FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLITICAS Escuela Academica Profesional de Derecho ASIGNATURA DE MÉTODOS DE ESTUDIO. Doc. Mgtr. ABEL BALLENA DE LA CRUZ
EL PROLOGO. El prólogo es un texto situado al principio de una obra extensa, entre los documentos llamados preliminares, y sirve a un escritor para justificar el haberla compuesto y al lector para orientarse en la lectura. Posee, además otros cometidos: 1- Hacer crítica literaria sobre el autor. 2- Ver la diferencia entre libros de los vecinos. 3- Presentar la obra y el autor a un público que desconoce sobre qué trata ésta y qué trayectoria posee quien la ha compuesto. 4- Orientar sobre las modificaciones que ha sufrido la obra: correcciones, ampliaciones, supresiones, supresiones, actualizaciones o textos utilizados. El prólogo es además el escalón previo que sirve para explicar o aclarar algunas circunstancias importantes sobre la obra literaria que al autor le interesa destacar. El prólogo se sitúa entre un conjunto de textos iniciales de la obra que se denomina habitualmente como liminares o preliminares. Posee un carácter más literario que la introducción, que es una presentación del contenido más que del autor, y debe distinguirse claramente del prefacio, o escrito preliminar que expresa la intención de una obra con anterioridad a que ésta haya sido escrita. El prólogo tiene una gran importancia para la historia literaria, pues con frecuencia ofrece las claves críticas de la interpretación interpretación de la obra por su propio autor o por alguien cercano a él. Sólo hasta hace muy poco ha empezado a ser estudiado como género literario.
¿Cuál es el propósito del prólogo de un libro? El prefijo de la palabra "prólogo" alude a su significado. "Pro" significa "antes" y el prólogo es un texto breve que precede a la parte principal de un libro. A diferencia de una introducción, que generalmente se considera parte del texto principal, un prólogo introduce el alcance de la novela o aborda alguna otra cuestión interesante, pero tangencial, como agradecer a aquellos que han contribuido con la publicación del libro. En el prólogo, el autor habla cara a cara con el lector. Por lo general, el prólogo es escrito por el autor del libro y puede indicar el propósito del mismo y qué áreas cubre y cuáles no, para darle al lector una idea del alcance del libro. Un prólogo de una novela de ficción puede presentar las razones para escribir este libro, o cómo surgió la concepción del libro. A veces, los prólogos ofrecen un contexto histórico para sus libros. Thomas Thomas Hardy, un novelista del siglo 19 que frecuentemente prologaba sus novelas, a veces explicaba si los personajes o el escenario de sus libros se basaban en personas o lugares reales.
Descargo de responsabilidad o disculpa Cuando los autores escriben sobre un tema controvertido, a veces incluyen un prólogo que disculpa o, a veces defiende su escrito, especialmente en el caso de las ediciones posteriores. "Judas el oscuro" de Thomas Thomas Hardy (1895), y "La l etra escarlata" de Nathaniel Nathaniel Hawthorne (1850), dos novelas que narraban historias escandalosas para sus respectivas épocas, agregaron prólogos en las ediciones posteriores defendiendo su escritura.
Agradecimiento o gratitud Un prólogo puede enumerar brevemente a las personas el autor desea dar las gracias por la inspiración, edición, corrección o publicación. publicación.
Anuncio Los críticos han considerado a veces a los prólogos como como una especie de publicidad de un libro. Mark Twain (1884), escribió un prólogo humorístico en "Huckleberry Finn", la alegría de que puede haber alentado a muchos lectores lect ores a elegir el libro: AVISO Las personas que intenten encontrar un motivo en esta narración serán perseguidas; las que traten de encontrar una moraleja en ella serán desterrados, y las que intenten encontrar una trama serán fusilados. POR ORDEN DEL AUTOR.
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LA INTRODUCCIÓN. Cuando redactamos un párrafo de introducción de un texto académico expositivo, tenemos dos objetivos o intenciones principales: 1) generar interés en el lector y 2) presentarle el tema que se explicará en el cuerpo del texto. Cuando redactamos una introducción tenemos como propósito interesar al lector y presentarle el tema. Para cumplir el primer objetivo, entonces, podemos recurrir a diversas estrategias, como el de resumir cada capítulo haciendo a este interesante para el lector, mostrar citas de autores célebres, la narración de anécdotas interesantes relacionadas con el tema, el uso de analogías, el empleo de preguntas que susciten el interés del lector, etc. Luego, para cumplir el segundo objetivo, sabemos que podemos recurrir a fórmulas establecidas como “En los siguientes párrafos, se explicará sobre…” o “En este ensayo, se desarrollará…”, etc. La pregunta que nos queda por responder, entonces es ¿basta con esos dos elementos para construir una buena introducción? Supongamos que estamos escribiendo un texto con el tema siguiente: “Beneficios del empleo de redes sociales en el marketing personal y en el marketing estratégico empresarial”. Para redactar la introducción correspondiente, necesitamos, por lo tanto, dos elementos: el tema (que ya tenemos) y una estrategia para la contextualización. Dado el tema específico, nuestro marco temático sería “las redes sociales”, por lo que vamos a suponer que empezaremos con una anécdota interesante sobre la creación de las redes sociales. Nuestro párrafo de introducción quedaría de la siguiente manera:
Es difícil de imaginar que el origen de las actuales redes sociales en internet se remonta a un joven, Randy Conrads, quien, deseoso de mantenerse en contacto con sus antiguos compañeros de colegio, creó, en el año 1995, un sitio web llamado classmates.com. Algunos años después, su idea fue evolucionando, de manera que se empezaron a crear otras páginas web que permitían nuevas opciones a los usuarios como crear perfiles, tener listas de contactos y enviar mensajes; así, paulatinamente, se revolucionó el mundo de la comunicación interpersonal y se crearon páginas web más masivas como Facebook. A continuación, explicaremos cuáles son los beneficios del uso de las redes sociales en el marketing personal y en el marketing estratégico empresarial Nuestra introducción es, en apariencia, adecuada: genera interés y presenta el tema. Sin embargo, al leerla, nos quedamos con la sensación, ya como lectores, de que hay un elemento que falta. Se podría decir que hay un “salto” muy abrupto entre la anécdota inicial y el tema, que es bastante específico. Ese es el que llamamos un error de cohesión y coherencia, es decir, un problema en la forma en que se ligan o unen las ideas. En nuestro caso, saltamos del marco temático general (“Las redes sociales”) a un tema específico (“Beneficios del empleo de redes sociales en el marketing personal y en el marketing estratégico empresarial”). Por lo tanto, falta una o varias oraciones que vinculen el contexto inicial con el tema. En este caso, podemos agregar algunas ideas que indiquen, por ejemplo, el uso que le da el marketing a este tipo de tecnologías. De esa manera, nuestra introducción quedaría completa. Veamos el resultado: Es difícil de imaginar que el origen de las actuales redes sociales en internet se remonta a un joven, Randy Conrads, quien, deseoso de mantenerse en contacto con sus antiguos compañeros de colegio, creó, en el año 1995, un sitio web llamado classmates.com. Algunos años después, su idea fue evolucionando, de manera que se empezaron a crear otras páginas web que permitían nuevas opciones a los usuarios como crear perfiles, tener listas de contactos y enviar mensajes; así, paulatinamente, se revolucionó el mundo de la comunicación interpersonal y se crearon páginas web más masivas como Facebook. Estas redes sociales son empleadas, en la actualidad, no solo para contactar amistades del pasado, sino que tanto personas como organizaciones las usan para llevar a cabo otro tipo de actividades, como por ejemplo estrategias de marketing o publicidad. A continuación, explicaremos cuáles son los
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beneficios del uso de las redes sociales en el marketing personal y en el marketing estratégico empresarial. A modo de conclusión, podemos afirmar que, en los párrafos de introducción de un texto académico, buscamos generar interés en el lector y presentar el tema de nuestro texto. Sin embargo, al redactar este tipo de párrafos, se hace necesaria la inclusión de una o varias oraciones que vinculen contexto inicial y tema, es decir, que sirvan como “puente” entre ambos elementos. De lo contrario, el resultado sería un párrafo con poca cohesión y coherencia. Por ello, es importante que revisemos siempre nuestros textos para poder advertir este tipo de errores.