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(Contraportada) Esta biografía de S. Pío X, escrita en forma tan fiel a la historia, pero también tan amena, constituye una de las obras más logradas de Wilhelm Hünermann. Con la eleccin de esta figura de entre la serie de los papas, el autor se acerca particularmente a nuestro tiempo. Esta carrera singular de un hombre de familia modesta !ue llega a la cumbre de la cristiandad sin de"ar de ser el hombre modesto, sencillo y altruista, la describe W. Hünermann en animadas y conmo#edoras escenas. $a profecía de san %ala!uías de &'(' dio el sobrenombre de )$lama ardiente* a este gran padre de la cristiandad, al !ue su tiempo llam )el papa del pueblo*. Es una grata tarea presentar esta gran figura, sobre todo a la "u#entud de nuestra época. +lgo de esta )llama* pas, e#identemente, al autor de la biografía y pasará también al lector, "o#en o adulto, instruido o no, como chispa #i#ificadora. Esta #ida de San Pío X es un libro sugesti#o, anima do, gráfico, sacado de buenas fuentes y escrito con gran amor. -mpresiona tan fa#orablemente sobre todo por!ue sabe sealar, con humor cordial, los rasgos puramente humanos de este santo moderno con tiara. El libro con tribuirá mucho a honrar al santo. /or!ue en esta figura sacerdotal !ue, con heroica energía, infleible consecuencia y claro ob"eti#o acometi los fines pastorales primos y remotos, tiene en sí algo arrebatador. Es un #erdadero libro popular, !ue posee un #alor formati#o y religiosamente estimulante.
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4+2 /56 7 La llama ardiente
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6riginal de la sobrecubierta de W-$$ ;+8E3
2-H-$. 684=+=> /. E%-$-+26 $?/E@, 6.4.+., Censor 6rd. -mprimatur> %adrid, &' de octubre de &('( /. ;éli Aarcía, 6.4.+., /rior /ro#. 2ihil obstat> El censor, Br. E%-$-+26 A+3C5+
8urgo de 6sma, :( de octubre de &('( 4+=D32-26, 6bispo de 6sma4oria
/or mandato de su Ecia, 3#dma. $ic. 4. /+$+C-64, Canciller4ecretario
52B-CE
RIESE - CASTELFRANCO.............................................................................................. 7
8lanco y 3o"o................................................................................................................F /eregrinacin a Cendrole............................................................................................&9 $a marcha de 3adetGy y mIsica celestial..................................................................:J Aracia sobre gracia...................................................................................................... El pe!ueo descalGo....................................................................................................JK +os tempestuosos......................................................................................................'' PADUA......................................................................................................................... 64
$a primera solana........................................................................................................9J El pe!ueo abate..........................................................................................................FJ Contrariedades.............................................................................................................KK 4acerdos in aeternumL...............................................................................................&0& TOMBOLO -
SALZANO...............................................................................................110
El nue#o coad"utor.....................................................................................................&&0 Bon 4arto aprende a tomar rapé................................................................................&:: Dn cierto don 4arto....................................................................................................&9 Bon 4arto apuesta la torre de su iglesia.....................................................................&' El bienhechor pobre...................................................................................................&99 Hambre y peste..........................................................................................................&FK TREVISO - MANTUA..................................................................................................196
Birector espiritual y canciller....................................................................................&(9
$a pIrpura.................................................................................................................:'( Musticia y caridad.......................................................................................................:F& $a fiesta regia............................................................................................................:K' +scensin a la cima...................................................................................................:( ROMA........................................................................................................................ 305
$a triple corona..........................................................................................................0' El escándalo de su corte............................................................................................:& /or la libertad y la #erdad.......................................................................................... J
-gnis ardens................................................................................................................J& NO no se lo impidáisL.................................................................................................' $as campanas del mundo..........................................................................................9J
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3-E4E C+4=E$;3+2C6
Blanco y Rojo /aolo Cinna, administrador de correos de la pe!uea ciudad #eneciana de Castelfranco, ordenaba, con la ayuda de su amada consorte, los en#íos llegados. +un!ue no era más !ue la octa#a de la +scensin, el sol !uemaba ya tan despiadadamente, !ue el corpudo empleado no cesaba de pasarse el pauelo por su cal#a reGumante, para secarse el sudor. PHoy #uel#e a hacer un calor del diablo Peclam, !ue"osoP. Clara, échame otro #asito. P2o te ol#ides !ue también hoy #endrán a recoger la correspondencia para 3iese Ple di"o la mu"er, mientras llenaba el #aso de #ino tinto. POa lo sé, !ue es martes Pel oficial de correos se ech un buen trago y luego sorbi con fruicin las ro"as gotecillas !ue habían !uedado colgando de los recios pelos de su bigoteP. =ambién las moscas están #ol#iéndose cada #eG más sin#ergüenGas. P6ye, mira, una carta del cardenal. Bel patriarca de )+l herrero Castilio %onico de 3iese*. $a seora Cinna, con ademán de respeto, se la alarg a su marido. PDn cardenal no es más !ue un hombre, especialmente si su padre no pasaba de ser un burdo herrero de 3iese. Come, bebe y suda eactamente igual !ue cual!uiera de nosotros Prefunfu el "efe de correos, !ue no figuraba, precisamente, entre los más ilustres de#otos de la iglesia de Castelfranco. 9
P2o digas pecados, hombre Ple amonest la seora ClaraP. =I no respetas nada, ni a nadie. 8ien dice el párroco !ue eres un masn. POo soy un alto funcionario de la real e imperial administracin de correos austríaca Pdi"o /aolo con cierto desenfadoP y sir#o a mi seor, el emperador ;ernando, !ue puede irse al diablo. PQue al menos no teeloiga nadie Preplic la mu"er, asustadaP, por!ue entonces te !uitarían empleo. Be repente se abri la puerta y. "adeante por lo precipitado de la marcha, entr Aio#anni 8attista 4arto, el cartero y alguacil de 3iese, !ue se !uit la gorra, adornada con la doble águila real, y se sec el sudor del cuero. P4iéntese, !ue ahora mismo acabamos con la distribucin Pdi"o la mu"er. P/arece !ue habéis corrido mucho, 4arto Pdi"o el oficial de correos P. Esodenomarca. puede sentaros bien con tanto calor. Echad un traguillo. Es un tirolés PEs muy de agradecer Prespondi el de 3iese, un hombre ya entrado en los cuarenta, de cabellos negros y de alta y erguida figura P, pero tan de maana el #ino no me sienta bien. PComo gustéis. =ambién #os tenéis un empleo !ue se las trae, ba"o este sol del diablo. O, en definiti#a, R!ué recibís en pago, de su ma"estad imperialS P
P/ara mí no Prespondi el alguacil> y un brillo especial luci en sus claros o"osP. Bebéis saber !ue mi mu"er %argarita espera un nio, !ue. si Bios !uiere, será un #arn. P N6h tI, cielo benditoL Claro !ue debéis tener prisa Peclam la mu"er. /robablemente será un robusto nio. Psuspir Muan 8autista 4artoP. El nio a!ue mu"erPQuiéralo dio a luG elBios ao pasado, tu#imos !ue lle#arlo al cementerio los mi ocho días. %uri de calambres, el pobre /epito. P4í, ya sabía Pasinti la mu"er, compasi#a PN4i esta #eG no le fuere tan mal a mi %argaritaL NEs tan "o#en toda#íaL PN6h, no tengáis cuidado, 4artoL Es #aliente y decidida Ple anim la mu"er del administrador. P8ueno> a!uí tenéis la correspondencia para 3iese P/aolo Cinna le alarg un fa"o de peridicos y cartasP. /ero antes brindemos a la salud del futuro #ástago. Esto no podéis rechaGármelo. %u"er, échanos un #aso. PCon #uestro permiso Pdi"o 4arto, cogiendo el #aso !ue le ofrecía Clara y echándose un buen trago. /ero, sea !ue el sol le hubiese calentado demasiado, o !ue el #ino se le subiera a la cabeGa, o tal #eG a causa de la preocupacin por su esposa, lo cierto es !ue, de repente, le dio un mareo y al ir a de"ar el #aso le tembl tanto la mano, !ue se le derram el #ino y un ro"o arroyuelo corri por la impoluta carta del cardenal, !ue estaba encima. El pobre hombre se !ued pálido del susto. POa os lo había dicho yo> tan de maana no puedo soportar el #ino Prepuso 4artoP. N/recisamente sobre la carta del cardenal %onicoL —!a c"e# di"o riendo el administrador de correosP. El ro"o sienta muy bien en la carta de un cardenal. $a seora Cinna se esforGaba en secar el hermoso sobre con las puntas de su delantal, sin lograr por eso disminuir el dao. Besconcertado e inm#il miraba el alguacil la carta. P N4i parece sangreL Pbalbuce con labios temblorososP. 4angre sobre un pao blanco de lino. Bios mío, Rno será acaso el funesto presagio de algIn infortunioS P2o digáis tonterías Pri CinnaP. /ero Rdesde cuándo acá os habéis #uelto supersticioso, 4artoS %as si necesariamente ha de ser un presagio, eactamente igual puede significar !ue #uestro hi"o, si es !ue es K
un nio, ha de lle#ar un día medias ro"as, como Macobo %nico, el hi"o del herrero de 3iese. P2o os burléis de mí Preplic 4arto, re#ol#iendo perple"o la manchada carta en sus manos. P2o lo toméis a mal, 4arto. 4lo fue una broma. Oa comprendemos #uestra preocupacin. El "ue#es tenéis !ue #ol#er de nue#o y entonces habrá pasado todo y #uestra mu"er lo habrá sobrelle#ado bien. O si es unya chico, mira !ué diablo, 4arto, ya sabéis !ue no soy de los más de#otos, pero si es un chico sano y robusto como con#iene, entonces #oy el domingo a misa y ofreGco a la %adonna un cirio bien gordo. PEntonces tiene !ue ser chico Pdi"o riendo la seora ClaraP, para !ue con#ierta a un tan #ie"o pecador como a mi /aolo. PNEh, ehLT alto ahíT !ue tan le"os no hemos llegado aIn Preplic CinnaP. /ero N!uién sabeL =al #eG llegue a ser cardenal. 4uspirando tom 4arto supara pe!ueo y se puso en camino. Dna hora bien cumplida necesitaría llegarfa"o a 3iese. El sol iba calentando cada #eG con más fuerGa y el largo camino no ofrecía más !ue escasas sombras. 4in embargo, Muan 8autista apresuraba el paso cuanto le era posible. %etiendo en la #ali"a su ligera carga, se puso a desliGar las gruesas cuentas del rosario, !ue %argarita le había regalado la tarde de la boda. Eran los misterios goGosos del santo rosario los !ue reGaba 4arto, encomendando a la #irginal %adre de Bios todas sus preocupaciones y esperanGas. +maba a su esposa de todo coraGn. +In no había cumplido la costurera %argarita 4ansn los #einte aos, cuando él, ya de cuarenta, la lle# al altar. 2o faltaron personas bien intencionadas !ue, aduciendo la gran diferencia de edad, trataron de disuadirlaT pero su %argarita se sentía tan segura entregándose a la solicitud de su bondad, !ue respondi a su amor con toda el alma, y no le dio ningIn mal rato en los dos aos !ue lle#aban de matrimonio. )...y bendito es el fruto de tu #ientre MesIs, a !uien tI, oh benditísima &
casa en !ue moraba, pero al fin y al cabo era suya y lo más necesario para la #ida comIn aIn no les faltaba. O también su mu"er, por traba"os de cos tura, había ganado de #eG en cuando algunos reales. )Bios mío, te doy gracias por mi %argarita> pero ahora sostenla con tu poderosa mano Psuplicaba Muan 8autista entre las +#emarías del rosario. Dna y otra #eG #ol#ía a aparecer ante sus o"os, ba"o el fulgor del sol, la blanca carta con las manchas ro"as, y él no podía librarse de la secreta angustia !ue le causaba la creencia de !ue a!uellas manchas podían presagiar algo siniestro. )8lanco y ro"o Prepetía Muan 8autista, mientras se en"ugaba el sudor de la frente con el re#és de la mangaP. NCon tal de !ue no nos traiga desgraciasL* Era mediodía cuando lleg a 3iese. $as campanas de la iglesia de 4an %ateo tocaban al Ungelus. ;er#orosamente recit 4arto las tres +#emarías en tono de sIplica. N6h Bios santoL Era el mismo campanario !ue había tocado a Aloria, cuando en un frío día de febrero había tenido !ue lle#ar al cementerio al apenas nacido y ya muerto /epito. En sus propios braGos había lle#ado el blanco ataId, sin permitir !ue nadie le ayudara. P4eor, concededme una criatura sana, un muchacho robusto, si es esa #uestra #oluntad. PNEh, Muan 8autistaL Pse oy llamar, cuando presuroso pasaba ante la puerta de la ebanistería !ue había a la entrada de la aldeaP. RHas traído la )AaGGetta di
En este día los de 3iese aIn tu#ieron !ue esperar un rato la correspondencia, por!ue el cartero se dirigi precipitadamente a su casita, situada en la otra es!uina del pueblo. $atiéndole fuertemente el coraGn, subi la estrecha escalera a grandes Gancadas y casi sin aliento entr en el dormitorio, en donde ;rancesca @orGan, la partera de 3iese, le sali al encuentro. PRQué, ya estáS Ppregunt "adeante. P4í, ya ha nacido Pasinti la parteraP. Dn chico sano y robusto. PRO %argaritaS P=odo ha ido como una seda. =ímidamente se acerc Muan 8autista al gran lecho matrimonial y contempl de#otamente a su mu"er, !ue yacía entre almohadones. 4u rostro estaba algo más pálido !ue de ordinario, pero sus o"os irradiaban felicidad. P%ira, tenemos un nio di"o con #oG apagada, mientras mostraba a su marido el recién nacido, !ue tenía en braGos. PAracias a Bios y a la santísima
P=engo un nio Panunci asimismo en la casa parro!uial, al entregar al párroco, /ier Aiuseppe %enapace, la ho"a tre#isana )$a %arca*. El anciano párroco le alarg la mano con cordiales enhorabuenas. PBios lo !uita y Bios lo da Ple di"oP. Haga Bios de tu hi"o un hombre honrado. P=engo un nio Peclam igualmente 4arto en el palacio de la condesa Aardenigo, al entregar a +ntonio ;eltrin la correspondencia de su seora. PN4anta %arianaL Peclam el !ue había sido marinero austríaco, un raro indi#iduo llamado por todo el mundo en la aldea de %astella )el Cántaro*, por su modo peculiarísimo de reforGar sus afirmaciones con la epresin )cántaro*. NCántaroL, una alegre noticia. =engo !ue comunicársela inmediatamente a su ilustrísima. /ero, Rdnde tenéis la )AaGGetta di
Hombre, todo es posible, Rpor !ué noS Pdi"o riendo el herreroP. =ampoco yo creía !ue Macobo llegaría a ser un día cardenal, cuando de nios nos peleábamos. NCuántas #eces, siendo ya clérigo, se di#ertía dando martillaGos por a!uíL +l día siguiente fue bautiGado el recién nacido en la iglesia parro!uial de 3iese. $e administr el santo bautismo el coad"utor /ierpaolo /elliGGarí. ;ueron padrinos el hermano paterno +ntonio y ;rancesca @orGan, la partera. En honor de los abuelos se puso al muchacho los nombres de Aiuseppe %elchior. En la torre, uno de los monaguillos tocaba las campanas del Ungelus. En todos los "ardines florecían las rosas y los pa"arillos entonaban al Creador sus trinos de "Ibilo como nunca lo habían hecho hasta entonces. /or lo menos así le parecía al alguacil de 3iese, Aiambattista 4arto, !ue, orgulloso y alegre, lle#aba a su hi"o a casa y lo ponía en los braGos de su madre. 4ucedía esto en la pe!uea aldea #eneciana de 3iese el J de "unio del ao &K'. El oficial de correos de Castelfranco cumpli su palabra, yendo a misa el domingo siguiente y ofreciendo a la %adonna una gruesa candela.
Pere%rinaci&n a Cendrole 4e sucedieron los aos ininterrumpidamente, trayendo unos abundancia y bendicin, y otros desgracias y calamidades. $lu#ia y sol produ"eron copiosas cosechas, y se!uía persistente o graniGo asolador hicieron inItiles los afanosos traba"os en los campos y en las #ias. +os hubo en !ue los segadores no tu#ieron !ue molestarse mucho en recoger las ruines ga#illas !ue daban de sí los campos agostados, y luego sucedía !ue elElhambre se sentaba a la mesa intruso. en la regin gobierno austríaco, !ue como a la huésped saGn dominaba lombardo#éneta, hacía lo posible para ali#iar las necesidades, pero slo de mala gana se aceptaba lo ofrecido por manos etraas. Dn anhelo ardiente de libertad corría a lo largo de todo el desgraciado país. 4e soaba con las &
grandeGas pasadas y no podía tolerarse !ue los )rubios bárbaros* fueran los dueos y seores, aun!ue en secreto tu#ieran !ue reconocer la incorrupcin y el buen orden de ia administracin. $as sociedades secretas a#i#aban el fuego !ue latente ardía por do!uier, pero ellas mismas estaban desunidas entre sí. 4e habían encubierto ba"o nombres comunes, como carbonarios y caldereros, siendo ambas independientes del mo#imiento de la libertad, llamado )"o#en -talia*, fundado por el geno#és Aiuseppe %aGGini. +lgunos confiaban en el papaT otros, en cambio, en 2ápoles o en el /iamonte. 4iempre estallaban nue#as insurrecciones, y acá y allá se llegaba a sangrientas refriegas, !ue eran reprimidas no menos sangrientamente. $os cabecillas de la re#uelta epiaban sus audaces hechos con dura prisin o ba"o el hacha de los #erdugos. $as guarniciones austríacas se #ieron reforGadas por este moti#o y los odiados uniformes, en #eG de disminuir, fueron aumentando. Hasta la pe!uea aldea de 3iese llegaban las olas de la in!uietud política, resol#iéndose harto frecuentemente por medio de las armas, y la di#ersidad de pareceres daba lugar a las más acaloradas discusiones en las cantinas. $a de )$as dos Hermanas* no parecía hacer honor a su nombre y en el café de la )Concordia* las cosas no iban siempre tan concordes como hubiera podido esperarse. /ietro 8attiston, el político, lle#aba casi siempre la #oG cantante y cuando el #ino daba alas a su espíritu, declamaba en las cantinas con ardoroso patetismo los #ersos del infortunado filsofo y poeta Aiacomo $eopardi> $lora, -talia infeliG, tu triste suerte, llora, llora, tu inmensa des#enturaT el mar de llanto !ue tu pecho #ierte tu cáliG de ignominias aIn no apuraT tI, !ue fuiste una reina hermosa y fuerte, eres hoy un abismo de basura. N
eterioriGar sus opiniones. /or otra parte, la solicitud y los cuidados por su creciente familia absorbían completamente sus pensamientos. El pe!ueo Aiuseppe%elchior tenía ahora ya seis aos y le habían seguido dos hermanos> +ngel y =eresa, a los !ue pronto iba a "untárseles otro. Erados unahi"os, helada febrero dellaao &KJ&, cuando con sus se maana puso en de camino hacia prima aldea de%argarita, Centrole, para ofrecer una #ela a la amorosa %adre de Bios en su hermoso santuario, con el fin de !ue la asistiera en el pesado trance. $le#aba de la mano a Ungel, de cuatro aos, mientras Aiuseppe, llamado 8eppo por todo el mundo, tenía lleno de orgullo el cirio bendito. Dn #iento frío soplaba por el desolado erial, !ue rodeaba el lugar santo. 8eppo tiritaba de frío, pero no por eso soltaba la #ela, !ue lle#aba en la mano. PR=e enfrías mucho, hi"oS Ppregunt la madre, con maternal solicitud, a su primogénito. P2o, mamá, absolutamente nada Prespondi el muchacho castaeteándole los dientesP. Ungel sí !ue tirita como la ho"a de un árbol. P2o es #erdad Preplic el pe!ueo de cuatro aosP. Estoy sudandoP. /ero mientras lle#aba la mano iG!uierda en la de su madre, metía la derecha hasta el fondo del bolso de la cha!ueta. POa pronto llegaremos y "unto a la amable %adonna entraremos en calor Plos consol %argarita, sonriendo. PR/or !ué le lle#amos la #elaS P!uiso saber +ngel. P=onto. R2o #es !ue pronto #amos a tener otro nioS $e inform 8eppo con suficiencia. PRBe #erdad !ue #amos a tener otro mitoS Ppregunt +ngel. P4íT 8eppo tiene raGn Pasinti la madre. PN+y, !ué bienL Pgrit "ubiloso el chi!uito. %as luego aadi pensati#o> P4í. pero tendrá !ue comer y de seguro tI nos harás luego los troGos de pan toda#ía más pe!ueos. P2o digas tonterías Ple replic 8eppo. Dn nio pe!ueo slo toma leche,P$a y paraFlora eso ya nuestra #aca, la de Flora. datenemos mucha leche Pasinti buena gana el pe!ueo y. consolado, sigui su peregrinacin. /ero toda#ía iba ca#ilando, y después de un rato pregunt> PR=ambién tra"iste para mí una #ela a la %adre de BiosS &'
P4í, también para ti y para 8eppo y para =eresa. P+ los padres no se les trata de tI, sino de #os, R#erdad, mamáS P di"o 8eppo indignado. 2unca lo aprendes. PCuando Ungel sea mayor ya lo aprenderá Psonri %argarita. /ero ahora callaos, !ue ya estamos llegando. 2o hacía tanto calor comoestu#ieron pensaba ante %argarita en el santuario Cendrole, pero cuando los nios el dorado cuadro de la de %adonna, !ue lleno de admirable seorío brillaba al resplandor de innumerables luces, ol#idaron el frío y sintieron encenderse sus coraGones. PREs eso el cieloS Ppregunt Ungel mirando fi"amente el cuadro bendito de la %adonna. P2o, pero estamos muy cerca del cielo y si ahora reGamos nos oye Bios y la
P2o, no Pinform 8eppoP. Es el coraGn el !ue estaba enfermo. Eso habéis dicho #os misma la Iltima #eG, mamá. P4in duda !ue el coraGn también estaría enfermo Preplic la madre, procurando arreglar la cosa. N8eppo sí !ue tenía memoriaL 2o se le podía dar gato por liebre, y lo !ue oía una #eG no se le ol#idaba más. 3ápida pas %argarita a otro cuadro. En él se #eía a un nio !ue yacía ante las ruedas de un carro. Ciertamente le habría pasado por encima si la santísima
P/apá lo sabe todo Pafirm UngelP. Vl siempre se pone unas gafas sobre la nariG para leer. +caso tI también puedas leer si te compras unas gafas, mamá. P2o os apuréis por eso, mamá Pla consol 8eppoP. /ronto aprenderé a leer y entonces ya os leeré todos los libros !ue haya. P+ no me gusta Oo aprender a leer PopusoQuisiera Ungel, sacudiendo cabeGa de mí negros riGosP. !uisiera ir a caballo. montar un la caballo blanco, como Aiacomo %nico. PR/ero !uieres ya acabar de una #eG con tu caballo blancoS Ple fulmin 8eppo. P PO si se ofrecen dos #elas, Rse tienen melliGosS $as dos mu"eres se desternillaron de risa. P3ealmente tenéis unos muchachos inteligentes Pdi"o la seora /arolin, mientras se en"ugaba las lágrimas !ue rodaban por sus encarnadas me"illas. P%uchas preguntan más de lo !ue puede contestárseles P replic %argarita#eces suspirando. En el camino de regreso, Ungel #ol#i a hablar repetidas #eces del caballo blanco, pero 8eppo estaba tan embebido en sus propias &K
ca#ilaciones, !ue no prest más atencin a la manía de su hermano. 4u imaginacin y sus pensamientos #olaban una y otra #eG "unto al dorado cuadro de la %adre de Bios y "unto a los muchos y abigarrados e#otos. NCuántos milagros se daban en el mundo y la santísima helo ahí, N!ue moGoL Entonces para /ascua tienes ya !ue #enir conmigo a la escuela para !ue aprendas a leer y escribir. R6 es !ue tienes miedoS P R%iedoS 2o, seor> no lo tengo respondi 8eppo. P REntonces irás para /ascua a la escuelaS P4í !ue iré> esté usted seguro Pafirm 8eppo. &(
PUngel tiene toda#ía dos aos de espera. /ero, Rpor !ué te escondes, tontnS Dn hombre no se esconde tras las faldas de su madre. Cautamente fue saliendo Ungel de su escondite, pero dar la mano al maestro Peso ya era otra cosa, NAuin podía saber si el riguroso maestro se la soltaría de nue#oY 4onriendo se ale" el!ue maestro. P%amá, R#erdad puedo ir a la escuelaS Ppregunt 8eppo entusiasmado, PClaro !ue puedes ir Ple respondi %argarita. PO cuando Ungel tenga dos aos más, Rtambién él irá a la escuelaS POo noT yo no Pdi"o el pe!ueo, poniendo el grito en el cieloP. /ega a los nios con una gruesa palmeta, dice Aiacomo. PR/ega realmenteS Pin!uiri 8eppo un poco intran!uilo. P4í, pero slo a los nios malos Pcontest la madre, y 8eppo ciertamente no !uiere ser malo. P/ero alguna #eG siempre se es malo y entonces ya están los palmetaGos encima Popin Ungel. Burante la noche so Ungel con magníficos caballos blancos y con el grueso bastn del maestro. En cambio, 8eppo se #io rodeado de toda clase de terribles peligros, de los !ue le libraba siempre la santísima
La marc"a de Radet*y y m+sica celestial PMa!ue Peclam el maestro Aecherle, colocando su caballo blanco cerca del rey negro en posicin amenaGadora. El coad"utor $uigi 6raGio retir de allí a su negra ma"estad, pero nue#amente el caballo blanco :0
#ol#i a saltar hacia allá. =oda#ía un Iltimo y desesperado intento de escapar, luego otro ata!ue del segundo caballo blanco y... PmateP grit, entusiasmado, el maestro. P4iempre los malditos caballos Prefunfu el coad"utor, derribando en tropel las finuras sobre el tablero. PEfecti#amente. la caballeríaT lo lle#aDnya#ie"o consigo maestro alboroGado, frotándose las manosP. hIsarPreplic austríaco el gana siempre la batalla mediante un decisi#o ata!ue de caballería. PBesearía !ue toda #uestra caballería estu#iera en el infierno, maestro Pmurmur don 6raGioP. Bemasiados hIsares maléficos cabalgan ya por los contornos #enecianos. 2i si!uiera las postas de #uestros caballos !ueremos #er en nuestros campos. O ahora, como si fuera poco, nos habéis mandado magiares, y croatas, ladrones y gitanos hIngarosX #estidos de uniforme, !ue aun para el diablo son demasiado malos. $a bilis se me re#uel#e cada #eG !ue los #eo. P6h, oh, re#erendo Pse acalor AecherleP. 2o !uerrá usted decir !ue la doble águila gobierna mal. PBe impuestos bien nos cargaT luego roba a nuestros "#enes de sus lugares y los tiene metidos durante ocho aos cumplidos en ridículas guerreras. P/ero !ue un sargento austríaco de caballería se esfuerce en hacer de ellos hombres de pro#echo, no es ningIn mal. El maestro se sac la petaca del bolsillo y comenG a llenar la pipa. P/ara eso no necesitamos a #uestros sargentos Preplic, desabrido, el eclesiásticoP. /ara eso nos bastamos y nos sobramos nosotros solos. PRQuiere usted cargar una pipaS Ple di"o, cortés. el maestro, ofreciéndole su petaca. PAracias, no fumo Pmurmur don 6raGio. PRBesde cuándo no fuma ustedS +ntes fumaba como una chimenea. PHe de"ado de fumar. P+h, ya entiendo Pri burlonamente el #ie"o, pasando su mano por su abultado copeteP.R!uieren Es, sin participar duda, por también el impuesto el del tabaco.
P2osotros per"udicamos a nuestros intrusos bárbaros como podemos Preplic, rencoroso, el coad"utor. PR8árbarosS PEl maestro encendi parsimoniosamente su pipa y ech una bocanada de humo a la cara de su interlocutor. P4í, bárbaros. PEcitado, tom el coad"utor un libro bastante #oluminoso y seAecherle. lo puso al$omaestro anteunlashombre naricesP. Esto es erudito> lo !ue tiene usted !ue leer, ha escrito sumamente el profesor eclesiástico e la preeminencia moral y cí-ica de los italianos. En él se demuestra clara y rotundamente !ue el cristianismo y toda la ci#iliGacin le ha #enido al mundo slo a tra#és de -talia. PHasta ahora nunca había oído decir !ue MesIs y los apstoles fueran italianos Pri burlonamente el austríacoP. /ero Ren dnde ha aparecido el sapientísimo libroS hiela PEn la risa.8ruselas. Dsted no necesita más !ue leer, #erá !ué pronto se le PDstedes, los italianos, Nsi no fuesen tan ecitablesL En ustedes hier#en al instante como la leche sobre el fogn. En 3oma han destroGado las lámparas de la calle slo por!ue las habían puesto los franceses, y a los nios no se les aplica la #acuna por haberla introducido médicos galos. En
+un!ue era sobrino del coad"utor, tenía siempre la cabeGa a pá"aros y muchas #eces durante la clase hacía reír al pe!ueo 4arto con sus tonterías, por lo !ue el maestro más de una #eG le había tirado de las ore"as. R2o tenía uno !ue reírse cuando el tra#ieso muchacho, atando un hilo a un abe"orro, lo hacía Gumbar en tornoS P=engo !ue entregarle una carta Ple comunic 8eppo. P/ero no subas ahora Ple ad#irti con malicia el sobrino del coad"utorP. El maestro está con el tío y ambos se están de nue#o peleando a #oG en cuello. 4iempre !ue se "untan tienen gresca, pero al día siguiente #uel#en a ser los me"ores amigos y a "ugar al a"edreG para acabar, como siempre, andando a la grea. Es para desternillarse de risa. P%i padre ha dicho !ue ha de firmarme recibo de la carta. Es !ue se trata de algo oficial con un gran sello encima. P
discusin sobre cuestione científicas de las !ue tI nada entiendes. En este preciso momento !uería mostrarme el seor cura la cita de un libro !ue ha escrito un culto profesor. Bon 6raGio, por raGones pedaggicas, reprimi una réplica y, sentándose, cumpliment el recibo. P%is padres me han encargado !ue les salude de su parte Pdi"o el muchacho. PRCmo están todos en casaS Ple pregunt el sacerdote, mirando complacido al muchacho de sonro"adas me"illas y o"os claros. 4u encono contra la casa de Habsburgo y sus en#iados había desaparecido casi por completo. P$a Flora estu#o mala, pero ya #uel#e a comer otra #eG Pnotific 8eppo con aire de importancia. PR$a Flora P2uestra #aca, re#erendo. PRO los hermanosS P+ Ungel le toca ahora ir a la escuela, pero no !uiere. P2o le #ale Prepuso el maestro con una sonrisa. P+ntoita ya anda a gatas por la cocina. +yer cumpli seis meses P sigui informando 8eppo. P+h, sí, +ntonia Pasinti el coad"utor P. Oo la bauticé el in#ierno pasado. RO !ué tal la escuela, 8eppoS R=e agradaS RO usted, seor maestro, está contento de élS estoy contentísimo. /ero la conducta de"a a PEn cuanto al estudio, #eces !ue desear. R
POa te las ensearé. =I slo necesitas estudiar con aplicacin. O mi sobrino puede también acompaarte. Muntos haréis luego una buena pare"a. PEntonces ya puede usted registrarle los bolsos todos los días a #er si el incorregible pillete tiene en ellos alguna rana o saltamontes u otro bicharraco parecido para soltarlo en el altar Ple ad#irti AecherleP. RQué te parece a ti, 8eppoS PQue en el altar se guardará mucho de hacerlo Prespondi 8eppo, mo#iendo la cabeGa con aire de !uien sabe lo !ue dice. PEntonces, entendidos Pafirm el sacerdoteP. %aana por la tarde, después de comer, empeGamos las lecciones. PO ahora pienso yo !ue este muchacho podría serme muy Itil en el coro de los nios. =iene una #oG magnífica y un ecelente oído, lo !ue no es nada comIn. El maestro mir maliciosamente al coad"utor. 6tra #eG por raGones pedaggicas tu#o !ue reprimir don 6raGio una réplica. P8ueno, he a!uí el recibo y desde maana te prepararé para ayudar a misa. El coad"utor le alarg la mano, !ue 8eppo estrech respetuosamente. POo también me despido Pdi"o el maestroP, desearía tocar aIn un poco el rgano. 6ye, 8eppo, Rno podrías #enir a dar al fuelleS PR/uede ayudarme 6raGioS Ppregunt 8eppo con #i#eGa. PCiertamente, si el tío lo permite. P2o de tengo nada !ue oponer, coneltal !ue a usted no se ocurra tocar la marcha 3adetGy Prespondi sacerdote riendo la leocurrencia. $uego dio igualmente la mano al maestro y por esta #eG hubo armisticio entre +ustria e -talia. PEn seguida #uel#o.
del rgano. R/uedo ir, mamáS 4í, hi"o> #ete en nombre de Bios contest la madre complacida, #iendo el celo de su primogénito. 3ápidamente #ol#i a salir 8eppo de casa, después de haber de"ado el recibo de la carta. /oco después se hallaba con su amigo detrás del rgano, dando al fuelle con todas sus fuerGas. El sobrino del coad"utor estaba dispuesto a "ugarle al maestro una mala partida. PRQué te parece si moliéramos agua de "abn en las trompetas del rganoS Ple cuchiche a su amigo, N$a cantidad de pompas de "abn !ue se formaríanL P4i haces eso, te muelo Ple replic el pe!ueo 4arto, indignado. El pensamiento de tal atrocidad le penetr tan hondo, !ue se ol#id de dar al fuelle, de"ando al rgano sin aire durante un par de compases. PEstad atentos grit el maestro desde el teclado. /recisamente acababa de sacar todos los registros y había !ue dar con todas las fuerGas si se !uería mantener el ritmo. P
coger con sus dos manos la derecha del muestro y a apretarla tan fuertemente como le fue posible. +l llegar a casa pudo dar a su madre otra buena noticia> PN%amá, también #oy a aprender a tocar el rgano, me lo ha dicho el maestroL PNChico, chicoL Peclam mo#iendo la cabeGa. Oa ysabes !ue tienes !ue ayudar a padre en %argarita, los ser#icios de alguacil y cartero además cuidar de la #aca y del borrico. P2o les faltará el forra"e. 4e lo prometo, mamá. P8ueno, entonces estoy conforme, si papá no tiene nada !ue oponer. =ambién Muan 8autista acord dar a su primogénito esta gran alegría y 8eppo se puso a saltar de goGo por la cocina, de modo !ue la pe!uea +ntonia, sobresaltada, se ech a llorar. En lo sucesi#o se daba a menudo el caso de !ue el pe!ueo 6raGio esperaba inItilmente a su amigo. Vste ya no tenía tiempo para #agar con él por el bos!ue y buscar nidos. +penas había sorbido su polenta, después de salir de la escuela, cuando ya salía corriendo a buscar forra"e o iba a cumplir los recados recibidos. $uego se sentaba en la cocina y, tapándose con los dedos los oídos, aprendía tenaG e incansablemente el tan dificultoso teto latino de las )oraciones ante las gradas*, mientras los demás hermanos alborotaban por allíT otras #eces corría a casa del maestro para hacerse iniciar en los secretos de las teclas blancas y negras. 2unca había tenido Aecherle un discípulo más á#ido de aprender. + pesar de todo, aIn había de pasar mucho tiempo antes de !ue 8eppo llegara a ser un buen pianista. En cambio, tanto las )oraciones ante las gradas*, como el Suscipiat, !uedaron pronto grabados en la infantil y despe"ada cabecita. y pronto él y 6raGio habrían podido ayudar a misa, con slo !ue el sobrino del coad"utor hubiese puesto tu mitad de su celo. /ero 6raGio continuaba distinguiéndose por su talla de aplicacin. /or fin llego también el día en !ue 8eppo con su amigo pudo arrodillarse por primera #eG "unto al altar, para ayudar a misa a don =ito ;usarini, sucesor del difunto párroco. 4us me"illas ardían de fer#or y sus o"os brillaban con destellos de felicidad. Besde la na#e de la iglesia los padres y los demás hermanos miraban al pe!ueo monaguillo.
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PRQué te parece, Muan Ppregunt %argarita a su esposo en el camino de regreso a casaP, !ué le parece si 8eppo pudiera subir algunos peldaos más y llegar a situarse más cerca del tabernáculoS PRQué !uieres decirS Pla interrumpi Muan 8autista. PQuiero decir !ue tal #eG un día pudiera llegar a ser sacerdote P respondi mu"er en #oG %argarita ba"a. P2olaseas ealtada, Pla reprendi el carteroP. =I sabes !ue somos pobres y no podemos pensar en dar estudios a nuestros hi"os. P+caso Bios nuestro 4eor lo disponga de otra manera Pinsisti la seora 4urto. Vsta comenG desde a!uel día a duplicar las oraciones por su primogénito y frecuentemente, cuando las muchas ocupaciones la de"aban un momento libre, corría a Cendrole para confiar su fer#oroso deseo a la piadosísima
'racia so1re %racia $lena de locas ocurrencias, como de murciélagos el campanario de 3iese, estaba la cabeGa del tra#ieso moGuelo de la capellanía. 4abía siempre con eactitud dnde se podían coger las manGanas más gordas y las cereGas más dulces. En el monte caGaba cone"os con laGos y en el pueblo #i#ía en constante pie de guerra con todos los perros. Dn día. con la ayuda de 8eppo, pel a rape, como si fuera un perro de aguas, al precioso gato de angora de la condesa Aardenigo, !ue !ued horroriGada ante tal espectáculo. 6tro día. al Mo#en 4pinetti le meti una rana en la cama. En una palabraT no había hombre ni animal en 3iese !ue estu#iera a sal#o de sus atre#idas barrabasadas. Oa un día el agricultor Aiacinto %onico los atrap en su cereGo. El padre de 8eppo, !ue supo la fechoría, ense a su hi"o con una #ara de fresno el séptimo mandamiento tan a fondo, !ue a 8eppo se le !uitaron para siempre las ganas de #ol#er a coger frutos a"enos. 2o obstante, era una gran suerte !ue el muchacho no tu#iera mucho tiempo para acompaar al pe!ueo 6raGio. NQuién sabe, si no, lo !ue hubiera sido de élL /ero el alguacil de"aba poco tiempo a sus hi"os para holgaGanear. %ientras tanto, 8eppo había cumplido ya los dieG aos. =an cuidadosamente desempeaba su ministerio en el altar, !ue el coad"utor le :K
nombr "efe de los monaguillos, aun!ue no era ni con mucho, el mayor de ellos. ConcienGudamente empeG a desempear su ele#ado cargo. Oa los monaguillos italianos, en general, son muy especiales. En la iglesia se sienten a sus anchas y se comportan en consecuencia. En 3iese, sin embargo, ba"o la se#era direccin de 8eppo, cambi la cosa. Cuidaba y #igilaba la "u#enil pandilla como perro sabueso y si alguno no se comportaba dignamente o se e!ui#ocaba en el desempeo de su ministerio, le llamaba al orden seria y enérgicamente y alguna !ue otra #eG, cuando alguno se mostraba pecador endurecido y recalcitrante, no se retraía de Gurrarle a fondo, aun cuando fuera mayor !ue él mismo. 2ada le importaba si a #eces le tocaba las de perder y tenía !ue ir a casa con rasguos y chichones. Hasta su amigo 6raGio eperiment un día la fuerGa de sus puos, cuando en una ocasin le sorprendi echándose un trago del #ino destinado a la santa misa. El bribonGuelo le !ued, sin embargo, muy agra decido por!ue la fechoría no lleg a conocimiento de su tío, con lo !ue continuaron buenos del camaradas. Era un siendo día de #erano ao &KJ', cuando el sobrino del coad"utor cont a 8eppo !ue el tío !uería darle clases de latín, lo !ue parecía hacerle muy poca gracia. PCreo !ue !uieren !ue sea coad"utor Paadi desalentado. PR=I, coad"utorS Peclam 8eppo asombrado, y prorrumpi luego en una sonora carca"ada. P=ampoco yo creo !ue haya nacido para eso Pasinti 6raGioP. /ero el tío lo !uiere. 4i tI estudiaras latín conmigo, los dos "untos aprenderíamos me"or. PREstudiar yo latínS Ptartamude 8eppo, desconcertado. P+caso un día puedas tI también llegar a ser coad"utor Pri sarcásticamente el amigo. 8eppo se puso de todos los colores ante tal propuesta. $uego, meneando la cabeGa a uno y otro lado, di"o angustiado> P%i padre !uiere !ue yo sea alguacil como él. +caso un día Pdice P pueda llegar a ser secretario del ayuntamiento. R/ero sacerdoteS 2oT aIn no he pensado nunca en ello. /or otra parte, tampoco tenemos dinero para estudiar. PEl latín puede ser siempre Itil Ple anim 6raGioP. /iensa !ue ni si!uiera el maestro entiende el latín. :(
P+ntes !uiero preguntar a mi madre, a #er si me de"a. /or ganas no ha de !uedar. $argo rato contempl %argarita a su primogénito, cuando éste le solt su idea. NBios míoLT si el coad"utor ensease latín a 8eppo se habría dado ya el primer paso hacia la meta !ue secretamente anhelaba alcanGar. Austosa accedi a ello y el padre, después de algunas #acilaciones, se declar también de acuerdo. Oa tenemos, pues, a 8eppo yendo cada día a la capellanía para aprender con su amigo la misteriosa y difícil lengua de la -glesia. + pesar de su mal genio, don 6raGio tenía un coraGn de oro y el hi"o del alguacil municipal ocupaba en él un puesto preferente y seguro. 8eppo, por su parte, se mostr cual discípulo aplicado e inteligente, aprendiendo los #ocabularios y las reglas de la gramática con tal facilidad, !ue el sacerdote había de hacer gran esfuerGo para disimular su admiracin. +hora, cuando 8eppo iba a los prados a cuidar la #aca, colocaba su libro de latín sobre las piernas y declinaba y con"ugaba con toda la fuerGa de sus pulmones, de tal modo !ue la pobre #aca le miraba aGorada con sus grandes o"os. 2o comprendía para !ué hubieran de ser#ir los mugidos latinos, pero ya se sabe !ue un bruto rara #eG entiende algo. —Stulta 1estia es Ple gritaba 8eppo algunas #eces. Bon ;urasini, el párroco de 3iese, !ue acert a pasar un día por los prados en su paseo y encontr al muchacho en seme"ante con#ersacin latina con la Flora, ri alegremente y di"o al "o#en pastor> P/ero Rpor !ué insultas así a la pobre #acaS RQué culpa tiene de ser una stulta 1estia P2o la insultoT slo me e"ército en el latín Paclar el muchacho, le#antándose al punto, colorado como una amapola. Bon ;urasini acarici amigablemente entre los cuernos al in"uriado animal, diciendo> PBona 1estia es tu, 2uoniam lac das li1eris 3oannis Baptistae. REntiendes esto, 8eppoS P=I eres un buen animal P tradu"o el muchacho> luego se cort. PR
P;ácilmente me lo hubiera podido imaginar Peclam 8eppo golpeándose la frente. $uego tradu"o de un tirn> P=I eres un buen animal, por!ue das leche a los hi"os de Muan 8autista. REstá bienS P4í !ue está bien, pero dime> Rpara !ué !uieres tI saber latínS RQuieres sacerdoteS 6traacaso #eG aser lo mismo. N4anto BiosLT desde !ue el pe!ueo 6raGio se lo había dicho, no había podido echar tal pensamiento de la cabeGa. Dna #eG, en sueos, ya se había #isto re#estido con una casulla dorada teniendo en sus manos ante el altar el santo cáliG. /ero eso no había sido más !ue un sueo. + la maana siguiente, cuando se despert, le di"o su madre !ue tenía !ue ir al molino con el burro a lle#ar un saco de trigo. 4in embargo, cuando en la solitaria dehesa pensaba en ello, le parecía oír una #oG allá en lo más secreto de su coraGn, !ue le llamaba y le llamaba, sin !uererse callar. PR$o pregunta usted en serio, re#erendoS Pbalbuce el "o#en. PN
P2o le estorbesT 8eppo hace eamen de conciencia Ple reprendi la madre. PRQué dices !ue haceS PEstá recordando y meditando todo lo !ue tiene !ue decir al confesor Ple eplic %argarita. P=iene !ueentre decirestremecido todos los pecados, R#erdad, mamáS Pdi"odaoP. Ungel maliciosamente, y con el secreto placer de hacer Oa formarán una buena pila. P PBe"o eso y no metas ruido> 8eppo hace eamen de conciencia. =onia, la pe!uea de dos aos, !uiso decir, en su incipiente lengua"e, !ue también hacía eamen de conciencia y, remedando a 8eppo se tap la cara con las manos. =odos se echaron a reir y 8eppo dio esta tarde por terminado el eamen de los abismos de su alma. $leg por fin el día de la santa confesin. Confuso y arrepentido confes 8eppo al párroco !ue había robado cereGas y manGanas, !ue había ayudado a es!uilar el gato de angora de la condesa, !ue frecuentemente había pegado a sus hermanos y a otros chicos, y todas las demás infamias, de !ue se reconocía culpable. El párroco tap su rostro con un blanco pauelo y 8eppo !ued con#encido de !ue a!uél lloraba por los muchos y gra#es delitos confesados. /or fin !ued todo dicho y el muchacho se dis ponía a oír una se#era y dura reprensin. En cambio, no oy más !ue un par de bondadosas ad#ertencias, !ue pro#ocaron en el pobre pecador un sentimiento de inmensa gratitud y contriccin perfecta. Mamás había estado 8eppo tan contento como lo estaba ahora al abandonar la iglesia, después de cumplir la penitencia y de haber dado gracias a Bios. /or primera #eG eperimentaba lo admirable !ue es lle#ar :
la paG de Bios en el alma. Cuando lleg a casa, todos le pusieron rostros alegres. El ternerillo ya había nacido y era un #igoroso y sano animal. 8eppo fue a la cuadra y dio a la #aca un hermoso y grueso nabo. —Bona 1estia es tu P le di"o, alabándola en latín. /ero Ungel le ech en cara !ue no debía presumir tanto con sus sentencias latinas. En otra circunstancia, 8eppo le hubiera dado sin más un pestore"aGo por ello, pero hoy no> hoy no !uería pelea. PEso significa> tI eres un buen animal Ple aclar 8eppo solicito. P8uenoT eso también podías haberlo dicho en italiano Prefunfu el más "o#en. En estos días 8eppo sufri una gran pérdida. El bueno de don 6raGio fue trasladado a Ca#asarga y, naturalmente, su sobrino Aiuseppe tu#o !ue ir con él. PEs una gran suerte !ue haya desaparecido el pillete de 3iese P murmur, ya 4lo tran!uilo, maestro, marcha del audaGde"ado golfillola no fue muy llorada. 8eppoelsentía !ue ysulacamarada hubiera aldea. + pesar de sus fechorías, había sido siempre un alegre compaeroT un buen latinista, con gran disgusto de su eclesiástico tío, estu#o muy le"os de serlo. O también para 8eppo se acab el latín. /oco después de 2a#idad lleg otro sacerdote a la rectoría. /arecía más gra#e y reposado !ue su predecesor. /ero la gente de 3iese comprob bien pronto !ue el nue#o coad"utor, don /ietro MacuGGi, era un sacerdote piadoso con un coraGn buenoEly maestro caritati#o. hubo de reconocer !ue el nue#o coad"utor sabía cantar mucho me"or !ue don 6raGio y !ue hasta sabía tocar el rgano con #erdadera maestría. Be #eG en cuando se enfrentaban ante el tablero de a"edreG y cuando Aecherle cautelosamente lle#aba la con#ersacin al te rreno de la política, sonriente la es!ui#aba el coad"utor, diciendo !ue estas cosas debían tratarse fuera del "uego. /ara el buen maestro fue esto, naturalmente, una gran desilusin, puesto !ue el #ie"o soldadote hubiera #uelto a discutir otra #eG con mucho gasto, y echaba mucho de menos las deliciosas contro#ersias !ue había sostenido con don 6raGio. +hora Aecherle intensific su amistad con el ebanista 8attiston, el )político*, con !uien reía a menudo duras peleas en la mesa de traba"o. PRQué te parece el nue#o coad"utorS Ppregunt un día Aecherle a su pe!ueo discípulo de pianoT pero antes de !ue éste hubiera podido
contestar, dio él mismo la respuestaP. Es un sacerdote piadoso y un hombre muy bené#olo, demasiado bené#olo, me temo. PBon 6raGio me enseaba latín. N4i el nue#o coad"utor !uisiera también hacerloL Peclam 8eppo preocupado. POa hablaré yo con él. Como cantar, canta bien. /ero es una lástima !ue de política no entienda nada. /or lo !ue respecta al latín, seguramente sabrá. Aecherle cumpli su promesa y 8eppo, ba"o la guía de don MacuGGi, reanud el estudio del latín. Burante las horas libres podía e"ercitarse en el piano de la cantina de )$as dos hermanas*, asombrándose el patrn /arolin y sus huéspedes de !ue el chico pudiera ya tocar estudios y sonatinas tan preciosas. Dn día e"ecut una pieGa de mIsica tan ligera !ue los pocos huéspedes de la cantina de )$as dos hermanas*, reunidos ya en las primeras horas de la tarde, lo escucharon complacidos y le aplaudieron calurosamente. PRQué es lo !ue acabas de tocar, 8eppoS Ple pregunt 8attiston. !uien por un momento había abandonado su taller para echarse un chato en la taberna de /arolin. PEra un troGo de Mohann 4trauss Prespondi 8eppo, mirando tra#iesamente al )político*, por!ue ya conocía la a#ersin de éste a todo lo austríaco. 8attiston puso cara de haber mordido pimienta. PRMohann 4traussS R2o es un austríacoS P4íT un #ienes del hermoso Banubio +Gul. PR+ !ue eso te lo ha enseado el maestroS Pla frente de 8attiston se entenebrecía cada #eG más. P2aturalmente. O la pieGa se titula )
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P/ues a mí no me gusta Preplic, enfurruado, el ebanista> arro" un par de monedas sobre la mesa, bebi su tinto y cerr la puerta de la cantina tras sí. P
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PNBios mío, y cmo rimaL Pbalbuce 8eppo, estupefactoP> %amá, mamá, Nnuestro coad"utor es poeta, fi"aos bien, poetaL Escuchad, !ue os lo #oy a leer. PRBe dnde has sacado esoS Ppregunt %argarita. PHa aparecido en mi libro de latínT ni yo mismo sé cmo. PEntonces a de#ol#érselo ahora mismo. =al #eG ya lo estará echando de menos. PHe encontrado esto en mi gramática Ptartamude 8eppo al entregar la ho"a al sacerdote. PR$o has leídoS Ppregunt don MacuGGi un poco perple"o. P2aturalmente, y es magnífico. R/ero realmente lo ha compuesto usted solo, soloS PN6hL 2o son más !ue un par de #ersos, !ue !uería mandar a un amigo Prespondi el coad"utorP. /ero tu padre es cartero, RnoS Entonces ya sabes !ue no puedes leer cartas a"enas. PEs !ue no sabía !ue eso iba a ser una carta Pse disculp 8eppoP. Be lo contrario me habría guardado de leerlo. /ero Rcmo hace usted para !ue rimen todos los #ersos entre síS Eso tiene !ue ser sumamente difícil. P2o tan difícil como parece Psonri complacido el coad"utorP. =I también lo aprenderás, cuando seas un día coad"utor. PEntonces usted cree !ue yo... Pbalbuce 8eppo, desconcertado. P2aturalmente !ue lo creo. 4i no, Rpara !ué !uieres aprender latínS /ensati#o abandon la rectoría. NCielo =ambién este coad"utor comenGaba con 8eppo lo mismo. 2o. Cierto !uesantoL no llegaré, se decía 8eppo, a ser más !ue mi padre. =odo lo más y con mucha suerte, pensaba, tal #eG podría llegar a ser secretario del municipio. /ero, RsacerdoteS 2o. En eso ni si!uiera podía pensar. + partir del día de la primera confesin empeG a notarse algo etrao en el modo de ser del muchacho. Cada día se sentía más atraído por la sagrada Eucaristía, en cuyo altar ardía la luminaria. Bentro de un par de aos también él sería admitido al celestial ban!uete. /ero Rpor !ué se haría esperar tanto tiempo a los nios,aos paracuando poder acercarse a élS $arecibir mayora parte había cumplido ya los catorce se les permitía Bios. NCielo santoL NCuatro aos toda#íaL y con la en#idia !ue le daba, cuando asistía al sacerdote, el #er la felicidad de los !ue podían recibir el pan de #ida. 9
Dn día, armándose de #alor, habl al coad"utor sobre el asunto. P4í. !ueridoT esa es la costumbre !ue hay ahora Ple di"o pensati#o el sacerdoteP. /ero yo no puedo cambiarlo. El muchacho someti la cuestin a la consideracin del párroco, pero don ;urasini le dio más o menos la misma respuesta. P=ampoco cambiarlo Ple sonrienteP, mira, tal #eG puedas hablaryo depuedo ello con el obispo. Endi"o #erano tiene !uepero confirmar en +sola y como tI también has de ir a confirmarte, puedes entonces apro#echar la ocasin. P+sí lo haré Pprometi 8eppo, decidido. 2unca había anhelado tanto la #enida del #erano como ahora. /or fin lleg el gran día. +compaado del padrino y de su madre parti hacia +sola, para recibir el santo sacramento de la confirmacin. El obispo coad"utor 4artori le puso la mano sobre la frente, le ungi con el crisma de la salud y 8eppocomplacido. recibi el sello del Espíritu 4anto con ardorosa piedad y profundamente Cuando su madre y su padrino de confirmacin ;rancesco =nica !uisieron ponerse en camino para #ol#er a casa, les pidi, suplicante, !ue esperaran aIn un rato e inmediatamente ech a correr a la casa parro!uial, donde, a pesar de la enérgica oposicin del ama del cura, se col hasta la sala, en !ue se oía la animada con#ersacin de los clérigos. Dn poco perple"o se !ued 8eppo a la #ista de tantos sacerdotes como allí había, sentados a la mesa con el obispo, !uienes, admirados de su atre#imiento, con animarle. curiosidad.Con Bonello ;urasini hiGosuseas asentimiento conlelamiraban cabeGa para apel aletodo #alordey cuando el seor obispo le pregunt amablemente !ué !uería, respondi> PQuisiera saber, seor obispo, por !ué tienen !ue esperar tanto tiempo los nios para recibir la primera comunin. PRCuántos aos tienes tI, puesS Ple pregunt monseor 4artori. P6nce. PEntonces aIn no tienes suficiente comprensin para poder recibir el más alto de todos los sacramentos. POo sé !ue el di#ino 4al#ador está realmente presente en la santa Hostia y !ue !uiere #enir a mi coraGn. R4abe usted algo más, seor obispoS F
/ensati#o !ued un rato el príncipe de la -glesia y luego contest sonriente> PQuiGá tengas raGn. /ero tampoco yo puedo cambiarlo. Eso tendrías !ue preguntárselo al santo padre. P+ 3oma no puedo ir yo. Está demasiado le"os Prespondi 8eppo, desalentado. PRQuién es este pe!ueoS Pinterrog el obispo a los sacerdotes con él reunidos. PEs el hi"o de nuestro cartero comunal Pdi"o don ;urasini 4abe ya un montn de latín, por!ue !uiere ser sacerdote. PRQuieres ser sacerdoteS Ple pregunt el obispo, admirado. 8eppo se sinti sorprendido y la repentina pregunta le desconcert tanto, !ue casi, contra su #oluntad, contest> P4í, re#erendísimo seor. P/ues mira, R!uién sabeS, acaso un día, corriendo el tiempo, llegues a ser papa Ple di"o amablemente monseor 4artoriP, y entonces podrás cambiarlo. 8eppo agach la cabeGa, seguro de !ue monseor 4artori no hablaba en serio. PR2o puede usted, al menos, dispensarme un ao o dosS POa hablaré de ello con tu párroco Prespondi el obispoP. /or cierto, !ue tenemos los dos casi el mismo nombre> 4arto y 4artori. Sartor es un P4í, nombremonseor. latino. 4eguramente no Prespondi sabes lo !ue en italianoorgulloso, significa. 4ignifica aIn sastre 8eppo, bendiciendo el momento en !ue a don MacuGGi se le había ocurrido eplicar su nombre. PN8ra#oL +sí es, efecti#amente Pasinti el obispoP. En realidad, a un muchacho tan inteligente como tI no se le debería hacer esperar tanto tiempo. /ero ahora #ete. Bon ;usarini te transmitirá mi decisin. El obispo se !ued un rato pensati#o. PQuiGá tenga raGn el muchacho Pdi"o finalmenteP. 2o se debería hacerlos esperar tanto tiempo. O hay !ue #er lo despe"ado !ue es #uestro pe!ueo Pdi"o al párroco de 3iese. P
P8ien, yo cargo con la responsabilidad. Bé"ele hacer el ao !ue #iene la primera comunin. + la maana siguiente, terminada la misa y apenas de regreso a la sacristía, pregunt al párroco, "adeante por la emocin. PRQué ha dichoS PRQué !uieres decirS Pcontest el párroco sin comprender. P$o del seor obispo. RCuándo puedo hacer la primera comuninS Entonces don ;usarini puso ambas manos sobre los hombros de su monaguillo, le mir largo rato a los o"os y le di"o finalmente> PNQuerido muchachoL El seor obispo me ha autoriGado para !ue en la prima pascua pueda admitirte a la mesa del 4eor. Vsta es una gracia muy grande. +hora a #er si pones de tu parte todos los medios !ue estén a tu alcance para hacerte digno de tal merced y alcanGar una preparacin con#eniente. $a alegría del muchacho fue inmensa.
con#ersaba con él en términos tan cordiales, !ue sus piadosos y tierno conse"os !uedaban impresos para siempre en lo profundo de su coraGn. +hora era su padre !uien, terminada la "ornada de traba"o, se lo lle#aba consigo a Cendrole, pura recomendar a su primogénito el amor especial a la madre de Bios, ante el gran día !ue se acercaba. Burante el camino reGaban siempre el rosario. Muan 8autista no era hombre de muchas palabras, pero las !ue le dictaba su bondadoso coraGn paternal !uedaban grabadas para toda la #ida en la memoria del muchacho. $as Iltimas clases de preparacin las daba el párroco mismo don ;usarini. Con gran contento suyo pudo obser#ar !ue !uien me"or preparado estaba, de entre todos a!uellos !ue iban a hacer la primera comunin, era el más "o#en, y así no cesaba de bendecir la generosa resolucin del obispo. !ue había concedido a este nio, e#identemente pri#ilegiado, la gracia de acercarse a la mesa celestial antes !ue a los otros. /or Iltimo, también lleg el fin del in#ierno. $a tierra se adorn con las primeras flores, celebrando cada ao la resurreccin del 4eor. $leg /ascua y al tercer día de fiesta se abri el cielo para Aiuseppe 4arto. El 4al#ador mor en el coraGn del agraciado nio. Cuando concluido ya todo, éste abandon la iglesia, brillaba en sus o"os un resplandor mara#illoso. 2i una sola palabra pronunci en el camino de regreso y llegados a casa se le hiGo muy pesado el paso de la biena#enturanGa celestial a la realidad de la #ida terrena. PEste día no debes ol#idarlo nunca, hi"o mío Ple ad#irti la madre por la nocheP. 4i permanecieres fiel al 4al#ador, serás siempre feliG, ocurra lo !ue ocurra, en la #ida. $uego sac un diminuto pa!uete, en#uelto en papel de seda, !uit la en#oltura y present al muchacho, con gran sorpresa de éste, un relo" de bolsillo. P=I sabes !ue somos gente pobre. El relo" no es de gran #alorT no es de oro, ni de plata, sino de ní!uel. /apá y yo te lo regalamos, como recuerdo de tu primera comunin. PN6h, mamá, es demasiado precioso para míL Peclam 8eppo, conmo#idoP. NCuánto habéis !ueno ahorrar para comprármeloL 6spor lo agradeGco de todo coraGn y ostenido prometo deshacerme nunca de él ni un milln. P=anto no !uerrá nunca nadie darte por el pobre relo" Pdi"o alegremente %argarita. $uego reG con su hi"o las oraciones de la noche, J0
le hiGo la seal de la cruG sobre la frente y le mand irse a la cama. /ero, al llegar a la puerta, 8eppo se mostr indeciso. PR=ienes algo acaso !ue te in!uieteS Ple pregunt la madre. P%amá, !uisiera deciros algo> pero no !uisiera disgustaros. PRQué !uieres, pues, decirmeS Ppregunt la madre, algo alarmada. PQuisiera ser sacerdote Pcontest el chicoP. En la santa comunin he comprendido repentinamente, esta maana, !ue el 4al#ador me llama para ser su ministro. Dnos momentos permaneci inm#il la madre, incapaG de articular palabra por la emocin. $uego estrech a su hi"o entre sus braGos y le bes. 8eppo, !ue no podía acordarse de !ue su madre le hubiera besado desde los primeros aos de su nieG, se sinti tan sorprendido por esta muestra de ternura, !ue se le llenaron los o"os de lágrimas. PN/ero nosotros somos tan pobres, mamáL Pbalbuci por fin el muchacho. P2o importa. Bios es rico. Vl pro#eerá Pcontest la madre.
4l pe2ue5o descalo Bon ;usarini, a !uien la seora %argarita confiaba sus preocupaciones y los secretos planes acerca del futuro de su primogénito, proporcion al muchacho una plaGa gratuita en el gimnasio de Castelfranco. Ello dio lugar a !ue 8eppo tu#iera !ue abandonar cada día, a primera hora de la maana, la casa paterna para trasladarse a la ciudad. El camino era largo y a menudo muy pesado, sobre todo, cuando abrasaba el sol sin piedad, o cuando llo#ía a cántaros, o en in#ierno cuando un #iento glacial aGotaba la llanura y hacía tiritar de frío al pobre muchacho, cuyo me"or abrigo era su delgada cha!ueta. /ara economiGar sus Gapatos se los colgaba por los cordones a la espalda y recorría siempre el largo camino de siete ilmetros, tanto en in#ierno como en #erano, con los pies descalGos. +l llegar a la ciudad enmurallada y fortificada se calGaba rápidamente sus Gapatos y entraba en ellaT descalGo no podía presentarse en el gimnasio.
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Con gran contento encontr 8eppo en su misma clase a su antiguo amigo Aiuseppe 6raGio, y también ahora estarían sentados uno al lado del otro. P+!uí tienes !ue traba"ar como un burroT esto no es humano P confi a su #ie"o camarada el sobrino del coad"utor, !ue desde hacía algunos meses estaba ya en Castelfranco y #i#ía en el internadoP. $os profesores son los más crueles #erdugos. Oa lo #erás. POo ya me las arreglaré Preplic 8eppo, sin de"arse intimidar. P4í, tI acaso, pero yo ya no aguanto más. %e escapo de a!uí P gimote el pillete. 8eppo pronto ad!uiri confianGa con los otros compaeros de la clase. Era una sociedad bastante comple"a la !ue se sentaba sobre los bancos de encina. Hasta el hi"o de un conde estaba entre ellos, $auro Quirini, igualmente interno, modesto y sin pretensiones, a pesar de su alta alcurnia, si bien es ciertode!ue no fuemodo él !uien pl#ora. todo caso no podía competir ningIn con descubri el hi"o del laalguacil deEn 3iese en las tareas escolares, como tampoco podía competir con 8eppo el segundo #ástago nobiliario de la clase. 3iGGolino degli +GGoni +#ogadro, !uien todos los días en su carroGa condal era conducido hasta las puertas del colegio. %as #alía la pena competir con el inteligente +ntonio /elliGGari, un chicuelo muy talentn y apro#echado, pero también a él había de resultarle pronto duro y difícil seguir a 8eppo. Dn chico bondadoso y callado era ;rancesco, el hi"o del recaudador de contribuciones, ;inaGGi. /uesto !ue 3iese pertenecía a su distrito, Muan 8autista 4arto, como cartero comunal, tenía !ue repartir en su aldea las odiadas papeletasT de ahí !ue las dos familias fueran conocidas y mantu#ieran relaciones amistosas desde hacía mucho tiempo. Cuando por la tarde había clase, ;rancesco in#itaba a su compaero de escuela a ir con él a casa, y su madre, la seora +na ;inaGGi, le ponía también sobre la mesa su polenta y spaghetti, alegrándose de todo coraGn del magnífico apetito !ue mostraba el muchacho de 3iese. 8eppo, en cambio, ayudaba al amigo en sus tareas, por!ue ;rancesco no era precisamente una lumbrera y los #erbos latinos entraban slo muy lentamente en su mollera. En cambio, tenía un coraGn bueno y piadoso. 4u sueo era asimismo el de llegar un día a ser sacerdote, y en las horas libres "ugaban ambos a decir misa en los altarcillos de la casa y con #estidos !ue la seora +na misma había cortado. 8eppo prefería las misas solemnes y cuando con su espléndida #oG de contralto entonaba el J:
prefacio, toda la #ecindad se ponía a escucharle y el recaudador se e!ui #ocaba en sus cuentas. =ambién en casa del director de correos Cinna se hospedaba 8eppo a menudo, cuando después de las clases iba a recoger las cartas de 3iese, para e#itar a su padre el largo camino. /aolo y su mu"er, Clara, le daban siempre la bien#enida de coraGn y de #eG en cuando le in#itaban a comer. P PR4abe usted, abuela Cinna, lo !ue propiamente !uiere decir Clara en italianoS /ues !uiere decir la célebre, la famosa, y usted lle#a el nombre con "usticia, por!ue casta%nacci tan famosos no se hacen ya en toda la repIblica #eneciana. PR2i si!uiera tu madreS Ppregunt la seora Clara, a !uien la alabanGa la llen de goGo. P%i madre, síT también ella los hace bien. /ero para nosotros son un raro man"ar. J
PCuando seas cardenal, podrás comer casta%nacci todos los días P di"o el oficial de correos, #ol#iendo a su tema fa#orito. P8ueno, tengo ya !ue marcharme, mi padre estará esperando impaciente la correspondencia. P/ues hasta la #ista, eminencia Pcontest /aolo Cinna a las palabras de despedida del muchacho. PN%ira !ue tI siempre te estás chanceando con el pobre muchachoL Pdi"o la seora Clara, cuando 8eppo, con su #ali"a, hubo abandonado la casa. NBé"ale, !ue él ya sabe defenderseL O, además, R!uién te ha dicho a ti !ue yo bromeeS /ues lo digo en serio. 8eppo es un chico ecepcional. $legará muy le"os, ya lo #erás. NCuando ya en el momento de nacer con#irti a un pecador empedernido como yoL Con los profesores logr 8eppo entenderse perfectamente. +un!ue el pe!ueo 6raGio los llamaba a todos #erdugos, pronto pudo comprobar 8eppo !ue todos, sin ecepcin, eran sacerdotes modelos y hombres bondadosos, aun!ue de #eG en cuando tu#ieran !ue mostrarse un tanto rigurosos. El director del gimnasio era entonces don +ntonio ;iora#anGo. + 8eppo le traía siempre a la memoria al maestro de 3iese, Aecherle. Como él, tenía una pierna entumecida !ue arrastraba penosamente. =ambién le gustaba discutir a menudo, no menos #iolentamente !ue al #ie"o hIsar aus tríaco, pero 8eppo había hecho ya la yeperiencia !uedon la mayor parte de los camorristas tienen buen coraGn, así sucedíadecon ;iora#anGo. Besde !ue a!uel descubri un día, por casualidad, cuán bondadoso era el director con los pobres, a !uienes les había dado hasta la camisa, le reser# un puesto especial en su coraGn y sinti por él #erdadera #eneracin. Bon Aiuseppe -nocente, el profesor de latín, era asimismo un hombre prodigioso con un coraGn de oro. 4in embargo, tenía una pasin> la caGa. Burante las #acaciones le gustaba ir de caGa y 8eppo pudo ayudarle alguna #eG a limpiar la escopeta, lo !ue el muchacho "uGg, y no sin raGn, como una muestra especial 4obre ladepuerta delconfianGa. sacerdote colgaba la cornamenta de un poderoso corGo y a don -nocente le brillaban los o"os cuando contaba al muchacho cmo lo había matado. JJ
P%ucha paciencia necesita el caGador Peplic el profesorP. Hay !ue saber esperar, y luego tran!uilo y seguro atisbar el blanco, antes de disparar. En la #ida ocurre eactamente lo mismo> con#iene !ue lo tengas en cuenta. PR%e permite !ue le diga una cosaS Ppregunt 8eppo después de algIn titubeo. PBi lo !ue !uieras. POo no podría matar un pobre animal como ese Preplic el muchacho sinceramente. PRBe #erasS Pdi"o amoscado el 2imrod eclesiásticoP. RQuieres, pues, !ue todos los animales hermosos mueran de debilidad senilS RO adnde irían a parar los labradores si no se disparara a tiempo sobre los animales montesesS 6casionan grandes daos en los campos, y si no, pregunta a tu padre, muchacho. yo me refiero a un sacerdote Pcontinu 8eppo animoso P. EnP4í. rigor,pero un sacerdote no debiera disparar sobre los pobres corGos. PRCrees tIS Pdi"o don -nocente, perple"oP. RO te parece bien !ue un mocoso como tI #enga a dar lecciones a su maestroS Contesta. PN/erdnL Pbalbuce 8eppo, sonro"ándoseP. N2o debiera haberlo dichoL BiscIlpeme, si le he ofendido. P2o hay para tanto, chico Preplic el sacerdote sonriente y en tono reconciliadorP. 2o te preocupes por eso. %e agrada !ue un muchacho diga su opinin franca y abiertamente. /ero piensa !ue un sacerdote necesita también sus desahogos. El mío es la caGa. =ienes !ue saber !ue mi padre fue guardabos!ues. P2o obstante, !uiGá encuentre usted otra distraccin Pmanifest 8eppo. P=al #eG síT ya me lo pensaré Prepuso, riéndose, el profesor de latín. Cuando el muchacho se hubo despedido, a!uél se !ued pensati#o mirándole largo rato. PN
+GGoni +#ogadro, cuyo cuaderno tu#o !ue rayar abundantemente con tinta ro"a. PComo tirar, tira bien el pillete, eso me consta Pmurmur -nocente P. /ero lo !ue es latín... N<álgame BiosL /ero el traba"o de +ntonio /elliGGari era ya otra cosa. Dn muchachito inteligente. 4loauna falta pudo el profesor. su #aler y P$legará serpe!uea algo Pse di"o el descubrir maestro, reconociendo escribiendo una buena nota. El cuaderno de 8eppo se lo había reser#ado para el final, mas a pesar de toda su diligencia, el #ie"o caGador no pudo descubrir en él ni un solo gaGapo, por más !ue le sigui el rastro. )%uy bien*, escribi en un ángulo con "usto placer. En otoo terminaba el ao escolar y empeGaban las grandes #acaciones. Bon ;iora#anGo reparti las clasificaciones de final de curso. PNAiuseppe 6raGioL Pdi"o apenadoP. =ienes la peor calificacin y con gran sentimiento de tus profesores no podrás pasar al curso siguiente. $o siento por tu tío sacerdote. P+sí se canse de mandarme a la maldita escuela Psusurr 6raGio a su #ecino de banco. En efecto, al ao siguiente no #ol#i más al gimnasio. Entr de aprendiG en una tienda. P3iGGolino degli +GGoni+#ogadro Pcontinu el directorP. =I también tienes !ue repetir curso. Bebo decirte !ue haces muy poco honor a tu ilustre nombre. El noble retoo recibi sin inmutarse el documento de su ignominia. En orden ascendente fueron sucediéndose una tras otra las restantes calificaciones. $auro Quirini. el hi"o del conde, a duras penas había logrado la promocin y ;rancisco ;inaGGi consigui, como pudo, salir airoso y estaba muy contento con su calificacin. +In !uedaban dos calificaciones y toda la clase estaba en la mayor epectacin. P+ntonio /elliGGari Peclam finalmente el directorP. =ienes una calificacin magnífica, pero no lo suficiente para constituirte este ao en el nImero uno. Vste lo ha conseguido Aiuseppe 4arto. 4obresaliente en todas las asignaturas. N%i más cordial enhorabuena, muchachoL Estremeciéndose de goGo, tom 8eppo el papel. PNEmpollnL Prefunfu 3iGGolino, con desprecio, cuando 8eppo pas "unto a su sitio. /ero 8eppo no oy el poco amable calificati#o, !ue J9
de ningIn modo le sentaba. =oda la clase sabía !ue él no era el tipo de alumno empolln. POo te hubiera cedido con gusto el primer puesto Pdi"o 8eppo a su compaero, cuando con él, un poco perple"o, abandonaba la clase. PN2o digas tonteríasL Ple contest su camarada, sonrienteP. Este ao has sido tI me"or !ue yo. +caso el ao !ue #iene pueda yo #ol#er a ser el primero. Con ánimo regoci"ado se apresur 8eppo a #ol#er a su casa. /recisamente cuando fuera de la ciudad se estaba !uitando los Gapatos, para continuar descalGo su camino, pas rechinando a su lado el coche condal de los +GGoni+#ogadro. 3iGGolino mir con desprecio a su pobre camarada. /ero luego se sinti agobiado al pensar en la probable paliGa !ue recibiría de su padre. Con gusto se habría cambiado en a!uel momento por el hi"o del alguacil municipal.
/5os tempestuosos N6h magnificencia de las #acacionesL Con creciente satisfaccin el padre había ido leyendo a su esposa %argarita las ptimas calificaciones. ContinIa así, muchacho Paadi lacnicamente el cartero, estrechando con fuerGa la mano de su primogénito. 2o di"o más el padre, ni la madre habl tampoco mucho, pero el muchacho leía en sus brillantes o"os todo lo !ue ella !uería callarse. PEl domingo habrá casta%nacci Paadi la madre a continuacin, lo !ue fue celebrado por el chico. =ambién tienes !ue ensear tus notas al seor párroco y a don MacuGGi Ple ad#irti luego el padreP. E igualmente, como es natural, al seor Aecherle. + 8eppo no le gustaba ir por todas partes enseando sus notas, pero su padre así lo deseaba. $os dos eclesiásticos se mostraron en etremo complacido* cuando #ieron las calificaciones de 8eppo, y muy especialmente don MacuGGi. P =e has portado admirablemente le di"o éste con sincera alabanGa. PN6hL 2o era tan difícil obtener el primer puesto Prepuso 8eppo con modestiaP. Oo sabía mucho más latín !ue todos los demás compaeros de mí clase cuando fui a Castelfranco. JF
PN%is clases, RehS, mis clasesL Peclam también complacido el #ie"o Aecherle. 2o había esperado otra cosa de ti. /ero dime, en estas #acaciones no de"arás de tener tiempo libre. 2ecesito aIn una buena #oG de soprano para el coro de la iglesia. El chico dio contentísimo su conformidad y cuando en la fiesta de la +suncin cant el solo del )-ncarnatus*, los de 3iese #ol#ieron todos la cabeGa hacia el teclado del rgano, por!ue nunca habían oído una #oG tan mara#illosa, tan limpia y argentina. PN4i es 8eppoL Psusurr sua#emente =eresa 4arto a su madre. P4í, síT 8eppo Pasinti la mu"er, mientras se en"ugaba las lágrimas !ue brotaban de sus o"os. /or fin 8eppo encontr también tiempo para satisfacer su ardiente deseo de dedicarse al estudio del rgano. + #eces, el maestro le de"aba tocar el )/ostludium* después de la misa y había gente en 3iese !ue hasta decíanPNEres !ue 8eppo lo hacía casi me"orPreconocía !ue su maestro. un ecelente mIsicoL asimismo el capellánP, Hoy has cantado primorosamente y tu )/ostludium* ha sido de primera. /ero hay toda#ía una clase de canto con el !ue un día debes ocuparte de un modo especial> es el auténtico canto de la -glesia, !ue ya Ba#id e"ercit ante el arca de la +lianGa y del cual se sir#ieron los primeros cristianos de 3oma para loar al 4eor. PRQué clase de canto es eseS Ppregunt 8eppo #i#amente interesado. PEl canto coral. Bon MacuGGi torn un #ie"o Aradual de su estante y cant el magnífico )-ntroitus* de la fiesta de la +suncin de %aría a los cielos> )Aaudeamus omnes in Bomino...* PR/ercibes cuánta intimidad y !ué profunda piedad se encierra en una melodía seme"ante y cmo en ella, tan sencilla como es, lanGa el coraGn gritos de "Ibilo, adorando y re#erenciando con fer#orS /ero el coral de hoy ya no tiene a!uella forma pura de un principio. 4e necesitaría !ue alguien #iniese y la restituyese a su prístina pureGa. PREl papaS Ppregunt 8eppo, !ue le estaba escuchando con todos los sentidos. PN6h, el santo padreL Peclam el coad"utor cerrando su libroP, =iene ahora otras muchas preocupaciones. JK
P/ero todos le aman y le #eneran por las generosas y populares reformas !ue ha introducido en el estado de la -glesia. Bon %artinati, nuestro profesor de historia, le llama el italiano más fiel, el mayor amigo del pueblo y el hombre más eminente de nuestro siglo. PN=ambién una #eG se aclam al 4al#ador con )hosannas* y luego, un par de días más tarde, se grit )crucifige*L PRQué !uiere decir ustedS Ppregunt 8eppo alarmado, abriendo mucho los o"os. PQuiero decir !ue #i#imos en tiempos difíciles y !ue !uiGá /ío -7 tenga también !ue recorrer el camino del Algota Prepuso serio el sacerdoteP. 8eppo. 8eppo, ruega mucho por nuestro santo padre. %ucho pens 8eppo en los días siguientes sobre a!uellas palabras. + partir de entonces comenG a aadir un padrenuestro en sus oraciones de la noche por el padre y pastor comIn de la iglesia. =ampoco las #acaciones 8eppo =antoera en el establo comodurante en el campo traba"aba permaneci con habilidad y en ocioso. toda ocasin un ecelente ayudante de su padre. /recisamente ente otoo tenía muy preocupado a Muan 8autista 4arto. $a cosecha fue bastante pobre a causa de la persistencia del mal tiempo y eran de esperar situaciones difíciles. En no#iembre comenG el nue#o curso escolar. Biariamente tenía !ue salir 8eppo de casa, cuando las estrellas aIn lucían en el firmamento, y en los siguientes meses de in#ierno a menudo llegaba al gimnasio transido de frío. /or otra parte, las rebanadas de pan !ue su madre le daba eran cada #eG más delgadas. El hambre se habíauno etendido por todo se necesitaba una fortuna para poderse saciar. Hasta en el la país casaydel recaudador de contribuciones tenían !ue estrecharse el cinturn y 8eppo, !ue se dio cuenta de la situacin, e#itaba cada #eG más el sentarse a su mesa o, aparentando no tener hambre, comía mucho menos de lo !ue reclamaba su apetito de adolescente. En febrero, también en el colegio de Castelfranco llegaron noticias alarmantes. =odo el mundo parecía haberse des!uiciado. En /arís, el pueblo, hambriento, se había le#antado en armas y proclamado la repIblica. El rey $uís ;elipe había huido del país. $a re#olucin rebas pronto las fronteras y pareci sacudir a toda Europa. /ocas semanas después dimitía el hombre más poderoso del siglo. El &' de marGo de &KJK, don %artinati anunciaba triunfante a sus alumnos !ue %etternich había caído y !ue ahora sí !ue la dominacin austríaca tocaba a su fin. =odo el país se sentía conmo#ido y un ardiente deseo de J(
libertad se suble#aba contra la ocupacin etran"era. 3adetGy y sus tropas fueron arro"adas de %ilán en cinco días de sangrientas luchas. En el cuadrilátero de las plaGas fuertes de %antua,
contest a los #i#as al santo padre, aun!ue no entendía por !ué el pastor y padre comIn de la -glesia había de empuar la espada. Dn cruel desengao sigui pocos días después. /ío -7 llam al general !ue por propia cuenta había traspasado las fronteras de los estados pontificios, y declar su neutralidad, ya !ue su ministerio le imponía )abraGar a todos los pueblos y naciones con el mismo amor paternal*. /álido y desconcertado entr don %artinati en la clase, después de haber llegado la noticia a Castelfranco. 2o se abstu#o de emplear los términos más duros para criticar la conducta del santo padre. 8eppo, !ue lleno de indignacin oía el #ehemente reproche, no pudo contenerse más y eclam, temblando de ecitacin> PEl papa ha obrado como debía. En la 8iblia está escrito> )%ete tu espada en la #aina*. Dn angustioso silencio sigui a la #aliente declaracin del chico. El profesor de 4arto, historiaeres se puso blanco de ira. pero $uego forGada calma> P=I, un buen discípulo, undi"o malcon italiano. POo amo a mi patria tanto como usted Prepuso, 8eppo, encendido. P/or tu insolencia te !uedarás dos horas Pgrit el profesor, incapaG de dominarse. Vste era el primer castigo !ue 8eppo recibía en el gimnasio y le doli profundamente. /ero no hiGo ninguna manifestacin de desagrado. 4ilencioso se #ol#i a sentar en su sitio. /ocos compaeros participaban de su indignacin, pero todos reconocieron su ánimo. $a cosa lleg a oídos del director. Vste llam al profesor y le reprendi por su intemperancia. P2o nos está bien criticar al santo padre y mucho menos delante de nuestros alumnos. 4e lo prohíbo para siempre. El castigo !ue ha impuesto a Aiuseppe 4arto, le#ánteselo y dígaselo usted mismo. +l fin y al cabo, el muchacho no ha hecho más !ue seguir los dictados de su conciencia. Esto puso fuera de sí al impetuoso #eneciano. P+bandono su colegio de clera. P/iense usted bien lo Pgrit !ue #atemblando a hacer Ple amonest el director cuando a!uél salía apresuradamente del cuarto.
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/ero don %artinati no se de" con#encer. 4e despidi de los ser#icios escolares y desde allí en adelante se dedic Inica y eclusi#amente a la política. PRHe hecho mal en contradecirleS Ppregunt 8eppo al coad"utor a!uella misma noche, cuando regres a casa. no Prespondi donBefiéndele MacuGGi con calorP. =I tienesP2o, raGn.no, Conmuchacho, el papa y siempre con el papa. siempre donde !uiera !ue estés. Vl es la piedra fundamental de la -glesia. /ero #erásT ahora #a a comenGar para él un duro cal#ario. En casa nada di"o 8eppo del cho!ue con su profesor. Quería e#itar sufrimientos a sus padres. Hartas preocupaciones tenían ya, sobre todo desde hacía una semana, en !ue la pe!uea $ucía, el séptimo de los hi"os #i#ientes de 4arto, había #enido al mundo. $a profecía de don MacuGGi se cumpli al pie de la letra. /ío -7, feste"ado concomo fanático entusiasmo, ser tenido por la granhasta masaentonces del pueblo un per"uro traidor,comenG #iéndosea odiado en la misma 3oma y en medio de implacables enemigos. 4u primer ministro, /ellegrino 3ossi, fue asesinado en el palacio de la cancillería por un con"urado. ;inalmente, el papa tu#o !ue abandonar 3oma y huir a Aaeta, para ponerse ba"o la proteccin del rey de 2ápoles. En la ciudad eterna se proclam la repIblica. El hosanna se había con#ertido en crucifige. 8eppo, como todo buen cristiano, se sinti muy afligido por la ignominia de !ue era ob"eto el santo padre. + partir de entonces redobl sus oraciones por él. %ientras tanto, el delirio de libertad finaliGaba en la alta -talia brusca e inesperadamente. 3adetGy derrot a los piamonteses en CustoGGa, ani!uilándolos. 4u rey Carlos +lberto, después de e#acuar %ilán, hubo de firmar un armisticio con +ustria, si bien es cierto !ue al ao siguiente la opinin pIblica le oblig a continuar la lucha. Besconfiando de la capacidad de sus propios generales, nombr como generalísimo de sus tropas a un polaco, !ue no entendía ni palabra de italiano, y el e"ército real fue de nue#o batido. El desgraciado monarca hubo de abdicar en fa#or de su hi"o <íctor %anuel. %uri en el mismo ao. =ambién en
acudieron a #isitarle en los Iltimos días de su enfermedad, estu#o /ietro 8attiston, el político. P+l fin habéis ganado Pconfes el carpintero, !ue se había sentado en el lecho del enfermoP. NEl 3adetGy...L P4í, 3adetGy Psusurr el maestro, mientras una tenue sonrisa se dibu"aba enlesudi"o> pálido rostro. $uego, etendiendo la mano a su #ie"o ad#ersario, PHagamos las paces, /ietro. Harto hemos discutido ya. +l fin y al cabo, la Iltima palabra sobre la historia del mundo no la hemos de decir nosotros, la pronunciará Bios nuestro 4eor. +l político se le llenaron los o"os de lágrimas cuando estrech la mano del enfermo. En este momento penetr 8eppo 4arto en el cuarto. =raía un refrigerio !ue le había dado su madre. PRCmo se encuentra ustedS Ppregunt al moribundo. P%agníficamente Pdi"o el enfermo sonriendoP. + punto de abandonar mi #estimenta carnal e irme al cielo. PQuieres ser sacerdote, R#erdad, 8eppoS 4iempre lo he creído así. Dn buensacerdotes sacerdote !ue desempea papel en el tra#iesa mundo. Hacen falta buenos políticosunygran hIsares PDna miradamás de reo"o recay sobre el carpintero 8attistonP. /ero basta, ahora !uiero callar. 8eppo, siéntate al piano y toca algo. PRQué !uiere usted !ue to!ueS Ppregunt el muchacho. indeciso. '
8attiston le cogi aparte y le susurr> PR4abes la marcha !ue siempre oía él con tanto gustoS =I ya sabes cuál, la de Mohann 4trauss. PR$a marcha de 3adetGyS Pdi"o 8eppo, sorprendido. P4í, ésa. + fe !ue siempre la he detestado, pero ahora tcala para el maestro. 2o debemos pri#arle de este Iltimo placer. Dn poco cohibido, toc 8eppo los primeros compases. Aecherle los escuch, tarareando a la #eG la conocida melodíaT pero luego le#ant la mano rechaGándola. P2o, noT eso no, 8eppo. $a marcha de 3adetGy, no. PRQué desea oír, puesS Ppregunt 8eppo. PEl )+#e #erum*, de %oGart Prespondi el maestro a media #oG. El muchacho interpret fer#orosamente la piadosa composicin. El anciano maestro escuchaba con las manos etendidas. En sus o"os brillaba un mara#illoso fulgor y el arrugado rostro estaba transfigurado. 6cho días después era sepultado en tierra bendita el bondadoso y fiel maestro. =odos le acompaaron en su Iltimo #ia"e. 8eppo llor a su maestro como a un padre. PBiscutíamos a menudo Pdecía 8attiston. afligido, al "o#en 4arto en el camino de regreso a casaP. /ero tenía un buen coraGn. 4í, el maestro tenía un coraGn de oro. Bios le conceda el descanso eterno.
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La primera solana El aGaroso ao &KJ( aport a Muan 8autista 4arto un me"oramiento en su apurada situacin econmica. ;ue éste nombrado oficial de correos, lo !ue significaba un aumento nada despreciable de sus míseros ingresos. Entonces decidi mandar al gimnasio a su segundo hi"o. El molinero /arolin había regalado a los muchachos un #ie"o carrucho de dos ruedas. Besde ese día, todas las maanas los dos muchachos enganchaban el borrico y en ese modesto #ehículo iban a Castelfranco casi tan cmodamente como 3iGGolino en su carroGa condal. 8eppo, erguido en el carro y gritando al borrico para !ue acelerara el paso, parecía un #ie"o conductor de cuadrigas en las arenas romanas. Be #eG en cuando de"aba las riendas a su hermanito Ungel. Dn día, !ue guiaba !ue éste,elpasaron porperdi la plaGa del mercado de Castelfranco locamente, conductor el dominio del espantado animaltan y el carrucho, pro#ocando la mayor confusin, fue a parar al puesto de una #endedora de manGanas. $os muchachos !uedaron completamente desconcertados, mientras la #endedora, con el rico #ocabulario de !ue disponen las mu"eres de su oficio, los increpaba. /or fin un policía de tráfico, cuyo marcial aspecto estaba notablemente acentuado por un imponente bigote, a#anG hacia ellos con el cuaderno de multas en la mano y solt un taco terrible. El "umento, causante de toda la desgracia, estaba allí con su más inocente y placentero rostro, mordis!ueando una manGana, lo !ue no sir#i ni mucho menos para aplacar a la frutera. P/erdnenos Ptartamude 8eppo al fin, apro#echando una pausa del guardiaP. El borrico se ha desbocado. ''
PRCmo te llamasS Ppregunt ceudo el custodio de la ley, a la #eG !ue aprestaba su lapicero. 8eppo le di"o su nombre. PN+h, con !ue sois hi"os del alguacil municipal de 3ieseL NHermosos pimpollos, a fe míaL 8ueno, #amosT seguid #uestro camino. $uego el gendarme cerr su libreta. 3ápidamente se ale"aron de allí los dos hermanos en su carrito. PRO !uién me paga a mí los daosS Pse lament la #endedora. PBé"ese de historias y reco"a sus manGanas del suelo PreGong el guardiaP. $os daos no pueden ser grandes. El alguacil 4arto tiene un montn de hi"os. PN8ueno, si es así...L Pdi"o la frutera, poniéndose a recoger sus manGanas del suelo. PNCon tal !ue no nos ponga ninguna multaL Pdi"o 8eppo, preocupado, mientras se ale"aban. P/ues él no ha anotado absolutamente nada. Estoy seguro de ello, por!ue no he de"ado de obser#arle ni un momento Ple tran!uiliG Ungel. $uego aadi con o"os brillantes> P6ye, ahora ya sé lo !ue !uiero ser. PN+h, síL RO !ué te gustaría serS PAuardia, 8eppoT Rno #iste con !ué biGarría increpabaS PRO para eso estudias latínS Ple pregunt el hermano. PEl latín tengo !ue de"arlo de todos modos Pdi"o Ungel, desalentado. Efecti#amente, el muchacho no #alía para el estudio y en cuanto al latín, a pesar de la paciente ayuda de su hermano, no lograba ningIn adelanto. 8eppo estaba ya en su cuarto ao de gimnasio y continuaba siendo el primero de la claseT +ntonio /eiliGGari, el eterno segundo, había abandonado definiti#amente la competicin con él. +hora era director del gimnasio don Aaetano %arcon, sacerdote e"emplar y hombre bondadosísimo por !uien 8eppo sinti pronto gran afecto y profundo res peto. =ambién el nue#o profesor sinti especial predileccin por su me"or alumno. '9
El buen profesor tenía la singular costumbre de aplicar a todos los alumnos el honroso título de )borrico*. +sí, di"o un día a su predilecto discípulo> PAiuseppe 4arto, has #uelto a escribir un ecelente traba"o. 2o he podido encontrar ni una sola falta, borrico. P/ues entonces, Rpor !ué me llama usted borrico, re#erendoS P pregunt 8eppo maliciosamente. PRHe dicho borricoS 2o te preocupes por eso, borrico. 4e me ha escapado, borrico. =oda la clase estall en una sonora carca"ada. PRBe !ué os reís, borricosS N+h, síL borrico de mí, he #uelto a decir borrico. NQué costumbre más estIpida, borricoL =rataré de desacostumbrarme, borrico. $os muchachos se desternillaban de risa. /ero, R!uién hubiera podido enfadarse con el buen hombre por esta su etraa peculiaridadS =ambién el cuarto ao lleg a feliG término. El eamen final debía tener efecto en el pe!ueo seminario de =re#iso. +un!ue los profesores del tribunal eran otros !ue los habituales de los eaminandos, 8eppo sali brillantemente de la prueba. Muan 8autista 4arto se sinti muy ufano al #er las notas de su primogénito. Con disimulado orgullo ley a %argarita en alta #oG> 3eligin $engua latina $engua griega Aeografía e Historia... +ritmética
sobresaliente sobresaliente sobresaliente sobresaliente sobresaliente
P8ueno, me"ores notas no las hay Pdi"o el padreP. /ero no sé !ué tendremos !ue hacer ahora. $os cursos de Castelfranco ya no pasan más adelante, así !ue tendrías !ue ingresar en el seminario diocesano. /ero yo no puedo aportar el dinero para el estudio Py seal la cuna, en la !ue dormitaba la pe!uea +na, el nImero ocho de sus hi"os. P4í, ya lo sé Prespondi el "o#en, descoraGonado. PBios misericordioso pro#eerá Pdi"o la seora %argarita alentándolosP. Hasta ahora nunca nos ha abandonado y ahora tampoco 'F
nos faltará. Hoy mismo #oy a casa del párroco. +caso él pueda aconse"arnos. P%uchas gracias, mamá Pdi"o 8eppo y sus o"os #ol#ieron a brillar como siempre. =ambién para Ungel, !ue si bien aprob el curso, sus calificaciones distaban de ser comunal, satisfactorias, este día su carrera científica.mucho 4ería alguacil como termin lo era su con padre. El cardenal Macobo %onico, patriarca de PRQué !ueréis, hi"os, de #uestro padreS + la #ista del #enerable anciano los asaltantes de"aron caer las armas y confusos abandonaron poco a poco la casa. $os austríacos lograron reprimir la re#uelta y #ol#ieron a ser los dueos de la ciudad de las lagunas. $os cabecillas fueron arrestados y 'K
encarcelados en las prisiones del palacio ducal. El caballeroso cardenal, sin embargo, hiGo todo lo posible para obtener su libertad. P/recisamente acabo de escribir otra #eG al emperador ;rancisco Mosé con moti#o de los prisioneros Pdi"o %onico por fin, apuntando a un papel !ue tenía delanteP. /áselo usted en limpio y preséntemelo de nue#o. PR/ersiste su eminencia en pedir gracia para los rebeldes, !ue le hicieron seme"ante afrentaS Ppregunt el "o#en sacerdote, logrando a duras penas disimular su indignacin. PN+h, no eran más !ue nios, hombres des#iados y soli#iantadosL 2o sabían lo !ue se hacían. En definiti#a, amaban a la patria. =enemos !ue perdonar, hermano, como el 4eor nos lo ha enseado. =urbado, ba" el secretario los o"os. PRHay toda#ía algo másS Ple interrog el patriarca. P2ada más de importancia, eminencia. Queda aIn una solicitud, pero no corre prisa. PRBe !ué se trataS PDna carta del #icario general de =re#iso, monseor Casagrande. P$éamela usted, acaso el asunto sea urgente. El secretario despleg el escrito, !ue sac de una carpeta, y ley> )El infrascrito, "untamente con Muan 8autista 4arto, de 3iese, padre de ocho hi"os, humildemente suplica a su eminencia se digne conceder a Aiuseppe, el mayor de lospara hi"os, en el !ue=ornacense claramenteCampion, se descubre #ocacin al sacerdocio, una beca el colegio !ue está adscripto al seminario de /adua. $a peticin está a#alada por tan sobresalientes y honoríficas calificaciones, !ue el aba"o firmante une sus sIplicas con sumo gusto a las del solicitante, en la completa seguridad de !ue este bondadoso e inteligente muchacho llegará a ser un ecelente sacerdote, siempre !ue se le haga posible la prosecucin de sus estudios.* PRQué fecha lle#a la cartaS Ppregunt el cardenal. P$a de :F de "ulio, eminencia. eso hace ya cuatro semanasL R/or !ué no me ha presentado ustedPN/ero antes el escritoS P2o lo consideré tan urgente, eminencia. El ao escolar no comienGa hasta otoo. '(
PR2o urgente, dice ustedS Peclam %onico se#eramenteP. +migo míoT no hay nada más turgente ni más importante !ue dar buenos sacerdotes a nuestra madre la -glesia. 4arto, 4arto... Peclam recapacitandoP. N+h, síT ya me acuerdo de élL Es el alguacil de mi pueblo natal. Concedido, naturalmente. NBios mío, con cuánta pena deben de haber estado esperando, tanto el padre como el hi"o, una respuestaL Este asunto hay !ue despacharlo hoy mismo, Rme entiendeS, ahora mismo, aun antes !ue la carta al emperador. 3edacte la respuesta y tráigame luego la carta para la firma. =ambién tenemos !ue escribir al obispo de /adua. )/ongo en conocimiento de usted !ue su eminencia el cardenal y patriarca de
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P2o esperaba yo menos de mi hermano el cardenal Ple di"o el herrero %onico, ya de pelo gris, cuando 8eppo le ley la cartaP. Bé"ame #erla. P2o, no Pdi"o 8eppo, asustado y e#itando !ue el herrero tocara el papelP. 2o !uiero !ue en la carta apareGcan manchas de hollín. P8ueno, hombre, no la tocaré. /ero oye, 8eppo, Rtienes ya la sotanaS PR$a sotanaS P2aturalmente. Cuando #ayas al seminario de /adua tienes !ue lle#ar ya el #estido eclesiástico. =oda#ía me acuerdo de cuando mi hermano, el cardenal, se #isti por primera #eG la negra sotana. Entonces era yo aIn un nio, pero toda#ía no lo he ol#idado. Besde a!uel día tu#i mos !ue tratarle de )#os*, eactamente igual !ue a los padres. P/ero eso es imposible Peclam, incrédulo, el adolescente. $uego se !ue pondría Ungel loselpadres le eigieran !ue en represent adelante a la él,cara a 8eppo, le trataran de cuando )#os*. O solo pensamiento le hiGo romper en sonoras carca"adas. Bon ;usarini, el párroco, particip sinceramente de la alegría del afortunado muchacho. $uego también él le di"o !ue en adelante debería lle#ar #estidura talar. El paero /ascual %onico le proporcion la tela y el sastre 8istaco le confeccion la sotana, ambos %ratis pro eo. El &( de septiembre se puso 8eppo por primera #eG el hábito eclesiástico. El párroco se lo bendi"o y le ehort a !ue lo lle#ara siempre dignamente. En casa reinaba gran alegría y las hermanitas miraban a su hermano mayor con íntimo respetoT Ungel, en cambio, no pudo contener la risa, pero la madre le ri se#eramente y le mand, lo mismo !ue a los demás hermanos, !ue a partir de entonces habían de tratar a 8eppo de )#os*. El "o#en clérigo !uiso #er !ué cara ponía su hermano, el cual le miraba con aire tan simpln, !ue 8eppo no pudo por menos de echarse a reir. P/ero 8eppo Ple amonest la madreP, ahora tienes !ue mostrar más seriedad. +sí lo eige ese santo hábito !ue lle#as. El "o#en clérigo ba" la cabeGa algo confuso, sacando fuerGas de fla!ueGa por dar a su porte la debida dignidad. /or fin logr dominarse. 4lo !ue no debía mirar a Ungel, de lo contrario todo estaría perdido. /ero cuando se sinti de #eras emocionado fue al domingo siguiente, fiesta patronal de la parro!uia de 3iese, al ocupar su sitio en el coro con la 9&
#estidura talar para oír la misa mayor, acto en !ue el párroco lo present solemnemente a toda la parro!uia cual nue#o clérigo. %uchas manos tu#ieron !ue estrechar Muan 8autista y su mu"er %argarita después de la misa mayor. Be todas partes les llo#ían calurosas felicitaciones y enhorabuenasT slo el labriego Aiacinto %onico di"o mo#iendo la cabeGa> PCon todo, rob cereGas en mi huerto. P+sí es muy posible !ue 8eppo llegue un día a ser cardenal Ple replic su tío, el herrero, sonriéndose. PR/or !ué dice usted esoS P/or!ue casualmente me acuerdo ahora !ue a Macopo le atraparon una #eG subido a un cereGo a"eno. O me parece !ue fue en el huerto de la parro!uia, por lo !ue nuestro #ie"o arcipreste le dio unos buenos tirones de ore"as. 8eppo, después de la misa mayor, se desliG al teclado del rgano y sacando todos los registros toc un =e Beum. /asaron los días, lleg no#iembre y con él se acerc también la hora de la despedida. Dna Iltima peregrinacin con su madre a Cendrole, al santuario de la %adre de Bios, y el pe!ueo clérigo se encomendaba con ardiente fer#or a la proteccin de la santísima
P4í, es #erdad Preconoci el muchacho. POa es hora Pad#irti Muan 8autistaP. El borrico está ya enganchado. Dn Iltimo adis, agitacin de pauelos, y partía el carrucho en la oscura maana, camino de /adua. Enlos lasdos torres de la ciudad tocaban las campanas a mediodía, cuando #ia"eros llegaronepiscopal en su mísero carrua"e. P4an +ntonio te da la bien#enida Ple di"o el padre. 8eppo asinti con la cabeGa sin decir palabra. 2o podía saciarse de mirar las mara#illas y grandeGas !ue al resplandor de un soleado día de otoo se le ofrecían a la #ista. /ronto llegaron a la meta. $uego de descargar, el "o#en traspas el umbral de la casa !ue había de ser su hogar en los primos aos. + su encuentro sali el prefecto de estudios, don
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4l pe2ue5o a1ate $a primera clase de humanidades del colegio de /adua constituía un minIsculo mundo aparte muy especial. $a integraban más de J0 "o#enGuelos, !ue se mo#ían en ella confusamente, pues, aun!ue #istieran la respetable sotana, no de"aban de encontrarse en a!uella ingrata edad del cambio de #oG y en la !ue el boGo pugna por con#ertirse en bigote. +un!ue los alumnos, en su mayoría, se esforGaban en sacar pro#echo de sus estudios, formaban en con"unto una sociedad alboroGada y si se descuidaba un poco la #igilancia, no siempre se conducían con la gra#edad y compostura !ue eigían la seriedad y respeto de los claustros, sino !ue, a modo de auténticos chi!uillos, le#antándose la sotana, subían y ba"aban las escaleras a todo galope, alborotando por los patios y arcadas circundantes, dispuestos siempre a cual!uier tra#esura. P%ás seriedad, más seriedad, )abati* Ptenían !ue recordarles una y otra #eG el prefecto de estudios, o bien don E#angelista de /iero, director del colegioP. /ensad en el hábito !ue lle#áis. PEntonces se esforGaban los muchachos en adoptar un porte algo más mesurado, pero su empeo no era duradero. Cierto !ue cuando salían de paseo por las tardes en largas filas de dos en dos a tra#és de la ciudad episcopal, se esforGaban en hacerlo con la debida dignidadT pero si por casualidad un bote #ie"o y abollado, una piedra o una pia, #enía a parar a los pies de algIn escolar, éste ol#idaba toda seriedad clerical y alegremente iba dando puntapiés al impro#isado baln, hasta !ue la palabra amonestadora del sacerdote acompaante le llamaba al orden. %o#ido tanto por su sentido de responsabilidad como por el ansia de saber, y por el auténtico goGo !ue encontraba en las asignaturas, también a!uí 8eppo prosigui sus estudios con gran ardor. Aracias a sus ecelentes dotes, pronto sobrepas a todos sus camaradas, !uienes lo consideraban como el nImero uno indiscutido e indiscutible del primer curso de humanidades. 4lo su compaero de banco, el "uicioso /ietro @amburlini, trat de competir con él, pero sali tan poco airoso como el inteligente +ntonio /elliGGari en yCastelfranco. 4arto permaneci siempre en esta competicin el primero a gran distancia. 2o obstante, /ietro y Aiuseppe llegaron a ser pronto los me"ores amigos. En los recreos se los #eía "untos muy a menudo y en los paseos se las arreglaban de modo !ue pudieran ir de lado. 9J
2ada tiene, pues, de etrao !ue los dos amigos llegaran a ser muy pronto los alumnos preferidos del maestro Be /iero y de !ue, hasta el culto rector de la casa, doctor +ntonio ;abris, miembro de la +cademia de Ciencias y 8ellas +rtes de /adua, distinguiera a los dotados "#enes con su especial bene#olencia. +sí pues, Aiuseppe 4arto hubiera podido estar enteramente contento con su suerte, de no haber sido la terrible aoranGa !ue lo atormentaba. + menudo, cuando sentado en la sala comIn de estudios traba"aba sobre los #ersos de Homero y trataba de traducir del griego a su lengua madre, las a#enturas de 6diseo, el recuerdo de los suyos le apenaba tanto como al legendario rey de -taca durante su odisea de dieG aos. $uego, silencioso, de"aba a un lado la pluma y despierto soaba, soaba. RQué estaría pasando ahora en su 3iese !ueridaS El padre sin duda estaría repartiendo la correspondencia, cartas o recibos de contribucin, o el buen 8attiston le estaría escamoteando como siempre el peridico. + Ungel no le faltaría traba"o en la cuadra. =eresa y 3osa debían de estar ayudando a su madre a la#ar y las pe!ueas probablemente "ugarían en la nie#e, !ue también cubría ahora las calles de /adua. 8eppo mir por la #entana la tumultuosa danGa de copos y a tra#és del blanco torbellino #io las caras sonrientes de sus hermanitas. N4anto cielo, cuántas #eces había refunfuado impaciente, cuando en casa la despreocupada pandilla le molestaba en el estudio o le Garandeaba a uno y otro lado o le in#itaba a "ugar cuando tenía !ue aprender los #erbos irregularesL N/ero ahora, ahoraL N4i ahora estu#iera de nue#o en casa y pudiera y alborotar con ellosL tenido !ue ponerse "ugar a cuatro patas y trotar por la;recuentemente cocina y pieGa había #ecina, lle#ando encima a +ntonia, %aría y la pe!uea $ucía de dos aos, hasta !ue toda la compaía rodaba finalmente al suelo o la madre mandaba parar. N$a madre, o sí, la madreL Dna y otra #eG #olaban sus pensamientos hacia ella. NQué no daría él a cambio por poder #er, aun!ue no fuera más !ue un momento, sus bondadosos o"os y su amable sonrisaL +bismado en sus pensamientos, 8eppo "ugaba distraído con la seal !ue le ser#ía de punto del libro, su 6disea, regalo de despedida de su hermana =eresa. 4obre la ro"a estaba bordado con#enido letras adeparar oro )con amor* y el tra#ieso $uigi /elá,seda a cuyas manos había el recuerdo, le pregunt, riéndose maliciosamente, si tema en casa alguna amada. PRDnaS 4iete amadas tengo yo en casa Prespondi Aiuseppe. 9'
PNCaramba, 8eppoL Peclam el pilletePT Nnunca hubiera pensado yo !ue tI pudieras ser un Casano#a seme"anteL PRCmo un Casano#aS Oo !uiero decir mi madre y mis seis hermanas. PN8ahL Pdi"o $uigi, decepcionadoP. R/ero seis hermanasS N+légrate, hombre, de poder libre de ellasahora por un8eppo ratoL por ellas, sobre N+h, si él supiera cuántaestar nostalgia sentía todo por +nita, la más pe!uea de todasL R8ulliría ya por la cocinaS 6tra #eG #ol#i 8eppo a contemplar los copos errantes. /ronto llegaría 2a#idad. Era la primera #eG en sus !uince aos !ue celebraría la gran fiesta fuera del hogar paterno. En 2a#idad no habría #acaciones, ya !ue los alumnos debían tomar parte en el ser#icio de la catedral. /ero en semana santa ciertamente darían permiso para pasar en casa la /ascua. N/asar seríaL la /ascua en 3ieseL N2o es para imaginarse lo delicioso !ue esto P4arto, pareces estar soando Poy 8eppo !ue le decía la #oG del prefecto de estudios, despertándole de sus candorosas fantasías. PBiscIlpeme, re#erendo Pcontest el "o#en sonro"ándoseP. Estaba pensando en algo. P/ero no ciertamente en las a#enturas de Dlises Ple replic el sacerdote, sonriéndose. $uego se acerc sua#emente al sitio de 8eppo, se inclin sobre el "o#en y le susurr al oído> P4in duda estabas en casa con tus pensamientos. Dn abate tiene !ue saber dominar sus pe!ueas aoranGas. 6fréceselas como sacrificio al 4eor. 8eppo, poco con#encido, mir al eclesiástico. PHe de"ado siete hermanos en casa Ple di"o en #oG ba"a y don +gostini, !ue procedía de una familia numerosa, entendi lo !ue el "o#en abate !uería decirle con eso. /as el in#ierno y la tierra, en su despertar, se #isti de nue#o de #erde. $legaron los días de carna#al, durante los cuales, con gran sorpresa de 8eppo, aun en el mismo seminario episcopal se hacía el loco sobre manera. Con todo género de inocentes tra#esuras se burlaban los "o#enGuelos, no slo unos de otros, sino también de sus profesores, los cuales, en recuerdo de sus propias trapacerías carna#alescas, consentían las no mal intencionadas bromas. 99
Hasta se represent una pieGa en la sala de teatro. Era una loca bufonada, !ue había compuesto un abate del segundo ao de filosofía, en la !ue por orden iba caricaturando a todos los profesores de la casa. Con gran admiracin de 8eppo los profesores asistieron a la broma con aspecto risueo, aun!ue alguno !ue otro mostrara de #eG en cuando una sonrisa un poco forGada. Como es natural, también 8eppo particip en el general regoci"o, si bien no de"aba de parecerle todo ello bastante etrao. $legaron las se#eras semanas de cuaresma. Es cierto !ue no por eso se les sir#i menos polenta o risibisi a estos "#enes en pleno desarrollo y siempre hambrientos, pero sí se procur !ue el recogimiento propio del santo tiempo cuaresmal no fuera perturbado por una alegría inmoderada. En la iglesia sepulcral de 4an +ntonio un franciscano dio unas pláticas cuaresmales sobre la dolorosa pasin y muerte de nuestro 4eor Mesucristo. Cuando en tales días meditaba 8eppo sobre lo oído, se sentía a #eces confundido al #er cuán distante se hallaba toda#ía de la #erdadera generosidad. NCuán apegado estaba aIn a sus propios gustosL =oda#ía no estaba seguro de !ue por /ascua fuesen a casa de #acaciones. RO si por fin resultase !ue noS N8endito sea Bios, !ué cruel desengaoL /ero en tales momentos 8eppo estaba plenamente dispuesto a renunciar de buena #oluntad a su dorado sueo si se le eigía la renuncia. O, en efecto, su mayor ilusin !ued des#anecida, pero el "o#en abate soport esta dura prueba con entereGa de ánimo y present su afliccin al 4al#ador como ofrenda pascual. Con todo, el coad"utor de 3iese se dio perfecta cuenta de la profunda afliccin del !ue había sido su discípulo predilecto, gracias a la carta !ue el padre de 4arto, unos días antes de la fiesta, le de" en la mesa. PDna carta de mi chico Pdi"o Muan 8autista al entregarle el escrito. PN6h, !ué alegríaL Peclam el coad"utorP. Quedaos a!uí, 4arto. )/uesto !ue, contra lo !ue yo esperaba y tan ardientemente deseaba, no me será dado por ahora #ol#er a #er a usted ni a mi amada familia, me parecería una desconsideracin imperdonable no mandarles si!uiera unas líneas de saludo. Be todo coraGn le deseo muchas felicidades y toda clase de bendiciones en estos días de /ascua. Quiera Bios nuestro 4eor conser#arle siempre en buena salud y derramar sobre usted abundantes gracias. Espero de bené#ola acogida a mis sinceros deseos, ya !ue le amo y frecuentemente pido a Bios por usted. Estoy seguro, asimismo. de !ue 9F
no ha disminuido el inmerecido cario de !ue usted, con su bondad, me ha dado siempre pruebas. *2o !uiero entretenerlo más y, saludándole con respetuoso afecto, !uedo de su re#erencia el más sumiso y agradecido ser#idor Aiusseppe 4arto. )4eminario diocesano de /adua, &J de abril de &K'&.* PNQué bien escribeL Peclam el padre de 4arto, conmo#ido P /ero me parece !ue aIn se caria un poco. P2o haga caso. + mí me sucedi eactamente lo mismo. /iense !ue el chico aIn no cuenta dieciséis abriles. Es, pues, natural !ue aIn eche de menos el hogar familiar. P4í, debe de sufrir mucho Prepuso el padre de 4arto, preocupado. PEn las #acaciones esti#ales #endrá con toda certeGa Pafirm, como seguro de ello, don MacuGGi, el cual obse!ui a Muan 8autista con un puro de los reser#ados para los días festi#os. /ero también los Iltimos meses de separacin pasaron rápidamente en medio de un acti#o traba"o, y en uno de los primeros días del ardoroso "ulio el carrucho de 3iese, con su borri!uillo, esperaba ante las puertas del seminario. $leno de "Ibilo subi el "o#en abate. Ungel, el cochero, hiGo restallar el látigo y el paciente "umento sali trotando cuanto le permitían las ya an!uilosadas articulaciones de sus huesos. PHabéis crecido mucho, 8eppo Ple di"o el hermano, eaminándole de arriba aba"oP. $as mangas os han !uedado demasiado cortas y los botones están a punto de saltar. P=ienes raGn, Ungel Pasinti 8eppo, sonriéndoseP. $a sotana me molesta pelliGcándome ba"o los sobacos, pero el sastre 8istaco se encargará en casa de arreglarla. $a hiGo cuando estaba en pleno crecimiento. Bespués de tres horas largas cruGaba el carrua"e las calles de Castelfranco. P4lo un elmomento la correspondencia haciendo parar carrucho.para Dn recoger poco impaciente se resign Pdi"o 8eppo Ungel, al retraso, por más !ue apro#echara gustoso la ocasin para saludar y dar los buenos días a Cinna y a su mu"er Clara. 9K
PN6h tI, santo cielo, pero si es mi cardenalitoL Peclam entusiasmado el oficial de correos. -nmediatamente llam a su mu"er y le di"o !ue había !ue romper el cuello a una botella de auténtico telano, pero no pudo lograr !ue 8eppo permaneciera allí por más rato. P%i madre me está esperando Popuso el "o#en abate. tu madreLperfecto =endrá cargo #erdaderamente una gran alegría Pdi"o /aoloPN+h Cinna,sí, haciéndose de la situacin. +sí pues, al pobre borrico no se le concedi más tiempo de reposo y una hora más tarde llegaban a. casa. NQué emocionante encuentro después de tan larga separacinL Be un brinco salt 8eppo del carro, para arro"arse a los braGos de la madre, !ue le estaba aguardando fuera. $uego toda la chi!uillería, saltando y gritando, se agolp en torno al hermano mayor, de modo !ue apenas le de"aban respirar. /or fin sali el padre de casa, !ue estrech reciamente la mano de su primogénito. POa estás de nue#o en casa Pdi"o en a!uel tono reposado y sereno !ue le era propio, pero brillándole los o"os de orgullo y alegría. 4í, ya estaba de nue#o en casa. Bespués de siete meses largos había #uelto por fin a casa. NQué placer #ol#erse a sentar otra #eG a la mesa de la madreL NQué alegría #ol#er a "ugar de nue#o con sus hermanitasL PN/ero si tengo !ue mostraros mis calificacionesL Oa no me acordaba Pdi"o por fin 8eppo. 4arto pudo comprobar con satisfaccin !ue en /adua tampoco se había !uedado atrás. PRHas #uelto a ser el primeroS Ple pregunt. P4í, padre Prespondi el "o#en, radianteP. /ero /ietro @amburlini no me lo ha hecho nada fácil. /ietro, !uiero !ue lo sepáis, es mi me"or amigo. $os primeros pasos del abate se dirigieron, naturalmente, al despacho parro!uial de 3iese. Con amarga sorpresa #io 8eppo !ue don ;usarini ofrecía mal semblante. Bon ;usarini en efecto, padecía de asma y a menudo tosía tan #iolentamente !ue apenas si podía respirar. P4í, mi !uerido 8eppo Pdi"o el párroco cuyos labios dibu"aban una melanclica sonrisaP, no le #a muy bien a mi corpus "umanum. El aire de 3iese no me prueba. El médico considera urgente un cambio de lugar. /or algIn tiempo tendré !ue irme a mi pueblo, %estre, donde mis pobres pulmones no tengan !ue traba"ar tanto. Bon MacuGGi tendrá, pues, !ue lle#ar por algIn tiempo la doble carga. /robablemente allí me"oraré, yo así 9(
lo espero. /ara un hombre de apenas cuarenta aos de edad es algo prematuro fatigarse y sofocarse como un #ie"o. 8eppo, consternado, miraba fi"amente al buen sacerdote. PR/ero regresará de nue#o, si es !ue realmente se #aS N2o !uerrá abandonar su parro!uia para siempreL Pbalbuce el "o#en palideciendo. deteningIn modo, !ue hacerlo está en lasPQuerer manos deabandonarla, Bios. %as no acongo"es porpero eso.tener 2uestros coraGones estarán siempre unidos, Rme oyes bienS, siempre. Esto tiene aire de despedida, pens 8eppo, afligido. P3ogaré por usted todos los días, seor párroco Ple prometi el muchacho al separarse. $a entre#ista en la capellanía fue más alegre. PRQué tal #a la noble seora mIsicaS Pfue una de las primeras preguntas !ue le hiGo don MacuGGi. PBe #eG en cuando me de"an tocar el rgano Prespondi 8eppo. PEn cantar no hay !ue pensar por ahora, por el cambio de #oGT Rsabe ustedS /ero las corales de canto gregoriano se e"ecutan con todo cuidado y aplicacin. P+sí me gusta Preplic, animado, el sacerdoteP. En el canto gregoriano la iglesia reGa, se alegra y llora en lo más íntimo de su coraGn. /ero otra cosa. Hay en 3iese un piano soberbio, un instrumento magnífico. 2os alegraremos mucho de oírte tocar en él. PR4e refiere piano !ue hay en la taberna do )$as dos Hermanas*S /ues nousted es tanalmagnífico. P2o, hombre, noT el piano de !ue yo hablo se halla en el palacio de la condesa %arina $oredonAardenigo. PREn el palacio de la condesaS Ptartamude 8eppoP RO allí tengo yo !ue te a tocarS P2o tienes nada !ue temer. $a anciana condesa es una dama muy bondadosa, !ue no pregunta el srcen, ni la condicin de los !ue #an allí, sino !ue, en el pe!ueo círculo nocturno, !ue sostiene ahora todas las semanas, admite hasta simples artesanos. =I, con !ue tu tra"e talar,+ntonio, no tienesel nada de !ué a#ergonGarte. =e tran!uiliGará saber también estrambtico ser#idor de su ecelencia, toma parte en él. PN4anta %arianaL Peclam 8eppo, riéndose medio consolado P. NCántaroL 4í !ue será di#ertido. F0
P4í y agárrate bien. =ambién el bendito ebanista, /ieto 8attiston, forma parte de la reunin. P+sí, no de"ará de politi!uearse Pobser# Aiuseppe. sobresaltado. P2aturalmenteT eso no puede e#itarse, estando allí el político. /ero su ecelencia escucha con sumo agrado las opiniones de un hombre tan singular, epuestas menudoprimo con mucha gracia. algo temeroso en el 8eppo, !ue ela"ue#es se present palacio, fue realmente recibido con toda cordialidad por la antigua dama de corte de 2apolen -T y durante a!uella noche fue tanto lo !ue se toc, !ue apenas si se habl una palabra de políticaT y hasta el mismo 8attiston, a !uien abrasaba la pasin de analiGar a su gusto las no#edades políticas del mundo y reconstruirlas a su manera, escuch la animada pieGa del abate con paciente resignacin. PN$ástima !ue no te pueda oír ya el bueno de AecherleL Pdi"o, cuando 8eppo hubo NO cuántoaplaudiendo has aprendido desde entoncesL —a capo, da concluidoP. capo, abate Peigi la condesaP, NHa sido una interpretacin mara#illosaL Era la primera #eG !ue alguien trataba a 8eppo de usted y éste se sonro" hasta la raíG de los pelos. PEs !ue #uestra ecelencia tiene un instrumento soberbio P prorrumpi al fin. $a sonata )+ la luG de la $una*, !ue 8eppo comenG a tocar entonces, fue interrumpida de la manera más cmica. Dn gato, perseguido por un perro, atra#es la #entana de un gran salto y fue a aterriGar "ustamente sobre las teclas del piano. 8eppo, asustado, se sobrecogi un poco, pero luego todos se echaron a reír por lo inesperado de a!uel intermeo. [nicamente +ntonio ;eltrin, !ue estaba "unto a la chimenea, murmur algo claramente perceptible para el fino oído de 8eppo> PNCántaroL Oo acabaré con toda la cater#a de gatos. + 8eppo le #ino repentinamente al pensamiento el gato de angora tras!uilado y tu#o !ue hacerse gran #iolencia para poder terminar la sonata. PRQué te ha parecidoS Ple pregunt don MacuGGi, cuando regresaba a casa. PHa sido una noche mara#illosa. $a condesa es #erdaderamente una mu"er bondadosa y en un instrumento tan colosal como el suyo aIn no había tocado yo nunca. F&
En lo sucesi#o 8eppo continu asistiendo al círculo nocturno con toda asiduidad. Be este modo aprendi a mo#erse, sin embaraGo y con modales naturalmente distinguidos, en las casas de las familias nobles. $os cuatro meses de #acaciones habían transcurrido demasiado rápidamente y una dolorosa separacin se imponía de nue#o. el segundo humanidades tu#oe!uisitamente como regente educado de estudios doctorEndon Aiuseppeao Bede3ossi, un hombre de al espíritu y de coraGn. /rofesor de griego fue don +nselmo 4elmi, demacrado y flaco, la figura del perfecto asceta. Era no slo un consumado humanista, sino también un sacerdote e"emplar y modelo, !ue influía poderosamente en la buena formacin del carácter de sus discípulos y !ue con todo y ser etremadamente se#ero para consigo mismo, era apacible e indulgente. Be él oy 8eppo. por #eG primera, el nombre del santo cura de +rs, Muan
PQuiera Bios !ue =eresa no me haya presentado la cosa menos gra#e de lo !ue es en realidad Psuspir 8eppo, alarmado. /ocos días después tu#o la sorpresa de !ue le llamara el rector. Era raro !ue don ;abris citara ante sí a un alumno y cuando lo hacía era casi siempre para amonestarlo. 8eppo hiGo un rápido eamen de conciencia se sintide culpable dedio nada. Oa en yelnomomento entrar se cuenta de !ue el rector no le había mandado llamar para dirigirle una reprensin. =enía !ue ser alguna otra cosa. Bon ;abris mir al "o#en con una mirada llena de dolor y de bondad, mientras le mandaba tomar asiento. P=engo !ue comunicarte una mala noticia Ple di"o el sacerdoteP. 4e trata de un parte llegado de tu casa. =u padre está gra#emente enfermo. PRHa... muertoS Ppregunt el "o#en temblando de pies a cabeGa. P2o, no, pero hay !ue estar dispuesto a todo. =e doy permiso para !ue salgas en seguida. Creo #ienen a buscarte, pero será me"or !ue te pongas ahora mismo en camino. P4í, saldré inmediatamente Pgimi 8eppo. Cuando, consternado, se dirigía, #acilante, a su cuarto, le encontr su amigo /ietro @amburlini, el cual, ad#irtiendo su desconcierto, le pregunt> PRQué ha pasadoS RQué te !uería el rectorS P%i padre Pgimote el "o#enP, mi padre está gra#emente enfermo. muriendo, /ietro,noseme está muriendoT con toda seguridad, por!ue de4e lo está contrario don ;abris hubiera llamado. PCálmate, !ue !uiGá no esté tan mal como te figuras Preplic /ietro tratando de consolarleP.
corriera como cual!uier otro muchacho. Oa estaba llegando a Castelfranco, cuando el "o#en Aiacomo %onico le sali al encuentro en una tartana, don de se hallaba también =eresa, la cual, con los o"os llenos de lágrimas, miraba cmo subía su hermano. PRCmo está papáS Ppregunt 8eppo gimoteando y casi sin aliento. P=iene fiebre muy alta y está constantemente preguntando por #os Pcontest solloGando la muchacha. 8eppo supo !ue su padre había contraído repentinamente una gra#e pulmonía. PRO !ué dice el médicoS Ppregunt el "o#en, cogiendo la mano de su hermana. P=iene muy pocas esperanGas Pcontest =eresaP. 4ería preciso un milagro para !ue papá #ol#iera a ponerse bueno Paadi llorando. -nterminablemente largo le pareci al muchacho el camino, si bien el carro media hora más tarde se paraba ante la casa de sus padres. Dnos momentos después 8eppo caía de rodillas "unto al lecho del enfermo. P/apá, papá Pbalbuce entre lágrimas. PREstás a!uí ya, 8eppoS PMuan 8autista 4arto le#ant los o"os y en#ol#i a su hi"o en una mirada de infinita ternuraP. +hora ya estoy tran!uilo. P PBios os bendiga a todos, a todos... especialmente a ti, 8eppo. $lega a ser un buen sacerdote, un buen... Vstas fueron las Iltimas palabras del pobre alguacil municipal. $uego se desplom sobre la almohada y ya no #ol#i a le#antarse. FJ
%argarita le cerr los #idriosos o"os. =res días después el difunto fue conducido al cementerio, participando en el sepelio toda la aldea. /ara 8eppo fue como si al mismo tiempo se enterrara toda la felicidad de su #ida. =erminado el piadoso acto, el "o#en abate permanecía, desconcertado, con la mirada fi"a la sepultura. 4u acerbo dolor amiga le pri#aba del ali#io !ue proporcionan las en lágrimas. Entonces una mano se pos cariosa sobre su hombro. Cuando #ol#i el rostro, #io a don MacuGGi, !ue le susurr al oído. P
Contrariedades PRQué #a a pasar ahoraS Ppregunt 8eppo a la madre, !ue, enteramente etenuada por el reciente parto y las hondas emociones de los Iltimos días, se #io obligada a guardar cama otra #eGP. Habéis perdido al pro#eedor de #uestro sustento, Rcmo #áis a #i#ir ahoraS PN6h, toda#ía estoy yo a!uíL Preplic Ungel, !ue a la edad de !uince aos se sentía ya un hombre P. El alcalde me ha dicho !ue, por de pronto, desempearé el cargo de alguacil municipal. En cuanto a la correspondencia, estoy seguro de !ue también me será confiada. P/ero todo ello no os proporcionará, ni con mucho, lo más indispensable Ple replic 8eppo, apesadumbradoP. 4in duda tendré !ue permanecer a!uí para ayudaros. P2o, no Prespondi la madre enérgicamenteP. =I te #uel#es de nue#o a /adua. Bios misericordioso seguirá ayudando como hasta ahora. En estos días difíciles, 8eppo, más !ue nunca, ech de menos al buen párroco, !ue siempre había sido para él como un segundo padre. Efecti#amente, desde hacía algunas semanas don ;usarini había establecido su residencia en %estre y era tan delicado su estado de salud !ue por el momento no había !ue pensar en un regreso. F'
POo te ayudaré Pdi"o don MacuGGi al infeliG abateP. =I #uél#ete tran!uilo a /adua. +l despedirse le entreg un brillante florín para remediar las pe!ueas necesidades !ue tiene siempre un estudiante. P2o puedo aceptarlo Pse ecus 8eppo, !ue sabía bien cuán meG!uinos eran los propios ingresos del coad"utor. /ero don MacuGGi le cort la palabra, despidiéndole. +fortunadamente, no tardaron en llegar las #acaciones de fin de curso, así !ue 8eppo pronto pudo ser Itil a su familia. +yud a Ungel en los traba"os de recoleccin, la cual este ao fue muy satisfactoria. 3aras #eces y slo a instancias del coad"utor, #isitaba ahora 8eppo los "ue#es el círculo nocturno de la condesa, y a menudo parecía estar muy le"os de allí, cuando el buen 8attiston eponía sus curiosas opiniones sobre los acontecimientos mundiales. 4obre todo, abate. el fiel $e +ntonio ;eltrin hiGo todo lo posible por yalegrar y distraer al "o#en contaba las cosas más estrambticas chuscas, especialmente historias de la marinería tan espeluGnantes, !ue 8eppo no podía por menos de reir una y otra #eG, a pesar de su tristeGa. Dn día fue 8eppo al palacio por un asunto y encontr a +ntonio solo. Vste, al #er al abate, eclam> PNBemoniosL NCántaroL $os gatos me están haciendo perder el "uicio, pero ahora les #oy a dar el golpe de gracia, te lo aseguro. N4anta %arianaL, ya he ideado mi pe!ueo plan. R2o estaréis pensando en en#enenar a los pobres 8eppo, indignado. PNQué cosas se teanimalesS ocurren, Ppregunt amigoL /ero, NcántaroL, yo tengo ya mi plan, un hermoso plan. $a lustrísima ha salido de #ia"e por &' días. Cuando #uel#a #a a admirarse mucho. PBios !uiera !ue no cometas alguna barbaridad Ple replic 8eppo riéndose. PNBé"alo de mi cuenta, abateL /ero, NcántaroL, no me traiciones. +penas se !ued solo, hiGo entrar a toda la gatería casera en una habitacin. Cual loco furioso se mo#ía entre las pobres bestias, agitando en su mano iG!uierda un rosario, mientras con la derecha blandía una larga #ara de a#ellano y #apuleaba a los gatos !ue maullaban y bufaban, de modo !ue los infelices, no acostumbrados a seme"ante trato, ni mucho menos, !uedaron aterroriGados. Esto lo fue repitiendo día tras día, no ol#idando nunca de agitar pre#iamente su rosario, para !ue los cerebros F9
felinos llegaran a comprender !ue el rosario era el rayo, al !ue in mediatamente seguiría la graniGada de golpes. Cuando por fin la condesa regres a casa, lo primero !ue hiGo fue preguntar por su gatería. P/ues, no sé, ecelencia, !ué ha podido pasarles a los pobres animales Pdi"o perple"o el bellaco, rascándose la ore"aP. Besde !ue la seora parti han comenGado a portarse de un modo tan raro, !ue debo casi creer !ue están poseídos del demonio. PN2o digas tonterías, ma"aderoL Ple replic la condesaP. $o Inico !ue tenían los cariosos animalitos era nostalgia de su ama. P2o, no, ilustrísima Pinsisti el criadoP. NCántaroL, lo !ue están es poseídos. 4u ecelencia podrá #erlo por sí misma. /or la noche toda la ser#idumbre de la casa se reuni con la dama, como de costumbre, para reGar el santo rosario. Bonde!uiera !ue estu#iera la seora, allí se hallaban también los gatos. /ero cuando +ntonio sac su rosario, los animales comenGaron a bufar tan terriblemente escapar de allí en todas las direcciones con tan endemoniada prisa, !ueylaa condesa se !ued como !uien #e #isiones, ante el raro fenmeno. PR$o #e, lustrísima, cmo están endemoniadosS Pdi"o +ntonio triunfanteP. En cuanto #en un rosario, salen bufando cual espíritus infernales. P3ealmente no sé cmo eplicármelo P replic la anciana y piadosa dama, mo#iendo la cabeGa a uno y otro ladoP. /arece !ue, en efecto, tienes raGn, pero con el diablo yo no !uiero tratos. +sí, pues, lo me"orP4í, será !ue mates todos. esolos#a a aser, sin duda, lo me"or Pasinti +ntonio hipcritamenteP. N4anta %ariana, y !ué pena me dan los pobres animalitosL P P%ire, mire, !uerido abate, he tenido !ue mandar matar a todos mis gatos. Estaban poseídos del demonio. RQué opina usted de elloS 8eppo dirigi una rápida mirada al criado !ue, en pie, detrás de la ilustre dama, estaba con el dedo sobre los labios, con"urándole a callar. FF
P4í, yo también creo !ue detrás de todo ello se oculta alguna diablura Prespondi el abate ambiguamente. Cuando más tarde +ntonio, entre guios, le confi la #erdad de lo sucedido, el abate le replic recriminándole> P4ois un torturador de animales, +ntonio, pero tal #eG sea me"or !ue los gatos hayan desaparecido. 3ealmente se habían hecho ya los amos del palacio. El término de las #acaciones tra"o un nue#o y gran dolor. $a seora %argarita perdi a su Iltimo hi"o, como había perdido el primero. En la maana del día de difuntos se realiG el entierro. PEstá con Bios y con papá Pdi"o 8eppo a su llorosa madre, tratando de consolarla. +sí pues, el abate comenG el nue#o semestre con el coraGn apenado. Bon Corradini, el nue#o regente de estudios, hombre de #asta cultura y ecelente formacin espiritual, design a 8eppo como prefecto de curso, confiando así al "o#en abate un puesto de gran responsabilidad, pero cuyas espinas no tardaría mucho en conocer. En a!uel ao fue nombrado como segundo #icerrector del colegio el "o#en sacerdote don %orelli, el cual tenía sin duda las me"ores intenciones para con sus discípulos, pero temía siempre por su autoridad y trataba de robustecerla gracias a un porte sombrío, constantes amenaGas y eagerado rigor, medios !ue, aplicados a seminaristas cuya edad poco o nada se compadecía con la discrecin y mesura, no podían dar buenos resultados. %enudeaban los conflictos, y más de una #eG el rector, don ;abris, había in#itado bondadosamente al nue#o #icerrector a !ue procurara mostrar un poco más de comprensin para con los "#enes, puesto !ue sus desapacibles e irritantes maneras no podían producir más !ue a#ersin a su persona. P=engo !ue mirar por mi autoridad Pera la in#ariable respuesta de %orelli. PQuerido amigo, nuestros "#enes seminaristas no se doblegarán nunca a la autoridad de un tirano, sino Inicamente a la de !uien con #erdadero amor paternal sepa gran"earse el aprecio y la #eneracin. PR+sí !ue me llama usted tiranoS Psolt %orelli, ofendido. FK
P2o es eso, no es eso Ple respondi el rector sonriéndoseP. En realidad, no tiene nada de tirano, pero se comporta como tal, por!ue trata de esconder su falta de confianGa en sí mismo ba"o la máscara del déspota. Querido compaero, créame usted, nuestros "#enes tienen un gran talento para #er tras de la máscara y con su agudo don de obser#acin prontamente descubren lo !ue hay tras ella. 2o me etraaría !ue a no tardar mucho tu#iera !ue con#encerse de manera harto desagradable de lo falso de su sistema. PCuando estoy en clase me considero muchas #eces como un domador en el circo. Ceda uno en lo más mínimo, y le saltarán las fieras al cuello Pconfes el infeliG profesor. PEs cierto !ue conoGco bien poco el arte de los domadores Preplic don ;abris mo#iendo la cabeGa a uno y otro ladoP, pero creo !ue las fieras solamente se rebelan cuando sienten !ue el hombre del látigo les tiene miedo. /ero nuestros internos no son ni lobos ni tigres, sino mu chachos, !ue puede uno meterse en el bolsillo con tal !ue sepa mane"arlos. PRBeberé, pues, darles aGIcarS Psonri %orelli irnicamente. PN/or amor de BiosL 4ea usted enhorabuena se#ero con los "#enes, pero muéstreles afecto. P=engo muy poca simpatía por estos moGalbetes !ue me amargan la #ida. P4i es así, !uerido amigo, ha errado usted su profesin. P=engo brillantes calificaciones del tiempo de mis estudios Pob"et %orelli, ofendido. PNCalificaciones, calificacionesL N
cabeGa, o bien !ue el #icerrector, después de la con#ersacin con el director del colegio, se mostraba toda#ía más sombrío e intratable !ue de ordinario, el caso es !ue los muchachos se confabularon para tributar a don %orelli esa noche en el refectorio un especial recibimiento. +penas el #icerrector, autoritario y sombrío como siempre, penetr en la sala en !ue los alumnos se habían reunido para la cena, cuando de un ángulo reson de repente un agudo silbido. Vsta fue la seal para un tumulto inaudito. $os muchachos gritaban, gesticulaban y se re#ol#ían como locosT repi!ueteaban con los platos, golpeaban la mesa con las "arras de agua y alborotaban con tal desenfreno, como si de repente se hubieran con#ertido en una horda de demonios desencadenados. $os estudiantes del primer ao de filosofía, al !ue pertenecía Aiuseppe 4arto, sobrepasaron a todos los demás con infernal griterío. 8eppo se puso pálido de terror cuando reson la seal para la manifestacin de la singular protesta. 4abía !ue sus camaradas, desde hacía ya algIn estaban tramando algo parecido, no podía creer !ue fuerantiempo, a lle#arlo a la práctica, tanto menos cuantopero él había puesto todo su esfuerGo por disuadirles de tan insensato intento. +hora era demasiado tardeT toda palabra amonestadora !uedaba ahogada en el tumulto atronador. %orelli se hallaba impotente y temblando de pies a cabeGa ante la desmandada pandilla. 4u rostro estaba blanco como la pared. El escándalo arreciaba cuando el rector acudi presuroso al lugar del infernal espectáculoT a su presencia ces el alboroto tan repentinamente como habíaPRQué comenGado. significa estoS Ppregunt don ;abris se#eroP. R/or !ué clérigos, !ue #isten ya la sotana eclesiástica, se conducen como caníbales borrachosS =odo el mundo callaba, como petrificado. 3epentinamente se había hecho tal silencio, !ue podía oírse el tictac del relo" de pared. El rector llam entonces a los cuatro prefectos del curso. PRQuién es el !ue ha empeGado el barulloS Ples pregunt. P$os del primer ao de filosofía, y son, además, los !ue más #ergonGosamente se han conducido Pcontest don %orelli en lugar de los interrogadosP. Dno de ellos dio la seal de rebelin mediante un estridente silbido. PRQuién fue, pues, abate 4artoS Ppregunt el rector al prefecto responsable. K0
Aiuseppe permaneci en silencio. PRConoces al "o#en !ue dio la sealS P4í, le conoGco Pcontest 8eppo. 4abía muy bien !uién era el !ue con el dedo en la boca había silbado. PEntonces, dinos !uién fue Pinsisti don ;abris apremiándole. P/or fa#or, ahrreme la respuesta. 2o puedo ser el delator de uno de mis camaradas. %ientras el rector contemplaba al "o#en con secreta complacencia, titubeando en hacerle una segunda pregunta más apremiante, grit don %orelli, furioso, al prefecto> PN/ara un clérigo digno no puede haber camaradería con rebeldesL P/or fa#or, !uerido colega, ahora dé"eme a mí la tramitacin del asunto Ple ata" el rector con alguna dureGaP. /ero si tI no !uieres hablar, yo debo hacerte responsable de todo como prefecto !ue eres del curso Pdi"o, dirigiéndose de nue#o al abate 4arto. P/ues castígueme usted a mí, re#erendo. %e repugna hacer el papel de delator. %as si como prefecto #engo obligado a ello, destitIyame ahora mismo del cargo, se lo suplico. P8ueno, ya #eremos Pdi"o el rector dando por terminado el interrogatorioP. $uego irás a mi habitacin, abate 4arto. O ahora empeGamos con la bendicin de la mesa. 8enedícite. Esta noche, pudo notarse !ue los "#enes tenían poco apetito. 8eppo apenas pudo tragar un bocado. 2adie escuchaba la lectura, !ue daba uno de los seminaristas con #oG apesadumbrada. El rector recibi al prefecto de curso mucho más sosegado de lo !ue se había esperado. PAiuseppe Pdi"o al #isitante, al mismo tiempo !ue con un mo#imiento de cabeGa le in#itaba a entrarP, estimo en lo !ue #alen los moti#os !ue te han inducido a de"ar sin respuesta mi pregunta. 2o, no me digas nada, te comprendo perfectamente, y slo !uisiera saber de ti cmo ha podido suceder una cosa seme"ante. /or!ue, al fin y al cabo, el tumulto ha sido un atentado inaudito contra la disciplina de nuestra casa, lo cual es una falta imperdonable. PR/uedo eponer con toda fran!ueGa mi opinin sobre este asuntoS Ppregunt 8eppo, mirando serena y candorosamente al director del colegio. PClaro !ue sí.
POo no soy !uién para criticar a uno de mis superiores Pcontest el abate, titubeandoP. /ero creo !ue el propio don %orelli tiene parte de culpa. $os "#enes están heridos por el modo como nos trata. 2o llega a comprendernos. PR=e pareceS El rector perple"o,y colaborador. la #ista. +nte el "o#en no podía tomar partido en contra de unba", compaero PBon %orelli tiene con #osotros las me"ores intenciones. Bebierais esforGaros por entenderle y haceros cargo de su modo de ser. P+ ningIn otro profesor le hubiéramos hecho una cosa seme"ante P asegur 8eppo con firme con#encimiento. P2o te lo niego. +hora #ete, Aiuseppe, y no #uel#as a decirme !ue !uieres de"ar tu cargo. =I continIas siendo prefecto de curso y creo !ue tus camaradas estarán conformes con ello. Cuando 8eppo sali del cuarto se encontr, "unto a la puerta, con un condiscípulo !ue, no sin raGn, tenía en la clase fama de sopln. PRQué !uieres hacerS Ple pregunt 8eppo, tratando de detenerle. /ero el otro se deshiGo de él y llam a la puerta. Bon ;abris recibi al nue#o #isitante con epresin muy poco amistosa. PRQué es lo !ue !uieresS Estoy muy ocupado. POo sé !uién fue el culpable en el tumulto del refectorio P tartamude el alumno modelo P. ;ue $uigi /elá, del primer curso de filosofía. %i conciencia me obliga a denunciarlo. PN+sí !ue tu conciencia, abate BemondoL 8ien, está bien. Oa castigaré al instigador de tan inaudito suceso. =I, naturalmente, no habrás participado en nada. PN6h, no, re#erendo, de ningIn modoL Prespondi el otro rastreramenteP. 2unca me hubiera atre#ido a hacer cosa seme"ante. P4í !ue lo creo, abate. O ahora dé"ame solo. $uigi /elá fue castigado con dos horas de arresto y recibi una se#era reprensin. yo pesco alRConoces su"eto !uetI,me ha delatado, lo 8eppoS hago aicos Pgritaba $uigi,P4i enfurecidoP. acaso, al traidor, Ppregunt al prefecto del curso, de !uien, #agamente, sospechaba. POo no lo sé Prespondi Aiuseppe, aun!ue bien podía suponer !uién había sido el traidor. K:
PRHas sido tI mismo acaso el !ue ha chismorreadoS Paadi el castigado. 8eppo se ale" sin darle respuesta alguna. PEres un asno, $uigi Ple di"o /ietro @amburlini defendiendo al amigoP. /arece !ue aIn no conoces a nuestro 8eppo. P=ienes raGnpuede Pasinti $uigi, refleionandoP. Quiero pedirle perdn, pero R!uién haberme traicionadoS P=al #eG fuera me"or !ue te las entendieras con Bemondo Pinsinu el "o#en conde Emo CapodilistaP.Oo he #isto a la araa arrastrarse hasta el cuarto del rector, precisamente cuando 4arto salía de él. PN6h, cmo no se me ha ocurrido !ue pudiera haber sido élL Pgrit $uigiP. /ero ese chico modelo #a a recibir una buena leccin. 4in duda se habría #uelto a armar una regular camorra si 8eppo no se hubiera interpuesto, inter#iniendo enérgicamente. P=I no puedes probar nada en contra de él, $uigi Ple di"o 8eppo en su modo sereno y categricoP. /or otra parte, has de reconocer !ue te has comportado pésimamente. PN$árgate de a!uí, mocosoL P di"o $uigi, soltando por fin al traidor. /or otra parte, el abate Bemondo no podía eplicarse cmo el rector, a partir de entonces, no le mostraba el aprecio de !ue él se consideraba merecedor, sino muy al contrario, le trataba con una frialdad manifiesta, mientras 8eppo parecía haber subido en su estimacin. Bon %orelli. en cambio, abandon el colegio pocos días después. El fin de este ao escolar tra"o a Aiuseppe una nue#a y especial desilusin. Bon ;usarini había renunciado definiti#amente a su ministerio de 3iese. Dn nue#o párroco #ino a ocupar el puesto #acante, y don MacuGGi fue trasladado a
8attai, carecía del porte bondadoso y paternal de su predecesor. 8eppo hiGo su primera #isita al párroco con el coraGn oprimido. P+bate 4arto, sí, ya sé. /ase usted Pdi"o don /amio, recibiendo al #isitante más bien con frialdad. Oa el tratamiento de )usted* fue para 8eppo como un "arro de agua fría. P4u predecesor me tuteaba, re#erendo. P4í, claro, él le conocía a usted, sin duda, desde su infancia, pero nosotros nos #emos ahora por primera #eG. 4iéntese. Espero !ue usted no sea tan raro como sus paisanos de 3iese. 2o puedo menos de decir !ue es éste un pueblo de testarudos e indciles. $a #erdad, no me gusta nada. P4u predecesor se entendi admirablemente con la gente Ple ob"et 8eppo, herido. P%i predecesor, mi predecesor. RCuántas #eces #oy a tener !ue oírloS Es !ue don ;usarini era un hombre enfermo, !ue todo lo de"aba pasar. /ero yo pondré orden en 3iese, puede usted estar seguro de ello. 8ueno, ahora cuénteme usted algo de /adua. RQué hay de nue#oS 8eppo le cont el tumulto del refectorio, por no acudírsele de momento otra cosa, lo !ue se eplica por el hecho de !ue las maneras del atrabiliario párroco le recordaban in#oluntariamente la figura del infortunado don %orelli. P$os nue#os clérigos se muestran cada día más rebeldes P refunfu don /amioP. Besde los aos de la re#olucin los futuros sacerdotes #an perdiendo más y más el respeto a sus superiores. /ero, en fin. ahora #aya usted con Bios. =engo mucho !ue hacer. %ucho le cost a 8eppo ocultar su desilusin al salir del despacho parro!uial. En todas partes se oían !ue"as contra el párroco, como bien pronto hubo de comprobar, y precisamente a él, al abate, abrían los descontentos su coraGn. PNEh, 8eppoL Ple llam 8attiston, el )político*P. RQué me dices de un párroco !ue ni si!uiera predica los domingosS 2o nos ha eplicado el e#angelio ni una sola #eG. PNCántaro, 8eppoL, Nmira !ue tenemos un párroco ecelente en 3ieseL Peclam +ntonio, el criado de la condesa, sumándose también al coro general de las lamentaciones. PHa prohibido !ue se le llame durante la noche para un enfermo. RQué te pareceS KJ
P2o !uiere tratos con la gente humilde Pse lament asimismo el sastre Aiacinto 8istacco, !ue una #eG más hubo de acomodarle y arreglarle la sotanaP. Bon ;usarini tenía siempre una palabra amistosa para todo el mundo y si uno se encontraba con él le ofrecía la ca"ita del rapé. /ero el nue#o seor apenas si se digna saludar. RQué piensas de ello, abateS /ara colmo de desgracias, el párroco y el coad"utor no parecían entenderse mutuamente. Bon )$a casa parro!uial se ha con#ertido en un #erdadero desierto, ya !ue en ella no se dedica ni un momento a la #ida de relacin. *+sí pues, la mayor parte del tiempo #i#o retirado en casa. Be #eG en cuando #isito alguna familia amiga, pero por todas partes es necesario andar con mucha cautela, pues en cuanto #en al abate, comienGan a contarle la aburrida historia sobre nuestro párroco, el cual hay !ue re conocerloX, es un seor muy especial. *N
2o, 3iese, no era lo de antes y 8eppo se sinti contento cuando, el día de san %artín, pudo embarcarse en el coche !ue lo lle#aría a /adua para cursar el Iltimo ao de filosofía. +sí se consagr al estudio con el mayor celo y al fin del cuarto curso pudo mostrar a su madre unas brillantes calificaciones. Dna #eG más había obtenido el nImero uno entre los ( condiscípulos de su clase. 4iempre !ue 8eppo se hallaba fuera ayudando a su hermano en la recoleccin, mamá %argarita mandaba a =eresa o a 3osa !ue le leyeran de nue#o las calificaciones de su primogénito, a pesar de !ue al final las sabía ya de memoria. $entamente repetía luego las calificaciones> Reli%i&n6 sobresaliente con mencin honorífica, por haber demostrado el más alto interés por todos los aspectos de esta asignatura. Filoso7ía6 sobresaliente. Como buen pensador se distingui tanto por la profundidad como por la precisin de los conocimientos ad!uiridos en el estudio de esta materia. por la facilidad para eplicar los clásicos, 8taliano6 sobresaliente correccin de estilo y por los #astos conocimientos de la historia de la literatura. Latín6 sobresaliente por la eacta eplicacin y traduccin y por la gran pureGa de estilo. 'rie%o6 sobresaliente por sus #astos conocimientos gramaticales y la gran eactitud en traducir y aclarar conceptos. 'eo%ra7ía e "istoria6 sobresaliente por los etraordinariamente ricos conocimientos de los sucesos de la historia actual y de su conein cronolgica. !atem9ticas6 sobresaliente por su felicísima y natural aptitud para esta ciencia y por la gran habilidad en la solucin de problemas algebraicos y geométricos. Física y ciencias naturales6 sobresaliente por su claridad de pensamiento y por sus #ariados y coordinados conocimientos. Es cierto !ue muchas de las misteriosas calificaciones permanecieron ininteligibles para la seora %argarita, pero ésta comprendi suficientemente !ue su hi"o había traído a casa unas notas etraordinarias y !ue todos los profesores estaban contentos de él. NCmo no había de estar orgullosa de su primogénitoL K9
Sacerdos in aeternum# $as campanas tocaban a muerto. Dna siniestra epidemia consumía las #idas. El tan temido clera había hecho su aparicin en medio de la prima#era del ao &K'' por todo el país, y pronto hiGo numerosas #íctimas en las ciudades y en las aldeas. =odas las escuelas cerraron sus puertas y también el seminario de /adua despidi a sus alumnos. Aiuseppe, !ue en otoo había comenGado el primer ao de teología, regres a casa muy deprimido y poco goGoso de la inesperada libertad. =ambién en 3iese se encarniGaba la )muerte aGul*. El sepulturero tu#o !ue pedir ayuda, pues apenas había casa !ue se #iera libre de la #isita del monstruo. Con gran ali#io pudo comprobar 8eppo, a su llegada a casa, !ue todos los suyos estaban sanos, aun!ue la epidemia se hacía cada #eG más encarniGada. Be todas partes acudían en peregrinacin al santuario de 2uestra 4eora de Cendrole procesiones de penitentes. Dn sinnImero de #elas ardían ante la santa imagen y numerosos grupos de hombres angustiados y oprimidos suplicaban la sal#acin de sus allegados enfermos y la cesacin de la terrible plaga. En los meses esti#ales enferm también don /amio. El "o#en 4arto se ofreci sin titubeos para asistir al enfermo, y durante muchas noches #el "unto al lecho del enfebrecido. PRCmo sigue don /amioS Ppregunt una maana +ntonio, el criado de la condesa, cuando Aiuseppe abandonaba la casa parro!uial. P2o #a nada bien Pcontest el telogo, rendido de sueo por la prolongada #igilia. P N4anta %arianaL 8ien pudiera ser !ue ya no se le#antara. NCántaroL 4abe Bios !ue no le deseo nada malo, pero también un párroco tiene !ue morir y si el clera lo ha cogido, "um, el clera no gasta bromas y, además, ya tengo sucesor para él. P/ero R!ué modo de hablar es éseS Ple reprendi 8eppo. P2ada, nada, si el capitán muere, otro tiene !ue ocupar el puente de mando ypara es con#eniente con de tiempo. conoGco a unsería, diestro timonel la na#ecillapre#erlo eclesiástica 3iese.Oo NQué hermoso si nuestro #ie"o y amado don MacuGGi #ol#iera entre nosotros como párrocoL PRBon MacuGGiS P eclam 8eppo, brillándole los o"os de goGo. KF
P4í, y un segundo timonel tengo yo ya en cartera. Bentro de un par de aos podría entrar en ser#icio. PR+ !uién os referísS P+ un cierto Aiuseppe 4arto Prespondi el #ie"o marinero, riéndose maliciosamenteP. NCántaroL, N!ué bien estaría la cosaL /odríais #i#ir "untos en la parro!uialT grande y también tengo!ue un cocinero. 4ecasa necesita, y creo es !uesuficientemente un hombre cuadra me"or en la cocina una solterona etra#agante. PRO cmo se llamaría el cocineroS Ppregunt 8eppo, sonriente. PN+ntonio ;eltrinL Pdi"o el criado maliciosamenteP. $a ilustrísima está ya en la edad de preparar el e!uipa"e para el #ia"e al cielo. +demás, aIn puede atrapar el clera, como ocurri a su marido, el seor conde, !ue no hace mucho muri en
$a peste no cedi hasta !ue hubieron pasado los más fuertes ardores del #erano. 4us Iltimas #íctimas fueron también enterradas. Entre los !ue se sal#aron de sus garras estaba don /amio, el párroco de 3iese. PNQué lástimaL +hora ya no hay nada !ue hacer con nuestro plan P se lament +ntonio, muy poco cristianamenteP. NCon lo bien !ue yo lo había arreglado todoL PHabéis hecho muy mal deseando la muerte del párroco Ple reproch el "o#en 4arto, mo#iendo la cabeGa a uno y otro lado. PN6h, pero !ué piensas tIT si le amo como a un hermanoL 4lo !ue me hubiera gustado mucho !ue a!uella #eG hubiera estado en HonolulI. =ambién al capellán del barco le lle# la peste Paadi ;eltrin. PN4ois incorregibleL El día de la fiesta de san %artín el seminario de /adua #ol#i a abrir sus puertas por tanto tiempo cerradas, y Aiuseppe se sentía contento de poder reanudar sus estudios. /or fin fue descargado de su oficio de prefecto de cursoT en cambio, acept la direccin del canto coral entre los clérigos, una tarea !ue en ningIn modo eigía de él menos cuidados. Como #eterano prefecto de curso recibi de sus profesores y condiscípulos el honroso título de )abate giubilato*. Es lo cierto !ue ahora goGaba de ciertos pri#ilegios. He a!uí lo !ue a su #ie"o maestro escribía el :' de no#iembre de &K'9> )%is superiores, atendiendo bondadosamente a mis sIplicas, me han eimido del ser#icio de prefecto,decargo he #enido desempeando durante cuatro aos. Bescargado todos!ue los incon#enientes, participo, en cambio, de todos los pri#ilegios. 4e me ha asignado un cuartito apartado, donde no se oye más !ue las campanas y la hora. :uid melius *Be paseo, ya no #oy más en a!uellas largas filas, !ue ponen compungido al !ue las #e, y mucho más aIn a los !ue tienen !ue formarlas. +hora salgo con un buen camarada de curso, amigo mío, sin otro acompaante. -magínese si estaré contento. *+sí puedo irme preparando poco a poco, para !ue cuando un día sea coad"utor, la #ida un cuarto de estudioy no se me haga aburrida. $os superiores de solitaria a!uí me en llaman \el "ubilado], tienen toda la raGn, aun!ue de #eG en cuando me hacen algIn pe!ueo encargo, !ue lo e"ecuto gustoso, para corresponder en algo a sus bondades.* K(
En los Iltimos aos de seminario, Aiuseppe 4arto fue subiendo paso a paso hacia la meta soada. Bespués de las cuatro rdenes menores recibi la dignidad y la carga del subdiaconado en un resplandeciente domingo #eraniego del ao &K'F. En este momento 8eppo renunci a todas las aspiraciones terrenas, arro"ando su "o#en coraGn en las llamas del amor eterno. O sigui subiendo hacia la montaa santa. En febrero del ao siguiente, el obispo de =re#iso, en la capilla del mismo seminario, le coloc la estola sobre los hombros. En la fiesta del sagrado CoraGn, el diácono, recién ordenado, predic por primera #eG en la iglesia parro!uial de 3iese. $a apiada comunidad de fieles miraba, epectante y respirando apenas, al "o#en predicador, el cual comenG algo inseguro, pero luego, perdiendo todo embaraGo, habl con tan ardiente pasin del amor del coraGn de Cristo y de sus mara#illas, !ue conmo#i a todos sus oyentes. $a seora %argarita apenas si se atre#ía, al principio, a alGar la #ista hacia su hi"o, pero cuando lo hiGo ya no pudo apartarla más de él, !ue con tanto entusiasmo anunciaba la palabra de Bios. N4i el padre hubiera podido #i#ir esta hora, el pobre y sufrido alguacil municipal, !ue tan orgulloso había estado siempre de su primogénitoL 4in duda le estaría escuchando desde el cielo, se consol la mu"er. Aiuseppe #io !ue en casa se encontraban en situacin angustiosa. En la !uinta del ao &K'F, Ungel había tenido muy mala suerte y ahora estaba cumpliendo su ser#icio militar en un cuartel austríacoT así, pues, las hermanas y la madre tenían !ue esforGarse en el traba"o. =eresa se había casado con 8autista /arolin, el hi"o del cantinero de )$as dos hermanas*. P2osotros salimos adelante Ple aseguraba mamá %argarita, siempre !ue Aiuseppe, solícito, le preguntaba cmo iban las cosasP. $o importante es !ue tI llegues a la meta. Con el coraGn oprimido regres el diácono a /adua y se sepult totalmente en la soledad de su celdilla para prepararse a la Iltima mara#illa de la gracia, lo !ue hiGo con toda tran!uilidad y firmeGa de coraGn. 2i un momento le atorment una duda sobre su #ocacin, de la !ue estaba completamente seguro, aun!ue temblase ante el misterio de la eleccin. 4i le asaltaba elluG desaliento, se refugiaba en el tabernáculo y al resplandor de la #acilante de la lamparilla recuperaba la paG. +In siguieron semanas de secreta ansiedad. El candidato al sacerdocio toda#ía no tenía la edad reglamentaria, le faltaban aIn más de ocho meses. /or fin lleg de 3oma el deseado bre#e. /ío -7 le concedía la (0
dispensa correspondiente. Aiuseppe se hallaba ante la sagrada puerta y sabía !ue se le abriría. Concluidos los eámenes y los e"ercicios espirituales para rdenes, regres a 3iese, para dirigirse pocos días más tarde a Castelfranco, donde monseor Aio#anni +ntonio ;aria, el obispo de =re#iso, ordenaría de sacerdotes a los diáconos de su dicesis. En la maana del &K de septiembre, una densa niebla se etendía por toda la comarca, aIn dormida. $a condesa Aardenigo había en#iado su calesa y +ntonio, de uniforme, en su me"or frac, sentado en el pescante, hacía trotar a sus caballitos. +l lado del "o#en diácono se sentaba su madre, por cuyas gastadas manos se desliGaban las cuentas del rosario. En los asientos de enfrente iban sentadas 3osa y +ntonia, !ue permanecían en respetuoso silencio. =eresa, %aría, $ucía y +na seguían a la cabeGa en otro carrua"e !ue guiaba 8autista /arolin. NCuántas #eces había recorrido Aiuseppe el camino de 3iese a Castelfranco con calor y frío, con nie#e y llu#ia torrencial, siempre descalGo para economiGar los GapatosL N3ealmente, había sido largo el camino, !ue ahora le lle#aba hasta las gradas del altarL Cuando el #ehículo lleg a la #ie"a ciudad con sus muros cubiertos de hiedra, se disipaba la niebla. PNEl sol se abre pasoL Peclam +ntonia en #oG ba"a. P4í, el sol Pasinti la madre, pero luego puso el dedo sobre los labios indicando silencio. 2ada debía perturbar el piadoso recogimiento de su hi"o. Cien candelas brillaban en torno al altar mayor, en el !ue destacaba la soberbia imagen de la madonna de Aiorgioni, cuando los diáconos, lle#ando encendidos en sus manos los cirios del sacrificio, entraron en la catedral de Castelfranco. NCuántas #eces el pe!ueo 8eppo había orado en este santuario, al sentir su coraGn oprimido, por!ue la ansiada meta le parecía estar a distancia inaccesibleL +hora ya la había alcanGado. =odas las pri#aciones, fatigas y preocupaciones serían sobreabundantemente premiadas en este día. Bespués de la yepístola, el obispo tomllamados asiento en situado ante el altar mayor, seguidamente fueron porelsutrono, nombre los candidatos. —/dsum Pcontestaban los diáconos. (&
—/dsum Pcontest también Aiuseppe 4arto, cuando reson su nombre. Era la Iltima llamada de Bios y el "o#en diácono respondi a ella con un firme y decidido ;/dsum, a!uí estoy, 4eor, hágase en mí segIn tu palabra*. /or fin lleg el #enturoso momento en !ue el obispo le impuso las manos, le ungi con el leo de los escogidos, le entreg el cáliG y la hostia y despleg sobre sus espaldas los ornamentos sacerdotales. —
P8eppo, Rte acuerdas aInS Ple di"o su madre, cuando estu#ieron de nue#o en casa P, Rte acuerdas de las Iltimas palabras !ue te di"o padre en el lecho de muerteS PRCmo podría ol#idarlas, madreS Prespondi el nue#o sacerdote. PHoy yo te digo lo mismo y otra cosa no sabría decirte en este tu día. 4é un buen hi"omadre mío. Prepuso el recién ordenadoP. /ero POo os hesacerdote, bendecido, ahora bendecidme #os a mí, para !ue cumpla el Iltimo deseo de padre. $uego dobl sus rodillas ante su madre y ésta, poniéndole sus traba"adas manos sobre la cabeGa, le di"o> PN4é un buen sacerdote, 8eppoL
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4l nue-o coadjutor PNCon!ue es usted el nue#o coad"utorL Peclam el párroco de =ombolo, don +ntonio Costantini, obser#ando atentamente al "o#en sacerdote !ue, frente a él, se había sentado a la mesa. PNBon Aiuseppe 4arto, de 3ieseL 4í, ya sé. He oído decir !ue en el seminario ha sido usted una especie de muchacho lumbrera, sin duda un sabio, RnoS NMumL En honor a la #erdad, debo decir !ue al oírlo sentí mucho miedo. P/ero, Rpor !ué, seor párrocoS Ppregunt don 4arto, sonriente. P2o sé, pero suele ser así Pcontest el pe!ueo párroco perple"o, mo#iéndose en su silla a uno y otro lado P. Con las lumbreras muchas #eces es difícil entenderse. 2o es !ue esté en contra de la ciencia sagrada. /ero los intelectuales muchas #eces no sir#en mucho para la #ida práctica. /iensan !ue todo debe ocurrir como está escrito en los gordos #olImenes !ue han leído y, sin embargo, con harta frecuencia la realidad es muy otra. Bígame usted sinceramente, Rno es cierto !ue tu#o una gran desilusin al conocer su nombramiento para =omboloS N2o es más !ue un pe!ueo y humilde nido de labradores y ganaderosL 4in duda tendría usted otras aspiraciones muy distintas, Rno es #erdadS PBe ningIn modo Pdi"o 4arto, sonrienteP. %e sentiré a!uí perfectamente, pues yo #engo de una pe!uea aldea. %i padre era alguacil municipal en 3iese. +sí !ue ya #e. 2o, seor párrocoT estoy realmente muy contento. PEso me alegra mucho. /ero ahora acaba usted de salir del seminario pro#isto de un montn de ideales y !uerrá con#ertir el mundo entero, alcanGar las estrellas del cielo y !ué sé yo cuántas cosas más. 4in (J
embargo, pronto empeGará a obser#ar !ue eso de con#ertir el mundo es un asunto harto difícil y por lo !ue atae a las estrellas... PBe"émoslas tran!uilas en el cielo, !ue allí están bienT es eso lo !ue usted !uiere decir, RnoS Ppregunt el coad"utor, humorísticamente. P4í, ése es precisamente mi parecer Pconfirm el párroco, ali#iado P. Espero !ue no yserá usted un asceta intratable. P$angostas miel sil#estre no entran en mi régimen alimenticio. PEso me alegra. RO !ué piensa usted de un #asillo de buen #ino tirolésS Ppregunt don Costantini, espiando la respuesta. PQue no es de despreciar. PRO de un "ueguecillo de tiempo en tiempoS %e refiero a una partidilla inocente de malilla o de tresillo de #eG en cuando. PEn 3iese había un pe!ueo círculo de socios, en el !ue algunas #eces también consultábamos el libro de los reyes. 4i esto le produce placer, gustoso me presto a ello, con tal de !ue no sea muy a menudo. P%uy raramente Peclam el párroco con #i#eGa P+caso una #eG a la semana, la tarde de algIn domingo libre, o cosa así. PConforme. PN%il rayosL +hora me agrada usted muchísimo más !ue antes. O en cuanto al tabaco, Rfuma ustedS P4iento tener !ue desilusionarle en esto. 2o fumo. POo tampoco.
)muchas gracias, re#erendo*. O he a!uí !ue ya está medio reconciliado y se le puede hablar. PEso me parece e#idente Pasinti 4arto, a !uien su mara#illoso "efe le iba gustando cada #eG más. P4í, y cuando yo mismo estoy a punto de estallar y desearía descargar alguno comonaturales el mismo rayo la piense yo soy hi"o labrador desobre Cortina, cuyos tienen sangre!ue calienteX, tomodeenun seguida una porcin de rapé e inmediatamente comienGan a #erse las cosas de otra manera y el párroco ya no muge como un buey, sino !ue habla como un hombre raGonable debe hacerlo. /or tanto, aprenda usted a tomar rapéT se lo aconse"o. +hora tome usted una porcin. Haciendo un esfuerGo tom don 4arto con la punta de los dedos un poco del pol#illo de rapé y lo introdu"o en la nariGT al instante comenG a estornudar una docena de #eces con todas sus fuerGas. PNBios le ayudeL Peclam párroco, a !uien tanto reir, se sí, le llenaron los o"os de lágrimasP. 4í, yelahora estará usted de pensandoT pues !ue mi nue#o "efe es un santo bien singular. Oo pensaba !ue me preguntaría cuál de los santos padres leo con más predileccin, cuáles son mis autores preferidos para la predicacin y cosas seme"antes... en cambio, resulta !ue me eamina de tresillo y malilla, de #ino tirolés y de pol#o de rapé. NEhL Biga la #erdad, Rha pensado usted esto, sí o noS PNCmo descubre usted mis pensamientosL PR sus ingresos son bastante modestos. Bespués de la recoleccin dé una #uelta por el pueblo en un carro, !ue cual!uier labrador podrá prestarle, y reco"a cuanto trigo y maíG !uieran darle esos #ie"os a#aros. Estipendios de misas tendrá también algunos. $os emolumentos e#entuales son, por desgracia, igual a cero, a no ser !ue algIn ganadero, en una boda o en un bautiGo, le ponga en la mano un par de cruceros. + mi sobrina páguela usted de los ingresos de su colecta de #erano, un modesto bolo para pan y polenta. +hora sí !ue está usted desilusionado del todo. (9
P/ero Rpor !uéS Peclam 4arto, sonrienteP. Oo confío en Bios y en su sobrina ;ilomena. PNEso es deliciosoL Pdi"o, contento, el párrocoP. +hora mismo tengo !ue... NEh, ;ilomena, #en a!uí un instanteL Pgrit don +ntonio Costantini, abriendo la puerta. aldeanalas de manos sonro"adas y de unos #einte aos entr Dna en elmuchacha cuarto secándose con elme"illas delantal. PREs !ue se está !uemando algo, tíoS PEl nue#o coad"utor dale la mano, ;ilomenaX. El nue#o coad"utor don 4arto acaba de hacer ahora mismo su confesin de fe. RO sabes tI !ué es lo !ue ha dichoS NOo confío en Bios y en su sobrina ;ilomenaL RQué te parece, muchachaS P /ero, tío, está usted desconcertando al pobre seor Pdi"o, riendo, la chica. PNBe !uéL %as dime, R!ué te parece el nue#o coad"utorS PDn buen moGo Prespondi ;ilomena con sinceridadP. [nicamente !ue muy delgado. /ero ya nos encargaremos de alimentarle bien. PEso es cosa tuya, muchacha. =ambién sabe "ugar a la malilla y al tresillo. P4í, ésa era su principal preocupacin, tío. PCalla la boca, tontina. RQué #a a pensar sino el seor 4arto de su párrocoS /ero ahora trae una botella de #ino tirolés. He de brindar con mi nue#o colaborador en la #ia del 4eor. =I también puedes traerte un #aso para ti. P/arece como si con =ombolo me hubiera tocado el gordo de la lotería Peclam 4arto, riendo. PBespacito Prepuso el humilde párrocoP. 2o crea !ue siempre #amos a #i#ir in dulci ju1ilo, pim, pam, pum, gloria y así sucesi#amente. +hora #iene la segunda parte, esto es, lo !ue yo espero de usted, mi !uerido amigo y colaborador. Celebrará todos los días la primera misa a las seis, y no ol#ide nunca prepararla cuidadosamente con una buena meditacinT después del santo sacrificio se sentará en el tribunal de la penitencia por si alguien !uiere confesarseT rece su bre#iario como es debido y prepare concienGudamente sus sermones. 2o incurrir, sobre todo, en retricas #acías de sentido. $uego encárguese de nuestros "#enes, !ue especialmente le recomiendo de todo coraGn, y dé la cate!uesis a los (F
nios. Huelga decirle !ue en medio de todas estas ocupaciones no debe abandonar el estudio, pues creáme, si se pierde el contacto con los libros, uno se encuentra pronto como el peG fuera del agua. 4i además de todo esto usa usted de la caridad para con su párroco, don Costantini estará plenamente satisfecho de usted, como también lo estará, sin duda alguna, Bios nuestro 4eor. O ahora ya está todo dicho. P+ partir de este momento comenGaremos a tratarnos de tI. +l fin y al cabo, somos hermanos en nuestro 4eor Mesucristo. REntendidoS P N/ero yo no puedoL Prepuso 4arto, sorprendido. PClaro !ue puedes, cabeGudo de 3iese. En la casa parro!uial de =ombolo mando yo, don 8eppo. P8ueno, entonces... por un feliG y mutuo entendimiento, párroco. POo creo !ue el obispo nos ha en#iado lo !ue necesitábamos, R!ué piensas tI, muchachaS Pdi"o el párroco a su sobrina, frotándose las manos alegremente, cuando don 4arto hubo abandonado la casa para #er su nue#a morada en casa del albail 8eghetto P. Creo !ue los dos #amos a hacer una buena pare"a. Burante las semanas siguientes, en la aldea no se hablaba más !ue del nue#o coad"utor. PEs un buen moGo Paseguraban las muchachas, cuando le #eían pasar por las calle"uelas con su pelo negro riGado, con su fino y en"uto rostro y con sus aGules y brillantes o"os. PEs un magnífico predicador Preconocía el maestro y organista. PCanta como un arcángel, pero "uega a la malilla como un demonio. PEs un hombre bondadoso Pdecían de él los enfermosP. En su presencia uno no siente el dolor. PEs un seor "o#ial Paseguraba la seora 8eghetto, su patronaP. 4iempre tiene un chiste !ue decir y muchas #eces no acaba uno de reírse. hombrelacomplaciente sacristánP. + lasdormir cinco y mediaPEs abre un él mismo iglesia y tocaPdecía a misa, el para !ue yo pueda una hora más.
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PEs se#ero Pse lamentaba %arco /erettaP. O cmo se puso cuando el otro día me #ol#i a lle#ar a casa, por!ue yo, solo en la oscuridad, no podía encontrar el camino. P4í, ya sé Pdi"o el sastre /as!uale, sonriéndose maliciosamenteP. =e ha recogido de la calle borracho perdido y te ha lle#ado a casa, a tu mu"er. P$a carne está siempre pronta, pero el espíritu es flaco Pse disculp el borrachín con una cita de la 8iblia tergi#ersada. $os más entusiastas elogios, sin embargo, procedían de los nios de =ombolo. 2o sabían cmo alabar las hermosas historias, unas de risa y otras de llanto, !ue les contaba el cate!uistaT algunos de los más aplicados mostraban, rebosantes de orgullo y alegría, alguna estampita !ue habían recibido en premio. =ambién a tra#és de los nios encontr el nue#o coad"utor el camino hacia el coraGn de los padres. $os #isitaba en sus casas y hablaba afablemente con ellos de terneros, #acas y de los niosT inspeccionaba detenidamente los establos y los utensilios de labranGa, de modo !ue se atraía el coraGn de los buenos tombolenses. PNO !ué hombre más llano y sencillo es nuestro nue#o coad"utorL P decían de él, llenos de entusiasmoP. O lo !ue es de ganado entiende como el me"or traficante "udío. Oa se #e !ue en su casa tenían labranGa. Be la casa de un ganadero, a !uien él #isit, salían los agudos gritos de un muchacho. 4u padre lo tenía sobre las rodillas y con una #ara de sauce le molía bien las posaderas. POa te en
En alemán en el srcinal. ;orma de saludo muy corriente en +ustria. traductor. ((
$. del
P si estáis conforme, me ser#iré de #uestro /ío como monaguillo. P2aturalmente !ue estoy conforme, y el latín ya se lo meteré yo en la cabeGa Pdi"o +ntonelli, le#antando la #ara significati#amente. /oco después, 4arto hablaba de ello con el párroco. P4i. la blasfemia es a!uí en =ombolo un mal asunto Psuspir don CostantiniP. +ntes de !ue lo desarraiguemos en la gente, ya lo hemos aprendido nosotros mismos. Vste precisamente es un mal tan inetirpable como el salir de la iglesia antes de acabar la misa. $os hombres no aguardan si!uiera a la Iltima bendicin, Ntanto les arrastra la aficin de ir a &00
la taberna después de los cultos di#inosL, y los "o#enGuelos hacen igual !ue los #ie"os. PHabría !ue ensearles a de"ar esa abominable costumbre. párroco Popin el coad"utor. PN4i tI pudieras lograrlo, don 8eppoL Peclam el párroco, mo#iendo cabeGa. POaincrédulo pensaré enlaello. /ero ahora tengo !ue ir a preparar el sermn. P+ propsito de sermones, !uerido Pdi"o don Costantini, deteniéndole un momentoP. El del Iltimo domingo estu#o muy bien, pero era demasiado erudito para los aldeanos y ganaderos tombolenses. Be a!uí en adelante prescinde de citas altisonantes. N+hL =ienes también !ue aprender la gesticulacin adecuada. P+ partir de ahora #oy a escribir mis sermones y te los #oy a ensear. =I me dices luego si te gustan Ppropuso 4arto. P2o, no, lo haremos de otra manera. Cuando lo sepas, #amos "untos a la iglesia, cerramos la puerta, subes al pIlpito y lo predicas una #eG para mí solo. PBe acuerdo Pasinti el coad"utor. =ampoco el sermn de prueba hall gracia total a los oídos del párroco. PEsto y esto ha estado bien, incluso muy bien Pdi"o don Costantini, alabándoleP. /ero esto y esto tienes !ue decirlo de otra manera, para !ue nuestra gente pueda entenderte. =us gestos no son toda#ía suficientemente naturales y espontáneos. 2o te lle#es continuamente los dedos a la estola, como si hubieras de aferrarte a ella, igual !ue un mareado a la borda. P$o tendré en cuenta Prespondi el coad"utor, sin sentirse molestado. P Hoy lo has hecho muy bien Preconoci el párroco algunos domingos después, y pasadas algunas semanas le di"o, aparentando gran afliccin> P
P. /ero toda#ía no has podido desarraigar de los tombolenses su mala costumbre de salir de la iglesia antes de tiempo. P8ueno, aguarda un pocoT tengo un plan. P+ #er, !ue estoy impaciente. En la iglesia había una imagen milagrosa de nuestra 4eora, !ue la buena gente honrar !ue Beimagen, ordinario estaba cubierta con parecía una cortina de casi seda.más /ero si al se 4antísimo. descubría la todo el mundo, grandes y pe!ueos, doblaban la rodilla y nadie se hubiera atre#ido a #ol#erle la espalda. +l domingo siguiente había !ue celebrar misa solemne ante el santísimo 4acramento epuesto. PN4i al menos hoy esperaran hasta !ue se haya cantado el =antum ergo y terminado la eposicin del santísimoL Psuspir el párroco en la sacristía antes de la misa. PEsperarán Pprometi 4arto, confiado. POa #eremos Pcontest don Costantini, incrédulo. /ero, con gran sorpresa y admiracin del párroco, ni uno solo de los tombolanos abandon la casa de Bios antes de !ue el 4al#ador estu#iera de nue#o en el tabernáculo. PRCmo te las has arreglado para conseguirloS Ppregunt luego el párroco, enteramente desconcertado, al coad"utor. PN6h, fue bastante sencilloL Prespondi 4arto con una sonrisaP. Hacia el fin de la misa descorrí el #elo de la imagen milagrosa y nadie se atre#i a marcharse. PNEres el mismo diablo, don 8eppoL NCmo seme"ante idea no se me ha ocurrido a mí antesL P/ero es una pena !ue nuestro pueblo #enere con más fer#or la imagen de la %adonna, !ue a nuestro adorable 4eor en el santísimo sacramento Pdi"o don 4arto, afligidoP Esto no está bienT no debería continuar. PEs cierto. O tienes raGn, pero en adelante, al fin de la misa mayor, descubriremos siempre la imagen milagrosa de nuestra Con ello desapareci de una #eG para siempre una 4eora. #ie"a corruptela. Be esta manera Aiuseppe 4arto se adapt rápidamente a su primer cargo de cura de almas y se mostr siempre cual el buen pastor amante de sus o#e"as. 2o se permiti ocio alguno en su santo ser#icio. &0:
PEs usted el mismo mo#imiento continuo Ple recriminaba algunas #eces la cocinera de la parro!uiaP. Oa puede una guisar lo !ue !uiera, !ue a usted no le hace efecto por!ue sigue seco como un sarmiento. Quien traba"a tanto como usted, debe comer slidamente. PEstá e!ui#ocada, seorita ;ilomena Prespondi riendo el coad"utorP. Dn )mo#imiento continuo* no necesita apro#isionamiento alguno de energía. $o lle#a en su propia naturaleGa. P/ero usted, no obstante, necesita un buen plato de polenta. O, además, tampoco duerme lo suficiente. +noche #ol#i a de"ar la luG encendida hasta muy tarde, las doce y media por lo menos, segIn me ha contado el #igilante nocturno. PNCuidado !ue el ser#icio de informacin está bien organiGado en =omboloL P4í, pero, entonces, Rcuándo duermesS Ple pregunt el párroco, meGclándose con#ersacin. PBesdeenlalauna hasta las cinco duermo como un lirn. Eso me basta. PNEres un hombre feliG, don 8eppoL Psuspir el párrocoP. =I sabes #i#ir cuando los demás están muertos. /ero R!ué es lo !ue haces hasta tan tardeS PEstudio a san Muan Crisstomo. 2adie como él ha escrito cosas tan magníficas sobre el sacerdocio. P/ero te ruego no te ecedas, hermano Ple di"o el párroco . O ahora !ue pienso, ya hace mucho tiempo !ue no "ugamos una partida de malilla. R2o te gustaría echar esta tarde una partidillaS P4i con ello puedo proporcionarte un pe!ueo placer, encantado P respondi 4arto, mostrándose dispuesto. P8ien, bien Peclam el alegre párroco, frotándose las manos de gustoP. ;ilomena, a#isas al maestro y al sacristán, pero no te ol#ides. O otra cosa !uería decirte. N=ennos preparada también una botella fresca de #ino tirolésL PDn suplemento bien oportuno a mis meG!uinos haberes Pdi"o sonriéndose, cuando hacia las dieG interrumpi la partida. /ero en secreto pensaba !ue al día siguiente podría comprar una botella de #ino para la anciana y enferma mu"er del difunto rete"ador. PNCuánto tiempo has tenido !ue esperar, amado san Muan CrisstomoL Pse disculp, al abrir el #olumen del padre de la -glesia, &0
forrado con piel de cerdoP. /ero también un "uego de cartas puede ser un deber de confraternidad y un acto de amor al pr"imo. Oa muy entrada la noche apag su lámpara, encendi un !uin!ué y se fue a la iglesia. +nte el tabernáculo se postr humildemente de rodillas y le ofreci al 4al#ador el día transcurrido. NQué encantadores para él estos Iltimos momentos díaL#ida +l resplandor de la #acilanteeran lamparilla buscaba fuerGas para su del "o#en sacerdotal. +!uí imploraba la pureGa de su coraGn y la fuerGa para resistir a los embates del demonio y el mundo de !ue tampoco se #e libre el hombre de sotana. Como Macob con el Ungel, luchaba él por cada alma en peligro !ue necesitaba su ayuda y la gracia del cielo. O nunca le despidi el 4eor sin su bendicin.
on Sarto aprende a tomar rap= +sí pasaron los primeros aos de su "o#en sacerdocio. En bienes temporales era Aiuseppe 4arto más pobre !ue un fraile mendicanteT pues si bien los hi"os de san ;rancisco no pueden llamar propia cosa alguna, era aIn peor la situacin del coad"utor de =ombolo, ya !ue se hallaba endeudado hasta el cuello por ayudar a sus familiares y a los necesitados de su parro!uia. + pesar de su pobreGa, el coad"utor de =ombolo era un auténtico fray +legría, !ue se preocupaba poco de su propio bienestar. +l fin y al cabo, la buenaDn ;ilomena le lle#aba de"aría morirse de una hambre. día !ue no ésta a la mesa humeante fuente de risotto, record al obstinado deudor> PEstá usted en considerable retraso en el pago del pupila"e. 3e#erendo, Rcuándo será !ue pueda #er un par de monedas de plataS PEn #erdad es muy desagradable Prespondi 4arto, sonriéndose perple"oP. $as monedas de plata han #uelto a desaparecer todas del bolsillo. PQuiGá tengas un agu"ero en el bolsillo, don 8eppo Pdi"o el párroco, maliciosamente. P4í, es muy posible. Oa le diré a la buena mu"er del albail !ue les dé un #istaGo. P/uede ahorrarse sus malos chistes Prefunfu ;ilomenaP. 4i no paga, no le ser#iré ni un solo grano más de arroG. &0J
PN6ye muchacha, tI #as tras las monedas con más afán !ue el peor de los tratantes "udíosL Ple di"o el párroco, desdoblando la ser#illetaP. 2o !uerrás de"ar morir de hambre a mi !uerido colaborador. PAracias, !uerida seorita ;ilomena Psuplic el contrito pecador P.
en un dos por tres, el alegre dorado pa"arillo salt de su bolsillo y fue a caer en la mesa de la #iuda. PRO !ué hay del pago de la pensinS Ppregunt ;ilomena a la hora de cenar, con cara de pocos amigosP. RCuánto ha dado el párroco de Castelfranco por el sermnS muy espléndidoL Precalc el coad"utorP. %e meti en el PN6h, bolsillo ha un sido dorado napolen. PRO dnde está el napolenS Ppregunt ;ilomena, etendiendo la mano. P4í, Rdnde está el napolenS PBon 4arto comenG a rebuscar sus bolsillosP. En #erdad, ;ilomena es un nombre muy bonitoT suena así como a ruiseor. Quien se llama ;ilomena, propiamente debe estar cantando todo el día. PNEl napolenL Pinsisti la cocinera. PR4abe usted, además, !ue ;ilomena era la santa predilecta del buen párroco de +rsS En su iglesia parro!uial le construy un altar propio y cuando el cura se hallaba en cual!uier clase de necesidad, recurría a ella como a su refugio, y nunca le abandon. Era una santita a!uella ;ilomena, y muy simpática. PNEl napolenL P4í, el napolen Pbalbuceaba 4arto mientras seguía re#ol#iendo en sus bolsillos. 4alieron el pauelo, el rosario y otros ob"etos de su uso, pero el napolen no aparecía por ningIn sitio. P2apolen ha aceptado al párroco de +rs en la legin de honor P di"o de nue#o 4arto, tratando de despistarP. /ero el párroco regal la insignia a su coad"utor, de !uien nunca le eigi ni un solo crucero de pupila"e. N+sí era de piadoso y de#oto Muan
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PBios se preocupará también de mi madre Pcontest 4artoP. /ero hoy he #isto tan etrema necesidad, !ue el napolen salt solo de mi bolsillo. Es una pena !ue ya no eista la prisin por deudas Prefunfu ;ilomena. /ero di"o lo riendo> POasu lo tío hasleoído, Inico !ue te cuadra es cantar y no refunfuar. P+In tengo maíG de la colecta de otoo Precord 4artoP. %aana lo #endo y podré pagar. Estoy seguro. PNBichoso !uien lo creaL Pdi"o la muchacha en tono escéptico, y sir#i la sopa. + la maana siguiente, 4arto había #uelto a ol#idar todas sus deudas. Estaba contento, traba"ando en su habitacin, cuando de pronto llamaron a la puerta. Entr un pobre moGalbete apretando perple"o la gorra entre las manos. PNCarambaL, Muan, R!ué es lo !ue te pasaS Ple pregunt el sacerdote, animándolo. El muchacho confes estar sin blanca. PEntonces padecemos los dos el mismo mal Ple di"o el sacerdote riendo. PEn pero no lo tengo. P/ero acaso tenga usted trigo. PR=rigoS, noT trigo tampoco tengo. PRO maíGS +lgo de maíG seguramente le !uedará. PEs cierto, maíG sí tengo. P+sí pues... P PDna para ti y otra para mí. RConformeS %udo, asinti el muchacho con la cabera. &0F
4arto cogi un saco y lo llen. PQue Bios se lo pague, re#erendo Pprofiri Muan. $uego carg el saco sobre sus espaldas y sali. El resto lo ech el sacerdote en un segundo saco y lo lle# a la casa parro!uial. P%ucho no es, seorita ;ilomena Pdi"o él, turbado P. /ero toda#ía alcanGa para un par de porciones de polenta. /or fortuna hoy ;ilomena no tenía ganas de discutir. PDsted es demasiado bueno, don 4arto Pdi"o la muchacha, afligida, mo#iendo la cabeGa a uno y otro ladoP. =odo lo regala y, sin embargo, necesita usted absolutamente una sotana nue#a. P/rimero taler y luego talarPdi"o don 4arto riéndose. PR2o da usted clases de latín a /ío +ntonelliS Ple pregunt la despe"ada muchachaP. RO cuánto le #iene a pagarS PEactamente igual !ue pagaba yo al coad"utor de 3iese, cuando él me daba clases. P6 sea... PCero, coma, cero entre paréntesis ele#ado al cuadrado. 2o, !uerida ;ilomena, yo no puedo hacerme pagar la poca instruccin !ue le doy, toda #eG !ue /ío es un magnífico muchacho. P/ero debería a#ergonGarse de ir por ahí con una sotana tan raída P replic ;ilomena. POa me a#ergüenGo Prespondi 4arto, contrito. Cuando al día siguiente /ío +ntonelli acudi a la clase de latín, sac del fondo de los bolsillos del pantaln un estuche de plata con su cuchara, tenedor y cuchillo, y orgulloso lo coloc ante su maestro. P%e permito ofrecerle esto, seor coad"utor. P/ero, Rpor !uéS Ppregunt 4arto, etraado. P/or las clases de latín. O me ha dicho mi padre !ue si lo #uel#o a casa, me dará una buena paliGa. 4i es así, no tengo remedio !ueseaceptarlo, aun!ue es demasiado precioso para más mí. /ero Rcmo le ha ocurrido a tuesto padre regalarme estoS Muego de palabras con taler, antigua moneda alemana, y talar, sotana. $. del traductor. &0K
PEs !ue ayer estu#o en nuestra casa la ;ilomena del párroco y debi de hacerle sin duda alguna ligera indicacin Paclar el chico. P4í, eso ya sabe hacerlo ella, delicadas indicaciones Pdi"o 4arto riendoP. /ero ahora #amos a emprender de nue#o a César. Espero poderte presentar pronto a la cuarta clase del gimnasio. P%ire usted lo !ue tengo Pdi"o 4arto, mostrando su tesoro a la cocinera parro!uial, durante la comidaP. $o empearé y así pagaré mi pupila"e. PN=onteríasL $o !ue tiene !ue hacer es comprarse una sotana. El pago de la pensin tiene aIn espera. PRCmo has cambiado tan de repenteS Ppregunt don Costantini, admirado. P%aana mismo #a usted a comprarse una sotana nue#a, seor coad"utor Pdispuso ;ilomenaP. 4i aplaGa la compra hasta pasado maana, ya habrá regalado el estuche. Be momento yo se lo guardo. Efecti#amente, a la maana siguiente 4arto se puso en camino. En el monte de piedad de Castelfranco empe su precioso tesoro, meti el dinero en el bolsillo y sigui camino hasta 3iese, donde entr en la tienda de /as!uale %onico. PNEh, maestro /as!ualeL Pgrit desde el mostrador con muy buen humor P. 2ecesito una sotana nue#a y !uerría una tela !ue no sea muy cara. PR/ero tienes dinero, 8eppoS Ppregunt riendo el tendero, !ue conocía el pao. P2aturalmente Pcontest 4arto, haciendo sonar las monedas en su bolso. PRBe dnde te ha #enido tan sIbita ri!ueGaS PRQue de dndeS Escuche slo, seor /as!uale, cmo se ha me"orado mi #oG en =ombolo. O, con su soberbia #oG de tenor, enton a pleno pulmn> PCredo in unum eum. ConoGco la melodía Psonri maliciosamente el seor %onico, poniendo ante el coad"utor algunas pieGas de tela, de las !ue 4arto escogi la más barata. &0(
/ero R!ué estás haciendoS Eso no resiste nada Pdi"o el tendero mo#iendo la cabeGaP. NO !uién sabe cuántos en =ombolo tirarán de tu sotanaL Esta tela es la !ue debes !uedarte Py diciendo esto le empa!uet unos metros de recio pao negro. P/ero Rcuánto cuesta estoS P pregunt 4arto, preocupado. P+hora mismo PRCuánto, puesSlo #oy a escribir en el libro de cuentas. POa está firmado el recibo. Helo a!uí. 4arto contempl admirado las notas !ue el comerciante cantor había traGado finamente detrás de su nombre. PRConoces la melodíaS Peclam /as!uale riendo P. Credo in unum eum. 4i llegas a ser obispo, me pagarás la cuenta. %ientras tanto, tienes crédito con tu Credo. PNBios se lo pague mil #ecesL /ero ahí estará en el libro de cuentas hasta el día del "uicio, por!ue yo no lle#aré nunca calcetines ro"os. PNQuién sabe, !uién sabeL Preplic %onico sonriente. El maestro 8istacco mo#i, pensati#o, la cabeGa, al tomarle la medida para la nue#a solana. En anchura no has ganado nada, 8eppoT antes, al contrario, has disminuido un poco. 4e #e !ue la cocinera parro!uial de =ombolo no te cuida demasiado. PNOa lo creo !uea me cuida la buena ;ilomenaT hasta demasiadoL Querría cebarme como un ganso, slo !ue por desgracia no consigue nada. P4eguirás siendo el mismo espíritu in!uieto de siempre. P)%o#imiento continuo*, me llama la seorita ;ilomena. +hora #oy de un salto a #er !ué hace mi familia. Arande fue en casa la alegría por la inesperada #isita. Era precisamente la hora del mediodía y las muchachas #ol#ían del campo. 4i hubiera sabido !ue #enías, habría hecho casta%nacci Pse lament la madre. +hora no tengo más !ue una polenta. P$a polenta en la mesa de la madre sabe cien mil #eces me"or !ue el más rico ganso asado en cual!uier otra parte Ple asegur Aiuseppe, con lo !ue el rostro de la seora %argarita se puso radiante de satisfaccin. &&0
4e habl de todas las pe!ueas no#edades de la familia y se busc la Iltima carta !ue había escrito +ngel. PRQué te parece, 8eppoS $e han hecho primer sargento de la gendarmería militar Ple anunci orgullosa la madre. PVl siempre decía !ue !uería ser gendarme Preplic 8eppo riendo yporrecord unadesbocado #eG más elelepisodio tu#o lugar Castelfranco haberse borrico !ue !ue un losdía lle#aba, y la en inter#encin del apuesto policíaP. Entonces Ungel me confes !ue desearía ser gendarme. PNCon tal !ue no #enga otra guerraL Psuspir la madreP. 4i así fuese, Ungel tal #eG tendría !ue participar en ella y luchar en contra de sus propios compatriotas. N3ealmente una no sabe ya cmo #a el mundoL PEsperemos !ue los pueblos y sus dirigentes se pongan de acuerdo sin derramar sangre P afirm Aiuseppe. En el camino de regreso entr en el taller de /ietro 8attiston para saludarle un momento. P/ronto estallará la guerra, 8eppo Ple confi el políticoP. Aaribaldi está con sus guerrilleros en las fronteras meridionales del =irol. Be un día a otro puede irrumpir en la regin #eneciana. El austríaco recibirá paliGa como en el ao '( en %agenta, 4olferino y... PBé"ese usted de Aaribaldis Ple interrumpi 4arto. PEn todo caso, +ustria perderá la regin #eneciana como ha perdido la lombarda Ple replic el ebanista, impertérrito. PRQuéS RHa comprado la tela para la nue#a sotanaS Ple pregunt ;ilomena, cuando el coad"utor regres a casa. PNO !ué telaL +demás, no me ha costado nada. He pagado con el credo. /or fin podrá recibir usted el dinero de la pensin. Bon 4arto ofreci sus blancas monedas, pero la buena muchacha no !uiso aceptar tanta ri!ueGa. P/ague usted primero a 8eghetto el al!uiler atrasado, seor entrampado. P4inriendo, duda es usted la me"or cocineraelde toda en la el comarca don 4arto mientras #ol#ía a meterse dinero bolsillo.Ple di"o PR4lo de la comarcaS PBe toda la dicesis de =re#iso Prectific don 4arto rápidamente. &&&
El peligro de guerra había ya pasado otra #eG. Aaribaldi, !ue contra la #oluntad de los poderosos piamonteses había in#adido el sur de -talia, fue derrotado y tu#o !ue ceder. 4in embargo, el cal#ario del santo padre seguía prolongándose sin #islumbrarse su fin. En el mismo #erano la dolencia de asma, !ue don Costantini #enía padeciendo desde hacía aos, se agra# notablemente. En los bochornosos días de "ulio y agosto de &K9: la dificultad de respirar le atorment terriblemente. +lgunas noches, cuando los ata!ues eran más fuertes, 4arto se !uedaba de #ela "unto a su lecho. O segIn sus fuerGas, le descargaba de la preocupacin y del traba"o de la cura de almas. P
PEntonces inmediatamente comienGo con el coro de muchachos y con la escuela nocturna. Hasta la #ista, párroco, y !ue te me"ores. P%o#imiento continuo Peclam tras él ;ilomena, riéndose. Con gran fer#or se dedic 4arto a la realiGacin de sus nue#os planes. Cuando por primera #eG en la fiesta de =odos los 4antos resonaron, claras como campanillas, laslosdulces #oces de los pe!ueos en el solemne oficio di#ino, de#otos tombolenses rebosaban cantores de satisfaccin. Qué hombre, don 4arto, se decían admirados. =ambién la escuela nocturna march perfectamente. /ronto el sacerdote tu#o !ue formar un segundo grupo> para los adelantados, cuya direccin fue encomendada al maestro del lugar. Be los analfabetos se encarg el mismo don 4arto. PR/ero por !ué al menos no te has !uedado con el segundo grupoS P le pregunt el párroco. 4arto.P/or!ue el primer grupo da mucho más traba"o Prespondi don $os moGalbetes hicieron realmente grandes progresos en la escuela nocturna. 2o se les ocultaba !ue, sabiendo leer y escribir, podrían hacer me"ores negocios. /or eso pusieron mayor celo en el asunto. PRQué tenemos !ue pagarle por la enseanGaS Ppregunt después de mucho tiempo uno de ellos. PR/agarmeS N+h, síL 2aturalmente, tenéis !ue pagarme P respondi don 4arto con seriedad. PRO cuántoS Pse oy al cabo de unos momentos. PComo retribucin !uiero algo de #osotros, !ue tal #eG os #a a costar muchoT de a!uí en adelante no debéis blasfemar más Ples eigi el coad"utor. Besconcertados, se miraron los moGalbetes unos a otros, pero luego manifestaron !ue !uerían intentarlo al menos, para no !uedar deudores de los honorarios con#enidos. En medio de tantos !uehaceres, el incansable sacerdote aIn encontr tiempo para toda clase de ocupaciones. Dn domingo se lle# a su habitacin a un par de pilletes, !ue holgaGaneaban por las calles. PR=enemos !ue aprender el catecismoS Ppregunt, desconfiado, uno de los golfillos. PR6 reGar el rosarioS Pdi"o el otro. &&
P2ada de eso, "ugaremos al doboln. PRO ganaremos dineroS Ppreguntaron a la #eG los dos pilletes, entusiasmados. PNClaroL, yo no "uego por los botones del pantaln. /oco después subía el coad"utor a su cuarto con los moGalbetes de la calle y se ponía a de "ugar las cartas ellos. $a fortunasus le acompa, con gran desconsuelo losapilletes, !uecon #eían desaparecer ro"os cruceros. /ero, al fin, 4arto les de#ol#i toda la pérdida. POa hemos "ugado bastante. +hora !uiero contaros alguna cosa. P/ero algo !ue sea muy emocionante Pgritaron, entusiasmados, los dos moGalbetes, y 4arto les cont, en su animoso estilo, la historia de san =arsicio, !ue fue golpeado hasta epirar por los golfetes romanos, cuando lle#aba al 4al#ador por las calles. $os "#enes no !uitaban o"o del coad"utor, !ue más !ue contarles les representaba la mara#illosa leyenda. PEs una historia piadosa Pmanifest uno de ellos cuando don 4arto hubo acabado la leyendaP, pero tan emocionante como esos sucesos representados en los retablos de las ferias Pera la más alta alabanGa !ue podían tributar a la narracin. PR
$a #erdulera +malia, persona ultrapiadosa, pero de lengua muy larga, lleg a presentarse en la casa parro!uial para encargar a don Costantini una misa por una especialísima intencin. PRO cuál es esa particularísima intencinS Ppregunt el párroco ingenuamente. P$aacon#ersin del coad"utor solterona, lo !ue el párroco la arro"4arto de la Psusurr casa "untosignificati#amente con su estipendio. la PN/rofanacin del santo lugarL Psuspir la seorita +malia y prometi a san +ntonio de /adua hacer una peregrinacin de penitencia. PBebieras haber aceptado tran!uilamente el estipendio, párroco P di"o 4arto riendo, cuando se enter del sucesoP. =al #eG esté yo más necesitado de con#ersin de lo !ue tI crees. $a seorita +malia es una persona de#ota. P/ero con su afilada lengua trae re#uelta a toda la aldea. Con permiso, yo renuncio a una tal piedad, para e#itar una epresin más clara. =odos tenemos nuestras faltas Pafirm 4arto. Dna proposicin !ue ni si!uiera el buen párroco de =ombolo pudo contradecir. P=engo una idea Pdi"o 4arto al párroco, al comienGo del #erano. PR6tra #eGS Pgimi don CostantiniP. RO de !ué se trata ahoraS PQuisiera colocar un relo" en la casa del párroco, para !ue todo el mundo pueda #er la hora y llegar a tiempo a los cultos di#inos. te has #uelto locoS Peclam el párrocoP. NDn relo" así cuestaPR/ero un dineralL P2o ha de costar ni un crucero Preplic 4arto, sonriendoP. =I dé"ame obrar a mí. +l día siguiente, encima de una escalera, y armado de compás y metro, manipulaba 4arto en una de las paredes de la casa parro!uial, traGando con carbn toda clase de círculos y rayas, !ue luego ti cuidadosamente de color negro. Eactamente en el centro del campo lineal coloc una barrita de hierro. + continuacin, fueron colocados los nImeros y estu#o relo" de sol. Peclam el párroco, admirado, cuando Eresconcluido realmenteelun demonio la obra estu#o terminada. +l domingo siguiente, después de la misa mayor, se agolp toda la aldea en torno al singular relo", comprobando con gran admiracin !ue la &&'
sombra de la férrea barrita marcaba eactamente el tiempo. /or fortuna, lucía un sol espléndido en esta maana. Con gran alegría pudo comprobar 4arto !ue muchas eran las cosas !ue se habían me"orado en la aldeaT hasta el blasfemar había cedido. Dn día, sin embargo, uno de los muchachos de la escuela nocturna #ol#i a recaer en el #ie"o #icio en su presencia, indignando tanto al "o#en sacerdote, !ue dio al blasfemo unos buenos tirones de ore"as. PNCielosL Pconfesaba más tarde el moGalbeteP. NO cmo me ayud eso a reafirmarme en el buen propsitoL 4arto, no obstante, se dirigi se#eros reproches por su rigideG y en la misma noche confi a don Costantini> P+hora empeGaré a tomar rapé. %e he con#encido de !ue es indispensable para la cura de almas.
>n cierto don Sarto Dn domingo de octubre del ao &K9', don Carlo Carminati, coad"utor de Aalliera, se precipit en la casa parro!uial de =ombolo y pregunt por don 4arto. PR/ero, !ué pasaS Pinterrog el párroco Costantini, !ue precisamente entonces iba a hacer una corta siesta en su silln de alto respaldoP. Bon 8eppo acaba de ir a la iglesia, para dar el catecismo a los nios. P/or fa#or, seor párroco Pdi"o "adeante el gordo coad"utor, mientras se en"ugaba el sudor de la frenteP, tome usted la cate!uesis de los nios. 8eppo tiene !ue predicar en nuestra parro!uia, sin falta, el sermn de accin de gracias por la cosecha. PRQué dice usted !ue tiene !ue hacer don 8eppoS PN4anto cieloL REs !ue no entiende ustedS =iene !ue ir inmediatamente a Aalliera. El predicador de la fiesta ha enfermado repentinamente, 8eppo tiene !ue reemplaGarlo. PN+lto, altoL, #osotros sois tres sacerdotes en Aalliera. R/or !ué, pues, no cogéis el sermn cual!uiera de #osotrosS P2inguno de nosotros está preparado y. sin preparacin, ni si!uiera nuestro arcipreste se atre#e a subir al pulpito. 4lo uno puede sal#arnos, 8eppo. &&9
P2o podrá aceptarlo. P=iene !ue subir, tiene !ue subir Pgimi don Carminati desesperadoP. 4epa !ue la emperatriG de +ustria, !ue actualmente se halla en su finca de Aalliera, #endrá al sermn con toda su escolta cortesana. 2adie de nosotros !uiere desacreditarse. PRO porseeso tiene !ue ser donInico 8eppo desacrediteS PVl no desacredita, es el !ue!uien sabe se sacarse un sermn de la manga. P2o tiene usted idea de cuán escrupulosamente se prepara siempre antes de subir al pulpito. N/ero por míL %ire a #er si le puede atrapar en la iglesia. El catecismo a los nios, yo se lo daré. Bon Costantini ech una triste mirada de despedida al silln y se dispuso a ir a la iglesia. /ero el coad"utor, anticipándose se dirigi hacia ella tan rápidamente como se lo permitía su gordura, alcanGando la sacristía momento precisola en !ue don 4arto se ponía el ro!uete. + toda prisaenleelepuso don Cario situacin. PR+ !ué hora tiene !ue ser el sermnS Ppregunt Aiuseppe, desconfiado. P+ las tres. Bate prisa. 2o hay tiempo !ue perder. El coche está fuera y aguarda. P/ero, R!ué te has creídoS 4in preparacin yo no subo al pulpito P replic el coad"utor de =ombolo. P=I eres el Inico !ue puede hacerlo Pinsisti el amigo. P2o, no. 4ubir a predicar de repente es eigir demasiado. P2o te hagas de rogar como una primadonna.
P2os ha sal#ado usted de un gran apuro Peclam. El arcipreste de Aalliera, don Aiuseppe 6chs, al llegar don 4arto, di"o> P
Bespués, cuando se sent con otros muchos eclesiásticos, en cordial camaradería, en tomo a una botella de buen #ino tirolés, en la casa parro!uial, los coad"utores le felicitaron asimismo, sin sombra de disgusto. PNO !ue una tal lumbrera esté aIn escondida, desde hace siete aos, entre los ganaderos de =omboloL Pdi"o riendo don ;rancesco Elero, el segundo coad"utor de AallieraP. Oa hace mucho tiempo !ue debieras ser párroco o prelado. /ero el obispo se ha ol#idado de ti sin duda. POo estoy muy contento con mi =ombolo Prespondi 4arto. P8ueno, si el obispo no tiene para ti un título honorífico, nosotros te daremos uno Ple anunci don CarminatiP. =I eres el orgullo y el ornato de todos los pobres coad"utores en la cura de almas de la dicesis de =re#iso. /or eso te nombro hoy solemnemente coad"utor de todos los coad"utores con el título de> Cappellanus de cappellanis. Dn "ubiloso aplauso premi al orador. Vsta es una sentenciasuy tiene !ueN
PN+penas se le ha dado a uno un título y ya se le sube a la cabeGaL Pgrit +ntonio /oGGi. PRO con los obisposS R!ué pasa con ellosS Pinterrog don CarminatiP. R=ambién ellos han de pasar por tu fraguaS PR=ienen también ellos !ue inclinarse ante tiS Peclam otro. P=ambién los obispos, anteal máimo. el cappellanus de cappellanis P respondi 4arto, lle#ando la broma PN/or BiosL Ple interrumpi don /oGGiP. =I haces honor a tu nombre. Haces como Mosé de Egipto, tu tocayo. Cuando se puso la tInica ro"a, comenG ya a soar !ue todos se inclinaban ante él. P/ero el sueo se hiGo realidad Pdi"o el arcipreste 6chsP. NO !uién sabe si nuestro don 8eppo no llegará un día...L P8ueno, bueno, de"adme tran!uilo en medio de mis #a!ueros tombolenses Peclam 4arto, riendo alegrementeP. + ellos les perteneGco. 2o anhelo ninguna capa ro"a, por!ue de lo contrario me pasaría, sin duda, lo !ue a Mosé de Egipto. %is hermanos me arro"arían a una cisterna y me #enderían por un par de monedas de plata. PR/iensas !ue nos las darían por tiS Pcontest /oGGi maliciosamente. PEn serio, don 8eppo Pdi"o el arcipreste, poniendo fin a la broma P. $as autoridades eclesiásticas parecen haberle ol#idado en =ombolo. Oa sería tiempo de !ue el obispo se acordara de usted y le diera un buen puesto de párroco. PEl pobre obispo tiene otras preocupaciones Preplic 4arto mo#iendo la cabeGa. PEn eso tiene usted raGn Pasinti el párroco de CittadellaP. /or su fidelidad a /ío -7, tiene !ue sufrir mucho en =re#iso. 3ecientemente, mientras predicaba en la catedral, se le contradi"o pIblicamente, por reconocerse partidario de nuestro pacientísimo papa. P4í, ya he oído hablar de ello Pconfirm el arcipresteP. O también sé la respuesta !ue el obispo dio a los perturbadores. PRQué les di"oS Ppregunt 4arto con a#ideG. P)RCmo podéis atre#eros clam el obispo desde el pIlpitoX a impedir a un obispo catlico !ue hable sobre la alta estima !ue debemos tener al #icario de CristoS Vsta es una iglesia cat&lica y Inicamente los catlicos tienen el derecho de entrar en ella. 4i a los otros no les agrada lo &:0
!ue yo digo, pueden ale"arse tran!uilamente. + los catlicos no puede desagradarles !ue se hable de la re#erencia debida al papa. Oo estoy a!uí en mi puesto. =engo el derecho de anunciar la #erdad. + !uien no le agrade, #áyase, pero no ose interrumpir mis palabras.* 4igui un largo silencio. El alegre humor había cedido su puesto a los pensamientos serios. Aiuseppe 4arto di"o por fin> PBon MacuGGi, mi antiguo director espiritual en 3iese, pronunci una #eG una hermosa frase, !ue nunca he ol#idado> P)Con el papa y siempre con el papa.* P P+hí fuera hay un seor de palacio. $a emperatriG desea #er al predicador de la fiesta. PN3ayos y centellasL Peclam don /oGGiP. R2o lo di"e yoS +hora nuestro cappellanus de cappellanis pronto será conducido por todo el país en un carro de oro, como el Mosé de Egipto. $os faraones comienGan ya a preocuparse por él. Completamente desconcertado se le#ant don 4arto. PVsta es sin duda una broma Ptartamude. P2o, no Pdi"o la cocineraP. $a carroGa aguarda ante la puerta. PR2o lo he dicho yoS P prorrumpi riendo don /oGGi. PDsted no puede hacer esperar a su ma"estad Ple ad#irti el arcipreste. PEn el nombre de Bios Psuspir el coad"utor de =ombolo. Con e!uisita amabilidad le recibi la alta dama, una princesa de srcen italiano. PQuería darle las gracias por sus palabras Ple di"o, alargándole la manoP. 3ara #eG me ha emocionado tanto un sermn como el suyo. Dsted me ha dado, en los difíciles tiempos en !ue #i#imos, nue#a confianGa en a!uel !ue dirige la historia de los pueblos con omnipotencia y bondad. &:&
+l despedirse, la emperatriG regal al pobre coad"utor un relo" de oro. =otalmente confuso sali 4arto del palacio. Cuando #uelto a casa inform a don Costantini del éito de su sermn y le mostr el regalo de la emperatriG, el buen párroco se puso loco de contento por la sorpresa. P4ipresuntuoso. no te conociera bien, donguardarlo 8eppo, durante podría toda temertu !ue #ol#ieras /ero eltan relo" debes #ida,te como honorífico recuerdo. 2o todo coad"utor rural tiene una "oya seme"ante. /ero cuando algunos días más tarde el buen párroco in#it a don 4arto a !ue mostrara el relo" de la emperatriG a un #isitante, respondi perple"o> P4i_ de momento no puedo mostrar el relo". PN2o lo habrás...L P%omentáneamente está guardado en la tienda del prestamista de Castelfranco Pconfes 4arto, contritoP. 2ecesitaba, absolutamente, dinero para !ue mi /ío +ntonelli pudiera ir al seminario. PN/ero éste era el relo" de la emperatriGL Pprofiri, indignado, el párroco. P/ero yo no lo necesitaba Prespondi, tran!uilo, el coad"utorP. Oa tengo el relo" de mi madre y ése es de muchísimo más #alorP. O diciendo esto sac de su bolsillo el maciGo relo" ni!uelado y lo contempl con gran cario y ternura. $as once marcaba el relo" solar de don 4arto, cuando, en una espléndida maana de mayo del ao &K99, llam a la puerta parro!uial de =ombolo un anciano y #enerable eclesiástico. =ranscurri un rato hasta !ue un muchachuelo de unos doce aos, descalGo y pecoso, le abri la puerta. P2o está el párroco Pdi"o el rapaG, !ueriendo cerrar la puerta, pero el profesor interpuso rápidamente su paraguas. PNEh, no tan le prisa, rapaGueloLde4oy el cannigo $uigi %arangoni, profesor de dogmática en el seminario =re#iso. P/ero, con todo, el tío no está, don %ahagoni. P%arangoni Ple corrigi el cannigoP. R=ampoco el seor coad"utor está en casaS &::
PBon 4arto está ocupado y yo también. PREn !uéS PEn el latín y en hacer pasta para macarrones. PR$atín y pasta para macarronesS P/ero, ;idelio, Ren dnde te has !uedadoS Preson una #oG y don 4arto, con el delantal puesto y las manos cubiertas de masa, sali de la cocina. P+ la puerta hay un profesor de =re#iso, don %accaroni P respondi el rapaGP. 8usca al tío. PN6h, seor cannigoL Ptartamude 4arto un poco confusoP. =iene !ue disculparnos. El seor párroco está #isitando a un enfermo y yo... P4í, ya sé Pdi"o el cannigo sonriendoP. Dsted está haciendo pasta para macarrones y a la #eG ensea latín al pillete. PEs ;idelio, el sobrino de don Costantini.
4e llama %arangoni. indiscreto granu"a Ple corrigi el coad"utor. Es todo un intelectual y, sobre todo, un genial matemático. PN6h, 4eorL 4obre todo, !ue no se le ocurra preguntar los teoremas de /itágoras Psuspir el rapaGuelo. Dna hora después los tres eclesiásticos, con el pe!ueo ;idelio, se sentaban a laspa%"etti, mesa. seor confrater, tienen un sabor delicioso Pdi"o el P4us profesor alabando al impro#isado cocinero, mientras se llenaba el plato por tercera #eG. ;idelio tocaba a don 4arto con el pie por deba"o de la mesa. Burante la comida, el cannigo lle# la con#ersacin a los Iltimos acontecimientos, concentrándose de un modo especial en la alianGa !ue el /iamonte había estipulado con 8ismarc hacía unas semanas. P$a alianGa con los prusianos no me entusiasma demasiado. pero significará el fin de la dominacin austríaca en -talia. 4in duda alguna se llegará a la guerra. PQue el 4eor nos conser#e en gracia Psuspir don Costantini. PEsperemos !ue no se derrame sangre inItilmente, pero un día tendrá !ue solucionarse esta cuestin por la cual está sufriendo -talia y la -glesia también. Es indignante cmo se ultra"a a nuestro obispo por su fidelidad al santo padre. Aiuseppe 4arto pens acongo"ado, en su hermano Ungel, !ue aIn continuaba en el e"ército austríaco. Es cierto !ue ya habían transcurrido sus ocho aos de ser#icio, pero a causa del amenaGador peligro de guerra toda#ía no habían licenciado a su !uinta. Cuando la comida lleg a su fin , la con#ersacin estaba ya muy desanimada. /ensati#o "ugaba el cannigo en su plato con los Iltimos macarrones. O ;idelio miraba, angustiado, si las largas hebras de pasta bastarían aIn para el teorema de /itágoras. %as por fortuna no llegaron a formar más !ue un par de líneas cur#as y el profesor comenG una profunda disertacin sobre parábolas, hipérboles y elipses, de las !ue al rapaGuelo nada importaba. Bon Costantini realmente entendía muy poco de la erudita eposicin, pero 4arto, !ue siempre había sido un ecelente matemático, escuchaba con interés, dando su opinin como hombre entendido, sobre los problemas planteados, de tal modo !ue el cannigo, contento de haber encontrado un tan buen oyente, se dirigía casi eclusi#amente a él. /ero, &:J
por fin, también desaparecieron los Iltimos macarrones y después de la accin de gracias. 4arto y el muchacho !uitaron la mesa y fueron a la cocina a fregar los platos. P4u coad"utor es un buen cocinero y un etraordinario matemático Pdi"o el profesor ensalGándole, cuando se hubo !uedado solo con don Costantini en el cuarto. P2o slo un ecelente matemático, seor cannigo, sino también un etraordinario y capacísimo guía de almas y un gran predicador Paadi el párroco con #i#eGa. P%ira, mira Peclam el cannigo. P4e debiera ad#ertir al seor obispo, para !ue se fi"ara en él P continu don CostantiniP. 4in duda hace ya mucho tiempo !ue se hubiera ganado una buena parro!uia. P4e me ocurre una cosa> aIn estamos buscando a alguien !ue pueda predicar sermn de san +ntonio en la catedral. RCree usted !ue don 4arto seríael capaG de elloS PCiertamente Pse apresur a decir el párroco. PEntonces propondré !ue encarguen el sermn a él, !ue ya recibirá noticias nuestras. Aran asombro le produ"o a don 4arto la oferta, pero no sabía si debía o no aceptarla. Consult su caso a sus compaeros de Aalliera en una reunin !ue celebraron. P/ues cloro !ue debes aceptar Pdi"eron todosP. 4i no lo haces, no te consideraremos ya más como cappellanus de cappellanis. P8ueno, les diré !ue sí Peclam don 4arto, decidiéndoseP. Escribiré el sermn y os lo leeré. $uego #osotros haréis el papel de aristarcos. REstáis contentosS =odos los con7ratres asintieron entusiasmados. Bon Costantini, sin embargo, a !uien le interesaba mucho !ue a su coad"utor se le prestara la atencin debida, se le#ant a pesar de !ue en estos días las antiguas dolencias #ol#ían a atormentarle de nue#oX y se puso a escribir una carta a su amigo don %arcello =ositti, arcipreste de Quinto> )El & de "unio, nuestro don 8eppo subirá al pulpito de la catedral, para predicar el sermn solemne de la fiesta de san +ntonio. 6cupe usted &:'
mi puesto y lle#e también a otros amigos consigo y #ayan todos a oírle. Bespués déme cuenta del resultado, de los comentarios, de las impresio nes. Bon 8eppo es un "o#en sacerdote bueno e inteligente. +cuérdese usted bien de lo !ue le digoT pronto le #eremos como párroco de una de las parro!uias más importantes de la dicesis, luego con calcetines ro"os y después...* $leg el & de "unio. PRQuién predica en la catedralS Pse preguntaban los tre#isanos en la maana de este día. PEl coad"utor de =ombolo, un cierto don 4arto, un sacerdote de unos treinta aos. PR=an "o#enS PRDn coad"utorS PRO de =ombolo, donde no hay más !ue #acas y ganaderosS PN/ues sí !ue #amos a oír cosa buenaL Popin un hombrecillo #ie"o y "orobado, encargado comercial de la firma tre#isana )Be $uca*. /ero cuando el sermn de la fiesta y la misa mayor se hubieron concluido, slo se oía una #oG de asombro y admiracin. PN/ero si es un hombre de espíritu y culturaL PNO !ue esté escondido entre los ganaderos de =oroboloL PN4in duda !ue ahora ya no estará allí mucho tiempoL /ero el pe!ueo y "orobado hombrecillo escribi en su dietario íntimo> )& de "unio, miércoles &K99, día despe"ado, después del mediodía nublado. En la catedral, fiesta solemne en honor de san +ntonio... Bespués del oficio, sermn sobre el santo taumaturgo por don Aiuseppe 4arto, coad"utor de =ombolo. \$a modestia puesta sobre el candelabro]. 6bra lograda de un genio "o#en. Buracin, cinco cuartos de hora. NHermosas imágenesL NEstilo fogosoL +uditorio muy numeroso y en su mayor parte de los círculos cultos. +sistieron también todos los cannigos, los clérigos del seminario y muchos sacerdotes.* P8ueno, R!ué tal te ha idoS Ppregunt don Costantini, impaciente, cuando 4arto entr en casa. PEl párroco de la catedral me ha in#itado para pronunciar el ao !ue #iene el sermn de san Enri!ue Pcontest el coad"utor. &:9
PN6hL Peclam el párroco, asombrado, El sermn de san Enri!ue de 8olGano, !ue está enterrado en =re#iso, es el más importante de todo el ao eclesiástico. /or eso prepáralo con tiempo y pon en ello tu empeo. %ientras tanto, otros acontecimientos reclamaban la atencin de todo el mundo. $a tan esperada y temida guerra entre -talia, /rusia y +ustria estall al fin. -nterminables columnas de soldados austríacos, infantería, caballería, artillería, atra#esaron la comarca. Aiuseppe 4arto tu#o la gran alegría de #ol#er a #er a su hermano, cuyo regimiento pas por =ombolo. El tan alegre y despreocupado muchacho de siempre le pareci ahora a don 4arto más serio !ue de ordinario y raramente desanimado. PVsta es una mala guerra, hermano Psuspir el sargento primero de caballeríaP. $os italianos tienen !ue luchar contra sus compatriotas. PQuiera Bios !ue pronto termine esta absurda lucha Pcontest Aiuseppe. se acabe la guerra el !ue uniforme. Espero obtener un puestoPCuando como oficial de correos. Oa tetiraré escribí estoy casado. P4í, con Eleonora 4iliprandi de %antua. Espero !ue hayas elegido bien. PEs como madre Pafirm Ungel, complacido. PEntonces la eleccin fue buena y de coraGn te deseo gran felicidad. PAracias, hermano. Espero !ue pronto podréis bendecir nuestro matrimonio. N4i ya se hubiera acabado la guerraL El :J de "unio se lleg, en las cercanías de
militar y había sido nombrado oficial de correos en AraGie, muy cerca de %antua. + principios del nue#o mes, los conse"eros eclesiásticos de la pe!uea ciudad de 4alGano aguardaban con gran epectacin, en la antesala del palacio episcopal, al pastor supremo de la dicesis de =re#iso, !ue !uería presentarles a su nue#o párroco. El obispo les había prometido un eclesiástico etraordinariamente capaG y los respetables seores aguardaban, con la mayor epectacin, a su nue#o pastor. P=engo suma curiosidad por saber a !uién ha designado el obispo para nosotros Pdi"o /aolo 8ottacin, un hombre hecho y derechoP. 6pino !ue nosotros, los de 4alGano, podemos tener pretensiones a algo especial, a un párroco de otra parro!uia mayor o toda#ía algo más. PEn dos ocasiones llegamos a obtener un auténtico profesor del seminario Pasegur Mulio %iele, mientras alisaba con la manga la pelusa de su chistera. PN4í, hace frío a!uíL Pdi"o +nselmo 3ossioP. En casa aIn tengo la estufa encendida. 2adie diría !ue estamos ya en mayo. /or fin se abri la puerta y en su marco apareci el obispo, monseor @inelli. P4eores Pdi"o él después de un amistoso saludoP, a!uí les presento a su nue#o párroco> es don Aiuseppe 4arto, hasta ahora coad"utor de =ombolo. Besconcertados se !uedaron los en#iados mirando fi"amente al en"uto sacerdote obispo. !ue, en posicin modesta, pálido, cansado, estaba al lado del PRVste es nuestro futuro párrocoS Ptartamude Mulio %iele. PRDn coad"utorS Ry de =omboloS Ppregunt +nselmo 3ossi, decepcionado. P4í, éste es #uestro nue#o pastor y guía, párroco y arcipreste de 4alGano Preafirm monseor @inelli, riendo, a los desilusionados. PN/ues sí !ue nos ha arreglado el obispoL Psusurr /aolo 8ottacin a su #ecino. Bon 4arto, !ue oy el poco reconfortante "uicio, sonri algo perple"o. /oca alegría se mostr en =ombolo cuando se supo la noticia del traslado. =oda la aldea llor la partida de su coad"utor, al !ue todos habían tomado gran cario en los nue#e aos !ue pas con ellos. &:K
Bon Costantini, sin embargo, acept muy gustoso el honorable nombramiento. 4ecretamente escribi a su amigo, el arcipreste =ositti, !ue se dignara adelantar al recién promo#ido los derechos de la cancillería, puesto !ue el pobre don 4arto no podía pagarlas de sus haberes. Vl mismo, desgraciadamente, no estaba en situacin do poder hacerlo. 2o de" tampoco de hablarle, aun!ue muy afligido, del frío recibimiento !ue los conse"eros eclesiásticos de 4alGano habían preparado a su nue#o pastor. +l parecer, no se confía demasiado en un pobre coad"utor y, sobre todo, si es de la aldea ganadera de =ombolo. )NQué lástima !ue don 4arto no pueda escribir> re#erendísimo monseor, noble de 4arto, prelado doméstico de su santidad, caballero in parti1us, etc.L Oa puede usted figurarse lo famoso y célebre !ue se haría de repente con estos cuatro títulos.* Bon 4arto mismo, en cambio, se preocupaba muy poco de los pre"uicios de su futura grey. Con todo sosiego se preparaba para predicar el sermn de san Enri!ue de 8olGano !ue había de tener lugar el &0 de "unio en la catedral de =re#iso en presencia del seor obispo. El éito fue des lumbranteT el mismo obispo manifest al predicador su más alto reconocimiento. /ero 4arto, insensible a la alabanGa y al reproche, #ol#i tran!uilamente a su aldea, a preparar su traslado a 4alGano. Bura y difícil fue para él la despedida de todos los tombolenses, especialmente la de don Costantini, !ue había sido siempre para él un auténtico padre y amigo. Bon 4arto sabía también !ue, al mismo tiempo, se estaba despidiendo de la prima#era de su acti#idad sacerdotal, de nue#e aos de laboriosas tareas, !ue en el futuro le parecerían siempre las más hermosas y alegres de su #ida. En la madrugada del & de "ulio de &K9F, acompaado de su hermana 3osa, !ue había de lle#ar el gobierno de la casa, y con sus pocas cosas, subía a un mísero carrucho, conducido por su hermano Ungel, y se ponía en camino hacia el nue#o campo de su acti#idad. En 4alGano, entre tanto, los ánimos se habían calmado un poco. 4e había oído hablar de su sermn en la catedral de =re#iso y el prudente /aolo 8ottacin había dado epresin finalmente al sentir general> P4í cumple bien sus deberes como nuestro guía y pastor espiritual, si es capaG, de pronunciar unos sermones aceptables, si pacientemente se preocupa por nuestros nios y enfermos... &:(
P...y no es demasiado se#ero en la confesin Psolt un moGalbete metiendo su cuchara. P...y no hace llo#er cuando cante la misa o las #ísperas Pprofiri el maestro. P...estaremos contentos con él. Naun!ue no sea más !ue un coad"utor ePconcluy incluso un /aolo coad"utor de =omboloL 8ottacin con aplomo. +sí pues, la buena gente de 4alGano se prepar para recibir a su nue#o párroco con la solemnidad debida.
on Sarto apuesta la torre de su i%lesia $os Iltimos rayos dorados del sol poniente en un atardecer de #erano entraban por la #entana del despacho parro!uial, en el !ue, tras el febril a"etreo de los días de fiesta, estaban reunidos los tres hermanos. $os numerosos sacerdotes !ue de cerca y de le"os habían #enido a la toma de posesin de Aiuseppe. habían salido ya de 4alGano. Ungel, !ue había obtenido algunos días de permiso, #ol#ería a su puesto al día siguiente. +sí pues, las silenciosas horas de la tarde les pertenecían íntegras a ellos solos. $a con#ersacin, como es natural, gir en torno a los acontecimientos del significati#o e importante día PN6h, fue una cosa magníficaL Peclam 3osa, ardiendo aIn de entusiasmo. N$a ornamentacin de la iglesia y de la casa parro!uial y luego las innumerables guirnaldas y coronasL N=odas las banderas y braGaletes, la mIsica y el canto coralL NO después todos los numerosos eclesiásticosL 4eguro !ue en 4alGano nunca se había #isto seme"ante recibimiento. Estás eagerando, hermanita Preplic 4arto sonriendoP. Dna toma de posesin siempre debe de haber sido así y tI sabes bien con !ué poco agrado la gente de 4alGano #io #enir al pobre coad"utor de =ombolo. PEso ya pas Ple replic 3osa con #i#eGaP. $a gente estaba entusiasmada con #uestro primer sermn de entrada. /aolo 8ottacin ha dicho !ue se habían engaado totalmente con #os. 2adie es capaG de entender cmo el obispo haya podido tener escondido durante tanto tiempo, tras los álamos y alisos de =ombolo, a un hombre de seme"ante talento. El anciano sacristán di"o asimismo !ue en 4alGano no se había oído sermn seme"ante desde !ue los hombres tienen memoria, y el maestro está entusiasmado con tu hermosa #oG. &0
P son las !ue traba"an en la hilandería de seda de 3omanin Macur. Vl #i#e en una magnífica #illa, pero, desgraciadamente, es "udíoT de lo podría ayudar. NBebe de tener muchísimo dinero, yo creo !uecontrario, más de unosmillnL PEn las pocas horas !ue lle#as a!uí ya te has enterado a fondo de todo lo !ue hay por 4alGano. PEs natural, Aiuseppe. Hay !ue saber cmo están todas las cosas y adnde #a uno. /ero cortinas y una alfombra hay !ue comprar necesariamente y al menos un par de sillones cmodos. El sofá lo colocaremos allí, deba"o de la #entana. PBe momento no compraremos absolutamente nada. =I sabes !ue aIn tengo deudas en =ombolo. O los derechos de la cancillería, cuyo importe me adelant el arcipreste =ositti. toda#ía no se los he de#uelto. 4i después de todo esto aIn !ueda algo, ya #eremos. PN+h sí, y luego #uel#es a regalárselo todo a los pobresL Psuspir la muchacha, preocupada P=ambién debierais tener una carroGa. =odos los párrocos de por a!uí tienen su carroGa. Es una cosa !ue eige #uestro estado. PNUngel, pero tI no dices nadaL Pprofiri Aiuseppe, dirigiéndose al hermano, !ue silencioso estaba allí sentado. P2uestra 3osita no me de"a meter baGa Prespondi humorísticamente el oficial de correosP. /ero hay una cosa !ue me #iene in!uietando desde hace ya mucho tiempo. PN4uéltalaL &&
PR2o sabéis, hermanoS Cuando se disol#i el e"ército austríaco en -talia, yo me lle#é mi caballo, la #aliente yegua blanca, !ue ha pasado conmigo muchas borrascas. +hora bien, la Lisa, en realidad, pertenece al emperador ;rancisco Mosé. P/ero ahora no te es posible de#ol#erla a
&:
P=e lo di"e en broma, hermanita Preplic Ungel riendoP. Be todos modos, ahora ya tienes tu carroGa. 2o puede negarse !ue es ya un comienGo. P
PCon polenta nos hemos criado todos en casa Preplicaba 4arto a sus !ue"asP. +sí !ue también a!uí en 4alGano debe bastamos. RO no piensas tI también !ue el asado y el buen pan de trigo son más necesarios a la pobre tuberculosa Catarina !ue a nosotrosS P/ero si seguís obrando así, #os mismo acabaréis pillando la tuberculosis PsolloGaba la hermana. PCatarina ya la tiene, esa es la gran diferencia Ple replicaba Aiuseppe, tomando el bre#iario en la mano. Vste era siempre el medio para concluir una con#ersacin desagradable. Cuando se ponía a reGar, 3osa ya no se atre#ía a decirle más. %edia hora más tarde se #ol#ía a poner en camino hacia su parro!uia. /ara #isitar las choGas le"anas y las casas de campo se ser#ía de su carrucho, !ue, ciertamente, no adelantaba mucho, pues la buena Lisa, en los aos de la guerra, se había #uelto un poco pesada. =ambién con el "udío Macur habl don 4arto un día. El fabricante consider la #isita como un rasgo de especial honor, y recibi al párroco muy amablemente. PHe oído hablar mucho de sus buenas obras, seor arcipreste Ple di"o el "udío, obligando a don 4arto a sentarse en el silln más cmodoP. Cuando usted tenga un deseo particular, #uél#ase confiado a 3omanin Macur. +un!ue me haya !uedado atascado en el +ntiguo =estamento "unto a los patriarcas y profetas, ayudaré de buen grado al pastor de la comunidad cristiano catlica. POo respeto toda religin Prespondi el párrocoP. =ambién el +ntiguo =estamento ensea el santo temor de Bios y el amor al pr"imo. P%ire usted, me alegra mucho !ue diga eso, seor arcipreste P replic el "udío con #i#eGaP. Dsted #enera a Bios a su manera y yo como lo aprendí de mi padre, y éste, a su #eG, del suyo. Oo también #enero el 2ue#o =estamento. Hasta tengo un e"emplar y leo mucho en él, aun!ue es muy duro oír lo !ue el 4eor MesIs escribe de los ricos. RCree usted realmente lo del camello y lo del o"o de la agu"aS PClaro !ue lo creo, pero con lo del camello el 4eor se refiere slo a los !ue son tan insensatos como para creer !ue su ri!ueGa les pertenece eclusi#amente y pueden disponer de ella a capricho, segIn les #enga en gana. PRO no pueden hacerloS Ppregunt el "udío. &J
P2o, eso no pueden hacerlo Prespondi 4arto decididoP. Quien posee más bienes temporales !ue los otros, tiene también una mayor responsabilidad. 4obre la ri!ueGa pesa una gra#e obligacin, es a saber, la de repartir entre los pobres lo superfluo, ali#iar las necesidades y hacer tantas obras de caridad como sean posibles. PRO cmo se entiende lo !ue está escrito del inicuo %amnS REs, pues, in"usta la posesin, cuando se ha obtenido honradamenteS P$o es, sin embargo, cuando no se administra segIn la #oluntad y los mandamientos de Bios. 4eor Macur, yo le en#idio por su ri!ueGa. PRO usted dice eso, un párroco y un arcipreste catlicoS Ppregunt el fabricante, admirado. P4í. NCuántas obras buenas podría yo hacer si tu#iera su dineroL P respondi 4arto riendo. PN+h, ya entiendo lo !ue !uería usted decirL 4abe, nosotros, los hi"os de -srael, llamamos no slo al !ue+sí conser#a las ri!ueGas de su padre, sinobendito tambiéndealBios !ue las aumenta. me lo han enseado desde la más tierna infancia. P8endito, es Inicamente a!uel !ue administra rectamente su ri!ueGa y reconoce !ue Bios le ha nombrado ca"ero de los !ueridos pobres. PRO un "udío puede ser también el ca"ero de Bios, seor arcipresteS PCiertamente. O usted lo será de 4alGano y de todos los pobres !ue #i#en en él. PDsted es una buena persona, don 4arto Pprofiri el fabricante después de un ratoP. Bígame, R!ué es lo !ue debo hacer, por dnde tengo !ue empeGarS Bon 4arto se le#ant y se puso a la #entana. P/or allá arribaP. El sacerdote seal con la mano hacia los largos y sombríos pabellones de la fábricaP. /or allí tiene !ue comenGar usted, seor Macur, por su hilandería. =rescientas mu"eres y muchachas traba"an en ella para usted. R4e ha fi"ado con atencin alguna #eG en sus traba"adorasS 4in duda alguna se interesa usted por la produccin !ue le proporcionan y por la seda !ue le hilan, pero, y Rpor los seres humanosS R4e preocupa usted tanto por los seres humanos como por sus mercancíasS Oo los he obser#ado atentamente. Estas mu"eres hacen ecelentes te"idos y preciosas telas y, sin embargo, ellas #an cubiertas con harapos. 4us rostros están pálidos y sus o"os sin alegría. 4e pasan el día entero sentadas en espacios mal #entilados ante sus de#anaderas. $as inspectoras !ue están &'
detrás de ellas las impelen a traba"ar, cuando sus fuerGas desfallecen. NO esto, doce o catorce horas al día, durante los seis de la semanaL Entre sus traba"adores, los hay !ue son casi nios, y usted abusa de su ineperiencia.
P-nténtelo usted, seor Macur. P8ienT lo intentaré, pues, don 4arto Prespondi el "udío después de algunas refleionesP. El eperimento puede costarme unas dieG mil liras. /ero lo intentaré. +l fin del ao primo le ensearé a usted el balance. PCon#enido. +puesto el campanario de mi iglesia contra mil liras a !ue tengo raGn. Pdi"o riendo el fabricanteP. +un!ue no sé para !ué me P+ceptado #a a ser#ir el campanario de su iglesia si pierde la apuesta. En los meses primos, en 4alGano se #i#i un #erdadero milagro. 3omanin Macur mand abrir en los pabellones de su fábrica espaciosos y claros #entanales, dio a las estancias de traba"o un aspecto alegre y acogedor, acort el tiempo de traba"o y subi los salarios. Bon 4arto #io cmo re#i#ían algunos rostros hundidos, y cmo reían y cantaban seres humanos, a los nunca había oído y cantar.hicieron En todotodo 4alGano se supo la noticia de la !ue curiosa apuesta y las reir hilanderas lo posible para !ue don 4arto no perdiera su campanario. Be #eG en cuando el párroco las #isitaba en su traba"o y para todas tenía una palabra alentadora o un alegre chiste. P=oda#ía una cosa, seor Macur Ple di"o él un díaP. Quite usted a las inspectoras los relo"es, con los !ue están andando por todas partes de un sitio para otro. 4ería me"or !ue se pusieran al lado de las !ue no saben desplegar bien todas sus fuerGas para !ue las enseen la necesaria manipulacin, en #eG de ir como policías de un lado para otro y medir el tiempo. PHaré todo lo !ue usted considere más con#eniente Pafirm Macur P. Oa #eremos !ué es lo !ue resulta. En la tarde de san 4il#estre del ao siguiente el fabricante apareci en la casa parro!uial y entreg u don 4arto un par de resplandecientes pieGas de oro. PCuente Pdi"oP. 4on eactamente mil liras. +demás, puede !uedarse con el campanario de su iglesia. Ha ganado la apuesta. He obtenido el me"or balance desde hace muchos aos. P$o acepto para mis pobres Peclam radiante el párrocoP. Creo !ue usted es realmente el ca"ero de Bios para 4alGano. P2o suena mal Pdi"o Macur. frotándose las manosP. /ero, para ser sincero, yo también he hecho un buen negocio con la apuesta. &F
+ pesar del etraordinario pingüe ingreso y de su buena prebenda, don 4arto seguía siendo pobre como un mendigo. Era el sier#o de su parro!uia. =odas las necesidades las echaba sobre sus espaldas y daba a los necesitados hasta lo Iltimo. -ncluso el anillo, !ue como párroco lle#aba, lo present un día en el monte de piedad de
P%i !uerido don $uigi %oretto Pdi"o un día al mayor de sus dos coad"utores, un sacerdote algo ealtadoP, tI te ecedes un poco en materia de predicacin. Hoy te has desatado contra la borrachera y te has epresado tan claramente y personaliGando, !ue no slo los adultos, sino también los nios han #uelto la cabeGa a nuestra maestra, la seorita +delaida. PN/ero si es un escándaloL Prefunfu el primero. POa sé !ue, por desgracia, la maestra de #eG en cuando mira con ecesi#a atencin en el #asito Pasinti el párrocoP. /ero tI no puedes desacreditarla ante toda la parro!uia. Esto #a tanto contra la caridad como contra la prudencia. 8ueno, no pongas mala cara, hermano, pero desde el pIlpito nunca debes personaliGar. PRCmo debe hacerse, entoncesS Ppregunt don %oretto. PCuando solamente se censura el #icio general, ninguno se ofende, por!ue otros. nadie se cree aludido, antes bien cada uno cree, !ue #a por los PEn esto no te falta raGn. /ero ya sé un camino. Oa #eréis. +hora de"emos ya este asunto. PR3eparto las cartasS Ppregunt el segundo coad"utor, don ;erdinando Würbs, algo más benigno, !ue ya tenía el de#ocionario del diablo en las manos P. R=resillo o dobolnS $o !ue !ueráis Prespondi 4arto, riendo. Era al comienGo del hermoso mes de prima#era dedicado en todos los lugares de la tierra a la #eneracin de nuestra 4eora. En la primera meditacin del mes de mayo di"o don 4arto> PEn este ao, !ueridos fieles, he decidido !ue los actos del mes de %aría sean algo distintos de los celebrados los otros aos. /odría predicaros todas las tardes un sermn, pero ya sé !ue no gustáis de demasiados sermones. /or eso todas las tardes os leeré algo de un libro hermosísimo. R/ero es realmente hermosoS, me preguntaréis. Oa lo creo !ue lo esT puedo asegurároslo. Hay en é& preciosas y acertadísimas obser#aciones al lado de e"emplos magníficos. Oa lo #eréis #osotros mismos. 2o necesitáis más !ue #enir todas las tardes, escuchar la lectura con atencin y aplicar lo escuchado a #uestra sal#acin. $os habitantes de 4alGano aguGaban los oídos y el acto de las flores del mes de mayo se #eía más y más concurrido cada día. + #eces resultaba &(
mara#illoso lo !ue el párroco leía. Dna y otra #eG aparecían e"emplos, !ue daban a los oyentes la sensacin de !ue habían sido tomados de su propia #ida. /arecía como si el autor hubiera escrito el libro a propsito para 4alGano. 3ealmente, se reconocía uno a sí mismo en las preciosas historias, pero nadie podía sentirse herido, por!ue el párroco las leía en un libro, !ue había sido impreso para todos y, puesto !ue el autor no podía conocer a nadie de la pe!uea ciudad, tampoco podía referirse a ninguno de ellos personalmente. 4in embargo, en estas tardes más de uno iba a casa sumido en serias refleiones. PBígame, R!ué clase de libro es ese, tan hermoso e interesante, !ue tiene ustedS Ple pregunt un día el conse"ero eclesiástico %iele. $o compraría con mucho gusto. PN+h, no croo !ue pueda encontrarse en ninguna parteL Prespondi 4artoP. Creo realmente !ue era el Inico e"emplar !ue había. PEntonces posee usted un #aliosísimo libro, seor párroco Pafirm Mulio %iele. %uchas #eces parece como si estu#iera escrito a propsito para 4alGano. P4í, yo también estoy contento de poseerlo Ple respondi don 4arto. En el primo con-eniat le preguntaron asimismo los coad"utores !ué clase de libro tan curioso era ése !ue leía. PQuiero enseároslo respondi 4arto, cogiendo un libro do su estanteP. +!uí está. P)8re#e descripcin del mundo animal* ley P;erdinando Würbs P. =e has e!ui#ocado, párroco. P2o, noT es ése Preplic 4arto riendoP. Ese es el libro !ue lle#o todas las tardes a la iglesia por su hermosa encuadernacin en piel. $uego contemplo un momento a mis oyentes, refleiono unos instantes en las amonestaciones o a#isos !ue puede necesitar éste o a!uél y hago #er !ue leo en el libro un e"emplo acomodado. Con este método siempre se da en el cla#o y, sin embargo, no se hiere a ninguno, por!ue no es don 4arto !uien sinose!ue está escrito en el libro. /ero no me traicionéis, por!uelosidice, no, todo estropearía. $as funciones del mes de %aría de don 4arto fueron bien pronto conocidas por toda la regin y muchos fieles de las aldeas #ecinas, cuyas iglesias se iban !uedando cada día más #acías, acudían solícitos a él. &J0
Dn día un párroco, mo#ido por la en#idia, se !ue" al obispo del empleo de métodos como el de leer en un libro algo !ue no está escrito en él. /ero el obispo, al despedirle, le di"o riendo> P El amor le #uel#e a uno ingenioso. =ambién a la maestra le ech don 4arto un día una reprimenda, !ue con todo y ser muy clara, no podía molestarla. /or segunda #eG habían tenido !ue acompaar a su casa a la singular maestra, !ue hacía eses, y los rumores de ello se habían corrido por toda la ciudad. P=ienes !ue inter#enir, párroco Ple di"o, indignado, el coad"utor %orettoP. =al escándalo no debe reproducirse. P8ueno Prespondi don 4arto. +l día siguiente hiGo una #isita a la maestra. PHe oído decir !ue ayer tarde tu#o usted un mareo, perdiendo el conocimiento, seorita +delaida Ple di"o él con toda ingenuidadP. 4in duda, alguna cosa !ue no le sent bien. /or fa#or, de a!uí en adelante tenga un poco más de cuidado con su salud y sea prudente con las comidas o bebidas !ue no le sientan bien. 4entiría mucho !ue tu#ieran !ue obligarle a renunciar a su cargo a causa de su salud. $a cosa estaba epresada con suficiente claridad y la solapada amenaGa tampoco era para ser pasada por alto. 4in embargo, la maestra no podía sentirse herida. P4í, yo también creo !ue tengo !ue ser un poco más prudente P afirm ella, perple"a. PR%e lo promete ustedS P4í, se lo prometo. En efecto, la seorita +delaida cumpli su promesa y en adelante nadie pudo encontrar un moti#o para escandaliGarse de su conducta.
4l 1ien"ec"or po1re P/asado maana es el ani#ersario de la boda de nuestros padres Ple di"o 3osa un claro y hermoso día del mes de febrero de &KF&P. R2o podríamos ir maana a 3iese, para !ue celebrarais allí una misa por el eterno descanso de papáS &J&
PEs una buena idea, 3osita, creo !ue puedo !uedarme libre P contest Aiuseppe, animoso. P+ mamá le daremos una gran alegría. O a los sobrinos y sobrinas de la casa de /arolin. O la pe!uea +malia, N!ué graciosa con su parloteoL O a Aiambattista ni si!uiera lo hemos #isto. 4iete son ahora en )$as dos hermanas*. P2uestra =eresa es igual !ue la #id fructífera de la !ue habla el salmista. 8ien, pues, maana por la maana enganchamos la yegua y nos #amos a casa. PN+hL, otra cosa, hermano, no debéis prestar a cual!uiera nuestro carrucho. Está ya a punto de destartalarse y con Lisa debéis tener más consideracin. PEl mo#imiento no puede daarla Preplic el hermanoP. +ntes, al contrario, si permanece siempre en el establo, se an!uilosarán las articulaciones. /or otra parte, difícilmente podría negárselo a la buena gente. P$os habitantes de 4alGano se apro#echan de #os, Aiuseppe. /rometedme !ue no #ol#eréis a prestar más el carro y el caballo. P[nicamente en los casos más urgentes P prometi 4arto. PNOa os conoGco, AiuseppeL Psuspir la hermanaP. =odo lo regaláis. +penas si tenéis una camisa para mudaros. PRCuántas !uedan aInS PBos, y las dos están ya cien #eces remendadas. P%agnífico. 8astan sobradamente. Dna para tener puesta y la otra para la#ar. Con ellas estoy muy bien pro#isto. PEstáis bien pro#isto de todo, especialmente de sotanas. /ara 2a#idad tenéis !ue comprar una nue#a. P/ero si no tengo dinero, hermanita. POa lo sé. /ara #os nunca tenéis dinero. PN6h, síT hoy sí !ue tengo dineroL 3ecientemente pronuncié en %irano la oracin fInebre por el #ie"o
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PEso te #endrá bien Prespondi 3osa alegrementeP. Esta tarde #endrá ;rancesco de 8ei, el comerciante de paos. $e he citado yo misma. /odremos comprar lo más necesario. PEres una derrochadora, 3osita Pla reprendi el hermanoP. $o !ue gastamos en artículos inItiles, se lo robamos a los pobres. + mí me bastan las dos camisas. PEstá #istoT con #os no se puede hablar Psuspir la muchacha. PN+laL, #ete a abrir la puerta, !ue están llamando P di"o Aiuseppe interrumpiendo la charla. PEs el #ie"o Candera. Quiere hablar con #os Ple anunci 3osa después de un rato. P8ueno, ahora #oy. 2icolo Candera tenía en 4alGano un pe!ueo puesto de #erduras y bien !ue mal #i#ía de su comercio. $e hubiera ido mucho me"or, pero, desgraciadamente, se bebía gran parte de sus ganancias. /erple"o, daba #ueltas a su gorra entre las manos y miraba al párroco con mirada insegura. PRQué hay de nue#o, 2icoloS Ppregunt don 4arto. P=engo un gran deseo, seor párroco Ptartamude el #ie"oP. %ire usted, mi !uerida hermana de /adua está enferma, gra#emente enferma, re#erendo, y tendría !ue #isitarla urgentemente. PEn eso hacéis muy bien, 2icolo. P4í, pero a pie el camino es largo. Hay sus buenos #einte ilmetros, seor párroco. O yo había pensado... POa lo adi#ino. PR2o es #erdad, don Aiuseppe, !ue me prestáis el carro y el caballoS Pdi"o el #ie"o, goGoso. PR=an enferma está realmente #uestra hermanaS Ppregunt 4arto, desconfiado. PAra#ísima, ya le han sido administrados los Iltimos sacramentos. /uede morir de un momento a otro. P8ueno, si es así, tenéis !ue ir allí sin falta.
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PR2o se os habrá ocurrido prestar el carro al #ie"o borrachoS P pregunt 3osa, indignada, cuando el hermano entr de nue#o en casa. P3egresa hoy mismo por la tarde y maana podemos ir nosotros a 3iese. P/ero Rcmo habéis podidoS Pdi"o la hermana afligida, mo#iendo la cabeGa a unocaballo y otro ladoP, pero Rcmo habéis podido confiar #uestro carro y #uestro a ese hombreS P%ira, 3osaT su hermana está gra#emente enferma. 2o podía decirle !ue no. P/ero cuando #os mismo necesitáis algo, decís siempre !ue no P refunfu 3osa, yéndose a la cocina. /or la tarde, siguiendo su costumbre, 4arto había ido a buscar a sus casas un par de muchachos faltos de la #igilancia necesaria y se sent con ellos en la cocina a "ugar a la )pastorela*. $a cocina era el Inico lugar caldeado dede la lea casaTy pues había #uelto regalar todasdelasGarGa pro#isiones había4arto !ue contentarse cona los pocoscasi troncos y algunos mano"os de rama"e. PN6nce o"osL Peclam triunfante el pe!ueo +ndrea Cusinatti, el hi"o del alguacil, e hiGo a#anGar su ficha un buen trecho. PNO doceL Pprorrumpi, "ubiloso, $uigi /arrettiP. He ganado. PNO yo soy el segundoL Pdi"o entonces ;rancesco =osetti, llegando a la meta. P+bre la puerta, $uigi, !ue han llamado Ple mand el sacerdote. PBebe de ser Candera. He oído #enir un carro Pdi"o 3osa !ue estaba al fogn, pasando por la sartén el resto del asado del carnero. $uigi regres conduciendo un hombre a la cocina, cuyo rostro estaba casi totalmente tapado por el cuello del capote le#antado. PRQué clase de figura es éstaS Ppregunt don 4arto, sacando un poco el pabilo del farol. PN6h, don CarloL Peclam 3osaP. Dn cabello tan negro y riGado slo lo tiene el coad"utor Carminati de Aalliera. P$o ha adi#inado, seorita 3osa Pdi"o, sonriéndose, el #isitante, mientras desen#ol#ía su capoteP. R/ero !ué banda es éstaS Pinterrog sealando a los "#enes. &JJ
P+ la pastorela está "ugando mi hermano con ellos Paclar 3osa riendo. PO yo he ganado Psalt $uigi, triunfante. P+hora id tran!uilos a casa Ples indic don 4artoP. El primo domingo #ol#eremos a "ugar. /oco satisfechos la una inesperada #isitade serecriminacin despidieronal los muchachos, no sin antesdeechar mirada llena coad"utor. PEl párroco de 4alGano "ugando a "uegos de aGar Pdi"o bromeando don CarloP. /ues sí !ue das un buen e"emplo a tus muchachos. P2o es tan malo como parece Preplic 4arto retirando los dados. P
P=anto me"or, entonces. 2o se preocupe, pues, !ue eso corre de mi cuenta. P4e lo agradecería de todo coraGn, don Carlo. P+In he podido encontrar un poco de tabaco para ti, Carlo Pdi"o 4arto, cuando ambos hubieron #uelto a la cocinaP. 2o es de la me"or calidad, aun!ue pol#illo de rapé. yo no entiendo nada de eso. Oo me mantengo fiel a mi P%arca matamoscas Pprorrumpi riendo Carminati, después de haber llenado bien su pipa y de haber echado las primeras chupadasP. /ero ya estoy acostumbrado a seme"antes hierbas. %ientras 3osa se ocupaba en poner la modesta comida sobre la mesa, los dos eclesiásticos se entretu#ieron en cambiar impresiones y recuerdos de los alegres y comunes aos de coad"utores. $uego Aiuseppe habl al amigo de su parro!uia, de las inno#aciones en la fábrica de seda, de la ca"a de la ahorros había fundado,dedetraba"adores, la escuela nocturna las muchachas fábrica!ue y de la sociedad a la !ue para él había dado #ida. P$a cuestin social, mi #ie"o amigo Pdi"o 4arto con #i#eGaP, es sin duda alguna lo más importante de nuestro apostolado en la actualidad. En +lemania, el obispo `etteler la ha emprendido #alerosa y decididamente y también se oye hablar mucho de un cierto +dolfo `olping, !ue se ha encargado de los aprendices ambulantes. 2osotros en -talia no podemos !uedarnos atrás. P8ien, pero nosotros tenemos a don 8osco y al Cottolengo Ple record don Carminati. Bon 4arto, sin embargo, prosigui con entusiasmo> P=area nuestra es solucionar los problemas sociales, en cuanto nos sea posible. 2o podemos abandonarlo a la lucha de las clases sociales. %ientras no sepamos proporcionar a nuestros traba"adores medios lle#aderos de #ida, estamos predicando a oídos sordos. PEl papa debería pronunciarse en esta cuestin Popin don Carminati. PNEl papaL suspir 4artoP. N2uestro pobre /ío -7L Vl mismo tiene !ue recorrer su doloroso cal#ario. Cuando hace medio ao los piamonteses irrumpieron en el palacio de $etrán, se arrodill en la escalera santa, sobre los santos peldaos del pretorio de /oncio /ílalo, ante el cual los "udíos gritaron al 4eor su cruci7i%e. &J9
PO ahora nue#o ruido por el dogma de la infalibilidad Pafirm don CarloP. =ienes raGn. El santo padre no podrá encontrar el tiempo para pronunciar una palabra decisi#a sobre los difíciles problemas sociales de nuestro tiempo. El comerciante de te"idos entr, poniendo con ello fin a la seria con#ersacin. PEn #ano te estás esforGando, ;rancesco Preplic don 4arto al "o#en Be 8ei. P/ero si usted mismo me ha citado respondi el tendero, perple"o. POo, no> acaso la cruG de mi casa. POa !ue estáis a!uí, mostrad al menos #uestra mercancía P inter#ino don CarloP. NBe #erdad !ue tenéis buen linoL O el buen lino da muy buenas camisas. O tI, 8eppo, Rno necesitas acaso un par de camisas nue#asS PClaro !ue necesita algunas Psalt 3osa con #i#eGa. PCortad, entonces, te"ido para una media docena, maestro. P=I compra lo !ue !uieras Pyo no compro nada gru Aiuseppe, mientras ;rancesco maniobraba con la #ara y las ti"eras. PEstos son los metros para media docena Pdi"o el comerciante, enrollando el lienGo cortado. PO ahora paga, 8eppo Porden el coad"utor. PR/or !ué yoS =I eres el !ue has comprado. PRQue soy ha compradoS Peclam don yCarlo como desconcertado. =I,yo tI el eres!ue el !ue has comprado. /aga pronto no hagas esperar más tiempo al maestro. PN=I, traidor, sí !ue me "uegas buenas tretasL Pdi"o 4arto, indignado. PEl te"ido cortado no puedo !uedármelo Pdi"o el comerciante, alarmado. PRHas oídoS Con !ue, a pagar. El párroco se resign entonces a su suerte y sac del bolsillo la moneda de oro. Be 8ei de#ol#i el resto del dinero y desapareci presuroso. 8onita conspiracin la #uestra refunfu el párroco. &JF
PRBe !uéS respondi 3osa. 4i don Carlo no hubiera estado a!uí, en unos días no hubierais tenido ni un solo centésimo de la géno#a y tampoco la tela de lino Burante la cena no cesaron de prestar atencin a todos los ruidos !ue #enían de la calle. P/ero R!ué estará haciendo el #ie"o Candera !ue tarda tantoS P eclam 3osa con creciente preocupacinP. R2o le habrá pasado alguna cosaS /ero aIn transcurri una buena hora hasta !ue el deteriorado carrucho #ino rechinando por la calle y el #endedor de #erduras llam a la puerta de la casa parro!uial P4í, ya estoy a!uí de nue#o Ptartamude el #ie"o con lengua insegura, y 4arto percibi el #aho maloliente de alcohol !ue despedía. $a hermana #i#e aIn, gracias a Bios. En realidad, no tenía más !ue una pe!uea indigestin. pero las mu"eres siempre han de eagerar. PN/ero tiene el caballoL Peclam 3osa, !ue había cogido el farol!ué del aspecto carro, para eaminar el caballo y el #ehículo. NCielo santoL N4i tiene las rodillas golpeadas y sangra !ue da compasin #erleL PRQué ha pasado, pues, 2icoloS Ppregunt don 4arto, !ue se acerc preocupado. PN6h, es !ue hemos tenido un pe!ueo accidenteL Ptartamude el #endedor de #erdurasP. 2os encontramos con el poste ilométrico, !ue yo no había #isto, y ello hiGo !ue la yegua se cayese. P4in duda habréis empinado demasiado el codo Ple di"o don Carminati en tono decogido. reprensin, cogiendo al #ie"o por las solapasP. %enuda turca habéis Bebierais a#ergonGaros de haber de"ado en tal estado el caballo y carro de #uestro buen párroco. PNEs !ue no #i el poste ilométricoL Pse lament el borracho, tratando de soltarse. PN4i lo hubiera #isto UngelL Peclam la hermana, !ue"ándoseP. N6s ha ocurrido esto, hermano, por prestar el carro y la yegua a todo el mundoL Hasta don 4arto lleg a indignarse. PHabría !ue... PcomenG a hablar dirigiéndose al causante de la desgracia. /ero luego se detu#o de repente, tom unas porciones de rapé y meti de nue#o la petaca en el bolsoP. /arece imposible !ue una triste piedra pueda ocasionar tanto dao Pdi"o con la mayor tran!uilidad. P$o siento mucho Ptartamude el #ie"o. &JK
P8ueno, la cosa ya no puede cambiarse Psuspir el párrocoP. =ened más cuidado para la prima #eG, para !ue no se os pase por alto ninguna piedra miliaria. POa no hay más prima #eG !ue #alga Pgru la hermana, mientras desenganchaba al animal y lo conducía a la cuadra. !ue #endarle 3osa corri a casa a buscarP=enemos algunas hilas con !uePad#irti #endarlo.don ConCarlo. la ayuda de Carminati, entendido en la materia, cur al tembloroso animal. PEl hermano hubiera debido #apulear al borracho entre las piernas, con el látigo Pdi"o 3osa, "adeante y sin aliento por la indignacinP. /ero es demasiado bueno. PEso lo hace la ascética y el rapé Preplic con Carlo riendo. Es una receta para la cura de almas, !ue le dio don Costantini en =ombolo. /or cierto, !ue se halla muy mal. Ba pena #erlo. PN/obre seorL Pdi"o 3osa, ol#idando por un momento su enfado. Cuando ambos regresaron a la cocina, descarg sobre el párroco una fuerte tempestad. P+sí pues, maana no podremos ir a 3iese Pse lament 3osaP. O la culpa de todo esto la tiene #uestra magnanimidad. Esta misma maana le había dicho !ue no debía prestar ya más carro ni caballo. PN2adie creyera !ue el párroco de 4alGano pudiera ser tan desobedienteL Prespondi el coad"utor con muy bien simulada indignacin. Bon 4arto acudi de nue#o en demanda de refugio a su rapé y como la hermana no lle#ara camino de concluir su #iolento sermn, don Carminati le alarg la petaca y le di"o con el más inocente aire de ingenuidad> P=ome usted también una racin de rapé, seorita 3osaP. $a buena chica no pudo por menos de reír, dando así por terminada la primera furiosa descarga de graniGo, por más !ue 3osa no cesase de lamentar el no poder ir a 3iese al día siguiente. P+caso pudieras hacerte prestar un carro, 8eppo Ple propuso el coad"utorP. =u rico fabricante de sedas no de"ará de ponerte una carroGa a tu disposicin. P/recisamente por eso no !uiero pedírsela> con harta frecuencia he solicitado ya su ayuda y aIn he de seguir haciéndolo para cosas mucho &J(
más importantes. O, además, ya has #isto lo !ue pasa cuando se usan carros a"enos. PEntonces os hago una nue#a proposicin Pdi"o don CarminatiP. Oo maana os lle#o hasta Castelfranco. /ara mí no es ningIn gran rodeo. Be allí poco os !ueda ya para 3iese. + la #uelta, #uestro cuado /arolin os lle#ará a casa en su carro, como es natural. P2o es mala idea Pasinti don Aiuseppe. P4e acepta de muy buena gana Paadi 3osa, decidida. +sí es como los dos hermanos pudieron llegar a 3iese, causando una gran alegría en la casa de la madre y en la cantina de )$as dos hermanas*, por la inesperada #isita. 4u sobrino $uis, de doce aos, y el hermano de éste, +ntonio, tres aos más "o#en, ayudaron a misa al tío, muy satisfechos, mientras +ngelino, un hombrecillo de siete aos cumplidos, aseguraba !ue ya estaba latinas /or parafin, ayudar a misa yno !uetu#o también podría aprendiendo ayudarle en las la oraciones prima #isita. el párroco más remedio !ue ir al cuarto de estar del cuado, ponerse a cuatro patas, cargar sobre sus pacientes espaldas a las sobrinas pe!ueas, más +ntonio, y cabalgar por la habitacin. eactamente igual !ue lo había hecho en otro tiempo con sus hermanas más pe!ueas. Aiambattista, en cambio, yacía en la cuna con el pulgar en la boca. 2o se preocupaba en absoluto de tales boberías. P2o tienes muy buen aspecto, 8eppo Ple di"o la madre, acariciando preocupada bien, 3ositaSlas en"utas me"illas de su primogénitoP. REs !ue no le cuidas P6s aseguro !ue hago lo !ue puedo Preplic con #i#eGa la cocinera parro!uialP. /ero si el hermano lo regala todo y lo !ue le pongo sobre la mesa no basta a saciarlo, no podéis echarme la culpa, mamá. PEl traba"o en una casa tan grande, a la larga tiene !ue ser demasiado para ti Pdi"o la seora %argaritaP. R2o !uerrías lle#arte contigo a 4alGano a nuestra +ntonia, 8eppoS /odría ayudar un poco a 3osa en sus !uehaceres. POa lo creo, gustosísimo Prespondi 8eppo. P4i +ntonia !uiere, naturalmente, yo estaré contenta de !ue me ayude Pasinti también 3osa. +ntonia, muchacha sana y siempre alegre, de #eintiocho aos, se declar dispuesta a emprender con ellos el #ia"e. PR/ero no os #a a hacer faltaS Pinterrog el párroco, solícito. &'0
P+In me !ueda %aría, $ucía y +na. 4uficientes para el cuidado del campo y del establo. =ambién Muan 8autista /arolin se declar dispuesto a lle#ar en su curro a 4alGano a los tres hermanos, e inmediatamente después de comer se pusieron en camino. $as dosy cuando hermanas la casay parro!uial en ellapan me"or inteligencia de administraban nue#o las solicitudes cuidados por cotidiano !uisieron apoderarse del ánimo de 3osa, la alegre +ntonia la ayudaba a disiparlos y a sobreponerse en los momentos difíciles, aun!ue tampoco ella logr corregir al prdigo bienhechor. $a liberalidad de don 4arto continu siempre la misma y cuando las hermanas le amonestaban, tenía imperturbablemente la misma respuesta> PBios pro#eeráT no os preocupéis demasiado. En sus apuros y necesidades lleg incluso a #ender su caballo, por fin. Dn día suplic al coad"utor %enegaGGi, de la #ecina le sir#iera de intermediario en tal asunto. El coad"utor logr 2oale, #ender !ue la buena Lisa por un precio relati#amente ele#ado. P-gualmente podrías #enderme el carro Ple #ol#i a suplicar Aiuseppe algunas semanas despuésP. R/ara !ué !uiero ahora un carro, si ya no tengo caballoS PN4anto BiosL Psuspir el coad"utorP. R+ !ué cristiano puedo yo ofrecerle seme"ante carro, tan tronadoS 2o obstante, lo intentaré. Esta #eG, en cambio, el resultado fue nulo. 2adie !uiso comprarlo y permaneci en la cochera a disposicin de todo el mundo !ue necesitara un carrucho. Con las nue#as camisas la cosa no fue mucho me"or. Dna detrás de otra desaparecieron del armario, por lo !ue 3osa se #io obligada a decir al hermano !ue era necesario comprar nue#a tela. 2o de"aba, sin embargo, de ser curiosa la complacencia con !ue el honrado ;rancesco Be 8ei #isitaba la casa parro!uial, especialmente desde !ue +ntonia se había establecido en ella. +un sin ser llamado aparecía ahora una y otra #eG preguntando por encargos. P4lo !uisiera saber por !ué ahora ;rancesco ronda tanto por la casa parro!uial Ppregunt un día 4arto a 3osa. Vsta respondi riendo> P4í !ue tenéis poca #ista. &'&
Be poco sir#i a Aiuseppe esta respuesta, pero un día, hubo de abrir los o"os desmesuradamente, cuando el tendero apareci ante él y le pidi la mano de su hermana +ntonia. P/ues sí !ue habéis representado un buen papel a mis espaldasP. $uego tom una porcin de rapé e hiGo tomar otra igualmente a su futuro cuadoP. En el nombre de Bios, tI eres un muchacho honrado, ;rancesco. =oma a nuestro pá"aro cantor y enciérralo en tu "aula. Dn par de semanas después se celebraba en 4alGano la alegre boda. En el lugar de +ntonia entr ahora en la casa parro!uial $ucía. PO ahora ten cuidado, 3osa, !ue no nos cacen también a $ucía.
?am1re y peste En un crudo día de in#ierno estaba don 4arto sentado en su cuarto de estudio y leía una carta de su antiguo discípulo de latín, /ío +ntonelli. Hacía tanto frío, !ue le tiritaban las manos con !ue sostenía el papel y el aliento se esparcía por el aire en #isibles nubecillas. PR=e hago un poco de fuegoS Ple interrog 3osa, !ue acababa de entrar en el cuarto y preocupada miraba al hermano. P;í"ate, muchacha, !ué alegría Peclam Aiuseppe, sin hacer caso de la preguntaP. /ío será ordenado sacerdote el sábado, y el domingo cantará su primera misa en =ombolo. PN2unca creí !ue de un tal golfillo pudiera salir un sacerdoteL P afirm 3osaP. Cuando durante las #acaciones os #isit a!uí, tenía siempre la cabeGa llena de diabluras. PBe los muchachos más tra#iesos suelen salir los me"ores párrocos Preplic 4arto, riendoP. /or otra parte, parece ser !ue, mientras tanto, ya ha llegado a sentir un poco la gra#edad de la #ida sacerdotal !ue le aguarda. En =re#iso el pueblo se manifiesta cada #eG más hostilmente contra el obispo. $a chusma ha #uelto a romperle todos los cristales de las #entanas y a los diáconos, !ue regresaban al seminario luego de la ordenacin, se les ha insultado en medio de la calle y les han arro"ado lodo. =odo esto lo escribe /ío. PN
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PNQuién sabe lo !ue puede suceder toda#íaL )%i /ío> a tu carta, ya !ue las rosas !ue coronan el día más *
*2o te ol#ides de pensar en mí en el día de tu primera misa. +l menos un suspiro de sIplica a MesIs, infinitamente bondadoso, por todos a!uellos !ue más necesitados están de fortaleGa, y ante el altar del 4eor se encontrarán nuestras oraciones suplicantes. *%is afectuosos saludos a tus padres y a todos a!uellos !ue os reunáis en tan fausto día, con moti#o de tu primera misa. En la esperanGa de #erte pronto, recibe mis más sinceros saludos. *El amigo de tu "u#entud *Bon Aiuseppe 4arto. *4alGano, &K de febrero de &KF.* /ensati#o pas el sacerdote el secante sobre el papel y #ol#i a leer rápidamente lo !ue había escrito. 4u carta le pareci casi demasiado triste para un misacantano y, sin embargo, !uiGá fuera eso lo me"or. /or todas partes en el mundo se oprimía al clero, como no lo había estado acaso nunca desde los días de las catacumbas. En +ustria nadie se preocupaba ya del Concordato. En Espaa, precisamente en estos días, acababan de arro"ar al rey y la "o#en repIblica defraudaba a la -glesia en sus derechos. En /rusia se recrudecía la campaa contra el catolicismo `ulturampfX. $os obispos y sacerdotes fieles a 3oma eran depuestos de sus cargos y conducidos al destierro o a la prisin. RO 3omaS $a cruG más pesada le tocaba lle#arla al santo padre sobre sus propios hombros. )Cru de cruce* es lo !ue !uería decir /ius en las antiguas profecías y realmente no se hubiera encontrar una designacin más acertada para el gran paciente del podido
P/erdona, 4eor, perdona a tu pueblo, !ue redimiste con tu preciosa sangre. Aiacomo Cusinati, el alguacil, entr en la casa. &'J
P
P+ nosotros aIn nos !uedan las alubias Pla consol AiuseppeP. +demás, Bios pro#eerá. + pesar de su piadosa confianGa, el aspecto de la casa parro!uial fue bien pronto bastante lamentable. PVstas fueron las Iltimas alubias Pdi"o 3osa, al acabarse la frugal comida de uno de el lospárroco primerosdedías del mesestá de marGo. P;iguraos, =ombolo gra#emente enfermo Ples anunci 4arto, desoyendo la !ue"a de la hermanaP. %aana por la maana #oy a hacerle una #isita. PBi"e !ue ya no tenemos más alubias y, aparte de eso, ninguna otra cosa más para comerP le record 3osa, mientras $ucía, perple"a, callaba. PNEl pobre don CostantiniL NCuánto ha tenido !ue sufrirL P=ambién yo lo lamento, pero estaba hablando de alubias. PEl comerciante 4ogaros me prestará su curro. %aana mismo me pongo en camino. PEstaba diciendo !ue ya no tenemos más alubias Pinsisti la cocinera. Hoy nos hemos comido las Iltimas. PN+h, pero estabas hablando de alubiasL Pdi"o el párroco, como si acabara de enterarse de la cuestinP. En serio, hermanita, no debes de tener preocupacin por el pan nuestro de cada día. REs !ue has ol#idado la sagrada EscrituraS R2o sabes acaso lo !ue en ella está escrito sobre los pá"aros del cielo y los lirios del campoS P/ero ni #os sois un gorrin, ni yo soy un lirio del campo Pgru 3osa. P4í, 3osita, esto sería difícil de sostener. PCon #os es imposible hablar. P/ero con Bios nuestro 4eor sí !ue se puede hablar.
/ero no !uiero contemplarle muerto. Bate la #uelta. 8ernardo, !ue re gresamos a 4alGano. %ientras tanto, las dos hermanas tu#ieron conse"o en la casa parro!uial sobre lo !ue con#endría hacer. PEs a Bios misericordioso a !uien hemos de dirigirnos Pdi"o 3osa amargamenteP. sabe Bios no le he ol#idado harto frecuentemente he8ien recurrido a Vl !ue en demanda de auilio.nunca /ero yno!ue podemos pararnos a esperar de Vl un milagro. PBios nos ayudará respondi $ucía confiadaP. /ero también nosotros tenemos !ue hacer algo. Oo hablaré con $uigi 8oschin. Es un gran perillán y acaso pueda orientarnos. P
P2o necesitáis pasárselo por delante de las narices Preplic $uigi, riendo. PO cuando se os haya acabado no necesitáis más !ue en#iarme a la seorita $ucía, !ue a ella no le puedo rehusar nada. Cuando 4arto, afligido por su #ia"e, regres a casa, eplic !ue no habíaP P+migo, Rde cuándo acá crees en cuentos y fábulasS Quédate en el país y aliméntate honradamente. =ambién para nuestra patria se a#ecinan tiempos me"ores. 4in embargo, más de uno #ol#i las espaldas a la ciudad !ue le había #isto nacer, #endía todos sus haberes y emigraba a ultramar. + la prima#era sigui un ardoroso #erano. $a tierra dio sus primeros frutosT el hambre fue #encida, pero slo para ceder su puesto a un compaero mucho más terrible aIn, el clera. Be nue#o, como en los aos de su "u#entud, don 4arto #i#i el período del clera. Bemasiado conocía él los efectos de la terrible peste, !ue podía atacar a un hombre por la maana para de"arle a la tarde frío y rígido en el ataId. &'K
En un principio las #íctimas fueron pocas, luego creci su nImero y al fin no había casa !ue no tu#iera un enfermoT todas las noches las campanas doblaban a muerto. POo me encargo del clera Pdeclar un día el párroco a sus dos coad"utores. $o conoGco bien deudo mis aos "#enes y no creo !ue tenga poder sobre mí. %e ocuparé en el ser#icio de los enfermos y de los moribundos y enterrare a los muertos. Besde luego, yo solo y ninguno de #osotros. PRO nosotrosS RHemos de permanecer ociososS Ppregunt don Aiuseppe $uise, el más "o#en de los coad"utores de don 4arto. P2o digas tonterías,
PBon 4arto, me estoy muriendo Pdi"o roncamente, cuando el sacerdote entr en mi aposentoP. ;í"ese usted, mis manos están ya completamente aGules. P2o, hombreT no te #as a morir Ple di"o el párroco, animándole. P4í, me mueroT estoy ya muerto. 3eciba mi confesin Pdi"o el #ie"o P en su+ estertor. un muerto no puedo confesarle Ple replic el párroco bromeando, por!ue sabía muy bien !ue un enfermo de clera está perdido si él mismo se entrega. /ero yo #eo !uo toda#ía estás #i#o. 8ien, en el nombre de Bios di todo lo !uo oprime tu conciencia. Ech a los parientes de la habitacin y dio a la hi"a mayor del enfermo un par de monedas para !ue fuera a buscar dos litros de buen #ino a casa de 4egaros. $uego se sent "unto a la cama, en"ug al enfermo el sudor do la frente, hiGodelsobre él la seal de la cruG e inclin su cabeGa para escuchar la confesin penitente. %ientras tanto regres la muchacha con el #ino. P
PR/uedo #ol#er a tomar hoy otros dos litrosS Ppregunt el #ie"o á#idamente, cuando entr el sacerdote. P2o, hoy se acab, si no #as a #iciarte en la bebida Ple respondi el sacerdote se#eramente. PRQue #oy a #iciarme en la bebidaS Pinterrog 2icolo riendoP. Vste es el me"or chistemorirte !ue heyoído hace riendo muchootra tiempo. P+yer !uerías hoy desde ya te estás #eG. P4í, su #ino ha obrado el milagro Prespondi el #ie"o socarronamente. En casa del alguacil las cosas iban peor. El muchacho de doce aos, con !uien don 4arto tantas #eces había "ugado a los dados, recibi de éste el #iático y la santa uncin. El sacerdote reconoci con profundo dolor !ue el "o#en no se saldría de la enfermedad. Estu#o #elándole "unto a su lecho hasta muy a#anGada la noche. P2o hay !ue tener miedo, +ndrés Ple di"o cuando, en las primeras horas de la maana, el pe!ueo abri los o"os y le cogi la mano. P2o, no tengo miedo Pdi"o "adeanteP. /ero... PRQuéS Bime. P/or Iltima #eG !uisiera "ugar con usted, don 4arto Ppronunciaron sus resecos labiosP. /or Iltima #eG... al "uego de los dados. P4í, Rpor !ué noS, #amos a #er Pdi"o el sacerdote, rebuscando en sus bolsillos. Efecti#amente, en ellos tenía un dado. Dsted primero Pdi"o El sacerdote hiGo rodarelelmuchacho, dado sobreabriendo la colchalosdeo"os. la cama. Dno, dos. +hora tI. $a ya descolorida mano del chico cogi el dado. P4ois Peclam, "adeante, dibu"ándose en su etenuado rostro una alegre y feliG sonrisaP. He ganado, don 4arto Paadi luego con gran esfuerGo. 6tra #eG #ol#i a coger el dado, pero luego abri la mano y éste cay al suelo. Dna. dos respiraciones angustiosas y el pobre y etenuado coraGn de" de latir. P=u#o una postrera alegría Pdi"o 4arto, consolando a la llorosa madreP. 4í, tI has ganado. +ndrésP. $uego, con mano temblorosa cerr los o"os del muchacho, la sonrisa del #encedor !ued dibu"ada en el rostro del muerto. &9&
4lo durante la noche se enterraba a los muertos. +compaado de su sacristán entr don 4arto en una casa en !ue había una de las #íctimas. En ella encontr a tres hombres !ue estaban cerrando un ataId. PRBnde está el cuartoS Ppregunt el sacerdote. de nosotros tres de ningIn otro se ha atre#ido a #enir, por miedoP;uera al contagio Paclar uno los hombres. P8ien, $uigio> #ete delante con la cruG y el farol Pmand el párroco al "o#en 8oschin. $uego cogi él mismo del cuarto palo y a tra#és de un par de estrechas calle"uelas ayud a lle#ar al muerto hasta el cercano puente, donde aguardaba el carro de los cadá#eres. %uerto de cansancio se desliG esta noche a casa. 2unca hasta entonces se había sentido tan abatido. Dn estremecimiento de horror le sobre#ino de repente. 2unca había tenido miedo al clera. R$e habría atrapado al finS Con manos temblorosas ech un poco de pimienta en un #aso de #ino y se lo trag todo con ansiedad. $uego cay en la cuenta de !ue la medianoche hacía mucho ya !ue había pasado. + la maana siguiente no podría celebrar la santa misa. 8usc su lecho, pero no pudo dormir. El sueo había huido de sus o"os. =eniéndolos muy abiertos miraba, sin #er, en las tinieblas. PNBios míoL Pbalbucieron sus labiosP. REs !ue nos has abandonado enteramenteS RQuieres matarlos a todos, a todos mis pobres hi"osS =oma mi #ida por las suyas. RO si ahora él enfermaseS $le#aría consigo la peste a casa y agra#aría la situacin de sus hermanas, !ue ya tanto sufren por él. 2o, de ninguna manera. %ucho me"or !ue la muerte #iniera a buscarle en cual!uier camino, sobre un montn de heno o en una choGa abandonada. Cuando las primeras luces de la maana brillaron en su cuarto, se le#ant, bebi un poco de aguardiente y llam a la puerta de su hermana 3osa. P6ye, chica Pdi"oP, me #oy a
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PREs !ue no os sentís bienS P#ol#i a preguntar 3osa, saliendo precipitadamente de la habitacin y mirando espantada el trasnochado y etenuado rostro del hermano. P2o, me siento muy bien. PRQué #ais a hacer, pues, a
Efecti#amente, tras algunas semanas se etingui la peste. /ero, a pesar del nue#o resurgimiento de la #ida, la carestía era grande en todas partes. %uchas casas habían perdido a sus cabeGas de familia. El párroco de 4alGano dio hasta las Iltimas migas para ali#iar la pobreGa. Vl mismo se pri#aba de lo más necesario y las buenas hermanas continuaban preocupadas por la salud de su hermano, cada #eG más precaria. PEsto no puede continuar así Pmanifest un día 3osa a don Carminati, !ue había #uelto a predicar otra #eG en la parro!uia de 4alGano P. Vl mismo se lle#a a la tumba. 2unca se procura una distraccin, no come lo suficiente y es el sier#o de todo el mundo. 4lo tiene usted !ue #er cuán anchos le #ienen todos los #estidos. 2o tiene más !ue piel y huesos. P=us hermanas tienen toda la raGn, 8eppo Ple di"o don CarloP. Hay !ue preocuparse un po!uitín de sí mismo y pensar algo en la propia salud. Eres demasiado celoso en todas las cosas, pero el celo imprudente no hace más !ue per"udicar. O fí"ate bien, 8eppo, cuando ciertos instrumentos se estropean, nunca más pueden arreglarse. 4é, por tanto, raGonable. 3esér#ate un poco y de"a a los demás hacer algo. +l fin y al cabo, tienes dos coad"utores. En este mundo cada uno tiene !ue tener su parte. PN
/oco después recibi don 4arto una carta de su obispo. Con la mayor bondad, pero también con gran decisin, monseor @inelli le amonestaba !ue de allí en adelante cuidara un poco más de su salud, se reser#ara algIn tanto y se procurara la con#eniente epansin. P+lguna #ie"a habrá ido al obispo con el cuento Pmurmur 4arto, poniendo la carta a un lado. 2o obstante, en el futuro no se reser# más de lo !ue hasta entonces, pues su modo de ser no se lo permitía. En el otoo del ao &KF' fue el obispo @inelli a 4alGano para confirmar y hacer la #isita episcopal. Encontr todas las cosas a su perfecta satisfaccin. [nicamente la salud del párroco parecía !ue de"aba mucho !ue desear. P/ero, seor párroco, no parece !ue haya usted hecho caso de la carta !ue le escribí al comienGo de la prima#era. O, otra cosa, Rpor !ué no lle#a su anillo pastoralS PEs #erdad, porperple"o. desgracia no lo tengo a mano de momento P tartamude don 4arto, PREn !ué calle de
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PVl mismo, su antiguo coad"utor de 3iese. Como usted sabe, rige nuestro seminario sacerdotal desde hace muchos aosP. =ras una pausa el obispo ad#irti al párroco !ue en =re#iso no podría tener casa abierta. P4u ecelencia manda y yo obedeGco, seor obispo Paadi 4arto, después de fuerte lucha interior. tendréiscuando !ue #ol#eros de nue#o a casa, a 3iese Peplic 4artoP+hora a sus hermanas, les comunic el nombramientoP. =I, 3osa, te sentirás muy bien al lado de madre, pues en todos estos aos no he hecho más !ue darte disgustos y causarte penas, y tI, $ucía... POo me !uedo a!uí Prespondi la hermana. PRCmo, si tengo !ue cerrar la casaS =I no puedes permanecer a!uí. P4í podré, ya lo #eréis. +l día siguiente apareci en la casa parro!uial el sacristán $uigi 8oschin, #estido con tra"e festi#o. P/ero R!ué es lo !ue pasa, $uigiS Ple pregunt 4arto, admiradoP. NHoy no es domingoL P2o, don 4arto Prespondi el sacristánP. /ero es !ue su hermana $ucía y yo !uisiéramos casarnos y por eso !uería preguntarle si está usted de acuerdo. P8ueno, si es así... P/ues así es Prespondi 3osa, riendoP. /ero sí siempre lo he dicho, no os dais cuenta de lo !ue pasa en #uestra propia casa. $aen boda de su hermana fue el Iltimo ministerio oficial !ue don 4arto celebr 4alGano. P4u despedida nos conmue#e a todos Ple di"o el conce"al /aolo 8ottaccin, al estrecharle la mano en el momento de partir. P4í, el seor obispo se me lle#a a =re#isoT Nbuena es éstaL Pdi"o 4arto, riendo. O aadiP> /ero a mí no me !ueda más remedio !ue doblegarme a su #oluntad. P%ire usted, para ser sinceroT los habitantes de 4alGano le #ieron #enir de mala gana, pero de peor gana le #en ahora marcharse. P+sí se compensa todo en la #ida, !uerido Prespondi el sacerdote, sonriéndose, a la #eG !ue encendía la pipa, pues durante el período del clera, para poder #encer el asco, se había acostumbrado a fumar.
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=3E<-46 %+2=D+
irector espiritual y canciller 8a"o las #etustas y #enerables arcadas del seminario, un antiguo con#ento de dominicos, se paseaban, en un llu#ioso día de diciembre del ao &KF', los clérigos de =re#iso, con pasos mesurados, como sentaba a los "#enes abates, siempre !ue el o"o #igilante del riguroso prefecto de estudios Aio#anni %ilanese reposaba sobre ellos como en esta ocasin. PR$o sabesS, tenemos un nue#o director espiritual Pdi"o confidencialmente Drbano Aaspardis. un muchacho flacucho de ;ríul, a su amigo y camarada del cuarto curso de bachillerato, el mofletudo Aio#anni 8ressan, !ue estaba royendo una ciruela reseca. P4í, un paisano mío Prespondi 8ressan, escupiendo el hueso, recogiéndolo hábilmente con la punta del pie y lanGándolo con fuerGa a los altos arcos del 4arto y es de 3iese. $e conoGco de antiguo #erle encon#entoP. Castelfranco,4eelllama lugar Aiuseppe de mi nacimiento. PRQué clase de gente, pues, son los 4artoS Ppregunt Enrico /astore, meGclándose en la con#ersacin. PN6h, gente pobrísima, con muchísimos hi"osL Prespondi Aio#anni, pescando una nue#a ciruela en los insondables bolsillos de su sotanaP. 4u padre era alguacil. P+lguacil no es gran cosa, !ue digamos Pdi"o Enrico despecti#amente. P+!uí no importa nada lo !ue fuera su padre Pafirm DrbanoP. $o esencial es !ue el nue#o director espiritual nos agrade. R2o sabes nada más de él, Aio#anniS PClaro !ue sé, todo un montn de cosas Prespondi "actancioso el "o#en 8ressan, en la flor de sus !uince aosP. 2uestro párroco es un &9F
condiscípulo suyo y dice !ue don 4urto fue siempre el primero de la clase y !ue es todo un poGo de ciencia. P/ues yo no puedo #er a esos poGos de ciencia Pgru EnricoP. 4i es así, nos dará, sin duda, unas pláticas tan aburridas como su predecesor. Enrico frunci su tersa frente, de modo !ue ésta !ued surcada de arrugas, y comenGclérigos. a ensear=enemos con una auténtica cara deentre profesor> PQueridos !ue distinguir el intellectus a%ens y el intellectus patiens. Esta distincin es etraordinariamente importante, abati, como por lo demás toda distincin en filosofía y teología, sobre la cual, ante todo, estriban ambas ciencias. Quien no sabe distinguir, tampoco podrá llegar más tarde a una cierta ecuanimidad en la cura de almas. $os amigos se echaron a reir por la bien lograda imitacin. P4i el nue#o director espiritual empieGa también con el intellectus
a%ens, me duermo en Bame seguida. amén podéis despertarme de nue#o P di"o Enrico, riendoP. una+lciruela. Aio#anni. PCon mucho gusto. =oma, y para ti otra, Drbano. /ero no creo !ue #aya a fatigar demasiado a tu intellectus patiens@ al fin y al cabo, no era más !ue un modesto párroco rural. P=ocar el rgano sí !ue sabe Ple replic el de ;riulP. $os mIsicos siempre me han gustado. 6ye, oyeT sin duda es él, el !ue está tocando el rgano allá arriba, en 4an 2icolás. PNCaramba, cmo lo hace soplarL Peclam 8ressan, admiradoP. /or lo menos ha sacado #einte registros. Esto sí !ue no es rascar el #iolín, como tI haces. PNQué #a a entender de eso un beocio como tIL Pcontest AaspardisP. N4i eres desafinado como una #acaL PCuando nuestra #aca muge en casa, puedes acordar tu #iolín con su mugido. =iene el oído absoluto y muge siempre entre fa y sol sostenidos o una cosa así. P%ás tarde cantarás tI también el prefacio entre fa y sol sostenidos o una cosa así Pdi"o Drbano, riéndose alegrementeP. N/obre del organista !ue tenga !ue darte el tonoT me da compasinL PEn todo caso yo canto más fuerte !ue tI y eso ya es un mérito. PHay !ue distinguir entre fuerte y bien, !ue no es siempre lo mismo. &9K
P+hora comienGa éste también con las distinciones Psuspir Enrico. PQuiera Bios !ue el nue#o director espiritual no distinga tanto. POa lo #eremos Pdi"o Aio#anni, arro"ando una pepita de ciruela, precisamente en el poGo del #ie"o patio con#entual. /or la tarde, los clérigos de =re#iso esperaban, impacientes, en la antigua sala capitular, de cuyos muros les contemplaban un par de docenas de santos dominicos. En los primeros bancos estaban sentados los "o#encitos de los cursos gimnasialesT a continuacin, y por orden de edad y dignidad, #enían los retricos, los filsofos, y por fin los telogos, muy primos ya a la meta. =odas las miradas se dirigían a la tribuna de conferencias, cuyos escalones, cubiertos de una alfombra #erde, estaba subiendo el nue#o director espiritual. Dn cuyos momento de" don 4arto #agar su #ista filas sus oyentes, "u#eniles rostros no cuadraban muypor bienlascon las de respetables sotanas. Dna sonrisa se dibu" en su semblante, pensando en a!uellos le"anos aos, cuando él mismo en el seminario de /adua estaba sentado a los pies del director espiritual. PN/ero !ué delgado estáL Pcuchiche 8ressan a su amigo Aaspardis. PCalla, !ue #a a empeGar Ple respondi éste en el mismo tono. P%is !ueridos clérigos PcomenG don 4artoP. hace ya muchos, muchos aos !ue, siendo un "o#enGuelo, llegué a la misma casa en !ue ahora #i#ís #osotros. =enía el coraGn oprimido, pues había de dar cuenta de mis conocimientos ante los eruditos profesores. Oa podéis pensar cuál sería entonces mi estado de ánimo. Dna complaciente sonrisa de inteligencia recorri todas las filas. PNHombre, éste es buenoL Pcuchiche Enrico /ustore a su #ecino. P+hora estoy a!uí de nue#o Pcontinu el sacerdoteP, por!ue el seor obispo me ha nombrado director espiritual del seminario. 4in duda alguna creeréis !ue yo soy uno de esa especie de directores espirituales !ue por sus #astos y profundos conocimientos de la ascética y de la teología y por la forma perfecta de la epresin de su pensamiento se halla en condiciones de guiaros con plena seguridad, de iluminaros y conduciros por el camino !ue con la proteccin di#ina habéis emprendido. &9(
*/ero, de"ádmelo decir francamente desde un comienGo. nada o muy poco poseo de todo esto. 2o soy más !ue un pobre párroco rural, a !uien la #oluntad de Bios ha conducido hasta a!uí. O puesto !ue el 4eor así lo ha !uerido, os ruego !ue escuchéis con bene#olencia la palabra de un pobre párroco rural y seáis indulgentes con él. 2o esperéis. pues, de mí, conferencias eruditas ni distingos filosficos. El "uego de distingos se me ha ol#idado enteramente en la aldea, con la cura de almas. PN8ra#oL Peclam Enrico /astore, tan alto, !ue un par de clérigos #ol#ieron la cabeGa para mirarle. P%aana celebramos la fiesta de san 2icolás, el patrono protector de nuestro seminario. Be"adme, pues, hoy contaros algo del gran obispo, !ue es para todos nosotros un modelo acabado de perfeccin sacerdotal. N+h, esto era algo muy distinto de los distingos del anterior director espiritualL Enrico ya no fue presa del sueo. 2i uno solo de los oyentes !uitaba sus o"os del sacerdote, !ue de manera animada y emocionante relataba la #ida, actuacin y grandes milagros del santo. P%e gusta Pdi"o Enrico, entusiasmado, cuando los clérigos hubieron abandonado la sala capitular. %ira, mira de lo !ue es capuG uno de estos párrocos rurales P afirmaban igualmente satisfechos los telogosP. N
P/ero la lgica... Pinsisti ;erretton. P2o hablemos más, por ahora, de lgica Pdi"o el rector, interrumpiendo la discusin Bon 8eppo procede rectamente. Cuando es preciso, sabe distinguir tan bien como cual!uiera de nosotros, o !uiGá me"or. /ero yo también distingo ahora. $a lgica pertenece a la clase, la piedad sincera a la sala capitular, y la fraternal alegría al refectorio. Cuéntame más bien. 8eppo. !ué hace en 3iese nuestro buen %asella. PNCántaroL Prespondi 4arto, riendo. El buen +ntonio. después de la muerte de la ilustrísima, emigr a
PHaGlo, haGlo Prespondi el rector con #i#eGaP. El ;risone tiene madera de sabio. /on todo tu empeo en !ue sea también un buen sacerdote. Con gran ardor se consagr el nue#o director espiritual a su oficio. /uesto !ue don a/oGGi, el canciller secretario pri#ado @inelli del obispo, había sido trasladado ;ossalunga comoypárroco, monseor dio también ambos cargos al director espiritual, !ue había de pasarse muchas horas diariamente traba"ando en la cancillería. Con harta frecuencia se le #eía sentado, lanGando sordos gemidos, agobiado por un montn de actas !ue no parecía tener fin. 4u Inico ayudante, don 8iasetto, !ue tenía su despacho en la antesala de la cancillería, era un "o#en sacerdote enfermiGo, !ue poca ayuda podía prestarle en su traba"oT estaba muy pagado de su dignidad y oficio, y a #eces, con gran disgusto de más de un párroco, se daba aires de gran persona"e y protector, !ue le sentaban muy mal. P PR+tiende también peticiones, "o#enS $o !ue tengo !ue tratar nada le importa, chupatintas. P/eroseor R!uécura significa esoS NHaga usted el fa#orL R6l#ida usted dnde se encuentraS PO usted ha ol#idado !ue está tratando con un benemérito y respetable párroco Ple di"o don 4arto reprochándole, !ue al oír el ruido había salido a la antecámara. P/or fa#or, pase usted, !uerido con7rater Paadi luego dirigiéndose al #isitante. El cura chupatintas 4arto está a su disposicin. PN6h, no !uisiera haberle molestado, monseorL /ero se le re#uel#e a uno la bilis cuando un "o#en presumido le hace esperar como a un colegial, hasta !ue finalmente, como si hiciera un gran fa#or, se digna informarse de los asuntos !ue uno trae.
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P8ueno, bueno, no eageremos. =ome usted primero una porcin de rapé. En el fondo, 8iasetto es un buen muchacho. 4lo !ue a #eces no sabe guardar las formas. /or otra parte, es un pobre enfermo. PN6h, entonces lo sientoL Pdi"o el párroco, aplacadoP. Oo no lo sabíaP. O correspondiendo al ofrecimiento de don 4arto, tom una porcin de rapé. PO ahora tenga la bondad de manifestarme sus deseos Pdi"o 4arto amablemente al pastor de almas, después de haber tomado ambos asiento. P4í, se trata de un asunto muy delicado, de un caso matrimonial. %ire usted, en el pueblo hay dos "#enes !ue !uieren casarse. =odo iría muy bien si no fuera por un muchacho con !uien la chica había estado prometida. El cha#al se niega ahora a de"arla libre. RQué tengo !ue hacerS P/ues hable usted con el muchacho muy seriamente. POa lo he hecho, monseor. /ero él no !uiere ceder. O no !uiere, por estupideG. N
PRElla un ángelS Peclam el "o#en labrador, encoleriGadoP. Dna mueca #anidosa, una tonta, un trasto inItil, una calamidad. Esto es ella. O además... P4í !ue es etrao Ple interrumpi don 4artoP. =I pareces un muchacho despe"ado, inteligente y honrado. RO !uieres casarte con un trasto inItilS 2o me casaría yo con ella, aun!ue estu#iera cargada de oro. POo tampoco, seor. Oo no me caso con ella ni ahora, ni después, ni nunca. P/ero si tI no !uieres casarte con ella, tienes !ue de"arla libre. P%e ha atrapado usted, seor representante del obispo Pdi"o el moGalbete, sonriente. Bon 4arto tom una porcin de rapé y alarg también la petaca al "o#en. PN
P$as cinco, monseor Ple anunciaba el #ie"o, orgulloso de su importancia. Entonces 4arto bosteGaba fuertemente, carraspeaba, como uno !ue acaba de despertar, y decía> PAracias por despertarme. 2ane. $uego, sonriente, #ol#ía a encender la luG y continuaba en su traba"o. /as un ao. Con gran amor seguía ocupándose 4arto en sus educandos. $as mayores preocupaciones, sin embargo, se las daba Carlo ;risone, ahora el primero en el primer curso de teología, el cual, por su falta de camaradería y por su arrogancia, le inspiraba serios temores. 4arto esperaba una oportunidad para hablarle seriamente, oportunidad !ue le dio el propio ;risone. En efecto, un día el primus pens poner en ridículo al antiguo párroco rural, !ue, en #erdad, no hacía gala de tener la filosofía en gran estima. P;i"arosante bien, #oy un a darle unapor leccin Pdi"o pa#oneándose sus ahora camaradas, domingo la tarde, al #er ;risone. entrar a don 4arto en el refectorio. P=engo una dificultad, monseor Pdi"o él, haciéndose hipcritamente el encontradiGo con el director espiritual. +cto seguido le propuso un problema teolgico con tal abundancia de epresiones técnicas latinas, !ue crey !ue el antiguo párroco rural no le había entendido nada. PRO eso te causa dificultadesS Ple respondi don 4arto sonriéndose, !ue descubri la intencin del primus P ;rancamente, esperaba mucho más de tus 2o obstante, eplicarte la cosa. Hagámoslo en latín, asícualidades. puede epresarse uno con!uiero más claridad. Entonces 4arto haciendo uso siempre del latín, epuso el caso a su desconcertado interlocutor, !ue !ued como !uien #e #isiones. P:uod erat demonstrandum Pdi"o al terminar la eposicinP. ROa me has podido seguir bienS P2o ha entendido ni "ota Pse di"eron los circunstantes muy contento*. PClaro !ue lo has entendido, Rno es ciertoS Pcontinu 4arto. /ero ahora !uiero yo también preguntarte algunas cosasP. Entonces cay sobre el primus un chaparrn de preguntas en latín, !ue el "o#en telogo, no entendiendo su sentido, tu#o !ue de"ar incontestadas. P8ueno, buenoT #uel#e a estudiar toda la materia en tu dogmática italiana y la entenderás me"or. El estudio para algunos es un poco difícil, &F'
pero no pierdas por eso el ánimo, !uerido Pdi"o 4arto cerrando el eamen, en el !ue ;risone no se había lucido tanto como él había esperado. P%e parece !ue es él !uien te ha dado la leccin Peclam uno de los camaradas, cuando 4arto abandon el refectorio. ;risone agach, a#ergonGado, la cabeGa y no #ol#i a decir palabra En su interior, director espiritual tu#o compasin pero confi en !ue laelamarga medicina le sentaría muy bien.del soberbio, PHoy celebramos la fiesta de santa 8ibiana Peplic algunos días después don MacuGGi, el rector, al director espiritualP. =en cuidado de llegar a tiempo esta tarde. Hoy es la fiesta especial de nuestro profesor don 8indoni. P/ero Rpor !uéS RQué tiene !ue #er él con santa 8ibianaS P/ues, !ue entre nuestros alumnos tiene don 8indoni el mote de )bibbia* ^ caracol, por!ue debido a su gran #olumen se mue#e como un caracol. +sí !ue celebramos su fiesta el día de santa 8ibiana, y él es tan bondadoso !ue, sobre aceptar la broma, nos compra siempre el : de diciembre un par de buenas botellas de #ino. Oa lo #erás. PN/obre don 8indoniL 6tra #eG #an a reírse de él. P/onte la mano sobre el coraGn, !uerido. RQuién es el !ue más se burla de él, sino un cierto don 4artoS PEfecti#amente, nadie se chanceaba tanto con el profesor, al !ue don 4arto amaba y #eneraba de una manera particular, como el director espiritual. PCon mucho gusto tomaré parte en la broma Pdi"o 4arto riendo y se fue a su cancillería. /or la tarde ya había ol#idado el asunto, pero cuando como de costumbre, entr en el refectorio un cuarto de hora más tarde, hubo colgado su manteo y de"ado a un lado el fa"o de actas, #io, con gran sorpresa, adornado pomposamente el sitio de don 8indoni y #arias botellas de #ino sobre la mesa. PN+h, me eApecta-erunt# Pdi"o el cancillerP. Han aguardado hasta !ue yo llegara. —>t perderent me Psuspir el profesor de dogmática con su #oG atipladaP. /ara perdermeP. 4abía bien !ue don 4arto #ol#ería a hacerle el blanco de sus bromas. &F9
3ealmente, la sesin transcurri alegre y animada. Dna agudeGa llamaba a la otra. 2o se hería a nadie, pero todo el mundo tenía algIn chiste apropiado e inocente. ;erretton, el filsofo, a !uien le faltaba casi en absoluto el sentido del humor, trat de lle#ar la con#ersacin por caminos más serios, pero nadie se sinti con ganas de acompaarle por las altas esferas especulati#as de la escolástica. Cuando, enfadado, epres su opinin de !ue a los profesores les faltaba sin duda la lgica más elemental, por!ue le respondían siempre del modo más absurdo, eclam 4arto> P4eores, propongo !ue todo a!uel !ue en adelante #uel#a a usar en el comedor la palabra lgica o lgico, pague una lira en beneficio de sus colegas. Con gran aplauso fue acogida la proposicin y ;erretton, con gran "Ibilo de todos, tu#o pronto !ue pagar la primera multa. es una una gran pena Peclam don de 8indoni, conN4iun acentoPEsto malicioso, al pena, !ue aadi su acostumbrado suspiro ali#ioP> todos estu#iéramos ya en el cieloL P+ usted, carísimo, se le hará el camino bastante largo Pdi"o, sonriéndose, el prefecto de estudios, %ilaneseP. En su paso de tortuga no hay duda !ue no llegará al fin hasta el día del "uicio final. Eso es lgico. PDna lira Peclam 4arto entusiasmado, alargando la mano abierta. PR/or !uéS Ppregunt don %ilanese, desconcertado. P/or!ue ha pronunciado la palabra lgico Pdi"o, triunfante, monseor 4antalena, el físico. P6tra lira Preclam 4arto, entre las sonoras carca"adas de toda la pea. Casi pasaron inad#ertidos los tímidos golpecitos de la puerta. PRQué buscas tI a!uíS Ppregunt el rector al alumno de retrica Aio#anni 8ressan, !ue acababa de entrar. PQuisiera hablar con el director espiritual Prespondi el "o#en, perple"o. P
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PN+h, es por causa de Drbano AaspardisL + consecuencia de un fuerte resfriado ha tenido !ue meterse hoy en la cama y ahora tiene mucha fiebre. P
reconoci. Burante la noche muri en los braGos de su madre. Bon 4arto le cerr los o"os. +lgunos días después celebraba el rector en 4an 2icolás una misa de re!uiem por él. El director espiritual pronunci la oracin fInebre, !ue conmo#i a todos profundamente. /ropuso al fallecido como el ideal de un buen clérigo. +l final se dirigi a los alumnos con toda seriedad> PEn la prima#era de la #ida todo sonríe en torno #uestro, !ueridos "#enes. En #agos e indeterminados sueos os #eis en #uestro futuro, coronados de rosas. /ero el período de la "u#entud es como una onda del mar, la belleGa es como el resplandor fugaG de un relámpago repentino y #uestra #ida, cual flor segada por la guadaa, se marchita con frecuencia aun antes del mediodía. P/ero tI, Drbano, implora ante el trono de Bios especiales bendiciones para nosotros y para esta casa. Drbano, entra en el descanso eterno y la luG sempiterna te ilumine siempre. En el seno de Bios descanse tu alma. Dn "o#en había muerto. Dno cual!uiera del gran nImero de los alumnos. /ero para don 4arto fue como si al tener !ue despedirse del !uerido difunto se hubiera despedido de un hi"o de su coraGn.
0icario capitular En la maana de /ascua del ao &KFF entr monseor 4arto en el cuarto del buen profesor 8indoni para desearle las bendiciones del 3esucitado. —'audium ma%num, carissime, 2uod est alleluia P respondi con toda cordialidad el profesor de dogmática al solemne saludoP. =ambién yo le deseo gran goGo por el mismo moti#o. PQuisiera pedirle un fa#or, don 8indoni Ple di"o el director espiritual después de un rato. P
P+hí está. 2o tengo deseo más ardiente !ue el de poder #erle al menos una #eG y recibir su bendicin. P/ero R!ué puedo hacer yo en elloS Ppregunt 8indoni, admirado. P4e trata de esto. Dsted sabe !ue mi prebenda canonical está muy mal dotada. Como párroco de 4alGano tenía unos ingresos mucho mayores. 2o obstante, logrado doscientas un #ia"e aen3oma !uisiera !ue heusted me ahorrar las guardara, paralirasnopara emplearlas otrosy menesteres. P/or lo #isto, usted no se fía de su buen coraGn, ca rissime P le respondi el profesor sonriéndose, pues de sobra conocía la prodigalidad de don 4arto en obras de caridadP. /ero si usted !uiere confiarme su mammona, se la guardaré con mucho gusto. PDn ruego toda#ía Pdi"o 4arto riéndoseP. 2o me #uel#a a dar el dinero hasta el día antes de emprender el #ia"e a 3oma, para sacar el billete. +ntes,Pasinti de ninguna y ninguna o circunstancia. P8ien el manera profesorP.
el plaGo sealado. + causa de una enfermedad, !ue le puso en la imposibilidad de ganar ni un solo céntimo en mucho tiempo, no pudo satisfacer su deuda. +hora le amenaGa su acreedor con lle#arle al "uGgado. NQué #ergüenGa para mi padreL NO hasta, !uiGá, lo lle#arán a la cárcelL P acab diciendo ;risone con lágrimas en los o"os. Dn rato tard 4arto en responder. Cubriéndose los o"os con la mano derecha, estu#o meditando. Bebi de pensar en su propio padre, en el pobre alguacil de 3iese. NCuán duramente había tenido !ue traba"ar y #i#ir en la miseria por causa suyaL NCuán a menudo él también se encontr sin poder hacer nada ante sus necesidades y apurosL N4i ahora se hubiera encontrado en una situacin seme"anteL N4i su padre, hombre con un profundo sentido del honor, hubiera sido lle#ado a "uicio a causa de una deudaL 2o, noT ni pensarlo si!uiera. $a ignominia le habría despedaGado el coraGn. o +yI dale.bondadosos 8eppoT ayIdale misu amor*. /ero precisamente Carlo ;risone. NCuántas penas y disgustos había tenido !ue soportar por causa suya el director espiritualL 4eguía siendo el principal ob"eto de preocupacin de sus maestros, soberbio, #anidoso y antipático. O él, precisamente él, estaba ante su presencia como un mendigo. NBios santo, !ué difícil debi de haber sido tomar este caminoL /ero don 4arto sinti !ue ahora precisamente se le presentaba la ocasin por tanto tiempo penetrar o encontrar una #ía dealacceso coraGn,anhelada abrirlo ypara acaso encaminarlo definiti#amente bien. al cerrado P4é !ue no mereGco su ayuda PcomenG a hablar de nue#o ;risone, mirando al sueloP. 4é !ue le he causado muchas preocupaciones, pero si usted me ayuda ahora... PRQuéS Ppregunt cansado el director espiritual. PQue !uiero cambiar totalmente, créame, monseor. PR3econoces, pues, tus faltasS P4í, reconoGco. PRO las tI !uieres condicionar tu con#ersin a mi ayudaS P2o, no Ptartamude el clérigoP. He pasado unos días espantosos, créame, monseor. En estos días, pues, he pensado mucho también en mí &K&
mismo. 4é !ue he faltado y me enmendaré, aun!ue usted me niegue su ayuda. P4í, muchacho, te creo Psuspir don 4artoP. /ero, desgraciadamente, has ido a llamar a una puerta falsa. %ira a!uí P4arto rebusc todos sus bolsillos y después de haberles dado la #uelta no encontr más !ue dos miserables monedasP. Esto es todo lo !ue poseo. PEntonces no sé !ué es lo !ue #a a pasar P balbuci ;risone, contrayendo los labiosP. /erdneme por haberle molestado. P+hora no tan de prisa Pdi"o el director espiritual, reteniéndoleP.
PRCarga usted entonces con la responsabilidad, si por su negati#a lle#a a la ruina a dos hombresS Ppregunt 4arto con toda seriedad. PN$íbreme Bios, líbreme BiosL Prespondi el profesor, oponiéndose con ambas manosP. =enga, pues, tenga, pues P #ol#i a abrir el ca"n de la mesa y entreg al compaero el dinero, diciendo P> +!uí tiene usted de nue#o su mammona. P=enga la bondad de guardarme cincuenta liras Pdi"o 4arto, sonriendoP. 4olamente necesito ciento cincuenta. P2o, no Pse opuso don 8indoniP. $lé#eselo usted todo. $le#e sus cincuenta liras al banco o haga usted con ellas lo !ue !uiera. 2o !uiero ser por más tiempo su ca"ero. P%uchas gracias, profesor Psuspir, ali#iado, el director espiritual P. Oa no le importunaré más con seme"antes peticiones. Con un cordial saludo de Nbuenas nochesL sali presuroso del cuarto. PNQué pena, !ué penaL Pgimi don 8indoniP N4i estu#iéramos ya todos en el cieloL $uego se #ol#i de nue#o sobre los libros de san +gustín, !ue había estado leyendo. + la maana siguiente apareci otra #eG ;risone en el cuarto del director espiritual. PN+hL Reres tIS RQué deseasS Ple pregunt 4arto. P/ero de sobras lo sabe usted Ptartamude completamente desconcertado el muchacho. PN+h, síT #ienes por causa del dineroL R/iensas acaso !ue tengo a!uí una má!uina de hacer billetes de bancoS P+sí pues, Rno puede usted ayudarmeS Pbalbuci el primus. P2o digas tonterías Prespondi el director espiritual, de"ando dibu"ar en su rostro una sonrisaP. Bebes saber entender una broma.
P/rocura ser un buen sacerdote, Carlos Ple respondi 4artoP, y cuando un día tengas una buena prebenda, puedes de#ol#erme lo prestado. PCon intereses y con intereses de intereses Ple prometi ;risone. $uego, titubeando, aadi> P R$e ha costado mucho traba"o encontrar el dineroS P2o,Oahi"o, no Prespondi el directortengo espiritual, dibu"ando una sonrisaP. #es !ue tengo dinero suficiente, un montn de dinero. 2o tengo más !ue ir a un sitio donde lo tengo depositado y cogerlo. PEntonces, se lo habrán entregado al instante Pdi"o el alumno, ali#iado. P2aturalmente, sin titubeos. NComo !ue era mi dineroL P4igo manteniendo mi promesa de de#ol#érselo cuanto antes y... también la otra P#ol#i a prometerle ;risone, #ol#iéndose, ya en la puerta. P+sí, esto habrá sido un buen negocio para mí. /ero ahora #ete. =e doy dos días de permiso. Oa lo arreglaré yo con el seor rector.
POa #eré !ué es lo !ue puede hacerse. =al #eG pueda encontrarse alguna posibilidad Prespondi el rector, pensati#o. + primeros de mayo, el obispo @inelli entr en la cancillería de don 4arto. PBesearía fa#or,celebra !uerido su amigo Pdi"o sentándose en una sillaP. 2uestro pedirle santo unpadre !uincuagésimo ani#ersario episcopal al comienGo del mes !ue #iene. + causa de mi lastimoso estado de salud no puedo personalmente, sintiéndolo mucho, ir a 3oma. Hágalo usted por mí, lle#ando al mismo tiempo el bolo de san /edro de nuestra dicesis. =odos los gastos del #ia"e corren, naturalmente, por mi cuenta. PROo tengo !ue ir a 3omaS Pbalbuce 4arto, temblando de alegría. P4i usted no tiene incon#eniente en ello. He oído decir !ue no ha estado nunca en 3oma y esto es casi una #ergüenGa para un cannigo de =re#iso. R6 es !ue no !uiereS PNQue si !uieroL Peclam goGoso el cancillerP. %uchas gracias, ecelencia. 4e lo agradeGco de todo coraGn. Cuando el obispo hubo abandonado el cuarto, 4arto mir al calendario !ue tenía delante. P PN
NCuántos sinsabores había eperimentado el #icario de Cristo en la tierraL 4us ministros fueron muertos a filo de espada, la fidelísima guardia suiGa había sido epulsada, el la del amor. Entre los muchos !ue doblaron su rodilla, llenos de #eneracin, había también un sacerdote de =re#iso, Aiuseppe 4arto. $lenos sus o"os de lágrimas y temblando de emocin, se persign al recibir la bendicin del pastor. $e pareci como si hubiera cargado sobre sus propios hombros la cruG !ue el papa dedicaba a todos.
El &: de "unio de &KF( el obispo @inelli, de =re#iso. nombr a monseor 4arto primicerius del cabildo. En las #acaciones !ue siguieron poco después, el nue#o preboste de la catedral #isit la casa de sus padres. El cabello de la madre había encanecido y algunas arrugas delataban en su rostro preocupaciones y pri#aciones. /ero sus o"os eran los mismosT a!uellos o"os buenos y amorosos !ue tan goGosamente se iluminaban cuando #eían al hi"o atra#esar el umbral de la puerta. Con gran pena obser# Aiuseppe !ue las condiciones de #ida en casa eran precarias. Burante mucho tiempo se le habían ocultado cuidadosamente todas las necesidades, pero 3osa confes al hermano !ue durante los aos pasados habían tenido !ue #ender hasta el Iltimo pedaGo de tierra. 2i si!uiera una #aca había ya en la cuadra. P+hora no nos !ueda ya otro remedio !ue #ender también la casa P suspir la hermanaP. %adre se #a con =eresa a la casa de )$as dos hermanas*. %aría +na y yo encontraremos, sin duda, algIn empleo, donde cosiendo o haciendo cosas parecidas podamos ganar el pan nuestro de cada día, como lo hemos #enido ganando hasta ahora. PR$a casa de nuestros padres, !ueréis #enderS P tartamude don 4arto palideciendoP. 2o, noT eso no puede serP. O se sinti a#ergonGado al darse cuenta de !ue mientras atendía los muchos pobres !ue constantemente le apremiaban había de"ado en la miseria a su madre y a sus hermanas. PR/ero por !ué no me habéis informado de todoS Ppregunt en tono reprensi#o. P4abíamos !ue tI mismo no tenías nada y lo poco !ue poseías lo dabas a los pobres Pcontest 3osa. P2osotros no !ueríamos ser una carga más para ti, hi"o mío P repuso también la madre, sonriendo. P/erdonadme, mamá, he #isto siempre tanta miseria en torno mío, !ue llegué a ol#idar a a!uellos en !ue primero tenía !ue haber pensado. P2o te apesadumbres por ello, hi"o mío Pcontest la madreP. Bios nos seguirá ayudando. R2o has dicho esto tI mismo una y otra #eGS P$a casa no se #enderá Pdi"o decididoP. %i nue#o cargo está me"or dotado. Oo os ayudaré. Efecti#amente, el amado hogar !ued en poder de la familia. /ero lo !ue don 4arto no sospechaba era !ue amigos, conocedores de la pobreGa en !ue #i#ían sus familiares, habían logrado del obispo su nombramiento &KF
de preboste catedralicio, y !uien más empeo puso en ello fue el con fidente de la familia, don Carlo Carminati. +penas había regresado 4arto de sus #acaciones al seminario, cuando el obispo @inelli epir repentinamente de un ata!ue cerebral. El cabildo catedralicio preboste #icario capitular, !uesilla es elepiscopal !ue tieneesté !ue gobernar la nombr dicesis aldurante todo el tiempo !ue la #acante. Dna nue#a y pesada carga, "unto con su gran responsabilidad, se sumaba a las !ue ya pesaban sobre sus hombros. 4arto apenas sí se concedía el necesario descanso. Con gran celo se preocupaba de la dicesis a él confiada. Era como un padre entre los muchos sacerdotes del obis pado. 4uplicaba donde pudiera mandar y Inicamente cuando era absolutamente necesario, mostraba un infleible rigor. Continu e"erciendo su cargo de director espiritual del seminarioT es más, ni si!uiera renunci a la enseanGa !ue daba a los pe!ueos alumnos del gimnasio preparatorio para la primera comunin. PEsta ocupacin podría muy bien encomendarla a otro Ple propuso el rector, pero 4arto respondi> P4oy el director espiritual y no sé !ue haya una cosa más importante, después de la preparacin para la ordenacin sacerdotal, !ue la instruccin para la primera comunin. Entre los pe!ueos era el bondadoso y paternal amigo, !ue con una maestría sin igual formaba los "#enes coraGones, inflamándoles en el amor En de a!uel !ue ao tenían !ue recibir. "unio del siguiente, monseor Callegari, el recién nombrado obispo, hiGo su entrada en =re#iso. +l #icario capitular lo destin de nue#o a la cancillería. Con él #ia" a 3oma, y con él dobl su rodilla ante $en 7---. Con él consultaba igualmente todos los asuntos de la dicesis, a #eces hasta los del seminario, a !uien consagraba un particular amor. 4arto fue la mano derecha del nue#o obispo, !ue en nadie confiaba tanto como en él. 4lo dos aos gobern monseor Callegari su dicesis, luego fue nombrado por $en 7--- alpastor /adua.de/ara sucederle en =re#iso nombr el papa hastasupremo entoncesdeobispo +driu, monseor Aiuseppe +pollonio, hombre cultísimo con un bondadoso y paternal coraGn. =ambién a él sir#i 4arto como canciller y primer conse"ero con toda fidelidad y afecto. &KK
/oco después de la entrada del obispo debía don 4arto prestar los Iltimos ser#icios a su !uerido 6rnato 8indoni. En diciembre de &KK enferm seriamente el buen profesor. Dna y otra #eG llamaba el moribundo a don 4arto. Be é& !uiso recibir los consuelos !ue la -glesia reser#a para el Iltimo #ia"e. Bos días con sus noches estu#o 4arto a su lado, sin separarse apenas del lecho del moribundo. En presencia de todos los clérigos enton el salmo e pro7undis, después de haber cerrado los o"os al !ue acababa de dormirse en el 4eor. PQueridos clérigos Pdi"o, #ol#iéndose del muerto a los #i#osP. +cabáis de #er cmo mueren los buenos y santos sacerdotes. El profesor 8indoni era realmente un santo. -mitadle en la bondad del coraGn, en su rectitud de conciencia y en sus inmaculadas #irtudes sacerdotales, para !ue cuando Bios sea ser#ido, muráis un día la muerte de los "ustos, como acaba de hacerlo nuestro buen don 6rnato. El obispo tom a su cargo gran parte de la correspondencia, con lo cual la carga !ue sobre el preboste catedralicio pesaba fue algo aligerada. 4arto pudo entonces dedicarse mucho más a la predicacin, !ue tanto le agradaba. En el #erano de &KKJ predic durante trece noches seguidas otros tantos sermones de preparacin para la fiesta de san +ntonio de /adua. +lgIn día hasta con fuerte fiebre, se llegaba al pIlpito y encendía todos los coraGones con su ardiente elocuencia. Munto al santuario del gran franciscano celebr el cincuenta ani#ersario de su nacimiento. + don MacuGGi, !ue le había mandado su felicitacin, contest> )Aracias por tu recuerdo y por tu cordial felicitacin. NQué pobre consuelo haber alcanGado casi medio siglo, estar ya tan cerca del redde rationem y, sin embargo, aIn tan ale"ado de a!uella disposicin, !ue #uel#e propicio a a!uel ante !uien tiemblan hasta los mismos "ustosL 2o te etrae. =odo el día he estado ocupado en este pensamiento y en otro !ue no me !uiere abandonar, el ardiente anhelo de los apstoles hacia el martirio, !ue también se adue de san +ntonio.* $a pluma se le cay de la cansada mano. Había llegado a la madureG de la #ida. RQué cimas le aguardaban aInS 4in duda ninguna más !ue el monte de la pasin y el cal#ario de la muerte. $as campanas del santuario le sacaron de sus pensamientos. 4arto se le#ant y camin hacia la catedral. &K(
4Aaltaci&n de la santa cru En la maana en !ue se celebraba la fiesta de la ealtacin de la santa cruG, estaba don 4arto sentado en la cancillería tras los montones de actas, cuando se present ante él monseor %ander, el secretario episcopal. PN8uenos días, amigo míoL Ple di"o el preboste de la catedral. PNQué bochornoLT no me sorprendería !ue hubiera tormenta. /arece !ue se percibe en el aire. P=al #eG tenga usted raGn, monseor replic don %ander con una sonrisa. P4í, se respira tormenta Prepiti 4arto pensati#oP. Burante toda la maana he estado pensando en ello. P/ero, R!ué es lo !ue le in!uieta, monseorS P/ues mire usted, dentro de unos días es el ani#ersario de mi ordenacin sacerdotal. 2ue#e aos estu#e de coad"utor en =ombolo. no menos de nue#e aos estu#e de párroco en 4alGano y ahora #a a hacer nue#e aos !ue estoy en =re#iso. 2o se me !uita de la cabeGa !ue ahora tendré !ue abandonar de nue#o mi celda. /ero R!ué le ha traído a!uí, !uerido monseorS PEl ecelentísimo seor le ruega tenga a bien ir a #erle. PRQué !uerrá su ecelencia de míS Ppregunt 4arto, etraado. PCreo !ue !uiere decírselo él mismo Prespondi el secretario con una sonrisa #aga. El preboste de la catedral encontr al obispo en un estado de ánimo ecepcionalmente gra#e. PHe mandado llamarle, !uerido monseor Pdi"o, después de haber contemplado durante un rato, a su cancillerP, para discutir con usted un asunto, !ue es para ambos de la mayor importancia. RQuiere usted seguirme, por fa#orS Con gran sorpresa de 4arto, monseor +pollonio le condu"o a la capilla de su casa. y oremos Pcuchiche el obispo a=ras su algunos preboste. Vste, P+rrodillémonos mara#illado, se arrodill a su lado ante el tabernáculo. minutos de silenciosa adoracin, +pollonio #ol#i a pedirle !ue le siguiera a su cuarto de estudio. &(0
P=engo !ue entregarle a usted un escrito de 3oma Ple aclar a la #eG !ue le entregaba un documento pontificio, adornado con el sello papal. Cuando 4arto hubo leído las primeras líneas, palideci de repente y comenG a temblar #iolentamente. P2o, no, esto sí !ue no Ptartamude con labios temblorososP. Esto sí !ue no. Oo no P/ermítame sersoy el digno. primero en felicitarle por su nue#o cargo de prelado de la dicesis de %antua Pdi"o monseor +pollonio con una sonrisa. POo no soy digno, yo no soy capaG Pbalbuci 4artoP. El papa tiene !ue comprenderlo. $e suplicaré !ue re#o!ue el nombramiento. Escribiré hoy mismo. P/oco le #a a apro#echar, !uerido hermano Ple respondi el obispo P. +cepte usted el cargo, !ue indudablemente con sabio "uicio le ha confiado el santo padre. Bios le ayudará. Confíe en Vl. POo le escribiré P#ol#i a balbucir 4arto, mientras en gran confusin #ol#ía a su cancillería. Con temblorosa mano cogi la pluma y se puso a escribir, pero hubo de romper uno tras otro cada borrador, incapaG de poner en orden sus pensamientos. /or fin crey haber encontrado el argumento decisi#o para probar la procedencia de su oposicin. +sí pues, con un suspiro concluy la carta poniendo deba"o le fecha> =re#iso, &J de septiembre de &KKJ. PEaltacin de la santa cruG Pmurmur pensati#o. $uego, alGando los o"os a unle crucifi"o, de estudio, suplic> !ue estaba en un nicho de la pared, "unto a su mesa P4eor, si es posible !ue pase de mí este cáliG. En el ani#ersario mismo de su ordenacin sacerdotal recibi la tan ansiada respuesta de 3oma. Bespués de haberla leído, se le cay el papel de las manos. El papa rechaGaba su sIplica y se atenía a su primiti#a decisin. +lgunas semanas después 4arto era solemnemente consagrado en la iglesia de 4an +pollinare de 3oma por su eminencia el cardenal /arocchi. ;ue el tercer domingo de no#iembre, en !ue se celebra en %antua la fiesta patronal de nuestra 4eora, patrona de la dicesis. En la tarde del mismo día el obispo 4arto fue recibido en audiencia por $en 7---. /or unos momentos contempl el pontífice, pensati#o, al !ue a sus plantas tenía &(&
postrado. $uego le entreg el regalo usual, un pontifical con las armas pontificias. P=oda#ía tenemos algo para usted, monseor Pdi"o el santo padre, entregándole un pectoral adornado con piedras preciosas. PBoy gracias a su santidad de lo más hondo de mi coraGn P respondi 4arto, conmo#idoP. /ero !ue habría preferido !ue susopes santidad hubiese dado la cruG a otro más digno yo Peaminándola, la cruG en su manoP. Es muy pesada Paadi suspirando. P$a nuestra es aIn más pesada Prespondi el papa con una dolorosa sonrisa, sealando su propio pectoral con su delgada y aristocrática mano. Bespués de la consagracin, 4arto permaneci aIn en 3oma algunos días para hacer las #isitas prescritas por el ceremonial. $uego, acompaado de monseor %ander, emprendi el #ia"e de regreso, #estido simplemente con la sencilla sotanadenegra de los sacerdotes, !ue siempre había lle#ado aun siendo preboste la catedral. En el mismo compartimento del tren en !ue ellos #ia"aban, se encontraban otros dos seores #estidos con distincin, los cuales, con#ersando animadamente sobre los sucesos del día, #inieron a hablar del nombramiento del nue#o pastor de la dicesis de %antua. PEl elegido es un cierto don 4arto. 3ealmente, no es mucho lo !ue se sabe de él. Bebe de proceder de algIn miserable nido de la regin #eneciana. R=al #eG ustedes, seores, estén más ilustrados sobre su personaS P di"o%ander uno de iba los ados, dirigiéndose eclesiásticos. %onseor responder, pero aellos obispo le tom la palabra. P4í, yo le conoGco bastante bien. 3ealmente, procede de unos parientes muy pobres. 4u padre era cartero y alguacil municipal. PEs curioso Peclam el otro #ia"ero, mo#iendo la cabeGa de un lado a otroP. Hace algunos decenios hubiera sido enteramente imposible !ue el hi"o de un cartero llegara a ser obispo de la ciudad de los du!ues de AonGaga. R/ero al menos le consideran ustedes capacitado para un puesto seme"anteS PNBe ningIn modoL P contest 4artoP. Budo mucho !ue tenga las cualidades necesarias para un tan ele#ado cargo. $a con#ersacin fue girando luego en torno a otras muchas cosas sobre los acontecimientos del mundo, admirando más y más a los forasteros la gran cultura y la seguridad de "uicio !ue demostraba poseer el &(:
eclesiástico. En ;lorencia tu#ieron !ue transbordar los dos sacerdotesT así pues, se despidieron cordialmente de sus compaeros de #ia"e. P/or fa#or P di"o uno de los #ia"eros a monseor %ander, reteniéndole, mientras el obispo estaba ya ba"andoP, R!uién es, pues, este eclesiástico tan culto y dotadoS P%onseor$es 4arto, el un nue#o %antua Pcontest sonriendo el preguntadoP. deseo buenobispo #ia"e, de seores míos. $uego, cerrando la puerta del #agn, de" con la boca abierta a los dos desconcertados interlocutores. En =re#iso se prepar al obispo una entrada triunfal. $os "#enes clérigos aguardaban a su antiguo director espiritual en el claustro, prorrumpiendo en estruendosos gritos de "Ibilo y salutacin en cuanto le #ieron. + más de uno de los alumnos, para los !ue 4arto había sido un segundo padre, se le llenaron los o"os de lágrimas. /uestode!ue hasta la entrada en 4arto %antua del recién nombrado obispo aIn habían pasar algunos meses, se retir de nue#o a su antiguo cuartito del seminario, sigui dando las clases espirituales a los clérigos, como lo había #enido haciendo a lo largo de todos estos aos, estudiaba, predicaba y, sobre todo, trataba de prepararse mediante la oracin fer#iente para su alto ministerio. En uno de los primeros días del mes de enero del ao siguiente emprendi #ia"e a /adua, muy de maana, para #isitar a su antiguo obispo, monseor Callegari, pero sobre todo para implorar auilio al gran santo, por !uien desde "o#encito habíasobre sentido profunda #eneracin. O puesto !uesiempre, !uería celebrar la santa misa la tumba de san +ntonio, se dirigi a la sacristía, donde el sacristán, un robusto hermano franciscano, de aspecto bonachn, le pidi el cele1ret. PBesgraciadamente, el documento, !ue usted con raGn me eige, no lo lle#o encimaP le eplic 4arto. PRBe dnde #iene usted, puesS P le interrog el hermano, arrugando la frente. PBe =re#iso. PRQué es usted en =re#isoS P2ada. PR2adaS +l menos tiene !ue ser coad"utor, #icario o párroco. P/or desgracia, no soy ni coad"utor, ni #icario, ni párroco. &(
PNEs etraoL =re#iso tiene escaseG de sacerdotes y Restá usted sin empleoS P4í, por desgracia. Dn momento se !ued pensati#o el sacristán> luego, frunciendo el ceo, di"o por fin> PEn rigor no debiera de"arle decir misa. 4arto sac entonces del bolso su petaca de rapé y ofreci al hermano una porcin. 3econciliado por tan generosa liberalidad, a la !ue no estaba acostumbrado, opin el hi"o de san ;rancisco> P$a #erdad es !ue da la impresin de ser persona digna de toda confianGa. +sí pues, #oy a obrar por mi cuenta. /or cierto Paadi, susurrándole al oídoP, yo conoGco bien al obispo de /adua. RQuiere !ue le pida un empleíllo para usted, tal #eG capellán de mon"as o cosa parecidaS P4e lo agradecería infinito. PEscriba luego su nombre en el libro de celebraciones, para !ue al menos sepa por !uién tengo !ue interesarme Pafirm el sacristán con aire protector, a la #eG !ue preparaba los ornamentos sagrados. Cuando después del santo sacrificio el obispo regres a la sacristía, escribi su nombre, mientras el sacristán iba a la iglesia y apagaba las luces del altar. Entre tanto, el obispo abandon la sacristía para cumplir su accin de gracias ante la tumba de san +ntonio. P
a!uellos aos tan míseros y, sin embargo, tan felices, !ue habit entre ellos, compartiendo tantas penas y preocupaciones. PQuisiera Bios !ue aIn fuera #uestro párroco y pastor Pdi"o él, conmo#idoP. Creedme, estaría mucho me"or. /ero ahora !ue el santo padre ha cargado sobre mis espaldas tan pesada carga, casi me siento desalentado. 4in embargo, confío en las oraciones de todos a!uellos !ue me aman y !ue yo lle#o siempre en mi coraGn y entre ellos ante todo estáis #osotros, mis antiguos feligreses de 4alGano. En la casa parro!uial le dio la bien#enida una delegacin del ayuntamiento y del conse"o eclesiástico. PBe todo coraGn le deseamos gran felicidad, seor obispo Pdi"o, conmo#ido, el #ie"o y honrado /aolo 8ottacin, mientras sus labios se contraían sospechosamente. P6s doy mis más cordiales gracias, /aolo Ple respondi monseor 4arto, de"ando dibu"ar suspadre, labios Rno una es sonrisaP.
P%ire, mamá, !ué hermoso anillo me han dado Pla di"o como un nio, !ue ensea a la madre una cosa preciosa. PN6h, sí, 8eppo, tienes un hermoso anilloL Ple replic sonriendo mamá %argarita. $uego, mostrándole el estrecho y fino anillo de plata !ue tema en su mano, le di"o> P2o podrías tI esponsal. hoy lle#ar ese anillo episcopal si primero no hubiera lle#ado yo este anillo Entonces el obispo se inclin sobre la pobre "oya materna y la bes con la misma #eneracin con !ue había besado el anillo pastoral del santo padre en 3oma. P
Como es natural, 4arto fue durante todos estos días un huésped frecuente en la casa de )$as dos hermanas*. NCon !ué orgullo le mostr =eresa /arolin sus nue#e hi"osL O éstos, cuando les hubo pasado el primer temor, "ugaron con el tío, especialmente los dos más pe!ueos, los melliGos de siete aos Hermenegildo y Hermenegilda, !ue saltaban alrededor del tío obispo, el cual reía y bromeaba con ellos mostrando gran contento. Carlotta, la mayor, y +ntonio estaban ya casados, pero habían #enido a la casa materna para celebrar la fiesta del día. =eresa era ya tres #eces abuela. P4in embargo, toda#ía no soy #ie"a, hermano Pdi"o ella con una sonrisa en los labiosP, al menos mientras mis nietos tengan aIn a su bisabuela. =u#o la desgracia de !ue se le muriera su primogénito, !ue ya había cumplido catorce aos.!ue /ero, llena de seminario orgullo, de le =re#iso. mostr %onseor ahora a Aiambattista, de !uince, pronto iría al 4arto dio al muchacho especial bendicin y le di"o> PCuando muri tu abuelo, sus Iltimas palabras para mí fueron éstas> )4é un buen sacerdote*. Esto deseo yo también de todo coraGn para ti, !uerido, !ue seas un buen sacerdote. P+caso llegue también a ser obispo Peclam Hermenegilda riendo. /ero el prelado de %antua, mo#iendo dolorosamente su cabeGa, contest> PEso no tiene !ue desearlo. %is me"ores aos los pasé en =ombolo siendo coad"utor. =ambién el tratante de telas, %onico, tu#o el gran honor de ser #isitado por el obispo. PBesearía pagar mi deuda, maestro /ascuale Pdi"o el prelado, de buen humorP. %ire en el mayor, !ue allí debe de figurar. PN/ero, re#erendísimo seorL Pcontest satisfecho el #ie"o comerciante, mientras o"eaba su libro de cuentas, hasta !ue encontr la aIn no pagada cuenta de la sotanaP. %ire usted a!uí. Vste es el recibo> Credo in unum eum. 4i ahora pagara usted, tendría yo !ue tachar la confesin de fe, y eso ni un obispo me lo puede eigir en contra de mi #oluntad. PEntonces, cuando le llegue la Iltima hora mande colocar la ho"a en el sarcfago para mostrársela a Bios. Oo estoy con#encido de !ue Vl le &(F
pagará sobreabundantemente la sotana !ue una #eG regal a un pobre coad"utor. P6h, aIn falta mucho para ello Pdi"o el #ie"o riéndose burlonamenteP. 2o tengo más !ue ochenta aos y para el Iltimo #ia"e aIn me !ueda tiempo. /ero yo siempre he dicho !ue usted habría de #estir un día sotana #ioleta y acaso ro"a, después de ésta, como mi difunto tío, el cardenal %onico. PRBesde cuándo figura usted entre los falsos profetasS Ppregunt el obispo alegremente. PRQué te parece, 3ositaS Ple pregunt 4arto uno de los Iltimos días !ue pas en casaP RQuieres encargarte también en %antua del gobierno de la casaS PCon lo de 4alGano tengo ya bastante, hermano Pcontest 3osa riendoP. NQuién sabeacmo encontraría en %antuaL no creo !ue pudiera sentirme gustome en un palacio episcopal. +l+demás, menos tengo !ue tener un par de gallinas en !ue ocuparme. P8ueno, pues, piensa un poco, hermanita Prespondi el obispoP. 2i si!uiera me he informado aIn de si el palacio de %antua tiene gallinero. 4e acord !ue 3osa y +na se !uedaran con la madre. %aría, en cambio, se declar dispuesta a ir con el hermano para cuidarle. PNHas aceptado un cargo muy penoso, %aríaL P suspir 3osa con una amarga sonrisa =en cuidado, !ue como obispo no te sa!uee también la despensa. POa le #igilaré estrechamente Prespondi %aría riendo. P2o debes epresarte así, hi"a mía Paadi la madre reprendiéndolaP. =u hermano es obispo. P/ero siempre el hi"o de mi !uerida madre Prespondi 4arto, estrechando a la anciana entre sus braGos. obispo regres =re#iso. $a!ue despedida de sus alumnos de susElantiguos colegasdesenue#o le hiGoa tan difícil, se propuso hacerla en y secreto. P6iga usted Pdi"o en la maana de la partida a don 3omanello, el rector recientemente nombradoP. 2o me siento con fuerGas suficientes &(K
para despedirme de cada uno de mis colegas. $os sentimientos !ue me embargan en esta hora los he transcrito en una carta !ue le suplico tenga a bien hacerla leer en el comedor. Bígales !ue los saludo a todos, !ue a todos los lle#o en mi coraGn y !ue se dignen reGar siempre por el pobre monseor 4arto. $uego, mientras clérigos y profesores estaban en clase, se desliG, acompaado Inicamente del rector, por una puerta lateral, donde le aguardaba un modesto carrua"e. $lorando estrech la mano de su con7rater, abraG por Iltima #eG con amplia y amorosa mirada los lugares de su prolongada acti#idad y dio al cochero la orden de partir. El &( de abril hiGo su entrada solemne en la catedral de %antua, saludado por el cabildo, por el clero y por los nobles de la ciudad, así como por una inmensa multitud de gente. Bespués del e#angelio del solemne pontifical, el nue#o obispo dirigi al clero y al pueblo palabras de cordial solicitud y amor pastoral. $uego bendi"o por primera #eG al rebao !ue Bios le había confiado. Burante todo el día numerosos grupos de mantuanos estu#ieron agolpándose en torno al palacio, y el obispo tu#o !ue asomarse una y otra #eG al balcn de su casa para recibir y responder al saludo "ubiloso de sus hi"os y darles luego su bendicin. PNCuánto os !uieren, hermanoL Ple di"o %aría, emocionada, #iendo tales muestras de fidelidad y acatamiento. /ero 4arto le respondi sonriendo con amargura> PN+h, tal #eG son los mismos !ue sacaron de su palacio a mi predecesor, el obispo 3ota, y le arro"aron fuera de la ciudad con irrisin e ignominia, Inicamente por su fidelidad a la -glesia y al papaL
4l cora&n de su cora&n En los primeros días del mes de "unio pesaba sobre %antua un aplastante bochorno. /ereGosa se arrastraba la #ida por las calles y calle"uelas. El aire apenas podía respirarse. las primeras horas la maana estaba sentado el obispo 4artoOa antedesde los libros de cuentas del de seminario diocesano. PEsto es para desesperarse Peclam el obispo dirigiéndose a don 4antimn, su secretario, !ue al sonido de la campanilla había entrado en su cuarto de traba"oP. El seminario está al borde de la ruina. Beudas, nada &((
más !ue deudas. O en él falta hasta lo más necesario. $as pro#isiones están agotadas. El administrador no sabe ya !ué dar de comer a los alumnos. Hay !ue preocuparse de &JF clérigos, &JF "#enes con gran apetito, capaces de digerir cla#os y tachuelas. P$o sé, ecelenciaT el ao !ue #iene no podremos menos de despedir a un gran nImero de nuestros clérigos. P2o, noT eso de ninguna manera Pprorrumpi 4artoP. En mi dicesis hay ya bastantes iglesias desiertas, tabernáculos #acíos, confesonarios sin nadie y pIlpitos silenciosos. 2ecesito sacerdotes, muchos y buenos sacerdotes para mi pobre dicesis. O siendo esto así, R#oy a cerrar el seminario a los llamadosS 2o, noP. El obispo se había le#antado y comenGado a pasear por la habitacin a grandes pasosP. Como si es fuera poco toda#ía, hay falta de profesores. $os pocos !ue hay, no pueden ensear todas las disciplinas. Eso hay !ue cambiarlo. Oo mismo daré clases, teología moral, derecho eclesiástico, homilética y todo lo !ue haga falta. PN/ero eso sería ir en contra de todo uso y costumbreL Pse atre#i a ob"etar el capellán episcopalP. +demás, le faltará el tiempo necesario para ello. PRDso, costumbreS %e río de ello, y tiempo ya lo hallaré, aun!ue tenga !ue robarlo. El seminario tiene la preferencia sobre todo lo demás. $o !ue necesito es dinero, harina, maíG y alubias para mis clérigos hambrientos. RCmo podrán estudiar con los estmagos #acíosS %e dirigiré a mis párrocos y a toda mi dicesis con el fin de pedirles auilio para mi seminario. 4iéntese usted y escriba. Con pesadeG se de" caer el obispo en su silln y permaneci largo rato pensati#o. PEscriba usted pues Pdi"o por finP. Be momento, no !uiero más !ue apuntar las ideas fundamentalesT luego ya daremos a todo la forma adecuada.
Bespués de Bios, en #osotros, gente modesta, pongo mi mayor esperanGa. 2o temáis !ue os #aya a eigir nada imposible, noT Inicamente lo !ue poseéis, un coraGn lleno de amor. ConoGco #uestras propias preocupaciones, pero no hay ni uno solo entre #osotros !ue no pueda dar un céntimo y algo de frutos y #erdura para el seminario. )=ambién a #osotros, los !ue #i#ís en un estado de abundancia, me diri"o ahora en mi necesidad. Hubo un tiempo en !ue los ricos se #anagloriaban de haber dado a Bios uno de sus hi"os. /ero R!uién de #osotros no !uerrá contribuir al menos con a!uellos bienes !ue Bios os ha prestado para defensa de la feS* $a mirada del obispo recay entonces sobre la soberbia catedral, de la !ue en a!uel momento salían algunos eclesiásticos con sus negras sotanas raídas. 4arto conocía la pobreGa y la necesidad de su clero. )+ #osotros, !ueridos hermanos en el ministerio pastoral Psigui dictandoP, slo os ei"o una cosa> !ue améis el seminario. Eso será suficiente para !ue #uestro obispo pueda hacer milagros. *+mad el seminario. Bespués de la recoleccin recoged en #uestras parro!uias trigo y maíG para nuestros clérigos hambrientos. En todas las ocasiones solemnes, en las bodas, en los bautiGos, en los "ubileos, pedid una contribucin para nuestro seminario. )+mad el seminario. Cuando yo reciba la muestra de #uestro afecto y de #uestro amor, el total empleo de mis fuerGas en fa#or de mi dicesis, se me hará dulce y ligero y la bendicin de Bios omnipotente recaerá sobre #osotros y permanecerá siempre con #osotros.* El secretario de" a un lado la pluma y respir complacido de !ue se hubiera terminado el dictado. P$uego tendremos !ue re#isar y recomponer el teto Pdi"o el obispoP. +lgunas cosas tienen !ue ser epresadas aIn con más energíaT hay !ue darles más calor y emocin. /ero por hoy puede bastar. :0&
Con una respetuosa inclinacin sali don 4antimn del aposento. El obispo mir al relo", regalo de sus pobres padres en el día de su primera comunin. $as once marcaban las agu"as. 4iguiendo su costumbre, se fue a esta hora a la cocina y pidi a su hermana un #aso de #ino ligero. Bespués de la santa misa, !ue había celebrado en su capilla pri#ada, no había gustado otra cosa !ue una taGa de café con algunos biGcochos. Encontr a su hermana atareada, con la ayuda de una chica de ser#icio, en preparar la comida. P=ienes !ue sentir mucho calor a!uí "unto al fogn, hermanita P di"o el obispo con una sonrisa en los labiosP. NEn mi despacho apenas si puede soportarse, figIrate !ué será a!uí en la cocinaL 2o te preocupes tanto, ni te esfuerces tanto. PHay !ue cocinar con#enientemente y comer como se debe P respondi la enérgica %aríaP. /ero tenéis raGnT hoy es un día bochornoso. /robablemente habrá tormenta. PO diciendo esto alarg al hermano la deseada bebida. P+ mí no me sabe a nada bocado alguno, cuando pienso en los clérigos hambrientos de mi seminario diocesano Psuspir 4artoP. En él la necesidad se #a haciendo cada día mayor. PBirigíos a la gente pobre, hermano Ple aconse" %aríaP. Ellos son los !ue tienen en todo tiempo y en todo lugar la mano más liberal y generosa. PEs curiosoT tienes la misma idea !ue yo Pafirm el obispoP. /ero tampoco los nobles hana de indemnes. Cuando regres su salir cuarto de estudio, don 4antimn le anunci algunas #isitas. PDn párroco, el mar!ués Ca#riani y una pobre mu"er, !ue sin duda #iene a pedir limosna. P$a mu"er primero Pdecidi 4artoP. 2o cabe duda !ue tiene nios en casa. Dna madre es siempre sagrada. $uego el párroco y por fin el mar!ués. $a mu"er se lament ante el obispo de su necesidad. =enía en casa un nio enfermo y el médico había. prescrito buen #ino ro"o. PR/ero de dnde #oy a sacarlo, yo, seor obispoS Ppregunt, !ue"ándose.
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PBe mi bodega Pcontest el obispo, bondadoso, mientras tocaba la campanilla. %and al secretario !ue apuntase la direccin de la mu"er y !ue se preocupase de hacerle lle#ar una botella de buen #ino ro"o. El párroco se lament de sus feligreses. Eran gente mala, incorregible y #illana. =odo su traba"o había sido inItil, por eso suplicaba al obispo !ue le trasladase. PQuerido hermano en el ministerio pastoral Ple respondi el obispo en tono serioP. R2o sabe usted !ue se está acusando a sí mismo, cuando censura a su parro!uiaS 3egrese usted de nue#o a su rebao, sea un buen pastor y tenga paciencia, mucha paciencia con su parro!uia y consigo mismo. Oa sé !ue hay gente capaG de causar dificultades a un pobre párroco. /ero toda#ía no he eperimentado nunca !ue el amor de un buen pastor no gane al fin las almas para Bios. POo ya no sé !ué hacer Psuspir el párrocoP. =odo es en #ano. P4eme"antes !uierocon yo oírlas nunca/ero de boca unosude mis sacerdotes Plepalabras replic elnoobispo rigideGP. luegodesac petaca del bolso y se la alarg al párrocoP. =ome usted una dosis y #uél#ase a casa consolado. Unimo, amigo mío. Bios le ayudará. /ero tén galo usted bien en cuenta, amor, mucho amor. +l mar!ués Ca#riani le recibi con amable cortesía. El aristcrata, #ástago de una de las familias nobles más antiguas de %antua, #enía a ofrecer sus ser#icios al nue#o obispo. PDsted tiene un capellán pri#ado, Rno es ciertoS Ple pregunt el obispo en de el curso de la mar!ués. con#ersacinP. Hablando el propsito !uitárselo, NHay tanta falta desinceramente, sacerdotes entengo nuestra dicesisL P2o lo haga, ecelencia Pdi"o espantado el mar!uésP. 2uestro capellán es un pobre y enfermo sacerdote, del !ue, por otra parte, poco podría hacer #uestra ecelencia. P/ero necesito sacerdotes Psuspir 4arto. $uego le describi la apurada situacin del seminario. P8ueno, dé"eme a mi capellán Preplic el nobleP, y yo pagaré todos los gastos de uno de sus clérigos. RQué cantidad se necesita al aoS P=rescientas liras. PEstá bien. Quedamos de acuerdo. P4e lo agradeGco de todo coraGn, mar!ués, y espero !ue sus aristcratas compatriotas sigan su e"emplo. :0
POo hablaré con ellos Pafirm Ca#rianiP. $os 8aos, los AonGagas y otros nobles no se !uedarán atrás. 4e lo prometo, ecelencia. )El primer rayo de luG en todas estas angustias* Ppens el obispo, respirando profundamente, cuando el noble #ástago le hubo abandonado. + las dos fue a comer con su hermana y con secretario. comida era bastante modesta, pero el obispo no cesaba de elreprochar a la$abuena %aría diciéndole !ue todo era demasiado e!uisito y abundante. PEl cura de +rs #i#i slo de patatas frías P#ol#i a repetir hoy otra #eGP. /ero tI crees !ue es obligacin tuya damos carne todos los días. RQué demonio es, pues, el !ue te importuna, para !ue así nos #iciesS PEl cura de +rs no fue obispo Prespondi la hermanaP. En la casa parro!uial de 4alGano, también #os habéis pasado hambre. /ero a!uí se comerá lo !ue se ponga en la mesa. piense en a#isar al regente de !ue desearía tener en el palacio los eámenes finales de este ao. En la sala hay espacio suficiente. El secretario anot el encargo en su libretita de notas. + pesar del insoportable bochorno, 4arto sali, después de comer, a dar su habitual paseo. Con pasos mesurados atra#es la plaGa 4ordello. camin a lo largo de la ancha calle Ca#our y lleg al lago de la umbrosa plaGa de
P4í, eso es lo !ue creo. -ndudablemente un obispo es también una especie de pescador. Be a!uí en adelante serás pescador de hombres, se dice en la sagrada Escritura.
pronto estall la tempestad en forma de rugiente huracán. $uego descarg una graniGada de pedriscos como nueces. El temporal iba arreciando y causando más terror. +lgunos pedriscos dieron contra las #entanas del palacio e hicieron saltar a aicos sus cristales. PBios nos tenga de su mano Peclam %aría, aGorada. P+pártate de las #entanas Porden el obispo. Dn relámpago seguía a otro, acompaados todos de estruendosos truenos. $a lí#ida luG de la tarde daba a todas las cosas un aspecto infernal. El huracán se arro"aba contra los muros, !ue se estremecían. $as te"as de los aleros saltaban Gumbando por el aire y caían al suelo hechas pedaGos, los cristales eran desmenuGados por todas partes y los gruesos graniGos se metían en la casa por las desbaratadas #entanas. P/iedad, 4eor, para la pobre gente, !ue se halla ahora en camino suplicaba el obispo. furia ydetroncos los elementos cadacaían #eG al con más furor.$a 3amas #olabanseguía por el desencadenándose aire. Urboles y postes suelo. $as campanas de la catedral comenGaron a sonar sin !ue nadie las tocara... =an bruscamente como se form la tormenta, así se disip. $os nubarrones se dispersaron y el cielo mostr su más hermoso y alegre color. N/ero !ué espectáculo tan horroroso ofrecía la tierraL En el palacio apenas si había !uedado un solo cristal sano. =odos los cuartos !ue daban al lado de la tormenta estaban llenos de #idrios y graniGos. +lgunas puertas se habían salido de sus goGnes y di#ersos muebles aparecían rotos por los suelos. PNQué destroGo, !ué destroGoL Pse lamentaba %aría 4artoP. 2o puede repararse ni con trescientas liras. P$os cristales de las #entanas pueden reponerse Pcontest 4arto PT de lo cual se alegrarán los cristaleros, pero la cosecha, nia, la cosecha... NBios míoL, R!ué #a a ser de la cosechaS Efecti#amente, el temporal había producido por todas partes una horrorosa de#astacin, no slo en %antua, sino también en todo el país. $as frutas, aIn no cosechadas, fueron perdidas. El trigo y el maíG yacían por los suelos con los tallos tronchados, las #ias estaban deshechas. En la dicesis de %antua no habría mucho !ue recolectar este ao. N/obre obispoL RBe !ué ser#iría el angustioso grito de ayuda para el seminario, leído poco después desde todos los pIlpitos por sus sacerdotesS :09
Como un espantoso fantasma se asomaba el hambre a todas las puertas. N/iedad, 4eorL Vste sería un ao difícil. En el apenas restaurado palacio presidi 4arto el &J de "ulio los eámenes finales de los seminaristas. N+h, cuántos rostros macilentos y angustiados pasaron ante élL 2o, no !uería ser rigurosoT Inicamente preguntaría lo más necesario. /ero, a pesar de todo, los eaminados se mostraron con harta frecuencia muy deficientes en las respuestas. /articularmente en teología moral fallaron casi todos. PCarecemos de profesorado suficiente Ple aclar el regente en tono apesadumbrado. PEstá bien Pafirm el obispoP. El ao primo yo mismo daré las clases de teología moral. 2o obstante, sus deficientes contestaciones, el obispo dedic a los eaminados palabras de paternal bondad y los despidi con una bendicin. PBurante los meses de #acaciones comenGaremos con la #isita pastoral Panunci él a su secretarioP. /ero antes tengo !ue comunicar algunas cosas a los párrocos. En la ho"a diocesana anunci, pues, su #isita. + más de un buen párroco se le saltaron las lágrimas cuando ley> )%i #isita será un gran consuelo para el obispo, pues R!ué puede haber más agradable para un padre !ue conocer a sus hi"osS 4i hasta ahora me habéis mostrado #uestro especialísimo afecto, yo no puedo demostraros mi agradecimiento y mi amor de modo me"or !ue yendo a #osotros, hablando con #osotros cara a cara para robustecer la mutua confianGa, bendiciendo a #uestros hi"os, conociendo #uestras necesidades, en"ugando #uestras lágrimas y procurando #uestro bienestar espiritual y temporal. *4epa todo párroco !ue yo partiré plenamente satisfecho de su casa slo con !ue me ofreGca su mesa habitual y !uiera compartir conmigo su pan de cada día. Oa conoGco la apurada situacin de mis !ueridos párrocosT por eso no !uiero !ue nadie eperimente la más mínima carga con mi #isita.* El obispo prohibi todo recibimiento solemne. /ero se alegraría mucho, así lo escribía él, de encontrar a los fieles, por la maana temprano, en la piadosa preparacin para el santo sacrificio y la sagrada comunin. :0F
) ayer, hoy y por los siglos de los siglos. Quieran ellos o no, yo llamaré a los descarriados, buscaré a los perdidos, y aun!ue me laceren las espinas del camino, iré tras la o#e"a perdida, por los páramos y regiones sal#a"es, tras las o#e"as !ue me ha encomendado el 4eor.* En los ardorosos meses del #erano de &KK', cuando un sol sin piedad amenaGaba abrasar toda #ida, 4arto se puso en camino hacia las parro!uias de su dicesis. /or todas partes se mostr lleno de amor y de bondad, aun!ue muchas cosas estaban mal. En di#ersos lugares de"aba mucho !ue desear la instruccin de los nios, la santidad de los domingos, la recepcin de los santos sacramentos, el genuino espíritu de familia, el celo de los pastores. Dna y otra #eG escuchaba pacientemente las lamentaciones de los curas de almas, algunos de los cuales se mostraban casi des esperados. 4arto amonestaba, alababa, alentaba, pero todo lo hacía siempre con la mayor bondad y santa paciencia. %ás de una #eG frunci el ceo al encontrar abusos inecusables, pero siempre se dominaba, reprimía la palabra áspera, !ue ya le afloraba a los labios y hasta la se#era correccin sabía hacerla con el tono carioso de su coraGn amante. + #eces aparecía el prelado en una parro!uia antes !ue el párroco se diera cuenta de ello. Entonces podía ocurrir !ue éste, al ir a la iglesia, encontrara a su obispo en el confesonario. PN6h, !uerido hermanoL Pdecía luego el obispo consolando al desconcertado pastorP, tmese aIn un poco más de descanso. Estoy confesando por usted por!ue no !uería hacer esperar por más tiempo a esta buena gente. Cierto !ue sus palabras significaban un re!uerimiento a mayor puntualidad y hasta una amonestacin, pero tenía el timbre del amor. %uchas desgracias #io 4arto en su camino. $a tormenta y la persistente se!uía del #erano habían causado daos espantosos. Con el coraGn oprimido #io la de#astacin de los campos, el ganado escuálido en los prados y la destruccin en huertos y #iedos. +!uí y allá hacía parar el carrua"e y se ponía a hablar con los campesinos sobre sus miserables campos, tomando parte en sus preocupaciones y necesidades. /or todas partes aparecía como idea fi"a ante los o"os el temor al in#ierno #enidero, teniendo !ue oír a #eces duras palabras de hombres !ue desesperaban de la bondad de Bios. :0K
PEl 4eor lo da y lo !uita, segIn le parece en sus decretos di#inos. 2osotros no podemos hacer otra cosa !ue implorar su misericordia Pera la respuesta !ue in#ariablemente daba una y otra #eG. En las aldeas se hacía conducir a las casas de las familias más pobres. 4e ponía "unto al lecho de los enfermos y si no podía prestar auilio en todas partes, les dirigía al menos una palabra de consuelo, !ue los le#antaba y les daba nue#os ánimos. En Castelbelforte le comunic el párroco, con coraGn oprimido !ue, de allí a unos días, más de trescientos de sus parro!uianos abandonarían la patria para emigrar a +mérica. +l obispo se le llenaron los o"os de lágrimas cuando en el sermn se dirigi a los emigrantes> P2o me incumbe a mí dar un "uicio sobre si en la patria hay pan y traba"o para todos #osotros, pero me sangra el coraGn, cuando #eo partir a tantos de mis hi"os a un país etran"ero. P4eguramente !ue ha habido ladrones en casa. %e han robado el asadoP=al del horno. #eG haya sido el gato Pdi"o 4arto, indiferente. P/ero un gato no roba con la carne también el asador Pgrit la cocinera. :0(
P%e parece !ue no has guardado muy bien la casa, cuando un ladrn te ha podido robar "untamente con el asado el asador. /ero yo conoGco al granu"a Pdi"o el obispo con una sonrisa en los labiosP. =e diré !uién ha hecho la bribonada. PRBnde está, pues, el ladrnS Ppregunt %aría "adeante. PEstá anteEso ti, nia. PR
$as mayores preocupaciones, sin embargo, se las daba el seminario. En las semanas de más apremiante necesidad se había tenido !ue en#iar temporalmente los alumnos a casa, por!ue sencillamente no había nada !ue darles de comer. Es cierto !ue, a la angustiosa llamada de ayuda, algunos habían lle#ado una dádi#a, ante todos los pobres y necesitados, pero R!ué era eso para tantos clérigos hambrientosS Dna mu"er apareci en el palacio, lle#ando al obispo un hue#o para los seminaristas. P4i a éste se aadieran otros &J( hue#os, habría para una comida en el seminario Pdi"o el obispo con una dolorosa sonrisaP. 2o obstante, recibi el insignificante donati#o de la pobre mu"er con el mismo agradecimiento !ue los ducados del senador di 8ao o del príncipe AonGaga. Como tantas otras #eces, al hambre sigui la peste. Be nue#o la muerte aGul #ol#i a blandir su cruel guadaa. /or fortuna, la dicesis de %antua !ued eenta en casi su totalidad. /ero por eso se ensa tanto más en la de =re#iso. 4arto, lleno de amistosa solicitud, se informaba por carta del estado de sus !ueridos amigos y de sus antiguos alumnos. /or fin el seminario de %antua pudo abrir de nue#o sus puertas.
Cuidados pastorales $a luG de la tarde arro"aba sus Iltimos y lánguidos rayos sobre las ne#adas cimas de los montes apeninos. %ontonas rodaban las ruedas del rápido pro#eniente de 3oma. El obispo 4arto frot los empaados cristales de la #entanilla de su compartimento y de" #agar su cansada mirada por el aterido país. PNQué pronto se hace ya de nocheL Pdi"o 8ressan, el nue#o secretario episcopal del prelado de %antua, rompiendo el silencio. P4í, de noche y con frío Prespondi el obispo suspirandoP. $a luG se apaga y el fuego se etingue. 2uestro mundo se ha empobrecido en la fe y en el amor. PREsto dice usted después de los esplendorosos días de 3omaS P pregunt admirado el secretarioP. R2o hemos sido acaso testigos de la creyente #eneracin y del amor filial con !ue cientos de millares han rendido homena"e al papa en sus bodas de oro sacerdotalesS El ao &KKK ha empeGado con un esplendor sin igual. P=ienes raGn, Aio#anni Prespondi 4artoP. =ambién yo he #isto los innumerables grupos de peregrinos de todo el mundo y he oído el desbordante "Ibilo en la basílica de 4an /edro. /ero yo encontré al santo padre oprimido y agobiado de preocupaciones y tras de los cientos de millares de !ue tI hablas, he #isto los millones de a!uellos !ue, despreocupados de su sal#acin, odian lo !ue debían amar. P$en 7--- ha obtenido, en los dieG aos de su pontificado, resonantes éitos Preplic el secretario en tono reflei#oP. En +lemania y en 4uiGa logr !ue terminara la campaa contra la -glesia (ultur*amp7). El papa lle#aba la mitra !ue con afectuosa felicitacin le había mandado el emperador Auillermo - para sus bodas de oro. 8élgica ha #uelto a establecer relaciones amistosas con la santa sede. P/ero en nuestro propio país eperimenta el papa dolor indecible. $as facultades teolgicas han sido cerradas, la enseanGa religiosa en las escuelas ha sido declarada facultati#a y, de hecho, está oprimidaT se ha introducido el matrimonio ci#il y facilitado el di#orcio. El papa sigue siendo el prisionero del
de clases. El odio, el egoísmo y la codicia apagan la luG de la fe y etinguen la llama de la caridad. En la sub#ersin uni#ersal de todas las cosas, en este mar de miseria, necesidad y lucha, en la noche !ue etiende sobre nosotros la oscuridad y el frío, están los pastores de almas seriamente desamparados como nunca habían estado. 4uspenso le mir don 8ressan. 8ien conocía ya el callado pesar !ue de #eG en cuando in#adía al obispo, cuando #eía las deficiencias de su clero. Dn ao hacía ahora !ue le acompaaba en su largo #ia"e pastoral. 4abía asimismo cmo le de#oraba el celo por su dicesis y cuánto padecía ante la insuficiencia de sus sacerdotes, pero nunca neg su bondad paternal al Iltimo y más débil de todos, Dna y otra #eG, alentaba 4arto a los pusilánimes y pesimistas arro"ando en sus almas todo el ardor de su encendido coraGn, pero 8ressan conocía también las horas, en !ue el prelado, casi desesperado, se arro"aba de rodillas ante el tabernáculo para implorar a Bios fuerGa y aliento para su difícil ministerio. Conocía las horas del huerto de los 6li#os, en las !ue un gran desaliento in#adía al obispo al sentirse débil e impotente ante el inmenso mar de necesidades. 4in embargo, era difícil de eplicarse cmo precisamente ahora, cuando debía sentir aIn el "Ibilo de la ciudad eterna, le in#adieran tan sombríos sentimientos. %ientras tanto se habían etinguido los Iltimos resplandores del día. 8ressan encendi una #ela !ue cogi de su maleta. + la tenue luG de la candela el rostro del obispo presentaba una palideG cada#érica. PR2o se siente bien, ecelenciaS Ppregunt, alarmadoP. RQuiere !ue le alargue una segunda manta de #ia"eS /arece tener frío. P2o, dé"alo, Aio#anni Prespondi el obispo rehusándola. 2o es el frío del compartimento. $o !ue me da frío es pensar en %antua, en la pobreGa y en la miseria en !ue se halla todo el país, en los hombres, !ue espiritualmente se arruinan en las fábricas, en las almas !ue se degradan en la indigencia y en la incapacidad de tantos sacerdotes. P2o falta la buena #oluntad Ple asegur el secretarioP. /ero muchos se han cansado y les ha faltado un conse"ero en los momentos de opresin. En muchos lugares, la desilusin ha paraliGado el celo. P=engo !ue ayudarles Pdi"o el obispo, decidido, después de un rato P. Consultaremos !ué es lo !ue hay !ue hacer. + ello tiene !ue contribuir toda la dicesis. Cada párroco tiene !ue decir !ué es lo !ue le ha enseado la eperiencia y la desilusin. Quiero oírles, tengo !ue escucharles pacientemente a todos en sus necesidades. $uego, con la ayuda de Bios :&
sintetiGaremos las conclusiones y en un detallado y seguro programa mostraremos a cada pastor de almas cuál es el camino !ue conduce a la sal#acin y al éito. 2ue#amente #ol#i a callar 4arto y se !ued contemplando la noche, !ue hacía brillar y titilear a las estrellas. con#ocar sínodo fuerGa diocesano Pdi"o por fin,yaanimado nue#oPQuiero entusiasmo y de suunhabitual decisi#aP. Hace muchas de décadas !ue %antua no ha #uelto a tener un sínodo. $os nue#os tiempos necesitan nue#os caminos. 3euniremos los problemas fundaméntales y los repartiremos entre cada uno de los decanados para una madura reflein. ;orGosamente obtendremos algIn resultado si todos hacemos lo !ue podamos. P/ero al instante se etingui de nue#o la luG en los o"os de 4arto. Cansado, aadiP> /ero Rde !ué apro#echan los métodos, de !ué sir#en los caminos, cuando los hombres no tienen ni el ánimo ni la fuera de seguirlosS $o !ue necesito son sacerdotes pacientes, llenos de amor a Bios y a las almas, prontos al sacrificio hasta la inmolacin de sí mismos. 4antos sacerdotes es lo !ue necesita nuestro tiempo, Aio#anni. El cura de +rs fue siempre el Iltimo en todos sus estudios y. sin embargo, transform su aldea e hiGo de su miserable parro!uia una comunidad de santos. +l seminario es al !ue hay !ue ayudar, a mi pobre, pobre seminario N4i yo tu#iera el seminario de =re#iso en %antua, cuántas cosas se podrían hacerL PBios le asistirá, re#erendísimo seorP respondi el secretario, conmo#ido hasta lo más profundo. Era noche cerrada cuando llegaron a %antua, pero 4arto no se entreg al reposo. Hora tras hora permaneci sentado en su escritorio, llenando página tras página con planes y proyectos. 2o solt la pluma hasta !ue fue tiempo de prepararse para celebrar el santo sacrificio. =odas sus preocupaciones, todos sus planes y esperanGas las depuso sobre la patena, diciendo de todo coraGn el Suscipe. PN/ero esta noche no habéis descansado nada, hermanoL Peclam %aría 4arto espantada, al ser#irle el desayuno. P2o es tiempo ahora de dormir Prespondi el obispo con una dolorosa sonrisaP. /ero no te preocupen, hermanita, el aire fresco de in#ierno despe"a la cabeGa. P2inguna noche descansáis más de cuatro horas Pse lament solícita la hermanaP. Hasta media noche tenéis siempre la luG encendida y luego, por la maana, a las cuatro estáis ya arriba. Eso no podréis aguantarlo, hermano. :&J
P4í lo aguanto. Besde hace treinta aos me bastan las cuatro horas de sueo. En ellas duermo probablemente más profunda e intensamente !ue otros, por e"emplo, !ue mi hermana, la cual en la cama tiene aIn !ue romperse la cabeGa para #er !ue podrá dar de comer al día siguiente. N+h, muchacha, yo !uisiera no tener ninguna otra preocupacin !ue la de los pucherosL N$ástima !ue no sea de nue#o coad"utor de =omboloL, Ncuánto me"or estaríaL PDna cosa tras otra, Aiuseppe Ple amonest %aría, compasi#aP. Constantemente estáis predicando a otros. R/or !ué no tenéis un poco más de paciencia con #os mismoS P/or!ue creo !ue tanta más paciencia tiene !ue tener Bios conmigo Prespondi el obispo. En la misma maana aIn dict a su secretario una carta circular a todos sus párrocos, en la !ue les comunicaba su plan de con#ocar en el otoo un sínodo diocesano. )+ pesar de la #isita pastoral !ue, Bios mediante, terminaré muy pronto, estoy aIn muy le"os de tener presentes las necesidades de cada una de las parro!uias y las anomalías !ue en ellas se han introducido. /or eso me diri"o hoy a #osotros, para !ue me ayudéis, diciéndome cuanto creáis de interés, a encontrar los remedios apropiados. /uesto !ue habéis hecho tantas dolorosas eperiencias, indicadme todos a!uellos procedimientos !ue creáis eficaces, pero absteneos de recomendar medidas !ue nunca puedan ser lle#adas a la práctica_* Vl, el obispo, !uería ser el discípulo de sus párrocos, antes de !ue, re#estido de la autoridad de su cargo, se determinara a mandar. $uego en todo caso eigiría obediencia incondicional. ;ue el &0 de septiembre del mismo ao. +l sonido de todas las campanas de %antua. doscientos sacerdotes se dirigían desde el palacio episcopal a la catedral, donde el obispo celebraría solemne pontifical y anunciaría el comienGo del sínodo. En un bené#olo telegrama el santo padre impartía su bendicin a los congregados. $a #oG del obispo tremolaba, cuando ley las bondadosas palabras !ue, por encargo del papa, les había transmitido el "o#en secretario de estado, cardenal 3ampolla. =res días duraron las deliberaciones. El obispo recopil los informes !ue le fueron entregados por todos los decanatos, mostr los males y consider con sus sacerdotes los remedios posibles. Con la misma atencin escuch la opinin de los "#enes pastores !ue la de los ancianos, en canecidos en su ministerio, así como la de los eruditos profesores. :&'
2ada se ol#id. 4e habl de las preocupaciones por la futura "u#entud, de la buena y de la mala prensa, de la necesidad de los traba"adores industriales, de las pobres muchachas de las fábricas, de los in#álidos y de los desocupados, del creciente nImero de "#enes esposos !ue se contentaban con el matrimonio ci#il y de la cifra, siempre en aterrador aumento, de los di#orciosT de la necesidad de escuelas y de la profanacin del domingo 4e procur poner fin a tantos males. 4e establecieron reglas para la digna administracin de los sacramentos, para la estructuracin de los cultos di#inos, para el canto litIrgico y para la concienGuda práctica de la enseanGa religiosa. Como es natural, 4arto no podía ol#idar su seminario, para cuya prosperidad se fund la corporacin de 4an +nselmo, pero tampoco en manera alguna los pobres, los pri#ados de sus derechos y los escla#iGados. + sus hermanos en el ministerio pastoral los con"ur a no hacer distincin alguna en la cura de almas entre ricos y pobres y, sobre todo, a conceder un entierro digno y solemne incluso al Iltimo mendigo. Cuando el obispo al final del sínodo enton el
de sus cardenalesP. $e consideramos como el me"or y más capaG prelado de toda -talia. P+hora !ue el sínodo ha terminado, bien podéis concederos un poco más de descanso Ple ad#irti su hermana %aría 4arto. P/ero hermanita Ple replic el obispo con una sonrisaP, ahora es precisamente comienGa ahora el traba"o. El plan de batalla acabado. Hemos hechocuando la mo#iliGacin, es cuando comienGa la está guerra contra el poder de las tinieblas. 4iguieron aos de incesante acti#idad. Be nue#o #ol#i a ponerse 4arto en camino hacia cada uno de los apriscos de su gran rebao. ;ue tras la o#e"uela descarriada hasta las espinas. Cuando un párroco le comunic !ue en la prisin de la ciudad había una estranguladora de nios, !ue no !uería con#ertirse, a pesar de !ue ya le !uedaban pocos días de #ida, se hiGo conducir hasta su celda y le suplic entre lágrimas !ue se reconciliara con el "ueG celestial. PR/or !ué no te sometes a un "uicio, a cuyo fin se pronuncia la absolucinS Ple con"urP. + una confesin sincera el "ueG eterno no tiene más !ue una respuesta, !ue yo podría transmitirte, hi"a mía, misericordia y libertad. Conmo#ida, cay la mu"er de rodillas y confes al obispo todas las culpas de su desgraciada #ida. Bías de gran alegría tra"o en el ao &K(& para la dicesis de %antua. El :& de "unio comenG solemnemente en toda la dicesis la fiesta del tercer centenario de la muerte deelunmundo, gran santo, AonGaga, uni#ersal de la "u#entud de todo cuya san cuna$uis no estaba le"ospatrn de la ciudad episcopal. En su cuarta pastoral de cuaresma, 4arto in#it a su dicesis a participar goGosamente en los feste"os #enideros, propuso a la "u#entud como ideal la imagen del gran santo, ehort a los padres a educar a sus hi"os en a!uel espíritu !ue había lle#ado a san $uis AonGaga a tan heroica perfeccin. )En el santuario de #uestras casas ensead la religin, hablad a #uestrosunhi"os del goGo da una conciencia pura, enseadles a dominar desde principio sus!ue malas inclinaciones, y acostumbradles a estar siempre dispuestos al sacrificio. /ero sobre todo habladles a tra#és del e"emplo de una #ida santa. :&F
*/or medio de #uestra conducta enseadles a amar la #irtud, antes de !ue el corrompido hálito del mundo destruya los preciosos tesoros !ue el cielo os ha confiado. +sí se irá formando una "u#entud inmaculada, cuyos tempranos aos no llenarán la #e"eG de tristeGa, sobre cuyas frentes no se grabarán prematuramente los efectos del #icio, cuyas #irtudes nos traerán a la memoria al ángel de Castiglione, san $uis AonGaga, y cuyos Iltimos días de la #ida serán pacíficos y felices.* Con gran pompa se celebr el :& de "unio, en Castiglione, el ani#ersario de la muerte del santo.
$e sign la calenturienta frente con el signo de la cruG y luego, #ol#iéndose a los padres, les di"o> P2o tengáis miedo. una de ellas$atraía el sello papal y la otra era cartadeinsignificante de Castiglione. primera le traía el nombramiento de prelado doméstico de su santidad con asistencia al tronoT la segunda, la simple noticia de un padre feliG, cuyo hi"ito había sanado completamente. P=anto como yo #enero al santo padre y le estoy agradecido por su inmerecido fa#or Pdi"o 4artoP, más alegría me ha causado la cartita de Castiglione !ue la otra. $uego fue al oratorio pri#ado y dio gracias a san $uis AonGaga por la curacin del pobre nio. $as horas nocturnas las consagr al estudio de la gran encíclica sobre los traba"adores, Rerum no-arum, !ue unos días antes de la gran fiesta había mandado el santo /adre a todo el mundo. P$a nue#a encíclica Pdi"o a la maana siguiente con o"os radiantes a su secretarioP es una obra maestra de un espíritu iluminado y de un coraGn amoroso. Ba respuesta a las cuestiones !ue durante tantos aos oprimieron mi alma. /or $en el mismo Espíritu santo ha dicho su palabra a una época !ue yacía en las tinieblas. Quiera el mundo oír esta #oG y seguirla y el amor perdido retornará a los hombres.
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La p+rpura $as campanas tocaban a muerto por toda la regin en los primeros días del ao &K(:. El patriarca de
PEso encuadra muy bien ahora con las fiestas del centenario del descubrimiento de +mérica Prespondi 8ressan alegremente. PN+mérica, !ué disparateL Dn genio es lo !ue he descubierto. %ira a!uí Aio#anni. Eamina esta composicin. Dn Sta1at mater de un cierto $orenGo /erosi. Esto es realmente magistral. Eamina la partitura. RQué dices, pues, de ellaS P2otas preciosamente escritas Prespondi el secretario, sonriente. PN+h, si tI no entiendes nada de estoL Cuando haya ocasin ya te lo tocaré al rgano. Es la mIsica eclesiástica más noble, llena de fer#or y de uncin. El obispo de +le"andría, !ue me ha en#iado la partitura, escribe !ue el compositor es un seminarista de su seminario, un "o#en de #einte aos, de =ortona. 4e llama $orenGo /erosi, tengo !ue anotar su nombre. Ensayaré con mis alumnos este Sta1at mater y mandaré !ue lo canten en la catedral. tarde elibaobispo, sentado a de su la mesa de estudio de papel/or de la mIsica, transcribiendo partitura cadacon unaundemontn las #oces hasta muy entrada la noche. P/ero ecelencia, ése es un traba"o !ue lo puede hacer bien cual!uier seminarista Ple ad#irti don 8ressan, cuando le encontr desarrollando una tal tarea. P%is seminaristas tienen !ue hacer cosas más importantes !ue escribir notas. /ronto serán ya los eámenes finalesT por eso no !uiero importunar a ninguno de ellos con esta tarea. P/udiera obispo tiene importantes !ue también hacer !uecreerse pintar !ue notasunPmanifest el asimismo secretario.cosas más P=e #uel#es muy atre#ido, Aio#anni. /ero, hablando en serio, tengo la mIsica eclesiástica muy metida en el coraGn y es lo suficientemente importante para !ue un obispo se ocupe de ella. 2o, no, amigo mío, éste no es tiempo perdido. P=enía !ue haberse buscado un secretario con facultades musicales Pdi"o 8ressan alegrementeP. /or desgracia, ignoro completamente el arte de escribir solfa. P=I tienes !ue hacer otra cosa. Escucha. 3ecientemente he #isto !ue algunos eclesiásticos usan, para trasladarse, los medios modernos de transporte. 2o puedo imaginarme nada más ridículo !ue #er a un sacerdote sentado a caballo sobre un #elocípedo y pedalear por las calles de la ciudad. 3edacta una enérgica encíclica, prohibiendo a todos los ::&
eclesiásticos de mi dicesis el uso de estas ridículas má!uinas. /ero no ol#ides de condimentarla con#enientemente. P2uestros eclesiásticos tienen a #eces largos caminos !ue recorrerT con una bicicleta pueden andarlos mucho más rápidamente Ple ob"et 8ressan. P%e da lo !ue mismo. /erotener un el #elocípedo dignidad y decoro tiene !ue sacerdote.no cuadra bien con la P/ío -7 incluso había prohibido a los eclesiásticos el uso de los omnibus Pdi"o el secretarioP. O hoy todos los sacerdotes de 3oma #ia"an en ellos y nadie se admira ni se escandaliGa de seme"ante cosa. P/ero R!ué tienes hoy, !ue me has de contradecir en todoS =endré !ue buscarme otro secretario. PDn filarmnico Ple record 8ressan. PN+nda a paseoL Ple di"o el obispo con una sonrisa. Cada #eG con más frecuencia a lo largo del ao iba siendo citado el nombre de 4arto como futuro patriarca de
para la nue#a y gigantesca tarea, pero $en 7--- ni si!uiera le de" hablar. Estaba decidido a no aceptar renuncia alguna. ;ue en uno de estos días de gran ecitacin, cuando Ungel 4arto, el oficial de correos de AraGie, apareci en el palacio para felicitar a su hermano ante la nue#a dignidad #enidera. PNQué feliG tenéisel!ue ser, AiuseppeL Pdi"o éldolorosaP. conmo#ido.R4erías tI PR;eliGS Pdi"o obispo con una sonrisa feliG si el rey te promo#iera a ministro de comunicacionesS PN/or amor de BiosL Peclam +ngel, haciendo seal de rechaGarlo con ambas manosP. Estoy contento, con tal de poder epender sellos en AraGie. P+lgo parecido me pasa a mí. 4ería feliG si el papa me hubiera dicho> )Querido hi"o mío, #eo !ue eres incapaG de seguir siendo obispo de %antua. =e #uel#o a nombrar coad"utor de =ombolo.* P2o os creo del todo Pdi"o el oficial de correos con una sonrisaP. /ero a mí me gustaría muchísimo tomar parte en las solemnidades de 3oma. RCreéis !ue será posibleS PCiertamente. R/ero tienes el dinero necesario para el #ia"eS P=engo ahorradas doscientas liras Prespondi Ungel. PEntonces eres un Craso. =anto dinero no he logrado yo tenerlo más !ue una sola #eG en la #ida. /ero al día siguiente ya había desaparecido de nue#o. Con doscientas liras puedes casi dar la #uelta al mundo. El pobre obispo de %antua aIn no sabe de dnde ha de procurarse el dinero para el #ia"e. P$o ha #uelto a dar todo Paclar %aría. PNO el importe de la nue#a sotana y de los demás #estidos, todos muy costososL Oa di"e a nuestra !uerida hermana !ue tiera de ro"o una sotana #ioleta, pero ha resultado un color horroroso. 2o sé cmo me las #oy a arreglar. 2o obstante, pudo hallarse solucin, puesto !ue en %antua se encontr gente dispuesta a ayudar a su prelado y a sacarle de apuros. El &: cardenal de "unio,presbítero. AiuseppeBos 4arto con otros$en cuatro fue proclamado días después, 7--- obispo le entregaba en la sala del trono la birreta. Bespués de la solemnidad, el papa in#it también a las di#ersas delegaciones al besamanos. Entre los !ue doblaron la rodilla ante él figuraba Ungel 4arto y el cuado Aiambattista /arolin de ::
3iese. El buen oficial de correos apenas si se hallaba en estado de responder a las amistosas preguntas del papa sobre su familia. El cardenal #ino en ayuda del desconcertado cartero. Con mayor confianGa en sí mismo se desen#ol#i el cantinero de )$as dos hermanas*. Correspondiendo a las preguntas del santo padre sobre sus hi"os, le di"o con orgullo !ue su hi"o Aiambattista pronto sería consagrado sacerdote. P=oda#ía tengo una sIplica, santo padre Paadi a continuacinP. $e pido una especial bendicin no slo para mí y los míos, sino también para mi anciana suegra de 3iese. PN6hL, Rtoda#ía tiene usted a su madreS Peclam $en 7--#ol#iéndose con #i#eGa al purpuradoP. 4í, nos bendecimos a la madre, !ue ha dado a la -glesia un tal hi"o. E inmediatamente mand !ue su saludo de bendicin fuera transmitido en un telegrama a la seora %argarita. +l día siguiente 4arto en la capilla el "uramento de fidelidad y acto seguidoprest recibi de manos del papasitina el capelo cardenalicio. En consistorio secreto fue preconiGado patriarca de P4oy ela don médico santidad y #engo con el encargo de eaminar a su eminencia. P/ero si yo no necesito de ningIn médico Pcontest el cardenal con una sonrisaP. Estoy esperando Inicamente a !ue me manden entrar en la sala. PR/uedo ser#irle en algo, eminenciaS Ppregunt el doctor. PN4i fueren tan amables de ser#irme un #asito de %arsalaL /rontamente le fue presentada la deseada bebida. P+hora estoy perfectamente bien Pafirm 4arto, después de haber #aciado el #aso. $uego, con paso firme entr en la sala, donde se le comunic solemnemente la decisin. ::J
El : de "unio pudo 4arto regresar de nue#o a su !uerida %antua. Dna entusiasmada multitud recibi al cardenal en la estacin. El mar!ués de 8agno había en#iado su carroGa de gala para lle#ar al nue#o purpurado. $entamente fue a#anGando la carroGa por el corso P6s lo agradeGco de coraGn, !uerido amigo. /ero mi madre me está esperando. 2o de"ará de tener un rinconcito para mí. En solemne procesin le acompa todo el mundo hasta la casa de sus padres, cuyos #ie"os y desconchados muros habían casi desaparecido entre las flores, banderas y guirnaldas con !ue la habían adornado.
+l día siguiente celebr un solemne pontifical en su iglesia parro!uial. Bespués del e#angelio se #ol#i a todo el pIblico y tras darles las gracias con cordial emocin por el solemne recibimiento, habl de sus pobres padres, del bra#o alguacil y cartero de 3iese, y de la madre imposibilitada en casaT luego hiGo mencin de sus fieles maestros el párroco ;usarini, muerto hacía ya mucho tiempo, y de todos a!uellos hombres !ue le habían preparado el camino hacia el sacerdocio. =anto al cardenal como a sus oyentes se les inundaron los o"os de lágrimas al recordar los días de su infancia. El #ie"o carpintero 8attiston, cuyo taller desde hacía ya mucho tiempo estaba en manos más "#enes, lloraba en silencio ante él. ;ue la Iltima gran alegría de su #ida. /oco después emprendi el #ia"e hacia la eternidad. =ampoco fue ol#idado el santuario de la madre de Bios. $argo rato estu#o el cardenal arrodillado ante el dorado cuadro, al !ue tan a menudo había confiado sus cuitas infantiles. /or la tarde, 3iese honr a su gran hi"o con una mara#illosa ehibicin de fuegos artificiales. $a luG de las bengalas en#ol#ía la modesta casa paterna, de modo !ue la seora %argarita, asustada, no cesaba de gritar, por!ue crey !ue había estallado algIn incendio. Dna y otra #eG tu#o el cardenal !ue mostrarse, para recibir los homena"es de la "ubilosa multitud. Oa muy tarde, cuando las primeras estrellas habían hecho su aparicin en el cielo, pudo encontrar reposo para sentarse, en#uelto por el silencio de la noche, "unto a la madre y las hermanas, respirando a!uel gran amor !ue les unía a todos. +l día siguiente, por la tarde, #ol#iendo a estrechar a su madre entre sus braGos, le dio el Iltimo adis. -nmediatamente emprendi el camino de regreso a la capital de su dicesis. %ientras tanto en
Era la fiesta de la candelaria o purificacin de nuestra 4eora. 4arto, habiendo consagrado en la catedral las candelas, regres a su palacio, donde se entreg de nue#o a su traba"o habitual. /or la tarde, don 8ressan entr en el cuarto con rostro compungido. P=engo !ue entregar a su ecelencia una triste emba"ada Pdi"o con #oG afligida. miraba el cardenal a su secretario, !ue tenía un despacho en la4orprendido, mano. PBámelo, Aio#anni, REl gobierno italiano ha concedido por fin su 4Ae2uaturS P2o, es un telegrama de 3iese Prespondi 8restan titubeandoP. 4u madre_ PN%i madreL Peclam 4arto. Con manos temblorosas tom el telegrama. Bespués de haberlo leído, lanGando un sordo gemido se de" caer abrumado en el respaldo de su asiento. P%i madre ha muerto Pgimi con labios temblorosos. PEminencia, dígnese aceptar mi más sentido pésame Pdi"o el secretario después de un rato. P%uchas gracias, mi !uerido Aio#anni Pbalbuci el cardenalP, ahora dé"ame solo, por fa#or. Hondamente conmo#ido escondi 4arto el rostro entre las manos. $argo, largo rato permaneci así, solo con su dolor, solo con sus pensamientos, ocupado en el recuerdo de a!uella callada y bondadosa mu"er, a !uien debía su #ida y todo lo !ue él poseía. NCmo se habían fatigado por él a!uella* manos, !ue ahora estaban rígidas por la muerteL NCon !ué solicitud y amor habían #elado por sus aos infantiles a!uellos o"os, apagados ahora a la #idaL NCon !ué bondad y con !ué profunda seriedad, le había dado a conocer los caminos de BiosL En esta hora 4arto dialog con su madre, le pidi perdn otra #eG de todas las penas !ue le hubiera podido causar en los aos irreflei#os de su "u#entud y de todas las lágrimas !ue había llorado por él, siendo aIn nio. O también le dio gracias fer#orosamente por todo el amor y solicitud !ue le habían hecho feliG. RQué tenía él, pues, !ue no se lo debiera a su madreS Ella había sido su luG, su alearía. su consuelo, su patria, la meta de sus aspiraciones en tantas horas incontables. ::F
+hora reposaba en casa en el negro ataId. Había muerto sin su asistencia, sin haberla podido hacer una crucecita sobre la frente y también sin !ue ella le hubiera puesto las manos sobre la cabeGa para su Iltima bendicin, de la !ue se sentía tan necesitado. +hora le estaba esperando, para !ue lle#ara mi cansado cuerpo al cementerio para el Iltimo reposo, como ella en otro tiempo había lle#ado a la cama, para dormir, al fatigado nio, con una bondadosa palabra y una fer#iente oracin en los labios. El cardenal le#ant el rostro y toc el timbre !ue estaba ante él. +l secretario, !ue entr al instante, le mand preparar todo lo necesario para emprender #ia"e a 3iese.
%ucho tiempo tenía aIn !ue transcurrir antes de !ue las tres hermanas pudieran "untarse con su hermano en la ciudad de las lagunas. [nicamente %aría regres entre tanto al palacio episcopal de %antua. =oda#ía seguía haciéndose esperar el 4Ae2uatur del gobierno italiano. /as la prima#era, a la !ue siguieron el #erano y el otoo. Hasta el &: de octubre no lleg la ansiada noticia de la confirmacin del rey. + pesar de la larga espera, la despedida de %antua se le hiGo muy difícil a 4arto. /or Iltima #eG bendi"o en la catedral a su grey. $uego se dirigi al seminario, para decir adis a sus !ueridos alumnos. NCmo habían cambiado todas las cosas en los Iltimos aosL El seminario estaba fundado ahora sobre slidas bases. Dn hábil regente dirigía la casa. + su lado y colaborando con él estaban el subregente, el director espiritual, un administrador, un ecnomo y muchos competentes profesores. El seminario era un auténtico semillero de ciencia y de #irtud. + la dicesis de %antua no la faltarían en el futuro ptimos y bien formados sacerdotes, tanto más cuanto !ue había aumentado el nImero de las #ocaciones. /or Iltima #eG agrup 4arto a sus clérigos en torno suyo, pronunciando con #oG #ibrante sus palabras de despedida> P=al #eG no #ol#amos a #ernos más. /ero #osotros rogaréis por mí, por!ue yo os he amado. O también por!ue no os ol#idaré nunca. +sí nos encontraremos reunidos en todo tiempo, en el sacratísimo CoraGn de MesIs. PHan #uelto a pasar nue#e aos Pdi"o el cardenal a su secretarioP. +sí !ue en el nombre de Bios #amos a seguir peregrinando. =e lle#o conmigo a
alguno. + los resonantes acordes de una banda de mIsica y los "ubilosos gritos de una inmensa multitud se condu"o al patriarca hasta su palacio. /or la noche, los palacios y las iglesias de PCuando Cristo !uiso confiar a /edro su rebao, eigi de él una triple confesin de amor, para ensearnos !ue el oficio del pastor de almas eige de nosotros, ante todo, la gran fuerGa y el inmenso poder del amor. Besde este momento os amo a todos. +un!ue nunca os he #isto aIn. os lle#o a todos en mi coraGn y slo os pido !ue me correspondáis con amor. ) nuestro patriarca es un hombre con rectas intenciones, !ue no conoce las medias tintas ni los subterfugios, !ue mantiene muy alta la inmaculada bandera del #icario de Cristo y no anhela otra cosa !ue amparar y defender la #erdad y hacer el bien. 4i algIn día hubiera de ser infiel a este programa, !uiera el Bios misericordioso mandarme antes la muerte... $a multitud, sin respirar, le escuchaba con la más profunda emocin.
3usticia y caridad En la terraGa de la catedral, el día :' de abril de &K(', ondeaban las doradas banderas del e#angelista 4an %arcos. 4e iniciaban en este día las festi#idades del octa#o centenario de la inauguracin de la #etusta y #enerada basílica. En la catedral, la capilla de 4an %arcos, ba"o la direccin del "o#en maestro $orenGo /erosi, a !uien 4arto había traído a P$a "usticia le#anta a un pueblo, pero los pecados le hacen miserable. El patriarca habl del glorioso pasado de ahora se anuncia, como ideal de una nue#a centuria, usando frases brillantes y "actanciosas, la libertadT pero una es la libertad de los hi"os, !ue se su"etan a la autoridad del padre, y otra la libertad de los rebeldes, !ue conduce siempre en Iltima instancia a una nue#a escla#itud. Hablan de libertad, pero for"an cadenas para atar el derecho, la "usticia y la caridad. 8ien entendía la innumerable multitud la palabra de su pastor. Harto habían sufrido y suspirado los catlicos durante el régimen hostil a la fe de las autoridades de la ciudad, !ue se opusieron al poder de la -glesia y !uisieron atarle las manos, para impedirle e"ecutar la obra de la caridad y de la misericordia. +In no se habían ol#idado las #entanas cerradas del ayuntamiento en el día de la entrada solemne del nue#o patriarca. /ero así Bios lo !uisiera, Bios mismo en#iaría una tormenta, !ue haría saltar sus candados y cerro"os. P+memos a nuestra ciudad natal y su templo Pdi"o 4arto al final, en encendidas palabrasP. +memos el estandarte dorado del E#angelista. /ensad en el de agosto de &F(9, /erasto cuando la porbandera el estruendo #eintiIn caonaGos se :: abati de la fortaleGa de 4ande%arcos. Entonces los ciudadanos dálmatas se a#anGaron sobre el templo, rasgaron un troGo del estandarte, lo abraGaron y besaron entre lágrimas y lo depositaron sobre el altar, donde aIn hoy se conser#a, como preciosa :&
reli!uia y perenne recuerdo de su amor a 4an %arcos. +mad también #os otros el pabelln del E#angelista, en un tiempo en !ue se ha ol#idado la "usticia y la caridad. $le#adlas sobre el altar y prometed solemnemente a nuestra ciudad un nue#o futuro de gloria y esplendor, una #ida en la "usticia y en la caridadP. Con la inscripcin !ue adornaba su escudo de armas, concluy el patriarca> P$a paG sea contigo, %arcos, mi e#angelista. N PN traba"ad, orad, #otad. El dorado #erano se etendi por todo el país y con él lleg el día de las elecciones. %ientras los hombres se agolpaban en torno a las urnas, por orden del arGobispo se rogaba en todos los con#entos e iglesias y se reGaba ::
el santo rosario en todas las familias cristianas, como cuando los barcos #enecianos con la bandera de 4an %arcos luchaban en $epanto contra la armada turca. En las horas #espertinas 4arto, arrodillado ante el tabernáculo, luchaba con Bios por su ciudad. Oa hacía mucho rato !ue se había etinguido la luG del día, cuando don 8ressan entr en el santuario y susurr al oído del cardenal> P PHabría otro triunfo !ue me alegraría aIn mucho más. PRO cuál seríaS P$a #ictoria sobre la pobreGa y la miseria de mi ciudad.
hacia él sus escuálidos braGos, pidiéndole una limosna. Dna prostituta le grit frases des#ergonGadas, riéndose de un modo estridente, al reconocer en él a un sacerdote. 4arto se par ante uno de a!uellos cuchitriles, subi la medio derruida escalera y entr en un cuarto miserable, en el !ue una mu"er se le !ued mirando desde una cama andra"osa y pululante de bichos. P6í decir !ue estaba usted enferma, !uerida seora Pdi"o el patriarca amablementeP. He #enido a traerle una pe!uea ayuda. Entonces sac de su gran bolso pan y #ino y aadi a ello un par de monedas. PEsto es todo lo !ue de momento puedo ofrecerle Pdi"o dando un suspiroP. 2o es mucho, pero no tengo más. POa se #e !ue es usted un pobre cura Pcontest la mu"er, cogiendo la limosna con á#idas manosP. + buen seguro !ue ni para usted mismo tiene gran cosa. REn !ué iglesia está usted ocupadoS PEn la catedral. PN+h, en la catedralL Entonces es usted el Iltimo de todos en la catedral Pdi"o la mu"er, eaminando la raída sotana de su #isitanteP. 4i fuera usted el patriarca, podría traerme pieGas de oro, en #eG de un par de liras. PEl patriarca no tiene ni un céntimo más !ue yo Ple asegur 4arto, afligido. P2o me haga usted reír Peclam la #ie"aP. Quien #i#e en un palacio seme"ante ha de poder gastar el oro a puados. Be todas maneras, le doy las gracias por su dádi#aT con ella ayuda usted a una pobre mu"er en la más etrema necesidad. /acientemente escuch durante un rato las piadosas palabras de consuelo !ue el sacerdote le dirigía, pero por fin le interrumpi diciendo> P+cabe ya de una #eG con el Bios misericordioso. Está Inicamente de parte de los ricos y se ha ol#idado de los pobres. Besde el cielo no puede #er nuestras calle"uelas. =ambién a Vl le apestan demasiado. PBios es !uien me ha en#iado a usted, !uerida mu"er Ple respondi el cardenal. P8ueno, hágase usted cargo. 4in duda he hablado demasiado y ahora ya no #ol#erá a traerme nada. :J
P4í #ol#eré, no lo dude usted Prespondi 4arto, y con el coraGn oprimido abandon la morada de la pobreGa. /or la noche no podía conciliar el sueo. Dna y otra #eG #ol#ía a #er fi"os en él los o"os de los des#enturados, los afligidos y desesperados o"os de madresdeylalosprostituta rostros macilentos y escuálidos de los enfermos. $a risalas burlona le retumbaba en los oídos. El grito Pmise ricordiaP de los nios mendigos, !ue se encontraban sumergidos en la suciedad y en el #icio, le producía escalofríos. )Bios se ha ol#idado de los pobres*. =odos miraban hacia él y todos le llamaban. /ara ti #a, Aiuseppe 4arto, el grito de la miseria, de la necesidad y de la obscenidad. =I tienes !ue ayudar, tI, tI, tI. R/ero !ué podía él en el mar de la abyeccin y de la miseriaS PEl patriarca puede gastar el oro a puados Phabía dicho la mu"er. /ero ningIn sacerdote de la gran dicesis era más pobre !ue él. 4u mesa era la de un mendigo. 2i un solo criado tenía en la casa, fuera de un #ie"o ayudante de cámara, un curioso hombrecillo regordete, llamado Aio#anni Aornato, y ni una sola criada. 4us esforGadas hermanas, con la sobrina, cuidaban de toda la casa> barrer, limpiar, fregar, cocinar y coser, como tristes criadas, y muy a menudo no sabían cmo arreglárselas al #er !ue no disponían ni de un céntimo. 2o pudiendo conciliar el sueo, 4arto se le#ant de su lecho, encendi una #ela y se fue al cuarto de estudio. +plic la luG en los ana!ueles de los armarios y Nsanto BiosL N!ué pobreGaL En un solo ao lo había dado todo. $os preciosos regalos !ue había recibido el día de su pre sentacin, habían sido reducidos a dinero y distribuido entre los hambrientos. $os dos candelabros de plata maciGa y el regalo del cabildo catedralicio ya habían ido a parar al monte de piedad. Cuadros, floreros, colchas preciosas, paos de damasco_ todo había ido siguiendo el mismo camino. +hora no !uedaba ya ni un solo ob"eto para poder empear. Calla, sí. Dn precioso crucifi"o de marfil, un regalo de los cardenales de 3oma. +nte él había orado una #eG el papa san /ío <. P2o, no, ése no Pse decía 4arto oponiéndose a los dictados de su coraGnP. $a cruG del papa no puedo lle#arla al "udío de la casa de préstamos. =engo !ue encontrar alguna otra cosa. Besilusionado de !ue su amor no pudiera encontrar nada más, el cardenal se #ol#i por fin a su lecho. :'
P+sí, pues, tendré !ue ir a pedir Pdi"o dando un suspiro, al acostarse. +l día siguiente llam modestamente a la puerta del conde Aardenigo. El aristcrata, !ue siendo nio había #isitado muchas #eces a su abuela en 3iese y conocía bien a 4arto desde !ue era un pobre estudiantino, se mostr muy goGoso por tan honrosa #isita. Cuando el patriarca sali con la peticin de una limosna para sus pobres, el conde sonri, algo incrédulo. PR4e #e usted obligado a ir a pedir limosnaS Ppregunt el conde, mo#iendo la cabeGa admirado. P4í, !uerido conde, no me !ueda ningIn otro remedio Psuspir 4artoP. %is bolsillos están #acíos. Austoso le dio el noble bienhechor un par de ducados de oro, pero el cardenal ya los había #uelto a distribuir antes de llegar a su palacio. Be nue#oEactamente estaban sus manos igual le#acías. pas con todas las demás dádi#as !ue le iban dando en los otros palacios de los nobles. 4arto sigui siendo siempre un mendigo con las manos #acías. P=enemos !ue hacer algo en contra de la uni#ersal miseria Pdi"o una maana a su secretario, después de una noche pasada en el insomnio P. Quiero llamar la atencin de toda
hubiera podido reunir en torno suyo a todos los nios pobres y medio hambrientos de las oscuras y sucias casuchas de la ciudadL $os hombres y mu"eres de la asociacin de 4an PN6h, se me ol#idabaL Pdi"o con #i#eGaP. =engo algo !ue ciertamente podrá usted con#ertir en dinero. Entonces tom su Iltimo gran tesoro del muro de la habitacin, el ebIrneo crucifi"o del papa, acarici y bes la preciosa "oya y se la entreg a la empobrecida dama. P=enga usted, es lo Iltimo !ue puedo dar. Entre lágrimas la mu"er le dio las gracias por la gran ayuda. P/erdname, san /ío Ptartamude el cardenal, cuandodelse sacro hubo !uedado soloP. /erdonadme también #osotros, hermanos colegio, por haber regalado #uestro presente. /ero es !ue no tenía otra cosa. +lgunos días después supo por uno de sus párrocos !ue un pobre comerciante honrado, cuyo negocio iba de mal en peor en a!uellos tiempos difíciles, no podría escapar a la !uiebra. P=iene siete hi"os, eminencia, y todos están aIn sin criar Ple di"o el eclesiástico, apenadoP. $a familia irá a la ruina. Oo mismo he hecho cuanto me era posibleT tal #eG su eminencia pueda... PN6h amigo, yo soy más pobre !ue ustedL Psuspir el cardenalP. 2o obstante, déme la direccin de este seor.
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+penas el párroco había cerrado tras sí la puerta, cuando entr un hombre #ie"o de pelo cano, !ue en silencio se !ued mirando al cardenal un largo rato y di"o por fin> PR2o me conoce ya, eminenciaS P2o sé... PN4anta %arianaL gracioso, NcántaroL NOa noP me eclam conoceL el #ie"o con una sonrisaP. Es PN%astellaL Peclam 4arto, alargando la mano al #ie"oP. N/erdn, seor ;eltinL, pero Rde !ué parte del mundo sale usted ahoraS PEscuche, eminencia Prespondi el antiguo ser#idor de la condesa AardenigoP. Cuando muri mi ilustrísima, me #ine a
PNOa lo creo !ue las necesitoL Pafirm 3osaP. Oa hace mucho tiempo !ue no compramos nada. /ero nunca tenéis dinero para ello. POa #eremos Prespondi 4arto con una sonrisa en los labios y se sali de la cocina. /oco después, #estido de su raída sotana negra, #ol#ía a peregrinar por las calles de
PN/ero, hermanoL Peclam 3osa, lle#ándose ambas manos a la cabeGa, cuando por la tarde lleg a casa todo un carro cargado de ob"etos caserosP. N/or los cla#os de CristoL, R!ué #oy a hacer yo ahora con todos estos pucheros y fuentesS N4anto BiosL, una docena de moldes para hacer pastas y... MesIs, %aría... medio centenar de ratonerasL R/ero estáis en #uestros cabales, hermanoS P/ienso !ue sí. /ues con todos estos utensilios he sal#ado de la bancarrota y de la desesperacin a un pobre y buen cristiano Prespondi 4arto. indiferente. Be todo se preocupaba el cardenal. +compaado de su fiel secretario, #isit las fábricas de
P+!uí lo tiene Prespondi 4arto, mientras colocaba sobre la mesa su anillo arGobispal. PNBios míoL, Rel anillo arGobispal !uiere empear ustedS P tartamude el "udío, admiradoP. /or el santo patriarca %oisés, ésta es una "oya consagrada, !ue necesita su Eminencia para los oficios de la catedral. 4í, esto es ciertamente algo distinto del plateado anilluco !ue me tra"o usted entonces en 4alGano. %ira, mira, !ué etraordinaria preciosidad es el anillo !ue lle#a un cardenal en su dedo consagrado. PRCuánto me da usted por élS P+ #er, R!ué puede dar el #ie"o $e#í por élS Boscientas liras puedo darle. P=rescientas. PN+y, ayL Peclam el #ie"oP. /ero por ser su eminencia un tan buen parro!uiano y tan antiguo, aun per"udicándome, me a#enturo a darle doscientas cincuenta. P=rescientas. P4u eminencia hubiera debido ser comerciante. 4iempre se lo digo a mi hi"o 4alomn. 4alomn, le digo yo, ahí tienes a su eminencia, el seor Cardenal, del !ue puedes aprender cmo se hacen los negocios y cmo se es tenaG en el comercio. 2o se de"a perder ni un solo céntimo. +un!ue !uito el pan a mis hi"os, le doy trescientas. P+!uí están las cincuenta liras Pdi"o el cardenal a don 8ressan, entregándole el billeteP. +In tengo más, pero a!uéllas ser#irán para otras cosas. P/ero, Rdnde tiene el anillo, eminenciaS Ppregunt el secretario, asustadoP. R2o lo habrá acaso...S PEl $e#í tiene mi anillo Pconfes 4artoP. +!uí tienes el rescripto. Auárdalo bien, pues el anillo tengo !ue recuperarlo de nue#o. PNBios nos guarde !ue un día le hagan papaL Psuspir 8ressanP /or!ue cuando menos se pensara, había empeado la basílica de 4an /edro. PAracias a Bios, no hay seme"ante peligro Prespondi el cardenal, de"ando dibu"arse en sus labios una sonrisa. 2o habían pasado muchos días, cuando don 8ressan le #ol#i a poner el anillo patriarcal sobre la mesa. :J&
P4e ha podido encontrar a alguno !ue !uisiera rescatarlo Pdi"o el secretarioP. El "udío, no obstante, ha eigido su porcenta"e. P/arece el mismo Pdi"o 4arto sonriéndose, y sin otra ceremonia se lo #ol#i a poner en la mano, con gran tran!uilidad de su concienciaP. Vste ha sido un buen negocio. $o repetiré con frecuencia. PN/or amor de BiosL Peclam el secretario, preocupado.
La 7iesta re%ia Como en %antua, así también en
+demás, todo se hacía con la me"or intencin. +l fin, 4arto se abstu#o de cual!uier manifestacin de desagrado. 4i había !uedado satisfecho de la #isita, se mostraba alegre y epresi#o como un nio, se sentaba a la mesa con algunos #ie"os curas y "ugaba con ellos a dos céntimos, al tresillo doboln o al scopone con el mismo entusiasmo con !ue en otro tiempo había "ugado a las cartas en la cocina de 4alGano con los cha#ales de la calle. En el huerto parro!uial de Crespano comi, a porfía, con don 8ressan y con el párroco de la aldea, manGanas y perasT luego dieron un paseo por el bien cuidado sendero hasta un pradecillo !ue se hallaba escondido tras altos árboles. El párroco mostr de repente cierta prisa sospechosa y comenG a hablar de los albarico!ues del espaldar de la casa, pero 4arto ya había descubierto las pesadas bolas sobre la hierba. PN6hL R"uega usted a la )boccia*S Ppregunt al párroco, el cual contest perple"o> P4í, de #eG en cuando los domingos por la tarde con un par de muchachos de la aldea. PEso es estupendo. Eactamente igual hacía yo en 4alGano y puedo gloriarme de haber ganado la mayor parte de las #eces. +!uí seguramente no nos puede #er nadie Paadi el patriarca, inseguro. El párroco ech una rápida mirada por los manGanos, por miedo de !ue algIn monaguillo estu#iera escondido entre ellos, y contest tran!uiliGador> P2o, eminencia. +!uí no nos obser#a nadie. 4arto ya había cogido una de las bolas y estaba eaminando su peso. P=iene un buen peso Pdi"o él riendoP. Quisiera saber si aIn soy capaG de mane"arla. PR4u eminencia !uisiera...S P4í !ue !uerría ciertamente Prespondi el cardenal con una sonrisa. PEntonces, manos a la obra Pdi"o radiante el parro!uillo, arro"ando con hábil impulso la ro"a )boccia* en medio de la pradera y disparando luego los tres a porfía. El párroco, después de dar un par de disparos acert la bola de 8ressan con tal fuerGa, !ue la hiGo rodar muy le"os de la meta, pero 4arto hiGo lo mismo con la del párroco ganando al fin tres de las cuatro partidas, mientras !ue el párroco slo una y 8ressan ninguna. :J
P2o lo tomes muy a pecho, Aio#anni Pdi"o el cardenal a su secretario, tratando de consolarleP. + los labradores de 4alGano les tocaba perder también casi siempre cuando "ugaban conmigo. Dna #eG, uno de los moGalbetes comenG a "urar y a blasfemar horrorosamente. Entonces yo, tengo !ue confesarlo, indignado comencé a boearle y a darle de puetaGos en las !ui"adas hasta !ue él completamente aturdido cay sobre la hierba. Besgraciadamente, a!uella #eG había ol#idado mi petaca de rapéT de otro modo nunca hubiera sucedido tal cosa. PEminencia, siempre le he estimado mucho, pero ahora, desde !ue ha "ugado conmigo, pobre párroco rural, a la )boccia*, estoy dispuesto a obedecerle ciegamente Ple di"o, declarándole su fidelidad el cura de almas de CrespanoP. O lo !ue es fuerGa, ya lo creo !ue la conser#a. PEs admirable. Bios me ha dado, por fortuna, una buena salud P respondi 4arto con una sonrisa en los labiosP. O en casa de mis padres aprendí ya a usar los braGos en las faenas del campo. N+h, Aio#anniL 3ealmente teníamos !ue "ugar con más frecuencia a la )boccia*. 4i grande era la alegría y el contento !ue el patriarca mostraba después del buen éito de una #isita pastoral, no lo era menos la seriedad con !ue hablaba a la conciencia de sus sacerdotes, cuando descubría faltas o descuidos gra#es. Como en %antua, la #isita pastoral se cerr con un sínodo diocesano, donde 4arto a base de sus eperiencias mostr nue#os caminos a los guías de almas. P
+madlos, por!ue el 4eor mismo los llama sus hi"os y por!ue los lle#a a todos en su coraGn. 4arto se esforGaba una y otra #eG con reno#ado ahínco en poner ante el alma de sus sacerdotes el ideal de un sacerdote #erdaderamente piadoso y de un buen pastor. Eigía de ellos una conducta inmaculada ante Bios y ante los hombres.
se celebraría en la profanada iglesia, artículo !ue hiGo brotar las lágrimas en los o"os de muchos, cuando leyeron> )$a dulce alegría de poder estar entre #osotros, ha #enido a trocarse en llanto por la más lamentable noticia. O puesto !ue no puedo comprender por !ué una tan horrorosa profanacin podido cometerse período de pecados mi regencia, me pregunto conhaya estremecimiento si no durante han sidoel tal #eG mis los !ue han atraído sobre
En la catedral, el cardenal 4#ampa, el legado del santo padre, salud en solemne discurso a los participantes en el congreso y a los #enecianos, !ue por miles llenaban la catedral. El patriarca dio la bendicin con la centelleante custodia. + la maana siguiente se inaugur el congreso en la monumental iglesia de 4an Muan y 4an /ablo. En lo alto del ábside resplandecía el emblema de la hostia con el monograma de CristoT aba"o, sobre fondo dorado, un mara#illoso cuadro del santo padre. En las b#edas gticas del templo resonaron las #oces del magnífico oratorium 8ncna omini, compuesto y dirigido por el maestro /erosi. $uego su eminencia, el cardenal 4arto, pronunci el gran discurso de apertura sobre la realeGa de Cristo en la sagrada eucaristía. P+grupaos en tomo al tabernáculo Peclam el patriarca, poseído en santo fer#orP. Be este nue#o cenáculo brota el fuego del amor de Cristo, a!uel fuego !ue el 4eor mismo #ino a traer a la tierra y !ue !uiere abrase a todos los coraGones. Cinco días dur la fiesta regia. $uego 4arto pronunci las palabras de despedida> PEl 4eor se ha acercado a nosotros, como se acerc en otro tiempo a los discípulos en el camino de EmaIs cuyos espíritus estaban sumidos en la más profunda tristeGa. Vl nos ha hablado y también nuestros coraGones se han sentido inflamados en lo más hondo, por!ue nos ha hablado MesIs. +hora asimismo le suplicamos con toda humildad, pero también con todo el ardor de nuestra alma> !ane no1iscum, omine, !uédate, 4eor, con nosotros. +mén. Dna solemne procesin sacramental, en la !ue
4arto era un entusiasta de la mIsica sagrada. $lam a don /erosi a su casa y le tu#o de huésped permanente a su mesa. Burante las comidas hablaba con él de mIsica sacra. P2o hay !ue hacer de la iglesia una sala de conciertos Pdecía el patriarcaP. $as lapartes or!uestales son a menudoal demasiado largas y la el pueblo, !ue por mIsica ol#ida completamente 4al#ador, abandona iglesia después del credo. NEstos interminables preludios e intermei y este repetir indefinidamente las mismas palabrasL =ambores y trompetas, bombos turcos y platillos se desliGan en las casas de Bios, como si se #iniera a una parada militar. Eso no me agrada en absoluto. $a mIsica militar no es propia en la iglesia. El canto litIrgico no puede profanar el santo sacrificio, como si éste fuera una cosa accesoria, sino !ue tiene como funcin el ser#irle y le#antar los coraGones. PEn el congreso Pcontest el maestro apesadumbradoP, algIn arrogante prelado mostr su disconformidad con mi mIsica y se me dio a entender !ue mi or!uestacin era pobre y !ue en relacin con el esplendor de la dorada basílica podía compararse a una modesta aldeana. P/robablemente habrían dicho también lo mismo todos estos sábelotodo, de las fugas de 8ach Pdi"o el cardenalP. O, sin embargo, éstas muestran no slo la más perfecta maestría, sino también un piadoso coraGn y una íntima uncin. 2o tomes muy a pecho todas estas habladurías, $orenGo, y sigue tu camino, !ue es también el mío. ;ue para el maestro una singular distincin !ue el papa $en 7--- le llamara poco después a 3omaT sin embargo, sangraba su coraGn al despedirse de 4arto, a !uien siempre llam con amorosa #eneracin su cardenal. P=e deseo mucha felicidad en tu camino, !uerido amigo Pdi"o el patriarca, animándoleP. O si en 3oma no estás a gusto, #uel#es de nue#o a 4an %arcos. +!uí serás siempre recibido con los braGos abiertos. Efecti#amente, /erosi no se sinti a gusto en la Ciudad Eterna. =enía nostalgia por la ciudad de las lagunas. Dn día se decidi a pedir una audiencia al santo padre, se arro" ante sus plantas y le suplic poder #ol#er a
Cuando 4arto tu#o en las manos la carta del maestro /erosi, !ue le transmitía las palabras del papa, se ri alegremente, diciendo> PNQué suerte !ue una tal profecía no tenga nada !ue #er con la infalibilidad del santo padreL + continuacin, escribi a su protegido una consoladora carta, en la !ue leP=al aconse"aba !uecardenal permaneciera #eG mi #engaena 3oma. habitar a!uí un día Psuspir el maestro al leer la carta del patriarca.
/scensi&n a la cima $entamente a#anGaban las manecillas del relo" hacia la medianoche. El cardenal 4arto cerr el libro en el !ue estaba leyendo, se le#ant, cansado, y se acerc a la #entana. +l resplandor de las estrellas in#ernales yacía, cubierta de nie#e,
plaGa, lle#ando en las manos teas y hachas encendidas, dando gritos de "Ibilo y felicitándose, entre risas y griteríos. En los barcos del puerto resonaron asimismo los caonaGos de saludo. Estorbados en su reposo nocturno, re#oloteaban con #uelo agitado y miedoso los pá"aros de la cIpula y de los aleros de la basílica. 4arto estrech la mano de su secretario y la apret en silencio. PDn prspero ao nue#o y un feliG siglo Ple dese don 8ressan. PRQué nos traerá consigoS Psuspir el patriarca. P$as palomas de 4an %arcos Pdi"o el secretario, sealando las re#oloteadoras bandadasP, palomas de la paG, eminencia, un alegre presagio. P=ambién hay pa"arracos negros entre ellas, a#es nocturnas, !uerido mío. /á"aros !ue enarbolan banderas sanguinarias. PBios nos conser#e la paG Prespondi don 8ressan. P+mén Pasinti el patriarca. En el fulgor de la gracia apareci la maana del nue#o siglo. -nterminables procesiones de peregrinos de todo el mundo se apresuraron a ir en romería a 3oma, para doblar, llenos de de#ocin y respeto, su rodilla ante el anciano de no#enta aos, !ue sobre sus cabellos blancos como la nie#e lle#aba la corona de los papas. $en 7--- consagr el mundo al di#ino coraGn de MesIs. /ero, en medio del ao, un crimen sanguinario estremeci a toda -talia. El rey Dmberto moría ba"o la daga de un asesino en %onGa, cerca de %ilán. %ás de una #eG había encontrado 4arto al monarca en la bendicin de los barcos o en otras ocasiones y aun!ue el padre de Dmberto ocasion a la -glesia indecibles sufrimientos, el cardenal había estimado siempre al caballero príncipe, si bien con a!uella reser#a !ue la situacin eigía se tu#iera frente a la casa de 4aboya. /ero, después de tan abominable crimen, su coraGn no sinti más !ue compasin por la desgraciada #íctima y mand !ue en todas las iglesias se reGara por el eterno descanso de !uien inesperadamente abandon este mundo. Cuando poco después del atentado la esposa del asesinado, la reina %argarita, #ino a
2inguna otra cosa ansiaba más el atribulado patriarca !ue una honrosa reconciliacin entre la -glesia y los nue#os gobernantes de -talia. /asaron dos aos, aos saturados de incesante traba"o y de continuas preocupaciones pastorales. %ucho era lo !ue sé había logrado y muchas eran las !ue situaciones difíciles !ue se habían superadoT 4artodel #iocardenal crecer la semilla, sembrara entre lágrimas. /ero ba"o la pIrpura sigui siendo siempre el modesto y sencillo sacerdote, cuyo coraGn no buscaba otra cosa !ue la sal#acin de sus hi"os. 4u amabilidad fue sin fronteras, especialmente hacia sus sacerdotes, en los !ue #eía a un hi"o o a un hermano. En una maana de "ulio del ao &(0: entr en su cuarto de estudio un sacerdote milanés, !ue había #enido a traerle un mensa"e de su seor, el cardenal ;errari. 4orprendido miraba 4arto al sacerdote forastero, cuya mirada franca y abierta manifestaban una rara ri!ueGa de coraGn y de espíritu. P/erdone, eminencia, no he encontrado a nadie !ue !uisiera anunciarme. Dn #ie"o y etrao seor, sin duda su sir#iente, me indic simplemente el camino hacia a!uí. PN6h, no se preocupe usted por elloL Prespondi el cardenalP. Es la manera habitual de proceder en mi casa. P+chille 3atti Pdi"o el sacerdote a guisa de presentacin, mientras le entregaba el mensa"e. P+chille oído alguna #eG.3atti Prepiti 4arto recapacitandoP. 4u nombre lo he P=raba" en la biblioteca ambrosiana de %ilán. PN;eliG ustedL Peclam el cardenal sonrienteP. N+ mí me !ueda tan poco tiempo para el estudioL /ero espere, +chille 3atti, Rno ha escrito usted...S PCon #i#eGa se le#ant el patriarca, después de recapacitar un momento, y sac un libro del estanteP. 2aturalmente, ya lo tengo a!uí. R2o es usted el !ue ha traducido al italiano el notable libro de ;ranG Witt, el fundador de la asociacin alemana de santa Cecilia, sobre la reforma de la mIsica eclesiásticaS de todo coraGn haberle conocido. /ero, antes de pasar adelante,%e unaalegro pregunta> Rha celebrado usted yaS P+cabo de #enir de la basílica, precisamente. P/ero desayunar aIn no lo ha hecho usted. PN6h, no corre prisaL Prespondi el sacerdote. :'&
PNOa lo creo !ue corre prisaL
ahora en los aos de su ancianidad ha #enido a apoderarse de él la nostalgia. O a propsito, Rno es usted un escalador de montaasS =engo la idea de haber oído hablar de ello alguna #eG. PHe subido a la cima rocosa del monte 3osa y luego publi!ué un pe!ueo artículo sobre ella en el 1olletino del Club alpino italiano. PMustamente. he oído ello. másL Entonces aInchico estaba %antua. N+h, feliG deOausted, cadahablar #eG le de en#idio 4iendo en en 3iese, subía frecuentemente a la torre de la iglesia y miraba hacia las le"anas montaas. 4e #en perfectamente desde mi pueblo natal. %i anhelo mayor fue siempre subir alguna #eG a las ne#adas montaas, pero nunca pude realiGarlo. $a montaa mayor sobre cuya cima he podido poner los pies, es el monte Arappa, &FF' metros sobre el ni#el del marT en ella tu#e !ue bendecir una capilla en honor de la bendita %adre de Bios. /ero los +lpes propiamente dichos tu#e !ue #erlos siempre de le"os. PR/or !ué no hace su eminencia un #ia"e a las montaasS P pregunt 3atti, !uien con la natural y desenfadada con#ersacin había perdido todo encogimiento. P4í, Rpor !ué noS Psuspir 4artoP. Quiero confesárselo sinceramenteT por!ue nunca he tenido el dinero suficiente para un #ia"e seme"ante. Cuando alguna #eG logro ahorrar algo, me #oy a 3iese o a 4alGano a casa de mis hermanas casadas, o también al con#ento de las buenas hermanas de Crespano, y Iltimamente a casa de mi sobrino, el párroco de /ossagno. +!uí represento un poco el papel de capellán. $a con#ersacin con el doctor milanés le produ"o al patriarca tal alegría, !ue le in#it a dar con él un paseo matinal al $ido. 4arto, !ue de #eG en cuando se permitía esta pe!uea recreacin, nunca hacía el #ia"e en su mara#illosa gndola, sino !ue usaba siem pre el -aporino, en el !ue, #estido con una modesta sotana negra, se meGclaba entre los demás pasa"eros. +sí #ia"aron también esta maana. Cogieron el -aporetto y, bordeando la costa, llegaron hasta el hospital de marina. Burante el camino, el cardenal con#ers con su huésped sobre cuestiones de mIsica eclesiástica y habl sobre libros, manuscritos e incunables de la biblioteca ambrosiana con tanto conocimiento de causa, !ue 3atti apenas si podía salir de su asombro. Be #eG en cuando interrumpía la con#ersacin, charlaba un poco con los pescadores, miraba en sus cestas y compraba a uno de ellos una braGada de caballas, !ue metía luego en su gran bolso. :'
Be regreso a
PHoy es el día ani#ersario del asalto a la 8astilla Precord don 8ressan. PO también de a!uel aciago día en !ue el prisionero papa /ío
El :' de abril de &(0, fiesta de san %arcos, se coloc solemnemente la primera piedra para la construccin del nue#o campanile. PEn el espacio de cuatro aos Pprometi el conde Arimani, alcalde de la ciudadP, #ol#erá a alGarse mayestática y soberbia la torre de 4an %arcos, lo suficientemente robusta para desafiar al tiempo, en el mismo sitio donde estaba y tal como era. +sí sea. P$e#ántese, bendecida por el cielo Pdi"o 4arto, cerrando con estas palabras el solemne actoP la torre de 4an %arcos, y llegue pronto el ansiado día en !ue #uel#a a resonar de nue#o el repi!ueteo de las campanas, anunciando lo !ue más !uiere gloria a Bios en las alturas y paG en la tierra a los hombres de buena #oluntad. Cuando en mayo del mismo ao, el rey <íctor Emanuel --- #ino a
El :0 de "ulio de &(0, algunos meses después de sus bodas de plata papales, $en 7--- yacía en la cámara mortuoria. ;Lumen de clo, luG del cielo*, le habían llamado las #ie"as profecías y, efecti#amente, a los fíeles cristianos les pareci como si con su partida se hubiera nublado el cielo de #erdad. Había sido maestro del mundo, como casi ningIn otro de sus predecesores. Había realiGado grandes obrasT no obstante, su sucesor tendría !ue aceptar una gra#osa herencia. $a cuestin romana seguía aIn sin solucionar. Dna ola de anticlericalismo recorría toda ;rancia, en la !ue sacerdotes y religiosos :'9
eran ob"eto del escarnio pIblico. $as iglesias eran entregadas a las llamas y los tabernáculos hechos astillas por bombas. $a -glesia austríaca seguía aIn padeciendo por el )mo#imiento de separacin de 3oma*. En +lemania, la paG había tenido !ue comprarse al precio de duros sacrificios. =ambién en -nglaterra, la -glesia había sido epuesta a grandes #e"aciones. En /ortugal, /ombal había suprimido con#entos y a los obispos los había arro"ado de sus sedes, las rdenes contemplati#as fueron suprimidas y los "esuítas arro"ados del país. El Gar de 3usia se neg a admitir una nunciatura apostlica y a recibir si!uiera un simple en#iado del papa. $a masonería, cada día más potente y más peligrosa, combatía a la -glesia en muchos países, mientras di#ersas corrientes modernistas en su mismo seno amenaGaban con perturbar la #erdadera fe. 3ealmente, era una pesada carga y una gra#e responsabilidad la !ue tendría !ue lle#ar el nue#o pontífice. ;8%nis ardens, fuego ardiente*, le habían nombrado las #ie"as profecías. RQué significarían estas misteriosas palabras y cmo habrían de realiGarseS R4ería la reno#adora llama de la fiesta de pentecostés o un incendio de#orador, !ue lo de#astara todoS Vsta era la pregunta !ue durante los siguientes meses de #eraneo preocuparía y oprimiría a la cristiandad de todo el mundo. Cuando 4arto recibi la noticia de la muerte del gran papa, llor profundamente apenado. $uego se postr ante el tabernáculo de su capilla pri#ada y or largo rato. 4olemnes funerales se celebraron en
/uesto !ue don 8ressan, ocupado en preparar las maletas para el #ia"e, no acababa de aparecer, 4arto mand a su ser#idor a !ue le diera prisa. P
;Benedicat -os...D. $as dos y media marcaba el relo" de la estacin cuando el tren, al !ue 4arto había subido, comenG a ponerse lentamente en mo#imiento. Bía y noche fue rechinando el tren a tra#és del caluroso país y a las siete y media de la maana llegaba a 3oma. +cudi a recibir al patriarca el regente del seminario lombardo, !uien le dio la bien#enida y lo acompa a su casa, !ue tantas #eces le había ser#ido ya de residencia.
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La triple corona En la tarde del & de "ulio una enorme multitud de hombres, desafiando los ardorosos rayos del sol, se apiaba. en torno al sacerdotes y religiosos, gendarmes, limpiabotas, pescadores de 6stia, muchachas de ser#icio, nios de la escuela, #endedores de castaas, fotgrafos, periodistas y #endedores de peridicos, !ue abriéndose paso entre el tumulto, iban gritando sus ho"as> P$os Iltimos horscopos de los cardenales Pgritaban a grandes #oces, y la enfebrecida multitud les !uitaba de las manos los aIn hImedos e"emplares de la prensa. /ero los astrlogos parecían no conocer a algunos cardenales. Dnos designaban como futuro papa al anciano y macilento decano del sacro colegio, 6reglia, !ue como camarlengo #enía rigiendo los destinos de la -glesia desde la muerte de $en 7---T otros, profetiGaban al cardenal de la curia. Bi /ietro Capecelatro, arGobispo de Capua, o al prefecto de propaganda fide, Aotti. En sesiones espiritistas se pregunt a los espíritus y uno de ellos, llamado )8ob*, #aticin, después de #iolentos ruidos con las patas de las mesas, !ue el futuro portador de la tiara sería Ernesto 2athan, el gran maestre de la logia romana. 4e distribuyeron panfletos, de srcen masnico sin duda, en los !ue los cardenales eran in"uriados y afrentados del modo más brutal, especialmente los dos hermanos
lectores los peridicos y las ho"as #olantes, de las !ue los muchachos hacían gorros de papel para protegerse de los rayos del sol. $a mayor parte se atenía a la profecía de %ala!uías. !ue llamaba al sucesor de $en 7--- ;8%nis ardens... fuego ardiente*. PEstá claro a !uién se refiere esta denominacin Pafirmaba un periodistaP. 2o puede ser nadie más !ue 3ampolla, !ue naci en la regin del Etna. PNQué disparateL Pcontradecía otroP. $a epresin puede aplicarse me"or al anciano ' gradosP=ar"etas a la sombra. postales Pgrit un #endedorP. 3etratos de los cardenales, por una triste lira cada uno. Quien ad!uiera el del futuro papa, ganará dieG liras. %ientras tanto comenG a pasar la primera magnífica carroGa con el cardenal de la curia, %athieu. un francés de educacin refinada y de gran habilidad mundana. $e sigui la del cardenal /uGyna de `raco#ia. cuyo ser#idor, sentado en el pescante del #ehículo, iba adornado con su abigarrado tra"e nacional y con una especie de turbante. PDnlos turco, un turco Pgrit un #endedor de melonesP. RQué tienen !ue hacer mahometanos en el concla#eS ;ueron pasando los cardenales franceses, luego los espaoles en la carroGa del emba"ador. $os alemanes `opp y ;ischer, los austríacos, el patriarca de $isboa. PVse es el americano Peclamaban por todas partes, cuando el cardenal Aibbons, arGobispo de 8altimore, pas por entre las apiadas filas. P$leg a la estacin con sombrero de pa"a, blanco Pinform uno de los !ue estaban allí, $legaron los italianos. $os caballos de la carroGa de Arotti, después !ue hubo ba"ado el cardonal, comenGaron a encabritarse y apenas si fue posible hacerlos mo#er do sitio, a pesar de los latigaGos. :90
PQuieren esperar hasta poder #ol#er con su seor hecho ya papa P di"o riendo un barbero, !ue con su blusa blanca acababa de salir de su barbería. Dn modesto carrua"e con un solo caballo #enía trotando. En el pescante, un ser#idor corpulento y rolliGo iba haciendo seas con la mano a un lado y a otro. PVse es el carrua"e del seminario lombardo Peplic un clérigo "o#enP. El patriarca de
PEntonces ya se apresurarán para !ue termine la eleccin antes de !ue el cocinero empiece a disminuir las raciones Pdi"o riendo un grosero posadero. Bespués del "uramento, los cardenales fueron conducidos a sus habitaciones, pe!ueos y modestos cuartitos en el palacio #aticano, en donde los purpurados #i#ían con su secretario y criado. El cardenal 4arto encontr su residencia en las habitaciones del cardenal secretario de estado 3ampolla. En ellas con#ersaba alegremente con don 8ressan, a !uien no hacía mucho tiempo !ue habían ele#ado a la dignidad de monseor y con su ser#idor Aio#anni. Echaba alguna pulla al arGobispo ;errari por su autom#il y preguntaba !uién se creía en %ilán !ue sería el futuro papa. PEntre nosotros reina la mayor desorientacin. En %ilán la gente parece haber perdido el "uicio Pcontest el sucesor de san +mbrosioP. 4e han hecho apuestas como en una carrera de caballos. =ambién en 3oma se !uiso organiGar un totaliGador, pero por fortuna se prohibi hacerlo. POo creo !ue pronto llegaremos a un buen fin Popin el patriarca P. + lo más tardar, a la segunda #otacin saldrá elegido el nue#o papa. PRCree ustedS Ppregunt ;errari. P/ienso !ue saldrá elegido 3ampolla. P4í, a primera #ista es el candidato !ue tiene más probabilidad. /ero también tiene muchos enemigos dentro del sacro colegio. =al #eG dure el concla#e mucho más de lo !ue usted presiente. P+l fin acabarán poniéndonos a pan y agua Psuspir el regordete ser#idor de 4arto, !ue había oído la con#ersacin. P2o pienses siempre en comer Ple amonest 4arto #ol#iéndose. En una ocasin, el cardenal $écot, arGobispo de 8ordeau, encontr al patriarca, a !uien no conocía, y le pregunt en francés> PR4u eminencia es sin duda un arGobispo italianoS —$o parlo 7rancese Prespondi 4arto. Entonces $écot repiti su pregunta en latín. P4oy el patriarca de
+ la maana siguiente, la plaGa de 4an /edro y la piaa Rusticucci se #ol#ieron a llenar de una multitud inmensa de hombres !ue no !uitaban los o"os del te"ado del palacio #aticano, para #er si por la chimenea de la capilla sitina subía una nube de humo blanca o negra. /oco antes de mediodía se produ"o un mo#imiento en la masa.
s7umata, todas /ero #otacin fue una densa—La y oscura nubelades7umata humo laPse !ue gritaba subi alpor cielo. Enpartes. la primera ningIn cardenal había obtenido las dos terceras partes re!ueridasT por eso las papeletas de los #otos, "untamente con pa"a hImeda, fueron !uemadas en una estufa detrás del altar de la capilla sitina, saliendo así humo negro por la chimenea. En realidad, no se había esperado otra cosa. $a multitud se dispers para #ol#er a #enir después de comer. En la primera #otacin, 3ampolla había obtenido :J #otos, Aotti &F, 4arto ', al sacro colegio. $uego el cardenal decano 6reglia declar en PEsta comunicacin es absolutamente inaceptable por el concla#e, ni a título oficial ni oficioso. Beclaraciones de una potencia secular no pueden admitirse. :9
—CEest une =normit= Peclam el cardenal %athieu, blanco de ira. El mismo 3ampolla salt, ecitado> P$amento mucho la gra#e #iolacin de la libertad eclesiástica de eleccin, aun!ue a mí personalmente no podía ocurrirme nada me"or. + pesar del #eto austríaco, 3ampolla obtu#o sus :( #otos, sigui 4arto con :& Aotti con (. /or tarde, el resultado fa#or secretario dey estado subi enlaun #oto, mientras en!ue losdeldecardenal 4arto ascendieron a :JT los restantes !uedaron repartidos entre algunos otros candidatos. Con creciente intran!uilidad sigui el patriarca el aumento de los #otos emitidos a su fa#or. Cuando en la primera #otacin del día siguiente con los :F #otos !ue obtu#o, pas delante a 3ampolla por tres, se le#ant temblando y pidi al concla#e !ue tu#iera a bien retirar su candidatura. POo soy indigno, soy incompetente. 2o se fi"en en mí Peclamaba una y otra #eG. Bespués de la Iltima reunin los concla#istas estaban bastante desorientados. Era e#idente !ue 3ampolla no obtendría nunca la mayoría re!uerida, puesto !ue gran nImero de cardenales estaban decididos a no #olarle, entre ellos de una manera especial los alemanes, austríacos, algu nos italianos, el holandés y el arGobispo de 8altimore. 4i ahora 4arto renunciaba a la eleccin, no aparecía claro cmo concluiría el concla#e. /ero, ante todo, lo !ue deseaba él decano era una clara decisin del patriarca. +sí pues, le en#i a monseor %erry del o renunciar.oficial de lo !ue había de hacer El "o#en noble espaol, !ue tres aos antes había obtenido el palio arGobispal, fue inmediatamente en busca del patriarca a !uien encontr en la capilla paulina, arrodillado sobre el frío y desnudo mármol, ante el cuadro de la %adre del buen conse"o. El comisionado se inclin hacia él y le susurr al oído> PEl seor cardenal decano me manda preguntar a su ecelencia si se mantiene firme en su oposicin a ser elegido y si le autoriGa, para hacer en su nombre, en la prima sesin, correspondiente. +penas habíala declaracin recibido 4arto el mensa"e, cuando le#antándose respondi con #oG entrecortada por la emocin> P4í, sí, monseorT supli!ue al cardenal decano !ue me haga este caritati#o ser#icio. :9J
Estupefacto por la angustia espiritual !ue manifestaban los rasgos de 4arto, tartamude %erry del P=enga buen ánimo, eminencia. Bios le ayudará. /oco después se hablaba en el concla#e !ue 4arto había renunciado definiti#amente a su eleccin. 4i así fuera en realidad, aumentaría la confusin general.!ue 2o se sabía con !ué camino tomar.y con#encerle Pdi"o el P=enemos hablar él de nue#o arGobispo de %ilán decidido y "unto con los cardenales de la curia 4alolli y +gliardi se fue en busca del patriarca. P/ero sí ya he autoriGado al cardenal decano para !ue proclame pIblicamente mi renuncia Paclar 4arto, hondamente intran!uilo por la reno#ada presin de los amigos. P/recisamente por eso hemos #enido Prespondi 4alolli. =iene !ue retirar la renuncia. PR/ero no se dan cuenta ustedes de mi situacinS Peclam, turbado, el patriarcaP. Oo he sido un pobre párroco rural y a pesar de la pIrpura sigo siéndolo interiormente. Oo no sé nada de los "uegos diplomáticos, no he estado nunca en el etran"ero, no sé hablar ninguna lengua etraa. Oo... Nah, !ueridos seoresL créanme, se lo suplico... yo lle#o la -glesia a la ruina, si me eligen. P+ la -glesia no la lle#a nadie a la ruina, eminencia Prespondi ;errariP. /ero usted la pone en una situacin muy peligrosa si sigue oponiéndose por más tiempo. ;inalmente, consiguieron !ue por el momento 4arto no formulara su renuncia. En la sesin do la tardo los #otos de 4arto subieron a ', mientras los de 3ampolla ba"aron a &9. /ara el patriarca sigui una noche horrorosa. Burante la cena apenas si pudo probar bocado, a pesar de !ue su buen ser#idor, con su fiel cordialidad, tratara de con#encerle> PEminencia, nos eli"an o no nos eli"an papa, de todos modos, tenemos !ue comer. %uy temprano aIn mand 4arto salir de la habitacin a 8ressan y a Aio#anni. Quería estar solo, enteramente solo con Bios en esta difícil y oscura noche, a la !ue había de seguir la decisin mayor de su #ida. :9'
4e arro" de rodillas ante la mesilla de su cuarto y, oculto el rostro entre las manos, or largo rato> P/adre, si es posible, pase de mí este cáliG tan amargo Psuplicaba entre lágrimas una #eG y otra. En a!uella hora pas de nue#o ante su alma toda su #ida. 6tra #eG #ol#i a contemplar infancia, los de aos estudio llenos de pri#aciones,losla duros épocadías feliGdey su despreocupada susdeaos de coad"utor en =ombolo, su !uerida casa parro!uial de 4alGano. O sigui recorriendo el camino de la escarpada ascensin. =re#iso, %antua, 4eor, apártate de mí, por!ue soy un hombre pecador. Cansado, se le#ant el patriarca y comenG a pasear por el cuarto a grandes pasos, desgarrada el alma por la duda. RQué sucedería si él renunciase a la eleccinS $a oposicin de la mayor parte de los cardenales contra 3ampolla era demasiado fuerte, para poderla #encer. O los otros en las Iltimas #otaciones apenas si habían conseguido un par de #otos. NBios míoL, R!ué pasaríaS $a -glesia ne cesitaba un pastor y si los cardenales le elegían, Rtenía él el derecho de negarseS PHabladme, 4eor Psuplicaba 4arto, abraGándose con ambas manos al crucifi"oP. Becidme !ué es lo !ue tengo !ue hacer. RQué es lo !ue respondi a /edro, cuando éste se resistiS En alguna parte de su alma resonaron estas palabras> )+pacienta mis corderos, apacienta mis o#e"as.* P4eor, la carga es demasiado pesada, me aplasta contra el suelo P balbuci 4arto. )%i yugo es sua#e y mi carga es ligera.* P4eor, yo temo, temo ante el más alto ministerio de la tierra !ue no sabré desempearT tengo miedo de mí mismo a causa de mis pecados. )2o temas. Oo estaré con #osotros hasta la consumacin de los siglos.* :99
Dnos golpes dados a la puerta de su habitacin sacaron a 4arto de su meditacin. El cardenal Aibbons, el noble y simpático arGobispo de 8altimore, entr. P%e he dado cuenta de !ue su eminencia aIn estaba despierto P di"o en un pésimo italianoP. Querido amigo, no se martirice usted de ese modo. 4i Bios !uiere !ue sea usted y eso ya lo decidirá la eleccin de los cardenales, no puede negarse. PRCree ustedS Pbalbuci el patriarca con los o"os hundidos. P4íT no puede negarse, eminencia Pdi"o el bondadoso americano. P/ero yo soy incapaG. 2o sé nada del gran mundo y no entiendo nada de sus negocios. He nacido y #i#ido en una pe!uea aldea de padres pobres. %i padre era alguacil y cartero. P%ás le estimo aIn ahora !ue antes, y por lo menos sabrá !ué es lo !ue necesitan los pobres. O no siga corriendo por la habitacin arriba y aba"o, sino métase en la cuma y abandnelo todo a la pro#idencia di#ina. P/ero si ya tengo en el bolsillo el billete de #uelta Pdi"o el patriarca con un asomo de su #ie"a sonrisa. Pell. 4i slo es por el billete de #uelta, con mucho gusto le abonaré el gasto Pdi"o riendo el americanoP. O ahora, buenas noches. +un!ue 4arto sigui el conse"o del bondadoso príncipe de la -glesia, sus o"os no pudieron conciliar el sueo. +biertos miraban en la oscuridad. En la angustia de su coraGn llam a su madre. RQué diría ella si pudiera aconse"arleS )+céptalo, 8eppo Ple había ad#ertido antes tantas #eces, cuando al muchacho le parecía difícil alguna cosa +céptalo y sIfrelo por amor al 4al#ador. Vl lle# por todos nosotros la pesada cruG. )+céptalo y sIfrelo por amor del 4al#ador.* +l des#elado patriarca le parecía como si de nue#o #ol#iera a oír claramente de los !ueridos labios de la madre las mismas palabras. 4urto se acord entonces de cuando, en otro tiempo, en una noche de in#ierno, #ol#ía de Cendrole a casa con su madre. Era una noche completamente oscura, pues ni una sola estrella brillaba en el cielo, ni se percibía ninguna lucecita consoladora. 8ramaba el #iento por entre los ár boles y parecía fuera arrancarle el #estido. Entonces, 8eppo, busc la mano de su madre y ésta, cogiendo la suya, le condu"o a tra#és de la oscuridad, hasta llegar a casa y entrar en la caliente cocina. :9F
P%adre, #uestra mano Psuplic Aiuseppe 4arto también en esta angustiosa noche, en la !ue no !uería brillar luG alguna consoladora. O, realmente, le pareci como si otra #eG sintiera la sua#e y, sin embargo, segura presin de la mano maternal. P=en ánimo, hi"o mío, !ue pronto estaremos en casa P#ol#i a oír su dulce #oG y su acento le pareci el mismo !ue el de a!uella angustiosa noche. Entonces 4arto "unt sus manos y or como el 4al#ador en la noche mortal de Aetsemaní> P/adre, si no es posible !ue pase de mí este cáliG sin !ue yo lo beba, hágase tu #oluntad. + la maana siguiente apareci en el concla#e, blanco y des#elado. En silencio fue a sentarse a su sitio. $a #otacin se desarroll en el mayor silencio. Be ella todos esperaban la eleccin definiti#a. 2o se oía más !ue el rascar de laseraplumas en elelpapel el sua#e de las #elas, cuyas llamas calentado lacreypara sellar.chisporroteo $uego las papeletas eranen depositadas en el cáliG dorado. Dno de los cardenales las despleg y ley los nombres en alta #oG. Cuando el nombre del patriarca reson cuarenta y dos #eces, todos #ol#ieron hacia él su #ista, mientras él con la cabeGa hundida se apoyaba pesadamente sobre el respaldo de su silln. =oda#ía siguieron ocho #otos en fa#or de 4arto. $a eleccin había sido decisi#a. Con una gran mayoría el concla#e se había inclinado hacia el patriarca de Aiuseppe patriarca
!ue le había ele#ado a la dignidad de obispo y cardenal, pero 4arto respondi> P/ío 7. Esco"o este nombre, por!ue en el siglo pasado los papas !ue se llamaron /ío son los !ue más tu#ieron !ue sufrir por la -glesia. Entonces !uitaron los balda!uinos de todos los cardenales. 4olamente el del nue#o !ued puesto. El secretario del concla#e las papeletas de papa la #otacin y por encima del —Papam "a1emus, tenemos papa en su eminencia el cardenal Aiuseppe 4arto, !ue ha tomado el nombre de /ío 7. En el mismo instante comenGaron a tocar las campanas de la basílica, acompaándolas potente eco las de todos los campanarios de las !uinientas iglesiasendesu 3oma. Dn "Ibilo desbordante, como el potente rugido del mar. estall en la plaGa de 4an /edroT luego la gente, como cascada impetuosa, se lanG a la basílica hasta !ue se llen. %ientras tanto dos cardenales acompaaron al papa a la sacristía. 4e a#is a sus acompaantes en el concla#e. %onseor 8ressan se arro" a los pies del recién elegido, también el buen Aio#anni Aomato, el ser#idor de cámara, se arro" a sus pies y comenG a llorar amargamente. PEfecti#amente, tenemos raGn para llorar Psuspir el papaP. /ero ahora ayudadme a poner los #estidos. /oco después apareci ya #estido con ornamentos blancos y #ol#i a tomar su puesto en la capilla. $os cardenales en fila le rindieron homena"e besándole el pie y abraGándoloT el cardenal 6reglia le coloc el anillo pastoral. + las doce en punto atra#es, rodeado de sus cardenales, la logia interna de la basílica de 4an /edro e imparti a todo el pueblo la primera bendicin apostlica. +l silencio sigui luego un "Ibilo desbordante. $a b#eda de la basílica retumb entre los gritos de los miles de #i#as> PN
El "Ibilo de 4an /edro se con#irti en un huracán de alegría, !ue abarc a toda -talia, o me"or, a la cristiandad entera. +hora se sabía cmo habían de interpretarse las palabras 8%nis ardens. +!uí estaba un papa, !ue nunca se había distinguido por hechos de los !ue admira el mundo, nunca había brillado en el campo de la ciencia o en el de la diplomacia, pero un papa cuyo coraGn ardía en fuego santo de amor a Bios y al pr"imo. Estrellas, áncoras y leones #ol#i a tomar a!uí, como en )El cardenal Aiuseppe 4arto, de )El santo padre en#ía, llorando, su primera bendicin apostlica a sus hermanas y todos sus familiares. 2uestro !ueridísimo padre se encuentra bien.* %ientras en 3iese se estu#ieron tocando las campanas durante toda la noche y sus habitantes se apiaron "ubilosos en torno a la casa donde había nacido el nue#o papa,depara adornarla con banderas, y floresT mientras en muchas ciudades -talia se encendían fuegos deluces "Ibilo y en )+ su ecelencia.
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)+In no me he repuesto de la consternacin en !ue me tiene sumido la espantosa cruG !ue sobre mí han cargado, pero no puedo esperar más a mandar un cordial saludo a mi fiel amigo. *2o creo !ue pueda figurarse cuánto anhelo #ol#er a #erle, para desahogar en usted mi coraGn. /ero no me atre#o a decirle> #enga usted a 3oma. Esta primera carta !ue escribo desde el cal#ario adonde me ha lle#ado la #oluntad de Bios, la riego con mis lágrimas, estampo en ella un amoroso beso y mando a usted, a sus diocesanos y a todos sus !ueridos la bendicin apostlica. *En el Rpor !ué será !ue este papa nos ha cauti#ado a todos de modo tan sorprendenteS Ppregunt el emba"ador prusiano, después de la audiencia, a monseor %erry del )Es epreso y #i#o deseo de su santidad !ue en la basílica se e#ite toda aclamacin y se obser#e un respetuoso y de#oto silencio.* Hacia las ocho y media /ío 7 abandon sus habitaciones. +compaado de numerosos cardenales, arGobispos y obispos, de los procuradores generales de las rdenes religiosas. de los nobles de la ciudad, de la guardia suiGa y de la guardia noble, el nue#o papa, entre los sones de las trompetas de plata, entr en la basílica de 4an /edro, donde, :F&
sentado en el trono, recibiría el "uramento de obediencia de los cardenales. Bespués de tercia fue lle#ado en la silla gestatoria al altar papal. El maestro de ceremonias encendi una pe!uea porcin de pa"a, su"eta a la punta de un bastoncito de plata, y arrodillado ante la cabera #isible de la -glesia, cant, mientras ardía el fuego> —Pater sancte, sic transit %loria mundi, santo padre, así se des#anece la gloria del mundo. + continuacin, comenG el solemne pontifical. -nmediatamente después de la misa sigui la solemne coronacin. 2ue#amente #ol#i a subir /ío 7 a la silla gestatoria y fue lle#ado al crucero central de la basílica. 3odeado del cuerpo diplomático y de la nobleGa romana, recibi ante la tumba de san /edro y de manos del cardenal %acchi la triple corona con las siguientes palabras> P3ecibid la tiara, adornada con una triple corona, y sabed !ue sois el padre de los príncipes y de los reyes, el rector de la tierra, el #icario de nuestro di#ino redentor Mesucristo, al cual sea dado todo honor y gloria por los siglos de los siglos. +mén. Bespués !ue el recién coronado hubo impartido la bendicin apostlica, el pueblo, ol#idando la prohibicin, estall en atronadores gritos de "ubilosas aclamaciones> PN P il nostro patriarca# /ío0i-a se #ol#i hacia sus antiguos diocesanos y les sonri conmo#ido.
En este día el gran amigo de los pobres tampoco se ol#id de los necesitados de la ciudad de 3oma, e hiGo repartir entre ellos la considerable suma de &00.000 liras. Cuando monseor 8ressan le acompa a sus habitaciones pri#adas, conmo#ido le estrech /ío entre sus braGos, diciéndole> P%i !uerido Aio#anni, ahora ya nunca más #ol#eré a #er a
4l esc9ndalo de su corte P%ira, mira, Aio#anni Pdi"o /ío 7, sealando un par de ho"as !ue yacían ante élP. Vsta es la nmina del personal a mi ser#icio. ComienGa con el mayordomo, sigue con el camarero mayor y acaba con los cocineros. Entre ellos hormiguea una cantidad tal de monseores, gendar mes y lacayos, !ue uno !ueda turulato. =engo un caballeriGo mayor, un superintendente, un copero, un ropero mayor, camareros secretos titulares, ayudantes de cámara, maestros de ceremonias, etc. %ira, Aio#anni, hay algunos monseores !ue no tienen otra cosa !ue hacer !ue sostener mi sombrero, si en un paseo me digno !uitármelo. Vste y a!uél tienen el oficio de lle#arme el paraguas o el bastn. /ero yo te digo !ue acabaré con todos estos pa"es de cola y demás personal inItil. P4in embargo, me permito suplicar a su santidad !ue de momento no precipite nada Ple di"o su camarero secretoP. =odos estos oficios pertenecen desde siglos a la eti!ueta de la corte romana y sería muy mal recibido si su santidad de un plumaGo !uisiera cambiarlo todo rápida y radicalmente. P/ues !ue lo tomen a mal, pero esto no puede seguir así. O como si fuera poco, mira a!uí, !uerido> siete cocineros, cocinero mayor, cocinero menor y ayudantes de cocina. Quisiera saber para !ué necesito yo siete cocineros. %i plato de risibisi bien podrían preparármelo mis hermanas, como lo hicieron en %antua y en
dicho !ue es absolutamente imposible !ue las hermanas del papa estén en la cocina pelando cebollas o guisando tomates. -ncluso trat de con#encerme ser una cosa bien #ista !ue yo ascendiera a mis hermanos al rango de nobleGa. -magínate a mi hermana 3osa como condesa o al oficial de correos de AraGie como mar!ués. a monseor /escini y a mí. /ero, sobre todo, ha llamado la atencin el !ue las damas 4arto desayunen con su santidad los "ue#es y los domingos. PN$as damas 4arto...L NCada #eG !ue lo oigo...L 2o son más !ue honradas muchachas aldeanas, ni seoritas nobles, ni damas. +demás, yo puedo comer con !uien me plaGca. 4i el 4eor se sentaba a la mesa con publicanos y pecadores, bien puede hacerlo también su #icario con sus capellanes. R6 crees tI lo contrarioS POo Inicamente he !uerido indicar !ue tal proceder chocaba con las costumbres del
P4in embargo, no creo !ue #ayan a ahorcarse Ple respondi el papa alegremente. Dn ayudante de cámara entr y anunci a monseor %erry del PEso puede usted reser#árselo para los usos litIrgicos, monseor. 2o me gustan estas formalidades en pri#ado. /or fa#or, tome usted asiento. 4í, ya sé !ue no es costumbre !ue alguien se siente en presencia del papa, pero, a pesar de todo, hágalo usted con toda tran!uilidad. 4on tantas las cosas !ue producen etraeGa, !ue ya no #iene de una. PHay !ue firmar las respuestas a las felicitaciones de los soberanos y demás "efes de estado, santísimo padre. El protosecretario de estado puso ante él una carpeta de cuero con los escritos. El papa los firm con una sencilla pluma de acero. P%i maestro de cámara me reprueba !ue no escriba con la tradicional pluma de ganso. PN2i si!uiera puedo usar la pluma !ue me gusteL Pdi"o el papa sonriente. PREs !ue también tienen !ue meterse con la pluma de su santidadS Pdi"o %erry del
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P4i puedo ser#ir a su santidad con mis modestos conocimientos, obedeGco con sumo gusto Prespondi el arGobispo, !ue contaba slo treinta y ocho aos de edad. PEstá bien y yo le !uedo muy agradecido, monseor Pafirm el papaP. 2o puede imaginarse Paadi en #oG ba"aP cuánto sufro a causa de mi incapacidad, del rigor del ceremonial y la fría solemnidad !ue me rodea. +yIdeme usted, monseor. Esto hacía el efecto, realmente, de una llamada de socorro, de modo !ue %erry del PEn el concla#e me atre#í a dar ánimos a su santidad. +hora #uel#o a atre#erme. Unimo, santísimo padre. P4e lo agradeGco de todo coraGn, monseor Ple respondi /ío, alargándole la mano. 4í, realmente era así. /ío 7 sufría. 4entía nostalgia por la libertad de la dilatadadescanso llanura lombarda, por elEntre mar, en cuyalosribera tantas #eces encontr y recreacin. todos palaciegos buscaba hombres !ue le entendieran y a !uienes él entendiera. /or todas partes donde etendía su #ista no #eía más !ue máscaras, rostros !ue le miraban fi"amente con respeto o manifestaban su descontento por su desprecio de la eti!ueta. El
parecían completamente superfluos. EscandaliGados, cuchicheaban entre sí los palaciegos cosas horribles, incomprensibles. RQué papa era éste !ue ni si!uiera usaba el plural mayestático, sino !ue siempre decía yo, en lugar de nos, como lo eigían el uso y la eti!uetaS RO cmo debía calificarse lo !ue sucedía todos los domingos, en los !ue una gran multitud de romanos, #estidos como a diario, se agolpaban en el
se limitaban a !uitarse el sombrero o a hincar la rodilla en tierra para pedirle la bendicin. NCmo les brillaban los o"os a los buenos hombres, cuando /ío se detenía a charlar con ellos y, como persona entendida en agricultura, se informaba de su traba"o o contaba cmo él mismo en otro tiempo en 3iese se preocupaba del pe!ueo plantel de flores en el huertoL P2o era mucho el troGo !ue reser#ábamos para flores Paadía sonriendoP. 2uestra familia era tan grande, !ue usábamos casi todo el huerto para espinacas... NO luegoL +l camarero mayor, !ue estaba obser#ando, se le paraliGaba el coraGn. /ío ofrecía una dosis de rapé a los "ardineros y de"aba !ue con sus sucios dedos lo cogieran de su petaca. %ayor confusin aun produ"o otro acontecimiento. Dn pe!ueo aprendiG de la imprenta #aticana había conseguido escurrirse en uno de los muscos y ocultarse tras la estatua de una antigua di#inidad romana, hasta !ue el papa pasara por allí en direccin a los "ardines. Entonces, el muchacho, en su blanca blusa de traba"ador sali fuera de su escondite y se arrodill ante el papa pidiéndole su bendicin. %ientras, a los monseores acompaantes les dio casi un ata!ue. /ío accedi a su deseo bendiciéndole afablemente. $uego, en tono amistoso, pregunt al aprendiG por sus padres y hermanos y alargándole la mano, aun!ue los dedos del "o#en mostraban claramente las negras huellas de la imprenta, le di"o> P%e gustaría !ue #inieses por a!uí más a menudo. +sí podríamos ir a pascar "untos por los "ardines, PCon mucho gusto, santo padre respondi feliG el pe!ueo impresor.
PR/or !ué no #ol#i a #enir, ;rancescoS Ple pregunt /ío. PHe estado enfermo Pbalbuci el aprendiG, mirando amedrentado a los prelados. /ero /ío #io en seguida !ue esta respuesta había sido dictada. +sí pues, le di"o en tono serio> !ue!ue nohas puedes y menos aun cuando hablas con el papa.P/iensa REs #erdad estadomentir, enfermoS Bespués de algunos titubeos confes el "o#en, sonro"ado lo !ue le había pasado. PN/obre muchachoL Peclam el papa, compasi#o. $uego sac su portamonedas y dio al "o#en cincuenta lirasP. Esto es por las ganancias perdidas. O maana #uel#es a tu traba"o. PDsted tendrá la bondad de decir de mi parte al director de la imprenta !ue #uel#a a admitir inmediatamente al "o#enT de lo contrario, perderá él mismo su puesto. O otra cosa> prohíbo !ue se impida a nadie #enir a #erme. $os curiales se encogieron de hombros. 2o había nada !ue hacer. 2o les !uedaba más remedio !ue abandonar al papa 4arto a su destino. +lgunos días después el camarero mayor tu#o de nue#o moti#o para easperarse hasta el máimo. $leg allí un pe!ueo grupo de campesinos de 4alGano !ue, mostrando una carta de su párroco, eigían ser conducidos a su antiguo pastor espiritual. En #ano trat monseor 8isleti de despedirlos. Escarmentado por dolorosas eperiencias, no se atre#i a ocultar la #isita al papa. +sí, pues, haciendo muchos esfuerGos, le anunci por fin !ue unos hombres de 4alGano insistían en #er al santo padre. PN6h, !ué alegríaL Peclam /ío 7 con #i#eGaP. Haga pasar inmediatamente a mis antiguos hi"os espirituales. PN/ero si su santidad los #ieraL Ptartamude, indignado, el camarero mayorP. NCmo #ienen #estidosL N4in cuello y sin corbataL PNCorbatasL NComo si fueran tan importantesL CondIGcamelos a!uí. Be muy mala gana 8isleti el mandato. P8ien#enidos a lae"ecut casa de #uestro padre Pdi"o /ío a los tímidos aldeanos. 2o permiti beso de pie ni de mano, mostrando a cada uno de los buenos labriegos una silla. 8isleti habría preferido !ue le tragara la tierra, por ahorrarse esta #ergüenGa, pero el papa, !ue le #eía sufrir, le di"o> :F(
POa no le necesitamos, monseor. $os #isitantes de 4alGano respiraron ali#iados, cuando tras algunos titubeos abandon el cuarto el se#ero persona"e. PN+yL Peclam su antiguo párrocoP. /or desgracia, no soy el amo en el PR4e acuerda usted aIn...S RConoce usted toda#ía...S R4abe usted !ue...S PR4e acuerda usted Ppregunt, sonriendo, el #ie"o /ietroP, !ue una #eG me di"o> 4i un día llego a ser papa, te hago comandante de la guardia nobleS Esto di"o usted, santo padreT es tan #erdad como estoy a!uí sentado. PRBe #erdad !ue te prometí esoS Ppregunt a su #eG el papa, rascándose tras la ore"a. P+sí debe de ser sin duda Pafirm otroP. /or!ue desde entonces siempre se ha llamado a /ietro el comandante de la guardia noble in spe. PEspero !ue no !uerrás eigirme !ue cumpla la promesa. =e confieso sinceramente !ue habría muchas y grandes dificultades. PNAuárdeme Bios de elloL Prespondi /ietro, riendoP. En la guardia noble no hay más !ue gente de sangre aGul, condes, mar!ueses, barones, príncipes o cosa parecida. +hí no tiene nada !ue buscar cual!uiera de nosotros. /or consiguiente, renuncio a!uí mismo mi cargo. +hora me llamaré el comandante de la guardia noble retirado. 4onoras carca"adas llegaron hasta los escandaliGados cortesanos !ue estaban ante la puerta. PVste es mi hi"o Pdi"o uno de los aldeanos, presentando a un nio de doce aos. :K0
PN6h, magnífico muchachoL RCmo te llamasS PN8eppoL Prespondi radiante el "o#enGueloP, fui bautiGado tomando su nombre, Nseor santidadL El camarero mayor entr anunciando una comisin de /alermo. P4í, !ueridos, asuntos de estado Psuspir el papa. 2ue#amente dio a todos la mano. El pe!ueo 8eppo sac del bolso unos rosarios y tirando de la manga al santo padre Pel camarero mayor estaba en ascuasP, grit> P4antidad, santidad, por fa#or, bendígame estos rosarios para mi madre y para mis hermanos. 4onriente correspondi /ío al infantil deseo. $uego rog a monseor 8isleti !ue con todas las consideraciones condu"era a los #isitantes hasta fuera de palacio. Dn asunto particular, después de la muerte de su obispo, condu"o a 3oma a los seores de /alermo. P4anto padre Pdi"o el porta#oGP, hemos #enido a su santidad para suplicarle atienda a nuestra tradicin, segIn la cual el arGobispo de /alermo debe ser un noble y un doctor en sagrada teología. $argo rato se !ued /ío mirando en silencio a sus suplicantes. /or fin di"o muy serenamente> P+sí pues, ustedes !uieren un noble con grados académicos. O a un simple dignoS burgués, !ue no ostente el birrete doctoral, Rno le tienen ustedes por P2uestra tradicin... P#ol#i a comenGar el porta#oG. POa entiendo P interrumpi /íoP. /obres hi"os míos, cuán difícil debe de ser para ustedes #er sobre la silla de 4an /edro a un hombre !ue no es doctor en sagrada teología y !ue no pertenece a la nobleGa, sino !ue es el hi"o de un pobre alguacil y cartero. EmbaraGoso silencio. P/ero estén ustedes tran!uilos, yo les mandaré un buen pastorT esto es mucho más importante !ue el me"or árbol genealgico y el más alto título académico. Biciendo esto despidi a la comisin, de la !ue esta #eG hasta se de" besar el pie. :K&
%ientras tanto todo el mundo estaba esperando la primera palabra del santo padre. PRQué es lo !ue hace el papaS Pera la preocupacin general. PRQué hace el papaS Pinterrogaban los diplomáticos #i#amente agitados en espera de manifestaciones y decisiones políticas. PRQué hace el papaS Ppreguntaban no #er aparecer ninguna encíclica. Cuando también un día algunos se enterobispos, /ío 7alde seme"antes preguntas, di"o> P3esponded, a todos los !ue pregunten, !ue el papa ora. El J de octubre apareci por fin la por tanto tiempo esperada primera encíclica del papa. =enía el acento de un grande y amante coraGnT después de una enérgica reprobacin de los errores del tiempo, anunci su lema> ;Gmni a instaurare in C"risto Prestaurar todas las cosas en Cristo.* $a encíclica despert en toda la cristiandad gran alegría y entusiasmo. 4í, ésta era una palabra de pastor, como podía esperarse de un papa, llena de profunda fe y de íntima piedad. PNQué papaL Peclam un capuchino de 3omaP NQué papa nos ha en#iado BiosL Dn #erdadero santo. $a prensa liberal coment la encíclica, y no precisamente con hostilidad. )8ien Pse decíaP, el papa es un hombre piadoso. Birá la misa, reGará el rosario, pero fuera eso mucho se preocupará acontecimientos mundiales. Be él de no hay !ue temer.*poco de los 2o falt tampoco gente bien intencionada !ue crey !ue la encíclica hacía honor, ciertamente, al coraGn del papa, pero !ue, en realidad, habían esperado otro programa de gobierno bien distinto !ue este uni#ersal y obligado )3estaurarlo todo en Cristo*. 2i si!uiera en los círculos más primos al papa falt la crítica. /ero /ío sigui su camino, inalterable a la alabanGa y al reproche. Era el camino del buen pastor, !ue ama a sus o#e"as hasta la inmolacin de sí mismo.
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Por la li1ertad y la -erdad Era ya muy entrada la noche, cuando %erry del
$a mano del papa yacía sobre el 2ue#o =estamento. PEstá escrito> )O le condu"o a una montaa ele#ada, le mostr todos los tesoros y ri!ueGas del mundo y le di"o> =odo esto te daré si, postrándote, me adorares.* Esta hora ha llegado de nue#o, eminenciaT es la hora de la tentacin. RBebe encontramos indefensosS PR=endrá el clero francés la fuerGa de resistirlaS P4í la tendráT de ello estoy con#encido. El cardenal ;errata me ha preguntado cmo el arGobispo de /arís podrá e"ercer su ministerio sin casa, sin ingresos, sin iglesia. Oo le he respondido !ue, si el arGobispo no se siente con fuerGas para ello, lo sustituiré por un franciscano, !ue por sus #otos está obligado a la total pobreGa. /ero yo tengo una gran confianGa en el obispado francés y en su clero. POo he hecho las anteriores obser#aciones con el Inico fin de mostrar a su santidad las Iltimas consecuencias a !ue puede llegarse adoptando la necesaria no parahaber mo#er a su santidad a darpor unelsí o un no Pdi"o %erry deldecisin,
meses después, /ío 7 había dado al torturado país un nue#o beato en el piadoso párroco Muan !uitadme todo lo !ue tengo, no necesito más !ue un puchero de hierro para cocer patatasS /ero la -glesia tiene !ue ser libre por encima de todo. /ío se le#ant, atra#es la antecámara ba"o la mirada sorprendida del ayudante de cámara, pas luego pasillos, escaleras y logias entre la guardia del palacio y sin acompaamiento alguno se dirigi a la basílica de 4an /edro. +rrodillado sobre las desnudas losas de mármol, ante la confesin, pidi al primer papa luG y fuerGa. $a basílica estaba a oscuras. 4olamente en los altares lucían algunas ro"as lamparillas. $os centinelas de la guardia suiGa se retiraron a una seal del papa, de modo !ue el gran suplicante se !ued solo, enteramente solo con sus pensamientos y con las dudas !ue le desgarraban el coraGn. $e pareci como si en esta hora #inieran hacia él, presentándole las manos #acías y mostrando su miseria muchos miles de sacerdotes con sotanas raídas. R/odía él de"arlos hundir en una absoluta pobreGaS R2o tendría él, pues, la culpa de su estrecheG y necesidadS R2o los amistaría a un martirio sin finS R+l martirio del hambre y de la miseriaS R2o sucumbirían como mendigos por amor de BiosS R/odía él acaso cargar sobre sus pobres espaldas carga seme"anteS /ero, Rno fue también para ellos la consoladora palabra de MesIs> P6s he dicho esto para !ue tengáis paG en mí. En el mundo padeceréis necesidad, pero tened confianGa, yo he #encido el mundoS $a corta noche de #erano caminaba a su fin. /alidecían las Iltimas estrellas y la primera luG de la aurora comenGaba a entrar en el santuario. =oda#ía seguía el papa arrodillado ante la confesin y reGaba. Cuatro campanadas dio el relo" de 4an /edro. /ío se le#ant. 4entía escalofríos, pero su coraGn estaba lleno de paG y de seguridad. + la primera luG del día brillaron ante sus o"os las doradas letras sobre la tumba del primer papa> $on prae-ale1unt, las puertas del infierno no pre#alecerán contra ella. :K'
Oa me he decidido Pdi"o pocas horas más tarde a %erry del )2o cesaré nunca de dar gracias a Bios por haberme inspirado aconse"ar a mis hi"os de ;rancia> seguidme en el dolor. $o Inico !ue me atormenta es no poder estar con #osotros, para sufrir a #uestro lado y luchar las batallas de Bios. + mis hermanos, los obispos, les he dicho> abandonad #uestros palacios. 4acad fuera de los seminarios a los "#enes, la esperanGa de #uestra -glesia. 2o recibáis ni un solo sou, para acallar #uestra hambre, de a!uellos !ue !uieren escla#iGar la -glesia.* O así estos !ueridos !ue"#enes en el abandonaban dolor y en lael seminario, afliccin permanecieron fieles, #ieron hi"os, cmo sus esos semilleros de piedad. )Contad con nuestras fuerGas y con nuestra #oluntad de sacrificio. 2o tendréis suntuosos palacios, pero no os faltará una casa donde podáis descansar. 2o tendréis seminarios cmodos y espaciosos, pero sí locales :K9
donde podáis formar a #uestros clérigos. 2o tendréis ya rdenes religiosas, pero los fieles ocuparan sus puestos en el apostolado. 6s #eréis pri#ados de rentas, pero "amás os faltarán los medios para el culto.* 4i entre lágrimas he reGado el !iserere a causa de las aflicciones de la -glesia de ;rancia, también he tenido !ue entonar el )3estaurar todas las cosas en Cristo*, le importaba ante todo anunciar y mantener pura y sin falsificaciones la #erdad. /ero entonces había cora Gones pusilánimes, !ue creían !ue la doctrina de Cristo tenía !ue e!uipararse con los conocimientos de la ciencia moderna. En perfecto acuerdo con la teología liberal protestante, reba"aban a meros símbolos las sentencias de fe de la #erdad eterna, es más, no temían afirmar !ue la di #inidad de nuestro 4eor Mesucristo no era otra cosa !ue la admiracin de las masas por MesIs y llegaban a negar sus milagros. Con profundo dolor comprob /ío !ue todos estos errores, a los !ue se había dado el nombre de modernismo, se habían abierto paso en los seminarios diocesanos y hasta en las aulas de las facultades teolgicasT es más, incluso en la misma "erar!uía. +hora ya no podía seguir callando. El K de septiembre de &(0F la encíclica Pascendi condenaba, de la manera más radical, las here"ías de la época y daba al modernismo el golpe de gracia en el seno de la -glesia catlica. 4esenta y cinco sentencias conden el papa, prohibiendo ba"o pena de ecomunin su enseanGa y su difusin. + muchos !ue de buena fe se habían inclinado hacia las nue#as doctrinas, les abri los o"os y les ense el camino hacia la auténtica y perfecta fe. + #arios profesores !ue, por medio de concesiones al espíritu del tiempo, creían poder tender puentes, les abri también los o"os y :KF
a!uellos, sinceramente arrepentidos, se sometieron al "uicio infalible de la -glesia. 6tros, en cambio, persistieron obstinados y el papa, por más dolor !ue le causara, tu#o !ue fulminarles la ecomunin. -naudito fue el odio y el desprecio con !ue los incondicionales seguidores del modernismo, masones y liberales, abrumaron al papa y a su cardenal secretario de estado. $os más bené#olos decían !ue /ío 7 era un #irtuoso e indocto párroco rural, !ue hubiera hecho mucho me"or en !uedarse con sus campesinos. Que no entendía nada de las circunstancias y de las eigencias de los nue#os tiempos. 6tros usaron un tono mucho más mordaG. 4e les llamaba, tanto a él como a %erry del )El mo#imiento modernista había trans formado mil nebulosos sueos de unin en entusiastas esperanGas, cuando de repente apareci /ío 7, con un escorpin en una mano y en la otra una piedra.* /ío sonreía a todas las denigracionesT los desmesurados reproches le impresionaban tan poco como las entusiastas alabanGas !ue le tributaban. [nicamente cuando atacaban al cardenal secretario de estado se mostraba se#ero. P2o puedo sufrir seme"ante in"usticia Pdeclar un día a %erry del
P2o, no Pdi"o el papa sonriendo, mo#iendo la cabeGa a un lado y a otro. $uego, haciendo sobre ellas la seal de la cruG, di"o> Parce sepultis, de"a descansar a los muertos. El papa tanto reprobaba los errores, cuanto se compadecía de los !ue erraban. [nicamente castigaba cuando ya no podía hace otra cosa, y la rebelin de los recalcitrantes fue mucho más pIblica de lo !ue él hubiera podido pre#er. P$os modernistas se ca#arán a sí mismos sus tumbas P#ol#ía a decir una y otra #eG. En su primer consistorio había declarado ya> P+un!ue ahora nos #eamos obligados a luchar por la #erdad, sin embargo, tratarnos a los enemigos y ad#ersarios de la #erdad con amor, pues sentimos por ellos gran compasin y con lágrimas en los o"os los recomendamos a la misericordia de Bios. Dn día se #io obligado a citar a un sacerdote, cuya actuacin se hiGo intolerable, serias P3ecepara unahacerle a#emaría porreprensiones. mí Psuplic él a %erry del PEn la lucha contra la encíclica el modernismo ehal su espíritu Pse confirmaron plenamente. Dn especialísimo deseo de su coraGn, !ue durante tantos aos ecit a /ío 7, fue la reforma de la mIsica eclesiástica. $a casa de Bios y la celebracin de los santos misterios eran algo demasiado sagrado para ser profanado con manifestaciones profanas y teatrales. +sí pues, public el !otu proprio, en el !ue ordenaba !ue la mIsica litIrgica y sobre todo el canto gregoriano, #ol#ieran a ser cuidados, restituyéndoles su antigua belleGa y dignidad. :K(
)Entre las tareas del oficio pastoral*. escribía el sumo pontífice, )ocupa sin duda un lugar preeminente la de guardar y fomentar la dignidad de la casa de Bios, en la !ue han de celebrarse los sagrados misterios de nuestra santa religin. /or tanto, en la casa de Bios no debe permitirse nada !ue perturbe la de#ocin, ni si!uiera !ue la disminuyaT nada !ue hiera la dignidad y la ele#acin de los sagrados ritos.* +sí pues, fi" las normas !ue regularían la mIsica eclesiástica en los oficios di#inos y !ue pondrían fin a los abusos. 4u fiel ser#idor, el maestro /erosi, fue en este traba"o su conse"ero y su ayudante.
8%nis ardens /rima#era en 3oma. En los huertos florecían los almendros. +nte la basílica /edro lablancas. fuente arro"aba su agua al cieloyaGul, rodeada por cientos de de 4an palomas En todas las calles calle"uelas se desarrollaba febril la #ida comercial. 2umerosos grupos de peregrinos a#anGaban tras banderas de seda. $os nios "uguetones y tra#iesos se mo#ían tumultuosos por la #enerable plaGa ante las escaleras de la basílica. 4lo una persona no tenía ninguna participacin en todo este tra"ín> el gran prisionero de la cárcel de oro. %editabundo esta /ío ante la Inica #entana de su cuarto de traba"o. 4obre la repisa de la cual había desmenuGado un pedaGo de pan y esperaba !ue algIn pa"arillo #olara hacia ellas, paraesta compartir él su soledad. /ero ni si!uiera un mísero encontr maanacon el camino hacia él. Entr don 8ressan y /íogorrin se #ol#i hacia él con una dolorosa sonrisa en los labios. P%ira, Aio#anni. Esta maana ni si!uiera los gorriones !uieren saber nada del papa. NQué solitario se siente uno en esta alturaL PN6h, santo padreL Prespondi el secretarioP. =odo el mundo acude a su santidad. $as audiencias... P4í, las audiencias Psuspir el pontíficeP. 6bispos, príncipes, ministros, regentes. +un para las audiencias de peregrinos prescribe mi maestro ceremonias frac y corbata para las mu"eres #estidos negros yde #elo. %e ha costado un gran blanca traba"oycon#encerle !ue permita también las corbatas negras. %i padre y mi pobre madre no hubieran podido asistir nunca a una audiencia, por!ue mis camareros no les hubieran permitido entrar con sus modestos #estidos del domingo. /ero yo :(0
estoy decidido a no soportarlo por más tiempo. =odo el mundo debe poder #enir a mí, aun!ue no tenga más !ue una blusa de traba"o usada. K0, su eminencia %erry del
Bespués de comer, audiencias colecti#as> peregrinos alemanes, sardos, hIngaros, bohemios y suiGos. PDn traba"o !ue llena todo el día Pdi"o /ío suspirandoP. 8ien, haG pasar al cardenal secretario de estado. Cuando %erry del P4anto padre, me permito suplicarle nue#amente !ue manifieste sus deseos con relacin a las preparaciones para sus bodas de oro sacerdotales. PN%is bodas de oro sacerdotalesL Pcontest el papa, refleionando P. NQué rápidos han pasado los cincuenta aos> =ombolo, 4alGano, =re#iso, %antua,
P/ero es !ue alguna solemnidad no podrá e#itarse, santísimo padre Pinsisti el cardenal secretarioP. $as bodas de oro sacerdotales de un papa es una fiesta para la iglesia de todo el mundo. 2o puede pasar en silencio. PEs !ue yo tampoco !uiero pasarla enteramente en silencio, eminencia. /recisamente en estos Iltimos meses he refleionado mucho sobre el ideal del sacerdocio. RQué apro#echan los nue#os caminos y todos los métodos, si no tengo buenos pastoresS 4acerdotes santos, es lo !ue necesito, eminencia. /or eso en ocasin de mis bodas aparecerá una ehortacin a todo el clero y si los eclesiásticos siguen mi palabra, será para mí el me"or regalo de bodas, mucho más #alioso !ue el programa de todos los discursos, artículos de peridicos, solemnes pontificales y o#aciones musicales. +!uí estáT mírelo usted Py diciendo esto. /ío le mostr un montn de cuartillasP. Be lo profundo del alma las he ido escribiendo poco a poco en las silenciosas horas de la noche. Es el más ardiente deseo de mi coraGn, eminencia. El papa se había le#antado y miraba por la #entana. P3eno#ar todas las cosas en Cristo, !uerido hermano, ha sido mi lema durante cinco aos. R/ero !ué es lo !ue he reno#adoS RQué es lo !ue he restauradoS $a mIsica eclesiástica, sí, con gran pesar de muchos. Eso es todo, eminencia P/ío se #ol#i de nue#o hacia su secretario de estado y una fulgurante luG brill en sus o"osP. /ero si yo pudiera producir buenos pastores, entonces realmente lo habría reno#ado todo. Con sacerdotes santos transformo yo la faG del mundo. =odo lo demás no es más !ue obra suelta. El resto de las audiencias tra"eron consigo nue#os problemas, eigieron importantes decisiones, re#elaron los sufrimientos de la -glesia en 3oma, en -talia, en todo el mundo. Aran alegría proporcion al papa la relacin del misionero de Dganda. %oreno, !uemado por el fuerte sol de Ufrica, #estido de su hábito blanco, el padre $aane estaba ante el papa, brillándole los ardientes o"os en el en"uto rostro. P$a sangre de nuestros "#enes mártires ha hecho nacer una mara#illosa semilla Prelat el misioneroP. 2uestro #icariato cuenta actualmente con más de cien mil cristianos. 4uplico a su santidad poder introducir el proceso de beatificacin. :(
P6h, sí, sí Prespondi el papa con #i#eGaP. Entregue usted su material a la sagrada congregacin de ritos. Oo estimularé a los conse"eros para !ue aceleren el proceso lo más posible. 4u #icariato, !uerido hi"o, lo tengo muy hondo en mi coraGn. El prefecto de propaganda le llama la perla de las misiones africanas. 3eciba para sus hi"os mi especial bendicin y dígales !ue los negros de Dganda son los preferidos de mi coraGn. El príncipe 6rsini mostr al santo padre los esponsalicios de su hi"a, pidiéndole la bendicin para la "o#en pare"a. Entr un sacerdote mostrando claramente su perple"idad. P%e duele mucho su proceder, párroco 4arani Pdi"o /ío 7, mo#iendo entristecido la blanca cabeGaP. NDn eclesiástico romano !ue no paga deudasL %ire usted +!uíHasta hay un acreedores, !ue sesus !ue"an de !ue usted noa!uí. les paga. unaescrito facturadesinsuspagar de un comercio de escopetas. R/ara !ué necesita usted una escopetaS P
tiempo después se le nombr cannigo de una antigua basílica !ue tenía una dotacin mensual de doscientas liras "ustas. +lois 6ster, un honrado #inatero de la ciudad imperial de +!uisgrán, fue recibido por /ío 7 con la mayor amabilidad. En su solemne frac lle#aba aos. una alta distincin !ue el papa le había concedido hacía algunos PHe leído su informe con gran placer Ple comunic /ío por medio de un monseor de habla alemanaP. Estoy muy contento de !ue los nios alemanes hagan tanto por las misiones. 8endigo su obra de todo coraGn. PEsto espoleará a los nios para seguir traba"ando con mayor ardor, santo padre Pafirm el presidente. Hacia el final de la audiencia le hiGo saber !ue se había permitido traer al papa una ca"ita de botellas de #ino selectoP.
POa hemos abolido la escla#itud. Esta cuestin cost una #erdadera guerra ci#il entre el norte y el sur. +hora el negro es también un hombre libre. PRO cmo anda el derecho al linchamientoS R4iguen aIn colgando a sus negros del primer árbol !ue encuentran, cuando segIn su opinin han delin!uidoS P$os obispos han dado ya bastante espectáculo con moti#o de ello Pdi"o el yani alegrementeP. +hora también los negros son presentados generalmente ante un tribunal legal. P4iempre tu#o !ue ser así. Dn hombre libre, también un negro, tiene el derecho de ser oído y defenderse, aun!ue haya cometido un crimen. /ío mir su relo". =ambién éste había sido siempre un continuo escándalo a los o"os del camarero mayor. 4egIn su opinin, no estaba nada bien !ue la sagrada persona del #icario de Cristo en la tierra lle#ara un relo" en el bolsillo. $en 7--- nunca había atentado de modo seme"ante a la eti!ueta. PN/ero, santo padre, !ué relo" tan miserable lle#a su santidadL P eclam el americano, mo#iendo la cabeGa a uno y otro ladoP. El Iltimo empleado de mi gran"a lo tiene me"or. 4anto padre, tendría sumo placer en lle#arme un recuerdo de esta audiencia. Beme usted su relo" y tome el mío Pdiciendo esto, sac de su bolsillo un magnífico relo" de oro, cubierto de piedras preciosasP. Vste es un relo" de mil dlares, santo padre. ell, podemos hacer un cambio. Es un buen negocio para su santidadT pues su relo" seguramente no le habrá costado más de cinco liras. P2o, seor Prespondi /ío sonriendoP. Ha costado muchísimo más> el sudor de mis !ueridos padres. Este relo" me lo regal mi madre el día de mi primera comunin. Vl seal la hora de su muerte. 2o me desprenderé de él ni por un milln. Esto fue lo !ue prometí a mi madre siendo nio y he de cumplir la promesa. PNQué lástimaL Pdi"o el americano ar!ueando las ce"asP. /ero comprendo, es un sou-enir. P4ea usted bueno con sus negros Ple aconse" el papa, al despedirse. Pell, trataré de serlo Pafirm el yaniP. $os saludaré de su parte. Esto los alegrará. O también les contaré lo del relo" y diré a todo el !ue me pregunte> ell, /ío 7 es buen papa, pero un mal negociante. 'ood 1ye. :(9
Con gran cordialidad salud /ío al nue#o obispo de Chalons y escuch profundamente conmo#ido los sufrimientos y el heroísmo de los catlicos franceses. PO a propsito, usted es el obispo del infeliG a11= Loisy, !uien por obstinarse en permanecer en los errores del modernismo se hiGo reo de ecomunin mayor. He reGado mucho por él. =rátelo con bondad y en el caso !ue dé un pago hacia usted, dé usted dos hacia él. En las audiencias de la tarde, en las !ue los peregrinos de todo el mundo se agrupaban en torno a él, mostraba siempre su gran bondad paternal. $e acompaaban slo algunos monseores. ;altaban las trompetas !ue anunciaran su proimidad, los guardias de honor, pero todos sentían en lo más profundo del coraGn !ue se acercaba a ellos el buen pastor y !ue el #icario de Cristo los bendecía. ya lasemanas. noche, cogi el manuscrito en !ue traba"aba desde hacíaEntrada ya algunas Era la/ío carta de ehortacin al clero de todo el mundo. +ntes de !ue se puera a escribir, se arrodill ante el crucifi"o y reG la oracin sacerdotal de su %aestro. P4ed santos en la #erdad Peclam en #oG alta. $uego se le#ant y escribi hasta !ue las campanas de 4an /edro anunciaron la medianoche. + la maana siguiente, un "ue#es, se sentaba para desayunar en compaía de sus hermanas y su "o#en sobrina Ailda, !ue desde !ue #ino a 3oma #i#ía con las tías. 4e alegraba siempre !ue llegaba esta hora de intimidad. En el círculo de sus familiares #ol#ía a encontrar la antigua alegría, y bromeaba con la misma cordialidad !ue lo había hecho en tiempos pasados. $as hermanas y la sobrina, como ocurría siempre en seme"antes días, habían asistido a su santa misa en la capilla pri#ada. Con paternal interés se inform /ío sobre su #ida. P2os han regalado un autom#il Pestall Ailda ingenuamenteP. Ha sido un rico americano. Cmo, Run autom#ilS 4ería bonito !ue mis hermanas pasearan por las calles de 3oma en un coche así. P/ero, R!ué tendría eso de maloS Ppregunt Ailda. P%e proporcionaríais con ello un gran disgusto. :(F
PN6h, yo !ue me había alegrado tanto por elloL Peclam la muchacha. PEres muy tonta Ple di"o 3osa en tono de reproche Oa te he dicho yo !ue no estaría bien. P
#eG le fue imposible al papa imponer su #oluntad. -nnumerables grupos de peregrinos de todo el mundo #enían a felicitar a su padre, a pesar de !ue los peridicos liberales habían difundido la noticia de !ue se planeaba hacer estallar una bomba en el
escuelas, seminarios, casas de educacin y #i#iendas para los damnificados. ;Cala1riae ac Siciliae orp"anis adjutor et pater, auiliador y padre de los huérfanos de Calabria y 4icilia*, fue el título honorífico !ue se le dio en a!uellos difíciles días.
ardens. elElterremoto fuego ardiente de su amor #ol#i 2i a reparar lo !uede habían8%nis destroGado y el incendio de#orador. los masones 3oma pudieron ya negar su admiracin por el papa.
H no se lo impid9is# El cardenal Aotti, el anciano prefecto de propaganda fide, había acabado ya su informe sobre el estado de la misin mundial, pero la #ista del papa seguía dirigida, como fascinada, al gigantesco mapa mundi, !ue cubría su mesa de estudio. la mayor escuch tanto mara#illosos éitos, como laCon heroica luchaatencin de los mensa"eros de lalosfe dispuestos al Iltimo sacrificio. 2o cabía ninguna duda. El reino de Bios crecía en todos los ámbitos de la tierra. $a sangre de innumerables mártires de todos los países del mundo traía una abundante cosecha. En China se había duplicado el nImero de cristianos. El prefecto del Mapn relataba cosas admirables. En la uni#ersidad imperial profesaban religiosos y los "esuítas habían fundado en =oio una escuela superior catlica. En Corea, el país del silencio oriental, después de la reciente publicacin de tolerancia la misin no hallaba pleno florecimiento>dellasedicto -slas ;ilipinas mantenían su posicin a pesar en de las mayores dificultadesT en el archipiélago malayo se salía de una angustiosa situacin, merced a la ayuda de los religiosos holandesesT en +ustralia se habían fundado nue#os centros misionerosT en las islas del océano /acífico se había reunido el primer gran congreso catlicoT en las -ndias orientales /ío había podido erigir un nue#o arGobispadoT misioneros franceses e italianos actuaban con buen éito en -ndochina. $a blanca mano del papa se desliG lentamente por el mapa y se detu#o sobre el continente de los negros. Aotti acababa de relatar cosas prodigiosas sobre Ufrica, Habían sido creadas prefecturas y #icariatos. El continente negro era una página gloriosa de la historia de la epansin de la fe. En Aroenlandia y en +lasa, heroicos misioneros habían lle#ado la bandera de la fe casi hasta el polo norte. $a cruG estaba ya implantada en 00
las sel#as #írgenes del 8rasil, en las )reducciones* de los indios, en las "unglas y en la estepa, en los hielos perpetuos y ba"o el abrasador sol tropical. Hasta los Iltimos confines de la tierra Psusurr /íoP. Hasta los Iltimos confines de la tierra. NCon cuánto dolor han reno#ado la faG del mundo mis pobres y #alientes hi"osL PNCuánto más pudiera haberse hecho aIn si hubiéramos tenido más misioneros y... más dineroL Psuspir el cardenalP. En todas partes falta hasta lo más necesario. $a mayor parte de nuestras estaciones misionales #i#en en la más etrema pobreGa. /ío se le#ant y mientras sus o"os parecían mirar #agamente a lo le"os, di"o con #oG firme> PQuiero hacer una llamada de auilio a toda la cristiandad para !ue colabore en la obra de las misiones. =odos, tanto los ricos como los pobres, deben conoperarios dinero yson conpocos. oraciones. El campo de culti#o muchas es muy grande,ayudar pero los NQuiera Bios mandarnos almas generosas !ue sigan las huella* de san ;rancisco Ma#ierL Vl mismo estaba dispuesto de todo coraGn a dar todo lo suyo para auiliar las necesidades de los mensa"eros de la fe. + los misioneros, !ue de todas las partes del mundo #enían a él, los recibía y les daba la bien#enida como a sus hi"os preferidos, y nunca los despedía sin generosos donati#os. Bespués del prefecto de /ropaganda ;ide, entr el marianista padre Hec,$e profesor Dni#ersidad -mperial de =oio. eplicenellaplan para la nue#a fundacin de una escuela apostlica en Dracami y le pregunt si no podría llamar a la puerta del tesorero papal. PCiertamente Prespondi /íoP, #amos por él ahora mismo. El misionero "aponés se le#ant en actitud epectati#a, pero el papa le di"o sonriendo> P/ermaneGca usted sentado. =engo a!uí la lla#e de su puerta. Biciendo esto abri el ca"n de su mesa de traba"o, sac fuera un cofrecito y se lo entreg al misionero. P
PN6h, santo padre PeclamP, no sabía !ue el camino hacia el despacho del tesorero fuera tan cortoL POa lo #e ustedT a!uí no necesitamos tantos empleados Psonri el papa. =odos los sufrimientos acudían peregrinacin a su le pe!ueo cuarto de traba"o, del en mundo el P%i !uerido Aio#anni, por esta puerta te has lle#ado tI un milln, pero por esta otra ha #uelto a entrar otro. O diciendo esto ense al estupefacto secretario un che!ue de un milln, !ue le había entregado el yan!ui.
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PR/ero para !ué sir#e todo estoS Pcontinu el papa hondamente preocupado. NHay tantas penas !ue yo no puedo ali#iar, tantas heridas !ue no puedo curar y tantas lágrimas !ue no puedo en"ugarL P4anto padre Ple di"o 8ressan con ánimo de consolarleP. =oda la cristiandad admira la bondad y largueGa de su santidad.
8%nis ardens el papa secomo hablara consigo mismoP. ;uegoPardiente. 4í, la Pdi"o #ie"a profecía está si cumpliendo en forma terrible. /or todas partes el odio y la persecucin encienden sus siniestras hogueras. RCuánto tiempo tardará el mundo en !uedar en#uelto en llamasS Aio#anni, a #eces me asaltan espantosos sueos. 4e me representa hallarme a la #entana y !ue miro en la tenebrosa noche. $uego en el horiGonte aparecen pe!ueas y mo#ediGas luces, !ue #an acercándose y con#irtiéndose en llamas hasta formar un horrible mar de fuego !ue se agita ante el
4í, esto era la luG y el fuego, del !ue habl el 4eor. +!uí ardía la llama, con la !ue el 4eor !uería encender el mundo. . )Oo he #enido a traer fuego a la tierra y, R!ué otra cosa !uiero, sino !ue ardaS* El fuego de la eucaristía tenía !ue inflamar la llama del amor en todos%ucho los países, en todas las para cosaslle#ar y en todos coraGones. 8%nis del ardens. se había hecho a todolos el mundo el fuego amor de Bios. /ío fue el auténtico y decidido #encedor del "ansenismo, esa here"ía por la cual tantos hombres se mantenían ale"ados de la fuente de la gracia di#ina por creerse indignos de ella. Hacía ya cinco aos !ue el papa había recomendado la comunin frecuenteT es más, hasta ehort a sus hi"os !ue se acercaran diariamente a la mesa del 4eor, para alimentarse con el pan de los fuertes. RQué podría hacer él aInS )Bime, !ué debo hacer* Psuplicaba el papa una y otra #eG con las manos4eor, le#antadas. Había ya consagrado las familias cristianas al sagrado coraGn de MesIs. En todas las casas debía arder una lucecita ante su imagen. RQué podía realiGar toda#íaS )Bame una seal, 4eor, dime !ué tengo !ue hacer.* Cuando el papa regres a su cuarto de traba"o le fue anunciada la #isita de una dama inglesa, la cual entr poco después acompaada de un muchachito de cuatro aos. %ientras el santo padre hablaba con la madre, se le acerc el pe!ueo confiadamente y le puso las manos sobre las rodillas. PN/ero, MohnL Ple llam la dama, escandaliGada. PBé"ele usted Psonri /ío. El 4al#ador di"o una #eG> Be"ad !ue los nios se acer!uen a mí, y no se lo impidáis. =I tienes algo !ue te oprime el coraGn, Mohn. $o #eo en tu cara. PRCuándo puedo recibir la primera comuninS Ppregunt el muchacho de"ando escapar su secreto. /ío 7 cerr los o"os por un momento. 4us pensamientos fueron le"os, muy le"os, hasta los días de su propia infancia. R2o había hecho él la misma preguntaS =oda#ía resonaba en sus oídos la respuesta !ue le dio> entonces el obispo> 0J
)=al #eG un día llegues a ser papa y entonces ya puedes cambiarlo.* 4í, sí, ésta era la seal, !ue tan fer#orosamente pedía en sus oraciones. =enía !ue conducir los nios al 4al#ador antes de !ue las sombras del pecado pudieran oscurecer sus almas. R2o acaba de repetir él mismo las palabras del 4eor> Be"ad !ue los nios #engan a mí, y no se lo impidáisS $os nios de todo el mundo le ayudarían a orar cuando tu#ieran al 4al#ador en su coraGn. PRBuermes, papaS Ppregunt el nio, etraado. )4imn, RduermesS Pasí interrog el seor al primer papa en a!uella noche, en !ue instituy el sublime misterioP. /ío, Rduermes tI tambiénS Be"ad !ue los nios se acer!uen a mí, y no se lo impidáis.* P2o, Mohn, no duermo. +hora ya no Prespondi el papa, mirando al pe!ueo con sus o"os aGules como el mar. PNQué hermosos o"os tienesL Pdi"o el pe!ueo inglésP. /ero, Rno has oído lo !ue te he preguntadoS El ayudante de cámara, !ue asistía a la audiencia, hiGo ademán de retirar al chi!uillo y reducirlo a silencio. PBe"adlo Ple dio a entender el papa con un guio. $uego, #ol#iéndose de nue#o al muchacho, le pregunt amorosamente. PR+ !uién recibes en la sagrada comuninS P+ Mesucristo. PRO !uién esesMesucristoS PMesucristo el Hi"o de Bios. 4e le#ant el papa y di"o a la madre> P%aana, por la maana, a las seis en punto, tráigame a!uí al nio. Oo mismo !uiero darle la sagrada comunin en mi capilla pri#ada. 2o debes esperar ni un solo día más, hi"o mío. PAracias, papa Pdi"o el pe!ueo, radiante. O sintiéndose feliG, sali con su madre del aposento. después, el Kamore, de agosto &(&0, apareci el decreto del papa /oco :uamtiempo sin%ulare C"ristus !uede mandaba a todos los sacerdotes del mundo para !ue de"aran acercarse a la mesa del 4eor a todos los nios, tan pronto como estu#ieren en condiciones de discernir la sagrada comunin del pan ordinario. 0'
En todo el mundo encontr la decisin del papa "ubilosa resonancia, especialmente en las almas infantiles, a las !ue se les abría la puerta del tabernáculo mucho antes de lo !ue se hubieran atre#ido a esperar. Es cierto !ue tampoco faltaron indicaciones de los !ue temían !ue la admisin a la sagrada mesa de nios tan pe!ueos, podía redundar en per"uicio de la re#erencia debida al 4antísimo, pero el papa sabía !ue su camino era el #erdadero. 4obremanera le consolaron las innumerables cartas infantiles !ue llegaban todos los días al )Bespués de comulgar me parece a #eces como si mi padre me estrechara dulcemente entre sus braGos. En esos momentos soy demasiado feliG para poder decir una sola palabra. /ero el di#ino 4al#ador sabe cuánto le amo.* PN6h, amigoL RQué obispo, en todo el mundo, hubiera podido decir algo más hermoso sobre el encuentro con el 4eor en la sagrada eucaristíaS =odos los aos in#itaba al P4í, MesIs. 09
-ncluso los maestros de ceremonias !ue en un principio habían mirado con disgusto la familiaridad de los nios, se conmo#ieron tanto contemplando este cuadro, !ue se les llenaron los o"os de lágrimas. P P=en confianGa, hi"o mío. O entonces sucedi el milagro. El lisiado le#ant su braGo gritando> PN4anto padre, santo padreL + una nia irlandesa, cuya cabeGa estaba completamente llagada, le puso la mano sobre el #enda"e. +l instante eclam la pe!uea> PN%adre, estoy curadaL Cuando con temblorosas manos la mu"er le !uit el #enda"e, no encontr ni huellas si!uiera de las llagas. 4olloGando se hinc de rodillas y muchos, presa de la mayor emocin, la acompaaron en el llanto. 0F
Dna religiosa, cuyas me"illas delataban su tuberculosis, le pidi !ue la curara. P/ero, R!ué !uiere ustedS Ple di"o /ío afablementeP. 4i está usted me"or !ue yo. $a hermana !ued curada desde a!uel momento. Dnpadre. alemán/ío!ue había perdido #ista, se durante la audiencia al santo toc al ciego, !ue,la dando un acerc agudo grito, di"o> PN P%e siento curado. 0K
/ocos días después, %erry del
Las campanas del mundo PBime, pues, al menos !ué me habéis preparado Pdi"o /ío, #ol#iéndose hacia monseor 8ressan, !ue le pedía se dignara llegarse hasta la sala de con#ersaciones, donde le aguardaba una gran sorpresaP. 4i !uieres !ue abandone, sIbitamente, mi traba"o, dime, al menos, por !ué. POa lo #erá, santo padre Prespondi 8ressan con aire misterioso. 0(
P4ea, pues. + pesar de la claridad del día, lucía la luG eléctrica en la pe!uea sala, donde %erry del
memoria. +ntes no tenía necesidad de eso. R=e das cuenta, +naS N6h, Bios mío, las campanas, las campanas de 4an %arcosL $a cámara había ascendido al campanile y mostraba ahora los potentes pregoneros de Bios, !ue #olteaban solemnemente. PN4i pudiera oírse, aun!ue slo fuera un sonidoL Psuspir el papa. /ero luegodaba permaneci completo silencio. El film,y desde del campanario una #istaenpanorámica de los te"ados torres lo de alto la ciudad de los canales con sus gndolas adornadasT se etendía luego por las lagunas hacia el $ido, hasta el dilatado y espacioso mar, !ue brillaba al resplandor del sol. PEl mar, el mar di"o el papa sua#emente. $a cinta termin con el solemne P4e lo agradeGco con toda mi alma. /ero ha sido casi demasiado para mi #ie"o coraGn. $os representantes del cabildo catedralicio fueron durante todo el día sus huéspedes. /ío #i#i enteramente sumido en los #ie"os recuerdos y los cannigos de
obedecerle hasta el papa. R
ar einst ein 1ra-er 3un%%esell. &:
4r le1e eIi% "oc"# Sein $ame *lin%t so Ieit, so "ell. 0ater olpin% le1e "oc"#J —4--i-a padre olpin%# 4--i-a sempre, sempre# Pasinti el papa, !ue se había hecho traducir los #ersos del doctor 8ierbaum, el presidente de la asociacin, entusiasmado la sencilleGsedelpos canto. /erolos luego su mirada,admirando llena de hondas preocupaciones, sobre "#enes y frescos rostros. $e pareci como si #iera algunos de ellos rígidos por la inmo#ilidad de la muerte cruel. 3esplandeciente se etendi la prima#era por todo el país. 2ue#amente re#oloteaban las palomas de 4an /edro en torno a los chorros de agua. /ero el custodio de la -glesia no estaba contento en medio de los resplandecientes días de mayo. En uno de sus paseos a tra#és de los "ardi nes #aticanos, se !ued parado ante la gruta de $ourdes, diciendo a su acompaante donpena 8ressan> PN%e da mi sucesorL Oo ya no lo eperimentaré, pero, por desgracia, es #erdad !ue estamos directamente ante la reli%io depopulata. Reli%io depopulata. 3efleionando, pronunci para sí mismo las misteriosas palabras de la #ie"a profecía. Reli%io depopulata, religin despoblada. $uego cogi la mano de su capellán. P=enemos !ue orar. =odo el mundo debe orar, Aio#anni. El di#ino 4al#ador y su madre son los Inicos !ue pueden des#iar este desastre. Quiero !ue el congreso eucarístico tenga lugar en $ourdes. =al #eG... 4i unas #eces le animaba la esperanGa en el auilio del cielo, otras, en cambio, le in#adía un profundo desánimo. En el consistorio secreto del :' de mayo di"o a los cardenales reunidos> P%ás !ue nunca ansía el mundo la paG. O, sin embargo, nos #emos cmo se le#antan hostilmente estados contra estados, naciones contra naciones y pueblos contra pueblos, y nos sabemos cmo del odio, !ue cada día se intensifica más y más entre ellos, puede surgir un día una espantosa guerra. Jrase una -e un eAcelente jo-en. K :ue -i-a eternamente# K Su nom1re suena claro y potente. K 0i-a el padre olpin%# & J
En el mismo consistorio nombr cardenal a Aiacomo della Chiesa, arGobispo de 8ologna. /ocos meses después el nue#o purpurado le seguiría en el cargo con el nombre de 8enedicto 7<. El #erano tra"o a %é"ico la tormenta durante tanto tiempo esperada. Burante el gobierno del presidente CarranGa sufri la -glesia un período de sangrienta persecucin. Con manos temblorosas sostenía /ío los telegramas !ue diariamente daban relacin de las abominaciones. -glesias y con#entos !uemados, sacerdotes y mon"as maltratados, asesinados, obispos encarcelados o desterrados, crucifi"os profanados, tabernáculos descerra"ados y el 4antísimo arro"ado por el cieno de las calles. + todo este dolor por sus pobres hi"os de la le"anía, se aadían el tormento !ue le daba la seguridad cada #eG mayor de más grandes des#enturas. El :K de "unio, preso de un raro desasosiego, a una hora a#anGada hiGo llamar al cardenal secretario de estado. %erry del
—4cco la scintilla Pgimi con labios mortalmente blancosP. $a chispa de una gran conflagracin mundial. +terroriGado le#ant %erry del
cardenal en silencio, luego trat de consolar al santo padre, asegurándole !ue el atentado, por más catastrfico !ue fuera, no conduciría nunca a una gran guerra. $os negros nubarrones se disiparían pronto otra #eG. —La scintilla. 8%nis ardens. N6h tI, 4al#ador míoL Ptartamude el papa. $uego apoyando se desliGsuhasta capilla y cay de rodillas ante el tabernáculo, rostro su entre las manos. En los días siguientes la diplomacia #aticana hiGo todo lo posible por asegurar la paG. El papa ehort a los príncipes y "efes de estado del mundo a la paG y a la reflein. %ientras tanto, ocho países se ponían en mo#iliGacin. 4e pregunt al papa si, dada la amenaGadora situacin mun dial, debería tener lugar el congreso eucarístico en $ourdes. P2aturalmente !ue debe tener lugar Prespondi el papaP. =enemos !ue orar. [nicamente el cielo puede ayudarnos, Bios y la santísima bendigo las/ío armas, yo bendigo la paG. El : de agosto #ol#i a dirigir otra #eG una conmo#edora ehortacin a todo el mundo. P%ientras casi toda Europa se halla en#uelta en el torbellino de una des#enturada guerra, en cuyos peligros, de#astaciones y consecuencias nadie puede pensar sin dolor y espanto, también nosotros nos sentimos sobrecogidos de temor y nuestra alma eperimenta profundo dolor por la sal#acin y la #ida de tantos cristianos y de tantos pueblos !ue están muy cerca de nuestro coraGn. *En esta tan grande necesidad sentimos y entendemos bien !ue el amor paternal y el oficio apostlico nos eige ele#ar las almas a +!uél !ue Inicamente nos puede ayudar, a Cristo, el príncipe de la paG y el poderoso intercesor ante Bios. &'
)/or eso ehortamos a los catlicos de todo el mundo, !ue llenos de confianGa bus!uen su refugio en el trono de la gracia y de la misericordia. El clero debe ir delante con su e"emplo y organiGar en cada una de las parro!uias, segIn las normas preestablecidas, rogati#as pIblicas, para obtener !ue Bios se mue#a a misericordia y apague tan pronto como sea posible la desastrosa antorcha de la guerra e inspire a los gobernantes de los pueblos pensamientos de paG y no de poderío. $a pena y la afliccin consumieron al santo padre de una manera sorprendente en las dos semanas siguientes. ;atigado se desliGaba hasta las audiencias y bendecía a los grupos de peregrinos !ue llenaban el gran patio de 4an Bámaso. 2o tenía ya la fuerGa para dirigirles la palabra. P NHi"os míos, pobres hi"os míosL Pbalbucía una y otra #eG, cuando le#antaba su temblorosa manoP. Oo sufro por todos los !ue mueren en el campo de batalla Pgemía, cuando apoyado en el braGo de su secretario, regresaba a sus habitacionesP. N6h, esta guerra...L /resiento !ue esta guerra es mi muerte. /ero ofreGco gustoso mi #ida por mis hi"os y por la paG del mundo. En la tarde del &' de agosto, fiesta de la +suncin, le in#adi repentinamente un fuerte malestar y fue lle#ado a la cama, pero al día siguiente #ol#i a le#antarse y a desliGarse hasta su cuarto de traba"o y a la capilla. El &( se agra# de nue#o su estado. Oa no pudo abandonar su lecho. Hacia el mediodía recibi de manos de 8ressan el #iático y la santa uncin. El cardenal secretario de estado y todos los demás miembros del sagrado colegio residentes en 3oma se arrodillaron en torno a su lecho. 4us dos hermanas y la sobrina reGaban, llorando, el santo rosario. $a respiracin del moribundo se hiGo difícil. Como ya no podía estar echado se le acomod con almohadas. P%e entrego enteramente a la #oluntad de Bios Peclam reuniendo todas sus fuerGas. $uego se apag su #oG. Con gesto cansado hiGo seas a %erry del
4eora de Cendrole. $e parecía !ue le tendía la mano y le in#itaba a !ue fuera a ella. 4í, madre, #oy en seguida. $uego #io otra #eG las grandes campanas en el campanile de 4an %arcos. :0 de agosto de &(&J. /ío parecía escuchar en la le"anía. R6ía acaso el retumbar de los caones, los gritos de los heridos, el estertor de los moribundosS )/or ellos. 4eor, mi #ida por la suya.* 4on la una. El médico se inclin otra #eG sobre el moribundo, escuch los latidos del coraGn y luego se puso a obser#ar el pulso, !ue se iba. El Iltimo cuarto de hora. Dna Iltima y amorosa mirada para todos. Dn Iltimo ele#ar la #ista hacia lo alto. /ío 7 entreg su alma al Creador. abriley el testamento habla escrito emocin, el ao &(0(. Elpalabras> cardenal !ue lo4eabri con seales!ue de la másya profunda estas P/obre nací, pobre he #i#ido y sé !ue he de morir en la pobreGa... /or eso recomiendo a la generosidad de la santa sede a mis hermanas, !ue &F
siempre han #i#ido conmigo, y le pido !ue se les asignen trescientas liras al mes. *Bispongo !ue mi cuerpo no sea tocado ni embalsamado. /or eso, en contra de lo acostumbrado, no debe ser epuesto sino pocas horas y luego sepultado en la gruta de la basílica de 4an /edro. 4e realiG todo segIn deseo. 4obre su sarcfago se su puso la inscripcin> El papa /ío 7, /683E O 3-C6, %+246 O HD%-$BE BE C63+@?2, E4=3E2D6 BE;E2463 BE $+ C+D4+ C+=?$-C+, 4E E4;63@? /63 3E4=+D3+3 =6B+4 $+4 C64+4 E2 C3-4=6, %D3-? /-+B64+%E2=E E$ :0 BE +A64=6 BE$ +6 BE$ 4E63, &(&J. =odos los aos se agrupan en torno a su tumba los nios de la primera comunin de 3oma, los preferidos de su coraGn. El de "unio de &('&, día de su nacimiento, el hi"o del pobre cartero de 3iese era beatificado por /ío 7--. $as campanas de todo el mundo entonaron su saludo al /adre en las alturas. =res aos después :( de mayo de &('JX, en una soleada tarde de prima#era, la -glesia, por boca de su pontífice, confirmaba definiti#amente su "uicio, adscribiéndole en el catálogo de los santos. + continuacin, para dar cumplimiento a su promesa de #ol#er a
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