Las mantas en documentos pictográficos y en crónicas coloniales •
Colección Historia •
serie logos
Las mantas en documentos pictográficos y en crónicas coloniales •
María Teresa Sepúlveda y Herrera
INSTITUTO NACIONAL DE ANTROPOLOGÍA E HISTORIA
Sepúlveda y Herrera, María Teresa, 1934Las mantas en documentos pictográficos y en crónicas coloniales / María Teresa Sepúlveda y Herrera. – México: Instituto Nacional de Antropología e Historia, 2013. 264 p.: il. ; 23 cm. – (Colección Historia. Serie Logos) ISBN: 978-607-484-375-0 1. Mantas – Códices mesoamericanos – Interpretación. 2. México – Historia – Fuentes. I. t. II. Serie. LC: F1219.76 / S64 / S46
Primera edición: 2013 Diseño de portada: Jorge García D.R. ©
Instituto Nacional de Antropología e Historia Córdoba 45, Col. Roma, C.P. 06700, México, D.F.
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ISBN: 978-607-484-375-0
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Índice ——•——
Agradecimientos
9
Introducción
11
Antecedentes de la sociedad mexica
17
Las mantas en los mitos y en la religión
23
Las mantas en las ceremonias del ciclo anual
61
Las mantas de los sacerdotes
77
Simbolismo de los diseños decorativos
99
Las mantas de los señores tlatoque y tecutlatoque
109
Las mantas de los funcionarios y de los guerreros
125
Las mantas de los mercaderes
139
Las mantas en la vida cotidiana
149
Las mantas en la economía
165
Los registros pictográficos de tributos
181
Las mantas en la Matrícula de Tributos
189
Las mantas en el Códice Mendocino
213
Las mantas en la Información de 1554
219
Conclusiones
231
Bibliografía
237
Apéndice 1. Mantas en los códices
247
Apéndice 2. Glosario de voces nahuas
257
Apéndice 3. Medidas de longitud
261
Agradecimientos ——•——
Deseo expresar mi agradecimiento al profesor Rafael Tena, quien amablemente revisó los términos nahuas de los Apéndices y me hizo algunas sugerencias para mejorar ese apartado. Al ingeniero Miguel Ángel Gasca, a Yazmín Albertina López y a Valeria Jiménez, del Departamento de Informática de la Biblioteca Nacional de Antropología e Historia, quienes trabajaron en la digitalización de las imágenes de los códices utilizados en el trabajo; de manera muy especial agradezco aeste Óscar Falcón Martín, quien con su valiosa ayuda contribuyó a que trabajo llegara a su fin.
9
Introducción ——•——
El hilado y el tejido, productos de la imaginación creativa del hombre gracias a un invento técnico, le permitieron pasar de ser un depredador de animales para alimentarse y protegerse de las inclemencias del tiempo, a ser un creador de texturas, formas con colores y diseños que marcaron el inicio de las diferencias entre los hombres de su misma comunidad y, más tarde, de otros grupos y de otras comunidades. La indumentaria se convirtió así en un código de comunicación visual, portadora de mensajes cifrados comprensibles sólo para aquellos pertenecientes a la misma entidad social; fue un símbolo de identidad colectiva e individual. Los diseños, las formas y los colores en los textiles actuaron como vehículo transmisor de un conjunto de conceptos e ideas transformados en iconos simbólicos, materialización de mitos y creencias del srcen del universo, de los rumbos del cielo, de las estrellas y constelaciones, de los elementos de la naturaleza, de los dioses, de los animales deificados, de las maneras de contar el tiempo, de las jerarquías y de las funciones del individuo dentro de su grupo. Los códigos de identidad étnica en los tejidos han llegado hasta nuestros días transmitidos de generación en generación en el seno familiar; mujeres indígenas de México y de otros muchos pueblos continúan tejiendo en sus textiles diseños que rememoran mitos antiguos, que explican la forma en que el grupo ve y entiende al hombre dentro del universo, cómo se relaciona con el mundo y con la naturaleza que lo rodea; así, los motivos decorativos, los diseños, 11
colores y formas en los textiles se convierten en un código étnico identitario. En Mesoamérica y en el área norte de México el arte textil posee una gran antigüedad. Las figurillas de barro de la época Preclásica (1100 a.C.-200 d.C.) son las evidencias más tempranas de su práctica; suponemos que las bandas, tocados y faldellines son representaciones de prendas textiles. Al Preclásico medio (1100-400 a.C.) se remontan los hallazgos arqueológicos más antiguos de agujas de hueso o de espinas de pescado que servían para coser, así como los malacates de concha y fragmentos de textiles conservados en sitios secos en las cuevas del Valle de Tehuacán y en otras distribuidas a lo largo y ancho del territorio nacional: en la sierra de Tamaulipas y al oeste del mismo estado, en las cuevas de La Candelaria, La Paila, Coyote, Espantosa y en el cerro de San Lorenzo en el estado de Coahuila; también han sido encontradas evidencias en los estados de Sonora, Durango y Chihuahua; en el occidente se han localizado en cuevas secas sobre el río Mezcala, en Oxtotitlán y cerca de Chilapa en el estado de Guerrero. De la Mixteca Alta proceden varios huipiles miniatura; y de las cuevas de Chiptic y de la Cieneguilla, en Chiapas, fragmentos de textiles con una técnica decorativa especial. Otros fragmentos de textiles arqueológicos se
Tlatilco (Estado de México)
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Zapotal (Veracruz)
Jaina (Campeche)
han encontrado en los estados de Sinaloa, Michoacán, Zacatecas, Veracruz y Guanajuato.1 En el periodo Clásico (200-900 d.C.) la indumentaria que portan los personajes representados en esculturas, en altorrelieves de muros y estelas de piedra, en las figurillas de cerámica y en las pinturas murales son la evidencia del alto grado de desarrollo que había alcanzado el arte textil en muchos sitios del área mesoamericana. Sin embargo, los materiales textiles de esas épocas no perduraron, su pérdida fue ocasionada por la acción de los agentes naturales: la humedad y la temperatura; por otra parte, en muchas ocasiones el hombre mismo fue la causa de su destrucción: la costumbre de algunos grupos de incinerar a sus muertos con todas sus pertenencias no dejó huella de este extraordinario arte. En el Posclásico (900-1520 d.C.), además de las evidencias antes mencionadas, los registros pictográficos llamados códices son una fuente valiosísima de información sobre este tema que incidió en diversos aspectos de la vida de los pueblos precolombinos. En la época del contacto las mantas, una sola especie de la producción textil, no sólo cumplían con la función de proteger al individuo de las inclemencias del medio ambiente, sino que fueron de vital importancia dentro de la estructura económica, política, social y religiosa de los pueblos mesoamericanos. Las mantas fueron el artículo requerido por excelencia como pago del tributo de los pueblos sojuzgados por los ejércitos de la Triple Alianza; las más preciadas y de mayor valor eran utilizadas para realizar ofrendas a los dioses y como indumentaria de los señores; otras, de una claseespecial, se usaron como medio de intercambio en las transacciones comerciales, éstas fueron las llamadasquachtli y patolquachtli; otras más, de determinadas medidas y técnicas de tejido, se usaron para tapizar muros o como alfombras, sobrecamas, paños de altar, cortinas y para elaborar sobre ellas losmapas. Los señores las otorgaban como premio a los guerreros valientes y para concertar alianzas con pueblos enemigos. Como indumentaria, la técnica de tejido, el material y el diseño decorativo de las mantas expresaban el estatus social del individuo que las portaba, y existió un riguroso 1
G. Mastache, Técnicas prehispánicas de tejido, México, inah, 1971, pp. 7, 8.
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protocolo en el uso de ciertas mantas para determinadas ocasiones; en los diseños decorativos se plasmaron conceptos abstractos que convertidos en un metalenguaje, hacían referencia a las ideas cosmogónicas y religiosas del grupo; lo que a su vez supone la existencia de un grupo de tejedoras especializadas en el conocimiento de esas ideas, que además poseía una gran habilidad técnica. La enorme importancia de los textiles en todos los aspectos de la vida del mexica al final del siglo xv, en especial la de las mantas, se revela en los documentos pictográficos de tradición indígena de los siglos xvi y xvii; en las obras escritas por frailes y conquistadores que admirados por las diversas manifestaciones culturales de este pueblo, trataron de plasmarlas en sus escritos; otros, los funcionarios reales, con el fin de aplicar nuevas formas de organización social y de recaudación de bienes y servicios para la Corona, también dejaron registros que informan sobre el arte y los artesanos textiles; por su parte los escritores indígenas aculturados, deseosos de que no se olvidara el pasado glorioso de su pueblo, abrevaron en códices y tradiciones orales para escribir la historia, costumbres y creencias de sus antepasados, legando así una rica información sobre el tema. Nos hemos valido de la información que proporcionan esas fuentes para aproximarnos al arte textil desarrollado por los artesanos y las artesanas mexica. En dos documentos pictográficos y uno escrito: la Matrícula de Tributos, el Códice Mendocino y la Información de 1554, quedó registrada la importancia de las mantas en el sistema económico del señorío mexica como parte del tributo. Las crónicas de fray Bernardino de Sahagún y de fray Diego Durán sobre todo, nos indican el papel que jugaron éstas en el mercado como mercancía o como artículo de intercambio, de los mercados especializados, de los vendedores de mantas, de las tejedoras, de las mantas usadas por los individuos de cada estamento de la sociedad, del protocolo de su uso en ritos y ceremonias religiosas; por otra parte, las obras de los cronistas Fernando Alvarado Tezozomoc y Fernando de Alva Ixtlilxochitl ofrecen información adicional sobre muchos aspectos de las mantas; para complementar la visión sobre el uso y función de las mantas nos allegamos a numerosos estudios que tratan diversos temas de la cultura mexica: economía, mitología, religión, organización social, orga14
nización militar y guerra. Así, basados en la información de las fuentes escritas y pictográficas, tratamos de aproximarnos al significado simbólico de los diseños decorativos de las mantas que aparecen en el Códice Magliabechi y en el Códice Tudela. Otros códices que nos sirvieron para ampliar varios aspectos de las mantas fueron el Telleriano Remensis , el de Huejotzinco y el de Tepetlaoztoc. Finalmente, se registra el uso de las mantas en los momentos críticos de la vida del mexica y en algunos mitos y creencias populares. La rica y abundante información que nos propo rcionan tanto los documentos pictográficos como las fuentes escritas de los siglos xvi y xvii , invita a continuar la investigación de algunos de los temas aquí tratados, a comprobar y comparar los informes de las crónicas con los escasos restos de textiles arqueológicos encontrados en el templo de Tlatelolco, en el Templo Mayor de Tenochtitlan y en otros sitios del Valle de México, que si bien han sido analizados desde el punto de vista de los materiales y de las técnicas de tejido con que fueron elaborados, resta por hacer el estudio de su posible función y de su simbolismo.
Tilmatli, maxtlame, huipilli, cueitl, y tilmatli tributados por Tepetlaoztoc en 1528 a Gonzalo de Salazar.Códice Tepetlaoztoc. Nota:
Se eligió como criterio no acentuar las palabras en lengua náhuatl, puesto que todas ellas son llanas y no se les puede aplicar la regla del idioma español. Por otra parte, respetamos el nombre y ortografía de los lugares, tal como aparecen en las fuentes documentales; en el texto modernizamos los nombres de lugares, salvo cuando hacemos mención de alguno en relación a la fuente documental.
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Antecedentes de la sociedad mexica ——•——
Dos documentos pictográficos y uno escrito de autor anónimo del siglo xvi, entre otros, dan cuenta del peregrinar de los azteca-mexica desde la salida de su lugar de srcen hasta su arribo al Valle de México a fines del siglo xiii y de los conflictos que tuvieron con grupos d e filiación lingüística náhuatl, como ellos, que los habían precedido tiempo atrás y eran mucho más antiguos en la región, también tratan sobre la fundación de las ciudades de México-Tenochtitlan y Tlatelolco; son la Tira de la Peregrinación o Códice Boturini, el Códice Sigüenza y el escrito conocido como Códice Ramírez. Mito e historia se entrelazan en las fuentes documentales mencionadas, los caudillos-sacerdotes-gobernantes guiaron a los grupos migrantes desde su lugar de srcen hasta el sitio que sería su hogar predestinado po r Tetzahuitl, su dios trib al. Más tarde, al asentarse en Chapultepec y ante los conflictos con los tepaneca y chalca, el grup o eligió como jefe único a un valiente caudillo llamado Huitzilihuitl, muerto después en batalla por los chalca. Arrojados del lugar, parte del grupo se dirigió a Culhuacan guiado por Tenoch, sacerdote-guerrero, allí solicitaron tierras al señor Cocoxtli; los culhua, temerosos de la osadía y combatividad de los mexica, les permitieron poblar en Tizaapan, lugar lleno de fieras, con la esperanza de que éstas dieran cuenta de los intrusos; sin embargo los mexica lograron sobrevivir. Su situación mejoró al derrotar a los xochimilca combatiendo como mercenarios del señor de Culhuacan; a partir de entonces se les permitió entrar a la ciudad y empezaron a emparentar con los culhua, 17
herederos de la cultura tolteca, que más tarde los mexica reclamarían para sí. El sacrificio de la hija del señor de Culhuacan en honor a Huitzilopochtli motivó la expulsión y persecución de los mexica, que nuevamente emprendieron su peregrinar por sitios en torno al lago, hasta que encontraron el lugar prometido por Huitzilopochtli: “Totzallan Acatzallan, la ciudad entre torrentes y cañaverales”; “el lugar donde cayó el corazón de Copil, y de él brotó un hermoso tunal, donde habita un águila que come los mejores y más galanos pájaros, de plumas de mil colores”;1 a ese lugar dieron el nombre de Tenochtitlan.
Peregrinación mexica, Códice Azcatitlan. 1
Códice Ramírez, Relación del srcen de los indios que habitan esta Nueva España, según sus historias, examen de Manuel Orozco y Berra, México, Editorial Innovación, 1949, p. 36.
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En el islote el sacerdote Tenoch habló a los mexica: en este lugar esta nuestra bienaventuranza, quietud y descanso, aquí ha de ser engrandecido y ensalzado el nombre de la nación mexicana, desde este lugar ha de ser conocida la fuerza de nuestro valeroso brazo y el ánimo de nuestro valeroso corazón con que hemos de rendir todas las naciones y comarcas, sujetando de mar a mar todas las remotas provincias y ciudades, haciéndonos señores de oro y plata, de las joyas y piedras preciosas, plumas, mantas ricas, etcétera. Aquí hemos de ser señores de todas estas gentes, de sus haciendas, hijos e hijas, aquí nos han de servir y tributar, en este lugar se ha de edificar la famosa ciudad que ha de ser reina y señora de todas las demás, donde hemos de recibir [a] todos los reyes y señores, y donde han de acudir y reconocer como a suprema corte.2
En el discurso del sacerdote se advierte la ideología, espíritu bélico y expansionista de los sacerdotes-gobernantes, su afán por adoctrinar e imbuir en el grupo la creencia de que eran el pueblo elegido del dios tribal, que gracias a su valentía y hazañas, los demás pueblos se les someterían y les rendirían pleitesía. Más tarde al institucionalizarse el culto a Huitzilopochtli esta ideología justificó la guerra, la expansión de los mexicas y el sometimiento de los pueblos vencidos al vasallaje, a su destrucción y a la confiscación de sus tierras, a la esclavitud, al pago de tributos en especie y en mano de obra y al sacrificio humano. Luego Huitzilopochtli habló por boca del sacerdote-gobernante con su gente para que se asentaran en cuatro campa o barrios mayores: Moyotla, Teopan, Atzacoalco y Cuepopan, dejando al centro el templo de Huitzilopochtli. Así, por orden sacerdotal se trazó la ciudad, respondiendo al antiquísimo concepto cosmogónico de los cuatro rumbos cardinales y el centro. El sacerdote-gobernan te ordenó se repartieran los dioses entre los jefes de barrio; éstos a su vez los repartieron entre los calpulli para que recibieran culto y reverencia; así nacieron los calpulteotl, dioses de los barrios. En este momento un grupo inconforme con el reparto se separó y fundó la ciudad de Xaltilolco-Tlatelolc o en una pequeña península en el lago. 2
Ibid., p. 37.
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Fundación de Tenochtitlan y su división en cuatrocampa. Códice Sigüenza.
Sacerdotes, jefes de los barrios y de los calpulli mexica, decidieron que era hora de tener un señor ( tlatoani) que los gobernase, para ello recurrieron al señor de Culhuacan, quien aún receloso por el sacrificio de su hija, nombró a Acamapichtli y a Ilancueitl para que los gobernase; así los mexica reforzaron su parentesco con los culhua; en tanto los tlatelolca solicitaron al señor de Azcapotzalco un hijo para hacerlo su gobernante. A partir de este momento la estructura política de los mexica y de los tlatelolca empezó a transformarse. Se inició la etapa de continuas luchas y de conquistas, en las que los mexicas actuaron primero como mercenarios de los tepaneca y después de la derrota y sojuzgamiento de Azcapotzalco, éstas fueron en beneficio propio. El gobierno teocrático cedió el paso a otro en el que los militares tuvieron mayor poder en las decisiones de gobierno. Las conquistas fortalecieron el poder del estrato de los nobles y de los guerreros valientes, que se hicieron acreedores a estímulos de bienes materiales y a recibir tierras en propiedad con mano de obra sujeta a la tierra, es decir, con mayeque. Estos valientes formaron el germen del estrato de la nobleza, adquirida por méritos y servicios, en oposición a la nobleza heredada de los antiguos jefes de calpulli y de los campa. Desde épocas tempranas los mercaderes empezaron a adquirir cierta posición dentro de la sociedad mexica; con el tiempo, gracias al 20
comercio regional y al de gran distancia, lograron mayor poder e independencia del Estado, habían alcanzado algunos privilegios y actuaban como un verdadero ejército en avanzadas de conquista, también actuaban como embajadores del tlatoani en tierras extranjeras y como agentes mercantiles de éste. Al paso del tiempo, conforme la ciudad de Tenochtitlan crecía y las fronteras del señorío se extendían hacia los cuatro rumbos, la sociedad mexica se fue diferenciando en estratos, donde la posición de cada individuo dentro de ella se ganaba de acuerdo con su coraje y valentía en las guerras y su participación en el ciclo de ceremonias del calendario ritual. La cúspide de la pirámide la ocupaba la nobleza, a ella pertenecían los tlatoque, los tecutlatoque y los pipiltin. Tlatoque o tlatoani eran los señores de las tres ciudades cabeceras de la Triple Alianza: Tenochtitlan, Tezcoco y Tacuba. Se elegía al tlatoani entre el linaje gobernante y por sus méritos en las guerras. Desempeñaba funciones administrativas, militares, judiciales y religiosas; era el representante de Huitzilopochtli en la tierra y actuaba como sacerdote sacrificador en algunas ceremonias; decidía la guerra y la paz consultando al consejo de jefes de calpulli y al consejo de guerra; nombraba a los tecuhtli, gobernadores en los lugares conquistados o con cargos públicos en la administración del señorío. La siguiente capa social la ocupaban los tecuhtli o tetecuhtzin; estaba formada por los hijos, descendientes y familiares de lostlatoque; también podían alcanzar esta distinción aquellos que se habían distinguido por sus hazañas en las guerras, entonces podían servir en el palacio, ocupar cargos públicos como gobernadores, jueces, mensajeros, embajadores; en ocasiones se les nombraba representantes del señor en cada calpulli con la tarea de organizar y vigilar los trabajos comunales. Los pilli, pipiltin o tlacopipiltin eran los descendientes de los tecuhtli y de los señores principales; su ocupación principal era la guerra y podían desempeñar algunos cargos en la administración del Estado, gozaban de ciertos privilegios, no pagaban tributo y podían tener tierras con mayeque o esclavos. Pertenecían a la nobleza los sacerdotes que adquirían los conocimientos y rituales de la religión mexica en el calmecac, institución a la que se permitía el ingreso exclusivamente a hijos de los pipiltin. 21
La base social la formaban los macehualtin, campesinos, artesanos y comerciantes en pequeño. Bajo éstos se encontraban los mayeque, campesinos que no pertenecían a ningún calpulli y por lo tanto no poseían tierras, pero que vivían y cultivaban la tierra de algún pilli. El último escalón de la pirámide lo ocupaban los esclavos, que llegaban a esta condición por varias causas: la traición al Estado, las deudas, el hurto, como prisioneros de guerra, o por la venta de sí mismos. La agricultura del maíz, el frijol, la chía y la calabaza, además de la extracción del excedente de la producción de los pueblos a través del tributo fueron las bases económicas del señorío mexica. El Estado controlaba la distribución y la producción de las tierras a través de los calpulli, hacía lo mismo con el agua de ríos y lagunas mediante diques, canales y represas. Existieron varias formas de tenencia yde explotación de la tierra, la mayor parte de ellas eran las calpullalli, pertenecientes a los miembros de un calpulli, quienes las explotaban y usufructuaban para sí; estas tierras no podían venderse, enajenarse, ni rentarse; en ocasiones se heredaban, pero sólo a los miembros de la misma familia; parte de estas tierras eran bienes comunales que se hacían producir trabajándolas en común para obras en beneficio del calpulli y el pago de parte del tributo al soberano. Existían otros tipos de tierras cuya posesión, tenencia y usufructo estaban destinados a satisfacer diversas necesidades del soberano, los nobles y la clase sacerdotal. A partir de la época del tlatoani Itzcoatl la acumulación de bienes producto del tributo y el reparto de tierras para nobles y guerreros en los lugares conquistados se convirtieron en el sostén del grupo dominante: del tlatoani y los pipiltin, quienes conservaron su estatus apoyados en la ideología que justificó la guerra de expansión, conquista y sometimiento de pueblos, asumiéndose hijos del sol, con la obligación de mantenerlo con vida. En el proceso de producción, acumulación y distribución de los bienes producidos y los recabados, las mantas jugaron un papel de primera importancia, pues no solo fueron mercancías susceptibles de compra y venta o de intercambio, sino que fueron uno de los productos principales entregados como parte del tributo; además a una clase de ellas, las patolquachtli y las quachtli, se les adjudicó un valor semejante al de la moneda en las transacciones comerciales. 22
Las mantas en los mitos y en la religión ——•——
El tejido en los mitos
La imaginación creativa del hombre y el proceso cognitivo de una ingeniería rudimentaria dieron srcen al arte textil en tiempos tan antiguos que el hombre le confirió un srcen divino y un carácter imperecedero en los mitos de creación. En algunas culturas el arte de hilar y de tejer se consideró como el principio generador de la existencia del universo, del mundo y del hombre; guardaban estrecha relación con el destino de éste. Tejer, se pensó era un proceso de creación análogo a un parto que tenía connotaciones de índole sexual y de reproducción. El movimiento de entrecruzar los hilos de trama con los de urdimbre era análogo al de un coito que genera una nueva vida; la acción de tejer simbolizaba la creación de la vida, la muerte y el renacimiento.1 Un mito sumerio de tiempos remotos (siglo xviii a.C.), cuenta que los primeros seres prehumanos no podían saciar su hambre ni su sed porque no habían nacido los verdaderos hombres para que les sirvieran, como tampoco Ashnan, la diosa del grano, ni Uttu, la diosa del tejido, habían sido formadas.2
1
Thelma Sullivan, “The Great Spinn er and Weaver”, en Elizabeth Hill Boone (ed.), The Art and Iconography of Lote Post-classic Central Mexico, Washington, D.C., Dumbarton Oaks, 1982, p.14.1962, p. 14. 2 Pierre Grimal (comp.), Mitologías del Mediterráneo al Ganges, Barcelona, Planeta, 1973, p. 64.
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En culturas mediterráneas tres diosas, las Parcas, regían el destino de los humanos, simbolizado éste por el hilo que Cloto jalaba de su rueca, Láquesis lo medía y Átropos lo cortaba al llegar al final, marcando el término de la vida. Tiempo y destino estaban unidos en el proceso del tejido; la vida se desarrollaba semejante a la de un textil; tenía un principio, crecía al tejerlo, se entretejía, avanzaba y llegaba a su término. En esas culturas la Luna hilaba el tiempo y tejía la existencia del hombre, porque ellatejedoras nace, crece y muere, como unera textil; era patrona y protectora de las e hilanderas. Atenea la diosa de las activida des artesanales, patrona de las hilanderas, tejedoras y bordadoras, en tanto las Gracias presidían las labores femeninas al lado de Atenea. En Mesoamérica también se confirió un srcen divino al arte de hilar y de tejer. Entre los nahuas del altiplano central aparece dentro de los mitos cosmogónicos de creación. En la obra anónima Historia de los mexicanos por sus pinturas, el mito indica que los dioses supremos encargaron a Quetzalcoatl y a Huitzilopochtli la creación de los seres que poblarían el universo y el mundo: el sol, la luna, el fuego y finalmente el hombre; “luego hicieron a un hombre y una mujer, al hombre le dijeron Oxumuco y a ella Cipactonal. Y mandáronles que labrasen 3 la tierra, el y ella tejiese”. mitoy enseñó relata que Quetzalcoatl inventó arteque delhilase tejidoy entre los Otro toltecas a las mujeres a combinar las rayas blancas con cafés en las telas. Mitos, ritos y ceremonias relacionan a otras diosas con el arte de tejer; durante la víspera de la veintena de ochpaniztli en la que regía Toci, también llamada Teteoinnan, Nuestra Madre, llevaban al tianguis su imagen, es decir, a la mujer que iba a ser sacrificada, a la cual le daban un huipil y unas naguas de ichtle que había tejido para que los vendiese:
y hacíanla sentar allí para que vendiese aquello que había hilado y tejido, para denotar que la madre de los dioses en su tiempo, su ejercicio para ganar que comer era hilar y tejer ropas de nequen y salir a los mercados a venderlo para así sustentar a sus hijos...4 Rafael Tena,Mitos e historias de los antiguos mexicanos, México, Conaculta, 2002b, p. 27. Fray Diego Durán, Historia de las Indias de la Nueva España e Islas de la Tierra Firme, México, Porrrúa, 1967, vol. 1. p. 432. 3 4
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La escultura de madera que la representaba tenía la mitad de la cara pintada de negro y la otra mitad de blanco, llevaba el cabello recogido en trenzas; en los códices la identifica su tocado: una corona cubierta de guedejas de algodón sin hilar y a sus lados colgando unos husos con una madeja de hilo y unos copos de algodón; sus orejeras también eran guedejas de algodón sin hilar. Estos adornos la conectan con el material que por excelencia se empleaba para elaborar los textiles: el algodón y los instrumentos para transformarlo. Se relacionan con el hilado y el tejido Cihuacoatl-Quilaztli y Tlazolteotl. La primera fue la deidad patrona de los xochimilcas y de los habitantes de Cuitlahuac (ahora Tlahuac), en los documentos pictográficos la identifica su escudo de mosaico de plumas de águila que porta en una mano mientras sostiene con la otra el tzotzopaztli, madero con que se aprieta el hilo al tejer. Este objeto también lo porta la diosa Ilamatecuhtli, la diosa anciana. A Mictecacihuatl en el Códice Magliabechi se le ve con el instrumento que se usó tanto como parte del equipo de las tejedoras como arma de guerra y cuchillo de sacrificio. Las diosas aparecen así en su doble aspecto: como guerreras y mujeres artesanas o protectoras de la actividad textil.
Cihuacoatl.
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Tocado de Tlazolteotl.
Tlazolteotl era la madre mítica del tiempo, porque dio nacimiento a los signos de los días y por ende al tiempo humano. Los tonalpouhque, pronosticadores del destino de los hombres estaban bajo su protección. La diosa representaba el ideal femenino de los mexica, a la mujer que cumplía con las obligaciones religiosas y sociales impuestas: el oficio del hilado y el tejido. El tocado que portaba revela su relación con el arte textil, una banda de algodón sin hilar e hincados en ella unos husos con una mazorca de algodón hilado. Según Thelma Sullivan, el nombre de Ixcuina —con el que también se le conoce— procede del área huasteca, ya que ix significa mujer o señora y cuinin, algodón, es decir, señora o diosa del algodón; probablemente, dice la autora, el tocado era el glifo de su nombre y el srcen y culto de la diosa procedían tal vez de la región del Golfo, área donde se cultivaba el algodón y famosa por sus hábiles tejedoras. Tlazolteotl-Ixcuina, diosa lunar relacionada con la procreación del ser humano, era también la diosa de la lujuria, de los pecados de índole sexual, la comedora de inmundicias y purificadora de éstas a través del rito de confesión. Xochiquetzal, diosa mexica creadora de la primera humanidad, de las flores y del amor presidía, como Tlazolteotl, el libertinaje y los placeres carnales; era patrona de los pintores, plateros, escultores y tejedoras. En un mito se presenta como la inventora del hilado y del 26
tejido; la celebraban el 6 de octubre en la fiesta llamada xochilhuitl que caía en la veintena de pachtontli. En esa ocasión se llevaban flores a su templo, situado al lado del de Huitzilopochtli, ayunaban y sacrificaban codornices. En la siguiente veintena, hueypachtli, los artesanos de esos oficios compraban una esclava joven, a la que vestían como a Xochiquetzal, que representaba la imagen viva de la diosa; la conducían a su templo y la hacían sentar en las gradas, luego le daban un telar para que tejiera; al mismo tiempo los artesanos bailaban disfrazados demuestra monos, perros, pumas o jaguares, cada uno llevaba en sus manos una de su trabajo, recreaban así el mito de la invención del tejido por la diosa Xochiquetzal, en tiempo inmemorial. Después de sacrificada y desollada la esclava, los artesanos comían pan pintado de colores con figuras de muñecos, de rosas y de pinceles.5 Los mayas pensaron que Ix Lechebel Yax, esposa del dios creador Itzamna, era la inventora de la pintura, el bordado y el tejido. Ella es la antigua Diosa Roja de los códices (O), su glifo va acompañado de un rollo de algodón. En el Códice Madrid se representa tejiendo, su glifo es la cabeza de una anciana acompañada del radical zacal, que significa tejer. De Ixchel, la diosa de la Luna, la medicina, el parto, la procreación y la ytierra, el mito la primeraEn mujer que tejió en la tierra por ello era lacuenta patronaque de fue las tejedoras. El ritual de los Bacabes se menciona a Ix Hun Ahau, Única Señora, y se la relaciona con el algodón en bruto, con el hilado, la barra y el cajetito de oro para tejer6. En la actualidad se conservan muchos de esos mitos en las comunidades indígenas; por ejemplo entre los chamulas de Chiapas, el mito refiere que fue la Luna quien enseñó a tejer a las mujeres, sin embargo el proceso de sincretismo y asimilación de ideas y prácticas religiosas ha colocado a los santos católicos en el espacio funcional de la Luna. En otras comunidades chamulas, cuentan que fue Santa Rosa y la Virgen del Rosario quienes inventaron el hilado y el tejido y luego lo enseñaron a las mujeres; ellas ofrendan a estas santas para que su tejiIbid., p. 155. John Eric Sidney Thompson, Historia y religion de los mayas, México, Siglo XXI, 1982, 1975, p. 301. 5 6
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Xochiquetzal. Primeros Memoriales.
Ixchel. Códice Madrid.
do salga bien y se venda pronto. En sueños la Luna enseña a las mujeres huicholas los motivos decorativos que han de bordar en los trajes de sus maridos. Las mantas divinizadas
El srcen divino y el carácter sagrado de algunos textiles también se registraron en los mitos de creación. La creación del Sol fue uno de los trabajos encargados a Tezcatlipoca. Catorce años después del diluvio, el dios se dio a la tarea encomendada; entonces creó a 400 hombres-dioses y a cinco mujeres-diosas, que fueron sacrificad os por el dios Xolotl para alimentar al Sol con su sangre, y que éste pudiera caminar y alumbrar el mundo; pasado algún tiempo las mujeres resucitaron de sus propias mantas, una de ellas era Coatlicue. En otra versión del mito se narra que los hombres y mujeres dioses dieron sus mantas a sus devotos, quienes pusieron a cada manta el nombre del dios que se la había regalado. En esas mantas sagrada s envolvían palos que tenían un chalchihuite incrustado como corazón, cenizas de los dioses muertos, garras de águila, piel de víbora y de ocelote: 28
Los teomama cargan los bultos sagrados de los dioses mexica. Códice Boturini.
“y a este envoltorio le decían tlaquimilolli ...” 7 y lo tenían como dios verdadero. El culto a los bultos de mantas fue el meollo de las religiones mesoamericanas prehispánicas, es decir, los llamados tlaquimilolli entre los nahuas, y pizom k’ahk’al entre los mayas; contenían reliquias que no eran otra cosa que los nombres de los dioses que se comunicaban con el teomama, su cargador, para indicar sus deseos; de esta manera se establecía la relación entre el mundo sacro de los dioses y el profano de los hombres. Cuando los toltecas fueron abandonados por los amoxoaque en Tamoanchan, llevaban a su dios dentro de un envoltorio de mantas que siempre les iba hablando; 8 de la misma manera Tetzahuitl-Huitzilopochtli guió a los mexicas desde Aztlan, hablando por boca del teomama Tenoch. En el templo de Tezcatlipoca, que se localizaba en el barrio de Huitznahuac, dentro de una sala llamada tlacatecco se guardaban los envoltorios de Tezcatlipoca y de Huitzilopochtli cubiertos con muchas mantas de labores muy ricas. El bulto de Tezcatlipoca tenía un espejo 7
Fray Jerónimo de Mendieta, Historia eclesiástica indiana, estudio preliminar de Antonio Rubial García, México, Conaculta, 1997, vol. 1, p. 85; fray Juan de Torquemada, Los veintiún libros rituales y Monarquía indiana, México, iih-unam, 1975, vol. 2, p. 78. 8 Fray Bernardino de Sahagún, Códice Florentino, México, Secretaría de Gobernación/ agn, 1980, vol. 3, lib. X, p. 143.
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de oro bruñido, engastado en una piedra de obsidiana; el mito cuenta que el espejo guió a los mexica hasta Culhuacan, lugar donde se asentaron; la manta que se encontraba cerca del espejo era negra, con huesos humanos pintados. El bulto de mantas de Huitzilopochtli era de menos valor, su interior contenía solo dos púas de maguey.9 Existían varios tipos de bultos sagrados entre los mayas, según la función del ritual en que intervenían y probablemente el contenido de ellos era diferente. Para la entronización de un nuevo señor era el Pizom K’ahk’al que transmitía poder; el bulto con las mantas de los antepasados estaba relacionado con los linajes familiares; otros bultos lo estaban con el fueg o, tal vez se usaron en las ceremonias d e inicio y de fin de un periodo, otros más estaban relacionados con rituales de curación. 10 En el siglo xvii el cronista Muñoz Camargo registró el sentir que algunos indígenas tenían de estos bultos: “Mas estos bultos a quienes servimos y adoramos son imágenes, figuras y simulacros de los dioses que en la tierra fueron hombres y por sus hechos heroicos subieron al cielo...”. 11 Las mantas o cualquier otra prenda perteneciente a la indumentaria de un dios podía convertirse en la personificación de éste o transmitir su poder; así cuando Moctezuma Ilhuicamina envió de mensajeros a brujos-adivinos para conocer el lugar de srcen de los mexica y reconstruir el camino de su peregrinación, al llegar al cerro de Coatepec se transformaron en animales para poder atravesar los breñales; en el cerro de Culhuacan encontraron a Coatlicue, quien les dijo: “ya es cumplido el tiempo, que se venga luego, y para que se acuerde que lo deseo ver y que soy su madre, dadle esta manta de nequén y este braguero”. 12 Cuando los mexicanos llegaron en su peregrinar a Culhuacan en busca de alimento, Achitometl, señor del lugar les exigió entregaran
9 René 10
Acuña, Relaciones geográficas del siglo XVI, México, iia-unam, 1982-89, pp. 13-14. Maricela Ayala, El bulto ritual del mundo perdido. Tikal, México, Centro de estudios mayas, iif-unam, 2002, pp. 51-56. 11 Diego Muñoz Camargo, Historia de Tlaxcala, anotada por Alfredo Chavero, México, editorial Innovación, 1978, p. 189. 12 D. Durán, op. cit., vol. 2, p. 221.
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a su dios para no ser sacrificados: “y así dieron a los de Culhuacan la manta y el maxtle de Huitzilopochtli”.13 En las ceremonias de la veintena de toxcatl, consagrada a Tezcatlipoca, sacrificaban en su honor a muchos esclavos y cautivos de guerra, los señores dueños de éstos: “guardaban las ropas de ellos por reliquia en una caja y cubríanla con una manta del demonio y la tenían en gran veneración, que decían que era la figura del demonio”; 14 el cronista continúa relatando que cuando algún forastero llegaba a esa casa, primero besaba la imagen y luego adoraba y besaba la caja, y cuando moría el señor ordenaba que lo enterrasen o quemasen con la caja. Las mantas de los dioses
Indumentaria, pintura facial y corporal, adornos y atributos fueron signos de identidad de cada deidad; sin embargo indumentaria y adorno con frecuencia eran reemplazados por otros; el protocolo en el complicado ceremonial de los dos sistemas de computo: el ritual adivinatorio tonalpohualli y el solar de 365 días, formado por dieciocho veintenas más cinco días adicionales, xihuitl, requerían cambios continuos de indumentaria atendiendo a la función, tiempo y ámbito en que la deidad se presentaba y actuaba. La indumentaria de los dioses masculinos consistía en las tilmatli; el xicolli, especie de chaleco usado en ciertas ocasiones; el quemitl, prenda semejante a un babero hecho de pluma, por lo general se ataba hacia adelante a las esculturas de los dioses, su orilla se adornaba con cascabeles o caracolitos; el maxtle o taparrabo; la faja o tlaxochtli; el tzinipilli o paño de caderas y los cactli o calzado. Los sacerdotes de cada divinidad y suixiptla, es decir, el individuo que representaba la imagen viva del dios durante el ceremonial dedicado a éste, portaban en esa ocasión un atuendo igual al de la deidad. En ocasiones el señor también vestía la indumentaria propia dealguna deidad, en ritos y ceremonias de las dieciocho veintenas, así se observa al sacerdote principal en las láminas delCódice Borbónico vistiendo el atuendo de la 13
R. Tena,op. cit., 2002a, p. 61. Federico Gómez de Orozco, Costumbres, fiestas, enterramientos y diversas formas de proceder de los indios de la Nueva España, México, iie-unam, 1945, p. 43. 14
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Sacerdote ataviado con manta de plumas, representa a la diosa Cihuacoatl. Códice Borbónico.
diosa Cihuacoatl; por otra parte fray Diego Durán refiere que cuando Axayacatl combatió a los matlatzincas llevaba los arreos característicos de Xipe-Totec,15 que era el traje de guerra deltlatoani y del cihuacoatl como su representante en la guerra. A la muerte de un señor, una de las ceremonias fúnebres consistía en vestirlo sucesivamente con la manta propia de Tezcatlipoca en primer lugar, luego con la de Huitzilopochtli y finalmente con la de Quetzalcoatl, significando con ello el carácter divino del gobernante y su poder sobre los mundos subterráneo, terrestre y celeste. Así, a ciertas mantas se les confirió un carácter sagrado, se identificaron con el mismo dios y se dotaron con los mismos poderes de éste; se les rendía culto y estaban presentes en importantes ritos como en los de entronización, enfermedad y muerte de untlatoani.
15
D. Durán, op. cit., vol. 2, p. 272.
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Las tilmatli eran uno de los elementos significativos de algunas deidades. Los materiales constitutivos de la prenda: plumas, piedras preciosas, joyas, caracoles; las técnicas de manufactura, los diseños decorativos, los colores usados, las formas y ocasión de usarlas constituían un metalenguaje, es decir, formaban un entramado visual de signos de comunicación que expresaban conceptos de la cosmovisión y de la religión del mexica, así como el carácter de la deidad, comprensibles sólo para un sector de la sociedad conocedor de su significado, es decir, del alto grupo sacerdotal, los adivinos y hechiceros, los artesanos y artesanas especialistas en elaborar las mantas, para los reyes y dioses. Son pocas las imágenes de las deidades representadas en los códices de tradición náhuatl que portan tilmatli, por lo general se encuentran vistiendo el maxtlatl sostenido por la faja, cubiertos ambos por el tzinipilli; para ciertas ceremonias el xicolli cubre el pecho y baja hasta las caderas o a media pierna; la mayor parte de las veces portan el quemitl adornado con cascabeles, cuentas o caracoles; siempre calzan cactli ricamente adornados. En estos documentos se les representa con profusión de adornos de pluma, ricos tocados adornan la cabeza, diademas o vendas cubren su frente; llevan narigueras, orejeras, brazaletes, pulseras y ajorcas; a la espalda portan los cacaxtli, armazones emblemáticos, y los tezcacuitlapilli, discos de mosaico de piedra. En las manos empuñan otros de sus emblemas: escudos, armas, bastones, bolsas de copal o cetros; a todo esto se añade su pintura facial y corporal característica; así se presentan como una imagen plena de colorido y de abundantes elementos cargados de significado. Por otra parte encontramos las descripciones de los dioses en las obras de los cronistas del siglo xvi, especialmente en las de fray Bernardino de Sahagún y fray Diego Durán, quienes además de describir la indumentaria de cada dios, hablaron sobre las tilmatli que adornaban su altar y las que engalanaban su templo, las que usaban sus sacerdotes e ixiptla y las que vestían los señores en las ceremonias donde actuaban como personificación del dios. A continuación nos referiremos primero a las tilmatli de los dioses que se describen en los documentos pictográficos de tradición náhuatl y enseguida pasaremos a las que quedaron registradas en las crónicas del siglo xvi. 33
Las mantas de los dioses en los documentos pictográficos
En los documentos pictográficos las deidades son figuras pletóricas de colorido, se representan con su pintura facial y corporal características, así como con sus atributos y símbolos peculiares, en ocasiones llevan el torso desnudo cubierto con ricos pectorales y collares, en otras visten el xicolli que llega hasta el muslo y sobre éste el quemitl de plumas; el tzinipilli cubre el maxtlatl y siempre calzan cactli con taloneras, se adornan con vistosos tocados de pluma; son pocas las imágenes que portan tilmatli; es característica la xiuhtilmatli tenixyo de los dioses: Paynal, Omacatl, Xiuhtecuhtli, Yacatecuhtli y Tlacochcalco Yaotl, deidades asociadas a la guerra y a los jóvenes guerreros. Huitzilopochtli Las imágenes de la deidad se representaron en algunos códices como un envoltorio, del que emerge el pico de un ave, como en la Tira de la Peregrinación y el Códice Telleriano Remensis, o como un ave con rostro humano en el Códice Azcatitlan; en otras ocasiones aparece como la figura de un guerrero disfrazado de ave: Códice Azcatitlan, o bien portando la xiuhcoatl: Códice Borbónico y Atlas de Durán; en el primer documento viste una tilmatli de plumas azules y verdes; en la obra de
Huitzilopochtli. Códice Azcatitlan.
34
Huitzilopochtli. Códice Magliabechi.
Huitzilopochtli. Códice Durán
fray Diego Durán se le representó ataviado con un quemitl de plumas verdes y amarillas. En los Primeros Memoriales de fray Bernardino de Sahagún viste un quemitl de plumas verdes; en el Códice Magliabechi en la fiesta del panquetzaliztli lleva la manta de plumas azules que tiene una cenefa verde, amarilla y roja de plumas y tochomitl; de la misma manera aparece en la lámina 4 del Códice Borbónico. Como un bulto mortuorio envuelto en mantas cubiertas por otra manta de red, aparece en el proceso por idolatría a los indios que ocultaron los ídolos del Templo Mayor. Los informantes de Sahagún describieron el atavío de Huitzilopochtli de la siguiente manera: sobre la frente lleva su etzpitzalli en la cara tiene rayas multicolores eso es su máscara su orejera es de plumas azules de cotinga en la espalda lleva el disfraz de serpiente de fuego, su anecuyotl tiene en el brazo su brazalete de plumas de quetzal se ciñe a las caderas con la manta de red azul... 16
16
Eduard Seler, Adornos y distintivos jerárquicos, sociales y militares de los antiguos mexicanos, Archivo Histórico bnah.
35
Primeros Memoriales.
Paynal Era el mensajero de Huitzilopochtli y uno de los dioses que se distinguía por portar la manta azul de red, la xiuhtlalpilli ; así aparece en el Códice Florentino y en los Primeros Memoriales , en donde se le describe así: Tiene su tocado de plumas amarillas, su máscara facial es de jaula su cara está adornada de estrellas su nariguera es una flecha de turquesa su disfraz es colibrí tiene en su pecho un anillo de oro su escudo azul está cubierto con mosaico de turquesa lo cubre su manta azul de nudos de turquesa…17
Tezcatlipoca En la obra de fray Diego Durán, el tlacuilo representó a la deidad que se adoraba en Tenochtitlan vistiendo una manta de red negra 17
Idem.
36
Tezcatlipoca. Códice Durán.
y blanca con una orla de rosas de plumas blancas, negras y rojas. La imagen que se adoraba en Tezcoco portaba una manta decorada con calaveras y huesos. 18 En el Códice Magliabechi aparece vistiendo un xicolli blanco con cenefa de conchas; en la fiesta de miccailhuitl , aparece portando un quemitl rojo. 19 En el Códice Borbónico la deidad lleva un manto negro con una orla roja adornada con pendientes de concha o metal; en otra lámina lleva una manta blanca con una cenefa azul y roja. 20 Tlaloc Por lo general los tlacuiloque lo representaron con el cuerpo pintado de negro, con su vestido de papel goteado con hule. 18
D. Durán, op. cit., vol. 1, láms. 8, 9. Códice Magliabechi CLXIII, explicación, introducción, sumario y anotaciones de Ferdinand Anders, Graz Akademische Druck Verlagsanstalt,1996, lám. 87r. 20 Ibid.,láms. 6 y 8. 19
37
Tlaloc. Códice Borbónico.
Quetzalcoatl. Códice Magliabechi.
Quetzalcoatl. Primeros Memoriales.
38
En los Primeros Memoriales aparece vistiendo una manta blanca, puesta hacia delante, durante la fiesta de etzacualiztli.21 En la obra de Durán está sentado, cubierto con un manto rojo.22 En el Códice Magliabechi se representó con un xicolli azul, una manta azul goteada de hule a la espalda y encima un quemitl de color verde con aplicaciones de concha;23 en el Códice Ixtlilxochitl aparece vistiendo el ayauhxicolli blanco (xicolli de niebla), con la orilla roja tejida en forma de almena. En el folio 110v del mismo códice viste un xicolli azul con aplicaciones que forman rombos, en la unión de éstos lleva una piedra roja y un par de plumas amarillas; al centro de cada rombo tiene una piedra roja, de la orilla cuelgan adornos.24 Quetzalcoatl En la obra de Durán la deidad porta una manta de pluma negra, blanca y colorada, como ala de mariposa. 25 En la lámina 60r del Códice Magliabechi se representó con una manta de red con flecos de pluma y listones rojos atados a la red; en la lámina 61 del mismo códice aparece con una manta amarilla con cenefa roja. En el Códice Telleriano Remensis, así como en el Vaticano A viste un manto de red con correas de cuero atadas en cada cruce; luce un manto de plumas en la lámina 22r del primer códice.26 Xipe Totec Vestía la piel del esclavo sacrificado en su honor y un faldellín verde de hojas de zapote hasta los tobillos, con caracolitos en la orilla.27
21
B. de Sahagún, Primeros Memoriales, textos en náhuatl, prólogo y comentarios por Wigberto Juménez Moreno, México, inah, (Colección científica, 16), 1974, p. 6. 22 D. Durán op. cit., vol. 1, lám. 4. 23 Códice Magliabechi CLXIII, op.cit., fol. 34r. Códice Ixtlilxochitl, fol. 110v. D. Durán, op. cit., vol. 1, lám. 12. 26 Codex Telleriano-Remensis: Ritual, Divination and History in a Pictorial Manuscript , estudio de Eliseo Quiñones Kerber, Austin, University of Texas Press, 1995, fol. 8v, 22r. 27 B. de Sahagún, Códice Florentino. op. cit., vol. 1, fol. 16. 24 25
39
Xipe Totec. Códice Florentino.
Xiuhtecuhtli. Códice Magliabechi.
Yacatecuhtli. Primeros Memoriales.
40
En el Códice Borbónico, en su aspecto de Ixtapaltotec, la deidad viste un manto rojo con borlas de pluma blanca, la orla del manto termina en puntas de “cola de golondrina”.28 Xiuhtecuhtli En la veintena de izcalli una manta de plumas amarillas cubre la imagen y, en la de huey miccailhuitl el sacerdote que carga la imagen de 29
Paynal viste la manta, adornos y tocado de Otontecuhtli. Los guerreros danzantes portan la chalcaayatl, manta de red de ichtle. En la veintena de xocotlhuetzi, el ixiptla, la imagen viva del dios, bailaba antes de morir sacrificado vistiendo una manta de color azul. 30 En el Códice Borbónico viste una manta blanca con una orla roja recortada en la orilla y un quemitl blanco y rojo.31 Yacatecuhtli Porta la xiuhtilmatli tenixio, manta azul con una orla de flores tejidas, sobre ésta una de red color negro.32 Es una de las deidades que viste la manta de red, pero en esta imagen es de color blanco con la orilla negra y adornos circulares colgando, 33 que pueden ser adornos de concha. En los Primeros Memoriales, Yacatecuhtli lleva la xiuhtilmatli tenixio, la manta de red color azul con el borde rojo que solo los señores podían usar.34 su tilma es de nudos de turquesas su maxtle es precioso [es el colotlapilli]35
28
Códice Borbónico. Libro del Cihuacóatl, introducción y explicación de Ferdinand Anders, Maarten Jansen y Luis Reyes García, fce, Sociedad Estatal del Quinto Centenario Graz Akademische Druk Verlagsanstalt, 1991, lám. 20. 29 B. de Sahagún,Primeros Memoriales, op. cit., pp. 10, 17. 30 D. Durán, op. cit., vol. 1, lám. 19. Códice Borbónico, op. cit., lám. 46r. B. de Sahagún, Códice Florentino, op. cit., vol. 1, fol. 17. 33 Ibid., fol. 19. 34 Códice Matritense de la Real Academia de la Historia. Primeros Memoriales, estudio de Ferdinand Anders, Madrid, Real Academia de la Historia/University of California Press, 1993, fol. 262r. 31 32
41
Mixcoatl No lleva manta, tiene el cuerpo pintado con rayas blancas. En el Códice Telleriano Remensis se representó vistiendo un xicolli blanco; así también aparece en el Códice Magliabechi y porta además un quemitl de color blanco y rojo con aplicaciones colgando. 36 Xochipilli-Macuilxochitl En el Códice Magliabechi se le ve cubierto con un manto rojo que lleva una orla de plumas. Los cargadores de las andas, sobre las que va la imagen visten la manta de red con colgantes en la orla; en otra lámina aparece con una manta rosa con cuatro adornos rojos como corazones. El músico que acompaña la procesión lleva una manta de plumas verdes y amarillas. 37 En otras imágenes aparece con el torso
Xochipilli. Códice Magliabechi. 35 36
E. Seler, op. cit. Codex Telleriano Remensis.op. cit., fol. 42r.
42
desnudo, con un quemitl de pluma, el pectoral de oro, cuitlacomalli , vistiendo el tzinipilli de color rojo o amarillo, colores que simbolizaban el Sol. Omacatl La imagen de Omacatl en el Códice Florentino lleva una manta de red color rojo sembrada de unas flores tejidas, tiene una orla negra de la 38
que penden adornos de concha. . En los Primeros Memoriales porta una manta con orla roja oscura, encima de ésta una manta de red con aplicaciones de concha.39 Opochtli En el Códice Florentino una banda verde cruza el pecho de Opochtli y lleva una faldilla amarilla, no porta tilmatli.40 Napatecuhtli. No lleva tilmatli, una tira de papel blanco goteada de hule en forma de cruces, cruza su pecho; una faldilla blanca cubre sus caderas y muslos. Una banda blanca a manera de estola con flores negras cruza su pecho. 41 Ixtlilton Viste un tzinipilli de plumas color de rosa, de dos especies de aves. 42 Dioses del vino Los nueve dioses del vino que aparecen en el Códice Magliabechi no portan la tilmatli, lucen un xicolli que les llega hasta los muslos, un quemitl ricamente decorado y maxtlatl. 37 38
Códice Magliabechi, op. cit., 1996, fol. 42r. B. de Sahagún, Códice Florentino, op. cit., vol. 1 fol. 14
B. de Sahagún, Códice Matritense de la Real Academia de la Historia. Primeros Memoriales, fray Bernardino de Sahagún, studio y comentarios de Ferdinand Anders, University of California Press, 1993, fol. 266r. 40 B. de Sahagún, Códice Florentino, op. cit., vol. 1, fol. 16. 41 Ibid., fols. 16,19. 42 Ibid., fol. 14. 39
43
Ometochtli. Códice Magliabechi.
Mictlantecuhtli La imagen en el Códice Magliabechi es la de un hombre de pie con el rostro descarnado, tiene la boca abierta, el pelo negro, largo y rizado; sus manos y pies terminan en garras. Viste un xicolli blanco con la orilla tejida en forma de almena, lleva adornos de listones rojos anudados. Luce una cinta de cuero (?) anudada en la frente, con objetos de color rojo y amarillo prendidos en ella; porta un quemitl de piedras (?) azules, con adornos semejantes a los de la cinta de la frente. Tiene orejeras de algodón rojo sin hilar;43 está de pie sobre una manta negra con cráneos y huesos humanos cruzados, una manta tlacacualo característica de los dioses del inframundo y de la muerte.
43
Códice Magliabechi CLXIII, op. cit., fol. 88.
44
Mictlantecuhtli sobre una manta tlacacualo. Códice Magliabechi. Las mantas de los dioses en las crónicas de los siglos xvi y xvii
Huitzilopochtli Imagen: En Tenochtitlan era una escultura de palo que estaba sentada en un altar situado en lo alto. Mantas: La escultura vestía laxiuhtlalpilli, una manta azul cubierta con otra manta de red llamadamecaayatl tenchilnahuayo, es decir, la manta de color azul se cubría con una manta de fibras de maguey con el borde de color rojo, adornado con el Anahuac o con “ojos”.44 Esta era la manta más preciada, su uso estaba restringido a las deidades relacionadas con la guerra: Paynal, Yacatecuhtli, Tlacochcalcatl Yaotl y Omacatl. Entre los mortales únicamente la vestían loshuey tecuhtli, es decir, los señores de Tenochtitlan, de Tezcoco y el de Tacuba. El historiador Fernando 44
“Ojos”: adorno de concha o metal de forma circular cosido al borde de la manta.
45
Templo Mayor de Tenochtitlan.Códice Durán.
Alvarado Tezozomoc la llama xiuhtilmatli o xiuhayatl y la describe como un vestido azul con una manta tejida de red, con pedrería sembrada en cada nudo.45 Fray Diego Durán indica que la manta del dios era verde y encima de ésta, colgado al cuello llevaba un delantal de ricas plumas 46 de color verde con adornos de oro, que le cubrían hasta los pies. En la veintena de toxcatl cubrían la escultura detzoalli con una manta labrada con huesos y miembros de personas despedazados, llamadatlacuacualo, ésta la cubrían con otra de ichtle muy rala y encima le ponían otra de ricas plumas. En losMemoriales del Real Palaciose mencionan las capas de pluma propias del dios:quetzalquemitl, de plumas verdes de quetzal, tlauhquecholquemitlde pluma de guacamaya roja,aztaquemitlde pluma de garza y tzanaquemitl de pluma de tordo, los colores de las plumas hacían referencia a los rumbos del universo. 45
Fernando Alvarado, Tezozomoc, Crónica mexicana, anotada por Manuel Orozco y Berra, México, Porrúa, 1987, p. 208. 46 D. Durán, op. cit., vol 2, p. 355.
46
Templo: Era una pieza pequeña situada al lado del templo de Tlaloc en la pirámide del Templo Mayor, la llamabantlacatecco; su interior estaba cubierto de finas mantas, plumas y joyas. La entrada estaba cubierta con otra manta.47 Painal
Era el mensajero de Huitzilopochtli. 48
Imagen: pie. con su manta de red color azul: xiuhMantas: El El ídolo ídolo estaba estaba de vestido tlapilli yniquimiliuhticac.49 Su vestido de malla color turquesa. 50 Tezcatlipoca
Imagen: En Tenochtitlan era una escultura de piedra relumbrante, del alto de un hombre, estaba de pie sobre una peana de madera. En el barrio de Huitznahuac el ídolo era de madera, parecido a un hombre sentado. Mantas: La escultura de Tenochtitlan tenía una manta de red fina, negra y blanca adornada con orlas de rosas de plumas blancas, negras ycorojas; a la espalda llevaba un ornamento como bolsa de lienzo blan51 con borlas y flecos. La escultura que estaba en el templo del barrio de Huitznahuac tenía una manta de plumas de águila, sembrada de hojas de oro.52 La efigie de Tezcoco estaba cubierta con una manta colorada, toda labrada de calaveras y huesos cruzados.53 Templo: En el barrio de Huitznahuac en Tenochtitlan, la pieza llamada tlacatecco estaba tapizada de mantas de diversos colores y labores, la entrada se cubría con otra como velo de muchas labores; en el altar 47
Ibid., p. 355.
Fray Bernardino de Sahagún, Historia general de las cosas de la Nueva España , ed. y apéndice de Ángel María Garibay, México, Porrúa, 1956, vol. 4, p. 280. 49 Ibid., p. 280. 50 Miguel León Portilla, Ritos, sacerdotes y atavíos de los dioses, México, iih-unam, 1958, p. 113. 51 D. Durán, op. cit., vol. 1, p. 38. 52 B. de Sahagún, Códice Florentino, op. cit., 1980, vol. 1, fol. 86v. 53 R. Acuña, op. cit., p. 10. 48
47
Tezcatlipoca en su templo, vistiendo una mantatlacacualo. Códice Durán.
se veían mantas de las más ricas y curiosas. Sobre el ídolo pendía un guardapolvo adornado con plumas, insignias y divisas. 54 Tlaloc-Tlaloques Imagen: En Tenochtitlan era un ídolo de piedra que estaba sentado sobre un estrado cubierto con una manta verde, pintada con pinturas galanas. En Tezcoco era un ídolo de madera de la estatura de un hombre, lo pintaban todo de negro para denotar la tierra. 55 En la sierra de Tlaloc era una escultura de piedra. Mantas: Tenía un sayo azul con franjas de oro, que denota la serenidad de la tierra después de la lluvia.56
54
D. Durán, op. cit., vol. 1, p. 47. Mariano Fernández de Echeverria Veytia, Historia Antigua de México, Editorial Leyenda, 1944, vol. 4, p. 250. 56 Ibid., p. 250. 55
48
Tlaloc en su adoratorio en un monte. Códice Borbónico.
Llevaba un manto negro que le colgaba en la espalda; tenía un manto blanco y verde goteado de hule, olpiyahua, con borde de ojos estelares.57 Tenía un manto dividido en cuatro campos, dos negros y dos de color oscuro que denotaban los cuatro puntos cardinales. 58 Tenía toda la vestidura colorada para denotar el fuego de los rayos y los relámpagos. Tenía una manta de caracoles marinos con orla roja de “ojos” hecha de pelo de conejo y otra de plumas blancas, llamada tecucizyo tilmatli tenixio. Era la manta que usaba el señor como representante de Tecuciztecatl.59 57
Eduard Seler, Comentarios al Códice Borgia, Fondo de Cultura Económica, México, 1963, vol. 3, p. 72. 58 B. de Sahagún, Códice Florentino, op. cit., vol. 1, fol. 88. 59 Ibid., fol. 89.
49
En Tezcoco el ídolo llevaba un manto de plumas azules, con una orla tejida con pelo de liebre y de conejo. 60 Templo: Estaba junto al templo de Huitzilopochtli, en el Templo Mayor, se le nombraba epcoatl. Quetzalcoatl Imagen: En Cholula era un ídolo de madera, como un hombre con cara de pájaro. En Tenochtitlan el ídolo estaba acostado, tenía la cara muy fea y la cabeza alargada.61 Mantas: El ídolo de Cholula tenía una manta de pluma labrada en color negro, colorado y blanco. Con frecuencia le mudaban la manta.62 En Tenochtitlan llevaba latilmatli de algodón café (coyuchi), llamada ecacozcatl, sembrada de flores puestas de tres en tres y en medio de cada dos, dos trocitos de pluma blanca, con una orla de flecos alderredor.63
Quetzalcoatl. Códice Magliabechi.
60
R. Acuña, op. cit., p. 11. Códice Ramírez, op. cit., p. 156. 62 D. Durán, op. cit., vol. 1, p. 62. 63 B. de Sahagún, Códice Florentino, op. cit., fol. 91. 61
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Tenía una tilmatli cubierta con dibujos de viento. 64 Estaba vestido con una manta de malla azul guarnecida de plumón con una orla de flecos, llamada ihuitelolotli.65 Sus vestidos estaban pintados con hule, dispuestos en franjas circulares. 66 Tenía una manta sembrada de cruces.67 Templo: En Cholula era un templo en una cima, consistía en una pieza ancha y larga en la que estaba un 68altar muy aderezado de oro, plata, joyas y mantas muy bien labradas. Xipe Totec-Tlatlauhqui Tezcatl-Tota Topiltzin-Yollometl Imagen: Era el dios de los orfebres, lo representaban como un hombre desnudo que tenía un lado teñido de amarillo y el otro de café, con la cara labrada de ambas partes (escarificada), a manera de una tira angosta. Era de piedra, del alto de un hombre, con la boca abierta; estaba vestido con la piel de un hombre sacrificado. 69 Mantas: Llevaba un manto corto guarnecido con una borla de plumón que le colgaba sobre la espalda. 70 Tenía una manta adornada de discos de piedra, con una orla roja de “ojos”71 llamada temalacayo tilmatli. Su manta de color pardo oscuro tenía pintados en cuadro cuatro grupos de tres discos cada uno, parecidos a piedra de molino; sobre éstos tenía anillos negros estrechos y anillos blancos anchos. 72 Este diseño simbolizaba la piedra temalacatl del sacrificio gladiatorio, era la manta que usaba el señor de Tenochtitlan como representante del dios en la tierra, la llamaban yopitzontli tilmatli. En la lámina 4 del Códice Magliabechi aparece esta manta como manta de totequi.73 64
Ibid., p. 91. E. Seler, op. cit., vol. 1, p. 12. 66 M. León Portilla, Ritos…, op. cit., p. 155. 67 J. de Torquemada,op. cit., p. 390. 65
Códice Ramírez, op. cit., p. 156. B. de Sahagún, Historia general…, op. cit., vol. 1, p. 65. 70 E. Seler, op. cit., 1963, vol. 1, p. 135. 71 Ibid., p. 135. 72 B. de Sahagún, Historia general…, op. cit., vol. 1, p. 28. 73 Códice Magliabechi, op. cit., lám. 4. 68 69
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Templo: Yopico era el edificio número cincuenta y uno dentro del recinto del Templo Mayor, allí sacrificaban a los cautivos en la veintena de tlacaxipehualiztli. Era un templo vistoso, su oratorio era pequeño pero galantemente aderezado.74 Xiuhtecuhtli-Ixcozauhqui-Cuezaltzin-Huehueteotl Imagen: Lo representaban como un hombre anciano y desnudo con la barba teñida con hule, con un barbote de piedra colorada y con muchos adornos de pluma.75 La hacían a semejanza de Moctezuma y en tiempos antiguos a semejanza de otros señores.76 En la veintena de izcalli hacían una estatua de arquitos y palos atados unos a otros y le ponían una máscara de mosaico. 77 A esta estatua la llamaban Milintoc. Mantas: Le ponían todas las vestiduras, atavíos y plumajes del señor Moctezuma Ilhuicamina.
Xiuhtecuhtli. Primeros Memoriales. 74
D. Durán, op. cit., vol. 1, p. 100. B. de Sahagún, Historia general…, op. cit., vol. 1, p. 56. 76 Ibid., p. 56. 77 Ibid., p. 56. 75
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El décimo día de la veintena de izcalli cubrían la estatua de palos con una manta de plumas de diversos colores, que le llegaba a los pies. El vigésimo día la cubrían con una manta de plumas de papagayo. 78 Papaloyo tilmatli tenixyo era una manta con dibujos de mariposa y con una franja roja de “ojos”.79 Su manta tenía figuras de mariposas hechas de pluma sobre fondo rojo, en el centro tenía un ojo humano.80 Tenía una manta de color café con discos diseminados que forman la cabeza de un monstruo (xiuhcoatl) sobre fondo rojo, circuido con un anillo de plata.81 Su manta se llamaba coaxayacayo tilmatli tenixyo, tenía caras de culebra y una orla de “ojos”.82 Templo: Tenía su templo en el barrio de Tzonmolco. Yacatecuhtli Tenía seis hermanos: Chiconquiahuitl, Xomocuil, Nacatl, Cochimetl, Yacapitzahua y Chalmecacihuatl. Imagen: Lo pintaban como un indio que iba de camino con su báculo, tenía la cara manchada de blanco y negro, llevaba dos plumas de quetzal atadas al pelo.83 Tenían por imagen del dios los báculos de otate que usaban los mercaderes en el camino, a éstos los cubrían con papeles.84 Mantas: Llevaba su manta azul y sobre ella una tejida de red negra con una orla de flores.85 Tenía una manta de red azul con pedrería sembrada.86 Portaba la manta de los señores, la xiuhtilmatli o xiuhayatl.87
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Ibid., p. 221. E. Seler, op. cit., 1963, vol. 1, p. 95. 80 B. de Sahagún, Códice Florentino, op. cit., 1980, vol. 1, fol. 12. 81 Ibid., fol. 12. 79
B. de Sahagún, Historia general…, op. cit., vol. 1, p. 67. Ibid., p. 69. 84 Idem. 85 B. de Sahagún, Códice Florentino, op. cit., vol. 1, fol. 25. 86 F. Alvarado Tezozomoc,op. cit. 87 B. de Sahagún, Historia general…, op. cit., vol. 1, p. 187. 82 83
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Mixcoatl-Camaxtli-Yemaxtli Dios de los otomíes. Lo celebraban en Huejotzingo, Tlaxcala y Coatepe c. Imagen: Era de palo, figura de un indio con la cabellera larga; tenía el cuerpo rayado con rayas blancas, llevaba un braguero muy galano. 88 Mantas: En Tlaxcala lo vestían como a Quetzalcoatl, le ofrecían muchas mantas y xicolli y un tecuhxicolli que era como una sotana o manto negro con un capirote.89 Vestían a Camaxtle con varias mantas y encima otra llamada tecuhxicolli, después le ponían un manto y una máscara que trajeron los fundadores de la ciudad de Papayahuitla. 90 El día de su fiesta ve stían al ídolo con una ropa larga abierta a manera de sotana de clérigo español, con el ruedo de algodón tejido en hilo de pelo de conejo. 91 Templo: Llamado mixcoateocalli, era una enramada en lo alto del monte Zacatepetl cercano a Tenochtitlan, la enramada estaba cubierta de ricas mantas.92 En el templo llamado Tlamatzinco sacrificaban al hombre y a la mujer, imágenes de Mixcoatl y su mujer.93
Mixcoatl. Códice Magliabechi. D. Durán, op. cit., vol. 1, p. 73. J. de Torquemada,op. cit., vol. 2, p. 151. 90 Francisco Hernández,Antigüedades de la Nueva España, México, Robredo, 1946, p. 185. 91 M. León Portilla, op. cit., p. 31. 92 D. Durán, 1967, vol. 1, p. 75. 93 Ibid., p. 75. 88 89
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En Huejotzingo el templo tenía cien gradas, en la parte superior estaba una pieza redonda con techo de paja, tapizada por dentro de ricas mantas, plumas y joyas.94 Xochipilli-Macuilxochitl Dios de los pipiltin.
Imagen: En Tenochtitlan su figura era la de un hombre desnudo que estaba desollado de bermellón, con la boca y la barba teñidas 95 de blanco, negrooyteñido azul claro. En Tlalhuic (Morelos) el ídolo era de piedra, tenía los brazos abiertos en actitud de bailar, en las manos llevaba ramos de flores.96 Mantas: Macuilxochitl tenía ceñida a las caderas una manta colorada que le colgaba hasta los muslos, llevaba una faja de la que colgaban unos caracolitos mariscos, llamada tzinipilli.97 Llevaba la manta de cinco rosas: xochitl, tlatlapalli, tonallo e ilhuitl. Éstas simbolizan los cuatro rumbos del universo y el centro.98 Templo: Era un aposento muy galano situado frente al patio donde se acostumbraba bailar.99 Omacatl
Dios de los convites y fiestas donde participaban los guerreros. Imagen: Era una estatua de madera que estaba sentada sobre un haz de juncias; con la cara manchada de negro y blanco.100 Mantas: Tenía puesta una manta de red, que llevaba una franja ancha en la que estaban unas flores tejidas.101 Tenía un manto de cordeles con ribete de anillos rojos.102
94
Idem.
B. de Sahagún, Historia general…, op. cit., vol.1, p. 60. D. Durán, op. cit., vol. 1, p. 189. 97 B. de Sahagún, Historia general…, op. cit ., vol. 1, p. 61. 98 E. Seler, op. cit., 1963, vol. 1, p. 99 D. Durán, op. cit., vol. 1, p. 189. 100 B. de Sahagún, Historia general…, op. cit ., vol. 1, p. 62. 101 Ibid., p. 62. 102 M. León Portilla, Ritos…, op. cit., p. 151. 95 96
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Omacatl. Primeros Memoriales.
Su manta era rala de tejido de cuerdecillas y cenefa de anillos rojos, llamada mecaayatl tenchilnavayo.103 Templo: Se llamaba teccizcalco, se encontraba frente al cuauhxicalco. Opochtli Era uno de los tlaloques. Inventor de las redes para pescar, las fisgas y el minacachalli. Imagen: Era como un hombre desnudo, todo teñido de negro y la cara color café como las plumas de la codorniz. 104 Mantas: Traía una estola verde cruzada y unos papeles verdes ceñidos que le llegaban a la rodilla, a manera de falda. Nappatecuhtli Era otro de los tlaloques. Inventó el arte de hacer esteras, petates e icpales. 103 104
B. de Sahagún, Códice Florentino, op. cit., vol. 1, fol. 14 B. de Sahagún, Historia general…, op. cit., vol. 1, p. 63.
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Imagen: Era un hombre que estaba teñido de negro, en la cara tenía unas pecas blancas.105 Mantas: Llevaba una banda de papel a manera de estola, pintada con unas flores negras sobre blanco; llevaba ceñida una faldeta que le llegaba hasta la rodilla, con unos caracolitos de mar en el ruedo, pintados de blanco y negro.106 Dioses del vino Tezcatzoncatl, Yiauhtecatl, Acolhua, Tlilhoa, Pantecatl, Izquitecatl, Toltecatl, Papaztac, Tlaltecayoa, Ometochtli, Tepoztecatl, Chimalpanecatl, Colhoatzincatl.107 Mantas: Portaban la manta llamada ometochtecomayo tilmatli tenixyo que llevaba sembradas unas jícaras que tenían tres pies y dos alas como de mariposas, el vaso era redondo, colorado y negro, las alas verdes bordadas de amarillo, el cuello de la jícara parecía una gorguera con cuatro cañas que salían arriba bordadas de pluma azul y blanco. 108 Totoltecatl y Macuiltochtli tenían su paño de caderas con ribetes rojos que ceñían sus caderas.109 Tezcatzoncatl ceñía sus caderas con el colotlapile, paño con decoración de110alacranes que significaba virilidad, valentía y consumo de pulque. Templo: Tochinco. Mantas características de algunos dioses
Las mantas de pluma eran las más preciadas, su uso estaba reservado para las esculturas de los dioses principales, para el huey tlatoani de Tenochtitlan y los tlatoques de Tezcoco y Tacuba. En panquetzaliztli la escultura de Huitzilopochtli lucía mantas confeccionadas con plu105 106
Ibid., p. 71. Idem.
Ibid., p. 75. B. de Sahagún, Códice Florentino, op. cit., vol. 1, fol. 24. 109 Ibid., fol. 24. 110 Patric Maher, “Tezcatzoncatl y su relación geográfica con otras deidades del pulque”, Códices y documentos sobre México, Segundo Simposio , México, inah, Conaculta, 1997, p. 271. 107 108
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Bulto funerario de Tonatiuh envuelto en mantas blancas y mantas tlacacualo. Códice Borbónico.
mas de diversas aves traídas de las regiones cálidas del Golfo y de las provincias de Tuxtepec y Soconusco, eran trabajadas por artesanos especializados que tal vez vivían dentro del palacio, o por los amantecas del poblado de Amantla. Vestían las esculturas de Tezcatlipoca, Tlaloc, Quetzalcoatl y Xiuhtecuhli con mantas de pluma que hacían referencia al carácter de la deidad, para las mantas de Tezcatlipoca se utilizaban plumas de águila, que denotaban su carácter guerrero, valiente, rápido y certero; las de Tlaloc eran mantas con plumas de color azul claro como el agua del mar o de la lluvia, evocaban el Tlalocan lugar fresco y de abundancia; las mantas de Xiuhtecuhtli eran de plumas color rojo y amarillo que aludían al fuego y, al vestirlo con la indumentaria y plumajes que usaba Moctezuma, se ponía de manifiesto la relación estrecha y simbólica del tlatoani con la deidad, bajo cuyo auspicio se coronaba. 58
Las mantas de red xiuhtlalpilli, xiuhtlalpilli tenchilnahuayo, xiuhayatl e ichtilmatlieran características de las deidades relacionadas con la guerra, las esculturas las portaban en su carácter de dioses bélicos. La jerarquía militar usaba diferentes tipos de mantas de ichtle tejidas con técnica de red. Para Huitzilopochtli estaban reservadas las más finas mantas de red, pero también las llevaban Painal, Tezcatlipoca, Yacatecuhtli y Tlacochcalcatl Yaotl. Quetzalcoatl portaba una manta de red con plumón blanco en cada cruce. Las mantas tlacacualo de color negro, decoradas con cráneos y huesos cruzados o cuerpos de hombres despedazados eran parte de la indumentaria de los dioses relacionados con la noche, el inframundo y la muerte, esta manta era característica de Tezcatlipoca, Señor de la Noche, también la portaba Mictlantecuhtli, Señor del Inframundo. En dos de las veintenas dedicadas a Huitzilopochtli: toxcatl y panquetzaliztli, su imagen se vestía con una manta tlacacualo; en toxcatl tal vez representaba la sequía que destruía los sembrados, y en panquetzaliztli, probablemente se presentaba bajo la advocación de “señor hueso”, Señor de la Muerte. La manta decorada con caracoles marinos o las mantas de color blanco y verde goteadas con hule y el xicolli azul decorado con franjas de hule eran parte de la indumentaria de Tlaloc. La manta blanca con cruces o listones de color rojo era característica de Quetzalcoatl. La manta papaloyo tilmatli decorada con mariposas rojas o amarillas identificaba a Xiuhtecuhtli. La manta con la olla del pulque ometochtecomayo la portaban los dioses del pulque y sus sacerdotes.
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Las mantas en las ceremonias del ciclo anual ——•——
Las ceremonias del calendario de las dieciocho veintenas, xihuitl, presididas por una o varias deidades se realizaban con la participación activa y multitudinaria de la población. En las veintenas dedicadas a los dioses de la guerra y del sol intervenían los señores de Tenochtitlan, Tezcoco y Tacuba; en otras los nobles, los guerreros-nobles, los comerciantes ricos y la alta jerarquía sacerdotal. Las ceremonias más importantes en estos rituales eran la profusión de sacrificios humanos, numerosos banquetes, procesiones, danzas, cantos, juegos, escaramuzas y representaciones. Eran ceremonias en las que los sacerdotes se ataviaban de la misma manera que la deidad a la que servían y en ocasiones la representaban; los señores y lospipiltin lucían su mejor indumentaria, así como los músicos, danzantes y otros participantes. La leña ardiendo en las múltiples luminarias, el olor del copal, la música y las libaciones o consumo de estimulantes creaban un ambiente místico y un ánimo de sobrecogimiento o de temor hacia los dioses; emoción aprovechada por los gobernantes para aterrorizar a los pueblos enemigos, así como para controlar y sujetar a la propia población. Todas estas ceremonias fueron la ocasión óptima para que participantes y espectadores, vestidos con sus mejores galas, hicieran evidente la estratificación social existente en la sociedadmexica; fueron también un momento propicio para que parte del excedente de la producción acumulada a través del tributo entrara en los canales de circulación económica, social y política mediante la entrega de regalos, premios, estímulos, ofrendas, banquetes y dádivas al pueblo. De esta 61
manera, a través del ritual se expresaban las relaciones económicas, políticas y sociales.1 En otras veintenas los agricultores y los artesanos rendían culto a sus deidades protectoras; estas ceremonias eran menos fastuosas, se celebraban en el ámbito familiar o en el barrio; en los montes, ríos y fuentes de agua; se orientaban a la petición de lluvias, a la fertilidad de la tierra y de los animales y a la obtención de la salud. Los artesanos y otros grupos de trabajadores especializados como las parteras, los aguadores, los canteros, los floristas o xochimanque también celebraban a sus dioses patronos en algunas de las veintenas, pero en el templo de su barrio, en ellas también se realizaban sacrificios humanos, banquetes, ofrendas, intercambios de regalos, pero eran menos ostentosas que las que tenían lugar en el Templo Mayor. 1. Atlcahualo, quauitleoa, xiuhtziquilo, atlmotzacahua, xilomaniztli Fecha:23 de enero. Deidades: Tlaloques, Chalchiuhtlicue, Quetzalcoatl. Ceremonia de los campesinos en las milpas. Sacrificio de niños, hijos de nobles, esclavos o comprados a sus madres; el ritual se llevaba a cabo en siete sitios importantes de la cuenca de México. Vestían a los2 niños con ricos atavíos de mantas y maxtlame muy curiosos y labrados. 2. Tlacaxipehualiztli Fecha: 21 de marzo. Deidades: Xipe Totec, Tlatlauhqui-Tezcatl, Titlacahuan. Era una fiesta universal, se celebraba en todos los pueblos y barrios del señorío, patrocinada por los guerreros que habían cautivado enemigos o señores que ofrecían esclavos. El día principal de la fiesta, el ixiptla de Xipe Totec era seguido por otros cautivos y había una procesión de sacerdotes que representaban las imágenes vivas del Sol, de Huitzilopochtli, Quetzalcoatl, Macuilxochitl, Chililico y otros 1
Johanna Broda, “Relaciones políticas ritualizadas: el ritual como expresión de una ideología”, en Pedro Carrasco y Johanna Broda (eds.), Economía, política e ideología en el México prehispánico, México, inah/Nueva imagen, 1978, p. 222. 2 B. de Sahagún, Historia general…, op. cit., vol. 1, p. 140.
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dioses; iban ataviados como la deidad que representaban, cubiertos con sus mantas de red; el sacerdote chachalmeca portaba una dalmática (capa) colorada con flecos verdes, los otros cinco sacerdotes vestían dalmáticas blancas labradas en negro. 3 Los cautivos eran sacrificados y desollados; los dueños de los cautivos prestaban las pieles a personas para que las vistieran: los xixipeme salían a pedir limosna, recibían de las personas mantas, bragueros, plumas, joyas y comida; cada uno daba según sus posibilidades. 4 En la ceremonia de sacrificio, los comerciantes lucían las preseas y las mantas finas que les había otorgado Moctezuma. En el mercado se hacía un baile en el que participaban los xixipeme, los soldados viejos y los capitanes iban vestidos con sus mantas de red y las insignias que por su valentía les 3 4
D. Durán, op. cit., vol. 1, p. 97. B. de Sahagún, Historia general…, op. cit., vol. 1, p. 146.
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había obsequiado Moctezuma. 5 El último día de la veintena, los dueños de las víctimas vestían a un joven con papeles, le daban una rodela y un bastón, así andaba por las calles maltratando a quien lo topase y arrebatándole su manta; todas las mantas que obtenía las llevaba al patio propiedad del que lo había vestido.6 Veinte días después de enterrar las pieles, en el tianguis se realizaba una danza de los soldados viejos y los capitanes aderezados todos con sus mantas de red 7
e insignias nuevas. El último día de la veintena los xochimanque festejaban a Coatlicue, su diosa patrona, y los caballeros águila y caballeros ocelote festejaban al Sol. 3. Tozoztontli Fecha: 10 de abril. Deidades: Coatlicue, Tlaloc. Ceremonia de los labradores en los campos, bendición de las sementeras. Sacrificio de cuatro niños esclavos para pedir la lluvia.8 Danza de los señores de Tenochtitlan, Tacuba y Tezcoco ricamente ataviados, participaban los señores nobles, soldados viejos, jóvenes del calmecac, mujeres viejas y mujeres públicas. 9 4. Hueytozoztli Fecha: 30 de abril. Deidades: Cinteotl, Chicomecoatl, Tlaloques. En esta veintena se purificaba a las mujeres paridas y se circuncidaba a los niños recién nacidos; las madres tejían mantas, huipiles y otras prendas de vestir para regalar a los acompañantes. 10 Se hacían las primeras ceremonias de petición de lluvias para la siembra de temporal. En el monte Tlaloc se celebraba la gran fiesta al señor de las D. Durán, op. cit., vol. 1, p. 101. B. de Sahagún, Historia general…, op. cit., vol. 1, p. 149. 7 Ibid., p. 147. 8 D. Durán, op. cit., vol. 1, p. 101. 9 B. de Sahagún, Historia general…, op. cit., vol. 1, pp. 151-153. 10 D. Durán, op. cit., vol. 1, p. 83, 84. 5 6
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lluvias. Allí acudían Moctezuma, Nezahualpilli, los señores de Tacuba, de Xochimilco y todos los nobles ricamente ataviados. El señor de Tenochtitlan vestía al ídolo con una rica manta de plumas con figuras de culebras, la más costosa; luego le ponía un ancho braguero y lo cubría con ricas joyas. Enseguida uno a uno entraban los demás señores ofreciéndole mantas, joyas, plumas y piedras, además de abundantes viandas; se sacrificaban niños en honor a la deidad. En la ciudad de Tenochtitlan los sacerdotes vestían sus más ricos aderezos; los mozos y muchachas recogidas se vestían con disfraces, bailaban, jugaban en torno al árbol “tota”. Se sacrificaba a una niña vestida de azul en el sumidero de Pantitlan, ésta representaba a la laguna, los ríos, las fuentes y los arroyos; los señores ofrendaban oro, piedras finas, mantas y plumas. Los campesinos hacían ceremonias en sus sementeras.11 Johanna Broda señala que se advierte una diferencia social en estas ceremonias; en las que se realizaban en el monte Tlaloc había una participación activa del estamento superior: señores y nobles; en las de la laguna eran los sacerdotes y la gente del pueblo y en las realizadas en las sementeras eran los campesinos que honraban al maíz.12
5. Toxcatl-tepopochtli-popochtli Fecha: 20 de mayo. Deidades: Tezcatlipoca-Titlacahuan, Huitzilopochtli. Era tiempo de sequía, las ceremonias se encaminaban a pedir agua. Un año antes de la fiesta, los señores principales compraban un esclavo joven escogido; durante ese tiempo andaba por el pueblo muy ataviado con ropa curiosa y preciosa porque se le tenía como sustituto del dios; llevaba a la espalda un lienzo blanco con borlas y flecos en la orilla y vestía un maxtlatl muy labra do. Veinte días antes de la fiesta le mudaban de traje por unos atavíos muy galanos, como de capitán; ocho pajes lo acompañaban ataviados como señores, le seguía una procesión de sacerdotes vestidos como el ídolo. Cinco días antes de la ceremonia en casa del señor, dueño del esclavo, se hacían 11
Ibid., p. 83, 84. Johanna Broda, “Las fiestas aztecas de los dioses de la lluvia”, Revista Española de Antropología Americana, Madrid Universidad Complutense, vol. 6, 1971, p. 281. 12
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solemnes banquetes y danzas con ricos atavíos. El día de la ceremonia los mozos del calmecac hacían una procesión vestidos con mantas d e red de las más preciadas. 13 En esta misma veintena honraban a Huitzilopochtli, elaboraban su imagen con pasta de tzoalli, la vestían con un xicolli decorado con huesos de muerto y la imagen de un hombre despedazado, luego la cubrían con una manta de ichtle rala; encima de ésta le ponían otra de pluma muy rica, con una plancha de oro en medio; al pie del ídolo ponían huesos hechos de tzoalli y los cubrían con otra manta que tenía pintados huesos y miembros de un hombre despedazado, aésta llamaban tlacacualo.14 6. Etzalqualiztli Fecha: 9 de junio. Deidades: Tlaloques. Se conmemoraba el diluvio universal. El día de la fiesta el sacerdote principal, el llamado Tlaloc Tlalocan Tlenamacac se ataviaba con el ayauhxicolli (xicolli de niebla), encima se ponía una manta fina con plumas de papagayo cruzadas, el ayauhquemitl y el amacuexpalli; enseguida iniciaba la procesión de sacerdotes hacia la laguna; se castigaba a los sacerdotes transgresores del ritual, obligándolos a pagar una gallina o su manta. Se sacrificaba a un niño y una niña, así como a muchos esclavos que vestían con los ornamentos de lostlaloques, a otros vestidos como Tlaloc y a una mujer que representaba a Chalchiuhtlicue. Después de estos sacrificios los sacerdotes llevaban ofrendas a la laguna: papeles, plumas,chalchihuitl, mantas con caras de nubes, llamadas tilmatli ayauixo.15 Los campesinos hacían la ceremonia del descanso de los instrumentos serviles. 7. Tecuilhuitontli-tlaxochimaco Fecha: 29 de junio. Deidades: Uixtocihuatl. 13
B. de Sahagún, Historia general…, op. cit., vol. 1, p. 154-160. Ibid., p. 154-160. 15 Ibid., p. 170. 14
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Trabajadores del agua, pescadores, petateros, los que hacían sal y todos aquellos que vivían de la explotación de los recursos de los lagos de la cuenca de México eran los organizadores y patrocinadores de las ceremonias dedicadas a Uixtocihuatl, la diosa de las aguas salobres y de la sal. Diez días antes de la fiesta la mujer que representaba a la diosa bailaba con los trabajadores de la sal. Se sacrificaba con gran número de esclavos. Durante la veintena, esos trabajadores se regala16
ban unos a otros rosas, mantas, bragueros o joyas. 8. Hueytecuilhuitl Fecha: 19 de julio. Deidades: Xilonen, Chicomecoatl, Ehecatl-Quetzalcoatl. Ocho días antes de la fiesta los guerreros bailaban; los hombres llevaban una manta rala de red que tenía caracolitos blancos en el ruedo, esto los señalaba como valientes, eran las mantas llamadas nochpalcuechintli, mantas rojas como la grana con caracolitos en la orilla; los que no eran señalados como hombres valientes sólo vestían mantas negras con flecos. 17 Los sacerdotes tlamacazque vestían mantas negras de ichtle. Los señores eran los patrocinadores de la fiesta; entre ellos se hacían grandes presentes de esclavos, mantas, ropas, oro y joyas; además daban ricos regalos a los sacerdotes y de comer a los pobres. Las parteras y médicas también festejaban a la ixiptla de Xilonen, representada por una joven púber que simbolizaba el maíz tierno. 9. Miccailhuitontli Fecha: 8 de agosto. Deidades: Huitzilopochtli. El primer día los campesinos ofrecían flores a Huitzilopochtli, a los dioses de los calpulli y del tepochcalli; en sus casas ofrendaban a sus familiares muertos. Temían la muerte de las sementeras por las heladas. En el templo de Huitzilopochtli se realizaba una danza con los valientes otontin, la guiaban los cuacuachictin, seguían los tequihuaque,
16 17
D. Durán, op. cit., vol. 1, p. 263. B. de Sahagún, Historia general…, op. cit., vol. 1, p. 176.
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tiachcahuan y la finalizaban los mancebos tepopochtin.18 Durante la veintena se cortaba y se preparaba el árbol, xocotl, para la ceremonia de la siguiente veintena. 10. Xocotl huetzi-hueymiccailhuitl Fecha: 28 de agosto. Deidades: Huehueteotl, Xiuhtecuhtli. Levantaban el xocotl en el patio del templo, para esa ocasión todos los sacerdotes vestían sus mejores ornamentos y riquezas; los sacerdotes supremos la indumentaria propia de su jerarquía, tocados de plumas finas, joyas y oro; los sacerdotes tlenamacazque vestían sus dalmáticas coloradas y los ayudantes llevaban xicolli y dalmáticas blancas. 19 El primer día, los mercaderes ofrecían cinco esclavos que se sacrificaban en el fuego aderezados con atavíos y plumajes ricos, después del sacrificio quemaban toda la indumentaria de las víctimas. Jóvenes hombres y mujeres recogidos en los templos bailaban en torno al xocotl, los muchachos portaban una manta de red blanca y negra con plumas blancas, guiaba la danza un indio vestido como pájaro o murciélago. 20 El valiente joven que lograba subir primero a lo alto del xocotl y apoderarse de la figura de tzoalli y de los tres tamales ahí colocados, recibía como premio una manta color café con la orilla de tochomitl y de pluma. 11. Ochpaniztli Fecha: 17 de septiembre. Deidades: Teteo Innan, Toci. Cuarenta días antes de la fiesta, las parteras vestían a una mujer madura como la diosa Toci. Antes de su sacrificio, las parteras le entregaban una carga de ichtle para que lo preparara y lo tejiera: lo lavaba, hilaba y tejía, hacia con él un huipil y un cueitl (enredo). Terminada la obra llevaban a la mujer al tianguis para que vendiera las prendas, significando con ello que Toci, la Madre de los Dioses, en 18
Ibid., p. 183. D. Durán, op. cit., vol. 1, p. 121. 20 B. de Sahagún, Historia general…, op. cit., vol. 1, p. 189. 19
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Sacerdotes ataviados como dioses en la veintena de ochpaniztli. Códice Borbónico.
su tiempo se ocupaba en hilar y tejer ropas de ichtle para sustentar a sus hijos.21 Recreaban con este rito el mito del invento del tejido por la diosa Toci. Después del sacrificio de la imagen de la deidad, el señor de Tenochtitlan otorgaba presentes a la gente de guerra, a los capitanes y hombres valientes, a los soldados viejos y al final a los novatos; según sus 22 méritos y grados entregaba: armas, plumas, joyas, mantas y maxtlame. Había un baile de nobles y principales ricamente ataviados; los sacerdotes de los templos llevaban su chalequillo cubierto con una manta decorada con mariposas, papalocuachtli.23 Las jóvenes envolvían la ofrenda de mazorcas en mantas ricas para Chicomecoatl.24 12. Pachtontli-teotleco Fecha: 7 de octubre. Deidades: Huitzilopochtli, Yacatecuhtli, Xiuhtecuhtli. Se festejaba el advenimiento de Huitzilopochtli. Los sacerdotes elaboraban la escultura del dios de pasta de tzoalli y unos huesos humanos que los jóvenes recogidos del templo ponían a los pies de la 21
D. Durán, op. cit., vol. 1, p 145. B. de Sahagún, Historia general…, op. cit., vol. 1, p. 194. 23 Ibid., p. 194. 24 B. de Sahagún, Códice Florentino, op. cit., vol. 1, fol. 126. 22
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escultura. Iniciaba la ceremonia con una procesión de sacerdotes en estricto orden de jerarquía, primero los ancianos del templo, los tlamacazque y sus ayudantes, los sacerdotes sacrificadores, todos vestidos con sus mantas de red de colores y labores diferentes, después otros sacerdotes disfrazados como dioses, cantaban y danzaban en torno a los huesos, que de esa manera quedaban benditos. 25 En la veintena también se celebraba la fiesta de xochilhuitl en honor de Xochiquetzal, abogada de los pintores, labranderas y tejedoras de labores, de los plateros y entalladores. El gremio de esos artesanos proporcionaba a la india que vestida como la diosa, representaba la imagen viva de la deidad. Sentaban a la ixiptla en las gradas del templo y fingía tejer, significando con ello que en tiempo inmemorial Xochiquetzal fue la inventora y protectora de esos oficios; mientras tanto se realizaba una danza con artesanos disfrazados de monos, perros y otros animales, cada uno de ellos llevaba en sus manos un ejemplo de lo que era su oficio. 13. Tepeilhuitl-hueypachtli-coailhuitl Fecha: 27 de octubre. Deidades: Todos los montes, Tlaloc, Chalchiuhtlicue. Sacrificio de niños, de cuatro hombres y una mujer que representaban a los montes principales de la cuenca del lago, los engalanaban con ricos paños.26 Al amanecer había una procesión de mujeres ricamente ataviadas. Sacerdotes y jóvenes bailaban delante de los que iban a ser sacrificados; vestían xicolli y faldellines pintados con manos abiertas y corazones, dando a entender que con ellos pedían buenas cosechas.27 Las faldas de las jóvenes llevaban pintadas tripas retorcidas que significaban el hambre o hartura que les esperaba. 14. Quecholli Fecha: 16 de noviembre. Deidades: Mixcoatl, Camaxtle, Coatlicue. 25
D. Durán, op. cit., vol. 1, p. 152. J. de Torquemada,op. cit., vol. 3, p. 402. 27 D. Durán, op. cit., vol. 1, p. 280. 26
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El cuarto día de la veintena castigaban a quienes no hacían autosacrificio, despojándolos de sus mantas.28 El quinto día se rememoraba a los guerreros muertos en batalla, en el patio de las casas ataban en una caña sus mantas, maxtlame, una rodela, flechas y un pajarito huitzitzilin que simbolizaba el Sol; al atardecer quemaban todo aquello en el cuauhxicalco.29 El décimo día Moctezuma otorgaba regalos y mantas a los cazadores osados y ligeros que le llevaban presas; regalaba la ropa que traía puesta y otra30al cazador más destacado, daba a cada uno según lo que había cazado. El último día de la veintena los calpixqui y los que hacían pulque ofrecían los esclavos; quienes antes de ser sacrificados quemaban sus pertenencias, los hombres su manta y su maxtlatl y las mujeres su petaquilla con los husos, malacates y greda con que hilaban, porque creían que las emplearían en el otro mundo. A las mujeres las sacrificaban en el templo de Coatlan y a los hombres en el de Tlamatzinco.31 Se concluía el trabajo agrícola y entonces se ordenaba la guerra, los guerreros aderezaban saetas y dardos, defendían las fronteras, se renovaban mojoneras y linderos.
15. Panquetzaliztli Fecha: 6 de diciembre. Deidades: Huitzilopochtli. Los señores regalaban el vestido a la escultura de huauhtli del dios, los jóvenes recogidos de los templos que portaban la litera de la deidad, vestían sus mantas de red y bragueros muy galanos. Procesión (ipaina Huitzilopochtli) por la ciudad de Tenochtitlan, enseguida procesión de sacerdotes y de las víctimas vestidas como dioses. Los mercaderes proporcionaban a los esclavos para el sacrificio en las ceremonias. El último día de la veintena distribuían muchas mantas y maxtlame en el calpulco. Los dueños de los esclavos obsequiaban mantas, bebida y cañas de humo a los señores, a los habitantes del barrio se les repartía comida.32 28
Idem. B. de Sahagún, Códice Florentino, op. cit., vol. 1, fol. 132. 30 Idem. 31 Ibid., fol. 136. 32 Ibid., fol 138. 29
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16. Atemoztli Fecha: 26 de diciembre. Deidades: Tlaloques, Tepictoton. Fiesta para pedir agua para la primavera. Los labradores hacían la ceremonia en su casa, algunos invitaban a los sacerdotes del templo del calpulli para que ofrendaran y actuaran como ministros sacrificadores. Elaboraban las imágenes de los tepictoton (montes) con pasta de tzoalli, les ofrendaban y al amanecer los sacrificaban con el tzotzopaztli,33 el madero para apretar el tejido. 17. Tititl Fecha: 15 de enero. Deidades: Ilamatecuhtli, Tona, Cozcamiauh. La ixiptla de Ilamatecuhtli era comprada por los calpixques. El día de la fiesta, todos los sacerdotes realizaban una danza vestidos con la indumentaria del dios que representaban. La mujer ixiptla iba vestida como la diosa y llevaba en la mano untzotzopaztli. Al atardecer, después del sacrificio de la víctima, un sacerdote ataviado con una manta de red llamada cuechintli, quemaba la troje de Ilamatecuhtli situada en un cruce de caminos.34 18. Izcalli Fecha: 23 de enero. Deidades: Xiuhtecuhtli, Ixcozauhqui. Hacían la estatua de Tota (el Fuego) de colotes atados, le ponían una máscara de chalchihuitl, un penacho de plumas de quetzal y la cubrían con una manta de plumas de papagayo que le llegaba hasta los pies. El último día de la veintena volvían a hacer la escultura del dios, le ponían una máscara de concha y la cubrían con una manta de plumas preciosas. Cada cuatro años se realizaba una ceremonia con sacrificio de muchos esclavos comprados por los señores que querían ver aumentado su prestigio y sus riquezas. El último día de la veintena los que habían de morir quemaban sus pertenencias en el calpulco. 33 34
B. de Sahagún, Historia general…, op. cit., vol. 1, p. 215. B. de Sahagún, Códice Florentino, op. cit., vol. 1, fol. 147.
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Moctezuma vestido con manta de plumas, como Huitzilopochtli. Códice Borbónico.
Después del sacrificio se realizaba una danza con los señores principales vestidos con un xicolli azul; Moctezuma dirigía la danza vestido con la indumentaria de Huitzilopochtli. En el calpulco perforaban las orejas de los niños; los padres de éstos regalaban a los padrinos una manta café o colorada, o un huipil, según fuera el caso. 35 Atalmacualiztli Deidades: Xochiquetzal. Esta fiesta se celebraba cada ocho años, en ella daban mantas a los mazateca valientes que en un rito tragaban víboras vivas. Toxiuh molpillia-Atadura de los años Dioses: Sol, Fuego. Se celebraba cada 52 años, generalmente durante la veintena de panquetzaliztli. La ceremonia tenía como fin la regeneración del Sol
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Ibid., fol. 153.
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Toxiuh Molpillia.Códice Borbónico.
y del fuego para evitar que la oscuridad se apoderara de la tierra y llegaran los demonios de la noche, los tzitzimime. Cuando las Pléyades llegaban al cenit sobre la ciudad de México, sacrificaban a un guerrero noble cautivo, encendiendo fuego sobre su pecho. Previamente en la ciudad y en los poblados en torno al lago se habían apagado todos los fuegos. Los sacerdotes que representaban a los dioses, ataviados como éstos, en procesión se dirigían al Huizachtepetl en busca del fuego nuevo, de allí lo conducían al templo de Huitzilopochtli y después a todos los templos y palacios. Los habitantes de la ciudad y de pueblos vecinos a su vez llevaban el fuego nuevo desde el templo de su calpulli a sus hogares. Al día siguiente, en cada casa renovaban los utensilios e instrumentos de trabajo y vestían ropas nuevas. 36 Así se iniciaba un nuevo ciclo.
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Michel Graulich, Fiestas de los pueblos indígenas. Ritos aztecas. Las fiestas de las veintenas, México, ini, 1999, p. 220.
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Los participantes en las fiestas de las veintenas
El tlatoani, los tlatoque, los pipiltin, los mercaderes ricos, los gremios de trabajadores y artesanos, quienes patrocinaban las ceremonias de las veintenas regalaban los atavíos nuevos a las imágenes; guardaban los anteriores en una caja y los tenían como reliquia dotados del poder que tenía la deidad. El o la ixiptla principal se ataviaba como la imagen de la deidad a quien era ofrecido; otros ixiptla se vestían con papel, que después del sacrificio se incineraba; los dueños de la víctima guardaban la indumentaria o cenizas como reliquia. Se creía que las pieles de las víctimas desolladas estaban dotadas de los poderes de Xipe; el tlatoani, en una danza, vestía la piel de un guerrero valiente con la creencia de que le transmitiría el valor y el coraje del ixiptla. Había procesiones de ixiptla vestidos como todos los dioses. Los niños ixiptla se vestían con mantas, maxtlame o huipilli, y todos los ornamentos de que se les rodeaba eran de color azul, que simbolizaba el agua de las fuentes, ríos, arroyos y de la laguna de México, porque eran ofrecidos a los dioses del agua. En la ceremonia principal de las veintenas, el gran sacerdote vestía como la deidad, en ocasiones portaba además una manta de red anudada. Había procesiones de sacerdotes vestidos como todos los dioses en tlacaxipehualiztli , hueytecuilhuitl , xocotlhuetzi , ochpaniztli , tititl y toxiuhmolpillia. En panquetzaliztli sacerdotes y ayudantes se vestían con mantas de red de diferentes colores y labores, haciendo exaltación de la guerra. Sacerdotes sacrificadores chachalmeca vestían mantas negras decoradas con huesos humanos cruzados, mantas tlacacualo o tlacaquachtli, que los relacionaba simbólicamente con los dioses de la muerte y del inframundo. En ceremonias importantes los sacerdotes principales lucían sus más ricos atavíos, plumajes y joyas, en ceremonias más sencillas vestían sus dalmáticas blancas o negras. El señor de Tenochtitlan se vestía a semejanza de Huitzilopochtli en tlacaxipehualiztli, en izcalli y en toxiuhmolpillia. Moctezuma, ricamente ataviado, iba al monte Tlaloc a ofrendar al dios de la lluvia, hacían lo mismo los señores de Tacuba, Tezcoco, Xochimilco y de otros poblados; llevaban mantas ricas, joyas, plumas, piedras y comida. Los dueños de los esclavos se presentaban ricamente ataviados en las ceremonias 75
de sacrificio. Los dueños de los cautivos (los guerreros) iban vestidos con sus plumajes, joyas e insignias militares y su manta de red de acuerdo con su jerarquía. Los saeteros se vestían como los dioses relacionados con la guerra para aspar a las víctimas en la ceremonia de hueytecuilhuitl. El tlatoani, los señores nobles y guerreros, ricamente ataviados, participaban en procesiones y danzas. Los novicios delcalmecac participaban en procesiones ataviados con sus mantas de red engalanadas, los mozos del telpochcalli participaban en procesiones, danzas, escaramuzas y juegos vestidos con sus mantas de red floja anudada. Las ofrendas de las jóvenes a Xipe se cubrían con mantas tlacacualo. La gente del pueblo participaba en procesiones y vigilias en los templos, en el adorno de templos e imágenes, en danzas, representaciones, juegos, farsas y escaramuzas, en cacerías y monterías en la veintena de quecholli; después de la vigilia y ceremonias de fin de un ciclo (toxiuh molpillia), vestian ropas nuevas.
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Las mantas de los sacerdotes ——•——
La jerarquía del gran número de sacerdotes se regía de acuerdo con ciertas premisas que iban desde los conocimientos del ceremonial y los rituales, hasta la probidad y vida ejemplar del aspirante, su carisma personal y aun el linaje al que pertenecía. Fray Bernardino de Sahagún en sus Primeros Memoriales mencionó treinta y ocho diferentes clases de sacerdotes, atendiendo a la deidad que servían y a las funciones que realizaban. En México Tenochtitlan dos sumos sacerdotes oficiaban en el Templo Mayor; uno llamado Quetzalcoatl Totec Tlamacazqui, oficiaba en el templo de Huitzilopochtli; el otro, el Tlaloc Tlamacazqui, lo hacía en el templo de Tlaloc. Estos dos elegían al sacerdote mayor, al Mexica Teohuatzin, a quien competía la vigilancia para que en todos los templos de los barrios, pueblos y del señorío se cumpliera el ritual de las ceremonias, también le incumbía la vigilancia de la estricta educación de los jóvenes del calmecac; le ayudaban en sus tareas otros dos sacerdotes: el Huiznahua Teohuatzin y el Tepanteohuatzin. El sacerdote mayor vestía cotidianamente una manta de fibras de ichtle con unas tiras de papel colgando que le llegaban debajo de la rodilla; otro pliego de papel le servía de capa y una borla de algodón prendida al pecho era insignia de su autoridad; sin embargo, de acuerdo con la deidad y la ceremonia en la que oficiaba lucía atuendos diferentes. Había seis sacerdotes sacrificadores, el principal de ellos tomaba el nombre de Topiltzin; adquiría este cargo por herencia, y él era quien 77
Sacerdotes sacrificadores. Códice Florentino.
daba muerte a las víctimas en el techcatl; en cada ceremonia tomaba el nombre del dios en cuyo honor se celebraba; para esa ocasión vestía una indumentaria colorada en forma de dalmática, adornada con una orla de flecos verdes y cubría su cabeza con un paño blanco. Los otros cinco sacerdotes sacrificadores, llamados chachalmeca, vestían xicolli blancos y mantas labradas en negro con huesos de muerto, llamadas tlacacualo. Un sacerdote estaba encargado de todos los cantores, otro llevaba el calendario de las ceremonias y fiestas, otro preparaba el papel y el copal para las ofrendas, uno más proveía las plumas y el plumón para los huastecos en las ceremonias de la veintena dedicada a Toci; el tlapizcatzin enseñaba los cantos dedicados a los dioses, varios sacerdotes preparaban lo necesario para las ceremonias en cada fiesta. Seis o siete sacerdotes actuaban en las ceremonias dedicadas a los dioses del vino, que se celebraban en la veintena de tepeilhuitl. El acolnahuacatl 78
Coyotinahual, deidad protectora de los amantecas, frente a los sacerdotes que portan mantas con alacranes, colotilmatli. Códice Florentino.
acolmiztli proveía la indumentaria para el tlatoani cuando ayunaba en la fiesta del Sol y en la veintena de quecholli, que eran ayunos solemnes. En los templos de los calpulli había un sacerdote, tlamacazque, encargado del culto de la deidad a quien estaba dedicado, le ayudaban los sacerdotes menores llamados tlamacazton; éstos vestían una manta de algodón blanca y se cubrían la cabeza con un paño negro. Acostumbraban teñirse el cuerpo de negro con una tinta hecha a base de hollín de ocote y llevaban el pelo largo y enmarañado. Por tradición se sabía que Mitl, señor de Teotihuacan tiempo atrás, había ordenado cómo debían vestirse los sacerdotes, consistía en unas túnicas talares sueltas de color negro y una especie de capa para cubrirse. Se dice que Quetzalcoatl, como sacerdote en Tula, vestía una manta blanca sembrada de cruces rojas. 1 Las mantas de los sacerdotes y de los señores
CÓDICE MAGLIABECHI Este documento pictográfico, elaborado en las primeras décadas del en el
siglo xvi, procede de algún lugar de habla náhuatl del Altiplano Central, su contenido es de carácter calendárico-religioso, en su segunda 1
Mariano Fernández de Echeverría Veytia, Historia Antigua de México, editorial Leyenda, 1944, vol. 4, p. 259.
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hoja lleva una anotación en lengua castellana, donde se lee: “Libro de la vida que los indios antiguamente hacían, y supersticiones y malos ritos que tenían y guardaban”.2 En su primera parte quedaron registradas 45 pictografías de tilmatli, que llevan la siguiente Introducción: Estas figuras y todas las siguientes hasta la octava hoja, son las mantas o vestidos que los indios usaban en las fiestas que en delante se dirán con todos los días que las tales fiestas traían de solemnidad —como nos[otros] las traen de octavarios.3
Las pictografías llevan una glosa en idioma castellano indicando el nombre de la manta, muchas veces confuso o equivocado, ya que los diseños de las mantas no corresponden con éste. El Códice Tudela o Códice del Museo de América , es llamado códice fraterno del anterior, porque ambos parecen provenir de una misma fuente; contiene 36 pictografías de tilmatli casi idénticas a las del Códice Magliabechi , pero a diferencia de aquéllas (salvo dos), no llevan la glosa que las identifica; sin embargo, la Introducción que las acompaña es más explícita, ya que indica que eran mantas dedicadas a los “demonios” y que los señores principales las vestían en las fiestas; dice así la Introdu cción: “Estas son las hechuras de las mantas dedicadas a los demonios y cada uno de los señores principales se las vestían en las fiestas que tenían en memo ria de los demonios a quienes eran dedicadas”. 4 Eran mantas usadas por sacerdotes en las fiestas y probablemente también se empleaban para cubrir los altares de los templos. Seleccionamos algunas de las pictografías del Códice Magliabechi cuyos diseños decorativos están relacionados con símbolos de alguna o algunas deidades. El número entre paréntesis corresponde al número con el que aparecen en el documento y entre corchetes el correspondiente en el Códice Tudela. 2
Códice Magliabechi, op. cit., fol. 1r. Ibid., fol. 2r. 4 Códice Tudela. Códice del Museo de América, José de la Orden Tudela, Madrid, Ediciones de la CulturaHispánica del Instituto de Cooperación Iberoamericana, 1980, p. 1. 3
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Mantas con símbolos de divinidades solares: Huitzilopochtli, Tonatiuh, Xochipilli, Macuilxochitl, Tlalchitonatiuh y Xolotl Tilmatl o manta tonatiuh o sol (2), [26]. La pictografía presenta una flor compuesta por cuatro flores y cuatro mariposas de color azul cortadas transversalmente, con un anillo de turquesas al centro y una franja con el símbolo de esa piedra; lleva una cenefa roja en el exterior y una de “ojos”, que semejan chalchihuitl. La mariposa es tal vez la que los mexica llamaron matlapapalotl, mariposa de turquesa. Las mariposas de colores brillantes simbolizaban las almas de los guerreros muertos en batalla, acompañantes del Sol desde el amanecer hasta el medio día. El Códice Florentino llama a estas mantas tonatiuhyo tilmatli tenixyo, manta con el sol, con borde de “ojos”. Manta de sol negro (30). La manta tiene un olin de color negro, simboliza a Tlalchitonatiuh, el Sol que penetra en la tierra, el Sol del ocaso. Seler indica que es el Ocelotonahtiuh, el Sol devorado por la noche;5 también es Tezcatlipoca, el Sol nocturno. En el Códice Tudela, la pictografía que corresponde a ésta tiene los colores azul y rojo; es el Sol de día que brilla y calienta, es Tonatiuh. Manta de humo o de cuero (39). Es probable que la glosa que indica el nombre de la manta esté equivocado; ésta lleva los símbolos del
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E. Seler, op. cit., vol. 1, p. 32.
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escudo de Xochipilli: tonallo, ilhuitl y papalotl; también está adornada con correas de cuero anudado, como la manta de Quetzalcoatl. Manta de un solo señor o de cinco rosas (22), [16]. La manta lleva el ilhuitl con los colores del tonallo: amarillo, verde, rojo y azul, que hacen referencia a los rumbos del universo; están sobre listas rojas y una gruesa franja en colores amarillo, verde y rojo. Es una manta propia de Macuilxochitl y de Xochipilli. Manta del águila (32), [26]. El ave simboliza al guerrero celeste, es decir, al Sol. En el Códice Florentino se las llama xaualquauhyo tilmatli, 82
mantas pintadas con la cara de águila. En elCódice Matritense se mencionan otras mantas con diseños semejantes: quauhpachpapa tlacyo tilmatli, mantas con el águila que vuela; quauhtzontecomayo tilmatli tenixyo, mantas con cabeza de águila y con una cenefa de “ojos estelares”; este tipo de mantas eran tributadas por los pueblos de Cuetaxtla y de Ocuilan; tal parece que eran pintadas y luego bordadas con plu83
mas. Losquauhuehueque, las águilas viejas (guerreros), en la ceremonia de recepción de los guerreros victoriosos, portaban las quauhtilmatli, mantas tejidas con plumas de águila, eran pues mantas propias de los guerreros. Mantas de Tezcatlipoca Son varias las mantas que llevan el diseño simbólico que identifica a Tezcatlipoca: elanahuac y el bezote curvo de concha. Estas mantas son: la tilmatl o manta teçacatl o beçote del diablo (4), [ 18 ]; la tilmatl o
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manta Tezcatlipoca o espejo humeador (6), [ 2 ], lleva el corazón de un sacrificado humanizado con ojos y dientes, el corazón está rodeado por ocho ojos estelares de color rojo. Manta del corazón del diablo o de enmoldar (9), [3]. Es una manta parecida a la anterior, salvo que el corazón es rojo con una franja amarilla; unidos a él lleva cuatro pequeños círculos: rojo, amarillo y azul, probablemente símbolo de los cuatro rumbos del universo; además tiene dos ojos estelares de color azul y rojo.
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Manta de siete parras (10), [4]; el nombre es confuso, sin embargo su diseño es el anahuac sostenido con una correa de cuero rojo, un moño amarillo (tal vez también de cuero) y dos medios corazones unidos a un ojo estelar. La manta de plumaje de culebra (17), [18]. Es semejante a la anterior, el anahuac aparece sobre tres franjas negras. Manta del beçote del diablo (24), [21]. Lleva el bezote curvo de concha dentro de un círculo rojo, está rodeado de una especie de guía vegetal de color azul, con cuatro flores estilizadas de las que brota un “pistilo”; éste es un diseño atípico. 86
Manta de Tezcanicuilu (25), [ 21]. Es una manta con tejido a cuadros, lleva al centro el anahuac y encima el bezote curvo de concha, dos símbolos emblemáticos de Tezcatlipoca. El anahuac y el bezote pudieron ser aplicaciones de concha sobre la tela; es decir, no formaban parte del tejido. Manta de ocelotl o tigre (28 y 31), [24, 21]. La primera de las mantas lleva estampadas las manchas de la piel del felino y el dibujo que forma el pelo sobre la columna vertebral. La segunda tiene como diseño la
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piel completa del ocelote, incluyendo cabeza, cola y garras. El ocelote era el animal emblemático de una de las órdenes militares, es probable que fueran mantas que el tlatoani obsequiaba a los guerreros valerosos. En otros contextos señalábamos que el ocelote era uno de los disfraces de Tezcatlipoca, deidad nocturna; las manchas de la piel representaban a las estrellas del firmamento. Mantas de otras deidades Ecacurcatl o Tezcat[l]epoca (7). Consideramos que la glosa está equivocada, ya que la manta lleva al centro el ehecacozcatl atado con tiras de cuero teñidas de rojo; tiene otras ocho tiras de cuero anudadas. Esos iconos eran propios del dios Ehecatl-Quetzalcoatl. En el Códice Matritense se describe como una manta leonada, es decir, tejida con algodón coyuchi, sembrada de flores de ecacozcatl, puestas de tres en tres y en medio de cada dos, dos trocitos de pluma blanca. El Códice Florentino las llama camopalecozcayo tilmatli tinexyo, es decir, manta de color naranja, con una orla de “ojos”. En el Códice Mendocino se dice que eran mantas exclusivas de señores y de caciques; la pictografía del folio 180 de este mismo documento presenta al tlacochcalcatl portando una manta semejante. Es la manta que usaba el tlatoani como representante de Quetzalcoatl y con la que vestían su cadáver en cuarto lugar, cuan-
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do moría. Haciendo gala de magnanimidad, Cihuacoatl Tlacaeletzin regaló mantas de esta clase a los señores conquistados de Cuetaxtla. Los pueblos de las provincias de Atlan y de Tuxpan tributaban este tipo de mantas. Tuxpan entregaba 80 mantas muy finas cada 80 días, que pudieron estar bordadas con pluma y tochomitl. Manta del aire (36), [30]. La manta presenta la característica máscara bucal roja del dios del viento Ehecatl con una enorme orejera; ocupan todo el campo de la manta volutas que semejan aire. Otra manta que lleva un diseño semejante es la de nonoalcatl (26), [22], de fondo rojo,
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teñida tal vez con grana; al centro tiene un disco de color azul en el icono de Tlaloc-Ehecatl. Tilmatl o manta de trecusis (8). El nombre es incorrecto, debería decir Tecuciztli; el caracol marino cortado longitudinalmente, símbolo de Tecuciztecatl, la Luna deificada, símbolo de generación, nacimiento y fertilidad; es la manta tecucizyo tilmatli del Códice Florentino. Los pueblos de la provincia de Tuxpan tributaban 120 mantas de este tipo
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cada 80 días; estaban tejidas con hilo teñido de grana y llevaban una doble cenefa de “ojos”. Los diseños de tres mantas (18, 20, 37), [8, 13], parecen corresponder a deidades del agua. La primera es una manta con gotas de hule, la glosa dice: manta de ataduras; el hule en general, en forma de gotas o líneas, era característico en la pintura facial y la indumentaria de los dioses del agua: Tlaloc y los tlaloques. La segunda manta: olpiyaque, lleva como diseño cordones de hule anudados; la tercera, la manta de
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agua (37), tiene un remolino de agua con caracolitos en las puntas; ésta se refiere tal vez al agua que corre sobre la superficie, de la cual Chalchiuhtlicue era patrona. La manta de fuego (34), [27]. Sobre un fondo de color blanco se dibujó una llama de fuego semejando una flor cuyo centro es rojo, el exterior anaranjado y las puntasa de las llamas de color azul; posiblemente era una manta utilizada por los sacerdotes de Xiuhtecuhtli. Manta de totequi (12), [6]. La manta de color blanco lleva los iconos simbólicos que caracterizan a Xipe Totec, Nuestro Señor Desollado:
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el rosetón rojo y blanco de papel con el yopitzontli (tocado cónico) al centro y las cuatro cintas en forma de cola de golondrina. La manta de cinco rosas (15) tiene un nombre equivocado; sólo presenta el rosetón de papel de Xipe. Dos mantas llevan como diseño iconos que las relaciona con Mixcoatl, la Serpiente de Nubes, deidad de los grupos chichimecas de las regiones áridas del norte; deidad de los cazadores. La manta de mizcoatl (13), [9]; lleva cinco cactus floridos; planta propia de esas regiones. La
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manta de conejo (35), [28]; tiene la figura del animal muerto colocado en forma vertical, tal como lo porta Mixcoatl en la lámina 13 de la obra de Durán. Una manta que usaban los sacerdotes del dios de la muerte, Mictlantecuhtli, es la que lleva el nombre mytlautecutl (5), [1]; al centro tiene la figura de un arácnido llamado pinahuiztle, anunciador de una mala nueva o de alguna ofensa; está rodeada por ocho ojos estelares; en los ángulos hay dos pequeños rectángulos paralelos, que tal vez
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indican la telaraña; en el Códice Tudela la pictografía lleva la siguiente anotación: “el que via avia de ser avergonzado según sus agüeros y por esto lo pintaban en las mantas para que la conociesen pinahuistle”. La manta de mariposa (43) tiene como diseño una mariposa blanca, con antenas rojas y un ojo estelar de color amarillo y rojo al centro; la mariposa blanca era símbolo de muerte, era la mictlanpapalotl, mariposa nocturna. Mantas con este diseño eran tributadas por los pueblos de la provincia de Cuetlaxtla. Manta de culebra (45), [5]. El diseño figura la piel de una serpiente con las escamas de color amarillo y café, está flanqueada por dos franjas, 95
una blanca y otra café. La serpiente evocaba muchas ideas: el agua que se arrastra como la serpiente, el falo masculino; a la diosa Coatlicue, la de la falda de serpientes; la serpiente era anuncio de enfermedades y males, de envidias y discordias, de pecados. Ometochtli era el nombre calendárico del dios del pulque; los múltiples dioses del pulque portaban una nariguera: yacameztli, en forma de media luna hecha de concha; la manta de conejo (14), [10]; lleva como diseño la nariguera que caracteriza a las deidades del pulque y a las lunares. 96
La manta oyoil con su cordel (41). tiene como diseño el oyohualli, ornamento de concha de caracol cortado longitudinalmente, de color rojo al centro; el cordel con que se cuelga es del mismo color. Este adorno lo portaban los dioses de la danza y el canto. Huehuecoyotl aparece en la lámina 2 del Códice Borbónico con este adorno, también lo porta Venus como Estrella Matutina. La manta del fuego del diablo (33), [31]; ocupa una lámina completa, se divide en diagonal por un guajolote sacrificado, el cuerpo del animal se encuentra atravesado por una caña de otate, está atado a ella por el cuello y las patas; las cuerdas llevan borlas de plumón blanco, que significan sacrificio. La mitad superior de la manta está pintada de azul, sobre ella aparecen ocho puntas de flecha que aluden a la guerra; la mitad inferior es de color negro y sobre ella están pintadas las llamas de un fuego ardiente de color anaranjado con puntas azules. Se conjetura que el diseño de la manta puede aludir a un sacrificio y al dios del fuego Xiuhtecuhtli, fuego previo a un combate.
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Simbolismo de los diseños decorativos ——•——
La vida toda del mexica estuvo inmersa en una imbricada red de símbolos, cuya antigüedad se pierde en épocas lejanas; éstos quedaron grabados en el inconsciente colectivo de la comunidad, conservados y transmitidos de generación en generación a través del lenguaje oral y visual, y mediante la socialización del individuo a través de su participación en ritos y ceremonias colectivas. La observación de los astros: la Luna, Venus, las estrellas y el movimiento diario y cíclico del Sol durante milenios llevó a los primeros astrólogos, sabios, sacerdotes o brujos a la conclusión de que ciertos fenómenos naturales coincidían con épocas de calor, de frío o de sequía, de lluvia, de humedad y de florecimiento de la vegetación, y que algunas de estas épocas coincidían con el apareamiento de los animales, de la migración de manadas y parvadas, de abundancia o de escasez de frutos, de vida y muerte de la naturaleza. Esos primeros observadores del cielo dieron inicio al germen de un pensamiento filosófico al inquirir sobre la infinitud del universo, del movimiento de los astros y de la sucesión del día y de la noche, de la existencia del hombre dentro del cosmos, en fin, del misterio de la vida y de la muerte. De la observación nocturna del cielo durante mucho tiempo advirtieron que sólo la Estrella Polar permanecía inmóvil en un solo punto y que las estrellas que formaban las constelaciones de la Osa Mayor, de la Osa Menor y de Casiopea giraban en torno a ella, entonces trazaron un eje imaginario desde la Estrella Polar y las estrellas 99
de esas constelaciones en sus distintas posiciones y obtuvieron como resultado una cruz similar a la esvástica, que al transcurrir de los años se transformó en el olin, símbolo de movimiento y de vida; enseguida relacionaron cada brazo de la cruz con un rumbo y advirtieron que éstos coincidían con los periodos de frío, de calor, de sequía y de humedad; así establecieron los rumbos del universo.1 Continuaron con las disquisiciones filosóficas, trazaron un eje vertical imaginario que unía el mundo superior con el inferior, en donde el punto de intersección correspondía al plano terrestre, cuyo centro lo ocupó el fuego deificado. La suma de las estrellas de esas constelaciones dio por resultado el número trece, al que sumaron las siete de la Osa Mayor; el resultado es el número 20, base del sistema calendárico adivinatorio. 2 Luego relacionaron rumbos cardinales con deidades, colores, aves, árboles y vientos, lo que concluyó en miles decombinaciones con características y propiedades diferentes. Cada rumbo se relacionó con un portador de año y con cinco de los veinte signos de los días; cada año y cada día determinaron el destino del hombre, de esta manera el tonalamatl, el calendario adivinatorio, rigió plenamente la vida de los indígenas mesoamericanos, incluyendo a los mexica. En el oriente señoreaba Venus-Quetzalcoatl bajo la advocación de Tlahuizcalpantecuhtli, la Estrella Matutina. Los dioses del agua y de la vegetación moraban en ese rumbo, imaginaban que allí se encontraba el Tlalocan, lugar fértil y de abundancia. Su color era el rojo, evocaba el amanecer cuando el Sol con sus rayos enrojece el horizonte; el verde-azul también se relacionaba con el oriente. El quetzal y la ceiba o pochote eran propios de este rumbo. El norte estaba regido por Mictlantecuhtli, Tezcatlipoca negro y Mixcoatl; dioses del inframundo y de la oscuridad; lugar frío, seco y estéril, de guerra y de muerte. El negro o el blanco eran sus colores, así como el águila y el mezquite. En el oeste las viejas diosas terrestres: Cihuacoatl, Itzpapalotl y Venus como Estrella Vespertina eran las guardianas del rumbo. Sus 1
Zelia Nuttal, The Fundamental Principles of Old and New World Civilization. A Comparative Research on a Study on the Ancient Mexican Religious Sociological Calendary Systems, Nueva York, Peabody Museum, 1901, p. 1. 2 Ibid., p. 15.
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colores eran el blanco o el amarillo. La guacamaya roja y el ahuejote le eran propios. Dioses solares regían el rumbo del sur: Huitzilopochtli, Xochipilli y Macuilxochitl. Se concebía este rumbo como una dirección de fuego, de calor y de luz, árido, abrasado por el Sol de medio día. El azul, el colibrí y el árbol de cacao lo caracterizaban. Numerosos mitos cosmogónicos y antropogénicos alimentaron este conjunto de antiguas creencias que heredó el pueblo mexica. Al final del siglo xv las creencias religiosas se habían convertido en una mezcla de ideas y prácticas de múltiples cultos y tradiciones de grupos de diferente filiación étnica. Deificaron los astros, los dioses se desdoblaron y aparecieron con nombres, personalidades, atributos y funciones distintas, pero acordes al tiempo y al ámbito en el que actuaban. Lo mismo ocurría con los colores, que evocaban una infinidad de significados simbólicos, según el contexto en el que se manifestaban; como indica Alfredo López Austin (1983) se presentaban casos en que un conjunto de dioses se concebía como una divinidad unitaria y, por el contrario, una sola deidad podía desdoblase y aparecer con los atributos y funciones de varios dioses en determinadas situaciones. Señala Jacques Soustelle que: lo que caracteriza al pensamiento cosmológico mexicano es precisamente la ligazón de imágenes tradicionalmente asociadas. El mundo [náhuatl] es un sistema de símbolos que se reflejan los unos a los otros: colores, tiempo, espacios orientados, astros, dioses y fenómenos históricos.3
Renglones adelante añade: “la lengua náhuatl [es] instrumento de transmisión de asociaciones tradicionales de enjambres de imágenes cargadas de significación más que intelectual”. 4 Es decir, las palabras en lengua náhuatl llevaban un cúmulo de significados simbólicos que dependían del tiempo, el lugar, la forma y quién las pronunciaba. Tomando en consideración esta aseveración tendríamos como ejemplo la imagen de la concha del ca racol marino: teciztli que 3 4
Jacques Soustelle, El universo de los aztecas, México, fce/crea, 1982, p. 97. Ibid., p. 97.
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dependiendo del contexto en que se presentara evocaba la Luna: Tecuciztecatl, el crecimiento, la muerte y la resurrección, la matriz femenina, el nacimiento y generación; el agua y la humedad, los dioses del vino, etcétera. La gama de significados que se asociaban con diversos elementos de ninguna manera eran ideas aisladas, sino que presentaban una unidad dentro del pensamiento mexica. 5 Símbolos en los sellos o pintaderas
Escasos son los restos de textiles prehispánicos que por sus colores o motivos decorativos nos podrían acercar al ámbito de su simbolismo o función social, sin embargo quedan los sellos o pintaderas usados por los artesanos mexica como testigos mudos de los motivos decorativos que estamparon en la cerámica, el papel, la piel, los textiles y aun en el cuerpo humano; diseños algunos simplemente decorativos y otros, un complejo de símbolos visuales con profunda significación. La pintaderas son de muy antigua existencia, se encuentran en el periodo Preclásico (1100 a.C.-200d.C.) en Tlatilco y en Los Remedios, en el Valle de México; en vestigios de la cultura olmeca, en Teotihuacan y en Monte Albán en la época IV; lo que indica que probablemente desde tiempos remotos los sellos se usaban para decorar diversos materiales y probablemente textiles. Al investigador Jorge Enciso le debemos una clasificación de los diseños que aparecen en los sellos.6 De éstos, los ángulos o chevrones aparecen en los adornos de papel de buen número de deidades: Tlaloc, Xiuhtecuhtli, Cihuacoatl. Según Alfonso Caso son símbolos de guerra. Algunos investigadores han interpretado los círculos concéntricos y las espirales como símbolos del viento y del remolino, de las nubes, del humo, del aliento, del germen de la vida y de la potencia creadora. 7
Adrián Velázquez, El simbolismo de los objetos de concha encont rados en las ofrendas del Templo Mayor de Tenochtitlan, México, inah / Muse Nacional de las Culturas, 2000, p. 237. 6 Jorge Enciso, Sellos en el México antiguo. México, ed. del autor, 1947, p. XIV. 7 Ricardo Gómez, Significado esotérico de algunos símbolos nahuas, México, Monografías del Museo Nacional de México-sep, 1925, p. 9, 12, 14. 5
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Los motivos geométricos han persistido hasta la actualidad en los textiles elaborados por indígenas de muchas partes de Mesoamérica, y conservan en algunos casos su significado simbólico. El xicalcoliuhqui o greca escalonada y sus variantes significan para Beyer belleza, alegría y abundancia, la greca se deriva de la estilización de la serpiente celeste, un símbolo de Quetzalcoatl. 8 De acuerdo con el contexto en que aparecen pueden adquirir múltiples significados: las nubes, la serpiente, el remolino, el ciclón; es9 el motivo decorativo característico del arte indígena mesoamericano. Sin embargo muchos dioses lo llevan en sus tocados: T ezcatlipoca, Yacatecuhtli, Xochiquetzal y Chantico, entre otros. Cruces y sus variantes, la cruz de cuatro brazos hacía referencia a los cuatro rumbos de universo. La cruz blanca era uno de los símbolos de Quetzalcoatl. Ganchos, el xonecuilli era otro símbolo de Quetzalcoatl y de la constelación de la Osa Mayor. El gancho doble representaba el ilhuitl,
Xicalcoliuhqui.
Xonecuilli. 8
Hermann Beyer, “El srcen, desarrollo y significado de la greca escalonada”, México Antiguo, México, Sociedad Alemana Mexicanista, t. X, 1965, p. 70. 9 Miguel Covarrubias, Arte indígena y Centroamérica, México, unam, 1961, p. 174.
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símbolo de día, de fiesta, de sol; lo portaban en su indumentaria los dioses de la danza, la música, el canto y de las artes: Xochipilli y Macuilxochitl. Triángulos y sus variantes. El olin era símbolo de movimiento, de vida y del tiempo. Aparece en el tocado de Tlaloc desde tiempos antiguos. La espiral evocaba el principio de la vida que nacía de las aguas, pero también se asociaba al humo, a las nubes, al remolino, a lo que no tiene fin, a lo que transcurre sin detenerse. Algunos motivos de la fauna que aparecen en los sellos, son los siguientes: el caracol y sus variantes, la concha del caracol marino simbolizaba la vulva femenina, el srce n, el nacimiento, la femineidad, la procreación, la fertilidad. La concha dividida transversalmente a la mitad era el ehecacozcatl, el pectoral de Quetzalcoatl. El corte longitudinal de la concha era símbolo de la Luna y de los dioses del pulque. En el Códice Magliabechi aparece una manta con el nombre de ecacozcatl tilmatl cuyo diseño es un caracol cortado longitudinalmente. Las arañas se relacionaban con las deidades nocturnas, con los brujos, con actos de maldad y hechicería y con las faltas a la moral. El escorpión se asociaba con la constelación del mismo nombre; lo ardiente y picante. La manta número 5 en el Códice Magliabechi lleva como diseño un arácnido y se llama manta de Mictlanteutl. La serpiente se vinculaba con actos de maldad, pero también simbolizaba el falo masculino y por lo tanto era un símbolo generador de vida; se asociaba con el agua que corre y se desliza: el agua de ríos y arroyos. La serpiente de dos cabezas era el símbolo del anillo que abrazaba al mundo. La serpiente emplumada evocaba a Quetzalcoatl, la lluvia, la tempestad, la fertilidad y la abundancia. Las mariposas amarillas y rojas representaban el fuego, símbolo del dios Xiuhtecuhtli; era uno de los adornos de Xochiquetzal y de Xochipilli, dioses solares que evocaban las flores, la fecundidad; en cambio las mariposas blancas recordaban el alma de los guerreros muertos y las mariposas negras se relacionaban con los dioses de la muerte. En el Códice Magliabechi aparece una manta con una mariposa
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Mariposa.
blanca, se llama yztapapalo tilmatli , manta con mariposa blanca; era propia de los sacerdotes de la casa de las águilas. El cocodrilo era el símbolo de la diosa de la tierra, de principio, creación y de nacimiento; en los códices la piel del animal hacía referencia al huey altepetl, señorío o ciudad. El águila era un símbolo solar y de los guerreros. La pluma del águila era una metáfora de la guerra. La garra del águila simbolizaba la fuerza de las diosas guerreras Chantico de Xochimilco y Cihuacoatl de Tlahuac. El águila de doble evocaba la dualidad en elluchó pensamiento filosófico náhuatl; el cabeza monstruo de doble cabeza que con los hermanos que se convirtieron en Sol y Luna. Es un motivo que aparece en los textiles arqueológicos de varios sitios de Oaxaca: San José de las Ánimas y la cueva de Ejutla, y en el huipil de Chilapa, Guerrero. El colibrí era el ave nagual de Huitzilopochtli, rápido y veloz como la avecilla. Símbolo de la luz solar, del alma de los guerreros muertos en batalla o en el techcatl. El jaguar era uno de los disfraces de Tezcatlipoca y su nagual; su piel manchada simbolizaba el cielo estrellado; su rugido, el trueno. Evocaba fuerza, ferocidad y valentía. Dos mantas del Códice Magliabechi llevan este diseño: las números 28 y 31. El perro se asociaba con el inframundo y la muerte, con el dios Mictlantecuhtli, así como con el rayo que baja del cielo. El mono representaba la voluptuosidad, el amor sexual y el pecado. Se asociaba a la alegría y al juego, a la danza y a la música; a las diver105
siones, al placer y a las artes; el oyohualli era uno de sus adornos, la manta con el número 41 del Códice Magliabechi presenta este motivo. El conejo era símbolo de la inestabilidad y de lo cambiante, de la Luna y de los dioses del pulque. El venado evocaba la ligereza, la rapidez, la timidez, el fuego, la sequía, las áridas estepas del norte. El venado de doble cabeza era el nagual de Cihuacoatl, diosa de Tlahuac y de Mizquic. La lechuza anunciaba la muerte, las enfermedades y males en general, se relacionaba con la brujería. El quetzal significaba la belleza, lo fino y delicado. Los adornos y plumas del quetzal estaban asociados a linajes de gobernantes. Sus plumas verdes eran metáfora de fertilidad, abundancia y riqueza, las mantas elaboradas con plumas de esta ave eran exclusivas de Huitzilopochtli y del tlatoani como su representante. Los animales en el imaginario mexica adquirieron múltiples significados simbólicos según el espacio y el tiempo en que se presentaban; podían ser el nagual de alguna deidad, portadores de años, nombres de días, moradores de un rumbo del universo, habitantes de la bóveda celeste, etcétera. Entre los motivos florales Jorge Enciso señala los siguientes: las flores acuáticas, las de cuatro pétalos, las cactáceas, las calabazas, las guías, la planta del maíz y la mazorca. La flor en general era un elemento básico en la comunicación visual simbólica; era un símbolo polisémico que denotaba lo precioso, el poder, la palabra florida, es decir, la poesía, la vida-muerte. Era el signo de la diosa Xochiquetzal, de los artesanos, pintores, tejedoras, tintoreras y tlacuiloque. En Teotihuacan la cueva, corazón de la tierra, se representa como una flor. La flor también simbolizaba el canto, la palabra, la poesía, la música, el amor, el juego, el Sol y la danza.10 Era símbolo de nobleza y dignidad. Las flores acuáticas aparecen en la indumentaria y escudos de algunas deidades relacionadas con el agua y la lluvia: Chalchiuhtlicue,
10
Doris Heyden, Mitología y simbolismo de la flora en el México prehispánico, México, , 1985, pp. 12-109.
unam
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Flor.
Atlatonan y Atlahua. Evocan el paraíso acuático, el Tlalocan, lugar de eterna frescura y fertilidad. Las flores de cuatro pétalos simbolizaban los cuatro rumbos cardinales o bien el quincunce: los cuatro rumbos y el centro. Las cactáceas rememoraban las estepas áridas del norte, se relacionaban con Mixcoatl y los chichimecas de esas regiones, la manta número 13 del Códice Magliabechi lleva como motivo decorativo unos cactos y se nombra: “manta de Mixcoatl”. Plantas de maíz y mazorcas aparecen como aditamentos de las deidades de la agricultura: Chicomecoatl, Xilonen, Cinteotl. Se relacionaban idealmente con la abundancia, la alimentación y la riqueza. Chimalxochitl, el girasol era símbolo de guerra, aparece en los escudos de las diosas Cihuacoatl, Tlaltecuhtli, Atlatonan y en los de Tlaloc, Huitzilopochtli y Opochtli. Cacaloxochitl, la flor del cuervo, en la veintena de tlaxochimaco era exclusiva de los señores como símbolo de realeza. Los ramos de flores simbolizaban posición política y social. Identificaban a los cobradores de tributos. Otros diseños portadores de símbolos
El agua y el fuego representaban el atl-chinolli, la guerra. El corazón era símbolo de sacrificio humano y alimento de los dioses. El ojo simbolizaba las estrellas. Los cráneos y huesos humanos 107
evocaban la muerte, la guerra, la catástrofe o calamidad, aparecen como diseños en las mantas de Mictlantecuhtli y Tezcatlipoca. Las manos simbolizaban la justicia y el poder. Las huellas de los pies, el camino, la migración y el movimiento. La ceiba era símbolo de soberanía, de sabiduría, de protección, de poder, de majestad. El tule era la esencia del dios supremo, del poder del gobernante, de la metrópoli. El tular evocaba el lugar de creación, de srcen y de la ciudad. El chalchíhuitl se refería a lo precioso, lo bello, lo rico, lo apreciado. El plumón blanco evocaba el sacrificio humano. El excremento aludía al pecado, pecado sexual, a la inmundicia y la miseria, los palos y piedras representaban castigo a los transgresores de conductas morales. El tazón con sangre y corazones se refería al sacrificio humano y al alimento de los dioses, mientras que el tazón con semillas y mazorcas significaba alimento, abundancia, riqueza.
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Las mantas de los señores tlatoque y tecutlatoque ——•——
Durante el señorío de los tres primeros tlatoque: Acamapichtli, Huitzilihuitl y Chimalpopoca los mexica estuvieron sometidos al señor tepaneca de Azcapozalco; si bien ayudaron a Cuauhtlatoa, tlatoani del lugar, en las conquistas y sujeción de algunos pueblos ribereños: Mizquic, Xochimilco y Cuitlahuac, y de otros tramontanos como Cuernavaca, el usufructo de esas conquistas no benefició directamente al pueblo mexica. Para esa época los Anales de Cuauhtitlan registraron que el mexica era un pueblo pobre, pues entonces “no se poseía el material, ni el arte de las hermosas mantas, solamente usaban el vestido que hoy se llama ayatl.”1 Desde esa temprana época los gobernantes tenochca se preocuparon por agrandar el terreno de la incipiente ciudad y de resolver los problemas que la afectaban. Después de la derrota de Azcapozalco (1427-1433) Itzcoatl, Nezahualcoyotl, señor de Tezcoco, y Totoquihuaztli, señor de Tacuba, fundaron la Triple Alianza, con ello se estableció un nuevo orden geopolítico en la cuenca del lago. Iniciaron una serie de conquistas que se tradujeron en el sometimiento y vasallaje de pueblos y en el cobro del tributo; gracias a esto empezaron a llegar a Tenochtitlan materias primas de lugares lejanos: algodón, finos textiles, artículos de lujo y de ornato, plumas, pieles, piedras finas; productos alimenticios: maíz, frijol, huauhtli, chía, pescado, aves, miel y artículos manufacturados. 1
Códice Chimalpopoca: Anales de Cuauhtitlan y Leyenda de los Soles, traducción del náhuatl de Primo Feliciano Velázquez, México, unam, iih, 1975, p. 66.
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Durante su señorío Huehue Moctezuma (1440-1479) consolidó las posiciones conquistadas por sus antecesores y logró que el señorío alcanzara una amplia extensión que comprendió los valles centrales de Oaxaca, los de la cuenca alta del río de las Balsas, los pueblos del centro y norte de Veracruz y los pueblos otomianos de los actuales estados de Hidalgo y Querétaro. Probablemente desde aquella época se inició la participación de los pochteca como espías en tierras enemigas, que actuaban como avanzada en los ejércitos de la Triple Alianza. El tributo y el comercio se incrementaron, lo que redundó en que las arcas del tlatoani rebosaran de bienes; sin embargo, los dos grandes problemas de la ciudad continuaban latentes, por un lado las inundaciones en tiempos de lluvias y por otro la falta de agua dulce. Convertido en poderoso señor, Huehue Moctezuma, aconsejado por su coadjutor Cihuacoatl Tlacaelel, dictó una serie de ordenanzas en relación con el uso de la indumentaria:
Noble que porta varias mantas. Códice Tepetlaoztoc.
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Macehuales. Códice Mendocino.
Se determinó que sólo el rey pudiese traer las mantas galanas de labores y pintadas de algodón e hilo de diversos colores y plumerías, doradas o labradas con diversas labores y pinturas [...] y usar las mantas que él quisiese. Y los grandes señores que eran hasta doce, las mantas de tal y cual labor y hechura, y las de menos valía, como hubiesen hecho tal o cual valentía o hazaña.2
También se reglamentó la indumentaria de los guerreros de acuerdo con las hazañas realizadas en los combates y la de la gente del pueblo; los macehualtin no podían usar mantas de algodón, sólo de ichtle y el largo de ellas debía llegar a la rodilla y no más abajo, so pena de vida. A partir de esta época la indumentaria marcó una clara diferencia en los estratos de la sociedad mexica; fue un indicador de prestigio, estatus y pertenencia a un grupo social. Se institucionalizó el protocolo para el uso de las mantas. Los grandes señores que iban a negociar con Huehue Moctezuma, al llegar a su presencia, cubrían las mantas que denotaban su estatus y dignidad con otras de tejido burdo y, sin levantar la vista, le hablaban con humildad. Cuauhpopoca, señor de Nautla y Tuxpan: “venía ricamente vestido en unas andas; al llegar al palacio bajó de ellas y cambió sus ropas por otras menos vistosas y se descalzó para hablar con el tlatoani.”3 2 3
D. Durán, op. cit., vol. 2, p. 211. Cervantes de Salazar, Crónica de la Nueva España, México Porrúa, 1985, vol. 2, p. 84.
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Los textiles más finos, realizados con materias primas de calidad y técnicas de tejido y decorado exclusivos estuvieron reservados para los dioses y para el tlatoani. Relata fray Bernardino de Sahagún que el vestido que ordinariamente usaba el señor en el palacio, y que a ninguno de sus vasallos se permitía usar, era laxiuhtilmatli tenixio o manta de color azul con cenefa de “ojos”, metáfora de la bóveda celeste que cubría al representante de Huitzilopochtli en la tierra, o laxiutlalpilli tenixio, la manta de ichtle de color azul anudada, con borde de “ojos”. Cuando iba al templo vestía una manta blanca y con otra se cubría la cabeza, cuando asistía a actos públicos la manta era según las circunstancias; de tal manera que una era cuando actuaba en los tribunales como juez, otra u otras cuando entregaba estímulos o inauguraba una obra pública, otras 4 para las fiestas y regocijos y otras en los rituales religiosos. Cihuacoatl Tlacaeltzin era la única persona que gozaba de los privilegios exclusivos del tlatoani; de manera cotidiana portaba una manta que le llegaba hasta el tobillo, blanca por encima y negra por debajo, pero en la ceremonia de estreno del cuauhxicalli, con el sacrificio de los prisioneros de Oaxaca y Coixtlahuaca, vistió igual que Moctezuma: la manta y maxtlatl xiuhtlalpilli.5 Se decía que Moctezuma Xocoyotzin (1502-1519) cada día mudaba de vestido y de adornos; las mantas que una vez se ponía no las volvía a usar, las guardaba para darlas como regalo a otros señores. Por el ambiente húmedo de la ciudad, mientras estaba presente sacaban todo su vestuario al Sol: las mantas llamadas coaxacayo con caras de serpiente, las tlauhtonatiuhyo resplandecientes como el Sol, las xiuhtlalpilli de tejido anudado de color azul y con turquesas, sus maxtlame de diversas maneras y sus adornos de plumas; las mantas llamadas tlacalhuaztilmatli que usaba cuando iba a sus huertas y jardines, que eran como quitasol, y las mantas que servían como tapices y que colocaban cuando caminaba, pues nunca posaba un pie en la tierra. 6 Durante los gobiernos de Axayacatl y Tizoc los ejércitos aliados siguieron anexando pueblos al dominio del señorío tripartito. El po4
F. AlvaradoTezozomoc,op. cit., 1987, p. 151. Ibid., p. 339. 6 Ibid., p. 350. 5
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derío mexica se hacía manifiesto en las grandes construcciones de edificios, templos y estatuaria, como el cuauhxicalli llamado Piedra del Sol, las efigies de los tlatoque en Chapultepec, el cuauhxicalli y el nuevo agrandamiento del templo de Huitzilopochtli; las ceremonias de inauguración de éstos revistieron un gran esplendor, así como las de coronación de esos gobernantes; la espectacularidad en las ceremonias llegó a su punto máximo durante el gobierno de Moctezuma Xocoyotzin. Elección y consagración del tlatoani Cuando moría el tlatoani de Tenochtitlan, se reunían los señores de Tezcoco, de Tacuba, los tecutlatoque de pueblos importantes y los sacerdotes principales para elegir al sucesor; el candidato debía reunir una serie de cualidades entre las que estaban haber demostrado ser valiente en las batallas, penitente y observante de los rituales religiosos, además de pertenecer al linaje real. Una vez que habían llegado a una decisión, con gran ceremonial, esos personajes se presentaban en la casa del elegido para comunicarle la noticia. Luego, encerrado en una habitación y cubierto con una manta azul, el elegido ayunaba cuatro días, al cabo de los cuales la comitiva iba por él; flanqueado por dos señores de muy alta jerarquía, vestidos con mantas que denotaban su cargo, lo conducían al templo de Huitzilopochtli; lo seguían los señores de Tezcoco y de Tacuba, los sacerdotes principales y otros muchos de menor categoría. Llegados al templo de Huitzilopochtli el sacerdote mayor le pintaba el cuerpo con tinta negra de hollín y lo rociaba con un agua “bendita”; luego lo vestía con el atuendo con el que los sacerdotes solían ofrecer incienso a los dioses, esto es, un xicolli color verde oscuro, con huesos de muerto y calaveras pintadas; enseguida le cubría la cabeza con tres mantas: una verde, otra negra y otra azul que llevaban pintados huesos de muerto y calaveras, iconos que lo obligaban a reflexionar sobre su vida efímera y sobre la muerte. La ceremonia, de acuerdo con Guilhem Olivier (2004) simbolizaba la muerte ritual del aspirante, su viaje al inframundo y su resurrección como representante divino de Huitzilopochtli y de otros dioses en la tierra. Luego en una mano le ponían la taleguilla con copal, en la otra un incensario y a la espalda un calabazo con picietl. Así, vestido 113
como sacerdote sahumaba la efigie de Huitzilopochtli; luego frente a un gran fogón, símbolo de Xiuhtecuhtli, atento y sumiso escuchaba la arenga del sacerdote mayor que lo exhortaba a ser valiente en la guerra, a extender más los dominios del señorío, ser buen gobernante y no olvidar sus obligaciones con los dioses. Acabada la arenga quedaba consagrado y juraba cumplir con sus deberes de gobernante. Al término de la ceremonia los señores y el pueblo rendían obediencia al nuevo señor; los primeros le presentaban numerosos regalos: joyas, mantas finas y otras semejantes a las usadas en la ceremonia como muestra de acatamiento.7 En la misma ceremonia se confirmaba a otrostecutlatoque de poblaciones sujetas o vecinas; los atavíos que portaban eran mantas negras pintadas con huesos de muerto, 8 que recordaban su existencia pasajera sobre la tierra. El señor electo tenía preparado un buen número de mantas comunes para obsequiar a los invitados en el convite: quachtli, otras de diversas labores y las tejidas con tochomitl o con plumas conocidas como “sombra de reyes”, porque sólo a éstos era lícito usarlas; además de joyas, plumaria y otros bienes. Conforme se extendía el señorío, las ceremonias de investidura del tlatoani se tornaban más complicadas y costosas; por lo general duraban cuatro días, los gastos que implicaban se solventaban con los tributos provenientes de diversas regiones del señorío y con los obsequios de señores de poblaciones amigas. En los días que duraba la fiesta, eltlatoani usaba ese excedente acumulado para distribuirlo a ciertos sectores de la población y aun a los macehuales. En tiempos de Ahuizotl, se invitó a su coronación a los señores enemigos de Cholula, Yopitzingo, Tlaxcala, Meztitlan y de la Huasteca, se les obsequió con riquísimas mantas y bragueros, armas y rodelas, un cuero de tigre y otro de puma. Para la inauguración del templo de Huitzilopochtli se remozó la ciudad, se labró la efigie de Coyolxauhqui; entonces se exigieron tributos extraordinarios y mano de obra a los pueblos ribereños. A este acontecimiento asistieron numerosos invitados: señores de pueblos amigos y enemigos, a los que 7 8
F. Hernández, op. cit., pp. 45-47. B. de Sahagún, Historia general…, op. cit., vol. 2, p. 322.
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el tlatoani obsequió y agasajó con mantas ricas, a los oficiales y artesanos que habían trabajado en esos quehaceres dio mantas, ceñidores y maíz. Para la coronación de Moctezuma Xocoyotzin también se invitó a los señores de pueblos enemigos: Mexicatzin de Tlaxcala; Huejotzingo y Cholula enviaron mantas de ichtle, maxtlame, cotaras, plumas corrientes y un arco; los señores de Meztitlan y Cotaxtla obsequiaron vestimentas propias de esos lugares, una especie de capisayos labrados y canutillos de oro de baja calidad. Michoacán mandó mantas que llamaban tzanaton y unos vestidos como capas de clérigo; los de Yopitzingo enviaron cueros de ocelote curtidos. Moctezuma correspondió obsequiando mantas del más alto valor, las llamadas xahualcuauhyo, otras llamadas ocelotilmatli, las llamadas itzcoayo y mantas de red de diversas maneras y labores.9 Cuando el tlatoani declaraba la guerra a un poblado enemigo o rebelado, o llevaba sus huestes a otras tierras con el fin de extender el señorío, al regresar hacía una gran fiesta en honor de Huitzilopochtli, en la que se sacrificaba a los prisioneros de guerra y luego recompensaba a los soldados que se habían destacado en la batalla con mantas y maxtlame especiales, y concedía el permiso para usarlos. 10 Si el señor de México cautivaba a alguno con sus propias manos, despachaba de inmediato a sus mensajeros que corriesen la voz que había aprehendido a alguno; los tecutlatoque de todos los señoríos lo felicitaban y le enviaban algunos presentes: mantas propias de sus pueblos, piedras, plumas finas, pieles, etc. Así también pedía a los mensajeros que le llevaran de su palacio las mejores joyas y vestidos que tenía; aderezaban al cautivo con esas prendas y lo llevaban en unas andas hasta el palacio; allí los sacerdotes y principales señores lo recibían con música y aclamaciones. El día del sacrificio del cautivo, lo vestían con las insignias del Sol; a partir de ese momento el señor podía ataviarse con mantas finas y preciadas, usar joyas de oro, especialmente en las fiestas y en las guerras.
9
F. Alvarado Tezozomoc,op. cit., pp. 417-418. B. de Sahagún, Historia general…, op. cit., vol. 2, p. 325.
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Porque tenían por costumbre que ni los señores, ni sus hijos se podían poner joyas de oro, ni de plata, ni mantas ricas de labores, ni pintadas, ni adornos de pluma en la cabeza hasta que hubiesen demostrado su valor matando o prendiendo a alguno por su propia mano en la batalla.11
Exequias del tlatoani A la muerte del tlatoani, colocaban el cadáver sobre una estera, lo velaban durante cuatro días y cuatro noches, lavaban el cuerpo y le cortaban una guedeja de pelo que guardaban, pues se creía que en ella permanecía parte del tonalli del individuo. Mientras tanto, habían llegado los señores invitados a las exequias; éstos se presentaban vestidos con rica indume ntaria, llevando numerosos presentes de mantas finas, plumas verdes, armas y algunos esclavos. Los invitados colocaban un chalchihuitl en la boca del difunto y procedían a amortajarlo con diecisiete o veinte mantas de algo dón con los tejidos más exquisitos; la última de estas mantas llevaba tejida la imagen de Huitzilopoc htli, de Tezcatlipoca o de o tra deidad de la cual hubiera sido devoto el señor, o en cuyo templo reposarían sus cenizas; lo adornaban con multitud de joyas y en la cara le ponían una máscara. 12 Enseguida colocaban el cuerp o en el patio de la casa, sobre un montón de leña a la que prendían fuego; incineraban con él todos sus vestidos, ornamentos y armas, al mismo tiempo ib an sacrificando a los esclavos, quienes llevaban sus mantas nuevas y otras más que creían servirían a su amo en el más allá, lugar de frío y de tinieblas. Los vestidos de las mujeres sacrifica das los incineraban en otra ceremonia ocho días después. Recogían las cenizas del cuerpo del tlatoani y las depositaban en una olla o en una caja de piedra que colocaban en un aposento especial del palacio. Luego elaboraban una escultura en posición sedente con un gran número de mantas, semejando el cuerpo del tlatoani; la última de esas mantas era la xiuhtlalpilli tenixio, es decir la manta de red de color azul con “ojos” en la orilla y una piedra fina en el cruce de los hilos; al bulto efigie se le ponía una máscara y se incineraba a lo s cuatro días; a los ocho y a los 11 12
J. de Torquemada,op. cit., pp. 327-328. F. Hernández, op. cit., pp. 52-53.
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Preparación e incineración de un bulto funerario. Códice Florentino.
ochenta días llevaban ofrendas al lugar donde se había incinerado el cuerpo y sacrificaban algunos esclavos. Relata Tezozomoc que a la muerte de Axayacatl (1469-1481) vistieron su cuerpo con la manta llamada ocotentehuitl, manta encendida y alumbradora como el ocote y lo cobijaron con otra que llamaban netlaquentiloni , con la figura de Huitzilopochtli; luego le pusieron el ayauhxicolli, vestimenta propia de Tlaloc; el tercer vestido fue la manta yohualahua exclusiva de Xipe Totec, y la cuarta fue una manta blanca sembrada de cruces rojas, propia de Quetzalcoatl; finalmente lo vistieron con una pequeña manta llamada papalotilmatli, que identifi117
Bulto funerario de Ahuizotl. Códice Durán.
caba a Xiuhtecuhtli y a sus sacerdotes. En esa ocasión se presentaron los señores Nezahualcoyotl de Tezcoco, Totoquihuaztli de Tacuba, el señor de Chalco, el de Cuernavaca y los de Yauhtepec, Huaxtepec, Yacapixtla, Tepeaca, Cotaxtla, y los señores enemigos de Huejotzingo, Cholula y Tlaxcala llevando numerosos presentes de cargas de mantas comunes y otras de fino tejido, ceñidores, joyas y esclavos. 13 En las danzas y ceremonias en las que participaba el tlatoani, los tecutlatoque y los guerreros vestían las mantas cuyo uso estaba reservado a ellos, completaban el atuendo el maxtlatl, el tzinipilli, los adornos y vistosos tocados de pluma, los símbolos de sus grados y dignidad: el tlalpiloni los guerreros valientes y el copilli o corona, el señor. En la casa del señor los textiles de algodón tuvieron un amplio uso en diversas formas. Del tecpan de Axayacatl se dice que era tan amplio que cuando llegaron los españoles a Tenochtitlan se alojaron cómodamente en él más de cuatrocientos soldados; las piezas estaban tapizadas con lienzos finos de algodón, los pisos cubiertos con esteras y los lechos se protegían con finos toldillos. 14 La mesa era una almohada, los manteles, servilletas y toallas de algodón sutilmente hilado y tan blancos como la nieve.15
13
F. Alvarado Tezozomoc,op. cit., pp. 241, 431. Francisco Javier Clavijero, Historia antigua de México, ed. y prol. R.P. Mariano Cuevas, México, Porrúa, 1964, vol. 3, p. 108. 15 J. de Torquemada,op. cit., vol. 1, p. 313. 14
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Del palacio de Moctezuma Xocoyotzin se registró que en sus habitaciones los muros estaban pintados con figuras, los pisos cubiertos por esteras, tapetes y alfombras de algodón y de pluma entretejida o de pelo de liebre y que los lechos se hacían con numerosas mantas superpuestas.16 Cuando algún señor hacía fiesta en su casa, los pilli no se vestían con mantas finas, ni plumajes, sino con mantas de ichtle bien tejidas, atadas de manera que dejaran ver las mantas ricas que abajo vestían. Se consideraba una falta y era mal visto por la sociedad no vestir correctamente la manta o llevarla sucia. El uso socialmente aceptado era portarla con dos puntas anudadas en el hombro derecho, cubriendo el pecho por delante, el brazo izquierdo y el maxtlatl; sólo los truhanes, chocarreros y los locos las llevaban arrastrando, tropezando con ellas, anudándolas bajo el sobaco y con el brazo desnudo. Los padres exhortaban a sus hijos para el aliño y el cuidado en el vestir: “mira hijo, seas tu avisado y templado y honesto en las mantas y en los cacles”. 17 Ante la imagen de una deidad, tanto señores como macehuales se despojaban de su manta y se descalzaban, o bien la anudaban al cuello y la echaban hacia atrás en señal de reverencia. Mantas de los pipiltin Son varias las fuentes coloniales que dan la pauta para conocer los nombres, diseños, materiales y técnicas de manufactura de algunas de las tilmatli que usaban los pipiltin. Parece ser que el nombre con que se designaban y conocían correspondía esencialmente con su diseño decorativo, enseguida el color y a los materiales con los cuales estaban tejidas o al lugar de donde provenían, indicando con ello un diseño característico de una región o de un grupo étnico. Algunos diseños llevaban implícitos significados simbólicos, metáforas de conceptos míticos y religiosos, e indicadores de posición y función social del usuario, visualmente identificables. El Códice Magliabechi y su fraterno, el Códice Tudela, la Matrícula de Tributos, el Códice Mendocino, el Códice de Tepetlaoztocy el Códice 16 17
F. Hernández, op. cit., p. 34. B. de Sahagún, Historia general…, op. cit., vol. 2, pp. 148-149.
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de Huejotzingo entre otros documentos pictográficos, dan razón de estos aspectos de las tilmatli. Las obras escritas por fray Bernardino de Sahagún, fray Diego Durán, los frailes Motolinia, Mendieta y Torquemada sobre todo; las de los historiadores Ixtlilxochitl y Chimalpain informan sobre los usos, nombres, materiales, medidas y otros aspectos de las tilmatli. Fray Bernardino de Sahagún en su Historia General describe diez tilmatli que usaban los señores y aclara que no describe otras “porque sería prolijo y porque las demás eran usadas por todo mundo”. 18 En el Códice Florentino hace la descripción de esas mismas mantas, pero advierte el fraile que todas ellas eran “sospechosas”; intuía Sahagún que eran usadas por señores y sacerdotes en ceremonias dedicadas a sus dioses. En tanto, en los Primeros Memoriales, el fraile registró treinta y seis nombres de mantas, y en el libro 8, capítulo 8 del Códice Florentino asentó cincuenta y ocho nombres de esa prenda en lengua náhuatl. Las diez tilmatli que describe Sahagún en la Historia General son las siguientes: Coaxacayo tilmatli era una manta adornada con caras de serpiente; el tlatoanilas entregaba a las personas notables y a los guerreros destacados en el combate. Un tipo de estas mantas se tejía en los pueblos de la Huasteca. Sahagún la describe como una manta leonada, tejida con algodón coyuchi; al centro llevaba un circulo plateado, dentro del cual
Tecucizyo tilmatli. 18
Ibid., vol. 2, p. 294.
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estaba la cara de un monstruo o de diablo; el campo de la manta estaba cubierto de círculos, llevaba una cenefa de cuadros que alternaban, unos llevaban el signo ilhuitl y otros iban vacíos; a la orilla la cenefa llevaba prendidas unas esferitas.19 La manta tecucizyo tilmatli llevaba caracoles tejidos con tochomitl rojo , el campo estaba cubierto por remolinos de agua azul, llevaba una cenefa tejida de color azul, otra de pluma blanca y una tercera de 20
tochomitl rojo tejida en forma de almena. Era la manta usada por el señor y los sacerdotes como representantes de Tecuciztecatl, la Luna. Un tipo de estas mantas se otorgaba a los valientes que habían cautivado a tres prisioneros; otro tipo la portaba el tlacochcalcatl. Eran mantas preciadas teñidas con grana cochinilla, tributadas por los pueblos de Atlan y Tuxpan. Temalacayo tilmatli tenixio llevaba como diseño decorativo el temalacatl, la piedra sobre la cual se realizaba el combate conocido como sacrificio gladiatorio; la manta de algodón coyuchi llevaba una cenefa de colores alternantes con “ojos”; posiblemente era la manta usada por el sacerdote de Xipe y la que usaba el tlatoani como representante de esa deidad. Un diseño de este tipo de mantas era exclusivo del funcionario tocuiltecatl. Jilotepec y los pueblos que le pertenecían tributaban mantas finas de ichtle llamadas itzcoayo tilmatli tenixyo: la serpiente de navajas
Itzcoayo tilmatli tenixyo. 19 20
Ibid., vol. 2, p. 295. Idem.
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Ometochtecomayo tilmatli.
adornaba el campo de la manta, llevaba una cenefa de “ojos” y unos lazos de pluma en campos negros. Era la manta que portaba Itzcoatl. Una manta de este tipo, pero de menos calidad, se concedía a los cuachic, valientes que habían cautivado en Huejotzingo, Tlaxcala y Toliuhquitepec. La vasija de pulque alada, símbolo de Ometochtli, dios del pulque, era el diseño de la manta Ometochtecomayo tilmatli. En el Códice Mendocino el funcionario tizocyahuaucatl porta un tipo de esta manta. También es posible que portaran mantas con este diseño los sacerdotes de los 400 dioses del pulque. Tributaban a Tenochtitlan mantas con este diseño los pueblos de las provincias de Tuxpan y Tuxtepec. Las mantas papaloyo tilmatli tenixio llevaban como diseño mariposas tejidas con pluma blanca, terminadas en una cenefa de “ojos”. El uso de esas mantas estaba reservado al tlacochcalcatl. Un tipo de mantas con ese diseño se otorgaba a los valientes que habían hecho dos prisioneros; otro tipo de estas mantas servía de mortaja al tlatoani. Las mujeres de los pueblos de Atlan y Tuxpan se esmeraban en el tejido de ellas. Ocelotentlapalli itic ica ocelotl llevaba pintada la piel del jaguar al centro, con una orla de pluma blanca. Eran mantas usadas por los guerreros valientes. Los pueblos de la provincia de Jilotepec entregaba n 800 mantas cada 80 días, semejantes a éstas. La figura de Sol hecha con diversos colores y labores era el diseño de la manta olintilmatli; manta usada por los guerreros valientes y por el tlatoani. Una manta con este diseño adornaba la casa de los guerreros águila, el quauhcalli. 122
Ecacozcatl tilmatli.
Xahualquayo tilmatli tenixyo.
Ecacozcatl tilmatli eran las mantas tejidas con algodón coyuchi, el campo estaba sembrado de unas flores llamadas ecacozcatl puestas de tres en tres, y en medio de cada dos flores, llevaba dos plumas blancas tejidas, tenía una cenefa de pluma alderredor, luego unos flecos con “ojos”. Tuxpan y Tuxtepec tributaban mantas de este tipo. Xahualquayo tilmatli tenixyo, era una manta que llevaba una cara de águila y tenía una cenefa de “ojos” rojos. Un tipo de estas mantas las tributaban a Tenochtitlan los pueblos de la provincia de Ocuilan. Materiales, diseños, colores y medidas de algunas de esas mantas fueron elementos básicamente decorativos usados para dar belleza, textura y exquisitez al textil; sin embargo, en otras mantas esos mismos elementos se convirtieron en un código de símbolos referentes a deidades, conceptos cosmogónicos o religiosos. Los diseños de flores en las mantas pudieron ser solo decorativos en algunos casos, pero en otros flora y fauna estuvieron ligadas simbólicamente a conceptos 123
Noble Tocuepotzin. Códice Ixtlilxochitl. La manta de este noble tlaxcalteca lleva tejidos o pintados, en las franjas negras, el símbolo de los dioses de la danza y chalchihuitl. La manta tiene tres cenefas, una con ojos tenixio y la última en forma de almena.
que muchas veces eran la metáfora de un dios; lo mismo podríamos decir de algunos otros diseños, por ejemplo el olin, movimiento, o el cuauhtetepontli, la garra del águila. Mantas con diseños exclusivamente decorativos podrían haber sido las tejidas con hilo de un solo color y con técnicas diferentes, adornadas con “ojos”; otras mantas serían la uacalxochitl tilmatli , tlapaltecuxochio tilmatli , tenizquixochio tilmatli , xomoiui tilmatli, tentlapallo tilmatli, iztacxomoiuitl tilmatli, tlilic iuitilmatli entre muchas más.
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Las mantas de los funcionarios y de los guerreros ——•——
Las mantas de los funcionarios
El funcionamiento del señorío en todos los órdenes: económico, administrativo, judicial, militar y aun religioso en la capital, así como el de las poblaciones sujetas a él, descansaba en una bien estructurada jerarquía de funcionarios que por lo general pertenecían al estrato de los pipiltin; sin embargo algunosmacehualtin podían ascender de posición y ocupar puestos dentro de alguna de las escalas sociales, las hazañas en los combates y el comercio eran los medios idóneos para ello. Además de la enseñanza en el hogar, dos instituciones se encargaban de imbuir en los niños y adolescentes los valores e ideales del grupo, éstas eran el telpochcalli y el calmecac. Al primero asistían los hijos de los macehualtin; allí los pequeños se ejercitaban en el canto y en la danza, además de la fortaleza para el trabajo físico, la habilidad y destreza para algunos oficios, como el hilado y el tejido de mantas y, sobre todo, en el arte de la guerra. En el calmecac se preparaba a la futura elite de gobernantes y a la alta jerarquía sacerdotal. Dos funcionarios estaban relacionados con eltelpochcalli: el tiachcauh y el telpochtlato; el primero era el maestro de los jóvenes y el segundo estaba encargado de reprender y castigar la conducta equivocada de los jóvenes; este último había alcanzado esa posición al destacar por su entrega y valentía en los combates. Dentro del grupo, el corte de pelo y la manta que usaban los jóvenes era un código de identificación visual del subgrupo al que pertenecían. La lámina 28 del Códice Borbónico representa la veintena de xocotlhuetzi o hueymicailhuitl, en ella 125
Xocotlhuetzi. Códice Borbónico.
el tlacuilo plasmó la jerarquía de los jóvenes que participaban en la danza en torno alxocotl, el madero en cuya cúspide se colocaba la efigie del dios del fuego. Tomados de la mano forman una línea en torno al madero; guía la danza un joven cuyo peinado temilotl se coge con una cinta blanca y roja, lleva una pluma de águila blanca en la nuca, porta orejeras y bezote, collar de caracoles, maxtle adornado y manta de red, que lo identifican como alguien que ha ido a la guerra y cautivado enemigos, es decir, había alcanzado el grado de tiachcauh. Peinado, adornos e indumentaria dan la posición de los jóvenes y niños en la fila. Los jóvenes permanecían en el telpochcalli hasta que tenían edad para casarse, al separarse de la institución debían retribuirle con el pago de diez quachtli, mantas comunes. En cada calpulli anualmente se nombraba a un tecutli, personaje encargado de conocer los problemas y asuntos de su jurisdicción; bajo 126
sus órdenes estaban otros funcionarios menores: los tequitlatoque que recogían el tributo de los miembros adultos del calpulli, los reunían y organizaban para los trabajos comunales; se supeditaban a él los topiles encargados de la vigilancia dentro del calpulli. Por su conducta ejemplar y por haberse señalado en la guerra tres individuos formaban el tlacxitlantlalico; ellos y el tlatoani deliberaban y decidían sobre los asuntos importantes del señorío, eran elcihuacoatl, el
tlacochcalcatl y el tiçocihuacoatl. El primero decidía en las causas civiles y criminales y nombraba a los jueces subalternos, fray Bernardino de Sahagún comparaba a estos funcionarios con los senadores castellanos. Eran ejecutores de lo que el tlatoani y los “senadores” ordenaban: el cuauhnochtli, el tlilancalqui, el atempanecatl y el esguaguacatl . En la tercera partida, folio 64 del Códice Mendocino se ilustró la indumentaria y los distintivos visuales que identificaban los cargos que desempeñaban. El cuauhnochtli porta una manta roja de algodón con cenefa blanca y roja; los otros tres personajes visten manta amarilla con una doble cenefa blanca y roja con “ojos”; todos van descalzos. Existían otros muchos oficios honrosos en la administración del señorío: el calpixcayotl lo formaban los calpixques de las cabeceras tributarias, donde el petlacalcatl era el mayordomo mayor, responsable de supervisar y registrar el tributo que llegaba a la capital del señorío. Los embajadores eran los encargados de llevar los mensajes a los señores enemigos, ajustar las diferencias y declarar las guerras; eran personas mayores de edad, juiciosas, entendidas en el ceremonial y en los discursos que cada ocasión requería: Según la importancia del señor a quien se enviaba, así era la categoría del embajador. Vestía las insignias del señor a quien representaba y encima se colocaba una capa verde con borlas colgantes y sobre ella una manta muy delgada; llevaba el cabello trenzado con plumas finas y en la mano derecha una flecha con las plumas hacia arriba. 1 Las mantas de los guerreros
La guerra entre los mexicas se apoyaba en una ideología surgida del mito que obligaba a mantener con vida al Sol, alimentándolo con la 1
J. de Torquemada, op. cit., vol. 4, p. 319.
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sangre de las víctimas del sacrificio; fin que justificó políticamente las guerras de conquista y la expansión del señorío. Encontrar la muerte en el campo de batalla era la gloria máxima a la que aspiraban los guerreros mexica, ya que creían que después de muertos sus almas acompañarían al Sol en su recorrido diario, desde el amanecer hasta el medio día, convertidos en pájaros y mariposas de mil colores. El calpulli era la base de la organización del ejército, los diferentes calpulli proporcionaban a los hombres preparados en el telpochcalli y en el calmecac. Cada calpulli proporcionaba una “división” de 20 guerreros con un telpochtlato como jefe, cada una de estas “divisiones” estaba formada por 200 o 400 unidades dirigidas por los más altos jefes militares; la pintura corporal y las insignias permitían la identificación de cada grupo y mantenían la cohesión a la hora del combate. 2 La jerarquía militar era fácilmente identificable por el corte de cabello y el peinado, la pintura facial y corporal, por los colores, materiales y diseños de su indumentaria, por las armas que usaban y por sus emblemas. En el telpochcalli los jóvenes se iniciaban en el oficio de la guerra, principiaban su ascenso en la escala social de acuerdo con su desempeño en el campo de batalla. Los altepellamani , cuexpale o cuexpalchicacpel eran los jóvenes que por primera vez pisaban el campo de batalla; el maxtlatl era su única indumentaria, su obligación consistía en cargar las armas y vituallas de un guerrero experimentado. Cuando el joven había apresado a alguno con la ayuda de dos, tres y hasta seis compañeros, se le daba el nombre de tzotzocolli , entonces le cortaban el mechón de pelo que tenía en el cogote. Por haber mostrado arrojo y valentía la primera vez que iba a la batalla, capturando a uno o dos enemigos sin ayuda, se le nombraba telpochyaqui tlamani, “el capturador”, recibía del mismo tlatoani el permiso para pintarse el cuerpo de amarillo, la cara de rojo y rasurarse las sienes; además se le otorgaba una manta con listas moradas, otra llamada colotlapilli y un maxtlatl labrado. 3 Pero si no hubiere cautivado en las veces que había ido a la guerra, no le era lícito traer manta de algod ón, sólo de 2
José Eduardo Contreras Martínez, “La guerra en Mesoamérica”, tesis en arqueología, México, enah-inah, 1986, p. 180. 3 B. de Sahagún, Códice Florentino, op. cit., vol. 2, fol. 305v.
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Joven. Cuaxpale.
ichtle, sin labor alguna, y lo llamaban cuexpalchicacpal , “bellaco que tiene vedija en el cogote”. 4 Aquel que había cautivado a tres ascendía al grado de tiachcauh, teachcauh o tachcauh; se podía convertir en achcautin, maestro de los jóvenes en el telpochcalli, pero sólo los de ascendencia noble podían ser telpochtlatos.5 Los achcautin eran los ejecutores de los castigos y podían llegar a ser representantes de su calpulli, también podían pertenecer a las órdenes militares de los otontin o de los quachictin, que probablemente eran de srcen macehualtin.6 Tequihua era el guerrero que había hecho cuatro cautivos, fray Bernardino de Sahagún los llama “capitanes”; éstos formaban parte del consejo de guerra, habían alcanzado ciertos privilegios en la corte como sentarse, comer y bailar al lado de los guerreros valientes; además podían ejercer algunos cargos administrativos en el gobierno. Vestían 4
B. de Sahagún, Historia general…, op.cit., vol. 2, p. 331. J. E. Contreras, op. cit., p. 188. 6 Virve Piho, “El peinado entre los mexicas: formas y significados”, tesis en antropología, México, unam, 1973, p. 91. 5
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mantas de color café; llevaban el peinado temilotl adornado con una cinta roja de cuero de venado que sostenía dos plumas de águila. Los macehualtin que habían llegado a esta posición podían pertenecer a la orden de los caballeros pardos, tenían ciertos privilegios como no pagar tributos, vestir ropas de algodón, poseer tierras, tener dos o tres mujeres y comer en palacio, pero no podían usar plumas sobre sus vestidos, solo pieles de animales. Los tequihuaque podían llegar a ser tecutlatoque, es decir, funcionarios del estamento de los macehualtin, o bien de los pipiltin que desempeñaban cargos judiciales, administrativos y fiscales, eran los representantes del gobierno central en cada calpulli y en los pueblos sometidos. En el folio 64 del Códice Mendocino se ilustraron las recompensas que recibían estos valientes. En la segunda partida al joven telpochyaqui que había cautivado a alguno, el tlatoani lo premiaba con una manta decorada con flores. La pictografía lo representa ataviado con ichcahuipilli, maxtlatl, lleva el peinado temilotl y porta escudo y macuahuitl. En la tercera partida se registró al valiente que capturaba dos enemigos, entonces recibía una manta cuadrada de color naranja, con cenefa colorada. El valiente podía portar traje rojo de huasteco, usar sandalias y llevar como arma el macuahuitl. Por haber cautivado a tres era merecedor de una manta labrada con el ehecacozcatl sobre campo rojo y con cenefa de “ojos” y plumón.
Folio 64, tercera partida. Jóvenes que han cautivado en la guerra, premiados con mantas. Códice Mendocino.
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Podía vestir el ichcahuipilli, llevar la insignia de papalotl y como arma el macuahuitl. Si apresaba a cuatro tenía derecho a recibir una manta cuadrada con los colores negro y anaranjado llamada nacazminqui, con cenefa de “ojos”. Podía vestir el traje deocelotl rojo, llevar sandalias, tocado de plumas y usar el macuahuitl. En la corte los “capitanes” se distinguían por llevar cierta vestidura llamada tlachcuauhyo. Se premiaba a los soldados que animaban a su ejército a no flaquear en la batalla con una manta denominada tlacatziuhqui. Cuachic era el guerrero valiente que había hecho prisioneros a cinco, seis o más, especialmente en Huejotzingo, Tlaxcala, Atlixco y Toliuhquitepeque, señoríos reputados como enemigos; éstos: “rapaban toda la cabeza dejando de lado, sobre la oreja izquierda un mechoncillo que entrelazaban con una cinta colorada; pintaban la cabeza mitad de azul y la otra mitad de amarillo o colorado”. 7 Portaban un galano braguero y se cubrían con una manta de hilo de ichtle muy torcido con tejido de red muy ralo, que llevaba un ovillo de algodón en los cruces; los valientes adornaban su manta con caracolitos, el señor y los altos dignatarios ponían caracolitos de oro en su manta, conocida con el nombre de cuechintli. Los cuachic recibían del tlatoani mantas ricas de las llamadas itzcoacaio, de serpiente de navajas; inextentlapallo de mil colores maravillosos; ihuitica tetecomayo, manta con diseño de una olla hecha de plumas; chicoapalnacazminqui de dos colores a losange y una manta con correas colgadas; estos destacados guerreros se adornaban con collares de conchas blancas.8 Podían acceder a los puestos más altos administrativos y del ejército; al morir el señor los elegían como “senadores” o capitanes: tlacochcalcatl, tiçociyahuacatl y tocuiltecatl. En los folios 64 y 65 del Códice Mendocino se representó a estos valientes “capitanes que ejercían cargos de generales de los ejércitos mexicanos”. En la cuarta partida del folio 64 aparece el otonti que ha cautivado a cinco o seis enemigos. Viste un traje de cuerpo completo color ver7 8
Ibid., p. 173. B. de Sahagún, Códice Florentino, op. cit., vol. 2, fols. 303-304.
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Folio 65r, tercera partida. Capitanes de los ejércitos mexica. Códice Mendocino.
de, lleva el peinado temilotl y la divisa de xopilli; también aparecen el cuachic y el tlacatecatl. En la tercera partida del folio 65 recto aparecen los valientes que llevan el tlalpiloni y se adornan con el barbote, “capitanes” de los ejércitos mexicanos. El tlacochcalcatl porta manta con el diseño de ehecacozcatl sobre campo rojo, con cenefa de “ojos”. Tezcacoatl lleva una manta blanca, con cenefa roja con “ojos”. Tiçociyahuacatl viste una manta con la olla de Ometochtli sobre un campo amarillo, tiene cenefa de cuadros blancos y amarillos alternados. Tocuiltecatl tiene una manta con soles sobre un campo amarillo, la cenefa es de cuadros blancos y amarillos alternados. En el folio 67 del Códice Mendocino se representó a los “comandantes supremos del ejército”: el tlacatecatl; “el que guarda el palacio”, era el administrador de la casa del tlatoani; el tlacochcalcatl, “el de la casa de los dardos”, estaba encargado de la armería y de dirigir al ejército en la batalla; estos dos eran cuauhuehuetque, “águilas viejas”, es decir, soldados experimentados. Están también elhuiztnahuatly el tiçociyahua-
catl, que aparecen ataviados con suindumentaria guerrera, sus insignias, adornos y armas. El protocolo en la indumentaria y adornos, así como en las jerarquías guerreras se inició en la época del Itzcoatl, después de la guerra contra Azcapotzalco; vencidos los tepanecas, eltlatoani dio dignidades y tierras 132
a sus “capitanes”. Con Huehue Moctezuma quedó asentado que las hazañas en la guerra serían premiadas por el señor con estímulos. Tlacaelel dio a conocer la decisión real que marcó el inicio de la diferencia y la posibilidad de movilidad social a través de la jerarquía militar. Pues habéis de saber que vuestro rey, que presente está, es su voluntad que estas preseas de bezotes, guirnaldas de oro y plumas de diferentes colores, orejeras, brazaletes, rodelas, armas, divisas, mantas y ceñidores ricoslos que los valerosos y esforzados hombres de hoy, mas no lo compren, sino que reyes se los den en pago y premio de sus valentías memorables hechos... Y así, el que no osase, ni se atreviere ir a la guerra, aunque sea hijo del mismo rey, le privamos de todos esos beneficios, y use de los vestidos y trajes que usan los hombres bajos y de poco valor, para que se conozca su cobardía y poco corazón. Y no les sea permitido vestir ropas de algodón, ni usar de plumas, ni le den rosas, como a los demás señores, ni humazos de olor, ni beba cacao, ni coma comidas preciadas, y sea tenido por hombre bajo y sirva en las obras comunes, aunque sea de sangre real, ahora sea hijo o hermano de rey.9 La guerra
Habiendo acordado con el tlatoani que se hiciese la guerra, los altos jerarcas militares que formaban el consejo, encomendaban a un embajador que llevara el mensaje al señor del pueblo desafiado; entonces escogían ciertas mantas y rodelas de baja calidad, para simbolizar el desafío. De esta manera actuó Maxtla, señor de Azcapotzalco, para declarar la guerra a Itzcoatl; envió a los señores principales unas mantas de ichtle pequeñas y amarillas y a los macehuales les envió naguas y huipilli, señalándolos como cobardes. Cuando el señor del pueblo desafiado se negaba a combatir, preparaba un gran recibimiento al ejército retador, obsequiaba a los señores tejuelos de oro, chalchihuites, mantas finas y de mil colores, plumas y otros muchos objetos; se comprometía a acoger al dios del atacante y colocarlo al lado del suyo propio. A los pueblos sometidos por la fuerza se les imponía el pago del tributo en productos propios de la región; pero si alguno de éstos se rebelaba, entonces se le declaraba la guerra de exterminio y se doblaba o triplicaba el tributo; así aconteció con 9
D. Durán, op. cit., vol. 2, p. 236.
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los cuetlaxtecas cuando se rebelaron; ordenó Huehue Moctezuma que pagaran el doble del tributo que entregaban, además indicó: traigan esmeraldas blancas y colas de culebras grandes y vengan ensangrentadas y frescas y todas las demás piedras preciosas de colores y las mantas que daban de diez varas de largo ahora sean de veinte brazas, y de todo género de cacao, algodón de todos colores, cueros de tigres blancos y cueros de leones blancos.10
Para penetrar en regiones enemigas los nahual-oztomeca, mercaderes que combinaban su oficio con el espionaje, registraban la posición del templo y construcciones del gobierno, las entradas y salidas del pueblo, las fuentes y manantiales de agua y el número aproximado de pobladores; hacían un trabajo previo: se vestían, trasquilaban o peinaban y hablaban al modo de los pueblos a donde iban. Las mujeres de los guerreros en batalla hacían ciertos ritos para que los dioses otorgaran la victoria a sus maridos; no se lavaban, ni se bañaban, se tiznaban la cara y traían el pelo enmarañado durante el tiempo de la ausencia. En el calpulco, la capilla del calpulli, colgaban las mantas de sus maridos, hermanos e hijos y frente a ellos maldecían a Quetzalcoatl, Huixtocihuatl, Atlatonan, Chalchiuhtlicue y a los dioses de la guerra, compeliéndolos a ayudar y proteger a sus maridos; al amanecer sahumaban a los ídolos y las ropas. 11 El acontecer en el campo de batalla lo notificaba el pain (mensajero), cuyo arreglo e indumentaria denotaba el carácter del suceso; cuando aparecía con el cabello atado con una cinta de color y la manta blanca ceñida al cuerpo, la noticia era de marchas y movimientos indiferentes del ejército; si se veía con el pelo suelto, cubierto el rostro y la manta destrozada, era señal de desastre; cuando volvía con la rodela embrazada, blandiendo el macuahuitl, trenzado el cabello y vistiendo una manta blanca, era señal de victoria.12 Al regresar victorioso el ejército, salían a recibirlo los señores principales, los sacerdotes y el pueblo con demostraciones de alegría. 10
F. Alvarado Tezozomoc,op. cit., p. 144. Ibid., p. 357. 12 F. J. Clavijero,op. cit., vol. 2, p. 220. 11
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Así sucedió cuando Tizoc regresó de conquistar Meztitlán; Cihuacoatl ordenó a los sacerdotes que en todos los templos tocaran caracoles y atabales con sonidos de alegría, luego ordenó a los cuauhuehuetque se aderezaran para recibir a los jóvenes bisoños que habían hecho grandes hazañas; pero las águilas viejas trenzaron su pelo y lo ataron con una cinta roja, vistieron unas mantas nacazminqui, veteadas de negro y maxtlatl negro, en señal de luto por la muerte de los mexicanos en el campo de batalla; detrás de ellos venían los achcauhtin con mantas y maxtlame adornados con calabacitas de picietl. Después del sacrificio de los cautivos, Tizoc premió a los soldados jóvenes que habíandemostrado arrojo, pues gracias a ellos se había ganado la guerra; les otorgó mantas ricas de algodón, adornos y permiso para usarlos. 13 Así como se premiaba el arrojo y valentía en el combate, se castigaba la flaqueza, el miedo y el fracaso en la batalla. En la guerra contra Tlaxcala, Moctezuma Xocoyotzin deshonró a sus “capitanes”, ordenó que los trasquilasen, les quitasen sus armas, insignias y divisas de valientes y mandó so pena de vida, que ninguno se atreviera a usar mantas de algodón, que se vistieran como hombres bajos con mantas de ichtle, que no usaran calzado y los privó de entrar en palacio durante un año. 14 Cuando el ejército regresaba derrotado, como cuando Axayacatl perdió contra los michoaque y murieron en la batalla el capitán Huiznahuacatl, otros tres valientes guerreros, muchos comba tientes mexicas y de pueblos aliados; al llegar a la capital del señorío lo recibieron los tlamacazque y los señores principales con una plática consoladora y les dieron el pésame por la muerte de los valientes. En los templos de los calpulli se tocaron bocinas y atabales con tonos de tristeza. Los sacerdotes y los quauhuehuetque fueron de casa en casa a dar el pésame a las mujeres viudas. Al otro día en casa de Huiznahuacatl, en el patio, sobre un petate colocaron las armas, divisas, mantas, maxtleme, cotaras, adornos de pluma y joyas del muerto; los quauhuehuetque iniciaron la ceremonia cantando y gimiendo acompañados de música del teponaztle ; luego salieron las mujeres, hijos 13 14
F. Alvarado Tezozomoc,op. cit., p. 445. D. Durán, op. cit., vol. 2, p. 461.
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Bulto funerario de un tlatoani. Códice Tudela.
y demás parientes con las mantas y maxtlame del muerto puestos sobre los hombros. Terminada la danza y cantos tristes, los viejos consolaron a la viuda con palabras dulces; decíanle que su marido había muerto por el sol, la tierra, el aire y el tiempo. 15 Enseguida los parientes amortajaron el cadáver con su indumentaria propia, insignias y divisas; a los cuatro días incineraron todo aquello, en el patio que por esta vez recibió el nombre de tlacochcalco . A los diez días hicieron un bulto con teas y mantas que figuraban la imagen del muerto, la cubrieron con su indumentaria personal, le pusieron cabellera, ojos, boca y la liaron con un lazo cubierto con plumas de garza blanca. Celebraron un convite como si el guerrero estuviera vivo; vecinos, amigos y parientes que acudieron llevaron ofrendas a la viuda: mantas, huipilli, naguas, cestas con frijol, chía o maíz. Los cantores entonaron un miccacuicatl (canto fúnebre). Agradecida la 15
F. Alvarado Tezozomoc,op. cit., p. 433.
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viuda les obsequió mantas quachtli y una manta coixcatilmatli , elaborada por las mujeres coixca de Guerrero, maxtlame y una coa. Luego los quauhuehuetque prendieron fuego al bulto mortuorio. Al otro d ía la viuda empezó un ayuno de 80 días. Siguieron otras ceremonias funerarias en las que intervinieron los achcautin .16
16
Ibid., pp. 427-428.
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Las mantas de los mercaderes ——•——
Los mercados
Parte del tributo acumulado en las arcas del tlatoani y el que recibían los señores y los pipiltin, especialmente las mantas, se destinaba al intercambio por alimentos u otros bienes de consumo cotidiano en los mercados locales. En los mercados regionales, y aún en los lejanos puertos de intercambio, con las tilmatli se adquirían materias primas y bienes de consumo suntuarios. Tropas mexica y tlatelolca bajo el mando de Quaquapitzahuac, primer señor de Tlatelolco e hijo de Tezozomoc, participaron en la conquista y sujeción de los señoríos del sur y oriente del Valle de México, desde Chalco hasta Tezcoco; más tarde intervinieron en las conquistas de la región otomí de Jilotepec y luego en la de Cuauhtinchan. Es probable que estas campañas hayan dado srcen al mercado de Tlatelolco, puesto que fue en esa época cuando los mercaderes tlatelolca iniciaron el comercio de las plumas de papagayo, las de quetzal, las azules de cuitlatexotli y las del ave chamulli, rojas como la grana. 1 El mercado empezó a ganar notoriedad bajo el gobierno de Tlacateotl, segundo señor de Tlatelolco; por entonces dos mercaderes llamados Cozmatzin y Tzopantzin iniciaron el comercio de las plumas de quetzal, de las piedras azules xihuitl y las piedras chalchihuitl, las 1
Robert Barlow,Tlatelolco rival de Tenochtitlan, J. Monjarás et al. (eds.), México, Puebla, de las Américas, 1987, vol. 1, p. 71.
inah/Universidad
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mantas y maxtlame de algodón.2 Los mercaderes de Tlatelolco tenían un intenso intercambio de bienes con señoríos cuixca del estado de Guerrero, pues las tropas tlatelolca habían ayudado al señor de Cuernavaca a combatir en esa región. Tlatelolco alcanzó su apogeo bajo el gobierno de Cuauhtlatoa, quien se alió con Itzcoatl, señor de Tenochtitlan, y juntos vencieron a sus antiguos amos los tepaneca de Azcapotzalco y de Coyoacan. Las tropas tlatelolca emprendieron campañas hacia el oriente y la costa del Golfo. El asesinato de los mercaderes mexicanos por los de Cotaxtla provocó la venganza de Itzcoatl y consecuentemente el sometimiento de este señorío; a raíz de este acontecimiento quedó abierta la ruta hacia las fértiles y ricas tierras de la costa del Golfo; los señores Ce Atonal y Tepetecuhtli, al rendirse y someterse como vasallos a Moquihuix, tlacatecatl tlatelolca, le prometieron dar como tributo: piedras ricas de chalchihuitl y de lo menudo en polvo de teoxihuitl, todo género y suerte de plumería […] cacao y mantas de mucho valor, y teonacaztli, cacao pardo para espuma […], ámbar cuajado y de la mar y minas; las mantas que diéramos serán de diez brazas3 de largo cada pierna y todo genero de pescado y de comidas.4
Con Moquihuix, cuarto señor de Tlatelolco, el mercado alcanzó su máximo esplendor, dos tratantes llamados Popoiotzin y Tlacochintzin introdujeron las ricas mantas conocidas como tlapalecoscayo,xomoihuitilmatli e ihuitica tetecomaio tilmatli; es decir, las mantas de muchos colores adornadas con el ehecacozcatl, símbolo de Ehecatl-Quetzalcoatl; las tejidas con plumas de pato y las adornadas con la olla símbolo de Ometochtli bordada con plumas; también introdujeron los maxtlame largos y labrados en los extremos, las mantas de ocho brazas tejidas con hilo torcido, materiales todos provenientes de la costa del Golfo. En esta época se comenzó a tratar con el cacao.5 Es posible que el auge y la grandeza del mercado de Tlateloco haya sido la causa principal del ataque y sometimiento de la ciudad por 2
Ibid., p. 79. Una braza = 1.68 m. 4 R. Barlow, op. cit., p. 98. 5 B. de Sahagún, Historia general…, op. cit., vol. 2, p. 309. 3
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Axayacatl, señor de Tenochtitlan, y no sólo los motivos familiares provocados por la esposa de Moquihuix, hermana de Axayacatl. Sometida Tlatelolco y siguiendo una política de guerra con los vencidos, Axayacatl repartió los puestos del mercado entre los guerreros destacados y entre los nobles mexica; desde entonces se nombró a un tlacatecatl y a un cuauhtlatoque para gobernar en Tlatelolco. Sin embargo el mercado siguió funcionando con el mismo vigor que causó maravilla a los conquistadores hispanos. En su segunda Carta de Relación (1520), Cortés lo describe detalladamente; más tarde Bernal Díaz del Castillo hizo lo mismo en su obra. Veamos cómo Hernán Cortés quedó admirado con este mercado: Tiene otra plaza tan grande como dos veces la de la ciudad de Salamanca, toda cerrada de partes alrededor, donde hay cotidianamente arriba de sesenta mil ánimas comprando y vendiendo; donde hay todos los géneros de mercancías que en todas las tierras se hallan, así de mantenimientos como de vituallas, joyas de oro y plata, de plomo, de latón, de cobre, de estaño, de piedras, de huesos, de conchas, de caracoles y de plumas; véndense tal piedra labrada y por labrar, adobes, ladrillos, madera labrada y por labrar[...] Hay calle de caza donde venden todos los linajes de aves que hay en la tierra, así como gallinas, perdices, codornices, lavancos, dorales[...] y algunas aves destas de rapiña venden los cueros, con su pluma y cabezas y pico y uñas. Venden conejos, liebres, venados y perros pequeños que crían para comer castrados. Hay calle de herbolarios[...] Hay casas como de boticarios[...] Hay casas de barberos donde lavan y rapan las cabezas. Hay casas donde dan de comer y beber por precio. Hay ganapanes para traer cargas. Hay mucha leña, carbón, braseros de barro y esteras de muchas maneras para camas y otras delgadas para asientos y para esterar salas y recámaras. Hay toda clase de verduras[...] Hay frutas de muchas maneras[...] Venden miel de abejas y cera y miel de caña de maíz[...] y miel de unas plantas que llaman en las otras y estas maguey[...] y destas plantas facen azúcar y vino, que asímismo venden. Hay a vender muchas maneras de hilados de algodón de todas colores, en sus madejicas, que parece propiamente alcaicería de Granada en las sedas, aunque esto otro es en mucha más cantidad. Venden colores para pintores[...] Venden cueros de venado con pelo y sin él: teñidos, blancos y de diversos colores. Vende mucha loza en gran manera muy buena[...] Venden mucho maíz en grano y en pan[...] Venden pasteles de aves y empanadas de pescado. Venden mucho pescado fresco y salado, crudo y guisado. Venden huevos de gallina y ánsares y de todas las otras aves que he dicho, en gran cantidad; 141
venden tortillas de huevos hechas. Finalmente, que en los dichos mercados se venden todas cuantas cosas se hallan en la tierra... Cada género de mercaduría se vende en su calle, sin que entremetan otra mercaduría ninguna, y en esto tienen mucha orden. Todo se vende por cuenta y medida. 6
Por su parte, Torquemada afirmaba que la más rica de las mercancías en el mercado de Tlatelolco eran las mantas, de ellas había una gran variedad; las de algodón unas más delgadas que otras, las blancas y las de colores, unas grandes y otras pequeñas; unas para camas, otras para capas, otras para tapiz o cortinas, para sábanas, manteles, pañizuelos y para otras muchas cosas. Las había hechas de pelo de conejo y de las plumas menudas de aves; había mantas para invierno hechas del fleco de la pluma que daban mucho calor. 7 Los mercaderes
Además de destacar la riqueza de productos y el orden imperante en el mercado, Cortés menciona la vigilancia que había en él para que mercancías, precios y medidas fueran los justos. Diez o doce jueces juzgaban y castigaban a los infractores, ayudados por los tianquizpan tlayacanque que recorrían el mercado vigilando lo que se vendía y las pesas y medidas que empleaban; en ocasiones destruían las falsas. A pesar de esa vigilancia Sahagún nos informa que tanto había buenos vendedores de mantas, como engañadores y defraudadores. Escribió el fraile que aquellos tratantes las compraban al por mayor, para venderlas al menudeo; que había buenos y honrados vendedores, pues vendían las mantas al precio justo, sin engaños ni regateos; pero que también había malos tratantes, las mantas que vendían estaban dañadas, podridas o remendadas; solían engañar adobando la tela con betún de masa, para darle color y peso; a las mantas viejas las cocían con lejía para blanquearlas o las sumergían en atole espeso y luego las bruñían muy bien para que parecieran como nuevas. 8 6
Hernán Cortés, Cartas de Relación, México, Porrúa, 1992, p. 63. J. Torquemada,op. cit., vol. 4, p. 347. 8 B. de Sahagún, Historia general…, op. cit., vol. 3, p. 134. 7
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Vendedores de plumas, joyas, mantas y textiles finos. Códice Florentino.
En época de Ahuizotl las caravanas de mercaderes llegaron hasta Ayotla, en la costa sur, y allí fueron sitiados durante cuatro años por los pueblos costeños; al cabo de esos años los mercaderes lograron derrotar a sus enemigos, con lo cual quedó abierta la ruta hacia Tehuantepec y Soconusco. A los pueblos vencidos les impusieron un fuerte tributo: barbotes de ámbar, orejeras de concha preciosa, báculos negros, ojeadores de plumas de garza y de cojolite, mantas y maxtlame colotlapilli, exclusivos de los mercaderes-espías. En Tenochtitlan fueron recibidos con grandes muestras de admiración los pipiltin tes y funcionarios. Ahuizotl, después de recibirpor los dones que,lesacerdotraían, los declaró personas apreciadas y los obsequió con: mantas entreveradas con papel, con bordados de mariposas en la orilla, mantas con cazoletas y husos bordados y flores color de tuna, de ocho tiras, pañetes color de tuna con largas puntas [...] y dio a cada uno un hato de mantas de pelo de conejo.9
También los obsequió con mantas llamadas tetecomaio, amanepaniuhqui tempapaloio, temalacayo, otras llamadas nochpalxochio de ocho piernas10 y una carga de mantas de Tuxpan; les concedió usar bezotes de ámbar, pero sólo podrían lucirlos en la fiesta de tlacaxipehualiztli. Ahuizotl hábilmente se valió de loshacer mercaderes comoy exploradores y espías en las regiones donde quería campañas, aprovechaba 9
Ángel María Garibay, Vida económica de Tenochtitlan, México, iih-unam, 1995, p. 37. Una pierna = 50 varas = 0.838 m.
10
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el viaje de los nahual-oztomeca para que llevaran mantas de su propiedad para rescatar; se inició entonces la relación mercantil entre el tlatoani y los mercaderes de Tlatelolco y los de Tenochtitlan, a quienes entregaba mantasquachtli para que con ellas le compraran mantas finas; en esta época se constituyó plenamente el gremio de los mercaderes. Había varias clases de mercaderes: los tlanamacac eran los que vendían lo mismo que producían; los animetealtinimi eran los mercaderes de esclavos que se vendían en los mercados de Azcapotzalco y de Izúcar; los tecuneneuque eran los mercaderes del tlatoani, cambiaban las quachtli que llegaban a los almacenes reales por mantas ricas; los nahual-oztomeca, espías que se disfrazaban, vestían y hablaban como la gente del lugar adonde iban; los pochteca tlatoque eran los mercaderes de alto rango, personas experimentadas, encargadas de organizar el protocolo de despedida y de recibimiento de una caravana, así como las ceremonias en la fiesta de panquetzaliztli. El comercio era una de las formas para obtener bienes, que se traducían en prestigio y distinción social; se consideraba a los mercaderes casi como pipiltin, pero nunca se les admitió dentro de ese estrato social; los señores les concedían el privilegio de usar ciertos adornos: “para que fuesen honrados por el pueblo,”11 podían poseer tierras propias, tributaban de lo que trataban y contribuían en tiempo de guerra; sin embargo el tlatoani les sentenciaba que no fueran ostentosos de sus riquezas, pues se exponían a perder su estimación, a la confiscación de sus bienes y a perder la vida. Los mercaderes de ciertas localidades se unían para viajar en caravanas hacia Xicalanco o Soconusco. Antes de salir hacían una serie de ceremonias para tener éxito en su empresa; ofrendaban a Xiuhtecutli, Tlaltecuhtli y a Yacatecutli su dios tutelar. Al llegar a Tuxtepec obsequiaban a los mercaderes de Tlatelolco que allí moraban. En ese lugar las caravanas se dividían, por un lado iban las que se dirigían a Anahuac Xicalanco y por otro las que iban a Ayotla (Soconusco); pero no todos los mercaderes podían llegar a la costa, ésta era área exclusiva del tlatoani. Al llegar a su destino final, los mercaderes se presentaban ante el señor local, a quien entregaban los obsequios que 11
B. de Sahagún, Historia general…, op. cit., vol. 3, p. 138.
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enviaba Ahuizotl: mantas, maxtlame y huipilli finos; el señor del lugar correspondía con plumas de quetzal, de pájaros verde-azul y de las llamadas tzinizcan, jades finos, escudos de turquesa, coral rojo, conchas rojas y multicolores, conchas de tortuga y cueros de ocelote. 12 Cuando un mercader había reunido cierta cantidad de bienes ofrecía una fiesta a la que invitaba a los pochteca tlatoque, a los pochteca de los doce pueblos de mercaderes del Valle de México y a los soldados valientes, los obsequiaba con mantas finas, maxtlame, rodelas, adornos, mantas quachtli; pero si los bienes acumulados, la bebida y comida no duraban más de dos días, era reprendido por los pochteca tlaloque y caía en descrédito ante su gremio. Las ceremonias de la veintena de panquetzaliztli eran costeadas por el gremio de los mercaderes. Cuando uno de ellos se ofrecía a sufragar los gastos que implicaban las ceremonias, primero invitaba a los mercaderes de los doce pueblos, luego emprendía un viaje a Tuxtepec para invitar a los mercaderes que allí moraban, ofrecía un banquete y los obsequiaba con cañas de humo, flores, mantas y cacao. Allí, frente a Yacatecuhtli, hincaba tantos báculos como esclavos iba a sacrificar, los cubría con mantas coyoichcatl tetecomayo, de algodón café con adornos de la olla del dios del pulque, con flecos de pluma; con maxtlame de cabos largos, naguas y huipilli bordados con flores; así indicaba que con ellos ataviaría a los esclavos. Al regreso de Tuxtepec reunía todo lo que tenía preparado para gastar en los cuatro días que duraba la fiesta: comida, bebida, menaje doméstico y mantas; de éstas había reunido 800 o 1200 de las llamadas huitztecolla xochio, es decir, mantas veteadas de negro con diseño de flores; tlapiltilmatli, mantas anudadas; tlacaziuhqui, mantas con miembros de persona; canaoca ommatl tilmatli, es decir, mantas delgadas de dos maitl13 aproximadamente; amanepaniuhqui, mantas con papel entretejido; 400 maxtlame ricos de algodón coyuchi, maxtlame con puntas largas y maxtlame blancos; todo lo destinaría para obsequiar a los grandes capitanes: al tlacatecatl, al tlacochcalcatl, cuauhnochtli,
12 13
A. M. Garibay, Vida…, op. cit., p. 65. Un maitl = 2.50 metros.
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quaquachictin, a los otomies, al mixcoatlailotlac, al ezhuahuacatl, a los mazateca, tocuilteca, atepaneca y a los jefes de la alta jerarquía. En segundo lugar obsequiaba con mantas a los mercaderes principales: a los pochteca tlailotlac, a los nahual-oztomeca, pero no a todos obsequiaba, sino a los más ricos y estimados y de acuerdo con sus méritos. En tercer lugar regalaba a los mercaderes principales que habían llegado desde lejos y a los mercaderes tratantes de esclavos; finalmente obsequiaba a las mujeres que también comerciaban con esclavos; a éstas les regalaba naguas llamadas yollo, mantas con corazones; tlatzcalotl; ylacatziuhqui, mantas de color café; huipilli yollo, huipiles con corazones e ixquauhcallo, huipiles con dibujo de cara de águila. En el cuarto día de las ceremonias se realizaba el sacrificio de los esclavos en el templo de Pochtlan o de Acxotlan, situados en los barrios de los mercaderes. El cuerpo de los sacrificados se llevaba a la casa del mercader, en donde se cocía la carne con un poco de sal y se servía con un poco de maíz cocido. El dueño del esclavo guardaba los atavíos y los cabellos de la coronilla de la víctima en una petaquilla; los tenía como reliquia y recuerdo del banquete, ya que el acontecimiento abonaba en aumento de su prestigio y dignidad. Las mujeres que participaban en el festejo contribuían con una manta de ichtle para los cantores.
Bulto funerario de un mercader.Códice Magliabechi.
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Cuando ningún mercader se ofrecía para comprar el esclavo para el sacrificio, los habitantes de Amantla, barrio donde vivían los artesanos plumajeros, cooperaban dando mantas para la compra del esclavo. 14 Los mercaderes también participaban y contribuían con esclavos para sacrificio en las veintenas detochcatl, miccailhuitl, huey miccailhuitl y tititl. La distribución de enormes cantidades de mantas, de textiles y de otros bienes permitía la circulación de éstos hacia otros canales de distribución locales, regionales y aun extrarregionales. Al morir un mercader en tierras lejanas, sus parientes hacían una estatua de rajas de ocote y la cubrían con las ropas del difunto, lo amortajaban con mantas entreveradas con papeles. A media noche lo incineraban en el cuauhxicalco o en Tzompantitla. Cuando el mercader moría en su casa de alguna enfermedad, hacían la misma ceremonia, enterraban el cuerpo acompañado de piedras y plumas finas, joyas, pieles de jaguar y mercancías con que trataba; quemaban la estatua de colotes en el patio de su casa.
14
B. de Sahagún, Códice Florentino, op. cit., vol. 3, fol. 77.
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Las mantas en la vida cotidiana ——•——
Las tilmatli no sólo cumplieron su cometido como parte esencial de la indumentaria masculina, en momentos críticos de la vida del indígena fueron el referente de significados simbólicos en cada situación y tiempo específicos, pues indicaban jerarquía, posición, oficio, habilidad, unión, deshonra, valentía, estado civil, grupo étnico, etc. Las tilmatli y la manera de usarlas en cada etapa de la vida del indígena se regían por un protocolo establecido y llevaban implícitos mensajes cifrados, inteligibles sólo para el grupo de usuarios. Nacimiento
Desde el primer instante de vida, el destino de la niña quedaba unido al de hilar y tejer. Al nacer, la partera buscaba al tonalpouhque para que indagara cuál sería el signo y la ventura de la criatura. A las niñas nacidas en el signo ce xochitl (uno flor), se les auguraba que serían buenas labranderas, pero para gozar de esta habilidad debían ser devotas de su signo y hacer penitencia en los días en que reinaba;1 la mala fortuna la perseguiría si nacía bajo el signo ce calli (uno casa), pues se pronosticaba que sería una mujer buena para nada: no sabría hilar ni tejer, sería boba y tocha, soberbia y vocinglera. 2 A los cuatro días de nacida, la partera le imponía el nombre. En el patio de la casa la bañaba cuatro veces con agua fría; al mismo tiempo 1 2
B. de Sahagún, Historia general…, op. cit., vol. 1, p. 328. Ibid., p. 355.
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La niña recibe sus instrumentos para hilar y tejer. Códice Mendocino.
tres niños gritaban el que sería su verdadero nombre. Luego la partera colocaba en una de sus manecitas un cestito con los instrumentos de hilar y tejer: huso, telar, algunos dechados y un manojo de escobas, objetos con los que habría de trabajar teniendo edad para ello; porque el aprendizaje del hilado y el tejido eran la parte medular de la educación femenina. Al mismo tiempo la partera invocaba a Chalchiuhtlicue y a Xochiquetzal, patrona de los artesanos y artistas. Si el padre de la niña era un tecuhtli o mercader, con antelación se preparaba con mantas y vestidos que repartiría entre quienes se presentaran a dar los parabienes a la recién parida; a su vez, los visitantes llevaban mantas ricas de regalo. Cuando el padre era de una posición económica menor, sólo obsequiaba una manta y maxtlatl comunes; la gente pobre hacía este saludo obsequiando comida y bebida. 3 A los veinte días, los padres presentaban a la niña en el templo llevando una ofrenda de mantas, naguas, huipiles y algunos alimentos. Ella misma llevaba su ofrenda al templo cuando tenía edad para caminar. En la cuarta veintena delxihuitl, hueytozoztli, se realizaba la fiesta de purificación de las mujeres paridas en el año anterior; al mismo tiempo, se circuncidaba a los niños. En cada ermita de los barrios las mujeres dejaban sus ofrendas de mantas, codornices, alimentos y flores; en el templo de 3
Ibid, p. 204.
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Huitzilopochtli depositaban la ofrenda principal, de mayor cantidad y calidad de esos productos. En casa de la mujer purificada se ofrecía un 4 banquete y se regalaban mantas, naguas y huipiles a los invitados. La madre se encargaba de la educación de la niña en sus primeros años. A los cinco años se iniciaba en el aprendizaje del hilado y el tejido. Daba consejos a su hija para que fuera una mujer honesta y trabajadora, le decía “sé diligente en hilar y tejer, coser y lavar, porque 5
así serás amada y alcanzarás lo necesario para comer y vestir”. El padre también la amonestaba y aconsejaba; si por ventura vinieres a necesidad de pobreza, mira, aprende muy bien y con gran advertencia el oficio de las mujeres, que es hilar y tejer; abre bien los ojos para ver cómo se hace la delicada manera de tejer y labrar y de hacer pinturas en las telas, y cómo ponen los colores, y cómo juntan los unos con otros aprende bien cómo se urde la tela, como se ponen las cuñas entre la una tela y la otra para que pase la lanzadera…6
En el Códice Mendocino, en los folios 57, 58, 59 y 60, se registró como era este aprendizaje y los castigos a los que se hacía acreedora la niña cuando no lograba la habilidad que la madre le pedía.
Niña de seis años aprendiendo a hilar. Códice Mendocino. 4
J. de Torquemada,op. cit., vol. 2, p. 188. F. J. Clavijero,op. cit., vol. 2, p. 205 6 B. de Sahagún, Historia general…, op. cit., vol. 2, p. 128. 5
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Cuando la joven cumplía catorce años, la madre la entregaba al templo; allí, después de terminar su servicio, oraciones y penitencias, se dedicaba a hilar y tejer mantas. Estas jóvenes eran cadañeras, pero había otras que decidían permanecer de por vida al servicio de los dioses. Ya casadera, si algún joven la pedía en matrimonio, sus padres se aprestaban a llevar la ofrenda al templo; tendían una manta blanca sobre la que colocaban la ofrenda y la cubrían con otra7 llamada tlacaquachtli, en la que estaban tejidas cabezas de personas. Matrimonio
Concertado el matrimonio entre los parientes de la pareja y los principales del calpulli; para celebrar la ceremonia contrataban a una ticitl (casamentera); en casa de la joven, ésta extendía una manta tlilquemitl en el piso (de tejido ralo de color negro), donde se arrodillaba la joven; enseguida la ticitl la cargaba sobre sus espaldas y así la conducía a la casa del joven; allí la novia daba siete vueltas en torno al fogón y luego ambos contrayentes se arrodillaban, el hombre a la derecha y la mujer a la izquierda. La madre del joven vestía a la muchacha con un huipilli y ponía a sus pies un cueitl (enredo) todo muy labrado; después la madre de la muchacha cubría al joven con una manta fina y ponía a sus pies un maxtle de la misma calidad. El sacerdote ataba la manta del novio a la punta del huipilli de la novia, para simbolizar la unión de la pareja. Continuaban otras ceremonias, comidas, bebidas y danzas que duraban cuatro días. Durante esos días, los recién casados hacían penitencia y guardaban abstinencia encerrados en una habitación, vestidos con atuendos nuevos; la cuarta noche el sacerdote les arreglaba un lecho de esteras y mantas sobre las que ponía unas plumas, un pedazo de piel de jaguar y un chalchihuitl, amuletos que creían atraerían abundante descendencia de hombres valientes como el jaguar y mujeres delicadas como las plumas de las aves. Consumada la unión sexual, al día siguiente los novios y los familiares llevaban el lecho nupcial al templo, en ofrenda
7
Ibid., vol. 2, p. 263.
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Casamiento de dos jóvenes. Códice Mendocino.
para que la unión fuera duradera. De regreso a casa los padres de los jóvenes repartían mantas, comida y bebida, cantaban y bailaban. 8 Los pipiltin acostumbraban tener numerosas consortes, sospechaba el médico Francisco Hernández que era para llevar una vida con mayor voluptuosidad, para recibir de ellas muchos hijos, por deseo de lucro para tejer y aumentar su ajuar. En casa del tlatoani las señoras se ocupaban de atender a sus hijos y en tejer, y todas las hijas de señores de pueblos amigos y vecinos que vivían en su casa como huéspedes, también se ocupaban en hilar y tejer. En el Códice Tudela se registró que los señores tenían en sus casas a algunos hombres vestidos como mujeres que se ocupaban de las labores femeninas de hilar y tejer. Las artesanas
Las jóvenes recogidas en los templos tenían como una de sus principales ocupaciones tejer las mantas para las efigies de los dioses, para los adornos de los altares de los templos y las que usaba el señor, determinadas por el protocolo ceremonial religioso o civil, las que éste destinaba como regalo a los señores aliados y a los enemigos, las que entregaba como estímulo a los guerreros valientes y aquellas destinadas a ocasiones y eventos especiales. A estas jóvenes Sahagún las llamó “tejedoras de labores” y describe como se desempeñaban en su quehacer: 8
J. de Torquemada,op. cit., vol. 3, p. 156.
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tiene por oficio tejer mantas labradas, o galanas y pintadas, la que es buena de este oficio, y así sabe matizar los colores y ordenar las bandas en las mantas[...] también tiene por oficio hacer orillas de mantas, sabe hacer labor del pecho de huipil y hacer mantas de tela rala[...] y por el contrario hacerlas gruesas de hilo gordazo o grueso.9
En esas líneas el buen fraile nos informa que las tejedoras diestras dominaban hábilmente desde el proceso del hilado, dando a las fibras el grosor y texturas deseadas, que luego lo organizaban en el urdidor de acuerdo con un diseño preconcebido y en el telar lo materializaban con las técnicas que dominaban: brocado, gasa, tela doble u otra. Algunos varones participaban en partes del proceso del hilado y del tejido, como en la preparación de las materias primas: en la de los tintes y el teñido de los hilos y de las madejas. En el mercado de Coyoacan ofrecían su trabajo los artesanos y artesanas que hacían los flecos a los huipilli o a las mantas, En Coahuitlan, pueblo cercano a Tezcoco, los hombres se especializaron en tejer mantas de “nequen” (ichtle), y había un gobernador noble nombrado por Nezahualpilli, encargado de ellos.10 Algunas mujeres se especializaban en ciertas técnicas de tejido o en partes del proceso, como las que colocaban hilos en la urdimbre, las que preparaban el hilo de algodón y de ichtle torcido con plumas delicadas de pollos, patos o gansos; otras eran las que tejían las mantas labradas; es decir, que el diseño del motivo decorativo se hacía al tiempo de tejer con técnicas como el confitillo, el tejido doble, la gasa, el brocado o el tapiz. También estaban las que adornaban las telas con sellos o pinturas, otras se especializaban en hacer las orillas de la manta o cenefas con “ojos”, otras terminaban el escote de los huipilli y otras más tejían las tilmatli con tochomitl o plumas delicadas. Los artesanos de Amantla, pueblo cercano a Azcapozalco fueron famosos por sus trabajos de plumaria y los textiles bordados con plumas finas dieron a conocer a sus hábiles tejedoras. Todavía a mediados del
9
B. de Sahagún, Códice Florentino, op. cit., vol. 3, fol. 39. J. de Torquemada,op. cit., vol. 1, p. 184.
10
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Mantas tejidas con pluma y con tochomitl. Códice Tepetlaoztoc.
siglo xvi los pueblos pertenecientes a la encomienda de Tepetlaoztoc, en el actual Estado de México, tributaban mantas tejidas con tochomitl y con plumas finas. En las regiones conquistadas por los ejércitos de la Triple Alianza hubo pueblos en donde las tejedoras se especializaron en determinadas técnicas o diseños decorativos en las mantas. Las mujeres otomíes de los valles de Toluca e Ixtlahuaca fueron diestras en el tejido de prendas con hilo de ichtle; ellas tejían las finísimas ichtilmatli tenixio que usaban los señores en ocasiones especiales. Desde tiempo antiguo las mujeres de la Huasteca fueron famosas por la belleza de sus prendas textiles, así lo atestiguan las figurillas arqueológicas; fue la zona donde se cultivó el algodón blanco, el amarillo y una especie que se producía en árboles, el quauhichcatl; las mujeres de esa región solían traer naguas y huipilli ametalados y los hombres buenas tilmatli y maxtlame; algunas mujeres portaban el camitl, especie de huipilli tejido con técnica de red. En la Huasteca las mujeres tejían las mantas de mil colores y las mantas pintadas con remolinos de agua. Las artesanas de Michoacán hacían las mantas de tejido doble llamadas tzanaton; las olmecas uixtotin de Veracruz y las mixtecas de Oaxaca también fueron hábiles tejedoras. La Matrícula de Tributos registró la especialidad de las artesanas de algunas provincias: Tuxpan, Oxitipan, Tlapacoya y Tlatlauhquitepec situadas en la costa del Golfo, enviaban a Tenochtitlan mantas decoradas con rayas negras y amarillas; los textiles acolchados, llamados cacanioliuhqui, provenían de pueblos de las provincias de Huaxtepec, 155
Cuernavaca, Tepecoacuilco, Coixtlahuaca, Coyolapan y Cotaxtla. Los pueblos de las provincias de Toluca, Ocuilan y Xocotitlan tributaban mantas finas de ichtle, con un diseño geométrico característico. En los pueblos pertenecientes a Jilotepec, Ocuilan, Tlaxco, Cotaxtla, Tuxpan y Atlan las mujeres tejían mantas ricamente decoradas con diseños que aluden a iconos, símbolos religiosos propios de determinadas deidades; por ejemplo elepcololli que identificaba a los dioses de la danza; el águila que se relacionaba con el Sol, con los guerreros y con Huitzilopochtli; el ehecacozcatl símbolo de Ehecatl-Quetzalcoatl, o la piel del jaguar que rememoraba a Tezcatlipoca y a los guerreros valientes. Muerte
Los ritos funerarios en torno al cadáver tenían como fin facilitar el desprendimiento del tonalli y preparar su penoso recorrido hasta alcanzar su morada final; sin embargo, esta morada se concebía acorde con la manera en que el hombre había vivido, pero sobre todo con cómo había muerto. El tonalli de quienes morían de muerte natural o a causa de un accidente iban al Mictlan, lugar frío y oscuro donde señoreaba Mictlantecuhtli; el tonalli de aquellos que morían ahogados o tocados por un rayo, los leprosos, gotosos, reumáticos e hidrópicos iban al Tlalocan, lugar de gozos y deleites señoreado por Tlaloc; las almas de los guerreros muertos en batalla o en la piedra del sacrificio acompañaban al Sol desde el amanecer hasta el medio día, convertidos en pájaros y mariposas de mil colores; las mujeres muertas en el parto acompañaban al Sol desde el cénit hasta el atardecer, pues las consideraba guerreras muertas en combate. Se encargaban de lavar, vestir y amortajar el cadáver los parientes; en caso de un tecuhtli o del tlatoani lo hacían los sacerdotes ancianos, para ello cortaban un buen número de papeles con los que lo vestían. Después, según su jerarquía, condición económica y las circunstancias de su muerte, lo amortajaban con un buennúmero de mantas que liaban con un cordón cubierto de plumas blancas de garza. A los guerreros los vestían con mantas y aderezos del dios de la guerra Huitzilopochtli; a los mercaderes con los de Yacatecuhtli, a los que morían ahogados con los de Tlaloc, a los borrachos con mantas e insignias propias de Ometochtli o de Tezcatzoncatl. 156
Generalmente llevaban más ropa cuando muertos que estando vivos, esto era porque creían que el alma debía pasar por Itzehecayan, lugar donde sopla un viento helado que cortaba como cuchillo. Esta era también la razón por la que incineraban toda la indumentaria del muerto, sus armas y todas sus pertenencias, pues creían que el calor del fuego aliviaría el frío de ese terrible viento. 11
Acompañaban el cadáver con una serie de objetos que facilitarían su recorrido y paso por las nueve etapas peligrosas antes de llegar a su destino final; éstos eran papeles recortados, manojos de teas, cañas con perfume, hilos flojos de algodón rojo, granos de cacao; una manta, un maxtlatl e instrumentos de trabajo si el muerto era un varón; un cueitl, huipilli, la cestita con los instrumentos de hilar y tejer si era mujer, pues era creencia que todo lo necesitarían en su nueva morada. Cuando el difunto era un principal sacrificaban a uno o dos esclavos y a alguna de sus mujeres para que le sirvieran en el más allá. A los cuatro días incineraban el bulto mortuorio con todas sus pertenencias; luego las parientes bebían las cenizas mezcladas con pulque; ofrecían comida y bebida a los asistentes a la ceremonia y les obsequiaban mantas quachtli, comida y vestidos. A los ochenta días y al año se hacían otras ceremonias con comida, bebida y regalos. La costumbre de incinerar a los muertos acompañados de toda su indumentaria, armas, joyas, distintivos, instrumentos de trabajo y otros objetos personales fue la causa principal de que el arte textil mesoamericano no llegara a nuestros días. Las tilmatli y la justicia
El orden y la justicia en la sociedad mexica se apoyaba en una serie de pautas de conducta derivadas de los usos y costumbres; algunas, transformadas en leyes, sancionaban las faltas a las normas en el ámbito en que se presentaban. La transgresión a una norma se castigaba severamente con la pena de muerte, la prisión, el destierro o la confiscación de los bienes; sanciones que tenían como fin evitar el relajamiento de la colectividad.
11
F. J. Clavijero,op. cit., vol. 2, p. 187.
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Clavijero informa que existieron documentos jurídicos y una legislación civil, penal y mercantil registrada en los documentos pictográficos; ejemplo de ellas son las Leyes de Netzahualcoyotl, el “Mapa del reparto de aguas de la laguna”; la tercera parte del Códice Mendocino y muchos mapas y planos que registraron límites y propiedades de tierras. Hubo varios tribunales en Tenochtitlan; en cadacalpulli el calpuleque se encargaba de resolver los problemas surgidos dentro de su comunidad, a excepción de los penales. Los asuntos que no eran resueltos dentro del calpulli se turnaban a un consejo que sesionaba en el palacio, éste estaba formado por el tlacatecatl, el cuauhnochtli y el tlailotlac, que estaban asistidos por los tlayacanqui y los topilli. Había además un tribunal superior llamadotlacxitlan presidido por el cihuacoatl, quien resolvía las causas relativas a la nobleza. En el tlatocan, o consejo de ancianos se deliberaban los asuntos concernientes a las actividades bélicas, allí la palabra del tlatoani era definitiva. Los contratos de compra-venta, las permutas y los arrendamientos, así como el matrimonio, el divorcio y la patria potestad estaban reglamentados; se castigaba la transgresión de normas morales como la embriaguez en lugares públicos, el adulterio, la sodomía o la ruptura del orden público; también existieron normas y protocolos para la declaración de guerra a pueblos vecinos o enemigos. Los pochteca tuvieron un tribunal exclusivo para ellos, establecido en el mercado de Tlatelolco, que juzgaba los delitos allí cometidos; así, por ejemplo, determinaban que un hombre podía convertirse en esclavo cuando hurtaba una gran cantidad de mantas, de mazorcas de maíz, de joyas o de gallinas, todos ellos considerados objetos de gran valor económico, de tal manera que su pérdida era equiparable a la libertad del individuo; cuando el hurto era menor y el delincuente no era reincidente, se juntaban los parientes y entre todos reunían el número de mantas necesarias para cubrir el hurto; si el hurto era una red de pesca, el ladrón debía pagarla con mantas, de no cumplir se convertía en esclavo, lo mismo sucedía al que robaba una canoa.12 En el mercado de Tlatelolco los inspectores castigaban a quienes defraudaban con pesas o medidas y a quienes adulteraban el pulque. 12
R. Tena,La religión ..., op. cit., p. 89.
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Algunos castigos para las transgresiones del orden establecido fueron los siguientes: cuando un individuo pedía prestado objetos de valor como mantas, joyas o plumas y no las regresaba al dueño en el tiempo convenido, sus acreedores podían venderlo por el valor de los objetos prestados. Si alguno se beneficiaba de magueyes ajenos para hacer miel, pagaba con mantas lo que los jueces le ordenaban, pero si no cumplía lo hacían esclavo. Cuando un indígena moría sin pagar las mantas fiadas, el que las fió tenía derecho de hacer esclava a la mujer del difunto, sin embargo ésta podía reparar el daño pagando con mantas, cacao o plumas finas. Las faltas a las normas morales también se castigaban con severidad, así se convertía en esclavo aquel que fornicaba con una viuda y morían lapidados aquellos que cometían adulterio. Las leyes suntuarias tenían su srcen en los distintivos militares; ningún individuo podía usar mantas labradas de colores, joyas o plumas finas mientras no hubiera demostrado ser valiente y cautivado en la guerra. Recordemos que Moctezuma Ilhuicamina dictó una serie de normas relacionadas con el uso de indumentaria, joyería, distintivos y para las casas habitación, para cada estrato de la sociedad, haciendo una clara distinción entre pillis y macehualtin. En cada grado militar los soldados usaban un tipo determinado de tilmatli, adornos, armas, peinado, pintura facial y distintivos, aquel que osaba vestir el que no le correspondía era castigado con la pena de muerte. Así como se premiaba a los soldados valientes en el campo de batalla, se castigaba y deshonraba a los cobardes, temerosos y traidores; recordemos como Moctezuma Xocoyotzin deshonró a sus capitanes cuando perdieron en la guerra contra los tlaxcaltecas. Para la declaración de guerra existían normas y protocolos: un embajador llevaba el mensaje y una serie de objetos que simbolizaban el desprecio hacia el enemigo; éste fue el caso de Maxtla cuando desafió a Itzcoatl enviándole mantas de ichtle pequeñas y amarillas y a sus soldados naguas y huipilli, señalándolos como cobardes. También enviaban algunas mantas y rodelas de baja calidad para significar el desafío. En cambio, cuando se deseaba una alianza con un pueblo, en ocasiones se hacía mediante un matrimonio, el embajador llevaba de parte del tlatoani regalos para el señor del lugar: mantas finas, huipilli, 159
maxtlame, varias cargas de quachtli; mantas llamadas coaxacayotilmatli, ocelotilmatli, itzcoayotilmatli, papaloyotilmatli tenixio y otras. Las faltas a las normas religiosas también fueron severamente sancionadas. La incontinencia, violación, estupro, incesto y homosexualidad en los sacerdotes se castigaba con la pena de muerte. Las faltas a las normas establecidas en los rituales se penaban despojando de su manta a los jóvenes del telpochcalli y a los sacerdotes. Juegos y apuestas Tuvieron los mexica varios juegos de pasatiempos, sin embargo había algunos individuos que se aficionaban a ellos motivados por las apuestas, esos jugadores: siempre andaban necesitados, jugaban las joyas, las piedras, las mantas, los esclavos, los bragueros, los aderezos de sus mujeres, las tierras, las casas, las sementeras, las trojes llenas de grano, los magueyales[…] cuando ya no tenían qué jugar, jugábanse a sí mismos.13
Ocurrido esto último, podían rescatarse en un tiempo convenido, pero cuando no lo hacían se convertían en esclavos perpetuos del ganador, que bien podía ofrecerlos en sacrificio.
Juego del patolli, de un lado se apuestan mantas y plumas y del otro mantas y joyas. Códice Durán. 13
D. Duran, op. cit., vol. 1, p. 200.
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Entre esos juegos que practicaba el común de la población, fray Diego Durán menciona el del alquerque, parecido al juego de ajedrez, y el de las cañuelas; pero el más generalizado, dice, era el juego del patolli, que podía jugarse de manera individual o por grupos, aunque uno solo jugaba por todos; en ellos las apuestas eran el incentivo del juego. El entusiasmo se desbordaba en las justas del juego de pelota, en esas ocasiones corrían enormes apuestas. Ciudades y pueblos de cierta importancia contaban con una o varias canchas de juego de pelota, lo que contribuía a aumentar el prestigio y la autoridad del señor de la localidad. Cuando había una competencia las canchas se colmaban de señores, nobles y público en general que apostaban a uno u otro bando en la contienda. Había señores que acudían a las fiestas de las ciudades y pueblos llevando consigo algunos jugadores experimentados para competir con los jugadores locales; en esas ocasiones, cargaba grandes cantidades de mantas ricas, quachtli, maxtlame, ropas de mujer, joyas, aderezos de guerra, plumas, pieles y otros bienes para apostar. Los macehuales aficionados a este juego apostaban cosas de poco valor: mantillas, plumas y piedras de baja calidad, pero aun llegaban a más: “a vender los hijos y aún jugarse a sí mismos y volverse esclavos”.14 Las apuestas de las tilmatli en todo tipo de juegos se distribuyeron por diversos canales de circulación dentro de la estructura económica del señorío mexica.
Juego de pelota. Códice Durán. 14
Ibid., p. 210.
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Agüeros y creencias
Ya hemos dicho que el tejido adquirió gran importancia en todos los ámbitos de la vida del indígena al atribuirle un srcen divino. Este arte se vio envuelto en un cúmulo de supersticiones y creencias que involucraban desde las materias primas: algodón, tintes, colorantes, hasta los instrumentos de trabajo: telar, urdidor, malacates; pasando por los materiales decorativos: plumas, pelo de conejo, conchas, cuentas, etc. Los actos supersticiosos iban desde propiciar a las deidades protectoras para sembrar o cosechar el algodón, para preparar las fibras de éste o del agave o para iniciar el trabajo al colocar los hilos en el telar; acudían al tonalpouhque para conocer el día propicio para iniciar cualquiera de esas actividades. El tonalamatl , calendario ritual, auguraba los días fastos o nefastos para las artesanas tejedoras y las labranderas; se creía que las niñas nacidas en el día ce xóchitl serían diestras en el arte textil. Otros signos del calendario también auguraban el buen signo de las artesanas; por ejemplo, los trece días del signo cipactli, pues estaban protegidos por Tlaltecuhtli. El décimo quinto signo ce calli auguraba ser malo para la niña que nacía cuando éste reinaba, pues no servía para nada, ni para hilar ni para tejer, sería boba y tocha, risueña y soberbia, parlera y chismosa, holgazana, dormilona, y así terminaría vendiéndose como esclava y vendría a morir en el tajón de los ídolos.15 En la quinta veintena, llamadatoxcatl, los sacerdotes de loscalpullis purificaban el espacio y los objetos que había en las casas, empezaban con las habitaciones, seguían con el fogón, luego el metate, los cestos, ollas y petates; los instrumentos de tejer, los de labrar y los de otros oficios. Los oficiales que hacían trabajos de pluma, en tlaxochimaco, la novena veintena, además de las tejedoras, labranderas, tintoreras y bordadoras de tochomitl ofrecían una esclava a sus dioses protectores: Xochiquetzal, Coyotlinahual y Xiuhtahtli, con la esperanza y ánimo de perfeccionar la habilidad para sus trabajos. Aquellas artesanas nacidas en el día chicuei tochtli (ocho conejo), ofrendaban mantas deshiladas, papel e incienso a Tonatiuh, porque ese era su día, después llevaban la ofrenda a lo alto de un cerro. Cuan15
B. de Sahagún, Historia general…, op. cit., vol. 1, p. 355.
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do enfermaban acudían al cerro en un díachicuei quiahuitl (ocho lluvia), llevando mantas de red. Creían las tejedoras que cuando trabajaban un lienzo, ya fuera para mantas, ya para huipilli o cueitl, si la tela se aflojaba más de una parte que de otra, decían que aquél que la había ordenado era una persona de mala vida.16 Tenían por superstición que ciertos días al anochecer descendían las mocihuaquetzque, mujeres muertas en el parto, que se dedicaban a buscar husos, lanzaderas, telares, petaquillas y los instrumentos para hilar y tejer; muchas veces estos fantasmas se presentaban a sus maridos y los obsequiaban con naguas y huipilli.17 Se decía que Topilzin Quetzalcoatl dejó ordenado que cuando enfermara el tlatoani castigaran la escultura de Tezcatlipoca cubriéndolo con una manta y no la quitaran hasta que el señor muriera o sanara. Lo mismo hacían los macehuales cuando enfermaban, pero en esa ocasión cubrían la escultura de Huitzilopochtli; cuando el enfermo moría lanzaban imprecaciones y maldecían al ídolo. Las mantas adquirían cierto poder mágico cuando los conjuradores de granizo, los teciuhtlazque, lo ahuyentaban sacudiendo su manta y pronunciando ciertas palabras mágicas. Los mercaderes que vendían mantas procuraban tener consigo la mano de una mona, pues creían que cuando la llevaban consigo, pronto vendían su mercancía. Cuando no tenían suerte en el tianguis, por la noche ponían manojos de chiles entre las mantas, para que éstas comieran y así satisfechas, al día siguiente pronto se vendieran. 18 Cuando un ratón o murciélago entraba en el oratorio de un ídolo y roía las mantas del templo o hacia algún agujero, creían que algún pecado o injuria se había cometido contra el dios. 19 Adivinanzas
Una actividad cotidiana presente en todos los estamentos sociales femeninos dio ocasión para que el pueblo hiciera chistes y adivinan16
F. Alvarado Tezozomoc,op. cit., p. 351. B. de Sahagún, Historia general…, op. cit., vol.2, p. 181. 18 B. de Sahagún, Códice Florentino, op. cit., vol. 1, p. 352. 19 D. Durán, op. cit., vol. 2, p. 35. 17
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Instrumentos para el hilado y el tejido. Códice Florentino.
zas con respecto a ella; éstos son algunos que recogió fray Bernardino de Sahagún: P. ¿Qué es lo que en un día se empreña? R. es el huso P. ¿Bailan y bailan los barrigudos y pantorrilludos? R. Es el huso P. ¿Qué es, qué es, que corre dejando las tripas en los pies? R. El hilo y la aguja. P. ¿Qué cosa y cosa que va por un valle y lleva las tripas arrastrando? R. Es la aguja cuando cosen, que lleva el hilo arrastrando.
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Las mantas en la economía ——•——
El tributo
A los pueblos sometidos y sojuzgados por los ejércitos de la Triple Alianza se les impuso el tributo, contribución obligatoria que consistía en el pago de bienes y servicios al señor de Tenochtitlan y a los señores de Tezcoco y de Tacuba. Más tarde este impuesto también se aplicó a los pueblos que voluntariamente decidían entregarse de paz. Algunos cronistas, como el oidor Alonso de Zorita, refieren que el tributo se exigía de acuerdo con lo que se producía y el número de habitantes de cada localidad, “cada provincia y pueblo tributaba según su calidad y gente y tierras que tenían, porque cada pueblo o provincia tributaba de lo que en ella se cogía y labraba”; 1 adelante señala que: “el común del tributo eran sementeras de maíz, ají, frijoles, algodón y para ello tenían en cada pueblo señaladas tierras [...] los oficiales tributaban lo que era su oficio, los mercaderes sus mercancías: ropa, plumas, joyas, piedras”.2 Pero no siempre fue así, Zapotitlan, pueblo perteneciente al obispado de Tlaxcala, situado en el sur del estado de Puebla, tributaba 18 patolquachtli, nueve cargas de cacao y 180 cargas de sal; pero en Zapotitlán, debido a su situación geográfica no se cultivaba el algodón, ni el cacao; la sal la obtenían por evaporación y filtración de las aguas salinas del río Salado, misma que intercambiaban 1
Alonso de Zorita, Breve y sumario relación de los señoríos de la Nueva España , México, 1963, p. 117. 2 Ibid., p. 117. unam,
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por algodón y cacao, y de esta manera cumplían con el tributo exigido. En otras modalidades del impuesto, el señor adquiría el algodón en breña mediante intercambio comercial o tributo y lo entregaba a las mujeres de sus macehualtin para que lo hilaran y lo tejieran, con el producto de ese trabajo cumplían con la entrega exigida. Sin embargo, en los documentos de registros tributarios los textiles ocupan casi siempre el primer lugar; no es de extrañar la exclamación de labios de fray Diego Durán al referirse a los tributos3 que pesaban sobre la población: “mantas, que era cosa de espanto”. Tributaban todos, absolutamente todos los miembros del calpulli: macehualtin, agricultores, artesanos, comerciantes y guerreros; el tributo de estos últimos era ir a la guerra. Estaban exceptuados del impuesto los pipiltin, los funcionarios de la administración local, los sacerdotes, los pintores de mapas, los enfermos, los ancianos y los mancebos. A las poblaciones que voluntariamente se sometían las llamaban tequintlacotl, es decir, trabajo de esclavos. Estas poblaciones recibían un trato mejor que las poblaciones sometidas por la guerra, puesto que no se les fijaba una tasa obligatoria, sino que llevaban regalos al señor de Tenochtitlan una vez al año, pero si era poco se enojaba con ellos y si era mucho quedaba agradecido. A partir de Moctezuma Xocoyotzin, el tributo que se entregaba voluntariamente se hizo obligatorio para todos los pueblos amigos y vecinos. A los pueblos sometidos y que cometían el desacato de rebelarse se les doblaba el tributo, así sucedió con las poblaciones del señorío de Cuetlaxtla; Moctezuma Ilhuicamina, después de sofocar la rebelión, decretó que: de ahí en adelante las diesen de 20 brazas 4 [mantas], y que si ahora daban piedras hijada verdes, que de hoy las diesen blancas y coloradas, y que si hasta ahora daban cueros de tigres y leones manchados, que desde ahí en adelante los diesen blancos y que tributasen culebras vivas y otras mil sabandijas, sólo por darles molestia y pesadumbre y humillarlos más.5
3
D. Durán, op. cit., vol. 2, p. 206. Una braza = 1.68 m aproximadamente. 5 D. Durán, op. cit., vol. 2, p. 199. 4
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Por una parte las familias de los pueblos sometidos cumplían en común con el impuesto para entregarlo al señor de Tenochtitlan; por otra, debían cumplir con el tributo para el señor de la localidad, que consistía sobre todo en servicios y alimentos: el beneficio de las milpas, el hilado y tejido de algodón y servicios en su casa. El tequitl (tributo) de los varones en la agricultura y el hilado y tejido para las mujeres fue el impuesto más generalizado. Sin embargo el macehual o artesano que no cumplía con el tributo asignado “por la primera vez lo desterraban por cierto tiempo y la segunda vez moría naturalmente, dentro de una jaula donde moría de hambre o lo sacrificaban”.6 Los periodos de recaudación eran cada ochenta días, cada seis meses o anualmente, dependiendo del producto de que se tratara: mantas quachtli, trajes de guerrero de baja calidad con sus rodelas y tocados, ollas, papel, grana, madera, etc.; dos veces al año: maíz de regadío, chalchihuitl, ámbar y otros productos; anualmente: mantas tejidas con pluma o con tochomitl, trajes finos de guerrero, oro, plata, plumas finas, etc. Se recogía en cuatro veintenas: en la segunda, tlacaxipehualiztli, en la sexta, etzalcualiztli, en la decimoprimera, ochpaniztli, y en la décimo quinta; panquetzaliztli. En ocasiones especiales también se exigía tributo para la coronación o muerte de un tlatoani o para la inauguración de templos y de construcciones públicas. El funcionamiento de este sistema de concentración y redistribución de la producción se apoyaba en una estructura muy bien organizada administrativamente para la recaudación, almacenamiento, registro y redistribución de los bienes. En cada pueblo o barrio había untequitlato encargado de reclutar a las personas que por tandas debían trabajar en las tierras propiedad deltlatoani, del señor local o de algún pilli, en las del calpulli y en las obras públicas. Otro funcionario, elcalpixque, recogía, registraba y concentraba los bienes tributados. Había pueblos en los que se concentraba lo tributado de una región, eran lospetlacalco o calpixcalco; el encargado de ellos era el petlacalcatl, personaje del estrato de 6
France Sholes y Eleanor B. Adams, “Información sobre los tributos que los indígenas pagaban a Moctezuma. Año de 1554”, Documentos para la Historia de México colonial, México, Porrúa, vol. IV, 1967, p. 31.
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los pipiltin nombrado por el tlatoani, que muchas veces tenía funciones de gobernador. En Tenochtitlan había casas donde se hospedaban los calpixque de diversas provincias cuando llegaban a entregar lo recaudado. La gran concentración de bienes en los petlacalco entraban en circulación y se redistribuían a través de diferentes vías: se usaban para el sostenimiento del tlatoani, de su familia y de los numerosos pipiltin que vivían en su casa. Eltlatoani otorgaba mantas de alto valor como premios y estímulos a los guerreros destacados, como las llamadas coaxacayo tilmatli, adornadas con caras de serpiente y que llegaban a Tenochtitlan a través del tributo de los pueblos de la Huasteca. En fiestas y ceremonias ofrecía regalos valiosos a personajes importantes: en la veintena de tlacaxipehualiztli y en la de ochpaniztli distribuía armas y divisas a los guerreros. En las numerosas ceremonias del calendario de 18 veintenas, el xihuitl, en hueytozoztli el tlatoani ofrendaba vestidos nuevos a la imagen de Tlaloc; en tecuilhuitontli y hueytecuilhuilt costeaba la fiesta, a la última acudían los señores de todas las ciudades importantes y aun los de Huejotzingo, Toliuhquitepeque, Cholula y Tlaxcala que eran señoríos enemigos; a éstos obsequiaba mantas de las más ricas, plumas, chalchihuitl, cueros de ocelote y otros productos suntuarios. El señor de Tenochtitlan usaba las mantas tributadas para asegurar alianzas matrimoniales o alianzas entre pueblos, pero también para sostener acuerdos con pueblos hostiles; así, lospochteca llevaban presentes de mantas y joyas de parte deltlatoani mexica a los señores y principales de Tehuantepec, Tzapotlan, Xicalanco y Sononusco. Los bienes tributados servían altlatoani para sufragar las numerosas construcciones
Colcha, cacanioliuhqui
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Manta nacazminqui
Manta nopalquachtli
públicas: edificios, monumentos, calzadas, canales de tránsito y de riego. El tributo fue una reserva para casos de emergencia: epidemias, sequías y hambrunas. En la época de Moctezuma Ilhuicamina los señores de Tenochtitlan, Tezcoco y Tacuba dejaron de recaudar tributos durante seis años (1445-1451), periodo de inestabilidad atmosférica que afectó el ciclo de cultivo del maíz: “las sequías yheladas extemporáneas llevaron a los pueblos de Anahuac a una crisis de características catastróficas, 7
en la que los componentes fueron hambre y enfermedad”; la escasez de maíz, base de la alimentación del pueblo, provocó que muchosmacehualtin se vendieran como esclavos, que otros huyeran hacia los pueblos de la costa del Golfo en donde las condiciones meteorológicas habían sido menos severas, otros másenfermaron y murieron; consecuentemente el monto de la población disminuyó, se dejó de pagar tributo en granos, en mantas y en otros productos. Con mantas, indumentaria, semillas y parte del tributo se pagaba a los artesanos que no contribuían con el impuesto: cantores y músicos que participaban en las ceremonias de las veintenas y en otras más; así como a los pintores de mapas y los tlacuiloque creadores de códices.
Algodón.
Plumón.
Conchas.
7
Carlos Viesca Treviño, “Hambrunas y epidemias en Anahuac (1450-1454) en la época de Moctezuma Ilhuicamina”, en Angélica Mandujano Sánchez, Luis Camarillo Solachey y Mario A. Mandujano, Historia de las epidemias en el México antiguo , México, imss, 1992, p. 158.
169
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El tributo en materias primas
El algodón y la fibra del ichtle fueron la materia prima que por excelencia se usó en el área mesoamericana para la elaboración de los textiles. El algodón se cultivaba en las tierras cálidas de la costa del Golfo de México y en zonas de los actuales estados de Oaxaca y de Guerrero. Fray Bernardino de Sahagún en su obra menciona las varias clases de algodón que se cultivaban en el área mesoamericana: muy estimado es el que se da en las tierras de riego, y en segundo lugar el algodón que se hace hacia oriente, también es de segundo lugar el que se da hacia el poniente, el tercero es el de Veytlalpan y el que se da hacia septentrión, y el de postrer lugar es el que se dice cuauhichcatl [...] también por sí se vende el algodón amarillo8
Este último se obtenía de la fibra del fruto del pochote (Eriodendrom sufractuosum). En la época de Moctezuma Xocoyotzin (1502-1520), de acuerdo con la Matrícula de Tributos, tributaban algodón en capullo (ichcatl) tres provincias del área del Golfo: Quauhtochco, Tzicoac y Atlan. Cihuatlan, en el actual estado de Guerrero, tributaba 400 fardos de algodón café, conocido como coyoichcatl, y 32 provincias tributaban la fibra convertida en textiles de diversa calidad, medidas y diseños. Los mexica usaron prendas tejidas con fibras de algodón desde que sus ejércitos se abrieron paso hacia los valles de Cuernavaca y de Oaxtepec, pues antes sólo vestían prendas tejidas con fibras de ichtle o de juncos acuáticos. El ichtle es una planta propia de regiones áridas y cálidas, en esos nichos ecológicos crecen ciertas variedades de la planta agave lechuguilla, la palma o pita (Yucca truculeana carr) y la palma de ichtle (Yucca truculeana carr y Yucca carnerosana). La fibra no se tributaba como tal, sino convertida en textiles, morrales, cintas, cuerdas o redes. Moctezuma Xocoyotzin recibía mantas elaboradas con fibras de ichtle, de las provincias de Quahuacan, Toluca, Ocuilan y Tlachco. Textiles tejidos con fibra de palma de izote (Yucca periculosa y Yucca elephantipies) provenían de las provincias de Malinalco y de Taxco. 8
B. de Sahagún, Historia general…, op. cit., vol. 3, p. 139.
174
En la Matrícula de Tributos y en la Información de 1554sólo aparecen la grana cochinilla (Coccus cacti) y el tecozahuitl como productos usados para teñir las fibras. La grana era tributada por pueblos de las provincias de Coixtlahuaca y Coyolapan. Eltecozahuitl, una tierra de color amarillo, lo tributaban ocho pueblos de la provincia de Tlalcozauhtitlan. El añil aparece en la Matrícula de Tributos como: “resina con que se tiñe de azul” y era tributado por pueblos de la provincia de Quiyauhteopan. La ausencia de este tipo de productos en los registros tributarios referentes a la época prehispánica tal vez se deba a que los artesanos y artesanas los conseguían a través del trueque en los mercados locales, y que para obtener determinados colores usaron plantas, productos animales y minerales propios de su hábitat. Plumas, pieles, conchas, cuentas de cobre, oro o plata y piedras semipreciosas se usaron para adornar los textiles. Todos estos materiales llegaron a Tenochtitlan gracias al tributo o al intercambio en el gran mercado de Tlatelolco, en el de Coyoacan y en otros del Valle de México; a los grandes mercados de Tepeaca, Teotitlán y Coixtlahuaca eran llevados por los pochteca desde Xicalanco y Soconusco. Las plumas de bellos colores llegaban a Tenochtitlan de los pueblos de la costa del Golfo y de Soconusco. Las conchas veneras ( Spondilus princeps) llegaban de la costa del Océano Pacífico, de los pueblos de la provincia de Cihuatlán y también de los pueblos de la costa del Golfo. Objetos de cobre, oro y piedras chalchihuites eran tributados por Taxco, Coyolapan y Coixtlahuaca. Pieles de ocelote y ámbar llegaban desde las ricas tierras del Soconusco. La extensión del señorío mexica y el tributo en mantas
Si bien durante el gobierno de los primeros señores de Tenochtitlan los mexica participaron en las campañas de conquista de pueblos del Valle de México, fue como mercenarios del poderoso Tezozomoc, señor de Azcapotzalco —a partir de la derrota del usurpador Maxtla (1428)—, que los mexica se vieron libres de la sujeción a los tepanecas. Itzcoatl (1428-1440), cuarto tlatoani mexica, tuvo como estrategia política y militar el dominio firme de todos los poblados que pertenecían al señorío tepaneca. En Azcapozalco, Coyoacan, Xochimilco y Cuitlahuac además de someter a estos pueblos e imponer el tributo, 175
confiscó sus tierras y las repartió entre los militares de alto grado: a Tlacaelel Cihuacoatl, su segundo, a los funcionarios y a los barrios o calpulli para que con esas tierras sirvieran a sus dioses; entonces se inició la construcción del templo de Huitzilopochtli. De esta manera la ciudad de Tenochtitlan empezó a ampliar su espacio y el número de sus habitantes, atraídos por esta primera bonanza, comenzó acrecer. Por otra parte en las tierras confiscadas se obligó a los pobladores a prestar servicio al tlatoani o a pagar los gastos de guerra. Así Itzcoatl sentó las bases para la expansión y el poderío del señorío mexica. 9 Entre 1428 y 1433 Itzcoatl formó la Triple Alianza con los señores Nezahualcoyotl de Tezcoco y Totoquihuaztli de Tacuba. Más tarde, estos tres señores emprendieron campañas de largo alcance, pero empezaron con los pueblos tlahuicas del Valle de Morelos: Cuernavaca, Yautepec, Huaxtepec y Jojutla. A partir de entonces se abrió la puerta de entrada a la fibra de algodón, a las mantas finas elaboradas con ese material; al papel, elemento indispensable en ritos y ceremonias religiosas; al maíz y frijol, entre otros bienes que enriquecieron las arcas del tlatoani y abastecieron los tianguis de Tlatelolco, de México y de mercados de la cuenca del lago. Itzcoatl continuó sus empresas de conquista hacia el estado de Guerrero, llegó a Tepecoacuilco y Coetzala; las conquistas continuaron hacia el valle y Sierra Norte de Puebla hasta Pahuatlan, Xicotepec y Huauchinango. El abasto de algodón a través del tributo de los pueblos de los valles del estado de Morelos y los chalchihuites y oro provenientes de pueblos del estado de Guerrero, permitieron a los estratos superiores de la sociedad mexica vestir mantas de algodón y adornarse con joyas de oro y con piedras finas. Bajo el gobierno de Moctezuma Ilhuicamina (1440-1468) el señorío mexica, ayudado por sus aliados, se extendió hacia las cuatro direcciones; aseguró primero el sometimiento de Chalco y Tepeaca para continuar hacia la Mixteca y el centro de Veracruz; por el occidente llegó a Taxco y Alahuiztlan, en el norte sometió a los pueblos otomíes del valle de Toluca y del Mezquital; sus ejércitos llegaron hasta Meztitlán en la sierra de Hidalgo. Con estas conquistas, gran número de nuevos productos llegaron a la capital mexica: mantas 9
Nigel Davies, El imperio azteca, 3ª ed., México, Alianza Editorial, 1992, p. 55.
176
MantadeOcuilan.
MantadeOcuilan.
Manta de Tuxpan.
labradas de ichtle de los pueblos otomíes, mantas labradas de mil colores de Cotaxtla y de Quauhto chco; así como las mantas de gran tamaño, de 10 y 20 maitl; 10 el oro y piedras finas de Taxco y Quiyauhteopan y la grana cochinilla de los pueblos de la Mixteca. La ciudad crecía, se embellecía y atraía a nuevos pobladores, las exigencias de Tenochtitlan aumentaban conforme aumentaba su población y las ceremonias religiosas cada día eran más suntuosas y prolongadas, de ahí la necesidad de continuar con una política expansionista para lograr, mediante el tributo, los bienes para la satisfacción de esas necesidades crecientes 11. Se institucionalizó la religión en torno al culto de Huitzilopochtli, dios de la guerra, y del Sol, a quien había que alimentar para mantenerlo con vida, de esta manera se ideologizó y se justificó la guerra. 10 11
Un cenmaitl = una mano = 2.50 m aproximadamente. N. Davies, op. cit., p. 86.
177
El mercado de Tlatelolco había alcanzado gran fama, allí se hacía un enorme intercambio de compra y venta de múltiples productos, entre otros las mantas ricas, las tejidas con pluma de ganso o de águila, las grandes mantas de ocho ó diez maitl e infinidad de artículos suntuarios; entonces Moctezuma ordenó que en Tepeaca se hiciera un gran mercado donde se vendieran mantas, plumas, joyas y cerámica finas; tal vez tomó esta decisión con la idea de contrarrestar la importancia del mercado de Tlatelolco y la de sus parientes rivales, los tlatelolca. Axayacatl (1469-1481) inició su señorío con la sujeción de Tlatelolco, sus tierras fueron entregadas a nobles tenochca, se les impuso pago de tributo y los nobles fueron tratados como macehualtin. Sus ejércitos avanzaron después hacia el occidente y conquistaron los pueblos otomíes y matlatzinca del valle de Toluca; en Taximaroa llegó a la frontera del señorío porhépecha sufriendo una gran derrota; volvió
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Manta con greca de serpiente navajas.
178
ocelotl.
luego sobre pueblos de la costa del Golfo que se habían rebelado; por el sureste llegó a Mixtlan. Cotaxtla tras rebelarse sufrió el castigo de tributar mantas de gran medida y en gran cantidad; los pueblos de esa región contribuyeron con enormes cantidades algodón, cacao, plumas de diversas aves, oro y joyas. En su corto reinado Tizoc (1481-1486), para celebrar su coronación emprendió una campaña contra Meztitlan que resultó funesta para los mexica, sólo logró cautivar cuarenta prisioneros con gran pérdida de guerreros de su ejército. Más tarde sometió a los pueblos de Tlapa e Iguala; de esos lugares llegaron a Tenochtitlan oro, piedras finas, mantas grandes de hilo torcido, mantas finas, miel, copal y otros productos. Se advertía ya el gran esplendor de la ciudad. Para la coronación de Ahuizotl, el gran conquistador (1486-1497), se sacrificó gran número de prisioneros otomíes que obtuvo en Chiapa de Mota. Después de la ceremonia continuó sus campañas para consolidar lo conquistado antes; sometió la rebelión de los pueblos de la Huasteca, cuyos prisioneros fueron sacrificados en la inauguración del Templo Mayor. Reconquistó Tlapa y luego centró sus empresas en el sureste; cruzó por pueblos de Oaxaca hasta Tehuantepec, siguió a Chiapa de Corzo, Soconusco y llegó a la frontera con Guatemala; de allí viró hacia el oeste siguiendo la costa de Oaxaca hasta Xolochiuhcan, Coyuca, Acapulco y Cihuatlan. Estos pueblos, después de sometidos, tributaron mantas grandes listadas de color amarillo, cacao, algodón y conchas veneras (Spondilus princeps), artículo suntuario y de ofrenda para los dioses. Los enormes gastos en las ceremonias religiosas, las magnánimas distribuciones de bienes entre señores amigos y enemigos, los guerreros valientes, los sacerdotes, funcionarios y aun el pueblo en días festivos agotaban el tributo recaudado en un año; así necesariamente el tlatoani debía emprender nuevas incursiones para obtener tributos que sufragaran el gasto sin freno.12 El señorío mexica alcanzó su máxima extensión bajo el gobierno de Moctezuma Xocoyotzin (1502-1520): abarcaba por el oriente hasta el Golfo de México en los actuales estados de Tamaulipas y Veracruz; por
12
Ibid., p. 103.
179
el norte, la frontera comprendía el sur del estado de San Luis Potosí y los pueblos otomíes del estado de Hidalgo; hacia el occidente las fortalezas de Taximaroa, Ostuma y Alahuiztlan detenían el avance de los ejércitos porhépecha; en el sur la costa del océano Pacífico era el límite, con excepción de Yopitzingo y Tututepec señoríos independientes; en el sureste habían penetrado hasta Guatemala. En esta época llegaban a las arcas del tlatoani, a los grandes mercados de Tlatelolco, Coyoacan, Azcapozalco, Churubusco y otros, multitud de materias primas: algodón, ichtle, grana, añil, materias tintóreas, plumas y pelo de conejo, que las artesanas tejedoras adquirían para sus labores. También llegaron productos manufacturados: mantas de algodón, de ichtle de las más diversas técnicas de tejido y decorado, huipilli, maxtlame, cotaras, cerámica, petates, cacaxtli, tecomates; productos alimenticios como maíz, frijol, chía, huauhtli, cacao, miel; ocupaban un lugar importante los artículos suntuarios: plumas, pieles de ocelote y de venado o de pájaros que provenían de las provincias del sur, el sudeste y la costa del Golfo; metales: oro, plata, cobre; piedras finas, chalchihuites, ámbar, joyas y máscaras que tributaban las provincias del sur y el occidente. En 1519 la magnificencia de la ciudad de Tenochtitlan y el gran mercado de Tlatelolco causaron admiración a los españoles, así como repugnancia y horror, las ceremonias a sus dioses.
180
Los registros pictográficos de tributos ——•——
Los petlacalcatl de las cabeceras tributarias y tal vez los calpixques de cada pueblo llevaban una detallada contabilidad de los bienes tributados; se hacían en registros pictográficos llamados tequiamatl, es decir, libros de tributos. En Tenochtitlan residía el petlacalcatl mayor que llevaba el registro de todo lo que llegaba de las probablemente cuarenta provincias sujetas al señorío mexica y, de todo lo que salía para los diferentes gastos que se hacían. Hasta nuestros días han llegado algunos de estos registros pictográficos, elaborados ya en la época colonial, que informan sobre la clase de bienes, cantidades, calidades y periodos de tributación entregados al señorío antes de la llegada de los españoles; algunos de ellos son la Matrícula de Tributos, el Códice Azoyú 2, el Códice de Tecomastlahuaca y el Memorial de los indios de Tepetlaoztoc. Al primero y una supuesta copia de él nos referiremos más adelante. En el reverso del Códice Azoyú 2 quedó registrado el tributo que los tlapaneca, que habitaban en las montañas del actual estado de Guerrero, entregaban al tlatoani Ahuizotl en cuatro veintenas, consistente en cierta cantidad de oro y polvo de oro. En el Códice de Tecomastlahuaca, pueblo que se localiza en el ex distrito de Justlahuaca del estado de Oaxaca, el tlacuilo registró los tributos que entregaron los macehualtin a ocho caciques sucesivos en la época prehispánica. Muy interesantes son las primeras láminas delCódice de Tepetlaoztoc, pueblo del actual Estado de México, antiguamente perteneciente a Tezcoco: en la hoja 2, lámina B, eltlacuilo registró el tributo que recibía 181
el señor Cocopin de tres pueblos: Mazahuacan, con cien macehualtin tributarios, cada 80 días entregaba cuatro mantas de pluma, una carga1 de naguas ricas, otra de camisas (huipiles), dos huipiles finos de hilo de maguey y una carga de mantas delgadas; además le debían labrar una sementera de maíz de 400 brazas. Caltecoya contaba con 40 macehualtin tributarios y entregaba cada 80 días una carga de mantas delgadas grandes, 20 mantas pequeñas ricas, 20 naguas y 20 huipiles; además le labraban una sementera de maíz de 400 brazas. Hiecatzingo, en la provincia de Chalco, con 40 macehualtin tributarios, entregaba a Cocopin una carga de mantas delgadas grandes, una carga de mantas ricas, una carga de naguas, una carga de huipiles y le debían labrar una sementera de maíz de 200 brazas. Así, el señor Cocopin recibía anualmente cuatro y media entregas tributarias. De Mazahuacan recibía 18 mantas de pluma, 90 naguas ricas, 90 huipiles, 90 huipiles finos de hilo de maguey y 90 mantas delgadas. De Caltecoya, 90 mantas delgadas grandes, 90 mantas pequeñas ricas, 90 naguas y 90 huipiles. De Hiecatzingo, 90 mantas grandes delgadas, 90 mantas ricas, 90 naguas y 90 huipiles. Parece ser que el tributo de Mazahuacan se destinaba para entregarlo al señor de Tenochtitlan o al de Tezcoco. En el registro se advierte la especialidad de los pueblos en el trabajo textil; por ejemplo, en Mazahuacan tejían las mantas con pluma, los huipilli y cueitl finos y las mantas de fibra de ichtle muy torcido y delgado. En cambio Caltecoya y Hiecatzingo se especializaron en el tejido de mantas grandes y mantas finas de hilo de ichtle. También se advierte la necesidad que tuvieron esos pueblos de adquirir ciertas materias primas inexistentes en su región como las plumas finas y el algodón. En las láminas B foja 4, A y B foja 5, A y B foja 6 de este mismo códice quedaron registrados los señores de la nobleza local en la época de Tilpotonqui, último señor que gobernaba en Tepetlaoztoc cuando llegaron los españoles. El tlacuilo plasmó el número de estancias y de vasallos que tenían, el tributo en textiles, los servicios personales y las tierras de cultivo obligados a trabajar para sus señores, además 1
Una carga = 20 unidades.
182
Tributo en textiles de cuatro pueblos a Cocopin, señor de Tepetlaoztoc. Códice Tepetlaoztoc.
del tributo y servicios a Tilpotonqui. Estos señores nobles eran los siguientes: Tlacotin tenía dos pueblos de los que recibía 80 mantas delgadas cada 80 días. Hiecatl, de tres pueblos recibía 80 mantas delgadas, 800 mantas blancas, 80 mantas grandes y 80 mantas de ichtle con cenefa labrada. Al señor Totec, cinco pueblos le entregaban 20 mantas grandes de ichtle, 80 mantas de algodón con cenefa y 80 mantas chicas de ichtle. Calton recibía de cuatro pueblos 20 mantas delgadas, 25 mantas de ichtle chicas, cinco naguas de ichtle y cinco huipiles de ichtle. Temi recibía de siete pueblos cuatro mantas grandes, cuatro huipiles ricos, 25 mantas chicas de ichtle, 18 mantas grandes y 18 huipiles ricos. A Tlacamazatl tres pueblos le entregaban diez mantas grandes de ichtle, cuatro huipiles y cuatro naguas ricas. A Macuilxochitl seis pueblos le entregaban 30 mantas grandes y 24 mantas pequeñas de ichtle con cenefa. De tres pueblos, Acolhuatzin recogía 23 mantas grandes. A Tepolohuatl siete pueblos le entregaban 40 mantas de ichtle y 40 mantas grandes con cenefa. Cuextecatl recibía de tres pueblos: 32 mantas grandes, seis huipiles y seis naguas. 183
A Huitzilihuitl cinco pueblos le entregaban 20 mantas con cenefa y 20 mantas grandes de ichtle. Chavazquemitl tenía dos pueblos, los cuales le entregaban cuatro huipiles, cuatro naguas y cuatro mantas de ichtle. A Atlauhxinqui sus pueblos lo proveían de indios de servicio. A Mototli sus pueblos le entregaban diez mantas grandes de cuatro maitl y diez mantas con cenefa. Dos pueblos entregaban a Tecolotl una manta de tres maitl de largo adornada con cenefa y una manta de algodón. Izocohualt recibía de un pueblo dos mantas con cenefa y dos mantas de ichtle con cenefa. Huactli de un pueblo recibía indios de servicio. A Yacanestli dos pueblos le tributaban ocho mantas ricas con cenefa, ocho huipiles y ocho naguas ricas. Como en el caso de Tilpotonqui, los pueblos que tenían asignados estos pipiltin entregaban cuatro y medio tributos anualmente, que consistían principalmente en mantas, sobre todo mantas grandes de ichtle y mantas con cenefa que implicaban una especialidad textil, además de otros textiles e indios de servicio para el trabajo en sus milpas. Parece ser que en Acolhuacan la artesanía textil tenía una larga tradición. El historiador Ixtlilxochitl indica que Tezozomoc de Azcapotzalco envió algodón al padre de Nezahualcoyotl para que le tejieran mantas: “le hiceran mantas muy buenas como solían hacer en aquel tiempo en aquella ciudad”.2 De acuerdo con la Matrícula de Tributos los pueblos del Acolhuacan tributaban cada 80 días: 2 000 quachtli, 400 mantas teñidas de rojo con cenefa, 400 mantas a dos colores con cenefa, 400 colchas con cenefa, 400 huipiles ricos y 400 maxtle. Este registro comprueba lo asentado por el historiador. En Acolhuacan se tejían las mantas nacazminqui, es decir, las mantas de dos colores colocados éstos en diagonal, las mantas con cenefa teñidas con cochinilla, además de las colchas de tejido doble. En los dos primeros siglos de la época colonial se elaboraron otros documentos pictográficos tributarios, en la mayoría de ellos se plas2
Códice de Tepetlaoztoc, ed. Perla Valle, Toluca, El Colegio Mexiquense, 1994, p. 223.
184
maron las quejas y pleitos de los pueblos contra los encomenderos, las autoridades novohispanas, las del cabildo indígena o contra los caciques, e incluso contra los párrocos por el exceso de tributos exigidos; algunos de estos documentos pictográficos son una parte del Códice de Tepetlaoztoc (1555), el Códice de Huejotzingo o Monteleone (1531), la Matrícula de Huejotzingo (1560), el Códice Osuna (1565), la Nómina de Tributos del pueblo de Otlazpan (1549-1550), el Códice Sierra o de Santa
Catarina Ñuxãã (1550-1564) y otros muchos más. En los documentos pictográficos anteriores figuran los textiles como un bien importante en la tributación. Durante la primera mitad del siglo xvi los encomenderos y las autoridades novohispanas siguieron el patrón indígena de tributación, y jugaron un papel esencial en las primeras décadas de ajuste y cambio en la economía de México-Tenochtitlan. Si bien estas autoridades siempre exigieron cantidades excesivas de mantas, cacao, oro y semillas. Para poner orden y mitigar los excesos cometidos por encomenderos y funcionarios, el emperador Carlos V, en 1553, dictó una cédula en la cual inquiría sobre los tributos que pagaban los indígenas en la época prehispánica; la respuesta a esta cédula dio srcen a varios documentos escritos por autoridades y religiosos novohispanos, el más importante fue la Información de los tributos que los indígenas pagaban a Moctezuma , levantada por el virrey don Luis de Velasco y el oidor Luis de Quezada en 1554. Estos funcionarios obtuvieron los informes de trece ancianos nobles de Tlatelolco, Cuauhtitlan, Azcapozalco y Churubusco que habían conocido y vivido la manera en que se tributaba en la época de Moctezuma. En el interrogatorio, para “refrescar la memoria” de los ancianos, las preguntas se hicieron con un tequiamatl a la vista. Algunos investigadores suponen que este libro de tributos pudo ser la Matrícula de Tributos u otro documento pictográfico semejante. Son interesantes las respuestas de los ancianos al declarar el valor de los productos en la época de Moctezuma y su valor en 1554. La equivalencia de éstos en la época de Moctezuma se proporciona en mantas, lo que indica que éstas eran el principal bien usado como moneda de cambio y, para 1554, la equivalencia se da en pesos de oro común y en reales. 185
La cédula dio srcen a los “Pareceres”, respuestas de los frailes Toribio de Benavente Motolinía y Diego de Olarte, Domingo de la Anunciación y Nicolás Witte, quienes asentaron los bienes tributados a Moctezuma por pueblos de Cholula, Chalco, la Huasteca y Meztitlan respectivamente. En ellos se menciona el destino que daban a las mantas que se recibían como tributo. Hacia 1570, Felipe II trató de organizar la administración de las colonias en el Nuevo Mundo, para tal efecto envió un cuestionario inquiriendo asuntos relacionados con la situación geográfica de los pueblos, el clima, la población, los recursos naturales, el gobierno, la religión y los tributos que pagaban en la época prehispánica. Las Relaciones geográficas del siglo XVI fueron el resultado de estos cuestionarios aplicados entre 1578 y 1580. Los documentos proporcionan información general sobre el tributo de mantas, algodón y grana en la época prehispánica, y son fuente valiosa para la persistencia del tributo de textiles hasta la séptima década del siglo xvi. Documentos escritos por indígenas en los siglos xvi y xvii también consideraron este importante aspecto de la vida social, económica y religiosa de los pueblos; un ejemplo lo encontramos en los Anales de Cuauhtitlan, en donde el autor relacionó lo que recibía cada uno de los señores que formaban la Triple Alianza, los pueblos que le tributaban y los periodos en que se recogía el tributo. Según este documento pertenecían a Nezahualpilli de Tezcoco: Cuauhnahuac, Atlpoyecan, Miyacatla, Mazatepec, Tlaquiltenango, Çacatepec, Ollintepec, Ocopetatlan y Huehuetlytzallan. Estospueblos tributaban en las veintenas detlacaxipehualiztli: 400 mantas itzmicohua, es decir con culebras de navajas; 400 anchas y negras, 400 mantas con culebras labradas, 400 lienzos delgados de algodón con franjas de puntas. En etzalqualiztli: 200 colchas con el frente manchado y enaguas. En tecuilhuitl: cien mantas pintadas con agua de mar y cien bragas
(maxtlatl). En ochpaniztli: 400 mantasitzmicohua, 400 anchas y negras, 400 mantas con remolinos con pelo negrode conejos, pintados con agua de mar. En quecholli: cien mantas pintadas con agua de mar y cien bragas (maxtlatl). 186
En Panquetzaliztli: 200 enaguas y colchas y camisas de mujer (huipilli) y sus tapaderos, 200 mantas y colchas. 3 De 72 pueblos mencionados en el documento, el señor de México Tenochtitlan recibía: cien redes [mantas de red] de ocho en ocho, cien redes [mantas de red] de cuatro en cuatro, cien mantas con figuras de culebra, 200 fustanes, 400 camisas (huipilli) y enaguas con sus tapaderos, 400 cuerdas que acompaña el betún de maíz molido, 400 fajas con franjas de color, 400 bragas (maxtlatl) de lienzo de algodón, 400 esteras pintadas de rojo con pieles de coyote; cien patos, cien cargas de chilpectin, cien cargas de algodón, cien gallinas, 40 cargas de conejos y venados, 20 cargas de sal marina, diez esclavos.4 La expresión “de ocho en ocho” y de “cuatro en cuatro”, debe referirse a la cantidad de objetos tributados en las veintenas señaladas. Se estipulan con precisión las cantidades entregadas de cada artículo, las medidas, el material de las mantas y de otros textiles, así como los diseños decorativos. También se entregaba una importante cantidad de algodón, materia prima para la elaboración de los textiles, o producto usado para intercambio.
3
Códice Chimalpopoca. Anales de Cuauhtitlán y Leyenda de los Soles, traducción del náhuatl de Primo Feliciano Velázquez, México, unam, iih, 1975, p. 64. 4 Ibid., p. 65.
187
Las mantas en la MATRÍCULA DE TRIBUTOS ——•——
Dos tequiamatl y un documento escrito informan sobre la organización político-administrativa y económica del señorío mexica, éstos son la Matrícula de Tributos, el Códice Mendocino y la Información de 1554. En la Matrícula se registraron los tributos exigidos, o que tal v ez entregaba cada provincia tributaria a Tenochtitlan. Algunos autores1 opinan que la Matrícula fue pintada después de 1521 por órdenes de Hernán Cortés, quien estaba deseoso de saber qué y cuánto entregaban a Moctezuma sus súbditos y de dónde provenía el oro que le tributaban. La Matrícula conserva 16 hojas de papel amate, de las 20 que probablemente la formaron; las dos primeras hojas se encuentran parcialmente destruidas. Cada lámina se trabajó de manera independiente y luego se unió a otra por el revés. Se advierte que en su elaboración intervinieron cuando menos tres tlacuiloque pues muestran estilos gráficos diferentes y parece ser que algunas láminas se trabajaron de prisa, ya que hay detalles que no se terminaron cabalmente. En cada lámina se registró el tributo de una provincia, salvo en las láminas 15 y 20; en la primera aparecen dos provincias y en la segunda tres; lo que hace un total de 35 provincias, que aglutinaron a 326 pueblos. Posiblemente fueron 40 las provincias tributarias, las faltantes pudieron corresponder a las hojas desaparecidas. Las pictografías van 1
Entre ellos R, Barlow, “La ‘Crónica X’, versiones coloniales de la historia de los mexica-tenochca”, en J. Monjarás, E. Limón y M. C. Paillés (coords.), Obras completas de Robert M. Barlow, vol. 3, México, Puebla, inah/udla, 1990 [1945].
189
acompañadas de glosas en lengua náhuatl que aclaran el significado de éstas en cantidades, periodos de tributación y tipos de mantas: materiales, medidas, diseños y colores. Tal vez en el siglo xviii cuando el Cardenal Lorenzana hizo la primera edición de la Matrícula se le agregaron textos en lengua castellana, que muchas veces no coinciden con la pictografía, ni con la glosa en náhuatl. Pictografías y glosas en lengua náhuatl en la Matrícula, indican con bastante precisión los materiales de las tilmatli, las cantidades, los colores, los diseños decorativos, las técnicas de tejido, las medidas y los periodos de tributación. En cuanto a los materiales, se solicitaban mantas de ichcatl (algodón), de coyoichcatl (algodón coyuchi o de color café), de ichtle (fibra de agave) y de iczotl (fibra de palma). Las cantidades aparecen sobre el pictograma de quimilli, es decir, una carga equivalente a 20 unidades. Una bandera pantli significaba 20 unidades; una especie de pluma, cenzontli, tenía un valor de 400 unidades. Se especificaron los colores: nochpalli, color de tuna, es decir rojo de grana cochinilla, obtenido del insecto Coccus cacti. El morado, producido por la espuma del caracol Patula pansa; el azul del añil o xiuhquilitl y de otras muchas plantas; los tonos de amarillo y anaranjado se obtenían de la planta parásita conocida con el nombre de zacapale; el negro de diversas plantas y del hollín de maderas, el blanco de una tierra llamada tizatl. Los diseños decorativos los describe la propia pictografía, pero algunos se conocían con un nombre particular. Las medidas del largo de las mantas aparecen sobre el picto grama de quimilli adoptando la imagen de dos, cuatro u ocho dedos. Un dedo significaba cenmaitl, la medida de longitud de 2.50 metros aproximadamente. Se calculaba un cenmaitl midiendo del pie izquierdo de un hombre al dedo cordial de la mano derecha, con el brazo alzado. 2 No se aclaran los anchos de las mantas, suponemos que dado el largo solicitado, era conocido el ancho; éste se obtenía uniendo varios lienzos de tela calculados en tzotlme, medida que oscilaba entre 0.65
2
Victor Castillo Farreras, “Unidades nahuas de medida”, Estudios de Cultura náhuatl. México, unam, iia, vol. 10, 1972, p. 195-223.
190
y 0.95 metros aproximadamente, que corresponden al ancho de un telar de cintura. Mantas de algodón
Señala Sahagún que los indígenas nunca tuvieron ningún género de pesas ni medidas, sólo acostumbraban trocar una cosa por otra, pero sí tenían una especie de moneda que les servía para comprar y vender, que eran unas mantillas de algodón como de una braza de largo y de ancho media vara, y cada mantilla tenía tres piernas, a estas mantillas las llamaban patolquachtli, y esto era costumbre antiquísima. Es decir, las patolquachtli median 1.68 × 0.84 metros; este tipo de mantas se usó hasta los años cuarenta del siglo xvi como parte del tributo de las poblaciones.3 Quachtli: eran mantas blancas sin diseño, tributadas por 14 provincias. Comúnmente eran usadas como moneda en los intercambios comerciales. Además de servir como moneda, eran un artículo que servía para la acumulación de riqueza y el aumento de prestigio por parte de señores y pipiltin. Escribió Sahagún que los jóvenes que deseaban abandonar el telpochcalli, pagaban a los maestros diez o veinte mantas que llaman quachtli.4 Los españoles nombraban “mantillas” a una especie de quachtli; al respecto de éstas escribió Motolinia “que los indígenas tributaban mantillas de cuatro ó cinco palmos5 de largo y poco menos d e ancho”.6 Un palmo en el siglo xvi medía aproximadamente ¼ de vara,7 equivalente a 0.209 m; es decir que este tipo de quachtli o mantillas eran mantas pequeñas, de superficie casi cuadrada, de aproximadamente 0.209 m × 0.20 metros Posiblemente eran las tenquachtli, mantas para labios, es decir, una especie de servilletas.
3
Códice Matrícula de Tributos o Códice Moctezuma, ed. Luis Reyes, México,
fce/
Akademische Druck Verlagsanstalt, 1996, p. 230. 4 B. de Sahagún, Historia general…, op. cit., vol. 1, p. 275. 5 Un palmo = 0.209 m. 6 Fray Toribio de Benavente Motolinía, Memoriales. Pueblos que tributaban a México, Tezcoco y Tlacopan, México, iih-unam, 1941, p. 43. 7 Una vara = 0.838 m.
191
Nuevamente es Sahagún quien nos informa el valor de las quachtli: una canoa de agua para beber valía una manta de labios, es decir, una tenquachtli, o cien almendras de cacao; había también tenquachtli con valor de 80 y 75 almendras de cacao.8 Mantas blancas
Eran mantas sin color ni diseño decorativo. La glosa en náhuatl de la nauhmatl = 400 lámina provincia Cuauhtochco dice:loscentzontli maitlde mantas de delacuatro (2.50 × 4), es decir, pictogramas indican la cantidad de mantas de una longitud determinada. Tributaban estas mantas blancas grandes: Cuauhtochco, Cuetlaxtla, Tochpan, Atlan y Tzicoac. Fue el tipo de manta que Moctezuma Ilhuicamina impuso como tributo a los cuetlaxtecas cuando los conquistó. Mantas delgadas
Eran mantas sin color, el diseño se hacía en el mismo tejido. La glosa en nahuatl de la provincia de Cuauhnahuac indica: onzontlica na huac = 400 mantas delgadas. La glosa se refiere a la técnica de tejido de la manta, la gasa. Tributaban estas mantas las provincias de Cuauhnahuac, Huaxtepec, Atotonilco (El Grande) y Tepecoacuilco. Mantas rayadas
El diseño de estas mantas se crea por la combinación de los hilos de la trama con los de la urdimbre, que alterna un color con otro. De la
Manta blanca. 8 Ángel María Garibay, “Vida económica de Tenochtitlan”, México, unam-iih, Seminario
de cultura náhuatl, núm. 3, 1995, p.
192
125.
Mantas rayadas.
combinación de hilos de la urdimbre, depende el tipo de rayas que se obtengan. Este tipo de mantas se refería a una técnica de tejido en particular. La glosa en náhuatl de la provincia de Tepecoacuilco señala: cenzontli tlilpapatlahuac onmatl = 400 mantas de rayas anchas negras de dos maitl (2.50 × 2) de largo. Tributaban estas mantas: Cihuatlan de 4 maitl (2.50 × 4) de largo y con rayas horizontales de color amarillo; en este caso en la urdimbre se alternaban los hilos de color con los blancos. El color amarillo pudieron obtenerlo del zacapale. En la lámina de Tlapa la manta lleva rayas rojas verticales, el hilo de color pudo ser teñido con la grana cochinilla; tiene de largo 2 maitl (2.50 × 2). Coaixtlahuacan tributaba 400 mantas de rayas negras anchas, de 4 maitl de largo (2.50 × 4). Cuetlaxtla tributaba 1 200 mantas de rayas anchas negras. Tlapacoya contribuía con 400 mantas iguales a las anteriores. Tlatlauhquitepec entregaba 1 200 mantas con rayas negras anchas de 2 maitl (2.50 × 2) de largo y 400 con rayas negras horizontales de 2 maitl (2.50 × 2). Este tipo de mantas no llevaba borde o cenefa; por la longitud y tal vez el ancho que tenían pudieron ser usadas como tapices, cubrecamas o parasoles. Mantas teñidas
Teñidas de rojo En la glosa en náhuatl de la lámina de la provincia de Cuauhnahuac se lee: cenzontlinochpalli = 400 [mantas rojas] como la grana; es decir el hilo de este tipo de manta se teñía con grana cochinilla. Tributaban estas mantas: Petlacalco 400, Acolman 400, Cuernavaca 400, Huaxtepec 400 y Coaixtlahuaca 400. Es de notar que en las cuatro primeras 193
Manta teñida de rojo.
provincias no se producía la grana cochinilla, era un producto propio de la Mixteca oaxaqueña que tributaban Coaixtlahuaca y Coyolapan. También hay que señalar que había varias clases de grana según su calidad, ésta se reflejaba en el color que producía en los hilos y en su precio en los tianguis. Teñidas de morado La provincia de Atlan contribuía con 400 mantas de este tipo. La glosa en náhuatl indica: cenzontli camopallotilmatli = 400 mantas de color morado oscuro. Es seguro que el color de estas mantas se haya obtenido de la secreción del molusco cuyo hábitat son las costas del Océano Pacífico, desde Colima a América Central. Es de notar que Atlan no esté situada en esas latitudes, por lo que las madejas teñidas con el tinte del caracol se pudieron conseguir vía tributo o en los mercados locales. Teñidas de amarillo El color amarillo aparece en la mayoría de los casos en las mantas nacazminqui, es decir, mantas de dos colores, colocados a losange, de esquina a esquina; o bien en mantas listadas donde el color amarillo alterna con otros colores, como en las mantas listadas de dos maitl que tributaba la provincia de Tochpan. Mantas labradas
Colchas En la glosa en nahuatl de la lámina de la provincia de Cuernavaca se lee: cenzontli cacanioliuhqui = 400 colchas. El diseño interior de la 194
Manta teñida de morado.
Mantas teñidas con zacapale.
Manta labrada.
manta es de rombos diagonales con otro pequeño al centro. La técnica de tejido de estas mantas pudo ser de confitillo o de tejido doble, ambos dan mayor grosor a la tela que los tejidos sencillos. Todas ellas llevan el borde labrado, es decir con terminado en franjas de colores que alternan unos con otros. Tributaban este tipo de mantas siete provincias. 195
Manta con borde labrado.
Con el borde labrado Ya hemos mencionado que había artesanas especializadas en tejer la orilla de las mantas. Munehiro Kobayashi9 en un análisis de los diseños de las mantas encontró cuatro tipos diferentes de trabajo en los bordes: los que alternan dos, tres o más colores los llamó tentlapallo; los que combinan el tejido con pluma los denominó tenuiyo; los deshilados y los que llevan el adorno que se conocía como de “ojos”, tenixyo. Estos tipos de bordes se combinaban con los diferentes diseños de las mantas y eran un trabajo realizado por una tejedora o tejedor especializado. Mantas con diseño
Fray Bernardino de Sahagún en sus escritos hace la diferencia entre mantas labradas y mantas pintadas. Las primeras eran aquellas en las que el diseño se hacía directamente en el telar; sin embargo este instrumento tiene limitaciones, pues por lo general sólo se pueden tejer diseños geométricos o figuras con líneas rectas. En las mantas pintadas las tejedoras usaron varias técnicas para elaborar el diseño, el más simple fue el estampado por medio de sellos de arcilla o de madera; el batik y el ikat, técnicas de teñido en negativo, y las telas pintadas en las que primero se diseñaba el motivo y luego se delineaban los contornos del dibujo con tinte negro y finalmente se rellenaban con color los espacios; estas mantas se trabajaban de igual manera que los códices. Los diseños eran complicados, casi siempre reflejaban motivos 9
Munehiro Kobayashi, Tres estudios sobre el sistema tributario de los mexicas, México, City University of Foreign Studies, 1993.
ciesas/Kobe
196
cosmogónicos o religiosos, un ejemplo de ellas son los restos de los textiles de Chiptic, Chiapas. Con diseño pintado
Las mantas nacazminqui eran de dos tipos: las que combinaban dos colores a losange, es decir, de esquina a esquina, formando triángulos de color diferente: anaranjado o amarillo y el otro con un diseño geométrico parecido al cacanioliuhqui. El otro tipo lo tributaba Tepecoacuilco, se advierte en la manta una parte negra, que desdoblada podría ser el centro de ella; el resto de la manta lleva un diseño muy elaborado, la cara de una mariposa de perfil (o Ehecatl), un borde con círculos compactos de seis en seis y una orilla con diseño de “ojos”, tenixyo. En algunas provincias la pictografía de las mantas nos indica que la mitad de ellas eran lisas teñidas de rojo, nochpaltilmatli, y la otra mitad era de mantas con diseño nacazminqui, por ejemplo: las mantas de Quauhtitlan, Hueypochtla, Atotonilco, Xilotepec, Quahuacan y Cotlaxtla. Xilotepec tributaba las mantas itzcohuacoliuhqui , es decir, con diseño de greca de culebra de navajas, a la que se le añadie ron sellos de manchas de piel de ocelote. Estas eran mantas grandes de ocho maitl = 20 m. Esta provincia también tributaba las mantas con diseño de manchas de ocelote, hechas con sellos. Ocuilan entregaba cada 80 días, 400 mantas ixnextlatlacuilolli, con diseño muy ricamente labrado, la manta lleva la cabeza de un águila, rodeada de círculos que semejan rehiletes de plumas. El borde es de “ojos”. Dada la complejidad del diseño, tal vez se hizo pintando primero el diseño, luego coloreándolo y finalmente añadiendo plumas. Tlachco tributaba 400 mantas cada 80 días, también llamadas inextlacuilolli; en la cuarta parte visible de la manta hay un epcololli rojo con una cuenta al centro, símbolo del pectoral de los dioses de la danza; lo rodean dos círculos en movimiento aparentemente hechos de pluma, lleva orilla de “ojos”, tenixyo. Cotlaxtla entregaba 160 mantas con diseño ricamente labrado, cada 80 días; 80 con cabeza de águila, rodeada de diseños que semejan plumas; otras 80 con diseño de mariposa blanca y un sol al centro, ambos diseños aparentan estar rodeados de plumas; las mantas llevan 197
Manta con diseño pintado.
Mantas ricamente labradas con tochomitl y pluma.
un borde de “ojos” y probablemente otro de tochomitl. Por el menor número de mantas exigido, éstas pudieron ser de un alto valor por los materiales y diseños usados en su confección. Al igual que Cotlaxtla, Tochpan tributaba 240 mantas con un diseño muy fino; 80 mantas tenían el fondo rojo, tal vez teñidas con grana cochinilla; en la parte visible de la manta el diseño es la olla alada de Ometochtli, el dios del pulque, otras 80 mantas también con fondo rojo llevaban un sol al centro, un ehecacozcatl y dos rectángulos entre otros diseños; las otras 80 mantas con fondo rojo llevaban un caracol dividido longitudinalmente y alado. Los tres tipos de mantas tienen doble orilla, una de “ojos” y otra aparentemente tejida formando almenas. Finalmente tributaba 400 mantas cada 80 días, teñidas de rojo, con el diseño de ehecacozcatl, repetido cuatro veces; la orilla de estas mantas parece haber sido deshilada. Atlan tributaba 400 mantas con el diseño del ehecacozcatl en fondo rojo y otras 400 con el mismo diseño pero en fondo morado. Ambos tipos de mantas llevan la orilla tejida, formando rectángulos que al198
ternan el color amarillo con el rojo. El diseño de estas mantas tal vez se hizo con alguna de las técnicas de teñido en negativo. Con diseño tejido Las mantas que llevan como diseño rayas horizontales o verticales, angostas o anchas, el diseño se teje en el mismo telar de cintura usando diversas técnicas. Los hilos se arreglan en la urdimbre alternando los colores y dando el ancho deseado a la franja. En la Matrícula las mantas listadas son de gran longitud de 2 o 4 maitl, es decir, de 5 o de 10 metros. Las mantas con diseño cacanioliuhqui o colchas también son susceptibles de tejerse en telar de cintura. Este diseño decorativo ha persistido entre artesanas de muchos grupos: las otomíes de los estados de México y de Hidalgo, las huichol de Jalisco y de Durango y las nahua de la Sierra Norte de Puebla tejen fajas, cintas, morrales y servilletas con este motivo. Las mantas de Xilotepec que llevan la glosa tlapalcoliuhqui, son mantas muy grandes, de 8 maitl de largo = 20 metros. El diseño de
Mantas con diseño tejido.
199
greca que las adorna al centro también ha perdurado entre las artesanas zapotecas de los pueblos del Valle de Oaxaca. Por su tamaño, estas mantas pudieron usarse como tapices o toldos. Mantas de ichtle
Las mantas de ichtle las tributaron los pueblos asentados en el corazón de la zona otomiana, hábitat natural de los agaves de donde se extraía la fibra ichtle, que durante mucho tiempo fue el material con que elaboraron sus mantas los mexicas, y luego quedó como propia de la indumentaria de los macehualtin. Tributaban mantas de ichtle: Hueypochtla, Quahuacan, Toluca y Ocuilan, 1 200 cada 80 días. Hubo una clase de mantas de ichtle muy fino, reservadas a los señores: las tecuichtilmatli tenixio; mantas tejidas con técnica de red, adornadas con una cuenta de chalchihuitl en cada cruce y con borde de pluma o tochomitl; otras llevaban un caracolillo en cada cruce de los hilos, estaban reservadas a los guerreros valientes y finalmente las menos finas llevaban una mota de algodón o una pluma, eran usadas por los adolescentes del telpochcalli. Este tipo de mantas era tributado por los pueblos de la
Manta de ichtle.
Manta de iczotl.
200
provincia de Toluca. Las artesanas de esa región tejían las mantas finas con diseño labrado, es decir, con franjas de diseños geométricos. Mantas de iczotl
Estas mantas las tributaban los pueblos de dos provincias: Malinalco y Tlachco zona donde crece la palma iczotl (Yucca periculosa), cada provincia contribuía con 1 200 mantas cada 80 días. La manta esta atravesada por un punzón de hueso que indica el material de su factura; sobre él aparecen dos dedos, la medida de la longitud, o sea 2 maitl = 5 m. Eran mantas de grandes dimensiones, por lo que suponemos que tuvieron usos específicos.
Manta de 2 maitl.
Manta de 4 maitl.
Manta de 8 maitl.
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2 o r d a u C
) n ció a u n it n o (c S O T U IB R T E D A L U ÍC R T A M A L N E N Ó D O G L A E D S A T N A M
sa ard abl
se n ico av re sb O la u n laa to T s ía d 0 tola 8 T /c o ñ e isd on C ash cl o C sa ady a R oll ir a m A
a b at u b rti o N
ast an m
ast an m
0 0 8 1
0 0 8 1
0 0 6 3
0 0 4 5
0 0 4 5
0 0 8 1
0 2 3 3 1
0 0 4 5
0 0 2 7
0 4
0 4
0 8
0 2 1
0 2 1
0 4
0 6 9 2
0 2 1
0 6 1
0 0 4
0 0 6 1
0 0 4
0 6 7
0 0 4
0 0 4
0 0 2
0 0 4
0 0 4 1 0 0 2
odar o M
sa id ñ e T
o oj R ads ag le D acs n la B il th 0 ca 0 4 u Q
ar ec e ab C
204
a b at u b rti o N
ica ivn rop de
n a p o et h u yai u Q
. ám L
0 2
0 0 4 0 0 4
s o l eb u p si se y
ec p et al u h o Y 0 2
0 0 8
s o l eb u p si se y
o c n ci y o c al h C 1 2
0 0 4
0 0 8
s o l eb u p
ca ca ye p e T 2 2
so l eb u p 1 2 y
a ac u ah tl x ai o C 3 2
s o l b e u p ze i d y
an p al yo o C 4 2
0 0 8
s o l b e u p ze i d y
c o ch o n o c o X 5 2
s l b eo u p et ei s y
ch o c o t h au u C 6 2
s o l eb u p si se y
al t x al et u C 7 2
s o l eb u p co n ci y
an y o c a p al T 8 2
s o l eb u p si se y
ec p e it u q h u al t al T 9 2
s o l b e u p ze i d y
0 8 4 5 1
0 0 4 5
0 0 4 5
0 0 2 2 5
0 0 8 8 0 2
0 4 3
0 2 1
0 2 1
0 6 1 1
0 4 6 4
0 4 4 1
0 0 4
0 0 4
0 6 9 2
0 0 6 9
0 0 2 3 4
0 0 2
0 0 6 2
0 0 7 1 1
0 0 6 4
0 0 4 7
0 0 3 3 3
0 0 2
0 0 8 1
0 0 1 8
0 0 4
0 0 4
0 0 8 1
0 0 2 2
0 0 9 9
0 0 2 3
0 0 4 4 1
0 0 4 2
0 0 8 2
0 0 6 2 1
0 0 8
0 0 4 6 1
0 0 8 3 7
a d ca as í alt d o 0 T 8
l a u n a l a t o t
0 0 2 1
0 0 4
0 0 8
n a p ch o T 0 3
0 0 4
s o l eb u p si se y
n u y n al t A 1 3
0 0 8
o l eb u p
ac co zi T
s o l eb u p ro at cu y
alt o T
0 0 8 8 0 2
2 3
205
2 3 1 3
l a u n a l a t o T
0 3 9 2 8 2 7 2 6 2
s a í d 0 /8 l a t o T
s o l b e u p o c n i c y al t x al t e u C . 7 2
s o l b e u p si se y n a y o c a p al T . 8 2
s o l b e u p e c ret y n a p h u al T . 9 1
n a p o et h u a yi u Q , n al ti t h u za o cl al T . 0 2
c e p et i u q h u al t al T . 9 2 s o l b e u p si e s y c e p et l a u h o Y ,s o l b e u p si e s y
s o l b e u p o c n i c y o cl i n o t o t A . 0 1
s o l b e u p si e s y c e p et o li X . 1 1
s o l b e u p e c o d y n a c a u h a u Q . 2 1
n al l o z o Z , c a c a x a u H , c e p et c o P , a m o zt O . 1
o c h c o n o c o X , n a c a zt A , n al t A , n al ti t o p a zt e T . 2
5 2
1 a ic f á r G
4 2
S O T U B I R T E D A L U ÍC R T A M A L N E N Ó D O G L A E D S A T N A M
3 2 2 2 1 2 0 2 9 1 8 1 7 1 6 1 5 1 4 1 3 1 2 1 1 1 0 1 9 8 7 6 5 4 3 2 1
0 0 0 0 2
206
0 0 0 8 1
0 0 0 6 1
0 0 0 4 1
0 0 0 2 1
0 0 0 0 1
0 0 0 8
0 0 0 6
0 0 0 4
0 0 0 2
0
a i c in v o r p e d s a r e c e b a c y s a n i m á L
s o l b e u p si e s y n a p h c o T . 0 3
o l b e u p n u y n al t A . 1 3
s o l b e u p o rt a u c y c a o ci z T . 2 3
s o l b e u p o c n i c y o cl a h C . 1 2
s o l b e u p 1 2 y c a c a y e p e T . 2 2
s o l b e u p z ei d y a c a u h al t x i a o C . 3 2
s o l b e u p z ei d y n a p al o y o C . 4 2
s o l b e u p e c n o y n a c o ll o T . 3 1
s o l b e u p o c n i c y n al i u c O . 4 1
o cl a n il a M . 5 1
s o l b e u p 5 2 y n a m l o c A . 5
s o l b e u p 6 y1 c a u h a n h u a u C . 6
s o l b e u p z ei d y
s o l b e u p
o cl o l et al T . 3
c e o d y o cl a c al t e P . 4
s o l b e u p et ei s y o c h c o n o c o X . 5 2
s o l b e u p si se y o c h c o t h u a u C . 6 2
s o l b e
s o l b e u p e c n o y n al t a u h i C . 8 1
n al ti t o c o X . 6 1
u p e v e u n y o c h c al T . 7 1
s o l b e u p 5 2 y c e p et x a u H . 7
s o l b e u p s sei y n al itt h u a u Q . 8
s o l b e u p o h c y o n al t h c o p y e u H . 9
La gráfica revela que los pueblos pertenecientes a las provincias de Cihuatlan y Tepecoacuilco tributaban el mayor número de quachtli y mantas rayadas de gran medida. Tochpan y Cuetlaxtlan también tributaban una enorme cantidad de mantas quachtli, mantas rayadas y mantas con diversos diseños tejidos. Los pueblos del Acolhuacan, además de Cuernavaca y Huaxtepec, contribuían con todo tipo de mantas. No tributaban mantas de algodón Xocotitlan, Tollocan, Tepeyacac y Xoconochco. Eran guarniciones y no tributaban Oztoma, Poctepec, Huaxacac y Zozollan (lám. 1), así como Tetzapotitlan, Atlan, Atzacan y Xoconochco (lám. 2). Las láminas 3 y 4 referentes a Tlaltelolco y Petlacalco están semidestruidas. Hemos mencionado que el tributo era una carga colectiva; cada familia contribuía de acuerdo con el número de individuos que la formaban, exceptuando a los ancianos, los enfermos y los menores de edad; sin embargo, no es posible calcular el monto del tributo aportado por cada familia, ni por cada pueblo, puesto que no contamos con el registro del número de tributarios de cada lugar, ni de cada familia, sino después de 1580. Escribió el oidor Zorita que el tributo lo pagaban los pueblos de acuerdo con el número de tributarios y las tierras con que contaba cada comunidad; no era igual para cada familia, ni para cada pueblo; sin embargo, el tributo adquirió muchas modalidades, como hemos dicho. En la Matrícula de Tributos se ignora si el tributo registrado era el entregado o el solicitado a los pueblos que formaban una provincia; suponiendo que todos ellos tributaran de manera igual; es decir, que el total del tributo se dividiera entre el número de poblaciones que formaban la provincia, hipotéticamente obtendríamos en los siguientes ejemplos estos resultados: en dos provincias del centro del señorío, en dos de los valles de Morelos habitados por nahuas y tlahuicas; en una de la región otomiana de Hidalgo; en dos del actual estado de Guerrero, habitado por nahuas, coixca y tlapanecos; en dos del estado de Oaxaca en zonas de mixtecos, chochos y zapotecos y en dos de la costa del Golfo ocupadas por nahuas, totonacos y huastecos, del estado de Veracruz. Al tributo en mantas habría que agregar el tributo en indumentaria: huipilli, naguas y maxtlame; así obtendríamos el tributo total de textiles, por provincia o por pueblos. 207
3 o r d a u C
N Ó D O G L A E D S A T N A M E D S O L B E U P
la u n laa to T
= 3 1 ÷ 0 0 2 4 1
la to T
así d 0 /8 c
= 3 1 ÷ 0 0 2 3
n o C
o ñ se di
= 6 2 ÷ 0 0 0 4 = 6 2 ÷ 0 0 2
ash c ol C
= 6 2 ÷ 0 0 4
asd ar ab L
.3 2 9 0 1
.1 6 4 2
= 6 2 ÷ 0 0 0 8 1
9 .6 2 9 6
= 7 1 ÷ 0 0 4 4 1
9 6 .7
= 7 1 ÷ 0 0 2 3 = 7 1 ÷ 0 0 2
8 .3 5 1
= 7 1 ÷ 0 0 4
.8 3 5 1
5 .0 7 4 8
= 6 2 ÷ 0 0 4 4 1
2 .5 3 2
= 6 2 ÷ 0 0 2 3 = 6 2 ÷ 0 0 2
2 .5 3 2
= 6 2 ÷ 0 0 4
3 .2 8 8 1
3 .3 3 3 5
= 6 ÷ 0 0 8 0 1
0 0 8 1
= 4 1 ÷ 0 0 4 4 1
7 .0 3 2 1
= 6 ÷ 0 0 0 4 0 2 4
= 4 1 ÷ 0 0 2 3
9 6 .7
= 6 ÷ 0 0 8
sa di ñ e T
= 3 1 ÷ 0 0 .7 4 0
= 6 2 ÷ 9 0 0 .6 2 7
= 7 1 ÷ 0 0 2
6 .7 1 1
= 3 1 ÷ 0 .7 0 0 4 3
= 6 2 ÷ 0 0 4
8 .3 5 1
= 7 1 ÷ 0 0 4
2 .5 3 2
= 6 2 ÷ 0 0 8
6 .7 0 3
= 7 1 ÷ 0 0 8
= 6 2 ÷ 0 0 0 2
n a m l o c A
0 0 ,5 1
7 .5 8 2 2
= 2 1 ÷ 0 0 0 4
3 .3 3 3 3
= 4 1 ÷ 0 0 4
8 .3 5 1
7 .5 8 2
= 1 1 ÷ 0 0 2 1 = 1 1 ÷ 0 0 4 = 1 1 ÷ 0 0 4
7 .5 8 2
= 4 1 ÷ 0 0 4
= 1 1 ÷ 0 0 4 5
= 2 1 ÷ 0 0 6 1
3 .3 3 3 1
= 6 2 ÷ 0 0 6
7 .0 3 2
5 .0 7 4
= 6 2 ÷ 0 0 8
6 .7 0 3
= 6 ÷ 0 0 8
3 .3 3 3 1
= 4 1 ÷ 0 0 4
1 .5 8 2
3 .9 6 7
= 7 1 ÷ 0 0 2 1
8 .5 0 7
= 6 2 ÷ 0 0 2 1
5 .1 6 4
= 6 ÷ 0 0 8
3 .3 3 3 1
= 4 1 ÷ 0 0 0 2
5 .8 2 4 1
= 2 1 ÷ 0 0 0 4 0 2 2
s o l b e u p 5 2 y
ca h au n h u a u C
s o l b e u p 6 1 y
ec p et ax u H
s o l b e u p 5 2 y
co il n o t o t A
, ed n ra G l E (
o cl i cau o ce p e T
s o l eb u p e ce rt y
s o l eb u p e c n o y
= 1 1 ÷ 0 0 4
0 .9 0 9 4
= 1 1 ÷ 0 0 4 5
0 .9 0 9 4
= 1 1 ÷ 0 0 2 7
4 .5 4 5 6
9 .0 9 0 1
= 1 1 ÷ 0 0 2 1
9 .0 9 0 1
= 1 1 ÷ 0 0 6 1
5 .4 5 4 1
= 1 1 ÷ 0 0 4
6 .3 6 3 = 1 1 ÷ 0 0 6 1
5 .4 5 4 1
ec p et u i q h u al t al T
s o l eb u p ze i d y
6 .3 6 3 6 .3 6 3
6 .3 6 3
od roa M
R O P O C I T É T O IP H O T U B I R T
joo R ads gal e D sa c n la B il htc a u C
rea ce ab C
iac n voi pr ed
= 3 1 ÷ 0 0 4 2
.2 9 6 1
co acl al et P
s o l eu b p ec o d y
. am 4 L 208
= 2 1 ÷ 0 0 0 8 1
3 .3 3 3 1
sa ady a R /o lli ra . m A A N
7 .5 8 2 0 1
5
6
7
0 1
o c n ci y .) o g H
s o l b e u p
7 1
n lá at u h i C 8 1
a ac u ah tl x ai o C 3 2
s o l eb u p ze i d y
= 1 1 ÷ 0 0 8
2 .7 2 7
an p al yo o C
s o l eb u p ze i d y
4 2
9 2
Cuadro 4 MANTAS DE ICHTLE Y DE ICZOTL EN LA MATRÍCULA DE TRIBUTOS
Mantas de iczotl
Mantas de ichtle Mantas Mantas de Mantas labradas ichtle delgadas de ichtle
Cabeceras Lám. de provincia
9
Hueypochtlan
12
Quahuacan
13
Tollocan
14
Ocuilan
15
Malinalco
16
Tlachco
Mantas de iczotl
Total cada 80 días
800
600 3 Ichtlee iczotl no se tributaban como materia 800 600 3 prima, sino 000 2 000 9 transformadas 400 800 1 en mantas.
400
400
400
Totalc/80días Total anual
3200 14400
Observaciones
800
800 200 1
Total anual
400 1800
400 1800
200 1
200 1 400 5
200 1
200 1 400 5
2400 10800
6400 28000
Gráfica MANTAS DE ICHTLE Y DE ICZOTL EN2LA MATRÍCULA DE TRIBUTOS 10000 9000 8000 7000 6000 5000 4000 3000 2000 1000 0 Hueypochtlan Lám 9.
Quahuacan Lám 12 .
Tollocan Lám 13 .
Ocuilan Lám 14 .
Lám 15 .
Malinalco
Tlachco
Lám 16 . Total/80 días
Total anual
209
Cuadro 5
TRIBUTO DE INDUMENTARIA EN LA MATRÍCULA DE TRIBUTOS Cabeceras Lám. de provincia
Masculina
Femenina
Máxtlatl
Huipilli
Cueitl
Total c/80 días
Total anual
4
Petlacalco
400
400
800
600 3
5
Acolhuacan
400
400
800
600 3
6 7 11 16 17 19 23 27 30 31A
Cuauhnahuac Huaxtepec Xilotepec Tlachco Tepecoacuilco Tlappan Coaixtlahuaca Cuetlaxtlan Tochpan tlan
400 400
200 200 400 200 400 400 400
800 800 200 1 400 400 400 800 400 800 800
3600 600 3 400 5 800 1 800 1 800 1 600 3 800 1 600 3 600 3
32
Tzicoac Totalc/80días
400 400 400 800
400
400 4000 18000
Total anual
200 200 800 200
400 3800 1400 17100 6300
9200
Observaciones
800 600 3 41400 41400
Gráfica 3 6000
TRIBUTO DE INDUMENTARIA EN LA MATRÍCULA DE TRIBUTOS
5000
4000
3000
2000
1000
0 Lám. 4
Lám. 5
Lám. 6
Lám. 7
Lám.
Lám.
Lám.
Lám.
Lám.
Lám.
Lám.
Lám.
Lám.
11
16
17
19
23
27
30
31
32
Total/80 días
Láminas y cabeceras de provincia
4. Petlacalco 5. Acolhuacan 6. Cuauhnahuac 7. Huaxtepec 11. Xilotepec
210
16. Tlachco 30. Tochpan 17. Tepecoacuilco 31. Atlan 19. Tlappan 32. Tzicoac 23. Coaixtlahuaca 27. Cuetlaxtla
Total anual
es n o cia v ers b O S O T U B I R T E D A L U C Í R T A M A L N E S A IM
6 o r d a u C R P S IA R E T A M E D L A U N A O T U IB R T
so re u C os er u C
sa h c on C od a n ve ed e otl ec o ed
l atc hc oiy oc
n ó d o g l A
) fé a c (
o lli r a m a r o l o c ri ñ te a r a P
s a s io c re p s e d r e v s a m u l P
ri ñ e t ra a p
l it u ihx ea l at M
l u z a r lo o c
et arn o ol C se t in T
a n ar g de n ó ogd l A
ar e ebc a C
a ciin vo pr de . m á L
n ó m u l P
s a r e n e v 0 0 8
0 0 8
0 0 8
0 0 8
0 4 s e c ir t c e r s a m u l p 0 0 8
sa m lu P lt i u áhz oc et
s a s io c re p s a m u l P
s a r a c íj 0 2
0 4
s e ic tr c re 0 0 4
0 4 2
n ó m lu p s a g e l a t 0 2
s a g le ta 0 2
s e c rit c re 0
l a tz e u q 0 2 0 0 8 1
s a c ir 0 0 8
l to o t h u iz t 0 0 4
l o h c e u q h u a lt 0 0 4
s a r a c jí 1 2
ra a c jí 1
s a g e l ta 0 4
s a g e l ta 0 2
s a g e l ta 0 6
s o d r a f 0 0 4
s o d r a f 0 0 6 1
s o d r a f 0 0 2 1
s o d r a f 0 0 8
n á tl a u h i C
n la it th u za o lc a l T
n a p o te h u a iy u Q
c a c a y e p e T
a c a u h a lt x i a o C
n a p a l o y o C
c o h c o n o c o X
o h c c o t h u a u C
la t x la t e u C
n a p h c o T
n a lt A
c a o c h u zí T
8 1
0 2
0 2
2 2
3 2
4 2
5 2
6 2
7 2
0 3
1 3
2 3
s o d r a f 0 0 0 4
l a u n a l a t o T
211
n a c zit i n iz t 0 0 0 0 4 4
S E L I T X E T
L T O Z C Í E L T H IC E D S A T N A M N Ó D O G L A E D S A T N A M
as d i ñ et let tl o cih cíz sa sa t t an an MM M M
sa n fi let elt cih cih sa sa t t an an
tl i al ll t i i áx p mu : h a :a n il n i nl u c e ti é as m e u MF c
s o ed d o lo l d o a ri h c jo ro am o o r ma y e e e o d d d sa tr lit as s s s s sa a a d a a a d cu h a d d c i d i d i a n al ce au lge ay ñ ñ ñ rb b d c d ar et et et la s s s s s s s s s s a ta ta ta ta ta ta ta ta ta ch an an an an n a n a n a n a n a lo MM M M M M M M M C
O C I X É M E D O F L O G . 0 9 9 1 ,
p c h s
O IC F Í C A P O N A É C O
212
s, io d u ts e s o v e u N ,s ot u ibr T ed al u cí rt a M .s el it x te n e o t u rib T . 1 a p a M
Las mantas en el CÓDICE MENDOCINO ——•——
En el Códice Mendocino los asuntos se narran mediante pictografías de estilo indígena de la región del Valle de México, a éstas se añadieron anotaciones en lengua náhuatl; los anversos de los folios llevan un texto manuscrito en lengua castellana con alfabeto latino que da cuenta de los temas que registran las pictografías de la lámina. El códice consta de 71 folios de papel europeo encuadernados en forma de libro. Fue hecho a solicitud del virrey don Antonio de Mendoza, con el deseo de enviarlo al rey de España, Carlos V, para que el soberano tuviera una idea de la historia, la vida y las costumbres de los indios de la Nueva España. Los temas tratados en el códice se dividen en tres partes: la primera narra la historia desde la fundación de Tenochtitlan, las conquistas de los señores mexica, hasta el último tlatoani Moctezuma Xocoyotzin; la segunda habla sobre los tributos que pagaban los pueblos conquistados y la tercera está dedicada a la vida y las costumbres de los indios mexicanos. La segunda parte del Códice Mendocino es similar a la Matrícula de Tributos, sin embargo existen diferencias que obligan a pensar que no se trata de una copia fiel de la Matrícula. Barlow y Robertson1 (1959) creyeron que se trataba de una copia; en cambio Berdan 2 y Mohar3 1
Robert Barlow,Los mexica y la triple alianza, Jesúa Monjarás, E. Limón, M. C. Pailles eds.
inah, Universidad de las Américas (Obras de R. Barlow, vol. 3), 1987. 2
Frances Berdan, “A comparative analysis of two documents”, International Congress of Americanistes, México, 1974, pp. 131-146. 3 Luz María Mohar, La escritura en el México antiguo, México, Plaza y Valdés, 1990.
213
piensan que ambos documentos provienen de algún otro tequiamatl, ahora desaparecido, como lo demuestran los análisis realizados por las dos investigadoras. En el códice aparecen provincias tributarias que no se registraron en la Matrícula : Axocopan en lugar de Hueypuchtla; Atotonilco, Tlachquiyauhco, Tochtepec y Oxitipan. Por otra parte, el número de pueblos pertenecientes a algunas provincias tributarias difiere en los documentos, como en el caso de Cuauhnahuac y Tepecoacuilco. En el reverso del folio 71, el intérprete da cuenta de las dificultades a las que se enfrentó para interpretar las pictografías, entre otras arguye que la obra se hizo de prisa y que los indígenas informantes se pusieron de acuerdo demasiado tarde para transmitir la información correcta, además de que no hubo tiempo para hacer un traslado en limpio. Por este texto Gómez de Orozco llega a la conclusión de que el intérprete no fue el tlacuilo quien realizó las pictografías, y que probablemente no se trataba de un indígena, dado el buen número de términos del árabe en las anotaciones, como “alfaqui” y “mesquita”; Gómez de Orozco supone que el intérprete sólo se limitó a traducir y a transcribir la información proporcionada por los indígenas.4 Los estudios del CÓDICE MENDOCINO
La investigadora Frances F. Berdan5 realizó un análisis comparativo entre la Matrícula de Tributos y el Códice Mendocino; los resultados de éste arrojan grandes diferencias en el formato de las láminas, en las anotaciones referentes a las cantidades, las clases de productos y periodos de recolección. De este exhaustivo análisis hicimos una síntesis que a continuación presentamos. Formato: en la Matrícula la secuencia de los glifos de los topónimos inicia a la izquierda del margen inferior; el primer topónimo representa siempre la cabecera de la provincia tributaria; algunas veces los topónimos siguen hacia arriba por el margen derecho. En el Mendocino los topónimos empiezan en la parte superior del margen izquierdo, 4
Federico Gómez de Orozco, “¿Quién fue el autor material de Códice Mendocino y quién su interprete?”, Revista Mexicana de Estudios Antropológicos, t. V, núm. 1, 1941, p. 49. 5 F. Berdan, op. cit.
214
bajan y continúan por el margen inferior. El orden de las provincias es el mismo, excepto algún patrón discontinuo por la ausencia de una provincia; según la secuencia temporal de las conquistas las provincias aparecen en el siguiente orden: área central, el sur, el este y el norte. El orden de los productos es diferente, en la Matrícula empiezan los textiles, enseguida los trajes de guerrero con sus rodelas, luego otros productos y al final las trojes de granos. En el Mendocino es exactamente al revés, los textiles se pintaron arriba y las trojes abajo. Esto hace pensar a la autora que la Matrícula se leía de abajo hacia arriba, mientras que el Mendocino siguió un patrón europeo de lectura, de arriba hacia abajo. En ambos documentos hay dos casos en los que se representó más de una provincia en una lámina; en la Matrícula la división se hizo por medio de una línea vertical; en el Códice una línea horizontal separa las provincias. Hay omisiones en el número de productos y adiciones en otros casos, el más evidente es el número de graneros; en el Códice se pintaron más que en la Matrícula. También existen variaciones en cantidades y medidas, en el Mendocino no se registraron el largo de las mantas ni el tipo de algunos diseños. Las anotaciones en náhuatl de la Matrícula aclaran las pictografías; el Códice aporta datos adicionales. En las glosas de la Matrícula sólo se lee maíz y frijol en las trojes, pero en las pictografías aparecen frijol y huauhtli o chia; las glosas del Mendocino añaden amaranto y chia. Existe gran discrepancia en las cantidades, sobre todo en las mantas y en los granos, mientras la glosa de la Matrícula indica que la pictografía se refiere a una manta y el glifo numeral zontli indica 400 unidades; en el Mendocino la pictografía de manta se refiere a una carga o quimilli equivalente a 20 unidades, añadido el símbolo de zontli = 400. Lo que en la Matrícula se lee 400, en el Mendocino sería 20 × 400 = 8000 mantas. La periodicidad también difiere en ambos documentos, mientras que en la Matrícula la glosa en náhuatl indica que los textiles se tributaban cada 80 días; la anotación del Mendocino señala que se hacia dos veces al año. En las plumas sucede algo semejante, un manojo de plumas en la Matrícula se lee como una pluma y con el signo de 215
zontli serían 400 plumas; en el Mendocino se lee como 400 manojos de plumas. Para otros productos se dan diferentes periodos de tributación; en la Matrícula es anual para los trajes de guerrero con sus rodelas, la jadeíta cada 20 días y, la provincia de Xoconochco en las veintenas de panquetzaliztli y tlacaxipehualiztli ; en el Mendocino los textiles se tributaban dos veces al año; anualmente se entregaban semillas, trajes de guerrero, oro, jade, turquesa, algo dón, cacao, chile, plumas, ámbar y cochinilla; cada veinte días, miel, jarros, obje tos de madera, hachas, cal, etcétera. En ninguno de los dos documentos aparece el tributo de “menudencias”, tlacalaquilli, como las aves de corral, la fruta, los alimentos o el servicio personal, tampoco aparecen los esclavos. La misma autora presenta en un cuadro los datos comparativos entre los dos documentos y los de la Información de 1554, y calcula el tributo entregado cada 80 días, cada seis meses y anualmente. En cuanto a los textiles proporciona las siguientes cifras: Matrícula de Tributos
Mantas Huipiles Maxtlame
Cada 80 días
Anual
53 600 4 800 3 600
286 200 25 200 16 200
Códice Mendocino Cada 80 días 8000
Semi anual 62800 5 600 3 600
Información de 1554 Cada 80días
Anual 129 200 11 200 7 200
Anual
81 100 2 000 1 600
412 350 9 000 7 200
La autora obtuvo los totales anuales al multiplicar la cantidad de productos tributados cada 80 días por cuatro y media entregas al año. Por su parte, Friedrich Katz6 (1966) presenta en su estudio los resultados que obtuvo Cooper Clark (1938) del análisis de los productos tributados que aparecen en el Códice Mendocino y que a continuación presentamos. Ropajes Mantas de algodón Paños de cadera (maxtlame) Huipiles y faldas
6
Total anual 123 400 8 000 11 000
Friedrich Katz, Situación social y económica de los aztecas durante los siglos México, iih-unam, 1966.
216
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Molins Fábrega7, en el cuadro II de su estudio presenta el tributo anual en mantas de cada provincia, indicando el tipo de ellas; proporciona las siguientes cifras: Mantas
Total anual
Mantas grandes de algodón Mantas chicas de algodón blancas Mantas ricas de algodón, ropa de señores Mantas grandes de henequén Mantillas chicas de henequén Mantillas ricas de henequén
73 080 cargas 6 400 cargas 24 400 cargas 2 400 cargas 9 200 cargas 3 200 cargas
Total
Unidades 1 461 000 128 000 489 600 48 000 184 000 64 000 2 374 600
El autor asume que los pictogramas para mantas expresadas en el Códice se refieren a quimilli, cargas de 20 unidades, y el glifo numeral que las acompaña expresa la cantidad de cargas; de esta manera proporciona los totales de las mantas de algodón y de ichtle tributadas de acuerdo con el Códice. Otro estudio comparativo de las dos fuentes pictográficas es el de Luz María Mohar,8 quien hace un análisis cuidadoso de la composición de cada lámina y de los pictogramas dentro de ellas; de las glosas en náhuatl de la Matrícula y los textos del Códice. Así realizó un catálogo comparativo de los glifos de uno y otro documentos, que tenía como finalidad encontrar un sistema de convenciones pictográficas que pudiera albergar la existencia de un sistema de escritura. Mohar se abstiene de contabilizar los totales de los productos tributados y se basa en las glosas de la Matrícula para obtener totales parciales de cada provincia tributaria por tipos de bienes. Nuestro análisis del Códice nos proporcionó los siguientes resultados: Total semestral tilmatli tributadas 52400
Total anual tilmatli tributadas 104800cargas
Total anual tilmatli tributadas 213600
7
Narcís Mollins Fábrega, El Códice Mendocino y la economía de Tenochtitlan, México Porrúa, 1983. 8 L. M. Mohar, La escritura…, op. cit.
217
Diversos estudios delCódice Mendocino arrojan cifras diferentes en el computo anual de mantas tributadas; esto se debe a la manera de clasificar y contar el tipo de mantas, pues al tomar el pictograma dequimilli como una unidad, o como una carga equivalente a 20 unidades, resultan grandes diferencias De cualquier forma la cifra que resulta de los diferentes análisis es un número extraordinario de mantas tributadas; hecho que nos hace pensar que las mantas en la época de Moctezuma Xocoyotzin eran el artículo principal en la demanda de tributo; salvo en las tres provincias que no tributaban mantas: Tepeaca, MalinalcoXocotitlan y Xoconochco.
218
Las mantas en la INFORMACIÓN DE 1554 ——•——
Mencionamos antes cuál fue el srcen de este documento y quienes los responsables de la ejecución de la orden del emperador español. Si bien la Información no es un documento pictográfico, aporta y complementa los datos registrados en los otros dos documentos sobre los bienes tributados en la época de Moctezuma. De la Información se conservan únicamente seis de los cuestionarios aplicados a los trece indígenas principales de Tlatelolco, Quauhtitlan, Azcapotzalco y Churubusco. Parece ser que se usaron dos cuestionarios diferentes, ya que las respuestas del primero, tercero y quinto testigos son semejantes, y las del segundo, cuarto y sexto también se asemejan entre sí, pero difieren de las tres anteriores. Algunos autores1 piensan que probablemente se aplicó el cuestionario o cuestionarios al primero y segundo testigos y los siguientes testigos se limitaron a corroborar las respuestas de los anteriores, ya que éstas son idénticas. En la Información se registraron 36 provincias, no aparecen mencionadas: Tlatelolco, Malinalco y Xocotitlan que sí están en la Matrícula y en el Códice Mendocino; sin embargo incluye la provincia de Apan, ausente en los otros dos documentos. Los testigos mencionan en primer término los trajes de guerreros y las rodelas, algunos de muy alto valor; enseguida el tributo en granos: maíz, frijol, chia y huauhtli; en tercer lugar las mantas y la indumen1
Frances Berdan, “A comparative Analysis of two documents”, International Congress of Americanistes, México, 1974, pp.131-146.
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taria; luego el tributo cotidiano: gallinas, petates, ollas, ocote, ají y otras “menudencias”. Se menciona el tributo en hule y en “hombres de hule”; luego se señala a los indios de servicio y, para algunas provincias, a los esclavos; finalmente se indica el castigo para quienes no cumplían con lo exigido: “por primera vez lo desterraban por cierto tiempo y por la segunda vez moría naturalmente, poniéndolo en una jaula donde moría de hambre o lo sacrificaban”. 2 El documento señala los periodos de tributación: anualmente para los trajes de guerrero, rodelas y semillas; cada 80 días para las mantas; se recogían cuatro y medio tributos al año de estos productos; diario para los servicios personales y las “menudencias”. También informa de las cinco veintenas en que se exigía tributo extraordinario: tlacaxipehualiztli, etzalcualiztli, tecuilhuitl, ochpaniztli y panquetzaliztli. Otra información interesante son las equivalencias que proporcionan los testigos para las mantas: reales y pesos de oro común para
Trajes de guerrero.Matrícula de Tributos. 2
France Sholes V. y Eleanor B. Adams, “Sobre el modo de tributar los indios, 1561-1564” en Documentos para la historia de México colonial, México, Porrúa, vol. IV, 1967, p. 31.
220
los productos tributados en 1520, su equivalencia en el año 1554 y el valor total de lo tributado por cada provincia. El valor de los bienes tributados en la época de Moctezuma Xocoyotzin se proporc iona en quachtli o mantas; lo que nos indica que las mantas eran el producto preferido y más usado en los intercambios y transacciones comerciales. Por la información contenida en este documento, se advierte que no fue la Matrícula de Tributos la fuente que los indios testigos tuvieron enfrente para “refrescar” su memoria, ya que difieren en orden, especies y cantidades de bienes tributados. Equivaleciancias en mantas de algunos productos en 1520, según la INFORMACIÓN DE 1554
Mantas En la veintena de panquetzaliztli se tributaban: Cinco mantas ricas = 50 mantas comunes quachtli. Una manta rica =10 quachtli. Quachtli Cinco mantas = 10 quachtli. Una manta = 2 quachtli. 45 naguas y huipilli = 200 mantas. Una nagua y un huipil = 4.5 quachtli. Cinco maxtlame ricos = a 10 mantas cada uno. Un maxtle rico = 2 quachtli.
Trajes de guerrero Un sayete de plumas = 25 mantas. Un rodela de plumas = 25 mantas. Un sayete de plumas ricas = 53 mantas. Un sayete y una rodela dorada y de pluma rica = 225 mantas. Algodón Una carga de Quauhtochco = 20 mantas. Una carga de Cotaxtla = 20 mantas. Una carga = 23 kg aproximadamente. 221
Grana Una carga de Coixtlahuaca = 100 mantas. Una carga de Cuilapan = 20 mantas. Una carga de Tlaxiaco = 20 mantas. Plumas 400 plumas verdes de Cuilapan = 1 225 mantas. 400 plumas grandes ricas de Soconusco = 800 mantas. 400 plumas verdes de Soconusco = 400 mantas. 800 plumas amarillas de Soconusco = 320 mantas.
Pieles de ocelotl Una piel grande de Soconusco = 20 mantas. Conchas Una concha de Cihuatlan = 12 000 mantas (?). Chalchihuites Una sarta de Tuxpan = 20 mantas. Una sarta de Cotaxtla = 600 mantas. 35 sartas de piedras verdes de Soconusco = 1 200 mantas.
Hierro (cobre) Una barra de Tepecoacuilco = 21 mantas. 100 cascabeles = 25 mantas Oro Un tejuelo de Ichcatoyaque = 30 mantas. Hule Un pan de hule de Tlapa = 20 mantas. Un hombre de copal de Tepecoacuilco = 1 manta.
Papel 2000 pliegos de papel de Tepecoacuilco = 20 mantas. 2000 pliegos de Cuernavaca = 20 mantas. 222
Salvo en los textiles tributados en la veintena de panquetzaliztli, el documento no especifica la equivalencia en el tipo de mantas de los otros productos; probablemente también se trataba de las quachtli o de las patolquachtli. Observamos que algunos productos tienen el mismo valor en diferentes provincias, este es el caso del algodón; en cambio otros, como la grana, presentan valores diferentes en distintas provincias, se debía probablemente a la calidad de la grana. Los productos que alcanzaban valores más altos eran las plumas verdes y grandes (¿de quetzal?) de Soconusco y Cuilapan; las conchas rojas de Cihuatlan (Spondilus princeps) y las piedras verdes de Soconusco (jadeíta), todos ellos productos suntuario s. Los artesanos de la provincia de Petlacalco, Acolman, Cuernavaca, Huaxtepec, Cuauhtitlan y otras del área central del señorío mexica qu e trabajaban y tributaban objetos elaborados con pluma debieron hacer cambios y trueques para obtener las materias primas que requerían para sus trabajos. Lo mismo podemos decir de los pueblos de las provincias de Tochitepeque, Cotax tla, Tlapacoya y Tuxpan que d ebían conseguir el oro para elaborar las rodelas y trajes dorados. Pueblos de 32 provincias tributaban mantas y otros textiles, sobresalían: Oxitipan, Atlan, Cicoaque, Tlapacoya, Cotaxtla y Tochitepeque situados en la costa del Golfo; también eran grandes productores de textiles Taxco, Tepecoacuilco y Cihuatlan, la otra región donde se cultivaba el algodón. No se menciona el material de las mantas tributadas por los pueblos de las provincias de Atotonilco, Xilotepec, Cahuacan y Toluca, que indudablemente debió ser de ichtle y de ichtle fino. Según este documento no tributaban mantas Ichcaatoyaque Tepeaca ni Soconusco.
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Gráfica 4 LAS MANTAS EN LA INFORMACIÓN DE 1554 TESTIGO NÚM. 1 MIGUEL HUECAMECATL
1. Petlacalco 2. Aculma 3. Cuernavaca 4.Guastepeque 5. Cuauhtitlan 6. Axacuba 7. Atotonilco 8. Teopochitlan 9. Atotonilco 10. Xilotepeque 11. Quahuacan 12. Toluca 13. Ocuila 14. Tlachco 15. Apan 16. Tepecuacuilco 17. Cihuatlan 18. Tlapa
230
19. Zacatlan 20. Tequisquitlan 21. Ichcaatoyaque 22. Chalco 23. Tepeaca 24. Cuestlahuaca 25. Cuilapan 26. Tlaxiaco 27. Tochitepeque 28. Soconusco 29. Quauhtochco 30. Cotlastla 31. Tlapacoya 32. Tlatlauhquitepeque 33. Tochpan 34. Atlan 35. Cicoaque 36. Oxitipan
Conclusiones ——•——
Documentos pictográficos y fuentes escritas de los siglos xvi y xvii proporcionan invaluable información sobre el grado de desarrollo alcanzado en el arte textil por algunos grupos mesoamericanos. Dentro de ese vasto universo acotamos nuestra investigación para enfocar al grupo de los mexica, ya que para éste se cuenta con un mayor número de fuentes de información inmediatas al momento de contacto; en ellos la representación iconográfica y los textos escritos se complementaron y nos dieron una visión amplia sobre el tema. Tres documentos fueron fundamentales para conocer los aspectos de la organización política, administrativa y económica del señorío mexica: la Matrícula de Tributos, el Códice Mendocino y la Información de 1554; realizados en tiempos y bajo circunstancias diferentes, la información que proporcionan en cuanto a los tributos entregados al señorío mexica es rica, valiosa y complementaria entre ellos. En la Matrícula los datos registrados de las tilmatli a través del tributo son precisos en cuanto a los materiales, las medidas, los colores y diseños de tejido, las técnicas y las cantidades de cada clase requeridas y los periodos de entrega; el documento también deja ver la existencia de zonas especializadas en ciertas clases de tejidos, así como de las zonas productoras de materias primas: algodón, ichtle e iczotl y los lugares de donde provenían los artículos suntuarios usados como adornos: plumas, planchuelas de cobre y de oro, piedras finas y otros productos. De las posiblemente 40 provincias tributa rias que formaban al señorío mexica, únicamente tres no tributaban 231
mantas, lo que nos indica que las mantas eran el principal producto exigido. El Códice Mendocino es una copia realizada con base en un tequiamatl ahora desconocido; el intérprete usó la información que le proporcionaron algunos indígenas, pero un error fundamental de éste fue considerar el glifo quimilli como 20 unidades, cuando se trataba de una sola unidad, lo que altera de manera significativa las cantidades requeridas como tributo. En el Códice aparecen tres provincias más, ausentes en la Matrícula. La Información de 1554 aporta datos no registrados en los otros dos documentos; se registró el valor de las mantas determinado en quachtli en la época de Moctezuma Xocoyotzin y su valor en pesos de oro común en 1554; aparece el tributo en hule, menudencias y esclavos, así como el servicio personal, además del tributo extraordinario en cinco veintenas. A través de las diferentes modalidades del tributo y del comercio, las materias primas llegaron a manos de las artesanas vía los mercaderes, los pipiltin y el tlatoani, quienes las entregaban a éstas para que las trabajaran. Así se establecía una red de circulación de materias primas y de bienes manufacturados. La producción de tilmatli se realizaba al interior de las familias del calpulli; debido a las enormes cantidades de tilmatli exigidas como tributo, suponemos que no fue una actividad exclusiva de las mujeres y, que todos los miembros de la familia participaban en la producción; algunos textos nos indican que en los templos y en los telpochcalli los jóvenes también tenían la obligación de tejer, había pipiltin que en sus casas tenían varones dedicados a esta labor. También hubo artesanas y artesanos independientes en el trabajo textil, especializados en los tejidos de “labores”, en tejidos con pluma o con tochomitl y artesanos especializados en el tejido de las orillas de las mantas y en el pecho de los huipiles. La producción textil era acaparada por el tlatoani, los pipiltin y los comerciantes, quienes las redistribuían a través de diferentes canales: mediante el comercio, otorgándolas como premios, estímulos o regalos, para solventar los gastos de las múltiples ceremonias religiosas o bien entregándolas como ofrenda. 232
Las quachtli y las patolquachtli fueron dos tipos de mantas a las que se adjudicó un valor de cambio en las operaciones comerciales, fueron tal vez más importantes que otros objetos que se usaron con el mismo propósito en el área central mesoamericana: el cacao, las plumas, las hachuelas de cobre y los cañutos de oro en polvo, más escasos y difíciles de conseguir. Hubo mercados especializados en determinados productos, las mantas comunes, las finas y de otras clases se vendían en los mercados de Tlatelolco, Tezcoco y el de Tepeaca. Existió una oferta y demanda de tilmatli de reuso, nutrían este marcado las mantas que quitaban a los infractores de normas morales o religiosas y que los “malos comerciantes”, como los llama Sahagún, lavaban y adobaban con atole para que parecieran nuevas. Durante el señorío de los tres primerostlatoque mexica, la sociedad al parecer era más o menos igualitaria. Tras su liberación de los tepanecas y conforme fueron dominando a otros pueblos y expandiendo sus redes comerciales, se profundizaron las diferencias en la sociedad; las hazañas en el campo de batalla y el comercio fueron las vías de ascenso en la escala social. A partir de Itzcoatl se fijó un protocolo en la manera de vestir, éste quedó determinado por Moctezuma I y se acentuó en la época de Moctezuma II. La falta al protocolo en la manera de vestir se castigaba con la muerte. De esta manera el vestido y el adorno denotaron la pertenencia a un estrato social y la función que desempeñaba el individuo en la sociedad. Señores, pipiltin, comerciantes, funcionarios, guerreros y sacerdotes se reconocían y distinguían por la tilmatli que portaban. Fray Bernardino de Sahagún registró aproximadamente 90 nombres de mantas que usaban los pipiltin, conocidas por sus nombres y diseños decorativos; describió nueve de las que sospechaba que por sus diseños se relacionaban con conceptos de la cosmovisión y religión de los indígenas y eran usadas por los señores y sacerdotes en las ceremonias de las veintenas. La manta más preciada, la xiuhtilmatli tenixyo era de uso exclusivo del tlatoani y de los dioses relacionados c on la guerra; era de color azul, sobre la que se colocaba otra manta tejida en red de ichtle fino, que en cada cruce llevaba una piedra fina o un caracolito de oro; la red de ichtle rememoraba a los chichimecas, valerosos guerreros; la ichtil233
matli tenixyo era la metáfora que significaba el cielo azul estrellado cubriendo al tlatoani. En los Códices Magliabechi y Tudela se registró un verdadero catálogo de tilmatli que usaban señores, guerreros y sacerdotes en los ritos y las ceremonias de las dieciocho veintenas; los motivos decorativos representan iconos que caracterizan cualidades y funciones de deidades personalizadas en los portadores de la manta, o bien son metáforas de aquéllos; así, los motivos decorativos y los colores se convertían en un lenguaje visual y didáctico, a través del cu al se adoctrinaba a la población. En los documentos pictográficos son pocas las representaciones de deidades que visten tilmatli; por lo general aparecen como guerreros que porta el xicolli o el ichcahuipilli, el maxtlatl y el tzinipilli, adornados con vistosos tocados, con sus emblemas y distintivos, y cubriendo su cara con la pintura facial característica. Los dioses relacionados con la guerra: Huitzilopochtli, Paynal, Xiuhtecuhtli, Omacatl, Yacatecuhtli, Tlacochcalco Yaotl llevan la mas preciada de ellas: la xiuhtilmatli tenixyo. Tezcatlipoca, Mictlantecuhtli y Xolotl, dioses relacionados con el inframundo y la oscuridad, se cubren con la tilmatli tlacacuallo, manta negra adornada con diseño de calaveras y huesos humanos; así también los brujos, que con sus artes producían daño, hacían uso de ellas; Quetzalcoatl se distingue por vestir una manta blanca adornada con cruces rojas. Mantas de color rojo caracterizan a Xochipilli y a Macuilxochitl, en ocasiones aparecen con capas de plumas de colores brillantes. Los textos de las crónicas refieren que las esculturas de los dioses se cubrían con mantas de las más finas y encima de ellas ponían mantas de pluma; sus templos y altares también se adornaban con mantas de las más preciadas; de esa misma calidad eran las mantas que recibían como ofrenda. En las ceremonias de las veintenas todos los participantes: sacerdotes, ixiptla y víctimas, tlatoani, guerreros, comerciantes, músicos y danzantes lucían tilmatli de las más finas; en estas ocasiones la prenda se convertía en un reflejo del entramado social y económico de la sociedad. Los materiales, colores y diseños decorativos de las mantas eran un metalenguaje que identificaba la posición y función del individuo que la portaba. Además de cubrir el cuerpo del indígena, las tilmatli cumplieron con muchas otras funciones: cuna para los infantes, lazo de unión en 234
Tejedoras de mantas labradas.Códice Florentino.
el matrimonio y mortaja aun para el tlatoani; también se usaron para transportar matalotaje; un tipo de ellas servía como moneda en los intercambios comerciales; fueron ofrendas para los dioses; estímulos y recompensas para guerreros destacados; regalo para señores amigos y enemigos; para concertar alianzas y matrimonios; para desafiar al enemigo; como un lenguaje de señales en tiempos de guerra. En casas, templos y palacios se usaron como tapices, cortinas, alfombras, colchas, servilletas, quitasoles, etcétera. El uso cotidiano de las tilmatli en todas las actividades de la vida de los indígenas y la creencia del srcen divino del arte de hilar y de tejer dieron pie para que el pueblo contara mitos y fábulas y se divirtiera repitiendo cuentos y adivinanzas en torno a ellas. Como asevera Andrés Fábregas, “Historia y cultura se enlazan en los textiles”,1 y con ellos siempre están presentes el arte y la belleza.
1
Andrés Fábregas, “El Textil como resistencia cutural”, Artes de México, núm. 19, 1993, p. 27.
235
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245
Apéndice 1
Mantas en los códices ——•——
MANTAS EN EL CÓDICE MATRITENSE DE LA REAL ACADEMIA DE HISTORIA, CAP. 2, PÁRRAFO 5, FOL. 55V Fuente documental Acucuxochio tilmatli
Nombre correcto Acocoxochiyo tilmatli
Coyoeva tilmatli
Coyoehua tilmatli
Descripción Manta con el diseño de la flor de tallo hueco, es decir, la dalia Manta con figurade ahuizotl, animal acuático fantástico, Manta que usaba el rey Ahuizotl Mantaconmáscaradeagua.Propia del señor Axayacatl La manta llevaba el diseño de la flor del cuervo Mantaconcabezasdeculebra.Se tejían en la Huasteca Mantaanudadaconalacranesen los cruces Manta con diseño de piel de coyote
Auitzoyo tilmatli
Ahuitzoyo tilmatli
Cuetlacheva tilmatli
Cuetlachehua tilmatli
Manta con diseño de piel de lobo
Cuetlaxochio tilmatli
Cuetlachxochiyo tilmatli
Manta con la flor de nochebuena
Axayacayotilmatli Cacaloxochio tilmatl
Cacaloxochiyo tilmatli
Coatzontecomayotilmatli Colotlapillitilmatli
Hecauitequi tilmatli
Manta batida por el viento. Tal vez con remolinos de viento Manta con diseño de discos como el temalacatl, tejida con pluma
Ihuitemalacayo tilmatli Itznepaniuhqui tilmatli Iztac ihui tilmatli
Iztacihui tilmatli
Iztac xomoiui tilmatli
Iztacxomoiui tilmatli
Manta con diseño de puntas de obsidiana en los cruces, o cruzadas Manta de plumas blancas Manta adornada con plumas blancas de pato
247
MANTAS EN EL CÓDICE MATRITENSEDE LA REAL ACADEMIA DE HISTORIA, CAP. 2, PÁRRAFO 5, FOL. 55V (continuación) Fuente documental
Nombre correcto
Descripción
Miceoatilmatli
Mizehuatilmatli
Ocutocheva tilmatli
Ocutochehua tilmatli
Omixochio tilmatli
Omixochiyo tilmatli
Mantaconlapieldepuma como diseño Manta que imitaba la piel del gato montés Manta con diseño de la flor
Quapachcho tilmatli
Cuauhpachcho tilmatli
del hueso Tapiz de plumas de águila
Quapachtlaxochio tilmatli
Cuauhpachtlaxochiyo tilmatli Tapiz con la flor del águila
Quauhpapatlacyo tilmatli
Cuauhpapatlayo tilmatli
Manta con diseño de figura de águila que aletea Manta con la cabeza de águila como diseño Mantaconanillosrojosenelborde
Tenizquixochiyo tilmatli
Llevaba la flor de la juanita (Cannabis sativa) en el borde Mantaconcenefaroja
Quauhtzontecomayo tilmatli Tenchilnahuayotilmatli Teuizquixochio tilmatli Tentlapallotilmatli Teocuyotilmatli
Mantaconeldiseñodecorativo de la biznaga Condiseñodelfrentedelcampo
Tlachcuayotilmatli Tlacoxochio tilmatli
Tlacoxochiyo tilmatli
Tlapaliuitemalacayo tilmatli Tlapalihuitemalacayo tilmatli Tlapaltecuxochio tilmatli Tlapaltecuxochiyo tilmatli Tliltic ihui tilmatli
Tlilticihui tilmatli
Tonatiuhyotilmatli
de flor juego devara pelota La de la o de la jara era su diseño Manta con discos (o temalacatl) de plumas rojas Manta con la flor roja del señor Manta de plumas negras MantaconlafiguradelSol
Uacalxochio tilmatli
Uacalxochiyo tilmatli
La flor de huacal adornaba la manta
Uceloeva tilmatli
Oceloehua tilmatli
Uitzitzilxochio tilmatli
Uitzitzilxochiyo tilmatli
Manta con el diseño decorativo de la piel del jaguar Manta con el diseño de la flor del colibrí Mantacongrecaescalonadacomo
Xicalcoliuhquitilmatli
diseñodedecorativo Manta colorazul,tejidacon técnica de anudado. Manta adornada con turquesas Xomoiui tentlapallo tilmatli Xomoihuitentlapallo tilmatli Manta adornada con plumas de pato, con una cenefa roja Xiuhtlalpillitilmatli
248
MANTAS EN EL CÓDICE FLORENTINO, LIBRO 8, CAPÍTULO 8, FOLS. 15R. A 16V Fuentedocumental Apalecacozcatltilmatli
Nombrecorrecto
Aytlaichui tilmatli
Cuitachihui timatli
Camopalecacozcayo teniuiyo Camopalecacozcayo tilmatli teniuillo
Descripción Mantateñidadecolorazulclaro, adornada con la joya del viento Manta de plumas con figura de lobo como diseño Manta color morado adornada con dibujos de la joya del viento, con una
tilmatli
orla de pluma. Era la manta portaba el tlacochcalcatl, conque el diseño propio de Quetzalcoatl Camopaltenuauanqui tilmatli Camopaltehuahuanqui Manta color anaranjado con cenefa tilmatli rayada Chicoa palli nacazminqui yitic Chicoapalli nacazminqui Manta pintada diagonalmente con icac ytzquauhtli itic icac itzcuauhtli una mitad oscura, con un águila de navajas de obsidiana en medio Coaxayacayo tilmatli tenixyo Coloxochio tilmatli Coyoichcatlentlayauallo tilmatli: Cuitlachihui tilmatli Eloxuchio tilmatli Initicatentlapapalotilmatli Itzcoayotilmatlitenixyo
Manta con caras de serpiente, con una orla de “ojos” Coloxochiyo tilmatli
Cuitachiyo tilmatli Eloxochiyo tilmatli
Iztac xomoiui tilmatli tenixyo Iztacxomoihui tilmatli Nochpaltilmatli tenixyo Oceloquauhtlatlapanqui tilmatli Ocelotentlapalli itic ica ocelotl
Ocelotilmatli Ocelotilmatli quauhtetepoyo tilmatli
Manta adornada con flores del alacrán Manta de algodón coyuchi (o de color café) con cenefa de círculos Manta de pluma, con diseño de lobo Manta con la flor del elote Mantaconelbordecolorido Mantacondiseñodeserpiente de navajas, con borde de “ojos” Manta de pluma blanca con borde de “ojos” Manta de color rojo de tuna (de grana), con orla de “ojos” Manta pintada con diseño mitad jaguar, mitad águila Manta que llevaba el borde pintado como la piel del jaguar y en el centro un jaguar. Eran mantas usadas por los guerreros valientes Mantacondiseñodepieldejaguar. Mantas tributadas por Xilotepec Manta como la piel del jaguar con la garra del águila. Manta con símbolos de guerreros águila y jaguar. La piel del jaguar se relaciona con Tezcatlipoca y la garra del águila con Cihuacoatl, deidad protectora de los guerreros
249
MANTAS EN EL CÓDICE FLORENTINO, LIBRO 8, CAPÍTULO 8, FOLS. 15R. A 16V (continuación) Fuentedocumental Oceloxicalcoliuhquitilmatli
Nombrecorrecto
Ometochtecomayo tilmatli tenixyo Papaloyotilmatlitenixyo Quachpepechtli Cuappachtli Quapetlacio tilmatli Cuappatlacyo tilmatli Quappach ixcoliuhqui tilmatli Cuappachixcoliuhqui tilmatli Quappachatocayo tilmatli Cuappachatocayo tilmatli Quappachtentlayauallo tilmatli Cuappachtentlayauallo tilmatli Quappachtlalpilli tilmatli
Cuappachtlalpilli tilmatli
Descripción Mantaadornadacongrecas escalonadas como la piel del jaguar Mantas tributadas por Jilotepec Manta con diseño de la olla del pulque, con cenefa de “ojos”. Símbolo de Ometochtli Manta cenefacon dediseño “ojos”demariposas,con Camaoasientodemantas Manta con figura de águila que aletea Manta de color leonado con diseño de grecas escalonadas Manta leonada, adornada con arañas de agua. Manta de arañas de agua (Códice Magliabechi) Manta con cenefa de discos color leonado Manta anudada de color leonado
Quappapaloio tilmatli
Cuappachpapaloyo tilmatli Manta con diseño de mariposas y águilas Quauhaaujtzoio tilmatli Cuauhahuitzoyo Manta adornada con el águila tilmatli y el ahuitzotl Quauhtetepoio tilmatli Cuauhtetepoyo tilmatli Manta con diseño de la garra del águila Quauhtzontecomayo tilmatli Cuauhtzontecomayo Manta fina adornada con la cabeza mamanqui tilmatli mamanqui del águila Quaxoxo tilmatli Quapachxoxo tilmatli Tapiz de color verde Quetzalichpetztli Quetzalichpepeztli Alfombra de ichtle muy fino, o de ixtle verde muy brillante Quetzalichtilmatli ocelocuitlaManta de fibra fina de ichtle, pillo adornada con colas de jaguar Quetzalichtilmatli quapatlacyo Manta de fibra fina de maguey, tilmatli adornada con el águila que aletea Tecucizyotilmatlitenixyo Mantacondiseñodecaracoles,con cenefa de “ojos” Temalacayotilmatlitenixyo Mantacondiseñodediscoscon Tenixyotilmatli Tenizquixuchio tilmatli Teuatltlachinoltilmatli
250
Tenizquixochiyo tilmatli
cenefa de “ojos” Mantaconbordede“ojos” Manta con diseño de la flor del cuetlaxochitl Mantacondiseñodeaguayfuego, símbolo de la guerra
MANTAS EN EL CÓDICE FLORENTINO, LIBRO 8, CAPÍTULO 8, FOLS. 15R. A 16V (continuación) Fuentedocumental Tlacochcuauhtli oncan icac Tlallecauazyotilmatli Tlamachmoiaoactilmatli Tlapaliuhiui tilmatli tlamachio Tonatiuhiui tilmatli tenixyo; Ueueytilmatlinauatzaloni Ueueytilmatlipepechtli Xahualcuauhyo tilmatli tenixyo Xiuhtlapilli nacazminqui tlacochcuauhtli oncan icac Xiuhtlapillitenixyo Xomoiui quappatlacio Xomoiuitilmatlielotic Yappaixcoliuhquitilmatli Yztac xomoiui tilmatli cuitlachixyo Yztac xomoiui tilmatli nacazminqui
Nombrecorrecto
Descripción Manta con diseño de águila erguida Mantacondiseñodeescaleras de tierra. Jilotepec tributaba estas mantas Dechadoobordadoextendido
Dechado bordado con plumas de colores Tonatioihui tilmatli Manta de plumas con diseño tenixyo del sol con borde de “ojos” Mantagrandeparasecarse Mantagrandeparacama Manta adornada en el borde con una franja de plumas y con “ojos” Manta dividida diagonalmente, una mitad adornada de nudos azules, en medio con el águila de dardo Mantaazulanudadacon“ojos” Xomoihui cuauhppatlacyo Manta de plumas de pato con figura de águila que aletea Mantadeplumasdepatocondiseño de mazorcas de elote Mantacoloroscurocondiseño de grecas escalonadas Manta de pluma blanca de pato, con diseño de cara de lobo Manta dividida a losange, una mitad de pluma blanca de pato
251
MANTAS EN LA OBRA CRÓNICA MEXICANA DE MANUEL ALVARADO TEZOZOMOCa
Nombre
Descripción
Página
Alahuacapetatl
Estera de tule
Ayauhtlacuilolli tilmatli
Manta pintada como la niebla; se tejían en Tlaxcala
Coaxayacayo tilmatli
Manta con caras de serpiente,
Coixca tilmatli
Manta propia de los coixca, manta que usaban los cantores en ritos funerarios
Cozhuahuanqui
Mantaderayascoloramarillo
Cuauhquemitl
Vestidode águila,propio delos cuauhuehuetque
Cuauhtilmatli
Manta con dibujo de águila; exclusiva de los guerreros valientes 463
Ecacozcayo tilmatli
Manta con el diseño del pectoral de Ehecatl
Eltetehuitl
Manta con la que envolvían la estatua del guerrero muerto
93
Ihuitilmatli
Manta de plumas, tributo de los pueblos de Tehuantepec
373
Itzcoayo tilmatli
Manta con diseño de serpiente de navajas. Moctezuma regaló a los de Yopitzingo mantas de ese tipo en su coronación
418
Nacazminqui tilmatli
Manta dividida longitudinalmente en dos, cada mitad de color diferente
253
Nextlacuilolli tilmatli
Manta de color gris, regalo a los guerreros destacados
449
Nextlaquentiloni tilmatli
Manta de color gris con la figura de Huitzilopochtli, cubrió el bulto funerario de Axayacatl
241
Ocelotlapanqui Tilmatli
Manta con la mitad pintada como la piel del ocelote
459
Ocotentehuitl tilmatli
Manta brillante como el ocote; cubrió el bulto funerario de Axayacatl
241
Ommatltilmatli
Mantasdedosmaitl(manos)delargo
102 547 151 234 135 463 254
357
Teoxiuhayatl
Manta de red de ichtle con turquesas en los cruces, manta que envolvió el bulto funerario de Ahuizotl
391
Tetecomayo tilmatli
Manta con dibujos de ollas; Moctezuma regaló a los de Huejotzingo un tipo de estas mantas
469
Tlacahuaztilmatli
Mantaparaprotegersedelsol
Tlapalquachtli
Quachtlid ecolores.Mantacolorida
151 110
Tlauhtemalacayo tilmatli Manta con dibujos de discos roj os, regalo de Moctez uma a los forasteros en la fiesta de tlacaxipehualiztli
449
Tlauhtonatiuhyo tilmatli Manta con soles rojos, regalo de Moctez uma a los señores de Michoacan y de Meztitlan
449
Tonalcayotl
Mantaparaprotegersedelsol
Tuchpanecayotl
Mantas características de los habitantes de Tuxpan
Tzanaton tilmatli
Manta tejida con hilo muy torcido, adornada con plumas de zanate, regalo de los de Michoacan y Yopitzingo a Moctezuma
Xahualcuauhyotilmatli
Mantaadornadaconplumasdeáguila
Xiuhtlalpilli tilmatli
Manta anudada de color azul, o m anta anudada con turquesas
Yohualahua tilmatli
Manta del bebedor nocturno, propia de Tezcatlipoca; se usó en el bulto funerario de Axayacatl
a
F. Alvarado Tezozomoc,Crónica mexicana, México, Editorial Leyenda, 1944.
252
126 110 418 418 151 241
MANTAS MENCIONADAS EN OTRAS FUENTES Nombre
Descripción
Ayauhquémitl
Vestido como niebla propio de Tlaloc
Ayahuixo tilmatli
Manta con el frente como la niebla
Cacamoliuhqui; cacanioliuhqui
Mantas acolchadas o colchas
Camopallotilmatli
Mantas de color morado. Las tributaban los pueblos de la provincia de Atlan
Canahuac tilmatli
Mantas delgadas [tejidas con técnica de gasa], tributadas por los pueblos de la provincia de Huastepec
Canahuac ommatl tilmatli
Manta de tejido delgado, que media dos manos de largo
Chalcaayatl
Manta deichtlecomo ladelos chalcas
Chichicuemaitl tilmatl
Mantas de ocho manos de largo. Tuxpan tributaba 1 200 cada 80 días
Chicoapalnacazmiqui
Manta dividida a losange, una mitad de color oscuro
Coyoichcatl tetecomaio tilmatli
Manta de algodón café con diseño de ollas
Cuauhmécatl
Manta de ichtle usada por los guerreros águila
Huitztecol tlaxocho tilmatli
Mantas tributadas por los pueblos comarcanos en las exequias de Tlacahuepan.
Ichtilmatli
Mantas de ichtle. Hueypochtla, Quahuacan, Tollocan y Ocuilan las tributaban a Tenochtitlan
Ichtilmatli canahuac
Mantas delgadas de ichtle. Tributadas por Tollocan
Iczotl tilmatli
Mantas de izote. Las tributaban Tlachco y Malinalco
Ihuitelolotli tilmatli Ihuitica tetecomaio
Manta con borlas de pluma Manta de plumas, con diseño de olla
Inextentlapallo tilmatli
Manta ricamente colorida
Inextlacuilolli tilmatli
Manta con diseño ricamente labrado. Las tributaba Ocuilan
Inextlatlacuilolli ti lmatli
Manta ma ravillosamente pi ntada
Itzcoacaio
Mantasobsequiadascomoestímuloalos de serpiente de navajas
Itzcohuacoliuhqui tilmatli
Manta con grecas de serpiente de navajas. Tributo de los pueblos de la provincia de Jilotepec
cuachic, con diseño
Itzmicohua tilmatli
Mantas con diseño de serpientes de navajas
Ixhualcuauh tilmatli
Manta con cara de águila
Ixquemitl
Manta para cubrir el cuerpo de los dioses y difuntos
Ixquen
Mantas de regalo a Ixtlilton [sacerdote vestido como el dios] al final de la fiesta
Mantas
Con cazoletas, husos bordados y flores color tuna de pelo de conejo. Regalo de Ahuizotl a los mercaderes
Mantas
Entreveradas con papel, con bordados de mariposas en la orilla
Mecaayatl tenchilnauayo
Manta de ichtle con cenefa de ojos
Nacazminqui
Manta dividida a losange; cada mitad de color diferente
253
MANTAS MENCIONADAS EN OTRAS FUENTES (continuación) Nombre
Descripción
Nanauhmatl tilmatli
Mantas con rayas amarillas de cuatro manos. Las tributaban pueblos de la provincia de Cihuatlan
Nochpalcuechintli
Manta teñida con grana, adornada con caracolitos
Nochpallaxochio
Manta con flores rojas como la grana
Ollintilmatli
Mantaconeldiseñode y del sol
Ometochcomayo tilmatli
Manta con el diseño de la olla de los dioses del pulque
Ommatl cacamoliuhqui tilmatli
Mantas acolchadas de dos manos, con diseño de rombos Tepecoacuilco las tributaba
Ommatl tilmatli
Mantas de dos manos de largo. Tlauhpan tributaba 400 cada 80 días
Ommatl tlatlapalli tilmatli
Mantas muy coloridas de dos manos. Las tributaba Tuxpan
Papalocuachtli
Manta( quachtli) con diseño de mariposas
Papalotilmatli
Manta con diseñodemariposas
Patolquachtli
Manta pequeñausada como moneda
Quachtli
Manta grande de algodón usadacomo moneda en los intercambios comerciales
ollin, símbolo de vida, movimiento
Tecucizyo tilmatli
Manta con diseño de caracoles
Temalacayo tilmatli
Manta con diseño de temalacatl, la piedra sobre la cual se realizaba el combate conocido como sacrificio gladiatorio
Tenchapanqui tilmatli
Mantas con el borde caído. Los pueblos de la provincia de
Tenquachtli
Quauhtitlan las tributaban Mantaparalabios,servilleta
Tilmatli ayauhixo
Manta como niebla al frente
Tilpatlahuac tilmatli
Mantas anchas y negras. Las tributaban Tepecoacuilco, Coixtlahuaca y Tlatlauhquitepec
Tlacacualo
Manta con huesos y cráneos de muerto. Manta propia de Tezcatlipoca, Mictlantecuhtli y de los sacerdotes sacrificadores
Tlacahuaztilmatli
Manta para protegerse del sol
Tlacaquachtli
Manta grande tejida con cabezas de personas. Se usaban en la ceremonia de matrimonio
Tlacaziuhqui
Manta tejida con diseño de miembros de personas
Tlalpalcuachtli
Manta( quachtli) de colores
Tlapalcoliuhqui tilmatli
Mantas con grecas de color. Las tributaba Jilotepec
Tlapalecoscayo tilmatli
Manta con el ehecacozcatl de colores
Tlapiltilmatli
Mantaanudada
Tlatzcalotl
Mantaparaprotegersedelsol
Tlilquemitl
Especiedebaberodecolornegro
Tuchpanecayotl tilmatli
Manta característica de los habitantes de Tuxpan
Uitztecotla xochio tilmatli
Mantas veteadas de negro con diseños de flores
Xiuhayatl
Mantaazuldeichtle
254
MANTAS MENCIONADAS EN OTRAS FUENTES (continuación) Nombre
Descripción
Xiuhtilmatli tenixyo
Manta azul de ichtle con borde de “ojos”
Xiuhtilmatli
Mantaazul
Xiuhtlalpilli yniquimiliuhticac tilmatli
Manta azul anudada
Xomoiui tilmatli
Mantadeplumas depato
Ylacatziuhqui tilmatli
Manta café adornada con flores
Yolloxochitl tilmatli Yopitzontli tilmatli
Manta con el diseño de la flor de corazón Manta con diseño del gorro de Xipe
255
Apéndice 2
Glosario de voces nahuas ——•——
Amacuexpalli: Adorno de amate que ponían a las esculturas de las
deidades en la nuca. Amanepaniuhqui: Adorno hecho de papel amate. Amanepaniuhqui tempapaloio: Adorno de papel amate con figuras
de mariposas. Ayauhxicolli: Jubón de niebla, propio de Tlaloc y de los tlaloques. Cacaxtli: Artefacto de madera para cargar bultos. Cactli: Sandalias, calzado en general. Calmecac: Institución donde estudiaban los hijos de los nobles. Calpixcalli: Casa de los mayordomos. Estancia en la que residían en
palacio. Calpixcayotl: Intendencia de palacio, de la casa. Calpixque-calpixqui: Mayordomo, intendente, el que guarda las cosas
de la casa. Calpuleque: Autoridad en el calpulli. Calpulli-calpullalli: Barrio-tierras comunales pertenecientes al calpulli. Camitl: Ropa usada por los huastecos. Cemmatl-cenmaitl: Una mano, medida de longitud equivalente a una braza española (1.68 m).
Cicuilli: Camisa larga hasta la rodilla. Cihuatlamacazque: Sacerdotisa. Copilli: Corona parecida a una mitra, con la que se coronaba a los
señores mexica. 257
Cuacuauhtin: Águilas. Cuauhhuehuetque: Águilas viejas, los guerreros viejos. Cuauhxicalli: El vaso de águila, recipiente donde se depositaban los
corazones de los sacrificados. Cuechintli: Caracolitos con que se adornaban algunas prendas de vestir. Cueitl: Faldellin. Ropa femenina consistente en un lienzo largo que se enreda en torno a la cintura, hasta cubrir la pantorrilla. Chincuete. Enredo. Chachalmeca: Oriundo de Chalma. Ehecacozcatl: Collar del viento; pectoral de concha distintivo de Ehecatl-Quetzalcoatl. Ichcahuipilli: Especie de coraza forrada de algodón. Ilhuitl: Fiesta, día de fiesta, cualquier día. Ixiptlatl: Representante, delegado, imagen. Macehualli: Hombre del pueblo, campesino, vasallo. Mayeque: Campesino sin tierras, trabajador ligado a la tierra de un pilli. Minacachalli: Instrumento para pescar, dardo con tres puntas para pescar. rente.
Nacazminqui:
Manta dividida a losange; cada mitad de color dife-
Olpiyahua: Goteado de hule; que tiene gotas de hule. Oyohualli: Pectoral de concha característico de los
dioses de la
danza. Petlacalcatl: Mayordomo mayor. Petlacalco: Aposento del palacio donde
residía el mayordomo encargado de llevar las cuentas de los tributos y subsistencias de maíz. Quaquachtin: Conchas de mar que los guerreros colgaban al cuello como adorno. Quemitl: Vestidura, vestido, manto. Quimilli:
Veinte, veintena; usado en composición de los numerales para indicar fardos de mantas. con los nombres Techcatl: Piedra sobre la cual se verificaban los sacrificios humanos. Tecuhtli: Noble, personaje de alta jerarquía, máxima autoridad en una población. 258
Tecuxicolli-Xicolli: Jubón exclusivo de las deidades y del tlatoani. Telpochcalli: Institución donde se educaba a los niños hijos de los
macehuales. Telpochtin: Jovencitos, adolescentes. Temilotl: Peinado en forma de columna, exclusivo de los guerreros. Tenixyo: El borde de manta adornada con “ojos”. Teoquemitl: Ropa divina. Vestidura de Huitzilopochtli. Tepictoton: Diosescillos, ayudantes de Tlaloc, dios de las lluvias. Tequiamatl: Registro pictográfico de tributos. Tequihuaque: Los que dan tributo. Tequitlato: Recaudador de tributos. Teyaualoni: Mercaderes exploradores. Tiachcahuan: Jóvenes principales que recibían el cuerpo de Huitzi-
lopochtli. Tlacuilo: Escritor, pintor de códices. Tlalpiloni: Adorno de la cabeza que servía para atar los cabellos, de
uso exclusivo de los guerreros valientes. Tlapalcoliuhqui: Pintado con meandros, con curvas. Tlaxochtli: Faja, cinturón amplio. Tochomitl-tochomite: Pelo de conejo, con el que se hacían telas
para ropas.
Tzinipilli-tzinicuilli: Paño de caderas, indumentaria masculina. Tzoalli: Semilla de amaranto con la que se hacían las estatuas de los
dioses en determinadas ceremonias. Tzotzopaztli: Instrumento de madera en forma de cuchillo que sirve
para apretar los hilos de la urdimbre en el telar. Xicolli-cicuili: Jubón, chaqueta de tela pintada, con la que oficiaban los sacerdotes y se vestía a la escultura de los dioses. Xiuhcoatl: Arma de Huitzilopochtli; simbolizaba la guerra, hambre, calamidad, peste. Xiuhquilitl: Hierba, planta usada para teñir de azul; es la planta que produce el añil (Indigofera suffruticosa)
Xocotl: Fruto, madero grande que se aderezaba para la fiesta de xo-
cotlhuetzi. Xonecuilli: Nombre de la constelación Osa Mayor; era el arma de Tlaloc. 259
Apéndice 3
Medidas de longitud ——•——
Medidas nahuas de longitud1
El cuerpo humano fue la base de las medidas de longitud entre los pueblos nahuas. Cenmatl = 2.50 m; un brazo, una mano; del pie izquierdo al dedo cordial de la mano derecha con el brazo alzado. Cenmitl = 1.25 m; una uña; del codo izquierdo al dedo cordial de la mano derecha con el brazo extendido. Cenyollotli = 0.90 m; un corazón; del corazón al dedo cordial de la mano derecha con el brazo extendido. Cemacolli = 0.80 m; un brazo; del hombro al dedo cordial con el brazo extendido. Cenciacatl = 0.70 m; una axila; de la axila al dedo cordial con el brazo extendido. Cemmolicpitl = 0.45 m; un codo; del codo a l dedo cordial con el brazo extendido. Cemmatzotzopaztli = 0.30 m; un codo, del codo a la muñeca. Cennequetzalli = 1.60 m; una talla de hombre, equivalente a la estatura promedio de un indígena. Tzolt = de 0.65 a 0.90 m aproximadamente. Pie, pierna; medida de longitud usada para medir el ancho de las telas.
1
Víctor Castillo, “Unidades nahuas de medida”, Estudios de Cultura Náhuatl , núm. 10, 1972.
261
Medidas de longitud españolas
Una braza = 2 varas = 6 pies = 1. 68 m aprox. Una vara = 3 pies = 6 jemes = 0.838 m aprox. Un palmo = ¼ vara = 0.209 m aprox. Una pierna = 50 varas = 0.838 m Un pie = 0.28 m aprox.
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——•—— Las mantas en documentos pictográficos y en crónicas coloniales se terminó de imprimir en febrero de 2013 en los talleres gráficos del Instituto Nacional de Antropología e Historia. Producción: Dirección de Publicaciones Coordinación Nacional de Difusión.de la
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