Kant Kan t y el fin fi n a l de la metafisica metafi sica
valid va lidez ez del «hilo cond co nduc ucto tor* r* catego cat egorial rial?? En nuestr nue stro o animo, anim o, este escrupu esc rupulo lo tiene al menos la ventaja de no abandonar demasiado pronto al Kant enojosamente «escolar», para ir a encontrar, mas aca de la armadura «dogmatica», el pensamiento profundo o incluso «lo impensado* de las Criticas. No Criticas. No porque la tentativa de rein scribir a Kant en una «historia del Ser» Ser» nos parezca, de entrada, fraudulenta. Solo nos parece que al preferir, frente a la letra, sus lagunas y sus huecos, frente al texto, el horizonte que abre, se adopta ya una opinion demasiado determinada sobre la Critica. Kant Critica. Kant es librado de inmediato, entonces, a la tradition de los grandes fundadores, en la que viene a relevar a Descartes y Leibniz; y, para hallar mas rapido en el al heredero de los griegos, se borra el rostro del A del A u f k l d r e r , lector de Buffon y de Maupertuis. Al despreciar la impor tancia que le concedia a la econom la de las facultades de conocer y a la exactitud de su trazado, olvidamos voluntariamente que el autor de la Critica Critica siguio siendo contemporaneo de Tetens, admirador de Wolff y comentador de los manuales de Baumgarten; al minimizar el alcance de un texto como el Apendice a la Dialectica trascendental, trascendental, ya no percibimos que la tercera Critica Critica nacio de los problemas epistemologicos que este texto dejaba en suspenso y que habia heredado del escrito de 1763 sobre El E l unico uni co fu n d amento deprueba. La Critica se Critica se convierte en un meteoro luminoso; deja de ser el recorrido totalizante de la esfera de la razon 0 incluso la paciente enumera tion de sig n ific at ion io n s previas a cualquier cualquier metafisica metafisica cient cientific ifica. a. Filosofia Filosofia inau gural de la Modernidad, sin duda, pero cuya genialidad enmascara la dificultosa elaboration y el debate que prosigue en ella con pensamientos tan lejanos para nosotros como los de Wolff o la teologia racional. Se comprende bien, ciertamente, que impresion de ruptura produjeron los famosos textos de la Analiti Ana litica, ca, pero per o se compre com prende nde peor peo r por po r que, en las Refle Re flexio xionen nen,, el autor de la Critica se Critica se obstinaba o bstinaba en meditar sobre el lenguaje lenguaje de la onto-teologia trad itio nal y poner minuciosamente de manifiesto los sentidos de los terminos metafisicos, -hasta el punto de que este diario de a bordo cobra el aspecto del libro A del criticismo (por lo que nos hemos permitido referirnos con bastante frecuencia a las Re las Refle flexio xionen nen,, toman donos asi la libertad de utilizar textos o borradores que no estaban destinados a la publication). A este kantismo que se reduce demasiado pronto a lo que se estima esencial le falta entonces algo: ya no comprendemos comprend emos en que medida esta condena a muerte de la metafisica pasada tuvo como contrapunto una u na «discusion» «discusion» sin fin fin con ella. La obra esta dema siado bien equilibrada; sus contornos son demasiado precisos. Ahor Ah ora a bien, bien , aqui no se trata tra ta solame sola mente nte de un escrup esc rupulo ulo histor his torico ico (0 histohist oricista), sino de la comprension misma del proyecto critico. Al insistir dema siado en los temas nuevos y en las nuevas decisiones que parecen asegurar la originalidad del kantismo como «gran filosofia*, se deja de lado el debate metodico, que el autor, por su parte, consideraba esencial; reduciendo la obra a un conjunto de respuestas ineditas, se olvida que su tarea fue la de elaborar una problematica de cuya solution «depende la conservation 0 la calda de la
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Coleccion de Ana lisis y Critica Critica
Gerard Lebrun
Kant y el final de la metafisica. Ensayo sobre la Critica del Juicio.
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Gerard Lebrun
Kant y el final de la metaflsica. Ensayo sobre la Critica del Juicio.
Traduccion de Alejandro Garda Mayo
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i a Edition, 2008. 2008. © ARMAND ARMAN D COLIN, 1970. 1970. Titulo original: Kant et la fin fi n de la metaphysique. metaphysique. Essai Essa i sur la Critique de la faculte facu lte dejuger dej uger.. © Escolar y Mayo Editores S.L. S.L. 2008 Pza. Agueda Diez 5C i°D 28019 Madrid E-Mail:
[email protected] http://www.escolarymayo.com © De la presente traduction, Alejandro Garcia Mayo. Mayo. Diseno de cubierta y maquetacion: Escolar y Mayo Editores S.L. S.L. ISBN: 978-84-936111-1-8 Deposito legal: legal: M.3.222-2008 Impreso en Espana / Printed in Spain Lerko Print S.A. Paseo de la C astellana 121 28046 Madrid Reservados Reservados todos los derechos. derechos. De acuerdo con lo dispuesto en el Codigo Penal, Penal, podran ser castigados con penas de multa y privacion de libertad quienes, sin la preceptiva autorizacidn, reproduzcan 0 plagien, en todo o en parte, una obra literaria, artistica 0 cientifica, fijada en cualquier tipo de soporte.
Para Jean-Marc Chauvi Chauvin, n, alias Mickey
Pr o l o g o
Este libro no es un nuevo comentario de la Critica del Juicio. Juicio. Si esa fuese su finalidad, el desequilibrio resultarla patente, dado que la primera parte esta consagrada al estudio de textos de la Dialectica trascendental; trascendental; las diferencias en ella serlan estridentes, pues no se ha tematizado la genesis de los conceptos kantianos (en Baumgarten y Blumenbach, particularmente). Pero nuestro proposito no era competir con una obra como la de Baumler; no hemos pretendido ni reconstruir la composition comp osition de la tercera tercera Critica, ni Critica, ni remitirla a sus fuentes. Hemos querido mostrar solamente q ue la ultima Critica, lejos Critica, lejos de ser -como en ocasiones se ha sostenido- la peor compuesta de las tres, trata de resolver metodica y continuamente un problema preciso, pero «tan embrollado por la naturaleza», reconoce el autor, que hay que excusar, no obstante, «una oscuridad inevitable en la solucion». Y nos han servido como regia las siguientes lineas de Goldschmidt: «Podemos decir que, no solo la tabla de los juicios, sino, una vez hallada esta, la de las categorias, e incluso y sobre todo las divisiones de la entera logica determinan, a modo de paradigma, toda la obra critica de Kant (particularmente la tercera Critica) Critica) y constituyen, a sus ojos, no solo un ‘hilo conductor’, sino una garantia y una prueba»x. Nuestra hipotesis era, pues, la siguiente: la Critica del Juicio no Juicio no es ciertamente una obra residual en la que Kant hubiese tratado de atar, mal que bien, temas que no tuvieron cabida en las otras dos Criticas. Por Criticas. Por banal que pueda parecer esta precaution metodologica cuando se trata de un gran filosofo, basta con mantenerla como exigencia permanente para que, poco a poco, poco, su ija otra Critica, Critica, -n n o ya co mbination fragi fragill de una «estetic «estetica» a» y una un a «filosofia «filosofia biologica», biologica», sino nueva arquitectonica de los con ceptos, -clave de la filosolia trascendental, sistematica finalmente exhaustiva de las facultades a priori. La ventaja de una relectura emprendida con este espiritu puede parecer pequena. dPor que, se preguntara, concederle tan gran honor a la pasion kantiana por la clasificacion sistematica y por que concederle tanto credito a la 1 Goldschmidt, System Sys tem e sto'icien, sto'icien, p. 20, nota.
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Prolo Pr olo go
metafisica, en consecuencia, su entera existencia»2. Sin embargo, hay una gran diferencia entre constituir una doctrina y constituir una problematica. Kant era consciente de ello cuando protestaba contra los criticos que tan solo veian en su su obr obra a una una doc docttrina rina mas mas que que exam examin inar ar o d i s c u t i r N o ha dicho cho una una palabra sobre la posibilidad del conocimiento a priori, priori, que es, propiamente hablando, el problema de cuya solution depende el entero destino de la meta Critica (como, aqui, mis fisica y en el que desembocaba toda mi Critica Prolego Pro lego menos) men os).. El idealismo que ha hallado, y al cual se ha aferrado, se admitio en la doctrina solamente como el unico medio de resolver este problema (incluso si extraia su confirmation de otras razones). Habria debido mostrar, por tanto, o bien que este problema no tiene la importancia que le concedo (como todavia, ahora, en los Pr los Prole olego gome meno noss), o bien que no puede ser resuelto por medio de mi concepto de los fenomenos, o aun que puede serlo mejor de otra manera; respecto de lo cual no encuentro ni una palabra en la recension»3lPodemos preguntarnos si este critico miope no fue, despues de todo, el primero en reabsorber en la filosofia tradicional una cuestion que estaba planteada expresamentefu expresamentefu era de ella. ella. Por esta pendiente no se desconoc e a la fuerfuerza la originalidad de la Critica, pero Critica, pero se silencia con toda seguridad su extraneza, -esto hacia que Kant temiese ser mal comprendido antes que desmentido. Erramos, pues, la mirada que el autor echo sobre su obra y la conciencia que tuvo, no tanto de haber dicho cosas nuevas cuanto de haber modificado para siempre el modo de plantear los problemas, -no de ser descubridor de tierras desconocidas, sino de haber vuelto enigmatico el suelo de la filosofia, que creiamos bien conocido. Por el contrario, volvemos a este kantismo vivido por Kant cuando nos tomamos en serio su manera de reagrupar las dificultades y proponer para ellas formulaciones globales ineditas. Y muy ingenuo ha de ser, nos advertia el autor, quien se sienta decepcionado por ello: «Un critico que queria encontrar algo que censurar en este escrito ha dado en el clavo mas de lo que quizas el misrno penso, diciendo que en el no se expone ningun principio nuevo de la moralidad, sino solamente una formula nueva. Pero, iquien querria introducir un nuevo principio de la moralidad y ser el primero en descubrirlo?, como si antes el mundo hubiese vivido en la ignorancia de lo que sea el deber o en un completo error al respecto. Pero quien sepa lo que para el matematico significa una formula, que determina con toda exactitud lo que hay que hacer para resolver un problema y que no nos permite cometer errores, no considerara insignificante e inutil una formula que cumple esta tarea para todo deber en general» 4. No hay respuestas kantianas a problemas tradicionales, sino solamente falsos problemas tradicionales. La Critica no Critica no tiene como tarea, pues, proveernos de nuevas convicciones, sino llevarnos a poner en cuestion nuestro modo de estar convencidos. No nos aporta una verdad distinta; nos enseria a pensar de otro modo. Por tanto, si 2 Proleg Pro leg., ., IV, 276 [trad. esp. Prole Pr olegom gom eno s a toda m eta fisica fis ica futu fu tura ra que haya d ep o d er p re sentarse como ciencia, ciencia, Madrid, Istmo, 1999]. 3 Proleg Pro leg., ., Anhang, IV, 377. KpV , Vorrede, V, 8, nota [trad. esp. Critica de la Razdn practica, practica, Salamanca, Sigueme, 1997, 4 KpV, 3a ed.].
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Kant Kan t y el fin fi n a l de la metafisica
queremos obtener la minima garantia de que hemos reconstruido bien la arti culation de la Critica del Juicio, ante Juicio, ante todo no esperemos que se haga en ella una revelation sobre la esencia de lo bello o sobre la esencia de lo biologico, brev br evem emen ente, te, una un a teoria de teoria de dominios hasta aqui no desbrozados o mal desbrozados. Se trata solamente, pero sin discontinuidad, discontinuidad, de probar la existencia, a media distancia entre el entendimiento y la razon, de una instancia a priori mas primitiva que ellos ellos - y cuya presencia aflora aflora en tiertos juicios que emitiemitimos de modo ingenuo, - s e trata de excavar en el emplazamiento de la antigua antigua teologia natural para mo strar como las significaciones significaciones de la practica se anticipan en significaciones a medias teoricas. El metodo sera, pues, el de un analisis semantico, no el de una investigation sobre realidades que hubiesen aguardado desde siempre a que consintamos finalmente en determinar su esencia. Una lenta regulation que, mediante la investigation de las palabras, busc bu sca a extra ex traer er su nucle nu cleo o de sentido sen tido,, sin invoc inv ocar ar jam ja m as, as , a no n o ser en aparie apa rienci ncia, a, la experiencia vivida o cualquier otra information positiva. «Aqui, la critica hace las veces de teoria»: aqui, la investigation se basta a si misma. El critico debe poner en discusion unicamente esta investigation y la manera que tiene de circunscribir los los problemas, sin tratar jam as de opon er una desc ription de hechos hechos (o, peor, de valores) valores) a un analisis que no pretende describir nada. La critica hace las veces de teoria, porque solo se trata de sondear y someter a prueba lo que creemos que se encuentra en el punto de partida de los datos inmediatos, - y de ninguna manera de enunciar la verdad definitiva sobre sobre tal o cual region del Ser. Por donde comenzamos a ver que error de principio podria viciar la lectura de la obra: consistiria en hacer del ascenso a lo a p a pri rio ori original original un conjunto de asertos asertos teoricos, como si Kant pensase c omunicarnos su definition su definition de lo bello o su su comprension de lo organico. - Ahora bien, esta actitud «teorica» ingenua se vuelve incompatible con el proyecto filosofico precisamente a partir de Kant, hasta el punto de que este se indigna de que un «leibniciano» como Eberhard se obstine en abordar como una «teoria» la filosofia de Leibniz: «iComo se puede creer que Leibniz, un matematico tan grande, haya querido constituir los cuerpos a partir de monadas y, en consecuencia, el espacio a partir de partes simples?». iComo se puede creer que, bajo el nombre de armonia preestablecida, haya pensado designar una predetermination en las cosas? Es atribuirle un sinsentido. Si una filosofia -incl uso «dogm atica»- se contentase contentase con pronunciar pronunciar asertos asertos sobre la la esencia esencia de la naturaleza, de la materia, etc., si no fuese (ya) investigation de los conceptos de la razon pura, no valdria una hora de atencion. Y esto es, sin emba r go, lo que hacen del pensamiento de Leibniz los torpes aduladores que ven en el, en resumen, una «teoria» que compite con la ciencia5. Despues de Kant -una vez que se haya cumplido la separation cienciafilosofia-, hay un sentido de la palabra teoria que, teoria que, aplicado a la filosofia, tan solo puede ser peyorativo. Pretendiendo enunciar, sin precauciones, la racionalidad de la cosa o decir que debe ser, esta «teoria» tan solo es una reconss Eberh Eb erhar ard, d, VIII, VIII, 247-8 [trad. esp. La po lem ica sobre sob re la Critica Crit ica de la Razon Ra zon pu p u ra (resp uesta uest a a Eberhard), Madrid, Eberhard), Madrid, Antonio Machado Libros, 2002].
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