LA GENERACIÓN DE 1900 EN URUGUAY Marco socio-político Literatura Hacia el año 1900 los cambios se van sucediendo, diferentes situaciones, personajes, van haciendo historia en nuestro país. Variadas experiencias sociales, culturales y políticas aparentemente circulaban por vías independientes. Anteriormente, en el período de gobierno militar, Lorenzo Latorre (1876-1879), había buscado consolidar el orden interno para poder organizar la economía y la educación. José Pedro Varela, opuesto al gobierno de Latorre, había aceptado el cargo de Director de Instrucción, promoviéndose de esta manera la reforma vareliana, implantándose una educación primaria gratuita, laica y obligatoria. De 1897 a 1904, se vivió el apogeo, la crisis y el caudillismo rural. José Batlle y Ordoñez asume la presidencia, 1903-1910. 1903-1910. Es una etapa en que se debate sobre el lugar l ugar que tienen las minorías partidarias en la escena civil, la necesidad de proteger a los más débiles de la campaña y evitar, de paso, que estos sirvieran de huestes en los temidos alzamientos revolucionarios. Sin embargo, el período largo de gobierno colorado se ve interrumpido por diversas sublevaciones del caudillo blanco Aparicio Saravia, provocando sangrientas sangrientas guerras civiles. El batllismo se caracterizará por su vocación de lograr un equilibrio entre tendencias opuestas. Con Batlle y Ordóñez el gobierno busca el equilibrio entre el orden y la libertad; entre el liberalismo económico y el dirigismo estatal, entre la soberanía nacional y la apertura hacia el extranjero. Con la pacificación, el Estado podrá cumplir una clara influencia en todo el territorio nacional. Algunos puntos a destacar son: favorecerá el ejército, extenderá la educación media, montará hospitales públicos en las capitales departamentales del interior, multiplicará las vías ferroviarias. Después de la guerra de 1904, surgirán los partidos de ideas; los gremios ganarán espacio bajo el impulso de las ideas anarquistas, se fomentarán las leyes sociales, y aparecerán las primeras huelgas. Montevideo se convierte en la llave del nuevo proceso. Arriban inmigrantes europeos con ansias de lograr el bienestar negado por sus tierras. También llegan los criollos desocupados por la consolidación del latifundio y el campo se empieza a vaciar; las clases medias adquieren peso. Se debate sobre: el lugar de la mujer, la ley de divorcio, los derechos sociales, la estatización de los servicios, se polemiza sobre arte y literatura. La ideología predominante es la del positivismo y del liberalismo europeo, difundida en la Universidad de la República y el Ateneo de Montevideo. En cuanto a la literatura el romanticismo tardío tiene su lugar con la publicación de Tabaré, de Juan Zorrilla de San Martín (1888) y la culminación de la poesía gauchesca con la obra La vuelta de Martín Fierro (1879).
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Es importante la actividad literaria en las dos márgenes del Río de la Plata. La generación uruguaya llamada “del 900” cultiva todos los géneros literarios: la poesía lírica (Julio Herrera y Reissig, Delmira Agustini, etc); la narrativa (Horacio Quiroga, Javier de Viana, Eduardo Acevedo, etc); el ensayo Carlos Vaz Ferreira, José Enrique Rodó); el teatro (Florencio Sánchez, Ernesto Herrera, etc). Dentro de esta generación hubo dos preferencias bien definidas, aquellos que deciden comprometer su obra con la realidad, para mejorarla a través de la denuncia y la crítica como Sánchez y, aquellos que se evaden de ella justificando su arte en sí mismo como Herrera y Reissig. Los primeros son llamados autores comprometidos, los otros “torremarfilistas”. La literatura tiene su gran momento, los autores se reúnen en cenáculos literarios como La Torre de los Panoramas, liderada por Herrera y Reissig; o El Consistorio del Gay Saber, integrado por Horacio Quiroga, pero hay otros lugares de encuentros como el café Polo Bamba. Las revistas adquieren relevancia como medios de expresión y difusión cultural, por ejemplo la Revista de Literatura y Ciencias Sociales. Dos tendencias, opuestas entre sí, dominan en el plano literario: el naturalismo y el modernismo. El naturalismo pretende convertir el realismo estético en un método de experimentación científica. El escritor recurre a las ciencias undamento de su “verdad” (psicología, sociología, biología, etc) como f undamento artística y a su vez intenta aportar algo al conocimiento científico con sus narraciones y dramas más o menos documentales. El naturalismo busca documentar los vicios y defectos sociales (miseria, alcoholismo, etc), pero no se limita a eso, sino que expone tesis acerca de las causas de esos males y los medios para corregirlos. El modernismo, que se nutre de varias influencias europeas a las que aporta nueva savia americana, continúa, por un lado, la línea individulista y sentimental del romanticismo; pero, por otro, recoge el esteticismo formalista y sensualista de las corrientes postrománticas, parnasianismo y simbolismo, que cultivan las formas refinadas, y la exaltación sensible de todas las sensaciones. En este período surge el teatro nacional. Hasta entonces no había compañías de mimos y payasos que actuaban en los circos. El circo criollo recogerá la tradición de la poesía gauchesca. José Podestá (el payaso Pepino el 88) interpretará en 1884 el papel de Juan Moreira en una pantomima basada en un folletín escrito por Eduardo Gutiérrez; luego se convertirá en drama hablado. Resumiendo, el período abarcativo de la generación del 900 va desde 1894 (fecha en que Roberto de las Carreras publica su poema modernista Al lector) a 1917; aunque algunos autores la llevan hasta el