Nicolasita del Espíritu Santo. Personajes Nicolasita Sacerdotes Medico Pueblerinos Periodistas Juez Secretario del Juez
La historia transcurre en un pueblo pequeño.
Pueblerinos: (Empiezan a murmurar entre ellas) Vieron a Nicolasita al parecer está encinta.-Nicolasita se ha perdido. ¡Qué horror!-Salirse de debajo del manto de la Virgen a su edad. Debemos de decir a cura que expulse de la iglesia a esta mujer. (Fueron a la Parroquia) Sacerdote: Buen Día. ¿Cómo están? ¿En qué les puedo ayudar? Pueblerinos: (voz alterada) acaso no se enterado padre, Nicolasita esta encinta y como sabemos ella no tiene marido una persona de esa calaña no debe manchar con su presencia las santas congregaciones, fundadas en el culto del Señor. Expúlsela de la iglesia inmediatamente. Sacerdote: Mujer no hable de esa manera, no puedes decir una barbaridad como esa sin saber con exactitud lo que está pasando. No creo que Nicolasita haya faltado a una ley de Nuestro señor Jesucristo ella siempre fue una mujer buena que luchaba por guarda los mandamiento de Dios. Pueblerinos: (una mujer con blusa roja y pollera larga sale del montón y grita) Padre pero si nosotras la vimos. Su Barriga estaba más grande de lo normal y no necesariamente por haber exagerado con la comida este fin de semana. ¡Entienda por favor! Sacerdote: (Guardo silencio por unos segundos después respondió) Iré a averiguar lo que está pasando. Y la mejor
persona que me podrá comentar y asegurar sobre este hecho es Nicolasita. (Sacerdote fue a la casa de Nicolasita. Encuentra la puerta abierta y entra sin golpear) Buen Día!! ¿Puedo Pasar?
Nicolasita: Si Padre, en que puedo ayudarle. Sacerdote: ¿ya escuchaste lo que andan diciendo de ti en todo pueblo? Nicolasita: (con mucha seguridad) Si, padre, a qué negarlo... Estoy así por obra y gracia del Espíritu Santo. Sacerdote: (Sorprendido y molesto a la vez) te estas burlando de mí, la única persona que concibió por obra y gracia del Espíritu Santo fue la Santísima Virgen María. (Disgustado por lo escuchado se retira) Al otro día, Domingo de Ramos, después de la misa mayor, el sacerdote subió al púlpito
Sacerdote: (molesto) por deshonesta y sacrílega expulsó a Nicolasita de las cofradías y de la iglesia. Nicolasita: (con los ojos bajos -más que de vergüenza, por contemplar su seno bendecido-, sonrió con dolorosa dulzura y se marchó del templo musitando el pasaje del Evangelio) Bienaventurados los que sufren, porque ellos recibirán consolación.
Pueblerinos: Nicolasita es una lagartona- dicen unos. Nicolasita es una desvergonzada- dicen los demás. Nicolasita, casi ya no salía a las calles... Cinco meses, seis, siete, ocho y nueve meses
Pueblerinos: (un grupo de señoras murmuran) ¿Qué será esto? Ya transcurrieron 9 meses de aquel día que nos dimos cuenta que Nicolasita estaba encinta. (Señora vestida con un vestido azul Francia) Nicolasita habrá tomado alguna droga. No tuvo valor de criar a su hijo, seguramente es de un buhonero que la habría conquistado con algunas baratijas, o de aquel anarquista que todo el pueblo le apedreó y se refugió en su casa. Alguien dijo que se la había visto una noche oscura llena
de relámpagos con un bulto bajo el rebozo negro, camino de la selva. (Señora con vestido negro con motas blancas) Siempre dije que ella era una hipócrita. Y ya ven cómo mis dichos se confirmaron. Ahora, hasta han matado a su hijo, que está en el limbo por falta de bautismo, pudiendo haber sido un angelito de Dios.
Un Periodista de intereses generales estaba escuchando la conversación de los pueblerinos. Sin armar mucho escandalo fue junto al juez para comentar sobre el crimen de infanticidio cometido por Nicolasita.
En la mañana siguiente el domicilio de Nicolasita fue allanado. Una multitud de curiosos (los pueblerinos) acompañó al juez instructor. Hallaron a Nicolasita, a quien no se veía hacía un mes, tendida en su viejo lecho. La casa esta desordenada. El juez se acercó con su secretario y comenzó el interrogatorio
Juez: No ha nacido todavía. Nicolasita: (Dio un espantoso alarido) Traigan a un Sacerdote (con voz débil)
… (La multitud guardo silencio)
Nicolasita: (Volvió a dar un bárbaro quejido y murió). Medico: (Trata de pasar entre la multitud) ¡Abran paso! (Después de palpar el cadáver frío, se preparó a extender el certificado. Pueblerinos: Sálvela, por favor, señor doctor mire que es la voluntad de Dios que viva y honre al pueblo. Medico: (Sonrió, guardo silencio y con pasión despreciativa se sentó a escribir el certificado de defunción) Muerte por quiste hidatídico.