*un#a en0er%e#a#+ −
7deas hipocondríacas. -0estrucción de diferentes partes del cuerpo/. Es inmortal mientras siga siendo hombre.
−
Fedoblamiento del cerebro.
−
7deas de persecución.
−
7deas delirantes -car!cter mítico y religioso/
−
7nsultaba a las personas por las cuales se sentía perseguido y per"udicado, sobre todo a su medico anterior
$reud se refiere al comienzo de las sociedades, y si hay cone+ión entre las sociedades animales y humanas. 0arKin observa la ,r#a pri%iti!a( con un #nico macho, los hi"os son e+pulsados. Los hermanos se unieron para darse fuerza y poder matar al "efe de la horda, severo y celoso. Luego comieron su cad!ver para identificarse con 'l y que cada uno tuviese un poco de la fuerza del padre. Pero como los hermanos tambi'n amaban al padre vino luego el arrepentimiento, naciendo así el sentimiento de culpa en la humanidad, volvi'ndose el muerto m!s fuerte de lo que había sido en vida. 0esde esta cnciencia #e culpa por el asesinato del padre por parte de los hi"os varones nacieron las #s
pr,i)icines tt1%icas+ a4 N %atarás al ani%al tt1%ic+ no repetir!s el asesinato del padre, porque si otro macho ocupa el lugar del padre entonces hay que matarlo por ser el macho dominante.
)4 Pr,i)ici"n #el incest+ no gozar!s de las mu"eres del clan -ya que era lo que el padre originalmente prohibía/, las mismas se reparten y e+iste una que es prohibida -e+ogamia/. Ambas cosas fundaron la 'tica del hombre, y mientras la primera solo tenía su razón de ser en un simple
senti%ient #e a%)i!alencia -amor y odio hacia el padre/, la segunda tuvo adem!s un valor pr!ctico( la prohibición del incesto impedía que los hermanos se peleen entre sí por las mu"eres de su clan, lo cual implicaba el riesgo de que apareciera nuevamente un padre tirano y celoso entre ellos. El horror al incesto es donde $reud ubica el %it, el asesinato del padre. Los hi"os estaban destinados a la homose+ualidad porque el macho dominante -el padre/ era el gozador universal de todas las mu"eres, entonces los hi"os se unen para asesinarlo. El pasa"e a la cultura implica estas dos prohibiciones que devienen en ta), por lo que e+iste un ne+o entre tte%is% y e5*a%ia&
El )anquete tt1%ic recuerda periódicamente este acontecimiento, e+iste una adoración al tótem y comienza con una repetición del acto donde buscan aseme"arse al tótem, se identifican con 'l. Al com'rselo lo incorporan por la vía del canibalismo.
O)e#iencia retrspecti!a+ no es lo mismo el padre muerto al padre vivo, su deseo 4pesa5 m!s una vez muerto y sigue operando hasta convertir a su deseo en ley. Los hermanos del banquete tot'mico estaban gobernados por la ambivalencia ante el padre, es decir, un rival para sus deseos se+uales, pero tambi'n una admiración. Por tanto, al matarlo, satisfacían su odio pero sobrevenían tambi'n las mociones tiernas, en este sentido vino un
arrepenti%ient que generó la cnciencia #e culpa y el establecimiento de la ley, es decir, 4el muerto se olió aun más fuerte de lo $ue fuera en ida5 en tanto que lo que el padre de la horda primitiva no permitía en vida fue
lo que ellos mismos se prohibieron, a esto $reud llama -)e#iencia cn e0ect retar#a#.$ es decir, desde la culpa se originó la prohibición de los dos deseos reprimidos en el C%ple/ #e E#ip -no matar y no tener relaciones incestuosas/. Estableciendo una diferencia entre estas dos prohibiciones, puesto que una tiene su base @B
en motivos de sentimiento “$ue el padre #abía sido eliminado, y en la realidad ello no tenía remedio” a diferencia de la prohibición del incesto que tenia un fundamento pr!ctico , “si los #ermanos se #abían unido para aasallar al padre, ellos eran riales entre si respecto de las mujeres”.