LA IDIOSINCRASIA DEL ESTADOUNIDENSE
El tormento de Obama Por: Oswaldo de Rivero El Comercio [versión electrónica] 2 de Febrero del 2010 Si al estadounidense común y corriente se le pregunta si quiere tener una cobertura de salud total, una excelente educación gratuita y además un buen seguro de desempleo, responderá que sí. Pero cuando se le explica que en Noruega, la Gran Bretaña o en Francia eso lo hace el Estado, ese mismo estadounidense contesta: eso es socialismo, yo no quiero eso. Los estadounidenses estadounidenses admiran al “self made man” que desconfía de cualquier gobierno que le ofrece lo que él puede lograr con su trabajo. Esta idiosincrasia choca hoy contra las medidas de ayuda social propuestas por Obama, haciéndole perder a este credibilidad y apoyo. Convencer al estadounidense común que acepte ayuda del Estado es hoy el tormento de Obama porque sus compatriotas creen más en el progreso individual que en el progreso social promovido por un gobierno, prefiere empleo que ayuda social. Para muchos de ellos esta última es una invención europea decadente. La mayoría de los estadounidense piensan así porque ignoran que fue el gran espacio estadounidense lo que los salvó de la orientación social del capitalismo a la europea. Cuando alguien se empobrecía en Chicago, Nueva York o Boston, en vez de luchar por mejoras sociales, se marchaba al Oeste, donde se salvaba de la pobreza con su propio esfuerzo. Ahora este éxodo no funciona porque las grandes corporaciones y sus lobbies han copado el espacio económico y político estadounidense. Recién con el colapso de Wall Street y su rescate trillonario, el estadounidense común se ha dado cuenta de, que en vez de poder ciudadano, lo que existe es poder corporativo. Hoy más que nunca la élite liberal estadounidense está preocupada ante la naturaleza cada vez más plutocrática de su sociedad. Obama como parte de esta élite lucha por ello contra los lobbies para poder regular las finanzas y lograr un sistema de salud y además intenta cambiar la idiosincrasia nacional que desconfía de su programa de estímulo social. El presidente no niega que se necesitan empleos, pero insiste en que la promoción social es urgente porque la clase media, que es fundamento de la democracia estadounidense, sigue perdiendo ingresos, sin pausa, desde hace 20 años. Hoy existen 14 millones de pobres, otros 30 millones de “working poor”, 47 millones que no tienen acceso a la salud y el desempleo ha llegado al récord del 10%. Hoy Estados Unidos es uno de los países de la OCDE con peor desarrollo social. Nada de esto convence a los republicanos que presentan las propuestas de Obama, como populistas. A pesar de que este solo trata de hacer lo que otros regímenes capitalistas ya han hecho, es decir, darle seguridad social a la población para evitar que la exclusión social aumente.
Así en su mensaje sobre el Estado de la Unión, con su elocuencia habitual, Obama ha persistido en convertir a Estados Unidos en un país capitalista, socialmente avanzado. Nada de socialismo, solo ser como Suiza, Francia o su vecino Canadá. ¿Podrá lograrlo?