Capítulo 7 de Montgomery, W. (2005). El quehacer conductista, hoy . Lima: Revista Peruana de Filosofía aplicada. ISBN: 9972-655-02-4.
7. La Ingeniería del Comportamento y sus Aplicaciones Aplicaciones Parece legítimo denominar en la actualidad “ingeniería del comportamiento” al conjunto de variopintas tecnologías que han surgido de los quehaceres teóricos y metodológicos conductistas, con o sin influencia de corrientes ajenas. Sigo en ello las orientaciones generales de Homme, D’Baca, Cottingham y Homme (1968/1977), al englobar tanto la tecnología de control por el estímulo como la de administración de contingencias, y las combinaciones de ambas, dentro del rótulo genérico de ingeniería de la conducta, y respaldo además mi perspectiva en la posición de Ferster (1971/1977), quien afirma la posibilidad de analizar conductualmente cualquier tipo de tecnología, con el fin de esclarecer las relaciones funcionales que se manejan muchas veces de manera inadvertida. Fundado en las consideraciones anteriores, mi definición de ingeniería del comportamiento es la siguiente: aplicación práctica y precisa de conocimientos científicos para la elaboración, perfeccionamiento y manejo de técnicas de establecimiento, mantenimiento o eliminación de conductas humanas (Montgomery, 2002, p. 35). Ello supone que el comportamiento se conforma y puede describirse en base a leyes (fundamentalmente las del aprendizaje), y que sus pautas de evaluación, diagnóstico y tratamiento de problemas se
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sujetan al manejo tentativo de tales regularidades, sin obviar desde luego la consideración de las variables de “calor humano” en la relación consultor-consultante, y las variables extrañas inevitables en todo trabajo de esa naturaleza. Lo cierto es que, como lo demuestran los principales textos disponibles acerca de modificación y terapia del comportamiento (Caballo, 1991; Labrador, Cruzado y Muñoz, 1997; Martín y Pear, 1996/1999; Santacreu y Frojan, 2002), la integración conductual ecléctico-técnica que previeron en su momento grandes teóricos como Staats (1975/1979) y Ardila (1988, 2003) ya se viene dando. Esto ha incrementado considerablemente el arsenal de que dispone el analista comportamental para llevar a cabo su labor, produciendo una especie de revolución teórico-práctica no siempre reconocida. En e1 cuadro 2 se ven muchas muchas de esas técnicas, técnicas, que que en un esfuerzo sintético he procurado clasificar en cinco categorías generales. En este sentido, tanto las llamadas “modificación de conducta” como la “terapia de la conducta”, “terapia conductual-cognitiva”, el “análisis conductual aplicado” e incluso las terapias constructivistas recientemente surgidas, son formas de ingeniería comportamental, algunas “ortodoxas” (más cerca del tronco original) y otras “heterodoxas” (Montgomery, 2002, pp. 160-161): 1) Técnicas de exposición en vivo, que comprenden todas las que presentan al individuo una situación estimular real, frente a la cual se provocan conexiones de adquisición, mantenimiento o reducción de conductas respondientes u operantes. 2) Técnicas de exposición en fantasía, que pretenden lo mismo, pero se basan en el uso de la evocación imaginativa como sustitución de las estimulaciones estimulaciones reales. 3) Técnicas de autorregulación, que enfatizan la enseñanza de uno o varios repertorios de autocontrol o dominio de ciertas destrezas, para capacitar al individuo a cambiarse a sí mismo y a su entorno.
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4) Técnicas racionales, que utilizan como instrumento central el lenguaje, y como método principal la discusión y la información, reestructurando la forma como percibe el mundo el individuo. 5) Otros procedimientos globales y auxiliares, que involucran intentos por utilizar todas las tecnologías anteriores en el marco de enfoques teóricos y evaluativos muy completos y específicos, o simplemente servir de apoyo para la realización de tareas. A continuación, se harán reseñas genéricas acerca de las aplicaciones relacionadas con estas técnicas a las cuatro áreas más importantes de la psicología: educativa, clínica, social y organizacional. Gracias al manejo de los principios que rigen la conducta de los individuos en cualquiera de las actividades humanas el quehacer científico se aplica por igual, con las adaptaciones debidas al ámbito específico en que es utilizado. Algunas pautas del análisis funcional (ecuaciones, parámetros, niveles de molaridad) y ejemplificaciones de leyes pertinentes a él, pueden verse en un artículo anterior (Montgomery, 2003). APLICACIONES AL ÁMBITO CLÍNICO
En el ámbito clínico se trabaja muy a menudo con casos individuales y en estricto privado, la información con que se cuenta es bastante parcial, y la responsabilidad social del aplicador es un poco mayor que en otras áreas. Esas debilidades se procuran compensar con la utilización adecuada del conocimiento científico en conjugación con una amplia experiencia, lo que debe llevar a formular “conjeturas disciplinadas” para aumentar la probabilidad de acierto en la evaluación y modificación de las conductas consideradas problemáticas o inadaptativas. En su gestación la terapia conductual conductual se inició aplicando principios pavlovianos a casos de fobia infantil. Posteriormente, fueron surgiendo escuelas diversas (inglesa, americana, sudafricana) que diversificaron el quehacer.
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Eysenck, Franks, Marks, Wolpe, Lazarus, Lindsey, Ellis; son algunos de los nombres ilustres vinculados a esa etapa de consolidación (1953-1969), que en la década de los 70’s comenzó a tener un boom impresionante, hasta copar la práctica psicológica actual con un sinnúmero de variantes y tecnologías (Alcazar, Olivares y Sánchez, 1999), muchas de ellas sitémicamente orientadas (Bornas y Noguera, 2002). Cuadro 1. Clasificación de las técnicas de ingeniería conductual
Técnicas de exposición en vivo
Técnicas de exposición en fantasía
Técnicas de autorregulación
Técnicas racionales
Otros procedimientos globales y auxiliares
Reforzamiento Control de estímulos Tiempo-fuera positivo Extinción Inundación Reforzamiento Castigo positivo Intención negativo Castigo negativo paradójica Moldeamiento Terapia aversiva Encadenamiento Imitación (modelamiento) Reforzamiento Inoculación del estrés Imaginación encubierto Desensibilización emotiva Modelamiento sistemática Implosión encubierto Recondicionamiento Visualización Aserción encubierta orgásmico Sensibilización encubierta Entrenamiento en relajación Manejo de la ira autógena Asertividad y habilidades Autocontrol sociales Biorretroalimentación Sustitución de la agresión Hipnosis despierta Salud proactiva Manejo contingencial Detención del pensamiento Manejo de la ansiedad Reacción de competencia Terapia racional emotiva Terapia analítica-funcional Terapia cognitiva de la depresión Ciencia personal Terapia de resolución de Clarificación de valores conflictos Biblioterapia Terapia conductual sistémica Entrenamiento autoinstruccional Terapia de aceptación y Terapia conductual sistémica compromiso Terapia dialéctica conductual Terapia paradigmática Paquetes de contingencia Análisis contingencial Contrato conductual Terapia multimodal Procedimientos suplementarios: Entrenamiento conductual eficaz Instigación,desvanecimiento, etc. Terapia cognitivo-interpersonal
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Recientes investigaciones auspiciadas por la American Psychological Association (APA) han tenido el concluyente resultado de apoyar las terapias cognitivo-conductuales como los tratamientos empíricamente demostrables más efectivos para solucionar un número mayoritario de problemas psicológicos (Pérez-Alvarez y Fernández, 2001). Y además de ello, hay numerosas formas y tendencias nuevas de terapia de conducta. Algunas de ellas, por ejemplo, son el análisis contingencial (véase Díaz-González, 2002), la terapia de aceptación y compromiso, la terapia analítica-funcional, la terapia paradigmática de Staats, la terapia t erapia cognitivo-estructural cognitivo-estructural de Guidano, etc. (Santacreu y Frojan, 2002). Terapia conductual y psicopatología A comparación de otros tópicos, anteriormente la psicopatología era un área poco abordada por la acepción clínica de la ingeniería de la conducta. Al respecto, Caballo, Buela-Casal y Carrobles (1995) hacen una revisión de las opciones conductuales de tratamiento para los trastornos por ansiedad, disociativos, somatoformes, de control de impulsos, de estados de ánimo, esquizofrenia, demencia, de alimentación y de personalidad, mostrando que hoy las aplicaciones son múltiples. Psicología de la salud y medicina conductual La psicología de la salud también se ha visto beneficiada por la concepción clínica comportamental, a través no sólo de la aplicación de los principios de modificación de conducta a los estilos de vida cotidianos (conductas instrumentales de prevención, locus de control, investigación de patrones nocivos de personalidad y educación para la salud), sino mediante la conformación de interdisciplinas como la medicina conductual, la farmacología conductual y la psiconeuroinmunología. Estas integran los avances de la
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ciencia biomédica y del análisis experimental del comportamiento (condicionamiento del sistema nervioso, biorretroalimentación, efecto placebo), para aplicarlos al tratamiento de enfermedades o trastornos antes llamados “psicosomáticos”, infecciosos e incluso cancerígenos (Perez y Martinez, 1988; Bayes, 1988; Ardila, 2002). APLICACIONES AL ÁMBITO EDUCATIVO
La educación es un proceso por el cual se transmite información a través de la relación enseñanza-aprendizaje por medios didácticos, entre un enseñante y un aprendiz. Este es el contexto por naturaleza de la ingeniería conductual, pues en esencia ésta trata de identificar principios de aprendizaje y desarrollo humanos, en este caso con el fin de aplicarlos a la actividad educativa (véase una discusión al respecto en Severa Barceló, 2003). Se han identificado algunas fallas en la educación tradicional, tales como la ausencia de reforzamiento, el lapso excesivo entre las respuestas y los refuerzos, la ausencia de incentivos en serie, por partes y aproximaciones sucesivas, ambientes verticalistas o indiferentes, la conducta dominada por estimulación aversiva (crítica, ridículo, incompetencia, etc.) y otras. La propuesta conductual aquí pasa por tres niveles: 1) una tecnología educativa, 2) sistemas de instrucción eficientes, y 3) asesoramiento a los maestros en su dirección y manejo de clase. La tecnología educativa Es un puente entre la educación y la técnica, ya que combina recursos humanos y materiales con alto grado de organización. organización. Sus características características son: a) el enfoque de sistemas, donde el número variado de actividades que lo componen son interdependientes una de
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otra, y esta relación previamente determinada conforma un proceso total dirigido a un meta (figura 1); b) el uso de ayudas de aprendizaje, que comprende por un lado la división de las materias en módulos, unidades y secciones; por otro lado el uso de taxonomías que definen los tipos de aprendizaje y los métodos más adecuados para cada uno; y además la articulación en metas, objetivos y análisis de tareas para operativizar la acción práctica (ver Montgomery, 1999); c) el uso de ayudas de enseñanza, útil para la transmisión didáctica (aparatos audiovisuales diversos) de acuerdo al tipo de mensaje, las condiciones del equipo y su empleo; d) la evaluación sistemática y ordenada de los repertorios del alumno en diversos momentos, del proceso metodológico (planificación, obtención y procesamiento de datos, comunicación), y de los componentes del programa (medios, personal, etc.), así como del ambiente utilizado. Finalmente, e) la evaluación diagnosticativa, sumativa y formativa, la primera necesaria para planificar/organizar el proceso tecnológico, y las dos posteriores para retroalimentarlo. Objetivos específicos
Instrumentos de evaluación
Estrategia de enseñanza
Análisis del proceso educativo
Metas de la enseñanza
Repertorios precurrentes
Implementación de materiales
Selección de medios
Evaluación formativa y sumativa
Figura 1. Enfoque de sistemas en la tecnología educativa.
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Sistemas de instrucción Paralelamente a la tecnología educativa se han desarrollado métodos específicos de enseñanza que intentan superar a los métodos tradicionales. Uno de ellos es la instrucción programada (Skinner, 1969/1983), en la cual la materia enseñada se desmenuza en pasos y se secuencia para que cada uno se apoye deliberadamente en el anterior. Presenta en orden de menor a mayor dificultad series de cuadros con afirmaciones incompletas para llenar. Cada individuo lleva su propia velocidad y es reforzado inmediatamente tras cada paso, revelando la respuesta correcta. Otro método es el llamado sistema de instrucción personalizada (Keller, 1968/1983), que fracciona un curso en pequeñas unidades (20-30), una para cada semana con su propio objetivo, guía de estudio, texto básico y bibliografía, bitácora de avance personal, ejercicios de autoafianzamiento y criterios de evaluación. También aquí cada sujeto estudia a su propia velocidad cuando y donde quiera, y si cree haber cubierto los criterios de autoevaluación pide examen de unidad. Se nombra monitores a cargo de cada diez alumnos. Por último, está la enseñanza de precisión (Backoff, 1985), más apto para niños, que supone una medición continua de qué se aprende, cuánto y en qué tiempo/velocidad. Se registran los resultados del avance en una gráfica denominada “de seis ciclos” en papel milimetrado que, con base en una escala de razón, muestra una respuesta en mil minutos y mil respuestas en un minuto. Dirección y manejo de clase Asesora en el empleo del control en el ambiente escolar, tanto dentro del aula como en el patio o gabinete del profesor o del psicólogo. Se trata de aplicar correctamente los principios de modificación de conducta por igual a las actitudes del maestro y a las respuestas de aprovechamiento
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académico del alumno (atención, cumplimiento, disciplina, exploración, sensibilidad social, dominio y realización), amén de las interacciones en clase (Walker y Shea, 1984/1987). Tales principios, lo mismo que la metodología de evaluación y programación, se concretan también en el tratamiento de problemas de aprendizaje y del retardo en el desarrollo incluyendo técnicas de modelamiento, ensayo conductual, retroalimentación y sobreejecución. Los cuadros 2 y 3 muestran esas aplicaciones programáticas (Valett, 1968/1981; Ribes, 1976). Cuadro 2. Programas conductuales para problemas de aprendizaje. 1. Desarrollo motor grueso
Actividad y educación físicas, salud general
4. Habilidades lingüísticas
2. Integración sensomotriz
Progresos en ritmo y coordinación auditivomotora
5. Habilidades conceptuales
3. Habilidades perceptivomotoras
Destrezas y memoria auditivas, atencionales, memoria, coordinación muscular fina
6. Habilidades sociales y de control afectivo
Uso del lenguaje y nivel funcional de lectura, escritura, ortografía Entendimiento aritmético, estudios analíticos, bagaje informativo, desarrollo conceptual Desarrollo personal e interpersonal, autocontrol, responsabilidad, buena conducta
Cuadro 3. Programas conductuales para retardo en el desarrollo 1.Repertorios básicos
2. Conducta social
3. Conducta académica
Imitación generalizada Seguimiento de instrucciones Contacto físico Cooperación Aproximación al grupo Verbal vocal Escritura Lectura
Conductas de atención Repertorios discriminativos Afecto Agresión Autoestimulación Identificación verbal de estímulos Transcripción
Autocuidado
Hiperactividad Conducta emocional Intraverbal textual Conversación Aritmética
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El sistema de producción de cada época determina en última instancia las contingencias y reglas que dan lugar al surgimiento de prácticas convencionales, y por ende, de conductas individuales y colectivas en la sociedad humana. El análisis de dicha sociedad revela múltiples defectos que pasan por las desigualdades en la distribución de ingresos, la promoción de la violencia, el desempleo y subempleo, las condiciones de miseria y hambruna, la educación basada en el castigo y en el reforzamiento negativo, los déficits estructurales, los mitos de la ideología consumista, etc. (véase también al respecto Bandura y Ribes, 1980). La ingeniería social actúa en relación a tres grandes rubros de solución respecto a tales defectos: dos “remediales” de la sociedad y una propiciadora de su cambio radical. Las soluciones s oluciones “remediales” Procuran paliar los efectos de los males de la sociedad moderna sin cambiar el sistema. Por un lado activando programas de conducta prosocial, y por otro programas de salud comunitaria. Los programas prosociales despliegan estrategias de análisis e intervención sobre el ejercicio antisocial, definido como actos contra el entorno y actividades infractoras de normas sociales (ataques, huídas de casa, robos, exhibiciones obscenas, etc.). Por ejemplo, la agresión se conceptúa como una topografía que causa daño físico/psicológico y atenta contra los derechos ajenos, siendo activada por excesos de castigo, efectos frustrantes, la imitación de modelos o el logro de recompensas inmediatas. Un análisis funcional de la conducta antisocial indicaría lo señalado por el cuadro 4. En base al análisis específico de cada caso se postulan soluciones a partir del concepto de conducta prosocial, que connota el ejercicio positivo de interacciones con motivación
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altruista. Uno de los programas más exitosos para solventar este aspecto es el de aprendizaje estructurado (Goldstein y Keller, 1987/1991), que es un método de tratamiento de los diversos componentes implicados en ciertos tipos de comportamiento antisocial (cuadro 5). Cuadro 4. Análisis tridimensional de factores en la conducta antisocial. EVENTOS ANTECEDENTES •
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Eventos disposicionales (ansiedad, irritabilidad, capricho, etc.) Déficits (educativos, locutivos, disciplinarios, etc.) Situación (relaciones conflictivas, contextos de riesgo, hacinamiento, etc.)
CONDUCTA ANTISOCIAL •
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Agresión física / verbal. Actos contra el entorno ecológico. Infracción de normas sociales. Crímenes o actividades delincuenciales diversas.
CONSECUENCIAS
Terminación de estimulación aversiva (amedrentamiento, aniquilación, etc.). • Autorrefuerzo (discurso verbal reforzante). • Logro de recompensas (poder, prestigio, apropiación, etc.). •
Cuadro 5. Módulos de tratamiento de la conducta antisocial.
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Módulo Entrenamiento autoinstruccional. Relajación autógena. Comunicación y negociación. Entrenamiento en manejo de contingencias. Entrenamiento en habilidades sociales. Entrenamiento en valores prosociales, toma de decisiones, solución de problemas.
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Componente antisocial Interpretaciones que activan la cólera. Activación afectiva elevada. Defectos comunicacionales. comunicacionales. Manejo inadecuado de contingencias. Déficit en habilidades prosociales. Déficit en valores prosociales.
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En cuanto a los programas de salud comunitaria, éstos se dirigen a problemas de salud pública (morbilidad, mortandad, epidemiología), provocados por estilos de vida inadecuados (fumar, comer o beber en exceso, autoadministrarse medicamentos o dietas sin consejo especializado, conducir temerariamente, evitar el ejercicio físico, etc.) mediante estrategias de prevención (Costa y López, 1986; Méndez, et al. 1993). Para ello se identifican carencias, y seguidamente se realizan campañas de promoción de salud en base a diseños cuyo conjunto de componentes incluye metas (qué se quiere), objetivos, análisis de tareas y técnicas (cómo se hará), recursos y población a la cual se dirigirá. Luego se hace una evaluación del impacto (grado de eficiencia y eficacia del procedimiento) (Fernández, 1994). Las soluciones “radicales” Se afirman en que el sistema “no va más”. La alternativa se perfila como el diseño de comunidades, propuesto por Skinner (1948/1985) en su novela utópica Walden Dos de 1948, donde describe una comunidad de población restringida, aislada en un ambiente rural con instalaciones modernas y de propiedad colectiva, sin líderes ni casta política. Allí se imparte una educación manual e intelectual distribuida —igual que el trabajo— equitativamente y basada en el refuerzo positivo. Los mecanismos de control por los cuales se rige esa sociedad son tributarios de la tecnología tecnología operante. Skinner indica que la única manera de postular soluciones globales es tratando el asunto como un experimento social en pequeña escala, con procedimientos piloto debidamente ensayados. Actualmente hay una comunidad real de este tipo en Los Horcones (México), y en las ciudades se han articulado varias comunidades de menores en situación de riesgo (como por ejemplo la de Margarita de Juárez, en México) que hacen efectivos estos mismos principios.
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APLICACIONES AL ÁMBITO ORGANIZACIONAL
El ámbito organizacional se distingue por ser un ambiente de coordinación racional de actividades desplegadas hacia un fin común explícito, con división de funciones de trabajo y tareas de responsabilidad jerarquizadas. jerarquizadas. En esta área, la ingeniería del comportamiento ayuda al establecimiento de contingencias laborales productivas mediante: 1) el asesoramiento a la dirección, 2) la definición de perfiles de competencias, 3) las actividades de consultoría individual, 4) motivación a los empleados, y 5) el asesoramiento asesoramient o en marketing. Véanse Luthans y Kreitner (1975/1979), y López (1989), para más detalles. El asesoramiento a la dirección Los gerentes y supervisores son controladores directos o indirectos de las contingencias laborales. Por ello es importante que cuenten con un consejo especializado en la realización de análisis funcionales, formas de incentivar a los subordinados, comunicarse o negociar con ellos, y tomar decisiones. Como en todo otro rubro de conducta deben distinguirse las respuestas (acciones específicas) de los desempeños (conjuntos de acciones relacionadas con el rendimiento esperado), dirigidos a obtener consecuencias en sintonía con los fines de la empresa. El ingeniero de conducta deberá asesorar en la identificación de respuestas y desempeños, su medición paramétrica y la obtención de líneas base, el análisis de secuencias individual o grupal y las formas de intervención tecnológica efectiva. La definición de perfiles de competencias Son especificaciones técnicas de las tareas, el grado de conocimientos y habilidades que supone el desempeño de puestos en la organización por parte de los individuos que la
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componen. Requiere identificar primero las funciones que el trabajador debe cumplir, describirlas y relacionarlas con el resto de la estructura laboral, así como ver qué requisitos y condiciones ambientales coabyuvan al mejor desempeño. También puede incluir la capacitación especializada (ensayo conductual, modelamiento, discurso didáctico, instrucción programada, etc.) que el puesto reclama. Consultoría individua i ndividual l Consiste en facilitar relaciones humanas, por ejemplo entrenando repertorios de habilidades sociales, comunicación y negociación, etc.; en los trabajadores que así lo requieran. Igualmente puede comprender trabajo de tipo clínico, tratando problemas emocionales o facilitando el ajuste personal a las variables ecológicas o laborales (actitudes hacia el trabajo, la organización, el consumidor u otros). Este rubro clínico es importantísimo en la empresa, y no se ha relievado lo bastante en las formulaciones tradicionales de la psicología organizacional. Motivación a los empleados Tiene que ver con el asesoramiento a los estamentos pertinentes de la empresa respecto a cómo potenciar al máximo el rendimiento de los trabajadores y directivos, proporcionándoles consecuencias reforzantes a sus acciones y desempeños. Así, se suelen postular modalidades de reforzamiento tales como el crecimiento personal (cursos de superación), reconocimientos especiales (diplomas, homenajes), pagos extra o aumentos, seguridad en el empleo (nombramiento), respaldo a las aficiones o actividades vocacionales (becas), construcción de ecosistemas agradables (ambientes de trabajo limpios y bien distribuidos), ventajas para la familia (paseos, facilidades, construcción o alquiler de centros recreacionales). recreacionales).
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Asesoramiento en marketing El conocimiento de los principios de aprendizaje sirve de mucho para utilizarlos científicamente en los diseños y campañas publicitarias, así como en las formas de colocación del producto de acuerdo con los ambientes disponibles, público consumidor y momento en el cual se comercializa. J. B. Watson fue un pionero en estos aspectos (ver Goldstein y Krasner, 1987/1991): a) la investigación de mercado y la elección de objetivos para las campañas, b) el diseño ambiental que acerca ciertos artículos de poca salida cerca de la caja registradora, c) el endoso de productos por expertos, y d) evocar insatisfacción en los clientes respecto a su incapacidad para prestar cuidados a sus bebés sin el auxilio de productos higiénicos. CONCLUSIÓN
Conceptualmente hay poco que añadir. Los múltiples usos de la ingeniería del comportamiento comportamiento —insisto en que este es el mejor nombre para designar la generalidad tecnológica de la conducta en el momento actual— hablan por sí solos. Sin embargo quedan fuera de esta corta revisión abundantes aportaciones, especialmente a rubros como la psicología del deporte, la psicología del trabajo y la genética conductual, entre otros. REFERENCIAS Alcazar, A.; Olivares, J. y Sánchez, J. (1999). La terapia de conducta en el contexto español e internacional: Situación actual y factores implicados en su eficacia. Psicología Conductual, (2), 215-252. 7 (2), Ardila, R. (1988). Síntesis experimental del comportamiento . Madrid: Alhambra.
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