Universidad Nacional de Mar del Plata Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño
DISEÑO INDUSTRIAL
MÓDULO B NOCIONES DE SEMIÓT ICA Primer a parte Compilación y Compaginación: María Paula Giglio
Añ o 20 1 2
Material de cátedra de
L E N G U A J E P R O Y E C T U A L I I Titular: Prof. Nicolás Jiménez Adjunta: Li L i c . P r o f . M a r í a P a u l a G i g l i o Ayudantes Arq. Susana Arrachea D.I. Carolina Díaz Díaz Azorín D.I. Gabriela Ramírez Ramírez Arq. Marcela Vicente Vicente Arq. Daniel Villalba Villalba
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LENGUAJE PROYECTUAL 2 MÓDULO B Segunda parte
MATERIAL BIBLIOGRÁFICO Material de Trabajo 1 - BARTHES, Roland (1993) Semántica del Objeto . En La aventura semiológica . Paidós, Barcelona. Pp. 245- JIMÉNEZ, Nicolás (s/f) Semiología . Material de cátedra. FAUD/UNMDP, Mar del Plata
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Material de Trabajo 2 - JIMÉNEZ, Nicolás (s/f) La Noción de Plano en Semiología . Material teórico de cátedra. FAUD/UNMDP, Mar del Plata. . 16 (s/f) Proceso o recorrido generativo. Anexo 1 . Material teórico de cátedra. FAUD/UNMDP, Mar del Plata . 17 (1998) Clases de diseño. Teoría, método y ejercitación. Tomo 4 ; 4 ; Área editorial de la Secretaría de Extensión Universitaria, Mar del Plata. Lenguaje y Diseño. P. 15 . 18 (1998) Clases de diseño. Teoría, método y ejercitación. e jercitación. Tomo 3 ; 3 ; Área editorial de la Secretaría de Extensión Universitaria, Mar del Plata. - 8. Operadores y reglas . Pp.37 a 43 . 19 (s/f) Rasgos distintivos de las categorías de la expresión y otros apuntes. apuntes. Material teórico de cátedra. FAUD/UNMDP, Mar del Plata. . 24 Material de Trabajo 3 - MARTY, Claude y Marty, Robert (1995) LA SEMIÓTICA. 99 respuestas . Edicial, Buenos Aires. 3.- ¿Cuál es el objeto de la semiótica? Pp 21-22 . 26 . 27 6.- ¿Qué relación hay entre semántica y semiótica? Pp 27-28 7.- ¿Qué relación hay entre pragmática y semiótica? Pp semiótica? Pp 29-30 . 27 18.- ¿Cuáles son las características del signo saussureano? Pp 51-52 . 28 . 28 19.- ¿Cuál fue el aporte de Louis Hjelmslev? Pp.53-54 Hjelmslev? Pp.53-54 20.- ¿Cuál es el aporte de A. J. Greimas y de la Escuela de París? Pp.55-56 París? Pp.55-56 . 29 38.- ¿Cuáles son las características del signo peirceano? Pp.95-96 . 30 39.- ¿Qué es un interpretante? i nterpretante? Pp.97-98 Pp.97-98 . 31 general . - ZECCHETTO, Victorino (2002) La danza de los signos. Nociones de semiótica general . Abya-Yala, Quito. Capítulo 1. ¿Qué es la Semiótica? Apartado 4.- La división de la semiótica en tres ramas . Pp.20-21 . 32 - ZECCHETTO, Victorino (coord.) y otros (1999) Seis semiólogos en busca del lector. Saussure / Peirce / Barthes / Greimas / Eco / Verón . Verón . Ediciones Ciccus y La Crujía, Buenos Aires. DALLERA, Osvaldo; del cap. Algirdas Julien Greimas. . 34 Capítulo 4. Apartado II. La teoría semiótica. Selección de textos . Pp. 22-27 - MARTY, Claude y MARTY, Robert; LA SEMIÓTICA. 99 respuestas ; Edicial; Buenos Aires; 1995. 29.- ¿Qué es el cuadrado semiótico? Pp.73-74 semiótico? Pp.73-74 . 37 . 38 30.- ¿Qué es el recorrido generativo? P. generativo? P. 75 y 76 31.- ¿A qué se lama estructuras semio-narrativas profundas? P. 77 y 78 . 39 o
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SEMÁNTICA DEL OBJETO
Del libro LA AVENTURA SEMIOLÓGICA Autor: Roland Barthes
Querría presentar ante ustedes algunas reflexiones sobre el objeto en nuestra cultura, a la que comúnmente se califica de cultura técnica; quisiera situar estas reflexiones en el marco de una investigación que se lleva a cabo actualmente en muchos países bajo el nombre de semiología o ciencia de los signos. La semiología, semiología, o como se la denomina en inglés, la semiótica , fue postulada hace ya cincuenta años por el lingüista ginebrino Ferdinand de Saussure1*, quien había previsto que un día la lingüista no sería más que una parte de una ciencia, mucho más general, de los signos, de los signos, a la que llamaba precisamente “ semiología ”. ”. Pero este proyecto semiológico ha recibido desde hace varios años una gran actualidad, una nueva fuerza, porque otras ciencias, otras disciplinas anexas, se han desarrollado considerablemente, en particular la teoría de la información, la lingüística estructural, la lógica formal y ciertas investigaciones de la antropología; todas estas investigaciones han coincidido para poner en primer plano la preocupación por una disciplina semiológica que estudiaría de qué manera los hombres dan sentido a las cosas. Hasta el presente, una ciencia ha estudiado de qué manera los hombres dan sentido los hombres dan sentido a los sonidos articulados: es lingüística. Pero, ¿cómo dan sentido los hombres a las cosas que no son sonidos? Esta exploración es la que tienen aún que hacer los investigadores. Si todavía no se han dado pasos decisivos, es por muchas razones; ante todo, porque sólo se han estudiado, en este plano, código extremadamente rudimentario, que carecen de interés sociológico, por ejemplo el código vial; luego, porque todo lo que en el mundo genera significación está, más o menos, mezclado con el lenguaje; jamás nos encontramos con objetos significantes en estado puro; el lenguaje interviene siempre, como intermediario, especialmente en los sistemas de imágenes, bajo la forma de títulos, leyendas, artículos; por eso no es justo afirmar que nos encontramos exclusivamente en una cultura de la imagen. Es, por consiguiente, dentro del cuadro general de una investigación semiológica donde yo querría presentar a ustedes algunas reflexiones, rápidas y sumarias, acerca de la manera en que los objetos pueden significar en el mundo contemporáneo. contemporáneo. Y aquí precisaré de inmediato que otorgo un sentido muy intenso a la 1
Nota de LP2: Ferdinand de Saussure (1857 – 1913). Su único libro, Curso de lingüística general , es una recopilación de sus alumnos de los tres cursos sobre lingüística general fueron dictados en la Universidad de Ginebra entre 1906 y 1911. 1911 .
“significar” y “comunicar”: significar quiere decir que los objetos no transmiten solamente informaciones, sino también sistemas estructurales de signos, es decir, esencialmente sistemas de diferencias, oposiciones y contrastes. contrastes. Y ante todo, ¿cómo definiremos los objetos (antes de ver cómo pueden significar)? Los diccionarios dan definiciones vagas de “ objeto”: lo que se ofrece a la vista; lo que es pensado (por oposición al sujeto que piensa), en una palabra, como dice la mayor parte de los diccionarios, el objeto es alguna cosa , definición que no nos enseña nada, a menos que intentemos ver cuáles son las connotaciones de la palabra “ objeto”. Por mi parte, vería dos grandes grupos de connotaciones: un primer grupo constituido por lo que llamaría las connotaciones existenciales del objeto. objeto. El objeto, muy pronto, adquiere ante nuestra vista la apariencia o la existencia de una cosa que es inhumana y que se obstina en existir, un poco como el hombre; dentro de esta perspectiva hay muchos desarrollos, muchos tratamientos literarios del objeto; La náusea, de Sartre, se consagran páginas célebres a esta especie de persistencia del objeto en estar fuera del hombre, existir fuera del hombre, provocando un sentimiento de náusea en el narrador frente a los troncos de un árbol en un jardín público, o frente a su propia mano. En otro estilo, el teatro de Ionesco nos hace asistir a una especie de proliferación extraordinaria de objetos: los objetos invaden al hombre, que no puede defenderse y que, en cierto sentido, queda ahogado por ellos. Hay también un tratamiento más estético del objeto, presentado como si escondiera una especie de esencia que hay que reconstituir, y este tratamiento es el que encontramos entre los pintores de naturalezas muertas o en el cine, en ciertos directores, cuyo estilo consiste precisamente en reflexionar sobre el objeto (pienso en Bresson); en lo que comúnmente se denomina “ Nouveau Roman ” hay también un tratamiento particular del objeto, descripto precisamente en su apariencia estricta. En esta dirección, pues, vemos que se produce incesantemente una especie de huida del objeto hacia lo infinitamente subjetivo y por ello mismo, precisamente, en el fondo, todas estas obras tienden a mostrar que el objeto desarrolla para el hombre una especie de absurdo, y que tiene en cierta manera el sentido de un no-sentido; así, aun dentro de esta perspectiva, nos encontramos en un clima en cierta forma semántico. Hay también otro grupo de 3 palabra
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connotaciones en las cuales me basaré para seguir adelante con mi tema: se trata de las connotaciones “tecnológicas” del objeto. El objeto se define entonces como lo que es fabricado; se trata de la materia finita, estandarizada, formada y normalizada, es decir, sometida a normas de fabricación y calidad; el objeto se define ahora principalmente como un elemento de consumo: cierta idea del objeto se reproduce en millones de ejemplares en el mundo, en millones de copias: un teléfono, un reloj, un bibelot , un plato, un mueble, una estilográfica, son verdaderamente lo que de ordinario llamamos objetos; el objeto no se escapa ya hacia lo infinitamente subjetivo, sino hacia lo infinitamente social. De esta última concepción del objeto quisiera partir. Comúnmente definimos el objeto como “una cosa que sirve para alguna cosa”. El objeto es, por
consiguiente, a primera vista, absorbido en una finalidad de uso, lo que se llama una función. Y por ello mismo existe, espontáneamente sentida por nosotros, una especie de transitividad del objeto: el objeto sirve al hombre para actuar sobre el mundo, para modificar el mundo, para estar en el mundo de una manera activa; el objeto es una especie de mediador entre la acción y el hombre. Se podría hacer notar en este momento, por lo demás, que no puede existir por así decirlo, un objeto para nada; hay, es verdad, objetos presentados bajo la forma de bibelots inútiles, pero estos bibelots tienen siempre una finalidad estética. La paradoja que quisiera señalar es que estos objetos que tienen siempre, en principio, una función, una utilidad, un uso, creemos vivirlos como instrumentos puros, cuando en realidad suponen otras cosas, son también otras cosas: suponen sentido; sentido; dicho de otra manera, el objeto sirve efectivamente para alguna cosa, pero sirve también para comunicar informaciones; todo esto podríamos resumirlo en una frase diciendo que siempre hay un sentido que desborda el uso del objeto. ¿Puede imaginarse un objeto más funcional que un teléfono? Sin embargo, la apariencia de un teléfono tiene siempre un sentido independiente de su función: un teléfono blanco transmite cierta idea de lujo o femineidad; hay teléfonos burocráticos, hay teléfonos pasado de moda, que transmiten la idea de cierta época (1925); dicho brevemente, el teléfono mismo es susceptible de formar parte de un sistema de objeto-signos; de la misma manera, una estilográfica exhibe necesariamente cierto sentido de riqueza, simplicidad, seriedad, fantasía, etcétera; los platos en que comemos tienen también un sentido y, cuando no lo tienen, cuando fijen no tenerlo, pues bien, entonces terminan precisamente teniendo el sentido de no tener ningún sentido. Por consiguiente, no hay ningún objeto que escape al sentido.
¿Cuándo se produce esta especie de semantización del objeto? ¿Cuándo comienza la semantización del objeto? Estaría tentado a responder que esto se produce desde el momento en que el objeto es producido y consumido por una sociedad de hombres, desde que es fabricado, normalizado; aquí abundarían los ejemplos históricos; por ejemplo, sabemos que ciertos soldados de la República Romana solían echarse sobre las espaldas una prenda para protegerse de las lluvias, la intemperie, el viento, el frío; en ese momento, evidentemente, la prenda de vestir no existía todavía; no tenía nombre, no tenía sentido; estaba reducida a un puro uso, pero a partir de un momento en que se cortaron las prendas, se las produjo en serie, se les dio una forma estandarizada, fue necesario por ello mismo encontrarles un nombre, y esta indumentaria desconocida se convirtió en la ”paenula” ; desde ese momento la imprecisa prenda se convirtió en vehículo de un sentido que fue el de la “militariedad”. Todos los
objetos que forman parte de una sociedad tienen un sentido; para encontrar objetos privados de sentido habría que imaginar objetos enteramente improvisados; pero, a decir verdad, tales objetos no se encuentran; una página célebre de Claude LéviStrauss en El pensamiento salvaje nos dice que el bricolaje , la invención de un objeto por un aficionado, es en sí misma búsqueda e imposición de un sentido al objeto; para encontrar objetos absolutamente improvisados habría que llegar a estados absolutamente asociales; puede imaginarse, por ejemplo, que un vagabundo, improvisando calzados con papel de diario, produce un objeto perfectamente libre; pero tampoco esto sucede; muy pronto, ese diario se convertirá en el signo del vagabundo. En conclusión, la función de un objeto se convierte siempre, por lo menos, en el signo de esa misma función: no existen objetos, en nuestra sociedad, sin algún tipo de suplemento de función, un ligero énfasis que hace que los objetos por lo menos se signifiquen siempre a sí mismos. mismos. Por ejemplo, yo puedo tener realmente necesidad de telefonear y tener para eso un teléfono sobre mi mesa; esto no impide que a juicio de ciertas personas que me vendrán a ver, que no me conocen muy bien, funcion3e como un signo, el signo del hecho de que soy una persona que tiene necesidad de tener contactos en su profesión; y aún este vaso de agua, del que me he servido porque tengo realmente sed, no puedo, pese a todo, evitar que funcione como signo mismo del conferenciante. Como todo signo, el objeto se encuentra en la encrucijada de dos coordenadas, de dos definiciones. La primera de las coordenadas es la que yo llamaría coordenada simbólica: simbólica: todo objeto tiene, si puede decirse así, una profundidad metafórica, metafórica, remite a un significado; el objeto tiene 4
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por lo menos un significado. Tengo allí una serie de imágenes: son imágenes tomadas de la publicidad: ustedes ven que hay aquí una lámpara, y comprendemos de inmediato que esta lámpara significa la noche, lo nocturno, más exactamente; si usted tiene una imagen de publicidad de pastas italianas (me refiero a una publicidad hecha en Francia), es evidente que el tricolor (verde, amarillo, rojo) funciona como un signo de cierta italianidad; por lo tanto, primera coordenada, la coordenada simbólica, constituida por el hecho de que todo objeto es por lo menos el significante de un significado. La segunda coordenada es lo que yo llamaría la coordenada de la clasificación, clasificación, o coordenada taxonómica (la taxonomía es la ciencia de las clasificaciones); no vivimos sin albergar en nosotros, más o menos conscientemente, cierta clasificación de los objetos que nos es sugerida o impuesta por nuestra sociedad. Estas clasificaciones de objetos son muy importantes en las grandes empresas o en las grandes industrias, donde se trata de saber cómo clasificar todas las piezas o todos los pernos de una máquina de almacenes, y en las cuales, por consiguiente, hay que adoptar criterios de clasificación; hay otro orden de hechos en el cual la clasificación de los objetos tiene mucha importancia, y corresponde a un nivel muy cotidiano: el de los grandes almacenes; en los grandes almacenes hay también cierta idea de la clasificación de los objetos, y esta idea, entiéndase bien, no es gratuita, comporta cierta responsabilidad; otro ejemplo de la importancia de la clasificación de los objetos es la enciclopedia; desde el momento en que alguien se decide a hacer una enciclopedia sin optar por clasificar las palabras siguiendo el orden alfabético, se ve obligado también a hacer una clasificación de los objetos. Una vez establecido que el objeto es siempre un signo, definido por dos coordenadas, una coordenada profunda, simbólica, y una coordenada extensa, de clasificación, quisiera decir ahora algunas palabras sobre el sistema semántico de los objetos propiamente dichos; serán observaciones prospectivas, porque la investigación seria sobre este tema está todavía por hacer. Hay, en efecto, un gran obstáculo para estudiar el sentido de los objetos, y este obstáculo yo lo llamaría el obstáculo de la evidencia: si hemos de estudiar el sentido de los objetos, tenemos que darnos a nosotros mismos una especie de sacudida, de distanciamiento, para objetivar el objeto, estructurar su significación: y para ellos hay un recurso que todo semántico del objeto puede emplear, y consiste en recurrir a un orden de representaciones donde el objeto es entregado al hombre de una manera a la vez espectacular, enfática e intencional, y ese orden está dado por la publicidad, el cine e incluso el teatro. (...)
Por consiguiente, si recurriéramos a estos tipos de “corpus” bastante artificiales, pero muy
valiosos, como el teatro, el cine y la publicidad, podríamos aislar, en el objeto representado, significantes y significados. Los significantes del objeto son, naturalmente, unidades materiales, como todos los significantes de todo sistema de signos, no importa cuál, es decir, colores, formas, atributos, accesorios. Yo indicaré aquí dos estados principales del significante, según un orden creciente de complejidad. En primer lugar, un estado puramente simbólico; simbólico; es lo que sucede, como ya dije, cuando un significante, es decir, un objeto, remite a un solo significado; significado; es el caso de los grandes símbolos antropológicos, como la cruz, por ejemplo, o la media luna, es probable que la humanidad disponga aquí de una especie de reserva finita de grandes objetos simbólicos, reserva antropológica, o por lo menos ampliamente histórica, que resulta, por consiguiente, de una especie de ciencia o, en todo caso, de disciplina, que podemos llamar la simbólica; esta simbólica ha sido, en general, muy bien estudiada, en lo referente a las sociedades del pasado, por medio de las obras de arte que la ponen en funcionamiento, pero, ¿la estudiamos o nos disponemos a estudiarla en nuestra sociedad actual? Habría que preguntarse qué queda de esos grandes símbolos en una sociedad técnica como la nuestra: ¿han desaparecido esos grandes signos, se han transformado, se han ocultado? Son éstas preguntas que podríamos plantearnos. Pienso, por ejemplo, en una imagen de publicidad que se ve a veces en las carreteras francesas. Es una publicidad de marca de camiones: es un ejemplo muy interesante, porque el publicitario que concibió ese cartel ha hecho mala publicidad, precisamente porque no pensó el problema en términos de signos; queriendo indicar que los camiones duraban mucho tiempo, representó una palma de la mano cruzada por una especie de cruz; para él, se trataba de indicar la línea de la vida del camión; pero yo estoy persuadido de que en función de las reglas mismas de la simbólica, la cruz sobre la mano es aprehendida como un símbolo de muerte: aun en el orden prosaico de la publicidad habría que buscar la organización de esta simbólica tan arcaica. Otro caso de relación simple -estamos siempre dentro des la relación simbólica entre el objeto y un significado- es el caso de todas las relaciones desplazadas : quiero decir con esto que un objeto percibido en su integridad o, si se trata de publicidad, dado en su integridad, no significa sino por medio de uno de sus atributos. Tengo aquí dos ejemplos: una naranja, aunque representada en su integridad, no significará más que la cualidad de jugoso y refrescante : lo significado por la representación del objeto es lo jugoso , no todo el 5
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objeto; hay pues un desplazamiento del signo. Cuando se presenta una cerveza, no es esencialmente la cerveza la que constituye el mensaje, sino el hecho de que está helada; hay también desplazamiento no por metáfora sino por metonimia, metonimia, es decir, por desplazamiento del sentido. sentido. Estos tipos de significaciones metonímicas son extremadamente frecuentes en el mundo de los objetos; es un mecanismo ciertamente muy importante, porque el elemento significante es entonces perceptible -lo recibimos de una manera perfectamente clara- y sin embargo está en cierta manera anegado, naturalizado, en lo que podría llamarse el estar-ahí estar-ahí del objeto. Se llega de esta manera a una suerte de definición paradójica del objeto: una naranja, en este modo enfático de la publicidad, es lo jugoso más la naranja ; la naranja está siempre allí como objeto natural para sustentar una de las cualidades que pasan a ser su signo. Después de la relación puramente simbólica, vamos a examinar ahora todas las significaciones que están añadidas a las colecciones de objetos, a pluralidades organizadas de objetos; son los casos en los que el sentido no nace de un objeto sino de una colección inteligible de objetos: el sentido aparece de alguna manera extendido. extendido. Hay que tener cuidado aquí en comparar el objeto con la palabra que estudia la lingüística y la colección de objetos con la oración: sería una comparación inexacta, porque el objeto aislado es ya una oración; es una cuestión que los lingüistas han elucidado bien, la cuestión de las palabras-oraciones ; cuando usted ve en el cine un revólver, el revólver no es el equivalente de la palabra en relación a un conjunto más grande; el revólver es ya él mismo una oración, una oración evidentemente muy simple, cuyo equivalente lingüístico es: “He aquí un revólver.” Dicho de otra manera, el objeto no está nunca –en el mundo en que vivimos- en el estado de elemento de una nomenclatura. Las colecciones significantes de objetos son numerosas, especialmente en la publicidad. He mostrado un hombre que lee de noche: hay en esta imagen cuatro o cinco objetos significantes que coinciden para transmitir un sentido global único, el de distensión, descanso: está la lámpara, está la comodidad del jersey de lana gruesa, está el sillón de cuero, está el diario; el diario no es un libro; no es algo tan serio, es una distracción: todo esto quiere decir que uno puede beber tranquilamente un café, por la noche, sin excitarse. Estas composiciones de objetos son sintagmas , es decir, fragmentos extensos de signos. La sintaxis de los objetos es evidentemente una sintaxis muy elemental. Cuando colocamos juntos varios objetos es imposible atribuirles coordinaciones tan complicadas como las atribuyen en el lenguaje humano. En realidad, los objetos –sean los objetos de la imagen o los objetos reales de una obra teatral
o de una calle- están ligados por una única forma de conexión, que es la parataxis, parataxis, es decir, la yuxtaposición pura y simple de elementos. Esta clase de parataxis de los objetos es muy frecuente en la vida: es el régimen al que están sometidos, por ejemplo, todos los muebles de una habitación. El mobiliario de una habitación converge en un sentido final (un “estilo”) mediante la sola yuxtaposición de
elementos. (...) ¿Cuáles son los significados de estos sistemas de objetos, cuáles son las informaciones transmitidas por los objetos? Aquí no podemos dar más que una respuesta ambigua, porque los significados de los objetos dependen mucho no del emisor del mensaje sino del receptor, receptor, es decir, del lector del objeto. objeto. En efecto; el objeto es polisémico, polisémico, es decir, se ofrece fácilmente a muchas lecturas de sentido: frente a un objeto, hay casi siempre muchas lecturas posibles, y esto no sólo si se pasa de un lector a otro, sino que también, algunas veces, en el interior de cada hombre hay varios léxicos, varias reservas de lectura, según el número de saberes, de niveles culturales de los que dispone. Todos los grados de saber, de cultura y de situación son posibles frente a un objeto y una colocación de objetos. Podemos incluso imaginar que frente a un objeto o una colección de objetos aplicamos una lectura propiamente individual, que invertimos en el espectáculo del objeto lo que se podría llamar nuestra propia psykhe: sabemos que el objeto puede suscitar en nosotros lecturas de nivel psicoanalítico. Esto no elimina la naturaleza sistemática, la naturaleza codificada del objeto. Sabemos que, aun descendiendo a lo más profundo de lo individual, no se escapa con ello al sentido. Si se propone el test de Rorschach a millares de sujetos, se llega a una tipología muy estricta de las respuestas; cuanto más creemos descender en la reacción individual, más encontramos sentidos en cierta forma simples y codificados: en cualquier nivel que nos coloquemos en esta operación de lectura del objeto comprobamos que el sentido atraviesa siempre de parte a parte al hombre y al objeto. ¿Existen objetos fuera del sentido, es decir, casos límite? Un objeto no significante, no bien es tomado a su cargo por una sociedad –y es imposible que esto suceda- funciona por lo menos como signo de lo insignificante, se significa como insignificante. Es un caso que puede observarse en el cine: es posible encontrar directores cuyo arte consiste en sugerir, por los motivos mismos del argumento, objetos insignificantes; el objeto insólito en sí no está fuera del sentido; hay que buscar el sentido: hay objetos delante de los que nos preguntaremos: ¿qué es esto? Eso genera una forma ligeramente traumática, pero esta inquietud, finalmente, no dura, los objetos proporcionan por sí mismos cierta respuesta, y con ello, cierto apaciguamiento. 6
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Hablando de manera general, en nuestra sociedad no hay objetos que no terminen por proporcionar un sentido y reintegrar ese gran código de los objetos en medio del cual vivimos. Hemos llevado a cabo una especie de descomposición ideal del objeto. En un primer tiempo (todo ha sido puramente operacional), hemos comprobado que el objeto se presenta siempre ante nosotros como un útil funcional: es tan sólo un uso, un mediador entre el hombre y el mundo: mundo: el teléfono sirve para telefonear, la naranja para alimentarse. Luego, en un segundo tiempo, hemos visto que, en realidad, la función sustenta siempre un sentido. sentido. El teléfono indica un cierto modo de actividad en el mundo, la naranja significa la vitamina, el jugo vitaminado. Pero sabemos que el sentido es un proceso no de acción sino de equivalencias; dicho de otra manera, el sentido no tiene un valor transitivo; el sentido es de alguna manera inerte, inmóvil; puede, por ende, decirse que en el objeto hay una suerte de lucha entre la actividad de su función y la inactividad de su significación. El sentido desactiva el objeto, lo vuelve intransitivo, le asigna un lugar establecido en lo que se podría llamar un cuadro vivo del imaginario humano. Estos dos tiempos, a mi entender, no son suficientes para explicar el trayecto del objeto; añadiré por mi parte un tercero: es el momento en que se produce una especie de movimiento de retorno que va a llevar al objeto del signo a la función, función, pero de una manera franca, declarada. Cuando leemos una señal del código de circulación recibimos un mensaje absolutamente franco; ese mensaje no juega al no-mensaje, se brinda verdaderamente como un mensaje. De la misma manera, cuando leemos letras impresas tenemos la conciencia de percibir un mensaje. A la inversa, el
objeto que nos sugiere sigue siendo sin embargo siempre a nuestros ojos un objeto funcional: el objeto parece siempre funcional, en el momento mismo en que lo leemos como un signo. Pensamos que un impermeable sirve para proteger de la lluvia, aun cuando lo leamos como el signo de una situación atmosférica. Esta última transformación del signo en función utópica, irreal (la moda puede proponer impermeables que no podrían proteger en absoluto de la lluvia), es, creo, un gran hecho ideológico, sobre todo en nuestra sociedad. El sentido es siempre un hecho de cultura, un producto de la cultura; cultura; ahora bien, en nuestra sociedad ese hecho de cultura, es incesantemente naturalizado, reconvertido en naturaleza, por la palabra que nos hace creer en una situación puramente transitiva del objeto. Creemos encontrarnos en un mundo práctico de usos, de funciones, de domesticación total del objeto, y en realidad estamos también, por los objetos, en un mundo de sentido, de razones, de coartadas: la función hace nacer al signo, pero este signo es reconvertido en el espectáculo de una función. Creo que precisamente esta conversión de la cultura en pseudonaturaleza es lo que puede definir la ideología de nuestra sociedad. Conferencia pronunciada en septiembre de 1964 en la Fundación Cini, en Venecia, dentro del marco de un coloquio acerca de “El arte y la cultura en la civilización contemporánea”. contemporánea”.
Publicado en el volumen Arte e Cultura nella civiltà contemporanea, preparado por Piero Nardi. © Sansoni, Florencia, 1966.
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SEMIOLOGÍA
Autor: Nicolás Jiménez 1Lingüística y semiología Hasta llegar a constituirse como ciencia, la lingüística pasó por tres fases sucesivas: la “gramática”, la “filología” y la filología comparativa” o “gramática comparada”.
La gramática fue desarrollada por los griegos y continuada principalmente por los franceses, desprovista de toda visión científica, proponiéndose únicamente dar las reglas para distinguir las formas correctas como disciplina normativa. La filología, si bien se inició en la antigüedad, se asocia al movimiento científico creado por Friedrich August Wolf, a partir de 1777 y se continúa en nuestros días. La lengua no es el único objeto que estudia, ya que quiere sobre todo fijar, interpretar y comentar los textos. El método que utiliza es la crítica, sobre todo cuando compara textos de diferentes épocas y autores. La filología comparada o gramática comparada se desarrolla en el siglo XIX, al descubrirse que se podían compara las lenguas entre sí. Franz Boppr fue el primero que estudió estas relaciones, comparando el sánscrito con el germánico, el griego, el latín, etc. Esta corriente se acercó así al verdadero y único objeto de la lingüística que es el estudio de las manifestaciones del lenguaje humano de cualquier época y características étnicas. Es a principio de nuestro siglo cuando Ferdinand de Saussure organiza un cuerpo de doctrina lingüística de base positivista. En 1906 sucede a Joseph Werheimer en la Universidad de Ginebra, donde el maestro dicta sus tres cursos famosos entre 1906 y 1911. Fueron sus alumnos, quienes a través de sus impecables apuntes, pudieron reconstruir su “Curso de Lingüística General”, que fue publicado por primera vez en
Ginebra en 1915.
En el capítulo III, refiriéndose a la lengua dice: ¿Qué es la lengua? Para nosotros la lengua no se confunde con el lenguaje. La lengua no es mas que una determinada parte del él, cierto que esencial. Es a la vez un producto social de la facultad del lenguaje y un conjunto de convenciones necesarias, adoptadas por el cuerpo social para permitir el ejercicio de esta facultad en los individuos. Tomado en su totalidad, el lenguaje es multiforme y heteróclito;
a caballo de varios dominios, a la vez físico, fisiológico y psíquico, pertenece además al ámbito individual y al ámbito social; no se deja clasificar en ninguna categoría de los hechos humanos, porque no se sabe como sacar su unidad. La lengua, por el contrario, es un todo en sí y un principio de clasificación. Desde el momento en que le damos el primer puesto entre los hechos de lenguaje, introducimos un orden natural en un conjunto que no se presta a ninguna otra clasificación. A este principio de clasificación se le podría objetar que el ejercicio del lenguaje descansa en una facultad que tenemos de la naturaleza, mientras que la lengua es una cosa adquirida y convencional, que debería estar subordinada al instinto natural en vez de imponerse a él. Se puede responder lo siguiente: Primero, no está probado que la función del lenguaje, tal como se manifiesta cuando hablamos, sea enteramente natural, es decir, que nuestro aparato vocal esté hecho para hablar como nuestras piernas lo están para andar. Los lingüistas se hallan lejos de estar de acuerdo en este punto. Así, para Whitney, que asimila la lengua a una institución social en igualdad de condiciones a todas las demás, es por azar, por simples razones de comodidad por lo que nos servimos de aparato vocal como instrumento de la lengua: los hombres habrían podido escoger de igual modo el gesto y emplear imágenes visuales en lugar de imágenes acústicas. Indudablemente, esta tesis es demasiado absoluta; la lengua no es una institución social en todo punto semejante a las demás (...); además, Whitney va demasiado lejos cuando dice que nuestra elección ha recaído por azar en los órganos vocales; en cierto modo, nos estaban impuestos por la naturaleza. Pero en el punto esencial el lingüista americano tiene razón a nuestro parece: la lengua es una convención, y la naturaleza del signo es que se ha convenido es indiferente. La cuestión del aparato vocal es, por lo tanto, secundaria en el problema del lenguaje. Cierta definición de lo que se denomina lenguaje articulado podría confirmar esta idea. En latín articulus significa «miembro, parte, subdivisión en una serie de cosas»; en materia de lenguaje, la articulación puede designar o bien la subdivisión de la cadena hablada en sílabas, o bien la subdivisión de la cadena de las significaciones en unidades significativas: en este sentido se dice en alemán gegliederte Sprache.
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Ateniéndonos a esta segunda definición, podría decirse que no es el lenguaje hablado lo que es natural en el hombre, sino la facultad de constituir una lengua, es decir, un sistema de signos distintos que corresponden a ideas distintas . (de SAUSSURE, 1994. 35-36)
Este último párrafo encierra los fundamentos de la noción de Semiología solo enunciada por Saussure en el curso y que hoy se encuentra en pleno desarrollo. En el [capítulo] III Saussure continúa: Acabamos de ver que lengua es una institución social; pero se distingue en muchos rasgos de las demás instituciones políticas, jurídicas, etc. Para comprender su naturaleza especial, hay que hacer intervenir un nuevo orden de hechos. La lengua es un sistema de signos que expresan ideas, y por tanto, comparable a la escritura, al alfabeto de los sordomudos, a los ritos simbólicos, a las formas de urbanidad, a las señales militares, etc. Sólo que es el más importante de esos sistemas. Puede por tanto concebirse una ciencia que estudie la vida de los signos en el seno de la vida social; formaría una parte de la psicología social, y, por consiguiente, de la psicología general; la denominaremos semiología 2 (del griego sèmeîon, «signo»). Ella nos enseñaría en qué consisten los signos, qué leyes los rigen. Puesto que todavía no existe, no puede decirse lo que será; pero tiene derecho a la existencia, su lugar está determinado de antemano. La lingüística no es más que una parte de esa ciencia general, las leyes que descubra la semiología serán aplicables a la lingüística, y, de este modo, ésta se hallará vinculada a un ámbito perfectamente definido en el conjunto de los hechos humanos. (de SAUSSURE, 1994. 42-43) Este tramo del texto saussureano nos parece fundamental, que a partir de él se inicia en Europa y los Estados Unidos, el trabajo en un frente muy amplio sobre sistemas de signos. Sería injusto por otra parte no sumar a esta etapa fundadora de la semiología al genio de Charles Sanders Peirce, filósofo y lógico norteamericano. A diferencia de Saussure que parte de la lingüística, Peirce desde la lógica afirmaba: “Por lo que sé, soy un adelantado en 2
No hay que confundir la semiología con la semántica, que estudia los cambios de significación, y de la que F. de S. no hizo una exposición metódica; pero en la página 113 se hallará formulado su principio fundamental. fundamental. (Ed.)
la tarea de despejar el territorio para abrir camino a lo que denomino «Semiótica», es decir, la doctrina de la naturaleza esencial y las variedades sibles” . fundamentales de las semiosis po sibles” La semiología de Saussure y la semiótica de Peirce con sus posiciones inaugurales, produjeron hasta la fecha, las más diversas corrientes de pensamiento, en diferentes regiones de las ciencias sociales, careciendo todavía de una matriz, teoría y terminología homogénea. Debemos destacar en ese sentido el trabajo realizado por Roland Barthes en Francia y sus intentos de dotar a esta nueva ciencia de los elementos para su comprensión y el análisis de los diferentes sistemas de signos. Su preocupación por los códigos visuales de la fotografía, el cine, la publicidad, la moda o los objetos de uso cotidiano revelan su íntimo deseo de hacer del enunciado saussuriano –“puede –“puede concebirse una ciencia que estudie la vida de los signos en el seno de la vida soci al” al” – una práctica permanente. En 1964 se publica sus “Elementos de semiología”, trabajo éste que nos permite una
entrada al problema, y darnos un marco referencial para nuestras propias búsquedas. Por último debemos destacar los trabajos realizados en los últimos años por Umberto Eco, Christian Metz, Luis Prieto, Roman Jakobson, Julia Kristeva y otros, que desde sus particulares posiciones; cine, lingüística, psicoanálisis, antropología, han contribuido al desarrollo de esta ciencia de los signos.
2Introducción La semiología o ciencia de los signos, es sin duda la que nos puede facilitar el estudio de cualquier sistema de objetos a los que aborda el Diseño. La razón argumental es que hoy se entiende a la cultura como el lugar del hombre en el cual se alojan todos los sistemas de significación que utiliza para el desenvolvimiento de su vida. La significación solo es posible con una estructura sígnica que nos facilitará el entendimiento del mundo, aportándonos un conocimiento suficiente para seguir explorándolo. Los objetos que desarrolla el Diseño no pueden ser excluidos de estos presupuestos, ya que participa de esa cultura y de su transformación, y es allí donde la semiología se constituye como el instrumento idóneo para explicar sus discursos sociales. 9
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Entendido como discurso social, el Diseño deja de ser sólo una estructura material y tecnológica condicionada a las exigencias funcionales, y adquiere una dimensión ideológica que excede el marco formal que en general se le da. Los objetos del Diseño se proyectan y constituyen como antes, a través de la articulación de sus propios lenguajes, códigos y lógicas como lo hace la lingüística con sus discursos verbales o escritos. No se trata, como muchos creen, que es la aplicación de sus mismas leyes, lo que facilita el abordaje de los problemas del Diseño. Debemos recordar que el mismo Ferdinand de Saussure al definir al principio de siglo a la semiología como ciencia de todos los sistemas de signos, le adjudica a ésta un amplio espectro de incumbencias, no solo a los materiales relacionados con las ciencias de la comunicación, sino también a cualquiera de las formas de producción de sentido del hombre. Para desarrollar estas posibilidades es necesario disponer de un cierto saber semiológico que escapa a los principios de la lingüística en los que se fundó, y acceder paulatinamente a una práctica proyectual, donde estos instrumentos puedan dar cuenta globalmente de ella. Es por eso que a través del Taller de Lenguaje Proyectual, se intentará acercar los elementos básicos de la semiología que permitirán una reflexión de los fenómenos discursivos del Diseño. En la medida que se avance por ese camino, procuraremos los datos acerca de lo que podríamos definir como proyectualidad, que no reside en el solo acto práctico del hacer, sino en la práctica imaginaria del intelecto.
3Las nociones de lengua y habla Ya hemos adelantado que el pasaje de una estructura a otra, se efectúa por medio de ciertos operadores que facilitan esa transposición. Pasan si se quiere de un código a otro. Por lo tanto se hace necesario explorar algunas nociones, a fin de reconocer algunas estructuras presentes en todo objeto diseñado.
3.1. En primer lugar exploraremos el concepto central en Saussure referido a la dicotomía lengua/habla, que si bien proviene de la lingüística puede ser aplicado a los objetos reales (tecnológicos) y a los objetos imágenes (íconos).
Para elaborar esta dicotomía Saussure partió de la naturaleza multiforme y heteróclita del lenguaje que se manifiesta a primera vista como una realidad inclasificable, irreductible a la unidad, puesto que participa a la vez de lo físico (su realidad material), de los fisiológico (aparato perceptivo), lo psíquico (su elaboración interior) de lo individual (el sujeto) y lo social (el marco cotidiano). Pero este desorden cesa, si de ese todo heteróclito se abstrae un puro objeto social, conjunto sistemático de las convenciones necesarias para la comunicación, indiferente a la materia de la señal que lo compone, y que es la lengua, frente a la cual el habla recubre la parte puramente individual del lenguaje. Y este lenguaje es la realización de las reglas y combinaciones contingentes de los signos. 3.2. La lengua es una institución social y un sistema de valores, y como tal escapa a toda premeditación; es la parte social del lenguaje; el individuo no puede por sí solo ni crearla ni modificarla. Es esencialmente un contrato colectivo, al cual si pretendemos comunicarnos hay que someterse. Este producto es autónomo, a la manera de un juego que tiene sus propias reglas, pues no se lo puede manejar después de un aprendizaje.
3.3. Frente a la lengua, institución y sistema, el habla es esencialmente un acto individual de la selección y actualización. Está constituida en primer lugar por las “combinaciones” mediante las que el
sujeto hablante puede utilizar el código de la lengua, con el fin de expresar su pensamiento personal, y luego, por los mecanismos psico-físicos exteriorizar esas combinaciones.
3.4. Ninguno de estos dos términos pueden definirse plenamente fuera del proceso lingüístico que los une: no hay lengua sin habla, ni habla fuera de la lengua. Es precisamente en este intercambio que como lo indicó Maurice Merleau-Ponty, se sitúa la verdadera praxis lingüística. “La lengua, dice Von Brondal, es una entidad puramente abstracta, una norma superior a los individuos, un conjunto de operaciones esenciales que el hablante realiza de maneras infinitamente variables” .
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posible porque esta lengua está “sostenida” por el
3.5. Examinemos ahora un sistema relacionado con las prácticas de Diseño que nos permita verificar el concepto de Lengua/Habla. Tomaremos como lo hace Barthes, el sistema denominado como “mobiliario”. Este constituye un
objeto semántico; la lengua está formada a la vez por las oposiciones de muebles funcionalmente idéntico (dos tipos de roperos, dos tipos de camas, etc.) cada uno de los cuales remite según su estilo a un sentido diferente, y por las reglas de asociación de las diferentes unidades a nivel de la pieza (amoblamiento). En el mismo caso el Habla está formada por las variaciones significantes que el usuario puede introducir en una unidad (en el trabajo de carpintería casera por ejemplo) o por las libertades de asociación de los muebles entre sí. Como el “mobiliario”, podríamos distinguir en
forma provisoria otros sistemas de objetos que como éste pueden estar constituidos por una sustancia (la madera) o sistemas más complejos en los que intervienen varios de ellos. Encontramos en el campo de las comunicaciones de masas, como el cine o la televisión, situaciones donde nos es difícil fijar para estos sistemas, la clase de hechos pertenecientes a la Lengua y los del Habla, mientras no se haya decidido si la Lengua de cada uno de esos sistemas complejos es original o simplemente compuesto por lenguas subsidiarias que en ellos participan. Y en segundo lugar mientras no se hayan analizado estas lenguas subsidiarias, imágenes, tipografías, comentarios verbales, música, grafismos, etc. en su totalidad.
habla lingüística. Roland Barthes plantea en los casos de lengua sin habla o con un habla muy pobre, la amplificación de la pareja lengua/habla, mediante el agregado de un tercer elemento, presignificante, materia o sustancia que sería el soporte (necesario) de la significación. En una expresión como “vestido largo o corto” el vestido no es mas que el soporte de
una variante (largo/corto) que pertenece por entero a la lengua vestimentaria; distinción desconocida en el lenguaje, donde el sonido es considerado como “inmediatamente”
significante,
y
no
puede
por
consiguiente, descomponerse en un elemento inerte y un elemento semántico. De este modo habría que reconocer en los sistemas semiológicos (no lingüísticos) tres planos y no dos: 1- el de la materia, 2- el de la lengua, 3- el del uso. Esto permite evidentemente dar cuenta de los sistemas sin ejecución, puesto que el primer elemento asegura la materialidad de la lengua; reordenamiento tanto mas aplausible cuanto que se explica genéticamente. Si en esos sistemas la lengua necesita materia (y no ya habla), es porque a diferencia del lenguaje humano, tienen en general un origen utilitario y no significante. Con relación al paradigma de los objetos propuestos (objetos reales, objetos imágenes y objetos del lenguaje) debemos destacar que los objetos reales o tecnológicos que son en definitiva los que privilegia el diseño, son sistemas que Barthes llama “sin ejecución”. Una mesa, que es un
objeto material y constituye el soporte de su significación, forma parte de un conjunto finito con otros objetos que llamaremos “mobiliario” , que forman su lengua. Pero si bien sus relaciones o combinaciones (sin habla) son pobres, su uso puede por el contrario constituirse en una modalidad de amplias posibilidades. Se podría hacer una lista – en relación a la mesa – de sus posibles usos: comer, planchar, estudiar, trabajar, jugar, etc.
3.6. La noción de Lengua/Habla apunta a la relación de “volumen”, que puede establecers e entre las lenguas y sus hablas. En el lenguaje existe una desproporción muy marcada entre la lengua, conjunto finito de reglas, y las hablas, que se ubican bajo estas reglas y cuyo número es prácticamente infinito. Pero un sistema como el mobiliario, con muy poca amplitud de variantes combinatorias y de asociaciones libres, hay poco margen entre el modelo y su ejecución; son sistemas en los que el habla es pobre. En un sistema como el “mobiliario escrito” (descripción o comentarios sobre aspectos
de ese sistema) este habla es prácticamente nula, de modo que en este caso estamos paradójicamente frente a una lengua sin habla. Este hecho solo es
3.7. ¿Qué significa para el diseño el plano de la materia o plano “pre -significante” al cual alude Barthes? Nadie que pretenda fabricar un objeto real podrá prescindir de una sustancia o materia de características volumétricas. Su elección es por lo general, previa a cualquier operación semántica que la transforma en un objeto significante. La elección de un color determinado dentro del sistema de sustancias líquidas que denominaremos “tintas”, es
una operación pre-significante que facilita su transformación en “tono”. Por otra parte, el color
como variable visual que puede materialmente manifestarse en forma sólida, líquida o gaseosa, no carece de un orden, lengua o código. Por el contrario
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sus cualidades materiales o sustanciales constituyen un pre-código anterior a cualquier operación para otorgarle sentido. De allí el interés de la enseñanza del Diseño en estas cuestiones que indudablemente se encuentran en la base misma de su práctica.
diferencia entre estos términos consiste en que uno de ellos funciona como mediador (lengua y código) y la materia le es necesaria para manifestar su presencia.
Diferente como ya hemos visto es el funcionamiento del sistema de la lengua verbal en el cual la materia significante (la voz, el aliento) se constituye en el habla en una operación simultánea entre sus dos planos.
la distinción clásica entre “materia y sustancia”: la
4La noción de código Si se analiza esta noción en su relación sintáctica (restringida) un código puede considerarse simplemente como un sistema codificante. Este carácter del código, puede asimilarse al de estructura o lengua, ya que ésta es en definitiva una estructura que facilita las operaciones de selección y combinación. Este sistema codificante hace comprensible (inteligible) y comunicable, una cosa o estado de cosas originadas en una fuente. Para ejemplificar esta noción tomaremos el teclado de una máquina de escribir, el cual – dice Umberto Eco – reduce la igualdad de probabilidades iniciales estableciendo un sistema de recurrencias, excluyendo algunas combinaciones de símbolos. Es un sistema de reglas puramente sintácticas; establece compatibilidades e incompatibilidades, escoge determinados símbolos como pertinentes, y excluye a otros como extraños. El sistema o código constituido en este caso por un repertorio de 26 unidades (letras o grafemas) que se diferencian o se oponen entre sí, son elegidas o combinadas formando una palabra determinada. Pero estas operaciones no son simplemente sintácticas (relación de los signos entre sí) o gramaticales. Están implicadas también toda una serie de reglas combinatorias semánticas (relación de los signos por su significación) que designan el conjunto de operaciones de producción del sentido dentro de una materia significante. Este conjunto de operaciones definen procedimientos a los que se ajusta el trabajo social productor de significaciones. Por lo tanto la relación entre código y mensaje es estrecha y asimilable a la de lengua con el habla.
5La noción de signo: significante y significado Hemos visto que las relaciones lengua / habla, código / mensaje, son inseparables, ya que la existencia de un término depende del otro. La
Esta materialidad del significante se ajusta a sustancia puede ser inmaterial, en el caso de la sustancia del contenido, y material la sustancia significante (sonido, objeto, imagen). En cambio lo que definimos como significado, no es “una cosa”,
sino la representación psíquica de la cosa.
Saussure emplea el término “concepto” para
designar el significado con lo cual señala claramente su naturaleza psíquica. El significado de la palabra silla, no es el objeto silla, sino su imagen psíquica. Todo esto está impregnado de un cierto grado de psicologismo, lo cual ha llevado en los últimos cincuenta años a arduas discusiones en las que la noción de “signo” ocupa un lugar preponderante. Se
podría decir que el significado es uno de los dos “relatos” del signo, y el significante es mediador,
manteniendo con el significado una relación de complementariedad. Los objetos, las imágenes, los gestos, etc., remiten a algo que no puede ser dicho mas que a través de ellos, con la única salvedad – como dice Barthes – de que el significado semiológico puede ser asumido por los signos de la lengua. Se dirá por ejemplo que talsweter significa “los largos paseos de otoño por el bosque”: en este caso
el significado no está solamente mediatizado por su significante vestimentaria (el sweter) sino también por un fragmento del habla. Barthes le da el nombre de isología al fenómeno por el cual la lengua “pega” de modo indiscernible e indisociable sus significantes y significados. La noción de signo que hoy utilizamos, fue desarrollada por Saussure para superar la ambigüedad inherente a ese término, ya que la tendencia era confundirlo sólo con el significado. Saussure definió al “signo” como la unión
de un significante con un significado (a la manera del anverso y reverso de una hoja de papel). Vaciló entre soma y sema, forma e idea, imagen y concepto, pero por último utilizó la unidad bifásica significante-significado. Planteado así, el signo está compuesto para Hjelmslev por un plano de la expresión constituido por el significante, y un plano del contenido constituido por el significado. Cada uno de estos planos se subdividen en forma y sustancia. Es necesario aclarar que el signo semiológico difiere del signo lingüístico. Barthes nos aclara que el signo semiológico – recordemos que Saussure 12
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define a la semiología como una ciencia que estudia cualquier tipo de signos y las leyes que lo gobiernan – está también compuesto por un significante y un significado.
desplazamiento de un objeto de uso a un objeto de función sígnica.
Pero un significante sustancial, con frecuencia es un objeto de uso que la sociedad deriva hacia fines de significación. Tomemos por ejemplo una silla a la cual se le adjudica la función de sentarse.
6Sintagma y sistema
En este caso la función práctica sirve también para significar. A este tipo de signo de origen utilitario y funcional, Barthes lo denomina “función signo”. La función -signo es testigo de un doble movimiento que es preciso analizar. En una primera etapa (esta descomposición es puramente operatoria y no implica una temporalidad real) la función se penetra de sentido; esta temporalización es fatal: “desde el momento que hay sociedad, todo uso se convierte en signo de ese uso ”. ”. El uso del impermeable consiste en una protección contra la lluvia, pero este uso es indisociable del signo mismo de la lluvia, pero este uso es indisociable del signo mismo de una cierta situación atmosférica. Como nuestra sociedad no produce mas que objetos standarizados, normalizados, estos objetos son fatalmente las ejecuciones de un modelo; las hablas de una lengua, las sustancias de una forma significante. Para encontrar un objeto insignificante, habría que imaginar – continúa Barthes – un utensillo absolutamente improvisto que no se asemeje en nada a un utensilio existente, hipótesis prácticamente irrealizable en cualquier sociedad.
6.1.
Esta semantización universal de los usos es fundamente: traduce el hecho de que lo real no puede ser sino inteligible y debería llevar finalmente a confundir sociología y socio-lógica. Pero una vez constituido el signo, la sociedad puede muy bien refuncionalizarlo, hablar de él como un objeto de uso: el tapado de piel será tratado como si no sirviese más que para proteger del frío. Esta funcionalización recurrente que necesita de un lenguaje secundario para existir, no es de ningún modo igual a la primera funcionalización. La función representada corresponde a una segunda institución semántica, que pertenece al orden de la denotación. La “función -signo” tiene pues – probablemente – un valor antropológico dado que es la unidad misma en que se traban las relaciones de lo técnico y de lo significante. La significación en relación a lo enunciado, podría concebirse como un proceso; es el acto que une el significado con el significante, acto que denominaremos “sémico’ y que facilita por ejemplo el
Para Saussure, las relaciones que unen los términos lingüísticos pueden desarrollarse sobre dos planos, cada uno de los cuales engendran sus propios valores; estos dos planos corresponden a dos formas de actividad mental. El primer plano es del de los sintagmas. El sintagma es una combinación de signos que tiene por soporte la extensión. En el lenguaje articulado, esta extensión es lineal e irreversible (es la cadena hablada): dos elementos no pueden ser pronunciados al mismo tiempo. El valor de cada término depende de su oposición a lo que lo precede y a lo que lo sigue. En la cadena del habla los términos están realmente unidos “in presentia”; la actividad analítica que se
aplica al sintagma es la segmentación.
El segundo plano es el de las “asociaciones”. del discurso (plano sintagmático) – dice Saussure – las unidades que tienen entre sí algo en “Fuera
común, se asocian en la memoria y forman así grupos en los que reinan relaciones muy diversas ”. ”. Si
tomamos
la
palabra
“enseñaza”,
las
palabras asociadas serán enseñar, educación, aprendizaje, etc. Cada grupo forma una serie virtual, “un tesoro de memoria”. En cada serie, al contrario
de lo que sucede a nivel del sintagma, los términos
están unidos “in abstentia”; la actividad analítica que
se aplica a las asociaciones es la clasificación. Actualmente ya no se habla de plano asociativo, sino del plano paradigmático o plano sistemático que está muy estrechamente unido a la lengua como sistema, en tanto que el sintagma está mucho más cerca del habla. Puede recurrirse a una terminología subsidiaria: las relaciones sintagmáticas son relaciones en Hjelmslev, contigüidades en Jakobson, contrastes en Martinet. Las relaciones sistemáticas son Correlaciones en Hjelmslev, similareidad en Jakobson, oposiciones en Martinet.
6.2. Hemos visto que el habla era de naturaleza sintagmática, puesto que además de las amplitudes de fonación, pueden ser definidas como una combinación de signos encadenados (el fluir del 13
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habla). Ahora bien, el sentido no puede nacer mas que de una articulación, es decir, de una división simultánea de la napa significante y de la masa significada: el lenguaje es en cierta medida lo que “divide” a lo real (por ejemplo el aspecto continuo de
los colores se reduce verbalmente a una serie de términos discontinuos: amarillo, naranja, rojo cálido, fríos, etc.). Hay pues frente a todo sintagma un problema analítico; el sintagma es a la vez continuo – fluyente, encadenado – y sin embargo no puede vehicular sentido si no es “articulado”. Este problema
se plantea en cada sistema de signos particulares, ya que no existe una única modalidad de articulación. Existen por ejemplo sistemas de signos marcadamente discontinuos, como la señalización de tránsito, cuyos signos por razones funcionales deben estar separados. Pero los sistemas icónicos fundados sobre una representación más o menos analógica de la escena real, son infinitamente mas difíciles de segmentar, razón por la cual estos sistemas están casi universalmente acompañados por un habla articulada (leyenda en una fotografía) que le otorga la discontinuidad que no tienen. En suma, la definición misma de sintagma es la de estar constituida por una sustancia que debe ser segmentada.
6.3. En lingüística la segmentación se hace por medio de pruebas de conmutación, concepto operatorio, que proporciona en principio unidades significativas. Estas unidades son fragmentos de sintagmas dotados de un sentido necesario. Esas pruebas proveen unidades significativas a los monemas, lexemas o morfemas. Estas unidades no tienen sentido en sí mismas, pero cooperan con el sentido, puesto que la conmutación de una de ellas, cambia el sentido de las palabras de las que forman parte. Ejemplo: perro, pero, pera, pura, etc. En semiología no se puede conjeturar acerca de las unidades sintagmáticas que el análisis irá descubriendo para cada sistema. Barthes prevé tres tipos de problemas. El primero se refiere a la existencia de sistemas complejos, y por consiguiente de sintagmas combinados: un sistema como el mobiliario o el vestido, puede ser reemplazado por un sistema propiamente lingüístico (el idioma). En este caso tenemos un sintagma escrito (la cadena hablada) y un sistema vestimentario o mobiliario al cual apunta el sintagma escrito (vestimenta o mobiliario relatado por la lengua); las unidades de los dos sintagmas no coinciden necesariamente. Una unidad del sintagma del vestido, como por ejemplo la manga, puede estar expresada por un conjunto de unidades escritas.
Martinet, por ejemplo, recomienda distinguir con
claridad
los
“contrastes”
(relaciones
de
contigüidad de las unidades sintagmáticas) de las “oposiciones” (relación de los términos del campo
asociativo). Los términos del campo (o paradigma) deben ser a la vez semejantes y desemenjantes, contener un elemento común y otro variable. Este es el criterio de Saussure acerca de la naturaleza puramente diferencial y opositiva de la lengua, que describe de la siguiente manera: “ En la lengua no hay mas que diferencias sin términos positivos ”. ”. Pasemos del campo lingüístico al campo semiológico, y tomemos por ejemplo el sistema del color. Cada uno de los términos en que se divide el círculo cromático, constituyen valores positivos o diferencias, y no valores absolutos. Son, como hemos visto, un campo de reserva de términos virtuales que adquieren sentido en el discurso presente; un cuadro, un afiche, etc. Sus términos pueden ser semejantes, o que tienen en su mezcla un color dominante como el caso de un rojo amarillento o un azul rojizo, o desemejante, como la diferencia entre términos primarios: rojo / azul / amarillo. Como ya habíamos dicho, las exigencias combinatorias son fijadas por la lengua, en este caso el sistema o paradigma del color, pero el habla las satisface de diversas maneras; subsiste pues una libertad de asociación de los términos o unidades sintagmáticas. Lo que señala Jakobson con respecto a la frase, puede aplicarse al color. En un cuadro (discurso) se goza de una creciente libertad de combinaciones de sus términos; la libertad de construir paradigmas o sistemas de color, en cambio es nula. La libertad de combinar el color es muy grande, pero no infinita. Como el lenguaje oral, su sistema, sintaxis o combinatoria le impone limitaciones. Pero es su aleatoriedad temática, argumental o discursiva, lo que le otorga esa libertad que lo hace aparecer como diferente. El color blanco (como término paradigmático) puede ser saturado en el interior de un cuadro por su analogía con la nube o con el color de la nube. En este sentido, el color siempre goza de la libertad suficiente para presentarse como diferente en su articulación sintagmática a nivel del habla.
6.4. La disposición interna de los términos en un campo asociativo, paradigmático o sistemático, se denomina en lingüística comúnmente oposición. No nos parece una denominación muy adecuada. Cantineau para la semiología utiliza el término “relación”, y Hjelmslev “correlación”, ya que no
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connotan una relación binaria como la de la lingüística. En el caso del continuo del color deconstruido como sistema de oposiciones o diferencias paradigmáticas, nos muestran que su articulación sintagmática, pasa por las relaciones no solo de la sintaxis de la mezcla, sino de las relaciones semánticas que encarna. Existen en lingüística muchas oposiciones clasificadas según sus relaciones con el conjunto del sistema que seguramente serán exploradas y chequeadas en el campo de la semiología.
7Denotación y connotación Se debe recordar que todo sistema de significación implica un plano de la expresión y un plano de contenido, y que la significación coincide con la relación de los dos. Debemos recordar que la significación podría concebirse como un proceso; es el acto que une el significante con el significado como trozos de sonoridad, de visualidad, etc. Hjelmslev prefirió representar esta relación ® entre dos planos que llamó plano de la expresión (E) y plano del contenido (C). El plano de la expresión es el aspecto significante o denotativo, y el plano del contenido el aspecto significado o connotado de la relación.
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LA NOCIÓN DE PLANO EN SEMIOLOGÍA Autor: Nicolás Jiménez
1.
3
La dicotomía saussureana significante -significado asume con Hjemslev4 la categoría de plano, debido a que éste solo considera verdaderas a las semióticas biplanas. Una semiótica planaria se distingue por el empleo de significantes bidimensionales, lo que no es un impedimento para pasar a las tres dimensiones del espacio. Por lo tanto una semiótica de estas características trata de los “objetos” (no solo de
imágenes) disponibles para la comunicación con diferentes categorías visuales y táctiles específicas en el nivel del plano de la expresión. La consideración de estos objetos, no puede ser aislada de los sujetos que la manipulan y del entorno en el que están insertos. En este marco designamos objeto a lo percibido que es considerado como tal solo en la relación con el sujeto cognocente y el objeto de conocimiento que lo constituye. Entonces la naturaleza relacional sujeto/objeto, objeto/entorno y la magnitud semiótica que ello implica, es lo que está en juego en la consideración de la expresión y el contenido.
El objeto, no importa su dimensión, puede ser estudiado a través de los cortes que pueden efectuar los planos de la expresión y del contenido en su cuerpo o magnitud (figura 1); especie de tomógrafo o escaneado que permite observar las micro o macroestructuras del objeto analizado y la red de vínculos que lo hacen tangible.
2.
La distinción de estos dos planos es previa a cualquier consideración semiótica posterior, que analice las formas y las sustancias de los objetos. La forma de la expresión será toda figura articulable en sí, obtenidas al aplicar reglas de formación (o producción) dependientes de un conjunto finito de reglas.
REFERENCIAS E.E Entorno de la expresión P.E. Plano de la expresión F Forma S Sustancia O Operadores sintácticos y semánticos P.C Plano del contenido A.S Acto sémico D Datos E.C Entorno del contenido
Figura 1 Plano de expresión, Plano de contenido y sus relaciones Bi o Tridimensionales
El establecimiento de las relaciones entre él y otros objetos, la consideración del objeto como un todo y sus partes, y el conjunto de vínculos que establece el sujeto cognocente resultante del objeto semiótico del diseño sería, como afirma Hjemslev “ los puntos de intersección de esos conjuntos de relaciones lo que permite definir al objeto ”. ”. 3
Ferdinand de Saussure (1857 – 1913). “Curso de lingüística libro, recopilado por sus alumnos) Los tres cursos sobre lingüística general fueron dictados en la Universidad de Ginebra entre 1906 y 1911. 4 Louis Hjelmslev, lingüista lingüista danés.
general” (único
Al respecto, las reglas constitutivas de la materia significante desarrolladas por Eliseo Verón 5, aportan fundamentos importantes para definir las propiedades visuales de las figuras de la expresión. (Anexo 1) En este sentido cualquier figura continua 5
Eliseo Verón, semiólogo argentino. Vive en Francia.
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o no, arbitraria o no, similar o no, por sustitución o contigüidad, contigüidad, puede ser considerada una figura con una forma y una sustancia que la hace perceptible. A estas figuras se les aplican las reglas de formación del contenido que el acto sémico produce, otorgándole un significado manifiesto o latente que las distinguen y diferencian. Estas reglas del contenido, implican también una forma y una sustancia que son independientes a las de la expresión, pero que en el acto sémico interactúan dando como resultado un enunciado. Las figuras retóricas o “tropos” como la metáfora o la
metonimia, se sitúan en el plano del contenido como formas de éste. Estas formas se sustancian en un soporte que desde un punto de vista semiótico se define como el “sentido”, y en su aspect o psico-físico es transmitido por impulsos nerviosos que abren una instancia técnico sensorial en el plano de la expresión.
PROCESO O RECORRIDO GENERATIVO ANEXO 1 PLANO DE LA EXPRESIÓN Y PLANO PL ANO DEL CONTENIDO Es imprescindible para poder entender la estructura de diseño ”, ”, definir y observar la correspondencia existente entre el plano de la expresión y el del contenido.
profunda del “acto
Definiciones: a) Llamaremos plano de expresión a lo que Saussure denomina “significante ”, ”, cuyo anverso (como en el caso de una hoja, una moneda o medalla) es el significado . La reunión de ambos en el acto de diseño corresponde a una semiosis o acto sémico. sémico.
Acto de diseño Semiosis término Semiosis término utilizado por la semiología (del griego semeion “signo ”) ”) que indica la operació n productora de signos mediante la instauración de una relación de presuposición recíproca entre por ejemplo el término verbal “rojo” y la manifestación
sustancial-cromática “rojo” que se convierte en la expresión o significante del contenido o significado de lo “rojo”. En este sentido todo acto del lenguaje-objeto del diseño implica una semiosis. semiosis. b) Llamaremos plano del contenido a aquel que permite describir la existencia de los enunciados “datos ” en diseño, provistos de un sentido o contenido que preparan las condiciones de los enunciados que se representan materialmente como elementos, los que tienen una sustancia y una forma. Prof. Nicolás Jiménez Titular T.V. Lenguaje Proyectual
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LENGUAJE PROYECTUAL 2 MÓDULO B Segunda parte
LENGUAJE Y DISEÑO Autor: Prof. Nicolás Jiménez Dónde hay que buscar la solución en diseño; en el objeto como tal, ¿en las causas que le dieron nacimiento? o ¿en el sujeto que lo diseñó? Aparentemente resolver un problema implica actuar sobre el objeto a partir de sus causas, pero sin olvidar reconocer el rol del diseñador en la búsqueda de una solución y no de una pseudo-solución. Si bien no existe una solución única o verdad absoluta, el diseiíador trata de encontrar en la solución a su problema, una coexistencia entre factores y funciones tal, que el objeto diseñado deviene útil. Lo que llamamos un problema de diseño se encarna en uno o varios puntos críticos en el funcionamiento de su mecanismo, lo cual produce un estado de cosas no deseada por el operador. Estos puntos críticos pueden provenir de causas objetivas o subjetivas, se deben encontrar a través de¡ análisis del objeto, de su entorno y del punto de vista del diseñador frente al problema. Un proyecto progresa a través del encuentro de soluciones a esos puntos críticos, o lo que podemos definir como una evolución de un "estado de crisis" a un "estado normal". La tensión entre ambos estados es lo que hace progresar el proyecto, encontrando una solución global al problema. Para tener éxito en la solución de un problema, se requiere un nivel de competencia teórica suficiente, que haga inteligible el porqué de ese estado de crisis y el camino a tomar para lograr un estado de cosas normal. Por ello el éxito en la solución de un problema no pasa por una observación ingenua de la realidad, sino en reconocer que el nivel de complejidad con que se abordan éstos, requiere de modelos explicativos que permitan formular hipótesis o reglas causases firmes. Nuestra percepción y construcción de la realidad está profundamente ligada al lenguaje y condiciona en gran medida a las operaciones lógicas que éste posibilita. Lo propio del lenguaje es estar sometido a reglas. Se trata de códigos códigos o sistemas de gran economía para la producción de conjuntos limitados y finitos de expresiones, a través de las cuales generamos una cantidad infinita de enunciados y proposiciones. Con el lenguaje ordinario producimos el cruce y la interacción entre lo individual, lo social y una categorización lógica de los objetos que proyectamos produciendo. Es necesario en nuestro caso distinguir el lenguaje ordinario del lenguaje técnico del diseño, para poder establecer sus relaciones de complementación en los procesos proyectuales de diseño. En un lenguaje matemático o geométrico por ejemplo, hay algo específico -e sería imposible de describir con palabras, como son las variaciones espaciales continuas; ?o que no significa que su lógica excluya a la génesis social de cualquier operación lógica. El problema es traducir los conceptos del lenguaje ordinario a los lenguajes del
diseño y ello requiere una consideración referida como lo hemos dicho, al pensamiento lógico y a sus equivalencias significantes de traducción. Por ello la competencia del disecador, abonada por el uso de los metalenguajes, que forman una red intrincada de interacciones. De todas maneras, los conceptos que pueden considerarse "científicos" en el campo del diseño, deben tener una resolución racional que excedan el lenguaje ordinario, pero no por ello dejan de anunciarse universalmente por éste. Debe reconocerse que una disciplina como el diseño, necesita recurrir a una conceptualización específica y a lenguajes técnicos especializados que le permitan al diseñador pasar de lo particular a lo general o global con la posibilidad de disponer de conceptos intersubjetivos que trasciendan la lengua en la que se formulan los conceptos. El intercambio comunicativo y los acuerdos que éste posibilita con distintos actores, es fundamental para lograr relacionar los objetos con sus entornos. De esta manera el diseñador alterna los roles de destinador y destinatario, haciendo de esta experiencia un punto de partida sólido para su acción proyectual. El lenguaje ordinario juega un papel relevante en la coordinación de sus acciones, sirviéndole de marco para las operaciones lógicas de los códigos específicos que utiliza. Estas redes de acuerdo para la codificación, decodificación, recodificación, transcodificación, intercodificación, etc., se desarrollan en la "acción sistémica" del diseño, que regula su actividad proyectual. Esta regulación está referida a la complejidad informativa que deviene de las acciones que emprende el diseñador, y de la metodología que éste emplee para observar y explicar los problemas y causas que aborda. Pero se debe ser cauteloso con la causalidad, ya que según René Thom, es engañosa; parece intuitivamente clara, mientras la realidad siempre está formada por una red de interacciones. De todas maneras se debe localizar la causa para después actuar sobre ella, desmenuzarla para conocer su grado de verosimilitud. El discurso proyectual está regido por un régimen de principios generales que permiten la generación de los enunciados posibles del diseño. diseño. La lucha por definir su morfología que encarne algún principio de verdad, está referida a la resultante de los múltiples condicionamientos (funcionales, tecnológicos, económicos, etc.) provenientes de la interacción entre lo subjetivo, lo objetivo y lo social. No es ni valorizando ni desvalorizando cualquiera de estos aspectos que se logra construir un objeto "verdadero". La discursividad de diseño, solo crea las condiciones necesarias para la interacción de los distintos niveles de complejidad de su práctica.
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OPERADORES Y REGLAS Autor: Prof. NICOLÁS JIMÉNEZ
1.
Aprender a representar (dibujar, pintar fotografiar, iconografiar, grabar, etc.) tiene sentido si este acto técnico-sensorial se entiende como acto comunicativo. No importa si lo que se representa tiene carácter análogo o lógico, continuo o discontinuo, motivado o inmotivado; lo que nos parece fundamental es transparentar los procesos de producción del acto representativo. No es aprendiendo a sacarle punta al lápiz o manipulando el teclado de la computadora lo que nos permitirá tomar conciencia de la verdadera dimensión del acto sémico o comunicativo. com unicativo. Cuando se reduce a un formalismo técnico toda producción de sentido, el hacer terminará divorciándose del saber. El “saber -hacer”, implica tener clara conciencia de la relación interactiva que ello supone, con lo cual queda muy claro que la observación debe estar orientada no a lo que se puede decir de las cosas (descripción gráfica), sino de los procesos comunicativos que desencadenan (enunciación textual). De esta manera se trata de establecer un marco más adecuado de la actividad proyectual, relacionándolo teóricamente con una acción comunicativa. Se trata por ello de producir el fenómeno comunicativo a partir de una competencia fundada en una concepción operatoria del diseño. Ella tiene como función encontrar un registro adecuado a las relaciones intertextuales de los mensajes gráficos. Por ello que la competencia no es sólo aptitud por el hacer, solo empirismo y habilidad instrumental, sino saber lógico y acción metódica que le da fundamento a la acción enunciativa.
2.
Toda imagen tiene un modelo y esa imagen se construye a través de un proceso de vínculos con éste. Es atravesando distintas redes y el aporte de éstas, por la cuál la acción proyectual avanza a su meta.
modelo
entidades
atributos
códigos/reglas
connotado a lo representado en la imagen. El código, como dice Barthes, es perspectiva de citas que nos permite distinguir los diferentes términos significantes. Una flora tiene un modelo (su especie) que es citada en la imagen por un código de reconocimiento –Eco_ que la denota como lo que ha sido visto. El código busca someter a la grafía hasta convertirla en imagen en la que su modelo resuena. Esas evocaciones varían según los operadores gráficos que encarnan semas (en matemática el sema es una unidad de significado) y se articulan figuras y enunciados compuestos de varios semas. Por lo tanto una señal es básicamente un sema y funciona como operador gráfico. El lugar y relación que establecen entre ellos se determina a partir de las diferentes lógicas topo-mórficas que articulan los espacios para la visión.
1 – Enunciado 2 – Figuras 3 – Rasgos 1- Es un sistema que comprende figuras y rasgos. Cada uno de estos rasgos constituyen unidades diferenciales u operadores gráficos que encarnan un sema o significado mínimo inteligible.
Para el diseñador que opera con sistemas lineales, multilineales o no lineales, los procedimientos articulatorios son semejantes.
imagen
Desde el modelo a la imagen, las entidades y atributos visuales se articulan filtrados por los códigos o reglas que le otorgan sentido denotado y
En la figura se muestran las posibilidades operaciones articulatorias entre elementos arbitrarios 19
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y no arbitrarios (Saussure) pasando a través de los diagramas o íconos lógicos (Peirce). Este pasar de un estado a otro es el producto del trabajo operado por los códigos. Como ya hemos dicho, entendemos por código, no un repertorio de unidades fijas, sino conjuntos de operaciones reguladas por reglas. El trabajo de los códigos producen la transformación mórfica de simples rasgos a la internacionalidad de los enunciados. Es pertinente lo dicho por Jakobson respecto a los constituyentes de todo enunciado: la relación códiga interna con la señal y la relación códiga externa con el mensaje. Respecto a la señal y a la producción significante por parte del diseñador hemos insistido en dos aspectos inherentes a sus operaciones: lo técnico y lo sensorial. El diseñador atiende simultáneamente lo que Metz privilegia como emisión (lo técnico) y lo que define como recepción (lo sensorial). En este punto, acto instrumental y acto sémico se funden para producir el enunciado en una imagen. Son varios los códigos y reglas que informan a la materia en bruto, convirtiéndola en una señal y en un mensaje. La constitución de una materia significante es el producto de conjuntos de operaciones gráficas reguladas por reglas. Los constituyentes técnicos y sensoriales se articulan según convenga a las estrategias productoras de significación del mensaje. Por ello, las señales son producidas técnicamente para lograr una emisión (legible) y una recepción (inteligible) que permita disponer el significante para otras operaciones de significación. Lo legible, si bien se codetermina en el acto instrumental, corresponde a un primer nivel semio-narrativo.
enunciados. Cada una de ellas está asistida por reglas que producen mutaciones en la materia. La presencia de códigos y reglas pueden exteriorizarse de manera manifiesta o permanecer latentes en las operaciones; pero en todos los casos cualquier representación está regulada por ellas. Ello se debe primordialmente a las reglas que se usan de tipo culturales, que operan dentro de límites impuestos por la percepción humana. Se trata -como dice Verón- de convenciones que determinan hipótesis perceptuales y no de características objetivas de la realidad material. Ciertas modalidades representativas, han logrado sobrevivir históricamente debido a que socialmente son útiles y no se ha logrado sustituirlas por otras. Es el caso del pictograma del diagrama, que actualmente cumplen funciones comunicativas importantes en la señalética. El primer nivel de operaciones que compromete al paradigma pre-gráfico está formado por las entidades y atributos gráficos pre-ordenados en códigos como el color, el valor, etc., y logran ser articuladas por reglas en un nivel 0. En ese sentido los trabajos de Jacques Bertin referidos a los niveles de organización de las variables visuales, nos muestran que por debajo de lo semiótico siguen existiendo posibilidades articulatorias y por lo tanto reglas. Nivel Cero Punto Línea Superficie [Volumen]
Entidades
Acto Instrumental Dimensión Forma Tamaño Orientación Textura Color Valor
3.
Los códigos viabilizan las operaciones técnicosensoriales, topo-mórficas y semio-narrativas, formando un tejido interactivo que definimos como imagen visual. El acto instrumental pone en juego entidades, atributos, códigos y reglas que desencadenan un proceso performativo. Ello será posible por la competencia del operador y del trabajo que éste realiza asociando hacer y saber. Volvamos al cuadro anterior, en el cual se observan tres niveles de operaciones sucesivas: rasgos, figuras y
Acto Sémico
Atributos
Operaciones a partir del uso de las reglas Operaciones a constitutivas de la materia significante partir de códigos y reglas semánticas
El nivel "cero" ya compromete el sentido de lo representado. Toda operación de selección y combinación de entidades y atributos visuales, su traslado y puesta en imagen de rasgos y figuras, encuentra en las reglas constitutivas el instrumento que transparente las operaciones que se cumplen en el acto de diseño. Para ello es nuestro propósito definir un paradigma referido a lo que en diseño se 20
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denomina "marca" o elemento de identificación institucional. Las reglas constitutivas desarrolladas por Eliseo Verón, pueden dar cuenta de lo que se llama isotipo y logotipo en la jerga de los diseñadores gráficos. Este paradigma de las marcas puede ser representado sobre un eje en cuyos extremos encontraremos los términos analógico y lógico. Estos corresponden a las dicotomías: Discontinuidad / continuidad Arbitrariedad / no arbitrariedad Similaridad / no similaridad Sustitución / continuidad Verón introduce cuatro dimensiones, las que no deben ser vistas a igual que el paradigma como oposiciones binarias. En verdad estos ejes son vistos como un continuo. Ello indica que debemos encontrar valores intermedios cuando estudiamos sistemas empíricos como es el caso de las marcas de empresas. Estas reglas constitutivas expresan principios de organización perceptual que definen una materia como significante, volviéndola así disponible para operaciones por medio de las que son investidas por el sentido que corresponde a otras operaciones semio-narrativas. Discontinuidad / continuidad. El sentido de estos términos es aquí el habitual: si resulta imposible aislar en la materia significante unidades discretas e invariantes, hablamos de continuidad; en el caso contrario de discontinuidad. Tres ejemplos sobre esta dimensión: a) Discontinuidad: la palabra c-a-s-a está compuesta con unidades discretas (grafemas) discontinuas e invariantes. b) Continuidad: En un dibujo no existen unidades discretas en términos del texto escrito. Los elementos diferenciales o distintivos son vistos en continuidad y simultaneidad. c) Situación intermedia en el eje: En una señal de tránsito conviven elementos discretos o discontinuos como la corona, la banda, los pictogramas, letras, cifras, etc, pero organizadas en continuidad y simultaneidad perceptiva. Arbitrariedad / no arbitrariedad Esta dimensión se utiliza aquí en el sentido de la dimensión saussureana entre lo motivado y lo inmotivado. Saussure había hablado de una relación arbitraria entre el significante y el significado; la palabra escrita CASA como significante del significado casa, es arbitrario debido a que no se asemeja a ésta. Por el
contrario el dibujo de una casa como significante del significado casa no es arbitrario. Existen muchas situaciones donde se combinan ambos extremos como en el caso de los caligramas analógicos, donde la morfología del texto se combina de tal modo con las de la imagen, que aparece como un tejido continuo y simultáneo. Otra modalidad intermedia se verifica en un poema de Apollinaire, donde el texto está organizado de tal manera que representa una de las cualidades significantes de lo que se describe en el poema: la lluvia. Similaridad / no similaridad Esta dimensión traduce el criterio de la semejanza de que se habla habitualmente con respecto a lo analógico o lo icónico en términos de Peirce. Para este último el ícono representa a su objeto principalmente por su similitud o analogía, pero no todos funcionan por parecido sensorial, ya que lo pueden hacer por analogía entre las respectivas relaciones de las partes. Este tipo de íconos se denominan «diagramas» por lo cual una fórmula algebraica es un ícono en virtud de las reglas de conmutación, distribución y asociación de los símbolos. Justamente los diseñadores gráficos llaman diagrama a una grilla para diagramar, ordenar los componentes gráficos en una página, por lo tanto ello sería un ícono. Jacques Bertin amplía mucho más este eje de la similaridad / no similaridad, en lo que a íconos lógicos (así los llamaría Peirce) respecta , a los mapas y redes. Sustitución / contigüidad Todo vínculo simbólico es por supuesto «sustitutivo», en el sentido de que la materia significante es siempre el soporte de una función de reenvío a «alguna otra cosa». Pero ciertos vínculos simbólicos son «solo» sustitutivos mientras que existen otros donde la función de reenvío (es decir, el estar-en-ellugar-de) se funda a su vez en un lazo de «contigüidad» empírica entre los elementos relacionados. La palabra y el dibujo, la fotografía, la pintura, el video, etc., son representaciones del referente CASA, por lo tanto la sustituyen. Ahora bien, en el caso de una señal con una flecha que indica una dirección determinada, donde encontrar la salida de un edificio, existe un lazo empírico entre la flecha y la puerta. La flecha no está en lugar de la puerta, ésta es solo un índice de ella, por lo tanto existe contigüidad o cercanía física entre ambos elementos.
4.
Como hemos visto, el paradigma de la competencia gráfica con sus dos niveles, componen un sistema 21
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de recursos técnico-sensoriales que son seleccionados, trabajados y articulados hasta constituirse en una materia significante disponible para otro nivel que aquí llamaremos performance. Estos paradigmas interactúan y se penetran uno al otro en el proceso proyectual a través de operaciones y la combinación de códigos y textos. Todo acto de comunicación parte de una intencionalidad discursiva que aspira a producir un efecto de sentido en un destintario. destintario. Este sentido intencional se co-determina en la acción proyectual gráfica por la relación entre traza y sentido, asociación ésta productora de la textualidad discursiva. No se trata aquí tampoco de oposiciones binarias sino de un eje en el cual se gradúan las relaciones entre ambas. Lo que sí es indispensable distinguir es lo prese¡-niológico de lo que no lo es, con la finalidad de precisar operaciones operaciones y reglas. De esta i-nanera tenemos un eje donde encontramos, lo.) una materia codificada pero que no ha sido inforinada todavía en el plano semántica, 2o.) una materia informada y por lo tanto «trabajada» por reglas generativas que transforman la materia en significante, encontrándose disponible para otras operaciones posteriores, 3o.) esta materia organizada en términos de señales o figuras como elementos diferenciales, pueden ser investidas por el sentido en términos de dos niveles: denotación y connotación. Utilizaremos el signo (+) para el primer término y el signo (-) para el segundo término de cada dimensión, definiendo 7 combinaciones posibles que nos permiten sin ambigüedad ordenar cualquier tipo de material gráfico, en este caso "Marcas".
+
-
Sustitución
Contigüidad
Discontinuidad
Continuidad
Arbitrariedad
No-arbitrariedad
No-similaridad
Similaridad
1 2 3 4 5 6 7 8
+ -
Grupo 1 Las marcas que componen este grupo se constituyen a partir de las siguientes reglas: sustitución, continuidad, no arbitrariedad, similaridad y por lo tanto corresponden al sistema analógico o icónico. Grupo 2 Las reglas de este grupo son: sustitución, discontinuidad, no arbitrariedad, similaridad. Son marcas del sistema analógico sometidas a la digitalización bajo la forma de discontinuidad discontinuidad sin anular la semejanza. La repetición de elementos iguales o distintos caracterizan este tipo de
+ + -
+ -
+ + +
+ + +
+ +
+ + + +
marcas. Grupo 3 Las marcas que componen este grupo se constituyen a partir de las siguientes reglas: sustitución, continuidad, no arbitrariedad, no similaridad. Aquí se agrupan los diagramas o íconos lógicos de Peirce, dominando las relaciones y proporciones de sus componentes abstractos. Grupo 4 Las marcas que componen este grupo se constituyen a partir de las siguientes reglas: sustitución, discontinuidad, no arbitrariedad y no similaridad. Grupo 5 Las marcas que componen este grupo se constituyen a partir de las siguientes reglas: sustitución, continuidad, arbitrariedad y no similaridad. Grupo 6 Las marcas que componen este grupo se constituyen a partir de las reglas: contigüidad, discontinuidad, no arbitrariedad, y no similaridad. Es el único grupo que contiene la regla de contigüidad que se establece metonímicamente entre dos o más partes de la marca (índices). Grupo 7 Las marcas que componen el grupo se constituyen a partir de las reglas: sustitución, discontiiuidad, arbitrariedad y no similaridad. Estas marcas son las que se les llama "logotipos"(Iogos, palabra, idea/tipo, modelo) construidas por palabras iniciales o siglas. Grupo 8 Este grupo se caracteriza por sus cualidades mixtas en el uso y asociación de reglas diversas. Por ejemplo casos de marcas que partiendo del grupo 7 (palabras iniciales o siglas) injertan formas icónicas de los grupos 1 y 2.
5. Operaciones de denotación y connotación Se debe recordar que todo sistema de significación implica un plano de expresión (denotación) y un plano de contenido (connotación) y que la significación coincide con la relación de los dos planos, que aquí llamaremos traza y sentido. Las operaciones de denotación se co-determinan en la relación que se establece con los índices, que constituyen las indicaciones que proporcionan los elementos de valor diferencial de la traza. Denotar 22
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significa indicar, señalar, mostrar y ello en el plano significante, requiere de la diferencia. Sin diferencia no hay posibilidades de entender, de comparar, de hacer inteligible lo comunicado. Por lo que así, las operaciones de denotación serán pertinentes a la selección de aquellos rasgos diferenciales que permitan estructurar la percepción y configurar una imagen. Eco llama códigos de reconocimiento a aquellos elementos que retenemos en la memoria y nos permiten codificar o decodificar un mensaje. Por ello -sigue diciendo Eco- cuando dibujamos una cebra cuidamos que se reconozcan las rayas, aunque la forma del animal sea aproximada, y -sin sus rayaspudiera confundirse con un caballo. Los códigos de reconocimiento o de la percepción tienen en cuenta los aspectos pertinentes del referente, los cuales deben comunicarse a través de códigos icónicos que establecen la equivalencia entre un índice gráfico determinado y una unidad pertinente al código de reconocimiento. Estas unidades pertinentes al código de reconocimiento ¿Son las que se ven o las que se saben? Cuando un niño dibuja el sol, dibuja los rayos que en realidad no existen (pero que hemos aprendido), por lo tanto representa algunas propiedades esquemáticamente convencionalizadas por la sociedad. Por ello la representación icónica esquemática reproduce algunas propiedades de otra representación esquemática. Como denotación, debemos entender la referencia inmediata que un término provoca en el destinatario del mensaje. La denotación ha de ser la referencia inmediata que el código asigna a un término en una cultura determinada. Si por ejemplo entramos en un lugar público con la intención de hacer una llamada telefónica, rápidamente localizarnos el aparato a través de una señal en la que está representado el disco del mismo (o el teclado digital). La referencia es inmediata porque la señal está instituida
culturalmente en la sociedad. Esto quiere decir que la señal además de denotar un objeto de servicio público, denota también una unidad cultural que ocupa una posición determinada en un campo semántica de la sociedad. Por ello, cuando el diseñador produce como en este caso una señal, alega al objeto de referencia o a la convención cultural internalizada. La connotación es el conjunto de todas las unidades culturales que una definición "intencional" del significante puede poner en juego. Por lo tanto el rango de la connotación es muy grande a diferencia de la denotación. Umberto Eco estudia una gran variedad de ellas en su "Estructura ausente". Según Barthes la connotación comprende una señal, significante/significado y el proceso que los une (significación). Cualquier índice o señal gráfica (connotadores) puede servir de base connotativa de un mensaje. Frente a un símbolo de la cruz cristiana o de la estrella de David, toda referencia denotativa queda equilibrada por lo que esos significantes connotan o manifiestan en el plano de su sentido ideológico. Por lo tanto el plano referencias que se alega será el cultural; el saber, la historia, no el referente material denotado en el disco del teléfono por ejemplo. En la tradición gráfica se hace una distinción entre lo que se denominas "pictograma" e "ideograma"; si lo analizáramos teniendo en cuenta el sistema de la denotación y el de la connotación, el primero pertenecería al de la denotación y el segundo al de la connotación. Este ideograma sería un enunciado icónico, según Prieto, articulado con varios pictogramas. En la semiótica connotativa los significantes del segundo sistema están constituidas por los signos del primero. Por lo tanto el sentido sería la forma de los significados de connotación, mientras que la retórica sería la forma de los connotadores.
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RASGOS DISTINTIVOS DE LAS CATEGORÍAS DE LA EXPRESIÓN y otros apuntes Autor: Nicolás Jiménez
(Selección de texto) 8. Con el término categoría podemos definir un paradigma o sistema que está constituido por una clase de elementos sustituibles que pueden ocupar un lugar en la estructura sintagmática. Los elementos así reconocidos por la prueba de conmutación mantienen entre sí relaciones de oposición que el análisis ulterior puede formular en términos de rasgos distintivos; las oposiciones distintivas permiten a su vez construir sub-clases dentro de una magnitud (Greimas/Courtes). Según Hjelmslev el sistema es uno de los dos modos de existencia (complementario del proceso) de los universos estructurados o estructurables. Sistema
Proceso
Selección
Combinación: estructuración
No se trata de un sistema de signos sino de categorías que designan una totalidad coherente cuyos elementos dependen unas de otras, actuando en solidaridad entre el plano de la expresión y plano del contenido. La conmutación tiene como función producir el enlace entre uno y otro plano, que puede convertirse entonces en un procedimiento para reconocer unidades discretas en uno u otro plano. Emplenado por Hjelmslev como “correlación” se
refiere a la relación que existe entre los miembros de un sistema. De esta manera en el sistema categorial que desarrollaremos siempre existen correlaciones diversas como por ejemplo entre constituyentes 24
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geométricos (punto, línea y superficie) y la subcategoría “constituida” como la forma, la textura o la posición. Es indudable que a un cambio del plano del contenido sobreviven un cambio en el plano de la expresión y viceversa. Esta conmutación está regulada por una metasiótica cuyas exigencias pasan por la coherencia, exhaustiva y simplicidad de los procedimientos proyectuales.
El término “categoría” diferencia clases de elementos
que forman parte de un sistema o paradigma. Una clase es un objeto que se somete a análisis como la clase constituyente geométrica y cromática cuyos elementos (miembros de esa sub-categoría) son el punto, la línea, la superficie / el color y el no-color. (Selección de material presentado en teóricas) SUJETO DEL DISEÑO
Correlación (Plano de la expresión)
Categorías Geométricas
Categoría eidética
Entidades geométricas
Formas
Plano de la expresión
Plano del contenido
Naturaleza física
Naturaleza psíquica
Observación
Comprensión
La observación se dirige a cosas, sucesos o estados perceptibles. La experiencia sensorial acumula una enorme cantidad de datos que permiten entender el mundo de la vida.
Punto
Línea
La interpretación trata del entendimiento del sentido de lo observado, dando una explicación a las cosas observadas.
Superficie
Plano de la expresión
Conmutación Plano del contenido
Reconocimiento de unidades discretas que se ajustan al plano discursivo y por lo tanto pueden ser reemplazadas.
De acto sémico a acto de diseño La relación entre expresión y contenido, entre la experiencia de lo observado y la comprensión de sus fenómenos, permiten un juicio proyectual y la enunciación de un problema. Actos comunicativos
Actos técnico/sensorial
El diseñador parte de la enunciación de un problema a resolver, para lo cual organiza una o varias ideas que transforma
Las hipótesis elaboradas en un plan son representadas técnicamente por medios manuales, mecánicos o eléctricos. Así, un dibujo a mano alcanza, una infografía o una maqueta, se le presentan al diseñador como la manifestación significante de la idea o referente.
en “hipótesis”. Estas son
manifestadas a través del lenguaje verbal o escrito.
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LA SEMIÓTICA. 99 respuestas
Autores: MARTY, Claude y Marty, Robert. Edicial. Buenos Aires, 1995. 3
¿CUÁL ES EL OBJETO DE LA SEMIÓTICA? Aquí estamos en presencia del primer escollo; la noción de objeto construido se opone principalmente a la de objeto observable).
Para saber más: Para algunos el signo es, en principio, un objeto construido; para otros -nosotros entre ellos-, es, en principio, un objeto observable y otros sólo toman en cuenta sistemas de signos previamente establecidos; entre ellos, algunos se limitan a los sistemas intencionalmente construídos (códigos de ruta, etc.), mientras que otros extienden esas nociones a la investigación de los sistemas de significación implícitos en toda práctica social (los mitos, los ritos, las prácticas culturales...). Desde el punto de vista de la sociología de la ciencia, habremos comprendido que la semiótica, en cuanto disciplina, está en proceso de constitución. En efecto, la comunidad científica, en su conjunto, aún no ha logrado un acuerdo acerca de un objeto de conocimiento que permita unificar las problemáticas. Las concepciones que se oponen, algunas un poco obsoletas, son las siguientes: - una concepción limitada a los sistemas de signos instituidos en la práctica social y nolingüísticos: carteles de señalización (ruteros u otros), escudos, uniformes, etc. En todo caso, podría hablarse de signalética para calificar esta concepción, - la concepción que puede llamarse saussuro-hjelmsleviana , desarrollada principalmente en Europa y que, siguiendo a Saussure, considera que la lingüística es una parte de la semiología, "ciencia que estudia la vida de los signos en el seno de la vida social ". ". Extendiendo el modelo lingüístico a todos los sistemas de signos humanos, ésta podría calificarse como semiolinguística , aun cuando sus partidarios recusan este apelativo. Sin embargo, construye sus objetos sobre el "patrón" de los objetos de la lengua,
- la concepción peirceana, a la cual adherimos, que combina, en el estudio de los signos -abordado sin ningún a priori que priori que podría provenir de la importancia de los signos lingüísticos, una fenomenología y un análisis de los fenómenos de significación como la cooperación de tres instancias que implican al representante (el signo propiamente dicho), al representado (aquello de lo que el signo da cuenta) y a un intérprete genérico considerado como un muestrario representativo portador de los hábitos interpretativos de la comunidad a la que pertenece. En nuestro trabajo desarrollamos en especial esta concepción, - concepciones etnoculturales que ven en la cultura una combinación de sistemas "modelizadores" de lo real (Yuri Lotman, Escuela de Tartú), - finalmente, concepciones que tienden a abolir la separación entre ciencias humanas y ciencias naturales, a partir de una zoosemiótica y de una fitosemiótica, reagrupadas con la teoría de la información y las neurociencias, para constituir una especie de "perspectiva semiótica" (Círculo de Toronto). También conviene apuntar concepciones "regionales" del objeto de la semiótica limitadas a campos como el visual, las prácticas culturales y artísticas (danza, literatura, poesía, urbanismo y arquitectura, cine, teatro, circo, pintura, presentación de la persona, etc.) y los "discursos" de carácter social (jurídico, religioso, político, etc.). Aunque pretenden ser independientes, dada la especificidad de su objeto, éstos no dejan de vincularse, más o menos explícitamente, con alguna de las concepciones enunciadas anteriormente. Para ser claros, precisemos que nuestra concepción, explícitamente vinculada a la conceptualización peirceana, consiste en tomar como objetos de conocimiento las interpretaciones efectivamente realizadas por los actores sociales reales en circunstancias históricamente datadas. El fenómeno estudiado es el siguiente: un objeto presente en el campo de la experiencia de un individuo produce en la mente de este individuo la presencia de otro objeto ausente en dicho campo. Se trata de un observable particular al que nosotros llamamos fenómeno semiótico . 26
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¿QUÉ RELACIÓN HAY ENTRE SEMÁNTICA Y SEMIÓTICA?
¿QUÉ RELACIÓN HAY ENTRE PRAGMÁTICA Y SEMIÓTICA?
Al definir a la semántica como la " ciencia ciencia de las significaciones" significaciones" puede considerársela como la ciencia de aquello a lo que remiten los signos. Desde esta perspectiva constituye un momento de la semiótica. Evitaremos identificar semántica y semántica lingüística.
A la pragmática puede considerársela como el momento del análisis semiótico en el que se unen la sintáctica y la semántica.
Para saber más: En la conceptualización saussureana del signo, la significación es inherente al significante. La imagen harto conocida de la hoja de papel que tiene sobre una faz el significante y sobre la otra el significado, de manera que todo corte de uno implica un corte del otro, da cuenta adecuada de esta concepción biunívoca y vehicular de lo que representa: cortando los significantes en el ámbito fónico, cortaríamos al mismo tiempo los significados en el ámbito conceptual y, en consecuencia, estudiar la lengua sería estudiar simultáneamente las significaciones transmitidas por las palabras. En realidad, se trata de un solo gesto fundador que produciría sus efectos en dos niveles. Inmediatamente percibimos el tipo de dificultades que vamos a encontrar en esta perspectiva: los signos no lingüísticos que no se presenten como las palabras de la lengua y que no obedezcan a las mismas combinatorias quedarán, en principio, fuera del alcance de esta conceptualización y será grande la tentación de reconducirlos hacia los signos lingüísticos, de tal manera que aseguren una apariencia de universalidad de la metodología. L. Hjelmslev y sus continuadores han intentado escapar a la presión histórica del modelo lingüístico distinguiendo, en cierto modo, la cosa que representa y su significación y, consecuentemente, la relación que los une (ver pregunta 19). Desde la perspectiva peirceana –que, posteriormente, fue retomada con cierta degeneración fenomenológica por Ch. Morris – se distinguen tres momentos constitutivos de la semiótica: la sintáctica, que trata de aquello que representa, la semántica, que trata de aquello que está representado, y la pragmática, que extrae las reglas de uso que rigen, en cada contexto de interpretación, las confluencias de esos momentos. Puede pues asimilarse la semántica a un momento de la semiótica, tomando el término momento en momento en su acepción filosófica.
Para saber más: La pragmática confronta las significaciones elaboradas fuera de las realidades de las que surgen con esas mismas realidades que pretenden configurar, es decir, a las cuales dan sentido. Se expresa en forma de reglas o de hábitos interpretativos admitidos como verdaderos dentro de una comunidad, en un período históricamente datado. Constituye entonces el momento del análisis semiótico donde sintáctica y semántica se unen. C.S. Peirce inicia el pragmatismo como movimiento filosófico. Fue él quien formuló la máxima del pragmatismo: "Considerar "Considerar cuáles son los efectos prácticos que creemos que puede producir el objeto de nuestra concepción. La concepción de todos esos efectos es la concepción completa del objeto ". ". La significación de un signo es, pues, el efecto que el signo podría tener en cada circunstancia previsible. Podría decirse que la semiótica de Peirce es pragmática por construcción, mientras que en las semióticas saussurohjelmslevianas estamos forzados a aplicar las modalidades a las relaciones entre representante y representado, concebidas en su origen como un yaahí universalizado. Extendiendo el debate, vemos que la concepción peirceana de la semiótica es triádica (en el sentido en que la pragmática es el momento de " tres en uno", ver pregunta 40), mientras que las concepciones saussurohjelmslevianas son didácticas o binarias. Esto implica una gran dificultad para traducir de unas a otras las teorías semióticas elaboradas en las dos tradiciones. El acento puesto hoy en la pragmática lingüística debería permitir una revisión crítica de las concepciones diádicas en materia de signos y de sentido y hacer caso omiso de muchas dicotomías reductoras.
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¿CUÁLES SON LAS CARACTERÍSTICAS DEL SIGNO SAUSSUREANO? SAUSSUREANO? F. de Saussure define al signo como " una una entidad psíquica de dos caras, la imagen acústica y el concepto, dos elementos íntimamente ligados que se requieren mutuamente". mutuamente". La imagen acústica tomará el nombre del significante y el concepto el del significado. Esta unión es arbitraria, es decir, no está por ninguna razón natural o lógica.
Para saber más: La definición anterior no logra agotar la concepción saussureana del signo. Es conveniente entonces agregar la noción de "valor" que se desprende del hecho de que la lengua es, antes que nada, un sistema. En efecto, según de Saussure, "por un lado, el concepto se nos presenta como la contrapartida de la imagen auditiva en el interior del signo y, por el otro, ese mismo signo, es decir la relación que vincula a esos dos elementos, es también la contrapartida de los demás signos de la lengua ". ". El valor resulta entonces de la ubicación del signo en una red de relaciones de tipo binario. El significado de un signo sólo "se "se determina verdaderamente mediante el concurso de lo que existe fuera de él " o, más aún, "el "el valor de cualquier término está determinado por lo que lo rodea ". ". Todos los signos son, por tanto, solidarios y el valor de cada signo, su significado, constituye un punto de contacto con el conjunto del sistema de la lengua organizado en red de oposiciones: "en "en la lengua sólo hay diferencias "; "; "un " un sistema lingüístico es una serie de diferencias de sonidos combinados con una serie de diferencias de ideas; pero este enfrentamiento de un cierto número de signos acústicos con otros tantos recortes realizados en la masa del pensamiento engendra un sistema de valores; y este sistema constituye el vínculo efectivo entre los elementos fónicos y psíquicos en el interior de cada signo ". ". Este sistema de valores evoluciona en el tiempo (diacronía) bajo el efecto de una "fuerza "fuerza social " ya que la lengua, "parte "parte social del lenguaje (...), sólo existe en virtud de una especia de contrato concertado entre los miembros de la comunidad " y ese contrato necesariamente debe servir para expresar la evolución de las sociedades en todos los aspectos de la actividad humana a través del tiempo. Con respecto a las relaciones entre lengua y sociedad, simplemente habremos de observar que la conceptualización saussureana de los hechos de lengua se hace de manera absolutamente intrínseca; sólo hace intervenir a la sociedad desde afuera del
modelo con la forma de una fuerza que la modifica sin alterar sus características formales. Cabe preguntarse si esta elección metodológica no induce una importante distorsión. En efecto, siendo la dimensión social constitutiva de la lengua, puede pensarse a priori que priori que es necesario integrarla en toda tentativa formalizada de descripción. Desde este punto de vista la acción de una "fuerza" exterior aparece entonces como una recuperación, como un artefacto epistemológico. 19
¿CUAL FUE EL APORTE DE LOUIS HJELMSLEV? Como el signo saussureano,, el signo hjelmsleviano se funda sobre el binarismo: se trata de una unidad constituida por la forma del contenido y una forma de la expresión, unidad establecida por la solidaridad llamada función semiótica. Substancia del contenido (pensamiento) y substancia de la expresión (cadena fónica) dependen exclusivamente de la forma y no tienen existencia independiente: la función semiótica instituye una forma en cada uno de sus dos functivos (el contenido y la expresión).
Para saber más: En definitiva para Hjelmslev la lengua es una red de funciones semióticas. En cada función semiótica se asocian dos functivos que son los dos argumentos que la función relaciona, a saber: la forma del contenido y la forma de la expresión. Estas dos formas sólo existen en virtud de la función semiótica y, siguiendo la imagen de Hjelmslev, toman a "la "la substancia en su trama ". ". Dentro de esta perspectiva, la fonología, clásicamente definida como estudio de las unidades distintivas de la expresión fónica (los fonemas) determinadas por sus funciones en la lengua, constituye el estudio de las formas de la expresión, mientras que la fonética que las estudia en sí misma (desde la producción de los sonidos por el aparato de la fonación hasta su percepción por el aparato auditivo) constituye el estudio de la substancia de la expresión. El postulado del paralelismo (más precisamente del homomorfismo) entre el plano de la expresión y el plano del contenido abre las puertas a una semántica (comúnmente llamada estructural) mediante la simple transferencia de las distinciones (o distancias diferenciales) constatadas en el plano de la expresión a las distinciones en el plano del 28
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contenido. En otras palabras, la forma extraída del plano de la expresión (en el que se dispone de procedimientos "objetivos") se remite al plano del contenido (que no es accesible a la observación) y ésta es precisamente la relación que expresa la noción de función semiótica. De esta forma la materialidad del significante sirve de garante a un enfoque del significado que se pretende positivo y objetivo. Las observaciones que hicimos acerca del signo saussureano, con respecto a su relación con la dimensión social del lenguaje, subsisten a pesar de la extensión conceptual realizada por el modelo hjelmsleviano. ¿Cuál es la génesis y la evolución de las funciones semióticas? ¿Por qué medios y sobre qué puntos de apoyo las modela esa fuerza social de la que habla Saussure? Estas son preguntas que se debaten en un campo creado a ese efecto (la sociosemiótica) en el que se hacen esfuerzos por detectar correlaciones entre estructuras lingüísticas y estructuras sociales. La existencia misma de tal campo y de tal problemática sólo traduce quizás una cierta incapacidad de la conceptualización original para dar cuenta de las prácticas lingüísticas corrientemente observadas. 20
¿CUAL ES EL APORTE DE A.J. GREIMAS GREIM AS Y DE LA ESCUELA DE PARIS? P ARIS? A.J. Greimas y la Escuela de París realizaron una síntesis coherente de aportes muy diferentes pero todos fundados en el binarismo en lingüística, sociología y etnología. Su método es una referencia obligada para todo lo concerniente a los textos narrativos. Sin embargo puede suscitar reservas en cuanto a su validez para otros tipos de textos y dudas en cuanto a todo lo que hace a los fenómenos semióticos no- lingüísticos.
Para saber más: El proyecto greimasiano da cuenta de varias dinámicas convergentes y homogéneas hacia una teoría de la significación centrada en un enfoque lingüístico:
como pares opuestos (lengua/habla, significante/significado, sistema/proceso), así como la idea fundamental según la cual todo sistema de significación es de naturaleza relacional; - la sociología de Lévi-Strauss8, heredera de las lecciones metodológicas y epistemológicas de la Escuela de Praga (Trubetzkoy9, Jakobson10), y la semiología social iconoclasta de Barthes le dan la posibilidad de teorizar en términos binarios la homología entre la lengua y los campos socioculturales, haciendo aparecer éstos últimos a la manera de la fonología, mediante modelos lógicos boolianos (relaciones de clase complementarias); - encuentra en la teoría del cuento de Propp11 invariantes estructurales que le permiten que la teoría del lenguaje y la teoría del relato colaboren mutuamente. El proyecto greimassiano es absolutamente original e irreductible a la suma de esas influencias. Es un proyecto fundador, puesto que se propone construir una teoría de la significación sobre la base de una configuración de rasgos lo más simples posibles (el cuadrado semiótico, ver pregunta 30) 30) en una óptica generativa. Mediante sucesivas expansiones, este modelo "constitucional" debe permitir dar cuenta, mediante una serie limitada de conversiones de niveles, de la manifestación de todos los discursos en un sistema de signos cualquiera. En cada instancia, la idea directriz común a todo el estructuralismo es que sólo la forma de las relaciones puede generar una descripción científica. Tal parece ser el proyecto, que aún no ha terminado; por el contrario, si bien mostró su valor crítico en la narratología, encontró serias limitaciones, especialmente en las semióticas no lingüísticas que se resisten a su conversión en relato tras haber resistido a su conversión en lenguaje, bajo la férula de los semiolingüistas. Cabe agregar que su coherencia y el rigor del propósito de conjunto de este proyecto lo convierten en referencia obligada para todo enfoque científico de la narratividad (cf. (cf. A.J. Greimas 1976).
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- en primer lugar, toma los conceptos de Saussure6 y de Hjelmslev7, a los que hace actuar 6
Nota de LP2: Ferdinand de Saussure (Suizo, 1857-1913), padre de la lingüística del siglo XX. 7 Nota de LP2: Louis Hjelmslev (Danés, 1899-1965), maestro del Círculo Lingüístico de Copenhague.
Nota de LP2:Lévi-Strauss (Belga, 1908-2009), fundador de la antropología estructural. 9 Nota de LP2: Nikolái Sergéyevich Trubetskói (Ruso, 1890-1938), padre de la fonología estructural. 10 Nota de LP2:Roman Jakobson (Ruso, 1896-1982), lingüista, fonólogo y teórico de la literatura rusa. 11 Nota de LP2: Vladimir Propp (Ruso, 1895-1970), encontró estructuras constantes en los cuentos populares. Influyó a LéviStrauss y a Barthes.
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¿CUALES SON LAS CARACTERISTICAS DEL SIGNO PEIRCEANO?
Figura 11
El signo peirceano es un signo general, triádico y pragmático. pragmático.
Para saber más: En los manuscritos de Peirce hemos podido encontrar al menos setenta y seis textos más o menos definitorios del signo, que pueden reagruparse en dos conceptualizaciones sucesivas, la segunda de las cuales incluye a la primera. Las características esenciales son las siguientes: - todo signo es triádico, es decir que requiere la cooperación de tres instancias que son el signo S (lo que representa), el objeto O (lo que se representa) y el interpretante I que produce la relación entre ambos; - esta cooperación se obtiene mediante el juego de dos determinaciones det erminaciones sucesivas del signo s igno S por el objeto O y del interpretante I por el signo S, de manera que I esté determinado por O a través de S. Esto puede resumirse en el siguiente esquema: Figura 10
Combinando esas definiciones con la fenomenología peirceana podremos dar una explicación formal de la definición de Peirce, según la cual un signo es "un "un medium para la comunicación de una forma ". ". 39
¿QUE ES UN INTERPRETANTE? El interpretante es a la vez una norma social o un hábito colectivo ya-instalado y la determinación aquí y ahora de una mente que interiorice esta norma. En la primera concepción, vincula el signo a su objeto de manera abstracta, instituída; en la segunda, lo hace de manera concreta, aquí y ahora, en acto; la tríada queda constituída a partir del momento en que aparece esta última como una particularidad de la primera. primera.
Para saber más:
donde las flechas representan determinaciones y el signo e I.
una relación triádica que vincula S, O
- además observamos que, ya que I está determinado por O, se transforma en cierto modo en un signo de O por la misma razón que S. Es factible entonces determinar un nuevo interpretante y así sucesivamente. Entramos entonces, inevitablemente, en un proceso de interpretación indefinido (en el estado actual de la conceptualización) que puede representarse mediante este otro esquema:
La noción de interpretante es, entonces, la expresión de una relación dialéctica entre el mundo real, un ya-ahí codificado mediante relaciones institucionales, interiorizado por los individuos (a través de la inculcación pedagógica que ejerce la sociedad "instructora") y esos mismos individuos que las actualizan en sus determinaciones concretas. Esta es la razón por la que el interpretante debe diferenciarse rigurosamente del intérprete. Este último es un individuo singular que, en cierta medida, es el soporte de esta dialéctica. Como ser social es portador de los valores dominantes de la sociedad y, en particular, de las significaciones colectivamente acordadas a las cosas, puesto que está obligado a utilizarlos, aunque más no sea en sus comunicaciones cotidianas. Como individuo particular, al tener su psicología y sus propios modos de reacción, reacciona de manera específica a los estímulos que determinan sus estados de consciencia, en la que lo social y lo psicológico se encuentran sintetizados, ("interfaseados"), fundidos. 30
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Esta fusión es el fundamento mismo de la tríada constitutiva del fenómeno semiótico (ver pregunta 38). 38). Queda claro, por otra parte, que en el momento de su determinación particular en la mente de un intérprete, la norma social no siempre se reproduce con exactitud, ya que intervienen otras determinaciones. El cambio social modifica especialmente el modo de reacción de los individuos y la inculcación pedagógica no se produce de manera homogénea en el cuerpo social. Estos factores de erosión producen, por acumulación, cambios en las normas y en los hábitos colectivos. Puede constatárselos en todos los dominios. En la lengua, por ejemplo, con la desaparición de los arcaísmos y la aparición de neologismos. Numerosos signos se modifican o surgen bajo el efecto del cambio de las relaciones sociales y de los cambios tecnológicos. Tener teléfono era un signo
de distinción social hace veinticinco años; poseer un automóvil con un sistema de antibloqueo de frenos o, mejor aún, de antideslizamiento de las ruedas motrices es un signo de búsqueda de seguridad (y también de buena posición económica), etc. Gracias a esta concepción del interpretante, una de las ventajas del signo peirceano es poder seguir la dinámica social, y esto se produce mediante la construcción. La concepción significantesignificado no puede dar cuenta de ello si no es haciéndo intervenir, como lo proponía de Saussure respecto de la lengua, una misteriosa fuerza social que modificaría esa relación desde afuera.
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La danza de los signos. Nociones de semiótica general. ZECCHETTO, Victorino. Abya-Yala. Quito, 2002.
Capítulo 1.- ¿Qué es la semiótica? Apartado 4.- La división de la semiótica en tres ramas.
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Seis semiólogos en busca del lector.
Saussure / Peirce / Barthes / Greimas / Eco / Verón
ZECCHETTO, Victorino (coord.) y otros. Ediciones Ciccus y La Crujía. Buenos Aires, 1999.
Capítulo GREIMAS. Apartado 2. ¿Qué es el sentido? Selección
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LA SEMIÓTICA. 99 respuestas
Autores: MARTY, Claude y Marty, Robert. Edicial. Buenos Aires, 1995. 29
¿QUE ES EL CUADRADO SEMIOTICO?
los dos recorridos simétricos, como vemos a continuación: Figura 4
Es la base teórica sobre la que se edifica la semiótica greimassiana que lo plantea a nivel de estructura elemental de la significación. Se funda en las operaciones más simples de la mente que son la negación y la aserción, gracias a las cuales se formaliza la relación de presuposición recíproca (copresencia) que los términos primitivos de una misma categoría semántica mantienen. Es el modelo constitucional de esta teoría. teoría.
Para saber más: En principio, se toman intuitivamente dos términos, S1 y S2, S2, como pertenecientes a una misma categoría semántica (por ejemplo, S1=masculino S1=masculino y S2=femenino S2=femenino para la categoría del género). De acuerdo con la actitud estructuralista más rigurosa, la relación entre estos dos términos no podría ser el resultado de lo que son substancialmente, sino de la o las relaciones que contraen y que conviene definir. Esta relación debe constituirse entonces como relación de presuposición recíproca mediante vías lógicosemánticas (masculino sólo tiene sentido en relación con femenino y recíprocamente). Para ello se procede así: - partiendo de S1, S1, supuesto dado, se produce por negación su contradictorio no-S1 (no masculino en el ejemplo), que es un término que no puede coexistir con S1. S1. Seguidamente se asevera no-S1, no-S1, actualizando así una relación de implicación que produce un nuevo término S2 (femenino), que mantiene con S1 la relación de contrariedad; de S2: S2:
Primer recorrido Cuadrado semiótico donde
Segundo recorrido
es una relación de contradicción,
es una relación de contrariedad y una relación de complementariedad. los contrarios los subcontrarios esquema positivo
es el eje de es el eje de es
el
el esquema negativo
- se procede de la misma manera partiendo
S2=femenino, S2=femenino, S1=masculino; S1=masculino;
la deixis positiva no-S2=no no-S2=no
femenino,
- decimos entonces que los términos S1 y S2 constituyen una categoría semántica, es decir una relación de la estructura elemental de la significación representada por el cuadrado semiótico que reúne
la deixis negativa En la teoría greimassiana se considera que "este esquema binario, extremadamente poderoso, permite indexar todas las relaciones diferenciales que discriminan todo efecto de sentido " (A. Hénault, 37
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1983) y se lo califica como "esquema "esquema constitucional " para indicar que su proliferación permitiría escribir las significaciones más complejas. El diálogo entre M. Jourdain y el Maestro de Filosofía nos proporciona una ilustración del cuadrado semiótico. Cuando M. Jourdain formula la pregunta: "¿Sólo existen la prosa o los versos?", el Maestro de Filosofía le responde: "Todo lo que no es prosa es verso; y todo lo que no es verso es prosa". Al decir esto, constituye el par verso-prosa en categoría de la expresión, pues verifica la pertinencia de los dos recorridos constitutivos del cuadrado semiótico. ¡Justifica ¡Justifica así, a nivel lógico-semántico, la intuición de M. Jourdain!
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¿QUE ES EL RECORRIDO GENERATIVO? Es el conjunto de las conversaciones sucesivas que, partiendo de la estructura elemental profunda asumida por el cuadrado semiótico (simple, abstracto) desemboca en la textualización (compleja, concreta) que precede a la manifestación en una lengua natural o una semiótica no verbal. Este proceso no deja de ser sintáctico-semántico, es decir que se desarrolla paralelamente en el plano de la expresión (sintaxis) y del contenido (semántica). (semántica).
Conviene señalar que las estructuras textuales aún no constituyen las estructuras lingüísticas de superficie. Las preceden y pueden servirles de nivel profundo en la perspectiva de una gramática generativa Este proceso puede compararse fehacientemente (A. Hénault) en el desarrollo de un embrión que no modifica la información inicial contenida en el núcleo original ilustrado por el cuadrado semiótico, sino que se complejiza reiterando su estructura. En su desarrollo sigue siendo sintáctico-semántico y, en esto, sigue siendo fiel a las concepciones semióticas de Hjelmslev: el ascenso no deja de asociar expresiones y contenidos como functivos de funciones semióticas que van complejizándose (Greimas y Courtés, 1980). El siguiente cuadro muestra los componentes del recorrido generativo que se describirán brevemente en las próximas preguntas: Cuadro 1
RECORRIDO GENERATIVO Estructuras semionarrativas
En este ascenso desde el nivel profundo (el modelo "constitucional" del cuadrado semiótico) la teoría greimassiana distingue tres campos autónomos:
nivel profundo
sintaxis fundamental sintaxis nivel de narrativa de superficie superficie SINTAXIS DISCURSIVA Discursivización:
FIN
Para saber más:
Componente sintáctica
INICIO
Estructuras discursivas
actoralización temporalización espacialización
Componente semántica semántica fundamental semántica narrativa SEMÁNTICA DISCURSIVA Tematización Figurativización
----------------------------------- TEXTUALIZACIÓN -------------------------------------------------------------------- MANIFESTACIÓN -----------------------------------
- las estructuras semio-narrativas profundas y de superficie; - las estructuras discursivas - las estructuras textuales Las dos primeras están superpuestas en el sentido de que las estructuras discursivas se obtienen mediante conversión de las estructuras semio-narrativas. Por el contrario, la tercera puede intervenir en todo momento del recorrido generativo, ya que inclusive las estructuras lógico- semánticas más abstractas pueden textualizarse (por ejemplo, en un lenguaje formalizado). 38
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¿A QUE SE LLAMA ESTRUCTURAS SEMIO-NARRATIVAS SEMIO-NARRATIVAS PROFUNDAS? Las estructuras narrativas se forman mediante la unión de dos componentes: sintaxis fundamental y semántica fundamental. Las operaciones sintácticas fundamentales son la negación y la aserción que determinan espacios vacíos (puestos o indicadores-de-lugar en los ángulos del cuadrado). La semántica fundamental resulta del funcionamiento semantizado de esas mismas operaciones dando a los puestos ocupados un sentido concreto particular. particular.
serenidad (no-A (no-A), ), lo que hace surgir la aserción de la desesperación (B (B); a la inversa, la negación de la desesperación (B (B) hace sugerir la aserción de no-B que es precisamente A. La estructura semionarrativa del cuento se vería reflejada en el cuadro que continúa: Figura 5
Para saber más: El cuadrado semiótico, como modelo constitucional, sólo ofrece términos que, en cada estudio particular, deben tratar de hacer posible su aplicación (su "puesta "puesta en movimiento ", ", según las palabras de A. Hénault). Los contenidos asumidos por los ángulos del cuadrado pueden obtenerse mediante operaciones sintácticas reales (negación y luego aserción de los contenidos planteados). En cierta medida, se trata de hacer funcionar el cuadrado formal sobre contenidos concretos y particulares. A. Hénault (1983) da como ejemplo el estudio de un cuento francés llamado "L' "L' amour des trois oranges ", ", para el que propone la siguiente estructura semio-narrativa: partiendo de la serenidad (A) del príncipe, tal como está planteada en el inicio del cuento, se produce mediante su negación la no-
De esta manera se constituye la categoría semántica Serenidad/Desesperación, que este análisis ubica en lo más profundo del texto que aparece ahora como la descripción de la serenidad reencontrada del príncipe después de una incursión en la desesperación (A. Hénault observa que no se trata de la misma serenidad, lo que no deja de presentar un problema). En este ejemplo vemos claramente cómo operaciones puramente formales (sintácticas) que se refieren al término planteado (serenidad) producen una categoría semántica (Serenidad/Desesperación) que debe sostener el sentido profundo de todo el cuento.
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