PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DEL PERÚ FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES
La Organización Partidaria Fujimorista a 20 años de su Origen
A mis padres, por enseñarme que las cosas eran de cierta manera, de modo que pueda cuestionarlas. A mi abuela, por enseñarme que no siempre podremos entender todas las cosas que nos cuestionamos, pero que siempre podemos intentarlo.
ÍNDICE
................ .................................. ................................... ................................... .................................. ................................... ......................... ....... i INTRODUCCIÓN.................................
CAPÍTULO 1 .....................................................................................................................................
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MARCO TEÓRICO Y ESTADO DE LA CUESTIÓN ................................................................... 1 1. Los partidos populistas y los carismáticos: casos paradigmáticos de alto personalismo y baja organización .............................................................................................
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2. La institucionalización y adaptación de los partidos con características personalistas luego del líder fundacional .......................................................................................................... 6 3.
La Herencia Carismática .....................................................................................................
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EL FUJIMORISMO EN EL PODER: UN PARTIDO ALTAMENTE PERSONALISTA ......... 19 1. El inicio del fujimorismo: la creación de Cambio 90 y Nueva Mayoría ......................... 21 2. El debate interno y la creación de Vamos Vecino ............................................................ 28
1.2 Fuerza 2011 en las elecciones congresales y presidenciales: consolidación como opción política ......................................................................................................................... 64 2. Actores de Fuerza 2011: 2011: Los independ independientes, ientes, los los antiguos antiguos fujimoristas fujimoristas y los que que se alejan ............................................................................................................................................ 64 3.
Keiko Fujimori: la oportunidad de unificar al fujimorismo ............................................. 68
CONCLUSIONES ...........................................................................................................................
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BIBLIOGRAFÍA ...............................................................................................................................
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ANEXOS ..........................................................................................................................................
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INTRODUCCIÓN
La presente tesis se inspiró en el rol y la evolución del fujimorismo como organización política en el Perú durante sus más de veinte años de existencia. Ante todo, el fujimorismo surge en un contexto nacional de crisis económica y política. Durante los diez años que se desenvuelve como partido de gobierno entre 1990 y 2000, el fujimorismo presenta un discurso antipartido, practica políticas
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política ha sabido mantenerse vigente, logrando adaptarse como partido de oposición y fortaleciendo su organización para garantizar su continuidad. Luego de estar diez años alejados del poder y sin contar con recursos estatales para fortalecer sus vínculos con el electorado, el fujimorismo se ha posicionado como la segunda fuerza política del país y la primera opositora luego de la segunda vuelta presidencial del 2011. La observación de este fenómeno político generó una pregunta inicial: ¿cómo un partido personalista, como es el caso del fujimorismo, logró una continuidad a pesar que la teoría política indica que sus características no favorecían su institucionalización? De este modo, la finalidad de mi tesis es explicar los motivos que le permitieron al fujimorismo sobrevivir a las características personalistas del líder, argumentando que los movimientos políticos
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siendo protagonistas de las diversas etapas de la organización partidaria. Estas entrevistas fueron fundamentales para el desarrollo del argumento ya que permiten lograr un análisis descriptivo basado en la perspectiva de cada uno de ellos como miembros de la organización partidaria fujimorista. Asimismo, estas entrevistas a profundidad permiten responder muchas preguntas acerca de lo poco que sabemos del fujimorismo visto desde adentro, tratando de entender cómo se desarrolló la organización partidaria fujimorista en los noventa, cómo funciona en la actualidad y qué factores permitieron la continuidad del partido sin dejar, necesariamente, su característica personalista. De esta manera, el análisis de esta información permite cuestionar la tensión negativa existente entre el personalismo y la institucionalización de un partido, demostrando que hay casos en que el personalismo puede apoyar a la institucionalización de un partido, incluso luego de un alejamiento o incapacidad del líder fundacional de representar
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presencia de barreras tácitas casi insalvables, siendo la principal su dependencia de la figura y carisma del líder. Posteriormente se explicará bajo qué premisas se puede tanto fortalecer la estructura
organizativa
como
asegurar
la
continuidad
de
movimientos
personalistas incluso luego del alejamiento del líder. Esto sucederá en aquellos casos donde no hay líderes intermedios capaces de lograr ya sea un status independiente o un valor propio, ni un balance de poder o bases propias de apoyo. Ante esta incapacidad de capitalizar el carisma, un camino válido para contrarrestar ello y para asegurar la continuidad de un partido personalista será encontrar a un heredero que pueda representar el carisma del líder fundacional en primera instancia, ya sea con relación filial al líder o cercano a él, que represente y permita la continuación del carisma. Además, para lograr tanto la formación y
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de otros actores además de la presencia de un liderazgo carismático. No obstante ello, mi investigación se centra principalmente en el análisis y la posibilidad de institucionalización de los partidos personalistas como organizaciones políticas y no profundizará en las particularidades de otros dos roles que deben satisfacer los partidos para lograr su continuidad, los cuales son: (i) el mantenimiento de un sector del electorado que vota por el partido y (ii) el mantenimiento de un vínculo entre el líder y su bancada para que sus parlamentarios se mantengan fieles. Aldrich explica esta división tripartita 1, la cual representa los tres roles que deben cumplir los partidos para satisfacer los distintos problemas de la acción colectiva. 2 La importancia funcional de los partidos en estos tres sectores que señala Aldrich no sólo descansa en simplificar la elección y facilitar la acción de todos, sino que permite que la votación, la representación y el liderazgo no sean actividades costosas para los actores. En el caso del fujimorismo, este ha sabido cumplir con
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La naturaleza de mi investigación no permitirá profundizar respecto de los otros dos roles que debería desempeñar un partido. Sin embargo esta distinción nos permite puntualizar la relevancia de la presencia de votantes para el fortalecimiento de liderazgos lo cual consolida la institucionalización de un partido al contar con una demanda electoral. Dicho esto, queda pendiente continuar el estudio a profundidad acerca de cómo un partido personalista logra su continuidad en el electorado y en las bancadas. Prosiguiendo con mi argumento, en el primer capítulo desarrollaré el marco teórico que permitirá, posteriormente, explicar el caso del fujimorismo en el Perú. Así, respondo desde la teoría cómo un partido personalista puede trascender la figura del líder, demostrando que el personalismo no es necesariamente un factor o característica contraria al fortalecimiento de las organizaciones políticas; sino,
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En el tercer capítulo explicaré cómo el fujimorismo logra mantenerse luego del alejamiento del líder, tratando de encontrar un balance entre los líderes intermedios y de reflejar el status propio de éstos en las siguientes elecciones. Posteriormente, y ante la incapacidad de los líderes intermedios de generar un carisma propio significativo o de representar el carisma del líder fundacional Alberto Fujimori, éstos deberán buscar otras formas de sobrevivir para luego consolidarse. Bajo este contexto surge la figura política de Keiko Fujimori, hija del líder, quien logra (i) capitalizar el carisma de su padre y (ii) que la elite partidaria – en su mayoría- apoye la continuidad del “régimen” intra partidario, el cual no deja de ser personalista. Para que esta herencia se consolide y sea efectiva, el partido debe lograr transmitir un mensaje claro que genere identidad y una mística capaces de
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cohesionador. Ambos conceptos lograrán mantener la fidelidad de los miembros del partido al reforzar sus vínculos durante su alejamiento del poder. Por último, en el cuarto capítulo, demostraré cómo esta estrategia ha sido efectiva para la construcción de un partido fujimorista importante, Fuerza 2011, logrando ser actualmente uno de los partidos más organizados del sistema peruano, el segundo con mayor número de representantes en el parlamento y, actualmente, la primera fuerza opositora del país luego de obtener el 48,5% de los votos válidos en el ballotage de las elecciones del 2011. Todo lo anterior se consiguió bajo el “milagro” que representa Keiko Fujimori para el fujimorismo, como promesa de continuidad, unificación e institucionalización del partido en un contexto político nacional caracterizado por tener partidos muy débiles y poco representativos.
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CAPÍTULO 1
MARCO TEÓRICO Y ESTADO DE LA CUESTIÓN
La presente tesis cumple con el fin de demostrar cómo un partido personalista puede trascender la figura del líder, argumentando que el
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1. Los partidos populistas y los carismáticos: casos paradigmáticos de alto personalismo y baja organización
Los partidos populistas son formas de movilización ideológica y política. Según Patiño, estos comparten cinco características: primero, un patrón de liderazgo político personalizado y paternalista que puede llegar a ser carismático; segundo, una coalición de apoyo multi clasista que paralelamente recibe apoyo de los sectores populares urbanos y/o rurales y de la elite; tercero, una forma de movilización política vertical que subordine los mecanismos e instituciones de mediación política (como los partidos políticos e instituciones de la democracia liberal); cuarto, una ideología ecléctica y anti-establecimiento que promulga la
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clarificación del debate en tanto procura aterrizar en la esencia política del concepto y cuestionar la necesidad de características económicas e ideológicas: “Estas estrategias políticas se caracterizan por la capacidad de poder que estos líderes utilizan para autosostenerse políticamente. Bajo el populismo el líder personalista es un individuo y no un grupo o una organización (…) Entonces el populismo emerge cuando un líder personalista apoya a su gobierno en el apoyo masivo, y usualmente desinstitucionalizado, de la población.”4
Bajo este argumento, Weyland reconoce que la flexibilidad y el oportunismo de los líderes populistas son características más explicativas y útiles para entender el concepto del populismo. Esta característica describe al populismo como una estrategia netamente política basada en la relación no mediada del pueblo con el líder, teniendo así un nivel organizativo muy bajo que le permite
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características: primero, logran una coalición dominantemente cohesionada que se mantiene unida por el imperativo de fidelidad al líder; segundo, generan un partido basado en la improvisación organizativa y la incertidumbre de los militantes; tercero, la organización y el proceso de toma de decisiones son centralizados; cuarto, presenta conflictos entre organizaciones autónomas que lo integran; quinto, insiste en el carácter antipartido y “movimentista” de la organización; sexto, difícilmente consiguen institucionalizarse ya que el carisma se disuelve con el fin político del líder 5. Siguiendo su argumento, Panebianco sostiene que estos partidos no consiguen institucionalizarse por dos motivos: primero, la centralización de la organización en el líder como artífice único de su realización en el futuro; y segundo, la incapacidad del carisma de objetivarse y trascender a la figura del
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En ambos casos, tanto las organizaciones populistas como las carismáticas concuerdan en la relevancia del líder dentro de la organización al ser éste la figura trascendental y fundacional de ambos. Además, coinciden en dos puntos que parecerían hacer imposible un futuro proceso de institucionalización partidaria que pueda trascender al líder fundador: (i) una centralización –hacia la figura del líderen el proceso de toma de decisiones y que se justifica en el rechazo de las estructuras organizativas; y (ii) manejan un discurso anti político, desinteresado en mecanismos de mediación y representación política. De este modo, ambas características comunes de estos tipos de organizaciones proclaman principios “movimentistas” y niegan su cualidad de ser partidos, así como no tienen interés por ser considerados como tales. Además, estos partidos tampoco tienen mayor interés en lograr un mayor balance de poderes tanto por parte de los líderes intermedios como por parte de los líderes carismáticos y personalistas.
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Así, conforme a los argumentos de Panebianco, estos ejemplos demuestran cómo la continuidad de los partidos personalistas más allá de la figura del líder no es una práctica común, sin embargo su continuidad no es imposible. Por ello, y contrario a lo que sostiene Panebianco, considero que hay mecanismos bajo los cuales un partido carismático puede ser capaz de aproximarse a una mayor institucionalización y organización partidaria, siendo posible que se mantenga el carisma que le da originalmente la identidad organizativa al partido. En este sentido, es necesario preguntarnos: ¿es posible que un partido con características personalistas y un discurso antiestablishment se adapte y se institucionalice luego del eclipse, alejamiento o incapacidad del líder fundacional? Y si es posible, ¿qué hace que movimientos con estas características fundacionales logren trascender la imagen del líder fundador?
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institucionalizar- en el caso de Mainwatring y Scully- y adaptar – en el caso de Levitsky- a partidos latinoamericanos dentro de los procesos y las instituciones democráticas, continuando como opciones viables para el electorado. Si bien Mainwatring y Scully investigan sobre la construcción de los sistemas de partidos y su institucionalización en América Latina sin particularizar en los casos donde el personalismo es alto ni en los que los líderes fundacionales se alejan o se retiran de la política; su argumento nos sirve para entender aquellas características necesarias que un partido político requiere para institucionalizarse. Basándose en diferentes criterios, los autores consideran el rol de los líderes al interior de los partidos y de la organización partidaria como un aspecto importante dentro de la construcción de instituciones democráticas: “En un sistema de partidos institucionalizado la organización partidaria
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comprehensivos territorialmente, estar adecuadamente organizados y contar con recursos propios.8 Por otro lado, Levitsky también esboza una respuesta, especificando el contexto de la adaptación de los partidos de masas, en particular del peronismo. Al explicar los factores que facilitan la adaptación y supervivencia de los partidos de masas resalta dos elementos: (i) los relativos a la flexibilidad de la estrategia partidaria que se refiere a la autonomía del líder y a la capacidad de renovar los liderazgos; y (ii) el enraizamiento del partido en la sociedad. Así, un alto nivel de flexibilidad permitiría a los partidos adaptarse mejor y mantener su cualidad de partidos masivos. Refiriéndose al caso del peronismo y su adaptación en la política argentina luego de la pérdida de su líder fundacional, Levitsky señala que la flexibilidad nace del balance de poderes de varios líderes tras la muerte de
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con un balance de poderes y bases propias de apoyo. Sin embargo, ¿qué pasaría en el caso de los partidos personalistas que no cuentan con líderes intermedios con status propio ni con un balance de liderazgo definido y con bases de apoyo propias? ¿Hay otras formas de lograr la adaptación y supervivencia de los partidos personalistas?
3. La Herencia Carismática
La continuidad de un partido personalista luego del alejamiento del líder (ante la imposibilidad de un balance de liderazgo y a falta de bases de apoyo propios de los líderes intermedios) es posible si se da la conjunción de dos factores: (i) la
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populistas y carismáticos. Para Brownlee, es más probable que se inicien futuras sucesiones hereditarias en aquellos casos donde los líderes autócratas están sobre los partidos y donde los líderes no dependen de elecciones para mantener sus posiciones. Además, en estos casos, la brecha generacional y la línea genealógica directa hace que los herederos sean más atractivos como sucesores que los hermanos y los contemporáneos al líder, dado que éstos por lo general ya no ofrecen garantías de una estabilidad a mediano y largo plazo, a diferencia de los herederos.10 Al preservar la misma estructura de toma de decisiones y mantener el mismo centralismo del carisma en el líder fundacional, tanto los partidos personalistas como las autocracias modernas encuentran en la sucesión hereditaria una opción viable, explicada en la imagen de prevalencia del carisma
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caso de los partidos carismáticos o populistas que desean volver al poder, ya que se entiende la añoranza de las elites y su interés por retomar o mantenerse en el Estado, el poder y el status anterior. Por eso, el liderazgo del heredero significa una oportunidad para las élites ante su incapacidad de capitalizar el carisma, de construir un valor político propio en una situación en la que no cuenta con bases de apoyo y balance de liderazgos. Esta oportunidad que representa el líder heredero para las elites partidarias de mantener al partido como una opción política competitiva permite evitar posibles conflictos internos; así, al apoyar la candidatura del heredero, se evitan posibles pugnas de poder o, incluso, la desintegración total del partido. Brownlee lo explica de esta manera al referirse a las sucesiones hereditarias en regímenes autocráticos: “Las sucesiones hereditarias se vuelven las más aceptable de muchas opciones, más preferible que la desintegración del régimen o que a una serie de disputas
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partidaria que permita y apoye la continuidad del “régimen” intra partidario, el cual se caracteriza por ser vertical y por descansar en la figura de un único líder carismático12. No obstante ello, si el heredero no es capaz de representar ese carisma del antecesor o carece de cualidades políticas, no se logrará consolidar esta herencia ya que, en casos democráticos, la falta de carisma sería explicitada por el rechazo de los votantes. Estos partidos –en tanto compiten por acceder al poder por vías democráticas- necesitan un líder heredero que pueda representar el carisma del líder fundacional del partido y significar una oportunidad de retorno al poder. Sin embargo, no pueden depender únicamente del nuevo líder, sino también de su maquinaria política –organizada- y de un número de votantes –capital político- que los legitime como opción y que valide la sucesión.
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organización, el partido en el parlamento y el partido en el electorado. 13 Entonces, la herencia carismática al fortalecer la unidad en el congreso y al representar a un conjunto de votantes sólido, constituye una opción con prestigio capaz de atraer candidatos independientes en elecciones parlamentarias y sub nacionales. Este efecto será más claro en un partido altamente personalista, pues por definición en éste las figuras secundarias han tenido menor peso. De esta forma, el personalismo sería una característica fundamental para que el partido se mantenga unido y la herencia carismática permitiría su continuidad al mantenerlo como una opción competitiva dado que satisface los diversos intereses personales de los actores políticos. Sin embargo, esta premisa puede que no sea suficiente para explicar el apoyo de la organización a la candidatura de un heredero. Siguiendo las premisas de Aldrich, el autor considera que todo partido que
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también descansa en elegir como “principio partidario” la fidelidad a la coalición del partido democrático sin mayor contenido sustantivo.”14
Centrándonos en el análisis de la organización partidaria, este sentimiento de filiación basado en la conveniencia de un líder carismático que pueda atraer a los votantes y que tenga fuerza electoral, podría perdurar y consolidarse en los miembros a través de la generación de un principio partidario. Este puede ser simple o complejo, pero prioritariamente debe lograr fortalecer la aceptación de todos los actores como parte de la organización. Este principio partidario podrá ser riesgoso o podrá tener consecuencias negativas a corto plazo pero logrará unificar a largo plazo a los diferentes actores políticos, dependiendo esto de la capacidad de los líderes de comprometerse con el principio partidario.
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estrategia efectiva que promueva el fortalecimiento de partidos personalistas al generar fuertes vínculos de filiación. Así, un conflicto o una polarización contra el partido podrían tener un efecto aglutinador favorable para la organización partidaria al fortalecer la identidad y al generar una mística propia entre los miembros, la cual significará la construcción de vínculos de solidaridad procedentes de una victimización al considerarse “perseguidos políticos”.
4. La generación de identidad y mística: estrategia efectiva para el fortalecimiento de partidos
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organización, logrando el fortalecimiento y supervivencia de la “marca” política.15 Para los partidos personalistas que se encuentran fuera del poder, al no contar con recursos estatales para crear vínculos clientelistas, estos deben preocuparse en generar una ideología o discurso que promueva el sentimiento de pertenencia, la identidad, así como el compromiso de los activistas y simpatizantes para mantenerlos cercanos mediante un vínculo que perdure y asegure la continuidad del partido fuera del poder. Para Hanson, la generación de ideología es una condición necesaria para
construir organizaciones partidarias nacionales en ambientes sociales altamente inciertos, siendo una ventaja competitiva para los partidos que están en el poder pero primordial para aquellos que pugnan por éste. Así, la ideología le asegura a los segundos un conjunto de “afiliados” identificados con la información y la
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solidaridad generada por un contexto de conflicto y polarización en contra del partido en cuestión. En casos donde el líder heredero desea retomar el poder este sentimiento genera una mística y subcultura propias de los miembros del partido en cuestión, estrechando sus vínculos. Tanto la identidad generada por un discurso o mensaje común como la mística proveniente del sentimiento de solidaridad tras un contexto de conflicto y polarización pueden ayudar a mantener la fidelidad de los miembros del partido al reforzar sus vínculos durante su alejamiento del poder y del líder. De esta manera, un escenario de conflicto y polarización es una externalidad a la acción de los partidos políticos y es una particularidad de ciertas realidades y contextos nacionales. Cuando este ocurre puede tener un efecto más cohesionador que la propia generación de ideología partidaria, debido al impacto
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forjan nuevos límites sociales que dificultan la interacción con otros partidarios. La polarización política es una estrategia efectiva de construcción de partido.”17
Así, el conflicto se vuelve una oportunidad para reformular la identidad social de los partidarios logrando generar un significado, una pertenencia, una identidad y una mística propia que los diferencie y particularice, enlazando así a la organización por medio del incremento de vínculos solidarios producidos por la polarización política. Otros factores trascendentales para que los partidos puedan retener a sus activistas con el paso del tiempo, de acuerdo a LeBas, son la generación de disciplina y cohesión, las cuáles se pueden lograr mediante el uso de aspectos excluyentes provenientes de la polarización así como mediante la intensificación del conflicto con otros partidos. 18
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CAPÍTULO 2
EL FUJIMORISMO EN EL PODER: UN PARTIDO ALTAMENTE PERSONALISTA
La primera etapa del fujimorismo en el poder, desde 1990 al 2000, se
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Alberto Fujimori, durante esta primera etapa, tiene una vinculación directa con el pueblo, una relación cuasi personal, 20 la misma que renueva con la constante creación de partidos que lo fueron representando en el legislativo y en las municipalidades. La baja organización sin peso propio se fundamenta en el fuerte personalismo y en el desinterés del líder de fortalecer su organización, siendo claro ejemplo de ello el cambio frecuente en las listas parlamentarias y la creación constante de nuevos partidos sin eliminar a los ya existentes. Dentro de esta renovación permanente de las lista congresales, se reflejan también el pragmatismo y la relevancia del líder sobre la elite cambiante representada en el Congreso,21donde las listas eran complementadas en todas las elecciones con fuertes y constantes sumas de invitados que ocupaban los primeros números, por sobre los que eran reelectos.
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que él. Más allá de esta creación reiterada de partidos, el fujimorismo no contaba con una real organización, desarrollándose sólo en las campañas electorales, en las cuales se renovaba según las necesidades del líder y del gobierno. Al ser necesario sólo para campañas, el fujimorismo como partido no es prioritario dentro del proceso de toma de decisiones durante los periodos de gobierno. De esta manera, la poca organización que existía se desarrollaba en el gobierno y no dentro del partido- ejemplo de ello fueron los que ocuparon cargos ministeriales, quienes eran independientes en su mayoría. Así, aquellos que formaban parte de los ministerios, ingresaban al gobierno, más no al partido, siendo aquél el lugar en el cual se tomaban las decisiones: “Las decisiones las tomaba el Consejo de Ministros y el grupo parlamentario fujimorista, no la toma el partido. Una vez al mes nos reuníamos para hablar de política, la política se hacía en el palacio no en el partido. ”22
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retrospectiva, para los fujimoristas lo más lógico era que Alberto Fujimori postule en primera instancia como invitado por el Partido Aprista Peruano (en adelante, PAP), posibilidad viable si se tiene en cuenta que él dirigía un programa- llamado Concertando- en el Canal del Estado Peruano durante el primer gobierno aprista,
entre 1987 y 19889. En esta perspectiva, si Alberto Fujimori hubiera querido ser sólo senador hubiera postulado por el PAP, ya que su personalidad pragmática parece indicar que aquél era el camino que pudo llevarlo a su cometido de forma más eficaz. No obstante ello, su decisión de no tentar la senaduría con el PAP y lanzarse con un partido propio implicaría dos cosas: primero, demostraría que su intención era postular a la Presidencia en primera instancia; y, segundo, de llegar al Senado, buscaba influir de forma autónoma sin ser parte del PAP. Esta premisa de “manos libres” que comienza Alberto Fujimori se traduce en evitar compromisos, no depender de nadie ni deber favores políticos y se mantiene
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cumplir con las “necesidades” particulares por las cuáles se c rean dichos partidos y se supedita a su forma de comprender la lealtad al líder. “[Alberto Fujimori] logró implantar un estilo de meritocracia interna basada en las necesidades del momento, y dependía de ellos poder entender eso y adaptarse a los cambios necesarios.”24
Antes de las elecciones al CCD ya se había invitado y convocado a actores para que sean parte del Estado caracterizados en su mayoría por ser independientes o no partidarizados por C90 Al ver los miembros de este partido que aquellos actores invitados ocupaban los cargos más altos en lugar de ellos que habían acompañado al presidente durante la campaña, plantean directamente la queja con Alberto Fujimori. Para evitar dependencias con los antiguos Fujimori
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“Él tiene la idea de tener un nuevo grupo, Cambio 90 es el inicio de la estrategia política para estabilizar al país, pero Alberto Fujimori necesita a tecnócratas, gente que conozca temas sobre la burocracia y que tengan un espacio que no podía ser el de Cambio 90 ya que esos eran sindicalistas y profesores.” 25
El cambio de candidatos en la lista para el Congreso fue radical entre 1990 y 1993, lo que demuestra que Fujimori decidió hacer una renovación total de su lista a través de la convocatoria de invitados. Esta forma de justificar los cambios en los partidos y en los actores no sólo se aplica con aquellos vinculados a los sectores evangélicos y agrarios en C90, sino también explica la posterior creación de otros partidos- como Vamos Vecino o Perú 2000-, constituidos para reafirmar el mensaje hacia los grupos anteriores: “nadie es indispensable”. Con la creación de Nueva Mayoría (en adelante NM), los primeros números
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Con ello se evidencia un cambio total en la lista partidaria que demuestra, a su vez, la displicencia de Fujimori para subordinarse con aliados. Además, resulta evidente que una serie de invitados -en su mayoría tecnócratas- pasaron a copar los primeros números de las listas congresales, de modo que reflejan las preferencias del líder para cumplir con sus nuevas necesidades: “Un gobierno pequeño con eficiencia tecnocrática (…) expedito para legislar (…) Fujimori necesitaba no sólo una mayoría oficialista, sino una bancada más articulada, que le garantizara la gobernabilidad de la que había carecido durante los primeros veinte meses de gobierno.”27
Estos invitados, presentes en la lista de 1993 y de 1995 de C90-NM, así como en la del 2000 con Perú 2000 representan la ausencia de institucionalización de la organización partidaria fujimorista debido al fuerte personalismo y desinterés del líder, quien cambiaba constante los primeros lugares de las listas congresales
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época, las cuáles tenía como fin contar inmediatamente con candidatos con simpatía hacia el régimen en vez de procurar formar militantes y organizaciones institucionalizadas. De esta forma, el proyecto comenzaba con una etapa inicial de convocatorias que fue evolucionando en los actores hacia la auto concepción de “militante fujimorista” respecto de aquellos individuos que eran llamados posteriormente. Todos estos primeros invitados, al provenir por recomendaciones, pasan a ser de cierto modo “gente de confianza” en el gobierno, manteniéndose en su mayoría hasta el final de estos primeros diez años del fujimorismo en el poder. Del mismo modo, en la dinámica de estas invitaciones no importaba la procedencia política de los invitados sino su capacidad de aportar y reconocerse a si mismos como fujimoristas en el corto plazo:
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duro parlamentario de la década luego de estar 8 años en el congreso,
representando a la alianza fujimor ista “Cambio 90- Nueva Mayoría” (en adelante alianza C90-NM). Para Degregori y Meléndez, estos actores representan al fujimorismo clásico y cuentan con alta aceptación por parte del electorado
logrando la reelección 24 de 28 candidatos. 30 Para estos actores, la Alianza C90-NM personificaba lo que ellos entendían como el “verdadero partido fujimorista”, ya que pudo demostrar a su líder que funcionaba y cumplía con lograr alta representación y votación en todas las elecciones que participó: CCD en 1992, en 1993 para el referéndum y durante 1995 para la reelección presidencial y congresal. Adicionalmente a lo anterior, dicha alianza demostró el alto interés de institucionalizarse por parte de ambos luego de unificarse, de superar la sensación
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2. El debate interno y la creación de Vamos Vecino
La creación de Vamos Vecino se logró debido a la oportunidad que vio Alberto Fujimori de fortalecer su vinculación con el electorado y con los líderes regionales en el contexto electoral de 1998. Esta opción se concebía imposible desde la alianza C90-NM, la cual ya había ganado mucha importancia en el Legislativo. El motivo de ello era que para el presidente esta alianza ya tenía una función específica: representar en el legislativo y ejecutivo, por lo que no tenía función dentro de las elecciones en los subniveles de gobierno. De esta forma, Fujimori prefirió crear Vamos Vecino por dos motivos: para no
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Sin embargo, hasta 1997 la alianza C90NM era el único partido que representaba al gobierno. Debe considerarse que la primera gran participación del fujimorismo en las elecciones distritales y provinciales fue con C90-NM en el año 1995 donde ganaron 18 distritos, aunque originalmente la participación de la alianza en estas elecciones se dio desde el año 1993 en algunas provincias fuera de Lima donde el Fujimorismo encontró espacios y simpatizantes 32. Luego de la campaña de 1995 se confirma en Fujimori la potencial importancia que podría tener el partido fujimorista en el ámbito provincial y distrital; además de permitirle reconectarse con las bases y atraer a líderes departamentales quienes podrían volver más representativo a su gobierno. En este contexto, la alianza C90-NM le manifestó a Fujimori tanto su descontento como lo innecesario de crear un nuevo partido dado que ellos podrían
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En este contexto, Fujimori era consciente de dos cosas: primero, dudaba de la capacidad de C90-NM de organizarse a nivel nacional debido a su baja institucionalidad, y segundo, no estaba interesado en otorgarle demasiada relevancia a ese partido o fortalecerlo ya que eso le generaría mayor dependencia en su acción política. Ante la situación presentada, y estando Fujimori determinado a participar en las elecciones municipales, se comunicó al partido que la decisión de crear VV era indiscutible al ser “necesaria”. Este nuevo partido continuaría con la lógica de invitaciones a independientes sólo que procuraría brindar aquella cobertura de base ausente en C90-NM. “En el 98 le venden la idea de crear un partido municipalista, yo creo que era más importante organizarse como partido. Alberto Fujimori nos dice que nosotros (por C90- NM) tenemos bastante trabajo para además ver las elecciones municipales; estas elecciones son vecinales así que para él ahora debíamos formar un grupo de los buenos vecinos, que sería Vamos Vecino. En este momento desligan a Cambio 90- Nueva Mayoría del trabajo municipal.” 33
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“el fujimorismo había participado en algunos distritos donde el Presidente conocía personalmente a los Alcaldes que eran incluso de otros partidos, ayudándoles a conseguir lo que no conseguían, y luego inclusive se pasaban al fujimorismo”. 34
Como se aprecia, no existía necesidad real de crear un partido nuevo para postular a nivel distrital y provincial dado que podían participar con C90-NM. Los candidatos anteriores a 1998, que fueron apoyados por el fujimorismo abiertamente, se lanzaron como C90-NM en las elecciones municipales de Lima logrando un nutrido número de distritos- y en algunas capitales de departamento. Adicionalmente, algunos simpatizantes35 participaron en las elecciones con partidos independientes pero declarándose abiertamente fujimoristas: “Ingresé al fujimorismo en el 92, me invitan a participar en un movimiento local en Tarma como independiente, en ese momento el fujimorismo no iba a las elecciones municipales como partido político sino como aliado con los
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decisiones y la relevancia del líder dentro del partido se reflejaron en el desinterés de Fujimori de fortalecer la capacidad organizativa que ya tenía C90-NM. Posteriormente, en las elecciones de 1998, el fujimorismo logró conseguir el 36.4% de las alcaldías provinciales con un total de 71 provincias de las 195 existentes37. De los alcaldes que habían sido elegidos por C90-NM (de 19 distritos en Lima en el año 1995), 9 se pasaron a Vamos Vecino. Lo anterior podría significar dos cosas: (i) la presencia de promesas o de ayuda concreta por parte de los fujimoristas, lo que se cumplió en una primera etapa; 38 o, (ii) el importante “gancho” electoral que implicaba seguir postulando por el fujimorismo como partido de gobierno y la alta popularidad que esto suponía. Sin duda hacen falta estudios detallados que determinen cuál de ambas o si ambas motivaciones fueron la razón principal de esta decisión.
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los beneficios que implicaba, les permite elegir lanzarse como invitados del fujimorismo, y no como militantes. Como se ha venido señalando, dicha práctica es usual en el fujimorismo a nivel congresal, distrital y provincial.
3. El Frente Perú 2000: la Alianza, Vamos Vecino y Perú 2000.
Según se ha visto, el fin aparente de la creación de Vamos Vecino fue la “necesidad” de competir a nivel nacional en las elecciones municipales. Considerando ello, lo lógico debió ser que este partido se quedara en ese nivel y buscara consolidarse en las próximas elecciones de este nivel y no en las nacionales. Sin embargo, Fujimori amplió sus funciones al permitirle lanzar miembros al congreso y al considerar que era necesario que se genere una
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otro actor miembro de la primera Alianza podría haber producido un cambio de opinión en Fujimori, ya que en primera instancia éste ni siquiera les consultó: “No me preguntó, me enteré cuando me llaman para avisarme “vamos a hacer una alianza”. Si opinaba iba a significar que Nueva Mayoría no participaba.” 40
De este modo, la aparición del cuarto partido es otra muestra de la prevalencia de las decisiones tomadas desde el ejecutivo pero que se vinculan en particular con la organización fujimorista, teniendo ésta una opinión formada y remitida al líder, más no un voto propiamente dicho. Así, entrarían en la nueva lista parlamentaria y en los primeros números, nuevos actores que no tuvieron presencia en el pasado dentro del Congreso pero que se muestran en esta época más cercanos al presidente, resaltándose Absalón Vásquez quien se convierte en
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para C90, la creación de NM. En este contexto, Alberto Fujimori siempre tuvo la última palabra en lo referente a cuál sería el curso de acción del fujimorismo, considerando que de formar un sólo partido se volvería muy dependiente de las organizaciones creadas. En este orden de ideas, al cambiar constantemente de organización podía ponerlas a todas en un mismo nivel, encontrándose él un peldaño más arriba en el proceso de toma de decisiones, situándose en una posición superior respecto a la propia organización. En conclusión, en esta primera etapa encontramos un fujimorismo altamente personalizado que basa su apoyo en el electorado y no en una organización partidaria a la cual mantiene des institucionalizada. Así, encontramos como señalé al principio, una alta centralización en el proceso de toma de decisiones que descansa en el líder y que se justifica en el rechazo de las
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CAPÍTULO 3
EL FUJIMORISMO FUERA DEL PODER: FORTALECIMIENTO INTERNO
A mediados del mes de Noviembre del año 2000 se consolida la caída del gobierno de Alberto Fujimori luego de que emitiera la renuncia de su cargo desde
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caída del régimen se consolida con la renuncia de los vicepresidentes 44, la destitución de la directiva fujimorista del Congreso 45 y la posterior formación de un Gobierno de Transición que durará menos de un año y estará presidido por Valentín Paniagua Corazao. En este gobierno (y en el de su sucesor, Alejandro Toledo), tienen lugar una serie de investigaciones – parlamentarias y judiciales – en torno al gobierno de Fujimori, que conducirán al proceso de extradición del ex presidente. Este período es vivido por los fujimoristas como una especie de “prueba de fuego” a su lealtad respecto del líder (“exiliado” y luego procesado y condenado), convirtiéndose en un factor crucial de cohesión grupal y de inspiración en el discurso fujimorista. Estos hechos afectan directamente a la organización fujimorista, la cual al ser altamente personalista, se encuentra en un ambiente político incierto debido a
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propio luego de diez años de ser gobierno. Sin duda, esto se dificulta en los primeros años fuera del poder, dada la inexperiencia de los actores fujimoristas como oposición, los desacuerdos entre los diferentes líderes intermedios y la incapacidad de estos de generar un balance de poder, así como bases de apoyo propias, status independientes y valor propio más allá del líder fundacional. Posteriormente, y ante la incapacidad de los líderes intermedios de trascender el carisma del líder fundacional Alberto Fujimori, éstos deben buscar otras formas de adaptarse y mantenerse vigentes como una opción política sólida. Luego de dos elecciones sin una opción clara que capitalice el carisma y con reiteradas
rencillas entre los líderes intermedios, surge en las elecciones
congresales del 2006 la presencia de una heredera adulta elegible que contaba con cualidades políticas y quien, a su vez, representa todo el carisma que confluía
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identidad y una mística capaces de prevenir la fragmentación y de promover la movilización. Así, la identidad generada por un discurso o mensaje común conjuntamente con la mística proveniente del sentimiento de solidaridad, tras un contexto de conflicto y polarización, lograrán mantener la fidelidad de los miembros del partido al reforzar sus vínculos durante su alejamiento del poder y en las campañas electorales. A continuación procederé a explicar una primera etapa de la formación del fujimorismo fuera del poder y sin Alberto Fujimori, donde dos partidos divergentes del fujimorismo logran mantenerse y buscan sobrevivir y adaptarse a esta nueva situación de oposición. Ambas opciones cuentan con organizaciones débiles incapaces de generar liderazgos propios que sean representativos, que tengan la
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partidarias-, los fujimoristas debieron elegir entre adaptarse por sí mismos para lograr el fortalecimiento de su organización buscando balances de poder entre ellos o desaparecer como opción política. Ellos se deciden por la primera opción, aunque este ejercicio es difícil debido a la alta desinstitucionalización que Fujimori había dejado en su organización y las pugnas de poder internas. Es así como, los fujimoristas postulan tanto en las elecciones del 2001 como en las elecciones del 2006 con dos facciones claras divergentes, provenientes de las prácticas subordinantes de Alberto Fujimori durante la década del 90, e incapaces de construir una organización efectiva al no contar con una nueva opción que aglutine y capitalice el carisma del líder fundacional. Para la campaña del 2001, los cuatros partidos fujimoristas que se encontraban inscritos no pudieron ponerse de acuerdo para postular de manera
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sin injerencia ni apoyo de Alberto Fujimori respecto a sus postulaciones y programas. En estas elecciones, la alianza C90-NM logra conseguir 3 curules, dándose una fuerte debacle en la representación del fujimorismo en el Congreso, pasando del 42.2% de los votos en el 2000 al 4.8% en el 2001 47. Este cambio en el número de curules afectó directamente la capacidad de injerencia que podrían tener como bancada. Luego de estas elecciones legislativas, es evidente que la Alianza vuelve a recuperar el lugar que tenía a principio de los años noventa como único partido representante de Alberto Fujimori, antes de la creación de Vamos Vecino para las elecciones municipales. Al escindirse de Vamos Vecino y Fuerza 2000 para estas elecciones, y al ser las únicas representantes visibles del fujimorismo, las
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incapacidad de uno de ellos de construir y unificar las organizaciones existentes, ambas campañas no logran presentarse como una sola opción fujimorista. El hecho de que hubo dos opciones demuestra que sí había capital organizativo aún en los momentos más adversos del fujimorismo y que no necesitaban del empuje del líder para generar organización, aunque esa incapacidad de generar un liderazgo nuevo que cohesione y refleje el carisma impidió la presencia de una opción fujimorista integrada.48 La decisión de la Alianza primigenia de no cohesionarse con Solución Popular, se ve cuestionada más no es limitada por nadie. Dicho accionar aunque no es favorable para el fujimorismo en primera instancia muestra la capacidad de algunos líderes de tomar decisiones sobre sus esferas de poder, lo cual no habría sido posible si Fujimori hubiera seguido en el ámbito inmediato tomando las
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Cinco años después se realiza la campaña del 2006 en la cual el fujimorismo también participa. Esta se diferencia de la del 2001 en dos aspectos: primero, se generan dos propuestas no simultáneas del fujimorismo; segundo, Alberto Fujimori solo y sin mayor efecto, desde Japón promueve la unificación de los partidos fujimoristas en uno de manera poco efectiva al recibir la respuesta negativa de algunos líderes. Las dos propuestas no simultáneas se constituyen por una primera bajo el partido Sí Cumple -creado sobre la base de Vamos Vecino por iniciativa de Alberto Fujimori-; la segunda es la alianza C90-NM, la cual acompañaba a Fujimori desde el año 1992. La primera opción fue promovida directamente por Alberto Fujimori quien deseaba cumplir con la nueva ley de partidos políticos y unificar a los tres partidos fujimoristas50, la idea de por fin ser una organización unificada parecía
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partido, él siempre fue la única opción y, ante la inexistencia de otro liderazgo que capitalice el carisma, Alberto Fujimori fue convencido por los líderes intermedios para lanzarse desde Japón. Ante la inminente candidatura, a Alberto Fujimori le convenía trabajar con todos los colaboradores de su entorno, entonces convoca a los líderes de la alianza C90-NM -Andrés Reggiardo y Martha Chávez52- quienes viajan al Japón para negociar con él, concluyendo que apoyarían al equipo para formular la inscripción de la candidatura de Fujimori bajo la condición de que no dejarían la Alianza Cambio 90-Nueva Mayoría. Este accionar demuestra mayor capacidad de negociación de los líderes intermedios ante el líder fundacional: “En el 2006 él (Alberto Fujimori) no quería ir como presidente pero lo obligaron, todos pensaron que así lo saquen de la contienda el sentido de su lucha era eso. Él estaba preso en Chile. Lo presentamos pero no quiso, él creía que era
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esta circunstancia, la organización fujimorista responde rápido y reformula su propuesta a través de la alianza C90-NM, creándose así el partido Alianza para el Futuro sobre la inscripción vigente de la Alianza C90-NM. Esto se logra debido a la decisión anterior de los líderes de esta Alianza, Reggiardo y Chávez, de no unificarse cuando Alberto Fujimori lo exigió, quedando así esta alianza como opción alternativa para lanzar otra candidatura fujimorista, con el fin principal de mantener la lista congresal vigente y alcanzar el mayor número de escaños posibles, dado que sabían que sin Alberto Fujimori como candidato su victoria era imposible. De esta manera, la candidatura a la presidencia sería asumida por Martha Chávez, aunque Fujimori prefería a su hermano menor Santiago para el puesto; sin embargo, éste no aceptó esta oferta. Esta tendencia de Fujimori muestra un
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fujimorismo. Esto le dio capacidad a los primeros de negociar más cupos en el Congreso y además ganaron presencia dentro de la organización fujimorista: “Esa candidatura sólo la pudimos lograr porque teníamos tres partidos (…) el contrapeso entre C90-NM con Alberto Fujimori existía, era pública su instrucción para que se junten los partidos fujimoristas. Los abanderados de Sí Cumple no estuvieron contentos que al final se lancen con Alianza por el Futuro, pero Alberto Fujimori siempre fue respetuoso en las discusiones” 56
Las siguientes elecciones del 2006 fueron cruciales para el fujimorismo debido a que rompieron muchos paradigmas que los condenaban a desaparecer del espectro político: (i) lograron sobrevivir y pasar la valla electoral a pesar de la lejanía del líder fundacional y la inexistencia de un nuevo representante con carisma y status propio que los represente, (ii) comprobaron la alta aceptación de Keiko Fujimori quien fue la congresista más votada en la historia del Perú con 602
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anterior, otros conocidos defensores de Alberto Fujimori o hijos de ex líderes fujimoristas58. A esta etapa Degregori y Meléndez 59 la nombran “de retorno a la semilla”, esto debido a que esta bancada se asemeja a la bancada de Cambio 90 en lo referente al perfil amical/familiar de sus componentes. En lo referente a Keiko, la heredera es una importante figura dentro del fujimorismo y es comprensible la manera en que fue aceptada por los votantes como candidata al Congreso. Ella ocupó el cargo de primera dama durante el gobierno de su padre Alberto, lo cual no sólo refleja que era un actor importante y representativo del fujimorismo en el poder sino que dicha actividad política le había permitido tener mucho manejo de base e incluso manejo político. Keiko permite que la continuidad de un partido personalista se consolide luego del alejamiento del líder al representar y personificar al heredero adulto
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Si bien la personificación del liderazgo en el heredero es importante para explicar la continuidad de un partido personalista como el fujimorismo, esta no podrá lograrse sin el apoyo de los líderes intermedios quienes ven al heredero como la oportunidad para volver al poder, proceso que explicaré más adelante cuándo se precise acerca de la creación y formación del partido de Keiko Fujimori, Fuerza 2011. Por otro lado, si bien esta propuesta fujimorista puede contar con el apoyo de los líderes intermedios explicado por el interés de éstos de volver al poder y no desaparecer como opción política, esta premisa puede que no sea suficiente para lograr retomar el poder ya que para ello es necesario contar con una nutrida, disciplinada e identificada organización partidaria. Así, es necesario para su institucionalización que un partido sepa transmitir
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2. El discurso fujimorista como generador de identidad
Durante la campaña del 2006, y sobretodo la del 2011, una alta organización multi clasista fue parte activa de las campañas fujimoristas ¿qué explica esta disposición de un nutrido grupo de personas a apoyar candidaturas fujimoristas? Un partido personalista para lograr adaptarse- luego del retiro líder o de su alejamiento del poder- debe crear principios partidarios que a su vez generen identidad bajo un discurso claro y consistente. Este discurso cohesionador que responde a los intereses de la organización es fundamental para la formación de partidos; según Hanson, es una condición necesaria para construir organizaciones partidarias en ambientes sociales altamente inciertos 60, como lo es el caso peruano.
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fujimoristas; ambas organizaciones lograron en el 2006 generar una maquinaria capaz de hacer campaña nacional, consiguiendo el cuarto puesto en las elecciones presidenciales y accediendo a 13 curules en el Congreso. Estos logros son importantes ya que, a pesar que ningún líder intermedio logró capitalizar el carisma del líder fundacional, se mantuvo una cohesión partidaria durante la campaña cuya premisa era lograr la mayor cantidad de votos y consolidarse como propuesta política viable para las próximas elecciones del 2011. Así, se muestra como una fuerte organización cohesionada con sentimientos de afiliación y de identidad significa una ventaja competitiva sobre el resto de partidos de alcance nacional. El contar con afiliados que se identificaban con el tipo de gobierno que significó el fujimorismo y con su tipo de práctica
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Este discurso unificador se basa en tres factores característicos de los partidos personalistas: (i) la ideología ecléctica y anti-establecimiento del gobierno fujimorista ante una realidad que aún muestra animadversión por las estructuras representativas y las instituciones; (ii) el tipo de políticas redistributivas y asistencialistas que fueron base del primer gobierno y les permitió construir lealtades que podrían favorecerles en la consecuencia futura del poder gracias a las relaciones con la clase rural- urbana; (iii) su visión económica neoliberal “pro empresa” y libre mercado que les permite ganar afinidad con los empresarios. En base a la información disponible hasta el momento, no es posible precisar cuánto de este voto fujimorista es ideológico y en qué medida éste expresa una añoranza de políticas clientelistas. Lo que sí puede concluirse es que este discurso por sí mismo no podría
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se ha generado una especie de mística fujimorista basada en un sentimiento de solidaridad y expresado en una expectativa por volver al poder y desagraviarse.
3. El conflicto y la polarización: generadores de mística partidaria
Lo que resultó sorprendente al realizar las entrevistas, fueron las constantes referencias al 2001-2006 como un momento clave de la construcción del nuevo fujimorismo. La identidad formada por el discurso cohesionador se ha visto fortalecida y reforzada por una sensación de solidaridad generada por un contexto de conflicto y polarización percibido por el partido en cuestión. Ambas particularidades ayudan a mantener la fidelidad de los miembros del partido al
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Fujimorismo tiene muchos adversarios políticos e ideológicos que llegan a los extremos de la persecución.”62
Los f ujimoristas entienden la etapa de la persecución como “el procesamiento injusto de personas por haber trabajado en el gobierno de Alberto Fujimori”63. Esta etapa comienza con el gobierno de transición democrática de Valentín Paniagua y, para ellos, aún no tiene fin: no lo tendrá hasta que retomen el poder. Para ellos la persecución política a la organización partidaria comienza durante el 2001, cuando los fujimoristas son oposición por primera vez dentro del Congreso. Para los fujimoristas la muestra más visible y fehaciente de persecución política contra ellos está dada por la pronta suspensión de las tres únicas representantes elegidas por el fujimorismo en el año 2001 64. Para ellos la persecución destruye al fujimorismo en dos ámbitos: desde el liderazgo
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Sin embargo, un escenario de conflicto no significa necesariamente la destrucción de la estructura organizativa. Para LeBas estos escenarios de polarización y conflicto incrementan los vínculos de solidaridad y permiten la generación de disciplina y cohesión debido a
los aspectos excluyentes
provenientes de la polarización. 66 Sin embargo, en el caso del fujimorismo la polarización además de permitir la generación de una mística solidaria y de fortalecerlos como organización para las elecciones del 2011, permitió, durante las elecciones del 2006, justificar el desinterés de los líderes intermedios divergentes de institucionalizarse en un solo partido fujimorista, evitando una temprana unificación. En el año 2002 Alberto Fujimori hace explícito su deseo de fusionar a la Alianza C90-NM y a Vamos Vecino en un partido fujimorista único que sea fuerte
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desaparecernos del mapa (…) Llegará el momento en que nos fusionemos pero no ahora, en esto somos contrarios a Alberto Fu jimori” 68
Sin embargo, esta “persecución” no es del todo negativa para el fujimorismo ya que puede ser vista como una época de transición dentro del partido, una situación que les permitió fortalecerse y consolidarse como partido para las elecciones del 2011. Los fujimoristas además lograron muchos otros beneficios de este conflicto o polarización: primero, filtraron a aquellos verdaderamente leales y comprometidos; segundo, permitió el auge de nuevos actores en el escenario fujimorista69; tercero, sirvió como premisa temporal para no fusionarse en un partido fujimorista único; cuarto, permitió consolidar u n ideal de desagravio, para lo cual consideran legítimo retomar el poder y finalizar, de esa forma, con la persecución; y quinto, han “limpiado” su nombre desvirtuando algunas
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ganar las próximas elecciones del 2011, lo cual no sólo les permitirá volver al poder y tener una oportunidad para lograr el desagravio sino también significaría que la persecución habría terminado: “(…) ganar es una especie de revancha, no sólo significa que volvamos, sino que terminaría la persecución.”70
Para la campaña del 2011, se genera un nuevo partido llamado Fuerza 2011, fortalecido bajo la cohesión partidaria basada en la mística solidaria y en la identidad proveniente del discurso cohesionador, los cuales sirven de base para la consolidación de la herencia del carisma de Keiko Fujimori, quien sería la próxima lideresa del fujimorismo y la promesa de regreso al poder para los fujimoristas. En particular, la persecución se vuelve una característica positiva para el proceso de
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CAPÍTULO 4
FUERZA 2011: EN BUSCA DEL PODER POR MEDIO DE LA ORGANIZACIÓN
Para poder explicar bajo qué condiciones un partido personalista como el fujimorismo logra la continuidad, he ubicado una seria de variables que fortalecen
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negociación de estos para conseguir su apoyo se vuelve clave para el funcionamiento del partido. Este proceso de negociación para la creación del partido del heredero, en el caso puntual de Fuerza 2011, será apoyado por una parte de las elites leales e identificadas con el discurso y la mística, pero que además ven satisfechos sus intereses por mantenerse como una opción política y al heredero como la oportunidad para volver al poder y al status anterior cuando eran partido de Gobierno. Como sostiene Jason Brownlee, esta sucesión hereditaria es más aceptable para la elite que la desintegración o que se desarrollen una serie de disputas entra los miembros72. Evidentemente, el liderazgo del heredero se vuelve una oportunidad para algunos miembros de la élite ante la incapacidad de estos para capitalizar el
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Luego de las elecciones del 2006, los fujimoristas reconocen su capital político y comprenden la necesidad de construir una maquinaria partidaria única que tenga como candidata presidencial a Keiko Fujimori, con el fin de alcanzar el poder como primera opción o ser cogobierno y tener una buena y nutrida representación en el Parlamento como segunda opción . Este partido político fue denominado Fuerza 2011 y no se levanta sobre ninguno de los otros partidos fujimoristas de la década del 90 –como Alianza para el Futuro en el 2006-, sino se crea desde cero con la recolección de firmas anticipada - desde el año 2009- por parte de representantes del fujimorismo, entre ellos el hermano de Keiko, Kenji Fujimori. “La idea es que los partidos fujimoristas se unan alrededor de Fuerza 2011 sin que dejen sus partidos, ya que existen legalmente. La idea es que convoquen a todos en Fuerza 2011 que ya no sea como que “yo soy Cambio 90”, “yo soy Nueva Mayoría”. La idea es que el fujimorismo en conjunto sea uno solo. Hay personas en contra,
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presidenciales, sin dejar de lado a los fujimoristas antiguos que colaboraron en la época de “persecución política”. Para lograr la unificación de los partidos fujimoristas en Fuerza 2011 se generó un espacio de negociación bajo la premisa de consolidarse como opción política y recuperar el poder, en esta la mayoría reconoce la necesidad de dar una imagen de alternativa de gobierno sólida y diferente a la debilidad institucional partidaria que caracterizó la primera etapa fujimorista. Por otro lado, los líderes intermedios entienden la trascendencia de participar en las elecciones teniendo como candidata a Keiko Fujimori, quien comprueba su carisma y popularidad en las elecciones congresales del año 2006. Sin duda, ella personifica la oportunidad de continuidad y el “milagro” del fujimorismo, dado que sin la votación que ella representa como heredera directa del fujimorismo la organización partidaria
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bases y candidato. Los resultados de estas elecciones dejaron un balance positivo para el partido: participaron en 458 circunscripciones distritales de 1639, consiguiendo 315 autoridades electas. De otro lado, participó en 69 circunscripciones provinciales de 195 logrando 50 autoridades electas; así como en 10 de las 25 elecciones regionales donde no lograron ningún representante. Otra parte de su estrategia política descansaba en construir alianzas con los líderes regionales con miras a las elecciones nacionales. Los fujimoristas antiguos, que tienen mucho manejo de base y experiencia política, reconocen que la victoria no está en Lima y por ello la clave está en contactar a líderes regionales y en generar capacidad organizativa como partido en el interior del país para poder brindar soporte político organizativo a simpatizantes independientes que tienen sus movimientos regionales o locales propios. Estos dirigentes regionales
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La organización para las elecciones regionales por parte de los fujimoristas comprende prácticas que corresponden a los partidos más institucionalizados del país, ya que comienzan a hacer campaña fuera de tiempo electoral: desde el año 2008 viajaron por todo el Perú realizando “mini campañas” con la perspectiva de fortalecer sus futuras candidaturas a nivel nacional, regional y local. De otro lado, desde el año 2009 contaban con encargados regionales quienes ofrecían apoyo a sus próximos representantes, tanto para los que deseen lanzarse con Fuerza 2011 o los que deseen lanzarse con sus propios movimientos pero con el apoyo de la organización fujimorista de su región. Ejemplos de lo anterior son los casos de la candidata por Tumbes, el candidato por Arequipa y el candidato por Cajamarca que se postularon con sus propios movimientos. La organización desplegada se describe de la siguiente manera:
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venido creando organización en base a negociación en las regiones, ante la no imposición de la voluntad del líder. Esta falta de imposición por parte del líder se consolida con el respeto a la decisión del líder del partido fujimorista Cambio 90, Renzo Reggiardo76 de no apoyar al partido Fuerza 2011 y a su iniciativa de competir independientemente en las elecciones regionales, provinciales y municipales. Si bien su capacidad organizativa no es comparable a la que logró Fuerza 2011, Cambio 90 demostró que alejado del fujimorismo puede tener cierto capital político propio al postular 35 candidaturas distritales, 8 provinciales y 1 regional. El fujimorismo en las elecciones regionales refleja una organización fortalecida y estructurada, reforzada en la idea de que Fuerza 2011 tiene algo que ofrecer a los líderes locales y a los líderes intermedios que trabajan activamente
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capacidad organizativa que ha desarrollado el fujimorismo, construyéndose un partido fuerte y adaptándose bajo la característica personalista que aún persiste.
1.2 Fuerza 2011 en las elecciones congresales y presidenciales: consolidación como opción política
Para las elecciones presidenciales y congresales, Fuerza 2011 tuvo el reto de fortalecer los vínculos con los antiguos cuadros, así como convocar a independientes que sumen a la organización y que se beneficien con el capital político del fujimorismo. Este proceso de negociación permitió la suma de nuevos cuadros fujimoristas y el mantenimiento de antiguos militantes, quienes encontraron en Keiko la oportunidad de continuidad y de retorno al poder. Sin
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independientes contaban con capital político propio como es el caso – en Lima- de Gian Carlo Vacchelli, Leyla Chihuán o José Vásquez, quienes son personajes públicos de la farándula y deportistas. En las regiones, muchos de los candidatos contaban con experiencia política previa al haber sido candidatos a los diferentes niveles y, en algunos casos, por haber ejercido cargos públicos en años anteriores.
Otros candidatos sin experiencia política llegaron al fujimorismo
recomendados por los miembros antiguos del fujimorismo o inclusive por el mismo Alberto Fujimori. En el caso de los antiguos militantes que deciden unirse al proyecto de Fuerza 2011, según se ha referido previamente, vieron en Keiko la posibilidad de continuidad del fujimorismo, algo esperado luego de las elecciones del 2006 donde evidenciaron que ningún líder intermedio podría cubrir el espacio de Alberto
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Además, los antiguos militantes reconocen que Fuerza 2011 es producto de su esfuerzo y de su trabajo en equipo al mantener vigente como opción al fujimorismo desde el 2001 hasta el 2011, el cual a su vez estuvo motivado particularmente por la campaña presidencial del 2006 donde se dio el primer intento de postulación sin el líder original y donde se solventó la figura de Keiko como nueva lideresa. Si bien es un claro gesto de continuidad el hecho que la actual lideresa sea la hija del líder primigenio, esto no es necesariamente negativo para los fujimoristas. Al ser pragmáticos, lo que ellos buscan es su regreso al poder y eso es lo que Keiko brinda; ante lo cual se fortalece la confianza en ella de aquellos políticos que además comparten el discurso y la mística formulados anteriormente. Así, los fujimoristas antiguos se ven envueltos en una relación de subordinación al
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con el tipo de estructura partidaria personalista. Dos casos que representan la escisión de algunos fujimoristas son los de un líder de Sí Cumple, Carlos Zúñiga, y el líder de Cambio 90, Renzo Reggiardo, ambos representantes de partidos claves en la historia del fujimorismo que ya no deseaban vincularse con éste. El primero, aunque no era muy representativo dentro del fujimorismo y no contaba con bases, decidió lanzar su candidatura presidencial, compitiendo con Keiko Fujimori, pero posteriormente se retiró de la campaña no sin antes argumentar que se alejó del fujimorismo porque no deseaba ser parte de su dinastía. El segundo caso sí se trataba de un personaje cercano al fujimorismo y a la campaña del 2006 ya que fue congresista electo por la Alianza para el Futuro y formó parte de la bancada fujimorista hasta que decidió alejarse del fujimorismo. Renzo Reggiardo, quien además era hijo de uno de los líderes más antiguos del
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“No estoy en la línea de que todo gira en torno a una persona con cuadros pequeños por sus intereses que utilizan a partidos como logotipos o membretes. Si tenemos malas autoridades es porque tenemos malos caudillos cuyos partidos no existen”79
3. Keiko Fujimori: la oportunidad de unificar al fujimorismo
Luego de la primera vuelta electoral, la candidata de Fuerza 2011, Keiko Fujimori, pasó a segunda vuelta con el 23.551% de los votos válidos. En las elecciones congresales, Fuerza 2011 fue el segundo partido más votado luego de Gana Perú a nivel nacional y el más votado en Lima con más de 1 millón de votos. Además, lograron obtener 37 curules, siendo la segunda bancada después del nacionalismo y obtuvieron al congresista más votado a nivel nacional con cerca de 379 mil votos, Kenji Fujimori.
Este resultado no sorprende luego que los
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simpatizantes que votan no por ella sino por los activos del gobierno de su padre Alberto Fujimori81. Ante estos hechos, se les presenta a los fujimoristas una situación donde en primera vuelta han debido capitalizar este voto duro para consolidarse como opción sólida en la segunda vuelta. Sin embargo, para lograr la mayoría de votos necesaria para ganar la Presidencia, Keiko ha debido alejar su imagen de todos los pasivos que el gobierno de su padre representa. Así, el gran reto de Keiko
Fujimori durante esta campaña ha sido
independizarse de la figura de su padre sin alejarse de los activos. No en vano, en sus entrevistas realizadas
poco antes
de la primera vuelta, Keiko Fujimori
señalaba las obras realizadas por el gobierno de su padre y su labor política como primera dama durante ese gobierno, pero también explicaba su rechazo hacia
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por crímenes de lesa humanidad y corrupción; sin embargo, esto no pudo evitar que fuera blanco de una serie de acusaciones e investigaciones que señalaban la participación activa de Alberto Fujimori en la campaña desde su centro de reclusión.84 Más allá del reto de Keiko de mostrarse como la verdadera líder del fujimorismo, otro reto por el lado de la organización política fujimorista ha sido demostrar estar más constituida que el fujimorismo de los años noventas y que otros partidos políticos políticos actuales y que, además, ha sabido adaptarse en estos años, siendo capaz de ofrecer continuidad continuidad a todos sus actores políticos. Sin duda, Keiko Fujimori como líder y el fujimorismo como partido ya tienen algo concreto que ofrecer a sus políticos, quienes tienen más opciones de alcanzar el poder al aliarse con ella en este proyecto político. La vigencia del fujimorismo descansa
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Pero ¿qué le depara al fujimorismo luego de estas elecciones? ¿Tenderán a unificarse e institucionalizarse trascendiendo la figura del líder o continuarán accionando en alianzas temporales hasta que pierdan vigencia? Los principales adversarios de la unificación son los fujimoristas antiguos quienes aún creen que la organización no trasciende a la figura de Alberto Fujimori y que consideran que al institucionalizarse se convertirían en lo que el fujimorismo originalmente repudiaba: un partido político, para ellos el fujimorismo debe mantenerse pragmático sin perder su lealtad su líder fundacional Alberto Fujimori: “Pero ¿qué es organización partidaria? La gente desprecia desprecia a los partidos políticos ¿El fujimorismo quiere ser un partido? Sin competencia libre interna, todavía no esta definido el partido. La organización no trasciende a Alberto Fujimori. El líder, el pensamiento, el sentimiento, el agradecimiento, esa es nuestra identificación con el estilo de política” 86
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sino también posee una identidad y mística propias, características altamente valoradas en un contexto político nacional con partidos débiles como el Perú.
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CONCLUSIONES
Este estudio de la organización política ha logrado responder la pregunta inicial: ¿cómo un partido personalista, como es el caso del fujimorismo, logró su continuidad pese a que la teoría política indica que sus características no favorecían la institucionalización? De este modo, durante el desarrollo de mi tesis, demuestro cómo en ciertos contextos un partido personalista puede lograr su
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me permite esbozar dos conclusiones desde el análisis de diversas teorías políticas. Como primera conclusión, sostengo que sí es posible que un partido personalista trascienda la figura del líder, logrando su continuidad luego de él. De este modo, discrepo con la premisa de autores como Panebianco, quien sostiene que los partidos personalistas difícilmente consiguen institucionalizarse debido a que el carisma se disuelve con el fin político del líder. Esta institucionalización, según autores como Mainwatring y Scully, o Levitsky, es posible en aquellos casos donde existe una estructura con líderes intermedios que cuentan con un rol al interior de la organización partidaria, quienes desarrollan, por un lado, un status independiente y un valor propio o , por otro lado, balances de poder y bases propias de apoyo. En estos casos, son precisamente los líderes intermedios
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propias de apoyo; siendo, consecuentemente, incapaces de generar un carisma propio o capitalizar el carisma del líder para asegurar la continuidad del partido. Esta opción la pude desarrollar en base al estudio de caso de la organización partidaria fujimorista, cuyos líderes intermedios no lograron consolidarse como lo hicieron los peronistas. Esta herencia carismática se caracterizará por: (i) la presencia de un heredero adulto con cualidades políticas, elegible y que represente el carisma que representaba el líder fundacional, y, (ii) que los líderes intermedios reconozcan al heredero como una oportunidad para consolidar su continuidad ya que tendrá más arraigo que ellos mismos con los votantes. Consiguientemente, y basándome en un trabajo de Jason Brownlee sobre
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.Así, el desarrollo de un discurso cohesionador y de un sentimiento de solidaridad entre los miembros- generado por un conflicto o una polarización coyuntural contra el partido- podrían consolidar la continuidad del partido como oferta política conjuntamente con la figura y el carisma que representa el líder heredero. Los siguientes capítulos me permitieron demostrar de manera empírica estas dos conclusiones a través de un estudio profundo basado en la organización partidaria fujimorista durante sus más de veinte años de existencia, específicamente desde 1990 hasta la segunda vuelta electoral del 2011. Esta investigación conversa con las conclusiones del capítulo teórico y responde, con hechos y argumentos de primera fuente, cómo un partido personalista logró su continuidad
a pesar que la teoría política indica que sus características no
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un balance entre los líderes intermedios. De este modo, al no haber una persona que capitalice el carisma para las elecciones presidenciales todo indicaba que el fujimorismo estaba condenado a desaparecer. Bajo este contexto ocurren dos cosas, primero el fujimorismo encuentra a una potencial heredera del carisma de Alberto Fujimori tras las elecciones del 2006: Keiko Fujimori. Esto es posible debido a la capitalización que ella logra del voto fujimorista, representando así la oportunidad del fujimorismo para fortalecerse y asegurar su continuidad más allá de la figura del líder fundacional. Segundo, en esta etapa se genera una coyuntura de conflicto y polarización, percibido por el partido en cuestión como una “persecución política”, que incrementa los vínculos de solidaridad y que permiten la generación de disciplina, cohesión así como de una mística propia de los fujimoristas.
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Consecuentemente, en el cuarto capítulo sostengo como ambos factores -la presencia de un líder heredero que capitalice el voto y el carisma fujimorista así como una fuerte organización cohesionada por un discurso común y una místicapodrían significar una estrategia viable para que un tipo de partido personalista, sin líderes medios representativos y carismáticos, pueda fortalecer la organización y asegurar la vigencia como opción política de su partido. Si bien es exagerado considerar al fujimorismo como un partido totalmente institucionalizado, sin duda no podemos ignorar los avances que ha logrado para asegurar su vigencia y continuidad a pesar de que la coyuntura parecía señalar que ya no contaban con oportunidades para recuperar su poder político. De esta manera, tanto la juventud y carisma de su actual líder, Keiko Fujimori, como la fidelidad de sus votantes- que lograron que el fujimorismo pasé a la segunda
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Por último, y como conclusión general, el caso de estudio del fujimorismo nos permite comprender como el personalismo hereditario soluciona un problema grave, y recurrente en contextos como el peruano, generado por la incapacidad de las organizaciones partidarias de articularse y fortalecerse con el tiempo. De esta manera, la herencia carismática asegura la continuidad del líder y permite al grupo mantener su vigencia y competitividad en elecciones. El caso fujimorista muestra que todos los partidos tienen un reto similar: encontrar un heredero del líder, no necesariamente con relación filial, que pueda competir en elecciones para mantenerse vigentes como opción política. Al parecer, la relación familiar sirve para garantizar esa continuidad, y la mayor atracción de un candidato familiar limita las ambiciones de otros líderes intermedios y permite la capitalización del carisma del líder fundacional,
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cohesionado al partido, asegurarle una bancada y atraer mejores candidatos. Sin duda, en un contexto actual de partidos con corta vida política eso ya es bastante.
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ANEXOS Anexo 1:
* Información obtenida del Blog Polítika, de Fernando Tuesta Soldevilla: http://blog.pucp.edu.pe/fernandotuesta/ El cuadro demuestra los cambios y continuidades de la bancada fujimorista durante sus más de 20 años de existencia. No se consideran a todos los candidatos electos al Congreso por el fujimorismo en cada elección, sino sólo a aquellos relevantes para el análisis.
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Anexo 2:
* Información obtenida del Blog Polítika, de Fernando Tuesta Soldevilla: http://blog.pucp.edu.pe/fernandotuesta/
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Anexo 3:
* Información obtenida del Blog Polítika, de Fernando Tuesta Soldevilla: http://blog.pucp.edu.pe/fernandotuesta/
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Anexo 4:
* Información obtenida del Blog Polítika, de Fernando Tuesta Soldevilla: http://blog.pucp.edu.pe/fernandotuesta/
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Anexo 5:
* Información obtenida del Blog Polítika, de Fernando Tuesta Soldevilla:
http://blog.pucp.edu.pe/fernandotuesta/