Universidad Nacional Autónoma de México Facultad de Estudios Superiores Acatlán
Análisis de Margarita de niebla, niebla , novela de Jaime Torres Bodet EL SENTIDO Carlos y su deseo mórbido originado por una Margarita inasible
Acentuado por una percepción totalmente señorial, subjetiva y suavizada por parte del personaje-narrador, el autor nos presenta una realidad que le es difícil de capturar.. Así, el sentido de la novela se ubica, según la siguien capturar siguiente te propuesta, en la existente imposibilidad de aprehender, aprisionar, la realidad. Realidad que al igual que la sensación que el personaje-narrador tiene al tocar la piel de la mujer, no es aprehensible totalmente, y que se verá sumada a una imposibilidad imposibil idad latente no sólo al tratarse de la realidad, realidad, sino también del tiempo tiempo y, en una superficie profunda, de los personajes, de un personaje en particular: Margarita. Una Margarita que es confusión y oscuridad, que no se deja percibir y apreciar comple com pletam tamen ente, te, qu que e se fu funda nda co con n el es espac pacio io sie siempr mpre e su subje bjetiv tivo, o, qu que e se va estructurando, por el nivel de la consciencia, y entretejiéndose somáticamente sobre la existencia y el pensamiento. Así, Carlos Borja, nuestro personaje-narrador, es exhibido como alguien que está buscando buscand o algo, a saber: aprehender, comprender, comprender, qué es lo que realmente siente y qu quie iere re de, y po porr
Marg Ma rgar aritita. a. Búsqu Búsqued eda a en la qu que e ve vela lada dame ment nte e de deja ja su
imposibilidad imposibil idad de comprender a los demás personajes personajes en el aspecto más íntimo de
su personalidad, y que logra que el personaje no pueda concretar la elección de una figura femenina.
El tiempo La estructura del tiempo en la novela, que en un principio parece sencilla, es en realidad un entramado de percepciones con las que el narrador juega al cambiar de perspectiva entre el ambiente externo, que marca el tiempo mimético, y el ambiente interno que tiene que ver con el discurso lírico que “detiene” el tiempo. El narrador, que es autodiegético, se basa en el cambio abrupto de los tiempos verbales (pasado a presente y viceversa), para lograr que el tiempo sea como Margarita, difícil de asir. A continuación presentamos un esbozo general de la temporalidad en Margarita de niebla de Torres Bodet, y un análisis de cómo ésta le ayuda a construir la
sensación sensaci ón de no poder aprehender aprehender a la mujer, así como un análisis más detallado dell tie de tiempo mpo de lo loss ca capít pítulo uloss I al VI ha haci ciend endo o hi hinca ncapié pié en las ca carac racte terís rístic ticas as part pa rtic icul ular ares es de ca cada da un uno o de es esto tos, s, par ara a mo most stra rarr cóm ómo o se con onst stru ruye ye la temporalidad en el relato y su función. El tiempo mimético en Margarita de niebla es esencialmente lineal, cada uno de los do doce ce cap capítu ítulo loss cor corres respo pond nde e co con n la su suce cesió sión n cr crono onológ lógic ica a de los he hecho choss narrados por el protagonista (ver esquema), desde el momento en que conoce a Margarita hasta que decide casarse con ella y se van de viaje. La mayoría de los capítulos están narrados en presente, lo que nos da la sensación de avanzar en la historia junto con el personaje y nos permite experimentar al mismo tiempo lo inasible de Margarita, cosa que no ocurriría con un relato enteramente enteramente en pasado pasado,, ya que el pasado implica el conocimiento total/terminado de lo vivido, como lo podemos observar en los capítulos I (al inicio) y VI de la novela, así como en el capítulo II cuando recuerda a las mujeres que amó. Por otro lado, el tiempo presente de la narración puede dividirse entre un presente absoluto, en el que se cuenta lo que ocurre y un presente continuo, con el que el
narrador nos describe que lo que está ocurriendo en ese momento es parte de algo que ha ocurrido antes y continúa haciéndose constantemente. La importancia de la narración en presente radica en que nos permite descubrir a Margarita tantas veces como lo hace el narrador, además de funcionar como una marca de las diferentes Margaritas a las que se enfrenta el protagonista (capítulo IV). Dentro de cada uno de estos capítulos, el tiempo mimético se funde con el tiempo que llamaré lírico, pues atiende a la percepción del paso del tiempo del protagonista y se funda en el lenguaje poético de las descripciones del narrador, con las que interrumpe las acciones del presente y detiene el tiempo de la narración. A continuación se presentan las descripciones del tiempo en cada uno de los capítulos de la novela. Capítulo I
La novela inicia, como en cualquier relato tradicional, narrada en tiempo pasado. Aunque en un principio el lector no alcanza a descubrir los juegos temporales de la trama que serán introducidos por la voz del narrador, conforme el relato avanza éstos se hacen más claros. Desde la primera oportunidad, la voz narrativa nos advierte que las secuencias cronológicas serán ordenadas, muchas veces, bajo la percepción particular que el narrador tenga de éstas:
“Las cinco habían sonado hacía más de una hora en el reloj de la escuela y, sin embargo, faltaba mucho aún para que llegara, con sus seis pisadas isocrónicas, el tiempo de la salida.” 1 Se marca así, una diferencia entre el tiempo visto como una condición externa al sujeto (el tiempo mimético) y la percepción subjetiva que el protagonista tiene de él (tiempo lírico). De hecho, el tiempo mimético puede interrumpirse mediante el 1
Jaime Torres Bodet, Margarita de niebla, México, UNAM, 2005. p.3
recuerdo o las evocaciones de tiempos pasados. Toda la narración del comienzo del primer capítulo (la escena del examen en el colegio y la entrada de Margarita al salón) no es más que un recuerdo de Carlos Borja al ir conduciendo su automóvil momentos después de terminado el examen y casi de golpe, el tránsito del pasado al presente: “El volante obedece ahora a la presión más suave de mis manos”2. De ahí que, siendo la primera secuencia narrativa un recuerdo, esté contada como un hecho pasado. Este tipo de analepsis serán constantes en la novela, como veremos adelante. Otro de los recursos de los que se vale Torres Bodet en esta novela para detener el tiempo mimético es la descripción. Los constantes monólogos del protagonista se complacen en describir su entorno como si se tratara de cuadros, deteniendo repetidas veces las acciones para concentrarse en lo que pasa por la mente de Carlos Borja. Así, mientras él sigue manejando, pasan por su mente recuerdos de viejos y nuevos amores; incluso el tiempo parece detenerse, marchar muy lento fuera de él dando lugar al tiempo lírico; momentos después de afirmar que la noche estaba a punto de llegar mientras conduce, y aún en el auto, Carlos exclama: “¡Cómo ha tardado la noche!”. 3 Capítulo II
Al iniciar el segundo capítulo presenciamos un salto temporal en la trama: “A partir de los exámenes he pasado muchos días frente al Buen Retiro” 4. Frente al alargamiento de un momento de breve duración que hemos visto en el capítulo anterior, se contrapone este rápido salto de “muchos días”. Aquí, el narrador reflexionará sobre su capacidad de alargar los momentos breves mediante el recuerdo:
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Ibid p.6
3
Ibid p.8
4
Jaime Torres Bodet, Op cit p.11
“Desde la esquina de la calle de las Moras, adivino el Buen Retiro. Me intereso porque la inteligencia o la memoria no intervengan en nada en esta sensación de su proximidad” 5. La memoria, es decir, el recuerdo de cosas pasadas, es capaz de alejar (ya espacial, ya temporalmente) al sujeto, de llevarlo a otros planos espaciotemporales en su consciencia. Carlos se niega, en esta ocasión, a sus divagaciones porque no quiere alejarse de su posible encuentro con Margarita: él necesita estar ahí, en ese momento y en ese lugar. Otra forma de modificar el tiempo en el capítulo es a través de las interrupciones de los diálogos, los que, entre otras funciones, tienen la de situar al espectador muy cerca de la acción; no por otra razón el diálogo es la forma característica del teatro, es decir, es una especie de “presente” inmediato. El diálogo entre Margarita y Carlos se verá suspendido, por decirlo de alguna manera, gracias a las constantes reflexiones de él: “-Buenas tardes, señorita… Puse toda mi intención en hacer perceptibles, en esta frase, los puntos suspensivos que debería llenar la intimidad de un nombre y que no me resuelvo a sustituir con las sílabas neutras de un apellido. Por desgracia, la señorita Millers parece ajena a la interpretación de esta gramática aplicada y prefiere librarse de los bultos que, al inmovilizarla, hacen más definida la línea graciosa de su cuerpo sobre la reja del jardín. 6” Después de otras divagaciones semejantes, el diálogo se retoma como si no hubiera pasado más que un pequeño instante fuera de la consciencia del protagonista; de hecho, así es. Los pensamientos de Carlos hacen pequeños cortes en la cronología exterior a él, sin que éstos puedan ser percibidos por nadie más. Este recurso es el más ampliamente usado en cuanto al manejo del tiempo 5
Ibid p.12
6
Ibid p.14
en la novela; las expresiones del “yo” están cargadas de lirismo. De ahí que este tipo de relato reciba nombres como “novela de ensoñación” o “novela lírica”, y de ahí que sus recursos narrativos recuerden, sin duda, a Marcel Proust. Sólo faltaría añadir al comentario de este capítulo que la narración está toda hecha en tiempo presente. Capítulo III
La trama avanza en el tiempo dos semanas desde la aplicación de los exámenes. El capítulo, la visita de Carlos a casa de Margarita un jueves, está narrado en tiempo presente, como si todo ocurriera justo en el momento en que nos es contado por Carlos. Capítulo IV
Como el segundo capítulo, éste inicia dando un nuevo salto hacia adelante en la trama: “Desde hace mes y medio, veo a Margarita dos veces por semana. Una, en su casa, los jueves. Otra, los sábados por la tarde, en el cinematógrafo” 7. Este capítulo presenta algunas singularidades que es preciso mencionar, pues se verá cómo la percepción que Carlos tiene del tiempo va construyendo el sentido de la novela. Resulta aquí muy importante la perspectiva desde la que narra el protagonista. Para empezar, el inicio (“desde hace mes y medio…”) sitúa al narrador en un tiempo presente ( hoy hace mes y medio que veo a Margarita dos veces por semana); pero, a diferencia de lo que ocurre en el capítulo anterior donde todo se narra al tiempo que suceden las acciones, aquí la narración en presente no denota una simultaneidad con los hechos. Lo que se cuenta (la visita al cinematógrafo) no ocurre al mismo tiempo que es contado, aunque así lo parezca. La narración está construida con hechos que comenzaron en el pasado (“hace mes y medio”) y que continúan en el presente, un presente que no es 7
Jaime Torres Bodet, Op cit p.27
inmediato, sino uno que se ha repetido los sábados por la tarde y los jueves. Desde hace mes y medio ése es su presente: esperar a Margarita en el Zócalo, caminar entre el tránsito, ir al cinematógrafo, etc. Será sólo cuando Carlos diga: “Ahora, Margarita no es ya la estatua de niebla que vi descender hace una hora del tranvía de San Ángel, en el zócalo” 8, cuando nos daremos cuenta de la perspectiva del narrador. Carlos está en el cine, junto a Margarita, viendo una película, y desde ahí nos ha narrado la cotidianeidad de cada sábado anterior a éste. Todo el principio del capítulo, hasta el “Ahora, Margarita no es ya la estatua de niebla…”, es, entonces, un recuerdo; una reconstrucción mental hecha por Carlos, y las acciones contadas al principio del capítulo no se refieren a algún sábado en particular, sino a lo que ocurre todos los sábados en su cita: “Por eso, al verla partir los sábados, me desahoga un respirar de alivio”.
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Tal reconstrucción resulta similar a la que hizo (recordando el día en que conoció a Margarita) en el primer capítulo, mientras manejaba su automóvil rumbo a su casa. Sin embargo, entre una y otra reconstrucción hay una diferencia importante: la del automóvil está narrada en pasado, y ésta, la hecha en el cine, en presente. ¿Por qué? Porque el instante en que conoció a Margarita no constituye un presente, es un instante que no volvió a repetirse, un acto comenzado y terminado en al pasado; en cambio, como ya hemos dicho, las citas al cinematógrafo se han repetido durante mes y medio y aún continúan. Por eso, de alguna forma, constituyen un presente para Carlos. Las visitas de los jueves a casa de Margarita son también reconstrucciones hechas por el recuerdo de Carlos Borja. Casi todas las acciones de este capítulo están ocurriendo sólo en la consciencia de Carlos, de nuevo, muy al estilo de la narrativa de Proust. Esto es lo que permite presentar ambas secuencias temporales como los “dramas simultáneos” de los que habla el mismo narrador. Hay saltos de un tiempo y lugar a otro, de sábado a jueves, del cine a la casa de los Millers. 8
Ibid p.32
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Ibid p.33
Finalmente, debemos mencionar cómo Carlos percibe “dos Margaritas”. Para él, la Margarita de los jueves, la de la casa y los padres, es una; la de los sábados en el cinematógrafo es otra. Margarita comienza a aparecer como un ente cambiante, y este cambio viene determinado por el tiempo, por el día de la semana en que la ve. El tiempo influye en la percepción que Carlos tiene de Margarita. Capítulo V
Este capítulo se construye de manera similar al primero. La primera parte está en pasado: “-Hasta mañana- me dijo ayer Margarita, al despedirse. Es la primera vez que concierto con ella una entrevista dominical.” 10 Las primeras líneas se encargan de situar al protagonista en el tiempo. Él nos está hablando un domingo, al día siguiente de la visita al cinematógrafo desde donde nos narraba en el capítulo anterior. Vemos ya que narrador y tiempo son, en este caso, elementos que van muy de la mano. Desde “Durante la noche, confundida con las arrugas de la almohada, toqué, bajo la pluma del sueño, la forma de las horas que me aproximaban al amanecer.” 11, hasta “Así es como el recuerdo me devuelve la forma, el color y la esperanza del domingo que he estado construyendo en la mina de la sombra laboriosa.” 12, Carlos nos está relatando, desde un punto situado en un presente aún vago (sólo sabemos, por el momento, que es domingo), el sueño que tuvo la noche anterior y cómo su madre vino a despertarlo por la mañana de ese día. Muy a la manera de sus recuerdos en el automóvil (cap. I), descubrimos adelante que Carlos está en el bosque, esperando a Margarita y a Paloma, y desde ahí nos está narrando, como un recuerdo, el comienzo del capítulo: “Soy el primero en llegar a este rincón del bosque en que nos espera la cita 13”. El cambio de pasado a presente lo prueba. Como hemos dicho antes, esta especie de construcción es utilizada más de una vez. 10 Jaime Torres Bodet, Op cit p.35 11 Ibid p.36 12 Jaime Torres Bodet, Op cit p.37 13 Ibid p.38
Capítulo VI
Este capítulo presenta también alguna particularidad con respecto al tiempo que merece detenernos en el análisis. El paso de un tiempo a otro en la narración será inverso al del capítulo anterior. Aquí primero se narra en presente; Carlos lee una carta escrita a Paloma. Pero la carta, al referirse a acciones ya pasadas (además de haber sido escrita “hace tiempo”), cambiará el tiempo de la voz narrativa a un pasado posterior al domingo del capítulo anterior, sin que sepamos exactamente cuándo la escribió Carlos ni a qué día en específico se refiere (ver esquema). Lo único que podemos deducir a partir de la carta es que ésta se escribió al día siguiente de los hechos que relata: “Ayer, amiga mía, como me encontraba fatigado de esperar la hora de nuestra visita a los Millers, salí más temprano que de costumbre y pasé un instante por Chapultepec”. 14 Lo importante vendrá adelante cuando, por medio de la carta, se introduzca en la novela el personaje de Otto, un militar, viejo amigo de la familia. Carlos nota de inmediato situaciones extrañas en el comportamiento de Margarita a partir de la llegada del aviador; nos dice: “Cada palabra de su amigo (se refiere a Otto) la hacía dar un paso atrás en la perspectiva del tiempo” 15; de pronto, las palabras de Otto causan este efecto en todos los concurrentes, incluido Carlos: “En el espacio de un minuto atravesamos juntos el túnel de una vida”. Sin embargo, es en Carlos en quien las palabras de Otto provocan un efecto mayor; éstas modifican incluso la imagen que el protagonista percibe de Margarita: “Su rostro, como en una nueva pubertad, se fue cargando poco a poco de sangre, de expresión, de vida”.
16
Finalmente, las palabras de Otto modifican tanto la percepción de la realidad de Carlos, que lo llevan a decir: “Las respuestas de Otto hubiesen hecho desconfiar a Newton. Desmentían la gravedad. Oscilaban en la indecisión y, al 14 Ibid p.45 15 Ibid p.49
16 Ibíd. p.50
desaparecer, nadie hubiese podido afirmar que cayeran. Acaso simplemente se evaporaban” 17. De hecho, la presencia de Otto viene a turbar la relativa tranquilidad que Carlos tuviera hasta este punto de la novela; a partir de aquí, el señor Borja se ve siempre rodeado de dudas, vacila entre Paloma y Margarita, a quienes nunca termina por comprender. El resto de la novela, salvo los capítulos VII y X, se desarrolla a la manera habitual, narrada como un presente inmediato con ciertos cortes temporales realizados por las cavilaciones del protagonista.
Esquema temporal
17 Ibídem
Visita casa de M.M.
Conoce a M.M.
¿?Muchos días
Domingo conoce a Paloma
Mes y medio
Presente
Presente
Cap. II
Cap. IV
Pasado
Cap. VI
El mismo día
Cap. III
Presente
Cap.V
Presente
Salida al cine
Presente
Cap. VIII
Viaje con los Millers
Presente Pasado (79-81)
Cap. X
¿? Cap. VII
Más de dos días menos de cinco
Encuentra a M.M
Se entera del viaje de M.M. Busca a Paloma
¿?
¿? Pasado Cap. I Presente (pág 6)
Viaje a Cuernavaca
¿? Cap. IX
Presente
Presente
Cap. XII
Cap. XI
Presente
Presente Pasado (58-59; Otto)
Carta
Analepsis Pasado Aparece Otto
Estancia en Cuernavaca
Pide la mano de M.M.
Arrepentimiento
El mismo día
Integrantes del equipo
Jiménez Figueroa Víctor López Alemán Iván Miramontes Rojas Noemí
El espacio Como todos los elementos del análisis del texto, el espacio está intensamente ligado al narrador, tiempo, personajes, etc. En este caso, parece que nos encontrarnos frente a una obra de vanguardia, muy cercana al impresionismo donde los personajes se funden con los espacios. Margarita de Niebla no sólo es impresionista por la manera en que se funde el personaje con el espacio, sino porque el narrador está focalizado la mayoría de las veces en Borja, por lo cual el personaje nos cuenta cómo recibe el mundo, es decir, sólo a través de su perspectiva. El espacio y las imágenes se van estructurando por el nivel de la
consciencia, entretejiéndose somáticamente sobre la existencia y el pensamiento, es decir, que el personaje se funda con el espacio. Los espacios no son delimitados, ni tienen una función específica, parecieran que aparecen como pretexto y sirven como una extensión del personaje. Por ejemplo, en los primeros capítulos cuando Borja recorre la ciudad en su auto y habla de la manera en que aumenta la velocidad, ésta se asemeja a la manera en que se acelera su organismo. El espacio es un reflejo del personaje como en las historias de Faulkner. Es importante destacar cómo aparecen los espacios: por intuición y
por
enunciación directa: a) Por intuición: La descripción de los objetos o acciones que realiza el narrador nos dan una idea de los espacios en que se encuentra. •
•Objeto. El narrador nos habla de un objeto que utiliza o ve para hacer saber al lector su espacio. Se trata de un objeto arquetipo que normalmente está dentro de un contexto y situación determinados. Por tanto a través del conocimiento de ese objeto se puede intuir que se está en un determinado espacio.
•
•Acciones. Muchos de los espacios se describen por medio de acciones. El lector percibe un espacio por medio de la enunciación de acciones que se llevan a cabo, intuyendo que son realizadas en un determinado espacio bajo un referente de la realidad que ambos (narrador-lector) tienen. Esto quiere decir que su objetivo principal de quien narra no es que tenga un conocimiento pleno del espacio sino que le importan más las acciones, y éstas por sí mismas nos describen el
espacio en que se realizan
implícitamente, pues están relacionadas de manera inherente. b) Por enunciación directa: Nos dice claramente que está en un lugar. •
•Descripción del espacio. Nos habla de todo el espacio, de las partes y objetos que lo constituyen, de sus características. Pero este punto siempre
va estar delimitado por los intereses del narrador, y por su visión y percepción. Entonces la descripción del espacio siempre será subjetiva. •
•Enunciar únicamente el lugar. Se dice únicamente que se está en algún sitio, sin describirlo. Puede ser que el narrador haya decidido sólo decirnos que está en tal lugar porque no le interesa describírnoslo. No guarda un significado tan importante para la narración de este espacio, sino el sólo conocimiento de la realización de los actos en ese lugar. Pero también puede ser porque el narrador piense que es un lugar convencional, que todo lector conoce las propiedades de ese lugar y sea innecesario mencionarlas.
Por lo tanto creemos encontrar a Carlos Borja como un lente que muestra la realidad, es decir: Realidad>Narrador (Carlos Borja)> Realidad Existe una relación entre el espacio y el personaje, hay una exploración de sí mismo a través del mundo, los adjetivos del espacio son dados según la percepción del narrador. El personaje de Carlos Borja está buscando algo, saber qué es lo que realmente siente por Margarita, qué quiere de ella. Los espacios tienen una relación con esta búsqueda, por ejemplo él dice que siente que existen dos Margaritas diferentes, una cuando están en casa de sus padre y otra cuando se ven los sábados en el cinematógrafo; cuando Margarita anuncia que regresará a Alemania con sus padres, Borja se siente, de algún modo, presionado para tomar una decisión acerca de su relación con Margarita; y la casa refleja lo desesperado de esta situación. Los muebles parecen faltar en mayor medida en que se acerca el peligro de perder a Margarita. La casa “se desquebraja” pierde forma para Borja, porque la familia lo hace, al irse él perderá el contacto con ellos.
La oscilación entre espacios hace que las características, personalidad y actitudes de los personajes se revelen y no actúan de la misma manera en los diferentes espacios. La presencia constante de la niebla denota la confusión que Borja siente con respecto a Margarita, no sabe lo que quiere de ella, lo que realmente siente. Por eso está presente en momentos como sus encuentros o la visita que hacen a Cuernavaca con Otto y Paloma. Las cosas que se describen deben estar enlazadas a la acción o al personaje, para que se llegue a una epifanía, el espacio guarda estrecha relación con estos, existe una reciprocidad. Personaje-Espacio
Introspección del personaje
Espacio-Personaje
Epifanía
Ya que tiempo y espacio van ligados y ya se dijo mucho acerca del espacio, para complementar un poco podemos decir que, al igual que el espacio, el tiempo pasa en el discurso. Mientras tanto, con el elemento femenino, especialmente en margarita, la finalidad del personaje- narrador y el acto sexual nunca se concreta. En concreto tenemos que la exploración y el éxtasis del pensamiento
van poco a poco
materializándose por la parte descriptiva en un intento "cognitivo" donde sólo se queda en la línea de pensamiento. Al igual que Proust, Margarita de Niebla tiene una memoria emocional
porque dentro del discurso se van planteando las
emociones de la protagonista. La diferencia es que no transcurre tanto tiempo como en Proust, pero las descripciones, la primera persona y su visión de Margarita tienen mucho en común. Podríamos enunciar muchos ejemplos que de algún modo hemos enunciado anteriormente, de cómo el personaje de Carlos Borja se funde con el espacio, su viaje en el automóvil hacia “El buen retiro”, la descripción de la sala cuando visita por primera vez a Margarita y lo inunda la confusión, entre muchos otros, pero
considerando el tratamiento que se da a lo largo de la obra el más importante podría ser la descripción que se hace de la casa después de la llamada de Margarita a Borja informándole que se va Alemania por negocios de su padre. En el capítulo 10 Borja se ve obligado a aclarar sus sentimientos hacia Margarita por la apresurado de la decisión del regreso a Alemania, cosa que lo separaría totalmente de ella, cuando va a verla a su casa el espacio parece indicarle que la decisión debe ser tomada inmediatamente o todo se derrumbará, el ritmo en que avanza por la casa y la manera en que los muebles parecen moverse con él le indican que el tiempo se acaba: “Todo en la casa de los Millers me parece obedecer a un crecendo. La escalera me conduce más deprisa al hall .
Dentro de él, los pasillos me trasladan automáticamente, como las bandas de un motor en movimiento, a través de la casa aceitada por su circulación.” 18 La descripción que se hace de la casa, apresurada, en movimiento brusco y alterado, se asemeja a la decisión que Borja toma sobre su relación con Margarita, y podemos concluir totalmente la teoría del espacio cuando, en el viaje en ferrocarril hacia Veracruz, Borja dice que él es quien nos da la descripción del espacio, según su percepción comparándolo con la familia mexicana que comen al lado de ellos: “Junto a nuestra mesa, una familia mexicana nos reproduce en moreno como la copia de un espejo inteligente que no tomara de la realidad sino los elementos esenciales y los decorara a su nombre” 19. 20
Integrantes del equipo 18 19 20
Alcántara Santoyo Geraldine Cruz Pérez Lois Gutiérrez Muñoz Diana Ibáñez Ruiz Flor de Liz Verdejo Rodríguez Elizabeth
Personajes Al inicio, el epígrafe extraído del Fausto de Goethe (“Si me muevo de este sitio, si me aventuro a acercarme, no puedo verla sino envuelta de niebla”) expresa la característica principal de los personajes de Margarita de niebla: la imposibilidad de ser comprendidos por el narrador, particularmente en el aspecto más íntimo de su personalidad. Más adelante podremos observar cómo, en unión (o en consecuencia, quizá) con este impedimento, aparecen, por ejemplo, las distintas apreciaciones físicas y mentales de los personajes a través de la trama del relato. Hay en total tres personajes que deben ser resaltados de entre los demás: Carlos, Margarita y Paloma. Carlos, quien, además, es el narrador del relato, concilia en su interior las perspectivas y las voces de los demás personajes. La percepción de Carlos está, no obstante, lejos de ser precisa; al final de la novela, el narrador se percatará de sus errores en la apreciación de las características de quienes lo rodean (más particularmente, de Margarita y su familia): “Sólo hasta ahora entiendo por qué tantos errores de apreciación me lastimaban en el trato diario con los Millers. Quise juzgarlos con el criterio de un escultor, proyectándolos sobre la solidez de un espacio y ellos querían ser estimados como entidades musicales, es decir, como un juego de sombras en la pantalla del tiempo.” 21 De Carlos, debemos decir, por último, que se trata de un hombre más meditativo, imaginativo, que de acción, lo cual provoca su envidia por Otto, el amigo de Margarita, a quien estudiaremos más adelante: 21 Jaime Torres Bodet, Margarita de Niebla, Ed. UNAM, México,2005 p
“¿Pero cómo reprocharle una incultura que envidio? ¡Siquiera ella, siquiera ella lo deja en libertad de querer! Fuera yo, como él, un comerciante activo en vez de del escritor sin voluntad que soy!
”22
Margarita (en un primer momento, el centro de las preocupaciones amorosas de Carlos) es, por otra parte, un personaje presentado en diversas ocasiones y de distintos modos por el narrador. Esto se explica, en parte, por lo que ocurre en el capítulo cuatro: Carlos se percata de la manera en que Margarita se comporta de acuerdo con el ambiente que la rodea, lo cual ocasiona que sea imposible, hasta el momento de su muerte, definir la personalidad de Margarita: “Porque eso es ella, más que nada: una hoja de temperatura, una hoja en blanco en cuyos claros, distribuidos sabiamente por la retícula impresa de las costumbres y de las tradiciones, cualquiera podrá venir a anotar la fiebre de la hoja que viva hasta el minuto en que la vejez con una mano anémica, trace la línea que, uniendo los vértices de las temperaturas anotadas, se convierta en estadística y litoral.” 23 Así, nosotros sólo nos enteramos de la construcción de la personalidad de Margarita que Carlos conoce en momentos y lugares determinados. Esto, por otra parte, impide al narrador comprender a una de las mujeres en las que está interesado, y le provoca, en consecuencia, incertidumbre para elegir a una ellas. Cerca del final de la novela, Carlos se percatará de que la incompatibilidad entre Margarita y él responde en realidad a motivos más profundos que la atracción física o la simpatía: sus «razas» se repugnan. En cuanto al fisco de Margarita, tenemos lo siguiente: 22 Ibíd. p. 23 Ibíd. p. 32
“La señorita Millers no era sin embargo lo que se llama, en sociedad, una mujer hermosa y aun hubiera dudado, en la calle, en el teatro o en el tranvía de afirmar que fuese ya una mujer En torno a sus movimientos se formaba ese vacío brusco que envuelve a los seres mu jóvenes, esperando, para desaparecer, la plenitud del crecimiento que lo llene con el desarrollo de los cuerpos que rodea. Pero había, en su cabellera, no sé qué libertad parecida a la de la música, hecha también de una continuidad de ausencias y, en sus ojos, la suavidad se construía de muchas aristas inferiores como sucede con el reflejo apaciguado de las esmeraldas. Más que blanca, su piel parecía violeta. La firmeza de sus tobillos descubría a la nadadora y a la jugadora de tenis la solidez de los hombros. Algo más, indescifrable, tal vez el secreto de su atractivo, la envolvía en una atmósfera imantada que no se esforzaba por crear pero que aceptaba sin impaciencia.” 24 En la novela, resulta evidente, y, también, comprensible, la escasez de descripciones físicas de los personajes; sin embargo, en vista de la importancia que reviste, al menos durante un primer momento, la apariencia para la aproximación de los personajes, no podemos perder de vista este detalle. Por lo demás, las descripciones de las características físicas de los personajes de Margarita de niebla están sujetas, como se puede observar en el ejemplo anterior, a los mismos límites de perspectiva que en el caso de la personalidad. Por último, Paloma, está caracterizada por medio casi exclusivamente del contraste con Margarita. Esto sirve para acentuar las diferencias entre las dos mujeres y descubrir, al final de la obra, la compatibilidad entre Carlos y Paloma. Veamos algún ejemplo de esto: 24 Ibíd. p. 5
“Más que todas mis reflexiones, la actitud de este libro aclara una diferencia profunda entre las dos. Para Margarita, la cultura es algo adquirido, inesencial, una amiga tan íntima que puede descuidar su trato sin peligro de perderla. Para Paloma la cultura es, en cambio, un propósito, el país no visitado aún que, por esto mismo, desearía terriblemente conquistar.” 25 En lo que respecta al aspecto físico, Paloma es descrita de la siguiente manera: “En contra de lo que esperaba, es más alta que Margarita. Sus cabellos, cortados a la Bob, no tienen esa facilidad sentimental que deshace —fatiga anticipada— las trenzas de su amiga. No veo sus ojos, sino la mirada con que, en vez de examinarme, parece estar satisfecha de reconocerme.” 26 Hay otros personajes en el relato que sólo desempeñan una función accesoria. Los padres de Margarita se acoplan, en lo esencial, a lo que el narrador dice de su hija; Carlos será capaz, sólo hasta el final de la novela, de juzgarlos correctamente. Otto, es un caso especial, pues, hasta cierto punto, presenta cualidades contrarias a las de Carlos: Otto es un “animal sin tradición” e inculto que, no obstante, provoca, como ya lo mencionamos, la envidia del narrador por ser un hombre de acción, con voluntad, capaz de querer. Físicamente, Otto es descrito por Carlos como un hombre demasiado alto, pálido y de cabello casi blanco; de grandes proporciones ambiguamente fuertes y débiles. En conjunto, los personajes, como hemos podido observar, sirven al igual que los demás elementos constitutivos de Margarita de niebla para configurar el sentido
25 Ibíd. p. 26 Ibíd. p. 39
general del relato. En nuestro caso, esto es logrado, principalmente, por medio de personajes móviles, difícilmente comprendidos por el narrador del relato. Integrantes del equipo
Arredondo Jazmín Hernández Saldaña Ignacio Molina Martínez Claudia Lizeth Nájera Martínez José Ignacio Rodríguez Palma Erick
El Narrador
Capítulo 1
Narrador que está hablando en tercera persona;
se encuentra dentro de la
diégesis y nos narra acerca de lo que ve como humano, pero no nos dice nada de los pensamientos de los demás personajes, sólo de él mismo; habla en pretérito, por tanto es un narrador testigo. Se trata de Carlos y cuenta desde la página 3 a la 6. Lo que narra es un recuerdo de lo que sucedió en los exámenes de español y lo hace mientras está el coche. Hay un cambio de narrador; este tiene las siguientes características: está narrando en primera persona, es Intradiegético; nos cuenta acerca de lo que ve como humano, habla en presente de sus propios pensamientos y precepciones, por tanto es un narrador-personaje. Este narrador va a ser constante en la novela, por tanto lo cuando aparezca nuevamente lo llamaremos narrador-personaje, cuando se trate de Carlos, y tendrá las mismas características aquí descritas. Capítulo 2
Inicia el capítulo con el narrador-personaje (de la página 11 a la 15). En la página quince cede por un breve momento la voz a Margarita y ella cuenta sobre las
vacaciones con sus padres. Está narrando en tercera persona y en presente; es extradiegético y nos cuenta acerca de sus padres desde un punto de vista humano. Es un narrador testigo. Inicia su narración cuando dice “Ellos viven en San Ángel, en una casita de campo de donde no salen…” 27 Después vuelve el narrador-personaje de Carlos, pero en la página 17, en casi dos reglones, hay un cambio temporal de narrador; este narra en tercera persona y en pretérito; es extradiegético y nos cuenta desde la perspectiva de un humano, por tanto es narrador testigo. Inicia cuando dice “De niño, ese era el día en que iba al cinematógrafo.” 27 Luego vuelve el narrador-personaje, Carlos. Capítulo 3
Inicia con el narrador-personaje de Carlos. En las páginas 24 y 25 este narrador cede su vos a la señora Millers quien narra en tercera persona y en pasado; es extradiegética y, nos cuenta acerca de lo que ve desde un punto de vista humano. Este narrador comienza a contar cuando dice “–Federico estudiaba en Heidelberg…” 28El narrador-personaje de Carlos regresa en el último párrafo de este capítulo. Capítulo 4
Hay un narrador personaje que está contando en presente, pero nos cuenta ciertos aspectos que sucedieron en el pasado. Esto son los días en que visita a Margarita y cuando va con ella al cinematógrafo. Después de contarnos lo anterior, se centra completamente en presente y habla en primera persona de plural para decirnos las acciones que hicieron juntos Carlos y ella. Posteriormente trata de describir a Margarita y de ahí en adelante permanece en primera persona de singular. Capítulo 5
27 28
El narrador cuenta principalmente en presente. Dentro del hilo principal de estar narrando en ese tiempo hay cambios al pasado, cuando nos cuenta que estuvo con Margarita, pero posteriormente narra en presente de primera persona. Capítulo 6
Inicia el capítulo con el narrador-personaje, Carlos.
En la página 45, en el
segundo renglón se comienza a contar el contenido de la carta con las mismas características del narrador antes mencionado, pero narra en pretérito. Capítulo 7
Durante todo el capítulo permanece el narrador-personaje, Carlos. Capítulo 8
Durante todo el capítulo permanece el narrador-personaje, Carlos. Capítulo 9
El capítulo inicia con el narrador-personaje, Carlos. De repente dentro de la primera persona, comienza a hablar en tercera por unos instantes para hablar como si fuera testigo, pero no dura mucho. Esto lo podemos notar cuando dice “Mientras nos adatamos todos a la comodidad provisional del vehículo y Margarita organiza sus fuerzas…” 29 Capítulo 10
El capítulo inicia con el narrador-personaje, Carlos. En el segundo párrafo de la página 79, comienza a narrar con las mismas características del narrador anterior, pero cuenta en pasado. Posteriormente en el cuarto párrafo de este capítulo cambia nuevamente el tiempo, narra en copretérito. Esto comienza cuando dice “El
significado
del
día
que
empezaba
se
ilumino
Posteriormente el narrador nos filtra la ficción en presente.
30
29 30
inmediatamente…”
Capítulo 11
Inicia el capítulo con el narrador-personaje, Carlos que está narrando en presente, aunque tenga algunos recuerdos sobre los papás de Margarita Capítulo 12
En todo el capítulo está presente el narrador-personaje. Conclusiones en torno al narrador-personaje
Este narrador cuenta en presente porque desea transmitir las sensaciones y el ambiente que está percibiendo Carlos, por tanto el lector construye el mundo junto con el personaje. El narrar en presente nos hace pensar en que no hay una reflexión por parte del protagonista, sino que sólo nos filtra sus sensaciones casi inmediatas. Hay que notar que las acciones primero suceden y se nos filtran a través de la lo que está pensando Carlos; la realidad está siendo presentada de una manera principalmente subjetiva y difusa porque todo lo que el narradorpersonaje ve, lo describe por medio de un lenguaje lírico. Esto lo hace con la intensión de remarcar que le es imposible aprehender la realidad. Carlos percibe al mundo tan cambiante porque nos trata de filtrar la inseguridad e indecisión interna del personaje. Hay que notar que le cuesta trabajo percibir a Margarita, a quien nunca termina totalmente de describirla de una manera concisa. EL SENTIDO Erotismo mórbido
El sentido de la novela es presentar un erotismo mórbido; esto se debe a que se nos recalca una y otra vez a la percepción sensorial, subjetiva y suavizada que nos transmite el personaje-narrador cuando nos presenta el impacto de la realidad del personaje, y esa realidad es una que le cuesta trabajo capturar. “durante la noche, confundida con las arrugas de la almohada, toqué, bajo la pluma del sueño, la forma de las horas que me aproximaban al amanecer.” 31
31
Lo que está describiendo es la sensación que tiene al tocar la piel de la mujer, pero está siendo suavizada por medio del lirismo que conlleva a un mosaico de significados, lo cual nos hace pensar en que la realidad no es aprehensible totalmente. Esta forma de expresarse y de codificar la realidad nos muestra la inseguridad masculina debido a que no puede decirse entre Margarita y Paloma, pero se nota también en las descripciones la propia irreflexión debido a que es pura sensación. Integrantes del equipo
Equihua Guazo Biani Erandi López García Ana Laura Macías Parrales Haydé Sandoval Jiménez Manuel Alejandro
DISCURSO LITERARIO Tomando en cuenta que el texto narrativo se conforma con dos vertientes básicas, historia y discurso es preciso mencionar brevemente la diferencia entra ambos con el propósito de evitar confusiones, por lo tanto queda de la siguiente forma: Historia se refiere a los hechos, acontecimientos sucesivos o contenido es decir cuando se empieza a narrar la historia de Margarita y Carlos un amor difuminado, Carlos cree estar enamorado de Margarita pero a su vez se siente atraído por Paloma su decisión lo lleva a quedarse con la primera. Por el contrario el discurso son los medios con los que se comunica el contenido (de la historia): monólogos interiores, discursos indirecto libres, discursos inmediatos, para ejemplificar se agrega lo que dice Domínguez Caparrós que toma de Seymur Chatman :
“La teoría estructuralista sostiene que cada narración tiene dos partes: una historia (histoire), el contenido o cadena de sucesos (acciones acontecimientos); más lo que podríamos llamar los existentes (personajes, detalles del escenario); y un discurso ( discours), es decir, la expresión de los medios, a través de los cuales se comunica el contenido”. 32 Con base en lo anterior y para comenzar el análisis del discurso del texto Margarita de Niebla de Jaime Torres Bodet el discurso nos revelará aquellos recursos en los que se apoya el autor para comunicar el contenido de una historia de la realidad. Así, el primer movimiento para comenzar es la división del discurso en dos objetivos principales: Segmento lineal : prepara las secuencias que, ordenadas de nuevo según la
cronología del contenido, forman la fábula (intriga). En este aspecto se refiere a la trama principal de la historia la indecisión por parte de Carlos. Segmento lingüístico –funcional : individualiza las zonas de convergencia entra
los varios tipos de funciones discursivas y del lenguaje . Y es en éste segundo segmento donde se perciben de forma general las cualidades, en su forma básica, del discurso, por su naturaleza de dirigirse de una persona a otra, además intervienen las unidades de contenido tiempo, modo y voz. En otras palabras, se refiere a cuando el personaje narrador sede las voces a los personajes ya sea utilizándose de elementos gramaticales o incluso cambiando tiempos verbales. El segmento lineal está ligado por un lado con el tiempo de la historia o realidad de la narración y por el otro con el tiempo de relato o discurso narrativo, también llamado pseudo tiempo (ya que sólo implica el tiempo en el lector termina la lectura). 32 Enric Sulla,Sobre el método en Teoria de la novela.Barcelona,Critica,1996.p.170
De acuerdo con lo anterior en Margarita de Niebla se aplican los tres factores que conforman el tiempo del relato y la historia orden, duración, frecuencia. En el primero la novela se divide exteriormente en XII apartados, el segundo que aborda la extensión del texto sugiere las noventa y ocho páginas en las que relata la historia, además del tiempo y velocidad que lleve al lector terminar el texto, el tercero depende del número de veces que se menciona un acontecimiento, en este caso la situación constate puede ser la presencia física y en esencia de Margarita Millers en el pensamiento de Borja. El segmento lingüístico- funcional es el modo de expresar diferente puntos de vista desde los cuales se observa la acción, dividida en distancia y perspectiva. La primera variante no lleva a los grados de distancia que se refieren a la mímesis de la realidad, en ella Genette enuncia tres grados de distancia: “Discurso imitado o restituido: es la reproducción que el narrador hace del dialogo. Discurso narravitizado : el narrador resume el dialogo. ( Existe una problemática ya que analizando la estructura discursiva no es fácil reconocer la definición que da Genette en el propio texto, por lo que se ha decidido no abordar este punto). Discurso transpuesto: el narrador preservando en lo posible las palabras de los interlocutores reproduce el dialogo en estilo indirecto libr e” 33 El primer apartado del texto comienza con un discurso restituido, es decir el narrador cede a otro personaje, en este caso la directora del colegio, la voz narrativa aunque en realidad la intervención del personaje mencionado es breve, ella nos introduce a la historia aportándole al lector cierta sensación de presencia, como un testigo más en el escenario., otro ejemplo de esto es la presencia en el capitulo tres donde la voz narrativa la sede a la señora Millers: ” -Vea usted- me dice- no nos gusta tener a nuestro lado si no aquellas cosas que están ligadas a nuestra vida por un afecto.” 34 Además sede la voz a Margarita “33 Enric Sulla.Op.Cit.p.184 34
Jaime Torres Bodet, Margarita de Niebla, Ed. UNAM, México,2005 p.23
¿no quieres, mamá, que enseñemos al señor Borja la colección de tarjetas postales?” 35.. El discurso transpuesto es aquel en el cual el narrador reduce el dialogo de sus interlocutores y lo expresa desde su punto de vista alejandose de las sensaciones de ellos para convertirla en su propia sensación: “Caminábamos calle arriba, bajo la lluvia menuda y la voz de Otto se iba adelgazándola cada paso que subíamos, como la columna de mercurio de un barómetro que, en vez de marcar las alturas midiera los cansancios. De pronto, esa voz que no oíamos ya si no mojada por los alambres de la lluvia que la transmitía, y se hizo tan pálida que nos asalto un miedo extraño: el de oírla morir. Todos sufrimos esta impresión pero solo la palidez de Paloma fue capaz de expresarla […] no supimos explicarle la inquietud que nos había causado.”
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Respecto a la perspectiva, Genette menciona lo siguiente: No hay diferencia de perspectiva entre una narración en primera persona y un centro de conciencia en tercera persona: ambos son interiores y tienen un personaje como foco En este aspecto el asunto discursivo queda un poco de lado, ya que al hablar de focalización o puntos de vista corresponde a un nivel narrativo y no estructural. Lo que si es importante destacar es como el autor presenta la forma en que se puede conocer a los personajes por medio de una conciencia de manera literaria, entiéndase nuevamente no aspectos de narración, sino el recurso utilizado para que el lector conozca quién lleva el orden en el discurso. Así pues, en este aspecto nos basaremos en la propuesta de Dorrit Cohn. Ella propone tres técnicas básicas: Psiconarración, monologo citado dentro de éste entra el monologo interior y monologo narrado. La primera técnica se refiere al narrador que expresa en tercera persona las emociones o pensamientos de algún personaje y los expone desde su punto de vista: 35 Ibid.p.23. 36 Ibid.p.58
[…] paloma me comprendería mejor que nadie porque, inteligente y buena al mismo tiempo, el don de perder ha adquirido en ella las proporciones especiales, la técnica de una sabiduría 37 El segundo que es el más recurrente en toda narración –más claramente en Dostoievski, Joyce y en Wirginia Wolf – porque corresponde a una narración contada en primera persona, desde un punto particular del personaje, es decir, a través de su conciencia recrea las diferentes formas de percibir su mundo. También es llamado soliloquio puesto que la reflexión acerca de la vida, sucesos acontecimientos que hace el personaje o narrador recae para sí mismo: […] la tradición de su raza la invade a través de esa cabellera a la que todo su cuerpo asciende, por el camino de la sabana, en un oleaje disciplinado y voluptuoso. Si no temiera despertarla escogería ese lugar para dar el beso de amor que no le he dado aun. El resto de su cuerpo lo conozco demasiado bien está hecho de mis recuerdos solo aquí me perdería en un mar de nuevas conjeturas. Pero no. No ha llegado aun el instante de exigir ese don.” 38 Téngase en cuenta que el narrador personaje tiene un dilema a nivel conciencia, aunque todo está en su cabecita, jamás se puede deducir que lo pronuncio abiertamente hacia alguien. Por último está presente el monologo narrado, este término quiere decir: que la narración corresponde a la vida interior de un personaje dentro del discurso de un narrador en tercera persona mediante el estilo indirecto libre, es decir por medio de una carta. “Sentados los tres en el diván más amplio de la sala no tenían frente a mí, ninguna amenidad espectacular si no la consistencia solida y, en cierto modo, la impermeabilidad de un jurado. Mi edad, mis antecedentes, mis recuerdos, todo lo que no coincidía con el sentido de sus tradiciones desfilo en este instante entre nosotros. Sentí los ojos de margarita viajar de los míos a los de Otto con la impaciencia 37
Jaime Torres Bodet, Op.cit.p.76
38
Jaime Torres Bodet, Op.cit.p.90
escrutadora y, por primera vez [...] conjugando un minuto antes en pretérito imperfecto, había vuelto hablar en presente.” 39 A manera de conclusión podemos decir que el análisis literario no puede analizarse de manera aislada si bien nos toco la parte del discurso teníamos que basarnos en lo que nuestros compañeros habían concluido con esto se quiere decir que el discurso en aislado no constituye el sentido de la obra pues si bien el análisis que tratamos es de manera estructural pero de una estructura literaria. La exquisitez de nuestro análisis pudo haber sido incluso pragmática, semántica y sintáctica sin embargo este nivel no corresponde a lo que el profesor ha solicitado. Margarita de Niebla presenta todo un reto en el análisis literario puesto que la teoría no suele aplicarse en estricto sentido ocasionando que nuestra interpretación pueda ser muy forzada y errónea.
Cortés Chávez Eduardo Dorantes Cruz Miguel Alejandro León Cruz Yazmin Licet Lozada Martínez Ana Karen
39 Ibid.p.49-50