Ja J a v i e r T o r r e s N a f a r r a t e ( )
LA PROPUESTA TEÓRICA DE NIKLAS LUHMANN ( )
La principal dificultad dificultad para la intelección de la teoría de Luhmann consiste en que el aparato teórico con el que aborda la realidad es una importación para las ciencias sociales. Luhmann analiza desde ángulos diversos a los usuales (teoría de sistemas, cibernética) y eso hace que su teoría adquiera una forma de alta complejidad. La primera impresión que suscita el leer sus escritos es de esoterismo. Sin embargo, uno acaba por convencerse que en Luhmann esta dificultad no es sino consecuencia derivada de la opción teórica. Las teorías son instrumentos de percepción de la realidad. A la manera de instrumentos ópticos de poder, ven lo que no es posible detectar con la simple vista. Con todo, las teorías no devuelven sólo una mejor intelección de la realidad, sino una diferencia perceptiva. Aquí vale la pena una primera cita de Luhmann: Haciendo referencia a Saussure, Kelly y otros, se podría formular: los conceptos constituyen el contacto de la ciencia con la realidad, bajo la forma de experiencia diferenciada. La experiencia de la diferencia es condición de posibilidad de obtener y procesar la información, Puede haber correspondencias de punto por punto entre concepto y realidad, como en el caso del concepto y del fenómeno del sentido, sin lo cual no podría {18} existir el mundo del hombre. Sin embargo, 10 decisivo para la ciencia es que cree sistemas teóricos que trasciendan dichas correspondencias de punto por punto; que no se limite a copiar, imitar, reflejar, representar, sino que organice la experiencia de la diferencia y con ello gane en información; que forme, así, una adecuada complejidad propia.1
Jürgen Habermas había ya ya constatado la dificultad dificultad de Luhmann Luhmann en una de sus sus controversias tempranas: La teoría de Luhmann me parece súper abstracta (esto es: las ventajas previstas en la abstracción se transforma en pérdidas debidas a la abstracción) y súper compleja (es decir: la sustancialidad y el ingenio de las argumentaciones no se producen gracias a la posición metodológica, sino a pesar de ella).2
Parcialmente la apreciación de Habermas es cierta, ya que no es sino hasta estos últimos años que Luhmann ha podido desarrollar los trazos que dejan ver con claridad la totalidad de su panorama conceptual. Sólo hasta ahora se hace comprensible ese inmenso esfuerzo que im plicó para Luhmann ir abriendo camino a la coherencia de su teoría. A pesar de todas las dificultades enumeradas, enumeradas, una vez que lino se ha ha introducido introducido a la órbita de este pensamiento no se puede más que constatar la fascinación de una teoría de esta envergadura: la teoría sistemática de la sociedad más técnica y precisa de finales del siglo xx. Las apreciaciones de Luhmann, una vez situadas en el contexto técnico teórico propio, han ele vado enormemente el nivel de profundidad profundidad en la intelección intelección de los problemas problemas sociales. Sin emDepartamento de Educación y Desarrollo Humano, Universidad Iberoamericana. Antonio Camou & José Esteban Castro (coords.), La Sociedad Compleja. Ensayos en torno a la obra de Niklas Luhmann, México, FLASCO & Triana-Editores, 1997. 1 Niklas Luhmann, Sistemas sociales. Lineamientos para una teoría general. México, Alianza / Universidad Iberoamericana, 1991, p. 13. 2 Jürgen Habermas, La reconstrucción del materialismo histórico. Madrid, Taurus, 1986, p. 128.
bargo, la teoría de Luhmann difícilmente podrá constituirse en paradigma dominante de una época. Para eso la teoría es demasiado mordiente por lo realista y compleja por su tecnicidad. Aunque lo que sí es indudable indudable es que el nivel de de problematicidad al al que ha llevado ciertos ciertos tópicos sociales establecen el grado indispensable en el que deberían discutirse los {19} grandes cuestionamientos de la sociedad. Si todavía están por elaborarse la teoría o las teorías dominantes del siglo XXI, éstas no podrán prescindir de la altura establecida por Luhmann. Como en Niklas Luhmann la parte teórico-conceptual es imprescindible y no puede separarse de los contenidos concretos; los siguientes apuntes empiezan por dejar asentados ciertos conceptos fundamentales para entender la teoría.
Conceptos preliminares
Para entender cabalmente a Luhmann no hay que perder de vista el propósito que lo guía. En medio de una sociología que ha renunciado a pensar la sociedad como un todo, Luhmann le enfrenta el programa de una teoría que aferra la sociedad en calidad de sistema. Este sistema posibilita la diferenciación en la sociedad y gobierna la evolución misma. Las teoría parciales de los sistemas de funciones (política, economía, educación...) quedan encuadrados, así, dentro de una teoría global del sistema sociedad . Por lo general, Luhmann no se propone presentar análisis específicos específicos sobre determinados ámbitos sociales; la propuesta se sitúa, más bien, en el ofrecimiento de un marco categorial que permita asir la sociedad moderna. Con otras palabras, lo que Luhmann intenta es desarrollar la lógica fundamental sobre la que está cimentada la sociedad contemporánea, a partir de conceptualizaciones novedosas. Un ejemplo traído de la física, y ante el cual los físicos manifiestan gran sensibilidad, podría esclarecer con más precisión el propósito de Luhmann: el movimiento del planeta Mercurio es susceptible de ser descrito de manera distinta si en lugar de la teoría de Newton se emplea la de Einstein. De hecho las predicciones de Einstein resultaron más precisas y esto bastó para confirmar la supremacía de la nueva teoría. Aunque para propósitos prácticos la de Newton sigue siendo más accesible, por la simplicidad. Luhmann ofrece una teoría que tiene la pretensión de ser capaz de describir todo el funcionamiento de la sociedad; aunque para efectos {20} impresionistas en la práctica, se puede echar mano de otro instrumental teórico menos complejo y quizás más manipulable.
1. La arquitectura de la teoría de Luhmann
Vale la pena insistir, en en esta presentación de de la teoría, en la arquitectura arquitectura general de la propuesta de Luhmann, El siguiente esquema ayudará a propósitos de intelección:
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1. Teoría general de los sistemas sociales 2. Teoría general de la sociedad La sociedad como sistema - teoría de la comunicación - teoría de la evolución. Teoría de la diferenciación de la sociedad - teoría de la autodescripción de la sociedad. Teoría general de la organización Teoría general de la interacción 3. Monografías sobre campos especificas Política - economía - derecho - educación - religión - arte - ciencia - intimidad
La apreciación global que facilita este esquema deja ver con claridad que esta teoría social es una teoría de teorías. En expresión acuñada por la cibernética moderna, Luhmann pretende, mediante un recurso teórico de segundo orden, la observación de la observación. Insistamos en la pretensión teórica de Luhmann: I. Desarrollar los conceptos de una teoría universal de la sociología. Reclama, por tanto, la universalidad en la aprehensión del objeto sociedad, en {21} el sentido de que como teoría sociológica trata el todo social y no sólo segmentos. II. La propuesta de Luhmann no intenta hacer sociología aplicada. El estado de la teoría se encuentra en una etapa previa: la elaboración precisa de los conceptos para aferrar fenómenos. Si se recurre, de nuevo, a la física se podría decir, al retomar como ejemplo la teoría de la relatividad: la ecuación E=mc2 afirma sólo la convertibilidad de masa y energía; que de ahí se puedan seguir aplicaciones tales como la energía nuclear, esto tendría que considerarse como consecuencia colateral de la teoría. III. La teoría general de los sistemas sociales le sirve a Luhmann de instrumento formal que va a guiar prácticamente toda la operación del tratamiento de la sociedad. Las características formales de esta teoría general de los sistemas sociales son dos: 1) procede en un alto grado de abstracción; esto le permite a Luhmann poder aislar y analizar cualquier fenómeno social. Esta teoría se desarrolla en una cota superior con respecto a otros recursos teóricos del propio Luhmann para analizar la sociedad, de aquí que siempre encontraremos la teoría de sistemas en calidad de control que atraviesa todo el campo de la apreciación teórica. 2) En Luhmann la teoría de sistemas es una teoría de las formas. Sistema y entorno son las manifestaciones formales más abstractas del acto de distinguir. Luhmann emplea, como punto de partida, un principio de diferencia (sistema/entorno) para llegar a explicar la forma de la diferenciación de la sociedad. La radicalidad de Luhmann con respecto a la tradición de Occidente se hace visible, desde el inicio: la teoría trascendental de Kant persigue el encuentro de la unidad. De diversos fenómenos que se presentan, Kant se pregunta por las condiciones de posibilidad: lo trascendental es lo no empíricamente visible, pero lo que le confiere al fenómeno su unidad. Hegel significó un avance (hasta ahora de seducción universal) desde el momento en que concibe la unidad como punto de partida para la explicación formal de la realidad, en la que mediante un proceso histórico se desdobla, se hace diferencia, pero que aspira {22} a un retorno sobre sí misma de manera sublimada (Aufhebung). Luhmann parte de la diferencia (lo visible, lo empíricamente designable) sabe que hay unidades presupuestas (pero no observables) y concluye con un proceso de diferenciación y no de unificación:
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Quien Jea con atención se dará cuenta de que se está hablando de la diferencia entre identidad y diferencia, y no de la identidad entre identidad y diferencia. Ya desde aquí las siguientes reflexiones se apartan de la tradición dialéctica, a pesar de todas las similitudes que puedan darse y que llamen la atención.3
IV. La teoría de la sociedad está sostenida sobre los cimientos de cinco teorías generales: 1) Teoría de la sociedad en calidad de sistema; 2) Teoría de la comunicación; 3) Teoría de la evolución; 4) Teoría de la diferenciación de la sociedad; S) Teoría de la autodescripción de la sociedad. Cada una de estas teorías está conformada por un cuerpo exclusivo de teoremas; sin embargo, la teoría de sistemas corre por todas de modo transversal. V. Luhmann ha incursionado en los campos específicos de aquellos sistemas sociales que se han diferenciado a tal grado que se manifiestan con características universales: política, economía, educación, derecho, religión, ciencia, el ámbito de la intimidad, y últimamente el arte. Cada uno de éstos representa en la obra de Luhmann varios libros y numerosos artículos. El objetivo de estos campos monográficos es hacer ver cómo se aplica, en ellos, la teoría general de la sociedad, y cuáles son las características exclusivas que los definen en calidad de autónomos. En todos estos campos Luhmann muestra una soberanía de comprensión y movimiento que sorprende. Aun en el ámbito de las cuestiones económicas que reclamaría tratamientos muy delicados, la propuesta de intelección del fenómeno no deja de ser sustancial e ingeniosa. VI. Como parte integral de la propuesta teórica, Luhmann ha estudiado la maní [estación de la organización. Por la bibliografía que maneja y el método {23} de abordar el objeto se colige, a partir de tres libros capitales (Función y consecuencias de la organización formal, fin y racionalidad en los sistemas, y Teoría general de la organización) que es un teórico relevante sobre cuestiones organizativas.
2. Consideraciones metodológicas sobre los sistemas
El punto de partida del método de Luhmann arranca de las categorías sistema! entorno y complejidad. Desde un principio las entiende de manera formal, y no conforme al modelo del organismo (a pesar de que Habermas piensa lo contrario).4 Los sistemas son unidades estructuradas de forma variable con respecto al tiempo; y se mantienen frente a un entorno complejo y cambiante gracias a la posición de una diferencia con respecto al entorno. La conservación del sistema se entiende corno una operación o rdenadora del propio sistema, conforme a su propia organización y en la que el entorno es fuente de constantes estímulos. Estimulares un rango de operación radicalmente distinto que el causar. De aquí que esta teoría conciba el sistema en calidad de autopoiético: para poder subsistir ha de resolver permanentemente la tarea de mantener, frente a un entorno cambiante cuya dinámica le es contra3
Niklas Luhmann. Sistemas sociales, op. cit., p. 33, nota 19. Véase: La lógica de las ciencias sociales, Madrid, Tecnos, 1988, pp. 312 ss. Habermas inventa su propia teoría de sistemas y después se la adjudica a Luhmann. Esta manera de proceder facilita la crítica: pero deja entrever la poca atención concedida u los conceptos originales. No cabe duda: los grandes autorregulan sus propias concesiones. En este apartado y en el siguiente tomo el hilo discursivo y hasta el modo de decir de Habermas, pero lo vacío a categorías luhmannianas. El resultado es radicalmente diverso. Uno se persuade: los dos están hablando de cosas distintas. 4
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ria, una lógica de operación en la que el sistema mismo determina sus propios límites y estructuras. La conservación de la propia dinámica es el problema supremo al que se enfrenta el sistema; amenazas permanentes a su patrimonio caracterizan así, la relación del sistema con el entorno, al mismo tiempo que las operaciones {24} del sistema tienen como función dar una solución autorreferida frente a esos peligros. El concepto de complejidad sirve para determinar formalmente la relación sistema/entorno. Llamamos complejo a un sistema que para operar se ve forzado a poner en marcha una selección. La complejidad no sólo se determina por el incremento cuantitativo de los elementos, sino por el hecho de que para realizar una operación, estos sistemas se ven coaccionados a seleccionar entre sus propios elementos: un sistema complejo no puede poner todo en marcha, al mismo tiempo. La estructura de un sistema es menos compleja, cuantitativamente, que la complejidad del entorno; y esto por la simple razón de que en el entorno existen otros sistemas. Sin embargo, cualitativamente, un sistema puede ser más complejo que el entorno, ya que gracias a la forma específica de su complejidad el sistema compensa las ventajas de complejidad por parte del entorno. Debido a esta complejidad cualitativa el sistema puede responder a los posibles cambios que se efectúen en el entorno y afectar el sistema. Este intercambio entre sistema y entorno queda expresado bajo la ley de la variedad requerida (requisite variety, Ashby) que designa la manera en la que un sistema construye una complejidad adecuada para el comercio con el entorno, cuando éste es más complejo. Esta complejidad adecuada no puede operar sino mediante una selección de las posibilidades propuestas en el entorno. El sistema reduce complejidad. Podríamos afirmar, aunque evoque a Hegel, que reduce complejidad cuantitativa; pero al hacerlo aumenta para sí mismo complejidad cualitativa. Surge, así, necesariamente un gradiente de complejidad entre entorno y sistema. El sistema afirma su propia consistencia en la medida en que aferra y domina operativamente el fragmento de entorno que es efectivamente relevante para la conservación de su patrimonio sistémico. El comportamiento del sistema puede interpretarse, desde esta perspectiva, no como adaptación o metabolismo, sino más bien como coacción especial hacia su propia autonomía: {25} No
se trata de adaptación ni de metabolismo; se trata más bien de una coacción especial hacia la autonomía, con el resultado de que el sistema simplemente dejaría de existir, aun en un entorno favorable, si en la reproducción de sus elementos nos los proveyera de sentido.5
3. Sis te ma s que pr oc es an sen ti do
La característica específica de estos sistemas sociales, y que los deslinda radicalmente de todo tratamiento orgánico biológico, es que son sistemas que operan en el medio del sentido. Luhmann entiende el sentido como una categoría prelingüística que funda, a su vez, el lenguaje. La pregunta de qué es el sentido es inabordable, ya que la respuesta tiene que hacer 5
Niklas Luhmann, Sistemas sociales, op. cit., p. 34. 5
uso del sentido para contestarla. El sentido se impone en calidad de horizonte. Precede a todo lo que se pueda preguntar o saber sobre él: Los sistemas adheridos al sentido no pueden experimentar ni actuar sin sentido; no pueden dinamitar la remisión del sentido al sentido en la cual ellos mismos están implicados ineludiblemente. Dentro de la organización autorreferencial plena de sentido del mundo se dispone de la posibilidad de la negación, pero esta posibilidad, por su parte, sólo puede ser utilizada con sentido. Cualquier intento de negación de sentido presupondría, de una manera general, sentido y tendría lugar en el mundo. El sentido es pues una categoría innegable y sin diferencia. Su superación (Aufhebung) consistiría –en el más estricto de los significados– la aniquilación, y eso sería asunto de una instancia externa impensable.6
Husserl había ya apuntalado el concepto de sentido, al entenderlo de manera empírico fenomenológica. En primer lugar sentido significa sencillamente el trasfondo (Hintergrund) de cualquier percepción o experiencia particular. Todo lo que se experimenta está inmediatamente precedido de una pantalla de posibilidad. Lo particular adquiere sentido porque está precedido de la totalidad, si bien bajo la forma de horizonte. Este horizonte está indeterminado o imperfectamente determinado, pero nunca es completamente vacío. Toda experiencia hace relación a un sentido más general y total y remite necesariamente a la simultaneidad con otros objetos del mundo. La gran tradición de pensamiento de Occidente ha intentado horadar en el sentido del sentido. Las respuestas en las ciencias sociales se han acurrucado en la hermenéutica y sus derivados, y al sentido lo hacen depender de procesos de interpretación que aspiran a una integración comprensible a partir de un contexto previo. {26}
En Luhmann el sentido no tiene otro fundamento ulterior que el mismo sentido (por tanto autorreferencial) y no es abordable en calidad de todo: Al igual que en el caso del problema de la complejidad, surge nuevamente el problema de la autorreferencia, en la forma del sentido. Cada intención de sentido es autorreferencial en la medida en que prevé su propia posibilidad de reactualización, por lo tanto, se retoma en su estructura de remisión como una entre muchas posibilidades de vivencias y acciones adicionales. El sentido en general sólo puede ganar realidad actual en la remisión a un sentido diferente; así, no hay autosuficiencia puntual ni un per se nolum.7
La única delimitación de tipo general que es posible hacer es que el sentido es la solución emergente de carácter evolutivo con respecto a la socialización: Los sistemas psíquicos y sociales surgieron en el camino de la coevolución. Un tipo de sistema es entorno imprescindible del otro. Las razones de esa necesariedad radican en la evolución misma que posibilita ese tipo de sistemas. Las personas no pueden permanecer ni existir sin los sistemas sociales, y viceversa. La coevolución condujo hacia ese logro común que es utilizado por los sistemas tanto psíquicos como sociales. Ninguno de {27} ellos puede prescindir de ese logro común, y para ambos es obligatorio como una forma indispensable e ineludible de complejidad y autorreferencia. A este logro evolutivo le llamamos sentido.8
Por tanto el sentido es la categoría fundante de todo el proceso de socialización. Entendido así, el sentido es el mundo operativo del hombre. En ese mundo hay realidades emergen6 7 8
Niklas Luhmann, op. cit., p. 82. Ibíd., p. 81. Ibíd., p. 79. 6
tes, sinergias que escapan a la planeación consciente de la actividad constructora del ser humano. El individuo se encuentra situado en el marco de un proceso cosmológico en el que existen dimensiones previamente establecidas. La historia social es una cesura en dicho orden. El mundo del sentido es una operación de reducción de complejidad que el hombre ha obtenido en conjunción con fuerzas que lo sobrepasan. Esta construcción no ha sido a placer, ni siquiera racionalmente calculada, sino una operación de alto grado de complejidad en la que el resultado es una mezcla de destino y voluntad, de errores personales y de aciertos evolutivos. En la cascada verbal de Heidegger, el sentido no significa ni el conjunto de las cosas materiales, ni la sociedad humana, ni en general la suma de los entes, sino la totalidad previamente proyectada de un horizonte indeterminado. Luhmann prefiere ser categórico: La humanidad realiza su unidad en dos niveles, en el del mundo y en el del sistema sociedad. Al mismo tiempo estas instancias se alejan más que nunca: la idea del mundo se ha ido desconcretizando, sus contenidos se han vaciado y ha quedado sólo como concepto directriz para todo lo posible; los símbolos culturales de la representación del mundo ya no coinciden punto por punto con los correlatos de los problemas que se generan en la sociedad. La contingencia ya no puede pensarse como una confrontación de este mundo frente a otro posible, sino únicamente en relación a lo que la sociedad como sistema selecciona. De aquí nuestra hipótesis de que son precisamente las estructuras comunicativas de los sistemas –la sociedad– las que regulan la medida de la contingencia y la complejidad que se re vela como mundo. La complejidad contingente de las posibilidades de la experiencia y la acción, y sobre todo la complejidad de un futuro abierto, deben realizarse en la interacción social –de no ser así, se trataría sólo de una complejidad indeterminada, una especie de trasfondo, o una fuerza trascendente que con mano invisible rigiera las cosas de este mundo. 9 {28}
En la constitución intrínseca del sentido está contenido un principio de negación. El mundo del sentido no es sólo acertante, sino también negante. Esta peculiaridad binaria es exclusiva del sentido, ya que en el mundo externo no existe nada negativo. El hecho mismo de que el sentido puede remitir a otras posibilidades, es decir, que manifiesta una constitución basal de contingencia, está hablando de que el sentido es por antonomasia complejo, y él mismo impulsa a la selección. Todo acto de selección lleva implícita una negación recurrente. Debido a esta alternancia, el sentido se revela autorreferencial, autopoiético. De esta estructura radical de codificación binaria del sentido se desprende la constitución codificada de la comunicación, del lenguaje. De aquí que Luhmann entienda el sentido, en calidad de categoría prelingüística que funda, a su vez, el lenguaje y le confiera características de codificación binaria. La comunicación para Luhmann posibilita una actualización común de sentido, provee estructuras de sentidos que los actores ponen en la base de su elección; pero esto no significa que haya, como condición de posibilidad, una comunalidad (Dilthey) en la que se fundamente la identidad del significado. La comunicación precede a los sujetos; dota de un punto de partida reducido con respecto a las infinitas posibilidades subjetivas de los actores. La comunicación (como selección de sentido) no puede consistir en una especie de participación de lo mismo, garantizadora de la identidad de los significados. El sentido del sentido no estriba en que pueda compartirse intersubjetivamente, en que pueda ser idéntico para una comunidad de hablantes y de agentes. 9
Niklas Luhmann, Soziologische Aufklarung 2, Opladen, Westdeutscher Verlag, 1986. p. 65. 7
Las soluciones de tipo evolutivo que provee el sentido no guardan relación directa ni con la subjetividad, ni con la idea normativa del lenguaje (Apel, Habermas). Hasta cierto punto, las respuestas más consistentes de la evolución social son soluciones improbables, inusitadas, desconcertantes, y en esa medida, no pueden ser catalogadas ni en términos de irracionales, ni de racionales. La semántica más cercana para su tratamiento ocurre en otro glacis. Sólo habría que recordar cómo se ha impuesto el dinero como medio de intercambio, cuando desde una perspectiva racional hubiera sido más consistente esperar que el oro, la plata, la sal (con respaldo de valor) hubieran tomado ese lugar prominente. No se escapan al tratamiento de lo improbable ni el amor, ni el poder, la educación, el arte, la religión. Cualquiera que haya tenido una experiencia mínima con las soluciones que confiere el derecho se dará cuenta que lo jurídico acontece de modo ortogonal con respecto a los deseos subjetivos de la conciencia. {29}
4. El problema central de la sociología
El problema central que enfrenta la sociología es cómo poder explicar las estructuras constantes de la experiencia y la acción social. Si se parte de los individuos se observa que cuando eligen, lo hacen de una manera impredecible. Los actores tiene una forma constitutiva de elección que se puede designar bajo el término de digitalizada: a cada sí de una propuesta, pueden responder con un no; a la verdad, se puede contraponer la mentira; a la paz, la guerra; al consenso, disenso; a mi alternativa, otra de magnitud y características diversas. Cada individuo opera bajo principios de elección alternos: el polo positivo o negativo de la elección varía conforme a mecanismos que no son observables en el interior de las conciencias. Este hecho fundamental de la binariedad del elegir, conduciría directamente a la consideración de la imposibilidad de la construcción social, dado que el mundo de las posibilidades individuales se manifiesta de manera contingente: lo que para uno (ego) es así, para el otro (alter) puede ser de diversa manera. Lo social se dispararía en la forma de un haz infinito de posibilidades en las que nadie podría coincidir. La tradición de Occidente trató de resolver el problema mediante una especie de coacción. Se impuso la tradición humanista y ética a partir de la {30} cual lo social fue tratado en calidad de una teoría normativa de las elecciones correctas y prudentes. Se dejaba de lado el mundo dcl egoísmo, de la virtud soberbia, de la maldad desmedida, que al final de cuentas también él constituye mundo del hombre. Frente a la binariedad constitutiva de la elección, la moral privilegió sólo un lado de los polos: el positivo. Hobbes redefine el problema y lo considera desde un ángulo inusitado. Los individuos se deciden preferencialmente por la elección no ética, es decir, la guerra. De aquí la necesidad de un Estado que estableciera y garantizara el orden en las relaciones sociales. Para él, el instrumento que transforma la naturaleza en orden es de carácter legal, el pacto social; y la ciencia que reconstruye conceptualmente el establecimiento del orden es, naturalmente, ley y política. La sociología, hasta Parsons, se quedó atascada con respecto a la solución teórica del problema de la doble contingencia del elegir, ya que trató de resolverlo en términos de relación entre seres humanos: Durkheim postuló el mecanismo de la solidaridad moral en la base de la constitución social; Weber aferra el devenir del mundo moderno a manera de incremento de racionalización según el esquema de fin/medios, y la acción social sólo es concebible provista de sentido con tal de que se le reconstruya en términos de dicha racionalidad. Luhmann sitúa la solución fuera de este círculo contingente de referencias:
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La situación básica de la doble contingencia es, entonces, sencilla: dos cajas negras, a causa de qué sabe qué casualidad, entablan relación una con otra; cada una determina su propia conducta por medio de operaciones autorreferenciales complejas dentro de sus propios límites. Lo que queda a la vista es por lo tanto, y necesariamente una reducción de complejidad. Cada una presupone lo mismo respecto de la otra... Por medio de una simple suposición generan certeza de realidad, puesto que esta suposición lleva a suponer la suposición en el alter ego. (Las dos cajas negras) permanecen separadas, no se funden, no se comprenden mejor que antes; se concentran en lo que pueden observar en el otro como sistema-en-un-entorno, como {31} input y output, y aprehenden en cada caso su forma autorreferencial desde su propia perspectiva de observador. Pueden tratar de influir en lo que observan por medio de su propia acción; y nuevamente pueden aprender del feedback. De este modo se puede generar un orden emergente condicionado por complejidad de los sistemas que lo hacen posible, lo cual no depende de si esta complejidad también se pueda calcular y controlar. A este orden emergente lo llamaremos sistema social.10
5. La sociedad
La lucha conceptual que con más ensañamiento ha sostenido Luhmann ha sido en torno al concepto de sociedad. De la aceptación o rechazo de esta categoría se deriva la fascinación o repulsa de toda la propuesta teórica. La sociedad (lo social) en la tradición de Occidente guarda relación muy estrecha con el ser humano. En las versiones más originales (Aristóteles) la sociedad es el ámbito en el que deberían desembocar las mejores aspiraciones individuales: “La idea de que la verdad de los enunciados está ligada, en última instancia, a la intención de una vida buena y verdadera ” (Habermas). La evidencia empírica de la polis griega facilitó la construcción teórica de la aspiración a la virtud, por tanto de la ética. Versiones más refinadas sobre la sociedad ya no hablan con tanta inmediatez del ser humano, sino del entramado de relaciones que se conforma a partir del momento en el que los hombres se ponen en contacto. En todas las versiones sociales de la tradición, el hombre ha sido el centro de las consideraciones. De aquí que la medida de lo social guarde relación directa y proporcional con procesos de humanización. Las categorías críticas como las relaciones de dominio, el binomio amo/siervo, los procesos de alienación, y no por último, la de plusvalía configuraron toda una época para designar el lado inhumano de lo social. Heidegger se percata que pensar así lo humano conduce a sendas pérdidas. En la carta sobre el humanismo, hace un recuento impresionante sobre las disposiciones acerca del hombre: {32}
Pero si se entiende generalmente bajo “humanismo” el esfuerzo porque el hombre sea libre para su humanidad y encuentre en ello su dignidad, entonces varía el humanismo según la concepción de la “libertad” y de la “naturaleza”. De igual manera se diferencia según los caminos de su realización. El humanismo de Marx no requiere una vuelta a la Antigüedad, como tampoco el humanismo que Sartre concibe como existencialista. En el mencionado sentido amplio es también un humanismo el cristianismo, por cuanto que según su doctrina lo que en todo importa es la salud del alma (salus aeterna) del hombre, y la historia de la humanidad aparece en el marco de la historia sacra. Tan distintas como pueden ser estas formas de humanismo, según finalidad y fundamento, según la manera y los medios de la respectiva realización, según la forma de su doctrina, coinciden empero en que la 10
Niklas Luhmann, op. cit., p. 125. 9
humanitas del homo humanus se determina con respecto a una interpretación ya fija de la
naturaleza, de la historia, del principio del mundo, es decir, del ente en el todo. Todo humanismo o se funda en una metafísica o se hace a sí mismo fundamento de una metafísica... [Pero] la metafísica no pregunta por la verdad misma del ser. De ahí el que tampoco pregunta de qué modo pertenece la esencia del hombre a la verdad del ser. Esta pregunta no sólo no la ha hecho hasta ahora la metafísica. Esta pregunta es inaccesible a la metafísica en cuanto metafísica. El ser espera aún hacerse él mismo pensable al hombre.11
Lo de Luhmann es distinto y de ahí el escándalo. Con ayuda de un dispositivo teórico de alto refinamiento proveniente de la teoría de sistemas, Luhmann logra aislar lo social de tal manera que la sociedad aparece como sistema y el ser humano como entorno de ese sistema. Un sistema se caracteriza sobre todo: {33} 1) Por una unidad de operación. La reproducción de un sistema depende, por lo tanto, de una homogeneidad suficiente de operaciones que defina la unidad de un determinado tipo de sistema. Para sensibilizarse ante este principio, baste pensar que: el hombre aparecerá para él mismo o para un observador como una unidad, pero no constituye un sistema. Y mucho menos se puede constituir un sistema con una pluralidad de hombres. Bajo tales supuestos se pasaría por alto que el hombre no es ni siquiera capaz de observar por sí mismo lo que sucede dentro de él respecto de procesos físicos, químicos y vitales. Su sistema psíquico no tiene acceso a la vida, requiere de la comezón , el dolor o cualquier otro medio para llamar la atención, con el propósito de provocar que opere otro nivel de conformación de sistemas, la conciencia del sistema psíquico.12
2) Por producir una constante diferencia con respecto al entorno, de lo contrario el sistema tendería a diluirse: Los sistemas están estructuralmente orientados al entorno y sin él no podrían existir. Por lo tanto no se trata de un contacto ocasional ni tampoco de una mera adaptación. Los sistemas se constituyen)' se mantienen mediante la creación y la conservación de la diferencia con el entorno. y utilizan sus límites para regular dicha diferencia. Sin diferencia con respecto al entorno no habría autorreferencia, ya que la diferencia es la premisa para la función de todas las operaciones.13
A partir de estos dos teoremas Luhmann descubre que lo social no puede surgir directamente de la interrelación humana; por más que se la trate categorialmente con términos de interacción, reflejo, reciprocidad de las perspectivas, o incluso reciprocidad de servicios. Estas categorías dan por supuesto demasiada simetría en la perspectiva de los actores, en un contexto teórico moderno en el que se supone autoselectividad de los puntos de vista y sobre todo la incomprensibilidad del otro. Lo social no surge del hombre. Consiste en una solución emergente de tipo evolutivo que precede a los sujetos, y que está encaminada a proveer estructuras de sentido que se imponen a la tendencia radical de la desintegración. El sistema social es parcialmente mundo del hombre y totalmente mundo de lo social. En Luhmann, por razones de posición teórica, estos dos mundos no coinciden' punto por punto. Lo social no está construido a imagen y semejanza del hombre, sino que es el resultado de una coacción severa de procesos evolutivos. Una vez que lo social se instala como solución práctico evolutiva, su tendencia es a la reproducción de {34}
11 12 13
Martin Heidegger. Carla sobre el humanismo, Madrid, Taurus, 1970, pp. 16 ss. Niklas Luhmann, Sistemas sociales, op. cit., p. 61. Ibíd., p. 39. 10
una dinámica autorreferida. El ser humano es entorno del sistema: produce ruido, inquieta, desestabiliza el sistema; pero éste puede sólo reconstruirse en términos de una dinámica preestablecida mediante procesos de acumulación evolutiva. En esta disposición de teoría lo que hay que entender es que lo social y el ser humano son entidades autónomas. Cada uno actúa con principios de operación diversos y no pueden ser reducidos a un denominador común. Entre ser humano y sociedad existe un acoplamiento estructural, lo que significa que la evolución ha encontrado en la comunicación de la sociedad, el medio de la socialización del hombre. Pero esta socialización no es en sentido estricto humanización. Los humanos, las personas concretas, participan en los sistemas, pero no forman parte constitutiva de ellos, ni de la sociedad misma. La sociedad no está compuesta de seres humanos, sino sólo de comunicación. Si se parte de esta premisa, el desarrollo social se puede entender como un aumento en el desempeño comunicativo, pero no como aumento de humanización en la dirección de Rousseau o de Nietzsche. En otras palabras, la civilización y sus resultados son consecuencia de las condiciones del cometido de la comunicación. Y si se atiende al grado tan alto de evolución sociocultural que se ha alcanzado, la única posibilidad para los individuos concretos de adaptarse a esta situación es mediante procesos comunicacionales. Lo que quiere decir que el mundo de las posibilidades sociales está circunscrito a las posibilidades de la comunicación. Lo social nunca ha sido (y probablemente nunca lo será) el espacio de la realización absoluta de las posibilidades más humanas del hombre. La {35} sociedad manifiesta una consistencia propia (si bien dinámica y evolutiva), una regulación autorreferente que da pie a que cada individuo la experimente en grados de profundidad (o de decepción) y en direcciones di versas. Pero estos grados de profundidad subjetiva no pertenecen propiamente al ámbito de lo social: son el entorno de lo social. El descubrimiento moderno de lo inconmensurable de la interioridad humana, a partir de Freud, advierte que no es posible construir una sociedad que pueda corresponder a tales posibilidades de variación. Bajo estos presupuestos se hace comprensible entonces un texto tan severo como el siguiente de Luhmann: Un modo racional de afrontar los problemas, puede ser pretendido únicamente en la sociedad y sólo bajo las condiciones de la prosecución de su autopoiesis, y esto implica siempre el mantenimiento de la diferencia. El mismo problema se repite dentro de la sociedad en el ámbito de cada uno de sus sistemas de funciones. Aun aquí las oportunidades de la racionalidad consisten en el mantenimiento y en la utilización de las diferencias, no en su eliminación. La irritabilidad de los sistemas debe reforzarse, y esto puede suceder sólo en el contexto de su operar autorreferencialmente cerrado. Pero precisamente a esto aspira la teoría de sistemas cuando trata la distinción entre sistema y entorno como la forma del sistema. Más que en cualquier otra teoría de la sociedad, de esta manera surgen en el centro de la concepción teórica los problemas ecológicos y exactamente en el mismo sentido los problemas humanos. El hecho de que la teoría fije su atención en la diferencia (entre sistema y entorno) hace dirigir la mirada hacia problemas que hemos evocado de una manera que elimina toda esperanza de solución. Sólo si se acepta esto, se podrán tratar los problemas como un programa de trabajo y se podrá intentar la mejora de la posición del
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sistema de la sociedad en relación con el entorno humano y su entorno no humano, conforme a criterios que deben construirse y modificarse en la misma sociedad.14
{36}
6. La comunicación como elemento constitutivo de la sociedad
Las disposiciones teóricas anteriores nos han conducido a la comunicación. Sociedad y comunicación son para Luhmann, lo mismo: La sociedad es el concepto social más amplio, incluye todo lo social, y por consiguiente, no conoce ningún entorno social. Si se agregan factores sociales, si surgen interlocutores o temas de comunicación novedosos, la sociedad crece, pues esos factores arraigan en la sociedad, no pueden ser externalizados ni tratarse como una cosa de un entorno, ya que todo lo que es comunicación es sociedad.15
La manera tradicional de tratamiento de la comunicación supone sujetos: el hombre es quien comunica. Para Luhmann esto es una ilusión de óptica. Es cierto que la comunicación presupone el concurso de un gran número de personas, pero precisamente debido a eso la unidad de operación de la comunicación no puede ser imputada a ninguna persona en particular. La comunicación es genuinamente social, ya que tiene como supuesto la existencia de un sistema social de comunicación, para que cada individuo lo actualice. La comunicación no se distingue porque produzca una conciencia común colectiva, en el sentido de una total compatibilidad con toda la complejidad subjetiva de los individuos; la comunicación no puede operar un consenso en el sentido de un acuerdo completo, y sin embargo la comunicación funciona. Es decir, la comunicación se sitúa por encima de estados psíquicos divergentes. Querer explicar la comunicación como acuerdos entre los individuos supondría el presupuesto (altamente discutible) de una total simetría de los estados subjetivos. La función de la comunicación no puede consistir en la expansión o el aligeramiento de las capacidades cognitivas de los seres humanos, ni tampoco en la pretensión de hacer accesible la experiencia interna. Todo esto queda reducido, en la teoría, a efectos colaterales. La comunicación se instaura como un sistema emergente, en el proceso de la civilización. Los seres humanos se hacen dependientes de este sistema emergente de orden superior, con cuyas condiciones pueden elegir los contactos con otros seres humanos. Este sistema de orden superior es el sistema de comunicación llamado sociedad. {37}
La comunicación restringe y distribuye posibilidades reales de selección que puedan presentárseles a los individuos considerados aisladamente. De aquí que la sociedad (la comunicación) consista fundamentalmente en procesos de reducción de las posibilidades abiertas. La comunicación condensa posibilidades, determina lo que es factible evolutivamente, establece formas preestructuradas que significarán el punto de partida restringido de toda experiencia subjetiva humana. El lenguaje limita las posibilidades, pero no garantiza, por sí solo, que la experiencia de un individuo será aceptada por el otro como premisa de su propia selección. El lenguaje reduce complejidad, pero no condensa un espectro mínimo de motivaciones necesarias para los con14
Niklas Luhmann, Raffaele De Giorgi, Teoría de la sociedad. México, Universidades: Guadalajara, Iteso, Iberoamericana, 1993, p. 82. 15 Niklas Luhmann, Sistemas sociales, op. cit., p. 408. 12
tactos. Por eso, necesariamente surgen en la evolución los sistemas sociales (economía, política, religión, educación,...). Estos sistemas tienen la peculiaridad de limitar el proceso de la información, y además imponen un modelo comprimido de coordinación de motivaciones que no son relacionables entre sí. Los sistemas sociales 110 designan estados psicológicos, sino construcciones sociales, para las cuales es suficiente con que se presupongan estados de conciencia correspondientes. El que se acepten las comunicaciones, significa únicamente que su aprobación se pone como premisa para ulteriores comunicaciones, independientemente de lo que se pueda verificar, después, en cada conciencia. Digámoslo, ahora, de forma abreviada: la comunicación individual es posible, si previamente existe un sistema comunicacional. Este sistema por más que suponga la conciencia de los individuos, no puede reducirse a la acción individual, ni mucho menos a la colectiva; es resultado emergente de una disposición evolutiva: {38} Uno
se lo puede imaginar como un pulsar constante: con cada selección temática, el sistema se expande o se contrae, recoge contenidos con sentido y deja de lado a otros.16
La concepción tradicional de la comunicación opera con sujetos y habla de transferencia de mensajes de un ego hacia un alter: en el concepto de comunicación de Luhmann, los individuos tienen que dar por supuesto un sistema de comunicación en curso, en cuya pantalla se hace plausible tanto la información como la comprensión: No es el hombre quien puede comunicarse, sólo la comunicación puede comunicar. La comunicación constituye una realidad emergente sui generis. De la misma manera como los sistemas de comunicación (como también, por otra parte. los cerebros, las células, etcétera) los sistemas de conciencia también son sistemas operacionalmente cerrados. No pueden tener contacto unos con otros. No existe la comunicación de conciencia a conciencia entre el individuo y la sociedad. Si se quiere comprender con suficiente precisión la comunicación, es necesario excluir tales posibilidades (aun la que consiste en concebir la sociedad como un espíritu colectivo). Solamente una conciencia puede pensar (pero no puede pensar con pensamientos propios dentro de otra conciencia) y solamente la sociedad puede comunicar. Y en los dos casos se trata de operaciones propias de un sistema operacional mente cerrado, determinado por la estructura.17
7. Los sistemas sociales 18
La sociedad es la instancia última que se revela como mundo, como horizonte, de todos los procesos de comunicación posibles. Fuera de este marco de {39} referencia de comunicación, el mundo es inaccesible. La sociedad es el fundamento de todas las estructuras de la dimensión social del sentido. La acción humana sólo puede llevarse a cabo dentro de los límites de este horizonte de comunicación. Los límites de la sociedad son los límites de la autoconstrucción de lo posible en la sociedad. 16
Niklas Luhmann, op. cit., p. 158. 17 Niklas Luhmann. Raffaele de Giorgi, Teoría de la sociedad , op. cit., p. 41. 18 Para este apartado y los siguientes remito a explicaciones más extensas en dos escritos anteriores míos: La introducción a la versión en español del libro Sociología del riesgo , Guadalajara, Jal. Universidad Iberoamericana / Universidad de Guadalajara, 1992. pp. 25 ss.; y El sistema educativo desde la perspectiva de Niklas Luhmann, Guadalajara, Educar Separata, Universidad de Guadalajara, 1992. 13
La sociedad es un sistema auto-constituido, ya que es capaz de contenerse a sí misma y a todos los demás sistemas sociales. Si hay una realidad de cerradura autorreferencial en el mundo de lo físico, de lo biológico, de lo social, ésta es por excelencia la sociedad. La sociedad hace comunicación y todo lo que haga comunicación es sociedad: La sociedad constituye las unidades elementales (comunicaciones) de que consta, y todo lo que se forma de esta manera se vuelve sociedad, se transforma en un momento del proceso de su constitución. En este sistema, las consecuencias son inevitables, aun las negativas; éstas están incluidas y sirven, si no a la conservación de las estructuras, sí por lo menos a la conservación de la reproducción autopoiética misma. Por eso la sociedad puede concebirse como un orden autosustitutivo, ya que todo aquello que sea necesario cambiar o sustituir respecto de ella, tiene que ser cambiado o sustituido en ella.19
Por todas estas características y como resultado de la evolución sólo hay una sociedad: la sociedad mundial, que incluye a toda la comunicación y solo ésta, y que así adquiere límites completamente claros. La sociedad moderna puede ser descrita como un gran sistema social estructurado primordialmente sobre la base de una diferenciación por funciones. La política, la economía, la religión, la educación, son sistemas de funciones que tienen la particularidad de seleccionar un entorno social en la medida de sus propias posibilidades estructurales, autopoiéticas. De aquí que todo sistema esté diferenciado precisamente por la función que desempeña en la sociedad. La función no queda entendida –según la antigua teoría sociológica – como el {40} presupuesto que confiere estabilidad al sistema, sino como la tarea social que la evolución histórica le ha conferido a un sistema determinado. Para cada sistema -economía, política, educación, religión- su función es prioritaria. Estos sistemas se mueven en la paradoja de saberse siendo sociedad, pero al m ismo tiempo reconocen que sólo son una palie selectiva de ella. Cada sistema es “sociedad”, por eso no tiene caso analizar la sociedad como lo “enfrente”, lo externo. La consecuencia es que en la sociedad moderna no se puede hablar de una jerarquía basada en un primado funcional (¿la economía?). Todas las funciones son importantes y necesarias. La sociedad moderna es acéntrica.
8. Forma de delimitación interna de estos sistemas sociales: función, código, programas
Función y código:
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Los sistemas sociales están orientados por funciones. Éstas son siempre síntesis de una gran cantidad de posibilidades, puntos de vista de comparación entre posibilidades realizadas y otras por realizarse. Desde el punto de vista de la organización de los sistemas, los tratamientos clásicos no han dejado de verlos como sistemas que adquieren su sentido en el cumplimiento de un fin: y el esquema fin/medios sigue encontrando aplicación con entera normalidad en el contexto de las apreciaciones científicas. En el campo de teoría luhmanniano los fines quedan sustituidos por las funciones. Éstas, hasta cierto punto, representan sólo la frecuencia de onda –en sentido figurado– que le corresponde a la acción del sistema. En el caso del sistema educativo, por 19
Niklas Luhmann, Sistemas Sociales, op. cit. , p. 408. 14
ejemplo, su función gira en torno a la formación de seres humanos. Pero la función por sí sola no ayuda a la determinación de la unidad del sistema: formar seres humanos podría ser tarea de toda la sociedad y no algo específico del sistema educativo. El sistema, para llevar a cabo la función, necesita desarrollar un código mediante el cual reconozca las operaciones que le son propias y las deslinde de las operaciones de otros ámbitos sistémicos. Tal como se observa evolutivamente, la codificación de los sistemas se ha desarrollado de manera binaria. El código es un fenómeno específico de comunicación que tiene como último fundamento la disposición binaria del lenguaje; posibilidad de construcción total de la realidad bajo el aspecto de un sí o un no. Los códigos de los sistemas no son sino derivaciones lingüísticas de este hecho fundamental. Cada sistema tiene un código constituido por una relación inversa entre un lado positivo y uno negativo: economía = tener/no tener; política = poder/no poder; derecho = justo/injusto. De esta manera, el código fija fundamentalmente dos valores ante los cuales el sistema puede oscilar permanentemente. {41}
Los sistemas oscilan entre un valor directriz y su contravalor. El encuentro de una verdad científica no es ya -modernamente- un hecho inamovible. En seguida se puede presentar una teoría que la falsea. El código científico se mueve, pues, en un eje de verdad/falsedad. Lo que en un momento es bandera de la oposición –la ecología–, puede quedar, después, integrado como programa de gobierno en turno –sub código político: gobierno/oposición. De aquí que la fuerza evolutiva de los códigos –la binariedad– hace aparecer toda la realidad al sistema como contingente: lo que hoy es así, mañana podría ser de otra manera bajo circunstancias distintas. Un código binario potencializa su campo de aplicación en vista de estas-dos posibilidades fundamentales. Miradas las cosas de manera estática, habría que suponer una igualdad en la distribución de las oportunidades, puesto que no existe un tercer valor en el código que pueda pasarse aliado de uno de los valores para desbalancear las oportunidades. Sin embargo, dinámicamente, en cuanto el código ha sido institucionalizado, empiezan a agregarse operaciones de aprendizaje que desequilibran la distribución. El sistema que con ello se va formando tiende a aprovechar las oportunidades que favorecen el valor directriz del código positivo, pero lo hace siempre en relación a que el lado negativo del código pueda hacerse presente. Por ejemplo, por más exitosa que pueda ser una inversión, siempre se supone que en un momento dado pueda dejar de serlo. El ejemplo recurrente más didáctico a este respecto es el de las compañías aéreas que tuvieron que extender su campo de acción a la hotelería y a los servicios turísticos en general. Además, es significativo para los sistemas codificados que no puedan obtener descanso al llevar a cabo un fin. Son por {42} principio sistemas ateleológicos, ya que en cada operación individual que producen en la red recursiva de su autopoiesis, siempre volverá a surgir la opción para el valor positivo o negativo, y esta decisión sólo puede ser tomada de cara a otras operaciones.20 Los códigos son diferenciaciones abstractas y universalmente aplicables. No contienen, pese a estar formulados como diferencia entre un valor positivo y uno negativo, ningún indicio de asignación correcta en cuanto al valor positivo o al negativo. La verdad, por ejemplo, no es ningún criterio para la verdad, y la propiedad no es ningún criterio para la cuestión de si vale la pena adquirirla o mantenerla. Sólo bajo la condición de la apertura a opciones positivas o ne20
Véase un tratamiento compacto y claro sobre la codificación en los sistemas en Niklas Luhmann, Sociología del riesgo, op. cit ., capítulo IV. 15
gativas, un sistema social puede identificarse a sí mismo con un código. Si esto sucede, ello significa que el sistema reconoce todas las operaciones quc se orientan por el propio código como propias y otras no. El código es la forma bajo la cual el sistema se diferencia a sí mismo del entorno y organiza su propia forma operativa cerrada. Programas:
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Porque el código binario deja, a su vez, al sistema en un grado de indeterminación muy alto, en la práctica los sistemas han tenido que establecer reglas de decisión que determ inen las condiciones de dirigirse a los valores del código de una manera correcta o falsa. A este con junto de reglas decisionales lo llamamos programa. Entre código y programa no hay unidad, sino –otra vez– diferencia. Se puede decir, de nuevo, que la diferencia entre código y programa estructura la autopoiesis de los sistemas funcionales. La semántica que resulta de este hecho se distingue radicalmente de la semántica vétero-europea de la teleologización, de la representación de la perfección y de los ideales. La queja reiterada de la pérdida de valores, que acontece en todos los campos sociales, no hace sino expresar una realidad de constitución mucho más profunda: la integración diferenciada de los sistemas. Los códigos no establecen valores morales en los sistemas'; no es moralmente mejor estar en la oposición que en el partido que gobierna, ni es {43} moralmente mejor el encuentro de una verdad científica que el proceso de falsación. Distingamos: podrá ser mejor, desde la perspectiva utilitaria, tener dinero que no tenerlo; pero habrá innumerables personas que preferirían una suma modesta, suficiente, con tal de deshacerse de las cargas impositivas de la riqueza. Como una confirmación de tipo evolutivo a lo aquí dicho, cabe mencionar que para la primera fundación de investigación científica, la Royal Society 0f London, era tan importante el descubrimiento de una verdad, como el proceso de falsación. Los valores del código trabajan con un alto grado de amoralidad. Lo que no significa que la moral ya no tenga relevancia en la sociedad. Ninguna sociedad puede renunciar a la moral, y esto sólo por el hecho de que en la vida cotidiana los individuos necesitan orientar sus relaciones mediante esquemas de estima o desestima. Pero existen campos, sobre todo de orden suprasubjetivo (los códigos, por ejemplo), en los que la moral ya no significa aportación decisiva.
9. Distintos tipos de formación de sistemas
Hasta ahora hemos escrito acerca de los sistemas sociales que son parte del proceso de diferenciación interna de la sociedad. Estos sistemas son pura comunicación, no pueden actuar. Sin embargo, hay distintos tipos de formación de sistemas. Los sistemas sociales se pueden construir de distinta manera, dependiendo de las condiciones del proceso de autoselección y de la formación autorreferida de sus límites. Además de los sistemas sociales (societales) de los que ya hemos hablado, existen otros dos tipos de formación sistémica: a) sistemas de interacción; b) sistemas de organización. 21
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Para la caracterización de estos tipos de sistema, me sirvo casi al pie de la letra de dos libros magníficos sobre la teoría de Luhmann del chileno Darlo Rodríguez Mansilla: Sociedad y teoría de sistemas, Chile, Editorial Universitaria, 1990; Gestión organizacional , Chile, Pontificia Universidad Católica de Chile, 1991. 16
Sistemas de interacción
Como todos los sistemas las interacciones se constituyen a través de una diferencia entre ellas y el entorno. En el caso de los sistemas interaccionales o {44} simples, su principio de diferenciación de formación de límites respecto al entorno se da por las siguientes características: a) Presencia simultánea de por lo menos dos individuos participantes. b) Estos están unidos por la selección y manejo dc un sistema cerrado de temas comunes. c) A través del sistema se mantienen el nivel de conectividad mutua requerido para la estabilización temporal de su relación. d) Están en permanente autoconstrucción y automodelación. e) La duración de estos sistemas puede ser muy breve, como ocurre por ejemplo en las conversaciones que emergen en las salas de espera, en los viajes de taxi, en los pasillos... f) La simplicidad aparente de estos sistemas no tiene nada que ver con la magnitud de sus funciones. La estabilidad emocional, la necesidad de intimar, el afecto y gran parte de las acciones que se enmarcan en las denominadas actividades recreativas deben actualizarse en términos de interacción acción.
Sistemas de organización
Las organizaciones son sistemas sociales de tipo propio, caracterizados por su capacidad de condicionar la membrecía, es decir, de poner condiciones que deben ser cumplidas por quienes quieren ingresar y permanecer en ellas. Estos sistemas, además, unen la alta especificidad de comportamientos requeridos, a la generalización de la motivación. Esto quiere decir que el sistema organizacional demanda comportamientos muy específicos de sus miembros, y al mismo tiempo, para motivarlos hace uso de esquemas altamente generalizados, tales como el dinero, independientemente de cuáles sean las aspiraciones, necesidades o motivaciones particulares que cada uno de los miembros de la organización tenga para participar en ella, la organización acuerda con ellos una determinada remuneración. {45}
Las organizaciones se caracterizan:
a) Por estar definidas y diseñadas en términos de una racionalidad de adecuación de medios y fines, es decir, en ellas hay una división del trabajo “que ha sido hecha en forma consciente, como resultado del intento de alcanzar “ciertos fines' en la forma más racional posible. b) El poder está dividido entre los distintos puestos, para así facilitar la coordinación y el control del cumplimiento de las distintas obligaciones laborales que se desprenden de la división del trabajo. c) La comunicación se canaliza en forma subordinada en dirección a la mejor y más eficiente manera de conseguir una adecuada coordinación de las actividades tendientes al logro de los fines. d) Las organizaciones existen en un entorno, vale decir, todo lo exterior a la organización: otras organizaciones, clientes, la sociedad global, la economía, el sistema legal, etcétera. La organización se encuentra adaptada permanentemente a su entorno, de tal manera que se 17
suponen mutuamente: no hay organización sin entorno, ni entorno sin organización.
e) Los miembros de la organización también constituyen parte del entorno de ésta: su entorno interno. Esto quiere llamar la atención sobre el hecho de q ue las personas que aportan su trabajo a la organización deben hacerlo desde la perspectiva parcial que les permite su rol dentro de ésta. Todo su comportamiento adicional, es decir, todo aquello que recuerde los otros ámbitos del quehacer de la persona, constituye el entorno interno del sistema organizacional.
10. Sistemas autopoiéticos
Todos estos sistemas son autopoiéticos. La expresión autopoiesis es una aportación conceptual decisiva del biólogo chileno, Maturana. Para él los sistemas vivos, sobre todo, son unidades cerradas, autopoiéticas: {46} Lo
que es peculiar en ellos es que su organización es tal que su único producto es sí mismos, donde no hay separación entre productor y producto. El ser y el hacer de una unidad autopoiética son inseparables y esto constituye un modo específico de organización La característica más peculiar de un sistema autopoiético es que se levanta por sus propios cordones y se constituye como distinto del medio circundante (entorno) por medio de su propia dinámica de tal manera que ambas son inseparables... El mecanismo que hace de los seres vivos autónomos, es la autopoiesis que los caracteriza como tales.22
Para Maturana los seres vivos –organismos– son autopoiéticos; para Luhmann lo son también los sistemas sociales. Los sistemas biológicos y los sociales, debido a su constitución intrínseca, son autorreferenciales e incluso autopoiéticos. En todas sus funciones se refieren a sí mismos y producen sus elementos constitutivos a partir de los elementos de los que están compuestos. Se producen y se reproducen a sí mismos. Sus operaciones y el modo de reproducción son por su misma naturaleza autónomos. La relación que entablan con el medio ambiente (entorno) la establecen según la medida de su forma de operación. Entendida desde los sistemas sociales –nuestro tema– la autopoiesis establece una diferencia de contabilidad lógica entre sistema y entorno, El sistema no puede quedar influenciado por el entorno de manera causal-directa. Entre sistema y entorno se interpone una cámara ciega, que es la organización propia del sistema. Ningún input, por parte del entorno, puede aspirar a convertirse en output del sistema. Aquí están establecidos dos órdenes de comportamiento de distinto nivel que se estimulan mutuamente, pero cuyas causalidades permanecen diversas. El entorno alerta, sacude, despierta, perturba las potencialidades propias del sistema (gatilla dirían los chilenos Maturana y Varela), pero nunca determina ni influencia directamente. El modelo autopoiético es circular, por lo que no tiene sentido hablar ni de causas ni de efectos. Todo lo que ocurre en un sistema se encuentra {47} determinado por su propia organización y no por las perturbaciones provenientes del medio ambiente. El sistema autopoiético no es teleológico –no opera en función de un fin–, se encuentra asociado a una historia mutua de cambios concordantes con el entorno. A este procedimiento se le llama acoplamiento estructural : 22
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Este concepto presupone que todo sistema autopoiético opere como sistema deter minado por la estructura, es decir, como un sistema que puede determinar las propias operaciones sólo a través de las propias estructuras. El acoplamiento estructural, entonces, excluye el que datos existentes en el entorno puedan especificar, conforme a las propias estructuras. 10 que sucede en el sistema. Maturana diría que el acoplamiento estructural se encuentra de modo ortogonal con respecto a la autodeterminación del sistema. No determina lo que sucede en el sistema, pero debe estar presupuesto, ya que de otra manera la autopoiesis se detendría y el sistema dejaría de existir. En este sentido, todos los sistemas están adaptados a su entorno (o no existirían), pero hacia el interior del radio de acción que así se le confiere, tienen todas las posibilidades de comportarse de un modo no adaptado. y para ver muy claramente el resultado de estas posibilidades, basta considerar los problemas ecológicos de la sociedad moderna.23
Contra toda costumbre perceptual, lo ordinario, lo común, lo obvio, no son sino formas cristalizadas de la garantía de observación del mundo, formas coaguladas de una tradición (¿historia?) autopoiética: nacieron de una respuesta específica del sistema y se establecen como formas de operación que podemos nombrar, a posteriori, correlación acoplado con el mundo. La acentuación de la autopoiecidad del sistema nos podría conducir de la mano a afirmar un solipsismo para los sistemas. Sin embargo, los sistemas no pueden operar sin un entorno. La permanente combinación de estímulos (entorno) y procesamiento autoestructurado de la información da por resultado una diferencia: sistema/entorno. Si se quisiera la definición más precisa de sistema, está puesta precisamente aquí: la constante diferencia que resulta del estímulo (entorno) y del autoprocesamiento (sistema). Los .límites de un sistema social no son fijos ni físicos, sino límites abstractos, de sentido; límites autoconstituidos (self-generated boundaries). Sin embargo, la impresión contraria sigue siendo dominante: {48}
Con frecuencia los límites, por ejemplo, estatales están concebidos como límites en relación a otro Estado. Con todo, esto es cada vez más ilusorio, desde el momento en que las relaciones con el extranjero, económicas, políticas, científicas, educativas, ya no pueden ser definidas mediante los mismos límites. Con este tipo de exigencias, la definición de los límites se dirige hacia dentro del sistema y es ahí al determinar sus límites por medio de su propio modo de operación y establecer todos los contactos con el entorno a través de distintos niveles de realidad, que los sistemas cerrados autorreferenciales muestran su aptitud.24
11. Sistemas cerrados
Los sistemas, por tanto, son operacionalmente cerrados. Esta afirmación contundente deberá especificarse con más tecnicidad de la siguiente manera: estos sistemas para producir su unidad recurren a aquellas unidades ya constituidas en el sistema. Los sistemas sociales, por estar compuestos de pura comunicación, controlan sus propias posibilidades de afirmación o negación para la producción de sus elementos. Son sistemas basados en una operación recursiva de su propio cálculo, y la realidad no es para ellos más que la reproducción que se realiza en estos términos. Una vieja fórmula cibernética ilumina de manera plástica el significado de esta cerradura operativa (se trata sólo de un ejemplo que no se aplica directamente a los siste23 24
Niklas Luhmann, Raffaele De Giorgi, Teoría de la sociedad, op. cit. , p. 41. Niklas Luhmann, Sistemas sociales. op. cit., p. 53. 19
mas sociales): son cerrados en la producción de sus componentes, lo cual no niega apertura respecto a la incorporación de energía por parte del entorno. Los sistemas autopoiéticos son cerrados en su autopoiesis, y porque lo son han de estar abiertos respecto a la importación energética. {49}
La explicación más precisa la tiene Luhmann:
Los sistemas autopoiéticos son siempre sistemas cerrados. Este término adquiere, sin embargo, un significado nuevo si se lo compara con la vieja teoría de sistemas. Ya no describe sistemas que existen prácticamente sin entorno, es decir, que se pueden determinar a sí mismos por completo; se , refiere, más bien, a que tales sistemas pueden producir por sí mismos, como unidad, todo lo que utilizan como unidad, para lo cual recurren a aquellas unidades ya constituidas en el sistema. ¿Cómo se puede concebir este fenómeno en el caso de los sistemas de sentido y especialmente en el caso de los sistemas sociales? La respuesta a esta pregunta la encontramos en la “apertura” del sistema debida a la codificación lingüística, entendida ésta como la duplicación de todas las posibilidades expresivas mediante una diferencia sí/no. De esta manera, el sistema crea para sí, adicionalmente una versión negativa del sentido, sin correspondencia con el entorno, es decir, que sólo se puede disponer en el camino del cálculo propio del sistema. Esta codificación estructura todas las operaciones del sistema, sin importar su contenido, como elección entre el sí y el no... El que un sistema de sentido permanezca cerrado se puede entender como control de las propias posibilidades de negación para la producción de los propios elementos. Cada cambio implica un no –aunque indeterminado– y su uso se puede condicionar. Este control conduce a un cálculo recursivo del cálculo y para este tipo de sistemas la realidad no es otra cosa que la reproducción que se realiza en estos términos.25
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Ibíd., p. 442.
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