PABLO ARGÁRATE
ConmenlOrando a la Santísima, Purísima, Benditísima, Gloriosa, Soberana nuestra, la Madre de Dios, Siempre-Virgen María y a todos los Santos, encomendémonos a nosotros mismos y mutuamente los unos a los otros, y toda nuestra vida a Cristo Dios (Oración de la liturgia bizantina de San Juan Crisóstomo) (1)
Pentecostés, es la fiesta de la actualización cristiana de la fiesta judía de las tiendas. En ella nuestros antecesores en la fe volvían a hacer presente el gozo de la comunidad ante la donación de la Torá, la Ley por parte de Yavé en el Sinaí, a los cincuenta días de la salida de Egipto en aquella noche maravillosa. Sin embargo, en la comunidad de los apóstoles acontece en ese día un suceso que la transforma radicalmente. Es la manifestación plena y sin medida del Espíritu en la comunidad. En esa inyección divina al mundo se realizan las profecías. En efecto, boy el Espíritu de Dios se ha derramado sobre toda carne. Para comprender más acabadamente esta irrupción aprovechemos la riqueza de la celebración cristiana de Pentecostés.
Por la solemnidad que tiene este nacimiento de la Iglesia, se la ha dotado también con una vigilia, en consonancia con la Pascua. Tenemos, por lo tanto, dos misas: la de la vigilia y la del día de Pentecostés. Quiero, ahora, presentar brevemente los pasajes más significativos de las oraciones, cantos y lecturas de las celebraciones eucarísticas y de la liturgia de las horas.
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1.- ANÁLISIS DE
LA LITURGIA DE PENTECOSTÉS
1.1.- Textos de la liturgia
A. Misa de la Vigilia Antifona de Entrada:
Orac. colecta
"El amor de Dios ha sido derramado e nuestros corazones por el Espíritu que habita en nuestros corazones (Rm 5, 5; 10, 11). "brille sobre nosotros el esplendor de tu
Ant. 1ª
Génesis
gloria" "alcanzar el cielo", alcanzar a Dios y ser como Él "los he llevado sobre alas de águila y los be traído a mí". pueblo sacerdotal y nación santa "el Señor había descendido sobre él en forma de fuego" "les infundiré mi espíritu y vivirán"
Salmo 1º Salmo Y. Antif. Bened.
Éxodo
Ezequiel ¡oel
Salmo Romanos
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Aleluya Evangelio Oración final
fuego "derramaré mi espíritu sobre toda carne". "cuantos invoquen el Nombre del Señor se salvarán" "Envía tu Espíritu, Señor, y renovarás la faz de la tierra" "su Espíritu intercede por nosotros con gemidos inefables" "enciende en ellos el fuego de tu amor" "de sus entrañas manarán torrentes de
1 Cor
agua viva"
Juan
"La comunión que acabamos de recibir nos comunique el mismo ardor del Espíritu Santo que tan maravillosamente inflamó a los apóstoles de tu Hijo"
Orac.ofr.
B. Primeras Vísperas Himno "inflama los pecbos... perenne fuente de vida eterna... fuego sagrado... dedo de la diestra de Dios... " (Veni Creator). Antifona. 21 "Aparecieron sobre los apóst~les unas como lenguas de fuego, y se posó sobre cada uno de ellos el Espíritu Santo".
Intod. al. PN.
"El Espíritu del Seiior resucitado"
C. Laudes Anif.. Invitat.
"Aleluya. El Espíritu del Señor llena el
universo..." Himno
D. Misa del Día Hecbos
El Espíritu del Señor desciende al corazón de la iglesia. "El Señor que la quema y atraviesa enciende con su llama el universo... Ebrios del Santo Espíritu ... Dios
Orac·final
al Sinaí, y en llamarada y en ímpetu de amor retumba el monte ... El Viento es brisa y fuerza de huracanes, y el Agua viva mueve los océanos; ... el gozo transfigura sus semblantes Espíritu confín de las promesas, oh Santo " "Señor, cuán bueno y cuán suave es tu Espíritu que habita en nosotros. Aleluya" "me saciaré de manjares exquisitos' (Sal. 62). "cantad al Señor un cántico nuevo" (Sal. 149) Es el perdón de los pecados. "un ruido, semejante a una fuerte ráfaga de viento ... leguas como de fuego, que descendieron... Todos quedaron llenos del Espíritu Santo ... se congregó la multitud ...todos los oímos proclamar en nuestras lenguas las maravillas de Dios ... ebrios" . "Nadie puede decir: Jesús es el Señor, si no está impulsado por el Espíritu Santo ... bautizados en un mismo Espíritu para formarun solo cuerpo... bemos bebido de
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un mismo Espíritu"
T
" temor- shalom- se llenaron de alegría... Como el Padre me envió, yo también los envío .. .los pecados serán perdonados El Espíritu Santo nos manifiesta el misterio, nos revela la verdad El Espíritu Santo es "el" don.
E. Segundas Vísperas "Hoy han llegado a su término los días de Antif. Magn. Pentecostés, aleluya; hoy el Espíritu Santo se apareció a los discípulos en forma de lenguas de fuego y los enriqueció con sus dones, enviándolos a predicar a todo el mundo y a dar, testimonio de que el que crea se bautice se salvará. Aleluya" "Tú que con tu Espíritu llenaste el universo, baz que los bombres construyan un
mundo nuevo en justicia y paz'.
1.2.- Visión sistemática del misterio de la Iglesia, en Pentecostés
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El Espíritu Santo congrega una gran multitud (2). En palabras, constituye en unidad lo que antes era disperso. El de los Hechos es presentado, explícitamente, como el reverso Babel. Es la constitución de un solo pueblo, a partir de la cidad, un pueblo sacerdotal y nación santa (3). Y somos hechos solo pueblo, por beber de un mismo Espíritu (4). Sólo en él mas proclamar las maravillas de Dios (5), pues Él pone en nuestros labios un cántico nuevo (6). Sólo Él nos hace invocar e! Nombre del Señor (7) inefablemente (8). Pero el Espíritu no es sólo e! Unificador, sino también e! Fuego que Cristo vino a encender en la tierra. Él desciende al corazón de la Iglesia y enciende con su llama el universo (9). En la liturgia hay una marcada insistencia en comprender la experiencia del Espíritu como una experiencia de fuego (10). Se trata del Fuego de Dios, el fuego sagrado que hace arder nuestro corazón que viene de lo alto, que arde y nos consume, transformándonos en Fuego, Luz, Vida. y es fuego porque es e! Amor mismo de Dios en nuestros corazones (11). Nos hace arder en pasión por Dios, en el más fuerte eros divino. Por ser una experiencia de fuego y de eros, es también una experiencia de una inenarrable belleza, pues hace brillar en nosotros e! esplendor de la gloria de Dios (12). Él es la suavidad de Dios (13), el manjar de Dios (14). Por él somos ebrios de Dios y el gozo transfigura nuestros rostros (15), llenándonos de alegría (16). Él es la Vida, que nos hace vivir verdaderamente (17), como hizo resucitar al Señor Jesús, pues es el Espíritu del Señor Resucitado (18), que, a su vez, brota de! Misterio Pascual (19), y que trae e! perdón de los pecados (20), el Agua (21) que nos sacia y nos purifica. 'UCUC'IJU-
(3) Lectura de Ex, misa de la vigilia (4) Lectura de 1 Cor, misa del día (5) Lectura de Hch, misa del día (8) Tercer salmo de laudes (7) Lectura de Joel, misa de la vigilia (8) Lectura de Rm, misa de la vigilia (9) Hinmo de Laudes (10) Cf. lecturas de Ex, JI y el Aleluya de la misa de la vigilia (11) Antífona de entrada de la misa de la vigilia (12) Oración colecta de la misa de la vigilia (13) Antífona primera de laudes. (14) Primer salmo de laudes (15) Hinmo de laudes (18) Lectura deJn en la misa del día (17) Lectura de Ez y del Evangelio en la misa de la vigilia. (18) Introducción al Padre Nuestro (19) Evangelio de la vigilia (20) Antífona del Benedictus en laudes (21) Evangelio de la vigilia
Por eso, desde Pentecostés, su efusión llena el univerrecreando renovando todo (23) e impulsando a construir mundo nuevo en justicia y paz (24). El Espíritu Santo son las alas que nos hacen volar y nos lleal Padre (25). Por ello es el gran revelador del Misterio Trimt2lf10 (26). Así se entiende que sea el gran don (27) escatológico y la plena realización de todas las promesas (28). Es e! Fuego que nos hace arder en la ho~uera del Amor trinitario. Él nos transfigura en fuego y en luz. El, finalmente, nos diviniza, pues nos hace llegar a ser como Dios (29). Así, la Iglesia formada por el Espíritu es la nueva creación, el sentido último del hombre y del cosmos, devenir todo fuego, ser transfigurado por la suave potencia de! Espíritu. Él hace brillar en el rostro del hombre y de la materia la Luz inaccesible del Resucitado, el resplandor de! Tabor. En el Espíritu la comunidad vive de la misma vida trinitaria, convirtiéndose en la hoguera donde e! Fuego de Dios arde y transfigura e! mundo entero, convirtiéndolo en una zarza ardiente. De esta manera, la Iglesia es ... el espacio de irradiación
del Espíritu Santo. Hemos visto en el análisis de la liturgia de Pentecostés, como esta penetración escatológica de Dios en el mundo es el "Don" final. Toda la historia de salvación tiende a que la creación se vuelva espiritual. Esto no hay que entenderlo en el sentido de opuesto a la materia, sino como que todo el cosmos, cada porción de materia, cada elemento esparcido por los espacios sea penetrado por la Fuerza de Dios. Se trata del último sentido de la realidad. Si quisiéramos comprender qué es el hombre, sólo podríamos realizarlo en el hombre transfigurado por el Espíritu, plenamente transparente a la gloria y a la Luz inaccesible de la Santísima Trinidad. A lo largo de la historia de la salvación el Espíritu ha aleteado sobre la creación, él la ha cubierto, incubando un mundo transfigurado. Él ha hecho "un cielo nuevo y una tierra nueva". El Espíritu es el momento de máxima inmanencia de Dios en la creación. Podemos decir con san Agustín, que por él Dios llega a ser "intimior intimo meo", más interior que mi misma interioridad. La salvación no opera ya desde fuera, como tuvo que hacerlo desde la exteriorización de Adán. En efecto, Adán es expulsado de la tierra santa, y Dios, de algún modo, del corazón de! hombre. (22) Antífona del invitatorio de la liturgia de las horas (23) Salmo responsarial de la vigilia (24) Preces de las segundas vísperas (25) Lectura de Ex en la vigilia (28) Oración de las ofrendas de la misa del día (27) Oración final de la misa del· día (28) Hinmo de laudes (29) Lectura del Gn en la vigilia
2.- EL EspíRITU
SANTO
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En la plenitud de los tiempos el Santo de Dios, Jesús rece como el Cristós, como el Ungido por el Espíritu del Padre. es el hombre ya transfigurado, el hombre plenamente dócil Espíritu, en cuyo rostro, como en el Tabor, se refleja la gloria cesible de Dios. Jesús de Nazaret es el hombre espiritual, el bre que vive plenamente en el Espíritu. Y no sólo esto, sino todo el misterio de Cristo puede ser entendido a la luz Pentecostés. Cristo se revela, entonces, como el "gran precursor" del Espíritu Santo. Toda la economía de Cristo se orienta pues a insertar el Espíritu en el corazón de la creación, en el corazón del mundo. Es el Fuego que ha venido a encender en la tierra. Y todo su Misterio Pascual no es sino el paso a la existencia en el Espíritu. y el Espíritu es en la Iglesia la gran memoria del Señor. Él lo hace presente. Como insiste Pablo, sólo en el Espíritu podemos acercarnos al Señor Jesús, sólo en Él podemos pronunciar el Nombre santo. La presencia de Jesús de Nazaret se hace presencia interiorizada del Señor Jesús, en el Espíritu. Pentecostés es no sólo la presencia dinámica y divinizante de la Trinidad en la comunidad-Iglesia, sino también la presencia de la comunidad en la Trinidad. El Espíritu se vuelve el ámbito en donde accedemos a la Realidad Dios. Él es el templo donde veneramos al Dios vivo. Ya no es ni el Garizim ni Jerusalén, sino el Espíritu donde hay que adorar al Señor, como le dijo Jesús a la samaritana. Por lo tanto, toda espiritualidad tiende a vivir conscientemente el Misterio del Espíritu. Y, por ello, el verdadero fin de la vida espiritual y de la vida cristiana consiste en la adquisición del Espíritu, como lo señala con toda claridad un santo monje ruso, san Serafín de Sarov. Todas las otras prácticas tienden hacia ese Don: La oración, el ayuno, las vigilias y otras prácticas cristianas cualesquiera -dice-, aunque muy buenas en sí mismas, no representan en modo alguno, por sí solas, el fin de la vida cristiana: no son más que medios indispensables para alcanzar ese fin. Porque el verdadero fin de la vida cristiana es la adquisición del Espíritu Santo. En cuanto a los ayunos, vigilias, oraciones, limosnas y otras buenas obras hechas en nombre de Cristo, son los medios para adquirir el Espíritu Santo. Fijáos bien en esto: sólo las buenas obras hechas en nombre de Cristo, nos traen los frutos del Espíritu Santo. Otras acciones, si no están hechas en nombre de Cristo, aún siendo buenas, no podrían, a pesar de todo, proporcionarnos la recompensa en la vida del siglo venidero ni darnos la gracia de Dios en la vida presente. Por eso el Señor Jesucristo dijo: 'El que no recoge conmigo desparrama'.
ESI)ínltu, Fuego de Dios, nos vuelve ígneos. El Abba José dice a Abba Lot: "No puedes ser monje si no llegas a ser todo llameante como un fuego" ... Lot respondió: "Padre, según mi poder, me ocupo de mi oficio, de mi modesto ayuno, de la oración y de la meditación, guardo el recogimiento, y según mi poder permanezco puro en mis pensamientos. ¿Qué me queda aún por hacer?". El anciano se levantó, extendió las manos hacia el cielo y sus dedos se hicieron como diez lámparas de fuego y le dijo: "Si quieres, llega a ser todo entero como fuego" (Apotegmas, José, 6-7). Y la Iglesia es el pueblo nuevo, la comunidad de los ungidos, de los nuevos cristos, de los hombres que han llegado a ser fuego y luz, de los hombres ebrios de Dios, de los que han sido arrebatados al Misterio Trinitario.
¿Y cuál es el lugar de María en esta comunidad? ¿Está acaso ella fuera de este pueblo de ungidos? ¿Tiene un destino aparte de estos hombres ígneos? (30) ¿Acaso se situará ella por encima de la Iglesia, como algo intermedio entre Dios y sus amigos? De ningún modo. Por el contrario, María es la realización plena de la Iglesia. Es su miembro más exaltado. Es la hermana mayor que ha llegado a la meta (31) de una manera insuperable e incomparable (32). Ella es el fruto más espléndido de la redención de Dios (33). Y si ella ha sido preservada de todo pecado esto no la pone fuera de la Iglesia. No. En ella se realizó anticipadamente el destino común de la Iglesia, lo cual se revela con gran esplendor en la fiesta de la Asunción-Dormición de la Madre de Dios: Oh Madre de Dios, en el alumbramiento conservaste la virginidad, en tu dormición no abandonaste al mundo. Te presentaste a la Vida, siendo Madre de la Vida, y por tus oraciones salvas de la muerte a nuestras almas (34). Ella es la porción más noble de la Iglesia (5), la que ha (3D) Cf. P. Argárate, Portadores del Fuego. La divinización en los Padres griegos. Bilbao, 1998. (3t) Cf. LG 65: "La Iglesia en la Beatísima Virgen ya llegó a la per-
fección, por la que se presenta sin mancha ni arruga". (32) Cf. LG 68: "La Madre de Jesús, de la misma manera que ya glorificada en los cielos en cuerpo y alma es la imagen y principio de la Iglesia que ha de ser consumada en el futuro siglo". (33) Cf. SC 103: "En Ella, la Iglesia admira y ensalza el fruto más espléndido de la Redención y la contempla gozosamente, como una purísima imagen de lo que ella misma, toda entera, ansía y espera ser". (34) Liturgia bizantina, traparlo de la Dormición de la Santísima Virgen María. (35) Cf. LG 53: "La Madre de Dios Hijo y, por tanto, la hija predilecta del Padre y el sagrario del Espíritu santo; con un don de gracia tan
3.- MARíA, LA INCANDESCENTE
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llegado a ser el reflejo más esplendoroso de la gloria de Dios. por ello puede ser considerada tipo, modelo y norma de toda Iglesia (36), San Atanasia dice: El Verbo ha asumido la carne para que nosotros podamos recibir el Espíritu Santo, Dios se hizo sarcójoro (portador de la carne) para que el hombre pueda llegar a ser pneumatójoro (portador del Espíritu).
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La existencia de María está atravesada e imantada hacia el misterio de Cristo (37) y María es no sólo, entonces, la portadora de la carne del Verbo (como celebramos hoy en la Visitación, donde María se muestra como vehículo de la salvación de Dios) sino, como consecuencia de lo anterior, es pneumatójora, la portadora del Espíritu, En ese sentido puede decir Agustín: "Beatior est Maria percipiendo jidem Christi quam concipiendo carnem Christi" ("Más bienaventurada es María al recibir a Cristo por la fe que al concebir en su seno la carne de Cristo" (38). María es la Panaghía (39), la Santísima, es decir la más santa. ¿Qué significa esto? Que después de Cristo, en ningún otro hombre se irradió tanto la Santidad del Dios Vivo como en María (40), Ella es la creatura plenamente poseída por el Santo, por el Santificador, por el Espíritu de Dios, Nadie como ella fue cubierto por la acción fecundadora del Espíritu (41), quien se posó sobre ella para que el que naciera de María fuera Santo, Por lo tanto, y dejando claramente de lado a Jesús, nadie ha estado en una relación tan vital con el Espíritu como esta mujer de Nazaret, de manera que es llamada "sagrario del Espíritu Santo" (42). Ella es la mujer del Misterio, la penetrada hasta en su misma carne por la eximia, antecede con mucho a todas las criaturas celestiales y terrenas... miembro sobreeminente y del todo singular de la Iglesia, su prototipo y modelo destacadísimo en la fe y caridad y a quien la Iglesia católica, enseñada por el Espíritu Santo, honra con filial afecto de piedad como a Madre amantísima", (30) Cf. LG 63: "la Madre de Dios es tipo de la Iglesia, orden de la fe, de la caridad y de la perfecta unión con Cristo". También PC 25: "cuya vida es norma de todos". (37) Cf. Catecismo de la Iglesia Católica (CIC) n, 492: Esta "resplandeciente santidad del todo singular" de la que ella fue "enriquecida desde el primer instante de su concepción", le viene toda entera de Cristo, (38) Citado por el CIC, n, 506, (39) CIC n, 493 (40) Cf. L 66: "María, que por la gracia de Dios, después de su Hijo, fue exaltada sobre todos los ángeles y los hombres, en cuanto que es la Santísima Madre de Dios", (41) Cf. Oración sobre las ofrendas, 4º Domingo de Adviento: "El mismo Espíritu, que cubrió con su sombra y fecundó con su poder las entrañas de María, la Virgen Madre, santifique Señor, estos dones que hemos colocado sobre tu altar". (42) LG 53
acción todopoderosa y tremenda del Espíritu del Padre (43). De allí que Nicolás Cabasillas, un místico bizantino, pueda decir que Dios, en tanto no había encontrado una madre, era como un rey en exilio, como un extranjero "sin ciudad", Es únicamente porque una joven muchacha, en su soberana libertad, ha aceptado el anuncio del ángel que Dios ha podido tomar carne, reentrar en el corazón de su creación, re-crear el mundo desde el interior (44), Por la dynamis del Espíritu María contiene en sus entrañas al Incontenible. Así canta la liturgia bizantina: Tú has engendrado al Hijo sin padre, este Hijo que había nacido del Padre sin madre. Todo el tremendo misterio de Dios se encierra en la debilidad de una mujer. Y al que no osaban mirar ni los Serafines, es llevado en brazos por María de Nazaret. Así, en un himno de la liturgia bizantina, todavía en uso, y que remonta probablemente al siglo IV, Simeón durante la presentación del Señor canta a la
Theotókos: Te veo, Virgen, mas venerable que los querubines; llevas como un trono al Dios de antes de los siglos, y yo tiemblo ante este misterio, Viéndote semejante al trono de Dios, oh Virgen, soy sobrecogido de temor, ¿Cómo no te quemas, mientras que en tus manos llevas a Dios? Como una pinza de fuego, tú llevas sin ser quemada el carbón ardiente, Por eso te aclamamos, admirando tu dar a luz (45), María llega a ser más luminosa que los Ardientes (Sera-
jines). Tú eres más honorable que los Querubines, e incomparablemente más gloriosa que los Serafines, Tú que sin corrupción diste a luz al Verbo de Dios; verdaderamente eres la Madre de Dios y a ti te engrandecemos (46). La Virgen derramó sobre el mundo la luz eterna (47). Por ello puede ser llamada "corona de todos los dogmas", el dogma vivo y la verdad sobre la creatma realizada, pues ella ha
llevado la carne a la incandescendencia del Reino, (43) Cf. LG 56 (44) 0, CLÉMENT Questiolls sur rHomme, Collection "Questions". Ed.
Stock 1972, p,51. (45) Hinmo de ]obios, en uso en la liturgia bizantina, (40) Liturgia bizantina, T7Jeotokioll de los Matutinos del Lunes Santo, (47) Prefacio de Santa María Virgen
Es su humanidad [la de María], su carne la que llega a ser la Cristo, la Madre le llega a ser "consanguínea", y ella es la prime~ ra que realiza el fin último por el cual el mundo ha sido creado: "el límite de lo creado y de 10 increado" (48). En ella la creación ha sido divinizada y el mundo llega a ser revelación de la Gloria del Resucitado. Cristo es el "camino" y la "puerta", Dios-hombre, es la única. La Virgen es la primera, ella precede a la humanidad y todos la siguen, "buena dirección", "guía" y "columna de fuego", ella los conduce a todos hacia la nueva Jerusalén. Ella pasa, la primera, la muerte vuelta impotente por su Hijo ... La Iglesia canta en ella este mundo devenido ya "la nueva creatura". "Regocíjate, corona de los dogmas"-la verdad divina sobre la creatura realizada. María implica la novedad de una creación transfigurada. Ella llega a ser el cielo nuevo, el verdadero Paraíso, la VirgenMadre
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¿Cómo te llamaremos oh llena de gracia? Cielo, porque hiciste resplandecer el Sol de Justicia. Paraíso, porque hiciste brotar para nosotros la flor inmarcesible. Virgen, pues permaneciste incorrupta. Madre purísima, pues en tus brazos llevaste un Hijo que es el Dios de todos. Intercede ante Él por la salvación de nuestras almas (49). La Virgen-Madre es la revelación de que para Dios nada es imposible. Ése es el gran signo. Dios no se resigna a la muerte del hombre (50). Ella es la Zarza ardiente, la parcela de materia, el enclave abrasado plenamente por la gloria de Dios. Es la tierra santa, ante la cual hay que descalzarse. Pasó la sombra de la Ley, una vez venida la gracia; pues así como la zarza ardiendo no se consumía, así tú siendo Virgen, diste a luz y permaneciste Virgen; en vez de la columna de fuego, resplandeció para nosotros el Sol de justicia; y en vez de Moisés, Cristo, que es la salvación de nuestras almas (SI). Ella es la manifestación de una Belleza incomparable, llena de luz, pues es la mujer revestida de sol. Tiene (María) la gloria del Líbano, la belleza del Carmelo y del Sarón.
(48) SAN GREGaRIO PALAMAS; PG 151, 4nb (49) Liturgia bizantina, 17Jeotokion de Prima del Viernes Santo. (50) Cf. Alocución pascual de Juan Pablo n. Pascua de 1986. (51) Liturgia bizantina, 17Jeotokion de las Vísperas del Domingo de Pascua
Ellos verán la gloria del Señor, la belleza de nuestro Dios (52). Ella llega a ser el rostro humano del Espíritu Santo, el de su Belleza inefable. Y todo esto por ser la Theotókos, la Madre de
Dios. El solo nombre de la Tbeotókos, Madre de Dios, contiene todo el misterio de la Economía" (53) Por ello, y en el misterio de Cristo, ella es la creatura más acabada y 10 mejor que podemos ofrecerle a Dios. Así canta la liturgia de Navidad: "¿Qué vamos a ofrecerte, oh Cristo? ... el cielo te ofrece los ángeles, la tierra te trae sus dones, pero nosotros, los hombres, te ofrecemos una Madre-Virgen". O del siguiente modo: Hoy una Virgen da a luz al Eterno, y la tierra ofrece una caverna al Inaccesible; los Ángeles y los pastores glorifican, y los Magos se encaminan detrás de una estrella: pues para nosotros ha nacido como Niño joven el Eterno Dios (54). Ella trae el gozo al universo: Tu nacimiento, oh Virgen y Madre de Dios, anunció la alegría al mundo entero; pues de Ti surgió en resplandor el Sol de la Verdad, Cristo, nuestro Dios; destruyendo la maldición, dio la bendición y suprimiendo la muerte, nos dio la vida eterna (55). La Iglesia, siguiendo el modelo de la Madre de Dios, continua en la historia dando a luz al Santo. La Iglesia es, así, figurada en su función de matriz mística, de engendramiento continuo, de
Theotókos perpetuada. Resumiendo lo expresado hasta aquí, María aparece como la primera y más excelsa realización del misterio de la Iglesia. En ella se contempla incomparablemente el resplandor de la Iglesia acabada. Así tiene con nosotros, sus hermanos, una indisoluble solidaridad. Su santidad, su ser toda penetrada por la energía trinitaria nos arrastra al Misterio de Dios. De esa manera, ella nos guía al misterio de su Hijo, siendo el modelo de la divinización al cual aspira la Iglesia toda. y todo esto lo ha alcanzado María no fuera (52) Antífona de entrada de la Solenme conmemoración de Santa María Virgen del Monte Carmelo (53) SAN JUAN DAMASCENO, De fide orto III, 12. PG 94, 1ü29c (54) Liturgia bizantina, kontakion de Navidad (55) Liturgia bizantina, traparío de la Natividad de la Santísima Madre de Dios. (*) El presente estudio fue presentado como ponencia en el Centro de Espiritualidad "Nuestra Señora del Carmen", Córdoba, Argentina en 1996.
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de la Iglesia sino, por el contrario, por vivir como nadie lo ha do ni vivirá el misterio de la Iglesia, el ser traspasada por el del Espíritu. Ella es la mujer vestida de Sol, como dice el Apocalípsis. decir, ella es la creatura transfigurada, revestida, incandescente Fuego, que Cristo vino a encender a la tierra. En esa mujer el divino ha abrasado todo. En ella se realiza de manera admirable misterio de la zarza ardiente.
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La liturgie de la Pentecóte offre, selon l'auteul~ une vision systématique du mystere de l'église. Elle est la communauté ointe par l'Esprit. Marie occupe une place centrale dans la communauté de ceux qui sont oints, comme les éC1'its patristiques et les textes liturgiques nous le montrent. La Panaghia, poussée par le Panagion ou Esprit Saint, est plus lumineuse que les Ardents, les séraphins, elle est la femme incandescente, revetue du Soleil. Cest en elle que les mystere du buisson ardent est réalisée d'une maniere admirable.
According to the attthor, the liturgy ofPentecost offers a systematic vision ofthe mystery ofthe Church. It is the community anointed by the Spirit. Mary occupies a central place lOithin the community of the anointed, as both patristic lOritings and liturgical texts make clear. The Panaghía, moved by the Panagion or Holy Spirit, is more luminous than the bruning Seraphim. She is the incandescent lOoman, the lOoman clothes lOith the Sun. In her, the mystery of the burning bush is realized in and admirable lOay.