En esla anlolo^ia se recoj>en a)gunos lexlos elasitos y ahundante material inedito en espaFiol sobie la ciencia l'iecion, un <>enero que puede pensarse en relacion con las tradicioues lileruiias de represeiitaeioii o respecto de la culUira iiidiistria! (pie lesirve desoporte. Kn el inlerior que c<>nstiUiye eI fjenero (pero lainbien en sus hi>rdcs) se leerian ciertas afirmaeiones sobre la sul>jelividad, la i(len(idad de los bombres y la relaeion entre lecnica y euerpo, ires problemas que al'eclarian a las sociedades y las ciilturas conleinpoianeas en (<>dos los niveles de analisis. Porotro lado la ina(ri/. (fornial, tematka) del j>encn> se recodifica periodicamente en relaci6n eoii inlerroyanles p r o p i a m e n l e p o l i t i c o s que hacen a la circulaci(')ii de diseiirsos y saberes y a la distril)iici6n de derechos y ob)i^aciones en las suciedades deniocralicas. Ks en esle sen(idt> (y no en el meramenle ^eneiieo) que resulla perlinente eonl'rontar los rasgos del genero con los rasj>os de la u(opia..
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Colecci6n: "Cuadernillos de Generos" Dirigida por Daniel Link
Walter Benjamin imaginaba una obra totaI: setfa una obra puramente armada sobre la base de fragmentos: la "Obra de los pasajes", llamaba Benjamin a esa utopia. Michel Foucault, muchos anos despu6s, querfa hablar como si no empezara a habIar, como si su voz se enganchara, simplemente, con voces anteriores No hablar: ser hablado por las voces, fragmentarias, de los otros Esta colecci6n pretende reivindicar esas dos perspectivas. Los "Cuadernillos de Generos" no son meras antologfas. Son un trabajo de fragmentaci6n y tramado de esas otras voces. La obra de los pasajes o que importa qui6n habla. Pero adem&s esta colecci6n tiene otras obsesiones: el libro es una de elIas EI libro como herramienta, como objeto, como espacio No habrd, no hay, cultura sin libros. No hay, no habi4, aprendizajes sin libros El aprendizaje, el conocimiento son otras obsesiones que recoiren los "Cuadernillos de G6neros". Para qud leer, si no es, en ultima instancia, para seguir leyendo. Pasajes, fragmentos, ser hablados por los otros, el conocimiento y los libros. Todo eso son los "Cuadernillos de Generos", cuyas mayores aspiraciones son situar, contextualizar determinados problemas ligados con la producci6n cultura! de nuestro siglo y btindar, al mismo tiempo, panoramas (necesariamente incompletos) de las principales posiciones sobre esos problemas Cada recopiIaci6n plantea una serie de hip6tesis perceptibles tanto en la introducci6n como en eI montaje mismo de los textos. Se ha respetado la integridad del fragmento Todos los textos deben ser considerados como adaptaciones porque no "representan", si tal cosa fuera posible, la obra del autoi de que se trate Sin embargo, nunca nadie aparece diciendo aquello que no dijo Los "Cuadernillos de Generos" aspiran a que cualquiera y todo el mundo desee leer mas alld de las citas aqui recopiladas. Pasajes, fragmentos, ser hablado por los otros, el conocimiento y los libros S61o eso son los "Cuadernillos de Generos".
colecci6n cuadernillosde generos
K8ffOEfl u t o p i a y c i e nc i a f i c c i 6n DANIEL LINK COMPILADOR
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Todos los artfculos que superan las 1000 palabras y han sido publicados previamente se iepioducen con la autorizaci6n de los editores y/o autores
@ La Marca Virrey Olaguer y Feliu 3059 6 - Buenos Aires Queda hecho el dep6sito que dispone la Ley 11.723
Impreso en Argentina Printed in Argentina ISBN 950-889004-5
Pr61ogo
^De qu6 hablamos cuando hablamos de ciencia ficcidn? Como en ningtin otro g6nero, en la definici6n de la literatura de ciencia ficci6n los rasgos formales se suboidinan a ciertos aspectos institucionales que muchas vecesimpiden ver las caracteristicas de la ciencia ficci6n. Todo tratado sobre el g6neio comienza con una discusi6n sobre la pertinencia del r6tulo que a ciertos textos se asigna: ^deberiamos habIar deflcci6n especulativa o de ficci6n cientlfica o de ciencia flcci6nl Ese titubeo es correlativo con la indecisi6n a la hora de proponer periodizaciones, a menudo fantasticas, para el g6nero (y esta es siempre la segunda discusi6n) Esas discusiones son poco interesante, salvo que alli se lea una discusi6n sobre el modo de apaiecer de una literatura: ^,es previa a la categona que la designa? ^,es simultanea (poi no decir posterioi) al nombre que la identifica? Cada soluci6n implicaposiciones filos6ficas bien distintas (realismo, nominalismo) y, sdbre todo, conclusiones muy diferentes sobre el g6neio. Aquf diremos que la aparici6n de una literatura de ciencia ficci6n es correlativa de la proposici6n del t6rmino <
> comb nombrede un conjunto de textos Una afirmacidn semejante encuentra sus fundamentos en las condiciones de producci6n de la literatura contempoianea (condiciones de mercado y condiciones de tecnica). Asi: el texto no precede al g6nero, aunque tampoco proceda de 6l. Como ha seiialado Derrida, todo texto participa de un/os g6nero/s, sobre todo cuando los generos participan, a su vez, en la organizaci6n de la estructuta de la industria cultuial Existe, porejemplo, ciertaliteratuiaqueintegraelmainstreamliterario: es lo que antes constitufa la <> y que a veces suele designarse como literaryfiction En oposici6n a estacategoria (puramente empirica, circunstancial y, si se quiere, publicitaria) se encuentran los ejemplaies decategoryfiction, que van desde el g6tico hastala novela sentimental En este sentido, la ciencia ficci6n seria el ejemplo mas brutal del category system en la medida en que impone a cieitos textos determinados piocesos de lectura, tanto en el orden de lo textual como de lo paratextual, y ciertas condiciones de producci6n y circulaci6n.
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Hay dos momentos fuertes de ideologizaci6n de Ia <> en Ia historia del genero. En piimer lugar, cuando John Campbell, haciaflnes del '30, codifica la norma de la ciencia ficci6n (el texto tipico)' y, en segundo lugar, cuando Ios nairadores de la new wave recodifican el g6nero para definir una alcance nuevo para la ciencia ficci6n pero, sobre todo, un nuevo lugar para los escritores del g6nero.* De modo que habn'a que considerar una doble dimensi6n del g>, y un subg6ncToliteraryquc participa de las opciones delmainstream literario y se complica en otras relaciones geneticas (lasatira, la utopfa,la literatura fantistica). Para resolver este problema, algunos te6iicos han propuesto pensar una ciencia ficci6n (category) dentro de otra (literary), que prefieren denominar <>. La soluci6n es falsaporque en ella se mezcIan criterios de orden estetico (que un texto seaconsideradocate#oryo Uterary s61o responde a un ciiterio estetico, fundado en alguna sociologfa del gusto) con criterios de orden te6rico (la continuidad y/o interseccidn de la ciencia flcci6n con la s&tira, la fantistica y la utopfa es una definici6n te6rica). Lo cierto es que hoy hay una literatura producida serialmente de acuerdo con los cdnones y modelos de la industria cultural y ese es el contexto de producci6n de toda la literatura, que opta por inscribirse en ese sistema o por rechazar (de un modo o de otro) ese sistema. En ese contexto (que aceptaria sin dudas una buena descripci6n sociol6gica) hay una literatura producida en relaci6n con un modelo de percepci6n, eso que se llama g6nero, y que, mds especificamente, responde a los marcos perceptivos de la ciencia ficci6n. Nada de juicios esteticos, por lo tanto. El genero es una condici6n de ptoduccion de la literatura y no se evalua, como no se evalua un estado de lengua o una tradici6n nacional. Quienes senaIan la banaIidad de la ciencia ficci6n parecen olvidarse de que toda la cultura es, hoy, banal y que el problema, fllosdfico y poIitico, deI siglo es c6mo convivir con la banalidad. Pero la ciencia ficci6n no es banaI sino pueril. Dominada siempre por la necesidad de sorprender (efectos especiales), la ciencia ficci6n parece querer decirnos que ya nadie puede leer (o mirar una pelfcula) fuera de los regfmenes 'Sam Lundwall (1 6 '7..)y StanislavLem (1.6..8..)demuestranelcardcteiideol6gicodeesa normalizaci6n 2 La posici6n de Disch (1..3..) es ejemplar en este sentido
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petceptivos que impone la novedad mas absoluta o que ya nadie tiene la capacidad de concentraci6n o la fuerza intelectual para leer una novela o mirar una pelicula: la ciencia ficci6npueriliza al lectoi: lo vuelvepwer'. En el caso de la ciencia ficci6n, esepueres var6n. La ciencia flcci6n potencia eljuego infantil de Io inexistente y supone, en este punto, la suspensi6n voluntaria y consciente de un posible Esta 16gica del juego, se ha dicho, seria especifica del juego masculino: Ios lectores de ciencia ficci6n, en efecto, son masivamente varones. McLuhan y Viriliofl.l. y 1.6.10., respectivamente) haninsistido, precisamente, en el investimiento libidinal de la mdquina: si la maquina conecta libidinalmente con el hombre (como ser sexuado), entonces est4 en el lugar de la mujer (estamos, pues, ante Xzanalidad de la tecnica, ante el <>) En este sentido, el g6nero ciencia ficci6n es importante porque delimita el campo dejuego. Puerilizar al lector significa llevailo a un estado de presexualidad, un estado necesario para que el juego (con la tecnica, con la maquina) pueda darse * La ciencia ficci6n tiene un privilegio (ningun analista deI relato podr& dejar de reconocerlo) que comparte con muy poc6s otros g6neros: puede definirse limpia y definitivamente a partii de una serie de rasgos formales y tematicos que Ia aislan de (y a la vez la relacionan con) otros conjuntos mds o menos parecidos Como genero, la ciencia ficci6n es nn reIato dei futuro puesto en pasado* (a difeiencia de la utopfa, que habla del futuro pero en ' No es un caso aislado: la cultuia de hoy pueriliza a los consumidores: brillos, neones, recorridosrigidamentetrazados Los hombres y mujeres de hoy somos niiios frente a la indu'stria de la cuItura que, en bloque, no sen'a sino un dispositivo puerilizador. Ese dispositivo, inversamente, piensa a los niiios como adultosfyalo senal6 Baithes) devolviendo, cada vez, una imagen deI otro que es Ia misma La televisi6n, por ejemplo, abunda en tramas (consumidas por adultos) que iesponden a la 16gica del cuento infantil. * Esta definici6n, que funciona de modo liteial respecto de la liteiatura de ciencia ficci6n, tambien puede apIicaise (cieiio que menos estrictamente) al cine de ciencia ficci6n En las peliculas deI g6nero, cuyo tema es tambi6n el futuro (poi definici6n, pero tambi6n por meio inventaiio) Xd&formas delreUtio conesponden a un pasado en relaci6n con ese futuioA/iera (1979), pongamos poicaso, es unapeIfcuIafuturista,sa/w en loqueserefiere alas formas en que esa histoiia es contada, que remiten a los modelos del relato clasico, codificado por el cine de los anos cuarenta El punto de vista narrativo, por lo tanto, corresponde al pasado, con lo que se rcproduce la misma distancia que aquf hipotetizamos en relaci6n con la literatura de ciencia ficci6n Las dos unicos ejemplos en los cuaIes (podria decirse) hay un punto de vista que tiene que vcr'con el futuio son Metr6polis (1926) y AlphaviUe (1966),
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presente, y de la futurologia o el discurso prof6tico, que ponen el futuro en futuro)' Esta definici6n es precisa, econ6mica yreversible: todo lo que la ciencia ficci6n tematiza debe ser pensado en relaci6n con alguna forma de futuro: las realidades altemativas, aun cuando se postulen a partir de (en contra de) un pasado <>, son reenvios hacia un futuro, un futuro (del pasado) alternativo. Algunos investigadores ff)aiko Suvin, poi ejemplo) han intentado resolver el paientesco estrecho entre la ciencia ficci6n y la utopia postulando que la segunda no seiia sino la vaiiedad sociopolftica de la ciencia ficci6n, postulaci6n mediante la que se anticipa,de paso, la emergencia del genero. Pero esta soluci6n, aibitraria y c6moda, puede leerse en sentido contraiio. Asf, la ciencia ficci6n (hist6ricamente posterior a la utopia) no sena sino la despolitizaci6n (la estetizaci6n, si se prefiere) de la utopia*. Esa despolitizaci6n y esaestetizaci6n son las que fundamentan el pasaje del presente discursivo de lautopfa(hegem6nico en Moro y Campanella, inestable en Bacon) aI pasado discuisivo de la ciencia ficci6n Si hemos de^reerle a los narratol6gos, las formas de pasado que funcionan como soporte del relato establecen una distancia de presunta objetivaci6n entre la materia narrada y el sujeto de enunciaci6n, distancia que a su vez fundamenta el desdoblamiento del sujeto de enunciaci6n. Lo cierto es excepcionales precisamente porque marcan, respectivamente, el momento previo a la constituci6n del Modelo de Representaci6n Listitucional y el momento de iuptura de ese mismo modelo El complicado trabajo de enunciaci6n de la ciencia ficci6n, por el contrario, se detiene siempre dentro de los lfmites del MR.I. *Pablo Capanna, muy tempranamente, y Umberto Eco, hace muy poco, intentaron explicar el g6nerp a partir de postuIados 16gicos. Se tratana, en la peispectiva de Capanna, de un tipo de naiiaci6n que nace a partii de enunciados conbafacticos (algo que, poiotio lado, el propio Wells habfa maicado). La intervenci6n de Eco, mis minuciosa que la de Capanna, no hace sino refoizat la endeblez de ese modelo que, en efecto, bien puede ser una descripci6n de toda literatura no mim6tica, en piincipio, o de todos los textos (si descaitamos la presunci6n <> de la literatura). *Otros te6iicos ONorthop Fry, Raymond Williams) han insistido en la cienciaficci6ncomo tecnologizaci6n de la utopia Q>artiendo, naruialmente, del modelo baconiano).. Discutiremos, m3s-,abajo y en otro contexto, la reIaci6n de la ciencia ficci6n con el discurso cientfficotecnol6gico En todo caso, esta hip6tesis es coherente con lo que venimos diciendo, sobre todo si consideramos los aspectos formales (antes que los temSticos) del g6nero: el futuro puesto en pasado supone la tecnificaci6n del relato, con pioblemas especfficos para la cohesi6n y la coherenciaficcionalen los que no nos detendremos aquf, pero afectan centralmente al g6nero La construcci6n de lavoz narrativa y el parte de informaci6n: serfan los dos puntos ciegos e la ciencia ficci6n y las razones que explican la endeblez de sus tramas (en relaci6n con esto, ver las obseivaciones de Foucault a la obra de Veme).
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que (a diferencia de la utopfa) la ciencia ficci6n es un relato del futuro puesto en pasado, y la distancia entxe ese futuro y ese pasado debe leerse como autonomizaci6n, estetizaci6n y despolitizaci6n. E1 otro conjunto de textos en relaci6n con el cual suelen plantearse los pioblemas de especificidad de la ciencia ficci6n es el que participa de las caracteristicas de la literatura fantdstica: aIK, se sabe, suceden acontecimientos, se desciiben personajes y se manejan hip6tesis parecidos, en todos los casos, a los acontecimientos, personajes e hip6tesis de la ciencia ficci6n Es cieito, ademas, que la fantastica est& puesta, en tanto que relato, en pasado, y que el tiempo representado en esos relatos muchas veces es ambiguo. Y es cierto, tambien, que la fant3stica es otro de los contextos geneticos del g6nero. La soluci6n mds clasica en relaci6n con estos pioblemas es celebre y ha sido tomada muchas veces como rasgo distintivo de la ciencia ficci6n y de su mfmesis caracteiistica: habria unagarant(a cientifica, exteina al genero (y, aun,atoda la literatura), a partir de la cual funcionan los mecanismos de verosimilizaci6n especfficos de la ciencia ficci6n,, A diferencia de la fantistica, se ha dicho, la literatura de ciencia ficci6n plantea tramas, acontecimientos y personajes mds o menos compatibles con algun tipo de desarrollo cientffico-tecnol6gico. Muchos comentadoies del genero (Michel Butor, Martin Gardner, Yuli Kagarlitski en el apaitado (2.6.) han discutido el valor de esta garantfa piecisamente poique, siendo especffica del genero, es la que lo vuelve m&s endeble que cualquier otro tipo de ficci6n. En efecto, la garantiacientifica supone un tipo de validaci6n epistemol6gica desconocida, antes del g6nero, en la historia de la literatura?. Someter el universo repiesentado por la ficci6n a otras leyes que su propia coherencia interna, a leyes propiamente cientificas, no hace sino exaspe' NatuiaImente, ha habido momentos de la historia literaiia que piopusieron una validaci6n semejante: se trata del reaIismo y de la psicologfa que, en alguna de sus formas, veniaalegitimarpersonajidades del relato, complicados acontecimientoseideas inconcebibles: a partir de los abismos del alma o del deseo, se postulaba, todo era posible. Tal vez por eso (por el hasU'o de Ia psicologia y del realismo) algunos escritores como Borges y Bioy Casares manifestaron un entusiasmo precursor por ciertos rasgos de la ciencia ficci6n, entre los que hay que destacar su iadical antipsicologismo. Los detractores del g6nero han leido este antipsicologismo como una cierta falta de densidad de los personajes, quienes aparecerfan como meras figuras, caprichosas pero mas o menos estables: el h6roe sin contiadicciones (rasgo previo a la constituci6n de la novela modema), el cientffico loco o perverso, el extraterrestre sin sentimientos, Ia maquina amenazadora. Es veidad, la ciencia ficci6n postula un tipo de personaje que debe ser leido como una pura superficie y que tiene una relaci6n de absoluta subordinaci6n respecto de lal6gica narrativa del g6nero Pero es esa falta de densidad la que algunos comentadores han leido, en la ciencia ficci6n reciente, como una idelogfa antihumanitarista y, aun, antihumana
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rar la discusidn (ciertamente banal) sobre la participaci6n o no del g6nero en el universo de la literatura y de la estetica Pero adem6s, asf, la ciencia ficci6n tiene un caracter tan evanescente como la literatura fantistica (tal como Todorov la imagina, al menos"), y pierde su propia especificidad Un solo descubrimiento cientifico, un solo desanollo tecnol6gico, pueden desmoronar un relato, o una novela, o unaobra. Sometida a laextrana ldgicadel progreso, laficci6n cientifica envejece. Sucedio" con Verne, sucedi6 con Edgar Rice Burroughs, sucedi6 incluso con Bradbury. jCulntos mas viejos e inverosimiles resultan hoy los relatos de Verne que los de su contempordneo Wells! Precisamente Verne, que escribi6 al pie de los descubrimientos cientificos y tecnicos de su 6poca, consideraba los libros de Wellscomo fantasfas insustanciales e inverosimiles. Paradpj icamente hoy reconocemos el g6nero en la obra del segundo mientras que la del primero n6s parece un conjunto de fantasfas encantadoras, es cierto, pero pueriles e inverosimiles Si hemos de conservarla#aranrta cient(fica para delimitar la ciencia ficci6n (y parece pertinente hacerlo) deberiamos decirque la ciencia ficci6n construye un universo mds o menos compatible con la 16gica de la ciencia, pero cuyos desarrollos cientificos y tecnol6gicos son necesariamente imposibles fuera del universo literario. Es necesario, en la 16gica del g6nero, que niriguno de los acontecimientos narrados se cumpla, que ninguno de los personajes o figuras exista y que ninguna de las invenciones se realice en cualquier otro universo posible que no sea el textual. De otro modo, el g6nero se desmoronaprecisamente porque el futuro deja de serIo: las novelas de Verne se leen como novelas de aventuras, los cuentos de Bradbury se leen como poemas en prosa, 1984 de OtwelI se Iee como una distopfa. La inquietante pregunta que nos formulamos ante cada pesadilla de la ciencia ficci6n sobre el futuro, sobre nuestro futuro, sobre el futuro del mundo, se contesta de acuerdo con el tipo de argumentos que el fil6sofo Peirce analiz6 (ver 2..6..5..) bajo eI nombre de jBah, bah! Lagarantia cientifica, asfpostuIada, aisla al g6nero del continuo de la literatura fantastica. La ciencia ficci6n, a diferencia de la fantdstica, serfa un g6neropostcientifico, con todo lo que eso implica en cuanto a ideologra y 16gica discursiva Pero todavia hay otro rasgo, particularmenteproductivo en relaci6n con las variedades g6ticas de ia fantdstica, que muchas veces se superponen con las variedades de la ciencia ficci6n, particularmente en lo que se refiere a la * Otros investigadores (Barrenechea, Rabkin, Bessifere) han desechado el car4ctei evancscentc de lo fant6stico
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invencidn de monstruos, un rasgo que en los ultimos anos ha sido examinado politicamente y al que voIveremos a referirnos mds abajo. La soluci6n, en este caso, tambi6n es sencilla: elwz0wjfrK0g6tico(digamos: Drdcula, Ios zombies, los demonios, las animas en pena, e t c . ) aparece en un campo simb61ico cuyo nombre es la Muerte o, mejor: en uh camposimb61ico cuyo eje de organizaci6n es la muerte. Por el conttario, los monstruos de la ciencia ficci6n (androides, replicantes, ciborgs, maquinas, alienigenas, marcianos) aparecen en un contexto simb61ico estructurado alrededor de la idea de vida ty su antepasado clasico es el golem). Mientras la literatura g6tica interroga la muerte, la ciencia ficci6n se pregunta por la vida y sus posibilidades: i,En que" formas y bajo qu6 regimenes, con que organizaci6n y con cudles diferencias, en relaci6n con que historias y con cuales suenos es posible la vida? S61o un texto, tal vez, se resista a estadisiribuci6n: se pregunta, a la vez, como es la muerte y que es la vida, cuales son las condiciones de posibilidad de un ser vivo, cudles los riesgos de la producci6n (discursiva) de vida. Se trata de Frankenstein, que por muchas razones participa a la vez de la ciencia ficci6n y de lo g6tico, de la fant4stica y de la novela de tesis. Y se trata, tambien, de un texto que en mds de un sentido tematiza las razones y las pasiones de las diferencias Frankenstein participa de Ia constituci6n del g6nero y, por lotanto, los rasgos que hemos postulado aparecen alli como hipot6ticos e inestables. Lo que deberia, no obstante, quedar claro, es que Frankenstein inaugura una serie de textos que tematizan Ia fantasia de la vida: maquinas operando, movimiento infinito, organismos inorg6nicos e identidades no humanas constituyen el repertorio tematico de la ciencia ficci6n actual y aqueIlo que permite intenogar, el tratamiento de las diferencias en el interiordeI genero * La ciencia ficci6n, entonces, serfa un tipo de relato que pone en pasado eI futuro, despolitiza a la utopia, el genero que la precede (y esa despolitizaci6n es una de sus condiciones de posibilidad), utiIiza a la ciencia como tensor (es decir: como garantfa discursiva de esa tensi6n temporal) y constituye su campo simb61ico alrededor de la vida. Como senalamos al principio, pocos otros generos pueden definirse tan limpiamente como 6ste: tanto la producci6n como el consumo de la ciencia ficci6n son prdcticas muy fuertemente rituaIizadas, lo que en cierto modo vuelve los textos que paiticipan del genero interesantes para el analisis ideol6gico: todo lo que Ia ciencia ficci6n dice y hace parece referirse
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a su propio campo de acci<5n, sus piopios lfmites, su interioridad' Poco de lo que la ciencia ficci6n hace y dice tendria relaci6n con sus mismas condiciones de existencia o con las tradiciones que habitualmente modelan las literaturas nacionales o con las preocupaciones que definen una episteme o 6poca o clima de ideas. Y sin embargo la ciencia ficci6n, cada vez mas, parece interpelarnos porque, cada vez mas, nuestra propia imagen y la imagen que tenemos de nuestro futuro parece coincidir con la imagen de los hombies y la imagen del futuro de los hombres que habitan el universo ficcional del g6nero. No exactamente como en el caso de la Iiteratura policial, sino de manera algo m&s perversa y algo menos critica'", la ficci6n del g6nero se nos impone como nuestro real y sus hip6tesis de desarrollo como las hip6tesis de desairollo de nuestra vida real. Un examen de la 16gica de la otredad que rige en el universo de la ciencia ficci6n, por lo tanto, podria infoimai sobre el modo (imaginario) en el que pietendemosresolver las diferencias actuales que nos atraviesan y nos constituyen. Hay una fascinaci6n por lo <> y por los <> en la ciencia ficci6n, desde sus comienzos y desde antes de sus comienzos. Tal vez la fascinaci6n por lo otro (potenciada porla Iiteratura moderna de viajeros y por la satira, dos g6neros ciertamente contiguos aI que nos ocupa) sea lo que explique hist6ricamente la constituci6n del gdnero. Se trata de otios tiempos y otios mundos, se trata, sobie todo, de otias formas de constituci6n de subjetividades. Un analisis pormenorizado de las formas sucesivas que la ciencia ficci6n ha inventado en su historia demandaria horas: aIiemgenas de todo origen, monstruos de morfologia incomprensibleo abenante, mutantes imprevisibles de la raza humana,peio sobie todo maicianos, ocupan uno de los polos de organizaci6n de la vida: se trata, en este caso, de lavida natural, en una abigarrada diferencia" En el otro polo, se trata de la vida artificial: robots, ' Esta caiacteifstica del g6nero, que constituye incluso su propia escena institucional, ha sido comentada, desde otia perspectiva, por Thomas Disch. '"Ver mi pi61ogo &Eljuego de los cautos. La literatumpolicial, de Poe al caso Giubiteo Buenos Aiies, La Marca, 1992 " Roland Baithes, en una mitologfa memoiable, ha demostiado que detr4s del mito marciano se esconden todos los piejuicios sobie la diferencia, que lo otro, atin en su otredad, s61o es percibido como confhmaci6n de lo mismo Debo hacerle, sin embargo, una objeci6n: pese a los esfuerzos cleiicales, el mundo de la ciencia ficci6n es un mundo en el que Dios, como personaje, tiene dificultades paia coIocarse respecto del sistema actancial can6nico del g6nero Por lo dem2s, es cierto que la vida extraplanetaria se presenta como el <>, mas o menos distorsionado , de la vida planetaria (pequenobuiguesa, como le gustaba decir a Barthes)
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androides, replicantes y ciborgs^. AIrededor de estas figuras, entre estos dos polos, toda una ecologia y uan teoria de la subjetividad que ya han alcanzado estatuto te6rico dentro de cieitas corrientes anarquistas o contestatarias. Detengdmonos en la mas nueva de estas figuras, el ciborg Se trata no ya de una nueva figuia sino de una figura que condensa figuras pievias, una verdadera construcci6n discursiva que tematiza la interfase hombre-m2quina bajo el signo de una creciente fascinaci6n. Este tipo de conexiones maqufnicas (que, en otro contexto, Deleuze y Guattari llaman agenciamientos maquinicos) reenvian a viejas preguntas formuladas ahora en un paisaje hipertecnologizado: icual es el estado de la discusi6n sobre la naturaleza de Uis cosas?, o bien: ^c6mo conecta la naturaleza con el co(n)texto tecnol6gico?, o bien: iqa6 hay de natuial en el hombre? son algunas de las preguntas (romdnticas, es cieito, si pensamos en Schiller y Goethe) que el ciborg obliga a plantearse nuevamente Bien miiado, se trata de un tema de identidad que muchos te6iicos han analizado ya detenidamente para proponer modelos diferenciales, tanto de los espacids de constituci6n de subjetivides (ecologias del yo) como de los contenidos mismos del iasgo <>. El primer modelo es ya bastante conocido y fue propuesto por Donna Haraway en el contexto de una serie de enunciados panfletarios (entre los que se cuenta el <> publicado en 1985 en la Socialist Review), Donna Haraway propone (ver 3 3.6 y 3.5..1.) considerar la naturaleza como un espacio diferencial definido por cuatro categorfas entre las cuales se definen ciertas luchas globales o locales acerca de los sentidos de lo natural, y entre las cuales ocurren determinadas <> de la naturaleza. La ecologia propuesta, un modelo 16gico, pone el acento en las relaciones de contradicci6n y oposici6nestablecidas entre eI espacio real (o Tierra) y el espacio virtual de la cienciaficci6n (el ciborg), el espacio exterior (extrateirestre) y el espacio "La mSs fabulosa invenci6n apaiece enCita conRama de Arthui Clarke, quien describe unos seres que compaiten catacteiisticas de ambos polos: se trata, por un lado de seres artificialmente cieados por los iamanes (asf se denomina a los creadoies de Rama, esa nave gigantesca) peio cuya morfologfa estd tan adecuada a una (y s61o una) funci6n que es imposible pensai en cualquier tipo de proyecci6n antropom6rfica (o iamanom6rfica, para ser ptecisos). NaturaImente, esos seres son denominados anal6gicamente con nombres de animales. Clarke resuelve asf los t6picos de pesadillas antihumanas postuladas tradicionalmente por la ciencia ficci6n: mdquinas que se autonomizan y, enloquecidas, pretenden destruir al hombre o clones/replicas del hombre que, aun en su humanidad, devueIven una imagen siniestia del punto de paitida Losbiots de Clarke (vei3.3.7.) rompen radicaImente con toda la ecologia que habitualmente domina la ciencia ficci6n
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interior (o cuerpo, segrin la biomedicina) Lo que deberia resuItar soiprendente, en este modelo, es que <> bien puede leerse como todos somos personajes de la cienciaficci6n o, si se prefiere, como la cienciaficci6n constituye al menos uno de los vectores de nuestro real, espacio en el que nuestra subjetividad se construye. El otro modelo en el que quisiera deteneime examina criticamente la noci6n de humanidad a partir de un an51isis del film Alien, todo un tratado de la subjetividad y ladiferencia (ver3.5.2). En esa pelfcula, se recordard, diceJames Kavanagh, se postula <> como una categoria relacional, cuyos polos constitutivos seiian Lo Humano, Lo Antihumano, Lo No Humano y Lo No Antihumano, desempenados en Alien por Ripley, Alien (el ET), Ash (el ciborg) y el gato, iespectivamente En ambos casos se trata de modelos de subjetividad diferenciales, formulados a partir de una matriz tem&ica tomada de la ciencia ficci6n actual y en relaci6n con los cuales se postula todaunapolitica de las identidades Ahora bien, dado que la ciencia ficci6n es, como se ha dicho, Iiteratura para varones, podiia postularse que la identidad (sexuada) deI varon se lee hoy en el juego semi6tico estabIecido (en un contexto ecol6gico fuertemente critico) entre la humanidad del hombre y la no humanidad del hombre: la distancia que va de Ripley (que casualmente no es un hombre) a Ash (que es, necesaiiamente, un ciborg). Tendrfamos, entonces, agenciamientos maqufnicos que desestabilizan los modelos cl5sicos de subjetividad: el ciborg establece una conexion entrealgo del orden de lo humano, es decir de lo natural, y algo del oiden de lo maquinico. Esa conexi6n puede estabIecerse de diferentes maneras: lo humanode Robocop es su cerebro y parte de su cara (todo en el orden de la interioridadXJo humanode Terminatores s61o su piel, su aliento y su olor (en eI orden de la MpefesasOtAMi) La inteifase hombre-m&quinaes leidacomopotenciaci6n y deshumanizaci6n, en todos los casos (ver 3.3.4.). Pero esa potenciaci6n y deshumanizaci6n afecta tambien todas las fuerzas del hombre como ser sexuado: la paternidad y el placer sexual. Esos superhombres estdn conectados directamente con una maquina, lo que los excusa, o los excIuye, o les impide(segiin se prefiera) la paternidad y eI sexo (al menos en sus formas can6nicas). Vistos como puraspotencias destructivas, los m4s celebres ciborgs son un mero efecto de programaci6n. Pero son, una vez mds, el puery la imagen pueril deI hombre (o la imagen del hombre pueriI). Lo que la ciencia ficci6n actuaI viene a decir es que el hombre (como ser sexuado) es una pura entidad relacional, constituido en un contexto ecolpgico (natural-tecnol6gico) fuertemente critico, que el hombie (como ser sexuado)
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depende de una dinamica (Ia dial6ctica humano/no humano) que excede por completo la instancia de divisi6n sexual y que la sexualidad del var<5n s61o puede leerse en terminos de agenciamiento maqumico, cuya consecuencia mis radicaI es un cuerpo inadecuado a una conciencia." ^No es esto, que la ciencia flccidn cuenta en pasado, como un argumento aut6nomo y despolitizado (salvo que leamos la melancolfa que predomina actualmene en el genero como una <>), como la ontologfa misma de la vida, no es esto, precisamente esto, lo que constituia las viejas utopfas de los movimientos feministas y de la causa gay? El hombre (como ser sexuado) ya no serfa mas una categoria absoluta en relaci6n con la cual medir otras sexualidades El hombre, la identidad del hombre, el cuerpo del hombre, desestabilizados desde la invenci6n deI ciborg. Todo esto sucede dentro de los lfmites de la ciencia ficci6n, en su interior puramente literaiio o cinematografico, puramente ficcional Lo que habria que discutir, entonces, es si en la ciencia ficci6n, o en cualquier otro genero Iiteiario, pueden encontrarse las temdticas que habiian de oiientar hoy el anhelo ut6pico, si lo que la ciencia ficci6n propone en pasado, por Iey del genero, puede pensarse en presente como utopfa, si los disturbios y contradicciones que el genero ha resuelto, naturalizandolos, pueden, no obstante, recuperarse en contextos (locales o globales) de acci6n politica. O si, por el contrario, la p6rdida inemediable de los limites entre la ficcidn y Ia realidad significa s61o (y s6lo signiflca) que el unico futuro imaginable es nuestro propio pasado, provisto, sf, de adecuados maquilIajes.
"En este sentido, el g6nerotiene su reveiso exacto enBig, film que planteatodo el tiempo las razones porlas cuales no participadel g6nero, aislandotodos los rasgos pertinentes5ig es, probablemente, la peIfcula que con mayoirigorplantea las hip6tesis del cuerpo inadecuado a una conciencia y de la c'onciecia del hombre como conciencia del puer
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1.1. Tecnonarcisismo* Marshall McLuhan** El mito griego de Narciso, tal como lo indica la palabra Narciso, est& relacionado con un hecho de la expeiiencia humana. Tal nombre viene de la palabra griega narcosis o embotamiento. El joven Narciso tom6 equiv6cadamente el reflejo de si mismo en el agua cual si fuese otra persona distinta. Esta prolongaci6n ds si mismo por espejismo embot6 sus percepciones hasta convertirse en ser o mecanismo de su piopia imagen prolongada o repetida. La ninfa Eco intent6 conquistar el amor del joven con fragmentos de las palabras de aquel, pero todo fue en vano Estaba embotado Se habia adapatado a la prolongaci<5n de si mismo y se habia conveitido en un sistema cenado. Ahora bien, lo que este mito pone de relieve es el hecho de que el hombre queda inmediatamente fascinado por cualquiei prolongaci6n de sf mismo en cualquier material distinto a su pr6pio ser Ha habido cinicos que insistieron en que los hombies se enamoian profundamente de las mujeres que Ies devuelven su propia imagen. Sea como fueie, la sabiduria del mito de Narciso no nos da la * Tomado de MaishaIl McLuhan <> enLa comprensi6n de los medios como extensiones del hombre M6xico, Diana, 1969 **Marshall McLuhan es uno de los rttks originales pensadoies sobie cultura de masas Partlcularmente pieocupado poitoscuestiones perceptivas implicadas en el desairollo de los medios masivos (a partir de posiciones clasicas de Walter Benjamin y B61a Bdlasz), ha definido a 6stos como extensiones del sistema neuiol6gico central del hombie El car&cter voluntariamenteftagmentariode sus libios asf como sus observaciones siempre sagaces, hacen de McLuhan, mds allS del idealismo optimista y las arbitrariedades que caracteiizan sus esciitos, un ensayista estimulante Sus libros La comprensi6n de k>s medios y El medio es el masaje constituyen clasicos de la teori'a de la comunicaci6n, y de lo que podifa denominaisefilosofiapop. Fil6sofos como Paul Viiilio han retomado, en otro contexto te6rico e hist6tico, muchas de las observaciones piimitivas de McLuhan
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idea de que Narciso se enamorara de algo que eI mirase como a si mismo. Es evidente que sus sentimientos porla imagen habifan sido muy distintos si hubiese sabido que se trataba de una prolongaci6n o extensi6n de sf mismo. Tal vez sea una seiial de la inclinaci6n de nuestra cultura (intensamente tecnica y por lo tanto narc6tica) el hecho de que, durante largo tiempo interpretamos la fabula de Narciso significando que se enamor6 de sf mismo al imaginarse que el reflejo era Narciso En el empleo normal de la tecnologia (o de su cueipo diversamente prolongado) el hombre expeiimenta una perpetua modificaci6n fisiol<5gica y, a su vez, encuentra siempie nuevas maneias de modificar sus t6cnicas. EI hombre se convierte, por asi decirlo, en Ios 6rganos sexuales del mundo mecinico, del mismo modo que la abeja lo es del mundo vegetal, fecund&ndolo y crando siempre formas nuevas. El mundo de Ia mdquina corresponde al amor del hombre, atendiendo prontamente sus deseos y caprichos, es decir, proporcionandoIe riqueza. Uno de los meYitos de Ia investigaci6n de la motivaci6n ha sido eI que se pusiera en claro la relaci6n que la sexualidad del hombre guarda con el vehfculo de motor
1.2. Mitologia del presente* Michel Butor**
/. Si el genero ciencia ficci6n es bastante dificil de delimitar -las querellas de los expeitos lo demuestran de sobra-, es, por lo menos, uno de los mas faciles de designat Basta decir: <>, para que el interlocutor menos pieparado comprenda inmediatamente de que se trata Inmediatamente pueden hacerse dos observaciones: 1". No existe por eI momento ningun cohete interplanetario. Si alguna vez llega a existir, el lector ordinario no se entera Un relato en que interviene un aparato de ese genero es, pues, un relato fantastico * Tomado de Butor, Michel. <
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2". Pero todos creemos firmfsimamente que tales aparatosexistir4n muy pronto y que s61o es cuesti6n de algunos anos de perfeccionamiento. E1 aparato en cuesti6n es posible. Esta noci6n es fundamentaI y requiere alguna aclaiaci6n. Puede pretenderse que para Ios cuentistas aYabes, que crefan en el poder de Ios magos, las aIfombras voIantes eian tambien <>. pero para loa mayorfa de nosotros la posibilidad de los cohetes es de un orden completamente distinto Esta garantizada por lo que en lfneas generales podrfamos llamar la ciencia moderna, o sea un conjunto de doctrinas cuya validez ningun occidental pone seiiamente en duda. Si el autor de un relato se ha ocupado de introducir un aparato de ese genero, es porque no desea abandonar Ia realidad mds que hasta cierto punto: quiere prolongarla, extenderla, pero no separarse de ella. Pretende darnos una impresi6n de realismo, pretende hacer entrar lo imaginario en lo real, anticip&ndose a los resultados adquiridos. Semejante relato situa naturalmente su acci6nen el porvenir. Partiendo de la ciencia moderna en su mas amplia acepci6n, cabe imaginar, no solo otros aparatos, sino tecnicas de todas clases, psicol6gicas, pedagogicas, sociales, etc Esa garantfa cientffica puede hacerse mis y m&s laxa, pero ella es la que constituye la especificidad de la ciencia ficci6n, la cual puede definirse como una literatura que explora el campo de lo posible tal y como la ciencia nos permite vislumbrarlo. Se trata de algo fantdstico enmarcado dentro de un realismo La obra de Jules Verne es el mejor ejemplo de una ciencia ficci6n de primer grado, que se justifica por los resultados adquiridos y que unicamente anticipa en lo que se reflere a las aplicacioanesWells inaugura una ciencia ficci6n de segundo grado, mucho mis audaz, pero mucho menos convincente, que se adelanta a los resultados mismos. Wells nos deja suponerdetrds de la mdquina de Cavor, que habra de llevar a los primeros hombres a la Luna, una explicaci6n de tipo cientffico, conforme a una cienciaposible que sehubiese desanollado a partir de Ia ciencia de su 6poca, La agencia turfstica de Ia ciencia ficci6n propone a sus clientes tres principales tipos de espect6culos, que cabe agrupar bajo las siguientes rubricas: la vida futura, Ios mundos descono.cidos y Ios visitantes inesperados.
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1.3. Ficciones paranoicas* Thomas Disch** - Toda 6poca, toda era, toda literatura tiene su propio y caracteristico arte de alta energia Casi siempre suele ser la poesfa. En Estados Unidos, hoy, la poesia es un arte de baja energia, es un aite hecho por y para gente perezosa y de gusto refinado. - Pero habria un lugar donde se concentra el arte de alta energia. - Allf donde se cree que est^ Ia ciencia ficci6n La mejor ciencia ficci6n suele ser ficci6n en piosa que llega al punto mds alto de las posibilidades imaginativas de esta epoca Esa es, por supuesto, la ciencia ficci6n a la que adhiero, que me hace insistir en identificaime, al menos en parte, como un escritor de ciencia ficci6n. - Lo que se llama ciencia ficci6n suele estar apartada de las lineas principales del establishment literario. - En eI fondo, la diferencia entre ciencia ficci6n y literatura es una diferencia de clase. Cuando se habla de ciencia ficci6n como de algo distinto a la literatura se quiere decir que estd escrita pata las clases populares, probablemente por alguien que tiene una mentalidad de clase baja, con mayof o menor talento Se trata naturalmente de una distinci6n odiosa y denigrante. - iSe puede entender como una diferencia referida antes que nada a los escritores? - SegUTO. Hay escritores de una calidad literaria muy superior que s6Io han sido publicados como escritores de ciencia ficci6n. Otros, como Vonnegut o Pynchon o Heller, son escritores a quienes se considera <> quiza" por su astucia para armar un paquete con su carrera literaria y su imagen personal. O tal vez son escritores con buena suerte.. Todos queremos tener buena suerte y ser astutosy armar cada vez mejores paquetes,pero 6sa es una cuesti6n secundaria. Porque si uno habla exclusivamente de literatura, las cualidades que suelen
* Tomado de <>, entrevista de Ricardo Piglia a Thomas Disch, Ctisis, 54 (Buenos Aires: octubie 1987) ** Thomas Disch naci6 en Iowa en 1940 y es uno de los m2s importantes autoies de ciencia ficci6n norteamericana Para una contextualizaci6n y caiacteiizaci6n de su obra (Los genocidas, Campo de concentraci6n, entre sus novelas mSs conocidas) ver el texto de Ricardo Piglia reproducido en este mismo capftulo (1.610) Para una caiacterizaci6n paranoica de Ia <> ciencia ficci6n, ver el texto de Virilio (1.6.11)
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caracterizar a la ficci6n llamada <> no tienen nada que ver con la diferencia entre los generos o con lo que se llama o no ciencia ficci<5n.. - Pero la cienciaficci6n, como todos U>s g4neros populares, trabaja con reglas y estereotipos yformas narrativas mds o menosfijas. - Sin duda. Yjustamente cuando estoy obedeciendo a lo que yo creo que son las reglas est6ticas de una ciencia ficci6n ideal, s6 que estoy produciendo mi mejor trabajo. No puedo omitir esas reglas, pero tampoco puedo admitir el hecho de tener que adaptarme a ellas. - Ypercibir esa contradicci6n, ^no es estarya afuera del g4nero? - Depende. Para darle un ejemplo, si yo fueia un pintor impresionista de la segunda generaci6n y me encontrara en el centro del v6rtigo del impresionismo y viniera despues de Renoir o de Manet y quisiera pintar un buen cuadro impresionista, no podria negai mis deudas. Tendria que admitir: sf, soy un pintor impresionista. Si, soy un escritor de ciencia ficci6n Quisiera pensar que estoy en la posici6n de un Gauguin o de Van Gogh con iespecto a los primeros impresionistas Me gustana pensar que estoy produciendo un arte intenso, una expresi6n culminante en el campo de la ciencia ficci6n. - Philip Dick ser(a elpunto de referencia. El Renoirdel g4nero, digamos asi. - Podrfa ser. Philip Dick era un notable escritor Fue, quiz&, el mejor escritor en este campo en los afios '50 y '60. Y cuando reci6n yo hablaba de una literatura de clase no me referia para nada una literatutanmve Creo que Dick era un artista considerable. Sabia exactamente lo que hacia, lo hacia deliberadamente y, casi siempre, con gran arte. Me gustarfa poder decir lo mismo sobre mi. - Uno de los rasgos de Lificci6n norteamericana, de Burroughs o Pynchon a Mailer y John Barth, es Ut construcci6n de gtandes relatos paranoicos. jNo seria esa una marca de la cienciaficci6n? - Tal vez la paranoia sea un rasgo especffico de la ciencia ficci6n Sin duda, es un tetreno f6rtil para las construcciones delirantes y persecutorias porque especuIa con el futuro y todos estamos preocupados por el futuro y la ciencia ficci6n nos ha ensenado a imaginar los tenores del porvenir. 1984 es un buen ejemplo de la construcci6n paranoica. Tuvo tanto peso que no hubo dia en que no nos preguntararamos si no estaiiamos viviendo ya en el 1984 de Orwell,
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1.4. Taxonomias 1.4.1.Una(t6pica)* Umbeito Eco** Los sucesos narrados de modo <> son siempre contrafactuales respecto a Ia evoluci6n del mundo real, pero la nairativa realista juega con contrafactuales del. tipo de <> La narrativa realista procede como nosotros con los contrafactuales de que se al imenta nuestra existencia cotidiana: <> Lo que distingue la narrativa fantistica de la realista es, en cambio, el hecho de que el mundo posible es estructuralmente distinto del real Uso el termino <>ensentidomuylato:puedereferirsetantoalaestructuracosmol6gica como a Ia estructura social. El mundo de Esopo es estructuralmente diferente del real s61o desde el punto de vista biol6gico o zool6gico, el mundo de los imperios del sol y la luna de Cyrano de Bergerac presenta, respecto del real, notables diferencias cosmol6gicas, mientras que lo que diferencia a la Nueva Atlantida de Bacon de nuestro mundo es esenciaImente su estructura social, Asf, pues, diremos que el contrafactual con quejuega la literatura fantdstica es de este tipo: <<^,que sucederia, si el mundo real no fuera semejante a simismb, es decir, si su estructura fuera distinta7>> En este punto, la literatura fant#stica tiene diversos caminos ante si.. 1. Alotopta. Puede imaginar que nuestro mundo es realmente diferente de lo que es, es decir, que en el suceden cosas que por lo general no suceden (que los animales hablen, que existan los magos y las hadas): construye, pues, otro * Tomado de Eco, Umberto <> enDe los espejosy otros ensayos Barcelona, Lumen, 1988 ** Semi6Iogo y ultimamente novelista italiano, Umbeito Eco, conocido sobre todo por El nombre de la rosa, es director del Departamento de Arte y Comunicaci6n de la Univeisidad de Bolonia Preocupado por el comportamiento de los signos en las sociedades masmedidticas, ademds de numerosos aitfculos en diarios y revistas public6, entre otros libros, Obra abierta, Tratado de semi6tica general y La estructura ausente que representan la <> (categorialmente hablando) de su pensamiento y La estrategia de la ilusi6n y De los espejos, que tienen mds la forma de los articuIos periodisticos.
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mundo y da por sentado que es mds real que eI real, hasta tal punto que entre las aspiraciones deI nanador esta' la de que el lector se convenza de que el mundo fantastico es el unico real de verdad. Mas aun: es tipico de la alotopia que, una vez imaginado el otro mundo, ya no nos interesen sus relaciones con el mundo real, excepto su significaci6n aleg6rica 2. Utopia.. Puede imaginarse que el mundo posible narrado es paralelo al nuestro, existe en algunaparte, aun cuando nos sea normalmente inaccesible., Esa es la forma que adopta por lo general el ielato ut6pico, ya se entienda la utopfa en su sentido proyectivo, de la representaci6n de una sociedad ideal, como sucede en Ia obra de Tomds Moro, o en sentido caricaturesco, como deformaci6n ir6nica de nuestra realidad, como sucede en Ia obra de Swift. Est: mundo puede haberexistido en tiempos o existiren un lugarremoto del espacio.. Porlo general, constituye el modelo de c'6mo deberia ser el mundo reaI.. 3. Ucronia. La utopiapuede transformarse en ucronia, en que el contrafactual adopta la forma siguiente: <<^que habrfa ocumdo, si lo que ha sucedido reaImente hubiera sucedido de otro modo: por ejemplo, si no hubieran asesinado a Julio Cesar en los idus de marzo7>>. Tenemos ejemplos hermosisimos de historiografia ucrdnica usada para comprender mejor los acontecimientos que han producido lahistoriaactual 4. Metatopia y Metacronia. Por ultimo, el mundo posible representa una fase futura del mundo real presente: y, por distinto que sea estructuralmente del mundo real, el mundo posible es posible (y verosfmil) precisamente porque las transformaciones que sufre no hacen sino completar tendencias del mundo real, Definiremos este tipo de literatura fantdstica como novela de anticipaci6n y utilizaremos esta noci6n para definir de modo m
1.4.2.0tra(fantastica)* Eric Rabkin** La critica de los generos es Ia critica de las obras de arte divididas en clases En el estudio del arte, genero quiere decir clase. En la literatura las clases se * Tomado de Rabkin, Eric S The Fantastic inLiterature. Princeton (New Jersey), Princeton University Press, 1976. Traducci6n de CaiIos Gametio especialmente paia este volumen. ** Eric Rabkin es investigador y profesoi universitario especialista en literatutas compaiadas. Trabaja en la Universidad de Princeton.
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definen segun distintos ciiterios, muchas veces incompatibles entre si.. Poi ejemplo uno podria querer estudiar el genero de la tragedia isabelina, o sea, obras escritas en ingles, duiante el reinado de Isabel I,destinadas a la representaci6n teatial, y tratando de la cafda de giandes personajes. La reina Isabel murio" en 1603, El reyLears& public6 en 1606. Y sin embaigoE/ reyLeares isabelina, si no por fecha si por atm<5sfera, y no vamos a dejar de considerar una obra fuera de su contexto apiopiado por una diferencia de ties anos. Esta propiedad refleja Ias perspectivas del lector, del observadorpaiaquien el seleccionarobras segVin ciertas lineas parece interesante y apiopiado. Uno podria tambien definir un genero por su numero de lfneas, como el soneto, o por su contexto politico, como en la liteiatura maixista, La elecci6n de una definici6n de g6nero, una elecci6n a la vez convencional e inconsciente, refleja las peispectivas del lector. Cuando le recomendamos a un amigo un libro porque es <> otio, su similaiidad puede estar basada en casi cualquier cosa, mientras incluya aquellos elementos de la obra que creamos hayan hecho a dicha obra valiosapaia nuestro amigo. Una recorhendaci6n tal es un acto de la ciitica de g6neros. El t6rmino cienciaficci6n ha sido usado de maneras muy distintas A pesar de habei sido acunado por Hugo Geinsback en 1926 paia englobar las historias exclusivamente masculinas de aventuras tecnol6gicas que estaba escribiendo y s editando, la etiqueta luego se extendi6 al viaje a Laputa enLos viajes de Gulliver de Swift (1726)y el Icaromenippus de Luciano de Samosota (n. 120 A.D.); incluye novelas de <> como Un cosmos privado de Philip Jos6 Farmer, y cuentos iigurosamente 16gicos como las historias de robots de Isaac Asimov; incluye el romanticismo dulcemente lirico de Ray Bradbury en Cr6nicas Marcianas y el desvergonzado machismo miIitarista de Robert A. Heinlein en Las tropas del espacio; incluye novelas de adveitencia y predicci<5n como En la playa de Nevil Shute y novelas hist6ricamente imposibles de temporalidades alteinativas como El guerrero del aire de Michael Moorcock; incluye historias arrebatadoiamente tecnol6gicas como la seiie Viaje a las estrellas comenzada por James Blish e historias atecnol<5gicas como Un cdntico paraLeJfcowiYz,laexploraci6ndeWalteiJ.MillerJr.delaestabilidadinstitucional y la peiiodicidad hist6rica. Y hay otras obras de 6stos y otros autores que entran y salen del genero. Una definicion que parece englobar las distintas obras que hemos mencionado es esta: una obra pertenece al genero de la cienciaficci<5nsi su mundo nariativo es al menos en algo diferente del nuestro, y si esta diferencia se hace evidente contra el fondo de un cueipo de conocimientos organizado. Esta definici6n se aclarara" con algunas explicaciones..
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A1 igual que con lo fant4stico, Ia noci6n de diferencia, aunque generalmente definible en relaci6n con <> mundo, en realidad debe definiise en relaci6n al mundo fuera del texto en tanto ese texto lo iecrea. Aunque hoy tengamos submarinos veloces y mortiferos, Veinte mil leguas de viaje submarino (1896) es todavia hoy ciencia ficcidn por dos motivos: en piimer lugar porque la ciencia de los tiempos de Veine nunca esperaria que un baico pudieia ser hundido por un submarino (<>), y, en segundo lugar el grafolecto del texto nos remite a la era presubmarino La variaci6n del saber conocido es uno de los rasgos deflnitoiios del genero, y es una caracteristica que podemos usar para subdividirlo y analizarlo. Una segunda aclaraci6n concierne la noci6n de un cuerpo de saber organizado La palabra ciencia nos hace pensar en el hardware, pero mucha de la ciencia ficci6n solo hace un uso subordinado de la tecnologia. La verdadrea ciencia detris del estudio de la importancia social del sexo como indicador de rol que hace Ursula K. Leguin en La mano izquierda de la oscuridad (1969)es la antropologia, no la fisica o la biologia o la quimica. En Pavana (1966) Keith Roberts nos presenta el mundo de los anos 60, pero trata de un mundo que comparte la historia delnuestro hasta 1588, aflo en que laflota espanola conquist6 Inglaterra. La consistencia del mundo alternativo de Roberts depende de la extrapolaci6n de las leyes de la historia, del determinismo hist6rico y la evoluci6n cientifica Lo que importa en la ciencia ficci6n no son las pistolas de iayos y los guardapolvos de laboratorio, sino los hdbitos intelectuales <>: la idea de que los paradigmas contiolan nuestra mirada sobre los fen6menos, que dentro de estos paradigmas todos los problemas normales pueden solucionarse, y que los hechos anormales deben ser explicados o deben lanzarnos a la btisqueda de un paradigma mejor y mis inclusivo.. En la ciencia ficci6n estos habitos intelectuales y los cuerpos de conocimiento asociados determinan el resultado de los acontecimientos, independientemente de qu6 ciencia particular mas evidentemente constituya el mundo narrativo. Es por eso que, a la manera de los acertijos de la literatura policial, toda la ciencia ficci6n es hasta cierto punto fantdstica. Un caso particular de esta diferencia basada en el cuerpo organizado de conocimientos es esta prescripci6n: una buena obra de ciencia ficci6n hace una y s61o una suposici6n sobre su mundo narrativo que viola nuestro conocimiento de nuestro propio mundo y luego extrapola el mundo narrativo entero a partir de esa diferencia Pavanasatisi&c& esta definici6n, al dejar ganar a laflota espanola: Esta prescripci6n truncada tiene gran valor heur1stic0 La ciencia flcci6n moderna se desarioll6 con mis fuerza en los EEUU e Inglaterra, Para ambas comuni-
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dades, el antecedente primario fue H.G. Wells, y Wells sigui6 instintivamente esta regla En La mdquina del tiempo (1895), por ejemplo, se nos dice en bastardilla: No hay diferencia entre el tiempo y las tres dimensiones del espacio, excepto que nuestra conciencia se mueve a trav6s de 6l, Una vez aceptado este presupuesto fant#stico, WeIls viaja a su fant4stico futuro donde el industriaIismo ha convertido a la clase ociosa en ninos inutiles y exhaustos (los eloi) y a la clase trabajadoia en monstruos despiadados (los morlocks). Wells habia estudiado con el evolucionista T H Huxley (1844-1887) y era uno de los miembros mds distinguidos de la socialista Sociedad Fabiana. La mdquina del tiempo utiliza la idea fantastica del viaje en el tiempo (una iriversitin de las perspectivas de la mec&nica cl&sica) para presentarnos una vfvida advertencia social basada en extrapolaciones oitodoxas a partir de la biologfa y la ciencia politica del fin de siglo Junto con La mdquina del tiempo, otro paradigma que satisface esta definici6n del genero es Mds que humano (1953) de Theodore Sturgeon, una novela sobre el futuro superior del hombre.. Mds que humano es un libro muy bien escrito, y trata sobre la aparici6n del <> Este es el presupuesto que debemos aceptar. La criatura gestdltica que debemos consideiar es una entidad telepatica compuesta por dos teleportadores (Beanie y Bonnie), una telekin6tica (Janie), un supercerebro computacional (Baby) y una Cabeza. La historia se desarrolla como ciencia ficci6n puia si suponemos que la gente, especialmente los nifios cuando son muy sensibles, tienen poderes psfquicos que pueden desanollarse si no los embota laeducaci6n, o sea si no spn reprimidos por el entrenamiento social y su principal arma, la comunicaci6n verbal. Si comparamos Mds que humano con la famosa Elfin de la infancia de Arthur C. Clarke, vemos que segun el criterio wellsiano la primera es la mejor novela, y esto es asi porque la de Clarke es mas fantdstica. Una yez que se han establecido las reglas narrativas de base, la fantasfa esta prohibida en la ficci6n a lo Wells Y sin embargo, el libro de Clarke es el m&s popular de los dos. Al parecer, o desechamos del todo Ia idea de unidad organica o admitimos que nuestra etiqueta para eI genero ciencia ficci6n nos ha llevado por el mal camino; y esta, la segunda, es Ia soluci6n correcta. Pues con recursos diferentes, Clarke logra crear en Elfin de la infancia una unidad org3nica tan completa como la de Sturgeon. Uno debe recordar que la voz de Karellen se describe como <>. Clarke, al utilizar
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estructuras e imdgenes del cristianismo, nos ha ido preparando para la segunda venida de Cristo, y si bien cuando sucede contradice lo que la ciencia nos ensena, es aceptada por el lector familiarizado con la estrucura imagfstica que el libro utiliza Esta compaiacion indica que las etiquetas, aun cuando se las defina con cuidado, pueden jugarnos una mala pasada. En el caso de estas dos obras no bastaba con saber que ambas eran ciencia ficci6n, tambi6n hacia falta saber que una era mds fantastica que la otra. Uno puede imaginar un continuo de lo fantdstico que disponga a todas las obras de ciencia ficci6n de acuerdo a la medida en que participen de lo fantdstico En un extremo de Ia escala encontraremos a Yo, robot, en el otro El viaje a Arcturus. Este ordenamiento no es frivolo. De la misma manera en que la diferenciaci6n de g6neros puede dar nuevas perspectivas al lector, asf tambi6n la aplicaci6n de distinciones en el continuo complementa la critica tradicional de los generos. Se podrfa argumentar, por ejemplo, ya que la telepatfa es mds fantdstica que Ia tecnoIogia, que Mds que humano es mds fantdstica que Yo, robot, y Elfln de la infancia mas fantlstica que ambas. Pero la ciencia ficci6n se esta volviendo mds y mas fantdstica En Ciudad de Clifford D.Simak (1952), cada uno de los relatos anade un elemento fantdstico mas al mundo narrativo total, Yaque las reglas de base se van expandiendo progresivamente, en lugar de estabIecerse de una vez para siempre como en Elfin de la ninez, debemos colocar a esta obra como mds fantastica en nuestro continuo, El extremo de lo mds fantdstico estard ocupado por Viaje a Arcturus de Lindsay. Esta novela presenta un mundo radicalmente diferente del nuestro (cinco colores primarios, mutaciones fisiol6gicas, evoluci6nsui generis), y estas reglas se dan vuelta tan frecuentemente que convierten a la obra en genuina literatura fantastica. Saber en que medida una obra participa de Io fantdstico es a menudo tan importante como saber a que" genero pertenece. Y la ventaja es que podemos usar el continuo para comparar eI uso de lo fantdstico en obras pertenecientes a generos distintos. Yo, robot, por ejemplo, es mds fantastico que Conan Doyle; y aun dentro de la policial es fdcil clasificar a Psicosis de R Bloch como mas fantdstica que Doyle y menos fantdstica queContinuidad en losparquesde Julio Cortazar, que ocuparia el extremo de lo fantdsticojunto con El viaje a Arturus Miremos nuestro continuo:
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EscaIera al cielo MENOSFANTASTICO ciencia ficci6n Asimov
MAS FANTASTICO Sturgeon
Clarke
Simak
Lindsay Iiteratura policial
Doyle
Bloch
Cort4zar
Si examinamos el continuo ahora podremos extraer concIusioneste6ricas. En primer lugar, notemos el espacio entre Bloch y Cort3zar. Uno puede encontrar numerosas obras policiales que, al invertir las reglas de base de nuestro mundo, acepten tambi6n ser califlcadas de fantisticas, como Mademoiselle de Scudiri (E.T.A. Hoffmann, 1820) y Las gomas (Alain Robbe-Grillet, 1953) Es dificil, sin embargo, encontrar obras mds fantdsticas qucPsicosis que no sean ya directamente fantasfas Este discontinuo aconseja caracterizar a lo fantdstico cotno un g6neio particular, aun cuando muchas fantasfas, como las de Lindsay o Robbe-Grillet, pertenezcan a la vez a otros g6neros. Por otraparte, la gama en otros generos, como la ciencia ficci6n, es un continuo que llegay hasta incluye alofantistico. Otro g6nero que debemos considerar es el de las utopfas". Literalmente, utopfa significa <, peio el termino incluye un juego de palabras con <> (buen lugar), y por analogia, con <> (mal lugar). El g6nero utopfa incluye a ambas; La mdquina del tiempo de H.G.Wells, por ejemplo,es una distopia, mientras que Mirando hacia atrds (1888) de Edward Bellamy, la m^s famosa utopfa positiva de los EEUU, es una eutopfa: lo que las diferencia es la aprobaci6n o no aprobaci6n, por parte del autor, de la sociedad que describe La de Wells, ademds, cumple con nuestros criterios para definir la ciencia ficcidn, al presentar un mundo narrativo cuya diferencia con el nuestro se hace evidente al compararlo con un cuerpo organizado de conocimientos.. Pero esto no sucede en todas las utopfas. Uno (1953) de David Karp, presenta un mundo donde la necesidad de aprobaci6n de los habitantes es utilizada por el estado, que convierte a todos en informantes de sus vecinos. Esta distopia no extrapola su mundo narrativo a partir de un cuerpo organizado de conocimientos, como la sociologia, sino de una serie desarticulada e inorg^nica de perspectivas sociales contempoi3neas. William Morris, por otia parte, que escribi6 Noticias desde "Ver,tambi6n,1..4..1..y4..3.
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ninguna parte como una respuesta a la utopfa industrialista y centralizadoia de Bellamy, invierte las tendencias de la sociedad de su epoca para imaginar su utopfa (vuelta al artesanado, descentralizaci6n), peio al igual que Karp trabaja a paitir de esacolecci6n mds amoifa de ideas que uno puede llamar perspectivas contempordneas. Asf, para constituir el g6nero de las utopias, debemos hacernos tres preguntas: 1 i,Aprueba el autor de su mundo? 2 i,La obra extrapola a paitir de las ideas de su 6poca, o las invieite? 3. ^Esas ideas nos remiten a un cueipo de conocimientos organizado o provienen de una colecci6n amoifa de perspectivas contempora^neas? El peimutar estas dicotomias nos provee de ocho categorias. Cinco de estas han sido tratadas. <>, de Rabelais, es una utopia basada en la extrapolaci6n de peispectivas contempoidneas: Si s61ose admitiera en ella a los nobles y heimosos, bastana paia gobernarla una s61a iegla: <>. Rebeli6n en Ui granja, de George Oiwell, es una distopia que extrapola perspectivas sobrela naturaleza humana; pero al mismo incluye una inversi6n: extrapola no hacia el futuio sino hacia una fdbula con nmmsLlesNosotros (1924) de Eugene Zamiatin, una distopia deciencia ficci6n, incluye la inversi6n de todas las ideas de la ciencia poh'tica de su tiempo. El siguiente diagrama organiza las relaciones entre distintas obias en tanto peitenezcan al genero de las utopias. UTOPIAS SABER DE REFERENCIA
APROBACION (EUTOPIA) EXTRAPOLACION INVERSION
Perspectivas Contempoianeas
La abadia Theleme
de Noticias desde ninguna parte
Cuerpo oiganizado Mirando hacia Elfin de la De conocimientos atrds ninez
DESAPROBACION (DISTOPIA) EXTRAPOLACION INVERSION
Uno
Rebeli6n en la granja
La mdquina del tiempo
Nosotros
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E1 caso mds importante de supeiposici6n con la ficci6n ut6pica es el de la sitira Por ser una critica de 6poca, la satira es realista y anclada en su tiempo; al ridiculizar la sociedad de su 6poca, Ia satira es idealista (ya que necesariamente aspira a aIgo mejor) e informal (el ridfculo rechaza la estructuraci6n). Toda la literatura ut6pica, al proponei un mundo alternativo al nuestro para mostrar lo que esta mal en el, es idealista y coquetea con la s&tira Rebeli6n en la granja, <> (Los viajes de Gulliver}, Noticias desde ninguna parte y Cdndido de Voltaire participan de ambos g6neros. Peio otros no: Uno no es satirico por no ser c6mico; <> no constituye una critica de su tiempo: es ut6pica pero no satfrica La sdtiia es inherentemente fantdstica, no s61o poi dependet de mundos que invierten las perspectivas del conocido, sino tambien porque se basa en la ironfa, que consiste en enunciar lo contrario de la verdad como si fueia la verdad mas clara. Tal inversi6n estructural ocupael centro tanto dela cienciaflccion como de la literatura ut6pica, y no es casual que entre los tres generos haya superposiciones. De hecho, podemos decir que entre los tres forman un superg6nero, al que podemos representar,junto con el detalle de los subg6neros de la ficci6n ut6pica, de la siguiente manera:
Utopia
Ciencia Ficci6n
La Abadia de Theleme ^ Distopias
Yo tobot
Uno XNosotros ] {Mirandoy /Rebeli6nS hacia en Ui atrds %tanjq_ Mercaderes Noticias desde del espacio ninguna parte
Cdndido
Satira
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1.5. E1 cine de ciencia ficci6n 1.5.. 1. De la ciencia a la catastrofe* Susan Sontag** Me propongo discutir las peliculas de ciencia ficci6n (el periodo actual comenz6 en 1950 y continua, aunque con mucho menor vigor, en la actualidad) como un subgenero independiente, sin ieferencia a otios medios de masas -y, mas especialmente, sin refeencia a las novelas de las que, en muchos casos, fueron adaptaci6n- Pues, si bien la novela y la pelfcula pueden compartir el mismo argumento, la diferencia fundamental entre los recursos de Ia novela y los del cine determina que sean muy diferentes.. Ciertamente, en comparaci6n con las novelas de ciencia ficci6n, las peliculas coirespondientes tienen potencialidades unicas, una de las cuales es la representaci6n inmediata de lo extraordinaiio: defoimidad y mutaci6n fisicas, combates con misiles y cohetes, alucinantes rascacielbs. Naturalmente, las peliculas son flojas allfdonde las novelas decienciaficci6n (aIgunas de ellas) son fuertes: en lo cientifico. Pero, en lugai de una elaboraci6n intelectuaI, pueden proporcionar algo que las novelas nunca podrdn proporcionar: elaboraci6n sensorial. En las peliculas, participamos en la fantasia de vivir lapiopia muerte y, lo que es mas, la muerte de las ciudades, la destrucci6n de la humanidad misma, por medio de imagenes y sonidos, y no de palabras que deben ser traducidas por la imaginaci6n. Las peliculas de ciencia ficci6n no tiatan de ciencia Tratan de la catdstrofe, que es uno de los temas mds antiguos del arte. En las peliculas de ciencia ficci6n, la catastrofe rara vez es concebida intensivamente; Io es siempre extensivamente. * Tomado de Sontag, Susan <> enContra Ui interpretaci6n. Barcelona, Seix-Banal, 1984 **Susan Sontag es escritora, cineasta, profesora. Ha dictado cursos de fiIosoffa en diversas univeisidad de los Estados Unidos. Ha recopilado los articulos que peri6dicamente escribe para revistas norteamericanas en Contra Ui interpretaci6ny Bajo el signo de Satuino La enfermededy sus metdforas y su descendiente El SIDA y sus metdforas son dos libros ya can6nicos, asi' como Sobre Ui fotografia Ligada con las coiiientes de la nueva ciitica surgidas en Estados Unidos hacia la decada del sesenta, Sontag utiliza muchas veces categorias y maneras de leerlos fen6menos est6ticos de procedencia francesa (el modeIo mis evidente es el de Mitologias de Roland Barthes), Io que resulta en piincipio desusado en la crftica norteamericana
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Es cuesti6n de cantidad y habilidad. Si se prefiere, es cuesti6n de escala,, Pero la escala, especiaImente en las pelfculas en color y con pantalla panor4mica lleva el problema a otro nivel. Asi, el cine de ciencia ficci6n (como un g6neio contempor&neo muy diferente, el happening) esta relacionado con la est6tica de la destiucci6n, con las peculiares bellezas que pueden procurarnos los estragos, la confusi6n. Y lo mis impoitante de una buena pelicula de ciencia ficci6n iadica piecisamente en la imagineria de la destrucci6n.
1.5.2. De la letra ala imagen* Anette Kuhn** Uno de los pioblemas a considerar aqui es la dificultad de arribar a una definici6n ciitica del cine de ciencia ficci6n en tanto genero, aun cuando es fScilmente reconocible en la prdctica. Esto sucede asf hasta cierto punto con todos los generos cinematograTicos, y 6ste es un hecho que, por razones que deberian aclaiaise, ha sido considerado como una deficiencia metodol6gica giave paia la critica de g6nero. Peio tambien hay iazones que hacen dificil la delimitaci6n de la ciencia ficci6n como g^nero., Por un lado se supeipone con otros tipos de films, sobie todo los de teiror y el cine fantistico; y los esfuerzos para tiazai lineas de demaicaci6n entre la ciencia ficcidn y sus generos pr6ximos han sido siempre insuficientes: aunque quiz^s mis interesante, y probablemente mis impoitante, que determinar lo quee^ un film, sea -en terminos cultuiales- lo que hace, su <>. Al consideiai la instrumentalidad cultuial del cine de ciencia ficci6n, es esencial tener presente que estamos habIando precisamente sobie ficci6n -sobre relatos y la narraci6n de esos ielatos, Peio tambi6n estamos hablando de cine: el cine de ciencia ficci6n narra sus historias a tiav6s de este medib por oposici6n a cualquieia de los otios en los que ha sido nairada la ciencia ficci6n -novelas, histoiietas, iadio y aun televisi6n. Es a tiav6s de estos dos t6rminos -nairativa y * Tomado de <> a Kuhn, Annette (ed) Alien Zone Cultural Theory and Contemporary Science Fiction Cinema. Londresfl>tew Yoik,Veiso, 1992. Traducci6n de AnaIia Reale especiaImente para este volumen. * * Annette Kuhn es docente en la Univei sidad de Glasgow en el aiea de Estudios sobre Cine y Televisi6n Ha pubhcadoCinema,Censorship andSexuality, The Powerofthe Image: Essays on Representation and Sexuality y Women 's Pictures: Feminism and Cinema
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cine- y de su interrelaci6n que puede ser util considerar la instrumentalidad cultural dela ciencia ficci6n como g6nero cinematografico. Los escritores de literatura de cienciaficci6n, que son menos timidos que los te6ricos para discutir la ciencia ficci6n como genero, llaman la atenci6n sobre un conjunto de temas frecuentemente repetidos en los.relatosde ciencia flcci6n.. Entre estos se incluyen el conflicto entre ciencia y tecnologfa por un lado y la naturaIeza humana por otro y temas de desplazamiento espacial y temporal. La recurrencia a traves de estos temas de equipamientosparticulares de los mundos de ciencia ficci6n -tecnologfas desconocidas, aparatos futuristas, etc.- tambien ha sido senalada. Temas y equipamientos, estos uItimos bajo la forma de motivos icnograficos de naves espaciales, robots, computadoras y otrossimilares- puede extenderse al analisisdel cine de ciencia ficci6n. Algunos cifticos que escriben sobre literatura de ciencia ficci6n sugieren que esta instancia o punto de vista sobre los temas de los relatos de ciencia ficci6n tambien puede ser considerada como un indicador genenco'^. La ciencia ficci6n puede ser deflnida, entonces, en terminos de sus puntos de vista nanativos como asf tambien en funci6n de sus tematicas e iconograffas: ^la ciencia ficci6n esta asociada con modos particulares de narraci6n? Se hace cuestionable en este punto extender las definiciones literarias al cine sin tener en cuenta el <>, las cualidades especfficas del cine como medio narrativo. i,Se podifa decir, por ejemplo, con menor facilidad que la ciencia ficci6n en tanto genero cinematografico -por oposici6n al literario- propone un extranamiento o incertidumbre a traves del punto de vista narrativo? A pesar de las dificultades, sin embargo, las definiciones literarias de la ciencia ficci6n pueden ofrecer un punto de partida util para pensar la ciencia ficci6n como genero cinematografico. Enparticular, sugieren que los aspectos clave del genero pueden ser su construcci6n de tipos particulares de mundos ficcionales y temasnarrativos y su puesta en acto de ciertos puntos de vista nanativos y modos de interpelaci6n. Se puede especificar la atenci6n a aspectos de la narraci6n en relaci6n con el film considerando c6mo, por medio de su propio <>, el medio del cine organiza la nanaci6n de relatos de ciencia ficci6n En otras palabras, se orienta la mirada hacia el cine de ciencia ficci6n, productivamente no s61o en terminos de temas ypuntos devista narrativos smo tambien -y quizas mas significativamente- de la imagen cinematografica; en los " Verporejemplo, Louis James << <> andthe<>>> enDavid Puntei, (ed) Introduction to Contemporary Cultural Studies London, Longman, 1986; Suvin, Darko <>, Science Fiction Studies, 9:1 fToionto: 1982)
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niveIes de la iconografi'a y Ia mise-en-sc&ne, ciertamente, pero tambien -y especialmente- en terminos del propio <> filmico, sus <>, En efecto, la diferencia mds obvia entre la ciencia ficci6n como Iiteratura y Ia cienciaficci6n como cine reside en la movilizaci6n en este uItimo de lo visible, del espectdculo Si el cine es uno entre un numero de medios narrativos, tambien tiene su propio lenguaje, sus propios c6digos, a trav6s de los cuales produce sentido y narra historias Estos c6digos derivan de Ia capacidad del cine para mostrar los mundos ficcionales de los ieIatos que crea, poniendolos literalmente en exhibicion para que los espectadores lo miren. Las cualidades peculiares de la narraci6n cinematogi4fica depende fundamentalmente de la pura visibilidad de la imagen filmica, y del hecho de que Ia <> de un film necesariamente implica su visi6n. En el cine <> narraci6n y visibilidad est3n tan estrechamente entretej idas que para el observador ingenuo aparecen habitualmente como inseparables: sonido, imagen e histoiia estdn soldados, y es necesario un trabajo de deconstruci6n para separarlos a fin de poder rastrear el proceso a traves deI cuaI eI film produce sus sentidos." Si taIes c6digos de visibilidad operan de un modo u otro en el cine clasico, es probable que tengan una inflexi6n especifica en films de diferentes generos, incluida la ciencia ficci6n Por ejemplo muchos films de ciencia ficci6n crean tipos particulares de mundos de ficci6n, mundos que se presentan a si mismos como otros, o exteriores a la realidad cotidiana -espacio profundo, la geograffa interiorde la naveespacial, loscontornosdeplanetasextranos. Almismotiempo, estos mundos son bastante <> para el espectador, ya que est4n construidos a trav6s de convenciones iconogrificas de Ia ciencia ficci6n. La imagen meramente significa Io desconocido a traves de un conjunto de c6digos conocidos: el extranamiento no es una regla propuesta en el punto de vista narrativo del fiIm El relato es comprensible y pIacentero, y su mundo ficcional pIausible en si mismo. Al mismo tiempo, los c6digos de visibilidad pueden por momentos exceder los requerimientos narrativos: pero esto tambi6n es susceptible de ser subsumido en las convenciones del genero.. Asf, de modo particular en el cine de ciencia ficci6n, el espectaculo puede convertirse en un fin en sf mismo: efectos visuales y sonidos espectaculares interrumpen eI flujo de la narraci6n invitando '" Para un andlisissobre la nanaci6n yla visibilidad en el cinecIdsico, verDavid Bordwell y Kristin Thompson. Film Art: An Introduction Reading, MA: Addison-Wesly, 1979, cap 3: AnnetteKuhn <>enCook, JohnfcMisVisibleFictions.London: Routledge & Keagan PauI, 1982
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al espectador a conteinplar con espanto y fascinaci6n, la vastedad del espacio profundo o los milagros tecnol6gicos de las sociedades futuras. Menos comunes, aunque con un nivel de teorizaci6n relativamente alto, son las discusiones del cine de ciencia ficci6n que se centran en su <> iconogr&fico y filmico. Los c6digos cinematograficos especfficos de la ciencia ficci6n en contraste con los de otros g6neros son vistos en funcionamiento particularmente en los efectos especiales de sonido e imagen. Es su asociaci6n con estos efectos, o al menos eso sostiene el argumento,el que hace de laciencia ficci6n el mds cinematografico de todos los generos fflmicos.. Esto es asf no solo porque, porque para lograr el mejoi efecto, los films de ciencia ficci6n deben set vistos y oidos en una sala de cine sinotambien porque la tecnologfa de la ilusi6n cinematogrifica muestra eI estado de su propio arte en los films de ciencia ficci6n. Dado que los films mismos a menudo tratan sobre tecnologias futuras nuevas o imaginadas, 6ste puede ser un ejempIo peifecto de que el medio se adecua, si no lo es exactamente, al mensaje. Finalmente, existe la suposici6n, muy difundida pero pr&cticamente sin teorizar, de que los fiIms de ciencia ficci6n operan dentro de una red de significaciones (y de hecho de acciones) que se extiende m&s alte de los films mismos Esta suposici6n estd en juego, por ejemplo, en los argumentos que sostienen que los films de ciencia ficci6n tienen ciertos <> en la sociedad, o que evocan en aquellos que los ven respuestas emocionales o de comportamiento particulares. TaIes opiniones van desde un fuerte, pero con frecuencia ate6rico, recurso al saber convencional acerca de los efectos que los films tienen sobre la conducta de la gente (aun cuando tales argumentos de <> son poco habituales en las discusiones sobre films de ciencia ficci6n y, en cambio, son mas caracteristicos de los comentarios sobre el cine de horrory lapornografi'a), hasta argumentos mds abiertamente te6ricos referentes a los modos en los que el cine, los generos y los textos cinematograTicos expresan, actualizan y producen ideologfas, Estos argumentos, a su vez, plantean cuestiones sobre la relaci6n entre las practicas culturales y el <>, entre los films o los generos cinematograTicos y la sociedad.. Los ctiticos preocupados por la distinci6n entre representaci6n y realidad que subyace a estos argumentos pueden argumentar, en cambio, que los fiIms de ciencia ficcidn participan en intertextos -en amplios sistemas de significado cultural..
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1.6. Historia 1.6.1. Origenes* Harlan Ellison** Hay aIgunos que dicen que la ficci6n especulativa empez6 con Luciano de Samosata y Esopo, Sprague de Camp, en su excelenteSciewce Fiction Handbook (Hermitage House, 1953), cita los nombies de Luciano, Virgilio, Homero, Heliodoro, Apuleyo, Arist6fanes y Tucidides, y llama a Plat6n <> GroffConklin, en The Best ofScience Fiction (Crown, 1946), sugiere que los origenes hist6ricos pueden ser trazados sin ninguna dificultad a partir de Gulliver del decano Swift, de The Great War Syndicate de Frank R Stockton, de The Moon Hoax de Richard Adams Locke, del Looking Backward de Edward Bellamy, asf como de Verne, Aithur Conan Doyle, HG. Wells y Edgai Allan Poe. En la antologia cl&sicaAdventures in Time and Space (Random House, 1946), Healy y McComas optan por el gran astr6nomoJohannes Kepler Por mi parte yo me inclino a apoyar la idea de que las bases de toda la gran ficci6n especulativa se hallan en la BibIia. (Hagamos una pausa de un microsegundo para iogarle a Dios que no descargue sobre mi uno de sus rayos.)
1.6.2. El otro mundo* Yuli Kagarlitsky** Cyrano de Bergerac nos habla de su estancia en la Luna en el libro El otro mundo Los estados e imperios de la Luna (escrito en 1647-1650 y editado por * Tomado de Ellison, Harlan <> en Visiones peligrosas l Buenos Aires, Hyspamerica, 1986 ** Escritoi noiteamericano de ciencia ficci6n (Cleveland, 1934), conocido sobre todo en su car4cter de editor de antologfas, la mSs famosa de las cuales es sindudaVisionespeligrosas, que milita en favor de lo que se denomin6 <> en el campo de la ciencia ficci6n: renovaci6n temStica y experimentaci6n formal fueron dos de los pivotes a paitir de los cuales se pretendi6 coIocar al g6nero en relaci6n de igualdad con elmainstream literaiio Ha escrito, tambi6n, guiones para televisi6n (Viaje a las estrellas, Elagente de CIPOL) * Tomado de Kagarlitski, Yuli i Que es la cienciaficci6n? Madrid, Laboi, 1977 ** Yuli KagaiIitski es un investigadoi sovi6tico que ha abordado la ciencia ficci6n particuIarmente en lo que se refiere a su continuidad (tem2tica y simb61ica) respecto de la
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vez primera en 1657).. 6l mismo experiment6 algunos medios de viajar a la Luna, de otios, le hablaron. El primer intento ffacas6 Cyrano sujet6 alrededor suyo gran cahtidad de redomas llenas de ibcib, pues ya se sabe que el rocio bajo los efectos de lbs raybs s61ares se eleva al aire Y asf ocurri6 y se elev6 por ericima de las riubes niSs aitas, peib equivPeb su direccibn y vol6 hacia el S61 y ho hacia la Luna; Tuvo que renuriciaf a cbntiriuaf el viaje Fue iompiendo las redomas y de este modo descendi6 poco a poco sobre la Tierra. No se sinti6 por ello desalentado y prontO constiuy6 uha maquina especial que se elevaba al aire gracias a unas alas movidas por unresoite. AdemSs, Ia maquina Uevaba seis filas de cohetes puestos de seis en seis. EI combustible se acab6 antes de que la maquina se elevara ld siificiente, las alas tampbco funcionaron y el artefacto cay6 en Ia Tierra, aunque 6l sigui6 vblarido hacia la Luha.Lavfspera,paiacurarseelcuerpomaguliadoerieliritentoahteribrjSehabia untado con tu6tano devaca. Eri aquelIafase la Lunaatrafa el tu6taiio. De este modo,gracias a una feliz casualidad, Cyrano hbsblb hb se estrell6, sino que fue a parar a la Luna Allfse enter6 deotros medios paraIlegar al astro. Erisu tiempo habfan iecurrido a 61 Enoch yElfas.Enoch se at6 bajb las axilas dos inforas con el humo de los saciificios <>,Unavez cerea de la Luna desat<5 r&pido las anforas quesiguieion elev3ndosealcielo, mientras que Enoch caia sobre el sat61ite. <>. El profeta Elfas iecurri6 a un m6todo mas complejo: <<...tbm6 unbs dbs pies cuadrados de imftn que puse en un hoino, luego cuando estuvb bieri purgadb; precipitado y disuelto, saqu6 el atractivo calcinadb y lb reduje al giueso aproximado de una pelota mediana>>, Despu6s Elfas cbnstruy6 uhcarrO de hienb y lanzando la <>, oblig6 al cano a ascender. La m^quina <>. histoiia general de la liteiatura Es paiticulaimente peispicaz en el senalamiento de los componentes imaginaiios de la ciencia ficci6n (y de un humanismo conmovedoi).
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Los dos ultimos procedimientos que conoci6 Cyrano para trasladarse de la Tierra a la Luna y de la Luna a la Tierra estaban destinados especialmente para aqu6Ilos que no crefan en la rotaci6n de la Tierra, pero sf creian en Dios. El primero es muy sencillo: subir por la escalera que, segun se dice, habfa hecho en su tiempo Jacob. El otro es todavia mds sencillo. Aquf el desplazamiento se efectua sobre el puro entusiasmo. Asi lleg6 Addn a la Tierra de la Luna, donde se encuentra el paraiso terrenal.
1.6.3. Micromegas * Martin Caparr6s** El Micromegas deI caballero Voltaire es un cuento escrito hacia 1750, inicialmente dedicado a uno de los mascarones de proa del despotismo ilustrado, Federico II de Prusia. ElMicromegas admite ciertos antecedentes, como el Viaje de la Tierra a la Luna -un siglo anterior- de Savinien Cyrano de Bergerac, que antes de ser un personaje romdntico y nasal y gongorino de Edmond Rostand fue un dramaturgo y satirista gongorilla y nasal, de vida breve y muerte romdntica. Micromegas -luego llamado Minimax- es un habitante del planeta del sistema de Sirio, la gran estrella roja. Asi eI principio del cuento es una petici6n de principios copernicanos: <>. El geocentrismo esti siendo desplazado de la ciencia, pero no siempre de de las mentalidades, aun la de Voltaire: la descripci6n del personaje, y de su entorno y de su saber, es una transposici6n proporcional de las medidas y caracteristicas de la Tierra, grandiosamente magnificadas. La ficci6n de la ciencia aparece en tales transposiciones. Todo un sistema ajeno e improbable es descripto a partir de lo conocido y propio, de la ciencia Signo de los tiempos positivos. Si la utopia erahastaentonces <>, <>, a partir de Cyrano y, sobre todo, de Voltaire, se puede decir que la ficci6n como utopia comienza a recurrir a la ciencia. El sistema sigue produciendo: Micromegas el Sirio -en riltima instancia de palabras, un sirio es tambien un oriental- tiene problemas con la autoridad * Tomado de Caparr6s, Martin <>, Tiempo argentino (Buenos Aires: domingo 8 dejulio de 1984) ** Periodista y esctitor argentino, Capan6s ha publicadoAnjay o los infortunios de la gloria, No velas a tus muertos y eI Tercer cuerpo, entre otras novelas, Fue director de las rcvisias Babel y Pdgina 30
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religiosa de su planeta -e! mufti, nombre musulmdn- y lo abandona, viajando por Ios espacios sideraIes a bordo de otros descubrimientos recientes, como ciertos rayos solares, o la fuerza de la gravedad -y Newton fue una de las grandes, escasas, admiraciones de Voltaire Asf llega a Saturno, donde el esquema se repite: toda una construcci6n imaginaria hecha de piopoieionalidades, de tiena trasnplantada. Deallf,junto con un saturnino y comitiva, descienden a la Tierra, planeta fnfimo Sus discusiones con los mfnimos fil6sofos tem'colas introducen entonces la desaz6n de la mirada otra, alterada, la extraneza del discuiso cotidiano pasado poi la criba de lo ajeno, ut6pico. Es la torre ni negra ni blanca dando el jaque al pastor Micromegas concluye cuando un te61ogo tomista rescata las viejas ceitezas tolemaicas para declaiai, desde el topos amurallado de la Verdad absoluta, que el sirio, el saturnino, sus mundos, sus estrellas y sus dichos, han sido creados unicamente para eI hombre. Asf la ficci6n de la ciencia cierra el vicio de su ci'rculo: la sola aceptaci6n de la posibilidad de otras vidas en el universo constitufa, en si misma, un acto de subversi6n y duda Desde entonces, la ciencia ficci6n ha tenido que aguzar su ingenio para alcanzar -ocasionalmente- los mismos objetivos. Pero sin duda ha mantenido su intenci6n de establecer un lugar, otto, una utopfa a la cual mirar o desde la cual ser mirados, para mirar nuestros oblicuos veiicuetos La alteridad de la ficci6n con ciencia sigue -desde Herodoto, o tal vez antes- remitiendonos al propio lugar, descorriendo los velos de la cegueia de nuestros propios topos.
1.6.4.Wells* Martin Gaidner** Humanista mundano, crftico social, novelista, H, G. Wells piodujo obtas voluminosas que reflejaron la apasionada lucha de toda su vida contra la injusticia y por la construcci6n de un mundo mejor. Para Wells, la raz6n y la * Tomado de Gardnei, Martin <> en Cr6nicas marcianas y otros ensayos sobrefantasia y ciencia. Baicelona, Paid6s, 1992 ** Matem3tico,fil6sofo,crftico litetario estadounidense. Publica regulaimente notas sobrecienciay sobteliteiatuiaen los principales peri6dicos neoyorkinos, Agudoy perspicaz, ha llegado incluso a escribir una biograffa y cti'tica de si, firmada con seud6nimo, y en la que senalaba las diversas y muchas conlradicciones, inconsistencias y banalidades que podfan leerse en su obra
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ciencia eran herramientas con las cuales la especie humana, a medida que, lenta y penosamente, emerge de su pasado animal, construye una cultura mundiallibre de superstici6n, guerra, pobreza y enfermedad. A este movimiento lellam6 <>.. Men like Gods (1923), la miSs grandiosa de sus novelas ut6picas, utiliza el recuiso de un <> para describir un cuadro biillante de lo que podria ser el futuio de la Tienra. Pero Wells tambi6ntuvo momentos de des6nimo en los que describi6 utopias negativas que podian ser resultado del fracaso de la conspiraci6n, sobre todosi elpfogreso delas annas modemas hace perder a la humanidad lo que Wells llamaba, en unafrase que se cita muy a menudo, <>. La reputaci6n de Wells como padre de la ciencia-ficci6nmoderna se apoya no s61o en la cantidad y calidad de su obra en este g6nero, sino tambi6n en el asombroso numeio de recursos b4sicosde ciencia-ficcidn que fue el piimeib eh emplear con notable originalidad.
1.6.5. De Verne a Campbell* Pablo Capanna** Entre ciencia y ficci6n hay una relaci6n de filiaci6h. La ciencia ficci6ri riaee en plena expansi6n de la Revoluci6nIndustrial, cuando la ciencia pasaa serun valoi gravitante en la sociedad, y ieemplaza a la religidn Se trata del positivismo, el culto a la ciencia, que genera una literatuia basada en la ciencia que al mismo tiempo es una apologia de la ciencia, es ciencia novelada para elgranpublico, para despertar una vocaci6n cientifica.. Julio Verne hace liteiatura para que los chicos vayan piepaidndose para el Polite^;nico. Despues se llega a la madurez y esa relaci6n con la ciencia se corta No s6 exactamente en que" momento, pero eso se ve en la ciencia ficci6n noiteamericana, en la evoluci6n que sufre desde la era de Campbell, cuando la gente deja de escribir teoremas, deja de eseribir experimentos para hacei una creaci<5n.
*Tomadode<>,Mwo(awro, 1 (BuenosAires: abtilde 1983). ** Pablo Capanna estudi6 filosofia en la Universidad de 6uenos Aires. Ha publicadoE/ sentido de hx cienciaficci6n (Buenos Aires, Columba, 1966), La tecnarquia (Barcelona, Banal, 1973) El piimer libro, recientemente teeditado en Buenos Aires poiEdiciones Letra Buena (ver bibliogiaffa) es probablemente uno de los primeios estudios serios y exhaustivos en el 4mbito de la lengua espanola
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Verne es un positivista en ese aspecto, aunque desde luego tiene otras facetas. Lo cieito es que en un momento se llega a la madurez y esa felaci6n servil se corta Incluso hay mucha gente defoimaci6n cientifica que usa la ciencia ficci6n como una especie de fiIosoffa salvaje Stanislav Lem, por ejemplo, es un fll6sofo salvaje, un hombre de f0tmaci6n m&iica, que ha estudiado cibernetica y otras disciplinas, yatraves del humor hace una reflexi6ncritica.
1.6.6. La era de Campbell* Isaac Asimov** Me conveiti en un escritor de ciencia ficcidn en 1938, justo en el momento en que Jdhn W.. Campbell, Jr. estaba revolucionando el campo con la simple exigencia de que los escritores de ciencia ficci6n se mantuvieran firmes en la lfnea divisdiia que separa la ciehcia de ia literatura. La ciencia ficci6n pre-Campbell cafa demasiado a nienudo eri una de las dds clases. O era completamerite nd-ciencia, o era tddo-ciencia. Las historias de riociericia eran hist6rias de aventuras en las cuales los lugaies comunes de lajerga del oesteeran borrados y sustituidos por lugares comunes equivalentes de lajerga espacial. El escritoipodia ignorar porcompleto elconocimiehto cientifico, puesto que todo lo que necesitaba era un vocabulario de jerga tecnica del que podia ignorar por completo el conocimiento cientifico,puesto que todo ld que necesitaba era un vocabulario de jerga t6cnica del que podia echai mano indiscriminadan1ente. Por otro lado, las historias todo-ciencia se hallaban pobladas exclusivamente por caricatuias de cientificos. Algunos eran cientfficoslocos, otroserah cientificos distrafdos, otrds, cientificosnobles. Lo dnico que tenian en comtin era su ihciinaci6n a exponei sus teorias. Los locos las cHillabari, los distiafdds las * Tomado de Asimov, Isaac. <> enEllison, Harlan. Visiones peligrosas I. Buenos Aiies, Hyspam6iica, 1986. ** Nacido en Rusia, se tiaslad6 a los Estados Unidos en 1923 Se doctoi6 enQufmica y fue piofesor de la Universidad de Boston hasta que, en 1958, pas6 a vivir de su trabajo como esciitor. Es probablemente el escritoi de ciencia ficci6n m4s conocido, en virtud de su producci6n infinita. Ha cultivado tambi6n la histoiia (en sus diveisos iubios: de las ciencias, de las ieligiones) y es, con justicia, uno de los mas giandes divulgadoies de todos los temas Sus novelas, siempre un poco esquemdticas, se han conveitido en modelo de una cierta tendencia dentio de la ciencia ficci6n. Sus obias m&s famosas son Yo, robot (1950) y Los robots (1982), que constituyen una seiie.
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murmuraban, Ios nobles las declamaban, pero todos disertaban de una forma insufribIemente interminable. La historia era una delgada capa de cemento que unia entre sflos laigos mon6Iogos, en un intento de proporeionar la ilusi6n de que esos largos mon61ogos tenian alguna raz6n de existir. La contribuci6n de Campbell consisti6 en su insistencia en que la excepci6n se convirtiera en regla. Tenia que haber aut6ntica ciencia y aut6ntica historia, sin que ninguna de las dos dominaia a la otra. No siempre consigui6 lo que deseaba, pero si lo obtuvo lo bastante a menudo como paia iniciar lo que los veteranos consideran la Edad de Oro de la ciencia ficci6n,
1.6.7. La decadencia del imperio* Sam Lundwall** Como euiopeo, profeso sentimientos ambiguos hacia el mundO de la ciencia ficci6n noiteamericana, sobre todo hacia el especto repreentado por las revistas Naci en 1941, y como muchos otros europeos de mi generaci6n descubrf la ciencia flcci6n primero en los escritos de Jules Verne y Hans Dominik, y luego en las revistas norteamericanas. Tarde muchosaiios en advertir que existia una rama europea de esta literatura, que el genero en realidad se habfa originado en Europa; y en cieito modo sentf que los Estados Unidos habfan robado este legado para transformarlo, vulgarizarlo y alterarlohasta volverlo irreconocible. Una generaci6n deestudiosos y lectores europeos de ciencia ficci6n redescubre ahora su propia tradici6n, y es un proceso muy doloroso Encontramos cientos de obras destacadas ocultas detr3s de baiieras ligufsticas insupeiables, ocultas detra^ de esas obras inglesas y norteamericanas que durante anos han sido accesibles, en grado tal, que todo lo dem2s se ha perdido de vista. Peor aun, descubrimos que estamos tan habituados al modo norteamericano de escribir ciencia ficci6n que parte de nuestro legado nos parece extrano y aun ex6tico,. La ciencia ficci6n se origin6 en Europa. Desde entonces, Gran Bietana y los Estados Unidos desempeiiaron un papel decisivo en el desarrollodel genero. Hoy Iainfluencia de ambos languidece de prisa, y otros pafses toman la delantera.. Las cosas son como deben ser, pero yo lamentarfa que la ciencia ficci6n de habla *TomadodeLundwall, Sam <>,Elpendulo, 13 (Buenos Aites: noviembre 1986) **SamLundwell(1941),novelista,traductor,editor,productordeTVydisenadorgrdfico de otigen sueco estd considerado como un maestro de la nueva ciencia flcci6n europea
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inglesa, que ha significado tanto para el desarrollo moderno del genero, se marchitara y muriera en un aislamiento voluntario. Aun asf, eso ocurre ahora, y ni siquiera las convenciones <> restiingidas al mundo angl6fono, los piemios a Ia <> restringidos a libros norteamericanos,las antologfas de <> restringidas a la ciencia ficci6n norteameiicana, ni las presuntas enciclopedias de <> restringidas al limitado mundo de habIa inglesa pueden desviar esa tendencia. Las puertas del gueto noiteamericanoA)ritanico han permanecido cerradas demasiado tiempo, y abrirlas depende de los que est3n adentro.
1.6.8. Contra el (genero del) amo* Stanislaw Lem** La ciencia ficci6n noiteamericana es un reino de creatividad gregaria Su cardcter gregario se manifiesta en el hecho de que los libros de diversos autores iiansforman, como quien dice, en diferentes sesiones deI mismo juego o uivcisas figuras dela misma danza. Deberia enfatizarse que, tanto en la cultura literaria como en laevoluci6n natural, los efectos se transforman en causas en virtud de curvas de realimentaci6n: la pasividad aitfstico-intelectual y la mediocridad de obras calificadas de brillantes repelen a los autores y lectores mas exigentes, de modo que la perdida de individualidad en ciencia ficci6n esde inmediato una causa y un efecto de la reclusi6n en un ghetto. En la ciencia ficci6n queda poco espacio para obras creativas que aspiren a tratar sobre problemas de nuestro tiempo sin mistificaci6n, simpIificaci6n excesiva o faciI entretenimiento: obras, por ejemplo, que reflexionaran sobre el papel que la Raz6n puede ocupar en el Universo, sobre los limites de conceptos formados en la Tierra como instrumentos cognitivos, o sobre las consecuencias del contacto con la vida extaterrestre que no encuentran lugar en el desesperadamente primitivo repertorio de convenciones de la ciencia ficci6n (limitado por * Tomado de Lem, Stanislaw. <>, El Pindulo, 15 (BuenosAires: mayo 1987) **Stanislaw Lem naci6 en 1921 en la ciudad de Lvov; en 1944 se trasIad6 a Cracovia y hoy vive en Viena Ha escrito, entre otios libros, Astronautas (1951), La Nebula Magalldnica(1955),Solaris(1961),Summa Technologiae (1964), Ciberiada(1965), Vacio perfecto (19'71) y La fiebre del heno (1973) Por alguna raz6n (^el humor7iel rigor argumental?) ha sido comparado por Borges a quien, es evidente, Lem ha lefdo
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la altemativa <>/>>ganan ellos>>) Estas convenciones guaidan con el tratamierito seiio de dichos problemas la mismarelaci6n que guardan los relatos policiales con los problemas del mal inherente a la humanidad. Si alguien utiliza la aitillena pesada de la etnologia comparada, la antropologfa cultural y la sociol6gia contra tales convenciones, se le dice que esta usandoun cafi6n paia deiribai goiriones, porque es una meia cuesti6n de entretenimiento; una vez que calla, vuelve a lazarse la voz de los apologistas del papel modelador, anticipativo, predictivo y mitopo6ticb de la ciehcia ficci6n.
1.6.9. Nueva ciencia ficci6n* Ricardo Piglia** Thomas Disch sintentiza una tendencia de la actual nairativa norteamericanaque tiabajaen los bordes de la cienciaficci6n, c6mbinadeliiiosfilos6ficos con pesadillas polfticas y especulacon los mundos posibles. Unimaginatioexasp^erad6 y fueradel tiempo que elab6ra sus materiales apartirde los restos de la alta cultura y el cadaVer de sus h6roes (Nietzsche, Pbund, G6del), entreverados con el brillo ag6nic6 de las series de TV,las revistas dedivulgaci6n cientfficay los comics, el kitsch tecnocr4tico, la mdsica rock,el paisajede la publicidad y laluz de losmoteles peididos en la caireteraEl primero quedefirie esa tendenciaes William Bunoughs que enNakedLunch (l959)yNova Express (1964) delimita las foimas de ese nuevo g6nero, espejo paranoico de la culturanorteamericana. Construccidnes alucinadas donde secbmbinan las f6imulas y losestereotipos de la categoryfiction (en primer lugai la ciencia ficci6n, pero tambi6nel western, lanovelapornogilfica, el thrillei)con las tecnicasexperimentalesy laesciitura discontinua de la vanguardia. Se abre allf un camino de renovaci6n en elque * Tomado de <>, entrevista de Ricardo PigIia a Thomas Disch, Crisis, 54 (Buenos Aiies: octubre 1987). **Ricaido Piglia naci6 en Adrogu6 (1932), provincia de Buenos Aires. En 1967 public6La invasi6n, que iecibi6 el premio Casa delas Am6ricas Los relatos deNombrefalso (1975) fueion durante anos objeto de culto por parte de losj6venes estudiantes universitaiios. Respiraci6n Artificial (1980) y La ciudad ausente (1992) son los nombtes de sus dos novelas Piglia es, ademls, critico liteiario {Critica yficci6n, 1986) y profes6r univeisitaiio Ha piopuesto interesantes inteipietaciones sobre el g6neio policial y la ciencia ficci6n, Iigados, en su perspectiva, con las tiansfoimaciones culturales definde siglo y 16s paisajes urbanos que las involucran
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entran todos los estilos y todas las jergas de una lengua trabajada por la dioga, la psicosis y la guena; un camino que rechaza frontalmente la oposici6n entre las tiadiciones de la alta cultura y los productos de la cultura de masas.. Las novelas de Thomas Pynchon, las obras maestras que Philip Dick fue dejando en la arena de su prolificaproducci6n (El hombre en el castillo, Los tres estigmas de Palmer Eldrich, Ubik), el Heller de Catch 22, Giles Goat-Boy de John Barth, La intersecci6n de Einstein de Delany, relatos de Kurt Vonnegut, de Walter Percy, el mismo Mailer, son algunos ejemplos de una producci6n que excede los registros convencionales y cruza los g6neios, Disch se instala en una fronteia incierta entre la ficci6n especulativa, sofisticada e hipeiintelectual y el plot de laliteratura de masas. Novelas como Campo de concentracidn o 334, relatos como <> o <> se mueven en el espiritu de la ciencia ficci6n pero no conservan ninguno de los rasgos externos del genero Disch parece mantenei con la ciencia ficci6n la misma relaci6nque Chandler tenfa con la novela policial: le interesan las posibilidades narrativas de esa foima pero no sus iesultados. Disch practica, por otro lado, un tipo de estrategia literaiia muy comun en los escritores noiteamericanos de las ultimas generaciones. Sus elaboradisimos libros de poesia se alteinan con las novelas <> escritas con seud6nimo (y a veces en colaboraci6n), y su exigente escritura de ficci6n se combina con los guiones de TV que escribi6 para la inolvidable seiie El prisionero que protagonizara Patrick McGoohan.
1.6.10. Metaffsica de la ciencia ficci6n* Paul Virilio** La ienovaci6n de la ciencia ficci6n en los Estados Unidos y los paises industiializados parece ligada a la de las religiones y sectas en la medida en que su tema principal se limita a: ciencia-teconologia-otros tnundos Si, por una * Tomado de Virilio, Paul. Estetica de la desaparici6n Baicelona, Anagrama, 1991 **PaulVirilio(1932)fuediiectordelaEcoleSpecialed^'Architectureentrel972yl975 y peiteneci6 al consejo de redacci6n de ievistas comoEsprit o Critiques Desde sus primeios textos analiz6 los cambios perceptuales a trav6s del diseiio uibano y el vinculo entre infoimaci6n y politica, paiticularmente en lo que se iefieie a los fundamentos militaies del desarrollo de t6cnicas visuales Para Virilio (heredero de las problem&ticas foucaultianas), las nuevas tecnologfas pueden ponerse en conelaci6n con un nuevo modelodefuncionamiento del Estado (y un nuevo orden econ6mico) en el cual las telecomunicaciones y la infoimStica
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parte, hombres como el profesor Lawrence Leshan se esfuerzan por mostrar las similitudes entre los ffsicos atomistas y los grandes misticos" con respecto a la visi6n del universo y sus leyes, por la otra, los relatos de ciencia ficci6n se dedican a describir las incompatibilidades entre nuestra presencia en el mundo y los diversos grados de una especie de anestesiade nuestras conciencias, que nos hace caer, constantemente, en ausencias mas o menos prolongadas, mis o menos intensas y provoca, con diversos medios, la inmersi6n instantdnea en otros universos, mundos paralelos, intersticiales, bifurcantes, y hasta en es&blackhole que no serfa m^s que un exceso de rapidez de ese tipo de travesias, un puro fen6meno de velocidad que acorta la separaci6n inicial entre el dia y la noche. En respuesta a una nueva demanda, preocupada por estos temas, ese genero de reIatos s61o adapta con bastante fidelidad la versi6n judeo-cristiana del Genesis, haciendo que la ciencia, y sobre todo los medios tecnicos, desempenen el papel logistico que inicialmente le cupo a la primera mujer Satands aparece en la BibIia como el seductor de Ia mujer, que, a su vez, seduce aI hombre, dando asf comienzo al ciclo de la Humanidad destinada no tanto a la muerte cuanto a la desaparici6n, es decir a la expulsi6n del universo en el que vivfa, y esto se cumple enprincipio como un fen6meno de la conciencia
1.6.11. La falsa novedad de lo <>* Miguel Barcel6** En los anos ochenta, y precisamente a partir de la premiadfsima novela Neuromante (1984) de William Gibson, aparecen una serie de novelas cuya se constituyen no tanto en dispositivos de control (lo que es obvio) sino sobre todo en redes en las cuales seconstituye Iasubjetividad. Es poresoqueVirilio hainvestigado particulaimente fen6menos como al videoscopia, la velocidad, etc . Ademds de XzEstetica de ladesaparici6n, puede verse el artfculo <>, que Silvia Delfino tradujo e incluy6 en su compilaci6n La mirada oblicua (1993), publicada en esta misma colecci6n. * Tomado de Miguel Barcel6. <> en Ciencia Ficci6n. Guia de lectura. Barcelona, Ediciones B, I990. **MiquelBarceI6,conocidoespecialistaencienciaficci6n,eselunicomiembroespaiiol de ]aScience FictionResearchAssociationy de laScience Fiction WritersofAmerica. EI libro deI que esta tomado este fragmento es un catilogo excelente de autores, titulos y t6picos sobte ciencia tlcci6n. " Lawrence Leshan.7%e Medium, the Mystic andthe Phyucisttowatda General Theory ofthe Paranormal. New York, Viking Press (N.A..)
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simiIitud de caiactensticas suscitaron la idea de que podian configurar el mas reciente movimiento y subgenero dentro de la ciencia ficci6n Se trata de la corriente lIamada cyberpunk, que atina, como su nombre indica, caracteristicas propias de una sociedad completamente impiegnada por la cibetnetica y una nueva estetica de tipo punk. En general Ias novelas y relatos cyberpunk muestran una sociedad en eI futuro inmediato (generaImente mediado o finalizado el siglo XXI), en la que el predominio de la inform&tica y la tecnologfa cibernetica es abiumador. Los personajes suelen ser seres marginados de Ios bajos fondos de las nuevas megal6polis del futuro, y la esttuctuta narrativa esta" basada en la clasica novela negra al estilo de las que hicieran farriosos a DashielI Hammett y Raymond Chandler. Los personajes suelen disponer de implantes cerebrales que les permiten la conexi6n directa a las redes de ordenadores, aunque esta novedad tiene antecedentes directos en eI <> utilizado varios anos antes por Norman Spinrad en su brilIante novela corta Jinetes de la antorcha (1972).. Por desgracia para la verosimilitud del subg6nerocyberpunk, algunas de las referencias tecnol6gicas al mundo cibernetico de los ordenadores se limitan a una mera jerga inventada que, en algunos casos, delata la escasa formaci6n tdcnica de los autores En cualquier caso, cabe destacar esta sorprendente incursi6n de Ia novela ntgrahardboileden los dmbitos de Iacienciaficci6n Sus mayores exponentes son los norteamericanos William Gibson, Bruce Sterling, John Shirley y Lewis Shiner.
1.6.12. Ciencia ficci6n criolla* Pablo Capanna La ciencia ficci6n comenz6 siendo, aquicomo en muchos otros lugares, un producto de importaci6n que tard6 varias d6cadas en ser asimilado y recien produce sus primeros frutos. Algo andlogo ocurri6 en Europa, donde la ciencia ficci6n penetr6 en la posguerra como consecuencia de la <> del Occidente y se superpuso a las tradiciones locales, a menudo venerables, que posefan IngIaterra o Francia. * Tomado de Capanna, Pablo <>, Tiempo argentino (Buenos Aires: domingo 29 de diciembre de 1985)
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En Borges, los temasprocedentes de la lectura delos cldsicos ingleses de la <> son tratados con suma libertad. Al lector de ciencia ficci6n, <> puederecordarle a Philip K Dick, siquiera por una accidental coincidencia temdtica; <> tiata sin duda de un mundo paialelo, tratado en clave metafisica; <> se puede vincular con <>,el superhombre de Stapledpn, pero sus contextos son completamente distintos. Sin embargo, Boiges ha sido uno de los escasisimos intelectuales argentinos que supieron mirar sin prejuicipsa la ciencia ficcidn, y buena parte de la aceptaci6n que tuvo la colecci6n Minotauro se debi6 al espaldarazo que le dieia al piologar a Bradbuiy. En Bioy Gasares, en cambio, ya podemos hablai explicitamente de ciencia ficci6n, aunque excluyendo toda influenciadirecta de aqu611o que entonces se estaba gestando en la ciencia ficci6n popular norteamericana; paitiendo de lecturas europeas, Bioy ha producido algunas grandes obras que ningun academico vacilaiia en catalogar entre la mejor ciencia ficci6n: La invenci6n de Morel, wellsiana desde el titulo, o la ucronia de <>, el extrateiiestre de <>; en cambio, temas que formalmente pueden ser de ciencia ficci6n, como eWiario de ki guerra del cerdo o <> ieciben un tratamiento distinto. Con justicia, Elvio Gandolfo lo ha compaiado conDino Buzzati. Al produciise la transfoimaci6n de esa <> en <> en los Estados Unidos, el nuevo oleaje que arrib6 a nuestias playas en los afios 50 vino a encontraise con aquella tiadici6n de inealidad que ya se habfa hecho tradicional con Borges y Bioy Casares: la sincesis asoma en la obra de los recientes esciitoies de ciencia ficci6n argentinos, que usan de la temdtica <> como de un trampolfn paia libeiar esa fantasia que tanto condice con nuestia improbable pero cierta condici6n nacional Por lo que puede apreciarse, los autores argentinos de ciencia ficci6n pertenecen a generaciones distintas, aunque reconocen de algun modo una historia comun. No aspiran, como desde algun prisma crftico cree verse, a reivindicar una <>; en su caso, la marginalidad no fue deliberada sino accidental, y s6Io cierta par41isis de la cultura ha demorado hasta hoy su reconocimiento; con total claridad aspiran a ser aceptados como escritores, a secas, y no sienten demasiado inter6s enser rotulados de modo alguno. Los nombres de Angelica Gorodischer, Carlos Gardini, Elvio E. Gandolfo, Rogelio Ramos Signes, el uruguayo Mario Levrero, Marcial Souto, Sergio Gautvel Hartman, Eduardo Abel Gimenez, Leonardo Moledo, Raul Alzogaray y otros, no aparecen firmando un manifiesto ni proponiendo programa alguno; los unen lecturas compartidas y afinidades intelectuales; sus obras son completamente
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independientes y distintas, y el r6tulo <>s61o les cabe como senalamiento de sus origenes. Si nos pusieYamos estrictos, tendriamos que decir que casi nadie practica [ciencia ficci6n] aquf,apesarde los i6tuIos; segun las deflniciones de los mejores manuales, lo esencial de la cciencia ficci6nes la hip6tesis cientifica tomada como eje de la trama de una nairaci6n fantastica, y aqui casi nadie lo hace; cutiosamente, aun los esciitoies que posee una foimaci6n cientifica, como Vanasco, Boido, Moledo o Moujan Otano parecen ocultar su profesi6n y sus tecnicismos para volver a ietomai esa literatura de la iirealidad fundada por generaciones anteriores; sobre elIos se proyectan las sombras de Bioy Casares, Boiges y Cortdzar. En casi todos los paises que recibieion el impacto de la ciencia ficci6n norteamericana se pas6 poi una etapa imitativa que produjo infinidad de astronautas Hamados Joe, jeiga seudocientffica y tiamas de space-opera. En Argentina, esta etapa fue prdcticamente soslayada porque no existfa un mercado editorial propicio para tales aventuras; la falta de un publico masivo llev6 a los autores a dirigiise a un publico exigente, elevando su punteria; al hacerlo, descubiieion las ventajas de la autenticidad. En la ciencia ficci6n aigentina lajeiga cientifica esti reducida a su menor expresi6n, y a veces no pasa de sei un gui6n c6mplice, piecisamente porque los autores no vienen de los laboiatoiios sino que hacen ciencia ficci6n a partii de ella; los planetas iemotos son un expediente para entender el nuestro, no hay supeihombres sino antih6roes del subdesarrollo que se mueven en el mundo cotidiano y hablan un lenguaje coloquial Si es cieito que el realismo mdgico diffcilmente podfa haber crecido en el medio uibana argentino, cuyas rafces folkl6ricas habfan sido cortadas por el positivismo y el aluvi6n inmigratoiio, la Argentina puede ser, dentro de America Latina, un territorio muy fertiI para la ciencia ficci6n: una ciencia ficci6n que viene a emplamar admirablemente con esa peculiar fantasia tenida de escepticismo que nos ha hecho conocer en el mundo.
Capitulo 2 VerosimiUtud y genero
2.1. La f!cci6n pura* Jan Mukafbvsky** Una obra de poesfa 6pica habIara" -igual que una manifestaci6n putamente comunicativa- de un acontecimiento que habria ocurrido en tal y tal lugar, en tal y tal epoca, en tales circunstancias y con tales personajes como factores; no obstante, habra una diferencia: mientras concebimos una determinada manifestaci6n como una comunicaci6n, lo importante para nosottos sera Ia relaci6n entre la informaci6n y la tealidad de la que se habla. Lo cual significa que el receptor que percibe la manifestaci6n en cuesti6n se preguntara, sin formular expresamente la cuesti6n, si aquello que se narra ha ocurrido reaImente, o si las circunstancias del acontecimiento han sido las que se indican. Esto no significa * Tomado de Mukarovsky, Jan. <> en Escritos de Estetica y Semi6tica delArte Barcelona, Gustavo Gili, 1977. ** Jan Mukarovsky (1891 -1974) representa el punto de articulaci6n entre una tradici6n filos6fica heredera de Kant y Hegel y la teona semi6tica de la cultura que se desarrolI6 ahededot de las actividades del denominado Circulo de Ptaga, del que Muka ovsky form6 parte El Cfrculo desanoll6, en las d6cadas del veinte y del treinta, los principios propuestos por el Formalismo Ruso y es uno de los pilares en el desarrollo del pensamiento est6tico fundado en las investigaciones de los diveisos estructuralismos. En ese contexto, Muka ovsky propone una socio-semi6tica de la obia de arte, entendida como producci6n cultural sujeta a funciones, normas y valoies de orden social pero relativamente aut6nomos..Adem^s de los textos, fundamentales, reunidos en en Escritos, puede verse tambi6n Garvin, Paul (comp ). A Prague School Reader on Aesthetics, Literary Structure and StyU. Washington, Georgetown University, 1955 y, sobre todo, Kapitelaus derAsthetik. Frankfurt, Suhrkamp, 1970, que incluye el artfculo <>, muy interesante aunque no se refieie a la cienciaficci6ncomo cuerpo de reglas.
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que la respuesta a estas pieguntas tenga que ser positiva; puede ser formulada en el sentido de que la manifestaci6n fue parcial o completamente ficticia. En este caso, el receptor intentara" averigilar cual era la intenci6n del emisor. Y de esta averiguaci6n o suposici6n surgir&otra modificaci6n de larelaci6n de autenticidad de la manfiestaci6n (es decir de su relaci6n respecto a la realidad); por ejemplo: se trata de una manifestaci6n ficticia, con la intenci6n de enganar al receptor, de desviar su compoitamiento, es decir, se trata de una mentira; o bien: se trata de una manifestaci6n ficticia, con la intenci6n de hacer pasai por aut6ntico un acontecimiento ficticio, pero sin la intenci6n de desviar el comportamiento del receptor, sino de poneraprueba su credulidad: se trata, pues, de unamistificaci6n; u otro caso: se trata de una manifestaci6n ficticia, cuya intenci6n no es s61o enganar al receptor, sino presentarle una posibilidad de otra realidad, distinta de aquella en la que vive, consolarle, y eventualmente asustarle mostrlndole la diferencia entre la ficci6n y la realidad: es, pues, la ficci6n pura. Sin embargo, en cuanto una manifestaci6n linguistica narrativa este concebida como una creaci6n po6tica en la que prevalece la funci6n estetica, la postura respecto a la manifestaci6n ser4 diferente y toda Ia estructura de la relaci6n aut6ntica de la misma tendra' otro aspecto. El problema de si el acontecimiento narrado habrfa sucedido o no, perdera" importancia vital para el receptor (lector); tampoco se planteara" la cuesti6n de si el poeta quiso o pudo enganar al lector. No pretendemos afirmar, no obstante, que la cuesti6n delfundamento reial del acontecimiento narrado deje de existir. Al contrario, la circunstancia de si el poeta presenta el acontecimientonarrado como real o ficticio, hasta que punto y de que modo lo hace, sera" un cpmponente importante de la estructura de la obra po6tica. En los matices de este modo de presentaci6n consiste a menudo, por ejemplo, la diferencia entre las tecnicas de las distintas conientes aitisticas (romanticismo-realismo en algun aspect6), g6neros (cuento-cuento de hadas), y dentro de una obra determinada la relaci6n mutua entre los distintos componentes y partes. La tiansformaci6n de la relaci6n autentica obia-signo constituye, pues, al mismo tiempo su atenuaci6n y su fortalecimiento. La relaci6n se atenua en el sentido de que la obra no alude a la realidad descripta directamente por ella, y se refuerza de manera que la obra artistica en tantoque signo adquiere una relaci6n indirecta (figurada) respecto a los hechos importantes de la vida del receptor y mediante ellos respecto al conjunto de valores representado por el universo entero del receptor Y asi, la obra de arte adquiere la capacidad de aludir a realidades que no son aqu611as que representa, a sistemas de valores queno son aqu6Uos de los que ha suigido ella misma, y que no constituyen la base sobre la oue estS construida.
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2.2. Mecanismos de verosimilizaci6n* Gerard Genot** in.3. Laopini6ncomun,generalmenteaceptadaporunpequeiionumeiode individuos que sejuzgan representativos y a los cuales se agrega a veces el autor mismo, produce una distoisi6n del concepto de verosimil, y haci6ndole pasar del discurso literario al comportamiento social, somete el texto a sanci6n y enmienda. IV 1 Siempre en el plano de las coereiones y las limitaciones, la noci6n de g6nero debe ser vinculada a un estudio de lo verosimil. V..2.. Los mecanismos de funcionamiento de lo verosimil pueden variar y manifestarse, en el detalle, de modo diferente segun los individuos, las 6pocas, los g6neros. V..3. Si bien las manifestaciones varian casi al infinito, los principales motores son pi4cticamente id6nticos en todos los casos: se trata siempre de una tentativa de relativizaci6n de lo absoluto del texto. El texto deja abiertamente (y a nuestros pjos, ilusoriamente) de ser su piopia y unicajustificaci6n y la busca, aparentemente, en otros sistemas reguladores del comportamiento humano (el mismo discursivizado, cuando no textualizado). No es cuesti6n deponei en duda la existencia, y aun la legitimidad de estas justificaciones exteiiores; s61o es necesaiio -y es esta una actitud critica que reci6n comienza bosquejarse-, dejar de privilegiar esos nexos con el exterioi y de creei que se ha explicado un texto una vez agotados los datos desu contorno, aderezados con algunas observaciO' nes mds o menos justificadas y ordenadas aceica del valor est&ico del texto. V4. Asfpues, es necesario descubrir los mecanismos enjuego paia permitir a las motivaciones extra-textuales transformarse en principios constructores o destructoies de un texto, pero tambi6n para permitirle al texto <> al exterior. El primer mecanismo es el de l&senalizaci6n; es el mds general y engloba a todos los que vamos luego a mencionar.. Es, poi cieito, dificil dar cuenta de este * Tomado de Genot, Gerard <> en Lo verosimil {Communications, 11). Buenos Aires, Tiempo Contempor4neo, 1972 , * * El itticulo de Genot, un cldsico, fue leido duiante mucho tiempo como perteneciente a Genette, lo que motiv6 oscuras equivocaciones y lecturas caprichosas. Te6iico estructuialista que particip6 de la movida telqueliana, por alguna iaz6n se le ha perdido el iastio desde hace tiempo Segurmente Kristeva, con quien habri'a sostenido aIgun lazo er6tico, podifa dar cuenta de 61, pero no es el caso
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caracter en forma general; por un lado, porque la mayon'a de las veces es en el detalle de las articulaciones de la obra donde se manifiesta y, por otro lado, porque es precisamente en el detalle de estasjustificaciones y de sus signos donde se ha entretenido la critica y la exegeis, lo que hace que muy a menudo se hayan ignorado posibilidades realesdegeneralizaci6n. Paiecequedos procesos funcionan quiza sucesivamente: ladeclaraci6n y lanaturalizacidn. Para no tomar sino un ejemplo suficientemente claro, citaremos los fndices de la unidad de tiempo en la tragedia cldsica; estos estin tambien incluidos en el discurso, es decir, en el didlogo; su mayor o menor visibilidad debe ser considerada, y lo ha sido bastante a menudo, como un signo (secundario) de la conciencia que tiene el autor del caracter convencional, si no aitificial, de la concentraci6n de la acci6n V..5. El mecanismo de restricci6n es por completo aparente, a tal punto que es casi una evidencia describiilo; s61o algunas de sus consecuencias son menos evidentes. La restricci6n no es sino la reducci6n del numero de posibles del texto; no se trata aqm de calcular las posibilidades de que se de taI secuencia a continuaci6n de tal otra (aun cuando dicha investigaci6n corresponda perfectamente a un sistema de signos), sino mas bien de considerar el texto, no en el sentido proyectivo que acabamos de definir, sino en un sentido retrospectivo que corresponde por otra parte a un cierto modo de lectura (la relectura, que es el caso general, incluso cuando no se realiza materialmente y uno se limita a <> en el texto) En efecto,desde este punto de vista, la restricci6n de los posibIes, a medida que el reIato avanza (y termina por decidirse) tiene una doble incidencia; en primer lugar, cada hecho, consecuencia de los precedentes tyost hoc = propter hoc), fundamenta a estos asi como el esta fundado por aquellos: el mecanismo deI ielato funciona en los dos sentidos; por otra parte, y este es un hecho mas inteiesante desde esta perspectiva,eI relato constituye lo relatado como posible, pero (sin relaci6n con una noci6n extraliteiaiia de lo verdadeio y Io posible) enposible textual; y si desde este punto de vista (que no se confunde enteramente con la coherencia interna) todo texto es verosimil por el hecho mismo de ser un texto, hay que agregar inmediatamente que es porque este verosfmil se torna real. Esta restricci6n de lo posible no seria sino un rasgo trivial, por demasiado general, de la obra literaria, si no estuviera acompanadade mecanismos menos evidentes V 6 Uno de estos mecanismos es lo que nosotros llamaremos inclusl6nexclusi6n y que tambien podri'a llamarse inserci6n Se manifiesta a menudo de manera embrionaria bajo una forma puramente negativa: se propone un posible y en seguida se lo descarta: ya se trate de una hip6tesis <> rechazada a
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menudo con <>, y que por un instante parece orientar al texto hacia un desanollo que no se concieta (novela policial), o de otras formas que pueden ser la elipsis (supresi6n o concentraci6n de un relato) o la preterici6n (<>) V..7.. Aunque en apariencia muy diferente, lacomparaci6n es un mecanismo que procede de la misma actitud restrictiva y justificadora, principalmente cuando se la alega en un contexto maravilloso.. Ensu principio, la comparaci6n de verosimilitud, si se puede decir, es unajustificaci6n explicita, una suerte de excusa que, para hacer admitir un detalle diffcilmente aceptable, relaciona lo dado en eI texto con otro sistema distinto del que este manifiesta La mayona de Ias veces se trata de reducir lo sobrenatuial a lo natural mediante el simple lenguaje, y por ello, lo irreal del texto presenta lo real de otro discurso conocido (textualizado o no). V.8.. Senalizaci6n-justificaci6n, restricci6n, inclusi6n-exclusi6n, todos estos terminos evocan el de censura, pues en todos los casos tenemos a la vez ausencia y presencia de un elemento ocultado y descubierto por lo mismo que lo oculta, con procesos de evasi6n que se en!azan, al nivel mismo de la nomenclatura crftica, con el sueno La censurajuega en dos sentidos opuestos, primero para excluir un elemento del relatojuzgado <> y luego, mds sutilmente, paraborrar la legibilidad de una inclusi6n problematica V..9.. En todos los casos, los mecanismos de constituci6n de lo verosfmil aparecen como la respuesta a una necesidad de justificaciohes para la que no bastan las premisas mismas del texto (aunque sean a menudo parcialmente extratextuales). El sistema del texto no es sentido como aut6nomo, esta sometido a otros sistemas, en nombre de exigencias que pueden expresarse en terminos prdcticos: placer (armonia, acabado, unidad), instrucci6n (conformidad a una ideologfa, incitaci6n a un comportamiento no discursivo, etc ) Sin embargo, en la medida en que ciertos textos se consideranpn'meras operfectos, podria creerse que aquf se encuentra un germen de desalienaci6n y de cierre sobre si mismo del sistema literario; pero Ia noci6n de modelo se vuelve entonces inaceptable, pues ella implica la conciencia de un mecanismo de comunicaci6n e intercambio que no es quizas el propio del lenguaje literario, ni su fin primordial (la cuesti6n permanece abierta).
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2.3. Lo maravilloso instrumental* Tzvetan Todorov** En el caso de lo maravilloso, los elementos sobrenaturales no provocan ninguna reacci6n particular ni en los personajes, ni en el lectoi implfcito.. La caracterfstica de lo maravilloso no es una actitud hacia los acontecimientos relatados sino la naturaleza misma de esos acontecimientos Una tercera vaiiedad de lo maravilloso [antes se hareferido a Yomaravilloso hiperb6lico y a lo maravilloso ex6tico] podria ser lo maravilloso instrumental. Aparecen aquf pequenos gadgets, adelantos t6cnicos irrealizabIes en la 6poca descrita, pero despues de todo, peifectamente posibles. En la Historia del principe Ahmed de Las mil y una noches, por ejemplo, esos instrumentos maravillosos soh, al principio, una alfombra mdgica, una manzana que cura, un <> largavista; en la actualidad, el helic6ptero, los antibi6ticos o o los antejos largavista,dotados de esas mismas cualidades, no dependen en absoluto de lo maravilloso; lo mismo sucede con el caballo que vuela en laHistoria del caballo encantado, o con la piedra que gira en la Historia de AUBabd: basta pensar en un film de espionaje ieciente (La rubia desafia al F.BI.), en el que aparece una caja de seguridad secreta que se abre s61o cuando su dueno pronuncia cieitas palabras. Hay que distinguii esos objetos, productos de la habilidad humana, de ciertos instrumentos a veces aparentemente semejantes, pero de origen mdgico y que siiven paia ponerse en comunicaci6n con los otios mundos: asf, la Mmpara y el anillo de Aladino, o el caballo en la Historia del tercer calender, que pertenecen a otra variedad de lo maravilloso * Tomado de Todorov, Tzvetan. Introducci6n a Uz literatutafantdstica. Buenos Aires, Tiempo contemportfneo, 1972 ** Tzvetan Todorov es un conoci$o te6iico estiucturalista Gran parte de su obra estA constituida por sistemas clasificatorios y taxonomfas cuya eficacia puede discutirse pero que suministian una entiada clara y ordenada a cada uno de los pioblemas tratados Su libro sobie liteiatura fantdstica es un cldsico, aun cuando se le han senaIado numeiosas inconsistencias te6ricas Ana Maria Bairenechea, en pdginas definitivas, ha cuestionado sus piincipios de defmici6n y cuaJquieia puede ver que gian parte de laficci6nfantastica de este siglo quedaria fuera deI marco todoroviano, preocupado sobre todo por la versi6n decimon6nica del g6nero Dado que en general se interpreta a la ciencia ficci6n como una <> a partir de la literatura fantistica, hemos consideradoTrportuno iecordaralgundsde sus rasgos En Todorov, se tiata simplemente de lo extiano entendido como un campo de tensiones (la literatura fantistica es esencialmente evanescente) hacia dos polos de naturaIizaci6n o verosimilizaci6n (en los terminos de Genot): lo maravilloso (natuializaci6n en ielaci6n con un sistema de cieencias) o la ciencia ficci6n (naturaIizaci6n en relaci6n con un paradigma cientifico)
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Lo maravilloso instrumental nos llev6 muy cerca de lo que se llamaba en Francia, en el siglo XIX, lomaravilloso cientifico, y que hoy se denomina ciencia ficci6n, Aquf, lo sobrenaturaI esta" explicado de manera iacionaI, pero a partir de leyes que Ia ciencia contemporanea no reconoce. En la epoca del ielato fantastico, lo que pertenece a lo maravilloso cientifico son las historias en las que interviene el magnetismo. El magnetismo explica <> acontecimientos sobienaturales, pero el magnetismo en sf depende de lo sobrenaturaI. Tales, por ejemplo, El espectro novio o El magnetizador de Hoffman, o La verdad sobre el caso del sehor Valdemar de Poe, o jUn loco? de Maupassant. Cuando nose desliza hacia la alegoria, la ciencia ficci6n actuaI obedece al mismo mecanismo. Se trata de relatos en los que, a partir de premisas irracionales, Ios hechos se encadenan de manera perfectamente 16gica. Poseen, asimismo, una estructura de la intriga, diferente de la del cuento fant&tico.
2.4. La imaginaci6n disciplinada* Jorge Luis Borges** * Tomado de Borges, Jorge Luis. <> a Cr6nicas marcianas Buenos Aires, Minotauio, 1970. **Jorge Luis Borges (1898-1986) es no s61o uno de los esciitores mds importantes de este siglo y el pati6n de la literatura aigentina, sino tambi6n uno de los mSs lucidos lectores. Introductor de articulaciones novedosas entre la cultura populai y la cultura alta, fue uno de los primeios aigentinos en reescribir el g6nero. Su cuento <> es, sin duda alguna, un sofisticado ejercicio de ciencia ficci6n (copiado tontamente por Jack Vance en su novela Los lenguajes de Pao, ver el artfculo que ciena este capitulo), Paia una interpretaci6n de Borges en relaci6n con la cuIturade masas, ver mi texto <> incluido en La chancha con cadenas. Buenos Aires, del Eclipse, 1994. En el segundo siglo de nuestra era, Luciano de Samosata compuso una Historia ver(dica, que encierra, entre otras maravillas, una descripci6n de los selenitas, que (segun el verfdico historiador) hilan y cardan los metales y el vidrio, se quitan y se ponen los ojos, beben zumo de aire o aire exprimido; a principios del siglo XVI, Ludovico Ariosto imagin6 que un paladfn descubre en la Luna todo lo que se pierde en la Tiena, las lagrimas y los suspiros de los amantes, el tiempo malgastado en el juego, los proyectos inutiles y los no saciados anhelos; en el siglo XVII, Keplerredact6 unSomniumAstronomicum, que finge ser la transcripci6n de un libro leido en un sueno, cuyas pdginas
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proIijamente revelan la conformaci6n y los habitos de las serpientes de la Luna, que durante los ardoies del dfa se guaiecen en profundas cavernas y salen al atardecer. Entre el primero y el segundo de estos viajes imaginarios hay mil trescientos anos y entre el segundo y el tercero, unos cien; los dos primeros son, sin embargo, invenciones irresponsables y libres y el tercero esta" como entorpecido por un afan de verosimilitud. La raz6n es clara: para Luciano y para Ariosto un viaje a la Luna era sfmbolo o arquetipo de lo imposible;para KepIer, ya era una posibilidad, como para nosotros ^No public6 por aquellos afios .Iohn Wilkins, inventor de una lengua universal, su Descubrimiento de un mundo en la Luna, discurso tendiente a demostrar quepuede haber otro Mundo habitable en aquel Planeta, con un apendice tituladoDiscurso sobre laposibilidadde una travesial En las Noches dticas de Aulo Gelio se lee que Arquitas el pitag6rico fabric6 una paloma de madera que andaba por el aire; Wilkins predice que un vehicuIo de mecanismo analogo o parecido nos llevari, aIgun dia, a la Luna..
2.5. Objetividad y punto de vista* Stanislaw Lem De acuerdo con una opini6n muy generalizada entre los lectores, la ciencia ficci6n deberfa describir el mundo del futuro ficticio no menos explfcita e inteIigiblemente que el mundo de su propio tiempo pintado por Balzac en La comedia humana.. Quien afirma esto no tiene en cuenta que no existe ningun mundo mas alla o por encima de la historia y comun a todas las epocas o todas las formaciones culturales de la humanidad. Aquello que, como el mundo deL*z comedia humana, nos parece totalmente claro e ininteligible, no es una realidad plenamente objetiva, sino una mera interpretaci6n particular (decimon6nica, y por lo tanto pr6xima a nosotros) de un mundo clasificado, comprendido y experimentado de manera concreta. La familiaridad del mundode Balzac, pues, s61o significa que nos hemos acostumbrado totalmente a esta versi6n de la realidad y en consecuencia el lenguaje de los personajes deBalzac, su cultura, sus habitos y modos de satisfacer sus necesidades espirituales y corpoiales, y tambien su actitud ante la naturaleza y la trascendencia nos parecen transparentes Sin embargo, el movimiento de los cambios hist6ricos puede infundir nuevo * Tomado de Lem, Stanislaw <>, El Pendulo, 15 (Buenos Aiies: mayo 1987)
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contenido a conceptos considerados fundamentales y fijos, tal como la idea de <>, que de acuerdo con las actitudes decimon6nicas equivalfa a un optimismo confiado, convencido de la inexistencia de un limite inviolable que separaba lo que dana a un hombre de lo que lo beneficia. Hoy empezamos a sospechar que el concepto asi establecido esta perdiendo relevancia, porque los rebotes perjudiciales del progreso no son componentes incidentales, facilesde eliminar, adventicios, sino mas bien el costo de las ganancias adquiridas, que en algtin momento llega a liquidar toda laganancia. En breve, absolutizar el impulso hacia el <> podrfa resultar en un impulso hacia la iuina De modo que la imagen del mundo futuio no puede limitarse anadir una variedad de innovaciones tecnicas, y la predicci6n significativa no consiste en presentar el futuro adobado con mejoras o revelaciones sorprendentes como sustituto del futuro.. * Toda obra literaria tiene dos componentes, pues cadacual exhibe un mundo factico dado y dice algo por medio de ese mundo Pero en diferentes generos y diferentes obras la proporci6n entre los diversos componentes varia Una obra realista contiene una gran dosis del primer componente y muy poco del segundo, pues retrata el mundo real, que en si mismo, es decir fuera del Iibro, no constituye ningun mensaje, sino que se limita a existir y florecer. No obstante, como e] autor, desde luego, hace ciertas elecciones cuando escribe una obra literaria, dichas elecciones le dan el car4cter de una afirmaci6n dirigida aI Iector. En una obra aleg6rica hay un mfnimo deI primercomponente y un mdximo deI segundo, dado que su mundo es en verdad un dispositivo que emite el verdadero contenido -el mensaje- aI receptor La tendenciosidad de la ficci6n aleg6rica en general es obvia, la de la ficci6n realista mds o menos oculta. No hay obras sin tendenciosidad; cuando uno habla de tales obras, lo que en verdad tiene en mente son obras desprovistas de una tendencia expresamente enfatizada, que no pueden ser <> al credo concreto de una visi6n deI mundo. EI objetivo de la epica, por ejempIo, es precisamente construir un mundo que pueda interpretarse de varias maneras, tal como la realidad extraliteraria puede interpretarse de varias maneras. Sin embargo, si las afiladas herramientas de la critica (de tipo estructuraI, por ejempIo) son aplicadas a la epica, es posibIe detectar la tendenciosidad oculta en tales obras, porque el autor es un ser humano y por lo tanto un litigante en el proceso existencial, y por lo tanto la imparcialidad total le es imposible,
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Lamentablemente, s61o se puede apelar directamente al mundo real desde la piosa reaIista Por lo tanto el veneno de la ciencia ficci6n es el deseo -condenado al fracaso desde el principio- de desciibii mundos que se pioponen ser productos de la imaginaci6n y no significar nada, es decir, no tener el caracter de un mensaje sino de estar a la par de los objetos de nuestro medio ambiente, desde los muebles hasta las estrellas, en lo que concierne a su autosuficiencia objetiva. Este es un error fatal aflncado en las raices de la ciencia ficci6n, pues donde no se permite la tendenciosidad deliberada se fiItra la tendenciosidad involuntaria Por tendencia aludimos a una inclinaci6n interesada, o punto de vista que no puede ser divinamente objetivo. Una obra 6pica puede darnbs esa impresi6n de objetividad porque el c6mo de la exposici6n (el punto de vista) se nos oculta imperceptiblemente bajo el qui. Ahoia bien, la cienciaficci6n no puede estar nunca a la par de la epica, porque el que que nos presenta la ciencia ficci6n pertenece a una 6poca (en general el futuro), mientras que el c6mo pertenece a otra 6poca, el presente. Aun si la imaginaci6n logra volverplausible c6mo podria ser, no puede romper del todo con el modo de aprehender los acontecimientos que es tipico del aqui y ahora. Este modo no es s61o una convenci6n artistica, es mucho mls: un tipo de clasificaci6n, interpretaci^n y racionalizaci6n del mundo visible que es peculiar de una epoca.
2.6. La garantia cientffica 2.6.1. Realismo cientifico* Michel Butor Como se ve, la etiqueta de ciencia ficci6n puede aplicarse a toda clase de mercancias, y toda clase de mercancias siente la necesidad de poneise esa etiqueta. Parece, pues, que la ciencia ficci6n representa la forma normal de la mitologfa de nuestra 6poca: una foima que no s61o es capaz de revelar temas profundamente nuevos, sino de incorporaise la totalidad de los temas de la literatura antigua. A pesar de algunos brillantes 6xitos, uno no puede dejar de pensar que la ciencia ficci6n cumple muy mal sus promesas. * Tomado de Butor, Michel <> (1953) en Sobre literatura I Barcelona, Seix Banal, 1969
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Ello se debe a que, al extenderse, se desnaturaIiza y pierde poco a poco su especificidad Apoita un elemento de ciedibilidad completamente peculiar; y ese elemento se debilita cada vez mas cuando se le emplea sin disceinimiento. La ciencia ficcidn es fragil, y la enorme impulsi6n queha adquiiido en esos ultimos afios no hace mas que daile mas fragilidad aun. La ciencia ficci6n se distingue de los demas geneios de Iiteiatura fantastica por el tipo especial de plausibilidad que introduce. Esta plausibilidad est4 en raz6n directa de los elementos s61idos que el autor introduce. Si estos fallan, la ciencia ficci6n se convierte en una foima mueita, en un clise.
2.6.2. Versiones de Marte* Maitin Gardnei La ciencia ficci6n, a diferencia de cualquier otra ficci6n, es vulnerable a un tipo peculiar de enfermedad. Una novela o un relato breve de ciencia ficci6n, incluso el simple tema basico de una intriga, puede perdei toda funcionalidad debido a un solo descubrimiento cientifico, En ocasiones puede ocurrir a la inversa. A la luz de un nuevo descubrimiento, algdn cuento antiguo y olvidado se vuelve repentinamente <> y goza de una iesunecci6n coyuntural Pero incluso cuando tal cosa sucede, es piobable que ese mismo descubrimiento hunda en el olvido a otros cincuenta relatos. Pi6nsese en el triste destino de las novelas maicianas de Edgar Rice Bunoughs. jQue giandes aventuras fueron en los afios veinte y treinta! <> Desgraciadamente, gran parte de la excitaci6n que provocaron los libros de Bunoughs sobre Marte se basaba en la posibilidad, remota pero autentica, de que la superficie del viejo y rojo Barsoom, entiecruzado por canalesmoitecinos, * Tomado de Gaidner, Maitin <> en Cr6nicas marcianas y otros ensayos sobrefantasi'ayciencia. Barcelona,Paid6s, 1992.
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rebosara realmente de especies humanoides y de criaturas extratenestres.. Las aridas fotograffas de la sonda espacial Mariner acabaron con todoeso ^Tienen las novelas marcianas de Burroughs suflciente riqueza en otros vaIores como para sobrevivir a este golpe? Se sospecha que no. Sus novelas sobre Tarzan pueden ser aun hoy motivo de goce porque Ia mayor parte de Ios aficionados a Tarzdn saben menos de Africa que de Marte. Los libros de Burroughs sobre Tarzan estan tan plagados de errores como sus libros sobre Marte.. Pero si el lector no los advierte, ^,que importancia tienen? A la Iuz de las fotografias del Mariner, frias y elaboradas por un ordenador, el Tyrr deBradbury -digdmoslo de una vez- es casi tan peregrino y obsoleto como el viejo Barsoom En Marte no hay canales En Marte no hay agua absolutamente en ningun sitio. En la segunda cr6nica, Ylla ve surgir sobre el desierto las dos lunas blancas de Marte Pero, jay!, Phobos gira alrdedor del planeta a mayor velocidad que la de la rotaci6n del planeta mismo. En Marte, Deimos sale por el Este y Phobos por el Oeste Con ocasi6n de una intervenci<3n en un simposio en Caltech hace unos anos, Bradbury recordd c6mo un chico de nueve anos le habfa informado acerca de esta peculiaridad de Phobos. <>
2.6.3. Ciencia, novedad y ficci6n* Yuri Kagaikitski La literatura fantdstica necesita lo nuevo. Y no s61o respecto a los hechos, sino tambien respecto a sf misma. Esto ultimo es lo mas diffcil de conseguir. La literatura fantistica tiene su oficina invisibIe de patentes Lo descripto una vez puede mis adelante citarse o perfeccionarse, pero no puede simplemente repetirse. Lo que el escritor imagina no exige su inmediata realizacion mateiial Se realiza (o no, cosa que tambien ocurre) en el ambito de la tradici6n literaria Por eso todo lo que la ciencia ficci6n hace se'desanolla y envejece pronto. En este sentido, su actitud hacia las teorias cientificas es considerablemente practica Es capaz de prescindir de cualquier teorfa s61o porque haya alcanzado cierto desarrolIo. Puede ser todo lo cierta que se desee, le repugna que se haya * Tomado de Kagarlitski, Yuli. iQuees Ui cienciaficci6n? Madrid, Labor, 1977,
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hecho incontrovertible. Dificilmente se Ie ocurrird, porejemplo, a un autor actual inventar situaciones que demuestren la rotaci6n de la Tiena Sin embargo, podemos encontrar semejantes episodios en Francis Godwin y en Cyrano de Bergerac Esto es aun mas evidente tratdndose de inventos concietos. Para que el invento pierda todo inter6s para el autor de ciencia ficci6n, no es imprescindible que se haga caduco o que lo desplace otro, como en el caso del globo y el avi6n Basta con que se haga familiar. Es precisamente lo que vemos con nuestros propios ojos lo que ofiece menos interes a la ciencia ficci6n. Los actuales cosmonautas vuelan en cohetes de multipIes fases con propuIsante lfquido Los h6roes de la ciencia ficci6n moderna prefieren los cohetes fot6nicos
2.6.4. La estructura conjetural del discurso* Umberto Eco Tenemos ciencia ficci6n como g^nero aut6nomo, cuando la especulaci6n contrafactual sobre un mundo estructuralmente posible se hace extrapolando, a partir de algunas tendencias del mundo reaI, la propia posibilidad del mundo futurible Es decir, que la ciencia ficci6n adopta siempre la forma de una anticipaci6n y la anticipaci6n adopta siempre la forma de una conjetura formulada a partir de tendencias reales del mundo real. Naturalmente, lo que hay que entender en sentido Iato es el propio teimino de <>: es decir, que no s61o debemos pensar en conjeturas relativas a las ciencias fisicas, sino tambien a las ciencias humanas, como la sociologia o la historia o la linguistica. Insisto sobre la ciencia ficci6n como narrativa de conjetura por un motivo bastante sencillo: Ia ciencia ficci6n buena es cientificamente interesante no porque hable de prodigios tecnol6gicos -y podria incluso no hablarde elIos-, sino porque se propone comojuego narrativo sobre la propia esencia de toda ciencia, es decir, su conjeturalidad En otros terminos, la ciencia ficci6n es una nanativa de la hip6tesis, de la conjetura o de la abducci6n y en ese sentido esjuego cientffico por excelencia, dado que toda ciencia funciona mediante conjeturas, esto es, abducciones * Tomado de Eco, Umberto <> tnDe los espejos y otros ensayos. Barcelona, Lumen, 1988.
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En este sentido toda operaci6n cientffica (pero no estoy pensando s61oen las ciencias fisicas, sino tambien en las hip6tesis del psicoanalista,del detective, deI fil61ogo, del historiador) se origina en un profundojuego de ciencia ficci6n. Y, a la inversa, todojuego decienciaficci6n iepresentaunaformaparticulaimente aventurada de conjetura cientffica. La ciencia obtiene elResultado del mundo real, pero para explicailo elabora una ley (tentativa) que de momento s61o es v&lida en un universo paralelo (que el cientffico anticipa como <>). En cambio, la ciencia ficci6n realiza una operaci6n sim6tricamente inversa.. En otras palabras, la ciencia ficci6n, en vez de partir de un Resultado factual, imagina un Resultado contiafactual. A la inversa, no esta obligadaaimaginai una Ley inedita que lo explique: puede intentar explicar elresuItado posible con una Ley real, mientras que la ciencia explica el Resultado real con una Ley posible. La otra difeiencia evidente entre los dos piocedimientos es que la ciencia, una vez admitida poi hip6tesis la ley, intenta en seguida crear las condiciones para verificarIa o refutarlao ambas cosas a la vez. En cambio, la ciencia ficci6n remite al infinito tanto la veiificaci6n como la refutaci6n. -
2.6.5. ijBah, bah! o abducci6n?* Chailes S. Peirce** 2 266 Un Aigumento es entendido siempie por su Inteipretantecomo perteneciente a una clase general de argumentos andlogos, claseque, en conjunto, tiende a la verdad.. Esto puede suceder de tres maneias, oiiginando una tiicotomi'a de todos los argumentos simples en Deducciones, Inducciones y Abducciones. 2.267. Una Deducci6n es un argumento cuyo Interpretante representa que este pertenece a una clase general de posibles argumentos precisamente anSlogos, que son tales que a la larga, dentro de la expeiiencia, la mayor patte de * Tomado de Peirce, Chailes S. Collected Papers en Obra l6gico-semi6tica Madiid, Taurus, 1987 **Charles Sanders Santiago Peirw (1839-1914), el mayor -o el dnico- fiI6sof6 norteameticano, actualiza y renueva la 16gica y la semi6tica de relaciones tiiddicas piopuesta poi San Agustfn y funda un campo te6ricoy anaIftico quehoy se reconoce como uno de los m5s fructifeios del siglo. Fundada en la noci6n de representaci6n (de la que Peirce postula una concepci6n puramente realista, 16gica y relacionaI y no ontol6gica, como en Frege), la semi6tica peirciana ha sido especialmente fertil en el campo de la est6tica, donde el problema de Ia ieferencia habfa dado incesantes dolores de cabeza a los te6ricos Preocupado, tambi6n, poi la din&mica especffica del pensamiento, deriva de su compleja tipologia de signos una
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aquellos cuyas premisas son verdaderas tendran conclusiones verdaderas Las deducciones son Necesarias o Probables Las Deducciones necesarias son las que no tiene nada que ver con el porcentaje de frecuencia, peroprofesan que de premisasverdadeias produciian invaiiablemente conclusiones verdaderas. 2.268. Las Deducciones probables o, con m&s exactitud, las Deduccionesde probabilidad, son Deducciones cuyos Interpretantes las representan como afectadas por porcentajes de frecuencia. Una Deducci6n Probable Propiamente Dicha es una Deducci6n cuyo Inteipietante no representa que su conclusk>n sea cierta, pero que con razonamientos precisamente andlogos produciran a paitir de premisas verdaderas en la mayoria de los casos, dentro de la experiencia, y a la larga. 2.269 [En la] Inducci6n el Interpretante no representa que de premisas verdaderas rendir4 resultados aproximadamente verdaderos en lamayorfa de las instancias, a la larga y dentro de la experiencia, pero sf representa que, si se persiste en este metodo, a la larga rendiia la verdad o una aproximaci6n indefinida a la verdad, respecto de cada cuesti6n [definida]. Una Inducci6n es o un Argumento jBah, bah! o una Verificaci6n Experimentalde una Predicci6n general, o unArgumento apartirde unaMuestraalAzar. Un Argumento jBah, bah! es un metodo que consiste en negar que acontecera alguna vez una clase general de acontecimiento, dando como fundamento que nunca ocurri6 Una verificaci6n de una piedicci6n general es un metodo que consiste en encontrar o crear las condiciones de la predicci6n y en concluir [en] que se lo verificara' tantas veces cuantas se encuentre experimentalmente que estd veiificado. Un Aigumento a partir de una Muestia al Azar es un m6todo para verificar que propoici<3n de los miembros de una clase finita posee una cualidad piedesignada o virtualmente predesignada, mediante la selecci6n de instancias de la clase siguiendo un metodo que, a l a larga, presentara cada instancia con tanta frecuencia como cualquier otra y concluira' que la proposici6nencontrada para una muestra se mantendr4 a la larga. tipologia de argumentos que podrian dar cuenta no sdlo del pensamiento llamado cientffico sino tambi6n del pensamiento filos6fico. Los desarrolIos epistemol6gicos y los desaiiollos semi6ticos fundados en Peirce, desde la lingufstica de la enunciaci6n hasta la teoria psicoanalitica de Lacan, encuentian dificultad (con la sole excepci6n de Deleuze) para ver lo que de infinito hay en el pensamiento tal y como Peirce lo define Las proposiciones que aqui' ieproducimos, que obviamente no se iefieien al g6nero ciencia ficci6n, sonel fundamento de las obsetvaciones de Umberto Eco ieproducidas mas aniba y sirven paia analizar los mecanismos de legitimaci6n extema del g6neio o la dinamica intema de pioducci6n y desaiiollo de hip6tesis Pareceria que la cienciaficci6nse constiuye, en efecto, a a partii de los argumentos que Peirce denomina jBah, bah!, nombie que este libro bien podfa habei llevado
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2..270. TJn&Abducci6n es un m6todo para formar una predicci6n general sin ninguna seguridad positiva de que tendra" exito, tanto en el caso especial como de manera usual, y su justificaci6n es que es la unica manera posible de regular nuestra conducta futura de manera racional, y quela Inducci6n a partir de la experiencia pasada nos proporciona una firme esperanza de que ser& exitosa en el futuro
2.7. Genero y Ienguaje 2.7.1. La voz de la ciencia* Michel FoucauIt** Desde que nuevos modos de la ficci6n han sido admitidos en la obra literaria (lenguaje neutro y hablando solo y sin ubicaci6n, en un murmullo ininterrumpido, palabras extranas haciendo irrupci6n desde lo exterioi, marqueteria de discurso con modos diferentes para cada uno), vuelve a ser posible leer, segun su propia arquitectura, textos que, poblados de <>, habfan sido por eso expulsados de la literatura Los discursos de Jules Veine estin maravillosamente penetrados de esas discontinuidades en el modo de ficci6n Incesantemente la relaci6n establecida entre narrador, discurso y fabula se desanuda y reconstituye segun un nuevo trazado El texto que narra se iompe a cada instante: cambia de signo, se invierte, * Tomado de Foucault, Michel <> on Verne: un revolucionario subterrdneo, Buenos Aites, Paid6s, 1968 * * Michel Foucault (1926-1984) es uno de los mis estimulantes pensdores de las ultimas decadas Dificilmente clasificable (^critico? <,historiador? ^fil6sofo?), toda su obra intenta analizar los dispositivos de poder y disciplinamiento desatrotlados durante el periodo de la modernidad Paiticulatmenle sensible a los dispositivos de lenguaje,ha desanollado cn varios libros la hip6tesis de los efectos discursivos: Ia histoiia, los procesos de subjetivaci6n e individuaci6n, Ias piicticas sexuales y las instituciones setfan (extiemando la posici6n de Foucault, que siempre es mucho mAs sutil que cualquieia de sus anotadores) efectos de practicas discursivas. Bn ese sentido, Foucault ha insistido en la cn'tica de categorias tales como autoroverdad, que serian, en su perspectiva, tributariadeuna concepci6n prediscursiva de los sujetos. En el articulo sobre Veme que reproducimos aqui parcialmente Foucaull insisteen un modelode andlisis (bien visto, un antecedente de los modeIos postestructuralistas del ultimo Barthes) que vacfa a la voz nanativa de todo contenido y encuentra el fundamento de ese vaciamiento en la anomia de la ciencia Tambi6n imprescindibles en ielaci6n con esta problcmdtica: Esto no es una pipa. Ensayosobre Magritte (M6xico, Siglo XXI, 1975) y
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toma distancia, viene de otra parte y como de otra voz.. Hablantes, surgidos no se sabe de d6nde, se introducen, hacen callar a los que los precedfan, sostienen durante un instante su discutso propio y Iuego, repentinamente, ceden lapaIabra a otro de esos rostros an6nimos, de esas siluetas grises. Organizaci6n absolutamente opuesta a la de Las mil y una noches: aqui, cada relato, aun si ha sido narrado por un tercero, estS hecho -flcticiamente- por el que ha vivido la historia; a cada fdbula su voz, a cada voz una f&bula nueva; toda la <> consiste en eI movimiento por el cual un personaje se disIoca de la fdbuIa a la que pertenece y se convierte en narrador de la fdbula siguiente. En la obra de Jules Vernehay una soIa fabula por novela, pero contada por voces difererites, encabalgadas, oscuras y refutandose unas a otras [Entre esas voces] existe un ultimo modo de discurso aun mds exterior. Voz completamente blanca, no articulada por nadie, sin soporte ni punto de origen que viene de una parte indeterminada y surge en le interior del texto por un acto de pura irrupci6n. Es el lenguaje an6nimo depositado alli por grandes placas. Un discurso inmigrante, Ahora bien, ese discurso es siempre un discurso sabio. Ciertamente, hay muchas y Iargas disertaciones cientificas en los diaIogos o exposiciones o cartas o telegramas atribuidos a los diversos personajes; pero no estin en esa posici6n de exterioridad que caracteriza a los fragmentos de <>, mediante los cuales el relato,de tiempo en tiempo, se interrumpe. Cuadro de los horarios simultdneos de las principales ciudades del mundo'*; cuadro en tres coIumnas indicando el nombre, la situaci6n y la altura de los grandes macizos montaiiosos de la luna; mediciones de la tierra introducidas por esta simplisima f6rmula: <> Depositadas allipor una voz que no se puede asignar a nadie, esas arenillas del saber permanecen en el limite externo del relato Es extrano que en esas <> el discurso cientiTrco venga de otra parte, como un lenguaje transportado. Extrano que se exprese s61o en un rumor an6nimo. Extraiio tambien que aparezca bajo las especies de fragmentos irruptivos y aut6nomos. '*Este ejemplo, y todos los demSs, se refieren a De la tierra a Ui Luna, Alrededor de la Luna y Sin arriba abajo de Jules Verne (N..C..) Raymond Rous sel. Una buena introducci6n en las lfneas principales de su pensamiento es Ia lecci6n inaugural que dio en el College de France {Elordendeldi%curso. Barcelona, Tsquets, 19 73) y lacolecci6n de confeiencias agrupadas bajoel tituloLa verdady lasformasjuridicas (Barcelona, Gedisa, 1986) Son cldsicos sus hbiosHistoria de la locura en la epoca cLisica (Mexico, FCE, 1986), VigiUir y cauigar (Mexico, Siglo XXI, 1987) y la Historia de la sexualidad (M6xico, Siglo XXI, I985 el tomo I)
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Sepuede captar ahora la coheiencia entre los modos de la ficci6n, las foimas de latebula y el contenido de los temas. E1 gran juego de sombras que se desenvolvia detras de la fabula era la lucha entre la probabilidad neutra del discurso cientffico (esa voz an6nima, monocorde, lisa, que viene de no se sabe d6nde y que se insertaba en la ficci6n, imponiendole la certidumbre de suverdad) y el nacimiento, el tiiunfo y la muerte de los discursos improbables en los que se abocetaban y en los que tambien desaparecian los rostros de la fibula. Contra las verdades cientificas y iompiendo sus voces heladas, los discursos de la ficci6n remontaban sin cesar hacia la improbabilidad m&s grande. Por encima de ese murmullo mon6tono por el cual se anunciaba el fin del mundo, esos discursos hacfan que se fundiera el ardor asimetrico de lo casual, del inverosimil azar y del despiop6sito impaciente. Las novelas de Jules Verne son la negantropia del saber No la ciencia que se ha tornado recreativa, sino la re-cieaci6n a partirdel discurso unifoime de la ciencia Esta funci6n del discuiso cientifico (muimullo que hay que devolver a la improbabilidad) hace pensar en el papel que Roussel asignaba a las frases hechas que encontiaba y que rompia, pulveiizaba y sacudfa para hacer saltar de ellas la milagrosa extraneza del relato imposible.. Lo que restituye, pues, al rumor del lenguaje el desequilibrio de sus poderles soberanos no es el saber (siempre mas y m^s piobable), ni tampoco la fdbula (que tiene sus foimas obligadas). Es, entre ambos, y como dentro de una invisibilidad de limbos, esto: losjuegos ardientes de la ficci6n.
2.7.2. VidrioA^itraI* Isaac Asimov Si miramos primero un buen vitral y luego un buen vidrio de ventana, tendriamos que carecei totalmente de disceinimiento para no ver que el primeo es una obra de arte mientras que el segundo es tan s61o un objeto utilitario. Y sin embargo, ya en el tercer siglo antes de Cristo se hacian vitrales de gran /aloi artfstico con vidrios de colores, mientras que la fabricaci6n del vidrio de ventana s61o se logr6 acabadamente en el siglo diecisiete. * Tomado de Asimov, Isaac <> enSobre la cienciaficci6n. Buenos Aires, Sudamericana, 1982.
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En otras palabras, IIevd dos mil afios progresar desde el vidrio de colores coh el que se hacia vitiales maravilIosos hasta algo tan simple y <> comp el vidiio transparente, sin rayas, ni ondulaciones, ni burbujas. Que extrano que algo tan <> sea tanto mas dificilde fabiicar que algb <>. Y lo mismo ocurre en literatura. Si una historia esti escrita muy aitisticamente, muy po6ticamente, muy estilisticamente, es fdcil vei que fue dificil escribirla y que exigi6 una gran habilidad en su cohstruccibh,. Pero si otra histbiia est4 escrita con tanta simplicidad y claridad que uno ho repara eh la redacci6n, esto no significa que no haya habido ningun tipo de problema al escribirla, bien puede haber sido mis dificil introducir claridad que introducir poesfa. Hace falta mucho arte para creaT algo que parezca desprdvistd de aite., Escribir de taI manera que el estilb pase inadveitido, y que Ios hechbs descriptos entren en el cerebro como si uno mismo estuviera vivi6hdblos, es un aite muy dificil y necesario A veces uno quiere ver Io que esti pasando eh la calle y aun la mds pequena imperfecci6n en el vidrio de la ventana puede resultar un estorbo Y a veces iino quiere leer una historia y verse llevado por los hechos ripida y suavemente, sin la menor imperfeccibn de estilo que pueda recordarle a unoque uho esti s61o leyendo y no viviendo. Bueno, supongamos entonces que tenemos dos historias: una tipo vitral y una tipo vidrio de ventaha. No son directamente comparables, sin duda, perb supongamos que las dos (cada cual a su mahera) son de igual calidad. En tal caso, ^cual elegii? Si yo fuera el que elige, optariasiempre por el vidrio de ventana. Es lo que me gusta escribir y lo que me gusta leer.
2.7.3. Experimentaci6n y legibilidad* Gilio Dorfles** En lo concerniente a la narrativa (popular) el discurso es an&Iogo al de la musica: ^,c6mo podria resultar <> para el gusto de la masa y, ademas, <>, una novela policfaca, rosa, b de ciencia ficcibn, en la qiie * Tomado de Dorfles, Gillo. <> cnNuevos ritos, nKev05mitasBaicelona,Lumen,1969. * *Semi61ogo y cn'tico italiano de formaci6n estructuralistas e inteieses coincidentes con la cultura de masas Se lo iecuerda sobre todo por su teoria sobr el kitsch. EI fragmento
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estuvieran incluidos ingredientes 16xicos, sintdcticos o estiIfsticos del -digamosNouveau Roman, o peor aun, de una novela de Beckett o de Joyce? Existen ejemplos de estas absurdas contaminaciones y han resultado totalmente contraproducentes (por ejemplo, en el caso de algunas noveIas de ciencia ficci6n con recursos tomados en pr6stamo a la nanativa de vanguardia, y que resultan de una lectura tan ardua y compleja que no son accesibles en modo alguno para el publico del genero). Y dado que lo que se iequiere a esta literatura de consumo es su total, inmediata y explicita comprensibilidad, es evidente que todo refinamiento estilfstico que comprometa su legibilidad eIemental debera' ser dejado de lado. En cambio, asisistimos -asf como en las aites figurativas- a un fen6meno de aIto interes en le caso de artes de elite, de vanguardia, que se valen de materiales tomados en prestamo a las formas populares. Se trata de una circunstancia cuya aparici6n se ha verificado s6Io iecientemente, y que ha dado lugar a interesantes debates y que creemos puede constituii la base de muchos desairollos futuros importantes..
2.7.4. Linguistica y ficci6n* Maiina YagueIlo** Bonito planeta tienen aqui. i Cudntos lenguajes se hablan? (Ian Watson. The Embedding) La ciencia ficci6n contemporanea establece una continuidad tematica con el viaje imaginario de la epoca cllsica. las extrapolaciones tecnol6gicasno son mas. que un acompanamiento para el tema siempre renovado del viaje en el reproducido puede leerse como la coincidenciaobjetiva o la anti'tesis subjetiva en relaci6n con el texto de Asimov En ambos, lo que opera es una cieita 16gica de la estiatificaci6n cultural que la producci6n literaria mis reciente (pi6nsese en Puig o, en el campo de la cienciaficci6n, en Thomas Disch o Atno Schmidt), ya no reconoce. * Tomado de Yaguello, Marina <> en Lesfout du langage Des langues imaginaires et de leurs inventeurs, Patis, SeuiI, 1984. Traducci6n de Alejandro Palermo especialmente para esle volumen ** Maiina Yaguello, linguista francesa, ha publicado tambien Alicia en el pafs de las maravillas
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espacio y/o el tiempo El viejo mito de la pluralidad de los mundos habitados, de la comunicaci6n con inteligencias extraterresties apaiece mas vivo que nunca. En este tenitorio largamente ocupado por los anglosajones, la lengua maestia, la lengua universal, tanto a escala del planeta Tieira cuanto del Cosmos es, la mayorfa de las veces, simplemente el ingles o una fotma del Basic English, proyecci6n en el porvenir y en el espacio de un fen6meno ineluctable que ya nadie parece cuestionar.. Un ingles solemne y aparatoso, en ciertos casos, como si el recurso al arcaismo fuera el medio para maicar la distancia con respecto al inglesactual" Desde esta perspectiva, el hecho de que la gramitica generativa y transformacional sea una invenci6n norteamericana y que el ingles sea, en consecuencia, la unica lengua que ha iecibido un tratamiento profundo en el marco de esta teorfa^, ^no es otra cara del impeiialismo <>? Aunque sea involuntariamente, la gramdtica generativa hace deI ingles la lengua universal, tanto en el sentido abstracto de modelo epistemol6gico como en el sentido concreto de lengua intetnacional. Del mismo modo, la Gramdtica general y razonada de Port-Royal -hacia la que la gramatica generativa marca, ir6nicamente, un retorno-, a pesar de su prop6sito <>, ha contribuy6 a consagrar la hegemonfa cultural de Francia y el iol de lengua internacional del frances en Ia 6poca cldsica. Asf, tambien,, la gramltica comparada fue esencialmente asunto de los alemanes, al punto que las lenguas indoeuropeas fueron por mucho tiempo lenguas indo-germanas, como si Alemania fuese el centro de Europa, lo que refleja perfectamente la superioridad asignada al pensamiento y la culturade los pueblos de lengua alemana en el siglo XIX. Son pocas las novelas de ciencia ficci6n modernas que trabajan en la elaboraci6n de una lengua original Ciertos rastros del viejo mito deBabelse manifiestan aqufy alla a traves de alusiones a lenguas solares, lunares, o incluso al hebreo o al indoeuropeo primitivo que se habrfan conservado en algun planeta lejano; pero la mayoria de los autores, reflejando el espiritu de la 6poca, no se hacen demasiado problema y despachan en seguida el tenma dela lengua, cuando " El pasado se reune con eI futoro en la ciencia ficci6n como elemento de extranamiento: ciencia ficci6n la atm6sfera <> del film Blade Runner, los iopajesnoantiguos de la Guerra de las Galaxias, los nombres propios con iesonancias grecolatinas en varias novelas, el estilo a menudo ampuloso, solemne y antiguo atribuido a los que mandan, los comportamientos <> de retomo a la naturaIeza en Mad Max 2, etc. *" Auncuando varias otias lenguas fueron descriptas desdeunaperspectiva generalivista, ningunahapodidorivalizarconelinglds(encuantoaftecuenciaycalidaddeIasdescripciones)
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no lo conffan a una maquina de traducir todopoderosa. Muy a menudo, cuando los interlocutores extraterrestres no conocen el ingles, el heYoe aprende su lengua en minutos (o viceversa). Si embargo, hay cuatro obras que se destacan por el lugar que le otorgan al lenguaje Las tres priemeras son pre-chomskianas y revelan la influenciade Sapir y de Whorf y la del estructuralismo norteamericano (Bloomfield) La cuatta se inspira directamente en el generativismo. 1984 de Orwell (1948), como se sabe, no pertenece en iealidad al genero ciencia ficci6n, cuyo primer objetivo es distraer al lector Es una antiutopia que prolonga, de modo pesimista, Ia tradici6n del viaje imaginario con prop6sito filos6fico y diddctico.. Sin embargo, la concepci6n orwelliana del lenguaje, como las de Jack Vance (Los lenguajes de Pao, 1958) y SamuelDeIany (JBabel 17, 1966) remite a las corrientes lingufsticas que dominan la parte centraj dei siglo XX, cuyapiincipaI caracten'stica es ponei el acento en la diversidad de lenguas mas que en la unidad del lenguaje.. En este clima que piivilegia la diversidad de la experiencia se dasarrolla la hip6tesis llamada de Sapir-Whorf, hip6tesis ultraculturalista que, en su vulgarizaci6n esquemltica, impone la idea de un condicionamierito del pensamiento por parte del lenguaje, o -mejor- por las estiucturas (seminticas y sintdcticas) de las difeientes leguans concebidas como ineductibIes lasunas a las otras. <>^' Y, natuialmente, no es una casualidad que esta teoria se desarrollara a partir dei estudio de las lenguas ameiindias de los EEUU Las lehguas de los iridios que hace tiempo han sido sometidos o exterminados son el tiltimo refugio de la irreductibilidad de las diferencias. De estemodo, los indios hopis notendrfan, segun Whorf (op.cit), la misma percepci6n del tiempo que los hablantes de lenguas europeas, pues su propia lengua les impone una representaci6n aspectual y no temporal de los procesos. Si el pensamiento de un individuo estd prisionero de las estructuras linguisticas, la manipulaci6n de estas ultimas puede contribuii a asegurar el control'del primero y, en este sentido, afirmamos que la neolengua construida i
*' znLanguage, ThoughtandReality. Cambiidge(Mass), 1956
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por Oiwell es de inspiraci6n whorflana, por mas que la hipdtesis Sapir-Whorf, aun en su forma ma$ extrema, no contenga el menoi germen de la idea que hace del lenguaje un instrumento del totalitaiismo. El prop6sito de la neolengua era no solo proveet un medio de expresi6n apropiado para traducir la visi6n del mundo y los hdbitos mentales de los adeptos al Ingsoc, sino tambien volver imposible toda otia foima de pensamiento Cuando la neolengua hubieta sido definitivamente adoptada y la lengua vieja olvidada, seifa literalmente impensable cualquierpensamientoher6tico (es decir, un pensamiento que se alejaia de los principios del Ingsoc), pues el pensamiento depende de las palabras.^ La puesta en funcionamiento de este pioyecto, que Orwell desciibe en detalle en un anexo de la novela (<>), desemboca en el problema del voluntarismo linguistico y de la construcci6n de lenguas artifIciales, pero el intento adquieie aqufun aspecto caricaturesco y pesimista. Al hacer esto, Orwell pone en evidencia la superioridad de las lenguas riatuiales sobre las artifIciales. Cada lengua es un insbumento paiticulai, dotado de una facultad especial Mas que un medio de comunicaci6n, es un sistema de pensamiento Imaginen una lengua como si fuera una linea divisoiia de aguas que detiene el flujo en ciertas direcciones ylo canaliza en otra.La lengua controla elmecanismo del espuitu. Cuando los hombres hablan lenguas diferentes, sus espiritus funcionan en f6rma difeiente y ellos acttlan en fonna difeiente. Asi se expresa uno delos personajes deLos lenguajes de Poo(1958) de Jack Vance En la Galaxia donde se sistua el mundo dePao, cada planetaposee una lengua querefleja el temperamentoy el comportamientb desus habitantes.. De este modo, en el planeta Vale reina el mayor desoiden pues <>. La lengua de Bieakness, de tipo aislante^,esti particulaimente adaptada al iazonamiento abstiacto, a la argumentaci6n, a lasoperaciones intelectuales, pefo es <>; en eso reside su superioridad sobre el paon6s, lengua de estructura aglutinante que,justamente, le da un lugar importante a la expresi6n de los afectos, de donde surgela ^ 1984. Mexico, NiIo-Mex, 1983 -' Lenguas aislantes son aqu611as en las que Ia ftase se compone de un gran numeio de palabras invaiiables, en geneialmonosildbicas, cuyas ielaciones giamaticaIes estdn maicadas solo por su posici6n respectiva (chino, tibetano, siam6s, birmano) Las lenguas aglutinantes (por oposici6n a las lenguas aislantes y de flexi6n) son aqu611as en las que las palabras se incorpotan a la tai'z que iepiesenta una noci6n bSsica, paia formar una nueva palabra unica que expresa una idea completa (turco, mongol, hungaro) ffJ.T..)
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deIicadeza de sus hablantes Pero, ^en verdad es la lengua la que piovoca el comportamiento, o se limita nada mas que a reflejarlo? Si se elige la primera hip6tesis, el dctador locaI se asegura los servicios de un grupo de linguistas para dotar a los paoneses de una serie de nuevas lenguas destinadas a modelai sus espfritus con respecto a las diferentes funciones que estardn llamados a ejercer en la sociedad: a los militares el valiente, lengua gutural, de vocales duras, cuya sintaxis y sem4ntica simbolizan el esfuerzo: <>; a los industriaIes el tecnico; a los intelectuales el pensante; a los meicaderes el mercantii, y a la masa el bajo, siempre segun los mismos principios de adecuacion a las estiucturas.'Pero el h6roe salvara' un dia a su pueblo, reuniflcandolas lenguasdePaoenunaespeciedeesperantolIamadopasfic&ecreadoartificialmente a partir de las lenguas de las clases que fueran fuente de lucha y divisi6n. En 1966 aparece Babel 17 de Samuel Delany, cuya intriga intergaldctica estaentremezcladaconunverdaderocu1sodelingu1sticaestructural.Laexcitante misi6n de la herofna -unajoven linguista- es lade describir la lengua de un pueblo de invasores desconocidos, giacias al dominio de las estructuras de una enorme cantidad de lenguas. Pero la moda ya no es la de los universales y el geneiativismo aun no llegd al gran publico (Sintaxis Structures de Ghotnsky es de 1957 y Aspects ofthe Theory ofSyntax, la verdadera obra fundadora, del965): el autor simplemente ha fundido su Bloomfield y su Whorf. Y XzBabeldel t1tul0 remite precisamente a la diversidad de lenguas mds que a su unidad. De este modo, las diferentes especies pensantes y comunicantes que pueblan las diversas galaxias se distinguen entre sfpor modos de pensar espec1fic0s que hacen que sus lenguas se vuelvan incompatibles unas con otras. Babel 17es una lengua musicaly armoniosa, extremadamente concisa y econ6mica (una antigua idea, como se sabe) Con una sfIaba se dice mis que en otras lenguas con toda una frase. Signos muy motivados remiten en forrna natuial a su significaci6n: Cuando se la conocia, todo se v0lv1a tan simple, tan cla10; (..,.) a medida que ellaescuchabaycomprendia,avanzabaenununiversodepeicepcionespsicodelicas; ( ) pues ella se daba cuenta ahora de que no se ttataba simplemente de una lengua mas sino de una matriz flexible, de inmensas posibilidades analiticas en la que un mismo monema definfa a la vez los puntos de tensi6n de una red de vendajes de enfermerfa y el enrejado defensivo de las astronaves de combate.** " Delany, Samuel Babel 17 Barcelona, Ultiamat, 1986 Pequenodetalle: paraevitarquesus allegados o sus enemigos lean sus pensamientos -una piactica bastante comun en ese mundo, la her01na se pone a pensar en vasco quc, como se sabe, es una lengua inclasificable, relacionada al mismo tiempo con el mito de la Atl4ntida y con las elucubraciones de Marr sobre las lenguas jaf6licas (N C..)
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Una vez descripta por nuestra heiofna linguista, se demuestra que Babel 17 es una Iengua artificial, programada por espiritus mal6ficos que intentan implantaiIaen Ios cerebros para asegurarseel dominio de los procesos mentales: privada de losembrayeursyo y tu, quecondicionan lacomunicaci6n, esta lengua elimina el juego de la conciencia de si y del otro en el locutor, que se vuelve una maquina (recordemos que la novela tiene rasgos de antiutopfa). Pronto se producirfa en la ficci6n la ruptura epistemol6gica que se ha llamado <> y que constituye, por uno de esos movimientos de p6ndulo en los que la historia es pr6diga, una vuelta al pensamiento filosoTico-lingufstico del siglo XVn En 1973 aparece una pequefia obra maestra de linguistica-ficci6n, The Embedding de Ian Watson (Empotrados. Buenos Aiies, Orbis-HyspameYica, 1985). Como el titulo lo indica, la teorfa chomskiana constituye el fundamento de esta historia que es, tambien, una antiutopfa La inclusi6n de la gramdtica transformacional reaparece metaf6ricamente en la estructura mismadeI relato, en la que tres intrigas simultdneas -linguistica, antropol6gica y espacial- se contienen a modo de munecas rusas El conjunto se organiza alrededor del tema de la gramitica universal Sole, un investigador britdnico, esta encargado de guardar en el mayor secreto una singular experiencia que se lleva a cabo en un hospital especializado en problemas del lenguaje. Tiene que ensenarles a tres pequenos huerfanos secuestrados en Pakistdn a hablar <>, es decir: a expresarse en <>, en <>. Los chicos est6n aislados en una caja de vidrio. Sole se comunica con ellos por medio de una pantalla de televisi6n. Pero entre el hombre y la pantalla se ha colocado un ordenador que transforma y sintetiza las palabras del Iingiiista en estructuras profundas que corresponden a la gramdtica universal en la que Chomsky ve un mecanismo innato, identico para todos": ese mecanismo le permite al ser humano, en el curso de su aprendizaje del lenguaje, construir la lengua de su entorno cultural con sus propias estructuras de superficie Se trata, entonces, de implantar este mecanismo inconsciente, en forma explicita, exteiiorizable, en el cerebro de los ninos que, a este efecto, son sometidos a toda clase de tratamientos qufmicos. Se trata, tambien, de volver patente y observable un mecanismo oculto, para poder testear la validez de las hip6tesis chomskianas y progresar en Ia construcci6n de maquinas de traducir automaticas Si los nifios sometidos al tratamiento logran servirse de este lenguaje como de una verdadera lengua, se habraprobado experimentalmente la -' A spects oj the Theory of Syntax 1965
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existencia de las estructuras profundas y, al mismo tiempo, reencontrado el proceso original de la creaci6n del lenguaje humano. Se reconoce aqui el viejo paralelo entre la filogenesis y la ontogenesis, puesto que los nifios deben ieconei en forma acelerada el trayecto recorrido por mil generaciones de la prehistoria. ^Es necesario aclarar que, mas alla" de los problemas eticos planteados por la experiencia, esta es absolutamente irrealizable en las condiciones descriptas por Watson, quien distorsiona un poco (por necesidades de la trama) las bases te6ricas del problema? La histoiia de los pequenos paquistanies (que se volver&n locos, porque sus cerebros sobreexigidos no resisten el tratamiento) se encuentra encastrada en otra historia, polftico-etnoI6gica esta vez, pero siempre centrada en el tema del lenguaje Aparece aqui un etn61ogo amigo del lingiiista, Pierre, que estudia la lengua de una tribu amaz6nica, losxemahoa Esta lengua tiene la particularidad de funcionar en dos niveles Unnivel de superficie, el xemahoaA, se utiliza en las condiciones normales de la vida cotidiana La otra, eI xemahoa B, es un lenguaje empotrado, de valor mlgico-ritual, que solo hablan los iniciados bajo la influencia de unos hongos alucin6genos: lenguaje que sirve de vehfculo a los mitos de la tribu y en particular aI mitode la cieaci6n.. El etn61ogo,influido por la lectura de Raymond RousseF, intentar4 penetraren ei fen6meno, poniend6 en peligro su salud ffsica y mental. Cuando elxemahoa lleva el encastramiento hasta sus lfmites, permite eliminar la proyecci6n del pensamiento en el tiempp y en el espacio. Destruye la linealidad, la sucesividad necesarias en el discurso y eh el pensamiento Ya no hay pasado ni futuro, ni distancia entre esto y aquello: la experiencia humana se condensa en un aqui y ahora que engloba al universo entero. En ese momento privilegiado y vertiginpso, eI pensamiento y la percepci6n del mundo quedan mediatizados por un lenguaje empotrado, matriz universal de todas las lenguas, que es la verdad absoluta del lenguaje y, por lo tanto, del pensamiento Estas dos intrigas estan encastradas en una tercera que se desariolla en escaIa galactica Aparece un pueblo extraterrestre, los Sp'thra o Traficantes de signos, pueblos de linguistas y especialistas en comunicaci6n. Su tarea consiste en recolectar todas las lenguas de Ia galaxia para obtener una imagen total de la realidad Esta vocaci6n filosdfica los condena a errar de planeta en planeta a fin de recoger cerebros dotados de las competencias linguisticas mds diversas ^ cf Nouvelleslmpressionsd'Afrique Paris, 1932 Se tiata de un poema empotiado: una inmensatela de arana; sin punto finaI, sin h'mite de fiase, salvo el final del poema.
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Naturalmente, disponen de mlquinas para traducir y para aprender todas las lenguas, lo que les permite desmebarcar en los Estados Unidos hablando un ingI6s impecable. - ^Ustedes pueden dejar que una lengua se les imprima directamente en el cerebro?- aniesg6 Sole. - jSeguro! Con tal de que se adapte a - A las reglas de la gramdtica universal. Es eso, ^no? Pues la realidad del Universo es, a fin de cuentas, Ia suma de todas las realidades de todos los giupos de seres hablantes, condicionados por lenguas diferentes pero susceptibles desetreducidos a un denominadorcomun en la escala galactica Los Sp' thra estin interesados, obviamente, en la adquisici6n de cerebros xemahoa, lo que desencadena una serie de acontecimientos y catdstrofes De este modo se reconcilian dos hip6tesis aparentemente iireductibles: la del condicionamiento del pensamiento por la estructuia del lenguaje -hip6tesis ultiaculturalista que, llevada hasta sus uItumas consecuencias, implicaria la imposibilidad de traducir, de transmitir en una lengua x la expeiiencia humana expiesada en una lenguay-, y la hip6tesis universalista, que no s61amente esta en el comienzo de todas las teorias y ficciones sobre el origen del lenguaje, sino tambien en el de la utopfa de una lengua filos6fica que expresarfa perfectamente la naturaleza de las cosas
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Capitulo 3 Otros
3.1. Fabulas de identidad* Susan Sontag Otro tipo de satisfacci6n propoicionado por [las] peliculas [de ciencia ficci6n] es Ia extrema simplificaci6n tnotal, es decir, una fantasfa moralmente aceptable, donde se puede dar cabida a sentimientos crueles o, aI menos, amorales. A este respecto, las peliculas de ciencia ficci6n coinciden en patte con las peIfcuIas de horror. Este es eI innegable placei que obtenemos de la contemplaci6n de fendmenos de la natuialeza, de seres excluidos de la categoria de lo humano. El sentido de superioridad sobre elfen6meno, mezclado en distintas proporciones con Ia emoci6n del miedo y la aversi6n, permite abandonar los escrupulos moraIes, deleitarse en Ia ctueldad Lo mismo sucede en las peliculas de ciencia ficci6n. En la figura del monstruo del espacio exterior, lo monstruoso, lo feo y lo rapaz convergen pioporcionando un blanco de fantasia paraque la turbia belicosidad se descargue, y paia el goceest6tico ocasionado por el sufrimiento y eI desastre. Las peliculas de ciencia ficci6n son una de las formas mds puras deespecticulo; con ellas, raia vez nos internamos en los sentimientos de nadie (Una excepci6n Ia tenemos en The incredible shrinking man, de Jack Arnold, 1957) Somos meros espectadoies; observamos. * Las peliculas de ciencia ficci6n pueden tambien ser descritas como una mitoIogfa populat paia Ia imaginaci6n negativa contempoianea de Io impersonal. Las criaturas de otros mundos que pretenden dominamos son <>, no * Tomado de Sontag, Susan. <> en Contra la interpretaci6n Barcelona, Seix-Barral, 1984
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<> Los invasores planetarios son de ordinario seres de ultratumba, por asf decir. Sus movimientos son frios y mecanicos, torpes o sinuosos. Pero vienen a sei lo mismo. Si son de foima no humana, avanzan con movimientos absolutamente regulaies, inalterables (salvo por la destrucci6n) Si su forma es humana -vestidos con trajes espaciales, etc-, entonces obedecen a Ia mis iigida disciplina militar y no exhiben, en ningun caso, caracteristicapersonal alguna, Y, de lograr sus prop6sitos, sera este i6gimen de ausencia de emociones, de impersonalidad, de disciplina fenea, el que impondran sobre la Tierra. <>, procIama un tenicola converso en The invasion ofthe body snatchers (1956) Los ninos, medio temcolas, medio extrateirestres deThe village of the damned (1960), carecen por entero de emociones, se mueven en grupo y se comunican por telepatia, poseyendo todos ellos intelectos prodigiosos; son la avanzadilla del futuro, eI hombre en su piopio estadio de desanollo.. Estos invasoies cometen un crimen peoi que el asesinato, No se contentan con matar a la peisona. La borran por entero. De todos los motivos habituales de las peliculas de ciencia ficci6n, quizas esta tesis de la deshumanizaci6n sea la mas fascinante Pues, comohe indicado, dificilmente cabe una situaci6n mixta como en las antiguas peliculas de vampiros La actitud de las peliculas de cienciaficci6niespecto de la despersonalizacidn es ambigua. Por una parte, la deploran como el supremohorror. Por otra, ciertas caracterfsticas de los invasores deshumanizados, moduladas y disfrazadas -como el predominio de la raz6n sobre los sentimientos, la idealizaci6n del trabajo en equipo y de las actividades cientificas creadoras de consenso, asicomo un marcado grado de simplificaci6n moral- son, precisamente, rasgos del sabiocientifico. >
3.2. Cientificos e intelectuales* Susan Sontag En las peliculas de ciencia ficci6n, a diferencia de las de honor, no hay demasiado horror La tensi6n, la emoci6n violenta, las sorpresas, son desechadas en su mayor parte en favoi de un argumento rfgido, inexorable. Las peliculas de ciencia ficci6n invitan a una concepci6n desapasionada, est&ica, de la destrucci6n * Tomado de Sontag, Susan <> enContra la interpretaci6n Barcelona, Seix-Bairal, 1984.
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y Ia vioIencia: una concepci6n tecnol6gica.. Cosas, objetos, maquinaria, desempenan un papel protag6nico en estas pelfculas. En eI decorado de estas pelfculas se encarna una gama de valores eticos mayor que en lagente. Las cosas, mis que los indefensos humanos, son portadores de valores, porque las sentimos, mis que a la gente, como fuentes de poder. Segun las pelfculas de ciencia flcci6n, el hombre, sin sus aitefactos, esta" desnudo Las cosas representan diferentes valores, son poderosas, son lo que es destruido y son los instrumentos indispensables para rechazar a los invasores extranos, o para reparar el ambiente danado.. Las pelfculas de ciencia ficci6n son marcadamente moralistas., El mensaje caracteristico se refiere al uso adecuado, o humano, de la ciencia contra su uso demente, obsesivo. Comparten este mensaje con las pelfculas cl&sicas de horror de los anos treinta, comoFrankenstein, The mummy, The islandoflostsouls, Dr. Jekyll and Mr. Hyde. (Un ejemplo mis reciente lo tenemos en la brillante pioducci6n Les yeux sans visage, de Goerges Franju, 1959.) En las pelfculas de horror no falta el cientffico loco, u obseso, o desviado, que p'ersiste en sus experimentos pese a los buenos consejos en contra que recibe, crea un monstruo o unos monstruos, y es destruido (frecuentemente tras ieconocer su locura y peieciendo en el esfuerzo, exitoso, por destruir su propia creaci6n). Los cientfficos de las pelfculas de ciencia ficci6n,al constituir una especie intelectual claramente etiquetada, son siempre propensos al colapso nervioso o la perdida de tino. En Conquestofspace (1955), elcomandante cientffico de una expedici6n inteinacional a Marte empieza a preocuparse subitamente por la blasfemia que la empresa supone, y comienza a mitad del viaje a leer la Biblia, en vez de atender sus funciones. El hijo del comandante, que es el segundo comandante y siempre se dirige a su padrellamindole <>, se ve forzado a matar al viejo cuando 6ste intenta impedir que el ingenio espacial aterrice en Marte. En esta pelfcula se expresan los dos aspectos de la ambivalencia respecto de los cientfficos Generalmente, para que estas pelfculas traten con entera simpatfa una empresa cientffica, se requiere el certificado de utilidad. La ciencia, considerada sin ambivalencia, representa una respuesta eficaz al peligro. La curiosidad intelectual desinteresada rara vez se presenta en una forma distinta de la caricatura, como demencia manfaca que separa de las relaciones humanas normales. Pero esta sospecha suele dirigirse mds al cientffico que a su trabajo, El cientffico reador puede conveitirse en mdrtir de su propio descubrimiento, accidentalmente, o pot llevar las cosas demasiado lejos Pero ello implica la posibilidad de que otros individuos menos imaginativos -en resumen, los t6cnicos- puedan administrar el mismo descubrimiento mejor y con m4s seguri-
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dad. La mas arraigada desconfianza contemporanea respecto del intelecto se dirige, en estas peIiculas, al cientifico en cuanto intelectual..
3.3. Maquinas 3.3.1. Larob6tica* Pablo Capanna La obra de Asimov, Yo robot, va desde Ios primeros modelos de aut6matas obreros (similares en todo a los primeros androides de apek) hasta maquinas psicoI6gicamente humanas, que gobiernan con todo desinteres la sociedad humana Las opiniones de Asimov no se inclinan netamente poruna mecanocracia, aunque este tema aparezca a menudo en su obra, entremezclado con lamentaciones sobre lo perdido respecto de la vida preindustrial De todos modos,la epopeya de los <> de Asimov estd enteramente construida sobre tres leyes, creadas por el", que han sido aceptadas por la mayorfa de los escritores como convenciones indiscutibles. Se trata de tres axiomas sobre los cuales se supone que estin construidos los circuitos mentales de todo <>, constituyendo el sistema de inhibiciones que le permiten ser responsable e inofensivo para el hombre. Las <> establecen que un <> no debera daiiar, ni siquiera por la inacci6n, al hombre, debera cuidar su integridad y debei4 obedecer todas las 6rdenes dadas por seres humanos. La serie entera de los cuentos est3 basada, como una cadena de teoremas, sobre estastres leyes. Cada cuento significa un acertijo basado en un conflicto con una de las tres leyes: se senala luego el apoyo brindado por los <> al hombre en su conquista del espacio y concluye cuando estos toman pacfficamente la conducci6n de los asuntos humanos. El <> de Asimov iepresenta una mayor personalidad de la maquina, y su figuraci6n mitol6gica mas neta; representa ya un organismo mecinico a quien la cibernetica ha dotado de autocontroles que lo hacen conducirse como un ser humano; existe ya una notable diferencia respecto de aquellas maquinas primi"En rigor, cteadas por CampbeIl y utilizadas por Asimov. (N.C.). * Tomado de Capanna, Pablo. Elsentido de Ui cienciaficci6n.Buenos Aires, CoIumba, 1966.
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tivas de Kuttner, que se planteaban el pioblema de destxuirse a si mismas como un problema tecnico mds
3.3.2. Metal o came* Isaac Asimov Estrictamente hablando, tanto <> como <> remiten a seies humanos aitificiales y podrfan ser sin6nimos Pero, en las muchas historias de robots que aparecieron en Ias revistas de ciencia flcci6n de 1926 en adelante los robots estaban hechos casi siempie de metal Como consecuencia de esto, <> pas6 a designar especificamente un ser humano artificial hecho de metal en su mayor parte o en su totalidad. Todo ser humano artificial hecho de sustancias que se parecen mas a los tejidos humanos conserva el viejo nombre de <>: esa es la diferencia entre las dos palabras En ciencia ficci6n <> se usa habitualmnete para una criatura viviente de forma humana, es decir un ser que fue procreado o que proviene de una evoluci6n y no de una fabricaci6n artificial, pero cuyo nacimiento o evoluci6n se produjo en otro planeta y no en la Tierra. La palabra <> designa en hebreo una masa sin forma a la que todavIa no se dio vida; en esta acepci6n se acerca a <> en el sentido de Frankenstein La palabra aYabe <>, emparentada con la anterior, significa <> y en este sentido se acerca a <>. Pienso que un <> sena un robot aI que sele da vida usando un conjuro religioso en lugar de principios cientiTicos.
3.3.3. Del robot al ciborg* Pablo Capanna Otra clave de confrontaci6n para el hombre es el robot. Ya hemos visto sus remotos ongenes en la fantasia, en los cuales se destacan dos arquetipos: Coppelia y Frankenstein, * Tomado de Asimov, Isaac <>en Sobre la ciencia flccion Buenos Aiies, Sudamericana, 1982. * Tomado de Capanna, Pablo. El mundo de la cienciaficci6n Buenos Aires, Letra Buena, 1992
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Tanto Coppelia como la<> de Villiers de l'IsIe Adam representan la maquina perfecta y espiritualizada que en cierta medida sobrepasa al hombre al estar liberada de sus pasiones Frankenstein simboliza el podei demiurgico de la ciencia y la incapacidad del hombre para controlailo. Segun las convenciones de la cf se denomina <> al aut6mata de natuialeza org6nica (el homunculus de la alquimia) mientras que se reserva el nombre <> para las mdquinas antropom6rficas. Para los compuestos de ambos, es decir los hombres dotados de pr6tesis tecnol6gicas o los cerebros aislados del cueipo de Simak y Lewis, se utiliza eI t6rmino ciborg, un hfbrido de <> y <>. Desde este punto de vista, Coppelia y la <> son robots, mientras que Frankenstein y los hombres artificiales de Capek son androides Los androides de Capek acababan rebeldndose, destruyendo a sus creadores humanos y por fin aprendfan a reproduciise: el sindrome de Frankenstein comenzaba a manifestarse. El robot ya no es una <>, sino una contrafigura del hombre, una creaci6n mitica que merecena un estudio mas detenido. Se ha senalado que una m&quina de uso multiple, capaz de cumplir todas las funciones de un esclavo perfecto, no tendria por que tener forma humana, salvo por razones est6ticas. La forma humanoide es totalmente innecesaria para una perfecta funcionalidad, como se ve en los robots industriales La persistencia de un mito como 6ste, entroncado conel homunculus y el Golem, revela una necesidad espiritual mds profunda. El robot humanoide es una personificaci6n de la miquina, una especie de humen de la tecnica, un iostio al cual se puede dirigir una interrogaci6n. En un mundo funcional desprovisto de emociones, el inconsciente humaniza la m&quina y le proyecta sus arquetipos.
3.3.4. El placer de la interfase* Claudia Springer Circula habitualmente en la comunidad cientifica y los textos de la cultura popular -pelfculas, programas de T..V.., video games, ievistas, ficci6n ciberpunk y comics- un discurso que describe la comuni6n de personas y tecnologia ^ * Tomado de Springer, Claudia <>,Screen, 32:3 (otono de 1991) Traducci6n de Daniel Link especialmente para este volumen
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electr6nica Gran parte de este discurso representa laposibilidad de la fusi6n del hombre con la tecnologia en terminos positivos y concibe un hfbrido entre la computaci6n y el hombre que exhibe una inteligencia altamente evolucionada y puede evitar las impeifecciones del cueipo humano. Pero, a su vez, aunque desaparezca la imperfecci6n del cuepo humano, este discurso usa simultineamente el cuerpo (la imagineria asociada con el cuerpo y las funciones coiporales) paia representar una visi6n de la perfecci6n t6cnico-humana. Asi, puede representar el deseo er6tico y simult4neamente una liberaci6n del cuerpo fisico. Para citar al autor de ciencia flcci6n, J. G. BaIlard: Cieo que el sexo oiganico, cuerpo contra cueipo, piel contia piel, no va a ser posible mucho tiempo mas...Lo que necesitamos es un nuevo oiden de fantasias sexuales, que involucre otio tipo de expeiiencias, como choques de autos, viajes enjet, el contexto total de nuevas tecnologias, arquitectura, diseno, comunicaciones, transporte, mercado. Estan empezando a cambiar nuestras vidas y el diseno interior de nuesttas fantasias sexuales.** El lenguaje y la imaginena de los cuerpos tecnol6gicos existe en una vaiiedad de textos, Los cientfficos que tratan de disenai una interfce entre la conciencia humana y las computadoras (proyecto tan opuesto a la creaci6n de la inteligencia artificial) describen un futuro en el cual los cuerpos humanos seran obsoletos, reemplazados por computadoras que retendian la inteligencia humana en el software La revista Omni postula ya una era <>, La Whole Earth Review publica un forum"titulado: <<^,Est^ obsoleto el cuerpo7>>. Jean Fran50is Lyotard pregunta: <<^,Puede el pensamiento seguir adelante sin el cuerpo7>>. La cultura popular se ha apropiado de este proyecto cient1fic0; pero, en vez de borrar el cuerpo humano, estos textos intensifican la corporeidad en sus representaciones de los cyborgs.. El mds tecnol6gico de los sistemas es presentado como su opuesto: un cuerpo con mtisculos humanos y partes rob6ticas que han aumentado su capacidad sexual y fisica. En otras palabras, estos textos contemporineos representan el futuro, cuando los cuerpos estardn a punto de volverso obsoletos pero, sin embargo, en los que la sexualidad subsiste. El discurso contradictorio de los ciborgs reveIa una nueva manifestaci6n de fascinaci6n y rechazo simultaneos del cuerpo humano, impulsos que han existido a lo largo de la tiadici6n cultural de Occidente. La ambivalencia hacia el cueipo ha sido tradicionalmente exhibida de manera mis explicita en textos calificados como pornograficos, en los cuales la construcci6n del deseo depende a menudo de un elemento de aversi6n. En su libro The Secret Museum, Walter Entrevista de Lynn Barber en Penthouse (septiembre 1970).
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Kendrick argumenta que el significante <> nunca tuvo un significado especffico pero que constituye un marco ideol6gico que se ha impuesto a una variedad de textos desde su concepci6n. Sugiere que despues del perfodo 19661970 entramos en una era post-pornografica patrocinada por la publicaci6n de The Report of the Commission on Obscenity and Pornography.. Me gustarfa proponer que estamos en una era post-pornogr3fica que se caracteriza por la dispersi6n de las representaciones sexuales mas alla de los lfmites que habian separado previamente lo organico de lo tecnol6gico. Pero las imdgenes sexuales de la tecnologfa no son en absoluto nuevas: los tex tos modernistas de las primeras d6cadas del siglo XXfiecuentementeerotizaban Ia tecnologfa. <>^' La pelfcula Metr6polis (Fritz Lang, 1926) es un ejemplo cl&sico de la fascinaci6n iniciaI del siglo XX por Ia tecnoIogia. Combina una ceIebraci6n a la eficiencia tecnol6gica con un temor del poder de la tecnologfa para destrozar la humanidad al ponerse fuera de control. Esta respuesta dual se expresa en la pelfcula en terminos sexuales: un robot con la forma de una mujer representaa la tecnologfa y simultaneamente alude a una amenaza poderosa. El iobot se distingue por su sexualidad franca: 6sa es la manera seductora con Ia que hace estallar una revuelta ca6tica Andreas Hyssen argumenta que los textos modernistas tienden a relacionar a las maquinas con las mujeres, desplazando o proyectando sus miedos a la tecnologfa omnipotente sobre los miedos patriarcales a la sexualidad femenina. Hyssen senala que hist6ricamente Ia tecnologfa no se ha relacionado con la sexualidad femenina sino desde los comienzos deI siglo XIX, cuando la maquina comienza a ser percibida como una entidad amenazadora capaz de una destrucci6n vastae incontrolable. En la Iiteratura decimon6nica, la vida humana aparece vulnerable al poder potencial de destrucci6n masiva de la mdquina. Al principio deI sigIo XVIII, antes de que la Revoluci6n Industrial instalara en gran escala las *" K C D'Alessandro. <> O*ty>erpresentado en la Conferencia de la Society for Cinema Studies, Bozeman, Montana, julio de 1988)
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maquinas en el lugar de trabajo, la mecanizaci6n humana era unicamente una diversion, un juego, las figuras mecdnicas de un hombre o de una mujer y que obtuvieron gran popularidad en las ciudades europeas donde fueron exhibidos. Los ciborgs, por el contrario, peitenecen a la era informatizada, cuando grandes y confiables mdquinas han sido reemplazadas porel circuitodel microchip, la curva minima del diseno aerodin3mico. En efecto, las mdquinas han sido reemplazadas por sistemas y los circuitos microelectr6nicos de computaci6n tienen poca semejanza con los inmensos pistones y cmjientes ruedas que caracterizaban a la maquinaria industrial. i,Que es lo sensual, er6tico o excitante en la tecnologfa electr6nica? Parecerfa que la cibern6tica hace posible el desaffo del control de la informaci6n y, para los ejecutivos de corporaciones queposeen la tecnologfa, el desaffo del control de los consumidores. Lo que sugiere la imaginerfa popular de la cultura ciborg es que la tecnologfa electr6nica tambien hace posible el desaffo de escapar de los limites del cuerpo pero tambien de los ingenios que separan lo org4nico de lo inorg5nico. Mientras los robots representan el temor de la edad de las miquinas industriales con respecto a su capacidad para funcionar independientemente de los hombres, los ciborg incoiporan, en vez de excluir, a las personas, y al hacerlo borran las distinciones que previamente distinguian lo humano de lo tecnol6gico. Atravesar los limites, de hecho, define al ciborg, convirtiendolo en un concepto postmoderno por exceIencia. Cuando en los textos de la cultura popular los humanos interactuan en el uso de la <> con Ia tecnologia, el proceso consiste en algo mdsque agregrar pr6tesis rob6ticas a sus cuerpos. Involucra la transformaci6n del yo en algo completamente nuevo, que combina la identidad tecnol6gica con la humana.. Aunque la subjetividad humana no se pierde en el proceso, se modifica de maneia significativa En vez de representar la fusi6n del ser humano con Ia tecnologfa como algo terrorffico, la cultura popular frecuentemente la representa como una experiencia placentera. De hecho, esta fusi6n aparece a menudo representada como un acto sexual..
3.3.5. La humanidad del ciborg* Yuli Kagarlitsli Recurrir al ciborg tiene unas rafces filos6ficas aun m^s profundas Es a su modo inevitable para una conciencia asustada por el proceso de alienaci6n y que * Tomado de Kagarlitski, Yuli ^ Que es la cienciaficci6n? Madrid, Guadanama, 1977..
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busca una salida para esta situaci6n que a 61 se le antoja desesperada, El ciborg iecupera el dominio de las cosas, Todo lo que el hombre ha hecho vuelve a e l Las maquinas ya no estan contra 61, incluso no se hallan fueia de 61. Ya no es un extrano en el mundo que ha creado. El ciborg representa la capacidad superior, definitiva y, por ello, con todas sus exageraciones, de adaptaci6n del hombre al medio artificial de vida., El hombre recobra la perfecta aimonfa con el medio, Cuando Schiller piometia que la cultura devolverfa al hombre la naturaleza, se referfa al hombre creado por la naturaleza. El problema del ciborg se plantea cuando el medio ambiente es artificial y el piopiociborg es obra de las manos del hombre La idea delciborg devuelve el mundo artificial al hombre artificial. Para sentirse hombre, hay que dejar de serlo. Para volver a la Naturaleza hay que volverse contra ella.. i,Hasta qu6 punto resultan fecundas estas contradicciones? Es de suponer que tan s6Io en la medida en que permiten poner al descubiertolas contradicciones reales del mundo y de la sociedad actuales. Los esciitores de ciencia-flcci6n, que partfan de la idea de la fusi6n del hombie y el mundo, prescindieron involuntaiiamente de esta idea. Podemos, segun nuestro caracter y nuestra visi6n de las cosas, sentir indignaci6n ante el hombre que nos sustituird o desearle suerte, pero en todo caso se tratara de un ser distinto, no de nosotros.
3.3.6. Todos somos cyborgs* Donna Haraway** El Manifiesto Cyborgse escribi6 en 1985 en la ievist&SocialistReview para encontrar una direcci6n polftica fiente a la hibridez tecno-organica y humanoide en que nos habiamos convertido. El problema eia, y es, c6mo usar la tecnociencia como recurso para iesponder a la desigualdad y a las autoiidades arbitrarias. * Tomado de Donna Haraway: <> en Technoculture (Constance Penley and Andiew Ross, editois). Minneapolis, Univeisity of Minnesota Press, 1991. Traducci6n de Siliva Delfino especialmente paia este volumen ** Donna Haraway: piofesoia de la Universidad de Califomia en Santa Cruz, ensena teon'a feminista e historia de la ciencia En sus libios Primate Visions: Gender, Race and Nature in the WorM ofNew Science (1989) ySimians, Cyborgs and Women The Reinvention ofNature (1990) analiza las <> en el aimamentismo, la biologia, la industiia pero tambien en Iapublicidad sobre ecologfa y la ciencia ficci6n para, segtin declara, ptoducir una politica antiracista y feminista frente a la tecnocracia.
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Enuncilbamos la <> a partir de la tecnologia como paite de la naturaleza y 6sta como relaciones sociales cotidianas. La naturaleza surge de este ejercicio como <>. Esta potente metifora puede mostrarnos que las relaciones humanas hist6iicamente especificas con la naturaleza deben, de algun modo, ser imaginadas como genuinamente relacionales desde el punto de vista social en t6rminos linguisticos, cientificos, eticos, tecnol6gicos y epistemol6gicos. Puede mostrarnos, tambien, que nuestros companeios en esta relaci6n social no son homog6neos. Es curioso, pero nos ayudan los esfuerzos del discurso occidental por llegar a un acuerdo lingufstico con lo no repiesentable, con la contingencia hist6rica. La necesidad, la espontaneidad, la fragilidad y la profusi6n sorpiendente de <> nos ayudanan, entonces, a re-inventar la clase de peisonas que podriamos ser. El cyborg seria una nueva forma de subjetividad no s61o como imagen sino como mundo posible Habrfa muchos modos de acceso al lenguaje no s61o a nivel de nanativas familiares sino a nivel social o colectivo. Se trataria de buscar un modo de <> que, con el coyote, produzca otro conjunto de ciclos de relatos En ese sentido, el manifiesto del 85 decia <> refiiiendose a las posiciones de los sujetos en ciertas iegiones de los sistemas transnacionales que no pueden imaginar la situaci6n de otros sujetos en el sistema Necesitamos un concepto de acci6n que ofrezca la posibilidad de imaginar relaciones dentro de mundos sociales donde los actotes puedan ubicarse de manera extraiia con respecto a las categorias pievias de lo humano, lo natuial o lo constraido. Pueblan mi esciitura estas peculiares criatuias fronteiizas (simios, cyborgs y mujeres) que han tenido un lugar desestabilizante en las nanativas biol6gicas, evolutivas y tecnol6gicas. Estas criaturas fronteiizas son, literalmente, monstruos, una palabra que comparte mds que su raiz con el verbo demostrar. Los monstruos significan. Necesitamos inteirogai los relatos multifaceticos biopoliticos, biotecnoldgicos y feministas de un saber situado respecto de estos monstruos sugestivos y nada inocentes.. Los modos de ser revulsivos de estos monstruos pueden ser signos de mundos posibles y son, ciertamente, signos de mundos acerca de los cuales <> somos responsables. Estos mundos son construidos a traves de Ia deconstrucci6n por una prictica particular que involucra, entre otras cosas, un reconocimiento activo del dolor personal e hist6rico y un rechazo de la nostalgia. Ese <> contradictorio y desplazado es el que puede interrogar posiciones, el que puede construir y reunir conversaciones racionales con imaginaciones fantdsticas que cambien la historia, Deslizdndose, desplazandose, no <>, es laimagen piivilegiadaenlas epistemologias
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feministas del conocimiento cientifico. <> en este contexto deberfa implicar multiplicidades heterogeneas que son simut&neamente destacadas e imposibles de serreducidas a casilleros isom6rficos o listas acumulativas. Esta geometrfa pertenece a los actores. A1 designar Ias matrices de actores etnicos, multiculturaIes, raciales, nacionales y sexuales a partir de Ia Segunda Guerra Mundial, la directora de cine feminista Trihn T Minh vietnamita y americana sugiere la frase<> E1 termino sereflereal posicionamiento hist6rico de aquellos que no pueden adoptar las mdscaras ni del <> ni del <> ofrecidas hasta el momento por las nariaciones de identidades politicas occidentales dominantes Ser <> no significa <> como si se estuviera fuera de los mecanismos de apropiaci6n, en una especie de situaci6n de inocencia. Significa, mds bien, una relaci6n deconstructiva y reIacional critica. Ser <> es no correspondercon ningunataxonomia, estar dislocado con respecto a los mapas que especifican clases de actores. A1 decir esto, Trinh busca un modo de figurar la <> como diferencia crftica en el interior y no como una taxonomia especial que marque su propio apartheid. EI termino <> puede provocar una revisi6n de la naturaleza <> de los 90 La metdfora de Trinh sugiere otra geometrfa para considerar las relaciones de diferencias entre humanos, animales y mdquinas en vez de imaginarla como la incorporaci6n de partes en un todo de oposiciones antag6nicas, paternaIistas y coloniales Pero sus metdforas tambien sugieren un trabajo intelectual y politico sumamente fuerte que estas geometrias van a exigir si no de los simios al menos de los cyborgs y de las mujeres preocupadas por la tecnociencia y latecnocultura Pienso en mi trabajo actual como un esfuerzo por formular una pregunta central acerca de la <>.. La pregunta es c6mo podrfan las metaforas extraordinariamente literales de las nuevas ciencias serproductivas en relaci6n con la <> de esos <>. La ciencia ficci6n estd invoIucrada desde el punto de vista del gdnero narrativo en la interpenetraci6n de los limites entre sujetos problem&icos y esos otros no previstos y con la exploraci6n de mundos posibles en un contexto estructurado por la tecnociencia transnacional. Los sujetos sociales emergentes llamados <> habitan esos mundos. La ciencia ficci6n es tambi6n una literatura de viajes implicada en la historia del colonialismo y del imperialismo tanto como esta implicada en la producci6n social de metdforas literales y cuerpos poeticos de 6rdenes sociales de <> La cuesti6n es c6mo produce la ciencia ficci6n un mapa tanto en Ia imaginaci6n como en la realidad
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de las formas de subjetividad emergentes locales y globales que son construidas en las intersecciones entre los aparatos de producci6n detecnociencia y las polfticas cuIturales feministas, postcoloniales y antiracistas Estoy tratando de explorar los cuerpos, las tecnologfas y las ficciones tal como son construidas a trav6s de la mediacidn de las ciencias de la comunicaci6n de fines del siglo XX en los dominios simultaneamente org6nico y artefactual de los militares, la biologfa, la medicina y la industria. La ciencia ficci6n es <> de manera inherente -un recuiso fundamental de su atractivo hacia los <> para quienes la <> y su pureza, ya sea textual o de cualquier fndole, provoca sospechas bien fundadas Pero las <> de la ciencia ficci6n son apenas ut6picas, provocan simultaneamente perturbaci6n y expectativas.. La ciencia ficci6n es un genero imperialista, en el cual los heroes de las <> cabalgan a la batalla montados en dinosaurios con armaduras y coexisten en el universo con las figuras fant&ticas del feminismo del primer mundo y las imaginaciones multiculturales Es necesario reconer un largo trabajo en el espacio cuItural producido por las intersecciones de la ciencia ficci6n, las especulaciones sobre el futuro, la teorfa antiracista, feminista y las ficciones de Ia ciencia. Para mf el mejor lugar paraubicar este trabajo es en <>, que equivale a decir, en las construcciones tecnicas y ficcionales de los cyborgs de fines del siglo XX, si.tio de fusiones potentes de tecnica, ciencia, mitos y politica, Mi escrituia actual trata de ponei en escena conversacipnes acerca del destino de categonas desarticuladas como <>, <> y lo <> entie los textos heterogeneos y polfglotas del feminismo y de la ciencia El foco esta en c6mo estos discursos hacen posibles figuras de conciencia, humanidad y subjetividad crftica no en la sagrada imagen de lo mismo sino en las practicas autocriticas de la diferencia.
3.3.7. Los biots* Arthur Clarke** Laarana es definitivamente orgdnica, aunque su qufmicadifiere de la nuestra en muchos aspectos. Contiene considerable cantidades de metales ligeros. No obstante, vacilo en Ilamarla animal, por varias razones fundamentales: * Tomado de Clarke, Arthur Cita con Rama Barcelona, Ultramai, 1985 ** Arthur Clarke (1917) es uno de los mds celebres autores britdnicos de ciencia ficci6n
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En primer Iugar, parece no tener boca, ni est6mago, ni intestinos; ningtin sistema de ingerir alimentos. Carece iguaImente de aparatorespiiatorio, pulmones, sangre, sistema de reproducci6n Se preguntaran ustedes qui tiene. Bueno, hay una musculatura simple que contiola las tres patas y Ias tres finas coIas o tent&culos.. Hay un cerebro, bastante compIejo, y en su mayoi parte relacionado con la visi6n triocular notablemente desaiiollada de esa criatura Pero el ochenta por ciento del cuerpo consiste en una especie de panal constituido por grandes celulas, y eso es lo que caus6 a la doctora Erns una desagradable sorpiesa cuando comenz6 su disecci6n. Con un poco de suerte la habria reconocido al punto ahorr&ndose un mal momento, porque esa es tal vez Ia unica estructura de Rama que existe en la Tieira, si bien s61o en un reducidfsimo numeio de animales maiinos. La mayor parte de la,arana es simplemente una bateiia, muy semejante a las halladas en las anguilas electricas y las rayas. Pero en este caso no es utilizada al parecer como arma de defensa. Es lafuente de energia del ente. Y por eso no est2 preparado para comer ni respirar; no necesita medios tan primitivbs., Y al margen dir6 que se sentiria perfectamente c6mpdo en un ambiente de vacfo, Asi pues tenemos un ser que es, en definitiva, nada mis que un ojo m6vil. No posee 6rganos de manipulaci6n; esos tentlculos son demasiado debilesSi se me hubiesen proporcionado sus especificaciones, yo habrfa dicho que es simple y IIanamente un aparato dereconocimiento. Y su comportamiento encaja con esa descripci6n. Lo unico que hacen las aranas es recorrerlo todo y observar los objetos. Es lo Unico que pueden hacer Pero los otros animales son distintos. El cangrejo, la estrella de mar, los tiburones -a falta de otras denominaciones acaso m& adecuadas- todos ellos pueden manejarse en su ambiente, y parecen especializados paia varias funciones Presumo que tambi6n estin provistos de energfa el6ctrica ya que, cbmo la arana, parecen no tener boca. Estoy seguro de que todos ustedes apreciar&n los problemas biol6gicos surgidos en cuanto se acaba de exponer. ^Pueden esos seres evolucionar en forma Su narrativa ha mantenido duiante anos los sistemas de caiacterizaci6n y trama que se hicieion famosos en la 6poca cl5sica Sus novelas mk% conocidas son 200I: Odisea del espacio (1968), teelaboraci6n de su cuento<> (en el cual bas6 Kubiick su c61ebre film) y Cita con Rama, (1973) que expone la vasta geografia de un mundo aitificial o nave cilfndrica La <> inventada por Claike es interesante en la medida en que pretende resolver las contradicciones que a prop6sito de la oposici6n humano/no humano se han planteado en la historia de la ciencia ficci6n Los inofensivos biots estanan, asf, fuera de la 16gica de sentido habituai en el g6nero (ver los pai4giafos 3.5 1 y 3..5.2.)
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natural? Yo no lo cteo. Parecen haber sido disenados, como maquinas, para realizar tareas especificas. Si tuviese que describirlos, diria que son robots -robots biol6gicos- algo que no tiene analogfa con nada en la Tierra.
3.4. Marcianos* Roland Baithes** E1 misteiio de los platos voIadores ha sido, ante todo, totalmente terrestre: se suponia que el plato venia de lo desconocido sovi6tico, de ese mundo con intenciones tan poco claras como otro planeta. Y ya esta forma del mito contenia en germen su desarrollo planetario; si el plato, de artefacto sovietico se transform6 tan fdciImente en artefacto marciano es poique, en realidad, la mitologia occidental atiibuye al mundo comunista la alteridad de un planeta: la URSS es un mundo inteimedio entre la Tierra y Marte, S61o que, en su devenir, lo maiavilloso ha cambiado de sentido, se hapasado del mito de combate al deI juicio. Efectivamente, Marte, hasta nueva orden, es imparcial: Maite se aposenta en Tieira para juzgar a la Tierra, pero antes de condenar, Maite quiere observar, entender. la gran disputa URSS-USA se siente, en adelante, como una culpa; el peligio, no es proporcionado a la raz6n. Entonces se iecune, miticamente, a una mirada celeste, lo bastante podeiosa como para intimidat a ambas partes. Los analistas del porvenii podran explicar los elementos figurativos de esta potencia, los temas oniricos que la componen: laredondez del artefacto, la tersura de su metal, ese estado superlativo del mundo iepresentado por una materia sin costura; al contrario, comprendemos mejor todo lo que dentro de nuestro campo perceptivo participa del tema del MaI: los dngulos, los planos irregulares, el ruido, la discontinuidad delas superficies. Todo esto ya ha sido minuciosamente planteado en las novelas de ciencia-ficci6n, cuyas descripciones han sido retomadas literalmente por la psicosis mareiana. * Tomado de MitoU>gias M6xico, Siglo XXI, 1985 **Roland Batthes (1915-1980), ciitico, esciitor, semi61ogo. Foimado piimero en la literatura cldsica y en la lectuia de Biecht, en la decada del sesenta adhiii6 a los principios estructuralistas de los cuales se conviiti6 en un combativo defensoi Sus Mitologias, pensadas como una critica a la pioducci6n discursiva de los medios masivos, se convirtieron ripidamenteencldsicosdelanSlisiscultural,muchosdecuyoscontenidosBaithescontribuy6 a definii. El ait(culo aquf teptoducido es un desairollo impecable de cieitos t6picos de la ciencia ficci6n y de laparaciencia duiante la hegemonfa de la guerra fria5^ (Mexico, Siglo XXI, 1980) es un cl4sico del andlisis textual yLa chambre cUiire uno de los m2s bellos Iibros esciitos sobre la fotografia
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Lo mas significativo es que, implicitamente, Marte aparece dotado de un determinismo hist6rico calcado sobre el de la Tierra Si los platos son los vehfculos de ge6grafos marcianos Ilegados para observar laconfiguraci6n de la Tieria -como lo ha dicho de viva voz no se qu6 sabio norteamericano y como, sin duda, muchos lo piensan en voz baja- es porque la historia de Matte ha madurado al mismo ritmo que la de nuestro mundo y producido geograf6s en el mismo siglo en que hemos descubierto la geografia y Ia fotografia aerea El unico avance lo constituye el vehiculo.. Marte aparece como una Tieira soiiada, dotada de alas perfectas, como en cualquier sueno en que se idealiza. Es ptobable que si desembarcasemos en Marte, tal cual lo hemos construido, alli encontrariamos a la Tierra; y entre esos dos productos de una misma Histotia, no sabnamos distinguir cual es el nuestro. Pues para que Marte se dedique al conocimiento geogiafico, hace falta, por cierto, que tambien haya tenido su Estrab6n, su Michelet, su Vidal de la Blache y, progresivamente, las mismas naciones, las mismas guerras, los mismos sabios y los mismos hombres que nosotros. La 16gica obliga a que tenga tambien las mismas religiones y en especial la nuestra, por supuesto. Los marcianos, ha dicho Le Progres de Lyon, tuvieron necesariamente un Cristo; por lo tanto, tienen un Papa (y adem&s el cisma abierto); de no ser asi, no habrian podido civilizarse hasta el punto de inventar el plato interplanetario. Para ese diario, la religi6n y el progreso t6cnico, bienes igualmente preciosos de la civilizaci6n, no pueden marchar separados. <> Como se ve, esta psicosis esti fundada sobre el mito de lo id6ntico, es decir del doble. Pero aqut, como siempre, el doble esti adelantado, el doble esjuez. El enfrentamiento del Este y del Oeste ya no es mas el puro combate del bien y deI mal, sino una suerte de conflicto maniqueo, lanzado bajo los ojos de una tercera mirada; postula Ia existencia de una supernaturaleza a nivel del cielo, porque en eI cielo esta el Terrot.. En adeIante, el cieIo es, sin metafora, el campo. donde aparece la muerte at6mica. El juez nace en eI mismo lugar donde el verdugo amenaza. Pero esejuez -o mas bien ese supervisor- lo acabamos de vercuidadosamente reinvestido por la espirituaIidad comun y, en consecuencia, diferir muy poco de una pura proyecci6n terrestre. Porque uno de los rasgos constantes de toda mitologfapequenoburguesaesesaimpotenciaparaimaginaralotto.Laalteridad es el concepto mds antipatico pata eI <>.. Todo mito, fatalmente, tiende a un antropomorfismo estrecho y, Io que es peor, a lo que podrfa llamarse
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un antropomorfismo de clase Marte no es soIamente la Tierra, es la Tierra pequenoburguesa, e) cantoncito de pensamiento cultivado (o expresado) por la gran prensa ilustrada. Apenas formado el cielo, Maite queda, de esta manera, alienado por la identidad, Ia mds fuerte de las apropiaciones.
3.5. El sentido de la vida 3.5.1 Las promesas de los monstruos: hacia una 16gica de significaciones* Donna Haraway La promesa de los monstruos ser4 un ejercicio de construcci6n de mapas y de viajes, a trav6s de paisajes de Ia mente y de la tierra, alrededor de lo que suele ser considerado naturaleza en ciertas Iuchas gIobalesflocales, El prop6sito de este viaje es escribir teorias, es decir, producir una visi6n de c6mo podemos manejarnos y que" podemos temer en la topologfa de un presente imposible pero, sin embargo, demasiado real Trataremos de preguntarnos si es posible otro presente La teon'a de este ensayo es modesta: no se trata de una visi6n general sistemdtica sino de un pequefio procedimiento de visi6n en una larga lfnea de instrumentos artesanales Estos instrumentos de visi6n han sido utilizados tanto por sus adoradores como por sus enemigos Los instrumentos 6pticos suelen seiialar a los sujetos, funcionan como shifters. Y, es sabido, el sujeto ha estado cambiando sin descanso en este fin de siglo XX. Por eso mi pequena teoria 6ptica no se estabIece para pensar efectos de distancia sino efectos de conexi6n, de corporizaci6n y de responsabilidad en un lugar imaginado que podriamos aprender a ver y construir aqui La naturaleza es un topos, en el sentido de lugar ret6rico para considerar temas comunes; la naturaleza es, si queremos ser estrictos, uno de esos lugares en comun Buscamos ese t6pico para ordenar nuestro discurso, organizar nuestra memoria. En tanto topos la naturaleza nos recuerda, tambien, que en el siglo XVII en Inglatena los dioses <> eran los dioses locales, los dioses * Tomado de <> en Cultural Studies (ed. Lawrence Grossberg, Cary Nelson y Paula A Treichler)NcwYork/London,Routledge,I992Traducci6ndeSilviaDelfinoespecialmerite para este volumen
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especfficos, para algunos lugaiesy pueblos.. Necesitamos estos espfritus desde el punto de vista ret6rico pero Ios necesitamos para rehabitar, precisamente, los lugares en comun Por lo tanto, en este sentido, la naturaleza es el lugar para reconstruir la cultura publica. La naturaleza es, adem3s, tropo, figura, construcci6n, artefacto. Pero la naturaleza no puede preexistir a esta construcci6n ya que est3 basada en un tipo particular de tropo en tanto movimiento, desplazamiento., En el viaje que constituye este ensayo prometo usar los tropos para desplazar la naturaleza atraves de un artefactualismo incesante. Aitefactualismo significa, primero, que para nosotros la naturaleza es construida como hecho y como ficci6n Si los organismos son objetos naturales es ciucial recordarque los organismos no nacen sino que son construidos por pr4cticas tecnol6gicas variables de actores colectivos particulares en tiempos y espacios particulares. En el ombligo del monstruo globaI/local en el que establezco mi producci6n, la tecnologia global <>, convieite todo en materia maleable de decisiones estratdgicas y de procesos de producci6n y reproducci6n. La decontextuaIizaci6n tecnologica es Ia experiencia mas ordinaiia de cientos demillones de seres humanos pero tambi6n de otros organismos. Me gustaria sugerir que este procedimiento de decontextualizaci6n no consiste simplemente en <> sino en establecer una <> de la naturaleza. Ahora bien, la preocupaci6n acerca del productivismo que ha caracteiizado el discurso y las practicas occidentales parece haberse hipertrofiado en algo casi maravilloso: el mundo entero es reconstruido a la imagen de la producci6n de mercancfas. Frente a esta maravillala pregunta es c6mo puedo insistir, seriamente, en considerar a la naturaleza como un espacio oposicional, o mejor, diferencial Pienso que la respuesta a estapregunta analftica pero tambi6n polftica reside en dos movimientos relacionados: 1) liberamos de los relatos enceguecedores acerca de la historia de la ciencia y la tecnologia como paradigmas del racionalismo; y 2) imaginar figuras de actores en la construcci6n de categorfas etnoespecfficas de naturaleza y cultura. Estos actores no son todos <>. Si el mundo existe para nosotros como <> esto designa un tipo de relacibn, un encuentro entre muchos actores, no todos humanos, no todos orgdnicos, no todos tecnoI6gicos. En sus corporizaciones cientificas, tanto como en otras formas, la naturaleza es construida pero no unicamente por humanos; es una co-construcci6n donde participan humanos y no humanos Esta visi6n es diferente de los enunciados postmodernistas acerca de un mundo desnaturalizado y reproducido en im4genes o reduplicado en copias. Este ultimo es un tipo especffico de artefactualismo violento y reduccionista.
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Podriamos viajar con un subconjunto particularde shifters o indicadores de sujetos, los Cyborgs, para intentar una supervivencia terrenaI yviajai tanto hacia los paisajes de la mente como los de la tierra, Pero necesitamos, para atravesar lo artefactual, una pequena m&quina de viaje que tambi6n funcione como mapa. En consecuencia, eI resto de este ensayo se va a apoyar en un mecanismo artificial que generasentidos de un modo realmente ruidoso: el infamantecuadrado semi6tico de A J Greimas Las regiones mapeadas por esta maquina de sentido chirriante no deben confundirse con los reinos trascehdentales de la naturaleza o la sociedad. AMndome con Bruno Latour usare mi maquina estructuraIista para producir efectos <> La tantas veces criticada ineptitud de los aparatos estructuraIistas para otorgar a las narrativas una historia diacr6nica, un progreso a traves del tiempo, va a ser la mayor virtud de mi cuadrado semi6tico De este modo, el aspecto de mi historia a-moderna tendra una geometria diferente: en vez de progreso, una interacci6n permanente y orientaciones muItiples a traves de las cuales las vidas y los mundos llegan a ser construidos, tanto en el caso de las vidas y los mundos humanos como en el de los no humanos. El cuadrado semi6tico, tan sutil en las manos de Fredric Jameson, sera aquf mas rfgido y literal S61o quiero mantener cuatro espacios a una distancia diferenciaI y relacional, mientras exploro c6mo ciertas luchas globales/locales acerca de los sentidos y la corporizaci6n de la naturaleza ocurren dentro de ellos. Casi un chiste acerca de <>, el cuadrado semi6tico en este ensayo permite, sin embargo, que un mundo colectivp cuestionable se disene para nosotros desde las estructuras de la diferencia. Las cuatro regiones a traves de las cuales nos moveremos son A: Espacio Real o Tierra; B: Espacio exterior o Extratenestre; No-B: Espacio Interior o elCuerpo; y finalmente: No A: Espacio Virtual o Mundo de la Ciencia Ficci6n oblicuo a los dominios de lo imaginario, lo simb61ico y lo real De algun modo no convencional nos moveremos en el sentido de las agujas del relqj para ver que tipos de figuras habitan este ejercicio. En cada uno de los primeros tres cuadrantes del cuadrado, comenzare con una imagen popuIar de la naturaleza y de la ciencia que inicialmente, aparece de manera tantoamistosa como compulsiva pero, rapidamente, se convierte en estructuras profundas de dominaci6n Entonces voy a virar hacia una imagen y pr4ctica diferenciaI/ oposicional quepodrfaprometernos algo m^s. En el cuadrante final, en el espacio virtual al final del viaje, encontraremos una figura gufa perturbadora que promete informaci6n acerca de las formaciones hist6ricas, psfquicas y corporales que surgen, quiza, de otros procesos semi6ticos El objetivo de este viaje es mostrar en cada cuadrante y en el pasaje a traves de la mdquina que los genera,