El Teatro como obra de arte total: La influencia de la Ópera de París (1875) en el Teatro Colón de Buenos Buenos Aires (1889)
EL TEATRO COMO OBRA DE ARTE TOTAL: TEATRO TEATRO COLON La influencia influe ncia de la Ópera de París (1875) en el Teatro Colón de Buenos Aires (1889)
LA MIRADA ESTÉTICA EN LA CIUDAD LATINOAMERICANA
Docentes:
Rizzo, María de los Angeles Granero, Melecia
Alumnas:
Gómez, Daniela - Mat. 7879/06 Malvica, Cintia - Mat. 7820/06 7820/06
Año: 2014
EL TEATRO COMO OBRA DE ARTE TOTAL: TEATRO TEATRO COLON La influencia influe ncia de la Ópera de París (1875) en el Teatro Colón de Buenos Aires (1889)
LA MIRADA ESTÉTICA EN LA CIUDAD LATINOAMERICANA
Docentes:
Rizzo, María de los Angeles Granero, Melecia
Alumnas:
Gómez, Daniela - Mat. 7879/06 Malvica, Cintia - Mat. 7820/06 7820/06
Año: 2014
ÍNDICE 1|TEMA 1|TEMA
01
2|ABSTRACT
03
3|PALABRAS CLAVE
04
3.1 El Teatro
11|DESARROLLO
11
11.1 ANÁLISIS DE LA VARIABLE CENTRAL. SELECCION DE OBRAS: - Teatro Colón - Ópera de París
11.2 ANÁLISIS DE L AS VARIABLES INDEPENDIENTES
3.2 Buenos Aires
11.1 Implantacion
3.3 París
11.2 Volumetría - Forma
3.4 Contexto sociocultural
11.3 Proporciones, plantas, cortes
3.5 Transformaciones urbanas 3.6 A rquitectur rquitecturaa
11.4 Técnicas y ornamentación 11.5 Representación simbólica
4|OBJETIVOS
05
4.1 Objetivos Generales 4.2 Objetivos Específicos
5|MARCO TEÓRICO
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6|HIPÓTESIS
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11.6 Restauraciones
12|DISCUSIÓN Y COMENTARIOS FINALES
28
13|BIBLIOGRAFIA
29
13.1 LIBROS 13.2 PÁGINAS WEB 13.3 DOCUMENTOS
7|PREGUNTAS
07
8|METODOLOGÍA
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9|ANTECEDENTES
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10|INTRODUCCION
09
10.1 Ópera de Garnier 10.2 Teatro Colón
2| ABSTRACT A lo largo del tiempo, el fenómeno teatral, como producto y productor de cultura, y las transformaciones que en él se generan han demandado nuevos espacios y una nueva arquitectura. La historia de los grandes teatros de ópera comenzó en el siglo XVIII y se extendió por el mundo a lo largo de los siglos XIX y XX. Su prestigio institucional los identifica con las ciudades que los albergan; son edificios arquitectónicamente imponentes, importantes, turísticamente notables, y albergan instituciones de gran trascendencia. El presente trabajo pretende investigar acerca de cómo las características arquitectónicas y necesidades funcionales del teatro europeo francés tiene influencia en la construcción de edificios culturales de Buenos Aires, centrando la investigación en la tipología del teatro, basados en el análisis de dos ejemplos concretos: La Ópera de Paris y el Teatro Colón.
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3|PALABRAS CLAVE 3.1. EL TEATRO Edificio destinado a la representación frente al público de diversos géneros dramáticos y musicales.
3.2. BUENOS AIRES Formalmente Ciudad Autónoma de Buenos Aires, es el principal centro educativo del país y un importante núcleo de actividad artística e intelectual. Entre sus instituciones de renombre se encuentra la Universidad de Buenos Aire, y está entre las ciudades con mayor concentración de teatros a nivel mundial. Entre ellos, el Teatro Colón es, por su impecable acústica, trayectoria y dimensiones, uno de los cinco teatros de ópera más importantes del mundo.
3.3.PARÍS Capital y mayor ciudad de Francia, fue el lugar de nacimiento de numerosos movimientos artísticos, literarios y pictóricos, las grandes Exposiciones Universales, y alberga importantes monumentos, como La Torre Eiffel, Museo du Luvre, La Ópera de Garnier, y el Arco de Triunfo.
3.4. CONTEXTO SOCIOCULTURAL La palabra contexto describe al espacio o entorno que puede ser físico o simbólico que sirve de marco para mencionar o entender un episodio. Social, por su parte, es aquello que está relacionado o apunta a la sociedad. Este concepto engloba al grupo de individuos que comparten una cultura y que interactúan entre sí para conformar una comunidad.
3.5. TRANSFORMACIONES URBANAS Cambios producidos tanto en el trazado como en el tejido de una ciudad, que reflejan la evolución y/o crecimiento de la urbe y de la sociedad. Pueden ser orgánicos o bajo normativas dispuestas por los estados.
3.6. ARQUITECTURA Entendida como el arte y la técnica de diseñar, proyectar y construir edificios y espacios públicos.
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4|OBJETIVOS 4.1. OBJETIVOS GENERALES - Reconocer los factores generales y específicos que condicionaron el desarrollo arquitectónico en el periodo y contextos culturales a estudiar, para alcanzar una correcta comprensión de sus características y significados. - Demostrar que existen conexiones y analogías entre la arquitectura cultural de Buenos Aires y París en los años 1850-1920. - Identificar las principales características de las tipologías arquitectónicas y urbanas francesas en estudio y su adaptación y expresión en la arquitectura de Buenos Aires.
4.2. OBJETIVOS ESPECÍFICOS - Desarrollar una metodología de análisis de las obras, basado en el estudio detallado de sus componentes formales y espaciales que permita reconocer las principales construcciones, sus elementos, características y autores (fundamentos teóricos, postulados y obras).
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5|MARCO TEÓRICO En el documento “Teatro Colón, Puesta en valor y actualización tecnológica” el Arq. Gustavo A. Brandariz* realiza una breve reseña de la historia de los comienzos de la Ópera, y detalla cómo llega a Latinoamérica, y particularmente a Buenos Aires, este nuevo fenómeno teatral iniciado en la época del Renacimiento Italiano. En relación a la historia de Buenos Aires, describe que “Hacia 1852, dada la gran actividad operística que tenia la C iudad, surgió la iniciativa de construir un teatro de ópera grande y moderno (…) que fuera una proeza técnica y una verdadera obra de arte arquitectónico en aquella Buenos Aires que empezaba a mostrar deseos de superar la vida simple de “la Gran Aldea”. Refiriéndose a su segunda reapertura, en 1889, dice: “el monumental edificio, al igual que los palacios representativos del Estado Nacional, intentaba presentarse ante el mundo como la vidriera del progreso de un país moderno”. Como en la Ópera de París, el teatro ocupaba una manzana entera y era una de las piezas del amplio plan de reformas urbanas y obras públicas que se llevarían a cabo en la ciudad de Buenos Aires como, en su momento, se habían llevado a cabo en el París de Haussmann. El proyecto original de Francesco Tamburini (1846-1890), muy influido por la Ópera de Garnier tenía la gracia, variedad y bizarría de ornamentación asociadas a la arquitectura francesa. Al hacerse cargo el arquitecto italiano Vittorio Meano (1860-1904) lo cambió al estilo italianizante y luego, Jules Dormal (1846-1924) le dio las terminaciones interiores de refinada calidad y rica ornamentación al estilo Art Nouveau. Brandariz concluye señalando que pese a su complejo comienzo, “el Teatro Colón se convirtió en un símbolo definitivo de todo aquello que, a fines del siglo XIX y comienzos del XX, podía implicar la calificación de “gloriosa” aplicada a la arquitectura.”
* Arquitecto. Asesor en Investigación histórica del Plan de obras del Teatro Colón. Profesor e investigador FADU-UBA. El Teatro como obra de arte total: Teatro Colón | Gómez, Daniela - Malvica, Cintia
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6|HIPÓTESIS Existe relación entre el Teatro Colón (1889) de la Ciudad de Buenos Aires y la Opera de París (1875) tanto en su arquitectura y relación con lo urbano, como en la representación simbólica de las actividades culturales de la sociedad de la época (1850-1920).
7|PREGUNTAS - ¿En qué contexto se crearon el Teatro Colón y la Ópera de Garnier? - ¿Cuáles son las características arquitectónicas de los dos edificios? - ¿A qué corriente estética se los asocia? ¿Los dos poseen la misma estética? - ¿Cuál es la influencia de la Ó pera de Garnier en el Teatro Colón?
8|METODOLOGÍA - Búsqueda bibliográfica. - Análisis del material bibliográfico. - Planteo de hipótesis. - Análisis de obras arquitectónicas y comparación. - Elaboración de síntesis e informes. - Conclusión y verificación o refutación de la hipótesis.
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9|ANTECEDENTES El primer espacio destinado a reuniones y representaciones colectivas del que se tiene amplia documentación en Occidente fue el teatro griego. Fue en pleno Renacimiento cuando, buscando recuperar el genio del teatro griego antiguo, los músicos de la Cammerata Fiorentina dieron vida a un nuevo género. La primera “ópera” de la historia fue Dafne, escrita y compuesta en 1588 por Jacopo Peri –miembro de la agrupación–, y estrenada en Florencia. Poco después, Claudio Monteverdi fue considerado el primer gran compositor de óperas, con obras como Orfeo, estrenada en Mantua en 1607 (representada en el Teatro Colón en 1937) e Il ballo delle Ingrate, puesta en escena por primera vez en 1608, en Mantua (Teatro Colón, 1924). En 1651, Francesco Cavalli, discípulo de Monteverdi, compuso La Calisto, cuyo estreno se realizó en Venecia. El Teatro di San Cassiano fue el primer teatro público de ópera de la historia, porque estaba abierto a todo el mundo, y se sostenía por medio de una entrada paga, a diferencia de los teatros palaciegos. Fue construido en Venecia en 1637 y demolido en 1812. El segundo teatro de ópera, inaugurado en Florencia en 1656, fue el Teatro della Pergola, diseñado por el arquitecto Ferdinando Tacca. Originariamente reservado a la corte, a partir de 1718 se abrió al público. Esta sala fue la primera en incorporar palcos, solución arquitectónica inspirada, probablemente, en las ventanas de la fachada trasera del Palacio Pitti, desde las cuales la nobleza f lorentina observaba los espectáculos que se ofrecían en el cortile, la ampliación del arquitecto Ammannati previa a los jardines. El 4 de noviembre de 1737 fue inaugurado en Nápoles el Teatro di San Carlo, el teatro de ópera más antiguo activo en forma permanente en el mundo. Fundado por iniciativa de Carlos de Borbón, rey de Nápoles y de Sicilia, y futuro rey Carlos III de España, se construyó en menos de un año. Era un teatro grande para su época –casi treinta metros de largo– y su diseño fue elaborado por el arquitecto Giovanni Antonio Mediano. La singularidad de este teatro es que reunió todos los elementos esenciales de un gran teatro de ópera. El San Carlo aunó en un único edificio integral, los múltiples elementos hasta ese momento dispersos y, como “programa arquitectónico”, sirvió de modelo e inspiración para los sucesivos grandes teatros de ópera que se construyeron en Europa en los siglos XVIII y XIX. El San Carlo ya no es una réplica de los teatros de la Antigüedad clásica, ni tampoco una reproducción de las formas de Palladio. Su diseño no nació de los cánones teóricos de la arquitectura, sino de los requisitos edilicios de la ópera, y por eso pudo ser un modelo.Presenta una sala en forma de herradura (italiana), cinco órdenes de palcos, galería alta y un palco escénico con maquinaria teatral y telón de boca textil. Por otra parte, allí nació el bel canto (el arte de cantar bellamente), es decir, el esmero porque el canto humano sea esencialmente virtuoso. La ópera llega a América En 1790 La servapadrona de Giovanni Battista Pergolesi se representó en Baltimore, Maryland, y recién en 1825, con la llegada de la compañía que integraba la soprano María Malibrán, la ópera llegó a Nueva York. Ese mismo año, Il barbiere di Siviglia, de Gioacchino Rossini, se convirtió en la primera ópera representada en Buenos Aires, acontecimiento que tuvo lugar en el precario Coliseo Provisional, frente a la iglesia de La Merced. En Argentina, en 1864, Inocente Bernardino Cárcano, profesor de música del Colegio de Monserrat, estrenó Aurelia, interpretada en Caroya por sus alumnos. Sin embargo, se considera a La gatta bianca, compuesta por Francisco A. Hargreaves y representada en Buenos Aires en 1877, después de su estreno en Italia, como la ópera más anti gua compuesta por un músico argentino, ya que la anterior no se ha conservado. Estas menciones tienen importancia para nuestra historia operística porque se refieren a representaciones de óperas completas y no de fragmentos musicales cantados, que abundaron contemporáneamente. Es decir que estos fueron los inicios de la ópera como representación escénica y no solo como música.
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10|INTRODUCCIÓN Ópera de Garnier El proyecto de construcción de un nuevo teatro de la Ópera en París se enmarca dentro de una grandiosa operación urbanística ideada por Napoleón III. El emperador encargó al barón Haussmann, que en aquel momento ocupaba la prefectura del Sena, la misión de rehabilitar gran parte de la ciudad y, en particular, el barrio comercial y financiero. En 1858 el propio Haussmann decidió la ubicación del futuro teatro, que estaba destinado a reemplazar la sala Le Peletier, que se había quedado demasiado pequeña. El 29 de diciembre de 1860 se organizó un concurso de arquitectura para seleccionar al profesional que se encargaría de la realización de la nueva Ópera. En la competición participaron eminentes arquitectos, como Eugène Emmanuel Viollet-le-Duc, entre otros. Al final, fue escogido por unanimidad el proyecto de Charles Garnier, un joven desconocido de treinta y cinco años, que apenas contaba en su haber con algún edificio construido. El joven arquitecto viajó por toda Europa para estudiar las proporciones de las salas de espectáculos, sus instalaciones escénicas y su arquitectura con lo que se convirtió en un auténtico experto del tema. Haussmann quería que la avenida de la Ópera se construyera de forma que permitiera el acceso directo al teatro desde la residencia de los soberanos, ubicada en las Tullerías. La abertura se hizo lo más ancha posible con el fin de evitar cualquier riesgo de atasco. Por otra parte, con el propósito de evitar la posibilidad de otro atentado contra el emperador, Garnier habilitó en uno de los costados del edificio una entrada protegida que incluía una doble rampa de acceso, que permitiría conducir al emperador hacia su propia rotonda y llevarlo directamente hasta el palco de proscenio. El resultado fue un auténtico barrio urbano cerrado sobre sí mismo, cuyo corazón latiría en torno a la nueva Ópera. El 6 de junio de 1861, Garnier fue nombrado oficialmente arquitecto de la Ópera y el 27 de agosto comenzaron las primeras excavaciones. E n 1869 el edificio queda cubierto por completo. Un año después, en un acto de imprudencia, el emperador declara la guerra a Prusia. El sitio de París paraliza las obras de construcción. Posteriormente, tras la derrota de Sedán, Napoleón III es apresado y el 4 de septiembre de 1870 se proclama la república en el Ayuntamiento. Después de estos acontecimientos algunos se preguntaron cuál iba a ser el destino de una de las obras más emblemáticas del Segundo Imperio. Al día siguiente el nuevo gobierno de Defensa Nacional invita a Garnier a retirar todos los símbolos imperiales (águilas, números, iniciales…) del edificio, que es requisado. Un año después se constituye la Comuna de París: los federados ocupan la Ópera. Durante la noche del 28 al 29 de octubre se produce un terri ble incendio que arrasa la sala Le Peletier haciéndola desaparecer totalmente entre las llamas. Tras esta catástrofe, los poderes públicos exigen a Garnier que termine su obra con la mayor celeridad posible, lo que precipita la finalización del nuevo Teatro de la Ópera. El 20 de marzo de 1874 se acuerda la concesión de créditos adicionales y se consigue aunar los esfuerzos económicos, técnicos y humanos necesarios gracias a un esfuerzo general. El 1 de diciembre, se lleva a cabo en la sala una primera serie de ensayos de acústica, seguidos de diversos ensayos de luz. La nueva Ópera de Charles Garnier fue inaugurada el 5 de enero de 1875. Charles Garnier, que se había rodeado de los mejores obreros de Francia y de los más eminentes pintores y escultores de la época, recibe inmediatamente el aplauso general por el triunfo de su programa arquitectónico, que es a la vez funcional, brillante y ecléctico: esta obra maestra se convierte desde ese momento en el más grandioso de los teatros a la italiana.
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Teatro Colón En 1884 comenzó la historia del Teatro Colón. Pero, a los efectos de ubicarlo en su espacio y en su tiempo, es necesario recordar que el Colón es un teatro de ópera, es decir, un teatro musical y no una sala para todo el ar te dramático, ni tampoco un auditorio. Es cierto que su notable aptitud para la ópera lo habilita también para la música sinfónica, para el ballet e incluso para la tragedia, la comedia, o para conferencias y celebraciones. No obstante, como teatro lírico, su concepción arquitectónica deriva esencialmente del género operístico. En 1848, se representó en Buenos Aires Lucia de Lamermoor, de Gaetano Donizetti. Paralelamente, se trasladaba a Buenos Aires desde Alla Scala de Milán la polémica entre partidarios de Donizetti y sus oponentes, simpatizantes de Vincenzo Bellini. Con su arribo a la ciudad, las óperas de Giuseppe Verdi poco a poco ocuparon un creciente espacio entre Rossini, Bellini y Donizetti. Tal había sido la actividad operística de Buenos A ires. Después del derrocamiento de Rosas, en 1852, surgió la iniciativa de construir un teatro de ópera grande y moderno: el primero en llevar el nombre de Colón. Al año siguiente, se inauguraba en Buenos Aires el primer teatro de ópera digno de esta denominación, bautizado Colón, haciendo juego con el Solís, por sugerencia de Bartolomé Mitre. Nació de una iniciativa privada; fueron sus promotores Héctor Varela, Hilario Ascasubi, Carlos Enrique Pellegrini, José Ramón Oyuela, Joaquín Lavalle, Martín Rivadavia, José Migoni, Nicanor Albarellos, Francisco Oyuela, Alejandro Martínez y Esteban Rams. El primer Colón deslumbró a la ciudad. Fue proyectado por Carlos Enrique Pellegrini, ingeniero, pintor y arquitecto. Era una proeza técnica, con una enorme estructura metálica inglesa, y una verdadera obra de arte arquitectónico en aquella Buenos Aires que empezaba a mostrar deseos de superar la vida simple de “la G ran Aldea”. Tuvo una trayectoria operística notable. Fue, además, un edificio trascendente en la historia de Buenos Aires. Cuando la empresa propietaria del edificio no pudo continuar su explotación, el primer Colón pasó al Municipio. Pero Ferrari continuó su labor: el 13 de octubre de 1883 arrendó a la Intendencia el edificio y continuó con sus programas de ópera hasta el cierre de la sala, en 1888. Desde 1884 el gobierno municipal tenía decidido vender el edificio para saldar la deuda generada por su costosa explotación, y reservar el saldo para iniciar la construcción de un nuevo y mayor teatro –el futuro Nuevo Teatro Colón–. En esos tiempos, Buenos Aires ya había crecido mucho, no solo en tamaño y población, sino también en cultura teatral. El primer Colón era por entonces apenas uno entre varios teatros. Especialmente, otro teatro deslumbraba en esos tiempos a los porteños: el Ópera. Inaugurado en 1872, creado por Antonio Pestalardo, erigido en la calle Corrientes, y diseñado por el arquitecto Emilio Landois, tenía una sala de excelente calidad y una actividad muy intensa. Pero en 1886 su propietario, Roberto Cano, aspiraba a mucho más, y encargó al arquitecto Jules Dormal una remodelación integral. El Ópera fue reinaugurado en 1889, cuando se apagaban las luces del primer Colón, cuyo edificio pasó a ser sede del Banco Nacional. La nueva sala –el Ópera de Dormal– era deslumbrante. Fue importante este teatro reformado, con su sala calefaccionada e iluminada eléctricamente y sus ricos y armoniosos materiales, colores, texturas y reflejos, porque sería un anticipo de la terminación que el mismo Dormal daría al nuevo Teatro Colón a partir de 1904. En 1908, el Teatro Colón abría sus puertas sobre la Plaza Lavalle. El monumental edificio, al i gual que los palacios representativos del Estado Nacional, ocupaba una manzana entera y era una de las piezas del amplio plan de obras públicas mediante el cual Buenos Aires intentaba presentarse ante el mundo como la vidriera del progreso de un país moderno. …“La vida artística del Teatro Colón se inauguró el 25 de mayo de 1908 y maravilló a su primer público. Sin embargo, al igual que la Ópera de París, el Colón se abrió sin estar terminado totalmente. Para el Centenario lució con todas sus galas. El Salón Dorado y el de los Bustos, parte de la ornamentación de la Sala, el pórtico de acceso y las marquesinas, fabricadas por la firma Zamboni, entre otros detalles, se agregaron después” ¹ 1. Gustavo A. Brandariz: Arquitecto. Asesor en Investigación histórica del Plan de obras del Teatro Colón. Profesor e investigador FADU-UBA. El Teatro como obra de arte total: Teatro Colón | Gómez, Daniela - Malvica, Cintia
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11|DESARROLLO ANÁLISIS DE LA VARIABLE CENTRAL Selección de obras - Teatro Colón - Opera de París ANÁLISIS DE LAS VARIABLES INDEPENDIENTES - Implantación - Volumetría – Forma - Proporciones, plantas, corte - Técnicas y ornamentación - Representación simbólica - Restauraciones
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11.1| IMPLANTACION Ópera de París La Ópera se encuentra ubicada en la extremidad norte de la avenida de la Ó pera en el barrio de la Ó pera del 9° distrito, un barrio animado de la capital francesa, corazón del París haussmanniano y el barrio de negocios. E l edificio se sitúa en una parcela romboidal, con fachada en una de sus puntas. La construccion de la nueva ópera se ve enmarcada dentro del plan urbano y las transformaciones de París durante el Segundo Imperio, llevadas a cabo por Napoleón III y el barón Haussmann. Los trabajos se llevaron a cabo en toda la ciudad, tanto en el corazón de París, como en los barrios periféricos: calles y bulevares, restauración de fachadas, remodelación de los espacios verdes, mobiliario urbano, creación de un alcantarillado y trabajos de conservación en monumentos públicos. Durante la construcción del edificio, Napoleón III pidió a Haussmann la apertura de una gran avenida que uniera la ópera con el Palacio de Tullerías, donde él residía. Para ello fue necesaria la expropiación y demolición de todo un barrio y la avenida de la Opera fue concluida en 1879, cuatro años después de la inauguración del Palacio de la Opera. La Avenida de la Opera es, entonces, el único gran eje diseñado por Haussmann sin una utilidad real. En adelante, la avenida se vería bordeada por residencias burguesas, tiendas de lujo, bancos y sedes de compañías de seguros. Teatro Colón En la Ciudad de Buenos Aires, la Plaza Lavalle era uno de los nuevos núcleos de una ciudad que crecía desde el centro hacia los barrios, en un contexto de aumento poblacional tributario de la inmigración, el puerto, las redes de tranvías y los ferrocarriles. Medio siglo antes, el viejo y homónimo Teatro Colón se había situado junto con el Cabildo, la Catedral, la Bolsa de Comercio y los principales edificios administrativos, en la plaza fundacional de la ciudad. Pero, con la reorganización estatal, a fines del siglo XIX, los edificios públicos se debían reubicar en el centro ampliado de la urbe que se extendía. Un ambicioso proyecto se proponía vincular entre sí los principales edificios. Desde la Plaza de Mayo, la Avenida de Mayo comunicaba, hacia el oeste, con el Congreso Nacional.La Diagonal Norte, en orientación noroeste, llegaba hasta los Tribunales de la Plaza Lavalle. Complementariamente, de norte a sur, una avenida transversal uniría las estaciones ferroviarias de Constitución y R etiro.En la esfera de la construcción privada, las barracas, las casas de patios y los edificios de renta iban ocupando las parcelas y las manzanas cuadradas, de menor altura y densidad en los bar rios nuevos. Con su formato de hotel particulier, en las localizaciones de prestigio, las nuevas residencias privadas remitían al repertorio académico y a los usos y costumbres de una sociedad que se transformaba casi tan aceleradamente como la ciudad. En esa dinámica de mutaciones, se localizó el Teatro Colón frente a la mencionada plaza, en donde ya existían la Escuela Nicolás Avellaneda y el Palacio Miró. Después se construirían el Palacio de Justicia y la Escuela Presidente Roca. Mientras tanto, un vasto sistema de parques y plazas metropolitano y una red de avenidas costaneras, diagonales y ensanches reformulaban en clave criolla el modelo parisino. Muchas de esas obras céntricas de cuño haussmanniano, interrumpidas por la Primera Guerra Mundial, se fueron concluyendo de manera modernista a lo largo de las décadas de 1920 y 1930. En 1936, se inauguró el emblemático obelisco de Alberto Prebisch y se sumó una manzana más a la Plaza, mediante la anexión de los jardines del expropiado Palacio Miró. Un año después se abrían las primeras cuadras de la Avenida 9 de Julio y el eje del centro se desplazó hacia el norte. La ensanchada Corrientes –“la calle que nunca duerme”– donde había teatros, librerías y cines, se convirtió en el eje cultural del nuevo espacio metropolitano. Con una de sus fachadas de frente a la Avenida 9 de Julio, el Teatro Colón ganaba así una nueva perspectiva. El Teatro como obra de arte total: Teatro Colón | Gómez, Daniela - Malvica, Cintia
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La forma del terreno en donde se emplazan los dos edificios está asociada a la trama urbana general de cada ciudad: de forma irregular para la Ó pera de Garnier, y de forma regular para le Teatro Colón. Ambas implantaciones se encuentran en le centro administrativo de la ciudad, y se enmarcan dentro de un plan urbano de modernización de las ciudades. Los dos edificios ocupan una manzana completa, per mitiendo el dearrollo de sus cuatro fachadas. Y se encuentran en relación directa con un espacio público que los antecede, y avenidas principales aue los comunican con sectores importantes de la ciudad. Ópera de París - París
Teatro Colón - Buenos Aires
Centro administrativo - p olítico: París: Palacio de las Tullerias Buenos Aires: Plaza de Mayo Lote de impantación de los edificios Espacio urbano previo a la fachada principal de los edificios Monumentos - espacios destacados de la ciudad. Principales vías de acceso comunican los edificios con los puntos importantes de la ciudad.
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11.2| VOLUMETRIA - FORMA Ópera de París Por fuerza, un edificio de este porte, en este momento de la tradición clásica, debía ser orgánico, estrictamente simétrico (con una simetría biológica, axial) en todas sus manifestaciones visuales: las que percibiría un espectador externo: volúmenes generales, fachadas y alzados, circulaciones y ámbitos interiores, y los elementos particulares; y las que detectaría un erudito al examinar sus plantas en detalle. La Opera es un dibujo precioso que logra un todo variado y sin embargo unitario. Los espacios singularizados para su función se yuxtaponen sin desajustes. La sala curva se acomoda en el esquema reticular, y los salones se alargan o redondean, la caja de escalera facilita el desahogo de curvaturas de las rampas y balcones. Le despliegue de volúmenes constituye el gran acierto de este edificio emblemático: la loggia adelantada, la gigantesca corona situada sobre la sala, y la tremenda torre de telares con su frontón clásico. Todo lo demás sirve para confirmar esa f undamental opción y subrayar y caracterizar sus componentes a las distintas escalas propias del diseño arquitectónico, manteniendo la unidad. Teatro Colón El arquitecto Tamburini pensó el edificio del Teatro Colón como un volumen exento, axialmente simétrico, proporcionado y monumental. Tan solo la dificultad de no disponer desde el comienzo de la obra de la totalidad del terreno llevó a edificarlo en forma asimétrica dentro de la manzana. Ese aislamiento se había ya convertido en teoría explícita desde la publicación en 1771 del Cours d ’architecture de François Blondel. A esa escuela de ideas pertenecen la Opéra de París y otros teatros que Tamburini y luego Meano y Dormal tomaron como modelos del género. Pero el Palais Garnier es el más famoso y expresivo de estos teatros exentos, en donde la situación urbana del edificio no había sido solo inspiración de Garnier, sino fruto de la armonía entre el diseño urbano del plan de Haussmann y el diseño edilicio de la Opéra. En el caso del Colón, el aislamiento no solo fue intención del arquitecto, sino que fue una condición establecida en la licitación y en la legislación de la época. Del mismo modo, la premisa del Colón como un edificio monumental, fue una de las razones del éx ito del proyecto de Tamburini. Para el Colón se buscaba, expresamente, construir un monumento que contribuyera al “ornato o embellecimiento general de una gran capital, como Buenos Aires”. Y, pese al crecimiento en altura de la ciudad, perdura ese carácter monumental. Aislamiento y monumentalidad fueron, entonces, dos puntos de partida. La resolución simétrica y por medio de una composición de cuerpos proporcionados recíprocamente, fue una creación de Tamburini, desarrollada con acierto por Meano y terminada con gran calidad por Dormal. Le proyecto original sufrió una serie de modificaciones por conflictos y crí ticas. La propuesta inicial exhibía en planta un juego de volúmenes y un movimiento del perímetro que la acercaban al tipo de composición de cuerpos con cierta autonomía de la Opera de Paris, de Garnier, y una mayor diversidad en los elementos del l enguaje y ornamentales. A partir de allí, las modificaciones implementadas por Meano implicaron la regularización del perímetro dentro de una caja y la reducción y homogeneización del lenguaje.
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Ambos teatros expresan solidez, complejidad decorativa, simetrías y monumentalidad. Ópera de París - París
Teatro Colón - Buenos Aires La masa de la Ópera no es compacta, cada cuerpo tiene forma y cobertura propias según su función: el vestíbulo y foyer de público, la gran escalera, la sala, las rotondas laterales, el escenario y foyer de la danza.
Proyecto de Meano, 1892. Se observa la regularización del perímetro y la reducción y homogeneización del lenguaje. Simetría Simetría Simetría compuesta por Las fachadas se definen a arcos romanos en el partir de ejes de nivel de acceso; sobre el composición principales y mismo se levanta un secundarios que aseguran pórtico de cuatro pares las jerarquías relativas de de grandes columnatas. cada parte. La policromía de la fachada acusa la Ordenamiento vertical influencia de los (esquema tripartito) antiguos templos reafirma jerarquías griegos. espaciales.
Una gran escalinata realza el edificio.
Fachada principal: juego volumétrico y de la inclusión de una importante marquesina de hierro.
Fachada sobre calle Cerrito: juego volumétrico por elementos de arquitectura (columnas, pilastras, Pequeño ventanas de distintos adelantamiento destaca tamaños y proporción, los cuerpos laterales. frontis rectos y curvos). El Teatro como obra de arte total: Teatro Colón | Gómez, Daniela - Malvica, Cintia
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11.3| PROPORCIONES, PLANTAS, CORTES Ópera de París Pese a la suntuosidad del edificio en todas las escalas, su concepción es sencillísima. La planta es un rectángulo alargado; completado con cuatro elementos que se proyectan para ajustarse a las líneas oblicuas del rombo; y se destinan a señalar los accesos principales: delante, un pórtico para el acceso común (y para componer un paño de fachada); en los laterales, los pabellones destinados a entrada de abonados (pabellón del glacier) y entrada -en rampa- para el coche imperial (pabellón del Emperador), y al fondo, el patio de entrada con la zona destinada a los intérpretes y a la administración. Le "parti" está limpiamente articulado en el eje principal, que ensarta la Sala, el corazón del edificio, a un lado con la escalera de gala y Grand Foyer, y al otro con el escenario y el Foyer de la Danse.La parte trasera del edificio se confina las habitaciones accesorias, de escala doméstica, apropiadas para los actores y la administración. En un principio daba a calles poco importantes. La fachada principal con una altura de 32,12 m, se compone de una planta baja sobrealzada y cortada por siete arcos que permiten acceder al interior, y es precisamente a través de estos arcos por donde los espectadores entran al teatro para asistir a las representaciones. Por encima de la planta baja hay una lo gia con dieciséis columnas de piedra monolíticas, unidas por balcones y acompañadas de dieciocho columnas de mármol; estas columnas confieren al edificio su carácter monumental y enmarcan los bustos de los compositores que se intercalan. como Rossini, Auber, Beethoven, Mozart. Al conjunto se superpone un ático ricamente esculpido que corona la obra maestra de Garnier. El conjunto del edificio tiene una longitud de 172,70 metros y un ancho de 124,85 metros. Su altura, desde el suelo de la plaza de l a Ópera hasta la terraza superior de la cubierta del escenario es de 55,97 m; el Gran Foyer mide 54 metros de largo, 13 metros de ancho y 18 metros de alto; el escenario de 60 metros de alto, 48,5 metros de ancho y 27 metros de profundidad, se comunica con el Foyer de la Danza, decorado con pinturas de B oulanger. La superficie del escenario es de 1.200 m2, por lo que durante mucho tiempo fue uno de los más grandes del mundo. Teatro Colón El proyecto responde a la tipología del teatro de ópera a la italiana, pero con elementos provenientes de los teatros franceses, como la organización y el tamaño del hall, los vestíbulos y su implantación como un volumen exento. La sala principal, en forma de herradura, cumple con las normas más severas del teatro clásico italiano y francés. Ocupa el centro de la organización, con un declive de 75 m de largo por 23 de ancho y 28 de altura, dentro de otra caja rectangular que contiene y sostiene a la cubierta metálica del conjunto. La planta está bordeada de palcos hasta el tercer piso. La herradura tiene 29,25 metros de diámetro menor, 32,65 metros de diámetro mayor y 28 metros de altura. Cuenta con un total de 3.000 localidades, que incluyen la platea de 600 m², los 138 palcos abiertos a la francesa en los tres primeros niveles y la cazuela, tertulia y paraíso en los pisos 4°, 5° y 6°, respectivamente, con la cúpula como coronamiento de toda la composición. Hacia el frente, sobre la calle Libertad, se encuentran el acceso principal y el gran foyer para el encuentro social. Hacia atrás y hacia los laterales se ubican los camarines, las salas de ensayo, los talleres y demás áreas de servicio; el escenario posee una inclinación de tres centímetros por metro y tiene 35,25 metros de ancho por 34,50 de profundidad, y 48 metros de altura. El foso de la orquesta posee una capacidad para 120 músicos. Está tratado con cámara de resonancia y curvas especiales de reflexión del sonido. Estas condiciones, las proporciones arquitectónicas de la sala y la calidad de los materiales contribuyen a que el Teatro Colón tenga una acústica excepcional, reconocida mundialmente como una de las más perfectas. El Teatro como obra de arte total: Teatro Colón | Gómez, Daniela - Malvica, Cintia
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Pese a las pequeñas diferencias formales, las plantas de los dos edificios, extrictamente simétricas con un eje de composición axial, se inscriben en un rectángulo, con acceso sobre uno de sus lados menores; siguen la misma ló gica de distribución: el foyer de acceso, de proporciones considerables en relación a la totalidad del edif icio con la escalera ocupando un papel fundamental; la sala en forma de her radura en el centro del edificio; a continuación el escenario con las dependencias y talleres, y una tira de servicios a lo largo de los lados mayores. El salón de entre actos difiere en su posición, pero se conecta con los mismos espacios y cumple la misma función: el encuentro social. sala a la italiana: foyer a los escenario ancho: 48,5 m forma de herradura palcos profundidad: 27 m altura: 60 m
Salón - Gran Foyer escalera igual proporción largo: 54 m ancho: 13 m que la sala altura: 18 m
a r e p Ó . v A o s e c c A
m 5 8 , 4 2 1
escenario ancho: 35,25 m profundidad: 34,50 m altura: 48 m
Vista Av. Ópera
foyer de acceso y Salon Dorado
d a t r e b i L o s e c c A
m 0 0 0 0 0
Ópera de París
Teatro Colón 172,70 m
sala a la italiana: forma de herradura centrada en le edificio
Con los cambios realizados por Meano, el Teatro Colón se alejó de la estética de la Ópera; la cúpula del foyer disminuyó su tamaño y se regularizaron los bordes. El frontis y la concepción clásica de la fachada se mantuvo.
00000 m Vista calle Libertad
Frontis Remate Desarrollo Base El Teatro como obra de arte total: Teatro Colón | Gómez, Daniela - Malvica, Cintia
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Los cortes presentan diferencias tanto en proporciones como en volumen. Una de las diferencias importantes es la volumetría de la sala y el escenario: en el caso de la Ópera se comportan como dos volúmenes separados, mientras que en el Teatro Colón estan unificados con una misma cubierta. Por otra parte, la Ópera de Paris se encuentra sobre un basamento mientras que le Teatro Colón se apoya directamente sobre la cota cero del terreno. Ópera de París
Teatro Colón sala y escenario en dos volúmenes sala + escenario en un mismo volumen Frontis + cúpula Frontis Remate Desarrollo Base Basamento
Vista lateral
Vista calle Viamonte sala + escenario en un mismo volumen
sala y escenario en dos volúmenes La cúpula de la sala visible desde el exterior
Cúpula del acceso - foyer dentro de la estructura
Corte Longitudinal
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La cúpula de la sala está dentro de una estructura prismática
Cúpula del acceso - foyer visible desde le exterior
Corte Longitudinal
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11.4| TÉCNICA Y ORNAMENTACIÓN Opera de París Influenciado por el arte barroco, Charles Garnier diseña un edificio en el que refleja claramente la corriente italiana de finales del siglo XVI pero que combina, sin embargo, con varios estilos diferentes. Es un edificio muy vistoso de estilo es monumental, opulentamente decorado con frisos multicolores elaborados en mármol, columnas y lujosas estatuas, muchas de ellas representando a deidades de la mitología griega. Entre las columnas de la fachada frontal del teatro, hay bustos en bronce de compositores famosos, como Mozart y Beethoven. El interior está adornado en terciopelo, hojas doradas, ninfas y querubines. La fachada principal de la nueva Ópera de Charles Garnier (lado sur) fue diseñada como un decorado de teatro. Las fachadas laterales, donde se encuentran los pabellones, están decoradas con bustos de músicos y figuras simbólicas. La decoración es más sobria que la de la fachada principal, pero los temas elegidos por los escultores mantienen la coherencia con el conjunto: bustos de compositores, homenajes al teatro, el drama, la danza, el canto, la poesía, las ciencias, las artes y la industria. La araña de luces del auditorio central pesa más de seis toneladas. El área del techo alrededor de la araña tiene una pintura de 1964 hecha por Marc Chagall. Si bien se considera que es el modelo del teatro a la italiana, la sala de espectáculos está diseñada a la francesa: la decoración es muy variada, los palcos son distintos en cada piso y cada categoría de butacas se diferencia de las demás por su aspecto y disposición. Charles Garnier deseó decorar él mismo la sala de espectáculos y lo hizo de manera suntuosa con el objetivo de convertir la sala de espectáculos en un magnífico escaparate, un "joyero", para ver y ser visto. Está rodeado por distintos elementos de decoración y de iluminación exteriores que iluminan sus inmediaciones y parecen formar un suntuoso “anillo de luz” (Ceinture de Lumière) alrededor del monumento. Está formado por farolas, candelabros, cariátides, y columnas rostrales, imperiales y piramidales que actualmente son objeto de una importante campaña de restauración, en la que un total de 34 elementos en la fachada oeste (entre ellos 24 farolas y 2 candelabros-farolas situados en la rampa del emperador), y 26 elementos en la fachada este serán restaurados. Los escalones de la gran escalera, que van de cóncavo a convexo, están hechos de mármol blanco de Seravezza (Italia) y solo uno de ellos es recto. De esta forma, se adaptan a la curvatura de la balaustrada de ónice, cuya base es de mármol verde de Suecia, y los 128 balaustres de mármol rojo antiguo. Predomina el color y se utilizan mármoles preciosos, como el ónice y la fluorita, para atraer las miradas. Por primera vez en Francia, Garnier utiliza también jaspe del Mont Blanc, fácilmente reconocible por su color tornasolado rojo, amarillo o verde. Teatro Colón El proyecto original de Tamburini tenía características estilísticas italianizantes, pero cuando Dor mal, arquitecto belga, (formado como ingeniero en la École Centrale des Arts et Manufactures de Liège, para luego graduarse también como arquitecto en la École Centrale Paris), se hizo cargo de la dirección de obra, se introdujeron modificaciones importantes, principalmente grandes cambios en los trabajos de decorado, claramente inscriptos en la estética francesa. A sí, el teatro termina consolidándose como un acabado exponente del eclecticismo académico. En esos términos, las fachadas, se definen a partir de ejes de composición principales y secundarios, que aseguran las jerarquías de cada parte.
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En la fachada principal este esquema se hace explícito a partir de un juego volumétrico real y la inclusión de una importante marquesina de hierro que acompañan al balcón que define el acceso. En la facha de la calle Cerrito, el mismo esquema queda sutilmente sugerido por los elementos de arquitectura: columnas y pilastras, ventanas de distinto tamaño y proporción, frontis rectos y curvos. El ordenamiento vertical – base, desarrollo y remate – se expresa a través de texturas y elementos de arquitectura, siempre de tradición clasicista, que reafirma jerarquías espaciales. Los elementos decorativos, cumplen una función emblemática sustancial en tanto fortalecen el carácter programático del edificio. En el interior, el tratamiento decorativo y las superficies destinadas a los espacios previstos para el público, como el foyer (con su magnífica escalera principal) y los salones próximos, incluido el Salón Dorado con sus connotaciones palaciegas, reflejan el carácter de evento social que implicaba asistir al teatro en esa época: mármoles de distinta procedencia, grupos escultóricos, bronces y vitrales, espejos, arañas francesas, balconeos, dobles alturas y hasta un trabajo de revestimiento en láminas de oro, los convierten en ambientes perfectos para una sociedad que se brinda, ella misma, en espectáculo. Por su parte, la cúpula que remata la sala principal tuvo en sus orígenes una decoración con obra del pintor francés Marcel Jambon, quien también había trabajado en la Ópera de París. Hacia 1966, por el deterioro de la misma, el maestro argentino Raúl Soldi, realizaría las nuevas pinturas de la cúpula, inspirado en las pinturas de Marc Chagall en la Ópera de Garnier.
Fachada princial - Opera de París
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Fachada princial - Teatro Colón
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El salón de acceso a los palcos del Teatro Colón y su escalera tomaron sigue la idea de la Ópera de París de que fuera un espacio para ver y ser visto, para mostrarse al concurrir a los eventos. La doble altura y los balcones que ambas presentan son la demostración de esto. Aunque de menor tamaño y con decoración más sobria, en ambas se destaca la utilización del mármoles de diferentes tonalidades en solados, colunmas, barandas, etc. que dan al conjunto un aspecto único.
Ópera de París
Teatro Colón
La cúpula del salón de acceso del Teatro Colón presenta un exquisito desarrollo de los vitraux, dando al espacio diferentes tonalidades; algo que no posee la Ópera de París, en la que la pintura tiene el papel más importante y le vidrio no presenta demasiado desarrollo. El Teatro como obra de arte total: Teatro Colón | Gómez, Daniela - Malvica, Cintia
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Una de las grandes influencias de la O pera de Paris se verifica en el Salón Dorado, en cuanto a materiales, texturas y colores. Desde la forma rectangular de la sala hasta la hilera de columnas ricamente decoradas, el mobiliario y las arañas. No es casualidad que le nuevo Teatro de La ciudad de Buenos A ires, con su aire de grandeza, buscara asemejarse al mayor exponente de esplandor y refinamiento que en aquella época representaba La Ópera de París.
Grand Foyer - Ópera de París
La cúpula del auditorio firmada por el arti sta Marc Chagall, es todo un impacto multicolor. Colocada cuidadosamente sobre las pinturas originales, se inauguró en 1964 y genera un contraste con su aristocrático entorno. Puro eclecticismo. El Teatro como obra de arte total: Teatro Colón | Gómez, Daniela - Malvica, Cintia
Salón Dorado - Teatro Colón
La cúpula del Colón poseía pinturas de Marcel Jambon, que se deterioraron en los años treinta. En la década de 1970 se decidió pintar nuevamente la cúpula y el trabajo le fue encargado al pintor argentino Raúl Soldi. | 22
La Sala es sin duda le espacio en donde la Ópera de París ejerció mayor inf luencia. No sólo en la composición funcional sino también en la formal: la elección de los colores rojo para las butacas, alfombras y telón, y dorado para casi la totalidad de la estructura y la cubierta, le dan al espacio una similitud inconfundible. La rica decoración de los palcos otorga una exquisita y refinada visión del conjunto.
La sala de la Ópera de París
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La Sala del Teatro Colón
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11.5| REPRESENTACIÓN SIMBÓLICA Ópera de París El gran éxito del edificio es que expresaba rotundamente su función, como gustaba a los teóricos de la arquitectura desde finales del siglo XVIII : un edificio vivaz y suntuoso, una Opera superlativa, un monumento apropiado para la capital cultural de Europa. La Ópera había adquirido una reputación universal y se convertía en algo muy parisino. En 1898, Larroumet, secretario de la Académie, destacó los puntos más logrados de la Opera, y puso en palabras ese sentir popular: el edificio se identificaba con su momento y más todavía representaba a la ciudad de Paris: "No creo que tras el Palacio de Versailles existiera un programa arquitectónico más hermoso que cumplimentar. Mansart supo alojar no solo prácticamente sino también simbolizar la monarquía de Louis XIV. Charles Garnier encarnó en un edificio a su imagen, no sólo el régimen brillante y caduco del Segundo Imperio, sino la civilización del siglo XIX con su lujo, su amor por el placer, su sentido artístico refinado. Él quiso que su teatro fuera polícromo y dorado, rico por su materia, inmenso por sus proporciones, digno de las fiestas que París daba al mundo. Como entrada a la sala donde el más acabado y suntuoso género artístico, el drama lírico, desplegaba sus formas, colores y masas, y derramaba torrentes de luz y sonido, preparó esa escalera que reclamaba sobre sus gradas a la brillante jerarquía del Paris elegante, e invitaba al Universo a remontarlas. Es uno de esos propileos por siempre célebres donde la humanidad parece reconocer su propia apoteosis y exalta su victoria sobre la anti gua barbarie". El palco fue durante mucho tiempo uno de los lugares sag rados de la alta sociedad parisina. Todos los aristócratas, grandes burgueses, y hombres con cargos públicos debían tener un palco. Esto fue así hasta el periodo de entreguerras. Las mujeres, siempre acompañadas de un miembro de su familia, se instalaban en los palcos y recibían visitas. "Resulta muy difícil imaginar el comportamiento del público en la ópera. R ichard Warner convirtió a la ópera en un lugar al que se concurría como a un acto religioso, en el q se tenia una actitud deferente con respecto al espectáculo. Pero cuando se inauguró la Ópera Garnier y todavía unos años después, el consumo de la Ópera - porque era exactamente esto - era completamente distinto. Se iba a la ópera como hoy se mira la televisión. Es decir, hoy hacemos mil y una cosa mientras miramos la televisión, y hacemos zapping entre un canal y otro. El público de la Ópera hacía exactamente lo mismo con relación al espectáculo. Y además estaban las costumbres sociales que hacían que cuando uno tenía una cierta posición no llegaba puntual al espectáculo, sino con retraso. Porque los que llegaban puntuales al principio del espectáculo eran personas que no tenían nada que hacer. Y ese es el motivo por el que la dirección de la Ópera pidió a los compositores que situaran el ballet en el tercer acto y no en el primero para que el público, en especial los abonados, tuviera tiempo de llegar y pudiera ver le ballet.” El palacio es el marco ideal para grandes acontecimientos o manifestaciones de prestigio como el baile de la Ópera. Es una tradición que se remonta a los tiempos de Luis XV que se mantuvo en el palacio hasta 1903 y con los que se pretendía obtener fondos suplementarios para el teatro. Eran muy populares pero también muy frecuentados por la aristocracia y la burguesía que acudían de algún modo a envilecerse. A partir de 1903 se consideró que dichas manifestaciones populares no eran muy respetuosas con el lugar y la moral, con lo que solo se albergaron bailes prestig iosos. El palacio es un testimonio perfecto del régimen fastuoso que fue el régimen del Segundo Imperio de Napoleón III. Aunque la República que lo sucedió también convirtió el edificio en unos de los lugares de recepción favoritos. ²
2. Mathias Auclair. Conservador de la biblioteca de la Ópera de París. El Teatro como obra de arte total: Teatro Colón | Gómez, Daniela - Malvica, Cintia
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11.5| REPRESENTACIÓN SIMBÓLICA Teatro Colón En el contexto de las formaciones culturales burguesas, el teatro habría de convertirse en uno de los condensadores sociales más sofisticados. Acorde a ello, resulta cerrado y abierto a la vez. Cerrado, en tanto puede constituir un universo autónomo, autosuficiente; un universo en sí mismo que contiene y representa el orden social, productivo y cultural, un juego de misterios vinculado a los protocolos de la intimidad burguesa. Abierto, por cuanto expresa las pretensiones de exhibición social de esas mismas formaciones, de exposición en el mercado de producción cultural burguesa en tiempos de sistematización de trabajo y también del ocio. Forma parte de la construcción de un paisaje de la cultura urbana que, justamente a propósito de la incorporación de cierta heterogeneidad y multiplicidad propias de lo moderno metropolitano, se propone como un último intento de apariencia de integración, de capacidad sanadora y reconciliadora de la ciudad como consenso. Con sus luces y sombras, tales búsquedas fueron propias del imaginario de las elites de la época, que expresaron sus modos de representación simbólica en los nuevos programas institucionales, en la presencia del Estado, en las infraestructuras o en las diferentes experiencias formales y del lenguaje, todo esto en virtud de un ideal de progreso y de la necesidad de construir una identidad que ha de actuar entre la diversidad y la integración. Las comodidades para el público fueron pensadas a partir de una división en dos grandes grupos: el de frecuentadores del paraíso por un lado, y el de los frecuentadores de platea, palco, cazuela y galería. Las costumbres propias del llegar, entrar, adquirir los boletos, estar, atravesar y deambular por los espacios sociales, las sensaciones que podrían tener los espectadores en el recorrido por los salones fueron materia de su texto de presentación del proyecto. Vestíbulos, salones, Foyer, escaleras fueron contemplados también para los momentos de entreacto y para la salida. La inaguración de la Opera de París en 1875.
Gala de apertura del nuevo Colón 1908 Velada de Gala año 1940
Opera de París hacia 1908
Tabla de precios - 1910
Entrada Teatro Colón 1908 El Teatro como obra de arte total: Teatro Colón | Gómez, Daniela - Malvica, Cintia
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11.6| RESTAURACIÓN Opera de París El Palacio Garnier no podría conservar su esplendor sin los numerosos trabajos de restauración que se han llevado a cabo. Muchos han sido los artistas y artesanos que han pasado por el Palais Garnier, ya sea para restaurar el Gran Foyer, el mobiliario, las pinturas e incluso la fachada. Fachadas: Se volvieron a dorar las inscripciones, las esculturas y mosaicos. Se volvieron a fabricar las teselas en I talia y fueron talladas de manera idéntica por el fabricante seleccionado en aquel entonces por Charles Garnier para sustituir a las originales. Los trabajos realizados en 1999 permitieron reparar la fachada principal y realizar la limpieza previa a las labores de restauración de las fachadas laterales; también se restauraron la cúpula Chauviré, al este del Palais Garnier, y los canalones de la gran cúpula o cúpula Lifar. En noviembre de 2009, se lanzó una vasta campaña de restauración que permitió devolver todo su esplendor origi nal a la fachada oeste. Gran Foyer: El objetivo de las obras de restauración era hacer que el Gran Foyer recobrara su aspecto y disposición originales, a excepción de la iluminación con gas que se sustituyó rápidamente por la electricidad. Básicamente se emprendió la restauración de las pinturas artísticas del techo, de los dorados y los cuadros, así como la restitución de los muebles y colgaduras desaparecidos, como cortinas, sillones, asientos, candelabros y elementos de iluminación de vidrio. Decoraciones: Durante los trabajos se procedió a la restauración de todas las decoraciones de madera, estuco y yeso. Antes de volver a aplicar la pintura y los oros, se restauró toda la decoración de madera: las telas encoladas fueron retiradas, se lijaron las fisuras y se sustituyeron los elementos defectuosos. También se procedió a la restauración de los elementos de estuco deteriorados, restituyendo las partes que faltaban mediante la incrustación de réplicas hechas a partir de moldes. Los parqués y los mosaicos del suelo de las rotondas también fueron restaurados. Asimismo, se restauraron todos los pequeños elementos decorativos de bronce, latón y fundición, así como los candeleros con cabeza de mujer, el manto de las chimeneas y las cariátides realizadas mediante la técnica de galvanoplastia situadas encima de las chimeneas. Mobiliario: Se restauró todo el mobiliario ex istente y los elementos faltantes se restituyeron creándolos a partir de los dibujos de Charles Garnier. Los veinte sillones existentes de estilo Luis XIV de madera dorada, con estructura de haya y brazos de nogal esculpido, se restauraron tras haber sido completamente desvestidos y desmontados. Entre 2010 y 2011, la Ópera emprendió la renovación y modernización del ascensor conocido como “del Aga Khan”, situado en la prolongación de la Rotonda de los Abonados.. Desde octubre de 2012, el Estado y la Ópera restauran la Rampa del Emperador y los elementos de decoración y de iluminación exteriores que rodean el Palais Garnier y parecen formar un “anillo de luz” (Ceinture de Lumière) alrededor del monumento.
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11.6| RESTAURACIÓN Teatro Colón Considerando la indisoluble y esencial condición del Teatro Colón como soporte material y productor de arte y cultura, la primera necesidad para el diseño del Plan de obras consistió en definir con claridad las intervenciones necesarias, tanto para la conservación del monumento histórico como para la adecuación del edificio a las nuevas modalidades de producción del espectáculo, ya fuera de ópera, ballet o concierto. Esto incluía la consiguiente renovación de la infraestructura tecnológica y de los locales que sirven a los artistas, a la producción y a la administración del complejo. Los trabajos abarcaron todas las áreas: Infraestructura: Se incorporaron nuevos sistemas eléctricos, de detención de incendios y de audioevacuación. Se creó una central de seguridad, con guardia permanente de bombero y se construyó una reserva de agua de incendio. Montacargas: Un nuevo montacargas, desde el nivel de la plaza, permite bajar un contenedor de dimensiones internacionales hacia el tercer subsuelo. Desde ahí, por un monorriel, las escenografías son llevadas hacia el túnel de escenografía. El circuito se completa con dos nuevos montacargas que la suben hasta el nivel del escenario. También, en el tercer subsuelo, se construyó una sala multipropósito. La sala: Se restauraron sus ornamentos y se recuperó su particular color rojo matone. Para conservar la acústica se reemplazaron cerramientos y vidrios en las ventanas. Butacas y textiles: Asientos y pasamanos se revistieron en terciopelo de lana. El telón es una resignifi cación del original. Renovación escenotécnica: En el escenario se cambió el piso y se modernizó el sistema de su disco giratorio. Se le incluyó un sistema de luminotecnia computarizado y un sistema de control de maquinaria escénica. Pasaje de los carruajes: Sde recuperó como una calle peatonal que atraviesa al Teatro, y que alberga la boletería, la tienda de regalos, la oficina de visitas guiadas y una cafetería, entre otras cosas. Plaza del Vaticano. Transforma la calle Viamonte en un solado y la integra a la plaza. El centro se usa como escenario para espectáculos abiertos. Fachada: Se removieron costras y vegetación parasitaria, se consolidaron las fi suras y grietas y se reintegró el revoque en las partes faltantes. Por último se protegió con una capa hidrofugante de silicona. El foyer: Se recuperaron sus estucos o falso mármol. Se restauraron los solados de teselas, descartando las piezas inadecuadas y reemplazando las faltantes. El salón Dorado: Se reintegraron los faltantes de láminas de oro en todas las superficies y se recuperaron los pisos de roble. Su cielorraso se consolidó estructuralmente, y se dispusieron pasarelas para el mantenimiento de las instalaciones del entretecho. Los lucernarios: Se protegieron externamente con nuevas carpinterías y vidrios de seguridad. E n los vitrales se reintegraron las piezas faltantes. Araña: Se recuperó el malacate original. Se restauraron las piezas faltantes y se recubrió de latón su estructura de hierro. Las cubiertas: Se cambiaron todas las chapas de zinc. Se recuperaron o reprodujeron los ornatos (liras) y se soldaron en la crestería.
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12|DISCUSIÓN Y COMENTARIOS FINALES “No pocos historiadores han querido ver en el aspecto exterior del Colón una imagen estilística alusiva a la cultura europea y hasta han afirmado afinidades entre la nacionalidad original”. Arq. Gustavo A. Brandariz. Una vez realizado el análisis del material bibliográfico y de las obras arquitectónicas seleccionadas y luego de haber sido puestas en comparación podemos llegar a una conclusión: Existe relación entre la arquitectura del Teatro Colón y la Ópera de París, y que dicho teatro tomó como referencia a laÓpera en muchos aspectos. La época en la que se enmarca la construcción del Teatro Colón, es una época de grandes cambios para Buenos Aires, ciudad que intentaba traspasar la barrera “colonial” para convertirse en una urbe moderna. En este contexto, la inf luencia de los modelos europeos, tanto en arquitectura como en urbanismo, tienen gran importancia a la hora de tomar decisiones, y París es el foco de todas las miradas. Por su parte, La Ópera de París ya se había convertido en el mayor exponente de la época en lo que a esta tipología edilicia se refiere, por lo que es comprensible que le nuevo teatro de una ciudad con aires de modernización la tomara como referente. La influencia recibida por la Ópera se verifica en su estilo ecléctico de la decoración interior; también toma rasgos relacionados con la implantación, volumetría y organización en planta. Aunque sin duda la mayor similitud es a nivel simbólico: ambos son edificios ilustres, no sólo porque sus calidades formales que armonizan con el elegante paisaje urbano, sino también por su extraordinaria calidad técnica. Son un referente para todo artista, el centro neurálgico de la actividad musical y la casa de ópera más importante y prestigiosa tanto para Latinoamérica como Europa. Pero también cabe destacar que el Teatro Colón no es una mera copia de la Ópera de París sino que, por el contrario, logra un leng uaje propio, mucho más sobrio y menos orgánico, que lo asocia al contexto social y al entorno en el que se implanta, dando respuesta a la cultura argentina y obteniendo como resultado final un modelo arquitectónico digno de ser conocido y estudiado. La realización de este trabajo nos brindó la posibilidad de ampliar nuestro conocimiento acerca de las tipologías de los teatros, de la cultura e historia Argentina, y su relación - o no - con cultura Europea. Consideramos que fue una buena experiencia gracias a la cual podemos tener una mirada crítica de nuestra cultura y su arquitectura.
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