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NEPSY: su utilidad en el trabajo con niños con condición neurológica Sattler y D’Amato (2003) abordan el tema de la evaluación de niños con lesiones y
disfunciones cerebrales. Éstos señalan que evaluar niños con condiciones neurológicas exige, entre otras cosas: conocer las modalidades y causas de las lesiones cerebrales y sus efectos en los procesos cognitivo, conductual, social y afectivo de los niños; saber cómo comunicarse con estos niños y cómo reconocer sus limitaciones y fortalezas; saber cómo aplicar, calificar e interpretar pruebas y procedimientos neuropsicológicos; entender las dinámicas familiares; y conocer sobre estrategias de rehabilitación e intervenciones útiles para los niños con este tipo de condición. Los niños con condiciones neurológicas pueden presentar síntomas físicos, cognitivos y conductuales, cambios en el temperamento, la personalidad y el funcionamiento psicosocial (Sattler y D’Amato, 2003).
Entre las perturbaciones cognitivas que puede presentar un niño con condición neurológica se encuentran: los trastornos de atención y concentración; trastornos de planeación, iniciación y mantenimiento de actividades orientadas a metas (funciones ejecutivas); trastornos de juicio y percepción; trastornos de aprendizaje y memoria; trastornos de lenguaje y comunicación; y trastornos en la velocidad de procesamiento de la información (Sattler y D’Amato, 2003). El evaluador debe estar atento a cualquier señal que sea indicativa
de la
presencia de cualquiera de estos trastornos en el niño evaluado, ya que ellos a su vez representan posibles fuentes de dificultades o problemas en el desempeño académico y social del niño. Durante una evaluación neuropsicológica, el evaluador debe observar con atención los siguientes aspectos: el lenguaje, la atención, la memoria, el funcionamiento intelectual y cognitivo, las emociones, las funciones ejecutivas, el ritmo de procesamiento de información y el funcionamiento sensoriomotor del niño. Como bien señalan Sattler y D’Amato (2003) no hay un solo instrumento que
consiga
evaluar de manera adecuada los efectos conductuales de lesiones cerebrales muy variadas u otras causas de deterioro cerebral. Por lo cual, en una evaluación neuropsicológica se deben emplear métodos tanto cuantitativos como cualitativos. Los métodos cuantitativos consisten en baterías neuropsicológicas estándar que ofrecen datos normativos, mientras que los métodos cualitativos valoran las funciones cognitivas, el lenguaje y el comportamiento a través de procedimientos de evaluación para los que sólo hay normas preliminares o procedimientos de prueba de límites (Sattler y D’Amato, 2003).
Dentro de las posibilidades de métodos cuantitativos para la
evaluación de niños con condiciones neurológicas se encuentra la batería de evaluación neuropsicológica “NEPSY, A Developmental Neuropsychological Assessment”.
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La NEPSY es un instrumento comprensivo diseñado para evaluar el desarrollo neuropsicológico en niños en edad preescolar y escolar, específicamente entre 3 y 12 años de edad. Este instrumento sirve para evaluar aspectos de las capacidades cognitivas que son críticos en la habilidad del niño para aprender y ser productivo dentro y fuera del entorno escolar (Korkman, Kirk & Kemp, 1998). El nombre de la prueba, NEPSY, surge de la palabra en inglés “neuropsychology”, NE de “neuro” y PSY de “psychology”. Sus autores son Marit Kor kman,
Ursula Kirk y Sally Kemp. La batería de evaluación se publicó en el año 1998 a través de Harcourt Assessment Inc., una marca registrada de PsychCorp. Más adelante, en el 2007, éstos publican una segunda edición, NEPSY II, en la cual básicamente extienden el rango de edad para la evaluación del desarrollo neuropsicológico en niños desde los 3 hasta los 16 años y varían algunas de las subpruebas de la primera edición. La NEPSY consiste en una serie de subpruebas de aplicación individual que pueden usarse en varias combinaciones de acuerdo a las necesidades del sujeto evaluado y la orientación del evaluador (Korkman, Kirk & Kemp, 1998). La batería de evaluación NEPSY consiste en un total de 27 subpruebas, las cuales se pueden administrar como una batería esencial o completa, de acuerdo a la edad del niño y el propósito que se persigue con la evaluación. BATERIA ESENCIAL EDADES
Total de Subpruebas
BATERIA COMPLETA
Tiempo de Administración
Total de Subpruebas
Tiempo de Administración
3-4 años
11
45 minutos
14
1 hora
5 – 12 años
14
1 hora
26
2 horas
La NEPSY proporciona información cualitativa y cuantitativa acerca de los procesos neuropsicológicos (Sattler y D’Amato, 2003).
Según Korkman, Kirk y Kemp (1998), la amplia
gama de subpruebas, algunas nucleares y otras expandidas o suplementarias, permiten evaluar el desarrollo neuropsicológico del niño en cinco dominios funcionales. A continuación se describen cada unos de los cinco dominios y las subpruebas que contienen:
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Dominio: Atención y funciones ejecutivas Subprueba
¿Qué mide?
Descripción
Torre
Funciones ejecutivas de planificación, supervisión, autorregulación y solución de problemas.
Atención auditiva y actitud de respuesta
Vigilancia, atención auditiva selectiva y capacidad para cambiar de actitud establecida para mantener una actitud mental compleja y para regular las respuestas a fin de contrastar y equiparar estímulos. Velocidad y precisión con la que el niño es capaz de explorar una distribución y localizar un blanco.
Atención visual Estatua
Inhibición y persistencia motora.
Fluidez de diseño
Capacidad para generar diseños novedosos con rapidez en distribuciones estructuradas y desestructuradas de puntos. Autorregulación y capacidad para inhibir impulsos inmediatos evocados por estímulos visuales que entran en conflicto con una instrucción verbal.
Golpeteo con puño y palma
Requiere que el niño mueva tres anillos de colores a posiciones determinadas en tres palitos con un número determinado de movimientos. Requiere que el niño cambie de actitud establecida y responda ante estímulos contrastantes. Requiere que el niño explore una distribución de dibujos y marque los blancos con tanta rapidez y precisión como sea posible. Requiere que el niño permanezca quieto en una posición establecida durante un periodo de 75 segundos y que inhiba una respuesta (abrir los ojos, movimiento corporal, vocalización) ante estímulos distractores. Requiere que el niño haga tantos diseños diferentes como sea posible conectando dos puntos o más. Requiere que el niño aprenda un patrón d e respuestas motoras, mantenga esa actitud cognitiva establecida e inhiba el impulso de imitar la acción del examinador.
Dominio: Lenguaje Subprueba
¿Qué mide?
Nombres de partes del cuerpo Procesamiento fonológico
Capacidad para nombrar, un componente básico del lenguaje expresivo. Capacidad para identificar palabras a partir de segmentos y para formar una gestalt auditiva; segmentación fonológica al nivel de letras y segmentos de palabras.
Velocidad en denominación Comprensión de instrucciones
Capacidad para tener acceso y producir palabras familiares de manera rápida. Capacidad para procesar y responder a instrucciones verbales de complejidad sintáctica cada vez mayor. Codificación y decodificación fonológica de un patrón sonoro, así como articulación de seudopalabras complejas. Capacidad para generar palabras según categorías semánticas y fonéticas.
Repetición de palabras sin sentido Fluidez verbal
Descripción
Requiere que el niño nombre las partes del cuerpo. Requiere que el niño identifique un dibujo a partir de un segmento de palabra presentado de manera oral; requiere que el niño cree una nueva palabra al omitir un segmento de la misma o sonido de letra o a través de sustituir un fonema con otro. Requiere que el niño nombre los artículos por tamaño, color y forma. Requiere que el niño señale objetos y formas de diferentes tamaños, colores y posiciones. Requiere que el niño escuche palabras sin sentido y las repita. Requiere que el niño produzca tantos nombres de animales como sea posible en un minuto y que después nombre tantos alimentos y bebidas como sea posible en un minuto; los niños mayores producen palabras que comienzan con las letras “f” y “s” en ensayos de un minuto.
Secuencia oromotora
Coordinación oromotora rítmica.
Requiere que el niño repita secuencias de sonido y trabalenguas.
Dominio: Funciones sensoriomotoras Subprueba
Golpeteo con las puntas de los dedos
¿Qué mide?
Destreza de los dedos.
Descripción
Requiere que el niño golpe el dedo índice contra el pulgar 32 veces con la mayor rapidez posible y que golpee los dedos de la mano de manera
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¿Qué mide?
Imitación de posiciones de la mano Precisión visomotora Secuencias motoras manuales Discriminación de dedos
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Capacidad para imitar la posición de la mano a partir de un modelo. Habilidades motoras finas y coordinación ojo-mano. Capacidad para imitar una serie de movimientos rítmicos. Capacidad para percibir la información táctil percibida sin ayuda de la visión.
Descripción
secuencial contra el pulgar comenzando con el índice hasta el meñique con tanta rapidez como sea posible. Requiere que el niño reproduzca las posiciones de la mano modeladas por el examinador. Requiere que el niño dibuje una línea dentro de un camino con tanta velocidad como sea posible. Requiere que el niño produzca las secuencias de movimiento de la mano demostradas por el examinador. Requiere que el niño indique cuál dedo o dedos fueron tocados por el examinador, con la mano del niño fuera de su vista.
Dominio: Procesamiento visoespacial Subprueba
¿Qué mide?
Descripción
Copia de diseños
Integración visomotora.
Flechas
Capacidad para juzgar la orientación de una línea.
Construcción con cubos
Capacidad visoespacial.
Descubrimiento de rutas
Comprensión de las relaciones visoespaciales y de la direccionalidad, así como la capacidad para transferir este conocimiento de un simple mapa esquemático a uno más complejo.
Requiere que el niño copie figuras geométricas bidimensionales en un papel. Requiere que el niño vea una distribución de flechas alrededor de un blanco y que indique las dos flechas que señalan al centro del blanco. Requiere que el niño reproduzca, a partir de modelos y dibujos, construcciones tridimensionales con cubos. Requiere que el niño encuentre un blanco en un mapa esquemático.
Dominio: Memoria y aprendizaje Subprueba
¿Qué mide?
Memoria de rostros
Memoria de rostros.
Memoria de nombres
Memoria de nombres.
Memoria narrativa Repetición de oraciones Aprendizaje de listas
Memoria de narrativa. Memoria de material verbal. Memoria supraintervalo y capacidad para recordar una lista después de introducir interferencia.
Descripción
Requiere que el niño identifique el género de una serie de rostros, que seleccione aquellos de una distribución de tres y después de un lapso de 30 minutos seleccione los mismos rostros de una nueva distribución de tres rostros. Requiere que el niño aprenda, a lo largo de tres ensayos, el nombre de cada uno de 6 u 8 niños representados en dibujos de línea y que después de un lapso de 30 minutos nombre a los 6 u 8 niños. Requiere que el niño escuche una historia y la recuerde después en condiciones de recuerdo libre y señalado. Requiere que el niño recuerde oraciones de extensión y complejidad creciente. Requiere que el niño aprenda una lista de 15 palabras y que repita después de que se ha introducido una nueva lista y de nuevo después de 30 minutos.
El manual de la NEPSY contiene instrucciones claras y precisas para la aplicación de cada una de las subpruebas antes descritas. La prueba se administra individualmente. El examinador se sienta frente al examinado y administra las subpruebas pertinentes conforme a la edad cronológica del niño. El examinador va administrando los reactivos ya sea a través de un libro de estímulos, instrucciones verbales u objetos que se proveen con la prueba. La respuesta y/o puntuación obtenida por el niño evaluado es anotada por el examinador en una hoja de
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respuestas. La presentación del material de la prueba incluye materiales tales como un libro de estímulos que contiene los reactivos visuales para el examinado y las instrucciones y respuestas correctas para la referencia del examinador. Además, se incluyen una torre con tres bolas de madera en colores, tarjetas de memoria, un “cassette” de audio, una caja con figuras de goma, bloques de construcción, lápices y una crayola grande. Las hojas de respuestas se utilizan de acuerdo a la edad del niño, 3-4 años ó 5-12 años. Las mismas son en tamaño de papel carta (8 ½” x 11”),
de fácil manejo y sencillas tanto para el uso del examinador como para el sujeto
examinado. Tanto los materiales de la prueba como la hoja de respuestas tienen guías para que el examinador pueda determinar, de acuerdo a la edad del niño, el reactivo en que debe comenzar la subprueba, cómo puntuar las respuestas y la regla de descontinuación. La hoja de respuestas también provee para anotar información demográfica, las puntuaciones de cada subprueba, observaciones cualitativas, escalas globales, percentilas, gráficas de los perfiles de puntuación y puntuaciones suplementarias. Puntuaciones
La NEPSY produce varios tipos de puntuaciones. Primero, las puntuaciones crudas se convierten a puntuaciones a escala (M= 10, DE= 3), éstas últimas se convierten en puntuaciones estándar (M= 100, DE= 15) o en rangos percentiles para los cinco dominios y subpruebas. Segundo, se presentan puntuaciones estándar suplementarias para varias subpruebas. Tercero, las observaciones cualitativas en la NEPSY pueden cuantificarse y compararse con la frecuencia con que esos mismos comportamientos estuvieron presentes en la muestra de estandarización y varios grupos clínicos (Korkman, Kirk & Kemp, 1998). Las observaciones cualitativas se dirigen a conductas tales como: articulación, temblores de las manos, agarre del lápiz y conducta fuera de las tareas. Es importante destacar que estas observaciones forman parte del protocolo. Estandarización
La muestra de estandarización consistió de 1,000 niños estadounidenses entre los 3 y 12 años de edad, participaron 100 niños para cada grupo de edad (Korkman, Kirk & Kemp, 1998). Éstos se estratificaron conforme a los datos obtenidos de la Oficina del Censo de Estados Unidos para la población estadounidense en el año 1995 (Korkman, Kirk & Kemp, 1998). Las características de la muestra para la estandarización de la NEPSY fueron: edad, género, raza/origen étnico, región geográfica y educación de los padres (Korkman, Kirk & Kemp, 1998). Confiabilidad
Los coeficientes de confiabilidad de la prueba se calcularon a través de método de mitades partidas, test-retest, y procedimientos de generalización, dependiendo de la naturaleza de
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la subprueba (Korkman, Kirk & Kemp, 1998). Los promedios de los coeficientes de confiabilidad interna en los cinco dominios esenciales para los niños entre 5 y 12 años van de un nivel elevado de .87, en los dominios de Lenguaje y Memoria y aprendizaje, hasta un nivel bajo de .79, en el dominio Sensoriomotor. En el grupo de niños de 3 a 4 años, los promedios de los coeficientes de confiabilidad interna van de .91 en el dominio de Memoria y aprendizaje, hasta .70 en el dominio de Atención y funciones ejecutivas. Sattler y D’Amato (2003) enfatizan que 13 de los 50 coeficientes de confiabilidad interna en los cinco dominios son inferiores a .80. Aunque la NEPSY contiene 27 subpruebas, sólo se informan coeficientes de confiabilidad para 22 subpruebas y de los 182 coeficientes de confiabilidad presentados, 105 son menores a .80 (Sattler y D’Amato, 2003).
Los coeficientes de confiabilidad test-retest se obtuvieron con una muestra de 168 niños a los que se volvió a evaluar después de un periodo de 2 a 10 semanas, con un intervalo promedio para el retest de 38 días. De éstos, 30 niños fueron entre las edades de 3 a 4 años y obtuvieron coeficientes de confiabilidad test-retest que fueron desde .63 en el dominio de Atención y funciones ejecutivas hasta .90 en el dominio de Memoria y aprendizaje. Los otros 138 niños, entre las edades de 5 a 12 años tuvieron coeficientes de confiabilidad test-retest que fueron desde .47 en el dominio de Atención y funciones ejecutivas hasta .84 en el dominio de Memoria y aprendizaje. En conclusión, estos resultados apuntan a que la confiablidad de la NEPSY resulta cuestionable. Validez
Los estudios de validez utilizados indican que tres dominios, Lenguaje, Memoria y aprendizaje y Visoespacial, se relacionan moderadamente con las puntuaciones en las pruebas de inteligencia y con desempeño académico, mientras que los dominios de Sensoriomotor y Atención y funciones ejecutivas no mostraron tener relación (Sattler y D’Amato, 2003). Por otro lado, en general, las correlaciones entre la NEPSY y diversas pruebas neuropsicológicas presentaron una correlación moderada cuando el contenido era similar en ambas pruebas. En cuanto a la validez de la NEPSY también se estudió su utilidad clínica y sensibilidad del instrumento con varios grupos clínicos tales como: TDAH, TDAH y discapacidad en el aprendizaje, discapacidad para la lectura, trastorno del lenguaje, autismo, síndrome alcohólico fetal, lesión cerebral traumática y alteración auditiva. En general, los resultados tienden a indicar que las puntuaciones de los dominios de la NEPSY diferencian a los grupos clínicos de los grupos control equiparados.
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Fortalezas y Debilidades del instrumento
La NEPSY es un instrumento multidimensional complejo que proporciona información acerca del funcionamiento asociado con el desarrollo neuropsicológico en los niños entre los 3 y 12 años de edad con condiciones neurológicas (Sattler y D’Amato, 2003). Asimismo, enfatizan como una fortaleza la utilidad de los diferentes niveles de calificación e interpretación, particularmente las puntuaciones suplementarias y análisis cualitativos. Sin embargo, por su complejidad se requiere de mucho tiempo para aprender a administrarla e interpretar sus resultados. Estos autores mencionan que aunque el instrumento está bien estandarizado, la estabilidad de la NEPSY es cuestionable, en particular para los dominios de Memoria y aprendizaje y Atención y funciones ejecutivas, así como para los niños entre las edades de 5 a 6 años (Sattler y D’Amato, 2003).
En cuanto a la confiabilidad de la prueba, Sattler y D’Amato (2003) expresan que la confiabilidad del instrumento es problemática ya que 13 de los 50 coeficientes de confiabilidad son inferiores a .80 y los cambios en test-retest superan una desviación estándar de 4 de 25 casos. En relación a la validez, aunque el manual de la NEPSY cita varios estudios que parecen sustentar la validez de contenido y constructo del instrumento, Sattler y D’Amato (2003) señalan que muchos de estos estudios sólo tuvieron muestras de menos de 30 niños. Por lo cual, desde esta perspectiva se necesitarían más estudios para evaluar la validez de la NEPSY. En conclusión, Sattler y D’Amato (2003) entienden que la prueba debe emplearse con precaución y se necesita mayor investigación. Evaluación del Instrumento
La NEPSY es una batería de pruebas neuropsicológicas que permite flexibilidad al evaluador de administrar aquellas subrpuebas pertinentes al área que le interesa evaluar en el sujeto. Es decir, si sólo se interesa evaluar un dominio en particular, la NEPSY permite administrar e interpretar este grupo de subpruebas, sin tener que administrar la batería completa. Otro de los méritos del instrumento es su utilidad en el diagnóstico y manejo de ciertos grupos clínicos. La NEPSY permite una evaluación más a fondo de ciertos trastornos cognitivos en niños (Korkman, Kirk & Kemp, 1998). Por ejemplo, Mattison, Hooper y Carlson (2006) realizaron un estudio con un grupo de niños de educación especial de escuela primaria que presentaban problemas emocionales y trastornos de conducta. Éstos utilizaron la NEPSY para investigar las deficiencias neuropsicológicas de su muestra. En su estudio, Mattison, Hooper y Carlson (2006) concluyen que la detección de déficits neuropsicológicos con una batería
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específica como la NEPSY podría resultar útil para la planificación de la intervención de los profesores para sus estudiantes con disfunción académica seria. De otra parte, Hooper, Poon, Marcus y Fine (2006) utilizaron la NEPSY para estudiar las características neuropsicológicas de niños en edad escolar con alto funcionamiento de autismo. Éstos concluyeron que la NEPSY parece ser un instrumento capaz de diferenciar los individuos con alto funcionamiento de autismo de aquellos niños de desarrollo típico. Sin embargo, Hooper et al. (2006) señalan que no está claro si la NEPSY sería capaz de diferenciar a los niños con alto funcionamiento de autismo de otros trastornos generalizados del desarrollo como por ejemplo, Asperger, o incluso de otros tipos de trastornos del desarrollo. Enfatizan que es necesario realizar más investigaciones para abordar esta cuestión a fin de determinar el valor de la NEPSY como un instrumento clínico para especificar perfiles diferenciales en los trastornos neuropsicológicos. Con la segunda versión de la prueba NEPSY-II, la casa publicadora Pearson (2007) alude como una de sus fortalezas que el instrumento mejoró en cuanto a la sensibilidad clínica para trastornos tales como: déficit de atención e hiperactividad, trastornos en la lectura, lenguaje o matemáticas, autismo, Asperger, lesiones cerebrales, discapacidad auditiva, disturbios emocionales y retardación mental moderada. Entre las limitaciones del instrumento, encontramos varios asuntos a considerar. Sattler y D’Amato (2003), citando a Korkman (1990), mencionan que la NEPSY es una adaptación para
Estados Unidos de una prueba finlandesa llamada NEPSU. Es decir, la NEPSY es una prueba diseñada para la población norteamericana. Enfatizamos el hecho de que la NEPSY no es un instrumento normalizado ni adaptado para la población puertorriqueña. Además, es importante destacar que la prueba está redactada en el idioma inglés, lo cual también resulta una limitación para su administración no tan sólo para los niños puertorriqueños, sino para los hispanoparlantes en general. Dalen, Jellestad, y Kamaloodien (2007) presentan una perspectiva de las consideraciones éticas para traducir la NEPSY-II al idioma africano a fin de utilizar dicho instrumento para la evaluación neuropsicológica de niños sudafricanos. En su artículo, los autores plantean la necesidad de traducir y adaptar el instrumento a su contexto ya que el mismo es insensible a las influencias lingüísticas y culturales lo cual puede comprometer la aplicabilidad de la prueba. De otra parte, Garratt y Kelly (2008) realizaron un estudio en Reino Unido con 54 niños entre las edades de 6 y 7 años, la mitad de ellos hablaban sólo inglés (monolingües) y la otra mitad eran bilingües, hablaban inglés y otro idioma. A todos se les administró las subpruebas nucleares de la NEPSY. Los resultados mostraron que los niños bilingües obtuvieron
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calificaciones más bajas que los monolingües en el dominio del Lenguaje, mientras que su desempeño en los otros dominios fue comparable con los niños monolingües (Garratt & Kelly, 2008). Éstos concluyeron que la NEPSY es un instrumento insensible a los factores culturales y al bilingüismo en la evaluación neuropsicológica de los niños bilingües en el Reino Unido (Garratt & Kelly, 2008). En conclusión, la NEPSY puede ser un instrumento de medición útil en el trabajo con niños con condición neurológica. En Estados Unidos ha demostrado ser un instrumento reconocido y útil para evaluar el desarrollo neuropsicológico en niños de edad preescolar y escolar. Actualmente, la Sociedad Internacional para la Investigación del Autismo, conocida por sus siglas en inglés “INSAR” se encuentra realizando un estudio sobre las deficiencias sociales
en niños con autismo y sus hermanos, dadas las tasas de prevalencia de la sintomatología autista en los hermanos de personas con un trastorno del espectro de autismo. La investigación realizada por Deerrose, Phillips, Parker y Hardan (2010) en la Universidad de Stanford utiliza las escalas de percepción social y la teoría de la mente y reconocimiento del afecto de la NEPSY-II como el instrumento de medición para el estudio en proceso. Éstos expresan que la NEPSY-II ha demostrado ser un instrumento confiable y válido. Otro de los méritos de la NEPSY es que es una batería de pruebas neuropsicológicas que le conceden flexibilidad del evaluador para determinar cómo administrar la prueba, una batería esencial o una completa. La NEPSY permite que el evaluador pueda medir un dominio en particular del sujeto, ya sea,
Atención y funciones ejecutivas, Lenguaje, Funciones
sensoriomotoras, Procesamiento Visoespacial o Memoria y aprendizaje. No obstante, al considerar su utilización de este instrumento con la población de niños puertorriqueños hay que ser cautelosos ya que la prueba ha demostrado no ser sensible ante aspectos lingüísticos y culturales. La NEPSY es una prueba normalizada para la población norteamericana. La misma no ha sido traducida al español ni tampoco adaptada y normalizada para la población de niños puertorriqueños. Sin embargo, aunque en nuestro contexto no sería recomendable utilizar la NEPSY como una medida única para una evaluación neuropsicológica de un niño puertorriqueño, pudiera ser útil utilizar una o varias de sus subpruebas como un complemento en la batería de pruebas que el evaluador decida administrar para medir posibles condiciones neurológicas en niños puertorriqueños.
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Referencias
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http://imfar.confex.com/imfar/2010/webprogram/Paper7020.html Garratt, L. C. & Kelly, T. P. (2008). To What Extent Does Bilingualism Affect Children’s Performance on the NEPSY? Child Neuropsychology , 14 (1), 71-81. Hooper, S. R., Poon, K. K., Marcus, L. & Fine, C. (2006). Neuropsychological Characteristics of School-Age Children with High-Functioning Autism: Performance on the NEPSY. Child Neuropsychology , 12 (4-5), 299-305.
Korkman, A., Kirk, U. & Kemp, S. (1998). NEPSY: A Developmental Neuropsychological Assessment Manual. USA: Harcourt Assessment Inc.
Mattison, R. E., Hooper, S. R. & Carlson, G. A. (2006). Neuropsychological Characteristics of Special Education Students with Serious Emotional/Behavioral Disorders. Behavioral Disorders, 31 (2), 176 – 188.
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Sattler, J. M. y D’Amato, R. (2003). Lesiones cerebrales: teoría y programas de rehabilitación. En J.M. Sattler (Ed.), Evaluación Infantil: Aplicaciones conductuales y clínicas. Vol. II. (4a ed., pp. 423-463). México: Editorial El Manual Moderno, S.A.