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Primeros Auxilios Psicológicos en Niños Alejandra Palacios Banchero Violeta Ego-Aguirre Madrid Psicólogas Emergencistas Sociedad Peruana de Psicología en Emergencias y Desastres
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EL ESTRES El estrés lo experimentamos todos. Es la reacción innata a las amenazas y desafíos cotidianos o no cotidianos. El estrés puede deberse a circunstancias tanto internas como externas. El estrés es normal y puede ser útil, pero también perjudicial. El estrés se manifiesta de tres modos:
Fisiológicamente (aumento de la frecuencia cardíaca, dolores de cabeza, náuseas), En la conducta (alteraciones del sueño, irritabilidad, evitación) y En lo cognitivo (dificultades para concentrarse, preocupación, pensamientos negativos).
Podemos representar el estrés como la tensión necesaria de las cuerdas de una guitarra; si están flojas, el sonido será desastroso, si se tensan demasiado se corre el riesgo de reventarlas. El secreto consiste en darles la tensión correcta, esto es, afinarlas de manera que produzcan sonidos melodiosos. (Cornejo, 1993).
TRAUMA Toda aquella herida o lastimadura, lesión que se provoca sobre el organismo o sobre la psiquis de una persona, causando alteraciones del funcionamiento normal.
Causas más frecuentes de traumas en niños
Haber sido testigo de la muerte de padres o parientes cercanos de forma violenta. Haber sido testigo de combates. Haber estado expuesto y ser víctima de violencia, desastres. Haber sufrido heridas físicas, torturas, mutilaciones. Haber sido raptado, secuestrado.
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Haber sufrido hambre, ambientales y de vida
enfermedades
y
malas
condiciones
EL ESTRÉS EN EL NIÑO Para conocer el estrés del niño se debe primero despejar ciertas interrogantes, que servirán para orientarnos en la identificación de las reacciones de estrés y la ayuda que requiere para su recuperación. (Chandler, 1985; Chandler y Maurer, 1996):
¿Qué eventos o estímulos están estresando al niño? Los factores de estrés o estresores que afectan al niño
¿El niño cree que no podrá hacer frente a los estresores?, ¿qué piensa sobre la posibilidad de controlar lo que le sucede? La percepción del niño sobre los factores de estrés o estresores
¿Cómo está funcionando el niño en cada una de las áreas de desenvolvimiento? El impacto del estrés sobre las áreas de funcionamiento del niño: desempeño escolar, relaciones sociales y familiares, salud física. ¿El niño estresado reacciona con comportamientos aleatorios?, ¿Qué tipo de patrón de conducta al estrés está adoptando el niño?) El comportamiento que adopta el niño para ajustarse al estrés.
LOS MECANISMOS DE DEFENSA Son operaciones cognitivas que funcionan como protección para la persona, ante los efectos del estrés y la ansiedad. En este sentido, las defensas son adaptativas, pues permiten a la persona (sea adulto o niño) continuar funcionando en situaciones que le generan estrés o ansiedad (Cramer, 1987). Se activan para mantener el equilibrio psicológico (Cramer y Block, 1998).
Los Mecanismos de Defensas en Niños En niños, los mecanismos defensa más empelados son: La negación La proyección La identificación
Negación “No existe eso” Ante un ambiente estresante el niño niega lo que está sucediendo, tiene una percepción inesperada de optimismo, bondad o gentileza en una situación donde claramente no la hay, niega sentimientos, "no ve" el estímulo amenazante, etc.,
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Proyección “No soy Yo, son Ellos” Es utilizada, por lo común, por los niños en edad escolar y es más madura que la negación. El niño reconoce mejor lo que ocurre fuera de él (la realidad) y dentro de él (sus fantasías); está además, aprendiendo normas sociales que las interioriza y controlan ciertos pensamientos y sentimientos, que en estas edades son considerados inaceptables. La proyección funciona atribuyendo a otro, las características propias que son desagradables o inaceptables. Atribuir la propia agresividad o sentimientos hostiles a otros, la suspicacia, afirmar conocer y saber las necesidades e intensiones de otros, percepción de ser amenazado sin bases objetivas, etc., son indicios del uso de la proyección.
Identificación “No son Ellos, soy YO” Ocurre cuando se toma como propio, ciertas cualidades o características de otras personas o personajes, cuyos efectos mejorarán la propia seguridad y autoestima. Durante la adolescencia, juega un papel importante. La imitación de actividades y características de personajes, la autoestima conseguida a través de la afiliación con otras personas, etc., son expresiones de la identificación.
Diferencia de Género Los varones tienden a orientar más sus reacciones defensivas hacia el exterior (hacia el mundo externo); son más "acting out", descargan sus emociones hacia fuera de sí mismos o culpan a los demás por su propio fracaso. Se espera que expresen sus quejas, agresión y reacciones a la frustración hacia las personas, objetos y la situación externa en general. Las niñas, contrariamente, tienden a orientan sus respuestas hacia el interior (mundo interno) Las niñas, son percibidas con comportamientos que reflejen volcar hacia sí mismas las frustraciones, agresividad o emociones displacenteras; y es más probable también que el fracaso sea atribuido a sí mismas.
PATRONES DE CONDUCTA DE LOS NIÑOS FRENTE AL ESTRES Los niños pueden mostrar ciertos patrones en sus reacciones frente a factores estresantes. Estas reacciones son intentos adaptativos para ajustarse a las demandas del ambiente estresante. Chandler y Maurer (1996).
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Respuesta Dependiente: falta de autconfianza, dificultad para aceptar las críticas, pobre asertividad, poca participación en actividades. Respuesta Reprimida: mucha sensibilidad, fácilmente se molestan o se les hieren sus sentimientos, temerosos ante nuevas situaciones, poca confianza en sí mismos, preocupados innecesariamente. Respuesta Pasivo-Agresiva: frecuentemente en niños de bajo rendimiento académico, tienden a postergar sus deberes; poco cooperativos, despistados; sus notas tienden a bajar. Respuesta Impulsiva: exigente, desafiante, de temperamento explosivo; iniciarán incomodidad o molestia en sus interacciones con otros niños; Por otro lado puede ser muy activos, descuidados en su trabajo escolar.
Moos y Billings (1982)
Aceptación Resignada: aceptar la situación tal como ocurre. Hay un sentimiento de sometimiento al destino o que nada puede hacerse. Descarga Emocional: involucra falta de control de las emociones, dejando que se exterioricen de manera intensa. Desarrollo de Recompensas Alternativas: para compensar la frustración o la pérdida experimentada, recurre a buscar metas sustitutas, creando fuentes alternativas para buscar satisfacción. Implica una conducta autónoma. Evitación cognitiva: se escapa en las fantasías, en el "soñar despierto" y en negar la situación estresante
DESPUES DE UN EVENTO TRAUMÁTICO Los niños están particularmente en riesgo debido a su alta vulnerabilidad, a su falta de entendimiento de lo que sucedió y a su dificultad en comunicar lo que sienten. Sus reacciones son “normales” ante un acontecimiento “anormal”.
Reacción de los Niños frente a los Desastres. Síntomas más comunes: Permanecen inmóviles. Tienen temores. Apego excesivo a los adultos. Falta de deseo de ir a la escuela. Tienen pesadillas. Son irritables. Lloran fácilmente. No tienen apetito, alteraciones en el sueño. Se aíslan de sus compañeros. Tienen problemas estomacales.
Niños y Niñas de 1 a 7 años:
Desamparo y pasividad (desgano, energía baja, no participa en actividades). Miedo generalizado (le teme a todo). Confusión en el proceso del pensamiento. No se concentran. Se “sienten mal” en general.
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No quieren hablar de lo que les pasó. Sueños desagradables, pesadillas, no pueden dormir de corrido, se despiertan en la madrugada. No quieren separarse de los padres o de los adultos que los protegen. Regresan a conductas ya superadas como chuparse el dedo, orinarse en la cama, hablar como cuando eran más chiquitos (balbuceos). Angustia relacionada con no entender que significa la muerte. Fantasías de “componer” a los muertos, esperar el regreso de la persona muerta. Juegos repetitivos acerca del evento traumático. Juegan a que rescatan a sus amiguitos, a que otros se mueren, etc.
Niños y Niñas, de 8 a 11 años:
Sentirse preocupado, responsable y/o culpable por el evento. Sentir miedo de estar solos y del contacto con todo aquello que les recuerde el suceso. Jugar y platicar repetidamente y con exceso de detalles, acerca del evento traumático. Miedo de no poder controlar sus sentimientos (llorar, enojos, miedo, etc.). Problemas para prestar atención y aprender. Alteraciones del sueño (pesadillas de monstruos, no poder dormir, etc.). Preocupación por la seguridad de sí mismos y de otros. Por ejemplo, pensar que algo les va a pasar a sus papás, hermanos, amigos, etc. Cambios inesperados de conducta. Por ejemplo, los niños activos se vuelven pasivos y los pasivos activos. Dolores corporales (cabeza, pecho, estómago, etc.). Preocupación extrema por el proceso de recuperación de sus padres. Evitan molestarlos a ellos con sus propias angustias. Preocupación excesiva por otras víctimas y sus familias. Sentirse preocupado, responsable y/o culpable por el evento. Sentirse inquietos, confundidos y asustados por sus propias acciones ante el dolor y la pérdida. Miedo a fantasmas.
Adolescentes de 12 a 18 años:
Culpa por haber sobrevivido. Desinterés por la vida. Pena, sensación de vulnerabilidad (estar indefenso). Se comportan diferente. Puede aparecer uso delincuencia, conductas sexuales inapropiadas, etc. Conductas autodestructivas. Tendencia a tener accidentes.
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drogas,
o
provocar
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Cambios repentinos en sus relaciones con las personas. Deseos y planes de venganza. Deseos de entrada prematura a la edad adulta. (abandonar la escuela, buscar un trabajo, casarse, tener un hijo, etc.)
TRASTORNO DE ESTRÉS POST TRAUMÁTICO El trastorno de estrés postraumático es una enfermedad real, que puede sufrirse luego de vivir eventos traumáticos como desastres, guerra, violaciones, abusos físicos o accidente grave. Afecta su vida y a la gente que le rodea. Puede causar problemas como:
Flashbacks o la sensación de que el evento está sucediendo nuevamente Dificultad para dormir o pesadillas Sentimiento de soledad Explosiones de ira Sentimientos de preocupación, culpa o tristeza
Se inicia en diferentes momentos, dependiendo de la persona. Los síntomas pueden empezar inmediatamente después del evento traumático y permanecer. Otras personas desarrollan síntomas nuevos y más serios meses o hasta años más tarde. No todos los niños y adolescentes que hayan experimentado eventos traumáticos desarrollarán un Trastorno por Estrés Post Traumático. Para niños y adultos, la respuesta a un evento traumático es subjetivo e individual, y depende de la interacción entre el riesgo y los factores protectores El mecanismo que puede facilitar la transformación de una experiencia traumática a una experiencia traumática con inicio de Trastorno por Estrés Post Traumático son:
Factores relacionados con el niño Edad, género, nivel de desarrollo, organización cognitiva y lingüística, funcionamiento antes del trauma, habilidades de afrontamiento (resiliencia), comorbilidad con otros trastornos (psicopatológicos y neuropsicológicos).
Factores relacionados con la familia y el ambiente social El impacto que el evento/s tiene en la familia y en el ambiente social; los conflictos que pueden ser activados o reactivados en el niño y los padres, y efectos destructivos o no destructivos en el ambiente social.
Factores relacionados al tipo de evento Tipo de experiencia traumática; tiempo, frecuencia y duración del trauma: tipo de lesión y su severidad; trauma impersonal (desastres naturales) versus trauma personal (violencia masiva, tales como ataques terroristas); víctimas versus espectadores del evento:
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presencia y percepción de amenaza a la persona o a otras personas importantes, experiencia de pérdida o destrucción.
La Influencia de la Familia en la Recuperación y la Prevención Después de un Evento Traumático. Los estudios sugieren que la familia es uno de los factores más importantes en el pronóstico de recuperación del desastre, en niños y jóvenes y en la prevención del estrés post traumático. Los síntomas y reacciones de los niños están estrechamente relacionados con la reacción de los padres y cuidadores a los eventos traumáticos y esto se debe a que son muy sensibles a las reacciones de sus padres y cuidadores, en lo relacionado al evento en sí y a los comentarios posteriores. Después de una emergencia o desastre encontramos las siguientes reacciones en niños y en padres y cuidadores:
El niño no habla del evento traumático y sus consecuencias, porque piensa que al hacerlo perturba o molesta a sus padres. Los padres evitan hablar sobe el evento, debido a la angustia que los embarga si habla de ello y limitan sus comentarios como forma de proteger al niño. Los padres o cuidadores pueden no estar conscientes de la necesidad del niño de procesar su experiencia. Los síntomas propios de los padres pueden reducir su capacidad para apoyar a los niños, así como para evitar los recuerdos.
PRIMEROS AUXILIOS PSICOLOGICOS En situaciones de emergencia y desastres, lo importante es buscar el “bienestar psicosocial” de las personas. Este bienestar (psicológico y social) es tan importante como la salud física, debido a su influencia en el equilibrio emocional de las personas, que en los niños representa un factor determinante para su posterior desarrollo como adulto equilibrado. Los primeros auxilios psicológicos ayudan a las personas y en especial a los niños a que busquen su bienestar psicosocial y las condiciones para garantizar una adecuada intervención son:
Restablecer un ambiente de normalidad Identificar a los niños, niñas y adolescentes que demandan mayor atención Apoyar y orientar/educar a los padres Fortalecer el rol de la escuela y los educadores Generar estrategias de trabajo comunitario Organizar grupos de autoayuda con padres y cuidadores
Promover la RESILIENCIA
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La resiliencia es la capacidad humana para hacer frente a las adversidades de la vida, superarlas y salir fortalecido de ellas e incluso transformado. Fomentamos la Resiliencia cuando:
Damos afecto para que el niño sienta que tiene personas a su alrededor en quien creer y en quien confiar: “YO TENGO” Escuchamos con atención y respeto, hacemos ver sus posibilidades y recursos y apoyamos sus iniciativas: “YO SOY” Le brindamos apoyo y seguridad para, resaltando las cualidades positivas de su persona y que se valoren como las personas que son “YO ESTOY” Los animamos a participar en actividades sencillas y de su interés: “YO PUEDO”
Así, el niño y adolescente con una intervención adecuada, podrá decir “estoy bien y seguro de que todo saldrá bien”
La Comunicación en los Primeros Auxilios Psicológicos La comunicación es un elemento fundamental para la recuperación de una población afectada por un evento traumático. Al aplicar los Primeros Auxilios Psicológicos en niños, debemos tener presente que la comunicación es diferente a la que utilizamos con los adultos y demanda de recursos y habilidades diferentes. Los niños se expresan y comunican a través del lenguaje oral, corporal, gestual y también a través del juego. La cultura también tiene una influencia fundamental en su expresión y comunicación. Las habilidades y capacidades que pueden contribuir a establecer una relación positiva con niños y adolescentes son: • • • • •
Sentirse a gusto con niños y adolescentes Tolerar, aceptar y resignificar sus emociones Usar el lenguaje apropiado Entender la situación por la que atraviesan Respetar sus opiniones, puntos de vista y pareceres.
Establecer una buena comunicación con los niños, niñas y adolescentes demanda tener en cuenta los siguientes recursos: • • • • • • • •
Emplear un tono de voz calmado Captar la atención. Escuchar de modo atento Dedicar el tiempo necesario Hacer preguntas abiertas Incentivar la expresión de su propia historia Aceptar sus emociones No dar falsas esperanzas.
OBJETIVOS DE LA INTERVENCIÓN CON NIÑOS
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Reducir, en lo posible, la cantidad de factores de estrés relacionados con el trauma al que están sometidos los niños, durante los días y meses siguientes al evento con el objeto de restablecer su sentido de seguridad y normalidad y restablecer rutinas y actividades importantes, tales como la escuela y el juego, Identificar niños en riesgo, que requieran intervención. Reconocer signos de Trastorno por Estrés Post Traumático u otros problemas de salud mental. Algunos patrones de comportamiento pueden requerir intervención, mientras que otros pueden corregirse por sí mismos . Inmediatamente después del evento, no se debe pedir al niño que repita varias veces su historia, pues esto podría aumentar su nivel de estrés. Apoyar y reforzar las fortalezas y resiliencia ya existente en los niños, con el objeto de ayudarlo en su recuperación. Crear de grupos de apoyo para padres y cuidadores . Esto ayuda a los padres y cuidadores, a que se involucren en la resolución de problemas, intercambien sus preocupaciones y reciban apoyo social del otro y como consecuencia, ayuden en la recuperación de los niños.
ACCIONES PARA AYUDAR A LA RECUPERACIÓN
Restablecer la normalidad, para garantizar la comunicación de los niños y adolescentes, con la comunidad Fortalecer la resiliencia, como factor que activa el restablecimiento de la comunicación entre la niñez y los adolescentes y de estos con la comunidad y organismos de ayuda humanitaria Reinstalar la experiencia en la memoria del niño y prevenir el olvido. Ayudar al niño a que evalúe e interprete la experiencia. Corregir las concepciones erróneas Ayudar al niño a que maneje y regule sus emociones. Proporcionar información sobre estrategias de afrontamiento y facilitar su puesta en acción. Compartir la experiencia fortalece la construcción de recuerdos más coherentes y la integración de la experiencia traumática con otras experiencias pasadas.
EL ROL DEL ADULTO EN LA RECUPERACIÓN DEL NIÑO Los niños reaccionan a los eventos adversos, basándose en la historia de conflictos anteriores y la historia de pequeños traumas previos El factor principal de riesgo para el desarrollo del Trastorno por Estrés Post Traumático, es la inhabilidad del niño para integrar el evento con otros eventos de su vida
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Si el evento es registrado y recordado de forma distorsionada, retornará con recuerdos intrusos, desconectados e inconexos, con la aparición de síntomas post traumáticos La habilidad para poner el evento en palabras, es una condición necesaria para la integración de la psique. En este proceso, padres y cuidadores juegas un rol central. La forma como los padres hablan sobre la experiencia y explican al niño lo que ha pasado, durante y después de la experiencia traumática, afecta el nivel de estrés del niño. El trauma del niño puede reactivar los recuerdos traumáticos en los padres y los recuerdos traumáticos de los padres, puede aumentar la vulnerabilidad del niño. El rol del ambiente que proporciona cuidados, podrá proteger al niño de las consecuencias de eventos traumáticos o exacerbar sus efectos Los padres o cuidadores que hablan al niño sobre la experiencia pasada de una manera narrativa, detallada y coherente, tienen niños capaces de recordar su experiencia con precisión y en detalle: el niño es entonces capaz de representar sus experiencias en una forma coherente. Los niños que no comparten sus experiencias con adultos, proporcionan menos detalles y menos representaciones coherentes de lo que ha pasado. Sus recuerdos son fragmentados y los niños tienen mayor dif icultad en darle sentido al evento e integrarlo con otros eventos de su vida
RECOMENDACIONES PARA PADRES Y CUIDADORES La comunicación del adulto (padres o cuidadores) con el niño y adolescente, es un instrumento valioso de ayuda para un afrontamiento saludable, después un evento traumático. Las siguientes son algunas recomendaciones:
Abrácelos y tóquelos frecuentemente. Forme un escudo de amor alrededor de ellos. Pase tiempo con sus niños, especialmente antes de que se duerman. Reafírmeles frecuentemente que están juntos y a salvo. Hable con ellos sobre el desastre de una forma simple y honesta. No minimice ni exagere la situación. Manténgalos informados de cualquier problema que los pueda afectar directamente. Sin presionarlos, pregúnteles acerca de sus sentimientos sobre el desastre. Anímelos a que hablen sobre como se sienten, sobre sus miedos y preocupaciones, sobre lo que piensan. Si ellos no quieren hablar, pregúnteles como piensan ellos que otros niños se sienten. Dígales a los niños como se sintió usted durante el desastre. Encontrará que sus sentimientos son compartidos por ellos, a pesar de su corta edad. No les hable a los niños sobre los miedos de usted al futuro. Es importante para ellos que los adultos se muestren seguros o esperanzados de poder salir adelante.
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No descargue en los niños sus miedos. No los mantenga a su lado o duerma con ellos, por ser usted quien tiene miedo. Acepte los sentimientos de sus niños. Si el niño siente ganas de llorar, dígale que está bien que llore y exprese sus sentimientos. No intente cambiar los sentimientos de sus hijos. Sea un buen oyente. Anímelos a que dibujen, coloreen, escriban o jueguen acerca del desastre. Esto le ayudará a los niños y usted entenderá como ven ellos lo sucedido. Cuando hagan juegos referentes al desastre, anímelos a que le den al juego un final feliz, pues ellos están a salvo. Mantenga las rutinas familiares en la medida de lo posible, haga cosas conocidas para los niños, por Ej.: Contarles un cuento antes de dormirse, que duerman la siesta en la tarde. Esto les proporcionará un sentido de seguridad. De s sus hijos tareas productivas y apropiadas a su edad. Hágalos parte del esfuerzo familiar para responder a la adversidad. Reconozca y premie con palabras de aceptación, cuando los niños se comportan responsablemente. Tolere durante un tiempo (3 a 4 semanas) los comportamientos regresivos o agresivos. No le haga a sus niños promesas que no pueda cumplir. El tema de la muerte se debe de tratar concretamente. Decirles que la muerte es permanente y que causa una gran tristeza a los que quedamos vivos. No se le debe culpar al niño por la muerte de otros. No les diga a los niños que los muertos están felices en el cielo con Dios, Los niños no entienden este concepto y pueden desear morir para ir con esa persona.
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