Lenin, V. I. “El poder dual” Lenin con obreros de Petrogrado Pravda No. 28, del 9(22) de abril de 1917
La cuestión básica de toda revolución es la del poder del Estado. A menos que esta cuestión sea entendida, no puede haber una participación inteligente en la revolución, para no hablar de conducción de la revolución. La más notable característica de nuestra revolución es un poder dual. Este hecho debe ser comprendido primero y ante todo: a menos que sea entendido, no podemos avanzar. Debemos saber cómo complementar o enmendar viejas “fórmulas”, por ejemplo, aquellas del bolchevismo; porque mientras han demostrado ser correctas en general, su ejecución práctica ha resultado ser diferente. Nadie pensó o podía haber pensado con anticipación sobre el poder dual. ¿Qué es este poder dual? Junto al Gobierno Provisional –el gobierno de la burguesía-, otro gobierno se ha erigido, hasta ahora débil e incipiente, pero indudablemente un gobierno que realmente existe y está creciendo –los Soviets de Diputados de Obreros y Soldados. ¿Cuál es la composición de clase de este otro gobierno? Comprende al proletariado y a los campesinos (en uniformes de soldados). ¿Cuál es la naturaleza política de este gobierno? Es una dictadura revolucionaria, esto es, un poder directamente basado en la toma revolucionaria, revolucionaria, en la directa iniciativa del pueblo desde abajo, y no en una ley promulgada promulgada por un poder estatal centralizado. Es una clase de poder totalmente diferente de la que existe generalmente en las repúblicas democrático-burguesas parlamentarias del tipo usual que aún prevalece en los países avanzados de Europa y América. Esta circunstancia frecuentemente pasada por alto, sobre la que no se ha reflexionado lo suficiente, es sin embargo la cuestión esencial a resolver. Este poder es del mismo tipo que el de la Comuna de París de 1871. Las características fundamentales de este tipo son: 1) la fuente de poder no es una ley previamente discutida y promulgada por el parlamento, sino la iniciativa directa del pueblo desde abajo, en sus áreas locales – “toma” directa, para usar la expresión actual; 2) el reemplazo de la policía y el ejército -instituciones divorciadas del pueblo y dispuestas contra el pueblo- por el armamento directo de todo el pueblo; el orden bajo tal poder es mantenido por los obreros y campesinos armados mismos, por el pueblo armado mismo; 3) los funcionarios, la burocracia, son igualmente reemplazados por el gobierno directo del pueblo o al menos ubicados bajo control especial; ellos no sólo serán funcionarios elegidos sino que también serán sujetos a remoción a la primera demanda del pueblo; ellos son reducidos a la posición de simples agentes; de grupo privilegiado con “empleos” remunerados en una alta y burguesa escala, se convertirán en trabajadores de una una especial “rama del servicio”, cuyas remuneraciones no excederán el pago ordinario de un obrero competente.
Esto, y esto solo, constituye la esencia de la Comuna de París como un tipo especial de Estado. Esta esencia ha sido olvidada y pervertida por los Plejánovs (todos los chauvinistas que han traicionado al marxismo), los Kautskys (los hombres del “Centro”, es decir, aquellos que vacilan entre el chauvinismo y el marxismo) y generalmente por todos aquellos socialdemócratas, socialdemócratas, socialistas-revolucionarios, socialistas-revolucionarios, etc., etc., que ahora mandan. Ellos tratan de escaparse con frases vacías, evasiones, subterfugios; ellos se congratulan unos a otros, miles de veces, por la revolución, pero rehúsan a considerar lo que los Soviets de Diputados de Obreros y Soldados son. Ellos se rehúsan a reconocer la verdad obvia de que dado que esos Soviets existen, dado que ellos son un poder, tenemos en Rusia un Estado del tipo de la Comuna de París. He enfatizado las palabras “dado que” porque es sólo un poder incipiente. Por acuerdo directo acuerdo directo con el Gobierno Provisional burgués y por una serie de concesiones reales, se ha rendido ella misma y está rindiendo rindiendo sus posiciones posiciones a la burguesía. ¿Por qué? ¿Es porque Chjeídze, Tsreteli, Steklov y Cía. están cometiendo un “error”? De ninguna manera. Sólo un filisteo puede pensar así –no un marxista. La razón es insuficiente consciencia de clase y organización de los proletarios y campesinos. El “error” de los líderes que he nombrado reside en su posición pequeño-burguesa, en el hecho de que en lugar de aclarar las mentes de los obreros, ellos las confunden; en lugar de disipar las ilusiones pequeño-burguesas, ellos las inculcan; en lugar de liberar al pueblo de la influencia burguesa, ellos refuerzan esa influencia. Debería quedar claro de esto por qué nuestros camaradas, también, cometen muchos errores cuando ponen la cuestión “simplemente”: ¿Debería derrocarse inmediatamente al Gobierno Provisional? Mi respuesta es: 1) debería ser derrocado, porque es oligárquico, burgués y no un gobierno del pueblo, y es incapaz de proveer paz, pan y plena libertad; 2) no se le puede derrocar por ahora porque está siendo mantenido en el poder por un acuerdo formal y real, directo e indirecto con los Soviets de Diputados de Obreros, principalmente con el Soviet más importante, el Soviet de Petrogrado; 3) de manera general, no puede ser “derrocado” en la forma ordinaria porque descansa sobre el “apoyo” dado a la burguesía por el segundo gobierno –el Soviet de Diputados de Obreros; y este gobierno es el único gobierno revolucionario posible, que expresa directamente la idea y la voluntad de la mayoría de los obreros y campesinos. La humanidad no ha evolucionado todavía y nosotros no podemos conocer todavía un tipo de gobierno superior y menos que el Soviet de Diputados de Obreros, Trabajadores Agrícolas, Campesinos y Soldados. Para hacerse del poder, los obreros con consciencia de clase deben ganar a la mayoría a su lado. En tanto la violencia no sea usada contra el pueblo no hay otro camino al poder. No somos blanquistas, no estamos por la toma del poder por una minoría. Somos marxistas, estamos por la lucha proletaria contra la intoxicación pequeño-burguesa, contra el chauvinismo-defensismo, la fraseología y la dependencia de la burguesía.
Creemos un Partido Comunista proletario; sus elementos ya han sido creados por los mejores adherentes del bolchevismo; cerremos nuestras filas para el trabajo de clase proletario; y muchos y más, entre los proletarios y entre los campesinos más pobres, se pondrán de nuestro lado. Porque la experiencia real del día a día resquebrajará las ilusiones pequeñoburguesas de aquellos “social“social-demócratas”, los Chjeídze, los Tsereteli, los Steklovs y otros, los “socialistas“socialistas-revolucionarios”, revolucionarios”, la pequeña-burguesía pequeña-burguesía de un agua aún más pura, y demás. La burguesía está por un indivisible poder de la burguesía. Los obreros conscientes están por el indivisible poder de los Soviets de Diputados de Obreros, Trabajadores Agrícolas, Campesinos y Soldados –por un poder indivisible hecho realidad no por actos aventureristas sino por el esclarecimiento de las mentes proletarias, por la emancipación emancipación de ellos de la influencia de la burguesía. La pequeña burguesía –“social–“social -demócratas”, socialistas-revolucionarios, socialistas-revolucionarios, et., etc.- vacila y, por eso, obstaculiza este esclarecimiento esclarecimiento y emancipación. emancipación. Este es el real alineamiento de clase de las fuerzas que determina nuestras tareas. N. Lenin