Kancyper: Adolescencia Adolescencia y a posteriori
La adolescencia es el momenoto privilegiado de la significaci{on retroactiva, del a posteriori, pues constituye una nueva etapa libidinal, en donde se alcanza por vez primera la identidad sexual genital como un fenómeno psicológico y social. El desarrollo no tiene nada de histórico, sino que apunta a la descripción de una serie de fases que no tienen nada de individual. La historia es, en cambio, una serie de acontecimientos que son singulares para cada sujeto y marcan la vida de un indiiduo. Así como la historia apunta hacia lo subjetivo particular, el desarrollo se dirige hacia lo que hay de semejante. Ambos conceptos pueden ser complementarios. El analista no busca el desarrollo, sino lo histórico que implica uso de temporalidad con resignificación del posteriori. Según Fliess nuestro mecanismo psíquico ern función de nuevas condiciones, experiementa un areorganiz areorganización: ación: a)lo que se elabora con retrospectividad es lo que en el momento de ser vivido no pudo integranse en un contexto significativo. significativo. b) esta elaboración viene desencadenada por la aparición de acontecimientos y situaciones que permiten al sujeto alcanzar un nuevo tipo de significaciones y reelaborar sus experiencias experiencias anteriores. c)la evolución de la sexualidad favorece notablemente por los desfasamientos cronológicos que implica en el ser humano el fenómenode la retroactividad. La segunda escena confiere a la primersa su valor patógeno:se reprime un recuerdo que sólo a posteriori se volvió traumatizante.. El pirncipio de a posteriori implementa un tiempo en continua reelaboración desde el sujeto, apunta a una concepción psicoanalítica de la historia que reabre la posibilidad, seimpre renaciente de desafiar al destino prefijado. El sujeto es el agente activo que organiza y otorga significaco a los hechos, configurando el mismo su propia historia retrospectivamente. Es el punto de partida que tiene el paciente pero no es su punto de llegada que es la restructuración. El sujeto se define según como se resignifica; es decir según como restructura su biografía para transformarla en su propia historia. Adolescencia: Adolescencia: desafío y desenganche desenganche La historia del adolescente nace antes de su nacimiento biológico. Existe un orden simbólico, orden lógico que precede a su nacimiento cronológico. El adolescente comienza a ser indentificado en tal rol y en un determinado lugar. Punto de partida de su identidad sexual. Trabajo de reelaboración diario para conquistar su condición subjetiva de un ser vivo con existencia propia. Este trabajo de resignificación cotidiana adquiere mayor importancia cuando el sujeto atraviesa, al mismo t iempo, una lucha sin tregua, en varios frentes de batalla. Freud plantea a la adolescencia como una nueva etapa libidinal en la cual las transformaciones que acontecen se deben a dos aspectos fudamentalmente: la subordinación de todos los orígenes de la exitación sexual bajo la primacía de las zonas genitales; y el proceso del hallazgo del obejto con mandato genital y más allá de las figuras parentales. En este sentido y por este sentido, la adolescecian reistala la asunción de la problemática de la castración de la bisexualidad y de la castración simbólica: soportar la incompletud y por ende la diferencia, tanto en el sistema narcisista, intrasubjetivo del adolescente como en el sistema narcisista intersubjetivo de y con los padres. Restructuración en el yo del adolescente
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El yo es, ante todo un yo corporal, protección de la superficie. Imagen del propio cuerpo. Se adquiere mediante una permanente tarea de construcción que opeera desde y para el sujeto. El adolescente se ve obligado a asistir pasivamente a todo una serie de modificaciones físicas y hormonales que se apoderan de su cuerpo bilógico, acompañadas de demandas de impulsos instintivos y de demandas que surgen desde lo social. Varios autores han definido este proceso de cambio como duelo por la pérdida del cuerpo infantil, es decir que el cuerpo se va haciendo adulto la mente se halla en la infancia. La angustia es consecuencia de la pérdida de lo conocido y los cambios corporales. Mientras que una lectura a posteriori otorga un sentido diferente a estas angustias. Las nuevas imágenes proveneites de los cambios del curpo adolescente conmueven al patrimonio de las autoimágenes anteriores, las cuales en esta nueva etapa de maduración orgánica, adquieren un nuevo tipo de significaciones. Las inscripciones anteriores, que no habían alcanzado a adquidir una inscripción simbólica en un contexto significativo: orden simbólico; representante narcisista: primario, experiencias traumaticas, cobran en este período de la adolescencia, un efecto y un valor patógenos, retroactivamente, a posteriori. El sentido habla del encaje de un sentido en el interior de otro. El choque de sentidos, que por su imposibilidad de relacionar a las nuevas demandas referidas a su identidad e identidad sexual en el interior de otro sentido, en cuyo orden el adolescente ya había inscrito desde los deseos ajenos. La colisión entre estos sentidos impide al adolescente ordenar un deseo propio, organizado y discriminado y ante dicho fracaso surgen las angustias confusionales y de despersonalización. Angustias aprovenientes no {unicamente de la pérdida del cuerpo infantil, sino y fundamnetalmente del choque ante la incompatibilidad de las nuevas imágenes provenientes de los cambios del cuerpo y el arsenal de las im{agenes resignificadas de la historia del sujeto. Restructuración en el superyó e ideal del yo adolescente Se reactualizan los deseas preedipticos y edípticos y se impone una modificación en el superyo del adolescente que debe en este período retractarse y auspiciar el ejercicio genital. El superyó del adolescente presenta una doble función: imponer nuevamente el tabú del incesto y al mismo tiempo permitir la sexualidad oxogámica. El adolescente debe lograr la independencia respecto a los padres en función de una mayor individualización. Su superyo necesita desprenderse de las primeras relaciones de objeto. Renuncia a los viejos lazos incestuosos con los padres es un proceso doloroso que equivale generalemente a la pérdida de un objeto de amor. El adolescente debe tolerar el enfrentamiento con el duelo y la revisión de los patrones establecidos. Lo más claro que resulta para el adolescente es que necesita alejarse de aquello que hasta ese momento constituyó su fuente de seguridad: sus identificaciones parentales y su ideal del yo. Restructuración en el yo ideal del adolescente El abandono de la imagen tan idealizada y arcaica parental, para encontrar ideales nuevos en otras figuras, de alguna manera más adecuadas a la realidad. No sólo que los adolescentes padecen este largo proceso, sino que los padres tienen dificultades para aceptar el crecimiento a consecuencia del sentimiento de rechazo que experimentan frente a la genitalidad y a la libre expansión de la personalidad que surge de ella. Es una situación de duelo por la identidad y el rol infaltil y duelo por los padres de la infancia. El yo ideal es concebido como una formación esencialmente narcisista,
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llamado omnipresencia del narcisismo infantil. Interactuan entre sí en el plano intrasubjetivo del adolescente y que trasciende al palno intersubjetivo de los padres. La restructuración en el yo ideal durante la adolescencia adquiere una conmoción particualrmente dramática por el choque de sentidos, que reabre a posteriori las heridas narcicistas no superadas en ambas partes especulares. Este ideal de omnipotencia que está entre el adolescente y los padres pone en escena las técnicas de desenganche y renganche entre acreedores y deudores, entre los padres e hijos en un movimiento pendular a través del desafío. El desafío temático se halla signado por la pulsión de muerte, ya que a través de la provocación sadomosoquista ebtre ambas partes aliadas, repite compulsivamente el “renganche” o seudoindividualización.
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