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Si me hubiera casado con otra mujer, sería más feliz. El error que he cometido me hace sentirme fatal. Me siento culpable por haber cometido una injusticia. Si hubiera continuado estudiando, ahora ganaría más dinero.
La preocupación y el remordimiento son dos de los principales causantes de la pérdida de tiempo en este mundo. Consumen grandes cantidades de energía y no llevan a ninguna parte. No alteran los hechos, sólo hacen que uno se sienta deplorablemente. Preocuparse y entregarse al remordimiento son hábitos tan malos como el fumar o el comer en exceso, pero no hay necesidad de cargar con ellos para el resto de la vida. La preocupación consiste en sentir ansiedad frente al futuro. ¿Seré capaz de seguir viviendo sin mi novio? ¿Qué sucederá si no puedo pagar esa cuenta? ¿Aprobará mi hija los exámenes? ¿Tendré éxito en mi nuevo empleo? Preocuparse equivale a dudar del desenlace feliz de una situación, de la propia posibilidad de resolverla. Y el simple hecho de dudar empieza a conjurar en su interior imágenes de desastre y de fracaso. ¿Se da cuenta de lo que esto significa? Significa que está imaginando algo negativo cuando quiere que suceda algo positivo... NOTA: Cuando la voluntad se opone a la imaginación, siempre sale victoriosa la imaginación.
Al preocuparse, no sólo se hace enteramente infeliz a sí mismo, sino que hace al mismo tiempo más probable un resultado negativo. Si se preocupa acerca del discurso que debe pronunciar mañana, llenará su mente de imágenes negativas, viéndose tropezar al subir a la plataforma, olvidar lo que tiene que decir, con la boca seca o con un ataque de tos, o tartamudeando, o tem-blándole las manos al ajustar el proyector que hay sobre su cabeza, o siendo incapaz de retener la atención de su auditorio. Con tales pensamientos en la cabeza la víspera del gran día, pasará una noche sin descanso, con un sueño entrecortado, de modo que, a la mañana siguiente, al despertarse, estará agotado. Esto, a su vez, reforzará sus pensamientos negativos. No alcanza a pensar con claridad, así que se preocupará todavía más con el temor de olvidar su texto y sentirá un cosquilleo en el estómago. 89