¿Por ¿ Por qué es el marxismo marxismo una doctrina aparte, una filosofía, una ciencia, que implica acción, totalidad, universalismo, sacrificio y muerte? Para contestar a esta pregunta esencial, hay que conocer su método específico, que es la ialéctica, y la historia de este concepto! "ste li#ro es una clave para comprender una filosofía y su revolución!
$a revolución cultural de nuestros días en% &eligión, filosofía,' ciencia, economía, sociología, psicología, arte, literatura, política! $as o#ras maestras del pensamiento actual! $i#ros ya cl(sicos y otros que nos ofrecen las líneas auténticas de la cultura de nuestros días!
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P)*+ "./ tiene el am#icioso empe0o de ofrecer en forma sencilla y a módico precio todo el mundo ideológico de1 siglo xx, las ideas que dominan al hom#re actual en todos los campos del sa#er! 2er( el espe3o vivo de nuestra cultura y de la que se desea para e4 futuro!
"ste li#ro reproduce la segunda parte de la o#ra Sociología del Comunismo,
pu#licada por "diciones .uadarrama en 5678
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+! .! Ed i c i o n e s C a s t il l a , 2! /! aestro /lonso, <= ; M a d r
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IN TRO ! CCIO N "l
marxismo es considerado, atinadamente, como una crítica de la economía política, como un sa#er destinado a dar cuenta de los hechos, a a#rir nuevas perspectivas, como una filosofía y como una anticipación general de la historia del mundo! /tinadamente se ha comparado la previsión con los acontecimientos que le han seguido! Puntos de vista por los cuales es necesario pasar! *ecesario, pero no suficiente! "l marxismo es todo eso, pero no es solamente eso! :ada uno de esos puntos de vista aísla un aspecto de un con3unto, una superficie de un volumen, como si no quisiéramos considerar m(s que una cara, geométricamente determinada, de un poliedro de cristal! :ada una de estas determinaciones de"ine un campo de estudio! "sto es lo que .eorge 2orel llama#a dis# rupción, pretendiendo significar con esta pala#ra que, para someter a nuestro estudio un aspecto cualquiera de lo real, de#emos arrancarlo del mundo, igual que hacemos con una piedra o un (r#ol! "n esta elección interviene necesariamente la ar#itrariedad! :onsiderar el marxismo como religión, tal como hemos hecho y haremos, no significa que no haya nada científico en el marxismo, sino sim;
%$ ial&ctica del mar'ismo
plemente que no todo lo que hay en él es cien-
tífico! 2egAn algunos, del marxismo su#siste solamente una técnica de la lucha por el poder político! >asta el punto que, para estos Brealistas políticosC, el marxismo es eso y en definitiva no es mucho m(s que eso! "l error que cometen no me parece menor que aquel en el que incurren aquellos para quienes el marxismo no es m(s que una teoría económica, o una filosofía o una anticipación histórica! 2on errores de la misma naturale@a, podríamos decir que se trata del mismo error, es decir, siguiendo la céle#re definición de 2pino@a, de la misma Bverdad menorC, verdad que se transforma en contra;verdad en cuanto desconocemos su car(cter limitado, y que no puede ser en a#soluto verdadera si no nos #asta! "l marxismo es, en e"ecto, una técnica de la lucha por el poder! Pero los hom#res y las BmasasC no se movili@an por tales luchas m(s que si son de tal modo que la religión comunista pueda propagarse, con(uistar) "n este sentido, el secreto Dpor así decirE de la decisión reside en la afectividad humana! e modo que reducir el marxismo a una serie de normas t(cticas F lo que sin duda es, pero no solamenteF , po r tentad or que resulte para aquellos que sienten horror ante la metafísica y la mística, no de3a por ello de ser un error de tal naturale@a que en Altima instancia refuta lo mismo que tiende a demostrar, ya que la estrategia y la t(ctica sólo son posi#les si hay tropas, y hay tropas porque la religión comunista ha conquistado y es capa@ de conquistar adeptos!
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$os que se alian siempre al m(s fuerte, y siempre después de la acción, solamente se adhieren a la victoria! Pero sólo puede ha#er victoria si antes ha ha#ido #atalla, y quienes com#aten en las luchas en primera linea son los "an*ticos) "s posi#le tratar de la religión comunista sin tratar de la dialéctica! "s posi#le descri#ir una religión desde fuera, como hacen algunos novelistas con sus persona3es! "s posi#le mantenerse en el plano superficial y accidentado de la historia que sólo narra las acciones y se a#stiene de ir m(s le3os! "s posi#le tratar una religión sin tratar de los mitos, el dogma y la psicología de los sacerdotes! Pero si uno se propone antes que nada hacer inteligi#le una determinada religión, si uno quiere comprender este fenómeno, es decir, captar su significado, es preciso que trate de los mitos, el dogma y la psicología de los sacerdotes! "n el caso que nos ocupa, m(s aAn que en otros, est( claro que no se puede eludir el pro#lema de la naturale@a y del valor intrínseco de las ideas en cuestión! $a BvertienteC religiosa del fenómeno da cuenta de que las ideas nunca son refutadas, ni realmente transformadas, ni reempla@adas! "sto es se0al de que hay algo m(s que ideas o, si se prefiere, de que el contenido intelectual de la idea no agota la idea misma, que es preciso ahondar m(s, ir hasta la afectividad! $a naturale@a especial de tales ideas es lo que explica el hecho de que haya podido formarse a la lu@ del día un B9slamC con el suficiente poder para arrollar todo lo que no es él mismo!
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ial&ctica del mar'ismo
" l BnAcleo intelectualC de esta Bconcepción del
mundoC indica ya su fuer@a motri@! Por ello no esquivaremos la necesidad de tratar Da grandes rasgosE las propias ideas;madres! G esquivaremos mucho menos esta necesidad por cuanto nuestra postura intelectual aparecer( entonces con toda claridad! *o vacilaremos, pues, en romper aquí la unidad de tono de este estudio en donde se consideran las cosas, en sus capítulos especiales, sistem(ticamente desde el punto de vista de la compro#ación sociológica y de la orientación política que la prolonga en el presente y en el futuro! Pocas pala#ras hay cuyo uso sea m(s critica#le que la pala#ra dial&ctica su uso acarrea siempre m(s inconvenientes que venta3as! / causa de la actual confusión de las ideas, de la inesta#ilidad de las denominaciones, en una pala#ra, de la crisis de la e'presión que caracteri@a este gran tr(nsito en que estamos, acaso nunca ha estado tan motivada una afirmación como ésta! 2ería necesario casi definir esta pala#ra, dar cuenta de ella cada ve@, en relación con lo que estamos ha#lando! "s un mal sistema suponer, de manera m(s o menos implícita, que cada ve@ que un filósofo utili@a esta pala#ra se refiere a la misma cosa% la pala#ra BdialécticaC no tiene en a#soluto la misma esta#ilidad que la pala#ra Bsu#stanciaC! e hecho, en los diferentes filósofos que utili@an esta misma pala#ra, nunca se trata de la misma cosa! +odas esas acepciones tan diversas, y muchas veces inconmensura#les unas con otras, para nosotros no tienen en comAn m(s que se trata de una manera
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de pensamiento, insegura y a@arosa en relación al término de comparación que constituye la manera consciente del pensamiento llamada científica, aquella a la que se llega partiendo de los resultados de las ciencias y d(ndose cuenta de la forma en que un determinado nAmero de hom#res DnAmero relativamente peque0o en relación a la po#lación de la +ierraE ha accedido a ella corrigiéndose unos a otros! 2e trata de un tema inagota#le! Pero que el lector se tranquilice, aquí no trataremos ni daremos cuenta m(s que de nociones y valores a#solutamente esenciales, excluyendo los varios desarrollos filosóficos a que aquéllos incitan! *o pretendemos escri#ir una o#ra filosófica ni de historia de la filosofía Dtodo lo m(s somos unos #uscadores de significadosE! / veces no nos ha sido posi#le llevar a #uen fin nuestro propósito sin tocar temas como los que queremos evitarH no por ellos mismos, sino porque si no se tocan resulta imposi#le tratar, aunque sea de manera muy sumaria, el marxismo y la postura que ocupamos con relación a este fenómeno Dy este BnosC no significa, como se ver( en seguida, solamente ByoCE! *o tenemos mucha simpatía por esta su#división especial de la retórica que con mucha frecuencia hoy día es designada con el nom#re de filoso fía5% se trata aquí de cuestiones mucho m(s graves! 5 *o queremos decir que todo lo que hoy se llama filosofía sea eso!
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- . R / , 0 E R. C 1ITO , 0 E2E1
Poco es lo que se sa#e de >er(clito% que se vio envuelto en las luchas políticas y sociales de una época de crisis, que siendo com#atiente estuvo expuesto a las vicisitudes de una época de luchas sin merced! 2i #ien sólo han llegado hasta nosotros ciento veintiséis fragmentos, todos muy #reves, de induda#le autenticidad, conocemos en cam#io #astante #ien la historia de "feso y del editerr(neo oriental del siglo v m al iv a! de . H sa#emos en general en qué tipo de circunstancias pudo >er(clito pensar lo que pensó! 2e expresa de manera gnómicaH su pensamiento no se rodea de un aparato de prue#as, y en la medida en que pudo hacerlo Dya que la casi totalidad de su escritos se ha perdidoE, este aparato no serviría para nosotros! +al como se nos aparece el pensamiento de >er(clito, nos sentimos m(s inclinados a denominarlo sa3iduría que filosofía, a compararlo con el de in;+seu o :onfucio m(s que con el de Iant o >egel, el cual no es posi#le reducir a ningAn sistema ni a ninguna filosofía! "l tiempo
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no ha hecho 3usticia de lo que >eraclito di3o del +iempo!!! "n >eraclito dos elementos han atraído electivamente a los hom#res, dos elementos que no son m(s que uno% esos dos elementos, los opuestos y el devenir, hacen nacer en nosotros las vi#raciones que a través de veinticinco siglos el aristócrata de "íeso nos comunica aAn! $a realidad, tal como la aprehende >eraclito, se presenta como devenir, es decir, como sucesiónH pero lo que le afecta electivamente de esta sucesión es que la realidad, al fluir, se opone a ella mismaH que a un fenómeno parece oponerse otro fenómeno! "l devenir parece estar en lucha consigo mismo, y las oposiciones a veces son discordantes y a veces terminan en un acuerdo en el que no su#siste nada de ellas mismas, pero que entonces encuentra una nueva oposición! 2e trata de la misma realidad, es decir que no se trata de contra5 dicciones, sino de contrarios! "s un pensamiento mu6 pró'imo a las cosas, apenas exterior a ellas! $os dos fenómenos llamados contrarios son dos fenómenos que se oponen en el hecho, y sólo son contrarios porque se oponen en el hecho! "n el devenir, la lucha tiene un papel motor! Se llama contrarios a los elementos (ue luc7an, por(ue luc7an) 2on contrarios porque se contrarían) "s-
tamos aquí a nivel del ser real y, por así decir, Bdentro de las cosasC! 2ería menos inexacto ha#lar de oposiciones que de contrarios, y menos inexacto ha#lar de contrarios que de contradicciones, ya que se trata de una oposición dentro de las cosas, y
-ar', 0eraclito, 0egel
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que, como decía /lain, en las cosas, no hay 9dicción:)
"sta es el alma de la dialéctica! e ahí viene Den el plano de la historia universal, ya que en el plano de su propia historia todo hom#re es >er(; ditoE esta manera de pensar! eseosos de encontrarse antepasados, los que hoy día pretenden pensar así han o#servado atinadamente que esa intuición no est( ausente de algunas filosofías! "so es, en efecto, indiscuti#le y manifiesto en Proclo, *icol(s de :usa y Jaco#o Koehme! Pero no en esos pensadores a los que los neo;dialécticos de los siglos xix y xx han pedido inspiración, salvo >egel, y para ellos todo lo que es anterior a >egel pertenece, no a la historia, sino a la prehistoria de la dialéctica! >er(clito vivió las oposiciones, las expresó #a3o una forma gnómica anterior a toda diferendación y división del pensamiento humano en arte, teología y filosofía, forma cuya oscuridad y rique@a son de aquellas en las que los rom(nticos ven un atri#uto de la naturale;a) )n pensamiento tal, por adoptar el mismo lengua3e rom(ntico que en este caso es el m(s adecuado, est( enrai@ado en el ser, en la naturale@a! >egel escri#ió <= B:on D>er(clitoE tocamos tierra5L = H no he de3ado de adoptar en mi lógica una sola de las proposiciones de >er(clito!C $ 1ecciones de 0istoria de la >iloso"ía) :itamos
la traducción al francés de .uterman y $efe#vre en 0egel, -orceau' c7oisis, París, 56=6! = 2u#rayado por nosotros!
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ial&ctica del mar'ismo " l ser es proceso! 2egAn >egel, >er(clito capta
con el pensamiento lo que ocurre en el ser! / >er(clito le pide el secreto de el étodo que Bes un modo universal, interno y externo, sin limitación, la fuer@a a#solutam ente infinitaH ningAn o#3eto, en tanto que se presente como algo externo, ale3ado de la ra@ón, independiente de ella, puede resistírsele, no puede, ante él, ser de naturale@a particular, no puede impedir ser penetrado por él! e ese modo el método es el alma de la su3stancia nada se capta y conoce en su verdad si no est( completamente sometido al m&5 ! todo es el método de cada hecho particular!!!CMN "n los fragmentos de >er(clito, incluso completados con todo lo que los antiguos nos han dicho de él, no hay método, sino intuición! >egel afirma ha#er hecho de esta intuición un método! :uando se dice que de esta intuición se ha hecho un método, Otiene la pala#ra método el mismo sentido que en la expresión Bmétodo científicoC? O2e trata realmente de un Bprograma que regula anticipadamente una serie de operaciones a cumplir y se0ala ciertos errores que hay que evitar con vistas a alcan@ar un resultado determinadoC? s, Ose toma la pala#ra método en la misma acepción cuando se ha#la de método dialéctico que cuando decimos Bmétodo de las variaciones concomitantesC o Bmétodos estadísticosC Dpor mantenernos M Ciencia de la lógica) N $alande% @oca3ulaire tec7ni(ue et criti(ue de la p7ilosop7ie) .rt) -&t7ode)
-ar', 0er*clito, 0egel
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en un plano general y no ha#lar de los métodos particulares, que sirven para o#tener estos resultados determinados por poco que nos hayamos sometido a aquellos métodos determinadosE? "l marxismo, como crítica de la o#ra de determinado nAmero de economistas ingleses del siglo xix, se sitAa en la historia de la Beconomía políticaC en que arx es menos que /dam 2mith y no m(s que &icardo! esde este punto de vista, arx sería uno de los hom#res que han contri#uido a edificar la ciencia económica! Parte de la aportación de arx se integra en esta ciencia y desde entonces no se distingue de las dem(s partes de la misma, como parte de la aportación de *e; ton se integra en la física y no se distingue de las dem(s partes de ésta! "n el curso de la evolución de la física, la aportación propia de *eton a la física puede cam#iar de sentido y revestir un significado distintoH pero ya no hay neAtonismo en cuanto la aportación de *eton queda definitivamente integrada en la física, que no es algo inmóvil y aca#ado, sino una ciencia en devenir, en la que se refle3a el devenir del espíritu humano! e#emos pues considerar que arx aportó algo a la Beconomía políticaC Dy a otras partes de la sociologíaE! Podemos, pues, considerar el marxismo, tomado en arx y sólo en arx, como un sistema, parte del cual est( hoy día integrado en la ciencia, mientras que otra parte ha quedado fuera de ella como heterogénea, inasimila#le! Podríamos decir que una parte de la o#ra de arx pertenece a la ciencia y otra a la filosofía! "so se dice de esear;
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tes y $e i#ni@, cuando separamos de sus posiciones
o de sus sistemas filosóficos sus descu#rimientos y tra#a3os matem(ticos! Pero, en su mayoría, los marxistas no aceptan la idea de que arx haya tra#a3ado solamente, como tantos otros, en el edificio comAn de la ciencia y tenga solamente derecho a un capítulo o a un p(rrafo en la historia de la filosofía! 2i el marxismo es científico, no lo es como el resto! *o se contenta con ser científico! 2e trata de una ciencia que tiene la particularidad de exigir, por e3emplo, tomar las armas, conspirar, etc! G si es una filosofía, no es una filosofía como las dem(s% es una de esas filosofías que exigen morir y matar! *o podríamos decir lo mismo de escartes, 2pino@a o $ei#ni@!!! "stas pretensiones particulares del marxismo parecen unidas en él a la presencia del elemento que se designa con el nom#re de dialécticaH todo lo dem(s, que se puede clasificar ya sea #a3o el título de ciencia o #a3o el de filosofía, no presenta tales exigenciasL! "sto #astaría para incitarnos a examinar este elemento dialéctico, examen que se presenta no como una simple curiosidad filosófica, sino como una necesidad! O+ransformó >egel la intuición de >er(dito en método? G si es posi#le sostenerlo así, Ocu(les son las características de este método? O$as consecuencias din(micas y revolucionarias que enL "sa separación analítica, si respondiera a otra cosa que no fuera una necesidad técnica de investigación, desconocería el o#3eto mismo!
-ar', tBerclito, 0egel
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ge ndra la presencia de este elemento dialéctico
son inherentes a este método mismo, se de#en al hecho de que este método es un método científico, o, por el contrario, al hecho de que este método es a3eno a todo método científico? >emos visto ya que la primera diferencia que separa la dialéctica del método o, m(s exactamente, de los métodos científicos, es que cada método científico sólo vale dentro de ciertos límites, que cada método científico es parcial y sólo vale para un determinado o#3eto! "l método dialéctico, segAn >egel, en cam#io, es universal, es la ley del devenir, la ley de las cosas, el sistema que da cuenta de ellas Dy que sólo, en su unidad, puede dar cuenta de la totalidad de las cosasE! "sta ley de las cosas de#e aplicarse y verificarse en todos los terrenos que los hom#res han solido separar! >er(clito llama#a a las oposiciones vividas, compro#adas o imaginadas por él y que le parecían que tenían en el cosmos Dno separa la historia de la materiaE un papel motor, contrarios) "n la noción de devenir, hay una distinción entre la noción de ser y la de tiempo% la lucha de los contrarios forma parte de la misma su#stancia del devenir! "n >er(clito, la oposición Dla contrariedad es la oposición pensadaE tiene un papel motor! "n >egel, no se trata de oposiciones ni de contrariedades, sino de contradicciones, y la que tiene el papel motor es la contradicción! "s decir que >egel llama contradicciones a los antagonismos! /ntes de seguir, importa plantear la siguiente pregunta% Otiene la pala#ra dialéctica el mismo
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ial&ctica del mar'ismo
se ntido en arx que en >egel? "n caso negativo,
nada de lo que di3éramos para >egel valdría para arx! +enemos, pues, que decidirlo antes de proseguir! $a o#3eción de una diferencia específica de las dialécticas hegeliana y marxista que provendría de que ésta sería BmaterialistaC y aquélla BidealistaC, en nuestro caso no es m(s que una distinción formal y de escaso interés! +oda teoría es idealista, en cuanto que sólo puede expresar ideas, y realista, en cuanto que pretende dar cuenta de la realidad Den el caso de que lo pretenda, como sucede igualmente en >egel y en arxE! >egel no duda#a de que su filosofía se #asa#a en la realidad! arx sa#ía perfectamente que expresa#a BideasC! 2ólo el espíritu conoce o comprende las realidades, y no hay espíritu vacío! 2iempre es el mundo, tomado en su consistencia y su duración, el contenido del espírituH el mundo el que suministra la materia para pensar! $a diferencia entre idealismo y realismo, considerados am#os como fenómenos Del materialismo es una especie particular de realismo ingenuoE, no es en este caso m(s que una diferencia de tendencia, una diferencia en primer lugar psicológica, en el sentido en que parece que el idealismo separa de manera menos estricta que el realismo el mundo exterior a él, considerado como o#3etividad, o#ligación y disciplina, del mundo en él, que tiende a escapar a estas limitaciones! "l mundo del idealista parece ser que es menos imperante y que en él predomina el principio del placer, mientras que el principio
-ar' ar',, 0 er*clito er* clito,, 0 egel eg el
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de realidad se impone m(s rigurosamente al rea-
lista! $a diferencia entre idealistas y realistas no reside en el o#3eto% o#3e to% el o#3eto o# 3eto es siempre siempre el munmu ndo! +anto >egel como arx ven los procesos dialécticos en las cosas! G cuando nos hacen partícipes de lo que han creído discernir en ellos, tanto uno como otro nos comunican ideas! e modo que conviene examinar si las dialécticas de arx y de >egel son diferentes, sin conceder al epíteto que en uno y otro caso se ha a0adido a la pala#ra dialéctica m(s valor del que tiene! *ad * adie ie 3am(s 3am (s ha p rete re ten n d ido id o q u e la definición defi nición que en 5 8 8 7 Q dio "ngels "ngels de la dialéct dialéctica ica fuera fuera infiel infiel a arx% B$a dialéctica es la ciencia d e las leyes generales del movimiento tanto del mundo exterior como del pensamiento humano!C /hora #ien, esta definición es hegeliana! $a distinción entre Bmundo exteriorC y Bpensamiento humanoC hace resaltar me3or el hecho de que todo o#edece a una misma ley! "ngels Do arxE no a0ade nada a >egel, para quien la dialéctica es la ley general de los procesos del ser y el método universal del espíritu! $o que, en el estilo Bcientifi@anteC de finales del siglo xix, est( exactamente expresado por la frase de "ngels que aca#amos de citar! $os que opinan que la dialéctica rige los Bprocesos humanosC pero no los Bprocesos naturalesC, son "n 1udAig >euer euer3a 3ac7 c7 6 el "inal de la "iloso"ía "iloso"ía disica) +rad! al francés de ! lliver, París, 56=R,
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ial&ctic a d e l m ar' ism o
eclécticos y no pueden decir que sigan ni a >egel ni a arx! e#orin, entonces uno de los filósofos oficiales de la )!&!2!2!, reafirmó las mismas posiciones en 56<5% 56<5 % B$a dialéctica, tomada tom ada en su su acepc acepción ión general, es una ciencia cuyo o#3eto es la determinación de las leyes generales de movimiento y evolución que rigen, al mismo tiempo y de la misma manera, la naturale@a, el pensamiento y toda la historia humana!!! "stas leyes o formas son conceptos fundamentales so#re los que se #asa todo el conocimiento científico! Por una parte son formas del pensam iento, conceptosH pero adem(s son formas de existencia real, principios o#3etivos! Por eso la dialéctica es, al mismo tiempo, una lógica, puesto que est( relacionada con el pensamiento, y una ciencia de la realidad, ya que estudia las relaciones reales que existen entre las cosasC S! /unque e#orin fue condenado a muerte en enero de 56=6 por Bidealismo menchevi@anteC, sus proposiciones citadas siguen siendo Blos fundamentos de la teoría general de las ciencias ense0adas hoy aAn por todos los profesores de filosofía en todos los centros de ense0an@a superior rusosC T! Por ser la dialéctica para >egel la ley general del ser, es tam#ién el modo del pensamiento humano, tal como lo pudo compro#ar en él mismo, y el de la lass cosas, cosas, de la Bnatural B naturale@aC e@aC y d e la BhistoriaC!U U :itado por Ph! VrancW% VrancW% 1e principe principe de causa# lit& et ses limites) 6 I3id)
-ar', -a r', 0er*c 0e r*clito, lito, 0ege 0e gel l
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2egA n arx, la dialéctica Dde >egelE es la descrip-
ción formal y a#stracta de la marcha real de los procesos que tienen lugar en la realidad, que se desarrollan en el mundo y en la historia, en todo lo que es historia, es decir, en todo lo que es humano, economía, arte, religión, BideologíaC!!! arx osciló siempre entre este concepto y el de la supremacía de la economía! En E n el conc co ncep epto to de la dial&ctica no 7a6 en - ar' ar ' nada m*s (ue en 0egel, sino algo menos) 2e trata
de la misma dialéctica! 2i #ien esta pala#ra tiene sentidos completamente diferentes en Platón o incluso en Iant de una parte Do por lo menos tiene dos sentidosE y de otra en >egel, tiene el mismo sentido en >egel y en arx! $a diferencia estri#a en que a partir de mediados del siglo xix, arx se ci0ó a realidades m(s limitadas, m(s rigurosa y científicamente determinadas! / causa de la diferencia de época, en la segunda mitad del siglo, la dura paciencia científica adquiere, gracias a los resultados que o#tiene, el suficiente prestigio para imponerse a aquellos que entre 58=R y 58NR adora#an la BespeculaciónC! "n la segunda mitad del siglo xix, el cientifismo se 3untar( con el hegelianismo en los fundadores del marxismo, los cuales se declarar(n partidarios, a la ve@, de los métodos científicos y del método hegeliano! OPero estos dos elementos se funden en un todo homogéneo? +odo cuanto de esencial dice >egel so#re la dialéctica, manera de ser de la realidad y método para perci#irla, se encuentra en arx, "ngels y
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i al&ctica d e l ma r' ism o
$e nin, como atestiguan todos aquellos que me3or
han comprendido a estos teóricos! "so nos va a permitir intentar la elucidación de esta idea fundamental comAn a todos ellos y extraer las consecuencias de esta elucidación Do de esta tentativaE en cuanto a la naturale@a del marxismo y a la naturale@a de nuestras proposiciones! B2e B2e suele considerar cons iderar la dialéctica dialéctica F dice dice >e; gelF gelF 5R como como una actividad actividad externa y negativa negativa,, que no pertenece a la cosa misma, que tiene su fundamento en un esfuer@o su#3etivo por alterar y disolver lo sólido y lo verdadero, o que, por lo menos, sólo conduce a la vanidad del o#3eto tratado dialécticamente!C 2i traducimos estas frases hegelianas a un lengua3e m(s familiar, significan que antes de >egel se solía entender por dialéctica una actividad de disputar! $a dialéctica, tomada en este sentido, es, en algunos filósofos y muchas veces en el 2ócrates platónico, una t&cnica para oponer, gracias a silogismos arti"iciosamente dis5 pue p uesto stos, s, e l adGersari ad Gersario o a sí m ism is m o, 3asta 3a sta parali;arlo 6 o3ligarle o 3ien 3ie n a decir de cir lo (ue (u e uno un o (uiera (uie ra (ue (u e diga o a callarse) "sta acepción de la pala#ra es
por po r lo menos la m(s p opular opu lar y hace de la dialéc dialécti tica ca y de la sofística términos casi sinónimos! "st( claro que una actividad de este tipo no pertenece a la cosa misma, sino a aquel que ha#la de la cosa! Xenón de "lea puede reducir al silencio u o#ligar a asentir al contradictor que sostiene que el movimiento existe, pero esta argumentación 5R Hissensc7a"t der 1ogi) 9ntroducción!
-ar', 0er*clito, 0egel
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de3a intacto el movimiento! "sto es lo que >egel llama Bun esfuer@o su#3etivo para disolver lo sólido y lo verdaderoC! Pero no se trata m(s que de un modo de ha#lar! Por eso >egel a0ade que, no pu; diendo disolver lo sólido y lo verdadero, una dialéctica de este tipo se disuelve, de hecho, a sí misma! /quel a quien Xenón ha reducido al silencio o al asentimiento, cuando el efecto de las pala#ras de Xenón de3a de hacerse sentir so#re él, decide al reflexionar que la inexistencia y la vanidad no son atri#utos del movimiento, sino atri#utos de la dialéctica de Xenón! )n interlocutor como éste llega a la conclusión de Bla vanidad del o#3eto tratado dialécticamenteC, es decir, de la vanidad de la actividad intelectual y ver#al de Xenón con respecto al movimiento! )na dialéctica así es una propiedad del que ha#la, no de aquello de que ha#la! >egel lleva a ca#o una conversión total, es decir, una revolución! 2u concepto de la dialéctica la convierte en una propiedad de la cosa Des decir del proceso, ya que el universo de >egel es un universo en movimientoE tanto como en una propiedad del espíritu! "l BespírituC y Blas cosasC sólo representan una escisión en el interior de un mismo elemento! $a famosa diferencia entre el BidealismoC de >egel y el BmaterialismoC Dque, para colmo, no merece este nom#reE de arx, se reduce a una vana e inAtil cuestión de preminencia entre el espíritu y la cosa! arx sostiene la prioridad de la cosa! $a dialéctica, segAn él, est( en el espíritu porque antes est( en la cosa! 2iempre, segAn arx, la dialéctica, como actividad del espíritu, refle3a la
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ial&ctica del mar'ismo
dialéctica como movimiento del ser fuera del espíritu /dem(s, el uso en seme3ante caso de la pala#ra Brefle3oC es hoy día insosteni#le y se de#e a puntos de vista, pasados ya, que pesan so#re el pensamiento del mismo arx, ya que Brefle3oC significa imagen refle3ada, es decir, exactamente fiel, enteramente pasiva, sin actividad propia con relación al modelo Dnuestra imagen en el espe3oE! /hora #ien, el 7om3re no re"leJa, re"racta) Para >egel, la dialéctica en el ser exterior y la dialéctica en el espíritu hacen m(s aAn que proceder de un mismo todo, 55 "n este caso el marxismo medio cita autom(ticamente el prefacio de la segunda edición del tomo 9 de El capital= Bi método dialéctico no sólo es fundamentalmente diferente del de >egelH es exactamente opuesto a él! Para >egel, el proceso del pensamiento, que segAn él se convierte en su3eto autónomo #a3o el nom#re de ra@ón, es el que crea la realidadH para mí, al contrario, la idea no es otra cosa que la materia, pero la materia traspuesta y traducida en el cere#ro humano!C $a BacusaciónC de idealismo que se hace en este p(rrafo a >egel no tiene nada en comAn con el ra@onamiento que demuestra que el método dialéctico de >egel es Bexactamente opuestoC al de arx! esde nuestro punto de vista, no se trata m(s que de una diversión! ecir que el método dialéctico de arx es exactamente opuesto al de >egel es un 3uego de pala#ras! "n cuanto a la met(fora, no menos ritualmente repetida por los marxistas, de que arx volvió a poner so#re sus pies la dialéctica hegeliana, no es m(s que un modo de decir Dque yo ni siquiera en-
-ar', 0er*clito, 0egel
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son dos caras de una misma realidad, se suponen! 2ólo a#ordamos la diferencia entre BidealismoC y BrealismoC F que nos parece, so#re todo, una especie de e3ercicio escolarF porque el tema nos o#liga a ello! $o que nos importa es que la dialéctica, tanto en arx como en >egel, no es un procedimiento de personas dedicadas a la discusión, como en los sofistas, sino una propiedad característica de todos los procesos 5< reales, como dice "ngels en la definición citada m(s arri#a! 2egAn >egel, el error que se cometía generalmente antes de él consistía en hacer de la antino' cuentro feli@E que intentó aplicarla a @onas m(s limitadas, m(s Ierre a ierre, para que así diera resultados m(s tangi#les! "n cuanto al tercer miem#ro de la frase de arx, es contradictorio y de una contradicción por nada BdialécticaC! $a idea, dice arx, l!Y, Bno es otra cosa que la materiaC, esto est( claroH egel, como éste afirma expresamente en su Curso de 0istoria de la >iloso"ía)
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mia, a la que él llama contradicción, una propiedad del hom#re que ha#la y piensa y no de la cosa de que ha#la o en que piensa, no de la propia realidad! B2e ha sentido F dice >egel, pensando no sólo en Iant sino, m(s all( de él, en todos los grandes metafísicos que nosotros llamamos Bcl(sicosCF una especie de ternura por el mundoH se ha pensado que la contradicción sería una mancha para él, y que hay que atri#uirla a la &a@ón, a la esencia del espíritu! *o es difícil admitir que el espíritu encuentra contradicciones en el mundo fenoménico, es decir, en el mundo tal como aparece al pensamiento su#3etivo, a la sensi#ilidad, al entendimiento! Pero cuando se comparan la esencia del mundo y la esencia del espíritu, nos asom#ramos de esta especie de #ondad y de humildad con que afirman que no es la esencia del mundo, sino la esencia del pensamiento, la ra@ón, la que contiene la contradicción!!! Iant sólo enumeró cuatro antinomias!!! "l punto esencial que de#emos se0alar es que no hay solamente cuatro antinomias sacadas del mundo, sino que las hay en todos los o#3etos cualquiera que sea su naturale@a, como en toda representación, en todo concepto y en toda idea! "l o#3eto esencial de la investigación filosófica es esta#lecer y reconocer esta propiedad de las cosasH propiedad que constituye el momento dialéctico de la lógica!!!C Z >egel quería Buna lógica que no difiriera en5 55 Enc6clop*die) 9ntroducción!
-ar', 0erKclito, 0egel
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nada de su o#3eto, de su contenidoC! "sta lógica es la dialéctica! "sto fue pura y simplemente reafirmado, después de >egel, por a n , "ngels, $enin y todos aquellos que se han declarado seguidores suyos! Piensan, después de >egel y como >egel, que Bla contradicción es la raí@ de todo movimiento y de toda vidaH una cosa se mueve, tiene impulso y actividad por cuanto tiene tina contradicción en sí mismaC ! a n y $enin lo repetir(n m(s de una ve@ y en los mismos términos! $os manistas no tienen nada que ver con el concepto hegeliano segAn el cual el movimiento por el que la realidad se produce es Bel movimiento por el que el pensamiento se piensa a sí mismoC! >an calificado Dy viniendo de ellos se trata de una condena sin apelaciónE este concepto de místico, el cual, en efecto, no sirve para nada a los utilitarios! Pero no #asta ha#er hecho esto para sostener que la dialéctica pretendidamente materialista es Btodo lo contrarioC de la dialéctica de >egel! $os marxistas siguen a >egel al afirmar que la BnegaciónC Des decir, la oposiciónE, Bes la fuente interna de toda actividad, de todo movimiento espont(neo, vivo y espiritual, el alma dialéctica que tiene [virtualmente\ toda la verdad en su interiorC! B4:ómo surge de hecho este Bmomento dialécticoC? )no puede sentirse llevado, por e3emplo, a afirmar que cierta determinación es propia de un o#3eto, y luego afirmar que la determinación contraria le es propia! >egel #usca M 5 5M Hissensc7a"t der 1ogi, li#ro 99!
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y encuentra la contradicción en el o#3eto del co-
nocimiento! 9gual que el pensamiento, la realidad o#3eto del pensamiento no es m(s que movimiento, proceso! $o que arx y "ngels de#en a >egel, es el ha#er comprendido que todo el mundo de5 Giene 7istoria, y que para seguirle en esta odisea el pensamiento 7umano est* 6a desarraigado)
.racias a esta nueva visión todo a vuelto a ponerse en marcha! Besde ahoraC, escri#e "ngels 5N, tendremos Bsiempre conciencia de la relatividad necesaria de todo conocimiento adquirido, de su dependencia con respecto a las condiciones en las que ha sido adquiridoC! $as pare3as de opuestos, los contrarios venera#les, tam#ién se han puesto en marcha, ya no hay nada fi3o, un #ien se convierte en un mal, lo que era verdad se convierte en falso, lo que era diferente se convierte en idéntico, lo que era necesario pierde su necesa; riedad! ediante el devenir, el #ien revelar( el mal que lleva en sí, y el mal sus #uenos efectos! $o que antes parecía a@ar ser( necesario, esla#ón de un riguroso encadenamiento! +oda la historia de la cultura del siglo xix es la lucha de los procesos contra las cosas, la lucha entre la necesidad de fi3ar el pensamiento y la vida, y la historia descu#ierta, explorada, conocida como ley de la vida y del pensamiento humano! "l hom#re ir( contaminando todo lo dem(s de historicismo, y el universo, tomado en su totalidad, y tomado en su elemento primero que no cesa de dividirse, de ,s 1oe) cit), p! 6M!
-ar', 0eraclito, 0egel
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diversificarse y de particulari@arse, ser( cada ve@ m(s una historia Dsólo tiende a perder este car(cter cuando se pasa del mundo de los individuos al mundo de los indiscerni#lesEH BgénesisC, BdesarrolloC, BevoluciónC, BtransformismoC, BrelaciónC, BrelatividadC, todas estas ideas que la filosofía y la ciencia van proponiendo y recha@ando, acuden a la #recha en el com#ate contra la concepción de un sa#er dogm(tico inmuta#le y cerrado! 2egAn arx y "ngels, ellos extra3eron de un pensamiento aAn sin raíces en la historia real el verdadero organort del mundo moderno% B$o que les falta a todos esos se0ores F decía "ngels refiriéndose a los sa#ios y pensadores S#urguesesTF es la dialéctica!C Para que eso fuera verdad hu#iera sido preciso que >egel se hu#iese separado enteramente del pensamiento occidental que le alimentó, y que, con la excepción de arx y "ngels, no hu#iera e3ercido ningAna acción so#re este pensamiento después de él! >u#iera sido necesario, por una parte, que >egel, como resultado de este pensamiento y depositario de cuanto pudiera contener de v(lido, sólo hu#iese sido continuado por el marxismo y que, por otra parte, no se hu#iera formado nada v(lido fuera del marxismo y al mismo tiempo que él! "l panorama del pensamiento moderno demuestra que no ha sido así! $as dominantes del pensamiento hegeliano no esta#an encerradas en el sistema de >egel! iviendo él, y después de su muerte, los elementos vitales de la cultura occidental, cuya grandiosa síntesis constituyó su gloria, siguieron y siguen
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actuando, haciendo que aquélla supere los o#st(culos transform(ndose para integrarlos! /dem(s, fuera del marxismo, se han conseguido resultados capitales y se han experimentado métodos capitales! $a o#ra principal de arx, El capital, o#ra inaca#ada, es una crítica profunda de la economía política inglesa, disciplina que se ha desarrollado fuera de toda influencia de >egel, que ha seguido o encontrado otros caminos! $a economía política B#urguesaC Des decir, todos los escritos económicos no marxistasE continuó, después de El capital, o#teniendo resultados nuevos, experimentando nuevos métodos, y el Bmodo de pensarC dialéctico ha servido y sirve aAn a otros que no son arx ni los marxistas! arx y "ngels valen en tanto que usuarios del pensamiento y de la ciencia occidentalesH ya que contri#uyeron en su tiempo, que ha pasado, a hacer de ellos lo que son sin por eso confiscar su valor y fecundidad para uso exclusivo de su descendencia legítima! "n realidad, $enin, en El imperialismo, estadio suprem o del capita5 lismo, sigue tan de cerca al inglés >o#son, que uno se pregunta lo que hu#iera sido el li#ro de $enin si éste no hu#iese leído el de >o#son! "l marxismo no ha torcido esta poderosa corriente, ha hecho una cosa muy distinta! $as pretensiones del marxismo al monopolio en el terreno del espíritu, o incluso a la supremacía, sólo pueden examinarse en el plano de una sociología de la religión! :omo creencias, demuestran poseer un pietismo colectivo y un charlatanismo clerical! "s típico de cualquier creencia presentarse a sí misma como un sa#er!
-ar', 0eraclito, 0egel
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/ l descri#ir la dialéctica Dmovimiento y compor-
tamiento de los fenómenos ante el pensamiento y del pensamiento ante los fenómenos, que son dos caras de una misma realidadE, >egel descri#e un rasgo del pensamiento occidental de los siglos xix y xx, lo descri#e en el lengua3e que le es propio, lo transcri#e en el registro sistem(tico que es el suyo! /testigua con ello, a la ve@, una sensi#ilidad histórica y un poder de síntesis sin par! escri#e lo que es, como resultado de lo que fue! ediante la representación a#stracta de procesos cuya naturale@a supo tan #ien captar, pudo anticipar el futuro! Pero no es preciso ha#er leído a >egel o ha#er seguido sus cursos para ser, sin sa#erlo, dialéctico! Kasta con ser profundo y penetrante, y ser de su tiempo) Oe qué se trata? $a me3or manera de decirlo es comentando pura y simplemente a >egel o, m(s exactamente, traduciéndole, quit(ndole la arquitectura conceptual de aire medieval con la que edificó el heraclitismo moderno en la que se #a0ó toda la cultura occidental del siglo xix y que ha sido la fuente de la del xx! "n esta perspectiva, -ar' es un pensador como los dem*s, al que de#emos m(s que a muchos otros, pero cuya aparición no constituye el a0o primero de una nueva era ni divide irrevoca#lemente la historia humana en un antes y un despu&s) 2us discípulos rusificados, en la medida en que se ale3an Fcosa que hacen cada ve@ m(sF del manantial comAn del que arx extra3o su fuer@a, no podr(n aportarnos lo que #uscamos! :ierto es que es otra cosa la que aportan!
II
- . R / , 0 E R. C1ITO , 0E2E1 :,*+9*)/:9,*
1!C0. L E@ENIR= 1. I. 1EC TIC.
9El o3Jeto es lo (ue es en las determinaciones del pensamiento 6 el concepto): +raducción lo que da cuenta de un fenómeno es la conexión de ese fenómeno con otros fenómenos! $as relaciones de ese fenómeno con otros fenómenos! $as BdeterminacionesC de un o#3eto del pensamiento pueden ser otros tantos fenómenos perci#idos! Para captar un fenómeno, para que sea inteligi#le, es preciso pasar de ese fenómeno a lo que no es él! )n fenómeno se comprende mediante otros fenómenos! Para captar, por e3emplo, el fenómeno del 9m; 5M Hissensc7a"t der 1ogi) 2ería m(s exacto decir% interpretación! "s decir, que no es éste el sentido con exclusión de cualquier otro, el Anico significado! ]uiero su#rayar aquí la fecundidad y fuer@a de la síntesis hegeliana! $a fecundidad de un productor de ideas se pone de manifiesto en la multiplicidad de traduc5 ciones posi#les!
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pe0o romano Desquemati@o al m(ximo, no se trata sino de un e3emplo r(pidoE, es preciso comprender 5Qeste fenómeno de unificación a partir de una diversidad recorrida ya anteriormente por varios movimientos diferentes de unificación ninguno de los cuales duró ni, por tanto, tuvo éxito! *i la dominación de una BpolisC, "sparta, /tenas o +e; #as, ni la dominación de una confederación o liga de ciudades dominada por una ciudad Duna confederación de ciudades realmente li#res e iguales en derecho no ha#ía siquiera podido producirseE, ni la dominación de /le3andro, que pronto se fragmentó en una diversidad de monarquías particulares! "n esas monarquías #rilla un efímero refle3o de imperios aca#ados, un fantasma de tradición persa en los 2eleucios y los /ntíocos, de tradición faraónica en los Ptolomeos! "l mismo despotismo persa conquistó po#laciones que ha#ían vivido #a3o otras monarquías% 2umer, /WWad, los imperios #a#ilónicos, asirios, neo;#a#ilónico en esopotamia, en /sia enor las monarquías lea; sita, hitita, mitaniana! "l despotismo persa sufrió las influencias de esas culturas, ciertas tradiciones mon(rquicasH igualmente "gipto estuvo, durante m(s de dos milenios, sometido a varios sistemas de relaciones internacionales, guerra, comercio, alian@a, lo que hi@o que todos esos imperios tomaran unos de otros determinados rasgos culturales! 5Q +omo esta pala#ra en el sentido de intelligere, no en la acepción que reci#e hoy día cuando se le opone a BexplicarC!
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Podrimos decir que en toda la cuenca mediterr(nea existía la idea de un gran imperio en el que reina#a un monarca #ienhechor! Para que esta idea tendiera a reali@arse era preciso solamente esta necesidad, sentida m(s o menos intensamente, pero con car(cter universal! Para comprender el 9mperio romano, es preciso tam#ién perci#ir las contradicciones internas a las que dio lugar el crecimiento y la expansión de &oma! "l crecimiento condu3o a la expansión, la expansión determinó un nuevo crecimiento Dcon sus crisis de crecimientoE, el crecimiento y la expansión, en este caso particular, se engendraron y determinaron mutuamente hasta que llegaron a un punto de saturación! $as contradicciones internas de &oma, contradicciones motoras de su desarrollo, fueron contradicciones económicas, políticas y sociales! / causa del conflicto de las gentes, de las grandes familias con la ple#e, los recién llegados, en un momento en que &oma no era sino una peque0a po#lación de agricultores guerreros próxima aAn al régimen tri#al, osciló entre el go#ierno aristocr(tico de las gentes y la tiranía, mediante la cual las diferentes facciones fueron contenidas y sometidas gracias al poder de un hom#re que tenía en sus manos una fuer@a armada Mla fuer@a armadaE y mantenía a distancia las facciones antagonistas, #ien apoy(ndose exclusivamente en una de ellas #ien practicando una política de péndulo! )n mismo estado social caracteri@ado por un desarrollo económico r(pido dio lugar, en todos los pue#los del editerr(neo cuyo régimen político era el de
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la ciudad Dmetrópoli o colonia cuyos vínculos con la metrópoli pronto se ha#ían rotoE, a la democracia o a la tiranía! D"l gran desarrollo económico y marítimo favorecía m(s #ien el li#eralismo y la democracia, pero la historia de esta época muestra, m(s o menos en todas partes, oscilaciones sucesivas de la tiranía a la democracia y de la democracia a la tiranía! Kasta que una de las facciones derogue o de3e dormir las leyes, o paralice su e3ercicio, para que se pase de la democracia a la tiranía!E $a repA#lica en &oma, de la primera guerra pAnica a la Altima guerra macedónica, fue esencialmente el go#ierno de una oligarquía campesina, en cierta medida a#ierta, que dirigió la política exterior y la guerra! Pero el poder de esta oligarquía no fue nunca lo #astante seguro para permitirle dormirse% tuvo que contar con una oposición popular, que tenía medios 3urídicos para ponerse de manifiesto y a la que adem(s esta oligarquía suministra#a los 3efes! $a conquista de la cuenca mediterr(nea favoreció el nacimiento del poder del dinero, de la clase capitalista de los ca#alleros! "sta clase, al desarrollar las transacciones comerciales y financieras, a partir de las exacciones de la conquista y las especulaciones de los suministros militares, condu3o a la oligarquía puramente senatorial a una mayor rapacidad territorial! /mena@ada, esta Altima reaccionó consolidando las #ases agrarias de su poder! $a clase media rural, de peque0os propietarios li#res que hasta ario suministró casi exclusivamente el e3ército de la conquista, fue o exterminada en la guerra o expropiada por la oligarquía
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de grandes terratenientes que constituyó los lati5 "undia y desarrolló una economía #asada en la esclavitud Dla conquista y las victorias romanas suministra#an esclavos en a#undanciaE! Por donde se produ3o, paralelamente a la destrucción de la clase media de peque0os propietarios li#res, el desarrollo de una clase de proletarios ur#anos! /l mismo tiempo, &oma, aprisionada aAn en el marco y en el régimen de la ciudad, tuvo que hacer frente a las revueltas militares de los pue#los it(licos que ha#ía movili@ado para vencer, pero a los que no ha#ía concedido todos los derechos de los ciudadanos romanos! /l mismo tiempo tam#ién, el gran nAmero de esclavos llegados de todas las orillas de la cuenca mediterr(nea, con sus dioses y sus formas de pensamiento, determinó unos nuevos modos de sentir y de pensar y adem(s las re#eliones de esclavos! $a formación de la rique@a latifundista sólo fue posi#le porque el nivel de vida de la mano de o#ra era muy #a3o! $as Altimas re#eliones de esclavos llegaron a sacudir durante unos días los mismos cimientos del poderío romano! ientras tanto, la clase capitalista, en la disputa del mundo, rivali@a con la oligarquía de grandes terratenientes y militares y produce hom#res de gran importancia! ario, el padre de Pompeyo, y :icerón son ca#alleros! $a conquista produ3o, adem(s, un nuevo poder! "l imperator no de#ía su poderío solamente al hecho de que forma#a parte de la oligarquía, o m(s #ien sólo de#ía a ello, en el caso en que formara parte de ésta, cosa que no ocurría con ario, una B#ase de partidaC!
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"l fundamento real de su poderío es, por una parte, la conquista, el hecho de ha#er dado a &oma nuevos sA#ditos, nuevas rique@as que explotar, de ha#er deslum#rado a la ple#e con sus triunfos y largue@as, y por otra, la creación de un e3ército que ya no es un e3ército de ciudadanos, sino un e3ército de hom#res unidos a su 3efe por el éxito comAn F nada serían sin su 3efe, su 3efe nada sería sin ellosF cuyos intereses no son los de la oligarquía% esos hom#res unen su porvenir, sus esperan@as y su destino al BimperatorC! / este BimperatorC, que ya no puede considerar los pro#lemas mundiales como si fuera un simple miem#ro de la oligarquía y a quien el marco de la ur3s tiene que parecer demasiado estrecho para resolverlos! /unque respete aAn Dso#re todo si no puede hacer otra cosaE las formas exteriores, org(nicamente ya no cree en ellas, para él ya no pueden ser categorías sacrosantas! 1os pro3lemas tienden a plantearse en t&rminos mundiales Dse trata del mundo mediterr(neo, pero éste, para los mediterr(neos, era el mundoE! "l BmundoC mediterr(neo tenía comunicación suficiente con :hina y la 9ndia para conocerlas y comerciar con ellas, pero no para chocar en la escena de la gran política exterior! "l 9mperio parto, que separa#a &oma del riente, sólo era un 9mperio periférico destinado a ser sometido Dsólo el 9slam logró someterloE! Vue entonces cuando la civili@ación helenística, en la que los romanos participa#an cada ve@ m(s plenamente y que cada ve@ m(s i#a siendo la medida de unificación de la cuenca mediterr(nea,
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propuso al BimperatorC el modelo de la monarquía a#soluta, le impuso el deseo y la imagen del déspota #ienhechor, divino o casi divino, que unificarla el mundo, llevaría, sostendría y crearía el orden! esde este momento todo est( dispuesto para el 9mperio! $os cimientos est(n echados y el telón se levanta so#re el acto siguiente! "s f(cil o#servar que cada uno de los fenómenos aportados en este e3emplo es distinto y puede ser estudiado aparte! Pero, al mismo tiempo, ninguno de estos fenómenos se comprende si no es por relación a una parte de los dem(s y, en Altima instancia, a todos los dem(s! :ada uno de estos fenómenos remite a los dem(s fenómenos en su con3unto general y sólo se le puede comprender realmente mediante las conexiones que le unen a los dem(s fenómenos! /l mismo tiempo, queda claro el papel motor de las contradicciones% se #usca una salida a las contradicciones que amena@an la existencia de la sociedad en la que se producen, y esta salida es una Gía nueGa, un camino que conduce a un nuevo estado del mundo! $os componentes mayores de los términos precedentes quedan superados y conservados! Por lo que respecta a lo que >egel llama el retomo al primer término que se encuentra en el tercero como Bnegación de la negaciónC, en este caso es la unidad del 9mperio, en el que vuelve a encontrarse la unidad de la ur3s, pero #a3o una forma totalmente irreconoci#le! 2e ha producido un cam#io de plano y de escala! G precisamente este cam#io de plano y de escala es lo que, en este caso
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particular, constituye la originalidad del fenómeno! >egel no hace otra cosa que formular en su lengua3e a#stracto característico la idea de una conexión din(mica de los fenómenos y los modos intelectuales que captan esta conexión din(mica% el paso de un aspecto de la realidad a otro aspecto de la realidad, el paso de un hecho locali@ado en el espacio a otro hecho locali@ado en el espacio, de un hecho situado en el tiempo a otro hecho situado en el tiempo, paso que efectAa el hom#re que quiere dar cuenta de un nuevo fenómeno Del 9mperio romano, en nuestro e3emploE, que intenta realmente la inteligencia de ese fenómeno nuevo! Para aclarar realmente la historia del "gipto faraónico Do del principado de PompeyoE, "duardo eyer no tiene necesidad de ser marxista e incluso, lo pro#aremos después, necesita no serloH le #asta con ser un #uen historiador europeo, un #uen historiador alem(n de finales del siglo xix! :uando >egel dice% B"l o#3eto Del contenido del conocimientoE es lo que es en las determinaciones del pensamiento y del conceptoC, pasamos de la noción de cosa a la noción de un B ne'us: de fenómenos, a la interdependencia din*mica en el tiempo y en el espacio Dm(s tarde se dir( en el continuo espacio;tiempoE de los fenómenos a los que de#emos, para considerarlos, aislar unos de otros, y, por otra parte, unir mediante una multiplicidad de relaciones! >egel prosigue% 9e 7ec7o, sólo ellas Desas determinacionesE importan, 6a (ue son los Gerdade5 ros o3Jetos 6 contenidos de la Ra;ón 6 lo (ue
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entendemos por o3Jeto 6 contenido distintos de ellas, sólo Gale por ellas 6 en ellas) No de3emos considerar, pues, como de"ecto de un o3Jeto o de un conocimiento el 7ec7o de (ue se mani"iesten como dial&ctica por su constitución o por una co5 ne'ión e'terna):
Podríamos decir, en este caso, que el voca#ulario de >egel queda superado por su pensamiento! e todos modos, se0ala #ien claramente que Bo#3etoC significa contenido del conocimiento, o m(s exactamente aAn, aquello que estamos en vías de conocer, aquello cuya inteligencia vamos a adquirir! O]ué significa Bde un o#3eto o de un conocimientoC el hecho de que se manifiesten como dialéctica? 2ignifica, como hemos su#rayado a propósito de nuestro e3emplo, que ese fenómeno es relativo a otros fenómenos, que est(, en relación con ellos, en una situación de dependencia Dpero la dependencia es mutuaE, que, por consiguiente, tiene su significado a la ve@ en sí mismo y fuera de sí mismo, y que este significado est(, pues, su3eto a variación! $a noción que adquirimos de la historia varía con el nAmero de cosas que sa#emos de ella y la orientación de nuestro apetito de conocimiento! $a historia cam#ia con las épocas, no solamente porque se enriquece, sino porque no siempre se plantea las mismas cuestiones! "l estudio de los fenómenos económicos del siglo xix y el interés que este mismo siglo comen@ó a mostrar por el estudio de los fenómenos económicos, permitieron a los modernos
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conocer me3or que ontesquieu y .i##on, y de manera diferente, lo que los antiguos llama#an la historia de los romanos! *o hay sino apreciar la distancia recorrida en un siglo y el cam#io de puntos de vista de .i##on a &ostov@eff! ^5 significado de un fenómeno histórico varía, pues, con el tiempo! $a realidad efectiva y determinante del tiempo se manifiesta en que los investigadores descu#ren Do, si se prefiere, instituyenE nuevas relaciones y, al hacerlo, Bpatenti@anC nuevos fenómenos! e ello se sigue que el conocimiento como sistema no puede ya representarse como una arquitectura inmóvil de conceptos! :ada fenómeno remite a un nAmero n de fenómenos Mn representa en este caso una serie a#iertaE por lo que el conocimiento no puede ser "ormal, como tampoco puede ser "raccionado) $a Bpatenti@aciónC del fenómeno no lo introduce m(s exactamente en un marco conceptual hecho de antemano, de donde, por así decir, se desprende cierta independencia del fenómeno en relación con lo que se ha#ían considerado hasta entonces reglas formales del pensamiento! >egel, al dar al mismo tiempo el precepto y el e3emplo, define la manera dialéctica de conocer y de pensar al referirse a lo que le es opuesto! B/l proceder así [de manera dialéctica\, nos representamos el o#3eto y el conocimiento como su 3etos a los cuales hemos agregado las determinaciones #a3o la forma de predicados, propiedades, universales independientes de modo que al ser fi3as y 3ustas por sí mismas, han quedado coloca-
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das en una relación dialéctica y en contradicción por una conexión e'terna 6 contingente _ y por un tercer término! Pero un su3eto así, externo y fi3o, de la representación y el entendimiento e igual que esas determinaciones a#stractas no de#en ser considerados como términos ltimos que suministren un fundamento seguroH antes #ien al contrario, de#en ser considerados como inmediatos, como presupuestos y principios que, lo hemos demostrado m(s arri#a, de#en ser sometidos a la dialéctica, ya que hemos de tomarlos como conceptos en sí) /sí, todas las oposiciones consideradas como fi3as, por e3emplo, lo finito y lo infinito, lo singular y lo general, sólo son contradictorias por una conexión externaH son, como lo ha demostrado el estudio de su naturale@a, transiciones en sí y por síH la síntesis y el su3eto en que aparecen son producto de la reflexión en sí de su concepto! ientras que la irreflexión no va m(s all( de su relación externa, las aísla y las de3a en tanto que presupuestos fi3os, el concepto las capta en sí mismas en tanto que su alma en movimiento, y hace aparecer su dialéctica!C >egel se0ala aquí, por contraste, cómo procede el pensamiento no dialéctico! 2e trata de este tipo de pensamiento, que podríamos llamar Bfi3istaC o inmovilista, que impone desde fuera a su contenido la esta#ilidad a la que aspira, que construye arquitecturas de conceptos y tiende hacia lo inmóvil e inmuta#le! &ecordemos que en este caso las 58 $os su#rayados son nuestros!
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determinaciones Ddel o#3eto, del conocimientoE
son las relaciones que ponen en movimiento el conocimiento y su contenido, y los arro3an Dsi pensamos dialécticamenteE al B3uegoC de la dependencia mutua, de la interdependencia general y recíproca! 2i nos representamos el o#3eto y el conocimiento como su3etos a los que hemos agregado las determinaciones como predicados , ei movimiento parece venir de fuera, la conexión es verdaderamente Bexterna y contingenteC! +enemos una yuxtaposición de &omas que son como las p(ginas de un li#ro de estampas que ho3earemos! "l pensamiento no dialéctico no piensa los fenómenos en sus relaciones recíprocas! >egel parte de 2pino@a% 9Omnis determinatio negatio est C ! +odo lo que est( limitado Des decir, todo lo que es, o, si preferimos, todo lo que es en el plano fenoménicoE, una ve@ puesto Dcomo dicen los filósofosE, remite al otro) "n la progresión dialéctica real, la que no es un inAtil e3ercicio escolar, la antítesis Del fenómeno al que remite el primer fenómeno examinadoE es otra cosa que la tesis! "s otro fenómeno! $a contradicción se encuentra en el acto mediante S6 Por e3emplo, &oma sufrió primero el go#ierno de las gentes luego hu#o una &oma repu#licana en la que los se0ores de la guerra se disputa#an el poder supremo, y, finalmente, una &oma imperial! >u#o una &oma en la que predomina#a la peque0a propiedad li#re, luego una &oma de los lati"undio, después una &oma en la que el poder de los latifundistas estuvo estrechamente su#ordinado al poder de un hom#re solo!
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el cual oponemos el segundo fenómeno al primero! 9ndependientemente del significado del movimiento por el que pasamos de uno a otro, no tiene sentido decir que es el contrario del primero! $a confusión entre contrariedad y alteridad, el hecho de tomar una u otra, o de pasar sin avisar de una a otra en el curso de un mismo ra@onamiento, ha viciado un tanto el hegelianismo y sus derivados! Pero no #asta para que tomemos por errores las verdades que hay en >egel, y que no no son otras que las que todo el pensamiento occidental adquiría, verdades que se encuentran integradas en la poderosa síntesis hegeliana, que en este sentido podemos considerar como una suma) $a segunda determinación, aquella que por el espíritu se opone a la primera, Bes F dice >egelF el negatiGo, pero del positiGo C! "l Bser limitadoC adquiere sentido por el Bser otroC que se encuentra m(s all( de sus límites! *o podemos captar los límites de un ser m(s que captando aquello de que lo separan sus límites y que es el otro en relación a él! $a acción del pensamiento que pasa de un primer fenómeno a un segundo, ese paso, incluso, es lo que >egel llama negación, y esta terminología, tal ve@ inevita#le al principio, ha causado grandes estragos en el mismo interior del sistema de >egel, antes de causarlos en todos los derivados del hegelianismo y en todos los sistemas BinfluidosC por él! / la segunda determinación o antítesis sólo puede llam(rsele negación en relación al término puesto o tesis! "s un modo de ha#lar! *ada hay de esencial en esta negación, o de lo
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contrario caeríamos en el pensamiento Bfi3istaCH en este caso, el segundo fenómeno no haría sino llenar el marco preesta#lecido del negativo o segundo término! ^5 aparato de la lógica hegeliana se nos presenta como una arquitectura fi3a de conceptos! 2e trata de una contradicción interna de >egel, y esta contradicción no es hi dialéctica ni motora, es una contradicción parali@ante, que ha parali@ado y todavía parali@a% el pensamiento he; raditiano, pensamiento en movimiento, pensamiento en el tiempo, pensamiento del movimiento y del tiempo, queda metido dentro de un capara@ón escol(stico perfectamente cerrado Dpor lo menos en su 1ógica) >egel expone el pensamiento dialéctico #a3o la forma de una arquitectura de conceptos de tipo aAn medieval y que recuerda lo que los escol(sticos hicieron con el pensamiento de /ristóteles! >egel, en la medida en que es aristotélico, a la manera escol(stica, es, por dar una acepción precisa a una pala#ra del voca#ulario político, BreaccionarioC! "sta arquitectura sin inquietud sitAa el sistema de >egel m(s all( de escartes, $ei#ni@ y 2pino@a! /hora podemos ver cómo el hegelianismo se presta#a a una nueva escol(stica! / través de >egel podemos, remontando el curso del tiempo, seguir la filiación directa de la antigua escol(stica a la escol(stica marxis; ta! >egel se contradice a sí mismo de manera no dialéctica Des una contradicción que no produce nadaE cuando se comporta como si pensara, de manera contraria a lo que afirma, que la realidad Dcuyo car(cter dial&ctico ha sacado a la lu@E puede
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ser representada por un todo cerrado de conceptos soldados entre sí que forman una especie de monumento Anico! "l sistema de >egel, aplastante panteón de conceptos, se opone a la síntesis de todo el nuevo heraclitismo vivo que se erguía al iniciarse el siglo xix! "se car(cter escol(stico del sistema hegeliano expresa maravillosamente #ien todo lo que la /lemania de entonces tenía todavía de feudal, de arcaica y, segAn una pala#ra que los rom(nticos pusieron de moda, de gótica! >egel, que sa#e expresar magistralmente qué condiciones de#e satisfacer un pensamiento para evitar la introducción for@ada de su contenido en marcos preesta#lecidos, no tiene #astante en cuenta que las propias categorías de la investigación y el conocimiento científicos son inmanentes y como internas a la historia de las ciencias, que esta historia, al 7acerse, produce sus propias categorías! "sta es la contradicción que descu#rimos en >egel si le aplicamos su propia ley! Para llegar hasta el pensamiento vivo de >egel, que es el que nos concierne Del resto concierne solamente al museo de doctrinasE, es preciso, pues, romper ese desfile de conceptos en filas de tres! :uando ha#lamos del negativo, de la negación, de la antítesis, de3emos procurar no 7ipostasiar una situación= negar, contradecir, es una situación Dse llama situación la posición de un elemento en relación a otros elementosE, y si 3ien todo "enóme5 no puede ocupar esta situación, ningn "enómeno en cam3io puede ocuparla de una manera esta3le)
*o hay ningAn fenómeno, ningAn concepto que
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sea negativo en sí mismo y, por así decir, por naturale@a! eamos de m(s cerca la génesis de esta idea de negación! "l ad3etivo BnegativoC sirve para designar el fenómeno o el concepto opuesto en relación con el fenómeno o el concepto puesto) 2ólo en una situación concreta, K es el opuesto de /! >egel, al usar las pala#ras BnegaciónC, BnegativoC, convierte o contri#uye a convertir, sin pretenderlo, una situación en una entidad, un ente de ra@ón! "sta manera cómoda, eminentemente escol(stica Dy pedagógicaE de expresarse, significa que lo opuesto se opone a lo que est( puesto como el BnoC se opone al BsíC! "s una de las desventa3as del Bcomo síC! 2e toma la pare3a sí;no para representar el hecho de la operación, que nada en efecto representa me3or! Pero después resulta difícil escapar a la comodidad de ese marco conceptual, difícil no a#usar de él! e hecho, considerados fuera de su conexión dialéctica, lo BpuestoC y lo BopuestoC no son contrarios sino distin5 tos= al conGertir esos adistintos C en 9contrarios:, se corre el riesgo de conGertir una situación en su3stancia) "n el pensamiento dialéctico en acción,
posición y oposición son dos situaciones que dos fenómenos, dos conceptos, dos BgruposC, ocupan por relación mutua y que sólo ocupan por un momento! Podemos representar este momento mediante un segmento de una curva! "l negativo es una función que cu#re un elemento en relación con otro elemento! $o negativo no es el negativo de ese positivo! /hora #ien, en >egel, y en los filósofos que han sufrido su influencia, muchas
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veces se ha#la del negativo como si fuera algo, hay una entrega al lengua3e y una tendencia a de 3arse llevar por la narración de las tri#ulaciones de esta negatividad! "l negativo no es la nada que antes de >egel se considera#a como el resultado de la dialéctica, Bes el otro del primer términoC! "l pensamiento dialéctico, que capta los fenómenos en sus relaciones recíprocas, es un pensamiento sintético! $a antítesis es el otro! /l ponerse en movimiento este pensamiento une y desune los fenómenos distintos! $a realidad es contradictoria porque nuestro pensamiento a#arca Blo mismoC con Blo otroC, procede sintéticamente uniendo lo mismo a lo otro, lo distinto a lo distinto! G, por otra parte, la realidad es contradictoria en sí misma Dcuando en el desarrollo de un ser o de una sociedad, como hemos dicho de la sociedad romana, la contradicción tiene un papel motorEH a nivel del ser vivo, nuestro pensamiento comien@a a perci#ir las contradicciones motrices Dcontradicciones que los filósofos de la naturale@a, y >egel por ser uno de ellos, extienden al con3unto de los fenómenosE! En el tiempo, un ser sólo sigue siendo él mismo deviniendo otro! "s el tiempo Dpor así decir, y nada m(s importante que ese Bpor así decirCE el que transforma lo verdadero en falso y lo falso en verdaderoH ayer &oma m(s dé#il que :artago, hoy &oma igual a :artago, ma0ana &oma m(s fuerte que :artago! "l 3uicio de un pensador so#re una relación de fuer@as históricas, si sigue siendo el mismo, o #ien de verdadero se convierte en falso o #ien de falso se con-
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vierte en verdadero, porque esa relación de fuer@as ha cam#iado, porque el tiempo 7a interGenido) "s el tiempo el que convierte a un oscuro conglomerado de tri#us rurales en una ciudad que al principio no tiene mucha importancia en la política mundial, luego en una ciudad periférica pero viva, m(s tarde en una capital, después en una metrópoli mundial! :on el tiempo, esta metrópoli vuelve a ser una ciudad provinciana, el destino del mundo no se 3uega ya en ella sino en otra parteH aquellos que pueden determinar ese destino y que, haciendo lo que quieren, no pueden, incluso en la hipótesis m(s favora#le, sa#er todo lo que hacen, no se encuentran ya a(uí sino allí) "l pensamiento real, #asado en los seres vivos, en los individuos, en las sociedades, el conocimiento real, que es un conocimiento pensado, es dialéctico porque el hom#re es un ser histórico, porque la experiencia humana se desarrolla en el tiempoH en ese sentido, el ser es el tiempo! $a vida que rompe, como por una serie de explosiones, la igualdad de las cosas consigo mismas, aporta el tiempo! "l tiempo es la dimensión dialéctica! $os o3os de >`lderlin descu#ren ya la otra Gertiente de .recia! >egel se pone en movimiento con paso lento y poderoso, guiado desde el fondo de las edades por el rastro alado de >er(dito! /m#os anuncian que en "uropa los pensadores históricos suceder(n a los hom#res de entendimiento a#stracto e intemporal! G en la o#ra de los historiadores y filósofos rom(nticos se es#o@a y predetermina el mundo cultural y espiritual que nuestros inmedia'
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tos antepasados nos transmitir(n! +anto si tienen conciencia de ello como si no, los pensadores europeos m(s cargados de futuro extraer(n, sacar(n a la lu@ y Bela#orar(nC los materiales para una lógica de la 7istoria)
$a cuestión que aquí tratamos no es sa#er si hay aplicaciones falsas, erróneas y sin valor del BpensamientoC o Bmétodo dialécticoC F las hay, no solamente en los epígonos de arx y "ngels, sino incluso en el mismo >egel, en quien encontramos ya todo lo necesario para cu#rirle de duda y descrédito Del peor enemigo de >egel es >egelEF , sino solamente sa#er si las hay realmente valiosas, en qué consiste su valor, de dónde viene y adonde va! "l car(cter de deus e' mac7ina del tercer t&r5 mino, mediante el cual nace la trinidad hegeliana F la solución es demasiado #onita y f(cil para ser realmente v(lidaF , se lo dan precisamente aquellos que pretenden negar todo valor, y a veces toda significación, al con3unto mismo! 9mporta explicarse #ien! "st( claro que el deus e' mac7ina existe, y que es preciso meterlo en el almacén de los accesorios! )na inagota#le fuente de Bcomicidad filosóficaC se encuentra en la deducción solemne de lo que antes uno ha compro#ado ya in pet# to) e hecho, la m(s v(lida intuición hegeliana envuelve otra cosa muy distinta! /ntes de >egel, los sistemas presenta#an pare3as de opuestos, reconocidos y admitidos comAnmente por el pensamiento filosófico, la m(s carac-
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terística de las cuales es la pare3a materia;espíritu! "sos sistemas, tanto si eran monistas como dualistas, su#estima#an uno de los dos términos Dsu#estimación que podía llegar a la supresión en un monismo rigurosoE, y superestima#an el otro! "sta solución no era una solución, era un fracaso! :uando el filósofo BaumentaC un término y BcensuraC el otro, se convierte, para nosotros, en su3eto de una especie de psicoan(lisis histórico% Opor qué aumenta, por qué censura, por qué disminuye? )n sistema, fundado en el predominio o preeminencia de un término, est( necesariamente enfermo, y gracias a él, el espíritu, después de ha#er admirado, se siente, en definitiva, necesariamente frustrado! /sí comprendemos me3or en qué sentido para >egel, en fin de cuentas, la filosofía es la historia de la filosofía Dy la historia de la filosofía es la filosofíaE! "s porque, en la historia de la filosofía, el otro viene dado con el uno, y porque entonces hay una puesta en moGim iento del BunoC por el BotroC, y del BotroC por el BunoC, y nuestro espíritu, entonces, no se siente frustrado! íctor :ousin creyó ha#er comprendido a >egel e hi@o una filosofía ecléctica! "ste error es una especie de error modelo) "n el eclecticismo no salimos del pensamiento fi3ista, las ideas est*n amontonadas en estado de reposo la dialéctica, al contrario, las pone en movimiento unas mediante otras! "l eclecticismo pretende recoger todo lo v(lido, pretende recoger todas las verdades y sólo ellas! "l resultado a que llega, preciso es reconocerlo, es completamente el contrario! :ada uno de los ele-
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mentos recogido así parece sin fuer@as, como marchito! O:a#ría preguntarse que la fuer@a de las verdades escogidas provenía de lo que tenían como contexto de los errores recha@ados? *os vemos o#ligados a reconocer que en el eclecticismo hay un vicio interno que #asta para prohi#ir su uso! $os términos opuestos valen por relación mutua! $os contrarios son unidades mientras sean contrarios! *inguno de los dos términos es verdadero cuando se excluye el otro! $o que es verdadero es su oposición, su coexistencia como opuestos! *osotros somos materia y espíritu, #ien y mal, actividad y pasividad, valor y no valor, y nos encontramos en todas esas pare3as! "s imposi#le definir la vida de una manera que no sea dialécticaH sólo puede definirse por oposición, es decir, con relación a la muerte% los dos términos son insepara#les! )no no se comprende si no es por el otro! :omo crecimiento o ascensión y decadencia, aspiración y expiración, sólo podemos pensar, su# specie temporis, dial&cticamente) 2ólo puede ha#er valor porque hay no;valor, racional porque hay irracional, principio porque hay fin! $o que sufre la ley del tiempo, lo que se mueve, sólo conoce dialécticamente lo que sufre la ley del tiempo, lo que se mueve! G no hay nada fi3o m(s que en relación con lo que se mueve! "l pensamiento Bfi3is; taC sólo tiene valor por el pensamiento dialéctico!L L >ay aquí un BarquetipoC y una constante% cf! la alternancia de la primavera y el invierno, de la noche y el día, etc!
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$as proposiciones anteriores pueden ser invertidas! 2i la oposición es real, la insepara#ilidad de los opuestos Daquí reside el secreto del fracaso del eclecticismoE, su unidad, es tam#ién real! /l no poder tener una existencia separada, la existencia es una unidad que los incluye a los dos! $a unidad real es una unidad en movimiento! :on relación al primer término, el segundo es una negación! "l tercero puede ser denominado negación o afirmación! "n relación al segundo, es negación Dnegación de la negaciónE! "n relación al primero, es posición o reafirmación Dreanuda el primero conservando y suprimiendo a la ve@ el segundo, explica >egel, lo que es propiamente superarE! Preciso es repetir aquí que uno de los términos sólo es negación en relación con el término que le precede, de modo funcional! "sa relación es una relación de posición o de situación! "l tercer término no es un misterio, es el momento de la unidad de los contrarios D>egel llama momentos a los términos cuando cada uno de ellos es a#stractamente separado de los dem(sE! $o que hay de esencial en el tercer término no es la cifra tres Ddesde el punto de vista en que nos situamos que es muy distinto del de un místico que especulara so#re los nAmerosE, es la unidad) /l ser la unidad de los contrarios, no es ni el primer término ni el segundo que se opone a éste, y sólo se le llama tercero para distinguirlo de los dem(s! "so significa que para que un universal o concepto sea concreto, pueda realmente ser presentado como tal, es pre-
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ciso que se haya hecho en él la unidad o síntesis, la unidad sintética de los opuestos! $a cifra tres no confiere al término que designa la cualidad de deus e' mac7ina, sino que se0ala simplemente que la unidad sintética y real de los dos opuestos se ha llevado a ca#o en este término! /sí, el ser y la nada son dos térm inos% uno y otro, cada uno sin el otro es la ausencia completa de determinaciones, pues uno es indiscerni#le del otro! 2olamente pueden ponerse Atilmente 3untos, es decir, como opuestos! *o hay ser solo, no hay nada sola, hay el ser y la nada! $a misma o#servación puede hacerse con lo verdadero y lo falso, el #ien y el mal, etc! "l #ien y el mal tienen cada uno una existencia relativa a su contrario! 2i no hay mal, tampoco hay #ien! 2i ponemos la existencia de uno, de#emos poner la existencia del otro! Por otra parte, hay grados% esto puede ser verdad en relación a aquello, y falso en relación a esto otroH #ueno en relación a esto, y malo en relación a trarios en relación mutua, sino, adem(s, relatividad aquello! *o solamente hay relatividad de los conde la aplicación de uno u otro de los términos de la pare3a en todo concepto<5! $o que es a la ve@ ser y nada, lo que es la síntesis de estos contrarios, la unidad de estos opuestos, es el devenir! /l caracteri@ar el devenir caracteri@amos lo vivo y, por excelencia, el hom#re que es a la ve@ ser y nadaH ponemos el tiempo que es <5 "n el sentido de >egel, explicado m(s arri#a% universal concreto!
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la su#stancia misma de que est( hecha la existencia humana, ponemos la historicidad de la historia! $a categoría del devenir es la categoría de la sucesión, de la historia! :ada instante mata el instante anterior y se nutre de él! "l ser y la nada est(n en lucha, uno suprime al otro, el otro suprime a uno, esta lucha es el devenir! >er(dito invade el siglo xix% la dialéctica es la teoría de lo que se desarrolla #a3o la categoría del devenir! "ste ser(, pues, el modo de pensar por excelencia del hom#re que ha tomado conciencia de la historia, y de su propia historicidad Den realidad se trata de una misma toma de concienciaE! *o es necesario rotular con la trinidad hegelia; na el pensamiento dialéctico! "l tercer término, que reafirma el primer término Bsuperado y conservadoC, es decir, metamorfoseado, es una negación, ya que es la negación del segundo término o antítesis, la negación de la negación! Podemos, pues, desde cierto punto de vista, considerar que es aAn una negación! . l mismo tiempo, el tercer término es una afirmación en la que encontramos nuevamente el primer término metamorfoseado! "s, pues, al mismo tiempo y a la ve@, afirmación y negación, y oculta en sí una especie de coinci5 dentia oppositorum, y m(s precisamente de unidad o síntesis, de unidad sintética de los contrarios! :a#e pensar en el modo dialéctico sin someterse al ritmo ternario o por lo menos sin tenerlo en consideración! B$a negación de la negación es una contradicciónC, su#raya >egel, al tratar de
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2pino@a en su historia de la filosofía! Profundi@amos aAn m(s cuando captamos adem(s que esta afirmación es una negación, y que esta negación es una afirmación! *egación y afirmación son funcionales, hacen referencia a puntos de vista, remiten a situaciones! /dem(s Btoda determinación es negaciónC significa tam#ién Btoda afirmación es negaciónC, ya que no hay nada, no hay proposición ni BformaC determinada, una roca, un (r#ol, un león, un hom#re, que no sea limitado, es decir, segAn el adagio spino@ista, que no lleve en sí la negación! Pero cada forma es tam#ién una BafirmaciónC! $a particularidad y el límite son constituyentes de esta afirmación que es su ser! "se ser lleva en sí la negación por el hecho de ser limitado! $a negación de la negación es a la ve@ afirmación y negación! >egel se0ala que el entendimiento no puede soportar esta contradicción, que esta contradicción supera el entendimiento y reprocha a 2pino@a el ha#erse quedado prisionero del entendimiento! 2pino@a sólo expresa Bun aspecto de la negaciónC! *o puede ha#er Bnegación de todo lo particularC como en 2pino@a Dpara quien sólo hay la su#stancia, que es divinaE, sin que haya al mismo tiempo afirmación de todo lo particular! 2pino@a, se0ala >egel, es parcial% en el spino@is; mo hay la su#stancia, pero no hay el su3eto! "n este sentido es en el que la historia de la filosofía es la filosofía! )na filosofía adquiere su necesidad de las dem(s filosofías y se transforma de verdad en error si quitamos las dem(s! /l mismo tiempo, toda verdadera filosofía es irrefuta#le! "tc!
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Para captar lo que de#emos so#re todo a >egel, hemos de romper como la corte@a de un fruto el propio sistema hegeliano! >egel inició una lógica de lo que est( sometido al tiempo, de lo que se mueve y se transforma, una lógica no tanto de la historia como de lo histórico, una lógica real, una lógica de la realidad tal como la capta el hom#re, una lógica que, teniendo las cualidades que se propone comprender, devuelva a la pala#ra inteligencia Dde intus legere su sentido etimológico% cap5 tado desde dentro << y que, así, Bexprese la necesidad interior de su o#3etoC! "sta lógica se propone la síntesis de la intuición y del concepto, tomado en el sentido de la "scuela! >egel quiso pensar la intuición de >er(dito, para captar la misma realidad su3 specie temporis) D*o se trata aquí del sentido que la filosofía de >egel tenía para >egel, sino del sentido que tiene para nosotrosE! "l ritmo del tiempo GiGido es el contraste, primer germen, en lo inmediato, de la oposición% la duración es uniforme y la conciencia se dormiría tal ve@ si no se apreciara el paso del antes al después Dprimer germen del paso del mismo al otroE, si no se perci#iera como un contrasteH BvivirC el tiempo es BvivirC esos contrastes y así convertirlos en oposiciones! $os Bestados vividosC<< =M contrastan uno so#re el otro, al silencio sucede el << :f! Jean >yppolite% Introduction * la 7iloso# p7ie de l0istoire de 0egel) París, 56M8, p! NQ! <= >egel% >enomenología, 9, trad! >yppolite, p! MQ!
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sonido, la puerta se a#re, alguien entra, etc! $a sola sucesión, si tomamos de ella conciencia, comporta ya la oposición! Por una indestructi#le necesidad, la intuición de >er(clito lleva a la ve@ a las oposiciones o contrastes y al devenir! $a noción de contrario es una representación intelectual que tiene como primera materia la experiencia de la sucesión, es decir, la alternancia! $a sucesión y la alternancia llevan en sí, virtualmente, la eclosión de los contrarios! ^5 contrario es una a#stracción de la alternancia! $os dos fenómenos consecutivos quedan entonces reducidos a sus oposiciones, sin que se tenga en cuenta todo lo dem(s! )na doctrina de los contrarios es una Bpuesta en formaC intelectual de esa alternancia vivida! 2e encuentra ahí el germen de una confusión de la que se derivar(n algunos de los malentendidos que separan a >egel de sus lectores! $a alternancia permite la distinción de los instantes que una diferencia de contenido permite separar! *o se perci#irían esos instantes como distintos si la alternancia no permitiera oponerlos! e eso no se deduce que, en un estadio m(s adelantado de ela#oración intelectual, no haya diferencia entre con5 trarios y distintos) "n el verdadero pensamiento dialéctico, los fenómenos o los conceptos distintos se oponen! *o por eso constituyen pare3as de contrarios imposi#les de deshacer y que, por así decir, viven una especie de existencia su#stancial! /l ser el tiempo la su#stancia de nuestra conciencia, toda distinción tiene como condición necesaria una oposición! ^5 pensamiento dialéctico consiste
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en deshacer pare3as de opuestos y en rehacer sin cesar otras! Pero la repetición constante de ciertas oposiciones determina pare3as duraderas es preciso no confundir esos contrarios constantes con las oposiciones renovadas sin cesar por las que pasa un pensamiento que intenta captar el sentido de lo que est( sometido al tiempo!
I ll
RE@O 1! CIO N L C O NTR.RRE@O 1! CIO N I. 1EC TIC . E 1 ENS.- IEN TO O 1ITIC O E!ROEO 1O !E - . R / EUE . 1. CO N TR. RR E5 @O1!CION
$as oposiciones est(n virtualmente dadas en el devenir! "l ser que se eleva por encima de lo inmediato se encuentra arro3ado en las contradicciones, y no porque esas contradicciones sean contradicciones intenta salir de ellas, sino porque tienden a anularlo! "s necesario recordar que lo (ue es motor en las contradicciones no es la contradic5 ción misma, sino el moGimiento para salir de ella)
Polemos, que Bhace a unos li#res y a otros esclavosC, es Bel padre y reyC! "l universo en el que vive >er(clito parece a éste un Buniverso guiado por el ray oCb ! >er(clito vivía en un mundo en estado de crisis histórica, sacudido por convulsiones sociales y guerreras, un mundo contradictorio en estado de lucha consigo mismo, en el que los b
+rad! Gves Kattestini, París, 56M8!
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hom#res esta#an Bdestinados desde su nacimiento al a@arC! $a transformación decisiva de donde de#ía surgir el fin de la dominación de las +Ovri de las grandes familias patriarcales en las que se prolonga#a el antiguo orden tri#al, se hacía irrevoca#le! $a ciudad, cuyos mandos religiosos, políticos, sociales Dnosotros somos quienes los distinguimosE eran la sede de toda vida espiritual alerta y consciente de sí misma, se halla#a puesta en tela de 3uicio por el nuevo poder social, marítimo y capitalista, nacido de la mar, y que, para atacar a las grandes familias, se apoya#a en los hom#res socialmente desintegrados, cautivos, vencidos, extran3eros, todos aquellos que no pertenecían a un orden Dcomo los BthetesC del /ticaE, aquellos a los que >er(clito llama#a la muchedum#re, a la que m(s tarde se llamar( ple#e o proletariado, los hom#res a los que la guerra, la economía Do am#as cosasE ha#ían desarraigado y amontonado y que, segAn la céle#re expresión, est(n en la sociedad pero no son de la sociedad! e ahí el florecimiento de go#iernos democr(ticos o tir(nicos, pero cada ve@ m(s raramente olig(rquicos! emocr(ticos si la clase comerciante, apoy(ndose en las pasiones populares, era #astante fuerteH tir(nicos si las fuer@as presentes eran sensi#lemente iguales, de manera que los vencedores sólo podían mantenerse mediante el terror, o #ien si un poder violento, con tendencias autónomas, apoy(ndose en mercenarios, sim#oli@ado por una acrópolis dominando la ciudad, se instala#a a costa de las dos facciones, #rotado de una u otra, pero a las que
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imponía un equili#rio por la sola existencia de una fuer@a independiente ya de ellas! ediante la tiranía la ciudad conseguía so#revivir traicion(ndose! "l régimen olig(rquico, vinculado al poder de la tierra, fue el gran vencido de estas luchas! "n todas partes Dsalvo en "spartaE se vio o#ligado, por lo menos, a transigir! /l mismo tiempo un inmenso poderío se0orial y de hacendados, que disponía de enormes recursos humanos y materiales, Persia, amena@a#a a las ciudades cuya prosperidad económica dependía del mar! $a misma forma de la Polis considerada como marco político, resulta#a pro#lem(tica tanto desde fuera como desde dentro, ya que cada ciudad no podía defenderse sola contra tal poder! $a cuestión de las alian@as duraderas, en las que los particularismos de cada ciudad tenían que someterse a una necesidad vital m(s general, esta#a ya virtualmente planteada! B"l pue#loC no era ya lo #astante homogéneo para com#atir, a la llamada de Blos me 3oresC, Bpor su ley como por sus murallasC! O]uiénes eran ya los me3ores? "l poder cam#ia de manos, ya no se confunden sa#iduría y no#le@a! Kasta que un sa#io F como >er(clitoF sea no#le, para que la facción contraria le trate como un enemigo pA#lico! G los dioses de las iévrD5 vinculados a los cultos familiares y a determinados lugares sagrados, se ven al mismo tiempo amena@ados por movimientos religiosos din(micos, capaces de extenderse como epidemias, puesto que ningAn particularismo les limita! "ntre los no no#les, los cultos dionisíacos satisfacen a la ve@ la
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afectividad profunda y el deseo de emancipación social! $os contornos de los acontecimientos se nos presentan daros, como un paisa3e visto desde un avión se parece al relieve topogr(fico que lo esquemati@a! entro de los límites de una vida humana, a la escala de esta vida, no ocurre así! $o que m(s atrae son los vicisitudes, los alti#a3os, las alternativas de la fortuna, las expoliaciones, las matan@as, las proscripciones, las vengan@as, las traiciones, los excesos de todo tipo de los hom#res y de las po#laciones que se acostum#ran a la violencia, a la ausencia de ley, que aprenden a ser serviles sin medida cuando son las m(s dé#iles, y (vidas, feroces y sin tra#as cuando pueden! B$os de "fe; so harían me3or ahorc(ndose todos a la ve@!!!C! >er(dito, adem(s, pertenecía a esas grandes familias cuyo poder declinante no so#revivir( a esa alteración, a esas familias que alterna#an el enga0o con la violencia para mantener sus posiciones, pero que por su parte de#ían ceder al enga0o y la violencia! 2in duda, >er(dito era m(s sensi#le que un Bhom#re nuevoC no sólo a la irreversi#ilidad sino tam#ién a la irremisi#ilidad del +iempo! /rro3ados del pasado, ese tipo de hom#res se parecen a los hi3os de :ronos devorados por su padre, ya que el tiempo se les aparece a la ve@ como un padre y un asesino, que destruye lo que ha creado y crea lo que va a destruir! "l reino del tiempo se parece tam#ién al de Bun ni0o [que\ 3uega y hace avan@ar los peonesC! >er(cli; to designa al engendrador de todas las cosas a veces con el nom#re de :ronos, otras con el de Po;
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lemos, otras con el de Xeus, Bel VuegoC o #ien el !no) $os contrarios producen el ser que nosotros experimentamos, igual que la lira produce la mAsica y el arco, la muerte! /ristócrata, pero diferente de los suyos por su sa#iduría, gracias a la cual Bve desde fueraC, como si no fuera uno de ellos, escri#e estas pala#ras% B+radición, tierra desnuda!C Vorma parte de ellos y al mismo tiempo es extra0o a ellos! *o tiene una intelección de la lucha, pura y a3ena% Buro es luchar con el cora@ón, pues nuestra alma paga todos nuestros deseos!C $o que vive, vive por la muerte de lo otro! >er(clito plantea la relatividad% un go#ierno, peor que otro, me3or que un tercero, es, para los hom#res, #ueno en relación a aquél, malo en relación a éste! "n un mundo desenrai@ado, en marcha, todo se vuelve movedi@o y comparatiGo) $a intuición de la duración ritmada por los contrastes, es la de una relatividad! $a misma idea de desorden es relativaH el desorden y el caos lo son para nosotros porque estamos situados en el centro del tor#ellino! >er(clito est( a la ve@ fuera y dentro del tor#ellino, es víctima, actor y espectador! "l espíritu est( a la ve@ en el mundo y fuera del mundo, es el mundo que se conoce a sí mismo! "l pensamiento de >egel se forma y luego se fi3a en sus grandes líneas entre la primera revolución francesa, la revolución B3uiciosaC de 5Q86, y la decadencia de *apoleón! >egel sufre menos los acontecimientos que >er(clito, pues pretende ser el pensamiento de los acontecimientos! /lema;
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nía, políticamente, est( #asada en la división! "n ella se mantiene anacrónicamente un taraceado de origen feudal Den relación a "spa0a y /ustria y so#re todo a Vrancia e 9nglaterraE #a3o la forma de minAsculos principados que parecen desplegar su so#eranía con tanta m(s intensidad cuanto el movimiento de la historia va retir(ndoles su su#stancia! /lemania entra en un proceso de unificación acelerada #a3o el impulso de las fuer@as francesas en li#ertad! "n ese momento, >egel ve en *apoleón al hom#re del destino, al hom#re mediante el cual parece ser que las cosas llegan por fin, al agente y como la espada viva de fuer@as por encima de toda individualidad que sostienen esta individualidad particular Dla cual ser( derri#ada en cuanto esas fuer@as no la sostenganE! /ntes de *apoleón, antes de >egel, la filosofía de las luces ha#ía criticado el mundo existente, pero todo ocurría en el seno del entendimiento! /hora el mismo mundo cam#ia#a, y el cam#io no se parecía a las ideas de los filósofos! "ra preciso ser >egel para esta#lecer, mediante el pensamiento, la profunda coherencia entre estas ideas y aquel cam#io! "l "stado, que la crítica revolucionaria ha#ía discutido y negado, renacía mucho m(s poderoso que la propia revolución que pasa#a a ser considerada meramente como una crisis de crecimiento del "stado! $a empresa de >egel fue ciclópea y ya en aquella época parecía exceder a las fuer@as de cualquier hom#re Den el siglo xv m la Enciclopedia francesa fue conce#ida como una o#ra colectiva y, segAn la imagen que hoy día se impone, provi;
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nente a la ve@ del foro, del la#oratorio y de la f(#rica, como Bun tra#a3o de equipoCE! Ka3o el choque de la &evolución francesa, el pensamiento europeo comen@ó a emitir nuevos sonidos discordantes entre sí, mientras que en las )niversidades seguía sonando la antigua mAsica y los hom#res disponían en ellas de antiguos conceptos para pensar las cosas nuevas que esta#an a punto de 7a5 cer) >egel quiso componer con todos aquellos sonidos discordantes una sinfonía! /lemania, que, salvo en Prusia, se mantenía pasiva y que en Pru; sia fue al principio vencida, retrasada en los hechos, encogida en el interior de su#divisiones completamente superadas, adquirió mediante el pensamiento un gran impulso! +odo ocurrió como si allí fuera donde se pensara el presente y se escrutara el futuro! $os dem(s esta#an ocupados en hacer el destino, y en hacerlo en /lemania! "n /lemania aparece claramente como destino hecho por los hom#res que sa#en lo que quieren, pero no hacen lo que quieren, porque no pueden sa#er todo lo que hacen cuando creen hacer solamente lo que quieren! "n esas épocas decisivas se pone de manifiesto que los hom#res hacen su propia historia pero ignorando las consecuencias de esta historia que hacen! "n el terreno de los hechos, las fuer@as anteriores, sacudidas, se transforman para resistir! "l orden #asado en la costum#re se halla amena@ado por el orden a#stracto, negador de las diferencias! $a clase que su#e detr(s de la #andera de este orden es la que las antiguas 3erarquías pretenden o#staculi@ar en su expansión! $a
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#urguesía, fundada en la rique@a no#iliaria, la previsión, racional, la ha#ilidad intelectual, después de adquirir la pr(ctica de la administración de las cosas, y ya m(s de la mitad de la del go#ierno de las personas, opone idealmente al orden antiguo Dha#ía un antagonismo entre la estratificación social y el dinamismo económicoE la reivindicación universal de la igualdad de los hom#res! Pr(cticamente, reclama el poder para aquellos que son y se sienten m(s aptos para e3ercerlo, es decir, ella misma! DPero recordemos que la #urguesía no es una clase cerrada! $o que después de arx se llama #urguesía no es sino la parte m(s activa del tercer estadoH los marxistas de hoy la llamarían Bla vanguardia del tercer estadoCE! :omo el poderío de 9nglaterra se #asa#a en su desarrollo marítimo y comercial, superior a todos los dem(s, la no#le@a hereditaria, directamente salida de los se0ores feudales, a pesar de los antagonismos o#ligados, por lo que respecta#a a los intereses, era m(s solidaria de la clase comerciante que de la no#le@a del continente! "n 9nglaterra la aristocracia no ha#ía sido sometida por la monarquía! ientras en Vrancia la monarquía, desde sus orígenes Dlos legisladores de Velipe /ugustoE, se ha#ía apoyado en el tercer estado contra la no#le@a feudal, en 9nglaterra una coalición de la no#le@a y la B#urguesíaC su#ordinó la monarquía al interés pu#lico! arias veces los +udor y los "stuardo intentaron lan@arse a una política de hegemonía din(stica al igual que las grandes monarquías del continente! Pero eso era contrario a los intereses
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particulares de 9nglaterra% si la monarquía inglesa hu#iese vencido al continente, el centro de gravedad se ha#ría despla@ado y convertido en continental! $a coalición de fuer@as que representa#an los intereses específicamente ingleses, los intereses propios de 9nglaterra, creó el reino constitucional y el régimen parlamentario para salvaguardarse a sí misma y sólo toleró una monarquía que no pudiera arro3ar a toda la nación a una política continental de hegemonía din(stica! $a B&evolución inglesaC del siglo xvit ilustra y consagra este hecho! e ello se desprende que no hu#o nada en 9nglaterra tan violento y duradero como el antagonismo francés de la no#le@a y el tercer estado! "l siglo xvill francés es la historia de algunas desgraciadas contraofensivas de los BórdenesC privilegiados Dde la polisinodia de 2aint;2i; mon a los nota#les de KrienneE para reconquistar el terreno adquirido por el tercer estado, gracias so#re todo a la monarquía de $uis 9! irigido por una BvanguardiaC que se servía del con3unto del tercer estado, es decir, de la inmensa mayoría de franceses, como un carnero de millones de ca#e@as, el tercer estado se opuso en con3unto a los Bórdenes privilegiadosC! "sta vanguardia quería arrasar el orden antiguo representado por los BestadosC privilegiados Den los que, por otra parte, no falta#an los tr(nsfugasE! "n 9nglaterra, al contrario, se ha#ía creado un equili#rio ha#itual #asado en los intereses propios de 9nglaterra y comunes a la aristocracia terrateniente y a la rique@a mo#iliaria!
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*o de#e, pues, sorprendernos que la respuesta ideológica a la &evolución francesa, la defensa de la particularidad histórica y de la costum#re reci#ida por tradición, surgiera en 9nglaterra Dlas Re5 "le'iones so3re la ReGolución "rancesa de KurWeE y que fuera determinante por lo que respecta a los teóricos continentales de la restauración mon(rquica, de la esta#ilidad y de la conservación socia lugoE, incluso cuando no hay una influencia directa, de3a de tomar, parte al menos de la argumentación de KurWe, que, sin em#argo, es un A7ig y a quien son org(nicamente extra0os tanto el catolicismo fant(stico y los sue0os del 2acro 9mperio romano;germ(nico redivivo de *ovalis como la teocracia de Konald y el ocultismo latente de Jo; seph de aistre Dpor e3emploE! Por lo que respecta a 9nglaterra, desde principios del siglo xvm ha#ía comen@ado a a#rirse paso en el continente, y ante todo en Vrancia, una istórico, 3uristas como >ugo y >aller, historiadores como 2avigny y &anWe, rom(nticos inspirados como *ovalis! Ga que el autor de los 0imnos a la noc7e lo c tam#ién de >e 6 amor, El re6 6 la reina y Europa 6 la cristiandad= opAsculos, manifiestos, li#elos, es cierto, pero podríamos decir que el li#ro de KurWe no es m(s que un largo li#elo! +am#ién es otra cosa!
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aparente parado3a y un malentendido real! espués de las Cartas inglesas de oltaire, que ponen de manifiesto la influencia de John $ocWe so#re todo el pensamiento francés del siglo xv m , los intelectuales Den este período de la historia aparece esta especie social, cuyas características variar(n pero de la que a partir de este momento se puede tra@ar una especie de filiación directaE partidarios de imponer una constitución ra@ona#le y racional, que sustituya a las pr(cticas de go#ierno y de administración fundadas en la costum#re y por tanto afectadas de irracionalidad y particularismo, se declaran partidarios de 9nglaterra, del pensam iénto inglés y del e3emplo inglésH ponen de moda a 9nglaterra! 2in em#argo, el 3a3eas cor# pus, las precauciones contra el BdespotismoC y contra la posi#ilidad del BdespotismoC, el hecho de que el impuesto, todos los impuestos de#an ser consentidos por los contri#uyentes o m(s exactamente por sus mandatarios, es decir Den 9nglaterraE por los poseedores reales y los artesanos responsa#les de la rique@a del país, todo eso posee Dsiempre en 9nglaterraE el car(cter de un hecho lentamente adquirido, lentamente consolidado, es decir, el car(cter de la costum#re y de algo particular de la historia de 9nglaterra! "sta Bra@ónC inglesa en la que los filósofos veían la misma ra@ón, #rota de la historia real de 9nglaterra, es como una secreción de la misma! 9mportada al continente, la constitución inglesa, un poco cam#iada y convertida en Buna constitución a la inglesaC, ser( como el arco de unión para todos los que son partidarios de sus-
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tituir la costum#re, el particularismo, lo BirracionalC, por las instituciones de la ra@ón a#stracta, a los o3os de los cuales todos los hom#res son iguales y en un cierto sentido seme3antes! . partir del siglo / @ I I I la constitución inglesa no tiene el mismo signi"icado en Inglaterra (ue en el continente) "n el continente es el modelo y tie-
ne que ser la matri@ de las constituciones que la &a@ón de#e imponer porque son conformes a la &a@ón! $os ingleses sa#en que no hay constitución a la inglesa, que lo que se llama así se ha formado tan naturalmente como las conchas del mar! 2e trata de costum#res y leyes sucesivas que se han yuxtapuesto, que en cierta medida se han corregido mutuamente, cuya valide@ proviene de la prue#a, del uso y de la duración, ya que no est(n contenidas en el texto de una constitución, ni impuestas en un cierto momento ni destinadas a durar para siempreH si existen, es porque convienen a los que rigen, y esta conveniencia es el secreto de su eficacia! $os ingleses que viven de acuerdo con su constitución no sufren ninguna restricción venida de fuera! "sta diferencia de significado de la constitución inglesa para los ingleses y los BintelectualesC es lo que explica esta aparente parado3a% por una parte los intelectuales franceses del siglo xv m dieron la se0al de ataque con los o3os fi3os en la Bconstitución inglesaC, por otra parte 9nglaterra dio, con las Re"le'iones so3re la ReGolución "rancesa de KurWe la vigorosa se0al de la contrarrevolución! D)na de las características constantes del intelectual, considerado como espe-
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cié que conserva ciertos rasgos comunes desde el siglo x v i i i , es la de pro6ectar so#re acontecimientos que ocurren en otras partes sus aspiraciones y esperan@as! O*o tomaron, acaso, en los a0os treinta el régimen estalinista por lo que no era, igual que tomaron en el siglo x v i i i la constitución inglesa por lo que no era?E "n sus Re"le'iones so3re la ReGolución "rance5 sa, KurWe reprocha a los franceses que no actuaran como los ingleses, mientras los intelectuales franceses ha#ían hecho a sus compatriotas el reproche contrario! $os franceses pretendieron arrasar todo lo que ha#ía sido e'perimentado y reempla@arlo partiendo de declaraciones redactadas por Bhom#res de letras y hom#res de leyesC! /quí es donde se acusa con toda su fuer@a la oposición que dominar( todo el pensamiento político europeo de la revolución y la restauración% la oposición entre lo que es BnaturalC Dreligión, derechoE y lo que es BpositivoC! $as pala#ras equivocan% con la pala#ra BnaturalC los filósofos del siglo x v i i i y sus continuadores designa#an las reivindicaciones Ba#stractasC fundadas en la negativa a aceptar las diferencias sociales entre los hom#res Des decir, pr(cticamente cierta 3erarquía social, cierto ordenE! Por BpositivoC comprendían, en cam#io, el derecho o la religión con su contenido histórico, situado en el espacio y el tiempo! e modo que Dpor e3emploE la religión BnaturalC entendida en el sentido del siglo x v i i i es, ante todo, una religión (ue no e'iste, y la religión positiva es el catolicismo para los católicos, y las diversas confesiones cristianas
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para aquellos que han sido educados en ellas! "sa Bnaturale@aC tiene la particularidad de no existir y de aparecer para responder a una exigencia de la Bra@ónC! :ontrariamente al sentido corriente de la pala#ra, lo natural sería lo que no es, pero sí lo conforme a ciertas exigencias que existen en el B>om#reC! KurWe toma partido agresivamente por lo BpositivoC contra lo BnaturalC! "sos partidarios de la Bnaturale@aC le parecen unos seres destructores, unos hom#res que destruyen lo que es en nom#re de lo que no es! "sos anglómanos Dno todos los intectuales franceses lo eranE se oponían de hecho, sin sa#erlo, a esa constitución inglesa de la que se declara#an partidarios, porque no comprendían (ue no era una constitución sino una costum3re aun(ue es cierto (ue al (uererse apropiar la Bcostum3re C otros 7icieron de &sta una constitución) *o hay pues que sorprenderse si
las medidas cam#ian de sentido, y lo que era li#ertad a ese lado de la ancha fuera tiranía en el otro, ya que se trata#a de una idea de li#ertad que ha#ía que imponer desde fuera a una comunidad histórica que no la ha#ía extraído de sí misma! Para resistir a los enemigos de fuera y de dentro, los que esta#an de tal modo entregados a la li#ertad que pretendían imponerla a todo el mundo, arri#aron Fes el Terror F al primer proyecto de estatismo totalitario! "sta li#ertad que no ha salido org(nicamente de la historia, es som#ría, est( inquieta de sí misma, se halla siempre sometida a sospechas, y mata para tranquili@arse, para que los hom#res del ma0ana Dporque hoy hay tantos BmalosC y
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B#ri#onesCE sean li#res! Pero los poetas y pensadores europeos Dlos ingleses y alemanes que ha#ían aplaudido la &evolución de 5Q86 considerada como la explosión del espíritu y de la li#ertad, una li#ertad que no mata#a, sino que hacía avenirse a ra@ones a sus enemigosE se muestran hostiles al +error% esto le ocurre tanto a Iant como a :oleridge! *o querían eso! "s tam#ién el caso de los intelectuales franceses que, después de hacer la revolución, fueron víctimas de ella! *o sólo aquellos que después de ha#er sido partidarios entusiastas del movimiento lo com#atieron, como :henier, sino tam#ién aquellos que lo encarnaron como esmoulins, &o#espierre y 2aint;Just! $o que antes ha#ía sido el "stado encarnado en el rey ahora era algo móvil e incierto, y la m(quina de matar, como si se hu#iera vuelto loca, sega#a a todos aquellos que se encontra#an a su alrededor, mientras que los h(#iles Fdesignados por el hecho de so#revivirF aprendían a situarse #ien y a despla@arse con la suficiente rapide@ para estar siempre Bal lado #ueno de la m(quinaC! "n el siglo xix, la aparente parado3a se mantiene! $os políticos li#erales siguen declar(ndose partidarios de 9nglaterra, del pensamiento inglés, de las instituciones inglesas, mientras que los conservadores, y so#re todo los BreaccionariosC Dfue entonces cuando reci#ieron y merecieron este nom#reE, oponen al curso de las cosas un ideal y unas representaciones fant(sticas! $a historia en su imaginación se transform aH BteocraciaC, BcristiandadC se confunden con B"uropaC! "l 2acro 9mperio en
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el que sue0an no es ya el logro intermitente y precario del mayor se0or feudal! *o ven como nosotros los refle3os de la pArpura romana y la som#ra de la tiara cayendo como una capa agu3ereada so#re el cuerpo feudal! "l B2acro 9mperioC de *ova; lis es un 2acro 9mperio iluminado por el BamorC, que, a decir verdad, no caracteri@a ningAn período conocido de la historia! "l gran valor y la posición particular de >egel en la historia del pensamiento político europeo provienen de que muy pronto comprendió esta oposición del pretendido BnaturalC y el pretendido BpositivoC y que, considerando cada uno de los términos como la antítesis del otro, preconi@ó la síntesis, que no podía ser ni salto en lo irreal ni retorno a una edad superada Dy adem(s, lo sa#emos ahora me3or aAn que >egel, imaginada de travésE, sino un estado histórico nuevo y una filosofía nueva correspondiente a este estado! "sos dos términos se ponen en movimiento recíprocamente y de#en encontrarse, transformados, en la síntesis! e hecho, >egel considera fecundas la tesis y la antítesis% ninguna contiene en sí la verdad, cada una es v(lida con relación a la otra! $a tesis es la Bnaturale@a humanaC intemporal, la religión y el derecho BnaturalesC, a los que falta#a ser realesH la antítesis es KurWe y los partidarios de lo BpositivoC, es decir de lo que es y de lo que era antes de la revolución! O]ué podían ser una naturale@a, unos derechos, una religión que no eran los de ninguna colectividad humana en particular y, por tanto, de ningAn hom#re? >egel reprocha a los
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teóricos de la BreacciónC que se contenten con el hecho! /quellos a quienes #asta el hecho tienen en cuenta ante todo la historia, pero para traicionarla en seguida, haciendo a#stracción de ella en provecho del pasado, del presente y del porvenir! $a historia, por cuanto es irrupción del tiempo, hace cuestión del pasado, y si queremos apegarnos al pasado, de3amos de lado la historia, de suerte que la afirmación incondicional del pasado no es menos antihistórica que la negación incondicional del pasado! $os partidarios del Bderecho naturalC tienen ra@ón al 3u@gar el pasado y el presente, los partidarios del Bderecho positivoC se equivocan al no 3u@gar el pasado, de manera que el futuro parece quitar la ra@ón a am#os! >egel no quiso hacerse la ilusión de crear tina filosofía, pretendió seleccionar los elementos reales v(lidos que le aporta#an la historia y la filosofía y constituir una suma filosófica, no una suma en reposo, sino, por extra0a que pare@ca la expresión, una suma en moGimiento) 2e trata de una enciclopedia, pero en la cual los conocimientos y las ideas no son independientes ni est(n yuxtapuestos, sino que son interdependientes y se encuentran organi@ados, en donde valen todos y todas, unos y unas por los otros, en la que los contrarios adquieren su significado por los contrarios! L lo (ue el pen5 samiento 9reGolucionario: del siglo / I / V 6 m*s e'actamente -ar' F de3e a 0egel, resulta (ue lo de3e, a traG&s de &l, al pensamiento contrarre5 Golucionario, ya que el hegelianismo no es m(s
que la organi@ación viva y fecunda de elementos
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vitales anteriores a él! "n realidad, tanto aquellos a los que se ha llamado BrevolucionariosC como aquellos a los que se ha llamado reaccionarios o reactores Del uso ha hecho prevalecer la peor de las dos pala#rasE, el pensamiento que se considera#a a la BderechaC como el pensamiento que se considera#a a la Bi@quierdaC, se alimentaron en un terreno nutritivo comAn, que es el propio del pensamiento occidental! Junto y fuera de >egel, y sin que sea necesario siempre pasar por él, los BrevolucionariosC, los BsocialistasC, toman de los BreaccionariosC y cam3ian el signi"icado de lo (ue toman) B&eaccionariosC y BsocialistasC Dvemos aquí hasta qué punto estos significados son móviles y aptos a transformarse en su contrarioE, partiendo de la protesta de KurWe, y adem(s de la idea de vida so#re la que especularon desde Paracelso y an >elmont a la "scuela de ontpellier muchos Bfilósofos de la medicinaC, convierten la determinación de lo que es org*nico en uno de los centros de su pensamiento y de sus investigaciones! "ste es el caso tanto de 2aint;2imon, como de :omte como de Konald% un gran se0or innovador, un hi3o del 86 y un emigrado! +oman los mismos elementos en el medio y en el aire que respiran% sus filosofías, adem(s, se fecundan mutuamente! ponen los períodos org*nicos a los períodos críticos, consideran la cristiandad europea, la "uropa cristiana, como el sím#olo de un período org(nico, y después del período crítico del siglo xviii y de la revolución, aspiran a un nuevo período org(nico! $as ideas de vida orga-
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ni@ada, de organismo, del Btodo inmanente en sus partesC, de Bla omnipresencia de la unidad en la multiplicidad de las partesC a , que caracteri@ó lo vivo a los o3os de los pensadores rom(nticos, adquieren entonces una especie de papel regulador! $as instituciones reales, la religión y el derecho BpositivosC se presentan como fenómenos naturales Dlos rom(nticos invierten el significado de la pala#ra BnaturalCE, con el mismo título que los organismos individuales vivos! "l pensamiento político BreaccionarioC est( separado del pensamiento político BrevolucionarioC como el paraíso del infierno, el #ien del mal Del infierno de unos es el paraíso de los otros, y viceversaE! /m#os se reconocen así y se evitan de le3os DaAn lo hacenE! $a calificación de BreaccionarioC o de BrevolucionarioC equivale para el otro campo al sonido de la campanilla del leproso! $a impulsividad y la rutina, la irreflexión y el conservadurismo inerte, la negativa a examinar o a reexaminar lo que sea, la afectividad masiva y el entusiasmo colectivo, encuentran su medida en esta partición #ipartita, que su#siste aAn hoy en Vrancia, tranquila como la peste en la "dad edia, en la división del mundo intelectual en una i@quierda Dlos comunistas y los aliados Fvaria#lesF que toleranE y una derecha, todo el resto! 2in descender hasta esta división, o#ra m(s que a +odo eso actAa aAn a finales del siglo xix so#re las especulaciones sociológicas de "milio urW;
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de un maniqueísmo popular espont(neo de aquellos que se anticipan a la afectividad de las masas para canali@arla y hacerla derivar hacia sus fines Mnaturae non imperatur nisi parando, y remont(ndonos a una separación que corresponda en efecto a algo, pero que es relativa, luego diremos en qué, de#emos recordar aquí cómo ocurrieron las cosas en el seno del pensamiento europeo! 2i hacemos tal separación entre reaccionarios y revolucionarios, es posi#le que la verdad de sus relaciones intelectuales se considere escandalosa! "stas relaciones intelectuales son tan estrechas que, vistos a una cierta distancia, aquella en la que estamos situados, cada uno de esos grupos, cada uno de esos BpensamientosC se diría que son como una función diferente de un mismo organismo! /quellos que se declaran partidarios, con acierto varia#le, del modo de pensar BdialécticoC, y que se lo han apropiado casi F pero eso va a cam#iarF mediante diversos procedimientos de intimidación y la pr(ctica de una Bmala feC de la que es preciso que ellos sean las primeras víctimas, de#erían, si fueran lo que pretenden, no de 3ar que nadie sino ellos escri#iera lo que voy a escri#ir! arx toma de >egel la dialéctica! +al como >egel la hi@o partiendo de toda la historia del pensamiento occidental que él continua#a y del que era un BmomentoC Fy no hay desde ese punto de vista m*s en arx que en >egel, sino menos F , no hay siquiera un apartado por el que arx ha#ría de3ado todo lo que hay de muerto y tomado todo lo que hay de vivoH tanto da, lo ve-
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remos m(s adelante! /hora #ien, >egel era una síntesis, una suma, asumió la tarea de expresar todo cuanto ha#ía de v(lido en el pensamiento de su época, la Altima para él de las épocas de un mundo y un pensamiento que eran el mundo y el pensamiento, que ha#ía negado, pero conservado y transformado en sí misma todas las épocas anteriores! "l pensamiento crítico que dio armas a los hom#res de la &evolución francesa ha#ía permitido dar un gran paso% gracias a él se ha#ía derri#ado todo aquello que sólo se sostenía por h(#ito! Pero el pensamiento conservador acudió a recordar que sólo hay derecho, religión y moral reales Fy que no sean otra cosa que ensue0os Dlos cuales no pueden guiar los actos que provocanEF en lo históricoH que la naturale@a humana es una naturale@a histórica! "l pensamiento crítico, después de destruir lo que Bla vida del "spírituC ha#ía ya a#andonado, siguió destruyendo y no era m(s que la antítesis mec(nica de toda existencia histórica! "l pensamiento que apareció como contrarrevolucionario Féste es el sentido de las Re5 "le'iones de KurWeF mostra#a a los revolucionarios franceses entregados a un proceso de destrucción de lo que era en nom#re de lo que no era! $a verdadera constitución de un país es el modus GiGendi de los hom#res de ese país entre sí! $a destrucción de los a#usos, que todos los #uenos espíritus condena#an, i#a acompa0ada de la destrucción de la monarquía, de la 9glesia, de la no#le@a, de los hom#res demasiado BatrasadosC para comprender con rapide@ normal todos eso
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progresos, de la destrucción de todos los B#ri#onesC, de todos los que o#staculi@a#an la virtud, hasta el punto que al convertirse los hom#res m(s virtuosos en los m(s sangrientos, a fuer@a de decapitar incansa#lemente la ausencia de virtud, apareció que eran los mayores criminales y sufrieron la suerte de los criminales! "n el desarrollo de una historia que prosigue, deteng(monos ahí! KurWe nega#a Ba los hom#res de leyesC y a los Bhom#res de letrasC Dhoy les llamaríamos BintelectualesCE la posi#ilidad, el poder de reempla@ar lo que destruían y por tanto, como sólo se destruye lo que se reempla@a, les nega#a la posi#ilidad de destruir Atilmente e incluso el poder de destruir de verdad! *o es éste el elemento menos tr(gico de esa comple3a tragedia que es una revolución! "l pensamiento de los hom#res que han dirigido grandes destrucciones parece ser impotente para engendrar nada duradero y que se aseme3e a los fines que se ha propuesto implantar! e modo que la sociedad alterada Fy sin duda cam#iada para siempreF Bse reponeC y BproduceC, a partir de sus nuevos órganos, nuevas funciones que recuerdan en parte el antiguo régimen, en la medida en que este Altimo expresa#a solamente necesidades m(s duraderas que él mismo! $o que aparece entonces constituye, en parte, una innovación histórica, pero una innovación histórica que no es la e3ecución de los planes de los teóricos, que no los reali@a como un edificio reali@a la maqueta del arquitecto! KurWe no i#a tan le3os como nosotros vamos, ni como fue >egel! ecía
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solamente que esos hom#res de leyes y esos hom#res de letras le parecían quiméricos, que no veía cómo podían reempla@ar lo que destruíanZ! "se modus GiGendi de los franceses entre sí que era la monarquía del antiguo régimen, ningAn hom#re en particular lo ha#ía hechoH unos hom#res de una época podían destruirlo, pero no reempla@arlo! $a Bconstitución inglesaC, admirada por los intelectuales franceses, era realmente el modus Gi5 Gendi de los ingleses entre sí, ninguna asam#lea la ha#ía hecho! )na asam#lea no puede hacer un modus GiGendi= le falta el elemento tiempo! G en efecto, esta sacudida, la gran &evolución francesa, o fue sino la primera de una serie de sacudidas, a las que siguió cada ve@ un intento de esta#ili@ación! KurWe no hacía sino recordar a los franceses el sentido que el e3emplo inglés tenía para los propios ingleses! $a filosofía de >egel Festo se nota muy #ien hasta la >enomenología y luego se ve menos, aunque sigue siendo verdadF no es m(s que la elevación al plano BespeculativoC de los acontecimientos mayores de su época y de las m(s fecundas interpretaciones nunca dadas de los mismosH es el ByoC consciente en fin de sí mismo después de ha#er conocido que el mundo es su voluntad y su representación, y superada esta separación consigo mismo por la que se oponían el mundo y el<6 <6 e3amos de lado los pre3uicios antifranceses de KurWe, patriota A7ig de una 9nglaterra amena@ada por esta explosión continental!
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espíritu, es Bel espíritu seguro de sí mismoC! "poca decisiva% el destino del mundo, en efecto, se esta#a 3ugando para #astante tiempo! >egel se ha#ía entusiasmado de todo cora@ón con la ofensiva del pensamiento crítico que desem#ocó en la &evolución francesa! enos vivamente, pero por lo menos con igual profundidad, le impresionó la respuesta que dio el pensamiento BpositivoC y contrarrevolucionario, la escuela del derecho histórico y de la tradición! :reyó ver en ese paso de una tesis a una antítesis la andadura misma del pensamiento de la época, y el pensamiento hegeliano es, tomando en un sentido diferente la expresión de /ristóteles, el pensamiento de este pensamiento! espués del choque de la &evolución francesa, de la efervescencia y la euforia consecutivas a este choque, de la cual dan testimonio tanto Iant y :oleridge como F generación m(s 3ovenF >`lderlin, 2chelling y >egel, después de las #acanales y saturnales del pensamiento crítico, los pensamientos europeos se vuelven electivamente sensi#les a lo que llaman Bla positividadC, es decir, todo lo que es BhistóricoC por oposición a todo lo que es BnaturalC, teniendo en cuenta que la pala#ra BnaturalC tiene paradó3icamente Dpara nosotrosE el sentido de Ba#stractoC! Para los hom#res del siglo xviii las instituciones positivas del BdespotismoC y la BsupersticiónC impedían que se manifestara la Bnaturale@aC, la Bverdadera naturale@aC del hom#re! /quí vemos en qué &ousseau es un hom#re del siglo xvm y en qué est( profundamente de acuerdo con sus enemigos los Bfilóso;
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ios:) /lgunos pensadores de principio del siglo xix entrevén que acaso no hay naturale;a humana "u e5 ra de lo que queda manifestado en lo positivo y en
la historia! 2ospechan, pues, en la o#ra de los pensadores revolucionarios lo que un siglo m(s tarde se llamar( un Bnihilismo del resentimientoC! Para los m(s religiosos de los partidarios de lo que es histórico, hay en el hom#re una parte que no es histórica ni natural, es la parte divina, que las instituciones humanas de#en refle3ar de la manera imperfecta que les es propia y que las instituciones del pasado refle3a#an! espués intentan a#olir el pasado, se esta#a a punto de atacar la vida real de las sociedades! $a positividad es este elemento org(nico que el pensamiento crítico pretendía relegar para siempre al pasado y destruir en el presente, pero que prosigue, desechado, desviado, pero vivoH es todo lo que se parece demasiado a la antigua sociedad y que renace en la nueva, todo lo que es pasado pero tam#ién presente, y al menos por un tiempo, futuro! $a sociedad a la que una revolución parecía ha#er llevado a aquel punto de fusión en el que todo se convierte en homogéneo y fluido, al enfriarse en el período post;re; volucionario se estratifica nuevamente! "l estado homogéneo no es duradero! > ay una nueva diferenciación social! "so los pensadores m(s BreaccionariosC, aistre, Konald, >aller o *ovalis, no lo veían! erecían perfectamente el nom#re de reaccionarios por cuanto esta#an "iJados en el pasado% el porvenir que desea#an tenía el aire de una especie de pasado exagerado Dpero aumentado al-
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gunas veces, sin ellos sa#erlo, con elementos nuevos que de#ían precisamente a esa revolución a#orrecidaE! "so que hoy sa#emos, >egel tuvo el mérito imperecedero de perci#irlo y decirlo! el mismo modo que el pensamiento crítico no supo distinguir lo que era caduco de lo que era aAn fecundo y aca#ó por engendrar una mec(nica de destrucción ciega, un irrealismo contuma@, una animosidad sin discernimiento contra toda existencia histórica, del mismo modo el pensamiento histórico y contrarrevolucionario "iJo en el pasado, al convertirse en reaccionario, se convierte tam#ién en irrealista Dde un irrealismo del pasado, mientras el irrealismo del pensamiento crítico lo es del futuroE! $lega incluso al mismo punto de lo que niega y que m(s a#orrece en el mundo, al odio ciego de lo que es, en la especie, de ese presente que tiene la culpa de no ser el pasado, y del porvenir capa@ de ser engendrado por ese presente! /sí pues, el mismo irrealismoH en definitiva, el mismo odio a la historia! 2e diría que cada uno de esos BpensamientosC, al llegar al extremo de sí mismos, destruyen su propia ra@ón de ser! "sas ra@ones de ser son todo cuanto >egel quiere retener de ellos% a ellas a0ade la fecundidad de su oposición dialéctica, y nosotros diremos de modo claro y no hegeliano en qué, segAn nosotros, est( >egel en lo cierto! Por tanto, en el pensamiento reaccionario, el pasado llega a escapar a la historia, a solidificarse! /sí pues, este pensamiento no es, en definitiva, menos intemporal y menos irreal que el pensa-
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miento crítico, contra el cual ha#ía podido llegar a parecer la protesta misma de la historia! "ste pensamiento cae adem(s exactamente en los errores de su enemigo y desem#oca en una Bnaturale@a humanaC Dde la que sólo el pasado respeta#a las Bleyes naturalesCE, en un derecho y en unas instituciones fuera del tiempo! $o que ha sido se vuelve sagrado, y el tiempo es sacrilego! $a historia ulterior de esta tendencia reducida a sí misma da testimonio de ello irrecusa#lemente! G en la medida en que no se efectAa ningAn cru@amiento, esta especie, con el tiempo, termina por demostrar cumplidamente su propia impotencia! "n general, los partidarios de la BpositividadC se escindieron en dos categorías% los reaccionarios utópicos llenos de nostalgia legendaria Dcomple3o de *ovalisE b , que llegan hasta la consunción o la alienación mental en los rom(nticos Del rey de Pru; sia, Vederico .uillermo 9 es un Bhermoso casoC de éstosE, y los positivistas, especie de iluminados del BdespuésC, para quienes el hecho reali@ado tiene algo de sagrado sólo porque ha sido reali@ado! "l positivismo, definido así=R =5, es una dege' =R $lamamos históricos a los comple3os menos profundos que aquellos que los fundadores del psicoan(lisis han o#servado entre los elementos corrientes o muy frecuentes, o relativamente tales, en un período dado de la historia concreta de los individuos! =5 "l cual no confundo con la filosofía de /ugusto :omte! "ste permanece por algunas intuiciones y por la dialéctica interna de su o#ra! Pero no se puede decir que :omte no padeciera el comple3o citado y
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neración BrealistaC del sentimiento de la historia! *o es de extra0ar que en el positivismo el a posteriori se transforme en su contrario, el a priori) e ese modo el positivista parte de ciertos Bhechos esta#lecidosC, de ciertas Bverdades demostradasC, pero al no entrar el Belemento tiempoC en sus cuentas, esas verdades pueden ha#er sido verdaderas F si lo fueronF y ha#erse vuelto falsas! "sta fi3ación al pasado que caracteri@a el pensamiento reaccionario, queda transferida en el positivismo a los resultados de la ciencia, la cual no es conce#ida como una historia, sino como la percepción progresiva de cosas inmuta#les! e ese modo el pensamiento reaccionario escapa a la historia! >egel hi@o la síntesis de los elementos vitales y determinantes del porvenir contenidos en esas dos maneras de pensar, que no eran v(lidas sino una contra la otra, y que tenían el mismo valor negativo si no se aplica#an una contra otra! 0egel transmitió a -ar' 6 -ar' reci3ió de 0egel, los elementos Gitales del pensamiento contrarreGolu5 cionario) !na posición intelectual sólo puede ser reGolucionaria o contrarreGolucionaria en relación a una &poca 6 a un medio dados, en una situación 7istórica dada) Ninguna idea es en sí misma reGo5 lucionaria o contrarreGolucionaria) *o son cualida-
des inherentes a los productos del pensamiento humano como las #ranquias de los ti#urones! 2e que no lo haya transmitido a las generaciones posteriores!
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trata de cualidades históricas y relativasH e incluso, si no se se0ala con precisión suficiente a qué revolución o a qué concepto de la revolución nos referimos, pueden ser cualidades totalmente ilusorias! *o es que tratemos a arx de contrarrevolucionario, lo que no tendría ningAn sentido, no m(s que el que tendría considerarlo como eternamente revolucionario, o incluso como todavía revolucionario! "sta sería una postura antidialéctica! Pero si esas cualidades son relativas y est(n su3etas en el transcurso del tiempo a transformarse cada una en su contrario, la división de los pensadores en reaccionarios y revolucionarios sólo es satisfactoria si se0alamos los límites! e hecho, la crítica marxis; ta del pensamiento li#eral procede de >egel, de la crítica hegeliana del pensamiento de los filósofos del siglo xvm! "l pensamiento revolucionario en su forma m(s vigorosa, m(s ofensiva, el marxismo, y el pensamiento reaccionario, el de KurWe, que encontramos sin cam#iar en lo esencial hasta el siglo xx, son simétricos en relación al pensamiento li#eral! /m#os proceden de un manantial comAn, y en ese caso particular el manantial comAn es contrarrevolucionario, y tomamos este ad3etivo en el sentido estricto siguiente% am#os proceden de la reacción a la &evolución francesa y contra la &evolución francesa que inició "d; mund KurWe! "ste pensamiento contrarrevolucionario opone los hechos reales, la realidad histórica de una sociedad, a las teorías constitucionales que se oponen a ella en nom#re de principios intemporales, generales, a#stractos, teorías y principios
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que pretenden no tener en cuenta la particularidad de ninguna época, de ninguna colectividad dada! arx dir( m(s tarde, refiriéndose a esas teorías, a esos principios, que no son sino la 3ustificación de fuer@as5< históricas que apuntan, díganlo los hom#res o no, tengan conciencia o no de ello, a o# 3etivos históricos reales! arx va m(s le3os que los contrarrevolucionarios en el camino psicológico, pero, a través de >egel, les de#e igualmente la idea del contraste entre los principios a#stractos y las fuer@as reales Bque tra#a3anC en una sociedad! "n el discernimiento y an(lisis de esas fuer@as, arx llegar( hasta las realidades económicas que considerar( determinantes Ben Altima instanciaC! /quí est( le3os del pensamiento contrarrevolucionario parte del cual tender( a retroceder hasta determinantes en Altima instancia @oológicas u ! Pero es tam#ién infiel a su propio método dialéctico! $a idea de la supremacía de la economía es antidialéctica, pues contradice la in5 terdependencia dial&ctica general al introducir elementos que serían a lo sumo determinantes, pero nunca determinados! "n atx encontramos am#as posiciones y no vemos que esta contradicción no dialéctica esté realmente superada! 2i el hecho de tomar conciencia de la economía es una determi; Z +omamos esta pala#ra en su sentido m(s general! 2e trata de lo que se manifiesta en la historia y hace así la historia! DD .o#ineau, >ouston 2teart :ham#erlain, a; cher de $apouge, que proporcionaron Btemas ideológicosC a la propaganda hitleriana!
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name de la economía, Opodemos ha#lar aAn de materialismo? :reemos que ya sería hora de cam5 3iar las denominaciones)
>ay fuer@as reales que las teorías constitucionales que pretenden no reconocer lo que es, sino aplicar principios intemporales, no tienen en cuenta y que son las que en definitiva tienen la Altima pala#ra, decían los contrarrevolucionarios! /som#ra ver hasta qué punto el pensamiento de arx est( m(s cerca del de éstos que del de sus adversarios revolucionarios del siglo x v m y li#erales del xix! e#emos hacer notar que no hay nada sorprendente en ello, ya que arx a través de >egel procede de ellos! "sas fuer@as reales son fuer@as históricas! $os contrarrevolucionarios considera#an esas fuer@as históricas como esta#les, o tendentes a la esta#ilidad! Pensamiento que no de3a#a de tener porvenir, en cuanto el porvenir Fcosa que ha hechoF le ap ortara esta precisión% no hay, no puede ha#er retorno al pasado, el retorno a la esta3ilidad es una esta3ili;ación, es la "orma5 ción de una nueGa esta3ilidad, y la noción de esta-
#ilidad es completamente relativa! arx, siguiendo a los historiadores alemanes y so#re todo franceses, pero a >egel tam#ién, no ve, como los contrarrevolucionarios, la resistencia de un organismo totalmente hecho que se defiende, sino la din(mica de fuer@as sociales reales siempre en trance de crecer o de declinar, que 3am(s pueden detenerse y disfrutar de ellas mismas en un mundo esta#le fuera del tiempoH ve pues relaciones de fuer@a varia#les entre esas fuer@as sociales reales!
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/ través de >egel, la idea de arx no es sino la especificación, el ahondamiento de la BposturaC contrarrevolucionaria que, conservada así, transformada y Bdinami@adaC, se convierte en una BposturaC revolucionaria! "l derecho no es ni puede ser otra cosa que la expresión de una positividad histórica! "sta era la postura contrarrevolucionaria, que se oponía así a la crítica BfilosóficaC francesa del siglo xv m H el derecho no puede ser indiferente a los caracteres concretos y particulares de los diversos pue#los y sociedades, no puede llegar a éstos impuesto desde fuera! 9mposi#le no pensar aquí ni de3ar de se0alar que ontesquieu ocupa una posición particular que no pertenece enteramente a la posición revolucionaria BcríticaC ni tampoco a la posición contrarrevolucionaria BpositivaC y Borg(nicaC! e hecho, ontesquieu contri#uyó a fundar la sociología política% las leyes son las relaciones necesarias que se derivan de la naturale@a de las cosas! 2i el pensamiento contrarrevolucionario de est(tico se convierte en din(mico al entrar en 3uego el tiempo, de contrarrevolucionario se convierte, por la misma ra@ón, en revolucionario, como vemos por el e3emplo de arx, a la espera de convertirse en contrarrevolucionario, como vemos tam#ién por el e3emplo del marxismo aplicado a otra época! 9mposi#le su#estimar la importancia de >egel que transmitió a arx los elementos vivos del pensamiento contrarrevolucionario 3aJo una "orma asimila3le por un espíritu reGolucionario) ediante este e3emplo, vemos qué pasos, qué cam#ios, qué participaciones, qué im-
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plicaciones, qué referencias silenciosas puede ha#er de un pensamiento tenido como BcontrarrevolucionarioC a un pensamiento tenido como BrevolucionarioC! "sos enemigos viven unos de otros% :omte de 2aint;2imon y de :omte procede aurras! 2aint;2imon mantiene su teoría de lo org(nico de la contrarrevolución y no hay duda que pensó contra la revolución y quiso poner fin a un período crítico! G el marxismo procede en parte de él! "sta Bedad org(nicaC sería, segAn 2aint;2imon, una edad industrial=M! $os que a finales del siglo xv m eran partidarios de dar a Vrancia una constitución ya hecha, #uena en sí misma, y que no ha#ría m(s que aplicarZ, pre; =M (xime $eroy traduce, con el lengua3e que le es propio, managerial reGolution por era saint#simo# niana)
== "sta here3ía histórica y lógica, por sorprendente que pare@ca, no ha sido aAn refutada, o m(s exactamente sólo ha sido refutada! )na constitución sólo puede ser una selección de costum#res y pr(cticas reales o virtuales Des decir, que se a#rir(n camino si se remueven los o#st(culos que las oprimen, las ahogan o las desvíanE! "n los períodos en que hay muchos escom#ros y en que la colectividad entera funciona como si estuviera enferma, est( claro que es preciso ensayar lo que no lo ha sido aAnH pero mediante el método de los ensayos y los errores, y sin oponer a la resistencia de la realidad y a las lecciones de la experiencia el orgullo y el humor intrata#le de los creadores de sistemas! /sí como los creadores de deducciones caen en lo cómico filosófico, los creadores de constituciones caen en lo cómico político!
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tendían inspirarse en la constitución inglesa, la cual como constitución, tal como entendían ésta los filósofos del siglo xvm, no existe! "sta BconstituciónC que seguir( siendo el o#3etivo ideal de los li#erales del siglo xix y que los reaccionarios detestan cordialmente, dio sin em#argo a estos Altimos su me3or argumento en favor de su tesis fundamental% que una constitución no se hace, y es eso lo que arx sa#e de ellos a través de >egel, a quien gusta#a citar el e3emplo de la constitución que *apoleón quiso imponer en "spa0a en contra de la cual se levantó el pue#lo espa0ol aunque lo emancipa#a de los derechos feudales! arx sa#e por ellos, a través de >egel, que es imposi#le imponer de manera duradera una constitución que no sea la expresión misma de lo constituido! "n el concepto marxista de la sociedad, hay relaciones de fuer@as, un grado de madure@ o de inmadure@ existente, que hacen que aquello que >egel llama el entendimiento a#stracto no pueda imponer sus soluciones, que es imposi#le en nom#re de la 3usticia, la igualdad, la ra@ón o lo que quiera que sea, expulsar una fuer@a histórica real de las posiciones reales que ocupa! Por eso la política de#e ser la que discierna Do que se conduce como si discernieraE la naturale@a y las particularidades de las fuer@as históricas reales! 2egAn arx, sólo se vence y expulsa una fuer@a histórica y real cuando sus posiciones se alteran de#a3o de ella, cuando una nueva fuer@a histórica real, a cuya edificación ha contri#uido la antigua sin sa#erlo, es #astante fuerte, etc! D+odo eso est( muy le3os del catecismo
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en que se ha convertido hoy! "sos conceptos, adem(s, se han convertido hoy en 3ustificaciones históricas a posteriori) e ese modo arx se levanta#a contra el pat7os li#eral! /ntes de proseguir, Oqué significa todo eso? u e 7a6 un pensamiento europeo, 6 (ue todos esos enemigos son 7ermanos de lec7e) "sto fue verdad
en la "dad edia, en que este pensamiento era ante todo un pensamiento cristiano, cuyos órganos eran los clérigos! $a )niversidad fue, en principio, una especiali@ación de la clerecía! $os doctores in logicis et diGinis, los fundadores de rdenes místicas o conquistadoras, tanto si ense0a#an en :har; tres, como en Kolonia, xford o Padua, ha#la#an la misma lengua, sus voces diversas forma#an un coro, sus oposiciones un di(logo a través del espacio, y sus mensa3es, al unirse con el tiempo, se convierten para nosotros en una sinfonía! +oda "uropa ha#la#a cristiano! 9gual que en lo alto de los montes se respondían las hogueras de los pastores iranianos, París hacía se0as a Padua, xford respondía a Kolonia, las grandes rdenes se expandían y los grandes pensamientos se unían y engendra#an! /ristóteles se opone a Platón, pero entonces eran cristianos los dos! /vicena, /verroes y aimónides, en lugar de separar a los filósofos cristianos, les servían para ha#larse entre ellos! "ste pensamiento, cristiano en la "dad edia, se escinde en el siglo xvi, pero los límites que separan el humanismo, la &eforma y el pensamiento católico, no son, no lo son ante todo, fronteras
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territoriales! *o se trata de la oposición del extran 3ero al extran3ero, sino de la desgarradora marcha del hi3o o del marido que a#andona el antiguo hogar, y hasta en sus imperdona#les excesos, las guerras de religión conservan el car(cter Fíntimo y por tanto m(s atro@F de los odios familiares! 9ncluso cuando se comien@a a ha#lar menos latín, sigue ha#iendo un pensamiento europeo! 2pino@a, que es 3udío y vive en >olanda, escri#e en latín, y procede de escartes por lo menos tanto como de la I(#ala! "l alem(n $ei#ni@, que le replica, puede despla@arse de una corte a otra de "uropa sin 3am(s sentirse extran3ero! :onciliador de 9glesias, desea que "uropa se eleve del catolicismo a la catolicidad! $a negativa empirista a toda trascendencia, cuando procedente de 9nglaterra atraviesa la ancha, florece al oeste del &hin en la Bfilosofía de las lucesC y al este en .u"lKrung) $a &evolución francesa es un acontecimiento europeo en el pensamiento antes de serlo en los hechos! >egel tiene la intención no sólo de hacer, sino de ser una suma de este pensamiento occidental que comien@a con la filosofía griega, integra en él la filosofía crítica del siglo xvm y la vigorosa defensa de lo que es org(nico con la que respondieron los contrarrevolucionarios y rom(nticos! Ka3o la &estauración, en la "uropa de etternich, entre las filas de los ultras, dos generaciones ya no se comprenden% los vie3os emigrados que quisieran volver al reinado de $uis , y los rom(nticos que, desde los sue0os de grande@a a las crisis de desesperación, ha#lan ya otro idioma!
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$a idea hegeliana de la dialéctica acaso sea la concepción m(s sintética que haya reali@ado un historiador de la inteligencia! "l aristócrata revolucionario de "feso ya no es prisionero del pasado, de la poesía, del hermetismo! >egel ha#la en Jena, *urem#erg, >eidel#erg, Kerlín! G los que escuchan su vo@ ven cómo las filosofías son devoradas por otras filosofías, cómo el ionisos órfico se reAne, renace, resplandece #a3o otros aspectos! >egel ha#la, y se comprende por qué $ei#ni@ decía que no hay sistema que no sea verdadero por lo que afirma y falso por lo que niega, y por qué hu#iera podido decir lo contrario Bfalso por lo que afirma, y verdadero por lo que niegaC! >egel ha#la, y se comprende por qué *iet@sche y por qué Kergson dir(n, cada uno en su lengua3e, que en toda gran filosofía hay un elemento irrefuta#le y ante todo inaprensi#le, cuyos ra@onamientos sólo pueden proceder de una #estia viva! G eso que es un sentimiento en *iet@sche y Kergson parece ha#er sido en >egel #astante fuerte para convertirse en un móGil) >egel acomete una suma, hori@ontal y vertical, en el espacio y en el tiempo, que capta el pasado y apunta al porvenir! "l Sturm und rag se prolonga en revoluciones reales! "n el siglo xv m se podía ha#lar de Bmovimiento de las ideasCH si tra@amos una panor(mica del pensamiento europeo a principios del xix, el movimiento de las ideas est( tanto en el interior de cada filosofía como en la oposición de esas filosofías entre sí! "n 2chel; ling, y so#re todo en >egel, las ideas se han vuelto
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móviles, est(n moGili;adas, y el despliegue por "uropa de la estrategia napoleónica va unido al hegelianismo que se forma de una guerra de ideas que es una teomaquia! Pero los dioses no mueren como los hom#res y esta teomaquia es una teo; fagia% las ideas se devoran entre sí y siguen viviendo y prosperando en su vencedor, al cual transforman hasta que sigue su misma suerte! *o contento con ha#erse comportado con los sistemas del pasado como el hom#re con sus alimentos, y para los mismos fines, >egel comprende que nada de su época, de la que se sa#e prisionero, aunque no lo es, ya que lan@a todas sus raíces hacia el pasado y sus ramas hacia el porvenir, le es extra0o, ni el espíritu crítico, ni la Naturp7ilosop7ie, ni la enumeración, la distinción, el orden de las formas, ni el dionisismo rom(ntico! 2u amigo >`lderlin, que ante .oethe presiente ya el lado nocturno y clónico de .recia, anuncia a *iet@sche, igual que una mu3er se estremece al sentir los primeros movimientos del ni0o que lleva en su seno! *o contento con recoger en él todas las ideas, >egel las recoge en su vigor, sin quitarles la pasión ni su din(mica interna que las hace levantarse contra otras ideas! $a dialéctica es como un presentimien5 to de lo que preside el nacimiento de las formas y de las ideas, pero la región en la que se sume ese presentimiento no es aquella en la que se despliega el método experimental, no es esta pantalla luminosa pero plana! "s una región en la que los movimientos, continuos sin em#argo, escapan a nuestra mirada! e esos grandes fondos originales en
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los que se remueve eso que llamamos 3ien y eso que llamamos mal, su#en sin cesar, para dar o para arre#atar a las ideas una fuer@a que no les viene de la inteligencia ni de la lu@, fantasmas sin rostro pero portadores de energíaH y los hom#res llegan a creer que toda gran fuer@a proviene de una comunicación particularmente f(cil y li#re con ese mundo de a3aJo) Pero remontémonos a la superficie de una tierra que es "uropa! Ga hemos dicho #astante para que pueda medirse hasta qué punto toda la división de los pensadores políticos del siglo xix en dos campos enemigos separados por o#st(culos infranquea#les, no tiene en cuenta ni el medio nutritivo comAn, ni los intercam#ios, 9pr&stamos: lo #astante determinantes para que esos enemigos se hayan engendrado unos a otros y alimentado unos a otros! "n este punto el papel de >egel parece decisivo% logró en el terreno de las ideas lo que *apoleón sólo pudo hacer en el de los hechos! :omunicó a los revolucionarios del siglo xx el vigoroso pensamiento de los contrarrevolucionarios del xvm y el xix, inoculó en las venas de aquellos a quienes la historia llamar( conservadores, la propia sangre de la revolución, y en las venas de los revolucionarios, la sangre de la tradición! e eso se desprende que la expresión Bpensamiento europeoC o pensamiento occidental Dpor la misma época, "uropa se extiende por el "xtremo rienteE designa un fondo comAn, un medio nutritivo, y adem(s designa la realidad Dpermanente desde la época de la cristiandad, a la que cada
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tiempo presta un rostro y unas formas nuevasE, de un comercio continuado, de un perpetuo intercam#io, mediante el cual los elementos salidos de ese fondo comAn se transforman sin cesar unos en otros, y otros en unosH y los adversarios no han de3ado nunca de prestarse las armas, o de extraer de lo que com#atían los modos mismos segAn los cuales ha#ía que com#atir! "l concepto de dialéctica que >egel puso de manifiesto F hasta el punto que en un intento de tal magnitud él mismo experimentó que toda determinación es una negación, es decir, que toda afirmación tiene límites, límites que son negativos para aquel que afirma, pero que provocan afirmaciones contrariasF sólo, ya lo hemos dicho, consiguió sumar todas las ideas de "uropa desde sus m(s le3anos orígenes moGili;*ndolas y el Anico medio para conservar y salvarlo todo F la pala#ra latina serGare tiene los dos sentidosF fue el retorno a > er(d ito de un pensador que no quiso perder nada valioso de cuanto se hu#iera producido Des posi#le que se equivocara en su elección o, me3or dicho, que nuestra elección no sea la suya, pero no se trata ahora de esoE desde el siglo v a! de :! Pensador para quien el devenir est( formado de oposiciones, pero para quien, adem(s, la idea y la virtud sólo se reali@an en el mundo, sin el cual se transforman en su contrario, como sucede a la Bcosa en síC y al B2o; llenC sin contenido! arx, usuario de la filosofía hegeliana, y en quien la dialéctica no corre la misma suerte comAn que la mayoría de las nociones aprendidas en la escuela, para quien la dialéctica
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plantea pro#lemas reales y sugiere soluciones reales, arx, economista y m esías=M, usuario del Uritis3 -useum y de la gran prensa li#eral inglesa DOcómo com#atir al capitalismo sino con ese producto de los capitales, al li#eralismo sino con la ayuda cotidiana de los li#erales?E, arx es un pensador europeo a quien el capitalismo dio los materiales intelectuales que él tuvo la fuer@a de asimilar y transformar en su propia su#stancia! 2i arx hu#iera sido m(s fuerte, le ha#ría dado otros! arx no se aparta del 3uego! arx es el producto de esas épocas hegelianas y manchesterianas, alemanas en cuanto a la filosofía, #rit(nicas en cuanto al comercio, y en las que París da la se0al de las revoluciones! O:ómo es posi#le que unos hom#res, si no se trata de personas con ideas fi3as de naturale@a pasional y car(cter epidémico, puedan sostener Dfuera de todo delirio colectivoE, que a partir de ese momento este pensamiento europeo que produ3o a arx pierde, con la excepción de los discípulos, los cuales pasan el tiempo repitiéndolo machaconamente en lugar de emplearlo en conocerlo y comprenderlo, toda su fuer@a, su valor, su capacidad de ataque, sus facultades de asimilación? 2i ignoramos completamente el pensamiento de *iet@sche, de Pareto, de 2orel, de ax e#er y de Ieynes, ha de ser por nuestra cuenta y riesgo, b *o menos mesías, y sí algo m(s, que 2aint;2i; mon, :harles Vourrier, el padre "nfantin y el mismo /ugusto :omte, pero menos, sin duda, fue su apocalíptico contempor(neo polaco >oerné rousWi!
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y si no lo ignoramos, es que lo reconocemos) $os que simulan ignorarlo, rinden entonces el homena3e, so#radamente conocido, del vicio a la virtud! $a verdad F sacrilegio para los marxistasF es que el pensamiento europeo prosiguió y prosigue después de arx, igual que la filosofía y la historia han proseguido después de >egel! >egel se extendió por toda "uropa! 9rreconoci#le, ya nunca fue tan activo como cuando no se le reconoció o cuando se creyó sinceramente no conocerlo! O"s posi#le creer que los historiadores de hoy, a quienes tanto de#emos, no le de#an nada? "n Vrancia, Karres le admira#a, por lo menos tanto como $enin en &usia Dclaro que no de la misma maneraE! >egel reali@ó un intento consciente de pensar todo el pensamiento europeo, que para él era Dcosa en la que diferimosE todo el pensamiento! Pero fuera y 3untamente a esta empresa grandiosa, el retorno a >eraclito se produ3o en todas partes! 2in que se diga, sin que muchos se tomen la molestia de sa#erlo, el 3uego de las oposiciones se ha impuesto implícitamente como categoría inconfesada y nuestro pensamiento es un pensamiento del devenir! $a pretensión de los marxistas a monopoli@arlo sería cómica si no perci#iéramos en ella un intento y un procedimiento de intimidación, y en este caso la risa no #asta! 2e trata, por el contrario, del #ien comAn de una cultura, que &usia, en su profundidad, se ha reservado, y de una sociedad sin dog5 mas Dy que por ello difiere del mundo totalitarioE en la que el intento totalitario m(s logrado no ha durado m(s de die@ a0os D>itler no intentó 3am(s
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imponer a Jaspers la BfilosofíaC de &osen#erg, o#ligarle a reconocer que &osen#erg tenía ra@ón, acaso sólo por falta de tiempo, pero ya es significativo que el tiempo le faltaraE! 2e trata de la su#stancia misma del pensamiento occidental, un patrimonio que sólo se conserva conquist(ndolo, que sólo permanece transform(ndose, que sólo es v(lido si se le considera pro#lem(tico! Podemos afirmar que este pensamiento es nuestro, y que por eso no necesitamos declararnos marxistas ni hegelianos, que >egel y arx han quedado integrados, o est(n en vías de integración, en esta cultura de la que participamos y que no podemos transformar si no la conservamos! $o mismo se puede decir de arx que antes y ahora de :uvier y de arin, de >egel y de Vreud! 2on muy grandes, pero no hu#o que cam#iar el calendario por el hecho de que hu#ieran vivido! 2on elementos formadores de nuestro pensamiento! $o que se puede conservar de ellos hay que limpiarlo de todo moho conceptual y arro3arlo en el crisol del tiempo! espués de todo Opor qué de#eríamos tener menos confian@a en nuestro espíritu de la que se tenía en los al#ores o a mediados del siglo xix? :iertamente conocemos algunas limitaciones que no conocían arx o >egel! Pero ninguna actAa so#re el mismo impulso de conocer y comprender! / lo m(s, actAan so#re las modalidades y condiciones del e3ercicio de la inteligencia, no so#re la inteligencia misma! "sta se ha diGersi5 "icado, es un hecho! /hora podríamos conocer m(s cosas, pero hemos de contentarnos con a#arcar
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menos! "l flu3o de las cosas ha su#ido, pero la decisión personal del espíritu nos parece por ello m(s preciosa) Poner en la cuenta del marxismo los elementos vitales del pensamiento europeo, su síntesis que >egel intentó y ese catali@ador de la síntesis que >egel llamó dialéctica, es un DgrandiosoE intento de estafa! arx fue un #eneficiario, y un socio tam#ién, de la cultura occidental! "l ruido que arman los marxistas, y so#re todo los turiferarios recientes de una Heltansc3auung secular que no pueden soportar que no se tomen como pala#ras evangélicas lo que sólo ayer se empecina#an en ignorar o en negar en #loque, impone silencio a los que no han tenido la curiosidad de compro#arlo! / muchos otros tam#ién! "st( claro que esos BpropagandistasC son incapaces de resolver nuestros enigmas, los de nuestro tiempo y nuestro destino, o incluso solamente de se0alarlos, y eso lo proclaman todos los días% #asta con leerlos o escucharlos! 2ólo prestamos tanta atención hoy al o#scurantismo porque es agresivo! "l grandioso intento de estafa, acompa0ado de intimidación, consiste en lo siguiente% porque en >egel ha#ía esta suma del pensamiento occidental, porque arx puede ser considerado como el continuador de >egel, y el B9slamC estalinista como la reali@ación del marxismo Fy el orden de sucesión de esas proposiciones es un orden en verdad decrecienteF , porque los BintelectualesC enrai@ados, o sometidos, conscientemente a no, a un proyecto que es el de los durísimos due0os de &u-
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sia, pretenden aportarnos todo eso, porque hay, segAn nos aseguran ellos mismos, entre ellos y eso una especie de participación Den la que el intelecto no puede penetrar y que hay que admitir, por tanto, sin prue#asE, pretenden vendernos diamantes que nos pertenecen y vendérnoslos a un precio que nosotros no queremos pagar! Oamos a ser tan co#ardes que compremos a ese precio lo que ya tenemos y cuyo uso sa#emos me3or que los nuevos due0os a cuyo poder se nos destina? G los que quieren reali@ar esta operación, Ohan reflexionado, en su ingenuidad, que al intentar con tanta imprudencia de3arnos fuera, corren el riesgo de quedarse fuera tam#ién ellos?
IV
1 . I. 1EC TIC . CO NTR. E1 SISTE- .
$os que utili@an la pala#ra dialéctica para intimidar Da ellos mismos y a otrosE, si han logrado enga0arse a sí mismos del todo o sólo en parte, pierden la mayoría de las veces las ocasiones Fque son muy numerosasF de distinguir las contradicciones dialécticas, es decir motrices, o, usando otro lengua3e, las contradicciones creadoras de las que no lo son! *i arx ni >egel pretendieron que toda contradicción fuera motri@! Pero si pasamos de la condición del hom#re que #usca la verdad a la condición del hom#re que defiende, cueste lo que cueste, una causa Dese paso no siempre es voluntario ni conscienteE, la confusión que consiste en no distinguir entre esos dos tipos de contradicción #asta para transformar la dialéctica en sofísticaH lo que permite decir siempre la Altima pala#ra! e hecho, ante las contradicciones motrices, hay otras contradicciones parali;antes, contra las cuales el principio de identidad vale sin ninguna restricción, porque no interviene en ellas el elemento o factor tiempo! /hora #ien, sucede que en >egel y en
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-arx las contradicciones motrices coexisten con las contradicciones paralantes! e este Altimo tipo es la contradicción, que o#servamos en el propio >egel, entre dial&ctica 6 sistema) Por otra parte los gérmenes de ese tipo de contradicción son inherentes a la estructura humana! "s posi#le rodear y superar estos o#st(culos, posi#ilidad que se ha reali@ado y reali@a en la historia de la ciencia! e la contradicción entre dialéctica y sistema, presente en todas partes desde el momento en que >egel empie@a a expresarse de una forma rigurosamente sistem(tica, es decir a partir de la "en o m e5 nología, provienen las contradicciones particulares, locali@a#les en las diferentes partes del sistema! *o se trata de enumerarlas aquí, pero para nuestros fines no podemos de3ar de se0alar algunas! 2egAn >egel lo verdadero es su#stancia, su3eto y movimiento Po r esto Altimo de#emos entender que hay en ello una especie de B in(uietud C b! "l su3eto no de#e Btomarse como un punto fi3oC al que se BagreganC estadísticamente predicados! :uando la actividad de nuestro espíritu que agrega el su3eto al predicado es como BexteriorC a ellos, el contenido real de nuestro conocimiento o de nuestro pensamiento Bse presenta como su3eto sólo por esos predicadosC! /hora #ien, siempre segAn >egel_, el movimiento no puede llegar al= Q D :f! >enomenología del espíritu, trad! cit! C I3id) N6 I3id)
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su3eto desde fuera! e#e ser, por así decir, interno a él! $o que es a la ve@ su#stancia y su3eto no es en ningAn caso algo inmóvil como un punto fi3o! 1a 9in(uietud C no signi"ica ni m*s ni menos (ue la introducción del elemento tiempo DOpodríamos construir un monumento con piedras móviles?E ^5 universo de >egel est( tan le3os del universo de $ei#ni@ Dmientras que muchas veces éste nos parece tan próximo a aquélE a causa de la introducción de este elemento, y el universo de >egel es Dsi pasamos por alto el malentendido que vamos a intentar descri#irE nuestro universo! / lo que quisiéramos referirnos aquí es a esta Brefutación profundaC que, examinando #ien las cosas, no es una refutación, sino todo lo contrario, una refutación que sólo se desarrolla y deriva a partir de lo refu tadoMR y que no est( Bfa#ricada mediante la ayuda de contraproposiciones e ideas accidentales y exterioresC, sino que es al contrario Bel desarrollo del principio [que se refuta y que\ por ello colma sus lagunasC! "sta refutación no considera lo que refuta como negativo, sino que al refutarlo lo conserva como positivo! O]ué es un sistema? O/caso la ley metafísica 9omnis determinatio negalio est: no va contra todo sistema? O*o es preciso, en otros términos, que de3emos a otros que esta#le@can a posteriori, si la cosa merece la pena, la coherencia de lo que hemos afirmado? /l quererlo hacer nosotros mismos, por falta de la perspectiva necesaria no ha; I3id)
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cemos sino a0adir un nuevo error a nuestros errores! $a coherencia de lo que afirmamos es de naturale@a afectiva! +am#ién puede ser hasta un cierto punto, incluso puede ser Den teoríaE totalmente de naturale@a intelectual, ya que esto no excluye aquello, la convergencia es teóricamente posi#le, las grandes filosofías son las que m(s se han adentrado en el camino de esa convergencia! "l esfuer@o po r sistemati@ar forma parte de la actividad normal del espíritu! :a#e pensar que esta actividad pasa y se convierte en una especie de pasividad Des decir que la afectividad se insu#ordina y altera el funcionamiento intelectual, en lugar de suministrarle solamente la fuer@a motri@ sin la cual no podría serE no cuando, después de ha#er encontrado unas resistencias reales Dlas otras se disipan, no son propiamente nadaE, no llega a su o#3etivo mediante el método, se0alado por el propio >egel, de inclusión de lo opuesto, de integración de todo lo que hay de positivo en lo que resiste, sino cuando, al contrario, el espíritu, de hecho, renuncia Dconscientemente o noE, no intenta superar, y no pudiendo hacer otra cosa, #usca la apariencia de ha#er superado! "n este caso, #uscar la apariencia, es confesar que la realidad se escapa! "l filósofo entonces pretende hacer nacer la opinión, la do'a, a falta del &pistem&) "ste es el significado del uso de la violencia por parte de las inquisiciones! "l hom#re es intelecto y afectividadH si el intelecto no cede, que ceda la afectividad y arrastre consigo al intelecto! $os inquisidores actAan so#re el cuerpo para o#tener la apariencia de
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un resultado, con lo que confiesan que no pueden o#tener la realidad! Pero la apariencia de un resultado es a pesar de todo un resultado% actAa so#re la opinión, etc! /lgo parecido a esta violencia, cuya dram(tica realidad conocen todos los hom#res de hoy, existe en el interior de todo sis5 tema cerrado) *o se remata el nudo, no se cierra el sistema m(s que con una Altima caída de la dialéctica en la sofística! 2ólo se consigue el sistema cerrado a este elevado precio! :omo segAn nuestra opinión, ningAn sistema vale tan excesivo precio, ha#ría que exigir del pensamiento un mínimo de coherencia! /l cerrar el sistema, los que quieren parecerse a los dioses se parecen a las #estias! $a intervención del elemento tiempo, que caracteri@a la dialéctica y la pone de manifiesto, mina por hipótesis el sistema! /l introducir, #a3o la forma de la dialéctica, el tiempo en un sistema, introducimos la muerte de ese sistema y la muerte de todo sistema! $a filosofía se parece entonces a un ni0o que hace castillos de arena, derri#ados, ola tras ola, por la marea que su#eH mientras el ni0o levanta de nuevo una parte del castillo, las olas derri#an otra! "l mar es el tiempo! 9gual que 2ísifo, la filosofía o la "scuela filosófica acude a tapar, uno tras otro, los agu3eros del sistema! 2i introducimos la dialéctica en el sistema, éste ya no es posi#le! m(s #ien sólo es posi3le en un mo5 mento dado, 6 para este momento) En un momen5 to dado hay una sistemati;ación de los elementos que es la meJor posi3le) "l sistema puede consi-
derarse entonces relativamente verdadero, pero no
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a#solutamente verdadero! $os sistemas son los hi3os de :ronos devorados por éste! $a determinación, por e3emplo, el nacimiento de un ser, se manifiesta como afirmación! "n la ausencia anterior de determinación, se confundían el ser y la nada! "n cuanto el tiempo entra en 3uego, la negación se manifiesta en la determinación! 1a dia5 l&ctica introduce en todo sistema una contradic5 ción (ue es la muerte del sistema) e eso se
deduce que% 5! >egel dice la verdad cuando dice que Bel sa#er no es actual y sólo puede ser expuesto como sistema!C "n efecto, el 7ec7o de e'poner el sa5 3er lo conGierte en sistema)
egel! $a idea de Bel espíritu que se sa#e a sí mismoC, esta especie de terminus ad (uem de la dialéctica, contradice en >egel a la dialéctica! >ay en ella un paso de lo relativo a lo a#soluto! "l pro#lema, el misterio y la parado3a mismos de :risto reaparecen en una forma prosaica% Ocómo es posi#le que lo histórico sea lo a#soluto, cómo un persona3e que hemos conocido puede ser ios? $a Bsociedad sin clasesC sería el final de
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la historia en la medida en que la historia de los hom#res fuera la historia de sus luchas de clases! 2e trataría de un salto, de una mutación, sería una diferencia como la que hay entre historia y prehistoriaH pero entonces es falso afirmar que Bla historia de los hom#res es solamente la historia de sus luchas de clasesC! >a#ría que empe@ar por decir que la historia de los hom#res es la historia de sus luchas de clases y adem(s una cosa completamente diferente! O$a sociedad sin clases ser( una sociedad sin historia? )n ar(uetipo Bfi; 3istaC se trasluce a través de este naufragio de la dialéctica! >egel introduce la BinquietudC en el pensamiento, pero la filosofía de >egel se presenta como un monumento conceptual, es decir, como la negación de la inquietud! En realidad, el sistema de >egel no comien@a y aca#a, y por eso excluye el tiempo! "sta contradicción no dialéctica, no motri@, sino parali@ante, explica por qué el hegelianismo se presenta como una segunda escol(stica! / través de >egel, podemos seguir la filiación de la escol(stica cristiana a la escol(stica marxista! "n la medida en que los marxistas tienden a hacer del marxismo Buna totalidad de conceptos #ien encadenadosC, tienden a repetir esta contradicción parali@adora por la que >egel se sitAa m(s all( de Iant! "n >egel existe una contradicción no dialéctica entre el aplastante panteón de conceptos y la intuición heraclitiana! $a historia de la ciencia, en la que sorprendemos al espíritu F que no es otra cosa que su misma ope-
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raciónF for3ando sus categorías, no permite la su#sistencia de los universales! "n el curso del pensamiento dialéctico real, lo contrario es lo contrario de un término determinado, y esta contrariedad no es inherente a este término, sino que tiende a la situación que ocupa ese segundo término con relación al primero! 2i decimos que el capitalismo es lo contrario del feudalismo, o que Bel socialismoC es lo contrario del capitalismo, eso no tiene el mismo sentido que si decimos que la nada es lo contrario del ser! "l régimen capitalista sale del régimen feudalH históricamente, entre este término y aquél hay una transición, un paso, lo que arx y "ngels representan como una acumulación de variaciones cuantitativas que, en un momento determinado, adquieren el sentido de un cam#io de cu alidadM5! "stos dos términos son contrarios en el sentido que el capitalismo, llegado a cierto grado de crecimiento, ocupa el lugar del feudalismo, lo excluye del ser! "stos regímenes son contrarios porque el segundo, plenamente desarrollado, excluye de la historia al primero! )no ha ocupado el lugar del otro! Pero es posi#le un mixto de capitalismo y feudalismo, que es lo que ocurrió en realidadH el régimen de Prusia, donde vivía y pensa#a >egel, era esto! "s como si, muy cerca de un (r#ol, vigoroso y fuerte, creciera otro (r#ol! /l principio el primero impide el crecimiento del segundo, lo detiene, lo retarda, pero el segundo se mantiene, M5 :f! >egel% Ciencia de la lógica) -edida)
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aca#a creciendo, hasta que llega a ser lo #astante fuerte para disputar al otro los principios nutritivos del suelo! 2us raíces se extienden, se aseguran! "l primer (r#ol comien@a a languidecer! :ada ve@ se alimenta peor, aca#a presentando síntomas de decrepitud, y el segundo se #eneficio de lo que el primero pierde y ya no puede tomar! &epresentar una relación así por la oposición lógica del contrario al contrario presenta ciertas venta3as, y no presenta inconvenientes si no se pierde de vista el sentido relatiGo de la pala#ra BcontrarioC! ]erto es que esta contrariedad no es como la que separa dos términos de un par de opuestos como el ser y la nada, el #ien y el mal, el valor y el no valor, lo verdadero y lo falso, etc! "stos contrarios, por formar parte de nuestro espíritu, son categorías en las que empare3amos los conceptos o los fenómenos! $a lógica de >egel comien@a con un par de opuestos de este tipo% el ser y la nada! espués >egel reali@a la síntesis de estos dos contrarios en el BdevenirC! >egel encuentra aquí la intuición heraclitiana, que es propiamente la irrupción del tiempo! Pero el ser determinado, primer término de la segunda trinidad, no es la antítesis del devenir! $as trinidades no parecen estar unidas entre sí con la misma necesidad que los términos de la primera trinidad! /dem(s, >egel parece seguir un orden, pero para nosotros este orden es sólo aparente, es decir, es un desorden simétrico! /l dar arx una lección de dialéctica Dde la manera en que un pedante puede dar una reprimendaE a Proudhon se expresa en los siguientes
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térm inosMe; gel ha#ía hecho eso en su sistema para anonadar a Proudhon! >egel, que se ha#ía propuesto hacerlo, persuadió sin duda a muchos 3óvenes hege; lianos de que lo ha#ía hecho! Pero si nos remitimos a la cosa misma, es decir, a los escritos de >egel, no podemos ya estar convencidos de que la hicieraM=! "sas trinidades no siempre forman F ni mucho menosF una cadena continuaH permanecen independientes y est(n unidas ar#itrariamente! "l sistema no es para nosotros esta mAsica +$ -iseria de la "iloso"ía)
M= :ierto que >egel es #astante oscuro para que se nos conven@a de que no lo hemos entendido! >ay tales virtudes en lo que hemos comprendido, que lo que permanece para nosotros oscuro puede, por lo menos, go@ar del #eneficio de la duda!
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sin fin de las trinidades compara#le a la armonía de las esferas! *o sólo la mayoría de las veces el tercer término de una trinidad no da nacimiento, como primer término, a otra trinidad, sino que en el interior de las trinidades no nos encontramos con esencias que se opongan y respondan lógicamente a situaciones opuestas, sino a lo que no tenemos m(s remedio que llamar falsos contrarios! $os historiadores de la filosofía conocen #ien de qué se trata! :onfróntese la Bfilosofía de la naturale@aC Dde la que dos autores marxistas, al reali@ar una antología hegeliana, se han a#sten idoMM F a#stención reveladoraF de citar ni una sola línea, y que los franceses pueden leer en la traducción @era, defectuosa sin duda, pero que a pesar de todo traduce lo esencialE, y no solamente la filosofía de la naturale@a! $as Bconstrucciones dialécticasC a que se entrega >egel algunas veces se parecen a caricaturas de la dialéctica que sus enemigos hu#ieran hecho para #urlarse de él! Por eso hay que poner en el ha#er de >egel al mismo tiempo la promoción y el descrédito de la dialéctica Dcierto es que no se puede precisamente felicitar a aquellos que no han sa#ido for@ar esas defensas y penetrar en el interiorE! >egel construye el punto como BnegaciónC del espado, al ser esta BnegaciónC espacial, el punto engendra la línea% la superficie resuelve la trinidad como negadón de la negación, etc! >egel Bconstruye dialécticamenMM $efe#vre y .uterman% -orceau' c7oisis de 0e5 gel) París, 56=6!
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teC lo que ha comprendido de otro modo o lo que cree ha#er comprendido! /sí como construye de ese modo el punto, la línea y la superficie, los cuerpos celestes, los tres reinos de la naturale@a, los cinco sentidos, /frica, /sia, "uropa, la arquitectura, la escultura, y el trío pintura;mAsica;poesía, etc!, >egel BconstruyeC todo lo que antes ha estudiado, comprendido e interpretado en la historia, confiere a los acontecimientos históricos significados que los transforman en BmomentosC, y tam#ién, segAn su espíritu, los encadena Dprescindiendo de todo lo que los separaE, una especie de dignidad lógica u ontolgica Dpara >egel am#as pala#ras son sinónimosE! "sta dignidad sólo se la confiere a acontecimientos escogidos por él, cam#iados y completamente irreconoci#les para el historiador! "stos acontecimientos ya no son entonces m(s que par*3olas! $os otros acontecimientos los confina a las Btinie#las exterioresC o los de3a en el lim#oH muchas veces ni se da cuenta de que tuvieron lugar! Para un hom#re del siglo xx, >egel parece no tener conciencia de sus propios límites! "lige acontecimientos históricos que eleva a un plano en el que se desarrolla una especie de sim#olismo del "spíritu! 2e diría que est( convencido de que no puede ha#er otras preferencias, otra elección! "n esta historia superior, ceania est( #orrada por Bfalta de madure@ físicaCH las civili@aciones precolom#inas que Beran "3emplo% las cru@adas y el sepulcro de :risto en la >enomenología)
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completamente naturales, de#ían perecer al aproximarse el "spírituC! "n la >iloso >i loso"ía "ía d e la 0 isto is to55 ria, :hina y la 9ndia reci#en un tratamiento #astante sumario% >egel tiene visi#lemente prisa por tratar de Persia, Bla primera nación D1E verdaderamente históricaC! 1a religión religi ón egipcia es la religión del Eni E nigm gma a Dparece ser que en este caso hay una asociación de ideas entre "dipo y "sfinge, "sfi "sfinge nge y enigma% enigma% >egel tenía prisa por po r trata r de .reciaE! /dmiramos la confian@a en sí misma de esa época, pero, apesar de todo, ¿no ¿ no es demasiado f(cil ignorar su ignorancia? +odo lo que no entra en esa Bhistoria superiorC Dsomos nosotros quienes la llamamos asíE, yace como virutas y desperdicios alrededor del artista que construye el sistema! *o podemos reprochar a un hom#re de esa época que no tuviera en cuenta todo cuanto la arqueología ha exhumado y la historia ha interpretado después! $a cuestión es la manera de proceder! G si tratamos aquí de esa manera de proceder es porque nos parece que en los marxistas su#siste algo de ella, como veremos después! G para >egel, la significación que da a un acontecimiento o a una serie de acontecimientos es Bla verdadC de este acontecimiento o de esta serie de acontecimientos! e ese modo, >egel compone su historia dialéctica con los acontecimientos y aquellas partes de la historia que le han chocado, y les da dignidad de BmomentosC! 2in duda, todos los historiadores han hecho m(s o menos esto! Pero sa#iendo que lo hacían, y sa#iendo tam#ién que los acontecimientos despreciados podían vengarse
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h aciendo que su o#ra fuera caduca! Pero estos historiadores no pretendían otra cosa que reali@ar síntesis provisionales, sólo aspira#an a fi3ar el estado de los conocimientos e interpretaciones de determinada época, por otra época determinada que era la suya! :uando, inspir(ndonos en la ilustre oposición entre griegos y #(r#aros, distinguimos en la historia del mundo una @ona de lu@ y una @ona de som#ra, los pue#los que manifiestan la conciencia, o el "spíritu, y los dem(s, la #ar#arie nos nos ac acec echa ha desde dentro den tro de d e esta distinción! distinción! >oy >o y día hay una relación induda#le entre la simplificación y la #ar#arie y la 3ar3arie del interior procede por simplificaciones #rutales y r(pidamente mortales! >oy día vemos en qué sentido el sistema, cuando al superar el punto en que est( la organi@ación temporal del dato, tiende a suprimir, mediante la ar#itrariedad y la violencia, su propio car(cter provisional, es un factor de simplificación y qué afinidades conceptuales puede ha#er entre esta simplificación y el hecho totalitario! $a dialéctica actAa, pues, contra el sistema! +odo ocurre como si un corte3o de espe3ismos hu#iera acompa0ado la aparición del pensamiento dialéctico, como si, después de captar el concepto de la dialéctica, ésta provocara mil refle3os enga0osos y una especie de em#riague@! "ntonces la pasión, tanto si se trata de la pasión de sistemati@ar, ese sustitutivo de la tendencia a autodivini; @arse, como del resentimiento, o de una me@cla particularmente explosiva de am#os, puede sustituir al pensamiento riguroso y suficientemente di-
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rígido! / partir de este momento, el dinamismo afectivo asigna un terreno y unos límites para el e3ercicio de un intelecto a veces extraordinariamente clarividente y otras extraordinariamente ciego ci ego%% el o#st(culo por po r excelen excelencia cia al pensamiento pensam iento racional toma su apariencia! )na determinada Bracionali@aciónC es un caso particular de la 3ustificación! *inguna psicología del sistema puede negligir eso! G cuando el sistema, vulgari@(ndose para comunicarse, se convierte en ideología, los elementos m(s contagiosos, aquellos mediante los cuales la ideología manifiesta de la me3or manera su esencia, su diferencia característica con la cien5 cia y la "iloso "ilo so"ía "ía,, son precisamente los elementos pasionales del sistemaH lo cual depende de una comunica3ilidad superior del elemento a"ectiGo)
+ransmitida a los individuos, después a las masas en estado de receptividad especial, la comunicación se convierte en sugestión y la pasión, vehículo de la ideología, la modifica, aumentando en per 3uicio 3uic io del resto re sto lo que qu e és ésta ta tie tiene ne ya de pasiona pasio nal! l! 2i la parte del sistema de >egel a la que aca#amos de aludir pronto cayó en el olvido, ello se de#e menos a la Ba#surdidadC intrínseca que hoy día se le reconoce, que al hecho de que esta Ba#surdidadC no tenía ningAn valor nutritivo para la afectividad popular, y que al ser la manía del sistema por excelencia individual, todo individuo afectado por ella alimenta, ipso "ado, ante la sistemati@ación hegeliana, intenciones destructoras! ediante su mismo sistema, >egel aporta involuntariamente la demostración de la incompati#ilidad entre la
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ial&ctica del de l mar'is ma r'ism mo
dialéctica y el sistema, y para nosotros todo ocurre como si >egel hu#iera edificado el sistema m(s grandioso para hacerlo saltar con Bel explosivo tiempoC! /l definir "ngels la Bdialéctica materialistaC de una manera que aun hoy aceptan los mar; x i s t a s MM,L a0ade% B$a dialéctica, dialéctica, pues, no conoce conoce cosas ni verdades santas y a#solutamente esta#lecidas! $a dialéctica ve en todas las cosas la esencia del fin fin inelucta# inelu cta#le% le% nada es definitivo para pa ra su su 3uicio, salvo el proceso ininterrumpido del nacimiento y la decadencia, etc!C e ese modo condena a >egelH gelH Opero quién no ve que así condena tam#ién tam#ién a arx y a él mismo? B2iempre tenemos conciencia F escri#e "ngels " ngels MQF de la relativid rela tividad ad necesaria de todo conocimiento adquirido, de su depen5 dencia con relación a las condiciones en las (ue se 7a ad(uirido ML!C [Po [P o r e3emplo, e3emp lo, de d e la la depend dep endenc encia ia
de arx en relación con las particularidades de la historia económica y de la historia del pensamiento económico inglés a principios de la segunda mitad del siglo xix, y con las lagunas del conocimiento histórico en aquella época!\ BPero tampoco nos de3amos imponer por los antagonismos irreducti#les de la vie3a metafísica que sigue en vigor, antagonismos de lo verdadero y lo falso, del #ien y del mal, de lo idéntico o de lo diferente, de lo necesario o de lo fortuito!!!C >a#ría que sa#er si MM 1udAig >euer euer3a 3ac7 c7 6 el "inal de la "iloso"ía "iloso"ía cl*5 l*5 sic sica a, trad! cit! MQ I3id) MM "l su#raya su#r ayado do es nuest nuestro! ro!
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esos Bantagonismos irreducti#les de la vie3a metafísicaC, por responder a arquetipos una de cuyas propiedades es reaparecer en diferentes momentos #a3o m(scaras diversas, no reaparecen en el marxismo, si el antagonismo del capitalismo y el proletariado no es una nueva forma del antagonismo entre el #ien y el mal! B2a#emos F prosigue "n; gelsF que esos antagonismos tienen solamente un valor relativo, que lo que ahora se considera verdadero tiene su lado falso, que aAn no perci#imos [e3emplo% El capital para "ngels en el momento en que escri#ía estas líneas\, pero que aparecer( m(s tarde [e3emplo% El capital para nosotros\, Bel mismo modo que lo que ahora se considera verdadero tiene su lado falso, que no perci#imos aAn, pero que aparecer( m(s tarde, lo que actualmente se reconoce como falso tiene su lado verdadero, gracias al cual pudo anteriormente ser considerado como verdadero!!! $o que afirmamos como necesario est( formado de puros a@ares, y este a@ar es la forma #a3o la que se oculta la necesidad, y así sucesivamente!C "n esas condiciones, no vemos en a#soluto por qué las Brelaciones de producciónC de la sociedad #urguesa tienen que ser la Altima forma contradictoria del proceso de reproducción de la sociedad! G si no lo son, Oha#r( otras BcontradiccionesC, otros hom#res que las sufran y que se re#elen contra ellas?, Oo que las sufran sin poder re#elarse? "n la medida en que conserva la dialéctica F y arx no la cam#ió, no hi@o sino aplicarlaF el marxismo tiene en sí lo suficiente para destruir al marxismo! $a dialéc-
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ial&ctica d e l mar' ma r'ism ismo o
tica hace saltar desde dentro todo lo que se parece a un sistema o incluso a un es#o@o de sistemati@ación! "l uso correcto de la dialéctica consiste en hacer pasar al doctor .uillotin por de#a3o de la cuchilla de la guillotina! *ótese que el marxismo se encuentra hoy ante el siguiente dilema% o 3ien hemos sido víctimas de una ilusión y no hay nada v(lido en el concepto de dialéctica tal como lo for3ó >egel, y al que podemos limpiar de las contradi tra dicc ccio ion n e sM6 sM6 hegeliana heg elianas, s, o 3ien el marxismo es la organi@ación de determinado BdatoC en determinada fecha, y entonces no vemos por qué ra@ón su suerte tendría que ser diferente a la la que han corrido otras síntesis contempor(neas, el darvinismo, por e3emplo! *o vemos la ra@ón por la que esta teoría ha#ría de tener un trato privilegiado, o me3or dicho, lo vemos demasiado #ien, ya que si disfruta de este trato privilegiado es porque ha 3asculado del plano científico al plano religioso, y que desde ese momento sus virtudes como alimento afectivo son muy superiores a sus virtudes como alimento intelectual! 2i este concepto de la dialéctica es v(lido, se aplica al marxismo como a todo lo dem(s y, #a3o la lu@ de ese concepto pronto se manifiesta la caducidad del marxismo! /dem(s, los religionarios del marxismo no sólo no tienen ningAn derecho que puedan hacer valer so#re la dialéctica, sino que el uso correcto de la dialéctica hace saltar a los o3os de los no religio; tra ta de contradicciones contradicciones parali@antes y no de m 2e trata contradicciones motrices!
1a dial&ctica dial&cti ca contr co ntra a e l sistem sis tema a
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narios la misma dogm(tica y el fundamento intelectual de la religión marxista Daunque tam#ién sa#emos hasta qué punto una religión puede prescindir de todo eso o cam#iarloE! :uando arx a#orda un estudio preciso que exige métodos rigurosos, cuando hace una crítica de la economía política, su o#ra es científicamente v(lida en la medida en que, para llevarla a #uen fin, utili@a métodos científicos! G precisamente en la medida en que fue, al ser producida, científicamente v(lida, est(, y no ha de3ado de estar, y cada ve@ m(s, su 3eta 3e ta no meno me noss cie científi ntífica came mente nte a revis re visión ión!!
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- E T O O I . 1 E C T I C O L - E T O O C I E N 5 TI>ICO) RSICO1O2I. E 1. I.1ECTIC.
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el caso del marxismo, a la contradicción parali@adora que existe entre la dialéctica y el sistema se a0ade otra no menos parali@ante% parali@ante% la con tradicción entre la dialéctica y la ciencia! "xista ya en >egel #a3o la forma de una confusión, o si se prefiere, de una ausencia de distinción allí donde esta distinción sería necesar necesaria% ia% B"l método m étodo es un modo universal, interno y externo, sin limitación, la fuer@a a#solutam a#so lutamente ente infinita% infinita% ningAn o#3eto, en tanto que se presenta como algo externo, como ale3ado de la ra@ón, como independiente de ella, puede resistirle, no puede, ante él, ser de una naturale@a particular, no puede de3ar de ser penetrado por é l , nada nada se se capt capta y con conoce en su su verdad verdad si no est( completamente sometido al m&todoC, m&todo C, escri escri#e #e >egel Para un hom#re hom# re de hoy, Oqué es lo que m(s se parece a eso? $a ciencia, o me3or el método científico! O]ué es lo que llamamos así? Hissenc7a"t der 1ogi)
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.e nerali@ando, la sistemati@ación provisional, de-
masiado amplia en nuestros días para que un hom#re solo la aprehenda, de todos los métodos, mediante los cuales o#tenemos por el momento resultados científicos! $a unidad es en este caso el resultado de nuestra voluntad de captar de una ve@ una diversidad, unificada así! e hecho, este método se refiere a una pluralidad de métodos que coexisten, que toman los unos de los otros y que al comunicarse BdanC, por así decir, unos Bso#reC otros! Pero esos métodos est(n construidos a partir de o#3etos diferentes, cada uno est( adaptado al suyo propio y, por así decir, se ha desarrollado se5 gn este o#3eto! "n todos esos métodos hay grandes constantes, las m(s elementales de las cuales fueron ya se0aladas por Kacon y puestas en forma m(s moderna por 2tuart ili! / partir de entonces no han cesado de llegar adiciones aportadas por la reflexión epistemológica que en los propios sa#ios suele acompa0ar a la historia de las ciencias, al paso que la ciencia se va haciendo! "n la medida en que esos métodos son generales, se ale3an de todo o#3eto y sólo se les puede hacer intervenir en el conocimiento de los fenómenos reales si se especifican% el método de los residuos en astronomía o en sociología, el método de las variaciones concomitantes en física o en #iología, dan lugar a operaciones reales del espíritu completamente diferentes! e suerte que esa Bfuer@a a#solutamente infinitaC de que ha#la >egel es, para el hom#re de hoy, por así decir, la fuer@a del propio espíritu humano, fuer@a que leemos al descifrar los resul-
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tados científicos cuyo con3unto en un momento dado es como la esfera ideal de un inmenso aparato registrador! Pensamos menos en un método que en la energía especificada diversamente en todos los métodos y en cada uno de ellos! $a pr(ctica de la investigación científica sólo exige una determinada inteligi#ilidad de los o#3etos, inteligi#ilidad parcial con la que coexiste una @ona varia#le de opacidad! /parte de este postulado muy general hay postulados instrumentales relativos no solamente a un Bo#3etoC dado, sino a un estado dado de las investigaciones referentes a este o#3etoH es decir, en un momento dado del tiempo! >emos intentado descri#ir la esencia de la dialéctica, descripción sin duda incompleta, pero hemos dicho lo #astante para comparar aquello que desde >egel no se duda Dso#re todo los marxistasE en llamar Bmétodo dialécticoC con lo que hoy día la mayoría de los hom#res llama BmétodoC en una sociedad en la que la ciencia es lo que se ense0a so#re todo, y en la cada ve@ m(s lo que se ense0a tiende a revestir la forma científica! "st( claro que no se trata de la misma cosa y que tomar un BmétodoC por otro es una confusión! 2e llama métodos científicos al con3unto de procesos reales que una reflexión que parte de resultados científicos puede codificar y de la manera en que ha sido preciso proceder para llegar a ello! "sos diferentes procedimientos aplicados constituyen una contraprue#a a la que se someten esos resultados, los cuales solamente entonces pueden ser considerados como
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adquiridos! "n el curso de esta contraprue#a se elimina la aportación propia de la su#3etividad de cada sa#io! >asta ahora poca ciencia adquirida ha#ía, sin un mínimo acuerdo del mundo erudito, por encima de todas las fronteras, las estepas, los desiertos y los océanos! "se corpus de procedimientos, ese modo provisional al que podemos llamar en una época dada por la comodidad de la expresión, y sin perder de vista lo que designa, método científico, es imposi#le asimilarlo al método dialéctico! +anto en su con3unto como en el detalle se resiste a esta asimilación! $a mayor parte de los sa#ios a los que se les dice que en el curso de su investigación han aplicado el método dialéctico, se muestran Dsiempre y cuando no residan en la )&22 o no sean comunistasE #astante sorprendidos! /caso lo hayan hecho, pero no lo sa#en! "l asunto es importante! /lgunos marxistas han convencido a en; deleiev, "instein, PlancW, y al propio *iels Kohr y a muchos otros, que han sido, en suma, unos dial&cticos inconscientes, ya que en todo caso, si lo han sido en los ilustres tra#a3os que los dieron a conocer, no lo fueron conscientemente! 2e trata de dialécticos sin sa#erlo! $os sa#ios BmarxistasC de hoy son tam#ién BcientíficosC N5 Dentonces esa pala#ra no tendría ningAn sentido, por eso preferimos llamarles marxistas m(s que científicosE! "l marxismo de o#ediencia rusa, podríamos decir de rito estajnista, es un fenómeno social y como tal, N5 :f! la colección de la revista B$a PenséeC!
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irrecusa#le! "n nuestra perspectiva no podemos decir que los Bsa#iosC marxistas en cuestión no son marxistas, que sólo lo son los disidentes, o que son disidentes! "n la duda, el 3uicio del sociólogo pesa m(s que el del historiador de la filosofía, es decir, del filólogo! :omo fenómeno mundial, el marxismo escapa a arx! $os resultados de la física en el siglo xx, dicen en general esos marxistas, esta#lecen, como por otra parte cualquier otra cosa, lo #ien fundado del método dialéctico Dque esos sa#ios parecen situar al mismo nivel de los métodos científicos que practican cada díaE! Para ser totalmente exactos, ha#ría que a0adir que si es cierto que esos resultados cientí"icos esta#lecen lo #ien fundado del método dialéctico, se trata de un método dialéctico inconsciente de él mismo como tal! OPero acaso algunos de esos sa#ios no hacen m(s que descri#ir los resultados adquiridos por ellos mismos o por otros en un determinado lengua3e? G si lo importante no es, como piensan muchos, en seme3ante materia, la expresión sino la cosa expresada, Oa qué vienen, podríamos preguntar, esos oropeles? tro fenómeno no menos impresionante es la esterilidad científica de aquellos que se declaran de entrada dialécticos! +odo ocurre como si los dialécticos no fueran otra cosa que traductores y como si, igual que el hom#re de Pascal que cuando quiere hacer el (ngel hace la #estia, el sa#io sólo pudiera ser un verdadero dialéctico inconscientemente! 2i pretende serlo al principio, impone a la materia que estudia una forma, o m(s #ien un uniforme, que
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no proviene de ella Den eso es infiel a la intención de >egel que consistía en encontrar una forma que viniera del mismo contenidoE! "l significado de esa parado3a parece ser que no se puede llamar sin grave confusión método científico al Bmétodo dialécticoC, y que esta confusión parece proceder en parte del uso de la pala#ra método en los dos casos! $os marxistas que toman el Bmétodo dialécticoC por un método científico situado en el mismo plano que los dem(s, demuestran ante todo, tanto si viven en la )&22 como en otras partes, que no han comprendido la dialéctica y que por tanto est(n muy mal dotados para ense0(rnosla, y en segundo lugar, que es posi#le ha#erse ilustrado en el terreno de la investigación sin hacerlo en a#soluto en el terreno de la reflexión so#re esta investigación, ya que si fueran epistemólogos al mismo tiempo que sa#ios ha#rían comprendido que los dos métodos Dsi queremos seguir utili@ando la misma pala#ra que da origen a la confusiónE no est(n en el mismo plano! "n la medida en que no advierten que esos diferentes procesos no est(n situados en el mismo plano, o #ien exponen solamente resultados y métodos científicos en un len5 guaJe dialéctico, o #ien son extravagantes! "n efecto, segAn nosotros, confunden los planos, se e(uiGocan de escala) >ay una pala#ra que de#ería ponernos so#re la pista del error que así se comete, es la pala#ra BprofundoC! "n cuanto se ha#la de dialéctica, tanto si es gente que no la entiende para nada como otra que parece sa#er de qué est( ha#lando, se tiene la tendencia a pronunciar la pa-
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la#ra 9pro"undo:) .7ora 3ien, la ciencia no es pro"unda) Podríamos decir que la profundidad es lo contrario de la ciencia! Para la ciencia todo es exterior, todo conduce siempre a relaciones de exterioridad, el mundo de la ciencia es un mundo sin profundidad, un mundo extendido, mostrado! $a ciencia est( de parte de la explicación! e#emos tomar la pala#ra explicación en su sentido etimológico% la ciencia despliega! 9ncluso el psicoan(lisis, por ser científico, se propone arrancar algo a la profundidad, hacer que un BafectoC pierda su dinamismo arranc(ndolo de las pro"undidades, o# 3etiv(ndolo, haciéndole perder los nada recomenda#les privilegios que de#e precisamente al hecho de escapar a la e'plicación) $a ciencia suprime la profundidad! "sta es, podríamos decir, su intención profunda! $a ciencia exorci@a el mundo y el ser de la profundidad! $a ciencia emplea mucha energía, movili@a mucha fuer@a, exige mucha aplicación! +odo eso tiende a construir difícil, colectiva y progresivamente un mundo sin enG&s 6 sin pro"undidad, el mundo de las fórmulas que confieren poder so#re el mundo, que sustituyen el ser opaco, el mundo de la profundidad por una especie de sistema a3stracto de los medios de po5 der presentes o "uturosa) *osotros no sa#emos nada de la electricidadH ese mismo voca#lo lo in; Z Para un discípulo de ^anWara Dpor e3emploE se trata de una definición de la Bciencia occidentalC! "n todo caso, esta ciencia no es m(s que una dirección posi#le de la investigación humana!
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ve ntamos, lo empleamos o#edeciendo a las leyes
de nuestra representación, ligadas al uso del lengua3e! "l concepto de electricidad nos sirve para unir los efectos de la electricidad, para convertirlos, en #eneficio de nuestra comodidad, en predicados de un mismo su3eto! $o que compro#amos son los predicados, el su3eto lo suponemos! $o que perci#imos es la aparición de la lu@, del calor, la oscilación de una agu3a en una esfera! "l gran poder del hom#re occidental so#re la Bnaturale@aC, Oaparece como recompensa por >a#er tomado decididamente la resolución de renunciar al BporquéC, y ha#erse planteado la cuestión de Bcómo pasan las cosas de un estado a otroC? Dy ya este concepto de estado es una simplificación cómodaE! $o cual no nos ense0a nada so#re las cosas sino que, por así decir, nos informa so#re la manera que actAan, so#re los modos que pueden ser reali@ados sin nosotros o por nosotros! :uando podemos reali@ar una operación, o cuando sa#emos cómo podríamos reali@arla si poseyéramos medios diferentes de los que tenemos, no por su naturale@a, sino por su grado, entonces ha#lamos de conocimiento científico! $a ciencia aparece como la recompensa de una renuncia% la renuncia de comprender el ser! +omamos la pala#ra comprender en el sentido de comprender Bpor dentroC Mintus legere) $a ciencia sólo reconoce la exterioridad! escansa so#re el postulado de la exterioridad actual o virtual% no hay interior! "l an(lisis de la materia conduce a disipar y como a exorci@ar esta idea de un dentro) 9ncluso en las partículas
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m(s peque0as, en las ondas, en las gravitaciones, en la detectación de indiscerni#les m(s o menos hipotéticos, nuestro entendimiento no encuentra interioridad! "s m(s, segAn el espíritu científico, esa interioridad se confundiría con la opacidad que precisamente se trata de disipar! "n el interior de las perspectivas del entendimiento la interioridad se disipa, se desvanece, no 7a6 pro"undidad, sólo 7a6 di"icultades) $a ciencia sólo nos da informaciones de este tipo% tal tren pasar( a tal hora por tal estación! 2e trata de sa#er si podemos y queremos tomar el tren a esa hora! $a ciencia es un e3emplo excelente de lo que se puede o#tener si se sa#e renunciar! :onsideremos la dialéctica! "l contraste salta a los o3os! $os orígenes intuitivos de la dialéctica se ponen de manifiesto! 2e trata de la génesis simult(nea del sentimiento del devenir y de la percepción de los contrastes, esto ritmando con aquello y permitiendo que salga de lo informe! "sta génesis, >er(clito la captó directamente y sin intermediario, y parece ha#erla captado como curso del mundo, es decir, al mismo tiempo como ley de las cosas y ley de la historia! "ntre la inesta#ilidad histórica de las ciudades y las fuer@as sociales presentes en los siglos vi y v a! de :! en las ciudades griegas del /sia enor, y la inesta#ilidad existencial del individuo, tal como >er(clito la captó directamente, hu#o una afinidad de orden afectivo! $a dialéctica no nace en el mismo sendero humano que la ciencia! $a ciencia tiene m(s #ien sus orígenes en la o#servación de los astros
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y la medición de las tierras, y acaso en una curio-
sidad profana suscitada por las entra0as de los animales sagrados o los cuerpos de los enemigos vencidos, que eran comidos para apropiarse de las fuer@as que se creían que contenían! +odo lo que en el curso de la historia occidental ha sido inventario de la profundidad Fcon medios siempre dudososF lo hemos llamado filosofía, ontología, metafísica, mística! *ingAn precursor de la dialéctica fue sa#io% ni Proclo, ni *icol(s de :usa, ni Jaco#o Koehme! >egel intentó que las dos vías convergieran en una sola! Parece ser que estuvo muy cerca de o#tener esta convergencia en lo que hoy llamamos Blas ciencias del hom#reC! "n la medida en que una filosofía de la historia es, aunque sea inconscientemente, inmanente a toda sociología y a toda política Daunque esta filosofía fuera empirismo radical y agnosticismo, uno no est( siempre seguro de ser tan agnóstico como piensaE, la visión del mundo puede estar iluminada por pensadores entrenados a ver y a hacer ver la historia humana gravitando alrededor de con5 tradicciones motrices resueltas por una especie de transmutación de sus términos! "n un sentido, la contradicción no se resuelve 3am(s% desaparece! $a irrupción del tiempo, las invenciones la arro3an al pasado! >ay, podríamos decir desde este punto de vista, invenciones sin inventores, tal es el caso de la invención de un nuevo régimen social! /l historiador se le presenta como el resultado, o m(s exactamente, la resultante glo#al de una multitud de acciones humanas que van, si no en todos los
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se ntidos, por lo menos en muchos sentidos! Pero
las contradicciones se resuelven siempre en y por una invención, aunque ésta Fcosa que ocurre siempreF no realice exactamente Ftanto daF los planes del inventor! Pero el pensamiento dia; léctico Dy en este caso de#eríamos dar a la pala#ra BpensamientoC el mismo sentido que le dan :as; sirer o $évy;Kruhl cuando ha#lan de pensamiento BmíticoC, pensamiento Bm(gicoC o pensamiento BmísticoCE no se sitAa en el plano consciente de los métodos lógicos y experimentales codificados y aplicados! Por eso los sa#ios modernos son dialécticos sin sa#erlo, por eso, en la medida en que se considera la dialéctica como un método científico m(s, aparece aque3ada de esterilidad total% se pone de manifiesto que no es eso! *ingAn resultado científico se ha alcan@ado de esa manera! :uando en &usia Bla dialécticaC quedó convertida en dogma, adem(s de no ser científica, de3ó de ser dialéctica, y así vimos a unos sa#ios intentar inAtilmente expresar resultados científicos en un lengua3e pseudohegeliano tomado m(s del autor del .nti#W7ring que de arx! /sí, en los a0os veinte, el profesor I! Iomilov intentó Den una exposición que transparenta su falta de convicciónE demostrar la analogía del Barco refle3oC con la trinidad hegeliana e intentó tam#ién hacer ver en el método psicoanalítico Dprohi#ido después en la )&22E Bla reconciliación de los contrariosC, y en la Bley de VechnerC la Btransformación de la cantidad en cualidadC! "n el curso de ese e3ercicio se despliega todo el aparato hegeliano, no hay m(s
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que tesis, antítesis, síntesis, negación de la negación! "sas falsas manio#ras sólo demuestran que esos Bsa#ios marxistasC no son marxistas en tanto que sa#ios, como en general no son sa#ios en tanto que marxistas! 2on manio#ras que proceden de una confusión de planos! $o que podríamos llamar el modo o el pensamiento Dya digo m(s arri#a en qué sentido he utili@ado antes la pala#ra BpensamientoCE dialéctico, no se sitAa al nivel de los métodos lógicos y experimentales empleados con conocimiento de causa, sino al niGel de los móGiles, y, en el sentido exacto, en el sentido en que 2chel; ling y >egel tomaron esta pala#ra, en una región inconsciente, en la región de donde proviene la energía afectiva que consume y quema y la investigación y los impulsos que la sociedad utili@a mucho me3or de lo que aquélla los conoce, pues se contenta con una especie de convergencia entre esos impulsos y sus propias necesidades! DO:u(les son Fpor no ha#lar m(s que de una determinante #astante generalF las entradas y salidas de esta Bvoluntad de posesión del mundoC, de la ciencia?, utili@ando términos demasiado claros!E &igurosamente ha#lando, en las ciencias de la naturale@a no hay método dialéctico que sea científico, y la parte en que, en las Bciencias del hom#reC, puede reci#ir esta expresión un sentido acepta#le es precisamente aquella en que esas Bciencias del hom#reC no pueden ser consideradas ciencias del mismo modo que la física! "l que pretende hacer el (ngel hace la #estia, el que pretende ser dialéctico se convierte en charlat(n! e#emos
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p revenir aquí una confusión que no es sino confu-
sión de pala#ras! /lgunos autores utili@an la pala#ra dialéctica Fpienso so#re todo en .astón KachelardF para designar los procedimientos mediante los cuales la Bfuer@a aglutinanteC, la Bforma sintéticaC y sinteti@ante que opera en la formación de la ciencia entendida como una actividad continua de asimilación Dy adem(s de recha@o de desechosE y de recomposición de sí misma, integra los o#st(culos que encuentra metamorfose(ndose% se trata de procedimientos mediante los cuales esta forma da fe de su elasticidad! >a quedado #ien claro que tomamos la pala#ra dialéctica en muy otro sentidoH sentido que, como en arx, proviene de >egel! G la dialéctica de que ha#lamos no es científica, sino que se sitAa al nivel de otro modo de pensamiento, activo en la formación de la ciencia, pero que el sa#io no maneJa consciente y voluntariamente! "l riesgo que se corre al intentar mane3ar consciente y voluntariamente esta dialéctica sin sa#er nada m(s de ella es precisamente el riesgo de apartarse de la ciencia, en virtud, podríamos decir, de esta aplicación pas; caliana de un precepto de >er(clito% B"l que quiere hacer el (ngel, hace la #estia!C "l principio dialéctico es sugestivo, y por eso se aplica a la interpretación de la historia y estimula el discernimiento psicológico, pero sólo es motor y din(mico% en el plano de los resultados adquiridos y de la prue#a es, podríamos decir, al contrario de la dialéctica, una especie de mec(nica la que Btiene la pala#raC, una mec(nica extremadamente inge-
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niosa en cuya construcción han contri#uido no sólo todos aquellos cuya o#ra cuenta, sino tam#ién, y acaso so#re todo, aquellos cuyos servicios acumulados han reali@ado las puestas a punto, las verificaciones y las aplicaciones necesarias! $a ciencia es todo lo contrario de la torre de Ka#el, ya que los hom#res y los pue#los m(s deseme3antes ha#lan en ella la misma lengua! $a realidad de esta inmensa m(quina colectiva supera la imaginación escato; lógica de las torres de Ka#el! Podemos, pues, admitir lo que decía >egel y ya ha#ía dicho Iant% la dialéctica no es del entendimiento! :orresponde a los psicoanalistas el mérito de ha#er llamado la atención de los investigadores so#re el hecho de que ha#ía y de#ía ha#er necesariamente comunicación entre la instancia superior, lo que Iant llama#a la &a@ón y que es, entre otras cosas, Blegisladora en el terreno de los finesC, y las Bcapas profundas de la afectividadC, la región in"erior, el reino schellinguiano de la naturale@a, en una pala#ra, la misma tierra! /llí tiene su sede el dinamismo, de allí viene la energía! +odo logro real en el mundo real provendría de una comunicación, de una especie de li#re acceso de eso a aquello y de lo alto a lo #a3o! "l equili#rio mental de los individuos y de los grupos dependería de la manera en que se reali@ara ese paso! "n la medida en que esa comunicación sufre tra#as y se hace imposi#le, se presentan el fracaso o el desastre! $a instancia superior no dispone de otra energía, y si la Anica energía que hay no puede seguir ningAn camino para hacerse utili@a#le por parte de la
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instancia superior, se li#era en la región inferior, se #ate contra ella misma y se manifiesta mediante diversas formas de autodestrucción! (s all( de las groseras met(foras espaciales cuyo uso es inherente a la de#ilidad propia y a los límites de nuestro pensamiento, me parece difícil no ver la gran fecundidad de esta concepción! "l entendimiento sería como una m(quina cuyo funcionamiento depende de la calidad y de la cantidad del car#urante Dtrat(ndose de una fuente de energía de ese tipo, podríamos decir que la cantidad y la calidad est(n en estado de ósmosis y son, por otra parte, relativas a nuestros medios de detecciónE! 2i, para darle m(s profundidad aAn, invertimos el profundo pensamiento de 2chellin, la naturale;a es el inconsciente Z y decimos el inconsciente es la naturale;a, vemos todas las venta3as del Bpunto de partidaC de los psicoanalistas! "n lugar de ser Bun imperio dentro de un imperioC, a pesar de la frontera que es nuestra piel, estaríamos, mediante el inconsciente, en comunicación con el resto del mundo Dcomunicación do#le, ya que tam#ién estamos, conscientemente, en comunicación con el resto del mundoE! Jung avan@ó por este camino al suponer unas @onas colectivas del inconsciente y, pasando por formas intermediarias de grupos menos extendidos, una suerte de inconsciente de la especie que sería como el medio original de los BinconscientesC m(s restringidos! emos así cómo 2chelling dio vida a la proposición spino@ista% B"l ! Sistema del idealismo trascendental)
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h om#re no es un imperio dentro de un imperio!C
"sto da un nuevo significado a lo que es comAn a todos los hom#res o a casi todos, categorías gramaticales, temas folWlóricos, como si un poco de ciencia nos llevara a la separación de la humanidad en especies a#solutamente diferentes, y m(s ciencia nos llevara de nuevo a la unidad! $a existencia supuesta de constantes en las representaciones de la humanidad, constantes que reaparecen en diversas épocas #a3o formas diferentes, en las que acaso se adivinan los ar(uetipos NM multimilenarios tras las modas del día, corro#ora esta hipótesis% la historia de las religiones, la de la imaginación humana, el estudio del folWlore tienen aquí un principio de verificación y el punto de vista en que puede llegar a esta verificación! $o anterior sólo fue diversidad en apariencia% ahora estamos capacitados para entender lo que pretendemos decir cuando decimos que el modo dialéctico de conce#ir es BnaturalC, que est( profundamente enrai@ado en la naturale@a! Por eso en >er(dito, en el que la pala#ra BdialécticaC no es, sino que es ya la cosa, no se puede disociar la #Asqueda de la verdad de lo que hoy llamamos poesía y mito! "l pensamiento de >er(dito, que #usca lo verdadero, es adem(s pensamiento poético, pensamiento míticoH se refiere a creencias que hoy diríamos de orden religioso! "s una espede de alimento completo) $as diferendaciones que hoy día condicionan nuestra actividad mental y NM $a denominación es de :! .! Jung!
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que tienen una historia, no existían aAn! 2i consideramos las cosas en la época de >egel, podemos decir que la dialéctica no est( Bdel lado de la cienciaC, sino m(s #ien, en resumidas cuentas, Bdel lado de la Naturp3ilosop7ie:, lo que para nosotros no significa que la dialéctica sea estéril F porque después la Naturp3ilosop7ie ha sido considerada y a#andonada como talF sino m(s #ien que tal ve@ no todo era estéril en la Natur# p7ilosop7ie Z , que tal ve@ la condena glo#al fue apresurada, que la infecundidad pr(ctica de esta especulación acaso pesó un poco demasiado en la #alan@a! +am#ién, por otra parte, acaso se su#estime demasiado hoy la influencia de 2chelling so#re >egel! "s innega#le que 2chelling, cuyo pensamiento todos sa#emos hasta qué punto estuvo vinculado a este tipo de especulación, intentó F inconscientementeF ponemos en el camino de la exploración del inconsciente, que incluso se0aló para esta exploración caminos que apenas si empie@an ahora a ser explorados! "l pro#lema que 2chelling nos ayuda a plantear no es ni m(s ni menos que el siguiente% la comprensión, la actividad de comprensión que el hom#re puede desarrollar ante el hom#re, Ose limita a la comprensión del hom#re por el hom#re, o #ien podemos desarro; ss $a Sim3ologta de Creu;er, que comparte las especulaciones de la Naturp3ilosop7ie, así lo atestigua! :f! el &! P! Piard de $a Koullaye% 1X&tude com# par&e des religions)
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llar una posi#ilidad de este orden ante cualquier cosa que no sea un individuo, una colectividad situada en el tiempo o en el espacio Dde nuestra sociedad o de otras sociedadesE, un período histórico, una cultura, o incluso un modo segAn el cual se suceden las culturas y, finalmente, en el terreno de lo Bno humanoC? "l error cardinal de la Nalurp7ilosop3ie estri#a sin duda en ha#er comen@ado por lo Altimo! *o es m(s que un error de método! Para la pr(ctica lo es todo, pero no para la teoría! >ay otra pala#ra que acude a la mente del modo m(s natural cuando se trata de dialéctica, una pala#ra confusa como pocas y que sugiere al BcientíficoC todo un mundo indemostra#le y que si pudiera recusaría, si pudiera ser científico y nada m(s, el BgenioC! El genio de 0egel, el ge5 nio de -ar') Pensamos menos f(cilmente en el genio de Iepler, el genio de endeleiev o el genio de egener! curre que ninguno de los discípulos de arx ha tenido su genio! "s grave, a0ade alguien algunas veces! 2in em#argo, la ausencia incluso prolongada de un BgenioC como el de *eton, no ha constituido una cuestión de vida o muerte para la física! 9maginemos, en cam#io, que ese BgenioC Dque los manes de IierWe; gaard nos perdonen esta confusión moment(nea entre el genio y el apóstol llamado san Pa#lo no hu#iera existido! / partir de este supuesto podríamos imaginar un desarrollo completamente distinto de la historia, un mundo totalmente dis-
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t in to N7! 2i arx no hu#iera existido, la ciencia
económica se ha#ría f(cilmente repuesto de esta ausencia, pero la historia religiosa Fpor tanto, la historiaF del siglo xx hu#iera sido distinta! )no de los m(s recientes exégetas franceses de >egel escri#eNQ% BPor no pertenecer al orden de la ra@ón a#stracta, la dialéctica no se reduce a una receta capa@ de ser transmitida y ense0ada!C /hora #ien, los métodos científicos, al contrario, todos los métodos científicos Bse reducen precisamente a recetasC capaces de ser transmitidas y ense0adas! "n el caso de la dialéctica se trata, pues, de que la Bense0an@aC sólo puede ser BtransmitidaC incompletamente! $a prue#a de ello es que después de >egel todos los que se han considerado discípulos de él han sido incapaces de ponerse de acuerdo so#re la dialéctica! *o hace mucho, el filósofo he; geliano .iovanni .entile, en la 9talia mussolinia; na, lucha#a con la pala#ra y con la pluma contra los marxistas% Be#emos ver Den la dialécticaENL algo esencialmente personal!!!, el aspecto m(s pro5 "undo N6 de la visión de las cosas que tenía >egel!C $a comunica#ilidad de todo cuanto es método científico es a#soluta! Por parte de quien lo reci#e sólo se precisan los conocimientos indispensa#les y la fuer@a de su entendimiento! 2i esta comunica; NM $a !c7ronie, de :harles &enouvier, es una fantasía de este tipo! NQ *iel% e la m&diation dans la p7ilosop7ie de 0egel) París, 56MQ! k I3id) - "l su#rayado es nuestro!
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#ilidad adolece de restricciones imposi#les de le-
vantar, es que se trata de otra cosa distinta al método científico! $a ciencia es igualitaria en el sentido que por hipótesis no admite diferencia de esencia o de naturale@a entre los hom#res, sino sólo de grado! *unca se trata sino de una suma de conocimientos, de una capacidad de entendimiento, que podrían ser registrados en teoría por un tipo de dinamómetro que aAn no ha sido inventado! ^5 BgenioC y la BprofundidadC no est(n en el plano de la ciencia, sino, permítasenos la expresión, detr*s) "st(n en el plano de los móviles, me 3or aAn, de los motores de la ciencia, allí donde tienen lugar MR las transform aciones de energía que hacen posi#le la ciencia! Por eso un hom#re DarxE que fue un sa#io considera#le Dcomo muchos otrosE y un profeta religioso, puede tener como discípulos a BconfusionistasC que no son ni una cosa ni otra! $o que antecede no significa en a#soluto que no pueda ha#er un modo dialéctico detr(s del pensamiento científico, sino precisamente que est( detr(s, y que la dialéctica no se encuentra en el plano hori@ontal de los resultados y los métodos científicos, sino en el plano o m(s exactamente en el tra6ecto Gertical donde la naturale;a produ5 ce la ciencia) Por eso todo el mundo tiene ra@ón%
los sa#ios, los epistemólogos cuando niegan a esta MR éase m(s arri#a lo que decimos acerca de la necesidad que tenemos de utili@ar met(foras espaciales!
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dialéctica toda valide@ e incluso toda existencia en los resultados y métodos de la ciencia, y en la conciencia del verdadero sa#io, con tal de que sea verdaderamente consciente, y los marxistas, cuando por el contrario la encuentran! $os primeros no tienen ra@ón cuando convierten una negación relativa y limitada en una negación a#soluta! $os segundos no tienen ra@ón al #uscar la dialéctica en un nivel en que no est( y donde, sin correr el riesgo de encontrarla, se ven precisados o #ien a simular que la han encontrado a enga0arse a sí mismos! Podríamos decir que arx tuvo la tit(nica am#ición de poner simult(neamente en acción los dos Bmodos de pensarC, pero que en El Capital lo que m(s per3udica a la dialéctica es, en resumidas cuentas, la conciencia de la dialéctica! "l lector, en presencia a la ve@ de una crítica Dde tipo científicoE de la economía política y de un intento de sistemati@ación dialéctica, no tarda, si no se encuentra o#nu#ilado por una sugestión colectiva, en sentir lo que podríamos llamar un malestar lógico) :ada uno de los dos elementos adultera al otro, y el hecho de su coexistencia re#a3a el valor glo#al del con3unto, por lo menos si nos mantenemos en la perspectiGa lógica 6 e'perimental) Por el contrario, en el interior de la esfera irracional del dogma de la coexistencia eleva el valor del con3unto, ya que introduce un misterio) arx hu#iera po;5 M M5 "so, por otra parte, no es tan sencillo! éase m(s adelante BPsicología del materialismo dialécticoC!
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dido expresar todo cuanto expresó utili@ando exclusivamente el aparato lógico y experimental, como han hecho los me3ores economistas B#urguesesC desde /dam 2raith a :olín :larW! 2i los economistas B#urguesesC han cometido errores y omisiones, no es porque no hayan levantado un tinglado hegeliano y BdialécticoC! arx reconoció ha#er escogido la expresión de su crítica de la economía política #urguesa en un lengua3e hegeliano, y confesó incluso ha#er puesto en ello Bcierta coqueteríaC, lo que equivale a confesar que hu#iera podido no hacerlo y que la misma crítica de la economía política expresada en otro lengua3e hu#iera tenido el mismo valor Dde lo cual nosotros estamos convencidos, a condición de que no se trate del valor dogm(tico que con el misterio ganaE! $a yuxtaposición del modo de pensar científico y el modo de pensar dialéctico es científica y dialécticamente un BhandicapC! 2e trata de dos lengua3es! :uando arx se dispone a criticar la economía política, esta crítica pone de manifiesto el uso de métodos científicos rigurosos, y su o#ra es científicamente v(lida en la medida en que para llevarla a término recurre expresamente a métodos científicos! e#emos repetir aquí que precisamente en la medida en que esta o#ra fue, al ser pu#licada, científicamente v(lida, nunca ha de3ado desde entonces, y cada ve@ m(s, de ser poco segura científicamente considerada! "n la medida en que, por el movimiento del pensamiento, arx intenta seguir el proceso dialécdco de la realidad, su pensamiento es altamente sugestivo Fdel mis-
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mo modo que el de >er(clito y el de >egelF pero no cientí"icamente v(lido! "n otras pala#ras, en arx y en el marxismo Den lo me3or de lo que han escrito los que se dicen seguidores de arxE, hay dialéctica 6 ciencia, no 7a6 ciencia de la dia5 l&ctica ni dial&ctica cientí"ica) "n muchos sa#ios marxistas, el cientifismo adopta sólo la terminología BdialécticaC de una nueva escol(stica! DPor nuestra parte, prescindimos de toda distinción entre BverdaderosC marxistas y falsos marxistas, ya que para nosotros el marxismo es un fenómeno sociológico, puesto que si siguiéramos a los marxistas de diferentes o#ediencias y las diatri#as con las que se exterminan ver#almente, no ha#ría marxistas en a#soluto! /dem(s, Ode dónde sacaríamos la cualidad casi sacerdotal que nos permitiera distinguir los verdaderos de los falsos? Podríamos 3u@garlos con relación a los textos, pero entonces caeríamos en una pedantería estéril! /dem(s, se trata del mundo, que no se encuentra en los textos! 2i no queremos 3u@gar con relación a los nuevos li#ros santos, Oqué criterio queda? "l del fenómeno sociológico, que es 3ustamente el que intentamos, aquí y en otras partes, descri#ir!E "n el sentido riguroso de la pala#ra, no hay ciencia de la dialéctica, no hay leyes cientí"icas suficientemente generales para que el sistema de estas leyes constituya una dialéctica de la ciencia!
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I. 1EC TIC . L RE SE N TI- IE N TO
&ec ordémoslo% si el marxismo F el que se en-
cuentra en arx y "ngelsF es una Bteoría científicaC, es decir, una sistemati@ación imperfecta y provisional de lo dado y adquirido Dde lo que parecía talE en una determinada época, no vemos por qué no de#ería seguir la misma suerte de las grandes hipótesis que es la de ser puestas de nuevo en tela de 3uicio% otros datos aparecen que superan las posi#ilidades asimiladoras de esta Vorma y la hacen pro#lem(tica! $a acción propia del tiempo manifiesta que esta teoría Bdependía de las condiciones en las que fue ad quiridaC 55H al ser otras estas condiciones, esta teoría no puede tener un valor fi3o, es una varia#le que varía con el resto del sistema F en este caso, el mundo, y especialmente el mundo histórico y humanoF y que varía en función de ese sistema! emos aquí cómo lo que nos muestra F y demuestraF la historia de las ciencias es compati#le con lo que nos inspira 5< "ngels% loe) cit)
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una visión dialéctica del curso de las cosas% en el interior del marxismo, la dialéctica Dque introduce el e'plosiGo tiempo ha hecho saltar el sistema! +oda sistemati@ación provisional de lo dado est( sometida por parte de lo mismo dado, que se transforma constantemente, cualitativa y cuantitativamente, a una presión que pronto pone de manifiesto su car(cter provisional! Podemos decir, en este sentido, que toda sistemati@ación de lo dado que comporte esa visión dialéctica del curso de las cosas, contiene en sí misma la contradicción siguiente% por una parte, los elementos fi3os, dados de una ve@ para siempre, por otra parte, un principio de movimiento! *o hay m(s que de3ar intervenir el tiempo! $os elementos fi3os quedan disgregados, o sufren transformaciones internas compara#les a reacciones químicas que hacen nacer de determinados cuerpos compuestos otros cuerpos compuestos F efervescencias, pasos de un estado a otro, etcF ! 1a caducidad ineGita3le del mar'ismo se encuentra pues en la misma noción de dial&ctica, por poco que nos preocupemos de
pensarla correctamente! "n todo sistema científico o filosófico, la dialéctica destruye todo lo que se pare@ca a un estado de reposo, a un estado "inal del sistema! 9rrumpe aquí el car(cter religioso de una doctrina que, en la medida en que proclama implícitamente la idea de un fin de la historia, nos introduce en una época escatológica, en un tiempo "uera del tiempo) "s la introducción del misterio, el cual se encuentra en el principio de las dem(s religiones, en el "inal
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de las religiones del progreso! Pero en t&rminos de psicología pro"unda esta inGersión e(uiGale a una especie de identidad)
"ste punto de vista escatológico est( claramente expresado por arx cuando ha#la de Breali@ar la filosofíaC! 2i vamos hasta el final de ese pensamiento, topamos con la #arrera de un Bfin de la historiaC! *o de#emos asom#rarnos al encontrar aquí, #a3o una forma irreconoci#le, la idea hege; liana del Bmomento en que el espíritu se sa#e a sí mismoC, idea contraria a la dialéctica! "l fracaso de una filosofía dialéctica estri#a en desem#ocar en un arquetipo Bfi3istaC! /rquetipo en el do#le sentido de la pala#ra% una idea inmóvil Dsentido filosóficoE y un modelo de actitud humana, reconoci#le en el curso de la historia #a3o diversas m(scaras Dsentido psicológicoE! "n el gran creador del sistema, el arquetipo Bfi3istaC aparece al influ3o de una autoso#reestimación! B2a#eC que es el punto culminante de la historia del mundo! esde el puesto elevado que ha construido, ve esta historia que conduce a ese alto lugar! esde allí contempla la historia de adelante hacia atr(s, como un via3ero al volver la ca#e@a contempla el camino que ya ha recorrido! "se punto que en >egel se confunde, parece, con >egel mismo, arx lo proyecta delante de él como una línea de hori@onte! Pero es su línea de hori@onte y el marxismo pretende imponer esta línea de hori@onte a los via3eros del tiempo que han llegado m(s le3os, que han partido de otros lados, y cuya línea de hori@onte necesariamente es distinta!
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)na de las formas #a3o las cuales, en el seno del marxismo, el elemento móvil, la dialéctica, lucha contra el elemento fi3o, lo mina y lo destruye, es la contradicción destructora que existe entre el materialismo llamado histórico y la dialéctica! .amo el movimiento dialéctico es un movimiento histórico, como para arx es el movimiento de los procesos reales, todo presupuesto puramente a#stracto y dogm(tico y, por ello, referente al pensamiento Bfi3istaC, de#e desaparecer! $a anterioridad cronológica y la prioridad lógica, en resumen, la supremacía de la economía Dso#re la política y no solamente so#re la política, ya hemos visto que ésas son distinciones propias de la época li#eralE, no es sino uno de esos presupuestos dogm(ticos! "n efecto, el devenir histórico no crece como una planta de a#a3o a arri#a, de la BeconomíaC a la BideologíaC, de la BinfraestructuraC a la BsupraestructuraC! 2i permanecemos en el interior de la perspectiva dialéctica, sólo ha#r( interacción recíproca, dependencia mutua, interdependencia generalH hay contradicción, no ya motri@, sino parali@ante entre el movimiento dialéctico, movimiento de interacción total, y el primado de la economía! )n con3unto histórico es ininteligi#le si se prescinde de lo económico, pero lo económico es poroso en relación con lo que no lo es! "l propio arx lo dice cuando comprue#a que la fuer@a es un factor económico! $o cual significa que cuando hay uso histórico de la fuer@a, hay irrupción de lo no económico en lo económico considerado Dpor
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otra parte ar#itraria y erróneamenteE como una esfera cerrada! "s exacto que no comprenderíamos nada de la repA#lica romana, de la historia del paso de &oma del régimen de la ur3s al régimen imperial, si ignor(ramos el régimen de la propiedad en &oma! Pero tampoco podríamos deducir de la historia del régimen de la propiedad territorial la historia de las luchas intestinas de &oma y la historia de las luchas entre los pue#los, que condu3o a la unificación del mundo romano #a3o la hegemonía romana, ya que una de estas dos BhistoriasC depende de hecho estrechamente de la otra! $a producción influye so#re el crecimiento demogr(ficoH el crecimiento demogr(fico influye, no solamente so#re el volumen, sino tam#ién so#re la fuer@a de la colectividad! "xiste, #a3o el impulso de la necesidad, cuando la cosa es posi#le, expansión por emigración Deste fenómeno es el nAcleo de la coloni@aciónE o por conquista! $a conquista, a su ve@, modifica, directa e indirectamente, la posesión y distri#ución de los #ienes y servicios, no solamente en las colonias, sino tam#ién en la misma metrópoli, si sigue siendo políticamente una metrópoli como fue el caso de &oma! $os cam#ios producidos en la posesión y reparto de los #ienes y servicios dan lugar a luchas sociales F y políticasF que a su ve@ influyen en la forma política, la fuer@an a BevolucionarC, como se dice! Puede entonces ha#er un cam3io de estructura, como sucedió en el paso de la &epA#lica romana al cesarismo! "ntonces, el go#ierno, transformado en el sentido de la autoridad, n
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est( capacitado para intervenir m(s efica@mente en
la vida económica! e ese modo el poder militar en &oma de#ilitó lo que hoy llamaríamos la #urguesía del dinero, el orden ecuestre, al mismo tiempo que los poderes políticos de la oligarquía senatorial, cuyo poder era so#re todo de naturale@a territorial! esde los comien@os de la conquista romana, el poder militar, del que de#ía salir el 9mperio como indica la etimología, no esta#a separado del poder político! "l mando de un e3ército forma#a parte integrante del cursus 7onorum, y ese poder militar servía para adquirir grandes fortunas territoriales y Dno#iliarias al mismo tiempo que tropas fieles! $a producción influye so#re el intercam#io y la repartición que a su ve@ influyen en la política! "l poder político a su ve@ interviene en el intercam#io y la repartición! $a no intervención de lo político en lo económico, dogma del credo li#eral, es históricamente mucho menos frecuente Dy es poco decirE que el fenómeno inverso! "l poder político interviene en general en lo económico cuando tiene los medios de hacerlo y le sale a cuenta! 2uele salirle! "l régimen li#eral contempor(neo de arx corresponde al empu3e y presión de fuer@as que tienden a de#ilitar el poder del "stado! Pero en el "stado li#eral, a la mayoría de la Bclase políticaC inglesa, la que dirigía los asuntos del "stado, le salía a cuenta hacerlo! "l adelanto industrial de 9nglaterra, todo el mundo lo sa#e, hacía que el li#eralismo económico fuera en el mismo sentido de los intereses ingleses! /sí como la teoría hegeliana del "stado
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6 la política lleva el sello del "stado prusiano, la
teoría marxista del "stado lleva el sello de la 9nglaterra manchesteriana! $a teoría marxista del "stado admite implícitamente que lo económico y lo político son dos esferas distintasH lo político refle3a lo económico, y para refle3ar algo es preciso ser distinto de ello! "sta casi autonomía de las esferas es propia de la época li#eral, aunque es m(s clara en la teoría que en la pr(ctica! arx su#estimó el hecho de que los intereses capitalistas y los intereses nacionales solían ser los mismos en las condiciones de la 9nglaterra victorianaH conscientem ente lo generali@ó en teoríaH de hecho no era la mayor parte de las veces f(cil separarlos! arx tendió a no ver en los intereses nacionales m(s que los intereses capitalistas, lo que sí era verdad en este caso particular, pero aun en este caso particular, no era toda la verdad! arx fue poco sensi#le a la realidad propia de los intereses nacionales! 2ólo vio en los capitalistas intereses capitalistas y en los otros un fenómeno de mi'ti5 "icación) e ahí se deriva una simplificación que lo llevó en definitiva a su#estimar el peso específico, por así decir, de lo nacional) Parece ser que su#estimó so#re todo el car(cter nacional y particularista de las revoluciones del M8 en #eneficio de su car(cter social! "l "stado, incluso el "stado Bdemocr(ticoC de finales del siglo xix, es otra cosa que el apoderado de la clase capitalista, y el "stado en el curso de la historia siempre se ha formado adquiriendo un mínimo de independencia frente a las clases y facciones en lucha! /unque favore;
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ciera en general a una de ellas Dpor mantenernos
dentro de la perspectiva marxista contra la que ha#ría mucho que decirE, el "stado, en el curso de las edades, no ha prescindido de los 9renGerse# men ts d Xalliances:) $a monarquía francesa venció y domesticó a la no#le@a feudal que constituía a la ve@ su fuer@a y su de#ilidad! uy claramente, $uis 9 mane3ó la #urguesía contra la no#le@a! $a no#le@a 3am(s pudo remontar la corriente, a pesar de las confusas y desgraciadas ofensivas del siglo x v i ii . e hecho, el "stado en las ciudades griegas se formó a expensas del la _BLk';i griega se eleva so#re el cuerpo del antiguo poder familiar y tri#al! :reón es la oposición de la moral del +évRB D/ntígona quería, ante todo, rendir las honras fAne#res de la sangre real de la que era sacerdotisa nata, desconociendo la nueva forma que ha#ía adquirido el poder, la LBL'B% en guerra cuyo 3efe hacía prevalecer la ra@ón de "stado% Polinice no era m(s que un re#elde cuya sangre no podía estar por encima de las leyes de la ciud a d 55E! "n otras circunstancias, el "stado se engrandece a expensas del poder económico Dcomo hoy en .ran Kreta0a y so#re todo en los "stados )nidosE! $a teoría marxista del "stado est( viciada, para nosotros, por el hecho de que el "stado no es realmente el "stado m(s que en la medida en que o#tiene una determinada independencia ante las luchas de clases o de facciones, en que = M M= éase la diferencia que hay entre esta interpretación y la, de#eríamos decir las, de >egel!
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les construye un marco, en que las normali;a ha; dendo gravitar so#re ellas el peso de una autoridad capa@ de decidir Dno ha#lemos de la teoría marxista de la lucha de clases viciada por la simplificación ar#itraria que presenta la sociedad del siglo xix dividida, en Altima instancia, en dos clases que luchan como rm u@ y /hrim(n! arx 3am(s desmin; rió expresamente F nada de esoF el Bmaniqueís; moC del -ani"iesto comunista) +ampoco es admi; si#le que la Bclase revolucionariaC sea la representante de los intereses de todo el resto de la sodedad! emos cómo sus portavoces lo dicen constantemente, pero su#sisten las oposiciones de intereses, y sólo es posi#le admitir una proposidón así a #eneficio de inventario! e hecho, las clases B#a3asC pueden en determinados casos aliarse con las oligarquías contra las intermedias! +ampoco es derto que una Bforma social 3am(s desaparece antes que se desarrollen todas las formas productivas que puede contenerC! $a historia, al contrario, muestra que #asta una invasión Dlos espa0oles en d PerA o en é3ico, la ola de invasiones dóricas en las dvili@aciones prehelénicasE para poner un término #rutal a una forma social que aAn hu#iera podido evolucionar, y que de ese modo, como diría >egel, Bmuere antes de ha#er cumplido su misión!C +ampoco es cierto que la B>istoriaC nunca se plantea otros pro#lemas que los que puede resolver! $a historia nos presenta sin cesar, y no sólo la historia del pensamiento, a los hom#res pla0te(ndose pro#lemas que no pueden resolver o re;
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solviendo pro#lemas que otros han planteado, y
que no son pro#lemas para los que los resuelven! "n cuanto al sedicente dilema del marxismo% o el socialismo o el caos Dla #ar#arie, si se prefiereE, tampoco es admisi#le! e ese caos podríamos decir poco m(s o menos lo que dice Kergson de la idea de desorden! "l caos no es m(s que lo que hay en lugar del orden que hemos deseado! $os marxis; tas, en este caso, toman los límites de su espíritu por los límites de las cosas! e su impotencia para imaginar otra cosa que o 3ien el socialismo Dy el comunismoE, o 3ien el caos, la #ar#arie Ddos ideas confusas, se0alémoslo% el caos, la #ar#arie no son en este caso m(s que la ausencia de algo, la ausencia del orden deseado por el que ha#la de caosE, de esta impotencia imaginativa, infieren Fes el caso típico de inferencia ilegítimaF que Bla historiaC tampoco puede reali@ar otra cosa y que la tienen aprisionada en este dilema! Proyectada al exterior, esa impotencia da lugar a 3eremiadas sin fin o a un fanatismo asesino! :omo quiera que sea, la impotencia de esos se0ores por conce#ir o imaginar otra cosa no puede ser considerada ultima ratio)
+anto si consideramos el marxismo como una teoría científica a la lu@ de la historia de las teorías científicas, como si lo consideramos como un sistema existente cualquiera a la lu@ de la dialéctica, el resultado es el mismo% su caducidad es inevita#le! G si no podemos considerar el marxismo como una teoría científica cualquiera, o un
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sistema existente cualquiera, ese privilegio irracional, que lo sustrae a un examen del cual no dispensamos a nada, le se0ala como un dogma religioso! "l marxismo, lo sa#emos, no est( Dde#eríamos decir con m(s 3uste@a no ha estadoE desprovisto de valor ni como teoría científica Dsistemati@ación provisional de lo dadoE ni como visión dialéctica de las cosas Ddesde este punto de vista no es original con relación a >egel, sino que no hace otra cosa que aplicar ciertos principios BvivosC del hegelianismoE! Pero el marxismo no extrae su eficacia histórica hoy día ni de este valor científico ni de esta visión dialécticaH am#os de#erían retir(rsela Den definitiva, no es contrario al propio espíritu del marxismo refutar el marxismo a los dos niveles, al nivel científico y al nivel dialécticoE! "sta eficacia proviene de que los factores afectivos que fueron determinantes en la formación de las religiones anteriores no han sido alcan@ados por la crítica que, por lo menos en la "uropa occidental, se hi@o a esas religiones! "sta crítica sólo se reali@ó al nivel del entendimiento y considera#a la religión como producto contingente de factores contingentes, lo que ciertamente era, pero no la considera#a como producto necesario de factores necesarios, lo que no era menos! $a fuer@a de choque de la Bfilosofía de las lucesC parece, en la perspectiva actual, agotada, puesto que hoy podemos plantear el pro#lema a otro nivel, al nivel de una psicología a la ve@ m(s BfinaC y m(s BprofundaC! 2i hoy esta crítica de las religiones es
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insuficiente, no es sólo porque no reempla@a#a lo que destruía, sino porque, sin advertir siquiera que ha#ía algo que reempla@ar, so#reentendía un porvenir sin ninguna medida comAn con el futuro posi3le) $a su#stitución, por e3emplo, de la religión por la ciencia es uno de los casos clínicos de utopía m(s cl(sicos de la historia humana, a partir de este momento, el dato rec7a;ado del pro3lema se 7ace cada Ge; m*s despótico, por(ue se le 7a 7ec7o pasar del consciente al inconsciente) . l sus5 traerlo enteramente de todo control consciente, se le 7a cargado de un dinamismo peligroso) "se dato
pertur#a las @onas conscientes movili@ando sus elementos para B3ustificarC y Bracionali@arC los impulsos, los actos, los proyectos cuya significación profunda es Gital que el hom#re histórico situado en esas condiciones descono@ca! ado el nivel donde ocurre esta sistemati@ación religiosa, que sólo puede ser perci#ida conscientemente a condición de no presentarse como tal, que sólo puede ser perci#ida conscientemente dis"ra;ada, como el sue0o que, segAn Vreud Daunque la definición, segAn nosotros, sólo conviene a parte de los sue0osE, es la reali@ación dis"ra;ada de los deseos rec7a;ados Dla reali@ación m(s o menos disfra@ada de deseos m(s o menos recha@adosE! Vuera de todo control superior, en contacto con las fuentes motrices de toda energía, el dato recha@ado escapa a la acción "ormadora de la cultura y extrae su fuer@a de lo que la cultura e(uili3ra, pero no doma! 2ólo lo domaría suprimiendo al mismo tiempo toda energía humana! El pro3lema por e'celencia de la
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cultura es &ste= dirigir las energías, no destruirlas)
$a religión marxista pretende escapar a la Bcrítica de las lucesC negando que sea una religión! Pretende utili@ar esta crítica contra las dem(s religiones solamente! "n la medida en que mueve masas que la cultura sólo ha podido "ormar, en el me3or de los casos, superficialmente, adquiere una fuer@a que le permite actuar por sugestión so#re los BintelectualesC! 2i a0adimos a esta fuer@a la fuer@a material, nos daremos cuenta del peligroso poder que tenemos delanteH pero tam#ién veremos qué condiciones de#e reunir una resistencia efica@! "sta resistencia de#e manifestarse simult(neamente en todos los planos% en el plano de la crítica inteligente, en profundidad Dse trata de posi#ilitar otra organi@ación y otra dirección de los mismos elementosE y en el plano de la fuer@a material! $a su#estimación de uno cualquiera de estos tres factores provendría de una incapacidad para plantear el pro#lema en términos reales, incapacidad que m(s pronto o m(s tarde sancionaría la misma realidad! O"s reGolucionaria la dialéctica? O]ué es ser revolucionario? O"s desear la destrucción de todo orden esta#lecido, por el solo hecho de que est( esta#lecido y es un orden? "n el terreno de la realidad, la expresión orden esta3lecido es una tautología! 2e reconoce el orden por su esta#lecimiento! >oy día, el significado corriente de la pala#ra BrevolucionarioC oscila entre dos límites extremos% el hecho de hacer a toda costa la guerra
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a todo lo que es Des un sentido a#soluto que remite a lo que >egel llama Bla acciónC o Bel tra#a3o de lo negativoCE y el hecho de servir en toda ocasión la política del go#ierno estalinista con el que se identifica por una serie de participaciones e identificaciones el devenir F Oo el destino?F de la esperan@a humana! os preguntas, o falsas preguntas si se prefiere, se derivan de esta compro#ación% O]uiénes son los revolucionarios? y O>ay que ser revolucionario? "sto significa que el revolucionario, si queremos dar a esta pala#ra una definición fi3a, que sólo puede ser provisionalmente fi3a, en resumen, una definición histórica, sólo puede serlo en relación a una revolución dada, a una revolución histórica! "xiste un dram(tico malentendido entre el revolucionario religioso que define Dy en este caso la pala#ra BdefineC no es la m(s adecuadaE la revolución en términos de fines, intenciones, sue0os y representaciones escatológi; cas, y el hom#re que, desde fuera, enla@a ese revolucionario y la acción de este hom#re con fenómenos históricos dados, con un devenir histórico en curso, cuyas perspectivas es posi#le prolongar en el porvenir, partiendo, no de lo que se puede desear, sino solamente de lo que es! "ntonces sólo hay revolucionarios en relación a una determinada revolución dada! 2e trata de la distinción entre lo que los hom#res piensan hacer y lo que hacen, distinción cuya necesidad tiende a una diferencia, a una dualidad de puntos de vista! 2i no 3u@gamos a los revolucionarios por lo que quieren hacer sino por lo que hacen, se irritan y nos
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acusan de sacrilegos! *o toleran que intentemos calcular adonde llevan sus acciones sin tener en cuenta sus intenciones! Por e3emplo, nada se opone a que llamemos reaccionarios a los revolucionarios de las revoluciones pasadas! >ay, coexistiendo simult(neamente Dpero parece ser que no en los mismos espíritusE, una noción sociológica, que viene de una inducción y de una interpretación m(s o menos rigurosa de los hechos a partir de la historia, y una noción mítica de la revolución! $a representación que los revolucionarios se hacen de la revolución parece, por lo menos, insuficiente a quien no comparta la fe de esos revolucionarios, porque la cohesión de esa representación, que intelectualmente de3a mucho que desear, es de tipo mítico, y por tanto, de un lado y de otro, podemos incluso llegar a decir que no perci#imos el mismo BmundoC! "n la historia ha ha#ido ya revoluciones Dse llama así al paso crítico en el que las fases agudas alternan con fases crónicas y retrocesosE de un estado social a otro! "l terminus ad (uem Den un sentido, tan ar#itrario como el punto de partidaE de esas revoluciones no ha sido hasta el presente nada que pueda ser reducido, asimilado o incluso comparado a una Bsociedad sin clasesC, lo que no prue#a ni significa en a#soluto que seme3ante sociedad no sea posi#le, sino solamente que en esta materia, si queremos permanecer en el interior ya sea de una perspectiva científica, ya de una perspectiva dialéctica, la responsa#ilidad de la prue#a no incum#e al agnóstico, sino a los creyentes, e incluso, m(s precisamente, que no hay
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p rue#as! "stamos en el terreno de lo pro#a#le y
de la opinión! $a irrupción de una afectividad a la que las doctrinas de la .u"lKrung no permiten ya ningAn remedio, pertur#a las funciones del entendimiento y hace inesta#le la instancia superior al de#ilitar la instancia intermedia! 2i se es, y si sólo se puede ser, revolucionario con relación a una revolución histórica dada, se desprende que no hay revolucionarios ni revolución en sí, que nada es revolucionario en sí, y que por tanto la dialéctica Dque en este caso se aplica a sí mismaE no es revolucionaria en sí! *o es falso considerar a >er(dito como un aristócrata a quien la calidad de su espíritu impidió, en la época en que vivió, ser conservador sin m(s! +ampoco es falso considerar a >egel como un portavo@ de la B#urguesía conquistadoraC _, en un país aAn semifeudal en el que aquélla acepta#a la dominación de una casta de funcionarios del "stado y de una &lite guerrera de aristócratas venidos a menos! >egel no era enemigo 3urado de todo lo que es, nada de esoH toda su filosofía puede ser considerada como una requisitoria #astante decisiva contra ese tipo de actitud! $a virtud BrevolucionariaC que podemos encontrar en la dialéctica tomada de >egel es tam#ién profundamente am#igua! O]ué significa Btodo lo que es realC Do BefectivoC, Airlic7 es racional, y todo lo que es racional es realC? ]ue hay un real que ya noM M MM :omo dice .eorges 2orel% 1es illusiones du progrYs)
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es real, en realidad, que sólo es la som#ra presente
de un real pasado, o en trance de pasar, pero que los hom#res toman aAn como ese mismo realH y que, por el contrario, hay un real que todavía no es real, es decir, no est( reali@adoH y este ideal que podemos considerar en el otro sentido como la som#ra presente de lo que no es aAn, aparece a los hom#res como BracionalC! Psicológicamente, esta BracionalidadC no es m(s que una promesa de realidad b ! "l car(cter prestigioso de la fórmula se disipa en la medida en que es v(lida en el seno de una perspectiva no;mítica! *o es m*s (ue la introducción del elemento tiempo en la Gisión de las cosas) /sí pues, la dialéctica no es ni revolu-
cionaria ni reaccionaria! "sos dos conceptos son demasiado superficiales, demasiado vagosH est(n Ba flor de historiaC y, adem(s, son demasiado inmuta#les! "s inherente a la dialéctica no concluir nada! B"l tri#unal universal es la historia universalC, dice >egel! :ierto, pero Oen qué momento se pronuncia el veredicto? $a derrota, o el estancamiento de hoy, Oes adquirida? "l reflu3o Ddel tiempoE, Ono puede llevarse lo que trae el flu3o? G lo que queda ad(uirido, sólo se puede sa#er despu&s)
MN 2e trata no de la propia fórmula hegeliana, sino del uso que arx hace de ella! Para >egel, racionalidad y realidad son m(s #ien compara#les a dos momentos de una serie o de una curva continua! 2e trata de una sola y misma realidad que es a la ve@ el ser y el sí y que llega, en definitiva, a la Bconciencia de síC!
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" l car(cter revolucionario de la dialéctica con-
siderado históricamente en un determinado momento del tiempo, no so#revive a la realidad que mina esta dialéctica! e hecho, lo que puede considerarse como revolucionario, en el sentido en que la revolución es una lucha sin piedad contra el orden esta#lecido, orden que en una perspectiva real sólo puede ser un determinado orden considerado en un determinado momento de la historia, por tanto ar#itrariamente detenido, proviene en arx no de la misma dialéctica, sino del contacto y composición Den este punto, la psicología de arx se opone a la de >er(clito y a la de >egelE de dos elementos cuya me@cla es una me@cla detonante= la dial&ctica 6 el resentimiento) "l resentimiento mutila la noción de dialéctica, introduce al mismo tiempo una fuerte carga pasional en lo que retiene de ella! "n arx hay una unión de la dialéctica y del resentimiento, o m(s exactamente una mo5 Gili;ación de aquélla por éste! "l secreto de la eficacia de arx se #asa en la situación siguiente% el resentimiento que en él movili@a a la dialéctica coincide con el resentimiento de una categoría social cuyo nacimiento es espantoso, cuyo resentimiento es históricamente necesidad) "sta categoría social nace en una época li#eral, lo que significa que no le est( prohi#ido al resto de la sociedad indignarse "l orden social no es un orden di;M M MM :omo hoy est( prohi#ido en una sociedad totalitaria y a esta sociedad indignarse de los campos de tra#a3o, es decir, de sus propios fundamentos!
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v ino, ca#e 3ustificarlo Dcomo hacen los filósofos
#enthamitas y los economistas li#eralesE y tam#ién se pueden proponer reformas! arx escri#e El Capital en $ondres, en una atmósfera li#eral, y se #eneficia de todas las investigaciones reali@adas so#re la miseria de los tra#a3adores! 2a#emos, adem(s, que no se ha#ía esperado a arx ni para indignarse ni para proponer reformas, y que la indignación y la propuesta de reformas siguieron a#riéndose paso, de una manera no siempre inefica@, fuera del marxismo! /l mismo tiempo, adem(s, la situación histórica cam#ia! :onsiderar, pues, la dialéctica como teoría de la revolución es ese tipo de verdad parcial que se llama error! Vue preciso que un resentimiento_ individual, servido por una gran fuer@a de penetración intelectual y de síntesis, interpretara un resentimiento colectivo, un resentimiento histórico, para que entonces naciera esta doctrina de la revolución cuya parte destructiva es m(s decisiva que el resto! *o es pues soprendente que hoy, en el plano profano, no quede de ella cada ve@ m(s sino una técnica de destrucción políticaH técnica que usa como instrumento privilegiado una categoría de hom#res que el tipo de vida en comAn y su misma aglomeración han hecho homo; _ *o se trata para nosotros de una condena, sino de una compro#ación! "n este caso estamos de acuerdo con >egel acerca del papel del BmalC como motor histórico! *o nos rasgamos las vestiduras ante el resentimiento y pedimos a los se0ores marxistas que no se las rasguen ante la realidad!
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génea b, que los usa como un ariete contra lo que existe! /dem(s el marxismo sigue sirviendo de 3ustificación ideológica y de arm a religiosa a una empresa de otra época, a una empresa que no es del siglo xix como el marxismo, sino del xx!M8
M8 /glomeración que el movimiento económico puede deshacer igual que la hi@o! "l uso de grandes transportes por carretera tiende ya en los "stados )nidos a descongestionar las ciudades industriales y a #osque3ar una separación entre ciudades de tra#a3o y ciudades residenciales! )nos autocares hacen el trayecto de unas a otras!
VII
SIC O 1O 2 I. E1 - . TE R I. 1IS- O I.1EC TIC O
/sí pues, la BcienciaC de los marxistas es Bdia-
lécticaC y su dialéctica BcientíficaC por una confusión de planos! ientras reprochan a la ciencia D#urguesaE que no sea #astante BdialécticaC, tienen un solo deseo% ser capaces de esta#lecer científicamente que la dialéctica es científica! Pero hasta ahora es un deseo de +(ntalo! "n el marxismo los planos est(n confundidos porque no est(n distinguidos en arx! "n este terreno, la pr(ctica intelectual de arx va m(s le3os que la teoría% ésta se aprende en los li#ros, aquélla nace con la personalidad del hom#re, es inherente a ese grado de profundidad en que no se puede separar la inteligencia del car(cter, y el pensamiento de la naturale@a! +omemos algunos e3emplos de proposiciones dial&cticas examinadas desde un punto de vista cientí"ico)
]ue el contrarío viene del contrario, es un concepto que no por prescindir #astante de la experiencia BcientíficaC de3a de ser contradicho por ella!
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e hecho, el procedimiento m(s normal para
BdemostrarC que una proposición es la negación de otra proposición consiste en saltar de un punto de vista a otro! $a dialéctica no sería m(s que una sofísticaH me3or dicho, una erística! *o sería m(s que la técnica DoratoriaE del paso de un punto de vista a otro! /ctividad de ilusionista! "l espectador comprende que le est(n enga0ando, pero no ve en seguida cómo! +omemos como e3emplo la Btransformación de la cantidad en cualidadC, que no es en suma nada m(s Fla aplicación es importanteF que la fórmula a#stracta de la transformación de la evolución en revolución, el salto de un régimen a otro! "xaminemos el caso citado, tomado de >e; gel, por el propio "ngels, la transformación del agua en hielo! *o podemos a#stenernos de o#servar que Bel punto de vista de la cantidadC no puede servimos para conocer la diferencia entre el hielo y el agua, que es una diferencia cualitativa! "xiste una su#stitución repentina Del lector no est( prevenidoE de lo cuantitativo por lo cualitativo, salto de un punto de vista a otro, siendo el segundo exclusivo del primero, y viceversa! Por lo que respecta al segundo modo de proceder, lo sensi#le entra en 3uego% la esencia remite a la sensación y la sensación a la esencia! "xiste una diferencia cualitativa entre el hielo y el agua! esde el punto de vista de la cantidad, al contrario, sólo hay una diferencia de grado entre el hielo y el agua, son dos puntos tomados so#re una misma curva! esde Ciencia de la lógica) -edida)
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el punto de vista científico ese Bpaso de la canti-
dad a la cualidadC, que no da en a#soluto cuenta de nada, oculta apenas, de forma consciente o no, la superchería! &ehagamos la operación! Primera fase% de >i sólo consideramos y retenemos la temperatura! 2egunda fase Dpero se pasa de aquélla a ésta sin prevenirE% de3amos de considerar de >%R el grado de temperatura para considerar las cualidades sensi3les) "l agua, al convertirse en hielo, se ha solidificado! 2in avisar, hemos saltado de la cantidad a la cualidad y se nos anuncia que aquélla se ha transformado en ésta! e hecho, el modo de pensar cuantitativo Do, si se prefiere, el punto de vista de la cantidadE aplicado al pro#lema que plantean las temperaturas, es a3eno a la diferencia entre el agua y el hielo, al hecho de que aquélla sea líquida y éste sólido% sigue la serie homogénea de grados de temperatura y sigue moviéndose regularmente en lo cuantitativo puro! B"l #otón F dice >egelF desaparece con la eclosión de la flor, y podríamos decir que aquél es refutado por éstaH del mismo modo el fruto declara que la flor es una falsa existencia de la plant a 5R, etc!C #ien% B"l sistema de apropiación capitalista que procede del modo de producción capitalista, la propiedad privada capitalista por consiguiente, es la primera negación de la propiedad privada individual, fundada en el tra#a3o personal! Pero la producción capitalista engendra, con la necesidad de un proceso natural, su propia ne; -iseria de la "iloso"ía)
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e hecho, el procedimiento m(s normal para
BdemostrarC que una proposición es la negación de otra proposición consiste en saltar de un punto de vista a otro! $a dialéctica no sería m(s que una sofísticaH me3or dicho, una erística! *o sería m(s que la técnica DoratoriaE del paso de un punto de vista a otro! /ctividad de ilusionista! "l espectador comprende que le est(n enga0ando, pero no ve en seguida cómo! +omemos como e3emplo la Btransformación de la cantidad en cualidadC, que no es en suma nada m(s Fla aplicación es importanteF que la fórmula a#stracta de la transformación de la evolución en revolución, el salto de un régimen a otro! "xaminemos el caso citado, tomado de >e; gel, por el propio "ngels, la transformación del agua en hielo! *o podemos a#stenemos de o#servar que Bel punto de vista de la cantidadC no puede servimos para conocer la diferencia entre el hielo y el agua, que es una diferencia cualitativa! "xiste una su#stitución repentina Del lector no est( prevenidoE de lo cuantitativo por lo cualitativo, salto de un punto de vista a otro, siendo el segundo exclusivo del primero, y viceversa! Por lo que respecta al segundo modo de proceder, lo sensi#le entra en 3uego% la esencia remite a la sensación y la sensación a la esencia! "xiste una diferencia cualitativa entre el hielo y el agua! esde el punto de vista de la cantidad, al contrario, sólo hay una diferencia de grado entre el hielo y el agua, son dos puntos tomados so#re una misma curva! esdeL L
Ciencia de la lógica) -edida)
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e l punto de vista científico ese Bpaso de la canti-
dad a la cualidadC, que no da en a#soluto cuenta de nada, oculta apenas, de forma consciente o no, la superchería! &ehagamos la operación! Primera fase% de >i sólo consideramos y retenemos la temperatura! 2egunda fase Dpero se pasa de aquélla a ésta sin prevenirE% de3amos de considerar de >i el grado de temperatura para considerar las cualidades sensi3les) "l agua, al convertirse en hielo, se ha solidificado! 2in avisar, hemos saltado de la cantidad a la cualidad y se nos anuncia que aquélla se ha transformado en ésta! e hecho, el modo de pensar cuantitativo Do, si se prefiere, el punto de vista de la cantidadE aplicado al pro#lema que plantean las temperaturas, es a3eno a la diferencia entre el agua y el hielo, al hecho de que aquélla sea líquida y éste sólido% sigue la serie homogénea de grados de temperatura y sigue moviéndose regularmente en lo cuantitativo puro! B"l #otón Fdice >egelF desaparece con la eclosión de la flor, y podríamos decir que aquél es refutado por éstaH del mismo modo el fruto declara que la flor es una falsa existencia de la plant a QR, etc!C #ien% B"l sistema de apropiación capitalista que procede del modo de producción capitalista, la propiedad privada capitalista por consiguiente, es la primera negación de la propiedad privada individual, fundada en el tra#a3o personal! Pero la producción capitalista engendra, con la necesidad de un proceso natural, su propia ne; -iseria de la "iloso"ía)
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gación! "s la negación de la negación! $a producción capitalista no resta#lece la propiedad privada del tra#a3ador, sino la propiedad individual fundada en las conquistas de la era capitalista% la cooperación y la posesión colectiva de la tierra y de los medios de producción producidos por el mismo tra#a3o!C Q5 :onsideremos el e3emplo del #otón! 2egAn el modo de pensar lógico y experimental, una flor no refuta, sólo el entendimiento refuta! "l fruto sólo su#stituye a la flor en tanto en cuanto es verdad de la planta! "sta serie de pala#ras no da la menor indicación so#re el desarrollo real de un vegetal! :onsideremos el e3emplo marxista de la propiedad privada y la propiedad capitalista! arx comprue#a que la propiedad capitalista sucede en el tiempo a lo que él llama Bla propiedad privada individualC! "l papel del historiador consiste en mostrar las formas transitorias, el paso de esto a aquello! ecir que la propiedad privada capitalista BniegaC la propiedad privada individual, para quien se sirva del modo de pensar lógico y experimental sólo puede ser un modo de ha#lar! $a Bpropiedad privada individualC no ha Bengendrado su negaciónC! 2i consideramos el tipo de propiedad personal que predomina#a aAn en el siglo xvii y por otra parte la propiedad capitalista que predomina en la segunda mitad del xix, hay entre estas dos formas, así lo compro#amos, un contraste que salta a la vista! "l régimen predomi; QS El capital, tomo 9!
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ante de propiedad ha cam#iado, pero decir que se ha Btransformado en su contrarioC es me@clar la su#3etividad a la marcha de las cosas! "xiste una confusión entre BotroC y BcontrarioC! 1a al# teridad 6 la sucesión de los momentos est* senti5 da, e'perimentada, B GiGida C como una oposición de contrarios) Propiedad precapitalista y propie-
dad capitalista, propiedad capitalista y propiedad colectiva, son para arx contrarios porque le inspiran sentimientos contrarios! "s en arx donde la propiedad capitalista BniegaC la propiedad privada individual! "ste BpensamientoC es un pensamiento BcualitativoC! $os métodos científicos se han formado contra un BpensamientoC así, métodos que no son, en a#soluto, un Balimento completoC para la afectividad humana! étodos que son principalmente sistemas de medida! /lgunos predecesores franceses de arxQ< afirmaron que el desarrollo capitalista conducía a la concentración de las rique@as, a la eliminación progresiva de las Bclases intermediasC y, creían ellos, a la división final de la sociedad en proletariado y #urguesía! :onstantin Pecqueur pensa#a que la consecuencia de esta evolución de#ía ser la sociali@ación de los medios de producción! $as compro#aciones empíricas, las deducciones y las anticipaciones de esos predecesores se convierten en arx en elementos de una Heltansc7auung que ha sufrido el impulso BdialécticoC de una filosofía F la de >egelF que Q< :f! :h! /ndler% Commentaires du -ani"estó communiste)
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s upera en pro"undidad todo tipo de empresa pro-
piamente científica! "l esfuer@o por anexionar a esta Heltansc7auung todo el prestigio de la ciencia, se lleva a ca#o en el mundo real como un intento de intimidación de gran estilo! /l anali@arlo, el marxismo pone de manifiesto dos componentes heterogéneos% el que tiene su origen en la ciencia, y el que lo tiene en esta Heltansc7auung) >ay en él dos perspectivas que se excluyen! 2ólo se confunden en el alma del religionario marxista, y esto es lo que lo separa con una distancia psicológica infranquea#le de los dem(s BintelectualesC, en relación con los cuales es compara#le al alienado que usa correctamente el modo de pensar lógico y experimental en tanto (ue no se trata de un determinado suJeto)
$a transferencia a la ciencia económica de arx de las virtudes de su Heltansc7auung, y a la Hel5 tansc7auung del prestigio de la ciencia, se reali@a sólo por los marxistas, define su BmundoC y lo separa del Bmundo de los dem(sC! $os marxistas pretenden que arx realmente "undió el materialismo M7istórico y la dialéctica hegeliana, y que así reali;ó este método general de resolución de los pro#lemas del ser que >egel sólo entrevió! Ga hemos visto cómo en este caso no se puede tomar la pala#ra BmétodoC en el mismo sentido que cuando ha#lamos de los métodos de las diferentes ciencias tal como se han ido constituyendo en el curso de la historia! Ga que los marxistas pretenden situar el materialismo dialéc-
sicología del materialismo dial&ctico
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tico en el plano de la ciencia o conocimiento exacto, es preciso examinar esta pretensión y preguntarse si no equivale a un intento, inconsciente en sí mismo, de destrucción del espíritu cientí"ico desde su interior)
"l materialismo histórico y la dialéctica son, por sus respectivas naturale@as y como atestiguan sus propias definiciones, 7eterog&neos el uno con el otro! /l ser histórico, el materialismo cam#ia de significado! >emos ya visto que ha#ía una Bcontradicción parali@anteC Dpor oposición a las contradicciones motrices que son las Anicas dialécticasE entre la interdependencia dialéctica Do dependencia mutuaE de los fenómenos y la 3erarquía que se pretende instituir, teniendo a los hechos económicos como privilegiados y consider(ndolos, Ben Altima instanciaC, como determinantes) :uando se trata de lo económico hay que procurar no confundir lo económico, visto desde fuera y desde le3os, o en todo caso con cierta perspectiva Dpor e3emplo, por el historiador de la economíaE, y lo económico para los hom#res vivos y actuantes que toman conciencia o no de él y que, en todo caso, no lo refle3an sino que lo refractan! /hora #ien, todo sucede como si en el terreno real de la Praxis y de la operación, la toma de conciencia estuviera dotada de una fecundidad y de un poder propios! >emos recordado ya en otro lugar el caso de una sociedad en la que dominen las representaciones m(gicas y religiosas, una BmentalidadC m(gica Den
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ial&ctica del mar'ismo
el sentido 3usto que los etnógrafos dan a esta pala#raE n! Por lo que respecta a la dialéctica, Opara qué colgarla el epíteto de BmaterialistaC, si no hay nada en ella que pueda merecer este calificativo? 2ólo la naturale@a y las peculiaridades del lengua3e Q= B$os salva3es que se privan de los alimentos y #ienes Sta#AesT no entran dentro de los c(nones de la explicación por lo económico, ya que este tipo de explicación no distingue suficientemente la utilidad real, utilidad definida desde fuera por un o#servador dado, de la conciencia, muy diferente a veces, que el o#servado tiene de esta utilidad! $os salva3es creen que el valor nutritivo de esos alimentos no compensa ni con mucho los peligros que correrían si los consumieranH est(n como envenenados! "l interés de los hom#res no se conci#e de la misma manera dentro y fuera de una mentalidad m(gica! $a manera en que el hom#re toma conciencia de sus intereses est(, pues, en función de la manera en que toma conciencia de su condición! C #ien los hom#res actAan siguiendo sus intereses d*ndose otras 3ustificaciones Ddesde el punto de vista de otro o#servadorE, distintas de sus motivos reales, impidiendo la formación de la conciencia de lo que hacen y reempla@ando esta conciencia por constelaciones ilusorias y seductoras Del caso de las ideologíasE! #ien los hom#res creen actuar siguiendo sus intereses sin que el hecho de que lo hagan, en efecto, apare@ca esta#lecido en el o#servador cuyo punto de vista es por hipótesis distinto del de lo o#servado!C M1es "aits sociau' ne sont pas de c7oses) París, 56M7, p(ginas <<8;<<6!E
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pe rmiten decir Bmaterialismo dialécticoC, igual
que permiten ha#lar de sirenas, mu3eres con cola de pe@, o de centauros, seres en que la ca#e@a del ca#allo est( su#stituida por un torso humano! +odo eso el lengua3e lo permite, pero no la @oología! $a mitología explota las posi#ilidades del lengua3e en un sentido irrealista! $a imaginación anima las pala#ras Des el paso, #ien conocido por los historiadores de las religiones, de nomett a numen) $a imaginación convierte la pala#ra en una forma animal, o humana, o BsuprahumanaC! $a sensi#ilidad y la sugestiona#ilidad se encargan de dar a esta forma una presencia demostrada! Por efecto de la sugestión y del contagio colectivo, esta forma, esta presencia, tienen propiedades% exaltan o aterrori@an, comunican una fuer@a que parece so#renatural, o arre#atan al individuo todos sus medios de defensa! Puede suceder que el sacrilego, en cuanto se da cuenta de su sacrilegio, sea muerto por el dios! ^5 materialismo no puede formar un cuerpo con la dialéctica, como el agua tampoco puede formarlo con la superficie del sólido que la contiene! )n hom#re no puede hacer, en frío, un solo cuerpo homogéneo del agua con un recipiente de #asalto! "l agua sigue siendo agua, la piedra sigue siendo piedra! Pero con las pala#ras todo es posi#le! >oy día podemos dar cierto grado de precisión al estudio de las afinidades y las repulsiones que existen entre los conceptos! :ualquier concepto no puede entrar a formar parte de un compuesto con cualquier otro concepto! $a lógica no siempre puede
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ial&ctica del mar'ismo
unir conceptos cuya sintaxis tolera que sus nom#res estén 3untos! $as pala#ras BmaterialismoC y BdialécticaC pueden cada una entrar en un nAmero indefinido de com#inaciones, pero aquella que consiste en empare3arlas es tan imposi#le como @oológicamente empare3ar al hom#re con la hem#ra de un ti#urón! *ingAn BmaterialismoC tiene nada que ver con ninguna BdialécticaC venida de >egel! "ntre los dos elementos hay una repulsión de naturale@a! +oda concepción dialéctica a la manera de >egel es lo que el voca#ulario técnico de los historiadores de la filosofía Del cual, por otra parte no de3a de tener inconvenientesE designa como una variedad del idealismo! Para toda filosofía cuya alma sea la dialéctica, el movimiento est( por encima de la materia! +oda filosofía dialéctica es opuesta en sus términos a todo materialismo! uede 7a3er una e'plicación dial&ctica de un materialis5 mo como negación de un idealismo anterior, ne5 gado a su Ge; por un idealismo su3siguiente) "sta
es, al menos en principio, la explicación dialéctica de la historia de la filosofía, la cual introduce el elemento tiempo en la prosecución y filiación de las filosofías! uede tam3i&n, a la inversa, 7a3er una e'plicación materialista M7istórica de toda dial&ctica como mati; 6 re"leJo de ciertas relaciones materiales dadas) "n esta segunda hipótesis, el pensamiento BdialécticoC se refiere a las superes5 tructuras, pero es la in"raestructura la que decide
en Altima instancia de las superestructuras! )na y otra explicación son coherentes en sí, y pueden ser v(lidas dentro de ciertos límites, con tal que
sicología del materialismo dial&ctico
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se pamos que estos límites son límites! 2ólo pode-
mos utili@ar la expresión Bmaterialismo dialécticoC porque la sintaxis no es la lógica! 9gual que sólo podemos utili@ar los términos grifo, unicornio, quimera, porque la mitología no es la @oología! ^5 materialismo dialéctico es una here3ía lógica, un monstruo doctrinal u ) ]ue no vengan a decirnos que esta lógica en nom#re de la cual recusamos hasta el concepto de materialismo dialéctico no es m(s que la Blógica vulgarC, la cual no es sino BilogismoC en relación con una Blógica superiorC! $a Blógica vulgarC que efectivamente usamos aquí, es un instrumento verdaderamente muy imperfecto, pero que no de#ería ser suprimida, sino comprendida a título de caso particular en una Blógica superiorC! "so que es, si de#emos creer a nuestros nuevos teólogos de la inmanencia, la lógica dialéctica! "so que en efecto es de derecho! Pero la cuestión es una cuestión de hecho! O>an ela#orado ellos esta lógica? Oónde est(? 2u Bmaterialismo dialécticoC est( le3os de ser m(s comprensivo que el materialismo y la dialéctica, le3os de ser convertido, a lo >egel, en los dos primeros términos de una trinidad cuyo tercer término supera conservando y conserva superando! e hecho, no es m(s que una yuxtaposición de términos incompati#les, un hí#rido imposi#le! + Por lo menos mientras se quiera mantenerlo en
el plano intelectual! "n el plano religioso estamos tan desarmados DintelectualmenteE ante el materialismo dialéctico como ante el misterio de la 2antísima +rinidad!
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ial&ctica d e l m a r' is m o
2i es#o@amos las grandes líneas de una psicología del materialismo de arx, ante todo nos chocar( que arx, que esta#a #astante al día de los grandes resultados de la ciencia de su tiempo, como podía estarlo entonces un hom#re muy BcultivadoC, conci#iera lo que existe fuera de nosotros Daunque supiera y hu#iese escrito que la realidad est( hecha de procesos, pero que no podía sa#er hasta qué punto era ciertoE #a3o la forma de o3Je5 tos) "l o#3eto Deso que hoy día es de orden Bma; crofísicoCE era pues para él un límite del conocimiento! Por peque0o que sea, un o#3eto es siempre un o#3eto! $a cualidad dominante de la materia es la inercia y la pasividad del o#3eto! e donde la necesidad de corregir el materialismo mediante la dialécticaZ! "n la expresión Bmaterialismo dialécticoC, que por otra parte es de "ngels, la inercia pasiva, característica de la materia, se opone al movimiento! Pero ese movimiento dialéctico de la materia est( conce#ido como un movimiento de o#3etos! $a hipótesis de que podría ser de algu p u nto nt o material fuera considerana utilidad que el pu do como un nudo en una secuencia de ondas, la hipótesis de la ausencia de heterogeneidad en la perspectiva microfísica, de la materia y de la lu@, eran necesariamente extra0as al pensamiento del hom#re del siglo xix! Para nosotros, la materia no es necesariamente o#3eto m(s que relativamente a una determinada escala de o#servación Descala BmacroscópicaBE! /quello que, para arx, :f! las céle#res B+esisC so#re Veuer#ach!
sicología sicolog ía d e l materi ma terialis alismo mo dial&ctico dial&c tico
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só lo se mueve como o#3eto, para nosotros se mueve
tam#ién en el interior de sí mismo! $a esta#ilidad del o#3eto es la manera como se nos presenta un movimiento ininterrumpido de partículas! $a materia puede llegar a ser, en esta perspectiva, una cuestión de velocidad! /l nivel de la relación de incertidum#re de >eisen#erg en la que los filósofos reconocen el principio lei#ni@iano de la identidad de los indiscerni#les, se aplican otras categorías, formadas despu&s de arx! "l BmodeloC, la Bm(quinaC del determinismo causal a la que arx podía referirse, corresponde a un estado estacionario en el que la cuantificación es cómoda! :omo dice un epistemólogo ep istemólogo de d e ho h o y QL, Bel paso de d e un un estado a otro que corresponde a una explosión del (tomo, seguido de una emisión de ondas, no est( en ningAn modo representado por el modelo en cuestiónC! "s necesario, como han reconocido epis; temólogos y sa#ios del siglo xx, construir otros modelos% éstos se han visto v isto o#ligados o#ligados a #uscarlos #a3o la misma presión de sus investigaciones, y aquéllos intentan codificarlos aproximativamente Del movimiento es hoy tan r(pido, que el epistemólogo est( m(s claramente retrasado con relación a la ciencia que en épocas anterioresE! :uando ra@onamos, o especulamos, so#re cifras que representan longitudes de ondas, en el momento de hacerlo, las nociones de materia y materialismo no sirven para nada, ya que esta#an creadas para otra QL >enri >en riqu qués és%% Signi"ication de l7istoire de la pen# scienti"i(ue) (ue) sée scienti"i
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ial&ctica d e l mar'is ma r'ismo mo
escala! "n resumen, la materia se presenta como
un caso particular del ser, que comporta otros casos! $a materia hoy en día no #asta ya a la ciencia, incluso en el terreno material! $os materialistas del siglo x v i i i decían que el movimiento es una propiedad de la materia! >oy día podríamos replicarles, en su propio lengua3e, que la materia es una propiedad del movimiento! "l concepto de velocidad es tan necesario como el de materia! Puesto que cuando se trata de ondas el mundo no es m(s que velocidades, de#eríamos adoptar nuevamente el lengua3e cartesiano que hacía furor entre las BpreciosasC y ha#lar de Bmateria sutilC% velocidades relativas mutuamente, cam#ios de velocidad! e ahí proviene la importancia de los nAmeros que miden y representan las velocidades Dencontramos aquí una de las intuiciones esenciales de Pit(gorasE! /llí donde veíamos inmovilidad, podemos ver ahora, utili@ando el microscopio electrónico, una carrera! "l dogma de un credo #udista es verdadero al pie de la letra, científicamente me nte exacto% Btodos Btodo s los compuestos son imperim permanentesC! "l mundo es una tempestad ordenada, hoy podemos ver el orden en la tempestad y la tempestad en el orden! "sta tempestad ordenada es adem(s una dan@a! 2i #ien la materia puede resolverse en ondas, la lu@ puede resolverse en minAsculos proyectiles maci@os que via3an a =RR!RRR Wilómetros por segundo! $as teorías son lengua3es y las traducciones a veces son posi#les% puede suceder que podamos expresar y explicar un mismo fenómeno en el lengua3e de las ondas y en
sicología d e l materi ma terialis alismo mo dial&ctico dial&c tico
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e l de los corpAsculos, igual que podemos expresar
y explicar un mismo fenómeno humano en términos de Bmaterialismo históricoC y en términos psi; coanalí coa nalíticos! ticos! "n el materialismo histórico, esta hipótesis sólo tiene fuer@a organi@adora a la escala de las Bciencias del hom#reC! "n cuanto al materialismo no histórico, incluso si nos a#stenemos de toda crítica filosófica, de#emos compro#ar que ya no se aplica a las realidades de la física a partir de determinado nivel! Puede ha#er una transformación de aquello que llam(#amos materia a aquello que, en el mismo lengua3e, llam(#amos energía! $os fotones desaparecen o nacen en el seno de un (tomo o de una molécula! O"s material el fotón o grano de lu@? Pregunta ociosa! "s preciso tomar un lengua 3e p o r lo q u e es, d arse ar se cuen cu enta ta d e que qu e el hom ho m #re #r e es un inventor de lengua3es! ndas y corpAsculos aparecen solamente como la imposi#ilidad moment(nea de representarnos las cosas de otro modo! " l concept concepto o de d e o#3eto est( som somet etido ido a 3uici 3uicio% o% no o#servamos un electrón o un fotón aislado, lo que o#servamos es la interdependencia de fotones y electrones! "l concepto concep to de ind in d ivid iv idu u o QQ, es decir de partícula indivisi#le, ya no nos sirve de nada desde el momento en que esos pretendidos individuos son indiscerni3les) :ada una de las partículas surge de lo ino#serva#le Anicamente porque no est( sola! "l movimiento de las partículas corpus uscu cule le et QQ :f! $ang $angev evin in%% 1a notion de corp dZatóme)
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negativas alrededor de un nAcleo positivo, descrito por *iels Kohr, Bno es un hecho o#serva#leC! "l hilo conductor ver#al sin el cual no se conci#e la 0losofía de >egel ni la de /ristóteles, nos falla! "se lengua3e no est( hecho para esto, y sólo podemos violentarlo hasta ciertos límites! Podríamos decir que a partir de un determinado volta3e del pensamiento, este hilo ya no es conductor! $as pala#ras quedan ac7ic7arradas) $as matem(ticas constituyen un instrumento igualmente riguroso, preciso y resistente! $as mismas com#inaciones mentales no pueden dar cuenta del mundo de los indiscerni#les y del mundo de los individuos! esde hace #astante tiempo, desde principios del siglo, los pro3lemas de escala est(n a la orden del día! 2i en todo escrito que se refiera implícitamente a una ontología cosista, reempla@amos el concepto cartesiano del o#3eto inerte, cuando no est( movido desde fuera, por un concepto fundado en la relación einsteniana entre masa y energía, muchas proposiciones, y por tanto muchos ra@onamientos permitidos por éstas, pierden todo sentido! $as Bondas de pro#a#ilidadC, que son ondas imaginarias, permiten aprehender fenómenos reales! 2i pretendemos pensar de verdad los conceptos, sólo puede quedar del materialismo dialéctico una especie de dinamismo realista! $a estructura del mundo aparece móvil! G todo cuanto vale contra el BmaterialismoC vale tam#ién contra el BidealismoC! +oda verdad sólo es verdadera en una determinada escalaH en otra escala no es ni ver-
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dadera ni falsa, simplemente no penetra, queda fuera! onde no hay materialismo tampoco puede ha#er esplritualismo! "s, adem(s, completamente pueril creer que podemos introducir venera#les entidades en el vacío que separa las partículas de un mismo (tomo o en el que se interpone entre dos de esos Bosciladores vi#rantes alrededor de posiciones de equili#rioC! *o es, pues, sorprendente que el materialismo dialéctico intente constituirse en método científico autónomo de las dificultades insupera#les! *o hay método de investigación que pueda ser llamado así! +odo lo m(s es un sistema de exposición que, por otra parte, grave inconveniente, separa de la cosa expuesta! "n las o#ras de algunos sa#ios que afirman ser marxistas, es un sistema de exposición que intenta pasar por método científico! e donde se deduce que tales sa#ios, si lo son verdaderamente, pueden ser inconscientemente dialécticos pero no son marxistas en tanto que sa#ios! Pasteur, sa#io cristiano, no expresó sus resultados científicos en términos litArgicos! Pero esta es la inferioridad sui generis de las Breligiones secularesC% el sa#io marxista, #a3o la presión de una colectividad que profesa la religión marxista, se ve o#ligado a introducir en su o#ra un equívoco capa@ de arro3ar so#re esta o#ra la m(s grave de las sospechas! "quívoco que puede, por fortuna, no alcan@ar el resultado de su investigación, sino que tiende a refor@ar la conciencia del grupo al que pertenece el sa#io con la gran autoridad que 13
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tiene la ciencia! G si este a#uso de ciencia no proviniera de la psicología del religionario, lo llamaríamos un a#uso de confian@a! :ualquiera que vaya a #uscar la ciencia en los sa#ios raarxistas de#e rigurosamente desechar la armadura Bmaterialista dialécticaC que de#e interpretar como la presión de un grupo so#re un individuo! 2e trata de una o#sesión y de una sugestión colectivas a las que el sa#io, como individuo, y m(s aAn que cualquier otro, est( sometido! "l sa#io es un órgano cuya función estri#a en 3ustificar el grupo a los o3os de este mismo! 9gual que el sacerdote mediante sus oficios, el sa#io mancista mediante sus fórmulas de#e alimentar en los fieles el sentimiento de que el grupo existe, que es fuerteH de#e aumentar ese sentimiento de prestigio de su ciencia, de la Cien5 cia) $a ciencia moderna se ha constituido prescindiendo de todo presupuesto dogm(tico cristiano! O2e puede BrecuperarC en #eneficio de nuevos dogmas una ciencia que supo declararse independiente de los antiguos? $os marxistas tienden a resolver el pro#lema sin plantearlo! "l sa#io marxista es acaso el tipo por excelencia del Justi"icador, es decir, del especialista que una sociedad delega para el mantenimiento e incremento de su #uena conciencia! 2e trata de una doctrina religiosa que comen@ó propag(ndose en términos de economía política y de filosofía, y que se presenta como ciencia, intentando descaradamente #eneficiarse de los esfuer@os de todos aquellos que utili@aron la ciencia para desacreditar a las religiones! Pretendiendo no
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menos descaradamente monopoli@ar el racionalismo, pretende utili@ar esta arma para dar el golpe de gracia a las confesiones esta#lecidas! +odo eso le o#liga a vivir de un equívoco, 6a (ue sólo puede e'istir como religión present*ndose como ciencia)
"speculando a la ve@ so#re la necesidad religiosa y el prestigio científico, desprecia a, o se apropia F la mayor parte de las veces hace am#as cosasF de la Bciencia #urguesaC! 2e trata de una "e, de una Badhesión firme del espíritu, su#3etivamente tan fuerte como la que constituye la certidum#re, pero incomunica#le por demostraciónC Pero en este caso la adhesión su#3etiva Do me3or intersu# 3etivaE se presenta disfra@ada de demostración, o m(s exactamente, una serie de demostraciones queda alterada por la presencia de un campo pasional, es desviada como un im(n po r una corriente! O]ué es esta BcienciaC cuyos axiomas son otros tantos gritos de guerra? $os conceptos, aparentemente o#3etivos, son los sím#olos de sentimientos y pasiones cuya fuer@a multiplican, d(ndoles, a los o3os de quienes los experimentan, la solide@, la dure@a opaca y neta de las cosas) /som#rarse de que los filósofos y sa#ios convertidos en ca#alleros del materialismo dialéctico se hayan vuelto al mismo tiempo sordos a las voces de su filosofía o de su ciencia, es desconocer hechos, que por otra parte son f(cilmente o#serva#les, de o#sesión y sugestión colectivas! B*o fal; 8 :f! $alande% op) cit), artículo >oi)
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sificar F dice *iet@schenF mediante un falso proceso deductivo dialéctico las cosas y los pensamientos a los que hemos llegado por otro camino!!!, las fuer@as motrices, las valoraciones poderosas permanecen durante mucho tiempo en las profundidades!!! Go estoy en guardia contra toda hipocresía científica!!! en la e'posición, cuando no corresponde a la génesis de los pensamientos!C O:ómo podrían oír este conse3o esos individuos sometidos a una presión colectiva demasiado fuerte? &eprochamos acertadamente a los políticos y a los polemistas que llamen dialéctica a su sofística con el fin de intimidar a los ignorantes, Opero acaso no pueden citar la autoridad de los Bhom#res de pensamientoC que son algo m(s que unos rehenes? "stos Altimos no est(n limpios de la falta de honestidad intelectual, por la que para convencer a toda costa se recurre a este vie3o procedimiento% interpretar el mismo fenómeno a veces como o#ra de ios, a veces como o#ra de 2atan(s! $as mismas acciones que Bdeshonran el género humanoC si se reali@an en la /lemania hitleriana, cuando se llevan a ca#o en la &usia estalinista y si escuchamos a aquéllos quedan redimidas, salvadas por los fines cuyos medios parecen ser! 2i alegamos la identidad relativa o por lo menos la analogía de los fenómenos, nuestros B3ustificadoresC se atrincheran tras la dialéctica! /l hacerlo no hacen sino volver a dar a la pala#ra Z @oluntad de poder, 9, "ditions .allimard, p(gina MQ!
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dialéctica su sentido m(s vulgar! 2in em#argo, hay algo m(s en su caso! :uando se agrega a la pala#ra dialéctica la pala#ra materialista, el resultado se convierte en el sím3olo alrededor del cual se reali@a el enfrentamiento, a favor o en contra del cual se forman los partidos, igual que en Ki@ancio se forma#an en pro o en contra de la consu#stan; cialidad del Padre y el >i3o! $a consu#stancialidad del materialismo y la dialéctica apenas si es menos misteriosa que aquélla% se cree que el Bmaterialismo dialécticoC es la llave universal que a#re todas las moradas científicas, entrega todos los tesoros al B>om#reC! "l espíritu de #Asqueda y de investigación, el espíritu de verdad y de verificación est( minado desde su interior! "l pue#lo fue, en su profundidad, durante siglos, la reserva inagota#le, inestima#le de este espíritu!
? 9> E1 SI2 1O / I / [!\2.O OR E1 / /
" l concepto de la dialéctica, como Bmétodo
universalC que se aplica a todo y da cuenta de todo, se encuentra enteramente en >egel! :on relación a la dialéctica de >egel, la de arx peca por de"ecto) $o que no ha tomado de ella no es solamente negativo, sino tam#ién positivo! arx fue como el ingeniero que aplica los datos teóricos, pero que no sa#e aplicar los m(s f(cilmente aplica#les! )n método así pretende comprender por generali@ación el método científico, es decir, no de3ar nada fuera de él, pero tampoco tolerar nada heterogéneo! $os marxistas pretenden, pues, esta#lecer, o creen tal ve@ ha#erlo esta#lecido, que en lo que llamamos ciencia, y cuyo crédito est( firmemente asegurado, se manifiesta este método Dy sólo élE! emasiado apresurados para demostrarlo, los que aseguran que este método es lo que pretende ser, y reali@a lo que pretende reali@ar, no han tenido en cuenta las diferencias de escala, plano, nivel y profundidad! /l exponer los resultados científicos en lengua3e BdialécticoC siguiendo
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el despótico dictado de dogmas exteriores, han he-
cho algo en que la fusión, la identificación del pensamiento científico y el pensamiento dialéctico no se ha reali@ado aAn, en que esta fusión es un ideal, conserva las características del ideal, conce#ido como oposición a lo real, y que es a lo real como una som#ra que negara lo que refle3a! 2i la dialéctica fuera ya lo que ellos quisieran que fuese, en ningAn caso podría oponerse ni a la lógica de /ristóteles ni a la de Port;&oyal, ni a la lógica inmanente en la formación de la ciencia actual Désta, en efecto, no se opone a aquéllas, sino que las completaE, y la lógica dialéctica de#ería comportarse de la misma manera con relación a la lógica científica y nunca parecer, ante esta Altima, como simple sofística! $a dialéctica tampoco de#ería oponerse a la lógica de la ciencia, al pensamiento lógico y experimental, o de#ería oponerse igual que *eton se opone a la teoría de la relatividad general! "instein comprende a *eton por generali@ación! *eton no es m(s que un caso particular! *eton es verdadero dentro de ciertos límites, que no son límites Altimos! "instein no hace comprender por qué *eton es falso Dy no lo esE, sino por qué es verdadero! /l adoptar ante determinados datos e hipótesis científicas una actitud hostil y negativa, los seguidores del materialismo dialéctico no hacen m(s que atestiguar la incapacidad de su doctrina para comprender Den los dos sentidos de la pala#ra% el sentido corriente y el de "insteinE como caso particular lo que, infiel a la lección de >egel, pretende superar sin
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conservarlo! "n el espíritu humano, el pensamiento sintético no puede reempla;ar al pensamiento analíticoH éste sería el tipo de paso no dialéctico! *o sólo tiene que ha#er lugar para los dos BpensamientosC, sino que éstos se superponen! 2i fuera ya lo que los marxistas pretenden que es, este pensamiento dialéctico de#ería mediante un movimiento Ben espiralC integrar, en capas sucesivas, y en un con3unto cada ve@ m(s comprensivo y vasto, todo cuanto hay de v(lido en el pensamiento humano! emos que hoy día los marxistas no hacen nada de eso! "n el lengua3e del siglo xvm, podríamos decir que tienen miedo del BprogresoC! "l hecho es que arx, muy poco conocido en vida, adoptó una posición o"ensiGa y conquistadora, y que los que hoy se presentan como marxistas se encuentran paradó3icamente en posición de"en5 siGa Dsi prescindimos de las manio#ras de intimidación que conquistan Bmediante el sentimientoC a grupos e individuos, de cuyo Bsentimiento, todo el mundo lo sa#e, no est( excluido el terrorE! / quienes m(s amena@an hoy día la ciencia Dque para ser completamente ella misma necesita un mínimo de li#ertadE y los francos contactos espirituales es a los marxistas! 2on ellos, en definitiva, los que retroceden m(s all( de /ristóteles, y quienes cu#ren de sím#olos dialécticos una sofística infantil que Koecio no tendría ninguna dificultad en refutar! 2on víctimas de las apariencias! "n >egel se o#servan ya algunos de los orígenes de su error! e las oposiciones vividas o compro#adas a las contradicciones hay todo el largo camino, tan mag-
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níficamente recorrido por >egel, de lo concreto a lo a#stracto, sin que haya el retorno de lo a#stracto a lo concreto! e la intuición al sistema hay, en este caso, una irreversi#le pérdida de su#stancia, un desperdicio de realidad! Vigurada a#stractamente en un sistema filosófico, la contradicción dialéctica, en apariencia, se parece a los conceptos científicos que sólo lo son por di"erencia con lo GiGido) $os marxistas se enga0an con la seme3an@a y se equivocan! 2i no se tiene en cuenta ni un futuro necesariamente pro#lem(tico ni un ideal que toma el contrapié de lo real, la dialéctica no se aseme3a al pensamiento científico, sino al pensamiento filosófico, tomado al nivel de la región profunda y motora en la que comunica con los orígenes mismos de la energía humana, en la que este pensamiento filosófico no es irremedia#lamente distinto del pensamiento mítico! $a dialéctica, tal como se pone de manifiesto superficialmente en la historia del pensamiento humano, es Bel arte de discernir, de distinguir y de dividir, en la representación que nos damos, las relaciones de sucesión y las diferencias de momentoC_! 2egAn >egel, la dialéctica, tomada en este sentido, no es m(s que la proyección superficial de una realidad m(s profunda! >egel puso de manifiesto que todos los sentidos de la pala#ra dialéctica Bse mantienenC! 9ncluso si aceptamos la :f! >egel% 1ecciones de 0istoria de la >ilo5 so"ía)
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:f! $alande% op) cit), y $ittré!
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definición que aca#amos de citar, hay dial&ctica porque hay voluntad de lucide@, voluntad de discernimiento, voluntad de a#ra@ar mediante nuestro poder, de unir, lo que el tiempo dispersa, y a la ve@ desunir lo que, desde fuera, nos llega unido por una ley que no es la ley de nuestro esfuer@o! /sí, el arte de la conversación es el arte de unir y de desunir, de dividir las dificultades y en con3unto de reunir lo que es Atil reunir! Pero la dialéctica F aquí es donde >egel encuentra a >eraclitoF es un movimiento en el tiempo Dsólo hay movimiento en el tiempoE que no sería si el hom#re no fuera! $o que da significación moviente a las cosas es el tiempo! Por el tiempo somos, entre los seres y las cosas, a la ve@ acción y pasión! /sí, la dialéctica producto de nuestro pensamiento es una figura en movimiento que da fe de que somos acción y pasión y que en este sentido es un signo de nuestra inserción en el mundo Fque podemos ver alternamente como orden y como desordenF , ese mundo que nos comprende y nos atraviesa! 2i en este sentido m(s profundo no hay dialéctica del su3eto sin mundo, tampoco hay dialéctica del mundo sin su3eto! "n la medida en que nos entregamos al mundo podemos discernir en él movimientos dialécticos! "ste concepto de dialéctica atestigua la acción y la irrupción del tiempo en nuestro sentimiento del ser! "ste concepto sólo adquiere consistencia en un ser que haya experimentado que es 7istóri5 co, en una época que se ha profundi@ado a sí misma como época!
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* unca es m(s v(lida la dialéctica que cuando
no intentamos violentarla a#stractamente, cuando es una actitud y una aptitud que no introduce ninguna tercera constricción en nuestras relaciones con la cosa misma! e ese modo, al considerar la actividad de nuestro espíritu, encontramos todos los sentidos v(lidos de la pala#ra dialéctica que se mantienen entre sí! )na cosa puede ser a la ve@ ella misma y otra cosa, segAn el punto de vista, y hay que sa#er pasar conscientemente de un punto de vista a otro! Por e3emplo, tratar los hechos sociales como cosas 6 no tratarlos como cosas, tratarlos como signi"icados) )na de estas operaciones sin la otra, sin la posi#ilidad de recurrir a la otra, conduce al error, es decir, a la Gerdad Gíctima de su límite) Podemos llamar dialéctica a este paso de un significado a otro! Pero si nos de3amos enga0ar por el lengua3e, caemos f(cilmente en la fantasmagoría% el espíritu de3e ser 3astante "uerte para sostener sus pala3ras)
Ka3o esta perspectiva, las teorías y los sistemas son técnicas intelectuales, instrumentos y medios% pueden aplicarse muy #ien, con una aproximación casi perfecta, a terrenos limitados! Pero todo sistema lleva dentro de sí la ilusión de totalidad que lo destruye! ientras que al querer ser total hace m(s percepti#le su limitación, el sistema no satisface siquiera esta totalidad relativa, esta totalidad reducida que es el hom#re! 2i rompemos el dogma del materialismo dialéctico y nos remontamos hasta la intuición, a partir y alrededor de la cual pudo edificarse aquel dog-
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ma, lo que entonces hallamos es una rique@a, una herencia comAn de la que no podemos decir que los marxistas tal como son Fno tal como de#erían serF sean menos acreedores que los otros! 2i psi; coanali@amos el materialismo dialéctico perci#iremos que el apego al materialismo Dcuando todo materialismo como visión del mundo sólo puede ser el pasadoE y el hecho de que sólo se alcance un éxito relativo mediante el uso inteligente de la dialéctica captada conscientemente en la destrucción Dtécnica de la destrucción del capitalismo y del "stadoE se de#en al papel motor del resentimiento% fuera de las @onas en que el materialismo y la dialéctica sirven al resentimiento, se #orran mutuamente! $a Bconstrucción socialistaC es mucho menos BdialécticaC que la destrucción revolucionaria! $as metafísicas Bfi3istasC convienen m(s a las sociedades en vías de esta#ili@ación! $a dialéctica revolucionaria apunta hacia fuera, sólo sirve m(s all( de las fronteras del 9mperio! $a ausencia de una fuerte tradición filosófica autóctona favorece esta provechosa incoherencia! $a dialéctica utili@ada como sofística hace todo lo dem(s! +odo lo que fuera de &usia se recha@a y re#a3a es venerado en &usia Dclase dirigente, #urocracia, e3ército, ceremonias oficiales, culto del 3efe y de la 3erarquía, a#anico muy a#ierto de los salariosE! Ga que, si #ien es cierto que todas las #urocracias, todos los e3ércitos, todas las &lites no tienen el mismo significado, ha#ría que demostrar que las de &usia tienen el significado que los comunistas les dan y representan un progreso BsocialistaC so-
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# re el ccidente capitalista! 3ien la realidad
capitalista, de un capitalismo por otra parte en vías de transformación, da m(s oportunidades a esas aspiraciones socialistas, o 3ien la reali@ación del socialismo es la m(s dolorosa de las contradicciones infligidas al ideal socialista! / lo que los vie3os marxistas occidentales replican siempre que el socialismo deseado y previsto por arx est( en función de un Belevado nivel de desarrollo de las fuer@as productorasC! :uando, por el contrario, este nivel es #a3o, sólo puede tratarse, segAn ellos, de una Brevolución #urguesaC, aunque esté hecha por BsocialistasC! )na som#ra inmensa se levantó y marcha#a tras los pasos de los soldados de la &evolución francesa! "sta som#ra era la de >eraclito! $os hom#res m(s profundos de entonces la vieron, pero acaso ninguno la vio me3or que >egel! "l +iempo es a la ve@ lo irrepara#le en marcha y la promesa inelucta#le de nuevos nacimientos! >egel se dio cuenta del car(cter BmotorC de los antagonismos% ni el pensamiento crítico de los revolucionarios del siglo xviii, ni el pensamiento político conservador de los contrarrevolucionarios, que KurWe puso en marcha, fueron vanos! "sto lo vio >egel profundamente! +an profundamente como para 3ustificar todo lo que comprendió! *ada ha sido en vano! espués de la gran muda de "uropa, el hom#re occidental se encontró en una altura! Por primera ve@ la historia universal se extendía a sus pies! Pero muchas regiones esta#an
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c u#iertas por un velo de #rumas y nu#es! esde
>egel hasta nosotros, muchas #rumas se han desvanecido, muchas nu#es se han disipado, el paisa3e es muy distinto! "l gigantesco duelo entre los hom#res del Bderecho naturalC y los del Bderecho positivoC representa en el escenario del mundo una gran contradicción creadora! /nte el tri#unal universal, >egel declara que la solución de este duelo no puede ni de#e ser la victoria de uno de los dos luchadores mediante la aniquilación del otro% la solución de la antinomia es lo nueGo, la solución es una invención o un descu#rimiento que no sería, ni sería lo que es, si los dos términos y su oposición no hu#ieran existido! "l ecléctico comprende que hay que conservar los dos términos, pero no comprende que hay que conservar la oposición, y por eso el ecléctico no es nada, por eso :ousin, que se creía discípulo de >egel, no lo era! $a percepción de la actual caducidad del marxismo se o#tiene mediante la correcta aplicación de la dialécticaH hemos visto cómo en el plano científico, m(s superficial, se llega al mismo resultado exactamente! Por ser el movimiento dialéctico histórico por naturale@a, volatili@a todo presupuesto dogm(tico Dno ha#lo de la intuición misma que el aparato dogm(tico protege y asfixia a la ve@E! "l tercer término no es una operación conce#i#le por analogía con las operaciones matem(ticas% es una creación! emos que las ideas de pro#lema y solución no son sino una representación mec(nica de lo que ahora tratamos! "l advenimiento de una realidad histórica nueva no es me-
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nos la solución de un pro#lema que la aparición de una nueva especie animal! Pero considerando una nueva especie animal como una solución, podemos partir de ahí para utili@ar el entendimiento y captar me3or las leyes de crecimiento y funcionamiento de esta especie, los pulmones como respuesta a la necesidad de tener que vivir en el aire, las #ranquias como respuesta a la necesidad de tener que vivir en el agua! $a intrusión de lo BdialécticoC en lo BcientíficoC sólo puede ser una intrusión dogm(tica! "n este caso, si el resultado o#tenido es científico, sólo puede serlo independientemente de aquella intrusión, a pesar de ella! "ntonces la dialéctica deseada no es m(s que psitacismo o sofisma involuntario! Primacía de lo económico, principio anticientífico% se niega que lo económico pueda ser nunca la especificación de una realidad m(s general Dla fuer@a de un conquistador, por e3emplo, uno de cuyos móviles es precisamente una inferioridad económica, determina transformaciones económicasH adem(s, lo no económico BcondicionaC lo económico, como lo económico BcondicionaC lo no económicoE! / decir verdad, adem(s, cuando distinguimos lo económico para separarlo de todo lo dem(s, Bhi; postasiamosC en diferencias su#stanciales una división analítica a#stracta cómoda e incluso necesaria% la realidad humana es económica Den este sentido precisoE y tam#ién otra cosa! $o económico y lo no económico no son m(s que dos Gisiones
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F y la visión depende del punto de Gista F de una realidad! "stas distinciones son necesarias,
pero no m(s, hoy día, de lo que lo es la conciencia de la relatividad de estas distinciones! :omo ya hemos dicho, el devenir histórico no BcreceC de a#a3o arri#a, de la economía a la BideologíaCH el arte y la religión son contempor*neos de los primeros esfuer@os de la economía! /unque el peso específico de la economía pueda parecemos desde nuestro punto de vista determinante Do m(s determinanteE, no por eso de3a de ha#er menos interdependencia general, dependencia mutua, acción recíproca! "sta Altima concepción lleva la marca de nuestra flaque@a% se trata de una realidad que deGiene y so#re la que no podemos tener visiones sucesivas, lo que hace que en cierto sentido, cuando oponemos lo económico a lo BideológicoC Dpor usar términos marxistasE, oponemos, aprovech(ndonos de que sólo pueden ser distintos en el tiempo, diferentes momentos de nuestra representación, momentos que en realidad se suponen, ya que sólo son momentos por nuestra representación! "s este sentido que sólo puede ha#er historia verdadera siendo total en su intención, en su o35 JetiGo) $a historia intenta aprehender una época en #loque! $a limitación de nuestros medios hace que este esfuer@o condu@ca a una selección de lo dado, a una especie de antología de la realidad) Pero el arte del historiador, esta selección de lo Bm(s significativoC, si #ien desde un punto de vista de la aprehensión de la totalidad de la realidad en una época dada Dpara $ei#ni@ éste sería el M
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p unto de vista de iosE fracasa, ya que su o#3etivo
es m(s que humano, es tam#ién, como dice Kaude; laire, Bel me3or testimonioC de un éxito a través del fracaso, lo cual emparenta la historia con el arte! $a historia es el arte de elegir y de presentar lo que se ha elegido! $a historia es relativa al historiador y a su tiempo, pero si el historiador es un hom#re profundo, como +ucídides, a pesar de las lagunas que se puedan descu#rir después, algo queda de lo que no se podr( ya prescindir! >asta ahora el historiador de la guerra del Peloponeso, o el sociólogo que estudia el apogeo y la decadencia de la polis, son tri#utarios de +ucídides! "s preciso darse cuenta del Bmovilismo relativistaC que entra0a necesariamente todo intento de sociología 7istórica y comprensiGa) :uanto m*s consciente sea esta implicación, menos causa de error ser(! "n la perspectiva en que nos hallamos, no podemos esperar m(s que reducir la parte de error! 2i, por el contrario, rec7a;amos este elemento, el mismo estropea desde el interior la actividad del espírituH a causa de él llega a sufrir el e3ercicio mismo del entendimiento! "ste movilismo y este perspectivismo, una ve@ pensados, conducen el espíritu al moGimiento inGerso, que es como el retorno de este ir y o#servamos el paso de "iguras de conJunto que no se repiten, sino que tienen #astantes analogías de forma para que pueda ser fructífero compararlas! espués de tomar cierta perspectiva Dla diferencia de época nos da esta perspectiva sin que tengamos necesidad de tomarlaE, si consideramos el torrente del devenir,
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o#servamos la formación, como por transparencia, de figuras de con3unto! /lgunas de esas figuras, sin repetir en a#soluto el mismo modelo, sin que sean por nada superponi#les, se parecen lo #astante para que podamos decir que son an(logas y podamos verlas su#ir y separarse del hormigueo de los hechos históricos, de ese #or#ollón incoerci#le de su diversidad monótona que cada una de ellas domina! Podemos intentar la determinación de ciertas constantes morfológicas en el nacimiento, crecimiento y decadencia de diversos grupos humanos, de diversas Bunidades culturalesC Dcon menos precisión se dice civili@acionesH puede llam(rselas así a condición de sa#er perfectamente de qué estamos ha#landoE! ^5 BtipoC así separado no es histórico! Por ha#er sido o#tenido por comparación, difiere de cada una de las Bconfiguraciones históricas concretasC a las que de#e algo y, en la medida precisamente en que puede aclarar todas las dem(s, es imposi#le reducirlo a ninguna en particular! "l paso de esas figuras de con3unto es, ya lo hemos dicho, una especie de segunda oscilación del espíritu, siendo la primera el movilismo relativista! / cierta distancia, el orden se nos presenta en el devenir como una BconfiguraciónC inherente al mismo devenir! "n esas BconfiguracionesC est(n representados todos los factores que componen una civili@ación que podemos aislar por el an(lisis! Pero tam3i&n podemos considerar como figuras de con3unto las diversas BeconomíasC, haciendo a#stracción de su contexto histórico, y compararlas! 2iempre y cuando no perdamos de vista lo que
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hacemos y no creamos hacer otra cosa, esas gestiones no son en a#soluto inAtiles! e#emos tam#ién tener en cuenta los Btipos generalesC como la comunidad org(nica D 2emeinsc7a"t fundada solamente en la sangre DnómadasE o en la sangre y la tierra DsedentariosEH la sociedad en la que las relaciones fundadas en el intercam#io, el comercio y el contrato quedan en segundo plano o, en todo caso, permiten discernir me3or parte de las dem(s relaciones humanas Des la 2esellsc7a"t de la segunda mitad del siglo xix, m(s percepti#le en aquella época en 9nglaterra que en cualquier otra parteE en donde se #a0a el pensamiento del arx economista! )n tercer Btipo generalC es el que permite pensar #a3o una misma categoría las diversas variedades de U u n d u ) "sos BtiposC son sólo los m(s generales! esde ellos a las realidades históricas concretas, se escalona una 3erarquía de tipos cada ve@ m(s concretos Diglesia, e3ército, secta, sociedades secretas, etc!E que se multiplican y adquieren vida a medida que uno se acerca a los hechos! e uno a otro, de grado en grado, de arri5 3a a3aJo 6 de a3aJo arri3a, tipos generales, "iguras de conJunto se iluminan recíprocamente en senti5 do Gertical) *o son m(s que BtiposC que dan for-
ma a nuestra percepción de la historia, pero cuyo movimiento no proviene de que se comportarían como ideas en un entendimiento divino! *os sirven para distinguir lo que se mueve% el Galor de b :f! 1es "aits sociau' ne sont pas des c3oses) París, 56M7!
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su "iJe;a relatiGa proGiene de (ue nos permiten apre7ender el moGimiento) 2u ela#oración est(
presidida por la voluntad de orden, de claridad y de distinción, mientras que el sentimiento dialéctico de la historia preside Fpero desde un segundo planoF su utili@ación! Ga que esos BtiposC sólo son puros y limpios fuera del tiempo! $as figuras que a su ve@ nos ayudan a di#u3ar en la historia concreta son BmixtasC, formas BimpurasC, formas Bde transiciónC, formas BanormalesC! D2ólo puede ha#er monstruos mediante la intervención de la idea reguladora de lo normal) /dem(s nuestro discernimiento de lo singular, del individuo, supone un discernimiento, en el fondo, de la especie! $a especie nos ayuda a situar al individuo, a lo singular, y no hay existencia fuera de él! *o o#stante, tam#ién es cierto decir que ningAn individuo importa a la especie y que a la especie no le afecta Dal contrarioE la sucesiva retirada de los individuos que la componen! >ay una participa5 ción dial&ctica de la especie y el individuo% cada término separado del otro se desvanece! emos claramente en qué sentido esas figuras de con3unto pueden ser consideradas no como científicas, sino como BfilosóficasC! emos tam#ién en qué sentido las ciencias humanas Dpor oposición a las ciencias BnaturalesCE son imposi#les sin ese recurso! /lgunas de las ideas m(s fecundas de >egel Dpor e3emplo% las relaciones entre due0o y esclavo, entre la virtud y el curso del mundo, entre el pensamiento y su reali@ación, etc!E no de3an de tener analogía con esas Bfiguras de con3untoC y esos Btipos gene-
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ralesC hoy día necesarios a las ciencias del hom#re! +am#ién aclaran períodos, BhistoriasC, acontecimientos, cam#ios en el mundo, y tampoco pueden ser reducidas a la historia pura y simple! "n cuanto se intenta hacerlo, aparece el error en ellas, resultan falsas en relación con toda la historia real, así como es falso lo simple en relación con lo comple3o! )nas y otras nos sirven no sólo para perci#ir, sino tam#ién para actuar dentro del elemento histórico, es decir, para 7acer la 7istoria, y en este caso de#emos tomar la expresión en los dos sentidos, el del historiador y el del político! *os sirven para todo eso, incluso si de#emos superarlas, y gracias a que de#en ser superadas! e ese modo, la física ha podido engrandecerse gracias a los postulados, gracias a las Bposiciones de partidaC, que después ha puesto en tela de 3uicio o ha recha@ado! $as destruye, pero la han fundado! D)na dialéctica así es inmanente a la historia del pensamiento científico!E arx parte de grandes divisiones de la historia que considera comer dadas% esclavitud, feudalismo, capitalismo Dlos marxistas a0aden un régimen BfuturoC, el socialismoE! Para arx, como para :ondorcet Dy en seguida diremos las diferencias que hay entre ellosE, existe un progreso situado en el interior de cierta historia que para arx, como para :ondorcet, es la >istoria! Pascal fue el primero en expresar la idea de ese progreso "sL LN Vragmento del Tratado del Gacío)
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una visión del espíritu a la que Pascal est( seguro que las cosas se do#legan! :on :ondorcet, que considera die@ épocas en el desarrollo del espíritu humano, descendemos m(s cerca de la >istoria! "sta >istoria es tina y la misma! 2e trata de un B#oceto de un cuadro histórico de los progresos del espíritu humanoC, y a pesar de las diferencias de época, aquella >istoria no es menos una que este B"spírituC! /parentemente, en >egel encontramos m(s diversidad! "n >egel se captan, se piensan profundas diferencias entre épocas, entre pue#los, las cuales est(n pensadas con una perspectiva mucho m(s comple3a y amplia a la ve@! "l "spíritu sólo es Dsu ser es un devenirE encam(ndose, y cada una de sus encarnaciones manifiesta una vocación propia% un pue#lo, una historia, es una vo@ Anica, aportan un mensa3e que les es propio! )n pue#lo 3am(s encarna exactamente lo que ha encarnado ya un pue#lo del pasado! "n este sentido cada uno es irreempla@a#le! Pero aunque sea ya incompara#lemente m(s histórica, se trata de una historia del Espíritu) "l espíritu es Dpor así decirE lo que preexistía a ese pue#lo #a3o otra forma, y lo que so#revivir( a él #a3o otra forma tam#ién! DPrescindimos aquí de la dialéctica de esos BmomentosC del espíritu en >egel y de lo que representan unos en relación con los otrosE! $a >istoria es la historia del "spíritu, es, pues, una, aunque exteriormente apare@ca como la recensión de una diversidad F es la >istoriaF ! $a >istoria es consu#stancial al "spíritu, el "spíritu aparece #a3o la forma de encarnaciones sucesivas,
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es inmanente a la >istoria, como Dpara >egelE el
infinito es inmanente a lo finito! $a >istoria es la revelación progresiva del "spíritu% con el tiempo que pasa, la >istoria crece en valor y dignidad Fdel espíritu inmediato, el primer momento, al "spíritu que Bse hace él mismoC% mundo asi(tico y despótico, mundo griego de la ciudad, mundo romano del imperio, mundo cristiano y Bgerm(nicoC, esos mundos, por ser pensados por >egel, valen m(s que los otros, los mundos negligidos! entro de cada uno de esos BmundosC, tam#ién ciertos BmomentosC valen m(s que los dem(s y tam#ién son dignos de ser BpensadosC% porque igual que los otros mundos, los otros BmomentosC de los mundos elegidos nos ense0an menos acerca del B"spírituC! e ese modo, >egel compone una BdialécticaC de la >istoria, una BdialécticaC del "spíritu en la >istoria, con los BmomentosC que le han impresionado m(s, los momentos dignos de convertirse en BmomentoC en el sentido hegeliano de la pala#ra! "n cada uno de esos BmomentosC el espíritu ha superado un nuevo grado de su curso! e igual modo todas las religiones particulares pueden ser consideradas como etapas de la reali@ación de la &eligión, todas las filosofías particulares pueden ser consideradas como etapas de la reali@ación de la Vilosofía! "n este sentido, la filosofía es inmanente a la historia de la filosofía! "l sa#er y la historia del sa#er est(n entonces unidas por un la@o que hasta nosotros no se romper(! Pero >egel confiere a los momentos que le han impresionado, y que ha pensado, la dignidad ló-
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gica! G segAn él en este caso no hay diferencia entre lo lógico y lo ontológico! >egel no da esta dignidad sino a los acontecimientos dignos de ser BpensadosC, a los dem(s los de3a en las tinie#las exteriores, todo lo m(s no son sino acontecimientos sin 3am(s llegar a ser BmomentosC! 0egel pa5 rece no tener en cuenta (ue podría 7acerse otra elección)
Para arx, hay el modo de producción Basi(ticoC, el modo de producción BantiguoC, BelC feudalismo, BelC capitalismo! *o considera la historia desde lo alto como >egel, sino que reali@a la Banatomía de la sociedadC, so#re todo la del paso de las relaciones feudales de la propiedad a las relaciones capitalistas! arx proyecta una lu@ muy viva so#re el desarrollo de las relaciones capitalistas, es decir, so#re todo lo que, en la ense0an@a universitaria francesa, se denomina la Bépoca modernaC! El capital es, en resumen, uno de los me 3ores li#ros de Bhistoria modernaC que se pueden leer, acaso el me3or! ero para nosotros 7a6 9esclaGitudes C, B "euda5 lismos: 6 Bcapitalismos:, cada uno con su 7isto5 ria, (ue 7an cam3iado pro"undamente en el curso de esta 7istoria, 6 (ue cada uno, en el curso de cada 7istoria, llega a di"erir de sí mismo tanto o casi tanto como di"iere de los dem*s)
Podemos comparar entre ellosLM, luego cada uno consigo mismo, los regímenes BesclavistasC del "gipto faraónico, del mundo griego, de las co;L L << G sólo se trata de e3emplos!
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lonias occidentales de /mérica del *orte y de las /ntillas, los feudalismos de la antigua :hina, del Japón, los feudalismos homéricos, rad3puta, occidental, musulm(n, los fenómenos marítimos y comerciales del editerr(neo semítico y griego, del mundo romano, del mundo occidental F 9talia, "uropa occidental, 9nglaterraF y todos los regímenes en los que el comercio y la industria actAan so#re la política hasta llegar a parecer completamente determinantes! / partir de esta perspectiva tam#ién serían posi#les varios BsocialismosC!!! "l evolucionismo histórico de arx est( marcado por el siglo xix, hay en él incluso un retroceso con respecto a >egel! 2i el espíritu se encarna en grandes pue#los que ocupan sucesivamente la escena histórica DsegAn nos dice el privilegiado espectador >egelE y si sa#emos adonde conduce todo eso, si estamos de algAn modo tranquili@ados por el final, con gran indignación de esos pensadores su# 3etivos, de esos BexistentesC b que son unos Bhis; toricistasC estrictos y profundos en los que la historia cede el paso a la historicidad, por lo menos el Espíritu est* diGersi"icado en destinos di"eren5 tes, irreducti3les) Para arx, unilineal, esta evo-
lución progresiva sólo comprende una civili@ación, o m(s exactamente una línea de civili@aciones! 9gual que esos programas escolares que, cuando yo era peque0o, no esta#an aAn suficientemente se; 'L :f! las céle#res diatri#as de IierWegaard entre el BsistemaC y entre lo que es Bhistórico;mundialC% ost#scriplum a las migaJas "ilosó"icas) París, 56M5, traducción Paul Petit!
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p arados del siglo 9 y clasifica#an todo lo que te-
níamos que aprender #a3o los epígrafes de /ntigjedad, "dad edia y Dcon la transición del &enacimiento humanista y la &eformaE "poca oderna! 9ncluso si pretendemos tener en cuenta estas divisiones Dno soy el Anico que encuentra que hoy día no son precisamente cómodasE, Oacaso no ha#ría unas B/ntigjedadC, unas B"dad ediaC y unas B"poca odernaC Den el seno de cada uni5 dad de cultura o ciGili;aciónE? Por otra parte, en cuanto pronunciamos las pala#ras, los compartimientos estallan! "n el seno de las diferentes unidades consideradas, no existe una concordancia tan estrecha y simple, y las épocas en que se su#dividirían no serían sino a#stracciones poco cómodas! "xisten variantes en el modo en que se reali@a el paso de una BépocaC a otra! 2ólo se pueden comparar los BdeveniresC en la medida en que nos demos cuenta de las diferencias! $o mismo y lo otro se suponen! $a idea de una pluralidad en la que el espíritu encuentra las figuras de con3unto es un pensamiento del siglo xx! arx se sitAa en el seno de una filiación de culturas Dmundo grecorromano y sus #ordes Basi(ticosC, feudalismo, capitalismoE y se comporta, pr(cticamente, como si no hu#iera otra que ésta, parecido en eso a la mayoría de sus adversarios B#urguesesC! "s la CiGi5 li;ación) Pero hay otras culturas que han llegado, en otras direcciones, mucho m(s le3os que la de anchester! arx postula, a pesar de los BretrocesosC a los que ya el siglo x v m y :ondorcet eran sensi#les, una especie de progreso en el seno de
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es ta unidad Anica, en el seno de Bla civili@aciónC%
la prosecución, segAn él, después de una crisis o de un retroceso aparente, ocurre siempre en un nivel m(s elevado Des irremedia#le pensar en la Breali@ación progresiva del "spírituE! *o se trata de civili@aciones que, como ha#ían presentido los rom(nticos antes que él, est(n sometidas al nacimiento, crecimiento y decadencia, y que pueden, adem(s, como los individuos, desaparecer sin ha#er cumplido su misión, posi#ilidad de la que >egel Facaso dolorosamenteF ha#ía tenido conciencia, y que parece esfumarse ante sus o3os a medida que avan@a en su propio destino y se cum5 ple) $a historia humana, como historia de culturas sucesivas que muchas veces se diferencian unas a partir de las otras, nos muestra a veces sociedades cuya propia evolución ha quedado detenida por un choque exterior! 2i este choque no se hu#iera producido, ha#rían podido seguir evolucionando! Pero, desde aquel momento, empie@a otra 7istoria, y a esta otra historia aquellas sociedades sólo aportan algunos componentes, que pronto se vuelven irreconoci#les! $a nueva historia les de#e muchas cosas, pero se trata tam#ién de pérdidas irrepara#les! $as Bguerras mundialesC de hoy acaso tengan una función de destrucción y renovación an(loga a la de los @]lerAanderungen del pasado! $os partidarios del BprogresoC ven, en definitiva, en la historia una especie de capitali;a5 ción, mientras que tam#ién est( hecha de li(uida5 ciones y de cam3ios de dirección) :laro que la comparación entre las civili@ado;
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nes y los individuos vivos, los animales superiores, no extrae su forma del mismo contenido y sólo logra mantener éste en aquélla o#lig(ndole desde el exterior! / nuestros o3os de hoy aparece un defecto comAn a >egel a arx y a nuestros Bmanuales de historiaC! "ste defecto en el seno de cada una de esas tres perspectivas difiere de lo que es en las otras dos! .racias a los arqueólogos, lingjistas, etnógrafos e historiadores somos capaces hoy de discernir, a pesar de las incertidum#res y las @onas oscuras, muchas cosas a través de esas partes de la historia universal que no aparecen en a#soluto representadas en arx y en >egel Dca#ría sostener, con mucho ingenio, que sí lo est(n en >egelH y entonces de#eríamos considerar su o#ra muchas veces oscura, como una #i#lia y encontrar en ella todo! /lain solía decir que con tal de leer los autores con #astante piedad, se podía encontrar siempre en ellos todoE! $a admiración que sentimos por >egel no disipa nuestra impresión de ar#itrariedad que proviene de nuestro contacto con la >enomenología o con las 1ecciones so3re >iloso"ía de la 0istoria) O]ué es lo que hace que todo cuanto en la >enomenología >egel destaca del siglo xviri tenga un valor mucho mayor y m(s universal que el resto? O:u(l es el secreto de esta ar#itraria selección? "ste secreto reside en la naturale@a y en la posición del o#servador! $os pue#los aparecen sucesivamente en el primer plano del escenario histórico! OPero quién contempla el espect(culo? >egel! /hora #ien, para >egel, el espect(culo no es relativo al espectador, sino que
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es relativo al "spíritu, y el espectador es el "s-
píritu mismo consciente finalmente de sí mismo! +odo ocurre como si >egel Fy la o#servación vale a "ortiori para arxF tuviera cierta noción de la relatividad de todas las situaciones excepto de la suya! >egel Bse tomaC como un o#servador privilegiado, pero no, segAn nosotros, como un o#servador privilegiado completamente Dutili@ando su lengua3eE Bconsciente de sí mismoC! :omprendemos la perspectiva de >egel y la de arx, nos parecen necesarias como perspectivas de >egel y de arxH igual que >egel, somos prisioneros, podríamos decir, de una posición, o sea, de una situación y de una época, pero sa#emos que somos prisioneros y por eso sólo podemos presentar nuestra perspectiva como tina perspectiva! 2in duda, pensamos su#3etivamente que Btenemos ra@ónC Dsi no, no escri#iríamosE! Pero tam#ién conocemos eso, lo llamamos Bla ilusión del o#servadorC, lo cual no es m(s que la exclusión de un nAmero indefinido de perspectivas en #eneficio de una perspectiva Anica! 2ólo hay perspectiva Anica excluyendo las dem(s, la realidad puede ser considerada como una elección entre varias posi#les! G esta perspectiva Anica sólo es, por así decir, el refle3o de nuestra limitación! Pero aunque hayamos alcan@ado el sentido de lo relativo, no por eso hemos perdido el deseo de lo a#soluto% las coordenadas del hom#re de hoy se encuentran en este punto tr*gico) $a ilusión del o#servador es en >egel Dm(s que en arxE tam#ién una ilusión de aca3amiento) Pero en los marxistas queda algo de