PATRIMONIO CULTURAL Y DESARROLLO LOCAL Carlos Romero Moragas. Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico UN CONCEPTO INTEGRAL DE PATRIMONIO El patrimonio, en su sentido más amplio, es considerado hoy día como un conjunto de bienes materiales e inmateriales, heredados de nuestros antepasados, que han de ser transmitidos a nuestros descendientes acrecentados. Entendemos por patrimonio cultural al conjunto de objetos materiales e inmateriales, pasados y presentes, que definen a un pueblo: lenguaje, literatura, música, tradiciones, artesanía, bellas artes, danza, gastronomía, indumentaria, manifestaciones religiosas,......, y, por supuesto, la historia y sus restos materiales, es decir, el patrimonio histórico. Entendemos por patrimonio natural todos los elementos de la naturaleza: montañas, ríos, flora, fauna,....., así como el resultado del trabajo del hombre en el ambiente natural, e decir, el paisaje humanizado: red caminos, ciudades y pueblos, cultivos, caserío agrícola, etc. El territorio es el punto de encuentro del hombre con su patrimonio. Sin una valoración cultural del territorio que ponga de manifiesto la singularidad de sus recursos y estimule la confianza de la comunidad en sí misma y en su capacidad creativa, es difícil que un lugar despegue en su desarrollo económico. Por tanto el patrimonio es el resultado de la dialéctica entre el hombre y el medio, entre la comunidad y el territorio. El patrimonio no está sólo constituido por aquellos objetos del pasado que cuentan con un reconocimiento oficial, sino por todo aquello que nos remite a nuestra identidad. El concepto integral de patrimonio tiene como dimensión la globalidad del territorio y sus habitantes; como objetivo último, la calidad de vida consecuencia de un desarrollo económico y social sostenible; su metodología es la gestión integral de los recursos patrimoniales a partir de estrategias territoriales. UN MODELO DE DESARROLLO El desarrollo no puede concebirse sólo en términos de progreso tecnológico y de crecimiento económico, sino más bien como un conjunto de actividades que
garantizan el mayor bienestar de las sociedades, la plena expansión de su cultura, el fortalecimiento del sentido de los valores humanos y sociales que constituyen su estrato más profundo, la participación efectiva de la población en su propio progreso y la apertura a las demás culturas. El desarrollo sólo es posible si es equilibrado en la utilización de los recursos y en la distribución social y territorial de sus beneficios económicos, sociales y culturales. Por tanto el concepto desarrollo nos habla de equilibrio en la distribución de la riqueza, autonomía en las decisiones y calidad de vida. El patrimonio, cultural y natural, es un recurso endógeno fundamental para el desarrollo local. Este recursos debe ser contemplado dentro del modelo del desarrollo sostenible, es decir, que su uso, por una parte, no excluya a la población local de su disfrute, y por otra, no comprometa la posibilidad de las generaciones venideras de satisfacer sus propias necesidades. RECURSO-PRODUCTO-CONSUMO:
LA
MERCANTILIZACIÓN
DEL
PATRIMONIO Desde una óptica mercantil el patrimonio en si mismo no es un equipamiento cultural, ni un servicio, ni un agente, ni una oferta: es un recurso susceptible de ser transformado en un producto para el consumo cultural. Además del valor económico del patrimonio, es decir, el dinero que valen los objetos muebles e inmuebles en el mercado; y del valor inmaterial: simbólico, religioso, etc; el recurso patrimonio puede ser transformado en un producto educativo, que genera identidad, cohesión comunitaria y participación ciudadana, importante para el desarrollo social y cultural de una población; y en un producto turístico para visitantes, básico en esta actividad económica, que genera riqueza y empleo entre los residentes. Es importante comprender el proceso por el cual acontecimientos, objetos y personajes del pasado: los recursos; son conscientemente transformados en productos destinados a la satisfacer demandas de consumo contemporáneas. A este proceso se le puede denominar "mercantilización". Hay que distinguir entre el pasado: lo que sucedió; la historia: un intento selectivo de describir el pasado; y el patrimonio: un producto contemporáneo formado a partir de la
historia. La historia proporciona la información necesaria, que una vez procesada,
crea,
unida
a
los
objetos
del
patrimonio
un
producto
contemporáneo. Aunque la mayoría estamos básicamente de acuerdo en los conceptos generales del patrimonio como factor de desarrollo, cuando hablamos de mercantilización las opiniones se polarizan. En un extremos podemos agrupar aquellos que denomino "tradicionalistas" y en el otro los "mercantilistas". Los primeros defiende que: - el patrimonio tiene un "valor absoluto" que le otorga su antigüedad y/o belleza; - existe una cantidad limitada o fija de patrimonio, claramente reconocible e inventariable; - orientan su actividad principalmente hacia los objetos patrimoniales y su necesidad de conservación; - la difusión del patrimonio debe pretender únicamente objetivos educativos y ser rigurosa, académica, ordenada; - acusan a los mercantilistas de banalizar, distorsionar, simplificar y maquillar al patrimonio; - denuncian la amenaza de visitas masificadas, que causan daños irreversibles sobre el patrimonio; - reclaman mas Estado, que controle, proteja y presente el patrimonio de manera uniforme y "oficial". Por su parte los "mercantilistas" sostienen que: - el patrimonio "no tiene valor en sí mismo", es su demanda lo que lo hace valioso, como producto "vendible por un precio" dentro de un mercado; - el patrimonio es infinitamente creable, como respuesta a demandas y expectativas; - orientan su actividad prioritariamente hacia los intereses de los usuarios o clientes y en satisfacer sus demandas;
- la difusión del patrimonio debe pretender ser una experiencia de ocio de carácter voluntario, festiva, divertida, sensitiva; - acusan a los tradicionalistas de elitistas, rígidos, obscurantistas, ocultistas, etc.; - sostienen que la verdadera amenaza del patrimonio no es su accesibilidad sino una gestión inadecuada; - reclaman más mercado, que libere la acción sobre el patrimonio para dar mejor respuesta a las demandas de los usuarios. POLÍTICAS CULTURALES MUNICIPALES La mejor manera de superar el debate en torno al patrimonio, sus posibilidades de desarrollo y su mercantilización es en el ámbito local. Para ello: - todo municipio debe poder definir su modelo de ciudad, un proyecto de futuro, donde la cultura y el patrimonio cultural estén integrado como parte fundamental; - todo municipio, independientemente de su tamaño y localización, debe tener una política cultural propia, que responda a su proyecto de ciudad, a lo cual deben destinarse recursos humanos y económicos; - todo municipio debe desarrollar una política cultural única, no dispersa, enmarcada en una política municipal que tenga en cuenta la realidad territorial, los sectores culturales y los agentes que actúan, capaz de llegar al conjunto de los ciudadanos.