La entrevista psicoanalítica: estructura y objetivos (Horacio Etchegoyen) 1.-Delimitación del concepto
Entrevista: visión entre dos Entrevista psicoanalítica: se hace antes de emprender un tratamiento psicoanalítico, el fin es ver si la persona debe estar en un tratamiento de esta clase, viendo indicaciones y contraindicaciones. Adolece de la falla de ser estrecha (es demasiado abierta, y no tiene un centro) y es mejor hablar de una entrevista psiquiátrica, que da un sentido más amplio. Bleger habla de la entrevista psicológica, acentuando que su objetivo es hacer un objetivo psicológico, con el fin de evaluar la psiquis del individuo, permitiendo ver la procedencia de un tratamiento psicoanalítico. Se califica la entrevista según sus objetivos y métodos.
2.-Caracteristicas Definitorias
Hay que exponer explícitamente las pautas (encuadre) al principio de la entrevista. Los objetivos de la entrevista psicológica son diferentes a los de la entrevista psiquiátrica, ya que se busca orientar al paciente paciente hacia una determinada determinada actividad terapéutica. Los objetivos de la entrevista son: ver como el individuo funciona, indagar lo que el paciente no sabe y orientar al paciente hacia la salud mental y al mejor tratamiento. Norma básica de la entrevista psicoanalítica es permitir al entrevistado la libre expresión de sus procesos mentales. Bleger hace la diferencia entre anamnesis, interrogatorio y entrevista: El interrogatorio y la anamnesis se encargan de rescatar información simplemente, mientras que la entrevista quiere puntualizar el funcionamiento psíquico del individuo, y no como éste dice que funciona. La entrevista parte desde el supuesto de e indagar aquello que el entrevistado no sabe, pero ilustra lo que se puede observar en el curso de la interacción que promueve la entrevista. Además la entrevista es un instrumento en el que se puede aplicar conocimiento psicológico psicológico y también se puede poner a prueba.
3.-El campo de la entrevista
La entrevista configura un campo, es decir, hay una relación entre los participantes en donde todo lo que acontezca tiene que ver con la relación que se forme entre ellos. Primera regla, procurar que este campo se configure especialmente por las variables que dependen del entrevistado. Debe contar con encuadre que abarque el tiempo y lugar donde transcurre la entrevista, los papeles de cada participante y los objetivos que se persiguen con esta.
El campo tiene un sentido preciso, aquí el entrevistado es quien más habla y se explaya, no así el entrevistador, que no quiere decir que no participe, solo que le deja la iniciativa al otro, siendo un observador participante, que no sugiere ni da más estímulos que la presencia. Hay que tener presente los limites y polos que uno como terapeuta puede tomar, como ser muy acogedor o serio (hermenéutico) en una entrevista o interrogatorio, dado que cada postura tendrá implicancias diferentes frente al paciente (que podría causar niveles de ansiedad importantes en el paciente). Esto provocaría una desvistualización del sentido de la entrevista, convirtiendola en un dialogo formal. Por lo tanto, es importante que el entrevistador se ponga en una posición de empatía, atentos a escuchar lo que el paciente. Una pregunta puede abrir una gran respuesta, la alternativa interrogatorio o entrevista pueden complementarse, a veces una pregunta ayuda al entrevistado a hablar de algo importante, pero sin olvidar que más importa porque fue necesaria esa pregunta para que el sujeto pueda hablar. La angustia inicial por parte del paciente nos habla de problemas, pero hay que modularla cuando alcanza un punto crítico, uno no analiza la angustia, por lo que hay que calmarla para seguir, hay que aceptarla. En cuanto a esto, la lógica dice que cuando el entrevistado da el primer paso al venir a consulta, nosotros como terapeutas debemos dar el siguiente, acogiéndolo.
4.- encuadre de la entrevista
El proceso psicoanalítico solo puede darse en un determinado encuadre, este se constituye cuando variables se fijar arbitrariamente. Estas son normas que regulan el funcionamiento, por ejemplo, como se conducirá el entrevistador ya que este participa en la entrevista para estudiar objetivamente a su entrevistado, y como se conduce ante sus semejantes (entendiendo que el terapeuta psicoanalítico de cierto modo también es un semejante, y queremos ver como el entrevistado se relaciona con estos). El encuadre permite que el paciente se sienta como tal, tomando una postura de apertura ante lo que siente, piensa y pasa. El otro tendrá que facilitarle esa tarea y evaluarlo, la situación es asimétrica, se hace de cara a cara y para iniciar la reunión se puede solicitar datos de identidad, el tiempo que durara la entrevista, la posibilidad de que no sea la única, y se le invitar a la conversación. La entrevista no responde a la regla de la asociación libre
5.- Técnica de la entrevista
Al fijar el encuadre de la entrevista se establece las bases de su técnica, propia y singular, distinta de la sesión de psicoanálisis o psicoterapia. (no se usa asociación libre y no se orienta en base a un foco problemático o sintomático).
En la entrevista “podemos obtener informes necesarios con una técnica no directiva que deje al entrevistado la iniciativa y lo ayude discretamente en los momentos difíciles.” La actitud del terapeuta es importante, ya que le permitirá un nivel de confianza al paciente para que pueda hablar temas sensibles referentes al motivo de consulta. Asentir ligeramente con la cabeza o hacer un comentario neutro ayuda al entrevistado a volver a establecer comunicación.
6.- De la interpretación en la entrevista
En la entrevista no se opera con la interpretación como en una sesión de psicoterapia. Liberman considera la entrevista como una experiencia contrastante con la psicoterapia, ya que el paciente haya incorporado otro tipo de interacción comunicativa previa que pueda contrastarse con el análisis. Bleger plantea que en ciertos casos se hace necesario usar la interpretación, ya que en ocasiones se producen silencios o interrupciones en la comunicación. Esto sigue la línea de Pichon Riviere, que une el esclarecimiento con la interpretación de la resistencia a la tarea. Por lo que Bleger plantea que el alcance optimo es la entrevista operativa, cuando el problema se esclarece a través de la forma en que concretamente se materializa en la entrevista. Riviere habla de la angustia frente al cambio, que puede ser depresiva (por el abandono de un vinculo anterior) o paranoide (por el nuevo vinculo y la inseguridad consiiente). La finalidad del grupo operativo es el esclarecimiento de las ansiedades básicas que surgen en relación a la tarea. La técnica está centrada en la tarea, donde teoría y práctica se resuelven en una praxis concreta en el aquí y ahora. Se puede utilizar la interpretación si apunta a remover un obstáculo concreto a la tarea que se está realizando (Bleger). Hay que tener en cuenta los objetivos que nos proponemos y el material a nuestro alcance, para ver si se usa la interpretación o no.
La entrevista psicoanalítica: desarrollo 1.- La ansiedad de la entrevista
Es normal que en la entrevista haya ansiedad ya que es una situación nueva. El entrevistador lo está porque hay frente a él una subjetividad nueva, y el paciente porque está en una situación nueva. Sullivan: habla de la teoría de la entrevista relacionada al concepto de ansiedad. Depende del entrevistador que la ansiedad en la entrevista se mantenga en un rango aceptable. SI es muy baja, el entrevistado ha a carecer de incentivo o motivación, y si está muy alta, el proceso de comunicación sufrirá, y la entrevista tendera a desorganizarse.
El entrevistador no debe recurrir a evitar la ansiedad ni a apoyarla ni sugestionarla, ni tampoco resolverla con la interpretación. EL entrevistador debe ser claro y preciso en el encuadre, para controlar de una manera la ansiedad. Esta, para Sullivan, es lo que se opone a que la situación social (entrevista) se establezca como una conversación cotidiana. Rolia habla de la ansiedad del comienzo de la entrevista, “de abordaje”, relacionada con las estrategias explorativas y de curiosidad, y al final de la entrevista, “angustia de separación”, y además hay una ansiedad confusional, que se da en medio de la entrevista.
2.- Problema de transferencia y contratransferencia
La ansiedad nos lleva a los fenómenos de transferencia y contratransferencia. El paciente muestra conflictos y pautas del pasado, que asumen una vigencia en la entrevista, a través de la transferencia, ya que proyecta en el terapeuta sus imagos infantiles. La contra transferencia es cuando el terapeuta responde a esos imagos de forma inconsciente e irracional, produciendo una posible derivación. En la entrevista inicial el terapeuta puede verse indefenso por las identificaciones proyectivas del paciente, por lo que no puede hacer uso de la interpretación ya que no lo autorizan sus objetivos ni se ha dispuesto un encuadre donde la interpretación pueda operar (Como dice Bleger, toda interpretación fuera de contexto y timing resulta una agresión o una seducción). En tres momentos el entrevistador queda expuestos a la identificación proyectiva: la apertura, el cierre y la formulación del contrato, siendo los momentos de fantasía mágicas de curación, quedando contrastadas con la larga tarea de la terapia psicoanalítica.
3.- Evolución de la entrevista
Liberman plantea que la entrevista tiene una evolución, de la cual se pueden derivar predicciones de ella. Nos daremos cuenta que hay recursos cuando un problema planteado evoluciona favorablemente; alude también que se pueden hacer dos entrevistas, ya que el entrevistado cambia entre ambas entrevistas, y el entrevistador puede reponerse de las identificaciones proyectivas. Se puede ver en esto (dos entrevistas) como el paciente aborda la separación y el encuentro.
4.- Indicadores prospectivos de la pareja analítica
Los problemas psicopatológicos no pueden pensarse a través de una teoría vincular.
El psicoanálisis alude a la transferencia y contratransferencia, procesos que se dan en la relación paciente- terapeuta. Pareja Analítica (Liberman): hay que evaluar hasta qué punto la entrevista será iatrogénica o no. Dentro del contexto de entrevista primero podremos elegir a nuestro paciente, y luego en el segundo sabremos si se deriva o no. En cuanto a los factores de mejor pronóstico tenemos: 1.- cuanta mayor capacidad tenga el analista para captar los mecanismos de defensa, mejores condiciones tendrá para tratarlo. 2.- El isomorfismo entre los motivos de consulta y los reales conflictos del paciente sientan también un pronóstico auspicioso. 3.- Para que haya una pareja analítica ideal se necesita un paciente que se distorsione poco y un analista que comprenda mucho. Se podría decir que el concepto de pareja analítica en la práctica es difícil de ver, dado que, por ejemplo, en los terapeutas jóvenes (recientemente titulados) les son asignados casos difíciles, y no se cumplen los criterios para que surja una buena pareja analítica. Por lo que el destino de la relación analítica se define por la psicopatología del paciente y por las cualidades del analista. Hay que desconfiar de la transferencia amorosa y evitar caer en el error de la simetría en la pareja analítica. Al abandonar la idea de pareja analítica, se renuncia a la posibilidad de hacer predicciones acerca de cómo va a influir en el proceso el vinculo entre terapeuta y paciente.
5.- Caso clínico espinoso: lo fundamental es la homonimia del nombre del analista con su esposa. 6.- La entrevista de derivación:
Abarca una temática restringida y que pareciera ser sencilla. La entrevista de derivación a veces es más compleja que la de inicio, ya que se debe tener una información suficiente para sentar una indicación, evitar que el paciente se ligue demasiado al terapeuta, y tener prudencia con que se debe recibir los informes y recabar datos de alguien que, por definición, no será nuestro analizado. Uno debe dar una sola recomendación al momento de la derivación, para que el paciente no crea que él esta entrevistando. Liberman está en contra de dar muchos nombres de terapeutas (básicamente para que no se vuelva un “vitrineo” de terapeutas para el paciente). Etchegoyen no cree que tanto terapeuta como paciente se eligen por afinidad o complicidad, formando una pareja analítica, sino que mas bien, muchas veces los pacientes eligen al terapeuta de forma poco racional, dejándose influenciar por fantasias neuróticas de curación. El prisoclogo presta un servicio, por lo que el paciente tiene el derecho de aceptarlo o reusarlo, y para Etchegoyen es inaceptable que el terapeuta escoja al paciente.
7.- la Devolución
No debe ir mas allá del objeto básico de la tarea realizada que es aconsejar al paciente el tratamiento más conveniente para él, la indicación con sus fundamentos deben ser muy breves. Los motivos que sientan la indicación en principio no están dentro de lo que el paciente necesita saber
Glosario: 1. 2. 3. 4. 5. 6.
Morigerar: templar o moderar los excesos de los afectos y acciones Loable: digno de alabanza Proscribir: excluir o prohibir Isomorfismo: con la misma forma. Sucintos: breve, compendioso, recogido. Pareja Analítica: se define como la relación que surge entre un terapeuta y paciente, con las siguientes características: 1.- el terapeuta escoge a su paciente según el tipo de transferencia o vinculo terapéutico que se forma 2.- este vinculo o relación que se forma debe ser curativa y no iatrogénica.